QUOTECA S
‘Como los porteros y los padrinos, los actores en el campo tam-
bién intentan situar al etndgrafo dentro de su experiencia porque
ellos necesitan saber cémo tratarlo. Muchos grupos e individuos
tienen poca o ninguna informaciéa sobre lo que es una investiga-
cidn social, Como seftala Barrett (1974), los antropologos suelen ser
sospechosos, al menos inicialmente, de ser espias del gobierno, ins-
pectores fiscales, informantes de la policia, etc. Den Hollander nos
proporciona un éjemplo de una de estas identificaciones iniciales,
que aparentemente es mas favorable pero, a la postre, resultar
un obstaculo insuperable para su investigacion:
Pocos dias despues de haber Ilegado a una ciudad del sur de Geos
(1932) se rumoreaba que yo era un agente de una empresa de fibras
sintéticas enviado para estudiar la viabilidad de la instalacién de una
industria en la ciudad. Mis desmentidos no hacian otra cosa que re
forzar el rumor; todo el mundo trataba de venderme las excelentes
cualidades de la ciudad y su poblaci6n —el observador se habia con-
vertide en una verdadera hada madrina hasta el punto de que se hizo
imposible realizar un trabajo minimamente serio. La solucion fue
abandonar la ciudad
(Den Hollander, 1967:13)
Cuando las personas de un lugar estan familiarizadas con la in-
vestigacion puede haber una seria divergencia entre las expectati>
vas que tienen depositadas en la investigacién y las intenciones del
investigador. Como los porteros, la gente en general puede ver al in-
vestigador como un experto 0 critico. Ademés, aunque la etnogra-
fia no les sea familiar, pueden ser, o al menos ellos se consideran,
muy doctos en la metodologia de investigacién. En estos casos, ellos,
pueden cuestionar la legitimidad de la investigacién y los creden-
ciales del investigador.
Tanto si sabe como si no sabe sobre investigacién social, la gen-
te se preocupa mas con el tipo de persona que el investigador pare-
ce ser que con la investigaci6n en si misma. Ellos intentaran calcu-4 ETNOGRAFIA
lar hasta qué punto se puede confiar en é! o ella, si es mejor aproxi
marse o mantener cierta distancia y tal vez también si pueden ser
manipulados o explotados (para un andlisis interesante de este pro-
ceso véase Edgerton, 1965). Es muy importante cuidar «la presen
cia» (Goffman, 1955). Como en otras situaciones en las cuales es ne-
cesario crear o establecer una imagen, se debe prestar inucha
atencién con la «impresiéns que se causa. Ante todo se deben evitar
los aspectos de la imagen del investigador que puedan obstaculizar
el acceso, al tiempo que se deben resaltar aquellos que lo faciliten;
siempre dentro de los limites marcados por consideraciones éticas.
El cuidado con la presencia
La aparieneia personal puede ser un aspecto especialmente im-
portante, como sefiala Licbow:
Casi desde el principio adopté la forma de vestir y de hablar de la
gente con la que mas frecuentemente entraba en contacto, intentan
do como podia no parecer tonto ni sentirme incomodo. En cuanto
al vestuario, parecerme a ellos (en verano, con camiseta de sport y
ppantaiones informales) casi no supuso ningiin esfuerzo, Mi vocabu:
lario y diccién cambiaron, pero no radicalmente... Asi, aunque per-
manecia patente mi forma anterior de hablar y vest, habia conse-
guido deshacerme de algunas de las caracteristicas de mi entorno
Social. Me hice mas accesible a los otros y, ciertamente mas acepta-
ble para mi mismo. Esto quedé claro una mafiana que me dirigia
a un encuentro profesional, de traje y corbata. La poca gracia que
cllo me hacia hizo que me volviera consciente de que el vestuario,
la forma de hablar, la apariencia en general, tenian nos efectos tan
importantes sobre mi como sobre los otros.
