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QUINTANA Nº14 2015

Nº14 2015

TEMA: AS CORES DO MEDO. ARTE, GUERRA PEDRO DE LLANO NEIRA


E TERROR La Galería Claire Copley y los intercambios entre
Norteamérica y Europa en el tiempo del arte
MARCO ROSARIO NOBILE conceptual (1973-1977)
L’immagine del turco nella Sicilia del Cinquecento
EMMA LÓPEZ BAHUT E AMPARO CASARES
MARINO VIGANÒ GALLEGO
“Pax hispánica”? Fortificazioni in Lombardia Las conferencias de Giulio Carlo Argan en
nell’età di Filippo III (1598-1621) Madrid (1964): la perspectiva de Jorge Oteiza Nº14 2015
ISSN 1579-7414
ALFREDO VIGO TRASANCOS JUAN IGNACIO PRIETO LÓPEZ
En pie de guerra: imágenes estratégicas de los László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la
puertos de A Coruña y Ferrol ante la amenaza de arquitectura total
un ataque naval (1621-1639)
ANTONIO S. RÍO VÁZQUEZ
JUAN MIGUEL MUÑOZ CORBALÁN Los Años Santos Compostelanos y la
El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la recuperación de la modernidad en la
dualidad arte/técnica en la cartografía militar del arquitectura gallega (1948-1965)
siglo XVIII
INMACULADA RODRÍGUEZ MOYA
CONSUELO CARREDANO Lujo textil en la corte novohispana
Un sendero sobre esta tierra roja. Miedo, censura,
retornos. La experiencia vital de los músicos SANTOS ZUNZUNEGUI E IMANOL ZUMALDE
españoles antes y durante su exilio en México: tres Con la verdad por delante: apuntes sobre la
estudios de caso verosimilitud de la imagen

QUIM CASAS MOLINER


Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad ESCRITOS SOBRE….
John Williams
COLABORACIÓNS
SUSANA CENDÁN CAAVEIRO
Auto caricaturas de Castelao: la construcción de
una identidad icónica

J UAN DAVID DÍAZ LÓPEZ


Una casa para el viajero. Del origen del hotel al
caso gallego

CARLA FERNÁNDEZ MARTÍNEZ


El haz y el envés de la ciudad burguesa. El ejemplo
de Pontevedra

UITO
GRAT
J E M PLAR s u v e n t a
E
ibida
Proh

Revista do Departamento de Historia da Arte Universidade de Santiago de Compostela


QUINTANA
Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte
UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

EQUIPO EDITORIAL
Director
Alfredo Vigo Trasancos (USC)
Secretarios
Jesús Ángel Sánchez García (USC) e Julio Vázquez Castro (USC)

COMITÉ DE REDACCIÓN
Catalina Cantarellas Camps (Universitat Illes Balears), Manuel A. Castiñeiras González (Universitat Autònoma de Barcelona),
Enrique Fernández Castiñeiras (USC), Jesús Pedro Lorente Lorente (Universidad de Zaragoza),
Juan Manuel Monterroso Montero (USC), Xosé Nogueira Otero (USC), Daniel Rico Camps (Universitat Autònoma de Barcelona),
Andrés Rosende Valdés (USC), Rocío Sánchez Ameijeiras (USC), Jesús Ángel Sánchez García (USC),
Manuel Enrique Vázquez Buján (USC), Julio Vázquez Castro (USC), Alfredo Vigo Trasancos (USC) e Carlos Villanueva Abelairas (USC)

COMITÉ CIENTÍFICO
Rosa Alcoy Pedrós (Universitat de Barcelona), Antonio Bonet Correa (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando),
Valeriano Bozal (Universidad Complutense de Madrid), Juan Calatrava Escobar (Universidad de Granada), Salwa El-Shawan
Castelo-Branco (Universidade Nova de Lisboa), Rosario Camacho Martínez (Universidad de Málaga), Gloria Camarero Gómez
(Universidad Carlos III de Madrid), Joaquín Cánovas Belchí (Universidad de Murcia), Emilio Casares Rodicio (Universidad
Complutense de Madrid), Maria de Lurdes Craveiro (Universidade de Coimbra), María del Carmen Gómez Muntané (Universitat
Autònoma de Barcelona), Román Gubern (Catedrático Emérito, Universitat Autònoma de Barcelona), Serge Guilbault (University
of British Columbia), Ramón Gutiérrez (Consejo de Investigaciones Científicas de Argentina-CEDODAL), Raquel Henriques
da Silva (Universidade Nova de Lisboa), Ángel Luis Hueso Montón (Real Academia de Bellas Artes del Rosario), Henrik Karge
(Technische Universität Dresden), María del Mar Lozano Bartolozzi (Universidad de Extremadura), Antonio Martín Moreno
(Universidad de Granada), Luis de Moura Sobral (Université de Montreal), John Onians (University of East Anglia), Valentino Pace
(Università degli Studi di Pavia), Felipe Pereda Espeso (Johns Hopkins University), Francisco Javier Pizarro Gómez (Universidad de
Extremadura),Germán Ramallo Asensio (Universidad de Murcia), William Rey Ashfield (Universidad de la República de Uruguay),
Carlos Reyero Hermosilla (Universidad Autónoma de Madrid), Cinthya Robinson (University of Cornell), Alfonso Rodríguez Gutiérrez
de Ceballos (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando), Delfín Rodríguez Ruíz (Universidad Complutense de Madrid), Marco
Rosario Nobile (Università degli Studi di Palermo), Olaya Sanfuentes Echeverría (Universidad Católica de Chile), José Luis Senra
Gabriel y Galán (Universidad Complutense de Madrid), Vitor Serrão (Universidade de Lisboa), María Luisa Sobrino Manzanares
(Consello da Cultura Galega), Massimo Visone (Università di Napoli Federico II) e Pedro Emilio Zamorano Pérez (Universidad de Talca)

PATROCINADOR
A edición desta revista é subvencionada pola Excma. Deputación Provincial da Coruña.

EDITA Servizo de Publicacións e Intercambio Científico. Universidade de Santiago de Compostela


IMPRIME Imprenta Provincial. Deputación da Coruña

A REVISTA E OS CONTIDOS QUE PUBLICA APARECEN RESEÑADOS E INDEXADOS EN


SCOPUS (Elsevier B.V.), SJR (SCImago Journal & Country Rank), FRANCIS (CNRS-INIST, Categoría A), IBA- International Bibliography of
Art (CSA USA, Cat A), ERIH Plus (European Reference Index for the Humanities-European Science Foundation, Cat. INT-2), LATINDEX
(UNAM, 33 criterios cumplidos), BHA-Bibliography of the History of Art (The Getty Research Institute-INIST), AATA-Abstracts of Inter-
national Conservation Literature (The Getty Conservation Institute), REDALYC (Red de Revistas Científicas de América Latina y Caribe),
REGESTA IMPERII (Akademie der Wissenschaften und der Literatur Mainz DE, Categoría B), ULRICH’S PERIODICALS DIRECTORY, Fuente
Académica Premier y TOC Premier (EBSCO), ISOC (CSIC), DICE (CSIC. Posición 6 de 64 en revistas Historia del Arte españolas; Internacio-
nalidad de contribuciones posición 15, 52.38%), REDIB (CSIC), ANEP-FECYT (Cat A), MIAR 2014 (Matriu d’informació per la Avaluació
de Revistes. ICDS 7.579; posición 2 de 10 en Revistas Historia del Arte Spain), IN-RECH (EC3, Índice de Impacto Revistas Españolas de
Ciencias Humanas. Posición 20 de 46, 4º Cuartil), RESH (CCHS-EC3. Índice de Impacto 0.027), CIRC (EC3metrics, Clasificación Integrada
de Revistas Científicas, Grupo B), CARHUS+ 2010 (AGAUR, Grupo B), DULCINEA (Derechos de copyright y las condiciones de auto-
archivo de revistas científicas españolas; Color RoMEO: Green) e DIALNET

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http://www.usc.es/revistas/index.php/quintana - E-mail: revistaquintana@gmail.com
INTERCAMBIO Servizo de Publicacións e Intercambio Científico, Universidade de Santiago de Compostela, Campus Universitario Sur,
15782 Santiago de Compostela. Tel.: 881 812 393. E-mail: spublic@usc.es

PERIODICIDADE Anual INICIO DA PUBLICACIÓN 2002 ANO DE EDICIÓN 2015


DEPÓSITO LEGAL M-19878-2002 ISSN 1579-7414
PÁXINA WEB www.usc.es/revistas/index.php/quintana www.usc.es/arte/quintana
SUMARIO

7 Presentación
PRESIDENTE DA DEPUTACIÓN PROVINCIAL DA CORUÑA

9 Editorial
ALFREDO VIGO TRASANCOS

TEMA

AS CORES DO MEDO. ARTE, GUERRA E TERROR

15 MARCO ROSARIO NOBILE


L’immagine del turco nella Sicilia del Cinquecento

23 MARINO VIGANÒ
“Pax hispánica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621)

35 ALFREDO VIGO TRASANCOS


En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol ante la amenaza de un ataque
naval (1621-1639)

59 JUAN MIGUEL MUÑOZ CORBALÁN


El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad arte/técnica en la cartografía militar del siglo
XVIII

81 CONSUELO CARREDANO
 Un sendero sobre esta tierra roja. Miedo, censura, retornos. La experiencia vital de los músicos españoles
antes y durante su exilio en México: tres estudios de caso

105 QUIM CASAS MOLINER


Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad

COLABORACIÓNS

115 SUSANA CENDÁN CAAVEIRO


Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica

127 JUAN DAVID DÍAZ LÓPEZ


Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

147 CARLA FERNÁNDEZ MARTÍNEZ


El haz y el envés de la ciudad burguesa. El ejemplo de Pontevedra

159 PEDRO DE LLANO NEIRA


La Galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa en el tiempo del arte conceptual
(1973-1977)

187 EMMA LÓPEZ BAHUT E AMPARO CASARES GALLEGO


Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid (1964): la perspectiva de Jorge Oteiza

201 JUAN IGNACIO PRIETO LÓPEZ


László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414


215 ANTONIO S. RÍO VÁZQUEZ
Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad en la arquitectura gallega
(1948-1965)

229 INMACULADA RODRÍGUEZ MOYA


Lujo textil en la corte novohispana

247 SANTOS ZUNZUNEGUI E IMANOL ZUMALDE


Con la verdad por delante: apuntes sobre la verosimilitud de la imagen

ESCRITOS SOBRE…

John Williams

263 JOSÉ LUIS SENRA GABRIEL Y GALÁN


De lo que fue anunciado en diversas épocas: John W. Williams (1928-2015) y la Catedral de Santiago en la
encrucijada del arte plenomedieval hispano

269 JOHN WILLIAMS
¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después sobre la cronología de Santiago de Compostela

FEITOS E TENDENCIAS

291 MIGUEL ANXO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ


As cifras da desigualdade: arte+mulleres. Creadoras galegas

RESEÑAS

299 N. Marinho Ferreira Alves y J.J.B. Ferreira Alves (Coords.), O convento e a venerável ordem terceira de São
Francisco do Porto, por Juan Manuel Monterroso Montero

301 Mª. del P. García Cuetos, El lenguaje de las Bellas Construcciones. Recepción y restauración de la arquitectura
andalusí, por Juan Manuel Monterroso Montero

303 A. delle Foglie y F. Manzari, Riscoperta e riproduzione della miniatura in Francia nel Settecento. L’abbé Rive
e l’Essai sur l’art de vérifier l’âge des miniatures des manuscrits, por Mercedes López-Mayán Navarrete

307 M. de los R. Hernández Socorro (Com.), José Luján Pérez: el hombre y la obra 200 años después, por Juan
Manuel Monterroso Montero

309 I. Rose–deViejo, La Real Fábrica de Papeles Pintados de Madrid (1786-1836). Arte, artesanía, industria, por
Leticia Bermejo de Rueda

310 J. R. Alonso Pereira, El París de Le Corbusier, por Jesús Ángel Sánchez García

314 J. Martínez Moro, Arqueología del arte moderno. Cuerpo, objeto y lugar en un horizonte de extinción, por
Pablo Allepuz García

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414


CONTENTS

7 Presentation
THE PRESIDENT OF A CORUÑA PROVINCIAL COUNCIL

9 Editorial
ALFREDO VIGO TRASANCOS

SUBJECT

THE COLOURS OF FEAR: ART, WAR AND TERROR

15 MARCO ROSARIO NOBILE


The image of the Turk in Cinquecento Sicily

23 MARINO VIGANÒ
Pax hispánica? Fortifications in Lombardy in the times of Philip III (1598-1621)

35 ALFREDO VIGO TRASANCOS


On a war footing: strategic images of the ports of A Coruña and Ferrol under the threat of naval attack
(1621-1639)

59 JUAN MIGUEL MUÑOZ CORBALÁN


The engineer draughtsman and the universality of the art/technique duality in 18th-century military
cartography

81 CONSUELO CARREDANO
 A path on this red earth: fear, censorship, homecomings. The vital experience of Spanish musicians
before and after their exile in Mexico: three case studies

105 QUIM CASAS MOLINER


War films: bodies, spaces and truth

ARTICLES

115 SUSANA CENDÁN CAAVEIRO


Castelao’s self-caricatures: the construction of an iconic identity

127 JUAN DAVID DÍAZ LÓPEZ


A house for the traveller: the origins of the hotel in Galicia

147 CARLA FERNÁNDEZ MARTÍNEZ


The two sides of the bourgeois city: the example of Pontevedra

159 PEDRO DE LLANO NEIRA


The Claire S. Copley Gallery and the dialogue between North America and Europe during the time of
conceptual art (1973-1977)

187 EMMA LÓPEZ BAHUT AND AMPARO CASARES GALLEGO


The lectures given by Giulio Carlo Argan in Madrid (1964): the perspective of Jorge Oteiza

201 JUAN IGNACIO PRIETO LÓPEZ


László Moholy-Nagy: from “photoplastic” art to total architecture

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414


215 ANTONIO S. RÍO VÁZQUEZ
Santiago de Compostela’s Holy Year celebrations and the recovery of modernity in Galician architecture
(1948-1965)

229 INMACULADA RODRÍGUEZ MOYA


Rich fabrics in the court of New Spain

247 SANTOS ZUNZUNEGUI AND IMANOL ZUMALDE


Faced by the truth: notes of the authenticity of the image

WRITINGS ON…

John Williams

263 JOSÉ LUIS SENRA GABRIEL Y GALÁN


On that which was announced at different times: John W. Williams (1928-2015) and the Cathedral of
Santiago at the Crossroads of Spanish Art in the Central Middle Ages

269 JOHN WILLIAMS


“Spain or Toulouse?” A half century later observations on the chronology of Santiago de Compostela

EVENTS AND TRENDS

291 MIGUEL ANXO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ


The figures of inequality: art+women. Female Galician visual artists

REVIEWS

299 N. Marinho Ferreira Alves y J.J.B. Ferreira Alves (Coords.), O convento e a venerável ordem terceira de São
Francisco do Porto, by Juan Manuel Monterroso Montero

301 Mª. del P. García Cuetos, El lenguaje de las Bellas Construcciones. Recepción y restauración de la
arquitectura andalusí, by Juan Manuel Monterroso Montero

303 A. delle Foglie y Francesca Manzari, Riscoperta e riproduzione della miniatura in Francia nel Settecento.
L’abbé Rive e l’Essai sur l’art de vérifier l’âge des miniatures des manuscrits, by Mercedes López-Mayán
Navarrete

307 M. de los R. Hernández Socorro (Com.), José Luján Pérez: el hombre y la obra 200 años después, by Juan
Manuel Monterroso Montero

309 I. Rose-deViejo, La Real Fábrica de Papeles Pintados de Madrid (1786-1836). Arte, artesanía, industria, by
Leticia Bermejo de Rueda

310 J.R. Alonso Pereira, El París de Le Corbusier, by Jesús Ángel Sánchez García

314 J. Martínez Moro, Arqueología del arte moderno. Cuerpo, objeto y lugar en un horizonte de extinción, by
Pablo Allepuz García

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414


PRESENTACIÓN

A revista QUINTANA veu a luz por primeira vez no ano 2002, impulsada polo Departamento de
Historia da Arte da Universidade de Santiago. Dende entón, cada un dos números editados nestes
tres lustros contou coa colaboración da Deputación da Coruña, coa intención de apoiar a difusión de
coñecementos e traballos desenvolvidos por prestixiosos investigadores no eido cultural, antropoló-
xico, social e artístico.
Nesta edición, o tema central da publicación é “As Cores do medo. Arte, guerra e terror”. Nas
páxinas que seguen, os autores analizan diferentes interpretacións sobre estratexias bélicas, censura
ou exilio dende diferentes ópticas. Unha interesante ollada que se mergulla no pasado histórico para
explicarnos as accións que se desenvolven no presente.
A revista QUINTANA non só ilustra sobre os máis diversos aspectos da historia, as artes, a filo-
sofía ou a literatura aos seus lectores, senón que representa todo un símbolo dentro da Facultade de
Historia. Por iso, a Deputación quere seguir mantendo a súa labor de mecenazgo desta publicación,
sabedora de que tan necesarios son os traballos que se recollen nela como a súa difusión.
Unha achega moi importante, onde as investigacións orixinais sobre calquera das especialida-
des relativas ao campo das artes, incluídas a música e o cinema, son o eixo central dunha publicación
que ademais potencia as aproximacións interdisciplinares que enriquezan o estudo da historia da arte
en ámbitos como a literatura, a filosofía, a xeografía ou os estudos culturais.
Dende a Deputación seguiremos apoiando iniciativas como esta, que contribúan á difusión do
coñecemento no eido do arte e a cultura e que, no caso da revista QUINTANA, é dende hai anos, un
referente indiscutible no mundo investigador e universitario español.

Valentín González Formoso


Presidente da Deputación da Coruña

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414


EDITORIAL

A sentida dor que nos produce dar noticia neste editorial do falecemento, a unha idade aínda temperá, do
profesor da Universidade de Granada Jesús Rubio Lapaz, xeneroso colaborador da nosa revista e membro desta-
cado do seu Comité de Redacción, a quen quero lembrar con estas palabras, transfórmase en satisfacción ao sacar
á luz un novo número de QUINTANA, que pon de manifesto a súa boa saúde científica e a súa gran aceptación.
Serven de proba as moitas firmas de importantes investigadores que colaboraron na súa realización continuada,
o seu propio deseño organizativo e, obviamente, os seus relevantes contidos que, non por casualidade, tiveron un
amplo recoñecemento oficial ao estar indexada en máis de vinte bases de datos internacionais.
Esta vez, con todo, o número 14 dedica o seu Tema monográfico a analizar “As cores do medo. Arte,
guerra e terror”, desde ángulos moi diferentes e por autores que nos achegan lecturas e interpretacións de gran
calado dentro das súas respectivas especialidades. Destacan, de feito, nesta sección os traballos dos profesores
Marco Rosario Nobile, Marino Viganó, Alfredo Vigo Trasancos, Juan Miguel Muñoz Corbalán, Consuelo Carre-
dano e Quim Casas, interesados en ver, por exemplo, como se representou a imaxe dos turcos na arte siciliana
do Cincocentos nese momento tan especial que coincidiu coa contorna histórica da batalla de Lepanto; como na
época de paz do reinado de Felipe III os territorios da monarquía hispánica vinculados a Milán non esqueceron
prepararse para a guerra reformando ou construíndo moi notables fortificacións; como os planos serviron tamén
para achegar información privilexiada e secreta sobre determinados portos galegos no contexto preciso da guerra
que tivo lugar entre 1621 e 1639 ou, por poñer un exemplo máis, en analizar os argumentos técnicos e estéticos
que se advirten na cartografía militar feita polos enxeñeiros militares no século XVIII, sempre no seu interese por
achegar múltiples informacións. Non falta, ao mesmo tempo, a visión da nova realidade que viviron tres músicos
españois no seu exilio mexicano motivado polo medo á represión que vivirían de quedar na España pasada a
guerra civil. Finalmente, merece tamén destacarse o último traballo que pecha este apartado, onde se achega
unha reflexión moi persoal do cinema bélico que coñeceu diferentes conxunturas de realización e aceptación,
reflexións contrastadas nos seus contidos e distintas formulacións visuais ao longo da súa xa dilatada traxectoria.
Xa no apartado de Colaboracións, sempre aberto na súa formulación e resultados, son de destacar os
traballos dun amplo elenco de autores; de Susana Cendán Caaveiro, Juan David Díaz López, Carla Fernández
Martínez, Pedro de Llano Neira, Emma López Bahut, Amparo Casares Gallego e, así mesmo, de Juan Ignacio Prie-
to López, Antonio Río Vázquez, Inmaculada Rodríguez Moya, Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde. Todos eles
abordan unha realidade artística distinta, por iso que uns analicen as auto caricaturas de Castelao, a orixe do hotel
e o caso galego, a cidade burguesa de Pontevedra, o papel exercido pola galería Claire Copley nos intercambios
artísticos entre Norteamérica e Europa no tempo da arte conceptual, as conferencias de G. C. Argán en Madrid
vistas desde a perspectiva de Jorge Oteiza, e outros, en cambio, aspectos da obra fotográfica de Moholy-Nagy, a
recuperación da modernidade na arquitectura galega a partir de 1948 ao calor dos Anos Santos Composteláns, o
luxo téxtil na corte novohispana ou, por último, o concepto de verdade que poida transmitirse a través da imaxe.
Escritos sobre… rescata esta vez un traballo do medievalista John Williams titulado “¿España o Toulouse?
Observaciones medio siglo después sobre la cronología de Santiago de Compostela”, que aquí aparece comenta-
do cunha importante introdución de José Luís Senra Gabriel y Galán, bo coñecedor da obra do insigne hispanista
norteamericano.
Feitos e tendencias da conta das xornadas dedicadas ás creadoras galegas no marco titulado As cifras da
desigualdade: arte+mulleres, que é comentado por Miguel Anxo Rodríguez González.
Finalmente o apartado de Reseñas aborda a análise de bo número de publicacións saídas á luz no último
ano, sempre realizadas co máximo rigor por todos os que son os nosos colaboradores.
Por tanto, despois de dar conta dos contidos que forman parte do presente número, só quedan por ex-
presar os necesarios agradecementos. Por suposto a todos os autores e colaboradores que participaron así como
aos membros do Comité Científico e de Redacción polos seus constantes apoios. Aos secretarios Jesús A. Sánchez
García e Julio Vázquez Castro polo traballo asumido e a súa eficacia proverbial; a Juan Luís Blanco Valdés e José
Enrique Quintáns Míguez, do Servizo de Publicacións, pola súa cobertura editorial e o esforzo que realizan por

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414


difundir en medios e plataformas a visibilidade da revista; a Xosé Cobas e todo o persoal da Imprenta da Depu-
tación por facer ver a súa gran profesionalidade no deseño e a impresión de QUINTANA, sempre caracterizada
pola súa modernidade e pulcritude; obviamente, tamén o noso agradecemento máis sincero a Amparo Taboada,
oficial maior da Deputación e á Comisión de Publicacións, polo seu decidido apoio. E está claro a Valentín Gon-
zález Formoso, presidente da Deputación da Coruña, que rubricando unha traxectoria que xa remonta ao ano
2002, como máximo responsable da Institución segue crendo e apoiando a nosa revista. A todos, pois, o noso
máis sentido agradecemento.

Alfredo Vigo Trasancos


Director da revista QUINTANA

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414


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L’IMMAGINE DEL TURCO NELLA SICILIA
DEL CINQUECENTO
Marco Rosario Nobile
Università degli Studi di Palermo

SOMMARIO
Il contributo individua nella produzione artistica siciliana tra il 1560 e il 1585 alcune opere che contemplano in for-
me scultoree l’immagine dei “turchi” sconfitti. La “cona” realizzata da Antonino Gagini da Palermo per il duomo
di San Giorgio a Ragusa ne offre uno dei primi esempi significativi; sul versante opposto dell’isola, l’esempio più
eloquente è rinvenibile nel lato esterno di porta Nuova o porta Austria di Palermo. Le raffigurazioni sono articolate
in varianti drammatiche, epiche e, indirettamente, consolatorie, secondo le indicazioni offerte da Vitruvio: l’antico
si presta a offrire una spiegazione per eventi tragici e per le condizioni drammatiche del presente. In alcune icono-
grafie cinquecentesche l’immagine vilipesa del nemico annientato sostituisce anche la raffigurazione del peccato
e dell’eresia. Rimane da comprendere quando questo fenomeno di sostituzione del soggetto cominci, esploda, si
amplifichi, diventi in qualche misura ufficiale e convenzionale.

Parole chiave: Turchi, Sicilia, XVI secolo, rappresentazione, iconografia

ABSTRACT
In focusing on art produced in Sicily between 1560 and 1585, this study identifies sculpted representations of the
vanquished “Turks”. Antonino Gagini de Palermo’s cona for the Cathedral de San Giorgio in Ragusa is one of the
first significant examples of such art. The most eloquent example on the other side of the island can be found
on the outer facade of Palermo’s Porta Nuova (or Porta Austriaca). Representations are expressed in dramatic and
epic forms that indirectly offer consolation, in accordance with the instructions given by Vitruvius: the ancient
provides a means of explaining the tragic events and dramatic circumstances of the present. In some cinquecente-
sche iconography, the vilified image of the shattered enemy also substituted the representation of sin and heresy.
It has yet to be ascertained when the practice of replacing the subject began, grew in popularity and became
widespread, becoming, in the process, an official and conventional resource.

Keywords: Turks, Sicily, 16th century, representation, iconography

Il 17 agosto 1573, i procuratori della chiesa della “cona”, frammenti superstiti del grande
madre di San Giorgio a Ragusa affidavano allo terremoto che sconvolse l’intera Sicilia sud orien-
scultore Antonino Gagini da Palermo - ma in tale nel gennaio del 1693, si conservano ancora
quel momento residente a Sciacca - il compito di all’interno della sagrestia e nei locali del museo
delegato a Palermo presso la Magna Regia Cu- del duomo (Ill. 1). La composizione iniziale do-
ria e Real Patrimonio per ottenere il benestare veva prevedere l’articolazione di diciotto nicchie
all’investimento degli introiti di una gabella civi- (probabilmente su due livelli2) con statue di santi
ca per la realizzazione di una grande “cona” (un e con un andamento a spezzata, che seguiva la
retablo in pietra) da collocare nel coro della chie- forma dell’abside poligonale quattrocentesca.
sa1. La scelta non era neutrale, dal momento che Attraverso questa aggiunta, la fabbrica gotica
proprio Antonino Gagini doveva avere proposto mutava la sua facies e diventava equiparabile
il progetto dell’opera da realizzare. Alcuni resti all’immagine della “basilica antica” descritta e il-

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 15-21


16 L’immagine del turco nella Sicilia del cinquecento

Quasi certamente la commissione è collegabi-


Marco Rosario Nobile

le a una incursione turca che aveva interessato il


mese precedente il litorale della Sicilia sud orien-
tale4. Con una tempestività giornalistica, l’avveni-
mento bellico aveva probabilmente condizionato
radicalmente l’iconografia. È indicativo a riguardo
che non esistano allusioni al confronto con “ere-
tici musulmani” nel grande retablo pittorico com-
missionato a Bernardino Niger nel 1567 per la
chiesa di San Giorgio a Modica. Il caso di Ragusa
prefigura una risposta propagandistica a un av-
venimento in particolare e al terrore determinato
dalle incursioni in generale. Non doveva trattarsi
Ill. 1. Ragusa, chiesa di San Giorgio, frammenti della “cona”
di Antonino Gagini.
di un episodio isolato: nell’estremo sud dell’isola,
la mancanza di città sulla costa, la relativa vici-
lustrata nei I dieci libri dell’architettura di Daniele nanza con il nord Africa e l’assenza di adeguate
Barbaro3. Le nicchie risultavano articolate da co- o tempestive difese militari e navali comportava
lonne libere scanalate ed erano predisposte per uno stato di allerta che probabilmente era supe-
contenere una serie di statue di santi (se ne con- riore ad altre aree. L’incarico dato il 5 novembre
servano tre, due delle quali ancora nella relativa 1571 al maestro messinese Simone Jannetto per
nicchia) in posa eroica e in armatura cinquecen- la realizzazione di un grandioso arco maggiore
tesca che poggiano il piede sulla testa mozzata (l’opera aveva una luce di otto metri e un’altezza
di un turco (Ill. 2). Al centro, la nicchia maggiore di sedici) come ingresso alla tribuna della chiesa di
presenta la consueta iconografia del San Giorgio San Pietro a Modica seguiva di solo quattro giorni
a cavallo e del drago, ma anche in questo caso il trionfale ritorno nel porto di Messina della flotta
la corazza del santo è manifestamente contem- vittoriosa di Lepanto5. Anche in questa occasio-
poranea. Se si tiene conto che, mezzo secolo ne possiamo immaginare una volontà tempestiva
prima, nell’altare della Nazione Genovese nella della comunità locale, che portò all’accettazione
chiesa di San Francesco a Palermo, il santo era di un progetto fatto da un maestro messinese,
stato rappresentato da Antonello Gagini (padre evidentemente informato dei fatti e probabil-
di Antonino) in abiti romano-antichi, la scelta mente coinvolto nei preparativi festivi del ritorno
di una attualizzazione appare determinata da dell’armata. Non sappiamo in quale misura e con
nuove precise indicazioni. In realtà, dalle nicchie quali modalità l’apparato iconografico dell’arco
dell’altare maggiore del duomo di Ragusa emer- riflettesse l’evento dal momento che l’opera è
geva una parata di vittoriosi guerrieri, guidati da stata radicalmente trasformata negli anni succes-
un San Giorgio del XVI secolo. sivi al terremoto del 1693. Alcuni ragionamenti
possono svilupparsi a partire dai resti della “cona”
di Ragusa. L’intento narrativo – politico dell’o-
pera mette in moto altre implicazioni. Innanzi-
tutto l’ostentazione scenografica dell’apparato
architettonico e scultoreo e la sua visibilità a un
pubblico vasto. Il coinvolgimento di un architetto
non dovrebbe costituire una semplice congettu-
ra. L’atteggiamento dei santi guerrieri e il piede
appoggiato sopra la testa di un turco rimandano
con sicurezza alla statua che ritrae Don Giovanni
D’Austria di Messina, opera dell’architetto tosca-
no Andrea Calamech, autore a Messina anche dei
due archi trionfali predisposti per i vincitori di Le-
Ill. 2. Ragusa, chiesa di San Giorgio, particolare della “cona”. panto (il primo a tre fornici è noto attraverso una

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L’immagine del turco nella Sicilia del cinquecento 17

incisione, il secondo realizzato nel palazzo Reale In alcune iconografie cinquecentesche, l’im-

Marco Rosario Nobile


può avere suggestionato la già citata costruzione magine vilipesa del nemico annientato sostitui-
di Modica)6. Il confronto non mette in gioco solo sce quindi la raffigurazione del peccato e dell’e-
evidenti similitudini ma potrebbe persino indur- resia. Rimane da comprendere quando questo
re a proporre un coinvolgimento progettuale di fenomeno di sostituzione del soggetto cominci,
Andrea Calamech, che in quegli anni aveva altre esploda, si amplifichi, diventi in qualche misura
commissioni in Sicilia sud orientale. ufficiale e convenzionale. Gli avvenimenti storici
Chi scrive non possiede specifiche compe- locali a cui ancorare le mutazioni sono molteplici
tenze sulla iconografia scultorea, tuttavia appare e si possono facilmente enucleare. La caduta di
palese che la testa mozzata del nemico abbia Rodi del 1522, con il conseguente approdo in Si-
semplicemente sostituito altre raffigurazioni al- cilia dei Cavalieri di San Giovanni; la vittoria con-
legoriche (draghi, serpenti) tipiche delle rappre- seguita da Carlo V a Tunisi nel 1535, con il carico
sentazioni scultoree religiose. di immagini che i trionfi successivi dovettero de-
terminare; infine, la conquista di Città d’Africa
Lo slittamento figurativo è palese anche in nel 1550. Tutti episodi vittoriosi che possono
un altro esempio della stessa area geografica. avere avuto ricadute nell’immaginario, mentre le
Un leone stiloforo della città di Noto antica, oggi molteplici incursioni costiere di Dragut, la distru-
conservato nella chiesa del Crocefisso, ma forse zione di città come Lipari o Reggio Calabria e,
appartenente all’antica chiesa madre della città soprattutto, il grande assedio di Malta del 1565
distrutta dal terremoto del 1693, stringe fra le possono avere mutato la percezione comune,
zampe non il consueto drago, ma una testina offrendo un quadro sempre più aggressivo e ter-
decorata da un turbante. Ciò induce a ritenere rorizzante.
che i leoni di Noto non sono affatto medieva-
li ma appartengono al pieno Cinquecento e a Va ribadito che almeno sino alla metà del
un filone diffuso in Sicilia e in Puglia di ripresa XVI secolo le testimonianze letterarie e figurative
di temi romanici. Una ulteriore prova si può ri- sono comunque contraddittorie. Il fascino dell’e-
scontrare nella base di un portale di Comiso, sotico in qualche modo equilibra la percezione
presso Ragusa. L’opera, attualmente rimontata del pericolo. Così come accade in altre aree eu-
nella chiesa di San Francesco e già appartenente ropee, e specie in Spagna, la pregressa storia
alla chiesa del Carmine, risale probabilmente agli locale e la qualità delle opere architettoniche di
anni Sessanta del XVI secolo e possiede plinti de- una civiltà extraoccidentale (accomunata, senza
corati con leoni stilofori posti ortogonalmente a molte distinzioni, nel grande alveo del mondo
minacciose teste di ottomani (Ill. 3)7. islamico) condizionano i giudizi. Visitando il pa-
lazzo della Zisa, ritenuto la residenza di un sulta-
no arabo, Leandro Alberti la descrive ammirato,
ne evidenzia la fattura in pietra delle muqarnas
(che descrive come una pigna) e si spinge sino
al punto di fare un rilievo dell’intera costruzio-
ne8. La visita del 1540 della cattedrale di Agri-
gento registra arredi lignei “alla morisca”9, una
formula che denuncia il fascino esercitato dal-
la cultura islamica orientale. La pressione delle
incursioni e le nuove condizioni della seconda
metà del secolo mutano radicalmente i rapporti
di forza. L’iconografia degli assedi di Rodi e di
Malta forniva un quadro realistico della terribilità
del “turco”: gli immensi eserciti pronti a espu-
gnare centri fortificati, le cronache e i racconti
di sevizie, torture, deportazioni generarono una
Ill. 3. Comiso (Ragusa), base di portale, attualmente nella chie- generalizzata e ossessiva paura per il nemico che
sa di San Francesco. fu alla base di azioni di propaganda e pratiche

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18 L’immagine del turco nella Sicilia del cinquecento

collettive di esorcizzazione. Una mutazione nel- stessa comune matrice, in quanto nemici che
Marco Rosario Nobile

le iconografie sembra quindi avviarsi a partire minacciano l’integrità della comunità cristiana.
dal terzo decennio Cinquecento. Una analoga La medesima sovrapposizione di significati si può
e parallela inversione di tendenza si può del re- già riscontrare in alcuni quadri della prima metà
sto osservare nella cultura figurativa dell’Europa del secolo, come nella Disputa di San Tommaso
continentale a partire dall’assedio di Vienna del del pittore palermitano Mario di Laurito (ora cu-
1529 . La produzione incisoria che si diparte dal- stodito presso la Galleria Regionale di Palermo),
le botteghe del Nord deve avere avuto un peso dove, a fianco del Santo, vengono raffigurati
altrettanto determinante nella costruzione di un l’imperatore, il papa e, crollato sul pavimento ai
immaginario comune. loro piedi, “un turco” sconfitto11.
La parità tra eretici e maomettani sembre- La sottomissione e la sconfitta dell’incursore
rebbe alla base della raffigurazione offerta in un islamico non è comunque sempre manifestata-
capitello del duomo Enna, datato 1560 e firmato mente esibita. Esistono casi precedenti - come
dallo scultore Giandomenico Gagini. Da un uni- ad esempio il portale della chiesa di Santa Ma-
co corpo mostruoso si dipartono due teste, una ria dell’Itria a Sciacca (1550 circa) (Ill. 5) - dove i
delle quali perfettamente identificabile come rozzi profili di un “turco” e di un occidentale si
turco, mentre l’altra, con l’effigie di un occiden- fronteggiano in modo paritario (e con analogo
tale, potrebbe rappresentare un luterano (Ill. grado di terribilità), come in una rappresenta-
4)10. Non tutto comunque può essere sempre fa- zione teatrale o in una messa in scena degli eroi
cilmente spiegabile se non si conoscono le con- della Gerusalemme Liberata. Questa contrappo-
tingenze del tempo e dei luoghi, così Emanuela sizione “paritaria” tra nemici si ritrova, con più
Garofalo ha ipotizzato che molte delle raffigura- raffinata qualità esecutiva, nella Porta dei Greci
zioni di “teste di turco” che costellano la chiesa di Palermo, realizzata, probabilmente su proget-
di Enna siano correlabili al trauma del rapimento to dell’architetto spagnolo Pedro Padro, intorno
nel 1561 del vescovo della diocesi Nicola Maria al 1555 come manifesto allegorico della vittoria
Caracciolo a opera del pirata Dragut. riportata in Tunisia con la presa di Città d’Africa12.
In realtà sono molteplici i casi in cui le incur-
sioni piratesche, l’islamismo, l’eresia in generale,
il peccato – le ultime due nelle forme tradizionali
di esseri mostruosi - sono accomunati da una

Ill. 4. Enna, chiesa madre, capitello di Giandomenico Gagini. Ill. 5. Sciacca (Agrigento), portale della chiesa di Santa Maria
dell’Itria.

