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aceptable. Tal vez este factor es, desde el punto de vista práctico y efectivo, el que
más influencia tiene en la toma de decisiones sobre cual método seleccionar para la
delimitación de la zona de protección. En este aspecto, si el tiempo y recursos
disponibles son amplios, se recomienda tratar de utilizar el método más detallado y
certero posible de acuerdo con la cantidad de información disponible. Si existen
limitaciones en el tiempo y recursos, la recomendación va en el sentido de utilizar
una metodología más simple, haciendo énfasis en los resultados obtenidos en
relación con las limitaciones que se afrontaron. En este último caso, es una práctica
sana establecer una recomendación sobre el método más conveniente de aplicar en
esa zona, de acuerdo con las características hidrogeológicas detectadas. De este
modo, cuando se disponga de mayor cantidad de recursos, la recomendación puede
seguirse para obtener resultados más detallados.
De acuerdo con la experiencia que se tiene en los trabajos que realiza la Comisión
Nacional del Agua en la República Mexicana, se considera que la mayoría de las
situaciones en donde se requiera realizar una delimitación de zonas de protección de
pozos, serán similares a cualquiera de los siguientes tres escenarios:
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hidrogeólogo encargado de la delimitación de la zona de protección. Si de acuerdo
con su análisis, la zona de estudio es relativamente homogénea y no presenta
mayores complicaciones de tipo hidrogeológico, entonces los métodos de radio
calculado fijo o de formas simplificadas variables pueden ser una buena opción.
Cuando el análisis hidrogeológico señale que se trata de una zona compleja como
pudiera ser un medio cárstico o fracturado, entonces la metodología más adecuada
para delimitación de la zona de protección, es considerar en conjunto técnicas
manuales y de cartografía hidrogeológica. Este proceso puede ser acompañado por
la utilización de modelos analíticos simples para confirmar si la selección de la
geometría de la zona de protección propuesta, es consistente con los valores
probables de las propiedades hidráulicas del acuífero.
Otra situación importante que siempre se tiene que tener en mente, es que en
determinados medios hidrogeológicos, los contaminantes conservativos pueden
entrar en pozos de extracción, aunque de acuerdo con la delimitación de la zona de
protección realizada con cualquiera de las metodologías previamente señaladas, se
considere que están protegidos (Seiler y Lindner, 1995). Este hecho es
especialmente válido cuando se interceptan sistemas de flujo regionales, ya que en
este caso se ocasionan modificaciones importantes de las condiciones estacionarias,
que prevalecían previo al inicio de la explotación, y que ocasionan la interacción con
sistemas locales o intermedios. En estos casos es difícil aplicar en forma
convencional el concepto de zonas de protección de pozos para prevenir la
contaminación, ya que la presencia de componentes verticales en el movimiento del
agua subterránea, no puede ser considerado con las metodologías disponibles.
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