36 DOMINGO, 14 DE OCTUBRE DE 2018 tendencias@elcolombiano.

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TENDENCIAS
TENDENCIAS
Estudios recientes
aseguran que es el
preferido
en el mundo.
Explicamos qué lo
hace tan popular.

Por JULIANA GONZÁLEZ-RIVERA

N
o pasa con frecuencia,
pero a veces ocurre: el
consenso. La gente no se
pone de acuerdo en casi nada,
pero sí en el azul. Gusta a to-
dos. No molesta a nadie. Lo
usan marcas de bancos, redes
sociales, partidos políticos –
cuya base es la confianza– y es-
tudios desde 1941, como el
adelantado por el reconocido
psicólogo Hans Jürgen Eysenck,
concluyen que es el favorito de
hombres y mujeres. Pero ese
aprecio no siempre fue genera-
lizado y su historia es casi de
leyenda, una alquimia.
Caro, difícil de conseguir,
ignorado por siglos, el azul
está cargado de un simbolis- INFORME
mo que ha mutado del despre- SOCIEDAD
cio al favoritismo: según ex-
plica el historiador francés,
Michel Pastoureau, en la anti-
gua Roma era el color de los
bárbaros, y se asociaba al luto
y la desgracia.
Para una mujer, tener los
ojos azules era señal de mala
vida y, para los hombres, una
marca de ridículo. La ausencia
del azul en los textos clásicos
ha intrigado siempre a histo-
riadores y filólogos, hasta
cuestionar si los griegos eran
realmente capaces de percibir-
lo, y su casi nula presencia
también es llamativa en los
escritos cristianos y en la épo-
ca carolingia, en la que se le
dejó por fuera de los colores li-
túrgicos. Pero, de pronto, todo
cambió, y el azul se volvió pro-
tagonista. ¿Cómo? para reflejar ese fragmento del PARÉNTESIS
espectro lumínico.
En la escasez está la virtud Lo difícil que es hallar este EL COLOR DEL CONSENSO
Estamos rodeados de azul: es el pigmento y procesarlo cuando
color del cielo, del mar, del hori- se consigue lo ha hecho un co- ¿Pero cómo llegó un color que evocaba sen- en su estudio sobre la psicología de los colo-
zonte. Parece que es abundante, lor caro y poco frecuente en la saciones tan intensas a ser el gran favorito? res: “El azul proporciona una sensación de
pero casi no podemos tocarlo. historia del arte, hasta la Edad Karen Schloss y Stephen Palmer, de la Uni- espacio abierto, es el color del cielo y el mar
Su presencia es escasa en la na- Media: no se encuentra en las versidad de Berkeley, demostraron en 2010 en calma, y así evoca también paz y quietud.
turaleza, pero cuando aparece pinturas rupestres del paleolí- que la preferencia de un color está determi- Actúa como calmante, sosegando los ánimos
siempre es deslumbrante, tico, ni cuando aparecen las nada por los objetos que se asocian con él. e invitando al pensamiento”. Esa Teoría de los
como la rana punta de flecha primeras técnicas de tinte. ¿A quién no le gusta el mar azul, el horizonte colores (1810) fue la obra de la que se sintió
suramericana, la urracas, igua- Solo era apreciado en el o los atardeceres despejados cuando todavía más satisfecho, y tenía por qué: en la primera
nas y guacamayas azules, el pul- Egipto faraónico, desde el ter- la tarde no termina de caer? Ahí es, quizá, mitad del siglo XIX, él fue el primero en com-
po de anillos índigos, la maripo- cer milenio a.C. Ellos fueron donde radica el consenso. Goethe lo explicó prender la capacidad emotiva del color.