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L’immagine del turco nella Sicilia del cinquecento 19

Marco Rosario Nobile


Ill. 7. Palermo, Porta Nuova o Porta Austria, immagine dal
Teatro Geografico Antiguo Y Moderno del Reyno di Sicilia,
(manoscritto 1686), Archivo General y Biblioteca Central del
Ill. 6. Mazara (Trapani), cattedrale, rilievo marmoreo sul portale Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
maggiore.
una ridondante decorazione con un disegno
Una iconografia più dichiaratamente “belli- redatto dall’ingegnere Joanni Antonio Salomo-
ca” è quella del rilievo posto nel 1584 sul portale ne e una realizzazione dello scultore Vincenzo
principale della cattedrale di Mazara, dove il mi- Gagini, chiamato a scolpire tra le altre cose “li
tico conte Ruggero I a cavallo sovrasta un turco quattro termini che hanno di andare in d. porta
abbattuto (Ill. 6). L’evidente sovrapponibilità ico- Austria”. Si trattava di quattro giganteschi busti
nografica con il San Giacomo “matamoros” è ad erma di prigionieri turchi, una conformazio-
giustificabile attraverso la possibile ingerenza del ne che possiede analogie con porte precedenti
vescovo toledano Bernardo Gasch o anche con o coeve realizzate in Catalogna, a Barcellona e a
la presenza nel cantiere di maestri iberici come Perpignano (Ill. 8). Non può comunque sfuggire
Antonino Vizerra o Bizerra, che nel 1589 è nomi- la diretta citazione di una indicazione offerta da
nato responsabile della costruzione del campani- Vitruvio, che raccomandava di decorare le porte
le della cattedrale13. Quello che comunque conta urbane con immagini di schiavi15.
a Mazara è l’evidente attualizzazione di un epi- Riprendendo uno spunto recentemente rifo-
sodio del XII secolo: la storia locale viene piegata calizzato da Carlo Ginzburg - che ha ricordato
alla propaganda bellica. La cattedrale di Mazara la funzione mediatrice dell’antico e della mitolo-
ha un prospetto rivolto verso il Mediterraneo, gia nella percezione del nuovo mondo16 - anche
la platea a cui si rivolge non è necessariamente gli orrori del presente avrebbero potuto trovare
cittadina, la raffigurazione sembra costituire un una spiegazione più familiare e congeniale nella
ammonimento contro gli invasori. cultura classica. Il monito di Vitruvio suggerisce
L’esempio più eloquente e famoso di rappre- che, nella cultura dominante, l’antico si presti a
sentazione di turchi in Sicilia è legato alla defi- offrire una spiegazione per eventi tragici e per le
nizione del lato esterno della palemitana porta condizioni drammatiche del presente. Una con-
Nuova o Austria (Ill. 7). In questo caso, gli studi ferma indiretta della tendenza alla trasfigurazio-
di Fulvia Scaduto hanno precisato fasi e ruoli ne antiquaria della paura per il “nemico eretico”
della costruzione, indissolubilmente legata all’a- potrebbe ravvisarsi nell’epigrafe, ora scomparsa,
diacente palazzo Reale14. La porta sostituiva una redatta da Antonio Veneziano nel 1556 per la
fabbrica quattrocentesca, quasi certamente in citata porta dei Greci, dove il poeta, sodale di
alcune circostanze oggetto di intenzioni di rimo- Miguel de Cervantes, definiva la battaglia di Cit-
dernamento, e si pone come trasposizione per- tà d’Africa come «quartum bellum punicum».
manente di alcuni apparati effimeri, come quelli Forse un processo analogo può avere riguardato
realizzati in occasione dell’ingresso trionfale di un caso pugliese: nella chiesa di Palo del Colle
Carlo V, nel 1535. Sembra che solo negli anni (Bari) il rosone principale (1590) è arricchito da
successivi a Lepanto il progetto si arricchisca di una raffigurazione biblica: Giuditta che regge la

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Marco Rosario Nobile L’immagine del turco nella Sicilia del cinquecento

Ill. 9. Scicli (Ragusa), dettaglio di palazzo Beneventano.

drammatiche, epiche e, indirettamente, consola-


torie. Per trovare altre declinazioni con cui raffi-
gurare il “nemico” occorrerà una certa distanza
temporale dalla cronaca e dagli avvenimenti più
drammatici. Le modalità con cui Giacomo Ser-
potta descrive Lepanto nell’oratorio di Santa
Cita a Palermo17, disegnano una sorprendente
componente malinconica, l’atteggiamento del
bambino-orfano straniero induce a una pietas
che non ha precedenti.
Ill. 8. Palermo, dettaglio delle erme di Porta Nuova.
Sul fronte invece dell’interpretrazione ironi-
ca, si può ricordare lo sguardo caricaturale dei
testa mozzata di Oloferne; riconoscere in questa “turchi” raccontati nelle mensole dei palazzi
occasione una allegoria dello scontro tra religioni del Settecento tra Ragusa, Modica e Scicli, e in
non è molto difficile. particolare nel palazzo Beneventano di quest’ul-
Il rimando ad altri episodi che trascendono i tima città (1760 circa) (Ill. 9)18. In occasione della
limiti dell’isola appare obbligato; tuttavia gli epi- premiazione il romanzo I lampi di agosto, del
sodi a me noti nel Meridione d’Italia sembrano messicano Jorge Ibargüengoitia, Italo Calvino af-
meno facilmente iscrivibili in un discorso unita- fermava che “Il momento della satira è sempre
rio e in criteri propagandistici condivisi. Solo per un momento di maturità”19. Le forme grottesche
fare riferimento alla Puglia, esistono certamente delle mensole dei balconi iblei pertanto disegna-
raffigurazioni di “turchi” in forma di telamoni no, nel passaggio dal registro del terrore a quello
nella chiesa di Santa Croce a Lecce, ma queste del burlesco, una maturazione, uno scarto signi-
presenze sono accostate ad altre personalità in ficativo nella storia della rappresentazione e nel-
una sequenza che non è immediatamente inter- la storia di una società.
pretabile. In conclusione gli esempi proposti disegna-
Abbiamo fin qui individuato in un periodo no un quadro di oscillazione di percezione della
concentrato, che copre pressappoco l’arco di minaccia, esibita alternativamente come attuale
una generazione, tra il 1560 e il 1585, il periodo e incombente o come passata, più inoffensiva,
in cui si manifesta in maggior misura la rappre- esorcizzata in forme monumentali o grottesche
sentazione del “turco” in nuove architetture sici- e caricaturali ma invariabilmente presente nella
liane. Le raffigurazioni sono articolate in varianti cultura artistica siciliana di età moderna.

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L’immagine del turco nella Sicilia del cinquecento 21

NOTE a riguardo: C. Muscato Daidone, Avola. Fernardo Villaseñor Sebastián (eds),

Marco Rosario Nobile


Storia della città. Dalle origini ai nostri Arquitectura tardogótica en la corona
1
I. Navarra, “Antonino Gagini, giorni, Siracusa, CMD Edizioni, 2011, de Castilla: Trayectorias e intercambios,
scultore: la Resurrezione a Sciacca ed il pp. 118-119. Universidad de Sevilla-Editorial Univer-
San Giorgio a Ragusa”, La Fardelliana,
5
M.R. Nobile, Modica nel Cinque- sidad Cantabria, 2014, pp. 251-263,
III, 1 (1984), pp. 135-147, che cita alla cento: le grandi fabbriche chiesastiche, alla p. 259.
p. 141 come nel 1583 il maestro van- Palermo, Edizioni Caracol, 2015, pp. 14
F. Scaduto, “Porta Nuova a Pa-
tasse ancora crediti “per lo magisterio 13-14 e pp. 27-28. lermo (XVI secolo). La vicenda, i prota-
della cona santa di petra”. Si vedano 6
F. Marías, “Una estampa con el gonisti, i modelli”, in Roma Moderna
poi: A. Vindigni, “Antica chiesa di San arco triunfal de Don Juan de Austria e Contemporanea, (Entrare in città: di
Giorgio”, in Mostra di Restauro, Con- (Messina, 1571). Desde Granada hacia archi e di porte), XII/2 (2014), pp. 231-
vento dei Cappuccini (15-25 ottobre Lepanto”, in Lexicon. Storie e archi- 248. Si veda anche M. Fagiolo, M.L.
1989), Ragusa 1989, pp. 37-39, e, tetture in Sicilia, 5/6 (2007-2008), pp. Madonna, Il teatro del Sole. La rifon-
nello stesso volume,: G. Morana, “Il 65-74. Per il ruolo di Calamech a Mes- dazione di Palermo nel Cinquecento e
restauro della memoria. Notizie su San sina dopo Lepanto: N. Aricò, “Mes- l’idea della città barocca, Roma, Offici-
Giorgio Vecchio e altre antiche chiese”, sina nell’epopea di Lepanto”, in G. na Edizioni 1981, pp. 126-133.
ivi, pp. 41-46. Motta (ed.) , I Turchi, il mediterraneo 15
G. Ortolani, “Vitruvio (I, 1, 5)
2
“Cappellam majorem ornatam e l’Europa, Milano Franco Angeli 1998, e la cultura dell’architetto. Cariatidi e
cum decem et octo statuis Sanctorum pp. 24-77. telamoni nell’architettura “imperia-
ex lapidibus quasi marmoreis cun eo- 7
F. Rotolo, Comiso. La chiesa di le”, in Quaderni dell’Istituto di Storia
rum tabernaculis decoratis...” Così in- San Francesco d’Assisi, Palermo, Editri- dell’Architettura, nuova serie, fascicolo
dica un manoscritto del 1642. Si veda: ce Biblioteca francescana, 2002 (II ed.), 51 (2008), pp. 3-16.
F. Garofalo, Un manoscritto anonimo pp. 44-46. 16
C. Ginzburg, “Memoria e dis-
sulla Ragusa del Seicento, Ragusa, Erea 8
L. Alberti, Descrittione di tut- tanza. Su una coppa d’argento dorato
editrice 1980, p. 15. Il doppio registro ta Italia...Venezia, appresso Lodouico (Anversa, 1530 circa)”, in Paura, reve-
delle nicchie si può arguire dal fatto che Auanzi, 1567, pp. 47-49. renza, terrore, Milano, Adelphi 2015,
un documento del 1595 indica come 9
D. De Gregorio, La chiesa agri- pp. 19-50.
per la costruzione del grande retablo fu gentina. Notizie storiche, II. Dal XVI al
17
La bibliografia su Giacomo Se-
necessario rifare la volta della tribuna XVIII secolo, Agrigento 1997, p. 330. potta e sull’oratorio del SS. Rosario in
(“dammusium dicte cappelle maioris Santa Cita è sterminata. Per un utile e
10
E. Garofalo, La rinascita cinque-
in altum extollere usque ad debitam et recente excursus bibliografico si veda
centesca del duomo di Enna, Palermo,
rationabilem proportionem”). G. Mora- per ultimo: P. Palazzotto, Giacomo Ser-
Edizioni Caracol, 2007, p. 66 e p. 79
na, “Il restauro della memoria. Notizie potta. Gli oratori di Palermo, Palermo
nota 88.
su San Giorgio Vecchio e altre antiche Edizioni d’arte Kalós, 2016, pp. 236-
chiese”…, p. 46.
11
V. Abbate, “Il palazzo, le col-
245.
lezioni, l’itinerario”, in G.C. Argan, V.
3
D. Barbaro, I Dieci Libri dell’ar- 18
Per il coinvolgimento della bot-
Abbate, E. Battisti, Palermo, palazzo
chitettura di M. Vitruvio, Venezia, ap- tega dei Cultraro in questo edificio: P.
Abatellis, Palermo, Novecento 1991,
presso Francesco de Franceschi Senese Nifosì, Scicli. Una città barocca, Scicli,
pp. 14-119, pp.89-90.
& Giovanni Chrieger Alemano, 1567, edizioni il Giornale di Scicli, 1997, pp.
libro V, pp. 212-213. La tavola di Da-
12
M. Vesco, “Un nuovo assetto
157-159.
niele Barbaro contiene nove nicchie e per il quartiere della Kalsa nel Cinque-
cento: l’addizione urbana del piano di
19
J. Ibargüengoitia I lampi di agos-
costituisce una conferma indiretta del to, A. Morino (ed.), Palermo, Sellerio
doppio registro di Ragusa. Porta dei Greci”, in G. Cassata, E. De
Castro, M.M. De Luca, Il Quartiere della Editore 2002. Si veda la presentazione
4
Si veda: M. Trigilia, “I pirati nel dell’edizione italiana a cura di Angelo
Kalsa a Palermo. Dalle architetture civili
litorale della Sicilia sud orientale” [con- Morino dove viene citata la motiva-
e religiose delle origini alle attuali arti-
sultabile su: http://www.sentieridelba- zione di Calvino: «Un romanzo che
colate realtà museali, Palermo, Regione
rocco.it/STORIAECULTURA/ARTICO- rappresenta in chiave satirica eroico-
Siciliana 2013, pp. 47-65.
LIESTERNI/trigilia/incursioni.htm]. Pro- burlesca un mondo che molti scrittori
babilmente non è questa l’incursione
13
M.R. Nobile, “Maestri castiglia-
messicani avevano presentato in forma
che determinò la distruzione di Avola, ni e di area cantabrica nella Sicilia tra
epica».
che invece risale all’estate del 1574, cfr. XV e XVI secolo”, in B. Alonso Ruiz,

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“PAX HISPANICA”?
FORTIFICAZIONI IN LOMBARDIA NELL’ETÀ
DI FILIPPO III (1598-1621)

Marino Viganò
Biblioteca dell’architettura militare, Locarno (CH)

SOMMARIO
I regni, domini, feudi di Spagna, quindi pure lo stato di Milano, paiono vivere sotto Filippo III un’epoca di ripie-
gamento, che segnerebbe una differenza significativa rispetto a quella dei suoi antecessori. Fonti, studi, correla-
zioni fra dati storici ed eventi militari hanno mutato, però, tale percezione, fornendo esiti differenti. L’impegno
a munire frontiere e strade di nuove, colossali fortificazioni, nel Milanese ma nel dettaglio fra acquisti territoriali
e piazzeforti prossime come pure distanti – Finale Ligure, Novara, Porto Longone, Monaco, Correggio, Vercelli,
Valtellina, Piombino –, rivela l’intento della monarchia ispanica di conservare e accrescere le energie. Ciò in vista
di un conflitto che sarà senz’altro decisivo, e che richiede di concludere qualche tregua momentanea con i nemici
per consolidare e ampliare il sistema di piazzeforti, eserciti e flotte, mirando a vincere la guerra generale nel lungo
periodo, concludendo la pace singola nel tempo immediato.

Parole chiave: Filippo III, Irenismo apparente, espansione della monarchia, fortificazioni, ambizione alla supremazia

ABSTRACT
Under Philip III, the kingdoms, dominions and fiefdoms of Spain, among them the state of Milan, seemed to be
in a state of retreat in comparison to previous reigns. Sources, studies and correlations between historical facts
and military achievements point to this change and offer varying accounts of it. The decision to build huge new
fortifications along the borders and routes of the Duchy of Milan, along with the acquisition of land and strong-
holds both near and far – Finale Ligure, Novara, Porto Longone, Monaco, Correggio, Vercelli, Valtellina, Piombino
– reveals the determination of the Spanish throne to maintain and, indeed, bolster the power of its possessions.
Faced with a seemingly decisive conflict, the Spanish monarchy sought to establish a short-term truce with its
enemies in order to strengthen and expand its system of fortresses, armies and fleets, its aim in the process being
to win the wider long-term to secure peace at a local level.

Keywords: Philip III, apparent pacifism, expansion of the monarchy, fortifications, designs on supremacy

1. Una monarchia “irenica”? il válido Francisco Gómez de Sandoval y Rojas,


Si dovesse valutare un governo dalla sempli- duca de Lerma, poi il figlio Cristóbal de Rojas,
ce durata, quello di Filippo III d’Absburgo-Spa- duca de Uceda, sotto Filippo III stesso1; i priva-
gna (1598-1621) andrebbe definito, con i suoi dos Gaspar de Guzmán y Pimentel, conte-duca
23 anni, breve intermezzo tra i 42 anni di regno d’Olivares, e Luis Méndez de Haro y Sotomayor,
del padre, Filippo II (1556-’98) e i 44 anni del VI marchese del Carpio, III duca d’Olivares, per
figlio, Filippo IV (1621-’65). Si dovesse valutarlo Filippo IV, la pletora di quelli di Carlo II.
dal piglio del monarca, Filippo III ne riuscirebbe In base a questi parametri rozzi, ed effettiva-
mero traghettatore dal controllo personale degli mente riduttivi, fondati su una lettura a ritroso di
affari di stato, esercitato da suo padre, alla con- quegli eventi, il giudizio di regno fulmineo, opaco
suetudine dell’affidamento a un primo ministro: affibbiato dalla storiografia classica all’età di Filip-

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24 “Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621)

po III sarebbe ben giustificato. Ma la storia non si cludere o a raffreddare guerre di lungo periodo
Marino Viganò

fa a rovescio, e la storiografia recente ha aperto – quelle di religione francesi a far data dal 1562,
orizzonti interpretativi più ampi su un periodo di le insurrezioni olandesi dal 1568 e la rivalità ma-
certo imparagonabile al celebrato “siglo de oro”, rittima inglese dal 1585 – stabilendo un regime
ma da esso senz’altro plasmato nelle ombre e di relativa quiete. Durato, quest’ultimo, sino al
nelle luci. Oggi si scrive piuttosto di “fracaso de 1621 con i Paesi Bassi, al 1624 con l’Inghilterra,
la gran estrategía”2, ovverossia del crollo del di- al 1635 con la Francia; ossia sin al confluire delle
segno strategico d’instaurazione o quantomeno guerre locali nella conflagrazione generale della
di salvaguardia, della supremazia in due teatri Guerra dei trent’anni (1618-’48), poi nella paral-
geopolitici principali: sul fonte del Mediterraneo lela Guerra franco-ispanica (1635-’59)3.
contro la Francia e l’Impero ottomano alleati; e Quando tuttavia si esaminassero con mag-
nelle Fiandre contro la Francia, l’Inghilterra e i Pa- gior cura le circostanze e il periodo delle pat-
esi Bassi del nord. Disastro assecondato, se non tuizioni appena elencate, emergerebbero dati
preparato, da atti che hanno indotto a parlare di senz’altro significativi. La pace di Vervins è sigla-
una monarchia “irenica” (Ill. 1). ta ancora da Filippo II, poi deceduto il 13 settem-
Nella storia di Castiglia i primi due decenni bre 1598; il trattato di Londra è una delle con-
del XVII secolo vanno in effetti sotto l’etichetta seguenze dell’accessione al trono inglese del re
di “Pax hispánica”, nella quale si compendiano di Scozia, Giacomo VI Stuart, il 25 luglio 1604; il
tre accordi pacificatori dei maggiori conflitti in trattato di Anversa promana, benché alla lonta-
corso: la pace di Vervins (2 maggio 1598), tra na, dalla presa spagnola di Ostenda, piazzaforte
Spagna e Francia; il trattato di Londra (28 agosto difesa per oltre tre anni dagli olandesi (5 luglio
1604), tra Spagna e Inghilterra; il trattato di An- 1601-20 settembre 1604)4. Gli accordi sono per-
versa o “tregua dei dodici anni” (9 aprile 1609), tanto sottoscritti uno avanti ancora l’avvento di
tra Spagna e Paesi Bassi ribelli. Patti intesi a con- Filippo III, gli altri due da una posizione se non

Ill. 1. La “grande strategia” della Spagna nella prima metà del XVII secolo.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 23-34


“Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621) 25

di forza, almeno di sicurezza per la Spagna: dif- a lui infeudata, 17 anni dopo, dall’imperatore

Marino Viganò
ficile considerarli troppo differenti da accordi di Mattia d’Absburgo (4 febbraio 1619)6; l’invio in
pace dell’età precedente. Una politica tutt’altro Correggio delle truppe castigliane per i maneg-
che rassegnata, così appare insomma quella del gi del governatore di Milano, Pedro Enríquez de
tempo a giudicare dalle molteplici evidenze. Acevedo conte de Fuentes, già avanti la morte
I contemporanei stessi ne hanno consapevo- del principe Camillo I il 6 giugno 1605; i primi
lezza, come rivela pure una pagina del funzio- sondaggi per fortificare Porto Longone, enclave
nario pontificio Traiano Boccalini (Loreto 1556 spagnola sull’isola d’Elba (maggio 1603); infine
- Venezia 1613), politologo e retore, avversario l’assassinio del signore di Monaco, Ercole I Gri-
del predominio spagnolo sulla penisola italiana. maldi (21 novembre 1604), con instaurazione
In Pietra del Paragone Politico, libello uscito po- di un protettorato castigliano sino al trattato di
stumo nel 1615, l’autore denunzia quei disegni Péronne (14 settembre 1641). Senza trascurare
di supremazia castigliani, fra gli ultimi anni di il “riscatto” di Novara, preteso e ottenuto an-
Filippo II e i primi di Filippo III; ovvero nel perio- ch’esso dal governatore de Fuentes, da Ranuccio
do dell’apparente “ripiegamento”, anticipatore I Farnese, duca di Parma e di Piacenza (3 aprile
della “tregua dei dodici anni” con i Paesi Bas- 1603); nonché la breve sottrazione di Vercelli al
si (1609-’21). Sotto il titolo “Spagnoli tentano duca Carlo Emanuele I di Savoia (1617-’18).
l’acquisto di Sabioneda, ne gli riesce”, Boccalini
tratteggia difatti, non senza ironia, una vicenda 2. Frontiere e piazzeforti
di scala ben più ampia del teatro padano della
Poste nella sequenza le date di quest’espan-
contesa, rivelatrice dei retroscena reconditi del
sione – Piombino nel 1589, Finale Ligure nel
consolidamento dell’espansione pure militare
1602, Novara e Porto Longone nel 1603, Mo-
della Castiglia:
naco nel 1604, Correggio nel 1605, Vercelli nel
Li Potentati tutti di Europa, & più particolar- 1617 –, sei sui sette episodi politici considera-
mente li Prencipi Italiani, che si auidero, che li Spa- ti risultano accaduti durante il regno di Filippo
gnoli doppò la seruitù de i Milanesi apertamente III. Se per stare anche al Boccalini, quindi, gli
aspirano all’assoluto Dominio di tutta Italia, à fine spagnoli “aspirano all’assoluto Dominio di tut-
di assicurar quel rimanente di libertà, che auan- ta Italia”, e la loro catena appare accresciuta di
za in lei, conuenero trà di loro, che ogni 25 anni cinque “preiudicialissimi annelli” per acquisti e
con isquisitissima diligenza da personaggi à ciò usurpazioni, pare evidente che la corona inten-
deputati fusse misurata la catena, che li Spagnoli
da moltiplicare le guarnigioni, ampliando la sfe-
fabricano per la seruitù Italiana. E, percioche (po-
ra di influenza su principati marittimi e padani;
chi giorni sono) si venne all’atto della misura, con
infinito stupore loro trouarono li Prencipi Jtaliani, completando nel contempo la mappa dei feudi
che catena, che è così odiosa era stata accresciu- sotto sovranità diretta; fabbricando o riattan-
ta di cinque preiudicialissimi annelli, incontanente do fortezze lungo i principali assi viari; facendo
furono chiamati li Fabri Politici, li quali con isquisi- perno tramite un sistema coordinato di porti di
ta diligenza fecero il saggio del ferro agiunto alla imbarco e sbarco, piazzeforti di tappa, centri di
catena, & trouarono, che il primo annello era sta- collegamento, al cuore di quel tragitto: lo stato
to fabricato à Piombino, l’altro al Finale, il terzo à di Milano, già “llave de Italia” sotto Filippo II7,
Corregio, il quarto à Porto Lungone, & l’ultimo à da ora “corazón de la monarquía” sotto il figlio
Monaco5.
Filippo III8.
La sciarada del Boccalini richiama esplicita- Un ruolo sottolineato dall’intensità rinnova-
mente, difatti, l’assassinio del principe di Piom- ta del governo di Madrid – o meglio, dal 1601
bino, Alessandro Appiani (28 settembre 1589), al 1606, di Valladolid – nel munire la capitale
preludio all’installazione di truppe e all’usurpa- della Lombardia e il reticolo di città e cittadelle
zione del feudo da parte di Filippo IV (10 aprile del contado milanese. Territorio da considerare,
1628); la definitiva acquisizione di Finale Ligure, è naturale, in particolare dal profilo strategico,
già conquistata da Filippo II (27 aprile 1571), an- in base alle frontiere del tempo, differenti non
nessa de facto da Filippo III (9 gennaio 1602), poi soltanto da quelle odierne; ma anche da quelle

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26 “Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621)

del Milanese stesso nel XVIII secolo. Non è forse


Marino Viganò

inutile rammentare che l’attuale Lombardia, una


regione amministrativa napoleonica e austriaca
del XIX secolo, è suddivisa in precedenza tra due
potenze fra loro rivali: lo stato di Milano e la re-
pubblica di Venezia, con la frontiera lungo i corsi
di Adda e Oglio e con l’enclave veneziana di Cre-
ma. Frammentata da feudi minori, quali i ducati
di Mantova e di Sabbioneta; aumentata dalle
“province” di Arona (feudo Borromeo), Novara
(feudo Farnese nel 1538-1602) e Alessandria,
Domodossola, Valenza Po, Tortona e Serraval-
le Scrivia. Diminuita invece della val Chiavenna
e Valtellina, assoggettate alle tre Leghe grigie.
Contratta dunque a nord e a est, eccetto il Cre-
monese, estesa a ovest sino al Monferrato gon-
zaghesco e a sud all’Appennino ligure.
Geografia risalente alle guerre del XV secolo,
allorché Visconti e Sforza devono cedere Brescia
(1426), Bergamo (1428), Crema (1449) alla re-
pubblica di Venezia, perdute definitivamente
alla pace di Lodi (9 aprile 1454); che si stabilizza
durante il dominio di Luigi XII di Valois-Orléans,
re di Francia e duca di Milano dal 1499 al 1512,
il quale conserva Piacenza e Parma ancora per Ill. 2. Il “camino de Flandes” tra Lombardia spagnola e stato
delle Leghe Grigie a inizio XVII secolo.
una dozzina d’anni, ma rinunzia il Cremonese a
Venezia per un decennio (1499-1509) e le valli te a prezzo di investimenti militari ed equilibrismi
superiori del Ticino a tre Cantoni svizzeri, facen- politici. Ma sotto Filippo III il trattato franco-i-
dosi strappare dalla Confederazione elvetica la spano-sabaudo di Lione (17 gennaio 1601) re-
piazzaforte chiave di Bellinzona (1500), Luga- stringe la strada spagnola alle Fiandre via Savoia,
no e Locarno (1513), e dai Grigioni la Valtellina lasciando solamente quella dal Lario al Tirolo via
(1512), terre definitivamente consegnate loro bassa Engadina. I successivi accordi franco-gri-
dal successore Francesco I di Valois-Angoulême gione di Parigi (29 gennaio 1602) e veneto-gri-
nel 1516. Un territorio dunque, quello lombar- gione di Davos (15 agosto 1603) finiscono per
do del primo XVII secolo, costretto tra i fiumi minacciare pure questo cammino residuo. Non
Adda e Sesia, piuttosto sbilanciato su Piemonte resta alla Spagna che il corridoio del Gottardo,
e Genovesato e deprivato invece a nord, verso la battuto dal 1604 per le capitolazioni coi Cantoni
Confederazione, a sud verso l’Emilia. cattolici svizzeri e abbandonato soltanto in parte
Per questa posizione geopolitica, la Lombar- all’occupazione della Valtellina grigione (1620-
dia si conferma a livello continentale crocevia ’39)11, nel periodo in cui la presenza castigliana
della catena di feudi absburgici sui quali si basa in armi alle soglie dello Spluga e del Maloja ren-
il “camino de Flandes” (Ill. 2): strada di interes- de più efficaci le pressioni sulle tre Leghe grigie.
se strategico che collega il Napoletano, luogo di Quanto al profilo tattico, tra la fine del XVI
reclutamento di truppe italiane dei tercios, con e gli inizi del XVII secolo la cosiddetta “scuola
la regione dei Paesi Bassi “ribelli” via Genovesa- italiana” di fortificazione – che propone cortine
to, Monferrato9, contea del Tirolo, stati cattolici estese, con baluardi a fianchi piatti o ritirati e
dell’Impero, Ducati renani; oppure Borgogna, con spalla quadrata o tonda – evolve verso mo-
Franca Contea, Brabante10. Mantenere una posi- delli a cortine e bastioni complessi: falsebrache
zione tanto vantaggiosa è possibile, naturalmen- raddoppiano le difese del corpo di piazza, piazze

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“Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621) 27

di tiro a cavaliere ai lati delle cortine o entro i strada coperta e il terrapieno, spesa 8.000 scu-

Marino Viganò
baluardi moltiplicano le postazioni da fuoco in- di18; il sovrano ordina, in aprile, al governatore
terne al recinto12. In particolare, quindi, le opere Pedro Enríquez de Acevedo conte de Fuentes, di
avanzate, sino allora di modeste dimensioni e di inviare più compiuta informazione19. L’ingegne-
utilizzo limitato, vengono moltiplicate e rese più re Bartolomeo Rinaldi, nel settembre 1607, può
complesse, con un labirinto di rivellini, tenaglie, misurare il circuito delle controscarpe20 e così
controguardie poste davanti alle cortine e ai ba- nel maggio 1613 il collega Gerolamo Sitoni21, il
luardi; di opere a corno e a corona avvolgenti; quale sembra poter rilevare la cittadella compiu-
di ridotti sui salienti e di lunette sul pendio del- ta dopo mezzo secolo di interventi discontinui.
lo spalto esterno, inclinato verso l’assediante, “Regnando poscia Filippo III”, attesterà difatti,
connesse alla piazza da corridoi a caponiera; decenni dopo, Serviliano Latuada, “nell’anno
di gallerie di mina e contromina13. Le opere in 1612. Don Alfonso Pimantello Castellano fece
muratura sono la norma nelle fabbriche, tuttavia ampliare la Fossa, cavando varj pozzi, li quali
l’esperienza delle guerre nei Paesi Bassi, su ter- somministrano buona quantità di acqua, che la
reni rotti e acquitrinosi, e le ristrettezze di tempo riempie” (1738)22.
nonché spesso di mezzi, suggeriscono l’introdu-
zione pure in Italia di elementi più elastici, quali L’impresa successiva, la costruzione ex novo
terra, fascine, gabbioni, steccati, trincee14. del forte Fuentes (1603-’12)23, è la conseguen-
za più spettacolare delle tensioni fra la Castiglia,
insediata in Lombardia, la repubblica di Venezia
3. Esempi “esemplari” e le sue alleate Leghe grigie. La fortezza, proget-
Quali le applicazioni nel Milanese? I docu- tata dall’ingegnere Gabrio Busca, sviluppata con
menti sono migliaia15, le sintesi sono pubblica- la consulenza di Ercole Negro di Sanfront e di
te16, qui alcuni dettagli. Seguendo la cronologia Giovanni de’ Medici, costruita sotto supervisione
delle fabbriche, la prima fortificazione abbor- di Giuseppe Piotti da Morbio, il “capitan Vacal-
data dalla Spagna è la chiusura dell’esagono lo”24, nel 1608 è per gran parte delineata25, e
bastionato avviato nel 1560 attorno al Castello nel 1612 pressoché compiuta26. Il poligono irre-
sforzesco di Milano17 (Ill. 3). Nel febbraio 1602 golare tenagliato lungo, stretto, occupato quasi
si dibatte in Consejo de guerra di terminar due per intero da caserme, denominato a partire dal
casamatte al baluardo Acuña, con la relativa cor- titolo feudale (conte de Fuentes) del governatore
tina e la controscarpa, al costo di 17.318 scudi, allora in carica, Pedro Enríquez de Acevedo, oc-
e quanto resta da fare dal cordone in su, con la cupa una collinetta presso Colico, sulla linea di
frontiera tra l’alto Lecchese spagnolo e la bassa
Valtellina grigione, rappresentando un’esplicita
minaccia volta alle Tre leghe e a Venezia (Ill. 5, 6).
Novara è oggetto di studi per considerevoli
ampliamenti della cinta bastionata sotto il go-
verno dello stesso de Fuentes, per un trentennio
(1605-’36)27. La cerchia medievale, rafforzata dai
tre primi bastioni in mattoni d’età farnesiana, ri-
sulta superata, sia per efficienza, sia per esten-
sione (Ill. 4). Tra il 1605 e il 1610 l’ingegnere Ga-
spare Baldovino procede quindi a demolire edi-
fici religiosi e civili esterni alle mura e a sbancare
terreno per fabbricare gli undici bastioni “reali”
a spalle quadre, con i quali garantir sicurezza a
un circuito che amplia di 1/3 la superficie urba-
na28. Nel 1612 si scava il fosso fuori la cerchia,
Ill. 3. Giovanni Ghisolfi (?) Il castello di Milano nel 1613-’55.
Dipinto perduto nei bombardamenti del 1943, foto in Archivio ma le fabbriche di completamento delle difese
Fotografico del Comune, Milano, A 32.918. mediante rivellini e lunette seguitano ancora

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Marino Viganò “Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621)

Ill. 4. Gaspare Baldovino? “NOVARA, 1622”. Archivo General, Ill. 5. Anonimo. “Fverte de Fventes”, fine XVII secolo. Bibliote-
Simancas, Mapas, Planos y Dibujos, VII/196. ca Nacional, Madrid, Mss. 12.678, Planos de varias ciudades y
plantas de las fortificaciones de la Lombardia.

nel 1625-’33 e nel 1643-’46 sotto la direzione munito del Finale Ligure (1614-’16)33. Ideato dai
dell’ingegnere maggiore Francesco Prestino, il successori del governatore de Fuentes, Juan Hur-
quale si occupa anzitutto di demolire alcuni al- tado de Mendoza marchese de la Hinojosa, nel
tri sobborghi di un abitato già annichilito dalle 1614, e Pedro Alvarez de Toledo Osorio marche-
distruzioni. se di Villafranca e duca de Fernandina y Montal-
Menzionata in forma esplicita da Traiano bano, nel 1616, il disegno prevede di fortificare
Boccalini è l’impresa coeva della poderosa for- il Finale e di creare una base navale imponente a
tezza a Porto Longone, nella baia di Mola, sul- Varigotti, rada più ampia e accogliente di quel-
la costa orientale dell’isola d’Elba (1605-’36)29. la finalese (Ill. 5). Incaricato lo stesso “capitan
L’enclave è parte dello stato dei Presìdi di To- Vacallo” attivo a Colico, il quale dà almeno 5
scana, creato dai trattati di Londra e Bruxel- schizzi, da quello iniziale a matita a quello “in
les (29 maggio e 3 luglio 1557), verso il finire netto”, spedito a corte per l’approvazione: oltre
delle guerre d’Italia. Sguarnito di fortificazioni a un forte bastionato pentagonale sul promon-
e di truppe per quasi mezzo secolo, dopo l’ac- torio a dominio del porto, vi si propone un molo
cessione al trono di Filippo III il sito è prescelto con faro, l’abitato a maglia ortogonale, caser-
per ospitare un forte, come annoterà il gover- me, arsenale per galere. Progetto forse troppo
natore di Portoferraio, Giovanni Vincenzo Coresi ambizioso e costoso, vien quasi subito abban-
del Bruno: “il uice Re di Napoli D. Gio. Alfonso donato34.
Pimentel d’Herrera conte di Beneuento, spedì in La fabbrica di un forte in prossimità di Bulga-
Porto Lungone D. Garzia di Toledo con l’inge- ro, l’attuale Borgo Vercelli, è la tappa successiva
gniere Pietro Castiglione, che ui fecero erigere dei piani difensivi-offensivi contro il Piemon-
una Fortezza, quale fu solennemente benedetta te-Savoia del marchese de la Hinojosa (1614-’17
nel dì 2 Aprile 1606 da Monsig[no].re Alessan- e 1624-’25)35. Con l’assistenza dell’ingegne-
dro Petrucci Vescovo di Massa, e fu chiamata
re parmense Claudio Cogorani, nel settembre
il Forte Pimentel, o Beneuentano” (1738)30. Le
1614 si dà avvio al cantiere per il poligono dai
due ispezioni dell’ingegnere Giovanni Rinaldini,
cinque baluardi lanceolati, con rivellini avanti
il 17 settembre 1604 avanti il cantiere, il 17-21
l’ingresso principale e del soccorso, detto forte
agosto 1605 a lavori avviati31, ribadiscono l’uti-
“Sandoval”, dal titolo del duca de Lerma, válido
lità dell’impianto, iniziato verso fine aprile 1605
di Filippo III. In risposta alla rifortificazione di Ver-
e chiamato Benaventano, dall’appellido feudale
celli – tornata in mani sabaude dopo l’occupa-
di Juan Alonso Pimentel Enríquez de Herrera, VIII
zione spagnola del 1617 –, i lavori riprendono
conte e V duca de Benavente, vicerè di Napoli32.
nel 1624, ma presto s’interrompono e cessano
Progetto irrealizzato resta invece quello di durante la seconda occupazione di Vercelli del
trasformare la baia di Varigotti nell’approdo 1638-’59. Ora guarnigione di seconda linea, la

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“Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621) 29

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Ill. 6. Veduta aerea del forte Fuentes a Colico, edificato nel 1603-’12.

fortezza viene spianata tra l’aprile e il maggio le ultime due. Eppure, nonostante alcune siano
1644 (Ill. 11). eccentriche al ducato di Milano, ne sono consi-
derate parti integranti, in qualità di avamposti
Vercelli in effetti rimane, una prima volta, in
indispensabili per garantire strategie di difesa o
mani castigliane per un periodo troppo breve per
d’offesa.
divenire oggetto di significativi lavori di fortifica-
zione (1617)36. Gli interventi si limitano allora a Tracciando difatti nel 1660 un atlantino di
riattazioni e integrazioni di opere esistenti con piazzeforti dell’Italia nord-occidentale – Tavola
steccati, fossi, fascine. Tra le ultime fabbriche delli desegni de tvtto il Stato di Milano, e’ par-
dell’età di Filippo III è il forte di Bormio, nell’alta te di Piemonte et Monfe[rrat].o –, tale Giovanni
Valtellina occupata miliarmente (1621-’27)37. Il Stefano Cantoni disegna 55 piante delle quali
quadrangolo bastionato, con tre ampi rivellini e 27 in Lombardia (Pavia, Valenza, Alessandria,
caserme attorno allo spiazzo centrale, detto for- Tortona, Serravalle, forte di Breme, Novara,
te “Feria” in onore di Gómez Suárez de Figueroa Mortara, Vigevano, Abbiategrasso, Fontane-
duca de Feria, governatore di Milano, al tempo to, Domodossola, Como, forte Fuentes, Lecco,
stesso costituisce la guarnigione più avanzata Ponte, Trezzo, Bobbio, Lodi, Pizzighettone con
nella contea già grigione, ora castigliana, e un Gera, Moccastorna, Cremona, Sabbioneta, Mi-
anello di sutura verso il principato imperiale di lano, castello di Milano, forte “Sandoval”); 17
Trento, corridoio di collegamento col basso Tiro- del Piemonte (Vercelli, San Germano Vercellese,
lo dei “cugini”, gli Absburgo d’Austria. Santhià, Trino, Crescentino, Verrua, Asti, Villa-
nova d’Asti, Chivasso, Arazzo, Ceva, Cuneo,
Ivrea, Torino, Susa, Monmélian, forte “Sencio”);
4. Bagliori di guerra 1 borromaica (Arona), 1 elbana (Porto Longo-
Quale geopolitica assecondano le fortifica- ne), 2 del Monferrato (Casale e Nizza), 1 france-
zioni concluse, progettate, avviate dal 1598 al se (Pinerolo), 1 grigione (Tirano), infine persino
1621, sotto Filippo III (Madrid 1578 - Madrid 1 ligure (Genova)38.
1621)? Solamente quattro – Milano, Colico, L’autore vi mette in stretta concatenazione i
Novara, Bulgaro – ricadono nel territorio della luoghi con uno spazio della supremazia castiglia-
Lombardia quale si presenta dal 1603; Finale è na mediante dominio diretto, protettorati e futu-
un’enclave nella riviera ligure di Ponente; Porto re occupazioni39. In tal senso, una base marittima
Longone lo è nell’isola d’Elba degli Appiani di distante quale Porto Longone, nell’alto Tirreno,
Piombino; Vercelli una piazzaforte del Piemonte è non meno “milanese” di Tortona, di Pavia, di
sabaudo; e Bormio un villaggio della Valtellina Mortara. Vale forse rammentare, come deluci-
grigione. Dal profilo feudale, appartengono alla dazione, che le crociere delle galere, i trasporti
corona di Spagna, a pieno titolo, le prime sei truppe a vela e a remi, sono fattibili soltanto da
località, e sono conquistate “a mano armata” giugno a ottobre, di cabotaggio lungo le coste

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30 “Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621)

e in bacini quale il Mediterraneo, meno esposto Agendo per linee interne dal Milanese, la
Marino Viganò

alle tempeste. E con il loro equipaggio medio di Castiglia può contenere le potenze regionali av-
200/300 vogatori, per lo più forzati, queste ga- verse nell’Italia settentrionale: la repubblica di
lere devono appoggiarsi a cale e porti nei quali Venezia di continuo, e il Piemonte sabaudo nelle
sostare sicure durante lunghi tragitti, per rifor- fasi alterne di rivalità a seconda delle inclinazio-
nirsi dell’acqua dolce, il cui consumo, in estate e ni del principe regnante; può tenere soggette
durante le pesantissime voghe, è enorme. quelle alleate: la repubblica di Genova, i ducati
Per assicurar i collegamenti Napoli-Genova, di Mantova e di Parma e Piacenza, i Principati
e il Tercio napoletano a Milano, quella base el- padani; e può allungare la propria ombra sul
bana è vitale (Ill. 7). “Il porto longone è un por- granducato di Toscana e sullo Stato pontificio,
to di qualità, che prendendosi saria causa che anch’essi in bilico fra alleanza e rivalità. Il siste-
Napoli non potria più socorrere Milano, che per ma richiede una rete di fortificazioni aggressive,
questo non potria più andare fanteria per quella ancor più che difensive (Ill. 9). Il cuore è Mila-
volta, che saria impedita dalla armata di mare no, da cui la conclusione del cantiere per i tre
che lì terria il nemico”, osserva con acutezza nel baluardi mancanti della cittadella dell’antico Ca-
1646, alla vigilia dell’assalto francese all’enclave,
un segretario fiorentino40. Senza truppe, nien-
te guerra in Europa. Senza base navale, niente
truppe da collocare nel Milanese o da spedire
nelle Fiandre. Senza piazzeforti di sbarco e di
collegamento, niente trasporti sicuri fra Napoli,
Finale, Casale, Alessandria, Novara, Milano (Ill.
8). Senza fortezze di guarnigione e di minaccia,
nessuna soggezione di Piemonte, Monferrato e
Leghe grigione.

