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ABATEDAGA & MERLO

Teoría marxista La Teoría Social…


p. 30

EL MARXISMO COMO TEORÍA CRÍTICA

“El objetivo de la teoría marxiana consiste en modificar el orden social


burgués, que se basa en la explotación del hombre sobre el hombre […]
apelando fundamentalmente al conocimiento científico de las tendencias de la
historia y las leyes del cambio social.”
ABATEDAGA & MERLO
Teoría marxista La Teoría Social…
p. 33

LAS PRINCIPALES INFLUENCIAS TEÓRICAS


EN EL PENSAMIENTO DE MARX

“La dialéctica materialista puede ser definida como una ontología de la realidad
social, en la cual todos los fenómenos o procesos están compuestos a su vez
por otros fenómenos y/o subprocesos, que se contradicen y luchan entre sí […]
hasta llegar a nuevo momento […] y así, ad infinitum.”
ABATEDAGA & MERLO
Teoría marxista La Teoría Social…
p. 44 – 45

ACERCA DE LA PRODUCCIÓN EN SOCIEDAD

“Para comprender la lógica, es decir, cómo opera el capitalismo era necesario


analizar la sociedad desde una perspectiva macro sociológica, enfatizando en
la reproducción material de la existencia física de los individuos, a la vez que
entenderla como consecuencia del desarrollo histórico de la sociedad”.
ABATEDAGA & MERLO
Teoría marxista La Teoría Social…
p. 75 – 76

LAS CLASES SOCIALES

“Además de esta división macrosocial de las clases sociales […] hace una
descripción pormenorizada de las sub divisiones que podrían encontrarse
dentro de dos de las clases el capitalista […] y el asalariado […]:

 Burguesía financiera
 Burguesía industrial
 Burguesía mercantil (la boutique)
 Pequeña burguesía
 Clase campesina
 Clase proletaria
 ‘Lumpen-proletariat’”
Filosofía marxista MARX & ENGELS
Tesis sobre…
p. 668

TESIS XI

“Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo


que se trata es de transformarlo.”
Sociología marxista ADORNO
La lógica…
p. 41 – 71

Desde una lectura de la hermenéutica weberiana, a nuestro parecer errónea,


Adorno (1998) sostiene una postura metodológica severamente laxa, en tanto
advierte, haciendo frecuente alución a la lógica hegeliana, según determinados
‘valores’; situación que en términos de Popper (2006) correspondería a un
marcado «esencialismo». De cualquier manera, aunque el propio Adorno
aboga por un cierto ‘pluralismo metodológico’ construido según el objeto de
estudio particular, asume la postura «falsacionista» popperiana como un
órgano de ‘la verdad’; si bien Popper ha recurrido en algún momento a una
postura «realista» en el sentido de Kant.
Sociología marxista HABERMAS
El discurso…
p. 75

Habermas (2013) sostiene que existen diversas “filosofías de la praxis” además


de las vertientes marxistas, ie, a) Adorno y la teoría crítica; b) Luckás y la
escuela de Budapest; c) Sartre y el existencialismo; entre otros, a saber i) G. H.
Mead y J. Dewey en el pragmatismo americano; y ii) C. Taylor en la filosofía
analítica.
Sociología marxista POPPER
La miseria…
capítulo 1, § 10

Las premisas antinaturalistas del historicismo dejaron una profunda huella en


la metodología sociológica, en tanto se presupone que tales devienen de las
doctrinas filosóficas ‘realistas’, generalmente de índole ontológica, que definen
su objeto de estudio a través de conceptos históricos; “la burguesía, por
ejemplo, sólo puede ser definida por su historia: como la clase que llegó al
poder por medio de la revolución industrial, que echó a un lado a los
propietarios de tierras y que está combatiendo y siendo combatida por el
proletariado, etc” (Popper, 2006, p. 48).
Epistemología sociológica UZÍN
La controversia…
pp. 73 – 86

BUNGE
Las ciencias…
capítulo 1, § 2.