(Liebow, 1967:255-256)
Liebow sefala que si bien la conducta y el vestuario adoptados
tendian a reducir las diferencias sociales que lo separaban de sus
compaiieros, él no intent6 convertirse en uno de ellos. Howard Par-
ker, escribiendo sobre su trabajo con adolescentes desviantes, hace
unas consideraciones muy similares:
Las reglas sobre el vestuario no eran muy estrictas; llevar unos jeans
negros y una chequeta de cuero era tan aceptable como vestir ua
RELACIONES DE CAMPO 95
trae de algodn aul, Nunca intentécopiales totalmente el estilo,
me adaptaba apenas a algunas de us coractrisican Bllos See
ponian reparos a mi propio estilo de ropa ccamiscta nebea, wee
egos, chaguetagranate~,y hasta hacian brome sobre se chose
&{Comprada al mismo an buen precio), dence que no ola ds
nia con ella puesta, so que tampoco me la quitabn pare hace
amr. «gDe donde has sacado esa chaqueta, vio Parken? De cesaon
eras un mod, eno? Seguro que en el hosplal dela avided woe,
bias esa vieja chaguata por otra nuevas Joey)
(Parker, 1974216)
De esta forma de adaptarse a través del vestuatio se «despren-
de» el mensaje de que el etnégrafo busca mantenerse en una posi
cin marginal aceptable dentro del grupo que estudia, La f
a inidad esencial entre el in
sraciones se aplican especialmente
2 las condiciones de la investigacién abierta, en las que el invest.
sador debe construirse un rol que desempefiar. En condiciones de
Investigacion secreta, por supuesto, el trabajador de campo debe
hacer el maximo esfuerzo para adaptar la apariencia personal «
la de los otros participantes
La investigacién que Patrick realiz6 sobre bandas de Glasgow
revela la dificultad existente en «pasar inadvertidos de esta manera.
La ropa era otra dificultad importante, Yo ya sabia de la importan-
cla que los miembros de Ia banda le dan a la ropa que llevan a la
escuela; por eso, después de discutirlo con Tim, compré... un traje
Ge noche azul, con un cinturén de doce pulgadas,flecos de tres pul.
gadas sobre los bolsillos y un pafiuelo azul claro cou lumares blacos
(ara combinar con la corbata) en el bolsillo de la solapa... Aun ast,
cometi dos errores. Primero, pagué el traje en efectivo en vez de pa.
garlo a plazos, atrayendo ast Ia atencién del personal de la tienda
¥ provocando la desconfianza de la banda cuando, inocentemente,
‘mencioné lo ocurrido. En segundo lugar, la primera noche que sali
on la banda, me abroché los botones del medio de mi chaqueta como
solia hacer siempre. Tim fue répido en aclarar el malentendid, Los
muchachos de la banda se abrochaban sélo el ultimo botén de la cha.
ueta para asi poder estar con las manos en los balsillos de los pan.
talones mientras su chaqueta estaba abotonada
(Patrick, 1973:13-15)96 ETNOGRAFIA
Tal vez no haya prescripciones explicitas sobre el vestuario,
si es recomendable mantenerse consciente de la imagen de aparien:
cia que uno da. Un error en una cosa tan simple puede echar abajo
todo el esfuerzo. Por ejemplo, Paul Atkinson (1976, 19812), una vez
que habia conseguido el acceso a una universidad de medicina en
Edimburgo, fue a ver a uno de los porteros influyentes y entablé
con él una conversacién «informal» sobre el trabajo de campo. El
estaba vestido como acostumbraba (ademés de llevar el pelo muy
largo). El no tenia ninguna intencidn de entrar dentro del hospital
asi. Pero el portero se qued6 sorprendido por su informal aparien-
cia y empez6 a desentenderse de la propia investigacion, Fue nece-
sario un encuentro posterior, después de un corte de pelo, con un
traje puesto, para hacerle cambiar de actitud.