Ill. 8. Veduta aerea della fortezza di Porto Longone (oggi Porto


Azzurro), isola d’Elba, fabbricata nel 1605-1636.

Ill. 9. Giuseppe Piotti, il “capitan Vacallo”. “Eleuato del porto


Ill. 7. Anonimo. “Pianta et Assedio di Porto Longone, 1650”. et forteza de Varigoti, 1616”. Archivo General, Simancas, Ma-
Bibliothèque Nationale de France, Paris, inv. P 53367. pas, Planos y Dibujos, VIII/77.

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“Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621) 31

Marino Viganò
Ill. 10. Anonimo. “Bormio”, c. 1620. Archivo General, Siman- Ill. 11. Anonimo. “Verceli, 1638”. Archivo General, Simancas,
cas, Mapas, Planos y Dibujos, XV/113. Mapas, Planos y Dibujos, V/112.

stello sforzesco. All’epoca solo due centri sono conflitto ispano-sabaudo per il Monferrato del
racchiusi da mura bastionate: Pavia (1542-’55)41 1613-’14, concluso con la pace di Asti (21 giu-
e Milano (1548-’60)42. Malgrado pareri e solleci- gno 1615), è la fabbrica del forte “Sandoval”; e
tazioni dell’età di Filippo II, altri progetti restano ricaduta del lungo insediamento in Valtellina nel
sulla carta. Ed è la monarchia “irenica” di Filippo 1620-’39 è la costruzione del forte “Feria”. Ap-
III a doversi far carico di realizzazioni di ampio re- pena prima e dopo la deflagrazione della Guerra
spiro – la cerchia di Novara – o puntuali – Colico, dei trent’anni, sono evidenti le direttrici di una
Porto Longone, Bulgaro, Bormio (Ill. 10) –, tutte potenza che per garantire la “Pax hispánica”
costosissime, ma irrinunciabili per confermarsi deve, come già l’Impero romano, spostare le
protagonisti sullo scenario globale dei conflitti frontiere e potenziare le fortificazioni. Non solo
in atto. sul fronte continentale, se due imprese contro i
Alcune sono preventive, altre si accompa- mori assicurano la presa di Larache (1610-1689)
gnano invece a guerre in corso. Il forte Fuentes e di La Mámora (1614-1681), nel Marocco at-
e il Benaventano rispondono a esigenze di là da lantico, subito rafforzate con mura bastionate43.
venire, ma prevedibili, presidiando siti chiave del Non è quindi eccessivo scrivere del regno di Fi-
“camino de Flandes”: l’uno sulle soglie di una lippo III come del “ventennio di preparazione”
repubblica, i Grigioni, divenuta ostile, l’altro al in vista di obiettivi ambiziosi, sia al nord, sia nel
centro di una strada marittima. Conseguenza del settore mediterraneo. “Si vis pacem…”.

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32 “Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621)

NOTE Ribot García, “Milán, Plaza de Armas lienne’ - Réflexions sur une expression
Marino Viganò

de la Monarquía”, Investigaciones His- infondée”, in La genèse du système


*Abbreviazioni: AGS = Archivo tóricas, n. 10, 1990, pp. 205-238. bastionné en Europe 1500-1550 (N.
General, Simancas; ASCM = Archivio
8
“De ‘llave de Italia’ a ‘corazón de Faucherre - P. Martens - H. Paucot,
Storico Civico, Milano; ASF = Archivio la monarquía’: Milán y la monarquía coord.), Cercle Historique de l’Arribière,
di Stato, Firenze; ASM = Archivio di católica en el reinado de Felipe III”, in Orthez, 2014, pp. 49-52.
Stato, Milano; BAM = Biblioteca Am- P. Fernández Albaladejo, Fragmentos 13
M. Fior - M. Viganò, “Archi-
brosiana, Milano; BNB = Biblioteca Na- de monarquía. Trabajos de historia po- tettura militare in Lombardia nei secoli
zionale Braidense, Milano. lítica, Alianza Editoriale, Madrid, 1992, XVII e XVIII”, in Lombardia barocca e
pp. 185-237, e in Lombardia borromai- tardobarocca. Arte e architettura (V.
1
J. Martínez Millán - M. A. Visce- ca, Lombardia spagnola 1554-1659 (P. Terraroli, coord.), Gruppo Banca Lom-
glia (coord.), La monarquía de Felipe III. Pissavino - G. Signorotto, coord.), Bul- barda - Skira editore, Milano, 2004,
La Corte, e La monarquía de Felipe III. zoni Editore, Roma, 1995, pp. 41-91. pp. 178-203; A. Scotti Tosini, “Progetti
Los Reinos, e La monarquía de Felipe 9
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­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 23-34


“Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621) 33
18
AGS e ASM, Simancas, Estado, 25
BAM, cod. S 141 sup, foll. 59- di Guerra), s.n. [Dispaccio di Vincenzo

Marino Viganò
legajo 1.897, n. 172. Consulta Del 148v. (XVI). G. Baldovino - O. Longhi Coresi del Bruno], “Portoferraio 3 no-
Cons[ej].o de estado, sobre lo que avisa - P. Motta - A. Bisnati - G. Brenna - F. Si- vembre 1738”.
don Jusepe de Acuña en carta de 12 toni, Misura g[e]n[er]ale de tutta la fa- 31
C. Promis, “Gl’ingegneri militari
de Octubre passado, del estado dela brica fatta nel forte de fuentes, “1608 della Marca d’Ancona che operaro-
fabrica del Castillo de Milan, y que con Adi 22 luglio”. no e scrissero dall’anno MDL all’anno
17 mill e[scud].os se pondria en deffen- 26
ASCM, Belgioioso, cart. 262, MDCL”, Miscellanea di Storia Italiana,
sa Real, “en Valladolid a 21 de Hebrero docc. 43-57. G. Baldovino, Forte di vol. 6, 1865, pp. 241-356, qui pp. 308-
1602”. Fuentes 1612 circa jnformatione Per 320.
19
AGS e ASM, Simancas, Es- Gaspare Baldouino Ingegnero Militare, 32
AGS, Estado, leg. 1.102, n.
tado, legajo 1.897, n. 133. Al Con- “1612”. 81. El Conde de Benauente fortifica-
de de Fuentes que Jnforme sobre la 27
M. Crenna, “Quando si dice No- cion de Puerto longon y oruitello, “de
fortifica[ci].on del Castillo de Milan, “De vara città-forte”, Novara, n. 2, 1982, Nap[ole].s a 25 de Abril 1605”.
Valladolid a 5 de Abril 1602”. pp. 72-96; S. Pruno - P. Piccoli, “Novara 33
U. Bruna, “Varigotti 1614: pro-
20
BAM, cod. S 141 sup, foll. 39- piazzaforte. Il progetto fortificatorio getto di un porto”, Rivista Ingauna e
40v. Bartholomeo Rinaldi Jng[egner].e del conte di Fuentes come fase decisiva Intemelia, n.s. vol. 48, n. 1/4, 1993
della R[egi].a Cam[er].a nello Stato di di inizio Seicento. Documenti inediti”, [1997], pp. 43-48.
M[ila]no, “data il di 27 7bre 1607 in Nouarien, n. 28, 1998/99, pp. 139- 34
BAM, cod. S 143 sup, foll. 119-
M[ila]no”. 149; P. Piccoli - S. Pruno, Il castello e
120v. (CCLXXXXVII). G. Piotti il “Vaca-
21
BAM, cod. S 141 sup, foll. le mura di Novara. Storia e progetti per
llo”, Relatione del Porto, et Forte, che si
41-42v. Jl Cap[itan].o Hieronimo Si- una città fortezza tra il XVI e il XVII se-
hauerà à far à Varigozzi del Cap[itan].o
toni Jng[egne].ro di S[ua] M.[aesta] colo, Interlinea edizioni, Novara, 2010.
Gioseppe Vacallo, [inizi del XVII secolo].
C[atholic].a, “in M[ila]no alli 21 di Agos- 28
ASCM, Belgioioso, cart. 263, 35
D. Beltrame, “Il forte spagnolo
to 1612”, e foll. 43-44v., Jl Cap[itan].o doc. 176. G. Baldovino, Parere del S.r
‘Sandoval’ presso Borgo Vercelli (1614-
Hieronimo Sitoni Jng[egne].ro di S.[ua] Marchese di S. Angelo p[er] fortifica-
1644)”, Bollettino Storico Vercellese,
M.[aesta] C[atholic].a, “in Milano alli 28 re la Città di Nouara, con suoi Profili
vol. 24, n. 2 (45), 1995, pp. 89-134.
Mag[gi].o 1613”. corrispond[en].ti, [inizi del XVII secolo]. 36
D. Beltrame, “La fortificazione
22
S. Latuada, Descrizione di Mi- 29
F. Divenuto, “Disegni inediti di
di Vercelli nel primo Seicento. Ulterio-
lano ornata con molti disegni in rame fortificazioni e piazzeforti dello Stato
ri interventi sabaudi, assedio e breve
Delle Fabbriche più cospicue, che si dei Presìdi”, in Aspetti e problemi di
occupazione spagnola (1616-1618)”,
trovano in questa Metropoli Raccolta storia dello Stato dei Presìdi in Marem-
Bollettino Storico Vercellese, vol. 29, n.
ed Ordinata da Serviliano Latuada Sa- ma. Temi di ricerca e contributi presen-
2 (55), 2000, pp. 45-94.
cerdote Milanese. Tomo quarto, Nella tati all’incontro di studi svoltosi a Gros-
Regio-Ducal Corte, A spese di Giusep-
37
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seto il 22 e 23 giugno 1979 (R. Ferretti,
pe Cairoli Mercante di Libri, In Milano, miese, Tipografia Bettini, Sondrio,
coord.), Società Storica Maremmana,
MDCCXXXVIII, p. 446. 1994, pp. 38-39.
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23
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38
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conflitti tra il Milanese e le terre di San forti spagnoli di Portolongone e Fuen- Tavola delli desegni de tvtto il Sta-
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no di studi La difesa della Lombardia 30
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Spagnola, cit., pp. 123-138. 1.807 (Negozzi di Gouerno di Livorno l’Architecture et du Patrimoine/Musée
24
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ASF, Miscellanea medicea, fil.
ubidire al decretto delle SS. VV. M[olt].o l’indipendenza, che hanno i Governi, 105, inserto n. 12, foll. 20-25. Scrittura
Jll[ustr].i intimato al loro fedele seruito- e Tribunali di Livorno, e Portoferraio da del S.[ignor] Venturi sopra i porti del Re
re, [inizi del XVII secolo]. ogni altro, fuori, che dalla Segreteria di Spagna, “1646”.

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34 “Pax hispanica”? Fortificazioni in Lombardia nell’età di Filippo III (1598-1621)

41
M. Galandra, “Le mura spag- 42
A. Filaseta, “I Bastioni Spagnoli: Secretaría de Estado para la Coopera-
Marino Viganò

nole di Pavia (Alcune note storiche)”, organizzazione di cantiere e maestran- ción Internacional y para Iberoamérica-
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EN PIE DE GUERRA: IMÁGENES ESTRATÉGICAS
DE LOS PUERTOS DE A CORUÑA Y FERROL ANTE
LA AMENAZA DE UN ATAQUE NAVAL (1621-1639)1

Alfredo Vigo Trasancos


Universidade de Santiago de Compostela

RESUMEN
El fin de la Tregua de los Doce Años con Holanda y la posterior entrada en guerra de Inglaterra y Francia obligó a la
monarquía española a conocer el estado de nuestros principales puertos atlánticos, en previsión de que pudiesen
ser atacados por el enemigo. Para ello fueron solicitados a los gobernadores de los reinos periféricos informes
sobre su estado militar buscando ponerlos en situación de defensa. Galicia no fue una excepción, dada la posición
que ocupaban los puertos de A Coruña y Ferrol en la política naval del gobierno de los Austrias; de ahí que, junto
a informes escritos, también se realizasen planos de gran precisión para enviar al rey, dándole cuenta de su estado,
de lo que guardaban de interés y de sus necesidades militares, básicas para repeler un ataque.

Palabras clave: A Coruña, Ferrol, Golfo Ártabro, Pedro Texeira, Juan Santáns Tapia, Francisco Manuel de Melo,
guerra, siglo XVII

ABSTRACT
The end of the Twelve Year Truce with the Netherlands and the subsequent wars with England and France
forced the Spanish monarchy to review the state of our main Atlantic ports, in preparation for possible enemy
attacks on them. The governors of the outlying kingdoms were thus requested to provide reports on their military
capabilities, the aim being to ensure they were in a state of defensive readiness. Galicia was among them, owing
to the position occupied by the ports of A Coruña and Ferrol in the naval policy of the Habsburg government.
Along with written reports, very precise drawings were made and sent to the king, advising him of the status of
the ports, what they held of interest, and their military needs, essential in repelling attacks.

Keywords: A Coruña, Ferrol, Gulf of Artabro, Pedro Texeira, Juan Santáns Tapia, Francisco Manuel de Melo, war,
17th century

Abrese aquí a terra a receber o mar, donde forma hunha


fermosissima abra, pella qual se servem tres grandes portos:
Corunha, Ferrol & Betanços; a esta abra chamaraon os
antigos: A Ganude
Francisco Manuel de Melo, Epanaphora Tragica Segunda, 1627

Tiempos de guerra: 1621-1639 tándem complementario que señoreaba un en-


1621 fue, sin duda, una fecha decisiva para clave marítimo fundamental como era el Golfo
la monarquía española pues supuso el comienzo Ártabro.No debe olvidarse que entonces conclu-
de una nueva situación de guerra prolonga que yó la Tregua de los Doce Años que volvió a situar
puso en acción a todos los puertos atlánticos de a Holanda entre las potencias navales más hosti-
la península y, más aún, a los cantábricos que, les al imperio español; sólo tres años después, en
como los de A Coruña y Ferrol, formaban un 1624, se añadía al bloque antiespañol la Inglate-

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 35-58


36 En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

rra de Jacobo I y más tarde se sumó a tan impor- Guetaria, en 1638, que fue, sin duda, uno de
Alfredo Vigo Trasancos

tantes enemigos la Francia de Luís XIII y el carde- los episodios más dramáticos de la guerra contra
nal Richelieu que, a partir de 1635, le declararía Francia y que tuvo como grandes protagonistas
la guerra a España y puso en marcha un progra- al almirante español Lope de Hoces y al arzo-
ma de agresión naval que resultó muy pernicioso bispo de Burdeos Henri d’Escoubleau de Sourdis
para nuestras costas. Por lo tanto, ante una si- que resultó vencedor en el combate4. Sólo un
tuación marítima tan hostil y belicosa, no puede año después, en agosto de 1639, el mismo ar-
sorprender que la monarquía del joven rey Felipe zobispo volvía a manifestar su poderío en las vi-
IV, guiada en estos momentos por su valido el llas cántabras de Santoña y Laredo que también
conde-duque de Olivares, tratase de conocer el se vieron asoladas en este contexto de guerra5.
estado de nuestros puertos, consciente segura- Por consiguiente, como colofón a esta época
mente de que, en cualquier momento, algún tan aciaga para el dominio español de los ma-
enclave marítimo peninsular podía ser víctima de res, sólo resta mencionar la gran derrota sufrida
una agresión, bien para destruir la villa elegida por nuestra armada en la batalla de Las Dunas,
procediendo a su saqueo y posterior incendio o, acontecida el 21 de octubre de ese año frente a
sencillamente, porque el puerto atacado había la flota holandesa, pues supuso, en efecto, para
sido escogido por concentrar las muchas flotas la España de los Austrias, el fin de todo un sueño
que daban forma al poderío naval español y de de poder naval.
este modo se ponía en entredicho su seguridad
militar. Y ese fue el caso, en efecto, del ataque
a Cádiz, entre los días 1 y 7 de noviembre de 1621. Inicio de hostilidades con los Paí-
1625, por parte de la armada anglo-holandesa ses Bajos
al mando de Sir Edward Cecil2, que fracasó en Aunque pueda resultar sorprendente, dada
su empeño gracias a la defensa del gobernador la envergadura que entonces seguía teniendo el
de la plaza Fernando Girón, bien secundado por imperio hispánico, a la altura de 1621 el conoci-
el duque de Medina Sidonia y que tuvo la suer- miento que el gobierno tenía de las costas espa-
te de ser pintado con gran brillantez por Fran- ñolas y más en particular de las norteñas no era
cisco Zurbarán para decorar las nobles paredes demasiado preciso y menos aún en el plano de
del Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro3 sus condiciones defensivas que eran, obviamen-
(Fig. 1). Tampoco podemos olvidar la quema de te, decisivas. Y quizá por ello, es en este contexto
la escuadra española fondeada en el puerto de de inicio de las hostilidades con los Países Bajos
holandeses, cuando Felipe IV encarga, en 1622,
al cartógrafo portugués Pedro Texeira, la confec-
ción de la “Descripción de España y de las costas
y puertos de sus reynos”6 que no sólo va a cons-
tituir una apreciable descripción visual de todas
las costas ibéricas tomadas desde el mar y desde
gran altura, como si fuesen contempladas a vista
elevada de pájaro, sino que también supondrá
una puntual exposición de todas aquellas cues-
tiones que podían tener una importancia militar
explícita; es decir, lugares en donde una flota
podía fondear, surgideros y arenales donde po-
dían desembarcar las tropas enemigas, las villas y
lugares principales que se encontraban en su te-
rritorio, las defensas militares que guardaban sus
puertos, los ríos y puentes que los cruzaban o in-
Fig. 1. Defensa de Cádiz contra los ingleses en 1625, Francis- cluso las murallas que defendían los distintos nú-
co Zurbarán, 1634-1635, Museo Nacional del Prado, Madrid
(Foto: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Francisco_de_ cleos de población, destacando además si eran
Zurbar%C3%A1n_014.jpg). éstas “a la antigua” o de diseño moderno y, por

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 37

tanto, preparadas para un ataque con armas de

Alfredo Vigo Trasancos


fuego de grueso calibre. No faltan tampoco en
las representaciones las formas orográficas del
terreno, los abruptos acantilados, la descripción
de los valles más tranquilos y humanizados o las
profundas lejanías que se encontraban al fondo
con los preciosos celajes de los cielos; y esto sin
olvidar que, junto a su brillante colorido pinta-
do a la témpera y su atractiva visión paisajísti-
ca, también se mencionan en las descripciones
del portugués las edificaciones más importantes
que, por alguna razón, completaban la visión de
todo el conjunto: ermitas, iglesias, conventos,
molinos, fuentes, astilleros, diques portuarios o
atalayas, lo que se acompañaba a su vez con un
texto escrito por el mismo autor que explicaba
también al detalle todos los pormenores visuales
incluidos en el atlas, aunque ciertamente en un
manuscrito independiente. Así pues, con respec-
to al encargo regio tienen razón Felipe Pereda7
y Agustín Hernando al ponerlo en relación con
Fig. 2. Vista del puerto de A Coruña, 1634, Pedro Texeira, Bi-
la sensación de vulnerabilidad que se vivía en las blioteca Nacional de Austria, Viena, Codex Miniatus 46, fol.
fronteras marítimas y en el conocimiento visual 32v. (Foto: Felipe Pereda y Fernando Marías (eds.), El Atlas del
de cuáles eran sus defensas8. Esto explica que, rey planeta, Editorial Nerea, Hondarribia, 2002).
aunque fuese concluido mucho después, en
1634, ante el incremento que experimentó la guiente, a los embates del mar (Fig. 2), aunque
beligerancia atlántica en esa década, nunca se ciertamente presidido por una amplia bahía que
dieran ni atlas ni texto al conocimiento público, servía de espléndido fondeadero en tiempos de
seguramente porque una cuestión estratégica calma y el de Ferrol, en cambio, resguardado en
de tal magnitud debía de ser un secreto de es- una ría profunda y muy cerrada a los mares que
tado muy reservado, tal como indica el reputado lo dotaban con unas condiciones de seguridad
historiador Richard Kagan9. legendarias; estaban además los dos muy próxi-
En cualquier caso, como no podía ser de otra mos entre sí, compartiendo la misma entrada, al
manera, la “Descripción” de Texeira incluye en igual que la inmediata ría de Ares-Pontedeume
su recorrido costero las visiones y comentarios y Betanzos. Y por esa razón se entiende que en
referidos a los puertos gallegos de A Coruña y su comentario escrito Pedro Texeira no deje de
Ferrol que deben aportar una información refe- señalar esta relación y complementariedad por-
tuarias al decir que A Coruña no era puerto “se-
rida al año 1622 –más que a la de 1634 que
guro para los navíos, por ser una plaia abierta
aparece en el Atlas–, al ser a finales de esta data
sin abrigo ninguno y de muy poco fondo, y así
cuando consta la estancia en Galicia del cartó-
obliga a los navíos a dar fondo más de un quar-
grafo portugués para recabar datos e informa-
to de legua a la mar donde ventando un poco
ción10, coincidiendo con el mandato del gober-
rezio están en conoçido peligro. Y los navíos que
nador Rodrigo Pacheco Osorio, III marqués de
con alguna neçicidad no pueden azer su biage
Cerralbo (1615-1624).
o que deben asestir muncho en este puerto ban
Los dos puertos aparecen, de hecho, descri- a ynbernar al Ferrol, que queda a quatro leguas
tos en sendas vistas orientadas en sentido norte- de la ciudad de La Coruña”11. Además, no sólo
sur que pueden considerarse complementarias. aporta este comentario, sino que el dibujo deja
El de A Coruña dando cuenta de su apertura y ver en toda su deslumbrante belleza que la bahía
accesibilidad al Océano y expuesto, por consi- coruñesa tenía muchos surgideros en donde se

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38 En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

podía desembarcar con facilidad a lo largo de donde apenas se vislumbra el Cubo Minado, el
Alfredo Vigo Trasancos

toda su concha –todavía estaba cercano en el baluarte de Santa Bárbara y los dos revellines que
tiempo el desembarco y ataque posterior de los se habían construido ante las puertas de Aires
ingleses en 1589–, desde el arenal de Mera has- y Real que comunicaban con la Pescadería, y el
ta la playa de Oza, pasando por la de Santa Cruz frente que miraba hacia el mar que, en cambio,
o incluso por la breve cala de San Amaro que es- deja ver unas fortificaciones modernas de muros
taba muy próxima al núcleo de población. Dice bajos, ángulos y muchos picos que encerraban
también Texeira que A Coruña era “el más prin- una amplia superficie que no es otra que el cam-
cipal lugar de toda la costa deste reyno”, una po del Santo Espíritu en donde se encontraba
plaza fuerte destacada y, a los efectos, la capital el convento de San Francisco y la nueva puerta
administrativa del Reino de Galicia por ser sede de San Miguel que miraba de frente a la isla de
de la Audiencia y de la gobernación, indicando San Antón. También se aprecian, justo en el pun-
asimismo que estaba formada por dos asenta- to en donde se encuentran los dos recintos, al
mientos urbanos distintos y perfectamente se- fondo de la Ciudad y orientadas al sur, algunas
parados; uno llamado “Ciudad” –se refiere a lo torresmuy elevadas que quizá representen la for-
que hoy llamamos Ciudad Vieja–, que estaba taleza medieval de San Carlos que estuvo situa-
encaramada en un promontorio rocoso rodeado da donde hoy se encuentra el jardín del mismo
por el mar a manera de península y que esta- nombre y, una de ellas, tal vez la fuerte torre que
ba fortificada por el mediodía y el levante “con se había construido en 160714 adosada a la igle-
muy costosos baluartes y cortinas, guarnecidos sia de Santiago para servir de campanario y reloj
de grueças pieças de artillería y, por la parte de público. Son sólo simples conjeturas difícilmente
tierra, de buena muralla con sus torres y cubos”; comprobables. Por el contrario, sí se ve con gran
y el otro llamado por el contrario “Pescadería” y claridad en la vista de Texeira que el arrabal de la
que se extendía a manera de arrabal por el istmo
arenoso que unía el promontorio con tierra firme
y que estaba presidido por dos calles principales
y definido por dos zonas de mar, una de aguas
inquietas y agitadas que llama “mar de Orçan” y
otro de aguas más calmas donde se encontraba
el varadero en donde arrimaban las barcas los
pescadores. Dice del arrabal, no obstante,que
por su tamaño y demografía era “mayor en po-
blación que la Ciudad”12 (Fig. 3).
Ahora bien, entre la información más desta-
cada que aporta Texeira la de tipo militar es, ob-
viamente, la más valiosa. No es casual que pon-
ga en el manuscrito especial empeño en men-
cionar las fortificaciones de la Ciudad Vieja, tal
como se ha señalado, aludiendo a los baluartes
y lienzos que se habían levantado tras el ataque
de Drake, durante los mandatos sucesivos de los
gobernadores Diego das Mariñas (1593-1596
y 1606-1607) y Luís Carrillo de Toledo, conde
de Caracena (1596-1606)13. No obstante, en
la representación de la Ciudad que aparece en
el Atlas marca con contundencia las diferencias
existentes entre el frente terrestre que miraba al Fig. 3. Ciudad de A Coruña con el arrabal de la Pescadería,
campo del Mercado, al alto de Santo Tomás y al 1634, Pedro Texeira, Biblioteca Nacional de Austria, Viena,
Codex Miniatus 46, fol. 32v (detalle). (Foto: Felipe Pereda y
campo de la Estrada, en donde se ve una muralla Fernando Marías (eds.), El Atlas del rey planeta, Editorial Ne-
eminentemente medieval de torres redondas en rea, Hondarribia, 2002).

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 39

Pescadería no tenía amurallamiento alguno pese las distintas embarcaciones que se presentan en

Alfredo Vigo Trasancos


a saber que una fortificación se había construido la gran panorámica no deben verse como una
para su defensa a finales del siglo XV y que había mera ilustración más o menos secundaria; todo
tenido un gran protagonismo durante el enfren- lo contrario; han de valorarse como un dato in-
tamiento contra los ingleses en 158915. formativo de primer orden; pues los barcos con
las velas hinchadas reflejan la ruta de navegación
Se explica este hecho porque, para el tiempo
comúnmente utilizada para entrar al puerto en
en que Texeira había visitado A Coruña –1622–,
función del mejor viento, las grandes embar-
el llamado “frente de tierra” ya se había demo-
caciones con las velas arriadas los lugares más
lido por considerarse que era más peligroso que
tranquilos utilizados para el fondeo y, allí don-
una ventaja para la defensa, tal como nos recuer-
de se ven pequeñas barcazas cerca de la costa o
da el cardenal compostelano Jerónimo del Hoyo
sencillamente arrimadas a la orilla, los lugares de
que escribe este ilustrativo comentario hacia
ribera donde solían vararse las lanchas de menor
1607: “Solía tener [la Pescadería] murallas con
porte, tal como se ve en la zona de la orilla de los
torreones y dos puertas, la una se llama la puer-
Cantones en la Pescadería que, por cierto, en la
ta de la Torre de Arriba y la otra la puerta de la
corografía aparece con un caserío convencional
Torre de Abaxo. Esta muralla y torre la derrivaron
muy impreciso, con dos calles bien definidas y
por consejo de los capitanes, después que pasó
con una iglesia por la zona del Orzán que qui-
el cerco [de Drake], porque solo aprovechaban
zá se refiera a la capilla de San Andrés. Ninguna
para defenderse de los enemigos que podían
alusión, sin embargo, a las iglesias principales ni
venir por la tierra, pero no para defenderse de
tampoco a ningún otro edificio significativo.
los que podían venir por la mar y por questos
pueden desembarcar en una de las playas que Como vista complementaria la representa-
están a los dos lados, sin que se lo estorbasen es- ción del puerto de Ferrol (Fig. 4) no es menos
tas murallas, y podían venir a tierra por las espal- espectacular al incidir el portugués en los gran-
das a los que estaban en ellas y después hacerse des arenales que definían su perímetro costero
fuertes para que no entrase socorro a la ciu-
dad”16. Por consiguiente, no parece que se trate
de un olvido u omisión –de hecho tampoco la
menciona Texeira en su comentario escrito– sino
una constatación informativa. No olvidándose,
por el contrario, de recordar que el puerto esta-
ba defendido por dos castillos modernos; por el
situado en la isla de San Antón que se había ini-
ciado en 1588 sobre planos de Pedro Rodríguez
Muñiz y por el frontero y más alejado construido
en la isla de Santa Cruz, situado al otro lado de la
bahía, que fue levantado hacia 1594 durante el
mandato de Diego das Mariñas17. Por lo demás,
señala el portugués en su hermosa representa-
ción el molino de O Burgo, la iglesia de Santa
María de Oza, la “funte” o fuente del campo
del Mercado coruñés que actuaba de glacis entre
los dos núcleos de población, la ermita de San
Amaro, la peña de la Marola y, sobre todo, la
cupulada y vertical “Torre dercules” con su ser-
penteante roza ascensional que era el referente
visual de toda la ciudad y su puerto cuando se
venía por mar desde el norte hasta “The Groy- Fig. 4. Vista del puerto de Ferrol, 1634, Pedro Texeira, Biblio-
teca Nacional de Austria, Viena, Codex Miniatus 46, fol. 32r.
ne”, tal como denominaban a A Coruña los na- (Foto: Felipe Pereda y Fernando Marías (eds.), El Atlas del rey
vegantes ingleses18. Finalmente mencionar que planeta, Editorial Nerea, Hondarribia, 2002).

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40 En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

abierto al Océano –los de Chanteiro, Covas y A ñala igualmente, aunque llamándolos “fuerte”,
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Palleira-Doniños– y señalar asimismo los altos en su representación dándoles los nombre de


montes que defendían el puerto en el que des- San Felipe –en honor a Felipe II pues se inicia en
taca lo estrechísimo de su boca y su gran anchu- 1589–, de Nuestra Señora de la Palma –fue cons-
ra interior que casi convertían la ría ferrolana en truido hacia 1596-1597 y se llamó inicialmente
una especie de quieto lago. Con razón dice de él de San Luís en alusión al gobernador del reino
Texeira que era “tan conoçido por su grandeza Luís Carrillo de Toledo, conde de Caracena– y de
y seguridad como por las muchas armadas que “S. María (sic)” –fue también erigido en 1596-
en él an ynbernado… y pueden estar ancorados 97–, aunque a este último debería denominarlo
más de quinientos navíos, tan seguros del peli- de San Martín pues fue éste su nombre históri-
gro y de los vientos como si estuvieran varados co y el que se le otorgó, obviamente en alusión
en tierra … Ny se conose la tormenta en este al adelantado Martín de Padilla. No es el único
puerto por grande que sea el mar, estando siem- error que se advierte en la corografía ferrolana,
pre tan quieto y sosegado que, como dizen los pues también se invierten, por ejemplo,las po-
navegantes quando ay calma, que está el mar siciones de los dos últimos castillos que se han
en leche y así en este puerto lo está siempre, mencionado. Por lo demás, la información de Te-
paresiendo un quieto estanque”19. xeira es fiel y muy gráfica en sus datos pintados
y escritos, pues señala la aldea y el puerto de
Dicho esto, la corografía se recrea en repre- Covas, el cabo Prior, la iglesia de “N. Señora”
sentar todo el interior de la ría dando cuenta de de Chanteiro y obviamente la villa de Ferrol que
las excelencias del fondeadero de A Graña-A centra toda la composición, bien asentada en un
Malata, lo buenas que eran para varar las barcas promontorio rocoso en el medio de la ría y de la
las riberas de Mugardos y Neda y cómo desem- que dice era “de muy buena población aunque
bocaban en tan resguardado puerto varios ríos – abierta, sin muralla ny defença”, resaltando fi-
son los llamados en la actualidad Belelle, Grande nalmente que “su trato es del pescado que con
de Xubia,Freixeiro y Sardiña–, dos de los cuales sus barcos salen a la mar a pescar. Está çituada
tenían importantes puentes, todos diferente cau- de la parte del septentrión tan junto a la mar que
dal y calidad en sus aguas, motivo por lo cual al- con la marea llega a las cazas”23 (Fig. 5).
gunos de ellos habían sido considerados óptimos
Este dato referido a la falta de murallas y de
para instalar los “molinos del rey” que estaban
todo tipo de “defença” –recuérdese que la des-
no muy distantes de la villa de Neda. Allí además
cripción de Texeira debe referirse al año 1622
estaban también ubicados los hornos “donde se
cuando visitó la villa– entra, no obstante, en
aze biscocho para las armadas que, con la mucha
fricción con otra noticia que poseemos de 1621,
leña de que toda esta tierra abunda, se aze con
mucha comodidad y poco gasto”20.
Los molinos y hornos reales se habían insta-
lado allí en 159021, cuando Ferrol, tras el ataque
inglés a A Coruña, asumió el papel de puerto
principal de la zona, justo en el mismo momen-
to en que se consideró imprescindible defender
su entrada con tres castillos costeros que fue-
ron erigidos entre 1589 y 1596-1597, los dos
últimos aprovechando la circunstancia de estar
invernando en Ferrol la escuadra del adelanta-
do Martín de Padilla durante el gobierno de Luís
Carrillo de Toledo, conde de Caracena y de vivir
el puerto la amenaza de la flota inglesa al man-
do de Essex que amagó la villa en dos ocasiones Fig. 5. Villa de Ferrol, 1634, Pedro Texeira, Biblioteca Nacional
de Austria, Viena, Codex Miniatus 46, fol. 32r (detalle). (Foto:
pero que no se determinó a atacar22. Obviamen- Felipe Pereda y Fernando Marías (eds.), El Atlas del rey planeta,
te los tres castillos los menciona Texeira y los se- Editorial Nerea, Hondarribia, 2002).

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 41

esta vez extraída de un inventario mandado ha- de la Ciudad Vieja con el refuerzo estructural del

Alfredo Vigo Trasancos


cer por el alcalde mayor de los estados del conde Cubo Minado y la construcción de un baluarte
de Lemos, Pedro Labora de Andrade, en el que nuevo en la zona de Puerta Real que siempre
se menciona que Ferrol poseía dos cañones de se había postergado –esta propuesta fortificado-
bronce, cinco “camazas”, un pedrero de hierro, ra fue enviada a la Corte con carta del capitán
dos cargaderas de cobre, un frasco de cuerno general y gobernador del reino, Juan Alonso de
y un “botafogo”24. Tal información hace pensar Idiáquez, II duque de Ciudad Real que ocupó el
que todo esto estaría instalado o previsto para cargo entre 1624 y 1626–, y la solicitud que, ese
montar en alguna plataforma defensiva que, mismo año, Felipe IV hizo al mismo gobernador,
aunque discreta, estaría ubicada seguramente pidiéndole información precisa sobre las defen-
muy cerca del mar y pensada para batir el in- sas de A Coruña, a lo que el gobernador contes-
terior del puerto a manera de una pequeña ba- tó el 16 de agosto de ese año dándole cuenta
tería. No la señala Texeira. Por consiguiente, es que la muralla de la Ciudad era vieja y de poca
probable que lo que hubiese cerca del muelle resistencia pese a haberse terraplenado el año
cuando el portugués visitó Ferrol no le pareciera anterior la zona de Puerta Real y haberse cons-
digno de mención, tal vez porque no lo conside- truido un caballero sobre el Cubo Minado con
ró adecuado para una instalación propiamente capacidad para 16 cañones27. También menciona
defensiva. Tampoco se recrea en representar con en su informe los dos revellines existentes ante
rigor alguno el caserío y los principales edificios las puertas Real y de Aires ya señalados y varias
que poseía la villa. Todo lo describe de una for- trincheras que se habían ejecutado en las inme-
ma muy general y sencilla; de ahí que apenas se diaciones de la playa de San Amaro en previsión
perciba más que la imagen de una iglesia pe-
queña con su campanario, quizá la de San Julián
que, en todo caso, no refleja ningún realismo25.

1624. Inglaterra declara la guerra a Es-


paña
La tensión bélica entre España y los países
norteños se incrementó a partir de 1624 una
vez, a la ya evidente hostilidad con Holanda,
se sumó también Inglaterra, que era, en efec-
to, otra potencia naval muy peligrosa. Quizá
por ello, desde ese mismo momento, la Corona
presintió que, en cualquier momento, podía so-
brevenir un ataque conjunto de las dos armadas
dirigido a algún puerto español que tuviese cier-
to renombre. Hoy sabemos que éste tuvo lugar
contra Cádiz, tal como ya hemos indicado, pero
hubo un momento en que la incertidumbre do-
minó en el Consejo de Guerra y eso hizo que se
pidiesen informes urgentes a distintas capitanías
periféricas para conocer el grado de fortificación
que presentaban aquellos puertos que podían
ser víctimas de un ataque por sorpresa. Y en este
contexto de amenaza anglo-holandesa es en el
que hay que situar los dos planos de A Coruña Fig. 6. Proyecto para la reconstrucción del Cubo minado en el
de marzo y abril de 162526 (Figs. 6 y 7), segura- recinto amurallado de la Ciudad de A Coruña, 13-03-1625,
Bartolomé Muñiz, Gobierno de España, Ministerio de Educa-
mente ejecutados por Bartolomé Muñiz, en los ción, Cultura y Deporte, Archivo General de Simancas, M.P. y
que se proponen mejoras en las fortificaciones D. 44-52.