Una consecuencia del «historicismo» es la adscripción de las Ciencias Sociales


dentro del terreno de los valores y la moral, principalmente por la Escuela de
Frankfurt, quienes critican la neutralidad axiológica de la sociología empero de
la contradicción formal de su método y objeto de estudio; por el contrario,
Popper arguye que la objetividad yace en dicha neutralidad. Este debate plantea
la vieja disquisición sobre las Geisteswissenchaften; esbozada por Bunge
(2012, capítulo 1, § 2).
Sociología marxista FERRATER
Diccionario…
pp. 2300 – 2306

CARVER
Dialectic…
pp. 198 – 200

El ‘historicismo hegeliano’ de la obra de Marx corresponde a su etapa


‘humanista’, muy temprana, siendo algo raramente mencionado después de los
«temas existenciales» de 1844; sin embargo, su obra retomó tintes materialista-
dialécticos por la mano de Engels (Ferrater, 2004; Carver, 2013).
Sociología marxista ZANOTTI
¿Qué es…
2016

COVA, INCIARTE & PRIETO


Lakatos y…
p. 84

Zanotti (2016) ha caracterizado al sistema marxista, siguiendo


conceptualmente a I. Lakatos, como un «programa de investigación
teoréticamente progresivo», entendiendo por ello la “Unidad de Análisis
Epistemológica constituida por una secuencia de teorías científicas con
continuidad espacio temporal que relaciona a sus miembros [‘los marxistas’],
estableciéndose versiones modificadas según un plan inicial común” (Cova,
Inciarte & Prieto, 2005, p. 84).
Sociología marxista HABERMAS
El discurso…
p. 75

Concomitante a Abatedaga y Merlo, observamos una fuerte influencia de G.


W. F. Hegel sobre el pensamiento de K. Marx, en tanto en cuanto Habermas
(2013) nos explica que las corrientes de pensamiento cientificista del siglo
XIX, coetáneas a él, actuaron sobre la creación de una “conciencia histórica sin
mediación de la filosofía” (p. 64).
Sociología marxista ABATEDAGA & MERLO
La Teoría Social…
p. 32 y ss.

El Manifiesto de 1848, cristaliza la concepción dialéctica de «burguesía» y


«proletariado»; de ahí que el materialismo histórico arguya las contradicciones
existentes en la dimensión económica del sistema de producción capitalista
como causa de cambio de una realidad socio histórica determinada (Abatedaga
y Merlo, 2005, pp. 32 y ss.).
Filosofía marxista ESCOHOTADO
Los enemigos…
“El comunismo científico”

Según Escohotado (2016, capítulo 18, párr. 2) la meta socialista de Marx


proveniente del ‘Código de la Naturaleza’ escrito por É.-G. Morelly en 1755
que, alejándose del sentimentalismo, denuncia la imposición del Mehrwert o
«plusvalía»; concepto articulador de su ulterior Entfremdung o «alienación»
troquelado inicialmente por Fichte, mismos que “matizan el mismo acto de
negar la esencia propia” (capítulo 18, nota 910; véase también Ferrater, 2004,
p. 2301 y ss.).
Epistemología sociológica LÉVI-STRAUSS
Las discontinuidades…
pp. 294 – 303

MILLET & VARIN D’AINVELLE


Mis tres…
p. 35

Cuando hablamos de que el marxismo es un «programa de investigación


teoréticamente progresivo» damos el ejemplo de C. Lévi-Strauss en tanto que,
“el marxismo, ha dado al joven etnólogo el gusto de una lectura real a un nivel
estratégico que recusa la conciecia” (Millet & Varin d’Ainvelle, 1975, p. 35);
autor que lleva la ‘teoría de la explotación’ al ámbito etnográfico, y por tanto,
una nueva dicotomía: «indígenas-civilización occidental». El carácter
etnográfico de su pensamiento sostiene la tesis de ‘la resistencia al desarrollo’
caracterizada por tres factores, a saber a) la voluntad de unidad; b) el respeto
a la naturaleza; y c) el rechazo de la historia (Lévi-Strauss, 1987, pp. 330 y
ss.). Dicho argumento resulta a nuestro parecer una hipótesis ad hoc del sistema
marxiano.
Teoría marxista ALTHUSSER
Práctica teórica…
pp. 29 y ss.

MILLET & VARIN D’AINVELLE


La lectura…
pp. 72 – 74

Cuando hablamos de que el marxismo es un «programa de investigación


teoréticamente progresivo» damos el ejemplo de L. Althusser en tanto que
retoma el corpus teorético de Marx desde un punto de vista epistemológico,
pero reivindicando la «práctica teórica» (Millet & Varin d’Ainvelle, 1975, pp.
72 – 74). Es así que Althusser (trad. en 2016, pp. 29 y ss.) distingue el valor
‘científico’ del marxismo, teniendo el materialismo histórico y el dialéctico
distintos objetos de estudio, a saber i) ‘la historia del pensamiento’ o ‘paso de
la ignorancia al conocimiento’ en un sentido gnoseológico; y ii) el método que
articula la teoría con su objeto de estudio, particularmente opuesta a la
dialéctica hegeliana; de tal forma que ambas son ‘ciencias inacabadas’.
Teoría marxista VON BOEHM-BAWERK
The essence of…
pp. 315 y ss.
Una contradicción…
pp. 190 y ss.