sa morfo, el pavo real y las julia- los primeros en aprender a
nitas (lagartijas de cola azul). producirlo químicamente y lo
Su rareza se debe, entre usaban, por ser el color del tras la caída del Imperio en el Era una sustancia rara, tristes. Pero los coloristas ve-
otras razones, a que es un co- cielo, para retratar lo divino: siglo V, se perdieron las fórmu- casi mítica, que debía reco- necianos aprendieron a proce-
lor imposible de obtener a tra- el dios Amón era representa- las para elaborarlo, y cayó en rrer más de 5 mil kilómetros sar el lapislázuli y lo llamaron
vés de la dieta: el amarillo, el do en tonos azules, por su desuso hasta el siglo X, cuando entre cordilleras, desiertos y “azul ultramar”, que en latín
naranja y el rojo suelen ser presencia cósmica, y se usaba un escaso material comenzó a el mar para llegar a Europa. aluden a “más allá del mar”, de
consecuencia de lo que los ani- en tumbas, sarcófagos y es- llegar a Venecia a través de “Lo que los marineros árabes donde venía aquella piedra
males comen. Los flamencos, culturas funerarias. mercaderes que circulaban por habían traído era una piedra preciosa. Aquel azul era más
por ejemplo, nacen grises, pero También se asociaba con el la Ruta de la Seda. semipreciosa, el lapislázuli. Y brillante, más puro y más fuer-
se vuelven rosados por el pig- agua y el Nilo, y por eso era el tenía un color tan encantador te de lo que habían visto antes,
mento rojo que ingieren en su color de la vida, la fertilidad, el Azul para lo sagrado que cambiaría el arte de ma- y más duradero.
dieta basada en cangrejos. La renacimiento. Incluso creían La historia comienza en Afga- nera dramática. Un color Desde allí empezó a comer-
carne del salmón tampoco es que era capaz de repeler el mal nistán, en las minas de Sar-e- complejo, hermoso y profun- cializarse a todo el continente,
rosada al nacer. Incluso, para y traer prosperidad. Sang, ocultas entre las monta- do: como un fragmento de carísimo. Y en tan solo unas
nuestra sorpresa, los animales Desde allí, su uso se exten- ñas del Pamir de las que, se- cielo” explica el inglés James décadas, el azul llegó al arte, a
que vemos azules no lo son dió por el Mediterráneo –hay gún contó Marco Polo en el si- Fox, historiador del arte. las páginas de manuscritos ilu-
realmente, sino que su piel o objetos griegos y romanos en glo XIII, “se extraía el mejor y Hasta entonces, los azules minados decorando las letras
sus plumas están diseñadas azul egipcio– pero en Roma, y más excelente azul”. eran deslavazados, verdosos, capitales de las palabras sagra-

DOMINGO, 14 DE OCTUBRE DE 2018
das, a los fondos de escenas bí-
blicas y también a los vitrales:
según explica Kassia St Clair
en el libro Las vidas secretas
del color, alrededor del año
1130 el abad Suger de Saint De-
nis defendió la naturaleza divi-
na de los colores, y supervisó
que los artesanos crearan las
vidrieras azules que se admi-
ran en catedrales góticas como
la de Chartres en Francia.
El azul se convirtió en algo
más que decoración, y en 1303
un artista elevó este color a un
estatus divino. Giotto, padre
del Renacimiento, tuvo que de-
corar la capilla Scrovegni de
Padua con escenas de la vida
de Cristo y la Virgen, y usó este
color hasta saciarse.
Pintó de azul los fondos de
las escenas, y también la cúpu-
la: un cielo estrellado, intenso,
profundo, que devolvía el azul
al pódium de celeste y sagrado
que había tenido en el antiguo
Egipto. “A los ojos de la iglesia,
el azul se convirtió en el más
santo de todos los colores. Y
por eso trató de controlarlo.
Restringió su suministro e in-
fló su precio. En poco tiempo
historia y elogio
del color del mar
y el cielo
el azul se volvió más caro que
el oro. Y se aprobaron leyes
que prohibieron a los ciuda-
danos ese color”, explica Fox.
De ahí, su tránsito hasta
ser el color de la Virgen fue
natural: a partir del siglo XII
se vistió a María de azul, y el
color fue divinizado por com-
pleto. Tanto que el rey de
Francia empezó a vestirse en
este tono (tras él, buena parte
de la realeza europea), y cua-
dros como El Descendimiento
de la cruz (1435), del flamenco
Roger van der Weyden, valían
no solo por su calidad sino
por la cantidad de lapislázuli
utilizada en el manto de la
madre de Cristo, por el peso
de la piedra preciosa.