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Alfredo Vigo Trasancos En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

Fig. 7. Planta del frente a la Pescadería de la muralla de la Ciudad de A Coruña con proyecto para su abaluartamiento, 1625,
Gobierno de España, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Archivo General de Simancas, M.P. y D. 34-15.

de un desembarco. De la Pescadería, en cambio, muchas carencias que tenía el reino en tantas


a falta de un frente de tierra en condiciones, sólo cuestiones que deberían ser consideradas muy
señala que se había realizado una trinchera con importantes en tiempos de guerra y en una pla-
varias plataformas, una hacia el Orzán, otra ha- za de armas que, desde el siglo XVI, era consi-
cia el puerto y otra en el centro, defendidas to- derada oficialmente“Fuerza y guarda del Reyno
das con estacadas. El informe del capitán gene- de Galicia”30.
ral concluía, no obstante, indicándole al rey que
“para que esta plaza pueda quedar fortificada
1635. Comienza la guerra con Francia
de una vez (que tiene precisa necesidad) es ne-
cesario gastar algún dinero, y ejecutar una de las A pesar de que en 1630 se firmó una paz du-
cuatro trazas que dio Tiburcio Ezpanoqui, y no radera con Inglaterra y con ella el enemigo ma-
tuviera por peor la más dilatada, pues con ella se rítimo quedó centrado en exclusiva en las Pro-
escusaba de tener arrabal fuera de la muralla [se vincias Unidas holandesas, no por ello se aban-
refiere a la desprotegida Pescadería], y hubiera donaron los planes de mejora fortificadora que
bastante sitio para edificar dos mil casas dentro se habían propuesto en los años precedentes. Y
de ella”28. Junto con esta solicitud Felipe IV pidió quizá por ello, una vez tomó posesión de la go-
también al duque de Ciudad Real que se hiciese bernación del reino, en 1631, Pedro de Toledo
un plano del Reino de Galicia, suponemos que y Leiva, marqués de Mancera (1631-1638), se
más concreto y militar que el realizado por Fer- puso en marcha un programa de actuación que,
nando de Ojea y que había sido publicado en el esta vez, de manera prioritaria, afectó al barrio-
Theatrum Orbis Terrarum del geógrafo flamenco arrabal de la Pescadería que, recuérdese, hasta
Abraham Ortelius hacia 1603 (Fig. 8); pero el ese momento estaba solo pobremente defendi-
duque, tuvo que contestarle al rey que no había do por una discreta trinchera. Se inició, pues, la
podido encontrar en toda Galicia“Geógrafo o reconstrucción de la línea fortificada del “frente
pintor (aunque lo he procurado) que con acier- de tierra” siguiendo, en opinión de Soraluce, el
to y puntualidad lo haga”, por lo que concluía cuarto proyecto de Tiburcio Spanochi que había
que “para que vaya cual conviene a los ojos de planeado en 1589 y que consistió en la cons-
Vuestra Magestad, será necesario traerle de esa trucción de dos baluartes colaterales y otro en el
corte o de otra parte, que sea muy diestro”29. centro con sus respectivas cortinas, foso y las dos
Así le contestó, en efecto, en carta del 28 de puertas que se volvieron a abrir para dar acceso
diciembre de 1625, poniendo de manifiesto las a la plaza –las llamadas de la Torre de Arriba y de

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Fig. 8. Descripción del Reyno de Galizia, Fernando Ojea, 1603 (Foto: https://gl.wikipedia.org/wiki/Ficheiro:Descripcion_Reyno_de_
Galizia_de_Ojea.jpg)

la Torre de Abajo31– y sin descuidar la necesidad par en honor al conde-duque, pero que pron-
de ejecutar en dirección a los dos mares que lo to optaría por su nuevo nombre33. Tenía pleno
flanqueaban –Orzán y Puerto– un espigón y una sentido su construcción, pues de esta manera la
especie de breve fortín, llamados del Caraman- parte de la concha portuaria más adecuada para
chón y del Malvecín, que buscaron frenar toda fondeadero por su protección natural quedaba
posible entrada del enemigo; delante se colocó también mejor defendida por los fuegos artille-
además una nueva trinchera con su estacada en ros de los tres castillos. Sea como fuere, fue en
1632 que dificultaba, de esa manera, cualquier 1635 cuando Francia, siempre peligrosa y hostil
ataque terrestre32. Con todo, nunca se consideró hacia España, declaró la guerra a nuestro país
una fortificación adecuada; básicamente porque volviendo a poner en acción y bajo amenaza in-
estaba dominada por los montes inmediatos y minente de ataque naval todas las costas espa-
desde allí cualquier enemigo tenía a tiro a los de- ñolas y en especial aquellos puertos que solían
fensores. A su vez, todo parece indicar que fue acoger las distintas armadas de la Monarquía.
en 1635 cuando el mismo gobernador, marqués De hecho, tal como ya indicamos, Guetaria fue
de Mancera, tomó la determinación de erigir en incendiada y destruida en julio de 1638, lo mis-
la bahía coruñesa, formando un triángulo con mo que Santoña y Laredo –agosto de 1639–,
los dos castillos insulares de San Antón y Santa víctimas las tres del ataque del arzobispo de
Cruz ya existentes, el fuerte de San Diego, que Burdeos que consiguió quemar el grueso de los
en un primer momento se nombró de San Gas- galeones que se encontraban fondeados en sus

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puertos. Ante tal situación los puertos gallegos Hay que destacar que, en esta ocasión, la
Alfredo Vigo Trasancos

más importantes también se vieron en serio pe- ciudad de A Coruña no solo contaba con un
ligro, por lo que, justo en esas fechas, tuvieron ingeniero capaz para dibujar un plano de estas
que entrar en acción y tomar medidas para su características, sino con un ingeniero eminente
defensa. como dejan ver los honores que menciona el
propio Santáns en la leyenda, a lo que se suma
2 de febrero de 1639. La “Discreption del el saber que fue el autor del “Tratado de Forti-
Real Presidio de la Coruña” del ingeniero ficación militar, destos tiempos, breve e inteligi-
Juan Santáns y Tapia ble, puesto en uso en estos estados de Flandes”,
que se publicó en Bruselas en 164435. Tal como
Consciente del papel que ejercía el puerto de indica Alicia Cámara, una de sus mejores inves-
A Coruña como punto de encuentro habitual de tigadoras, fue además de los pocos ingenieros
las armadas atlánticas y ante el miedo a que pu- que dio a conocer su imagen personal a través
diese ser víctima de un ataque por mar, el Con- de un retrato grabado que aparece incluido al
sejo de Guerra requirió del marqués de Valparaí- inicio de su obra36 (Fig. 10); y en él, sin duda,
so, entonces capitán general de Galicia (1638- se lo ve orgulloso de su condición, de medio
1642), que diese cuenta del estado en que se cuerpo y en posición de tres cuartos, con larga
encontraban sus defensas. Puede afirmarse que cabellera, perilla y bigote muy seiscentista y ele-
el gobernador cumplió con creces su cometido. gantemente vestido como militar e ingeniero;
Y de esto resultó el plano de la bahía y península de lo que resulta que lleve coraza, en una mano
coruñesa realizado en tinta negra y colores a la el compás, símbolo de la ingeniería, en la otra
aguada que lleva por título “Discreptión del Real un bastón de mando y cubierto con un som-
Presidio de la Coruña” y que fue realizado por brero de ala ancha y caballeresco plumaje que
“Don Juan de Santáns y Tapia, Yngeniero de su le otorga a su persona un aire distinguido muy
Magestad y Cauallero del ábito de San Jiorge...
en 2 de febrero de 1639”(Fig. 9). Lleva además
la siguiente dedicatoria: “Para el Excelentísimo
Señor Marqués de Castrofuerte de los Consejos
de Estado y Guerra y Capitán General de la Arti-
llería de España”34.

Fig. 9. Discreption del Real Presidio de la Coruña, 1639, Juan Fig. 10. Retrato del ingeniero Juan de Santáns y Tapia, 1644,
de Santáns y Tapia, Gobierno de España, Ministerio de Educa- Biblioteca Nacional de España, Madrid (Foto: Alicia Cámara
ción, Cultura y Deporte, Archivo General de Simancas, M.P, y (coor.), Los ingenieros militares de la monarquía hispánica en
D. 11-88. los siglos XVII y XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa, p. 21).

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 45

singular. Lleva además una banda que le cruza “la mera” o el propio “Puerto”–, pero sin olvidar

Alfredo Vigo Trasancos


el pecho y se anuda en el costado, una espada el territorio interior con sus aldeas y arbolado y,
con vistosa empuñadura, el collar de caballero sobre todo, con su caserío, edificios destacables
de San Jorge y, a manera de gran emblema en –“torre de Ércules que mira al nornordeste”,
el ángulo superior izquierdo del retrato, la gran “san amaro”, “nuestra señora de atocha”, “er-
cruz de la orden de San Jorge que aquí aparece mita” o “Santa lucía”– y los dos núcleos prin-
culminada con la figura de un guerrero que hace cipales que conformaban la población –Ciudad
alusión al santo-caballero que le daba nombre. y Pescadería– perfectamente identificados, bien
Por lo demás, su “Tratado de fortificación” deja separados entre sí por el campo del Mercado,
ver toda su cultura científica, no sólo por citar formando los dos un conjunto urbano integral
a autores holandeses y franceses muy destaca- y concentrada la primera dentro de sus cerradas
dos, o a aquellos que habían escrito también murallas como si fuese una ciudadela y, el arra-
en español como Cristóbal de Rojas, Cristóbal bal marinero, extendido en cambio por el istmo,
Lechuga o Diego de Ufano, sino porque seña- aunque ahora ya defendido al oeste por el recién
la todas las competencias que debían poseer construido “frente de tierra”.
los ingenieros; esto es: conocimientos de geo- A diferencia de la visión plana, casi de mapa
metría, de aritmética, de álgebra, perspectiva, que ofrece del territorio la corografía de Santáns,
música, navegación, arquitectura, cosmografía, todos los detalles urbanos y arquitectónicos sí los
hidrografía, astronomía o astrología, para aca- representa el ingeniero con un afán perspectivo
bar concluyendo que deberían saber “finalmen- y en una vista elevada y oblicua que, como si
te todas las partes que están debaxo del nombre fuera un panóptico, deja ver los frentes princi-
de mathemáticas”37. pales abordados desde el sur y buena parte del
Ahora bien, el plano de la “Discreption interior de los núcleos de población para resaltar
del Real Presidio”, cuya denominación alude a de este modo sus distintas características (Fig.
la guarnición de soldados que se ponía en las 11); no por ello olvida representar con la misma
plazas, castillos y fortalezas para su custodia y realidad los promontorios costeros que tienen un
defensa, es muy diferente a la representación efecto amenazante, tal vez para poner en valor
del puerto coruñés que hemos comentado del el carácter rocoso y abrupto que tenían muchas
cosmógrafo Pedro Texeira. Sin duda menos be- zonas de la costa que ofrecían a los enemigos
llo y atractivo, menos pictórico y paisajístico en un aspecto bastante hostil. Al mismo tiempo,
lo general, pero sobre todo concebido como en la representación de edificios singulares,
un mapa que representa la realidad geográfica aunque tiende Santáns a utilizar muchos con-
del lugar de manera rigurosamente cenital para vencionalismos, también gusta de representar
ser de este modo más gráfico, racional y, quizá, ciertos rasgos diferenciadores, como los que se
efectivo. Además representa el territorio aborda- ven en la Torre de Hércules, coronada por una
do desde tierra en una representación orientada cúpula, o en el santuario de Nuestra Señora de
desde el sur –obviamente esta orientación tiene Atocha que aparece montado sobre plataforma,
un sentido claramente defensivo pues los enemi- con una escalera de acceso, cerrado con muros
gos vendrían desde el norte y por el mar– pues y casi con el aspecto de un recinto sin aspecto
ofrece hacia el “nornordeste” el lugar o pro- de iglesia y sin siquiera cubrición, que es muy
montorio donde se encontraba la Torre de Hér- probable represente el estado en que había
cules y tres rosas de los vientos dispuestas sobre quedado la iglesia de Santo Tomás tras el ata-
el “Mar Occeano” que marcan con claridad to- que inglés de 1589 antes de ser ocupado por
das las direcciones: “oeste”, “noroeste”, “nor- la nueva ermita38. También merece destacarse
te”, “nordeste”, “leste”, “sueste”, “sur”, “su- la manera que tiene el ingeniero de representar
dueste”. Representa, por tanto, la entrada del el caserío urbano pues distingue entre las casas
Golfo Ártabro, el acceso al puerto, toda la bahía principales que tenían una fachada horizontal y
coruñesa y las distintas ensenadas que se abrían quizá balcones, voladizos y soportales, y aquellas
en sus inmediaciones –la “entrada del Ferrol”, otras de marineros que, más estrechas, estaban
la “peña de la marola”, la “mar brabo orzán”, rematadas en un piñón angular definido por su

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Alfredo Vigo Trasancos En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

Fig. 11. Vista del puerto de A Coruña con la Ciudad y el arrabal de la Pescadería, 1639, Juan de Santáns y Tapia, Gobierno de
España, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Archivo General de Simancas, M. P. y D. 11-88 (detalle).

típica cubierta a dos aguas. No falta la represen- se encontraban la Ciudad y el arrabal marinero,
tación de algún elemento curioso como el gran también representa Santáns un largo cierre apa-
“cruceiro” que sitúa muy cerca de la playa del rentemente de cantería; seguramente un muro
Orzán en un espacio bastante despejado que se de contención para las aguas que solían inundar
abre por el norte al mar. Por consiguiente, junto en la pleamar el acceso a la Ciudad Vieja pero
a todo esto, solo resta señalar que el plano de utilizable en ocasiones como embarcadero o, por
Santáns es también ilustrativo a la hora de su- qué no, igualmente para la defensa en casos ur-
brayar el carácter diferente que tenían los dos gentes de necesidad. Ni rastro, en cambio, de la
núcleos urbanos: concentrada la Ciudad, donde iglesia de San Nicolás, tal vez porque, sin torre ni
no se aprecian plazas ni calles, ni apenas ningún espadaña visible, su volumetría arquitectónica se
edificio destacable más allá de una iglesia con su confundiría fácilmente con el resto del caserío.
torre –¿Santiago, Santa María?– y algunas cons-
trucciones que parecen señalarse con banderas Sin embargo, no podemos olvidar que la co-
como si fuesen de carácter oficial –¿Audiencia- rografía de Santáns es ante todo un documento
Capitanía General, casa de la Moneda, casa informativo de carácter eminentemente militar.
de Artillería?–, y la Pescadería, en cambio, más Por tal motivo, no debe sorprender que donde
abierta y desahogada, vertebrada por dos calles ponga más atención el ingeniero sea en represen-
principales –las llamadas entonces de Abajo y de tar las fortificaciones existentes así como alguna
Arriba y hoy Cantones-Real y de San Andrés–, propuesta importante de mejora. Y por ese mo-
con alguna plaza en su interior, con el ángulo tivo, junto a la representación de la muralla que
del Cantón Grande muy señalado en el puerto rodeaba la Ciudad, en donde se ven claramente
y, claro está, también con algunas iglesias, entre los baluartes modernos de Santa Bárbara y del
las que cabe destacar la de San Jorge que mi- Cubo Minado y los revellines de las puertas de
raba al mar y la del hospital de San Andrés que Aires y Real que se habían erigido para proteger
parece distinguirse por una pequeña espadaña. las zonas de tierra más accesibles –curiosamente
Mencionar, por último, que en la zona portua- la corografía no precisa la fortaleza antigua de
ria de la Marina, en el espacio de unión donde San Carlos, ni tampoco apenas los muros moder-

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 47

nos que protegían el campo del Santo Espíritu re decir figura de seis baluartes, es fortificación

Alfredo Vigo Trasancos


y se enfrentaban al mar–, no descuida describir muy grande para solo un castillo, y asi no sirve
todo el recorrido rectilíneo del nuevo frente de sino para rodear una ciudad o para hazer una
tierra de la Pescadería que, junto a su trinchera plaça muy grande, donde huviere de aver mucha
delantera, disponía ya de baluartes, picos, puer- guarnición de soldados, que en tal caso se hara
tas, foso, el fuerte de Malvecín y el espigón del conforme al tal presidio; y volviendo a mi parti-
Caramanchón de los que ya hemos hablado, de- cular del pentágono, se suplen en él ambas co-
jando ver en su parte interna una amplia zona sas de no ser plaça grande ni chica, porque en él
de campos y huertas de labor previa a la primera se hallan las defensas y medidas muy a propósito
línea de casas que daban forma a la Pescadería. conforme a la moderna fortificación deste tiem-
Hace también hincapié el ingeniero en des- po”40. Nunca llegó a realizarse esta propuesta de
tacar los castillos defensivos, su situación, enver- Santáns, a pesar de que fue asumida por el ca-
gadura y poderío artillero. De hecho del de San pitán general marqués de Valparaíso. Con todo,
Antón comenta que “está en una peña ayslada” pone de manifiesto que, en los planes defensi-
y que es “castillo muy bueno … a la entrada del vos que se idearon para salvaguardar la Ciudad,
puerto, con 18 pieças de bronce buenas y es el “monte alto” de Santo Tomás siempre fue
buen fuerte”. Del frontero de Santa Cruz dice una preocupación para las autoridades militares
simplemente que es un “fuertecillo… con dos por su dominio sobre la plaza, del mismo modo
pieças de bronce buenas”. Tampoco se olvida que el monte de Santa Margarita lo fue también
de señalar el nuevo fuerte de San Gaspar-San de la Pescadería por tener a tiro el “frente de
Diego que llama también “fuertecillo”, aunque tierra”. No obstante, los dos “padrastros” nunca
“formado con 8 pieças de hierro”. Sin embar- llegaron a neutralizarse, básicamente porque el
go, en donde pone más énfasis Santáns es en coste de su anulación habría supuesto un pre-
proponer la construcción de una nueva fortaleza supuesto económico bastante cuantioso que la
sólida y exenta en la zona alta de Santo Tomas – Corona nunca estuvo dispuesta a desembolsar.
la leyenda del plano lo menciona como “fuerte Ahora bien, el plano-mapa de Santáns es
que se a de hazer”–, pues al ser el lugar elevado también muy elocuente por otros motivos in-
y dominarse desde allí Pescadería y Ciudad con- formativos. Ya indicamos en su momento que
sideraba el autor que era un “padrastro” que las rosas de los vientos orientaban con precisión
había que proteger plantando allí el nuevo cas- la ubicación de la plaza. No hemos dicho, sin
tillo al que, por lo demás, le da una forma casi embargo, que la leyenda, al igual que el retrato
perfecta, pentagonal, con cinco baluartes, plaza del ingeniero que ya hemos mencionado, lleva
de armas en el centro, cuarteles periféricos para también un compás, como si fuera éste el fiel
la tropa, foso y camino cubierto y, en fin, con que determinaba la fidelidad de las medidas to-
todos los elementos imprescindibles del arte mi- madas a escala. Quizá por ello en la leyenda se
litar que eran capaces de convertirlo en una for- especifica puntualmente que “con este pitipié se
tificación hostil a la vez que inexpugnable. Y en hizo esta planta, y cada una de las cantidades
este sentido no debe olvidarse que las fortalezas pequeñas bale diez pasos de a 5 pies cada uno”.
pentagonales fueron, a lo largo de la Edad Mo- Pero junto a todo esto, no es menos significativo
derna, las más apreciadas por los teóricos milita- que, por los mares que rodean la gran península
res tanto por su eficacia, como por su intrínseca coruñesa, aparezcan también dibujados cuatro
perfección formal y economía de costes39. Con galeones de alto bordo. Dos cruzan el Océano
razón dice de ella el ingeniero y tratadista Cristó- por el norte, mirándose de frente y abordados
bal de Rojas que el recinto de cinco ángulos, que de perfil, como dando a entender que la ciudad
llaman los matemáticos “pentágono”, “es más era lugar de paso habitual de embarcaciones y
a propósito para la fortificación que todas las armadas, como la anglo-holandesa que había
otras figuras, porque está en la mediocridad de atacado Cádiz en 1625 y que, en efecto, había
las plaças grandes y chicas. Porque en las figuras singlado junto a sus costas; un tercero, ya en
quadradas se acomodan mal los ángulos y de- un escorzo frontal, aparece adentrándose con
fensas de la fortificación; y el exagono, que quie- su proa en la bocana del puerto dando cuen-

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48 En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

ta del curso que había que seguir para entrar todas las circunstancias que gobernaban la plaza
Alfredo Vigo Trasancos

con seguridad en su interior; finalmente el cuar- y pone de manifiesto, a su vez, parte de los mu-
to galeón aparece tranquilo en el sector más chos conocimientos que, según él, debía poseer
occidental de la bahía, en una visión angulada un ingeniero militar.
desde popa; sin duda una manera de decir vi-
sualmente que era allí donde estaba el principal
13 de febrero de 1639. La “Descripcion
y más seguro fondeadero y que quedaba ade-
del puerto del Ferol” del geógrafo Bernar-
más perfectamente defendido entre los fuegos
do Gómez
de los castillos de San Antón y San Diego que
dominaban su entrada y que era posible además En este mismo contexto bélico hay que si-
cerrar con una cadena. Lo curioso es que, para tuar el plano titulado “Descripcion del puerto
defender en este caso toda la población coru- del Ferol” que fue remitido al conde-duque de
ñesa, Santáns dispone en su corografía un largo Olivares, con carta del marqués de Mancera, el
cierre de estacas que impedían el desembarco 13 de Febrero de 163941 (Fig. 12). Tiene casi la
en toda la ribera portuaria, desde los Cantones misma fecha que el plano de Santáns, aunque
a la Marina, hasta alcanzar la Ciudad Vieja por esta vez el dibujo es más sencillo, más elemen-
la zona de Puerta Real. Es evidente que quiere tal en sus aspectos paisajísticos y sobre todo con
mostrar todos los preparativos que se habían he- menos tendencia a recrearse en todas las cues-
cho en previsión de un ataque o invasión, a los tiones pictóricas, una vez que apenas acude al
que se unían también varias trincheras que se color más que para señalar el tono rojizo de los
habían dispuesto por el resto de la costa en las tejados de los edificios. Demuestra, en cualquier
zonas más accesibles. Por lo tanto, el plano de caso, el interés que tenía entonces el puerto de
Santáns cabe considerarlo muy preciso y efectivo Ferrol para la Monarquía y que, para entonces,
pues muestra y cuenta, a través de su leyenda, Galicia sí poseía personal técnico cualificado

Fig. 12. Descripción del puerto del Ferol, 1639, Bernardo Gómez, Gobierno de España, Ministerio de Educación, Cultura y Depor-
te, Archivo General de Simancas, M. P. y D. 62-4.

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 49

pues está firmado por Bernardo Gómez que se otras informaciones. Por ejemplo, a la hora de

Alfredo Vigo Trasancos


autoproclama con cierto orgullo y satisfacción representar la ría cercana de Ares-Pontedeume
“geographus”. Nada que ver, por tanto, con y Betanzos, la peña de la Marola que estaba a
la situación que había vivido el capitán general la entrada del puerto, los promontorios coste-
Juan Alonso de Idiáquez años antes, cuando en ros más destacados –los cabos Prior y Prioriño y
1625 se había visto obligado a decirle al rey que las puntas del Segaño y Leiras–, los principales
no podía enviarle un mapa del Reino de Galicia surgideros –A Malata, O Baño, la ensenada de
por no haber podido encontrar en todo el país Ferrol–, las distancias existentes entre los puntos
ningún dibujante o geógrafo que lo pudiese re- más importantes expresadas en leguas –“Neda
presentar de modo satisfactorio. de ai a Cariño ai dos leguas”–, los vientos que
resultaban más decisivos para entrar y salir del
Sea como fuere, el dibujo de Bernardo Gó-
puerto –“con Sudueste se viene de la Coruña
mez, que como el de Santáns ofrece una visión
al Ferrol y con Nordeste salen”–, o alguna aldea
cenital que casi lo convierte en un mapa y re-
como la de O Seixo o los dos cruceros que esta-
presenta también con dibujos perspectivos to-
ban situados en San Cristóbal o en el muelle lla-
das las arquitecturas y núcleos de población, es
mado de la Cruz de Ferrol. No faltan en la coro-
igualmente muy preciso a la hora de dar cuenta
grafía la representación de la ermita de Caranza,
de muchos detalles importantes. Demuestra, de
de las villas que se abrían a la ría –Ferrol, Neda,
hecho,el valor que tenía la ría de Ferrol como
Mugardos y A Graña– y hasta de algún edifi-
puerto de refugio para las armadas reales, pues
cio religioso que, como ocurre con el convento
lo indica la propia leyenda al decir que “este in-
franciscano de Santa Catalina de Montefaro44,
signe puerto del Ferrol es el mejor q se conoçe
aparece dibujado en la cima del monte y en un
en toda Europa, por su capacidad, y conmodi-
llamativo escorzo que deja ver a vuelo alto de
dad, de poder invernar en el una mui gruesa Ar-
pájaro la presencia de la iglesia, su torre y un
mada, y tener en su comarca lo neçesario pª su
espacioso claustro –en realidad tiene dos– que,
provision”. Pero dicho esto, el geógrafo no deja
quizá por un criterio de eficacia representativa,
de criticar todas sus fragilidades defensivas, ya
se sitúa en el lado sur y no en el norte como lo
que indica que “con poca diligencia [el enemigo]
está realmente.A su vez, describe los tres casti-
lo podra conseguir [se refiere al puerto] i hacerse
llos que defendían la ría – de San Felipe, La Pal-
señor del, por q los tres Castillos del canal q po-
ma y San Martín “de Padilla”– y que sitúa en su
drian impedir al enemigo su intento antes son en
contexto al pie de montes – el primero en Mon-
favor suio por estar al pie de unas montañas i de
te Ventoso y los otros dos en Montefaro – segu-
qualqª pte. de ellas estar descubiertas las plaças
ramente para indicar lo expuestos que estaban
i los soldados a terreno de suerte q ellos i la ar-
a los fuegos enemigos si estos los batían por las
tilleria a mui poca costa venga a ser despojo pª
laderas. También incide Bernardo Gómez en se-
el enemigo”. Por lo tanto, Gómez propone des-
ñalar la distinta importancia que tenían las villas,
montar los tres castillos existentes en el canal de
prestando discreta atención a las de A Graña,
entrada y construir otro de nueva planta en el in-
Mugardos y Neda que sólo aparecen situadas en
terior de la ría, en la punta de Leiras que estaba
su lugar y presididas por pequeñas iglesias y, en
en frente de la villa de Ferrol y a la espalda de la
cambio, resaltando la villa de Ferrol que aparece
de Mugardos, para de este modo dominar desde
dominando la ría y en la que destaca su caserío
allí todo el interior del puerto y batir fácilmente a
irregular, la plaza Vieja de los mercados, una ca-
todos los posibles invasores42. Había, pues, que
lle larga y porticada que tal vez aluda a la calle
construirlo y completarlo, de poder ser, –esto lo
San Francisco y sus dos iglesias: la parroquial de
indica el marqués de Mancera en la carta que
San Julián situada junto al mar y presidida en
envía a Olivares– con un pequeño fuerte en la su fachada con una sólida torre de cantería que
ensenada exterior de Cariño, que actuaba a ma- culmina en un remate afilado y la del convento
nera de antepuerto, para de este modo disuadir franciscano, más hacia el interior, con su torre
al enemigo de cualquier agresión43. en el testero y con un claustro mirando hacia el
El plano de Ferrol es rico también en muchas sur esta vez correctamente ubicado45 (Fig. 13).

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Alfredo Vigo Trasancos En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

Fig. 14. Casas Reales donde se fabrica el Bizcocho, en Neda y


Aceñas de Su Majestad, 1639, Bernardo Gómez, Gobierno de
España, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Archivo
General de Simancas, M. P. y D. 62-4 (detalle).
Fig. 13. Villa de Ferrol, 1639, Bernardo Gómez, Gobierno de
España, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Archivo
General de Simancas, M. P. y D. 62-4 (detalle). can tan bien dibujadas (Fig. 14). Pudiera decirse
que las trata desde el punto de vista iconográ-
Por otra parte,en la villa de Ferrol sitúa fico como si fuesen las “joyas de la Corona”
Gómez, en la zona del promontorio que se bien guardadas en lo más hondo de la ría-cofre
adentraba en el mar, cerca de la plaza donde se ferrolana.Y allí, en efecto, no solo se aprecian
encontraba el embarcadero, la presencia de un los dos puentes que cruzaban los ríos “Ioiva” y
recinto amurallado con formato de bastión que “Neda” –sin duda el Xubia y el Belelle– y el cami-
puede identificarse, tal vez, con el “reducto” del no que los comunicaba, sino también las “Aze-
que habla un informe de 1625 y que estaba de- ñas de su Majestad”y las “Casas Reales donde
fendido en ese tiempo por “dos piezas de artille- se labra el vizcocho” que son, sin duda, las dos
ría”46; quizá aludan a los “dos cañones de bron- construcciones más destacadas.
ce” que ya hemos mencionado y que se indican Es curiosa ciertamente la manera que tiene
en el inventario de 1621 hecho por el alcalde el geógrafo de representar estos edificios. Las
mayor Pedro Labora. Nada dice, sin embargo, el “Azeñas” instaladas en lo que parece la desem-
geógrafo de su condición militar, solamente se bocadura del rio Xubia y en su margen derecha,
limita a representarlo; tampoco señala que tuvie- formando un molino de mareas48, con su amplia
se en este momento ningún elemento artillero; presa interior reforzada con muros de cantería y
por consiguiente, cabe pensar que fuera una es- con su cierre frontal al mar con dos compuertas
tructura preexistente de muy baja calidad arqui- que lleva sobre sí un largo edificio de mamposte-
tectónica que pudiera utilizarse ocasionalmente ría enlucida que aparece presidido por dos puer-
a manera de fortín en un momento de guerra. tas y su rojo tejado a una vertiente. Era allí don-
Y eso explicaría su curiosa intermitencia militar de se encontraba toda la maquinaria para moler,
que, en todo caso, debió de seguir mantenien- los depósitos de grano y harina y seguramente
do posteriormente. De hecho, en un plano muy la vivienda del molinero, configurando una gran
posterior de 1732, en esa zona se aprecia ciertos construcción que fue, sin duda, el precedente de
amurallamientos que la leyenda menciona como todos los molinos que se construyeron después
“castillo antiguo”47. para surtir de harina a la Armada Real en el siglo
Pese a todo, es en representar las propieda- XVIII49.
des que tenía el rey al fondo de la ría de Ferrol, Más notable aún es el gran edificio de la Real
muy cerca de la villa de Neda, en donde pone el Fábrica de Bizcocho que aparece enfrente, en la
geógrafo más interés y que explica que aparez- margen izquierda de la ría, en las inmediacio-

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 51

nes del río Belelle cercano a Neda y que describe rematan en sendas cruces. Además la fachada

Alfredo Vigo Trasancos


nuestro geógrafo con un interés muy especial. se resuelve con un diseño simétrico, con siete
De hecho, podría afirmarse que es el único edi- ejes de vanos adintelados, tejado a dos aguas y
ficio monumental que representa, el único que una magnífica portada central que destaca con
manifiesta una estilística arquitectónica concre- sus pilastras superpuestas, su gran puerta adin-
ta, como queriendo indicar, a través de su facha- telada, un gran escudo real y un frontón trian-
da, que era una construcción noble, de grandes gular que remata todo el conjunto. Nada que
dimensiones y que poseía por ello un aspecto ver, pues, con ningún otro edificio de carácter
palaciego en línea con la arquitectura oficial de industrial de los que se levantaron en Galicia en
la época de los Habsburgo; es decir, comparable ese tiempo; lo que justifica plenamente el título
con edificios semejantes al palacio real del Pardo de “casas reales” que le otorga la leyenda.
o al palacio madrileño del Buen Retiro (Fig. 15).
Por otra parte, no ha de pensarse que este
Destaca, en cualquier caso, por la regulari- edificio pueda tratarse de una “invención”,pues
dad de su planta, ordenada en torno a un patio no debemos olvidar que se trata de un docu-
cuadrangular delimitado por cuatro cuerpos o mento militar informativo que trata de dar cuan-
pabellones en cuyo centro se dispone un pozo ta de las `propiedades que tenía el rey en Ferrol
hexagonal con su brocal, polea y balde para uso y tenía por ello que resultar verídico. También
de los de los trabajadores. Los tres cuerpos del merece destacarse que el edificio está represen-
fondo, destinados a los hornos, tienen solo una tado en el dibujo con una visión oblicua a vuelo
altura y se abren al patio con un frente muy sen- de pájaro que está orientada en sentido norte
cillo presidido con su puerta adintelada; llaman sur. No ha de descartarse que haga referencia a
la atención por las siete chimeneas humeantes su orientación real. Sin embargo, cabe la posibi-
que se disponen en los tejados. En cambio el lidad de que sea una representación que busque
cuerpo principal, destinado a oficinas, a alma- simplemente la eficacia interpretativa o, simple-
cén y a vivienda, era de aspecto más noble y re-
mente, una manera eficiente de coordinar todas
presentativo, sin duda más acorde con su rango
las visiones de los edificios que aparecen en el
de edificio oficial, lo que explica que proyecte al
plano para así disponer de una visión general
exterior, en su amplia y horizontal fachada,una
más homogénea; de ahí que todos se dispongan
imagen realmente palatina.
con las mismas características; es decir, con su
Presenta, de hecho, una organización distri- fachadas principales mirando al norte bien visi-
buida en dos pisos y con dos torres en las es- bles al espectador y con sus oblicuos escorzos
quinas que parecen sobresalir en planta, tener arquitectónicos, en cambio, dirigidos hacia el sur
incluso mayor altura y estar culminadas por unos dejando ver toda su anatomía interna.
chapiteles a cuatro vertientes muy afilados que
Ya hemos dicho al estudiar la vistosa acuarela
de Pedro Texeira que los hornos reales se habían
instalado en la villa de Neda a partir de 1590,
en tiempos de Felipe II, cuando tras el ataque
de Drake a A Coruña, tomó impulso el puerto
de Ferrol. Para ello se había ordenado el envío,
desde Málaga, de diez maestros bizcocheros que
fueron los promotores de todo el proyecto50. De
aquel entonces no poseemos ninguna imagen
del edificio, solo alguna información que men-
ciona que eran 12 los hornos y todos “buenos
y de buena fábrica” según señala Bernabé de
Pedroso en un comunicado que remitió al rey en
abril de 159151. Debieron de funcionar intensa-
Fig. 15. Palacio del Buen Retiro (Salón de Reinos), luego Museo
del Ejército en una foto de 1870 (Foto: http://elretohistorico. mente en un primer momento y, después, con
com/antiguo-museo-ejercito-madrid/#jp-carousel-4087). cierta intermitencia en función de las necesida-

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52 En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

des militares, siempre menores tras la paz con la llegada de las de don Antonio de Oquendo
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Inglaterra y la Tregua de los Doce Años con las con las de Cádiz, le siguieran como a general en
Provincias Unidas holandesas. Debieron de re- jefe” de camino a los mares de Flandes. Esto ex-
surgir hacia 1621 cuando se abre de nuevo la plica que hubiese en la ciudad, preparados para
actividad militar atlántica que explica que Pedro el embarque, 10.000 soldados y 4.000.000 de
Texeira los mencione activos en 1622 y diga de reales de plata55.
ellos que hacían el bizcocho “con mucha como- Seguramente tuvo conocimiento de este he-
didad y poco gasto” gracias a “la mucha leña de cho el arzobispo de Burdeos, Henri d´Escoubleau
que toda esta tierra abunda”52. Posteriormente, de Sourdis (Fig. 16), tal vez a través de sus alia-
en 1635, sabemos que el asentista de la escua- dos holandeses. Se presentó en A Coruña cuan-
dra de Galicia, Francisco de Quincoces, escribía do estaban fondeados en el puerto 30 barcos
al rey indicándole la necesidad de poner nueva- de guerra de las escuadras del Norte de España
mente en funcionamiento “los hornos y aceñas (Galicia, Vizcaya y Santander) y la flotilla de Dun-
que V.M fabricó en Neda que eran los mejores querque que estaba comandada por el almirante
de España”53. Solicitaba para su reparo 800 du- Martín de Horna. El belicoso prelado llegaba con
cados. Solo llegaron 300 ducados que dieron una escuadra más poderosa pues contaba con
suficiente para arreglarlos, aunque no las aceñas 60 bajeles, 30 de ellos bien artillados, 10 no tan
que por este motivo se descartaron. Por lo tanto, buenos y 20 brulotes de fuego56. Su estrategia
esto explica tal vez el buen aspecto y la gran acti- pasaba por incendiar la flota española y, con ella,
vidad que se percibe en la fábrica en el dibujo de si la fortuna le acompañaba, la propia ciudad A
Bernardo Gómez de 1639, en una fecha tan de- Coruña; es decir pensaba utilizar la misma tácti-
cisiva. Sin embargo, hasta la fecha no se puede ca que había aplicado el año anterior en la villa
aportar ninguna información sobre quien pudo de Guetaria y que tantas satisfacciones le había
haber sido el autor del proyecto arquitectónico; dado al infringir una derrota humillante a Lope
sólo que es muy factible que fuese un ingeniero de Hoces que ahora estaba al mando precisa-
militar de los que entonces trabajaron en Galicia mente de todas las armadas fondeadas en A Co-
al servicio del rey. Por lo demás, decir que, de tan
llamativa estructura, solo se conserva en la ac-
tualidad el escudo que tenía en la fachada, aun-
que sin la corona real que lo remataba. Cuenta
Vázquez Rey que la fábrica estuvo situada en el
lugar llamado “Campo dos Fornos” en un enor-
me rectángulo existente entre la calle de “So-
bre la Villa” y el lugar denominado “As Viñas” y
“Alto de Piñeiros”, terreno hoy atravesado por la
carretera de Ferrol-A Coruña54.

9 de junio de 1639. La armada del arzo-


bispo de Burdeos ataca A Coruña y Ferrol
No iban muy descaminadas las preocupacio-
nes de un ataque inminente franco-holandés a
los puertos gallegos del Golfo Ártabro, tal como
anunciaban los dos planos de A Coruña y Fe-
rrol que acabamos de estudiar. Cuenta Benito
Vicetto que a comienzos del mes de junio “se
preparaba una armada en La Coruña con los
galeones de Lope de Hoces, los escuadrones Fig. 16. Retrato de Henri d´Escoubleau de Sourdis,
arzobispo de Burdeos (Foto: https://es.wikipedia.org/wiki/
de Galicia y de Lisboa, las naves construidas en Henri_d%27Escoubleau_de_Sourdis#/media/File:Henry_de_
Vizcaya, y las que más se pudieran para que, a Sourdis_archeveque_de_Bordeaux_et_marin_de_Richelieu.jpg).

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 53

ruña a la espera de la llegada de Oquendo que das enfrentadas o los que abrieron también los

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partía desde Cádiz. Cuenta González López que barcos de Martín de Horna que llegaron a rom-
el 9 de junio de 1639 el arzobispo se presentó per el cerco portuario establecido por el arzobis-
en la entrada de la bahía y le envió un desafío po. Como anécdota, destacar que una bomba
a Hoces, incitándole a medir sus fuerzas con las francesa destruyó parcialmente la torre de la
suyas en combate singular en mar abierto, pero iglesia de Santiago y que otra cayó en una de las
que don Lope prefirió evitar la confrontación ha- salas del palacio de la Audiencia donde estaban
ciendo que fueran las fuerzas de tierra las que reunidos las autoridades militares encargadas de
llevasen la iniciativa57. Era consciente, sin duda, la defensa y que causó una gran conmoción61.
de lo desigual de las fuerzas y que lo primero era Sin embargo, nada consiguió el arzobispo fran-
poner a salvo la flota que tenía encomendada. cés con su ataque, pues ni fue capaz de incen-
El desastre de Guetaria le había enseñado a ver diar los barcos españoles fondeados en puerto,
los terribles efectos que los barcos incendiarios ni tampoco mantener el bloqueo, toda vez que
podían causar sobre una flota anclada en puerto algunos barcos al mando de Martín de Horna
si no le procuraba una eficaz protección. Y por lograron salir por dos ocasiones. Además tam-
ese motivo, para evitar que el francés repitiera bién fracasó con estrépito la intención de Sour-
la táctica, tomó medidas y la primera fue tender dis de atacar Ferrol con una expedición de 2000
entre los castillos de San Antón y de San Diego o 3000 hombres que, acompañados de algunas
una cadena,detrás de la cual estuviesen protegi- embarcaciones menores, llegaron a desembar-
dos todos los buques. car en la ría y tuvieron que enfrentarse, sin éxito,
Por lo que sabemos, la cadena en cuestión con los defensores; principalmente una peque-
estaba formada, según nos cuenta en un memo- ña tropa de 2000 mosqueteros veteranos que al
rial el propio ingeniero Santáns Tapia, por “árbo- mando de Pedro Baygorri partieron de A Coruña
les de navíos atados pies con cabeza con gruesas a toda marcha, salieron al paso de los franceses
maromas y unas pilas en cada ligadura”y prote- y frustraron su intención de ataque tras cuatro
gida por pequeñas embarcaciones armadas que horas de violenta lucha en la que tomó parte
impedían la entrada en puerto de los temibles activa el gobernador de Ferrol Juan Pardo de Fi-
brulotes58.Había sido colocada por los pescado- gueroa62.
res y gentes de mar que empezaron a instalarla La amenaza de la flota francesa duró siete
tan pronto tuvieron noticia que la escuadra fran- días completos, del 9 de junio al día 15 del mis-
cesa se acercaba, gracias a un mensajero que mo mes en que emprendieron la marcha impul-
había partido de la villa de Ribadeo tan pronto sados por los vientos del nordeste. Nada dice de
fue avistada59. Como complemento a la cadena, una mala climatología Santáns del que posee-
el jefe general de la defensa, el capitán general mos una relación del ataque muy minuciosa; en
marqués de Valparaíso, dispuso que las murallas cambio el otro narrador que fue testigo de los
de la ciudad estuviesen defendidas con más de hechos, el soldado y escritor portugués Francis-
tres mil hombres que asistieron también en las co Manuel de Melo (Fig. 17), que estaba en la
estacadas y trincheras que se construyeron para plaza entre las tropas lusitanas que estaban a la
la ocasión y defendieron las zonas más accesi- espera de embarcar para Flandes, cuenta que la
bles60 como eran, en efecto, las riberas de los armada francesa partió – él señala como fecha
Cantones y la Marina y la playa de San Amaro. de la llegada de la armada el 16 de junio y como
Junto a ello también se dispuso que los fuegos fecha de partida el 23 de junio, víspera del día
de los tres castillos tomaran parte activa para de San Juan63– ante la amenaza de una fuerte
hostigar al francés y mantener así su armada tormenta que se empezaba a formar64.Será difí-
alejada de la población. Hubo, al parecer, fuego cil seguramente conocer toda la verdad sobre los
de distinto calado, unas veces proveniente de los pormenores del ataque. Con todo, sí se puede
disparos de los castillos, otras de los fuegos que asegurar que pocas veces en el siglo XVII toma-
lanzaron los cañones dispuestos en batería en ron parte activa en un ataque al Golfo Ártabro
los muros de la plaza, a los que se unieron los tantos personajes destacados: un capitán gene-
disparos que se lanzaron entre sí las dos arma- ral como el marqués de Valparaíso, tres milita-

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54
Alfredo Vigo Trasancos En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

Fig. 18. Retrato de Antonio de Oquendo, por J. García


Condo, 1940, Museo Naval de Madrid (Foto: http://www.
gipuzkoamuseobirtuala.net/img_upload/hitos/328/C213a1_
Okendo.jpg).

