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TODOS LOS SANTOS

ORIGEN DE LA CELEBRACION

El culto a los difuntos en los Andes se remonta a épocas prehispánicas cuando la muerte era
concebida de otra manera para los pueblos y civilizaciones que desarrollaron el arte y la ciencia
como los tiwanacotas y los incas. Para los pueblos aymaras la muerte natural no constituye un
episodio trágico, sino un ciclo más de la propia vida. Por eso, cuando alguien fallece, se suele
decir que esa persona “se ha ido” o “ha partido”. Entre las tradiciones que aún se mantienen se
cree que los ajayus vienen para traer fecundidad y fertilidad para todo el año, porque en
noviembre también se inicia la época de la siembra en los campos agrícolas del altiplano.

El 1 de noviembre al mediodía los “ajayus” regresan de sus montañas para convivir durante 24
horas con sus familiares y amigos, que les reciben preparando y recordándolos en cada hogar
con un altar o “mesa” también llamada apxata que es adornada con flores, velas, cañas, frutas,
bebidas y dulces, además de otros elementos.

“En algunas poblaciones altiplánicas, como en la provincia Aroma (La Paz), y en Oruro, en la
región de los Chipayas, se tiene aún la costumbre de sacar el esqueleto de un difunto elegido
por sus familiares, que eventualmente son los encargados de limpiar y adornar la iglesia y pasar
el preste del lugar”, sostiene el estudio del amauta Manuel Alvarado en otras de sus obras:
Origen de las Fiestas Andinas, El investigador considera que el cuerpo, la conciencia, la mente
y la fuerza física dependen de un motor llamado la gran energía o ajayu que proviene a la vez
de otra energía más grande, el pacha ajayu o la energía cósmica.

Según la cosmovisión andina el equilibrio universal del jaqi-warmi (ser humano) tiene un
fundamental significado junto al ajayu en cuatro niveles que son: el amuyu (inteligencia y
sabiduría, la razón y el pensamiento), al ch’ama (la energía vital del aspecto físico y biológico),
el chuyma (la conciencia y los valores) y la qamasa (es el valor para enfrentar los retos de la
vida. Estos son los elementos vitales en el ser humano en el jaqi-warmi y que junto al ajayu
constituyen la energía vital cósmica.

Para la cultura aymara, la muerte es la continuación de la vida, y se cree que durante dos años
el alma permanece acompañando a los vivos, para después ascender a las montañas donde
se reintegra al mundo de los achachilas (antepasados) recién en el tercer año. “Por este motivo
se realiza por tres años consecutivos la ‘apxata’ o el altar de los difuntos, un ritual realizado por
los parientes cercanos del difunto, durante esos tres años llevan alimentos, productos, velas,
flores y otros objetos ceremoniales hasta el cementerio y justo sobre la tumba elevan un altar”,
se menciona en el estudio del amauta Alvarado

Para algunos investigadores la festividad de Todos Santos en Bolivia se constituye en un


complejo ceremonial de gran interés antropológico para valorar la importancia que adquiere la
figura de los difuntos en la vida social de las comunidades aymaras contemporáneas que
mantuvieron una serie de rituales y ceremonias, y que incluso fueron llevadas a los centros
urbanos. Durante los días previos a la fiesta de los difuntos se inicia todo un afán por parte de
los familiares en los preparativos como es la elaboración de las tantawawas.

LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

Esta fiesta se inicia el 1° de noviembre con los preparativos de la mesa para recibir el alma de
los difuntos, de manera que al medio día esté todo listo para que el alma llegue. En esta fecha
se cantan “los alabados” o “alabanzas” siendo en su mayoría coplas de inspiración popular y
constituyen una tradición en la fiesta que acompañan los sicus y la tropa de tarkas.

Durante esta primera jornada de día y de noche se reciben a los rezadores que vistan las casas
donde hay mesas instaladas.

El 2 de noviembre se visitan los cementerios con panes, frutas y comida y se hace rezar a las
personas que visitan el cementerio. Al mediodía rezan por el almuerzo y por la tarde rezan por
las cosas que están en la mesa. Alma despacho consiste en recoger la mesa al mediodía
pidiendo al alma que regrese al año siguiente para volver a compartir. En un ritual de despacho
que dura tres años hasta que el alma se va satisfecha y no retorne. El “levantar la mesa” que
así se denomina a la invitación a rezar, finaliza con la repartición de las golosinas y manjares
que se han puesto a la vista de los asistentes rezadores.

 La Fiesta Se Expande al Cementerio

Normalmente después de este día de todos santos la fiesta suele continuar al dia siguiente,
pero ya no en las casas, sino esta vez la sociedad se traslada a los cementerios donde tienen
enterrados a sus seres queridos que en un tiempo atrás estaban vivos, pues los cementerios
de Bolivia se suelen llenar de mucha gente con sus respectivos preparativos para tender la
manta en las tumbas de sus muertos, así mismo se suelen venir también aquí la persona para
poder nuevamente rezar, cantar sus coplas de todo tipo a estas mesas y así seguir recaudando
sus recompensas. A lo largo del tiempo esto ha ido evolucionando al punto en que hoy en día
no solo basta las personas y pequeños grupos que se ponen a rezar, sino también hay grandes
bandas y orquestas que suelen tocar canciones variadas que en principio eran del gusto de
estos caídos, aunque normalmente suelen ser más temas cristianos los que se tocan, así mismo
he visto ya una que alguna vez coros profesionales bien organizados y algún que otro tipo de
acto especial que cada vez me sorprende.