ESCOHOTADO
Los enemigos…
“Reformadores pacíficos”

TAKENAGA
Theory of money…
p. 78
et al.

La teoría de la explotación sostiene, a grandes rasgos, que dado el valor de las


mercancías en función al trabajo humano incorporado en estas, aquellos que
las producen tienen el justo derecho de reclamar su propiedad, es decir, el valor
integro de su producción. No obstante, la distribución del salario percibido por
ellos corresponde a una parte del valor del producto, a razón del beneficio que
los propietarios obtienen del trabajo. Luego, debido en parte a la división del
trabajo que hace más productiva una explotación fabril, y, por otro lado, a la
existencia de una noble institución social como lo es la propiedad privada, los
trabajadores se ven obligados a ceder esa renta a los capitalistas a fin de poder
hacer uso de los bienes de producción, pero —como se ha dejado en claro por
los ideólogos socialistas— recibiendo de los últimos exclusivamente lo
necesario para mantenerse en vida y continuar trabajando. Por lo tanto, para los
que sostienen esta idea, toda renta es una explotación ya que no hay forma
posible de generar riqueza sin trabajo humano (von Böhm-Bawerk, 1890, pp.
315 y ss.).
Lo anterior fue conceptualizado por J. K. Rodbertus, un socialista
reaccionario germánico, en su ‘teoría del interés’; misma que para Escohotado
(2016, capítulo 17, § III) resulta de combinar, por un lado, la tesis ricardiana
del valor, ie, “the values of the commodities including that of money
commodities are determined, independently of circulation, in the preceding
process of the production (by labor or cost)” (Takenaga, 2003, p. 78); y por
otro, las ideas de Sismondi, a saber “su interés porque la economía se
convirtiera en una ciencia moral al servicio no de las cosas, sino del hombre y
su bienestar” (Herrerías, 1980, p. 163). Marx retoma, pues, tanto a Rodbertus
como ‘el problema del valor’ del cual Smith y Ricardo se habían ocupado
previamente como fundamento de su sistema “científico”, atribuyéndole el
‘trabajo socialmente necesario’ para producir un bien como medida y sustancia
inequívoca de valor (Herrerías, 1980, pp. 178-181; véase también von Böhm-
Bawerk, trad. en 1983, pp. 190 y ss.).
Teoría marxista SCHUMPETER
El sociólogo
pp. 33 y ss.

Schumpeter (trad. en 1996) destaca el carácter histórico-enciclopédico, pero


algo anticuado, de la obra de Marx, cuyo afán cabe entre lo analítico Y lo
pasional, y expuesta en la interpretación económica de la historia del
Manifiesto. Sostiene, pues, que el elemento principal de esta contribución es el
análisis que hace sobre la influencia en los individuos de la realidad material.
Sin embargo, contrariamente a otros autores, afirma que su teoría al igual que
la de Hegel pertenece al ámbito de la filosofía idealista; la cual sintetiza en dos
proposiciones, a saber i) las condiciones de producción engendran, en última
instancia, a las civilizaciones; y ii) estas mismas posen una lógica propia.
ROBINSON
Teoría marxista
La composición…
pp. 747 y ss.

HUERTA DE SOTO
Socialismo, cálculo…
El Methodenstreit
Efectos de…

VON MISES
La acción…
Capítulo VII
et al.