Fig. 17. Francisco Manuel de Melo, Epanaphoras de varia


5 de Septiembre de 1639. La armada de
historia portuguesa, Lisboa, 1676 (Foto: https://commons. Antonio de Oquendo sale de A Coruña
wikimedia.org/wiki/File:Francisco_manuel_de_Melo_-_
Epanaphoras_de_varia_historia_portugueza._Lisboa._1676.jpg). Alejado el peligro de la armada gala, los pla-
nes de Olivares prosiguieron con la orden dada
a Antonio de Oquendo (Fig. 18) de que partiese
res o almirantes como Hoces, Horna y el francés cuanto antes con las escuadras agrupadas en
d´Escoubleau de Sourdís, un ingeniero tan cono- Cádiz hacia el puerto de A Coruña para reunirse
cido como Santáns Tapia, un escritor eminente con todas las que comandaba Lope de Hoces67.
como el portugués Francisco Manuel de Melo y Según sabemos llegaron a finales de agosto y
hasta el obispo de Lugo Juan Vélez de Valdivieso fondearon fuera del puerto para permitir la sa-
que, conocedor del ataque, acudió con su gente lida del resto de la flota. Citan las fuentes más
en defensa de la villa de Ferrol y se enfrentó de de 20.000 hombres y unos 50-60 barcos. Nada
este modo al otro prelado católico65. menos que ocho escuadras entre las que se en-
Esta actitud tan combativa del obispo Juan contraban las de Portugal, Nápoles y Galicia y la
Vélez no fue, al parecer, bien comprendida por de Dunquerque que era la más experimentada
muchas gentes de su tiempo que censuraron su en los mares norteños, a las que se sumaban 12
actitud tan aguerrida, impropia según ellos de navíos ingleses fletados para transportar la in-
un hombre dedicado a la religión; y quizá por fantería. Fue, según parece, una de las fuerzas
ello tuvo necesidad de un defensor como fue el navales más poderosas reunidas por la Corona
caso de Juan Pallares y Gayoso (1614-1668), el después de la Gran Armada que, por cierto,
reputado canónigo magistral de la catedral lu- también había hecho escala en el Golfo Ártabro.
cense, pues lo indica expresamente en su obra Salió del puerto la expedición el 5 de septiembre
Argos divina Sancta Maria de Lugo de los Ojos al mando de Antonio de Oquendo que iba en
Grandes … (Santiago, 1700), en la que hace una la capitana, un poderoso galeón llamado “San-
breve incursión en la vida y hechos del obispo y tiago” en honor al patrón de las Españas68. Ese
comenta, precisamente, esta circunstancia66. día, es seguro que en la tumba del Apóstol de la

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 55

cercana catedral compostelana debieron de oír- más encendidos biógrafos que moría justamen-

Alfredo Vigo Trasancos


se extraños rumores. Era tradición que, en mo- te cuando rompía el fuego la artillería de algún
mentos previos a una batalla, bajo el altar mayor buque fondeado en el puerto coruñés al lanzar
del templo apostólico, se oían ruidos“como cho- salvas por la salida del Santísimo en la procesión
ques de armas” que solo se producían “cuando del Corpus Christi. Quizá forme parte este hecho
los españoles han de sufrir alguna derrota”69. de la leyenda que suele adornar la vida heroica
Debieron de ser, en todo caso, ruidos premoni- de un militar. No obstante, sería entonces, según
torios, casi de estremecimiento, pues en efecto, se cuenta, cuando, acalorado por la fiebre, tuvo
días después, el 21 de septiembre de 1639 tuvo Oquendo, al oír el tronar del cañón, tiempo para
lugar en las Dunas –the Downs– (Fig. 19), frente saltar de la cama y decir a grandes voces: “¡Ene-
a las costas inglesas, la gran derrota naval que migos! ¡Dejadme ir a la capitana, para defender
Oquendo sufriría a manos del almirante holan- la armada!”71. Sin duda, una frase memorable
dés Maarten Harpertszoon Tromp (Fig. 20) y que para pasar a la Historia.
marcaría el fin del poderío naval de España en
plena guerra de los Treinta Años. Tuvo tiempo
el almirante español de regresar a A Coruña tras
la derrota en donde, herido de gravedad,quedó
postrado en un lecho instalado en el hospital de
San Andrés que estaba situado en el barrio de
Pescadería, justo en la calle llamada de Arriba
y que ya hemos mencionado. Falleció, como
es sabido, el 7 de junio de 1640 víctima de las
heridas producidas en el combate70. Dicen sus

Fig. 19. Batalla naval de Las Dunas (detalle), 1639, Willem van Fig. 20. Retrato del almirante holandés Maarten
de Velde, 1659, RijksMuseum de Ámsterdam (Foto: https:// Harpertszoon Tromp, por Jan Lievensz (Foto: https://
en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_the_Downs). es.wikipedia.org/wiki/Maarten_Harpertszoon_Tromp#/media/
File:Maarten_Harpertszoon_Tromp.jpg).

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56 En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

NOTAS arquitectura militar de los siglos XVI- en Alfredo Vigo Trasancos, “Ferrol en el
Alfredo Vigo Trasancos

XVIII, Fundación Pedro Barrié de la punto de mira (1587-1800): Imágenes


1
El presente trabajo forma parte Maza, A Coruña, 1985, especialmente artísticas de un puerto de guerra de la
del proyecto de investigación titulado pp. 38 y ss. España atlántica”, en Alfredo Vigo
“Memoria, textos e imágenes. La recu- 14
Así lo indica, en efecto, en una Trasancos (dir.), La ciudad y la mirada
peración del patrimonio perdido para la inscripción: “AD LAVDEM ET HONO- del artista. Visiones desde el Atlántico,
sociedad de Galicia”, concedido para REM N-MINSANTI DEVS SERVI TUI FA- Teófilo comunicación, Santiago, 2014,
el trienio 2015-2017 por el Ministerio BRICA VERMVT ME ANO 1607”. Cit. especialmente pp. 253-255.
de Economía y Competitividad. Tiene por Dolores Barral Rivadulla, La Coruña 26
Vid. Jorge Gómez Iparraguirre,
como código de referencia HAR2014- en los siglos XIII al XV. Historia y con- “Planta del Frente a la Pescadería de la
53893-R. figuración urbana de una villa de rea- muralla de la Ciudad Alta de A Coruña
2
Más información sobre este lengo en la Galicia medieval, Fundación con proyecto para su abaluartamiento”
ataque en Cesáreo Fernández Duro, Pedro Barrié de la Maza, A Coruña, y “Proyecto para la reconstrucción del
Historia de la Armada española desde 1998, p. 168. Cubo minado”, en Alfredo Vigo Tra-
la unión de los reinos de Castilla y de 15
José Ramón Soraluce Blond, op., sancos (dir.), Galicia en los siglos XVI y
Aragón, IV, Madrid, 1898, pp. 68 y ss. cit., p. 29. XVII. Planos y dibujos de arquitectura
3
Vid. Jonathan Brown y J. H. 16
Jerónimo del Hoyo, Memorias y urbanismo, Consello Galego de Co-
Elliott, Un palacio para el rey. El Buen del arzobispado de Santiago, Porto y lexios de Aparelladores e Arquitectos
Retiro y la corte de Felipe IV, Alianza cía. Editores, Santiago, s.a., pp. 221- Técnicos, Santiago de Compostela,
editorial, Madrid, 1981, p. 180. 222. 2003, pp. 103-107.
4
Sobre el ataque a Guetaria vid. 17
Sobre los castillos vid. José Ra-
27
José Ramón Soraluce Blond, op.
Cesáreo Fernández Duro, op. cit., pp. món Soraluce Blond, op. cit., pp. 103- cit., p. 45.
176 y ss. 110 y 95-98 respectivamente.
28
Ídem, ídem.
5
Al respecto véase Baldomero 18
Sobre la evolución histórica del
29
Íd., íd.
Brígido Gabiola, “El ataque del arzo- puerto coruñés véase Alfredo Vigo Tra- 30
En efecto, la real cédula de Felipe
bispo de Burdeos a la villa de Santoña sancos, “A Coruña: historia e imagen II del 14 de agosto de 1563,que orde-
en 1639”, Monte Buciero 2 - Cursos de un puerto atlántico (s. I-1936)”, en naba a la Real Audiencia pasar a residir
1998, pp. 167-181. Mª del Mar Lozano Bartolozzi y Vicen- definitivamente en A Coruña, le asig-
6
Véase Felipe Pereda y Fernando te Méndez Hernán (eds.), Patrimonio naba a la ciudad este título: “Por parte
Marías (eds.), El Atlas del rey planeta: la cultural vinculado con el agua: paisaje, de la Ciudad de la Coruña, que es en
“Descripción de España y de las costas urbanismo, arte, ingeniería y turismo, ese Reyno de Galicia, nos ha sido he-
y puertos de sus reinos” de Pedro Texei- Editora Regional de Extremadura, Mé- cha relación, que bien sabíamos como
ra (1634), Editorial Nerea, Hondarribia, rida, 2014, pp.. 381-394. la dicha Ciudad era “fuerza y guarda
2002. 19
Felipe Pereda y Fernando Marías de ese Reyno”, por tener, como tenía,
7
Felipe Pereda, “Un atlas de cos- (eds.), op. cit., p. 327. muy buen puerto; y como antiguamen-
tas y ciudades iluminado para Felipe 20
Ídem, ídem. te había sido muy poblada; y que agora
IV: La Descripción de España y de las de poco tiempo a esta parte, se había
21
Vid. Mª del Carmen, Saavedra
costas y puertos de sus reynos de Pedro disminuido en vecindad, e iba crecien-
Vázquez, “Ferrol a finales del siglo XVI:
Texeira”, en Felipe Pereda y Fernando do, si no se pusiese remedio a ello, y si
actividad militar y desarrollo econó-
Marías (eds.), op. cit, p. 34. enemigos viniesen sobre ella, no habría
mico”, Estudios Mindonienses, nº 3,
8
Agustín Hernando, “Poder, car- resistencia; lo qual se remediaría, si se
1987, p. 278.
tografía y política de sigilo en la Espa- privilegiasen los moradores, que dentro
22
Sobre los castillos puede encon- della estaban ... Por ende yo vos mando
ña del siglo XVII”, en Felipe Pereda y trarse más información en Alfredo Vigo
Fernando Marías (eds.), op. cit., p. 74. que luego que esta nuestra Cédula os
Trasancos e Irene Mera Álvarez, Ferrol fuere mostrada, os partáis de esa dicha
9
Richard Kagan, “Arcana Imperii: y las defensas del puerto de guerra del Ciudad con vuestra Audiencia a la dicha
mapas, ciencia y poder en la corte de rey: la Edad Moderna. 1500-1800, Au- Ciudad de la Coruña, y esteis y residais
Felipe IV”, en Felipe Pereda y Fernando toridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao, en ella, hasta tanto, que, por Nos, otra
Marías (eds.), op. cit., p.63. Ferrol, 2008, especialmente pp. 34-49. cosa os sea mandada. Fecha en Madrid,
10
Cit. por Felipe Pereda, “Un 23
Felipe Pereda y Fernando Marías a catorce días del mes de agosto de mil
a­tlas…”, art. cit., p. 45. (eds.), op. cit., p. 327. e quinientos e sesenta e tres años. Yo
11
Felipe Pereda y Fernando Marías 24
José Montero Aróstegui, Histo- El Rey”. Cit. por Enrique Vedía y Goo-
(eds.), op. cit., p. 328. ria y descripción de la ciudad y depar- sens, Historia y descripción de la ciudad
12
Ídem, ídem. tamento naval del Ferrol, Imprenta de de La Coruña, Imprenta y librería de D.
13
Sobre esta cuestión puede con- Beltrán y Viñas, Madrid, 1859, p. 276. Domingo Puga, Coruña, 1845, p. 170.
sultarse José Ramón Soraluce Blond, 25
Más información sobre la repre- 31
Sus nombres estaban en direc-
Castillos y fortificaciones de Galicia: la sentación de la villa hecha por Texeira ta relación con las dos calles a las que

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En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol 57

accedían, entonces llamadas de Arri- 37


Cit. por ídem, ídem. Barrié de la Maza, A Coruña, 1991.

Alfredo Vigo Trasancos


ba y de Abajo y hoy de San Andrés y 38
Los restos de la iglesia de San- Es también de interés la consulta de
Cantones-Real. to Tomás, quemada en 1589, fueron Manuela Santalla López, Muiños, for-
32
José Ramón Soraluce Blond, op. en efecto derribados, decidiéndose en nos e pan de Neda, Edicións Embora,
cit., p. 45. 1592 que sus feligreses quedasen in- Ferrol, 2011, pp. 19 y ss. Esta autora
corporados a San Nicolás, “quedando dedica unos párrafos a informar sobre
33
Ídem, ídem, pp. 98-99.También
en el dicho lugar de la dicha iglesia y las aceñas reales que estaban situadas
Leoncio Verdera Franco et al., La Capi-
cuerpo della un çercadillo vaxo que en el río Belelle, muy cerca de la villa de
tanía General en la historia de Galicia,
no aga danno a la defensa de la dicha Neda. Vid. pp. 41.
Diputación provincial, A Coruña, 2003,
p. 48. çiudad, y en el lugar donde estaba el 49
Sobre este tema véase Andrés
altar mayor della se ponga un crucero Pena Graña, Industrias e Reais fábricas
34
Un breve análisis del plano y
alto de manera que denote aver estado de Narón en tempos da Ilustración,
la completa transcripción de su le-
allí dicha iglesia, y la piedra que della Concello, Narón, 2007.
yenda puede verse en Jorge Gómez
saliere se convierta en aprovecho de 50
Vid. Mª del Carmen, Saavedra
Iparraguirre, “Plano de la ciudad y sus
la iglesia de San Nicolas ... teniendo Vázquez, art. cit., p. 278.
fortificaciones”, en Alfredo Vigo Tra-
nesçesidad della para sus obras y 51
Ídem, ídem.
sancos (dir), Galicia en…, op. cit., pp.
aviendose de vender se venda para las
108-110. 52
Felipe Pereda y Fernando Marías
obras de otras iglesias y monasterios”.
35
Aquí vuelve a hacer una larga (eds.), op. cit., p. 327.
Cit. por. Dolores Barral Rivadulla, op.
relación de todos sus honores, aña- 53
Mª del Carmen Saavedra Váz-
cit., p. 260.
diendo a los ya mencionados, el de quez, Galicia en el camino de Flandes.
39
Alicia Cámara Muñoz, Fortifica- Actividad militar, economía y sociedad
“Ministro de la santa y general Inqui-
ción y ciudad en los reinos de Felipe II, en la España noratlántica, 1556-1648,
sición de España”. El libro lo dedica al
Nerea, Madrid, 1998, pp. 30-32. Edicións do Castro, Sada, 1996, p.171,
“Excelentísimo Señor Don Francisco de
Mello, Conde de Azumar, Marqués de
40
Cristóbal de Rojas, Teórica y nota 87 y Juan A. Granados Loureda,
Tor de Laguna, Governador y Capitán práctica de fortificación, conforme a “Ferrol na Idade Moderna”, en Emilio
General destos Estados [de Flandes] y las medidas y defensas de estos tiem- Ramil et al., Historia de Ferrol, Vía
de Borgoña, etc.”Añadía además que pos, Imp. Luís Sánchez, Madrid, 1598, Láctea, Oleiros, 1998, p. 171.
era de los pocos ingenieros españoles p. 68. 54
Antonio Vázquez Rey, Crónicas
que había en Flandes (el único tras el 41
Sobre él véase Jorge Gómez nedenses y otros temas. Edición litera-
regreso a España de Juan de Villa Roel) Iparraguirre, “Plano de la ría y sus ria, introducción y aparato crítico por
y que se había puesto a escribir su tra- fortificaciones”, en Alfredo Vigo Tra- María José López Pérez. Ilustraciones
tado porque consideraba que era ne- sancos (dir), Galicia en…, op. cit., pp. de Xaime Tenreiro Rodríguez, Concello
cesaria una obra básica, sencilla, “sin 139-141. Se transcribe con precisión de Neda, Neda, 1994, pp. 169-172 y
alardes de citas, con proyección de las toda su leyenda, muy rica en datos e 177. Según el autor, mucha de la pie-
experiencias del autor y buen número informaciones militares. dra del edificio fue aprovechada para
de láminas”. Entre sus “experiencias” 42
Alfredo Vigo Trasancos e Irene construir viviendas del entorno.
menciona “la proporción conveniente Mera Álvarez, op. cit., p. 55. 55
Benito Vicetto, Historia de Gali-
de mezcla de cal” a utilizar en las obras 43
José Ramón Soraluce Blond, op. cia, Nicasio Taxonera, Ferrol, 1873, VII,
de fortificación, indicando que esto lo cit., p. 124. p. 59 y Emilio González López, El águila
dice “por haberlo visto en fábricas rea- caída. Galicia en los reinados de Felipe
44
Sobre el edificio véase Carlos
les en diferentes partes y haber hecho IV y Carlos II, Editorial Galaxia, Vigo,
Aracil Rodríguez y Juan José Burgoa
yo fortificaciones de piedra en el presi- 1973, p. 52.
Fernández, Monasterio Santa Catalina
dio de la Coruña por orden de su Ma- 56
Estos datos nos los proporciona
de Montefaro, Pontedeume, Editorial
gestad y sus Governadores, de forma el propio Santáns Tapia en un impreso
Espino Albar, 2015.
que no hablo desnudo de experiencia”. que publicó en 1639 y se conserva en la
Cit. por Francisco José León Tello y Mª
45
Alfredo Vigo Trasancos, “Ferrol
Biblioteca Nacional y que lleva por título
Virginia Sanz y Sanz, Estética y teoría en el punto…”, art. cit., p. 255-256.
“Relación Verdadera de la entrada que
de la arquitectura en los tratados espa-
46
José Ramón Soraluce Blond, op.
hizo la Armada del francés en compa-
ñoles del siglo XVIII, Consejo Superior cit., p. 124.
ñía de la del Olandés, en la embocadu-
de Investigaciones Científicas, Madrid, 47
El plano en cuestión, que está ra del puerto del Real presidio y ciudad
1994, p. 9. firmado por el ingeniero militar Francis- de la Coruña…”. Fue dado a conocer
36
Alicia Cámara Muñoz, “Esos co Montaigu y representa un proyecto por José Ramón Soraluce Blond, “Una
desconocidos ingenieros”, en Alicia reducido de Arsenal, se encuentra en el nueva versión del ataque francés a La
Cámara Muñoz (coor.), Los ingenieros Museo Naval de Ferrol. Coruña en 1639”, Revista del Instituto
militares de la monarquía hispánica en 48
Sobre los molinos de mareas José Cornide, nº 12, 1976, p. 231. Sin
los siglos XVII y XVIII, Ministerio de De- véase Begoña Bas, Muiños de marés e embargo, Emilio González López, que
fensa, , Madrid 2005, p. 23. de vento en Galicia. Fundación Pedro se basa a su vez en Vicetto, dice que la

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58 En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol

armada estaba compuesta por 42 bar- Franzeses… Tao brevemente & por de necesidad, y que no bastasen los se-
Alfredo Vigo Trasancos

cos de línea, 12 transportes de tropas y modo tao inesperado, se vio espanha glares, y fuesse de tal calidad el peligro,
21 barcos de fuego llamados brulotes, desoprimida das armas Francezas, ba- que no pudiesen escusarlo en defensa
vid. ídem, ídem, pp. 53-54. talhnando em seu favor as naturais”, de la patria…, y no de otra manera, a
57
Íd., íd., p. 54. La fecha del 9 de pp. 384-385. Sobre la figura de este imitación de Abrahán, que llevó lenha
junio es la que tradicionalmente se vie- conocido escritor y soldado portugués al monte para el sacrificio de Isaac, si
ne aceptando, si bien hay autores que del Siglo de Oro, véase Edgar Prestage, acaso faltase y fuese necesaria, en ob-
proponen otro día del mismo mes (16 D. Francisco Manuel de Mllo. Esboço servancia del Abulense. En cuios térmi-
de junio) más próximo a la festividad biographico, Impresa da Universidade, nos la misma lei natural permite a los
de San Juan. Vid. notas 63 y 66. He Coimbra, 1914. religiosos pelear por sus mismas per-
intentado confirmar la fecha en el Ar- 64
Íd., íd. sonas y asistir para este intento a sus
chivo Histórico Municipal de A Coruña, Prelados… Con aver sido la partida de
65
Benito Vicetto, op. cit., p. 59.
lamentablemente las actas municipales D. Juan Vélez a Ferrol regulada con las
“Nota 1: Y cuando la escuadra france-
del año 1639 se han perdido. prendas grandes de su prudencia y ta-
sa al mando del arzobispo de Burdeos
58
José Ramón Soraluce Blond, art. lento, y solo para el fin requerido, y ser
intentó hacer un desembarco en la
cit., p. 237. tan crecido el número de herejes que
Coruña en 1639, acudió a su socorro
venían en estos 40 navíos, no faltaron
59
Ídem, ídem, p. 236. el obispo de Lugo D. Juan Vélez de
censores que la maliciaron al Obispo y a
60
Vid. Enrique Vedía y Goossens, Valdivieso con toda la gente que pudo
sus Curas, juzgando por indecente a su
op. cit., p. 97. juntar, tanto de eclesiásticos como de
Dignidad… En defensa de resolución
61
Lo indica con precisión Francis- seglares; hecho que ya entonces se vi-
tan ajustada… he escrito un dilatado
co Manuel de Melo, Epanaphoras de tuperó por varias personas”.
papel, recabando en premio de mi tra-
varia historia portugueza ... em cinco 66
Juan Pallares y Gayoso, Argos Di- bajo, su aprobación con las siguientes
relaçoens de sucesos pertenecientes a vina Sancta María de Lugo de los Ojos palabras. Con este papel tengo toda la
este reyno, a despesa d’Antonio Craes- grandes, Fundación, y Grandezas de defensa que manifiesta el acierto de mi
beeck de Mello, Lisboa, 1660, p. 380. su Iglesia, Sanctos naturales, Reliquias, proceder, y le estimo como la Mitra”.
Dice así el autor: “Hua balla desbaratou y Venerables Varones de su Ciudad, y 67
Sobre la reunión de las flotas
parte da torre de Sant-Iago, Igreja ma- Obispado, Obispos y Arçobispos que
en el puerto de A Coruña, su posterior
triz da Corunha; outra, como se fora en todos Imperios la gouernaron, en la
partida hacia el canal de la Mancha y la
advertidamente, visitou o Consistorio Imprenta de Benito Antonio Frayz, San-
derrota naval de las Dunas, vid. Cesá-
dos Juizes q na casa de seu despacho tiago, 1700, pp. 430-431: “Por el mes
reo Fernández Duro, op. cit., pp. 205 y
estavao consultando os meyos políticos de Junio año de 1640 [sic] el Arçobispo
ss. También Gonzalo Lorén Garay, “La
da defensa”. de Burdeos aportó a vista da Coruña
batalla naval de las Dunas (1639)”, Re-
62
Francisco Manuel de Melo, op. con 40 navíos de guerra y algunos de
vista de Historia naval, nº 117, 2012,
cit., pp. 383-384 y Emilio González Ló- fuego con intento de quemar las naves
pp. 51-60.
pez, op. cit., p. 55. que tenía en el puerto D. Lope de Ho- 68
Véase Manuel Gracia Ri-
63
Ídem, ídem. Dice así en sendos ces, defendidas de una cadena. El día
vas, “Los Oquendo: historia y mito
párrafos: “Nesta maneeira se achava de S. Juan un recio temporal impedió
de una familia de marinos vascos”,
a Corunha, quando em desaseis de al Francés sus designios. Tuvo nuestro
Itsas Memoria. Revista de Estudios
Junho, se lhe mostrarao formidaveis, Obispo repetidos avisos de su Excelen-
Marítimos del País Vasco, Museo
desenrolados os estandartes de França, cia D. Francisco de Iraracabal, marqués
Naval, San Sebastián, 2009, p. 717.
fazendo toda sua frota força de vela, de Valparaiso, Capitán General y Go-
http://um.gipuzkoakultura.net/
por dobrar o Cabo de Prioulo, seis le- vernador del Reino, para que con el tí-
itsasmemoria6/699-724_graciasrivas.
goas distante da Cidade, pello rumo do tulo y exercicio de Capitán general par-
pdf [Fecha de consulta: 24/03/2016].
Nornoroeste”, p. 377. “Vespera de San tiesse con toda la gente que pudiese a
la Ciudad de Betanços y Villa de Ferrol,
69
Condesa de D´Aulnoy, Relación
Joao, setimo dia da asistencia da Arma-
por convenir así para detener el orgullo que hizo de su viaje por España la seño-
da, se acabou de recolher penosamen-
del Francés. En su puntual execución ra condesa D´Aulnoy, Tipografía Franco
te a Infantaria inimiga que desembar-
partió este Prelado assistido de sus Pre- Española, 1892, p. 42.
cara em terra.. Pouco antes da men-
ham se desaforou a tromenta, ja da bendados … y en compañía de mucho
70
Manuel Gracia Rivas, art. cit.,
parte do Sureste, com tal soltura, que número de clérigos y seglares…y con p. 719.
parecía procurava antes a destruiçao ánimo de pelear con la gente que el Ar- 71
https://es.wikipedia.org/wiki/
que a paz do Mundo. Cedo começarao çobispo hechasse en tierra; y el mismo Antonio_de_Oquendo [Fecha de con-
a experimentar seus afeitos os navios valor alcanzó a los Eclesiásticos en caso sulta: 25/03/2016].

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EL DIBUJANTE INGENIERO HACIA LA UNIVERSALIDAD
DE LA DUALIDAD ARTE/TÉCNICA EN LA CARTOGRAFÍA
MILITAR DEL SIGLO XVIII1

Juan Miguel Muñoz Corbalán


Universitat de Barcelona

RESUMEN
Las directrices conceptuales de esta aportación giran en torno a la constatación del progreso desarrollado desde
la segunda mitad del siglo XVII y durante todo el siglo XVIII en los métodos de representación espacial manejados
por los profesionales militares, básicamente ingenieros y cartógrafos, mediante los procesos cartográficos propios
de esta disciplina técnico-artística. Uno de los principales argumentos consistirá en la interrelación y el balance
de ambos aspectos, técnicos y artísticos, para una adecuada aproximación y comprensión de la citada evolución,
que permitió a la cartografía de la segunda mitad de la época moderna desarrollar progresivamente un lenguaje
científico sin menospreciar por ello buena parte de los recursos mayormente relacionados con la componente
estética del proceso de representación gráfica y pictórica.

Palabras clave: ingeniería militar, cartografía

ABSTRACT
The conceptual guidelines followed by this paper involve ascertaining the progress made in the second half of the
17th century and throughout the 18th century in spatial representation methods used by military professionals,
chiefly engineers and cartographers, through the mapping processes common to this technical and artistic
discipline. One of the main lines of argument is the relationship and balance between technical and artistic
issues as a means of providing a suitable approach to and understanding of the aforementioned process of
development, which, in the second half of the modern era, enabled mapmaking to gradually acquire a scientific
language without it necessarily undermining the resources relating to the aesthetic component of the process of
graphic and pictorial representation.

Keywords: military engineering, cartography

El camino hacia la racionalización carto- sarrollar y perfeccionar sus habilidades técnicas


gráfica universal y artísticas para ajustarse a dichas necesidades,
Son muchas las variables que pueden ser la discriminación o el seguimiento programático
contempladas para explicar la evolución de los de determinadas fuentes y modelos para fijar el
mecanismos de representación espacial en la trabajo gráfico, los condicionamientos institu-
confección de mapas y planos. Podemos expli- cionales a más alto nivel (políticos, económicos,
citar las más significativas: la diversidad de in- estratégicos), la demanda del mercado cartográ-
tenciones y fines por parte de los comitentes y fico...2
los propios ejecutores de las iniciativas cartográ- El camino seguido históricamente para al-
ficas, el impulso de las iniciativas pedagógicas canzar unos niveles objetivos de racionalización
y académicas en la transmisión del saber y las en las formas de representación del espacio y sus
prácticas representativas, el esfuerzo selectivo elementos integrantes, tanto naturales como ar-
por parte de los profesionales a la hora de de- tificiales, fue bastante complejo desde el siglo

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XV. Sin embargo, puede observarse una volun- nocimiento geográfico y territorial. De hecho, las
Juan Miguel Muñoz Corbalán

tad de establecer jerarquías diferenciadas ante enseñanzas impartidas en las diferentes escuelas
la escala del objeto de estudio y representación. y academias de matemáticas desde el siglo XVI
Para ello, la mensurabilidad de dichos elementos fundamentaban las técnicas de representación
territoriales resultó indispensable, y la tendencia del espacio en sólidas bases geométricas. Po-
que se produjo a lo largo de los siglos de la épo- drían ser citados diversos ejemplos en la Europa
ca moderna fue la de construir una transcripción de la época moderna6. Para poder entender la
del mundo real en base a los parámetros de la evolución que se produjo en el panorama his-
matemática. Pero esta objetivación, que partía pánico del siglo XVIII, hay que remitirse a la ac-
de la propia geometría renacentista, no pudo tividad de la Real Academia de Matemáticas de
dejar de lado fácilmente la validez del discurso Bruselas, dirigida por Sebastián Fernández de
clásico, con sus referencias antropométricas. En Medrano a finales del siglo XVII. Allí, el militar
algunas cartografías, la necesidad de justificar su español, desde su magisterio, hacía énfasis en
validez científica llevó a los autores a respaldar su lo indispensable de esa formación geométrica:
labor mediante la representación alegórica de las
disciplinas del quadrivium y sus derivadas. Pero la Geometría: la qual se divide como todas las
también, junto a las ciencias matemáticas, fue Sciencias, en Practica y Theorica: Esta es aquella
que especula y contempla el hombre con solo el
inevitable la presencia estelar de las artes. Así,
entendimiento, demonstrando realmente lo que
en algunos mapas, la aparición simultánea de se propone [...], y la execucion de lo que se pue-
la Geografía –con sus atributos básicos: reglas y de hazer por lo ya demonstrado, es el acto prac-
compás– y las Artes, específicamente la Pintura tico de esta facultad: y que yo intento tratar aquí,
–figura alegórica laureada, con un tiento, paleta, como de cosa necesaria al servicio público7.
pinceles y una vista de una plaza fuerte– plantea
claramente la conciencia del diálogo entre am- Tanto los planes de estudio como la acti-
bas disciplinas3. Lo que en época medieval había vidad práctica a la que se veían sometidos los
resuelto las carencias en el conocimiento –la sín- estudiantes académicos se centraban en rigu-
tesis geométrica y los dictados de las formas bá- rosos criterios de racionalización universal, deu-
sicas: mapas “de T en O”…–4, en los siglos XVI dores del pensamiento revolucionario de Isaac
y XVII, gracias a los avances en el conocimiento Newton. Es sintomático que los Philosophiæ
geográfico y la corografía, se transformó en una Naturalis Principia Mathematica del inglés, pu-
naturalización de los elementos representados. blicados en Londres en 1687, fueran una obra
Es la evolución que se produce entre las visiones que figuraba entre los libros de la biblioteca del
terrestres ptolomeicas y la descripción cartográ- Ingeniero General de la Corona española Jorge
fica de Gerardus Mercator. Durante el siglo XVII, Próspero Verboom, discípulo y colaborador de
la conciencia del paso desde el mundo clásico Sebastián Fernández de Medrano en la Acade-
al conocimiento real de la esfera terrestre y su mia de Bruselas8. Las ideas newtonianas contri-
naturaleza quedó plasmada en diversas obras buyeron a un cambio de actitud hacia la ma-
impresas5. El siglo XVIII, en un alarde de raciona- nera de captar la naturaleza y representarla: de
lización ilustrada, consiguió retomar la primacía lo ideal a lo mensurable. Estos criterios también
de los procesos de abstracción para alcanzar un resultaron influyentes en términos de reflexión
lenguaje universal de conocimiento en términos estética, y fueron expresados por pensadores
cartográficos. Los signos y los procedimientos como el Abbé Jean-Baptiste Dubos y el Padre
se fueron alejando de la hegemonía mimética y Louis-Bertrand Castel, quienes defendieron la
buscaron la metodización técnica y visual. Así, el “verosimilitud mecánica” frente a la “verosimi-
conocimiento del territorio ya no implicaba ne- litud poética”:
cesariamente el simulacro antropométrico ni la
insinuación morfológica, atributos más propios Les newtoniens disent aux cartésiens qu’il ne
de un modo de expresión artístico. faut que les yeux; et les cartésiens, certains au
moins, qui n’aiment que les hypothèses et les fic-
Numerosos autores indicaron con claridad, tions, disent aux newtoniens, qu’il n’y a qu’à pen-
en su momento, las bases matemáticas del co- ser et imaginer, et qu’on n’a qu’à s’arracher les

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 61

yeux et laisser là les sens, comme inutiles dans la Les Anciens Geographes ayant donné trop

Juan Miguel Muñoz Corbalán


physique. Moyennant quoi nous n’aurions bientôt detendue a la France d’Orient en Occident et du
plus ni physique, ni physiciens9. Midy au Septentrion, Mrs. de l’Academie Royale
des Sciences ont reconnu par leurs exactes obser-
La formación de los ingenieros y los geóme- vations cet erreur. C’est ce qui a donné lieu de
tras en esta clase de instituciones seiscentistas faire cette carte du Royaume fort differente de
y setecentistas (como las Reales Academias de toute celles qui ont paru jusqu’à present […]12.
Matemáticas de Barcelona10, Orán y Ceuta, la
École de Mezières en Francia…) consolidaba la La concienciación de este progreso científi-
figura del geómetra militar como canalizador de co, y la consiguiente apropiación de un estatus
los diversos conceptos disciplinares sobre el te- paradigmático por parte de estos geómetras
rritorio, su conocimiento mensurable, su repre- profesionales, condujo a la consolidación del res-
sentación gráfico-plástica y su transformación peto por su labor, la cual acabó siendo, indiscuti-
funcional según las necesidades del poder (Fig. blemente, el marco de referencia para cualquier
1). Además, es importante tener en cuenta que levantamiento cartográfico mínimamente fiable
muchos ingenieros eran habitualmente arqui- y oficialmente aceptado. Ello es lo que rezan las
tectos y cartógrafos, es decir, conocían tanto la explicaciones de algunos planos, donde queda
mecánica y las matemáticas como las artes y sus manifiesta la autoridad del trabajo de los inge-
procesos creativos11. nieros militares en términos de geometrización
y representación gráfica de los mapas y planos.
La progresiva mentalización de estos profe- A modo de ejemplo podríamos citar un plano de
sionales de la cartografía acerca de los errores 1748 relativo a la edificación del nuevo convento
cometidos en el pasado por falta de un método de los agustinos calzados en Barcelona (iniciativa
rigurosamente exacto en las técnicas de medi- retomada en 1725, tras un paréntesis de cuatro
ción y representación del territorio les condujo a años), donde se confería el grado de validez de
acentuar su voluntad de racionalizar los criterios la copia mediante la indicación de que “Es copia
de valoración del espacio. Así, Nicolas de Fer, en fielmente sacada del Mapa Original que aprobó
su Carte nouvelle de la France (París, 1698), ex- Su Magestad, hecho por el Ingeniero Director Dn
presaba que Alexandro de Rez” (Fig. 2)13. El resultado gráfico

Fig. 1. Jorge Próspero Verboom, Marches et Campements de l’Armée des Aliez au Pays-Bas en l’an 1691, sous les fu Roy
d’Angleterre, le tout demonstré sur des cartes Geographiques, fait par l’Alfere et Ingenieur George Verboom. Il contient 78
feuillets, ms, s.l, s.a. [1691]. Biblioteca Nacional de España, Madrid, Ms. 1065, fol. 66.