Algo que se puede notar mucho en la gente es que casi nunca faltan los valdes o cubos de
chicha o garapiña, la cual es una bebida con alcohol muy popular en Bolivia, al menos en
Cochabamba, esto con la finalidad de poder invitar para descansar la garganta a todo aquel
que viene a dar su pesame o a rezar a sus muertos, excepto a los niños obviamente

Yo en aquellos tiempos solia reunirme con los amigos y compañeros de la escuela e ir a rezar
para volver por la noche con grandes cantidades de t’anta wawas, frutas, dulces y otros tipos
de masitas, vamos, con decir que solíamos volver con gangochos o sacos llenos de estos, al
final nos repartíamos los botines entre todos cuando llegábamos a casa, si bien recuerdo casi
siempre hay uno que es el que se lleva más, que según parece es el que había hecho el papel
de jefe o líder del grupo porque era el que cantaba los versos y tenías que sabértelos de
memoria, es que son tantos que hay que variarlos, mientras el resto se encarga de cantar los
coros o los estribillos y los padre nuestros.

Para que se hagan una mejor idea, aqui les dejo un video donde se puede ver y escuchar algo
de lo que es el festejo de todos santos en Bolivia.

PREPARACIÓN DE LA MESA

La mesa o altar del difunto debe estar preparado para el medio día, pues se dice que las almas
llegan el primero de noviembre justo al mediodía. Su estructura tiene un lenguaje simbólico de
color y disposición de los diferentes elementos que la componen.

Se coloca un mantel negro para las almas de personas mayores y blanco cuando se trata de
niños, muchas veces el altar puede ser para ambas edades, mitad blanco y mitad negro.

Para las almas pequeñas, jóvenes y solteros no hay bebidas embriagantes, solo refrescos,
dulces, galletas, frutas, guirnaldas multicolores, predominando el color blanco, como color de
pureza del difunto llamado “angelito”.

En el altar se colocan los elementos rituales hechas de pan, como las escaleras, la cruz
cristiana, los Phillus (roscones para colocarse en el cuello de los pasantes de la fiesta), aves
diversas, como los cóndores; luego esta la tanta wawa en sus diferentes variedades. En muchos
casos en este lugar se encuentra el epitafio del difunto con su fotografía y la inscripción del
nombre y día de su fallecimiento. Encima del altar, cogido por las cañas están las pasanqallas
multicolores que asemejan las estrellas del cielo.

Luego viene el espacio donde se colocan las bebidas, las comidas, las galletas, la tanta wawa,
caballos, titis (gatos), llamas. De la misma manera están presentes las bebidas, refrescos,
cerveza, coca, frutas, biscochuelos, dulces y masitas.

En la parte inferior de la mesa, se colocan flores de color blanco y amarillas como la retama,
además de los tallos de cebolla (tocoros) que proporcionan a las almas el agua para calmar su
sed. En las cuatro esquinas de la mesa se colocarán las cañas y se adornará la mesa con
coronas y suspiros de colores.

Cada ofrenda y figura tiene un significado que vale la pena saberlo. Por ejemplo:

La escalera: Las hay de dulce y de masa y para almas viejas, jóvenes y de niños. Su función
es ayudar en la subida y bajada de las almas. Es un elemento simbólico que fue recientemente
incorporado ya que representa el instrumento que servirá para compensar las imperfecciones
que pudo tener el difunto y así ayudarle a llegar al cielo permitiéndole alcanzar el perdón de
Dios. En las mesas se colocan hasta tres de estos elementos.

Coronas en la mesa: Son un símbolo cristiano que representa la muerte. Muchos dicen que
estas son utilizadas por las almas en el largo camino de regreso. Al momento de esperar al
muerto, las coronas se colocan en la parte superior de las mesas de Todos Santos, sin embargo,
otros tiene la costumbre de colocarlas en los niveles intermedios o próximas a la escalera.

Las Tantawawas: Son la representación de las formas humanas de los seres que ya se
marcharon, están hechas de masa y llevan en la parte superior caritas o caretitas de yeso
pintadas.

La quispiña: Masa en base a quinua cocida, que además de ser el alimento tradicional de esta
fiesta, sobre todo en el altiplano, gracias a su plasticidad permite hacer figuras que representan
a los animales y enseres de casa que el difunto se llevará.

Caña de azúcar: Da la sombra necesaria que requiere el alma para sus días de sol y lluvia,
además de servir de bastón para el viaje de retorno. Se coloca en las cuatro esquinas de la
mesa. Se considera que el dulce es propicio para la comunión con las almas mientras que la
sal la impide.
La comida: Se destacan el ají de arveja, el de fideo, la jallpa y el luxro, entre otros, pero también
se incluyen las comidas que eran del gusto del difunto. El ají por su fuerte aroma y picante es
el elemento de atracción.

Las flores: También tienen sus significados como las retamas en los floreros que sirven para
ahuyentar a los espíritus enemigos, esta costumbre es muy usual, en los negocios, tiendas y
hogares aunque sea durante otra época o en todo año siempre se pone retamas para combatir
a las maldiciones o vibraciones negativas.

Vaso de agua bendita: Un vaso de agua bendita para rociar la ropa del ser querido. Coca,
cigarro, vino y refrescos, para que el espíritu se sienta satisfecho. La caña de azúcar o alma
thuxru, para que sirva de bastón a las almas.

LOS RESIRIS DE ALMAS

La tradición de rezar a las almas es una herencia colonial que por influencia de la Iglesia católica
se ha sobrepuesto a la fiesta de los ajayus, por eso, la oración por las almas forma parte de la
celebración de los muertos.

Los resiris somos todos los que vivimos y participamos de la fiesta de los difuntos, cuando se
visita a una familia lo primero que se hace es dirigirse a la mesa del altar, allí se hace una
oración en memoria del difunto, acción que es retribuida con panes o comida.

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