Marx articuló en concepto de ‘composición orgánica del capital’ de manera


poco clara. Pensando que el acervo de capital (C) se compone de a) medios de
producción (c); y b) la mano de obra (v), aquel concepto es la relación entre
ambas, ie, 𝑐⁄𝑣 . De tal suerte, puede ser definida como “la cantidad de mano de
obra incorporada en el acervo de medios de producción, requerida por una
técnica particular, por hombre empleado en la producción corriente”
(Robinson, 1979, p. 748). Marx elaboro como hipótesis ad hoc el concepto de
‘mano de obra muerta’, en el sentido de “número de horas-hombre de trabajo
ejecutado” (Robinson, p. 749). Con todo ello, argüía el crecimiento de tal
composición disminuiría la tasa de rentabilidad de la empresa. Sin embargo, el
autor socialista no contempla una ‘teoría del valor’ completa en tanto en cuanto
el uso de una técnica más avanzada no implica como condición el uso de mayor
mano de obra. (Robinson, 1979, pp. 758-759).
No obstante, el profesor don Jesús Huerta de Soto (2002b) entrega un
análisis meticuloso de la función del empresario partiendo del sistema
praxiológico articulado por von Mises (1986, capítulo VII) del cual se concluye
una valoración subjetiva de los medios y fines de cada agente económico,
siendo aquellos medios escasos los que motivan a la acción humana. En otro
lugar, el profesor Huerta de Soto (2009, pp. 214 y ss.) ilustra el contexto
teleológico de la acción humana dentro de el marco temporal del proceso
productivo; siguiendo a E. von Böhm-Bawerk, el profesor sostiene “todo
proceso de inversión en bienes de capital exige con carácter previo el ahorro,
es decir, la reducción del consumo por debajo de su nivel potencial, para
llevarlo a cabo” (p. 220). Según explica el profesor Huerta de Soto (2009, pp.
233 y ss.) en una economía moderna existen flujos de renta entre los factores
originarios de producción (obreros y materias primas) y los propietarios de los
bienes de producción (capitalistas y ahorradores) en forma de salarios y tipos
de interés, respectivamente; mismos que, parafraseando a Menger, desde un
punto de vista sincrónico se estratifican en las diferentes etapas del proceso
productivo de un bien cualquiera, siendo las mas próximas al consumo del
producto terminado aquellas de primer orden, y los estratos intermedios entre
el consumo y la producción etapas de segundo, tercer y sucesivo orden. Así,
para el caso particular que nos ocupa, la mina de carbón se encuentra en la
etapa primogénita para la producción de otros bienes, como lo puede ser el
acero estructural de una nave industrial, que a su vez es un bien de capital otras
mercancías, como lo puede ser una fábrica de zapatos.
El grueso de trabajadores está concentrado en actividades productivas
intermedias al consumo del bien final, y que cantidades ingentes de dinero
tengan que ser adelantadas, no sin riesgo, en forma de salarios o rentas
monetarias antes siquiera de conseguir un producto terminado. Lo que sigue
implica tres escenarios posibles, a saber a) que se mantenga la tasa de
preferncia temporal, ie, que la producción y el consumo dentro de la economía
siga sin mayores alteraciones; b) que haya una preferencia temporal baja o, lo
que es lo mismo, que las economias domésticas ahorren; y c) que haya una
preferencia temporal alta, es decir, que se demanden más bienes y servicios
(von Mises, 1986, capítulo XVIII). De hecho, estamos haciendo referencia
directa al Methodenstreit iniciado por Menger, en tanto “la Ciencia Económica
se concibe como una teoriá de la acción más que de la decisión” (Huerta de
Soto, 2002a); de tal suerte, la función del empresario no es ser el recalcitrante
‘homo oeconomicus’ ávido de beneficios, sino que “refers to an attitude of
receptiveness to available (but hitherto overlooked) opportunities (…) the
human agent is at all times spontaneously on the lookout for hitherto unnoticed
features of the enviroment (present of future)” (Kirzner, 2000, pp. 18-19). Lo
anterior explica por qué en un entorno de comuneros, como lo fue Nueva
Armonía, “ni las cosechas ni las manofacturas cubren las necesidades, y
atrvesar el invierno supone no solo compras masivas, sino un impopular
recionamiento” (Escohotado, 2016, capítulo 4, § III, párr. 3).
La explicación del párrafo anterior nos prové de los fundamentos para
desarrollar los efectos de tal disparidad de gasto en la renta bruta social, a saber
i) debido que la reducción del consumo lleva al empresario a retirar recursos
escazos de la primer estapa hacia etapas intermendias del proceso de
producción a razón de que éstas se vuelven relativamnete más rentables, se
liberan factores de producción, es decir, mano de obra, hacia nuevas etapas
primigenias al aumentar la oferta de mano de obra y restructurase el proceso
prodcutivo; ii) posteriormente, se planifican nuevos proyectos de inversión a
madurar en el futuro porque la oferta de bienes presentes aumenta, bajando los
tipos de interés, lo cual vuelve rentables esos procesos productivos o bienes de
capital que no lo eran cuando la demanda de bienes de consumo es alta; y iii)
finalmente, aparce el llamado «Efecto Ricardo» (Huerta de Soto, 2009, pp. 254
y ss.).
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