Asimismo es famosa la cú-
pula azul en La Anunciación
de Fra Angélico (1426), tam-
bién decorada con estrellas. Y
el azul, entonces, empató con
el dorado como el color de los
dioses y el paraíso.
Azul para todos
Cuenta Michel Pastoureau que
en Estrasburgo los comercian-
tes de granza, la planta de la que
se obtenía el color rojo, estaban
furiosos. La popularidad del
azul minaba su trabajo (antes,
los cielos se pintaban de rojo,
blanco, negro, dorado), y tanta
era su indignación que sobor-
naron a un maestro vidriero
para que, en los vitrales, repre-
sentara al diablo en azul.
Otros, en los frescos reli-
giosos, pintaron azul el infier-
no, todo para degradar el color
rival. Muchos años después, el
rey Fernando III de Alemania
lo declaró oficialmente el co-
lor del demonio.
Tendrían que pasar varios si-
glos para que el azul se liberara
de la iglesia, lo que también
ocurrió en Venecia, gracias a
Tiziano. En su cuadro Baco y
Ariadna (1523), casi la mitad del
lienzo es azul: el vestido de
Ariadna, el cielo y el horizonte,
CIUDAD AZUL, CHEFCHAUEN,
EN MARRUECOS.
FOTOS SSTOCK
MARIPOSA
MORFO
las montañas, incluso el manto
de una mujer con un pecho des-
cubierto, lejos de ser la Virgen.
El color empezaba a demo-
cratizarse y la liberación conti-
núa hasta hoy, con momentos
en los que el color ha tenido pi-
cos de fama muy elevados: en
el siglo XVIII, tras las novelas
románticas de Novalis, en la
que un joven buscaba obsesi-
vamente una flor azul, y Las
desventuras del joven Werther,
con la que Goethe puso de
moda el frac azul que usaba su
protagonista, el azul se consoli-
dó como símbolo de los senti-
mientos más profundos, y
también de la melancolía.
Tanto que esa reminiscen-
cia perdura en la música: el
blues, como género musical,
evoca una tristeza implícita; se
llama Blue Monday al tercer
TENDENCIAS 37
PIEDA
LAPISLÁZULI
LA MÁSCARA DE
TUTANKAMÓN Y
SU AJUAR FUNE-
RARIO ERAN MA-
YORITARIAMENTE
AZULES
lunes de enero –el más triste
del año, por el regreso al traba-
jo tras la pausa decembrina–, y
el baby blues es la depresión
posparto. También Picasso
tuvo su periodo azul, tras la
muerte de un amigo en París,
y Van Gogh pintó la Noche es-
trellada con ciprés y su último
autorretrato con fondo azul y
los torbellinos que aluden a su
momento vital más difícil.
Hoy, rodeados de publici-
dad, sabemos que los colores
inciden en las decisiones, los
productos que compramos,
la decoración, la ropa que
usamos o el diseño de nues-
tros sitios web. Hoy el azul es
omnipresente y protagonis-
ta. Se ha convertido en una
de las pocas cosas en las que
los seres humanos nos pone-
mos de acuerdo. Y es un co-
lor de consenso: los organis-
mos internacionales, la ONU,
la Unesco, la Unión Europea,
tienen logos azules. Es un co-
lor que no disgusta y suscita
unanimidad. Y marcas como
Facebook, Twitter, Banco-
lombia, Hewlett-Packard o
American Express lo usan
porque transmite tranquili-
dad, paz, lealtad, confianza,
pureza, transparencia. Y es el
color más democrático: es el
único que todos podemos
percibir, incluso los ciegos, y
los jeans lo han impuesto
como el color de nuestra
época. “Es el color más hu-
mano”, dice el profesor ame-
ricano Marc Walton. Del cie-
lo, el azul bajó a la tierra ■
EN DEFINITIVA
El azul es el color preferido de la
mayoría porque todo lo que se
asocia con él es positivo, en es-
pecial el mar y el cielo. Evoca la
calma. Es el de lo sagrado. Con
él, todos estamos de acuerdo.