Hechas estas consideraciones sobre
Junque, come hemos visto, no es
Bl investigador debe decidir
e todas formas
la apariencia que es conveniente ofrecer dificilmente seré una sola,
‘Suele haber diferentes categorias de participantes y contextos so-
ciales diversos que demandan al investigador imagenes diferentes.
En este sentido, el investigador no es distinto de los actores socia-
les en general, cuya competencia social requiere una sensibilidad
capaz de adaptarse a situaciones cambiantes,
La construccién de una identidad acorde a las necesidades del
trabajo en algunas circunstancias puede ser favorecida mediante
conocimientos y habilidades, relevantes en ese entorno, que el in-
vestigador ya posee. Parker ilustra el uso de habilidades sociales
en el transcurso de su trabajo con bandas de Liverpool. El escribio
que:
El conocimiento de ciertas habilidades basicas facilité el que me mez
clara con ellos, Una de las mis importantes era la de ser «rapidon:
aunque normalmente me consideraban «tranquilo» y socialmente mar-
ginal, no es conveniente pasar una imagen pacifica. A menos que seas
considerado como una especie de «protegido», debes ser capaz de
cuidarte de ti mismo en la guerra verbal de los bares y la calle.
‘Ser capaz de jugar al fitbol minimamente bien también fue algo muy
importante que facilité el que encajara en su esquema. Aunque «no
era Kevin Keegan, ellos se pasaban diciéndome «vate a jugar al
rugby». Poro esto era muy importante en un ambiente donde jugar
al Faitbol ocupa varias horas por semana, También seguia de cerea
RELACIONES DE CAMPO
al equipo de la banda, ¢ iba al «partido» para animarles siempre ug,
podia. Esto me ayudé muchisino, ¥ cuando todo el mundo se enters
4 que mi equipo era el Presion (adamis del Liverpool, por apes
to) $e conwitid en una especie de broma pucs ellos perdan cos fre
cuecncia. «gPor qué no jugas para ellos; seguro que no ls bee
in peor, ces que hay uan escuela de ciegos cn Protons (Danna)
(Parkec, 1974:217-19)
Otro tipo de ventaja que sueten tener los antropélogos es la
de poseer un cuerpo de conocimientos variados y recursos disponi:
bles que la poblacion estudiada no tiene. Por ejemplo, tener nocio-
nes sobre medicina y salud y saber realizar tratamientos simples
constituyen una ventaja de este tipo. El tratamiento de pequetias
enfermedades, normalmente por medio de métodos fiiciles y rapi
damente disponibles, ha sido una manera a través de la cual los
antropéloges han conseguido la confianza de las personas en el cam-
po. Pero ello puede crear otros problemas afiadidos, como los que
descubrié McCurdy (1976) cuando dedicaba el dia entero a realizar
trabajos curativos. De todas formas, ésta es una manera a través
de la cual el trabajador o la trabajadora de campo pueden demos.
trar que no son unos intrusos ex sino que
Cosas tales como ics
Y 0tr0 tipo de servicios pueden desempefiar el mismo papel,
jue el valor de l Lim-
El investigador frecuentemente debe in-
tentar egar a establecer formas enormales» de interaccién social
Es aconsejable encontrar un campo neutral de comunicacion con
los participantes, en el que se puedan entablar pequeiias conversa.
ciones. Para las personas que hospedan al investigador en stt medio
resulta muy desagradable que éste les bombardee constantemente
con preguntas referentes al tema de investigacion. Especialmente
durante los primeros dias de negociaciones de campo es recomen-
dable atenerse a los tépicos de conversacién més «irrelevantes» con
la finalidad de construir frente a los otros una identidad de perso-
na «normal», «regular» y «decente».
Beynon (1983) se refiere a ello comentando sus intentos de esta-
blecer afinidad con el profesorado en su etnografia sobre escuelas
masculinas de educacién secundaria:
Aunque no lo buscaba deliberadamente, me centraba en temas sobre
los cuales ellos y yo podiamos compartir cierto interés, y que sirvie-