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Juan Miguel Muñoz Corbalán El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

Fig. 3. Juan Martín Zermeño, “Plano de la Plassa de Barcelona,


su Puerto, Ciudadela, y Castillo de Monjuich con el Proiecto
Fig. 2. Anónimo, “Plano de la isla de casas terminadas por general de las Fortificaciones y Edificios militares que se con-
las calles del Hospital, de Robadó, de San Pablo y parte de la sideran precisos para ponerla en mejor estado de defensa
Rambla, en donde está señalado el terreno que debe ocupar formado en Virtud de Orden de S.M.”, Barcelona, 31 de di-
el nuevo convento de Agustinos Calzados, inclusas las casas ciembre de 1753. Archivo General Militar, Madrid, Cartoteca
que contiene el expresado terreno en que debe construirse el Histórica, 901.
mismo convento por reemplazo del que se les demolió para la
explanada de la Ciudadela, conteniendo 3050 tuesas cuadra-
das y la misma superficie que el cercado del antiguo. Es copia exactitud y claridad posibles la realidad espacial.
fielmente sacada del mapa original que aprobó Su Majestad, Como botón de muestra, el plano de Barcelona
hecho por el ingeniero director Don Alejandro de Rez” [en
1726], Barcelona, 10 de enero de 1748. Archivo de la Corona y sus fortificaciones elaborado por Juan Martín
de Aragón, Mapas y Planos, 110. Zermeño en 1753 (Fig. 3), en el que la nitidez y
la racionalidad gráficas permiten hacer una lec-
tura clara de las características particulares de la
de esta réplica está, sin embargo, más próximo trama urbana representada.
a una cartografía planimétrica no reglada, a pe-
sar de que explícitamente remita a la autoridad
del trabajo profesional del especialista. Hay que Los métodos de transcripción y com-
añadir que tampoco muchos de los originales prensión del territorio o la necesidad del
realizados por algunos ingenieros disponían de arte en la ciencia
una presencia que sugiriera un levantamiento Desde el Renacimiento hasta las experien-
absolutamente exacto de la superficie y de los cias impresionistas, la necesidad de representar
elementos representados. En relación a la fide- la naturaleza –tanto exterior como interior– fue
lidad que puede inferirse de la obra mostrada, planteada casi exclusivamente a modo de acto
resalta el sentido aproximativo de cara a la ope- mimético. Tanto a partir de la realidad percibida
ratividad de las intervenciones urbanístico-arqui- como utilizando imágenes elaboradas mental-
tectónicas para las cuales estos planos fueron mente desde modelos ideales, todo aquél que
realizados. El dato significativo es que este tipo intentaba plasmar el mundo seguía de alguna
de trabajo se convertía en una muestra elocuen- manera esos parámetros de fidelidad al original.
te del magisterio profesional de los ingenieros Los sistemas de representación del espacio na-
militares de la monarquía hispánica en el siglo tural y urbanizado, en términos cartográficos,
XVIII de cara a la transcripción cartográfica del poseen unas características particulares que
espacio y su transformación. Son innumerables hacen necesario un importante nivel de abs-
los ejemplos que podríamos ofrecer a partir de tracción geométrica. Es conveniente recordar,
los cuales puede observarse cómo, progresiva- sin embargo, que el sistema de representación
mente, de la mano de algunos miembros de di- renacentista consideraba la geometría como la
cho cuerpo –los más aventajados–, se produjo base para la creación artística, incluso para la
una sutil sofisticación en los métodos de repre- propia configuración descriptiva y narrativa de
sentación y en los mecanismos tendentes a ma- la imagen (la storia mencionada por Leon Bat-
nifestar la voluntad de reproducir con la mayor tista Alberti)14. Esta interrelación indispensable

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entre matemática e ilusionismo –la voluntad de apariencia material de un modo objetivable ha-

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emular el espacio tridimensional en la superficie bría de acabar recurriendo a los artificios de la
plástica mediante una cierta codificación de raíz ilusión (controlados por leyes físicas empíricas
euclidiana– condujo a la hegemonía de los siste- como la perspectiva, el color y el claroscuro).
mas de perspectiva, tanto la óptica como la es- Sin embargo, aunque cartografía y pintura son
trictamente geométrica, entre los siglos XV y XX. ambos lenguajes ilusorios, la primera echa mano
de convenciones abstractas, buscando no sólo la
El lastre cultural de dicha normalización
verdad de las representaciones, sino la exactitud
científica llevó durante siglos, pues, a unificar la
de las medidas17.
conciencia de lo que resultaba correcto a la hora
de retratar el espacio y los objetos en él ubica- Insistiendo en la dualidad arte/ciencia, tam-
dos. La comprensión del territorio, gracias a su bién existieron paralelismos entre la mentalidad
transcripción gráfica, dada la presencia genera- estética del clasicismo de los siglos XVII y XVIII
lizada de estos criterios para mostrar la realidad y el trabajo científico de los cartógrafos. Tanto
objetivable (la continuidad del pensamiento re- geómetras como ingenieros buscaron la claridad
nacentista –clásico, por extensión– en relación y la simplicidad en sus labores cartográficas. El
a la idea de mimesis y la validez de los sistemas arquitecto Jacques-François Blondel, llevando
representativos vitruviano-albertianos) invadie- más allá las ideas expuestas por François Blondel
ron también los mecanismos de la cartografía, sobre el talento, incorporó el gusto y el genio
por otro lado no excesivamente desarrollados. como factores que permitían la creación de la
Métodos específicos de transcripción y repro- “gran obra” en términos arquitectónicos. Ello
ductibilidad gráfica fueron también compartidos planteaba, de forma más retórica, los paralelis-
por el arte y la cartografía geográfica y corográ- mos entre el racionalismo en arquitectura y la
fica15. Autores como Bernard Tocanne observan ansiada búsqueda de la simplicidad18. Transmi-
tiendo esta idea al mundo de la cartografía, la
conceptos comunes entre la pintura y la carto-
tendencia dominante fue la de indicar en los
grafía: dialéctica entre la captación de un orden
mapas y planos los elementos estrictamente
inteligible por la razón (diseño) y la expresión de
necesarios para ofrecer la información adecua-
la realidad sensible (color). Así, la “imitation de
da y hacer aquéllos entendibles. J. B. Harley ha
la nature n’est pas copie de la réalité empirique,
intentado mostrar los paralelismos iconográ-
elle restitue l’ordre intelligible de la nature par
ficos entre arte y cartografía, atendiendo a los
un processus d’analyse et d’abstraction”, mez-
tres niveles de significación de la obra artística
cla de lógica y verosimilitud16. De esta manera
señalados por Erwin Panofsky: motivos artísti-
podemos comprobar en el campo cartográfico
cos, tema convencional y contenido intrínseco.
la invasión de ciertos recursos más propiamente
artísticos, tanto de tipo técnico –lavados, som-
breados, claroscuros, tramas…–, como icono-
gráficos –figuración naturalista y alegórica, ele-
mentos simbólicos…– y decorativos –ornamento
icónico, geométrico y caligráfico…– (Fig. 4).
La idea común subyacente, la necesidad de
universalizar las formas de representación, dejó
paso en la cartografía a otros mecanismos de
racionalización universal exclusivos de dicha dis-
ciplina: sistema gráfico de escalas, rosas de los
vientos, esquematización caligráfica y tipográ-
fica, convenciones cromáticas y gráficas…), los
cuales supusieron, en definitiva, otros triunfos
de la geometría, en un ámbito más específico Fig. 4. Bartolomé Thuru, “Proyecto Plano y Perfiles Del Arçenal
(para quatro ô seis galeras) que se supone averse de construir
y próximo a su naturaleza abstracta. Bajo esta enferente de las Atarasanas de Malaga”, s.l., s.a. [1720]. Ar-
consideración, la imitación de la realidad en su chivo General de Simancas, Mapas, Planos y Dibujos, 51, 038.

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Juan Miguel Muñoz Corbalán El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

Fig. 5. Francisco Mauleón, “Plano, Perfiles y Elevación del Almazen de Polvora que se ha de hazer en el Monte Torrero […]”,
Zaragoza, 23 de septiembre de 1726. Archivo General de Simancas, Mapas, Planos y Dibujos, 22, 069.

Respectivamente, estos niveles iconográfico- dad científica. No es de extrañar, pues, la exis-


iconológicos se corresponderían en cartografía tencia de resultados cartográficos híbridos, don-
con los signos convencionales individuales, la de la simultaneidad de lenguajes, el científico y
identidad topográfica en el mapa (el lugar es- el artístico, impedía dar el paso definitivo hacia
pecífico), y el significado simbólico del mapa (las la abstracción geométrica total, siendo más pro-
ideologías del espacio). El autor indica, así, que tagonista incluso el efecto plástico proporcio-
«los mapas actúan como una metáfora visual de nado por la aplicación cuidadosa del color y del
los valores más importantes de los lugares que claroscuro (Fig. 6). Estas prácticas mixtas fueron
representan»19. Sin embargo, lo cierto es que, más abundantes durante el siglo XVII, la época
para que mapas y planos fueran más compren- de los grandes Atlas elaborados, principalmente,
sibles y atractivos, siguieron manteniéndose las por autores franceses para satisfacer los reque-
preferencias por un tipo de representación apro- rimientos institucionales de la monarquía y, por
ximativa ligado a expresiones plásticas caracte-
rísticamente artísticas, lo que seguía confiriendo
a estas obras un valor de belleza añadido, según
los parámetros de la estética normativa o de los
propios gustos artísticos del delineante (Fig. 5).
Aprender a dibujar el mapa era, pues, aprender
a leer la naturaleza y descifrar sus signos, entre
la necesidad de convencionalismos y el deseo de
imitarla. En una Carte d’Étude de la École des
Ponts et Chausées, de 1793, se indicaba en este
sentido que “un plan ou une carte est une copie
de la nature vue à vol d’oiseau, il faut donc la
copier le plus exactement posible”20. Así, la he-
gemonía del pensamiento clasicista desde el rei- Fig. 6. Francisco Montaigu: “Plano y Projecto de la Plaza de
nado de Luis XIV favoreció la idea de considerar Monterey en el Reyno de Galizia, con la distinczion de las For-
tificaciones que existen en este año de 1726 y de lo que se
la cartografía topográfica como una disciplina a debe exequtar”, s.l., s.a. [1726]. Archivo General de Simancas,
caballo entre la representación estética y la ver- Mapas, Planos y Dibujos, 20, 086.

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extensión, de un mercado especializado amante vistas en perspectiva a vuelo de pájaro, perfiles

Juan Miguel Muñoz Corbalán


de este tipo de catálogos cartográficos21, aun- paisajísticos, escenografías urbanas, e incluso re-
que el inicio de la codificación de un lenguaje presentaciones figurativas intrínsecamente pic-
pictórico en la cartografía corográfica surgió en tóricas. Lo cual manifiesta por parte del artista
Inglaterra con el desarrollo de la figura del Sur- una conciencia de proporcionar tres niveles de
veyor, el técnico geómetra22. información cartográfico-histórica: literario (me-
Tanto de forma manuscrita como en edicio- moria escrita de carácter descriptivo), icónico
nes impresas, la coherencia de las formas de re- (imágenes alegóricas, simbólicas y descriptivas),
presentación quedaba en numerosas ocasiones y gráfico (planimetrías, vistas escenográficas y
subordinada a la voluntad de ofrecer, reunida en una combinación híbrida de los diferentes tipos
una misma imagen, toda la información gráfica de representación espacial). La antítesis plástica
posible. Autores del propio siglo XVII ya plantea- más contundente aparece en aquellos mapas
ban esta lógica de la información gráfica, según donde se representan movimientos de tropas,
la cual no existe diferencia entre la representa- sobre todo en el campo de batalla, aunque tam-
ción pictórica y el mapa: “mais quand on regar- bién en el sitio de una plaza fortificada. En este
de un certain objet comme en representante un tipo de planos, la orografía es mostrada con los
autre, l’idée qu’on en a est une idée de signe característicos trazos gráficos y las variaciones
[…]. C’est ainsi qu’on regarde d’ordinaire les tonales para la manifestación del relieve, mien-
cartes et les tableaux”23. En obras gráficas como tras que la disposición de las tropas se limita a
las de Sébastien de Beaulieu y Nicolas de Fer esquemas estrictamente geométricos.
aparecen ejemplos significativos de esta actitud Durante la segunda mitad del siglo XVIII se
globalizadora24. Podríamos destacar al respecto produjo una mayor tendencia hacia la regla-
magníficas estampas como la correspondien- mentación en los mecanismos de elaboración
te a Barcelona, con un detalle de los ataques cartográfica, a la vez que se consolidaba una
realizados en 1697 por las tropas francesas a creciente voluntad institucional de profesiona-
la Ciudad Condal, o la que muestra el asedio lizar las tareas de los geógrafos, geómetras e
de Roses por el ejército francés el 2 de abril de ingenieros encargados de ejecutar los mapas y
1645 (Fig. 7). En ellas, de manera hábilmente in- planos. Este fenómeno tuvo una especial emer-
tegrada, el autor recurre a planimetrías junto a gencia en Francia, donde la normalización aca-
démica vinculada a la creación y el desarrollo de
la École des Ponts et Chausées impregnó tam-
bién la dinámica de otros grupos implicados,
como el Corps du Génie, el cuerpo de ingenieros
militares de la corona francesa25. Desde estas
escuelas de ingenieros se observó la necesidad
de crear convenciones gráficas para unificar el
modo de representación en los trabajos carto-
gráficos, a la vez que aparecieron innovaciones
en el lenguaje gráfico, con propuestas basadas
en la abstracción geométrica y la lógica matemá-
tica (curvas de nivel…), aunque también fueron
aprovechados recursos propios de las técnicas
artísticas del dibujo y del grabado (relieves con
trazo gráfico…)26. Por regla general, la tendencia
Fig. 7. Sébastien de Pontault de Beaulieu (dis.) y Noël Cochin
(grab.), “Plan de la Ville de Roses en Catalogne, assiegée le 2
durante el siglo XVIII fue la de establecer una
d’Avril par les Armées du Roy trés Chres[tien]. Commandées homologación en las prácticas de transcripción
par le Marêchal du Plessis Praslain, rendüe á l’obéissance du y comprensión del territorio mediante la norma-
Roy le 29e May ensuivant, 1645”, el autor, rue St. André des lización gráfica y plástica –básicamente ligada
Arts, porte de Bucy, Paris, s.a. [ca 1694]. Bibliothèque nationa-
le de France, département Estampes et photographie, RESER- al uso del color– pero resistiéndose a abando-
VE QB-201 (38)-FOL. nar el sentido pictórico de algunos elementos

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66 El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

representados siguiendo una discriminación se-


Juan Miguel Muñoz Corbalán

lectiva27. En términos técnicos, existía una nece-


sidad de utilizar el cromatismo en la cartografía
para explicitar la información ofrecida de forma
más evidente; aunque la aplicación del color fue
también solicitada entre el público de las obras
cartográficas impresas editadas comercialmente.
Los criterios de utilización del color en la carto-
grafía ya eran defendidos a comienzos del siglo
XVII. La información gráfica proporcionada por
las corografías aparecía reforzada así mediante
ese recurso cromático28. En términos generales,
el color era solicitado más por cuestión estéti- Fig. 8. Joseph de Albert Folch de Cardona, Plano del puerto de
ca que científica. Louis Renard, en una carta a Barcelona con los bancos de arena que impiden la entrada de
Joseph-Nicolas Delisle, de 25 de Julio de 1707, las embarcaciones en él, s.l. [Barcelona], s.a. [ca 1743]. Archivo
General de Simancas, Mapas, Planos y Dibujos, 19, 080.
anotaba las preferencias por “une enluminure
riche et des plus fines à quoy un gran nombre
de curieuses employent de grosses sommes”29. graphica), aunque razonablemente entendibles
Estas iniciativas hacia la hegemonía de unos (Fig. 8). A Autores como Buchotte, desde un
convencionalismos cartográficos tuvieron tam- claro sentido práctico y técnico, el clasicismo les
bién en el ambiente francés un sustrato que proporcionaba el discurso didáctico adecuado
favoreció su difusión e implantación, como es para sus manuales: el paisaje debía realizarse
el caso de Louis-Charles Dupain de Montesson, con «bon goût», de manera que la representa-
con Le dessinateur au Cabinet (París, 1760) y Le ción en planta, y no en perspectiva, no era de
spectacle de la campagne (París, 1776). Para Du- buen gusto, e, incluso, “désagréable à la vue”31.
pain eran de gran importancia las definiciones, Por otro lado, se abría un camino desde la
tanto de los elementos del paisaje como de las cartografía panorámica –fiel a la categoría de
formas de representación: la vista pictórica– hacia la representación estric-
tamente artística, lo que podría denominarse
le Plan est un dessin ou un ensemble qui,
la pintura topográfica, enormemente desarro-
comme si on était en l’air, fait voir la longueur, la
llada y perfeccionada en el mundo anglosajón
largeur, l’épaisseur, la forme, la situation, liaison
ou l’union des parties qui composent un tout [….], desde mediados del siglo XVIII. Esta posibilidad
on peut dire qu’un plan est un composé de signes permitía a los profesionales de la cartografía ha-
qui parlent aux yeux et qui s’expliquent d’eux mê- cer aflorar habilidades e inquietudes de carácter
mes sans nul discours30. creativo que de alguna manera acababan vién-
dose reflejadas en sus intervenciones represen-
Resulta interesante comprobar cómo en tativas o proyectistas, tal y como demostró el in-
aquellas cartografías que se alejaban de las vías geniero militar Juan José Ordovás en su Atlas Po-
oficiales, siendo realizadas por manos aficiona- lítico y Militar del Reyno de Murcia, firmado en
das o formando parte de procesos periféricos en 1799 (Fig. 9). Numerosos geómetras, ingenieros
términos administrativos, las características del y delineadores –tanto militares como civiles– ex-
trabajo gráfico se aproximaban a manifestacio- presaron en sus diseños una más que aceptable
nes intuitivas o anecdóticas, aunque llevadas a voluntad artística o estética, a pesar de que, por
cabo mediante una cierta lógica para estable- definición, aspirasen a basar su trabajo en la
cer la relación entre la realidad y su coheren- formación matemática. Los objetos diseñados o
cia cartográfica. Así, determinados elementos proyectados sobre el papel incluyen en sí mismos
arquitectónicos o urbanos aparecen dispuestos los atributos estéticos o las categorías estilísticas
sobre el plano territorial de forma arbitraria (en correspondientes al espíritu de su arte militar,
sus diferentes posibilidades tradicionales: ichno- normalmente vinculados intrínsecamente a un
graphica, orthographica, scenographica y scio- lenguaje clasicista en el que la solidez estructu-

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 67

dad estética propia del gusto del Barroco como

Juan Miguel Muñoz Corbalán


de un refuerzo semántico de la obra gráfica. En
ocasiones, las láminas o estampas se convertían
en obras pictóricas con entidad propia, como
es el caso del Atlas des Baléars de Charles Pène
(1680)33, de los 62 volúmenes del Atlas Trudaine,
iniciado por Daniel-Charles Trudaine en 1745,
los siete volúmenes del Recueil de plans de villes
et de places fortes françaises et étrangères de
Gaspar-Moïse de Fontanieu (1765)… Bajo estas
Fig. 9. Juan José Ordovás y Sastre, “Plano de la Plaza de Car- consideraciones fueron producidos numerosos
tagena y su Arcenal […]”, en Atlas político y militar del Reyno ejemplos de convivencia entre ciencia y arte en
de Murcia […], ms, s.l. [Cartagena], 1799. Archivo General las obras cartográficas.
Militar, Madrid, Cartoteca Histórica, At-161.
Otro medio extraordinario de expresión car-
ral y la utilidad funcional suelen condicionar el tográfica en el ámbito militar fue, durante los
resultado final. Sin embargo, esa cuidadosa pre- siglos XVII y XVIII, el de las maquetas o modelos
ocupación por la estética les condujo también a a escala34. Esta práctica, ya empleada desde el
incorporar o potenciar en aquéllos licencias artís- Renacimiento, adquirió un enorme impulso en
ticas –en muchas ocasiones explicitables en tér- el ámbito de la corona francesa a modo de car-
minos estilísticos– ciertamente alejadas o diver- tografía en relieve (de ahí la internacionalización
gentes respecto de la norma clasicista avalada del término plans-reliefs), y constituyó un instru-
por los propios fines de su actividad profesional, mento de conocimiento fácilmente interpretable
moviéndose dentro de los parámetros del gusto gracias a su carácter literal tridimensional, donde
estético dominante en los ambientes artísticos y el espacio y sus elementos integrantes no nece-
arquitectónicos, incluso en sus expresiones de sitaban de un complejo ejercicio de abstracción
mayor barroquismo o decorativismo. para transcribir la realidad territorial y los deta-
A través, básicamente, de la producción car- lles corográficos. Sin embargo, su realización no
tográfica de los ingenieros militares puede ob- sólo requería las habilidades propias del diseño
servarse cómo, en términos de sistemas de for- y la representación gráfica, sino la coordinación
tificación, durante el siglo XVIII, se produjo una con disciplinas menos vinculadas con las artes
tendencia a la complicación sistémica, tipológica gráficas: ebanistería… En todo caso, nunca su-
y morfológica, aunque siguió subyaciendo el plantó la primacía de las formas cartográficas
espíritu de simetría y perfección geométrica del tradicionales, mucho más operativas y funciona-
diseño32. Esto es evidente no sólo en los planos les sobre el terreno. Así, el destino de algunas de
que muestran los proyectos a realizar sino tam- estas colecciones de planos en relieve trascendió
bién en los diseños utópicos, los cuales, normal- su original papel científico, estratégico y admi-
mente, surgían de la mano del cartógrafo con nistrativo para convertirse, además, en objeto de
un concreto carácter pedagógico. fruición prácticamente museográfica (Fig. 10)35.
A pesar de la belleza propia de los trabajos Finalmente, también aglutinando todas
cartográficos realizados a manos de los inge- las características que envuelven el fenómeno
nieros militares y civiles, durante el siglo XVIII se cartográfico, esta disciplina de representación
podía palpar una tendencia regularizada hacia territorial y espacial se proyectó en términos
la despictorialización de las representaciones, o, pedagógicos, completando el ciclo epistemoló-
en todo caso, la normalización de los recursos gico y científico, aunque recurriendo en muchas
gráficos utilizados en mapas y planos. Durante ocasiones, de nuevo, a los mecanismos propios
el siglo XVII se había generado un enorme auge de la obra artística, e incorporando en casos
en la implementación de las obras cartográficas específicos un sentido lúdico. De esta manera,
que incorporaban expresiones ornamentales y los diversos niveles conceptuales y profesionales
artísticas. Ello fue producto tanto de una necesi- que disponían de su propia lógica y dinámica

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68
Juan Miguel Muñoz Corbalán El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

Fig. 10. Nicolas Van Blarenberghe, “Vista de la colección de maquetas instalada en el Louvre”, miniatura en una tabaquera del
Duque de Choiseul, s.l. [Paris], s.a. [ca 1770]. Colección particular.

particular, quedaban integrados en un conjun- manuscrites, des plus célèbres géographes et


to globalizador que explica la complejidad de ingenieurs, de Gilles Robert y Didier Robert de
esta idea de transcripción y comprensión del Vaugondy (1748), reeditado en diversas oca-
territorio: observación/conocimiento/medición, siones. El propio sentido del juego y del placer
representación/proyección/diseño, difusión/di- acabó imbricándose directamente en el ámbito
dáctica/patrimonialización, etc., combinación de de la guerra, la ingeniería militar, la cartografía,
parámetros que quedaba patente en numerosas el modelismo… Hasta el mundo de la diversión
obras como Der Volkommene teutsche Soldat y el entretenimiento infantil recurrieron a las ha-
de Johann Friedrich von Flemming (1726) o el bilidades de los buenos dibujantes y cartógrafos
Atlas portatif, universel et militaire, composé para diseñar mecanismos de esparcimiento im-
d’après les meilleures cartes, tant gravées que portados de la parcela propia de la poliorcética y
la fortificación, como es el caso de Los Juegos de
la Fortificación de Pablo Minguet e Yrol (1752)36
o el proyecto de Isidro Próspero Verboom en
1729 para la instrucción militar del príncipe y los
infantes de España (Fig. 11).

“Teatro de la guerra” y construcción de


la paz
El concepto de “teatro” aplicado al ámbito
geográfico fue un término genérico utilizado
en el mundo occidental desde el siglo XVI para
designar un marco territorial donde eran mos-
Fig. 11. Isidro Próspero de Verboom, “Plano del Fuerte em-
pezado cerca de Sevilla en el paraxe llamado Buenavista para
tradas las realidades corográficas y urbanas que,
que su ataque y defensa sirvièse de instruccion y diversion al a su vez, podían describirse de forma gráfica y
Serenissimo Principe nuestro Señor y Señores Ynfantes cuya exhibir las características propias de los lugares
obra se principio en 21 de de septiembre de 1729 y cessó de representados. La producción cartográfica de los
orden del Rey el dia 6, de Marzo de 1730 […]”, s.l., s.a. [ca
1730]. Archivo General de Simancas, Mapas, Planos y Dibujos, siglos XVII y XVIII contribuyó a difundir y popu-
56, 026. larizar la expresión. Sin embargo, la continua si-

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 69

tuación de enfrentamiento bélico entre diferen- Además de dichos planos Claude realizó otras

Juan Miguel Muñoz Corbalán


tes estados hizo que los denominados “teatros” obras de marcado carácter pedagógico como
acabaran prácticamente siendo monopolizados el Recueil de plans dépairellés –129 mapas y
por las circunstancias de guerra y se multiplicara planos de varios formatos, organizados por zo-
la cantidad de obras ejecutadas y editadas bajo nas geográficas, consistentes en mapas, planos
dicha denominación. Las imágenes ofrecidas directores, planos de sitios, de ciudades y de
en estos mapas y planos hacían especial énfa- detalles de fortificación, con extensas explica-
sis en los temas estratégicos y las características ciones– y la Mémoire ou traitté de fortification
poliorcéticas de las diferentes plazas fuertes re- en abrégé du sieur Masse, relatif aux feuilles et
tratadas. Dichos atlas topográficos y urbanos dessins suivants, oú l’on a déduit amplement
manifestaron progresivamente su tendencia a les maximes et principes de cet art, tant par la
recalcar el valor militar de los elementos repre- spéculative que par la théorie et la pratique, et
sentados37. Atlas como los de Claude Masse (Fig. au tout l’instruction des jeuns gens42. Por su es-
12) –junto a otros numerosos repertorios carto- pecial interés táctico-estratégico para la Corona
gráficos franceses del setecientos38– respiran ese francesa Claude Masse se aplicó especialmente
aire marcadamente estratégico, convirtiéndo- en la confección de un Recueil des Plans des
se en verdaderas obras de historia y geografía Principales Places du Royaume d’Espagne de-
administrativa militar39. Este ingeniero geógrafo puis 1694 jusque 1721 oú nous sommes, con
francés realizó una serie de obras destacadas en la colaboración de su hijo François y otros inge-
el panorama cartográfico europeo del primer nieros militares. Los planos de Masse disponen,
tercio del siglo XVIII40. Además de su producción en general, de imágenes de gran valor visual y
para la Secretaría de la Guerra Masse reunió y plástico, proporcionando además una minuciosa
copió de su mano otros planos –finalmente re- información, tanto gráfica como escrita, a la vez
ligados entre 1721 y 1728–, los cuales indicaba que revelan nítidamente su gran utilidad didác-
expresamente eran de su propiedad y no po- tica y pedagógica.
drían ser publicados, debiendo permanecer en
Los trabajos cartográficos vinculados a este
forma manuscrita. Para conseguir este objetivo
tipo de situaciones –básicamente colecciones
llegó incluso a prohibir a sus hijos, depositarios
de mapas y planos relativos a zonas de conflicto
del montante de la obra, “de ne le jamais faire
y estratégicas como fronteras, costas, etc., así
imprimer, ni le prêter, ni le laisser lire à ceux qui
como a escenarios de enfrentamientos, batallas,
ne seront bons Français et serviteurs du Roy”41.
sitios, asedios y campañas militares– aparecieron
con ímpetu, aunque existe algún precedente ais-
lado, bajo la denominación “Teatro de la gue-
rra”, en torno a la Guerra de Sucesión española
(1702-1715), desarrollándose durante la Guerra
de Sucesión de Austria (1744-1748) y la Guerra
de los Siete Años (1756-1763). Martha Pollak
define y especifica el concepto de Theatrum, en
tanto que término cartográfico. Así, “Teatro”
aparece como una síntesis de lo conocible y lo
maravilloso –asociado a la visión de Abraham
Ortelius en su Theatrum Orbis Terrarum (Planti-
nus, Antwerpen, 1570)– frente al “Atlas”, rela-
tivo a lo científico y tipológico –ligado a Gerard
Fig. 12. Claude Masse, “Plan de la Ville et Château de Car-
donne en Catalogne Assiegée au mois de Novembre 1711
Mercator y su Atlas sive cosmographicae medi-
par les troupes de France et d’Espagne deffenduë par celle tationes de fabrica mundi et fabrication figura,
de l’Archiduc, elle demaeura aux rebelles de Catalogne, de 1578–. “Teatro” se convierte en contrapunto
jusq’aprés la reduction de la Ville de Barcelonne en 1714, que de “Atlas”, a modo de «colección de ejemplos»,
cette place fut renduë au Roy d’Espagne par la même capitu-
lation de Barcelonne”, s.l. [Paris], 1721. Service Hstorique de dentro del sistema jerárquico propio del Barro-
l’Armée de Terre, Vincennes, Atlas Masse, feuille 109. co43. Son numerosas las obras concebidas bajo

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70 El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

esta idea escenográfica. Entre las más represen- mente, esta dicotomía disciplinar permitió una
Juan Miguel Muñoz Corbalán

tativas, podrían ser citadas, a modo de ejemplos transformación en los atributos de los elementos
relacionados con los territorios hispánicos en los territoriales estrictamente de la guerra, los cua-
Países Bajos, el Théâtre des guerres entre le Roy les, a manos de los ingenieros y cartógrafos no
d’Espagne & les Estats de Hollande, manuscrito militares fueron “civilizados”, pasando a formar
de Arnold Floris Van Langren (1640) y el Théatre parte, como otro cualquiera, del conjunto de
de la Guerre en Flandres de Jean-Baptiste Naudin componentes del paisaje y, por extensión, de su
(ca. 1700)44. El interés de dichos “teatros de la representación sobre el mapa. El enfrentamiento
guerra” radicaba en ofrecer la máxima informa- profesional entre ingenieros militares e ingenie-
ción al respecto de cada una de las acciones re- ros civiles condujo no sólo a la modificación de
latadas de manera textual y gráfica en un territo- los atributos inherentes a los equipamientos te-
rio determinado. Sin embargo, lo que en último rritoriales sino a consolidar la dicotomía entre la
término caracteriza este tipo de cartografía es su centralización institucional impuesta por el cuer-
carácter histórico, puesto que normalmente se po militar y la descentralización favorecida por
refiere a circunstancias ya pasadas que alcanza- las instancias civiles48.
ron una cierta trascendencia en el devenir de los
estados45. Este sentido documental potenciaba
Conciencia disciplinar y directrices cor-
las posibilidades propagandísticas y apologéticas
de tales mapas y planos, invadiendo también el porativas
ámbito de lo comercial46. En ellos es frecuente Diferentes sectores profesionales hicieron su
el refuerzo político-ideológico mediante la justi- aportación a la cartografía entre los siglos XVI
ficación de los medios empleados para alcanzar y XVIII: geómetras o agrimensores, ingenieros
un fin. Así, la idea de que el objetivo de la gue- civiles, artistas, geógrafos, cartógrafos, arquitec-
rra es generar una situación de paz, conduce a tos, editores, militares, religiosos, grabadores,
enfatizar la magnanimidad casi mesiánica de los ebanistas, ingenieros militares, delineadores…
monarcas implicados: el “Rey Christianísimo”, Durante el siglo XVII, los trabajos cartográficos
el “Rey Católico”... Uno de los recursos utiliza- ya habían quedado diferenciados en función
dos es la iconografía simbólica, mediante la cual del medio de elaboración. Por un lado estaban
estos personajes y sus ministros o generales se las tareas in situ, realizadas principalmente por
sumergen en el mundo de la autoridad mitoló- geómetras, topógrafos e ingenieros militares;
gica para razonar icónicamente los mecanismos por otro, los diseños en el estudio u oficina pro-
de la guerra y su lógica inevitable: Palas-Minerva fesional, donde geógrafos de gabinete, editores
orientada por Mercurio, Perseo decapitando a la y grabadores preparaban sus obras para una ul-
rebelde Medusa, Hércules matando al león de terior publicación impresa. La mayoría de estos
Nemea o a la hidra de Lerna…47. materiales de gabinete pretendían servir como
Con la propagación del pensamiento ilus- repertorio gráfico para ilustrar la lectura de las
trado durante el siglo XVIII, el afianzamiento de gacetas, formar parte de obras de propaganda
la “cartografía de la paz” se hizo cada vez más real o contribuir a la enseñanza del militar. En
evidente. Hasta bien entrado este período más el siglo XVIII, el panorama se matizaba sensible-
pacífico, las justificaciones de la mayoría de las mente. Desde el punto de vista tipológico apa-
iniciativas civiles (carreteras, caminos, puertos…) recieron nuevos formatos de obras pedagógicas
habían tenido siempre un carácter estratégico, militares. El mundo francés seguía llevando la
no pudiendo desvincularse de su naturaleza iniciativa con el surgimiento de los Cartes plan-
militar. Una circunstancia que facilitó el proce- set journaux de campañas bélicas, las Histoires
so de desmilitarización de dichos proyectos y la militaires y la especialización de los Théâtres
producción cartográfica correspondiente fue la de la guerre, a la vez que, sorprendentemente,
escisión entre cartógrafos e ingenieros civiles, tendían a desaparecer las obras bajo el título de
por un lado, y militares, por otro. Para ello tuvo Plans et Profils. Los propios autores insistían en
un papel determinante la creación de la École el sentido didáctico de sus materiales cuando re-
des Ponts et Chaussées en Francia. Paradójica- currían a la “Remarque sur ce que doit savoir un

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 71

officier qui se propose d’être utile à son Géné- En términos corporativos, la implicación de

Juan Miguel Muñoz Corbalán


ral”49 para “faciliter les recherches & l’instruction los ingenieros fue trascendental para dinamizar
de ceux qui suivent la profession des armes”50. los procesos de desarrollo y perfeccionamiento
de los métodos y técnicas de representación
El protagonismo de los ingenieros militares
cartográfica. Estas acciones se canalizaron en
fue creciendo en todo tipo de labores cartográ-
la práctica desde los estamentos competentes:
ficas. Jean-Baptiste-Jacques de Beaurain, hijo del
bien desde la propias direcciones de ingenieros
geógrafo Jean de Beaurain, recalcaba el papel
(tanto la general como las provinciales), bien
de los miembros del Corps du Génie para pro-
desde la Real Junta de Fortificaciones de Ma-
porcionar unas sólidas bases documentales al
drid57, la Secretaría de la Guerra y los mandos
trabajo cartográfico:
militares de las capitanías generales. Frente a
J’avois dans un cabinet toutes les ressources los arquitectos, quienes también podrían haber
posibles pour les détails topographiques. Les mei- abanderado un proceso de transformación téc-
llures cartes comunes, plusieurs qui ne les sont nico en este ámbito, los ingenieros –tanto civiles
pas, et quelques-unes manuscrites, levées par como militares– otorgaron en términos genera-
d’habiles ingénieurs, vers le tems même de la cam- les mayor trascendencia a la continuidad entre
pagne, dont je m’ocupois, ne me laissoient rien à las causas y los efectos que al proyecto en sí mis-
desirer à cet égard»51. mo. Además, su labor se generó y condujo como
respuesta a las necesidades de la colectividad58.
En lo referente a la cartografía militar espa- En cualquier caso, los órganos de gobierno po-
ñola, la regularización institucional de los cuer- lítico y militar fueron conscientes de la necesi-
pos de ingenieros militares –luego los civiles– dad de reglamentar minuciosamente las labores
supuso también la canalización normativa de relativas al dibujo y al levantamiento de mapas
las directrices y responsabilidades del colectivo y planos, como instrumento básico para forta-
respecto de su labor cartográfica52. En las Orde- lecer los mecanismos de seguridad del reino. A
nanzas del cuerpo de ingenieros militares de la este respecto destacaron las iniciativas Reales
Corona española se hacía especial hincapié en para crear sendas colecciones, cartográfica y de
los temas de representación espacial y transcrip- maquetas, en momentos determinados del siglo
ción del territorio. Como precedentes directos XVIII, concretamente durante el reinado de Feli-
para modelar las responsabilidades profesiona- pe V la primera (1738) (Fig. 13), y en tiempos de
les en dichos temas estaban la organización del Carlos III la segunda (1777)59. Dichas empresas,
Corps du Génie francés y la iniciativa académica emuladoras de otras similares puestas en marcha
hispánica en Bruselas, con Sebastián Fernández
de Medrano y sus tratados de ingeniería militar,
geografía y matemáticas53.
La primera Ordenanza de Ingenieros, de
1718, ya fijaba los términos de las tareas a rea-
lizar desde el punto de vista institucional, admi-
nistrativo y técnico, los cuales serían respetados
en sucesivas revisiones (1768 y 1803), con las co-
rrespondientes adaptaciones a los nuevos tiem-
pos y a los avances tecnológicos, en su caso54.
Incluso, la Ordenanza para la enseñanza de las
Matemáticas (1739)55 también contemplaba las
cuestiones cartográficas, puesto que éstas repre-
sentaban un aspecto importante en el plan de
estudios de las Reales Academias de Matemáti- Fig. 13. Anónimo, “Plano del Castillo de Mazarquivir de Oran
cas (Barcelona, Orán y Ceuta), con su labor for- con el Proyecto para fortificarle”, en Planos y Mapas de las
Plazas y terrenos de la Peninsula de España, s.l., s.a. [antes
mativa para el reclutamiento de personal hábil de 1747] Archivo General Militar, Madrid, Cartoteca Histórica,
en el levantamiento de mapas y planos56. At-194, 57.

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72 El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

por la monarquía francesa desde el siglo XVII, Una pequeña reflexión sobre la carto-
Juan Miguel Muñoz Corbalán

no alcanzaron el objetivo deseado60. En torno a grafía urbana


estos temas se generó una importante polémi- La producción de mapas y planos por parte
ca entre diferentes estamentos que no hizo más de aquellos ingenieros y cartógrafos más des-
que denotar las carencias entre los profesionales tacados para acometer la proyección y la deli-
del cuerpo o sus aspirantes para alcanzar un ni- neación durante el siglo XVIII refleja, a modo
vel destacado de excelencia cartográfica, salvo de testimonio gráfico, tanto las vicisitudes his-
contadas excepciones. Sonada fue la queja del tóricas, políticas, militares, sociales, económicas,
director de la Academia de Matemáticas de Bar- culturales, etc., de su entorno como las diversas
celona, Mateo Calabro, quien instaba a tomar realidades territoriales, urbanas, arquitectónicas,
medidas para elevar el nivel de los estudiantes estratégicas y monumentales que hubieron de
en esas competencias y formar así un plantel afrontar62. Consideradas bajo esta perspecti-
de ingenieros hábiles en las artes del dibujo y va, dichas obras sobre el papel o en forma de
la cartografía. En estos términos se expresaba a maqueta no irían más allá de constituir simples
la hora de manifestar las diferencias esenciales instrumentos de análisis. Pero la cartografía –
entre los aspectos más técnicos (el dibujo) y los sobre el plano o en relieve– puede analizarse
más artísticos (el “lavado” o coloreado): también como objeto de estudio en sí mismo,
desde diferentes ámbitos (científico, técnico,
[….] y sobre qué ha de estribar la ciencia del
artístico…); y las diversas familias cartográficas
delinear, que es menester distinguir del Arte que
vulgarmente los Ingenieros llaman lavar, porque el poseen particularidades específicas dependien-
delinear es detallar, o disminussar sobre el papel la do de la intención y la finalidad que caracterizó
parte de un edificio, o máquina, que el ingeniero el origen de su producción, lo cual condicionó,
tiene sólo en su imaginación, como assimiento, a su vez, los modelos de representación. Sola-
formar sobre el papel el plano de una Plaza, y su mente atendiendo a la representación de la ciu-
territorio, y el terreno que ocupó y debe ocupar un dad, en sus diferentes contextos y magnitudes,
exército, y esta arte nunca la ha de alcanzar el in- la primera acotación que debe realizarse es de
geniero o militar que ignorare la parte de Mathe- carácter tipológico, puesto que no sólo la escala
mática arriba expressada. El arte de lavar no tiene permite palpar las diferencias esenciales entre un
más fundamento que la fantasía de cada uno,
tipo de cartografía u otra, sino también la pro-
porque esta arte (que es solamente assessoria a
pia actitud ante el espacio representado63. Existe
los Ingenieros y, en algunos, assidental), no es otra
cossa que aplicar la Parte del Edificio, Máquina, y un grupo de obras –que podrían ser denomina-
Campamento (ya delineado por el ingeniero) los das directamente mapas– en las que la ciudad
colores que dan a conoser los materiales de que resulta encastrada planimétricamente sobre un
se componen. Para cuya inteligencia se necesita territorio insinuado en sus valores orográficos.
poco tiempo, aunque algunos requieren mucho En ocasiones, estas representaciones se alejan
para formarse en el buen gusto de la aplicaçión de la realidad en cuanto que los elementos inte-
de los colores, y que algunos nunca alcanzan (res- grantes del sistema defensivo y la propia trama
pecto de ser como se ha dicho assidental), como urbana muestran fantasías morfológicas y erro-
lo he experimentado en mis discípulos, a quienes res topográficos (Fig. 14). La fidelidad de unos
he enseñado a lavar después de haver procurado
mapas a modelos anteriores, basados a su vez
formarles el espíritu de las partes de Mathemáti-
ca que necesita un buen delineador. El delinear es
en interpretaciones imaginativas de gabinete y
cossa muy trabajosa, y el lavar es cosa muy delei- no en una observación in situ, conduce a este
table, por lo qual devo haçer presente a Vuesa Ex- tipo de cartografía anecdótica y defectuosa. Los
celencia que es muy del servicio de Su Magestad, propios autores coetáneos, como Roch-Joseph
y de provecho para los Académicos, se estables- Julien, ya intentaban explicar estas desviaciones
ca en ella uno que enseñe a lavar para aquéllos incorrectas:
que se hallan bastante adelantados en la ciencia
de delinear, y no a los principiantes, respecto de La principale cause de cette défectuosité dans
que éstos dejarían con facilidad lo travajoso por ces Cartes vient de ce qu’elles ne sont recherchées
lo deleytable61. qu’en tems de guerre de sorte que l’entreprise

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 73

to de “retrato urbano”, puede aseverarse que

Juan Miguel Muñoz Corbalán


si la planimetría es un modo de representación
claramente abstracto, en el que la realidad tri-
dimensional se traduce a una superficie bidi-
mensional para seguir un lenguaje de lectura e
interpretación universal basado en la aritmética
y la geometría, la escenografía busca el efecto
virtual propio de las artes plásticas. El objetivo
perseguido, como ya vimos en su momento,
está más cerca de los valores artísticos vincula-
dos a la percepción visual del espectador, quien
no solamente capta la imagen en perspectiva y
Fig. 14. Anónimo, “Barcelone, Ville Capitale de la Principauté
de Catalogne scituée sur la mer Mediterranée”, chez Dau- entiende su realidad espacial, sino que además
mont, Paris, s.a. [ca m.s. XVIII]. Institut Cartogràfic de Catalun- goza estéticamente del perfil escenográfico que
ya, Barcelona, RM.215203. aparece ante él. El siglo XVIII no sintió una espe-
cial atracción por este tipo de cartografías hasta
de pareils ouvrages met le géographe en risque
el desarrollo de la pintura topográfica y las que
de perdre ses avances et le fruit d’un travail qu’il
se llevaron a cabo fueron, normalmente, versio-
peut employer plus utilement en publiant les Car-
tes d’un debit plus convenable à tous les tems et nes o revisiones de otras ya elaboradas con ante-
consequemment plus certain64. rioridad; por lo que, en general, la sensación de
obsolescencia o anquilosamiento iconográfico
El supuesto interés estratégico de la informa- por un lado, y las fantasías y desajustes visual-
ción gráfica mostrada sucumbe ante las abun- mente verosímiles pero imposibles en la realidad
dantes variaciones en el retrato planimétrico por otro, resultan dominantes en este tipo de
que pueden constatarse al comparar los unos representaciones, a pesar de su relativa belleza.
con los otros. Las obras que acabamos de citar, Desde el punto de vista militar, que es el que
generalmente impresas, corresponden más bien nos ocupa, tampoco estas imágenes permiten
al grupo de los “Atlas”. En todo caso, la ten- ofrecer la información funcional que podría es-
dencia observada en la cartografía de comienzos perarse del retrato gráfico de un acontecimiento
del siglo XVIII se orienta hacia la expresión de bélico, quedándose a menudo en su carácter
una mayor exactitud en los valores mensurables anecdótico o rememorativo de un hecho his-
del territorio y en los elementos constituyentes, tórico o actuando como documento gráfico de
así como la consolidación progresiva de la re- una realidad urbana vinculada a la guerra y a la
presentación cenital, lo cual permite un mayor poliorcética. Son numerosos los retratos urbanos
rigor en el detalle y la posibilidad de reflejar con en los que se muestran, como integrantes de la
una cierta fidelidad la distribución del espacio propia ciudad, sus elementos defensivos, tanto
urbano y las particularidades territoriales. Este del perímetro fortificado como exteriores. Aun
proceso, que parte en bastantes casos de una así, algunas de las cartografías ejecutadas mues-
voluntad claramente estratégica65, se desarrolla tran esas licencias esteticistas que, en ocasiones,
con fuerza durante el siglo XVIII, llegando a con- no hacen más que seguir ciertas modas vigentes
figurar el llamado “plano geométrico”, “plano en el panorama europeo coetáneo: trampanto-
topográfico en planta” o “topografía planimé- jos accesorios, motivos decorativos superfluos,
trica”66. Es interesante comprobar, sin embargo, frivolidades o caprichos caligráficos, recreación
cómo muchos de estos mapas planimétricos no en los recursos lumínicos, etc. (Fig. 15).
pueden zafarse de la convivencia con formas de
representación más artísticas, como la inclusión Epílogo
de elementos, e incluso detalles orográficos, en La superación de los tradicionales métodos
perspectiva caballera o a vista de pájaro. anecdóticos heredados del pasado en aras de
Atendiendo concretamente a las vistas ur- una optimización racional de los sistemas de re-
banas de temática militar en torno al concep- presentación gráfica fue un proceso complejo,

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74 El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

cambios profundos en la mentalidad militar res-


Juan Miguel Muñoz Corbalán

pecto del territorio y a la concreción de norma-


tivas más adecuadas para resolver las diacronías
entre la realidad territorial, su imagen cartográ-
fica y la propia función disciplinar e instrumental
de la cartografía. Los trabajos cartográficos de
comienzos del siglo XIX fueron generalizándose
como ejemplos de un mayor rigor en la represen-
tación espacial y abrieron el camino a las nuevas
técnicas desarrolladas durante dicha centuria a
través de planos topográficos de gran exactitud,
tanto entre los ingenieros militares como entre
los arquitectos e ingenieros civiles67. En definiti-
va, dicha evolución constituyó un largo camino
Fig. 15. Anónimo, Proyecto de amarras de buques en el Casti-
llo de San Juan de Ulúa de Veracruz, México, s.l. [Isla de León],
entre la aproximación anecdótica determinada
s.a. [ca 1776]. Archivo General de Simancas, Mapas, Planos y por la supremacía de los procesos intuitivos o
Dibujos, 18, 137. subjetivos y la normalización institucional y pro-
fesional que favoreció la objetividad y el esta-
variopinto y fluctuante que se inició tímidamen- blecimiento de las reglas oportunas para fijar un
te en el siglo XVI y que no concluyó definitiva- lenguaje universal en la profesionalización de la
mente en el siglo XVIII, a pesar de los evidentes representación gráfica y tridimensional del tra-
impulsos conseguidos, sino que se prolongó bajo cartográfico, o, en palabras del polémico
hasta la siguiente centuria, en que las autorida- primer director de la Real Academia de Matemá-
des competentes marcaron unas directrices sóli- ticas de Barcelona a comienzos del siglo XVIII, la
das y contundentes a ser respetadas, en base a lucha entre «lo travajoso y lo deleytable».
nuevos avances técnicos y criterios científicos, a

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 75

NOTAS te ingeniero al servicio de la monarquía s. l., 1762; Abbé Jean-Baptiste Dubos,

Juan Miguel Muñoz Corbalán


hispánica, Siglos XVI-XVIII, Fundación Réflexions critiques sur la poésie et sur
1
Este texto queda inscrito dentro Juanelo Turriano, Madrid, 2016. la peinture [...], E. Néaulme, Utrecht,
del proyecto de investigación El Dibu-
3
Nicolas-Joannis Visscher, “Les 1732 (1719).
jante Ingeniero al servicio de la Mo- Dix-Sept Provinces”, 1608. 10
Juan Miguel Muñoz Corbalán
narquía Hispánica. Siglos XVI-XVIII. II. 4
Las formas geométricas básicas (coord.), La Academia de Matemáticas
Ciudad e Ingeniería en el Mediterráneo (los cinco polyhedra del pensamiento de Barcelona. El legado de los ingenie-
(DIMHCIM, HAR 2016-78098) dirigido platónico -tetrahedron, hexahedron, ros militares, Ministerio de Defensa y
por Alicia Cámara Muñoz, el cual cons- octahedron, dodecahedron e icosahe- Novatesa, Madrid y Barcelona, 2004.
tituye la continuación del ya concluido dron- inscritos en una esfera), permi- 11
Horacio Capel Sáez, Joan-Euge-
El Dibujante Ingeniero al servicio de la tían estructurar el mundo y el universo ni Sánchez y Omar Moncada, De Palas
Monarquía Hispánica. Siglos XVI-XVIII bajo sólidos argumentos filosófico-teo- a Minerva. La formación científica y la
(DIMH, HAR2012-31117), también lógicos (Johannes Kepler, Mysterium estructura institucional de los ingenie-
financiado por el Ministerio de Econo- cosmographicum de admirabili pro- ros militares en el siglo XVIII, El Serbal
mía y Competitividad de España y en- portione orbium cœlestium, G. Grup- (“Libros del buen andar”, 23) y Con-
cabezado por la misma investigadora penbachius, Tübingen, 1596 –2ª edic. sejo Superior de Investigaciones Cien-
principal. Esta oportunidad ha servido en 1621–). De una manera particular, tíficas, Barcelona, 1988; Alicia Cámara
de acicate para retomar un proyecto podríamos citar las interesantes aporta- Muñoz, (coord.), Los ingenieros milita-
personal de investigación genérico ciones matemático-filosóficas de Juan res de la monarquía hispánica en los si-
que inicié con motivo de mi estancia de Herrera en su Discurso […] sobre la glos XVII y XVIII, Ministerio de Defensa
como Visiting Scholar en el Office for Figura Cúbica, a partir de los postula- y Centro de Estudios Europa Hispánica,
History of Science and Technology de dos de Ramon Llull (Juan de Herrera, Madrid, 2005.
la University of California, Berkeley du- Discurso del Señor Juan de Herrera, 12
Nicolas de Fer (dis.) y Charles
rante el curso 1992-1993, bajo el título aposentador Mayor de S.M., sobre la Inselin (grab.), La Carte Nouvelle de la
“Iconografía, cartografía, bibliografía figura cúbica (repr. Roberto Godoy y France, ses Conquetes, Ses Acquisitions
científico-estratégica y mecanismos Edison Simons), Editora Nacional, Ma- et Ses Bornes Par la Paix de Ris-Wick
institucionales en la España de la época drid, 1976); y Juan de Herrera, Sobre la Corrigée par Ordre du Roy et Dressée
moderna. Producción y difusión para la figura cúbica (ed. Manuel Arrate Peña), sur les Dernieres Observations de Mrs
seguridad del reino durante los siglos Ayuntamiento de Camargo y Universi- de l’Académie Royale des Sciences […],
XVI, XVII y XVIII”. dad de Cantabria, Santander, 1998. el autor, Paris, 1698. Bibliothèque na-
2
Les géomètres-arpenteurs du 5
Philippe Briet, Parallela Geogra- tionale de France, département Cartes
XVIe au XVIIIe siècle dans nos provinces. phiæ Veteris Et Novæ, Sébastien & Ga- et plans, GE D-14843.
Exposition organisée à l’occasion du briel Cramoisy, Paris, 1648. 13
Vid. además Juan Miguel Mu-
Centenaire de l’Union des Géomètres- 6
Horacio Capel, Geografía y ma- ñoz Corbalán, “Agustinos Calzados sin
Experts de Bruxelles et du Cinquan- temáticas en la España del siglo XVIII, convento en Barcelona. De La Ribera a
tenaire de la Conférence des Jeunes Oikos-tau, Vilassar de Mar, 1982. El Raval”, en Arquitectura y Ciudad II y
Géomètres du 21 mai au 31 juillet 7
Sebastián Fernández de Medra- III. Seminarios celebrados en Melilla, los
1976, Bibliothèque Royale Albert Ier.
no, El ingeniero, segunda parte que días 25, 26 y 27 de septiembre de 1990
Bruxelles, 1976; Espace français. Vi-
trata de la Geometría […], Lamberto y los días 24, 25 y 26 de septiembre de
sion et aménagement, XVIe-XIXe siècle.
Marchant, Bruselas, 1687; texto repro- 1991, Ministerio de Cultura, Madrid,
Exposition organisée par la Direction
ducido años más tarde en Sebastián 1993, p. 85-103; y Mª Alba Sargatal
des Archives de France. Ministère de
Fernández de Medrano, El Architecto Bataller, ”La construcción del convento
la Culture et de la Communication [....]
Perfecto en el Arte Militar [...], Lamber- de San Agustín (1728-ca.1800), inge-
Archives nationales. Hôtel de Rohan.
to Marchant, Bruselas, 1700, p. 307. nieros, maestros de obra e impacto en
Septembre 1987 – janvier 1988, Ar-
8
Juan Miguel Muñoz Corbalán, el Raval de Barcelona”, Scripta Nova,
chives nationales, Quillet e Imprimerie
“La biblioteca del Ingeniero General Jor- vol. XVI, nº 401, 10 de mayo de 2012,
Alençonnaise, Paris y Alençon, 1987;
ge Próspero Verboom”, Academia. Bo- http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-401.
David Buisseret, La revolución cartográ-
letín de la Real Academia de Bellas Artes htm.
fica en Europa, 1400-1800. La repre-
sentación de los nuevos mundos en la de San Fernando, nº 80, enero-junio de 14
Leon Battista Alberti, De Pictura,
Europa del Renacimiento, Paidós, Bar- 1995. p. 342-362; Juan Miguel Muñoz ms, 1435.
celona, Buenos Aires y México, 2004 Corbalán, Jorge Próspero Verboom. 15
Catherine Bousquet-Bressolier,
(2003); Isabelle Laboulais (dir.), Les usa- Ingeniero militar flamenco de la mo- “De la «peinture géometrale» à la
ges des cartes (XVIIe-XIXe siècle). Pour narquía hispánica, Fundación Juanelo carte topographique. Évolution de
un approche pragmatique des produc- Turriano (Colección Juanelo Turriano de l’heritage classique au cours du XVIIIe
tions cartographiques, Presses Universi- Historia de la Ingeniería), Madrid, 2015. siècle”, en Catherine Bousquet-Bres-
taires de Strasbourg, Strasbourg, 2008; 9
Abbé Joseph de La Porte, Esprits, solier (dir.), L’œil du cartographe et
Alicia Cámara Muñoz (ed.), El dibujan- saillies et singularités du P. Castel, s. ed. la représentation géographique du

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 59-79


76 El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

Moyen Âge à nos jours. Actes du co- ease and exactness; and in many cases apertura de la École de Mèzières, cen-
Juan Miguel Muñoz Corbalán

lloque européen sur La cartographie much better. Together with the taking tro de formación de los ingenieros mi-
topographique. Paris, 29-30 octobre of all manner of Heights and Distances, litares franceses. Anne Blanchard, Les
1992, Ministère d’éducation nationa- either accessible or in -accessible, the ingénieurs du roy de Louis XIV à Louis
le, de l’enseignement supérieur, de la Plotting and Protracting of all man- XVI. Étude du corps des fortifications,
recherche et de l’insertion profession- ner of Grounds, either small Inclosu- Université Paul-Valéry, Montpellier,
nelle y Comité des travaux historiques res, Champion Plains, Woodlands, or 1979.
et scientifiques (Mémoires de la section any other Mountainous and un-even 26
Lucia Nuti, “Le langage de la
de géographie physique et humaine, grounds. Also, how to take the Plot peinture dans la cartographie topogra-
18), Paris, 1995, p. 93-106. of a whole Manor, to cast up the con- phique”, en Catherine Bousquet-Bres-
16
Bernard Tocanne, L’idée de na- tent, and to make a perfect Chart or solier (dir.), L’œil du cartographe […],
ture en France dans la seconde moitié Map thereof. All which particulars are op.cit., p. 53-70.
du XVIIe siècle. Contribution à l’histoire performed three several ways, and by 27
Ulla Ehrensvärd, “Color in Car-
de la pensée classique, Klincksieck, Pa- three several Instruments. Hereunto
tography. A Historical Survey”, en
ris, 1978, p. 317. is added a new way of Surveying of
David Woodward (ed.) Art and Carto-
Land, by which a man may be satis-
17
Catherine Bousquet-Bressolier, graphy […], op.cit., p. 123-146; R. A.
fied whether his Plot will close before
“De la «peinture géometrale» […]”, Skelton y Arthur Lee Humphreys, Deco-
he begins to protract the same, with
op. cit. rative printed maps of the 15th to 18th
the manner how to order such Water
18
Jacques-François Blondel, Cours centuries, Staples Press, London y New
Colours as are necessary for the beau-
d’architecture, ou Traité de la décora- York, 1952.
tifying of Maps and Plots; Also how to
tion, distribution et construction des know whether Water may be conveyed
28
W. Folkingham, Feudigraphia.
bâtiments, contenant les leçons don- from a Spring-head to any appointed The synopsis or epitome of surueying
nées en 1750 et les années suivantes place or not, and how to effect the methodized. Anatomizing the whole
[...], Desaint, Paris, 1771-1777. same, With whatsoever else is neces- corps of the facultie; viz. The materiall,
19
J. B. Harley, Paul Laxton y J. H. sary to the Art of Surveying, E. Brews- mathematicall, mechanicall and legall
Andrews, La nueva naturaleza de los ter & G. Sawbridge, London, 1653 (2ª parts, intimating all the incidents to
mapas. Ensayos sobre la historia de la edic. en 1657). fees and possessions, and whatsoeuer
cartografía, Fondo de Cultura Econó- may be comprized vnder their matter,
23
Antoine Arnauld y P. Nicole, La
mica, México D.F., 2005, p. 76. Vid. forme, proprietie, and valuation. Very
logique ou l’art de penser, contenant,
también David Woodward (ed.), Art pertinent to be perused of all those,
outre les règles communes, plusieurs
and Cartography. Six Historical Essays, whom the right, reuenewe, estima-
observations nouvelles, propres à for-
The Chicago University Press, Chicago, tion, farming, occupation, manurance,
mer le jugement, C. Savreux, Paris,
1987. subduing, preparing and imploying of
1662 (reed. Flammarion, Paris, 1970),
20
Antoine Picon, Architectes et 1ª parte, cap. 4 “Des idées des choses, arable, medow, pasture, and all other
ingénieurs au siècle des Lumières, Pa- & des idées des Signes”. plots doe concerne. And no lesse re-
renthèses. Marseille, 1988. markable for all vnder-takers in the
24
Sébastien de Pontault de Beau-
plantation of Ireland or Virginia, Ri-
21
Isabelle Warmoes, Émilie lieu, Les glorieuses conquestes de Louis
chard Moore, London, 1610.
D’Orgeix y Charles Van Den Heuvel le Grand, roy de France et de Navarre
(dir.), Atlas militaires manuscrits euro- [...], el autor, Paris, 1694; Nicolas de
29
Catherine Hofmann, “Les
péens (XVIe-XVIIIe siècles). Forme, con- Fer, Table des forces de l’Europe, avec «Théâtres de la guerre» ou la carte
tenu, contexte de réalisation et voca- un introduction à la fortification, com- entre mémoire et anticipation (fin XVIIe
tions. Actes des 4es journées d’étude du posé de 194 plans de villes les plus et XVIIIe siècles)”, Revue de la Bibliothè-
Musée des Plans-Reliefs, Paris, Hôtel de considérables du monde, augmenté de que nationale de France, nº 4, enero
Croisilles. 18-19 avril 2002, Musée des onze plans depuis l’année 1720 jusqu’à 2000, p. 39-42. Citando a Lisa Davis-
Plans-Reliefs, Paris, 2003. 1723 [...], J.-F. Bernard, Paris, 1723 Allen, “The national palette, painting
(1690-1695). and map coloring in the seventeenth-
22
William Leybourn, The Compleat
century Dutch republic”, Portolan, pri-
Surveyor, containing The Whole Art of 25
He aquí algunas fechas de inte-
mavera de 1999, p. 23-36.
Surveying of Land, by the Plain Table, rés para ubicar cronológicamente las
Theodolite, Circumferentor, Peractor transformaciones más relevantes acae-
30
Louis-Charles Dupain de Mon-
and other instruments, After a more cidas en estos colectivos: 1691, crea- tesson, Le spectacle de la campagne tel
easie, exact and compendious manner, ción del Département des Fortifications qu’ils s’exprime par le dessin et par des
then hath been hitherto published by des places de terre et de mer; 1716, couleurs, sur les plans et sur les cartes,
any, the Plain Table being so contrived, organización por el Duc d’Orléans del Goeury, Paris, 1776, p. 2.
that it alone will conveniently perform Cuerpo de Ponts et Chausées; 1744, 31
M. Buchotte, Les Régles du Des-
whatsoever may be done by any of puesta en marcha del Bureau des des- sein et du Lavis Pour les Plans particu-
the fore-mentioned Instruments, or sinateurs de París; 1747, creación de la liers des Ouvrages & des Bâtimens, &
any other yet invented, with the same École des Ponts et Chausées; y 1751, pour leurs Coupes, Profils, Elévations

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 77

& Façades, tant de l’Architecture Mi- en relief. Chefs d’oeuvre de la collec- Charles Van Den Heuvel (dir.), Atlas mi-

Juan Miguel Muñoz Corbalán


litaire que Civile, Nouvelle édition, tion des plans-reliefs de Louis XIV à Na- litaires […], op.cit., p. 41-56.
Charles-Antoine Jombert, Paris, 1754 poléon, Réunion des musées nationaux 42
Service Historique de l’Armée de
(1743, 1722). Vid., en general, Émilie y Grand Palais, Paris, 2012. Terre, Vincennes, ms, fol. 131i, y 131d,
D’Orgeix, “L’ingénieur, les académies 36
Fernando Rodríguez de la 131d’, respectivamente.
royales et le dessin des cartes et plans Flor, Vauban lúdico. Un grabado de 43
Martha Pollak, “The Theatrum
en France (XVIIe-XVIIIe siècles)”, en Ali- Pablo Minguet e Irol, Juegos de la Statuum Sbaudiae (1682) as Military
cia Cámara Muñoz (ed.), El dibujante Fortificación, Madrid, 1752, Museo Historical Atlas”, en Isabelle Warmoes,
ingeniero […], op.cit., p. 315-327. e Instituto Camón Aznar, Zaragoza, Émilie D’Orgeix y Charles Van Den Heu-
32
Juan Miguel Muñoz Corbalán, 1986. vel (dir.), Atlas militaires […], op.cit., p.
“Tipologías de fortificación permanen- 37
Montserrat Galera i Monegal, 87-98.
te entre los siglos XVI y XVIII. La ruta “Guerra i cartografia a Catalunya. Se- 44
Monique Pelletier, “Formation
Flandes-Alsacia-Barcelona-Figueres y la gles XVII-XX”, en Vicenç-M. Rosselló, et missions de l’ingénieur géographe
conservación del patrimonio abaluarta- Montserrat Galera y M. Carme Monta- militaire au XVIIIe siècle”, en Catherine
do”, en Actas del III Congreso de Cas- ner (coord.), Cicle de conferències so- Bousquet-Bressolier (dir.), L’œil du car-
tellología Ibérica, Asociación Española bre Història de la Cartografia. 10è curs tographe […], op.cit., p. 27-40; Marie-
de Amigos de los Castillos y Diputación La cartografia catalana. 22, 23, 24, 25 Anne Corvisier de Villèle, “Les Naudin
de Guadalajara, Guadalajara, 2005, p. i 26 de febrer de 1999, Institut Carto- et la cartographie militaire française de
805-825; Juan Miguel Muñoz Corba- gràfic de Catalunya, Barcelona, 2000, 1688 à 1744”, en Catherine Bousquet-
lán, “Siglos XVII y XVIII. Relación con p. 117-195; Juan Miguel Muñoz Cor- Bressolier (dir.), L’œil du cartographe
otras fortificaciones y con el desarrollo balán, “Iconografia urbana della Cata- […], op.cit., p. 147-173.
del baluarte y de la ciudadela en gene- logna fra guerra e pace (1640-1812)”, 45
Podrían ser citadas muchas
ral”, en Muraria, Gobierno de Navarra, en Cesare De Seta y Daniela Stroffolino obras en esta línea. Por ejemplo, Les
Institución Príncipe de Viana, Servicio (coord.), L’Europa moderna. Cartogra- Frontières de France et des Pays-Bas
de Patrimonio Histórico, Pamplona, fia urbana e vedutismo, Electa Napoli, où se trouvent le comté de Flandre et
2005, p. 263-281; Alfonso Muñoz Napoli, 2001, p. 178-195. la plus gran de partie de ceux d’Artois,
Cosme, “Instrumentos, métodos de 38
Pierre Lemau de La Jaisse, Plans de Hainaut et de Namur, le duché de
elaboración y sistemas de representa- des principales places de guerre et vi- Brabant, etc., les pays reconquis et le
ción del proyecto de fortificación entre lles maritimes frontières du Royaume Boulonnaïs [...], de Nicolas de Fer (Da-
los siglos XVI y XVIII”, en Alicia Cáma- net, Paris, 1710); la Relation de la cam-
de France, Didot, Quillau & Nully, Paris,
ra Muñoz (ed.), El dibujante ingeniero pagne de Flandre et du siège de Namur
1736; Pierre Lemau de La Jaisse, Atlas
[…], op.cit., p. 17-43. en l’année 1695. Avec des cartes et
topographique, A l’usage de la noble
les plans nécessaires pour la parfaite
33
Carlos Garrido, L’Atlas de les Jeunesse Françoise, qui se destine au
intelligence de cette relation, de Jean
Illes Balears de Lluís XIV. Recull de ma- service du Roi, soit dans la profession
Tronchin Du Breuil –con mapas deli-
pes de les costes de Catalunya i de les des Armes, soit dans le Génie, ou Plans
neados por O. Elliger y grabados por
illes de Mallorca, Menorca i Eivissa, & Descriptions particulieres des 110
G. Van Gouwen– (H. Van Bulderen, La
amb els plànols particulars de les places Places ou Villes fortifiées, situées vers
Haye, 1696), que formaba parte de la
d’aquestes illes, vistes, ports i ancorat- les Frontieres du Royaume de Fran-
biblioteca de Jorge Próspero Verboom
ges, fets sobre el terreny, pel S. Pène, ce, John Rocque, London, 1749; o la
a su muerte; el Théâtre de la Guerre en
enginyer ordinari del Rei, el 1680, J.J. inmensa producción cartográfica del
Italie ou Carte Nouvelle Des Principau-
de Olañeta, Palma de Mallorca, 2010. ingeniero y geógrafo Georges-Louis Le
té de Piémont, Republique de Genes,
34
Isabelle Warmoes, “La rationa- Rouge con su Atlas nouveau portatif à
Duchés de Milan, Plaisance et Confins,
lisation et la codification des pratiques l’usage des militaires et du voyageur, Assujettie aux Observations Astrono-
cartographiques des ingénieurs militai- contenant 91 cartes dressées sur les miques de Latitude et de Longitude
res français sous Louis XIV”, en Alicia nouvelles observations [...], el autor, [...], de Roch-Joseph Julien y Guillaume
Cámara Muñoz (ed.), El dibujante inge- Paris, 1754. Dheulland (los autores, Paris, 1748)...
niero […], op.cit., p. 297-314. 39
Catherine Hofmann, “Les 46
Mary Sponberg Pedley, The
35
“Les Plans-Reliefs”, en Monu- «Théâtres de la guerre» […]”, op.cit. Commerce of Cartography. Making
ments Historiques, nº 148, diciembre 40
Louis Meschinet de Richemont, and Marketing Maps in Eighteenth-
1986; Catherine Bousquet-Bressolier “Une famille d’ingénieurs géographes. Century France and England, The
(coord.), Le paysage des cartes. Genèse Claude Masse (1650-1737). Sa vie University of Chicago Press, Chicago y
d’une codification, Actes de la 3e Jour- et ses œuvres”, Bulletin de la Société London, 2005.
née d’études du Musée des Plans-relie- de géographie de Rochefort, tom. III, 47
Nicolas de Fer, Les forces de
fs, 19 de noviembre de 1998, Hôtel des 1882. l’Europe, ou description des princi-
Invalides, Paris, Musée des Plansreliefs, 41
Isabelle Warmoes y Émilie D’Or- pales villes avec leurs fortifications.
Paris, 1999; Éric Deroo, Max Polonovski geix, “Atles militaires composites”, en Dessignées par les meilleurs Ingenieurs,
e Isabelle Warmoes (coord.), La France Isabelle Warmoes, Émilie D’Orgeix y particulierement celles qui sont sous la

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 59-79


78 El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad

domination de la France, dont les plans 1687; Breve Descripción del Mundo, o 56
Juan Miguel Muñoz Corbalán,
Juan Miguel Muñoz Corbalán

ont esté levez par Monsieur de Vauban Guia Geographica de Medrano. Lo mas “Universitas bellica. Les Académies
[...]. Le tout recueilli par les soins du Sr. principal en verso, Lamberto Marchant, de Mathématiques de la couronne
de Fer Geographe du Roy. Pour l’usage Bruselas, 1688; L’ingenieur pratique espagnole au XVIIIe siècle ou Non nisi
de Monseigneur le Duc de Bourgogne, ou l’Architecture militaire et moderne, grandia canto”, en Émilie D’Orgeix
el autor, Paris, 1695-1696. Lamberto Marchant, Bruselas, ¿1696?; e Isabelle Warmoes (dir.), Les savoirs
48
Antoine Picon, Architectes [...], Breve tratado del ataque, y defensa de de l’ingénieur militaire et l’édition de
op. cit.; Antonio Bonet Correa, Soledad una plaza real, y todo en verso […], manuels, cours et cahiers d’exercices
Lorenzo Fornies y Fátima Miranda Re- Lamberto Marchant, Brusselas, 1698; (1751-1914). Actes de la 5e journée
gojo, La polémica ingenieros-arquitec- Relación de un pais que nuevamente se d’étude du musée des Plansreliefs,
tos en España. Siglo XIX, Turner y Cole- ha descubierto en la América septentri- Ministère de la Culture et de la com-
gio de Ingenieros de Caminos, Canales onal de mas estendido que es la Euro- munication, Direction des patrimoines,
y Puertos, Madrid, 1985. pa por el P. L. Hennepin […], Lamberto Musée des Plans-reliefs, Paris, 2012,
Marchant, Brusselas, 1699; Breve trata- p. 113-126; Juan Miguel Muñoz Cor-
49
Georges-Louis Le Rouge, Théâ-
do de geographia divido en tres partes, balán, “Ingeniería militar y proyección
tre de la guerre en Allemagne conte-
que la descripcion del Rio y Imperio de ‘urbanística’ en el siglo XVIII ante la
nant toutes les opérations militaires des
las Amazonas Americanas […], Lam- latencia de modelos planimétricos y
campagnes de 1733, 34 et 35, el autor,
berto Marchant, Brusselas, 1700; El Ar- monumentales” (I Congreso Hispánico
Paris, 1741.
chitecto Perfecto en el Arte Militar […], ISUF-H Forma urbana. Pasado, pre-
50
Jean de Beaurain, Histoire mi-
Lamberto Marchant, Bruselas, 1700; sente y perspectivas, Universidad de
litaire de Flandre depuis l’année 1690
Los seis primeros libros, onze y doze, Castilla-La Mancha, Toledo, 15-16 de
jusqu’en 1694 inclusivement, qui com-
de los Elementos Geometricos del Fa- septiembre de 2016), en prensa.
prend le détail des marches, campe-
moso Philosopho Euclides Megarense,
mens, battailles, sièges et mouvements
57
Juan Miguel Muñoz Corbalán,
Lamberto Marchant, Bruselas, 1701; y
des armées du roi et de celles des alliés “La Real Junta de Fortificaciones de
la póstuma Geographia, o, Moderna
pendant ces cinq campagnes [...], el Barcelona”, Espacio, Tiempo y Forma.
descripcion del mundo, y sus partes
autor, Paris, 1755. Revista de la Facultad de Geografía e
enriquezida de cartas geographicas
Historia, serie VII «Historia del Arte»,
51
Jean-Baptiste-Jacques de Beau- y otras estampas, Henrico y Cornelio
rain, Histoire de la campagne de M. le tomo 5, 1992, p. 351-373.
Verdussen, Amberes, 1709.
prince de Condé en Flandre en 1674
58
Antoine Picon, Architectes [...],
54
Instruccion, y Ordenanza De 4
[...], el autor, Paris, 1744. op. cit.
de Julio de 1718. Para los Ingenieros, y
52
Juan Miguel Muñoz Corbalán, otras personas, dividida en dos partes.
59
Juan Miguel Muñoz Corbalán,
“Urgencias cartográficas militares en En la primera se trata de la formacion “La maqueta de Cádiz (1777–1779)”,
la España de la primera mitad del si- de Mapas, ò Cartas Geograficas de en Milicia y Sociedad en la Baja Anda-
glo XVIII. Ordenanza de ingenieros y Provincias, con observaciones, y notas lucía (Siglos XVIII y XIX). VIII Jornadas
Academia de Matemáticas”, en Alicia sobre los Rios que se pudieren hacer Nacionales de Historia Militar. Sevilla,
Cámara Muñoz (ed.), “El dibujante in- navegables, Azequias para Molinos, 11-15 de mayo de 1998, Universidad
geniero […], op.cit, p. 91-112. Batanes, y Riegos, y otras diversas dil- de Sevilla, Cátedra “General Casta-
53
La relación de tratados confec- igencias, dirigidas al beneficio universal ños” - Región Militar Sur, Sevilla, 1999,
cionados por el militar manchego que de los Pueblos; y assimismo el recono- p. 889-909.
fueron utilizados habitualmente como cimiento, y formacion de Planos, y rela- 60
Juan Miguel Muñoz Corbalán, “I
manuales de enseñanza en la Academia ciones de Plazas, Puertos de Mar, Bahi- plastici e la difesa del territorio spagno-
de Bruselas y en las correspondientes as, y Costas; y de los reparos, y nuevas lo en el tempo di Carlo III. Fallimento
creadas en España con posterioridad obras, que necessitaren, con el tanteo e mancata assimilazione del modello
es extensa: Nueba ynvencion y metodo de su coste. En la segunda se expressan francese”, en A. De Marco, y G. Tuba-
de la quadratura del circulo […], Juan los reconocimientos, tanteos, y formal- ro (coord.), Castelli e Cittá Fortificate.
Dandijn, Brusselas, 1676; Rudimentos idades con que se han de executar las Storia–Recupero–Valorizzazione, Stam-
Geométricos y Militares, Viuda de Vlu- obras nuevas, y los reparos que fueren pa Graphis y Università degli Studi di
gart, Bruselas, 1677; El Práctico Artille- precisos en las Fortificaciones, Alma- Udine, Istituto di Urbanistica e Pianifica-
ro, el Perfecto Bombardero, y el Arqui- cenes, Quarteles, Muelles, y otras Fab- zione, Fagagna y Udine, 1991, p. 652-
tecto Perfecto en el Arte Militar, Fran- ricas Reales, y sobre conservacion de 658; Juan Miguel Muñoz Corbalán, “La
cisco Foppens, Bruselas, 1680; Breve las Plazas, y Puertos de Mar, Juan de «Colección de Relieves de las Fortifica-
descripcion del mundo, y sus partes, Ariztia, Madrid, 1718. ciones del Reino». Essai d’organisation
ò, Guia geographica, y hydrographica 55
Ordenanza, e Instrucción para al du Cabinet de Plans-Reliefs en Espag-
[…], Herederos de Francisco Foppens, enseñanza de las Mathematicas en la ne pendant le règne de Charles III”, en
Brusselas, 1686; El Ingeniero. primera Real, y Militar Academia que se ha es- André Corvisier (dir.), Actes du Colloque
parte de la Moderna Arquitectura Mil- tablecido en Barcelona […], Francisco International sur les Plans-Reliefs au
itar […], Lamberto Marchant, Bruselas, Suriá, Barcelona, 1739. passé et au present les 23, 24, 25 avril

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El dibujante ingeniero hacia la universalidad de la dualidad 79

1990 en l’Hôtel National des Invalides, Ajuntament de Barcelona, Centre de de Cataluña” de Josef Aparici (1769),

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UN SENDERO SOBRE ESTA TIERRA ROJA.
MIEDO, CENSURA, RETORNOS. LA EXPERIENCIA VITAL
DE LOS MÚSICOS ESPAÑOLES ANTES Y DURANTE
SU EXILIO EN MÉXICO: TRES ESTUDIOS DE CASO1
Consuelo Carredano
Universidad Nacional Autónoma de México

RESUMEN
El saldo de la Guerra Civil arrojó fuera de España a cientos de miles de republicanos; alrededor de veinte mil llega-
ron a México gracias a las políticas de acogida adoptadas por el presidente Lázaro Cárdenas, antes y al finalizar la
contienda. En estos desplazamientos se han contabilizado cerca de cien músicos. El trabajo pretende ser un nuevo
capítulo en el estudio de la problemática que rodeó la experiencia del exilio de quienes declararon a su llegada
ejercer esta profesión. Desde la perspectiva de tres casos destacados: Rodolfo Halffter, Adolfo Salazar y Jesús Bal y
Gay, analizamos la implicación de los músicos durante la guerra, las circunstancias que forzaron su salida, los pro-
cesos de inserción laboral y los conflictos de orden social generados en el país de acogida. Se contempla la imagen
del retorno como una idea recurrente en la vida del músico exiliado y el anhelo no necesariamente satisfecho de
la vuelta a España de manera transitoria o definitiva.

Palabras clave: música en el exilio español, música en la Guerra Civil Española, Adolfo Salazar, Jesús Bal y Gay,
Rodolfo Halffter

ABSTRACT
The Spanish Civil War saw hundreds of thousands of republicans head into exile, with around 20,000 of them
arriving in Mexico as a result of the reception policies adopted by President Lázaro Cárdenas both before and
after the conflict. Among the displaced were nearly one hundred musicians, and this paper aims to provide a new
chapter in the study of the problems they faced in exile. From the perspective of three notable cases in Rodolfo
Halffter, Adolfo Salazar and Jesús Bal y Gay, it analyses the involvement of musicians in the war, the specific
circumstances that forced them to leave their country, the labour integration processes they faced and the social
tensions that arose in the host country. The study looks at the image of the homecoming as a recurring theme
in the life of the exiled musician and the yearning –not necessarily fulfilled– to return to Spain, either for a short
period or for good.

Keywords: music during the Spanish exile, music during the Spanish Civil War, Adolfo Salazar, Jesus Bal y Gay,
Rodolfo Halffter

Como otros exiliados en el mundo los re- y como ocurrió con buena parte de los músicos
publicanos españoles establecidos en México a (cerca de cien hombres y mujeres) que formaron
consecuencia de la Guerra Civil tienen una his- parte del contingente total de refugiados en Mé-
toria en común que no es otra que la del enor- xico, calculado por varios autores en alrededor de
me colectivo al que pertenecieron. Cada uno de veinte mil. Al correr del tiempo, algunos de ellos
ellos cuenta también con su historia particular, –“gente de a pie”, como suele decirse–, echaron
así ésta resulte completamente desconocida para raíces familiares y sociales; lograron salir adelante
los demás. Debido a la naturaleza de sus ocu- ejerciendo su profesión o realizando tareas que
paciones y especialidades fueron pocos los que nada tenían que ver con su disciplina. De algunos
trascendieron más allá de su propio ciclo vital, tal apenas ha quedado rastro de su paso por Méxi-

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82 Un sendero sobre esta tierra roja

co; de otros han podido recogerse unos cuantos más cercano en ocasiones a los celos profe-
Consuelo Carredano

datos, lo que sin duda obedece a una razón prin- sionales que a desplazamientos reales. Al ser
cipal: los nombres de la mayoría, a diferencia de contratado por un diario capitalino de amplia
lo sucedido con las llamadas “figuras de culto”, circulación para escribir una columna de crítica
no aparecieron en las portadas de los libros, las musical, Adolfo Salazar fue acusado de usurpa-
marquesinas de los teatros o las columnas de los dor a escasas semanas de su llegada, a pesar de
grandes diarios. Esto explica, cuando menos en que su contratación no suponía la exclusión de
parte, el olvido al que los ha confinado la histo- ningún mexicano (de hecho el periódico contaba
riografía del exilio, muy abundante en otras ma- y seguiría contando con la columna del presti-
terias tanto en México como en España2. gioso crítico nacional supuestamente ultraja-
El terreno al que debieron adaptarse en Mé- do). Este incómodo episodio no se presentó de
xico los músicos españoles no fue propiamen- manera aislada. Hubo numerosas reacciones de
te terso, ni siquiera para quienes dentro de la alerta frente a la marea roja que, algunos creían,
tragedia pudieron verse más favorecidos, como pondría en riesgo los trabajos de muchos con-
son los casos, entre pocos más, de Jesús Bal y nacionales. En este punto conviene recordar el
Gay (1905-1993), Adolfo Salazar (1890-1958) carácter ambivalente que tuvo la acogida de re-
y Rodolfo Halffter (1900-1987), cuyas experien- fugiados españoles en México, ya señalado por
cias individuales nos permiten ilustrar algunas distintos autores. Hace tiempo que se derrumbó
facetas de la realidad de los músicos republica- el mito largamente arraigado en interpretacio-
nos que, como tantos otros españoles, llegaron nes esencialistas de una recepción idílica gene-
a México para vivir en el exilio. ralizada de la sociedad mexicana. En diversos es-
tudios (Matesanz, Sheridan, Plà Brugat, citados
en este trabajo) se ha sometido a revisión la sen-
La construcción de una nueva identidad sacionalista campaña de prensa y propaganda
En la primavera de 1939, coincidiendo con anti-inmigracionista de los primeros tiempos del
el arribo masivo de refugiados españoles en los exilio, “a la que se agregaban el oportunismo
llamados barcos del exilio, la preocupación de de la colonia española de filiación falangista, los
los mexicanos giraba en torno a varios temas. norteamericanos recién heridos por la expropia-
1) La reciente expropiación petrolera y el dilema ción petrolera y sociedades mercantiles de capi-
de la sucesión presidencial (transcurría el sexto tal alemán hartos de lidiar con la Confederación
y último año del gobierno de Lázaro Cárdenas); de Trabajadores de México (CTM) y con su líder
2) el problema de los trabajadores mexicanos en “el rojo” Vicente Lombardo Toledano”4.
Estados Unidos y su inminente repatriación; 3) Aunque los exiliados conformaban una am-
la amenaza de una nueva guerra en Europa y, plia paleta republicana (para muestra están los
desde luego, 4) la Guerra Civil en España y la casos de los músicos abordados en estas pági-
inmigración de miles de refugiados al país. Ade- nas) se les relacionaba exclusivamente con las
más, dadas las condiciones de alto desempleo facciones radicales de izquierda. Eran vistos por
existentes en el país, flotaba en el ambiente una la comunidad de españoles residentes y la de-
idea inquietante: el que los españoles pudieran recha conservadora mexicana –incluido un am-
desplazar de sus trabajos a los mexicanos. La plio sector de la prensa–, como una verdadera
prensa recogió un sinnúmero de protestas de amenaza “roja”. Los mexicanos poco afines a
sindicatos y agrupaciones en este sentido, a las las políticas reformistas de Cárdenas vieron con
que se sumaron las de los profesionistas que se bastante temor el apoyo que desde los prime-
sentían “traicionados” por el gobierno, en tanto ros años, y sobre todo durante la Guerra Civil,
que éste se había comprometido a no admitir se le había dado al gobierno de la República y
extranjeros que pudiesen constituir un peligro de por ende a los republicanos. Algunos críticos
competencia para los nacionales y les había per- sugieren que en México los únicos que los reci-
mitido su ingreso e instalación a miles de ellos3. bieron bien fueron los funcionarios del régimen
En el ámbito de la música ocurrieron varios y ciertos núcleos intelectuales progresistas, pues
incidentes a cuenta de este problema, quizás eran pocos los amigos mexicanos que tenían y

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Un sendero sobre esta tierra roja 83

quienes estaban convencidos de la bondad de una vez en el país les ofrecería ventajas como

Consuelo Carredano
tal inmigración; solo que muchos de ellos eran las de adquirir la nacionalidad mexicana con
personajes influyentes5. solo solicitarla (así lo hicieron Salazar y Halffter,
El anuncio de la admisión de refugiados es- porque a Bal no le interesó) y revalidar los títulos
académicos para ejercer su profesión quienes la
pañoles produjo, pues, inquietud entre los gru-
tuvieran. Pero el apoyo, como es bien sabido,
pos políticos y sociales contrarios al presidente.
también vino de los españoles ya establecidos en
A los dirigentes republicanos y a los propios
el país. No es cierto que toda la colonia españo-
inmigrantes se les reconocía un pronunciado
la hostilizara a los recién llegados como muchas
anticlericalismo que rechazaban los hispanófi-
veces se ha dicho. Las generalizaciones, pueden
los pro-franquistas y los mexicanos de derechas
mostrar una imagen distorsionada de las expe-
junto con las asociaciones católicas, por sentir
riencias particulares. En los momentos iniciales,
amenazadas sus creencias. También dentro del
pese a diferencias de todo tipo, numerosos refu-
periodismo Cárdenas y las autoridades encarga-
giados recibieron muestras de solidaridad de co-
das del asilo contaron con enemigos acérrimos.
merciantes, industriales, empresarios, inversio-
Sobran ataques y críticas dirigidos a lo que se
nistas españoles, antiguos residentes, no solo en
consideró una selección tendenciosa de refu-
la capital, también en el resto del país. En gran
giados (comunistas en su mayoría). Llamaba la
medida se impusieron y funcionaron los lazos de
atención que durante el viaje los españoles can-
amistad y de paisanaje pese a las previsiones ini-
taran La Internacional y desembarcaran con el
ciales de uno y otro grupos, como lo han señala-
puño en alto6. De esta forma, la admisión de
do los estudios más recientes. En el ámbito de la
republicanos sirvió a los opositores al cardenis-
música encontramos varios casos de fraternidad
mo como arma de combate en su lucha antico-
entre antiguos residentes y refugiados. Uno cer-
munista, especialmente durante 1939, cuando
cano al tema que nos ocupa se dio precisamente
estaban próximas las elecciones y se buscaba
entre el empresario y músico amateur asturiano
que el resultado hiciera virar el rumbo político
Carlos Prieto y los músicos objeto de estas líneas,
del país hacia la derecha.
a quienes recibió e introdujo en círculos cultura-
Las caricaturas, notas y comentarios despec- les y políticos de alto nivel. Prieto impulsó nu-
tivos de la prensa contraria alusivos a los refugia- merosos proyectos suyos y fue soporte moral de
dos, repercutieron desfavorablemente en el pú- algunos de ellos en los momentos más duros8.
blico mexicano, predisponiéndolo en su contra y Casos como éste hay muchos otros incluso en el
aumentando los temores de que ciertamente se sector de la música.
tratara de “gente nefasta” que crearía violen-
Aun así, debido a la animadversión que im-
cia y problemas en el país. Además, el creciente
peraba especialmente en la prensa y como es-
nacionalismo en boga incrementó la tradicional
trategia para neutralizarla, se volvió prioridad
hostilidad contra el español, más debida en mu-
para muchos refugiados marcar distancia con los
chos casos a trasnochadas razones históricas que
antiguos residentes, quienes, por lo demás, des-
a cuestiones de verdadera discrepancia política7.
pertaban pocas simpatías en ciertos sectores de
¿Cuáles fueron entonces las ayudas reales la sociedad mexicana. De ello derivó que desde
con las que contaron los refugiados en su el primer momento existiera entre republicanos
desplazamiento? En primer lugar estaba la red la imperiosa necesidad de construir una nueva
de apoyo creada durante el exilio en Francia identidad en México: la de refugiados políticos.
por los organismos de la República. Estos, La idea era distinguirse de este otro grupo, com-
junto con la diplomacia mexicana comisionada puesto por españoles mayoritariamente de dere-
en Europa, gestionaron el traslado a México chas y llegados con afanes completamente dife-
de miles de ellos: la Junta de Cultura Española rentes a los suyos. Frente a ellos, los refugiados
a la que Rodolfo Halffter pertenecía (siendo el podían mirarse a sí mismos como un colectivo
único músico en ella), fue creada con ese fin. moralmente superior pues tras luchar por una
Contaban, además, con el sólido respaldo de causa tan noble como la defensa de sus idea-
su principal anfitrión: el Estado mexicano, que les, habían sido arrojados a un destierro forzo-

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84 Un sendero sobre esta tierra roja

so producto del fascismo. Al contrario que sus La vida antes de la derrota


Consuelo Carredano

antecesores, lejos de pretender servirse del país El levantamiento militar sorprendió al com-
contribuirían con su desarrollo, plenamente inte- positor veraneando en la localidad de Cercedi-
grados a la sociedad mexicana9. En ello radicaba lla, cerca de El Escorial, donde vivía su familia.
esencialmente la diferencia. “Cuando todo parecía haber alcanzado, al fin,
Para algunos republicanos la palabra refu- la calma y la felicidad, llegaron las tremen-
giado, usada las más de las veces con encono das vicisitudes de la guerra civil”, recordaría
por la prensa, adquirió una connotación peyo- posteriormente15. A raíz del advenimiento de la
rativa, tanto más cuanto se anteponía a ciertos República, Halffter había logrado cierta estabili-
oficios o profesiones, en este caso a la del críti- dad económica y emocional que le permitía vis-
co: refucrítico, refificrítico, refugacho, etc.10. Si a lumbrar un futuro bastante promisorio. Casado
Halffter parecía no importarle que a cada paso con Emilia Salas y en posesión de un puesto se-
se le recordase su condición de exiliado o más guro como periodista, había empezado a conso-
aún, de refugiado –lo que diría tener a mucha lidar una posición relativamente importante en
honra– Bal y Gay, como ha señalado Carlos Villa- el medio. Recibe su carnet de redactor de El Sol,
nueva, siempre se las ingeniaba para esquivar el donde hasta entonces, introducido por Adolfo
apelativo proponiendo nuevas etiquetas: “exilia- Salazar, figuraba como colaborador; ocasional-
do voluntario”, “intelectual invitado”, todo era mente también participa en tareas crítico-musi-
poco para evitar ser expuesto permanentemente cales en el vespertino La Voz, asegurándose con
como un asilado11. En entrevista realizada pos- ello un ingreso fijo. También llegan los primeros
teriormente, Bal volvería a insistir en ello. Dado éxitos como compositor y varios reconocimien-
que le invitación de Cárdenas era muy clara, tos en Madrid y Barcelona, lo que significa que
“trasladarse a México para continuar allí sus la- al estallar la Guerra Civil, él y sus compañeros
bores que a causa de la guerra se habían inte- de Grupo de los ocho16, representaban más que
rrumpido”, acabaría por considerarlo –cuando una esperanza a futuro, una vía nueva y fresca
menos públicamente– como un desplazamiento para el desarrollo de la música española.
voluntario, “propio de un liberal ajeno a los par- Por esos mismos años Halffter se imbuyó a
tidos políticos y que no admitía que a tiros pu- fondo en la política; se adhiere al Partido Comu-
dieran solucionarse los problemas en España”12. nista y participa intensamente en la defensa de
No obstante los numerosos casos de cama- la República a través de importantes tareas que
radería entre residentes y exiliados que se han le serían confiadas en Madrid y posteriormente
podido documentar en historias individuales, el en las ciudades donde se instala el Gobierno le-
sentimiento de rechazo prevaleció en el imagina- gítimo17. Aunque la situación durante la guerra
rio de la mayoría de los refugiados. Al menos es era poco propicia para desarrollar una carrera de
algo que han comentado muchos de ellos cuan- compositor, Halffter no dejó de componer. Puso
do al ser entrevistados se les hizo referencia a además un grano de arena en el ambiente de
este aspecto13. El propio Rodolfo Halffter, largos euforia republicana en el que proliferaban him-
años después de su arribo, aún insistía en marcar nos, marchas militares, piezas y canciones para
esa diferencia entre los llamados gachupines de ser entonadas en los frentes, muy en la “línea
la emigración tradicional y los exiliados políticos, de compromiso que en Europa lo hacían Kurt
los republicanos derrotados en la guerra: “En Weill, Eisler o Dunaievsky”, como bien ha seña-
pocos países del mundo, el extranjero encuen- lado Emilio Casares18. Su participación en este
tra tan fácil y rápido acomodo como en México. aspecto fue intensa: con otros compositores im-
Me refiero, claro está, a aquél que se instala en plicados en la lucha musicalizó películas y docu-
el suelo mexicano con el propósito de dar y no mentales de propaganda, con Pittaluga hizo los
con el avariento y exclusivo de recibir”14, diría el conocidos arreglos de canciones populares que
compositor en su discurso de ingreso a la Aca- grabaron en París para honrar al ejército leal y
demia de Artes en 1976. Las palabras de Halffter satirizar a los camisas azules y negras de Franco
son muy elocuentes en este sentido. y Mussolini.

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Un sendero sobre esta tierra roja 85

Rodolfo Halffter pasó toda la guerra en Espa- lo que incluía las colonias del Norte de África.

Consuelo Carredano
ña; primero en su natal Madrid, luego en Valen- Halffter participó desde las primeras sesiones
cia y, por último, en Barcelona, a donde se tras- cuando se estableció como tarea prioritaria la
ladó con toda la estructura de Gobierno. Tras la instalación de todos los miembros de la Junta
ocupación de Cataluña por las tropas franquis- en lugares seguros donde pudieran continuar su
tas, cruzó a pie la frontera con los derrotados, trabajo20.
librándose casi milagrosamente de ser recluido La legación mexicana comisionada en París
en un campo de concentración; después lograría para coordinar las negociaciones que harían
reunirse con su esposa e hijo en París. A falta efectivo el ofrecimiento de Cárdenas, en cuanto
de otros testimonios suyos sobre las intensas a recibir en México a los republicanos que lo so-
experiencias de aquellos años –lo cual sin duda licitasen, dispuso que en avanzada a la emigra-
habría merecido un extenso relato de su parte–
ción masiva dicha Junta se trasladara a México;
conformémonos con recordar las palabras con
para ello se designó una comisión especial. En
que el músico acostumbraba describir sus últi-
ese grupo harían la travesía hacia el destierro
mos días en España (Fig. 1):
mexicano Halffter y su familia. Aunque es cierto
Con Otto Mayer Serra, mi compañero de
que el exilio forzado no es un plato de gusto
bombardeo, salvé el pellejo. De Figueras, a pie, para nadie, aquella comitiva de élite seguramen-
seguí a la frontera con las últimas fuerzas republi- te debió sentirse afortunada de poder realizar el
canas y después de muchas peripecias –entre otras viaje en condiciones relativamente cómodas, si
salvarme (por la ayuda de un comunista suizo y de se les compara con la precariedad de la oferta
un guardia civil que me regaló nueve francos con posterior en los barcos Sinaia, Ipanema y Mexi-
los que pude telegrafiar a mi mujer a París) del que, donde viajarían miles de refugiados en con-
campo de concentración–, me reuní con Emilia y diciones de hacinamiento.
Gonzalo en París19.

Una vez a salvo, Halffter pudo reanudar sus Peregrino en dos continentes
tareas políticas junto al grupo de intelectuales Repasemos ahora las circunstancias y razo-
que ya reorganizados en París constituyeron la nes que explican la salida de Adolfo Salazar de
Junta de Cultura Española. Este organismo de- España y su posterior arribo a México. Lo pri-
bía atender las necesidades de los intelectuales mero ocurrió ocho meses después de iniciadas
que se encontraban fuera de España, tanto de las hostilidades, es decir, en marzo de 1937; lo
quienes habían sido acogidos por amigos leales, segundo, dos años más tarde. Comencemos por
como de quienes estaban en los campos de in- mencionar que su trayecto no fue fácil sino tor-
ternamiento diseminados en territorio francés, tuoso e incierto, según se verá enseguida. Una
estancia de varios meses en París, un viaje trasat-
lántico que culminaría en La Habana –con exten-
siones a Puerto Rico, Nueva York y Washington–,
y, finalmente, el traslado definitivo a México, es
un camino demasiado largo sobre todo cuando
éste se realiza sin el apoyo moral de una familia
o colectivo de referencia y si es resultado, como
aquí, de circunstancias básicamente azarosas.
Al salir rumbo a París, Salazar llevaba una
misión política encomendada en Valencia por el
Ministro de Propaganda consistente en crear y
dirigir la oficina de propaganda cultural deno-
minada Les Archives Espagnoles21. De entrada,
Fig. 1. Rodolfo Halffter, a bordo del trasatlático holandés Ven- lo insólito de su nombramiento nos impele a
daam, rumbo al exilio mexicano. Mayo, 1939. Antonio Igle-
sias, Rodolfo Halffter (tema, nueve décadas y final), Fundación formularnos una pregunta: ¿por qué se encargó
Banco Exterior de España, Madrid, 1991. precisamente a Salazar aquella compleja tarea

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86 Un sendero sobre esta tierra roja

cuando en años anteriores el prestigioso crítico central se trasladara a Valencia con un número
Consuelo Carredano

había dado sobradas muestras de su deficiente importante de políticos, funcionarios, diplomáti-


capacidad gestora?22 Una sola respuesta parece cos, intelectuales fieles a la República26. ¿Por qué
la correcta: alguien con suficiente influencia en Salazar no fue evacuado a Valencia con ese gru-
el gobierno comprendió que su vida corría pe- po cuando en realidad era un funcionario como
ligro si permanecía en España. A tales fechas, otro cualquiera del gobierno? Si hemos de ser
Salazar debió tener razones de peso para sentir- rigurosos, conviene tener presente que al mo-
se amenazado. Esto se colige de una carta pos- mento de la sublevación el crítico desempeñaba
terior enviada desde México a su pupilo Ernesto un cargo público designado por Azaña tan solo
Halffter luego de conocer la inesperada muerte dos meses antes: el de Delegado del Gobierno
de su madre: “No puedes imaginarte el tormen- en el Teatro de la Ópera y María Guerrero.
to de mis remordimientos; pero sólo he hecho La situación cada vez más violenta acabó
lo que no había más remedio que hacer y si me por convencer a muchos intelectuales y artis-
consuela algo es el pensar que a lo menos le he tas comprometidos con la República que sus
evitado el espectáculo de tener un hijo fusilado vidas corrían peligro. Algunos salieron del país
o encarcelado…”23. con delegaciones del gobierno; otros, como al
La posición de Salazar frente a la República final lo haría nuestro crítico, para colaborar en
fue siempre clara, tal como lo refrendaba al ser proyectos de propaganda. No obstante, su caso
entrevistado en 1937 durante su estancia en La muestra un trasfondo más complejo. Paradóji-
Habana: “Soy republicano por convicción, libe- camente, Salazar era un objetivo perfecto para
ral por inclinación y demócrata por extracción: cualquiera de los dos bandos. Todos conocían su
soy hijo del pueblo y al pueblo pertenezco, pero afinidad con intelectuales de la izquierda liberal,
no a la masa”24. No obstante, por momentos se en cierto modo anticlerical (no hay más que re-
mostró sumamente crítico con algunas resolu- cordar sus choques con la profunda religiosidad
ciones de la República que a su juicio conduci- de su mentor Manuel de Falla)27. A lo que se
rían a resultados no deseados. No fue partidario sumarían frecuentes confrontaciones en prensa
de la idea de convocar en los primeros meses de con músicos y críticos de distinta tendencia esté-
1936, a un frente popular que aglutinase todas tica y política28, situación que se vería agravada
las fuerzas de izquierda para conseguir el triun- a raíz de su polémica actuación en la Primera
fo en las elecciones. Aún así, convencido de la Junta Nacional de Música (Fig. 2).
amenaza que suponía el arribo del fascismo a A pesar de los esfuerzos, la misión en Pa-
España mediante un golpe de Estado, acabó por rís fracasa rotundamente luego de escasos tres
suscribir, como muchos artistas e intelectuales, el meses. Salazar se proponía colaborar estrecha-
manifiesto de apoyo al Frente Popular que con- mente con la Embajada de España y confiaba en
centraba las izquierdas y llevaría a la presidencia ampliar la red de contactos con directores de pe-
a Manuel Azaña: “¡Qué cambio político! ¡Qué riódicos franceses para emprender acciones de
vueltas da el mundo en 24 horas! – le diría, a propaganda más ambiciosas. Con este objetivo
la vista de los resultados, a Jesús Bal y Gay, por hizo viajes cortos a ciudades del interior y via-
entonces residente en la Universidad de Cam- jó a Estocolmo para asistir a la inauguración de
bridge25. una exposición de arte español contemporáneo,
A partir del 24 de julio, Salazar interrumpe acontecimiento que serviría de tribuna para sus
sus colaboraciones musicales en El Sol, entre tareas proselitistas29. No obstante el éxito obte-
otras razones, porque la actividad de teatros y nido en algunas intervenciones suyas en actos
conciertos se reducen al mínimo. No obstante, públicos como el que acabamos de mencionar,
permanece en la capital durante el asedio bajo el mayor problema que enfrentó Salazar durante
las órdenes del Comité de Defensa de Madrid, su gestión en París fue la deficiente comunica-
en calidad de funcionario de Telégrafos (orga- ción que sostuvo con la oficina de Propaganda
nismo al que pertenecía desde su adolescencia). y Prensa de la que dependía en Valencia. Esto lo
Permanece allí aún después de que el Gobierno obstaculizó todo, pero además debilitó su ima-

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Un sendero sobre esta tierra roja 87

mente les habría interesado conseguir lo mismo.

Consuelo Carredano
En vista de lo cual, y tras constatar que a tales
alturas contaba en España menos amigos que
enemigos, pensó por primera vez en marcharse
a América, no sin antes descartar una genero-
sa opción de trabajo y alojamiento der su buen
amigo Ceferino Palencia, destinado a la legación
lituana de Riga.
Salazar comunicó a sus superiores y a varios
contactos en Buenos Aires su intención de con-
tinuar su campaña de propaganda en aquella
ciudad. Pero unos y otros lo desalentaron. Los
primeros, porque no atendieron el caso con la
diligencia esperada y que exigía la cambiante si-
tuación internacional; los segundos, porque en-
contraban remota la posibilidad de conseguir en
Buenos Aires una base fija sin ser catedrático o
profesor (que en realidad no lo era) o ejerciendo
como crítico musical. Descartadas estas opcio-
nes, Cuba se perfiló como la salida más viable.
Su relación con algunos músicos, escritores y
artistas del grupo Minorista facilitó las cosas.
Ellos se encargaron de estructurar un interesan-
Fig. 2. Pasaporte de Adolfo Salazar, 1937. Archivo García te circuito de conferencias; le proporcionaron el
López. pasaje Amberes-La Habana a bordo de un vapor
holandés, así como un agradable alojamiento y
gen personal y produjo desconfianza en el en- un sitio frente al mar para trabajar.. Todo apunta
torno de la Embajada española. Se suponía que a que no lo pasó mal en los primeros meses y a
la oficina operara como un centro de informa- que hizo en la isla más vida cultural que política,
ción cultural con fines políticos y que concentra- volcándose de inmediato en la preparación de
ra para su difusión abundantes materiales útiles: sus lecturas públicas y cursos, calificadas como
propaganda escrita, documentos, folletos. Pero exitosos por la prensa local (Fig. 3).
no había un solo documento en la oficina: “Me
Tras cinco meses en el puerto, Salazar se em-
vienen cotidianamente con lamentaciones sobre
barcó rumbo a Puerto Rico para dictar cursos en
dicha incomunicación y pidiéndome las informa-
la universidad y conferencias en ciudades y mu-
ciones a que hace fe el título de estos Archivos
nicipios del interior. Aunque hay alguna constan-
que, por el momento, no tienen archivado nada,
pues que lo poco que pude traer en el avión que-
dó inmediatamente repartido”30 –insistía Salazar
en sus comunicaciones con el subsecretario.
La correspondencia que Salazar cruzó en
aquellos días nos permite conocer las opciones
que tuvo cuando en julio de 1937 vio derrum-
barse sus expectativas en París. La primera de
todas, solicitar trabajo en la Embajada española
con objeto de aguardar tiempos más propicios
para volver a España. Difícil empresa para un
desplazado español. París estaba lleno de com-
patriotas en las mismas circunstancias, muchos Fig. 3. Adolfo Salazar en La Habana, 1937-1938. Archivo Gar-
de ellos de gran renombre, a quienes segura- cía López.

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88 Un sendero sobre esta tierra roja

cia de su participación en actividades políticas do y dudoso intentando definir un nuevo rumbo


Consuelo Carredano

en San Juan con miembros del Frente Popular, para su vida. Tras ese tiempo de relativa paz en
no constituyó en forma alguna una actividad El Caribe y a punto de caducar sus visas en los
sistemática o prioritaria como lo había sido en mencionados países, reaparece la incertidum-
Francia. De cualquier manera, tras la aventura bre. Se decide a explorar nuevos destinos para
de París, su relación con el gobierno (con cier- una siguiente escala, sin descartar, sorprenden-
tas autoridades en concreto) daría muestras de temente, un eventual regreso a Europa, como
enfriamiento. Casi a punto de zarpar, el nuevo lo comprueba la reserva de un pasaje a Francia
subsecretario de Propaganda confirmaba y am- para esas fechas, localizada entre sus papeles.
pliaba en breve nota lo previamente acordado Luego de tocar sin éxito a varias puertas (Carlos
vía telefónica: “Una propaganda discreta y hábil Chávez en México, Alfonso Reyes en Buenos Ai-
en los países americanos que ahora nos son más res y un largo etcétera) recibe desde Colombia
hostiles, puede ser ciertamente de gran efica- una jugosa invitación que, no obstante, acaba-
cia.” Y a continuación le sugería los argumentos: rá por declinar. De haberla aceptado se habría
comprometido a vivir en aquel país durante va-
Bastará hacer saber sin demasiado ruido, pero rios años y él confiaba –como todos en aquellos
con la necesaria firmeza de convicción, que esta momentos– que la solución al conflicto español
maldita guerra que destroza a España ha sido pro-
bien podría darse a mediano plazo33.
vocada por los rebeldes exclusivamente, alzándose
en armas contra el régimen legítimo, cuyo único Por mediación del escritor Pedro Salinas es
pecado consistía en un respeto exagerado a los invitado a dictar un curso estival de música an-
derechos de todos y una generosidad pagada con tigua en la Escuela Española de Middlebury. Allí
la más inicua traición, como lo prueba el hecho de se entera de dos asuntos del mayor interés, dada
que los directores de la rebelión ocupaban cargos
su situación. Primero: se había suscitado una va-
de responsabilidad y de gran importancia. Y aun-
cante en el puesto de agregado cultural de la
que la advertencia sea ociosa a persona del buen
juicio de Ud., creo que conviene insistir mucho en Embajada de España en Washington; segundo:
que la sublevación que comenzó contra el Gobier- el gobierno mexicano venía impulsando el esta-
no legítimo de la República, ha degenerado luego blecimiento de una institución para recibir a un
en una monstruosa traición a la Patria, entregando grupo de intelectuales españoles de manera que
el territorio y la Nación Española a ejércitos extran- pudieran continuar con las tareas académicas
jeros. Y nada más. Coincido con Ud. en que para que venían realizando en España y que a cau-
nuestra propaganda es suficiente con que la ver- sa de la guerra se veían impedidos de hacerlo.
dad sea de todos conocida. Ojalá contribuya Ud. Salazar despacha varias cartas y poco después
a difundirla con acierto, ya que en cuanto a su
es felizmente informado de que su nombre ha
entusiasmo estoy seguro de que no habrá de fal-
sido incluido en esa lista de invitados a laborar
tarle por tratarse de la causa más noble y más justa
que pueda haber en el mundo, aunque no pocas en La Casa de España y que Fernando de los Ríos
veces su defensa se haya hecho con lamentable accede a contratarlo en la embajada para cubrir
torpeza31. la vacante.
Salazar dio en la diana al dejar bien atadas
No nos consta, ya lo decíamos, que Salazar las dos salidas. Llegado el momento, depen-
hubiese hecho proselitismo en los países hispa- diendo de las circunstancias en España, podría
noamericanos visitados. La única prueba de su optar por marcharse a México o bien declinar
participación en ese sentido proviene de sus días la invitación y permanecer en la embajada por
en Puerto Rico. Ya instalado en Washington, un tiempo indefinido. Para ser francos, a Salazar le
misterioso corresponsal le escribiría informán- había picado el gusanillo de la investigación en
dole del desarrollo de la misión de propaganda las frecuentes visitas que hacía en sus ratos libres
política en la que presumiblemente habría parti- a las bibliotecas de Nueva York y Washington.
cipado en aquel país32. Con tantos planes, cursos y proyectos de pu-
Al repasar la correspondencia generada en blicación por delante empezó a dar largas a las
estos meses, se percibe que Salazar está abruma- autoridades de La Casa de España, aduciendo

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Un sendero sobre esta tierra roja 89

que aquellos trabajos redundarían en beneficio Como bien apunta Javier Garbayo, Bal “fue un

Consuelo Carredano
de la Institución mexicana. Al secretario Cosío hombre polifacético, de conocimiento serio, que
Villegas le preocupaba que nuestro crítico deci- se dejó seducir por los múltiples campos de la
diera quedarse en Estados Unidos en el último voluntad artística, lo que incluye una vocación
momento. En sus comunicaciones Salazar le ha- literaria y pictórica, este última de origen juvenil,
blaba del exceso de trabajo en la cancillería, de aunque al final se decantase por la investigación
escrúpulos de fidelidad que debía embajador de musicológica y la composición”36.
los Ríos en momentos cruciales para la diploma- Otra excelente descripción del Bal de aque-
cia española, etc., etc. Todo lo cual, le diría, eran llos años nos la ofrece Rosa García Ascot, com-
razones suficientes como para no permitirse positora y pianista oficial del Grupo de los ocho,
abandonar su puesto y concretar el viaje a Méxi- quien en mayo de 1933 se convertiría en su es-
co. Una lectura entre líneas revela, sin embargo, posa para toda la vida. Al participarle a su maes-
que Salazar se hallaba tranquilo donde estaba: tro Falla que se había comprometido, aludía
para alguien que llevaba cerca de dos años tro- precisamente a las inclinaciones musicales de su
tando por el mundo la posibilidad de trabajar y prometido: “Se llama Jesús Bal y Gay, es músico
vivir en la embajada suponía un plan por demás de un gran talento, está dedicado especialmente
atractivo. al folklore y la musicología. Es un chico cultísimo
de una sensibilidad extraordinaria y de una bon-
Un ofrecimiento liberador dad y delicadeza enorme”37.
En contraste con el largo peregrinaje de Sa- En 1938, casi por concluir el tercero y último
lazar antes de recalar en su último puerto, a Je- curso en la Universidad de Cambridge, donde
sús Bal y Gay la invitación para viajar a México se desempeñaba como lector de español, Bal
prácticamente le llovió del cielo, según él mismo recibió sorprendido el ofrecimiento para unirse
lo relataba con el habitual optimismo del que en México al grupo de fundadores de La Casa
siempre hizo gala: de España. La propuesta le llegaba de Ángel Es-
tablier38, aunque detrás asomaba la silueta del
A mí, no sé por qué ni por qué circunstancia, director de la Residencia de Estudiantes, Alberto
todo me lo dieron. No, no es una prosa. Yo no Jiménez Fraud. Ellos impulsaron su candidatura
pedí nada y no lo digo con orgullo ni con vanidad. en la bien cotizada lista de primeros invitados de
No. Es una realidad, un hecho que se repitió inin- La Casa, pese a su juventud y a sus aún modes-
terrumpidamente a lo largo de mi vida. Vinieron tas credenciales académicas. Habría sido impen-
siempre las soluciones, las ofertas y las cosas así. sable para Bal rechazar la invitación, cuanto más
No fui detrás de ellas ni tuve que pedirlas. Cuan-
que en ella se incluía a su familia39. Con el con-
do estaba viendo cerrado el horizonte, porque en
trato a punto de caducar y tras el vuelco insos-
Cambridge se terminaba el contrato y no iba a re-
novarse […] aparece la oferta de México34. pechado que habían dado las cosas en España,
recordaría Bal posteriormente: “No hice planes
La vida profesional de Bal en España había porque no veía salida a la situación. No había
transcurrido entre una intensa presencia en pu- más posibilidad que volver […] pero ¿cómo? Y
blicaciones culturales –actividad que le reportó ¿para qué? España en guerra –1938– y sin posi-
mucho prestigio en el ámbito intelectual gallego bilidades de trabajo para mí”40.
y madrileño– y su participación en instituciones La filiación republicana de Bal también fue
tan emblemáticas como el Seminario de Estudios siempre clara. En 1929 había manifestado pú-
Gallegos, el Centro de Estudios Históricos y la blicamente sus simpatías demócratas cuando,
Residencia de Estudiantes. Fue en la segunda de como apunta Rosa Mª Fernández, se pronunció
ellas donde adquirió experiencia colaborando a favor de la República “todo lo que abierta-
con el especialista asturiano Eduardo Martínez mente lo permite la censura del régimen dicta-
Torner en la recopilación y análisis de materiales torial”, en una dura crítica en la que desmonta
folclóricos. Al mismo tiempo realizó estudios de la polémica tesis de la inutilidad republicana que
música, con énfasis en los repertorios antiguos35. esgrimía Marañón41. Después, de acuerdo a la

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citada musicóloga, el interés político de Bal pa- en aquellos días de separación y éstas reflejan
Consuelo Carredano

reció pasar a un segundo plano. Solo el exilio de vivamente la magnitud de la tragedia que está
Alfonso XIII y el triunfo de la República abriría en viviendo España y el drama familiar que les ro-
él una nueva interrogante que le llevará a publi- dea45. Mientras transcurren esos meses difíciles,
car en El Pueblo Gallego el artículo “¿Y ahora?”. Bal prepara el inminente arribo de su familia
Consciente del inicio de una era renovadora que política e intenta acostumbrarse a esta nueva
debía dejar atrás un sistema largamente asenta- condición; deja la casa de huéspedes y se instala
do, escribió: en un apartamento. Aunque por entonces ya se
encontraban en la ciudad otros intelectuales de
La revolución política se ha efectuado. El es- La Casa, los primeros meses fueron de mucha
fuerzo de los republicanos triunfó al fin sobre una soledad, como es fácil advertir en los apuntes
monarquía contumaz en desafueros. Pero la gloria autobiográficos fechados por Bal en febrero de
de los Republicanos –que es tanto como decir de 1939 (Fig. 4).
España casi íntegra–, su más grande y auténtica
gloria será no esa inmediata de haber barrido a los
autores de tanta tropelía, sino la de haber anulado
para siempre –sí, para siempre – a ese obstáculo,
hasta ahora insuperado, que era Alfonso de Bor-
bón42.

Como colofón al breve capítulo militante


del musicólogo gallego, Villanueva destaca el
hecho, en cierto modo inexplicable, del futuro
olvido de Bal respecto de toda su lucha a favor
del galleguismo y en un sentido más amplio, de
la República, lo cual incluyó cualquier militancia
operada a través de su actividad periodística an-
Fig. 4. Jesús Bal y Gay y Rosita García Ascot, años cincuenta.
terior a la Guerra Civil43. Colección particular. Madrid. Residencia de Estudiantes y Re-
producida en Jesús Bal y Gay. Tientos y silencios (1905-1993),
Cuando sobrevino el alzamiento nacional el Carlos Villanueva (ed.), Universidad de Santiago, Madrid,
18 de julio de 1936, el matrimonio Bal se encon- 2005.
traba veraneando en Galicia, en Lugo, para ser
precisos; desde ahí se trasladan de inmediato a
Santa Uxía de Riveira y después a Vigo. Con la El proceso de adaptación
ayuda del cónsul inglés consiguen volver a In-
glaterra para reanudar sus tareas universitarias. Para ningún movimiento migratorio el pro-
Aunque más tarde Bal le restará importancia a ceso de adaptación es fácil. Dependerá siempre
las difíciles condiciones que rodearon su precipi- de las políticas vigentes y las necesidades de la
tada salida de España, el regreso del matrimonio sociedad de acogida, así como del estatus socio-
a Cambridge “debió ser bastante más acciden- profesional de los inmigrantes y la disposición
sicológica de unos y otros. Recogen varios tex-
tado y estresante, teniendo en cuenta las noti-
tos provenientes de los propios exiliados que las
cias que les llegaban de Granada o de Madrid.
primeras impresiones de la mayoría fueron simi-
De hecho, Trend llamaría desde Inglaterra para
lares. Acostumbrados a las dimensiones de las
que se les facilitara, por vía diplomática, una rá-
ciudades españolas, la capital mexicana, donde
pida salida por mar, lo que logran desde Vigo”44.
hubo más concentración, les pareció enorme,
Bal parte para México en el otoño de 1938. más aún, un agregado de varias ciudades con
Rosa García Ascot permanece junto al resto de diferencias entre sí en lo arquitectónico, pero
su familia en París, donde a la espera de reunirse también en lo social. De ahí que la mayoría eli-
en México con su marido, continúa sus estudios giera las colonias y edificios donde previamente
de piano y composición con la prestigiosa Na- se habían establecido otras familias españolas.
dia Boulanger. La pareja cruza numerosas cartas En general no estaban lejos del centro, zona

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donde proliferaban los cafés –verdadera institu- corresponsales46. Tampoco le parece inapropiado

Consuelo Carredano
ción del exilio– y las asociaciones regionales que el sitio que pudo conseguir “un departamento a
ellos mismos fundaron y que se convirtieron en la americana: una habitación grande, muy alegre
puntos de encuentro para muchos. En aquellos y soleada, en un barrio limpio y tranquilo de lo
locales podían mantener vivas sus tradiciones que es corriente en esta ciudad, muy ruidosa y
e identidades y el sentido de pertenencia a ese polvorienta; baño muy a la moderna y cocinita en
colectivo; además, tenían oportunidad de “arre- donde me hago el desayuno y frecuentemente
glar” el mundo al tiempo que socializaban y te- la cena, pues aquí se cena poco debido a que la
jían amistades y relaciones, algo necesario para mucha altura (2.500 metros) no permite excesos
conseguir empleo o planear negocios, lo más gástricos47. En vista del desalentador panorama
imperioso para la mayoría. político y social en Europa, la idea de residir en
Pese a la complejidad de la situación, para México una temporada más o menos corta, al
los intelectuales y gente de cultura la recep- final no le pareció la peor solución. Los términos
ción más inmediata de parte de la comunidad, de su contrato no lo comprometían sino a hacer
las asociaciones y la prensa cultural mexicana lo que más le gustaba, gozando de completa li-
fue, salvo algunas excepciones, bastante cálida, bertad para elegir tanto para desarrollar sus cur-
como ya se dijo; esto se confirma en los casos sos y conferencias como para la elaboración de
de Halffter y los dos musicólogos de La Casa, los libros. Podía disponer a conveniencia de su
especialmente Salazar, a quien más celebridad y tiempo, pues no estaba obligado a horarios rígi-
reconocimiento le precedía. Hay que recordar los dos o calendarios que no pudiera cumplir, previo
homenajes que al poco de su llegada le ofrecie- acuerdo con las autoridades de La Casa y las ins-
ron la Sociedad Folklórica de México y el Ateneo tituciones involucradas.
Musical Mexicano. Dentro de las apremiantes Salazar compartía en aquel momento la vi-
circunstancias, la posición de los miembros de sión esperanzada de otros refugiados en cuanto
La Casa era más ventajosa que la de quienes tu- a que el exilio sería breve. Así, mientras llegaba
vieron que vérselas por su cuenta o con las mo- la hora del regreso solo debía volcarse en el tra-
destas ayudas que el Comité Técnico de Ayuda bajo y adaptarse lo mejor posible a la vida en la
a los Refugiados (CTARE) les proporcionaba a su ciudad con su amplia oferta musical y buenos
llegada, aunque como es natural en ningún caso amigos cerca: “No hay aquí verbenas sino mu-
era suficiente. De nuestros músicos solo Bal y Sa- sicología, pero nunca antes había trabajado tan
lazar tuvieron la suerte de estar ligados a la ins- bien y tan contento (quince o veinte cuartillas al
titución. Ellos pudieron contar con la cercanía de día: total: que ni Menéndez y Pelayo)”, le ase-
las autoridades de La Casa y sus familias, quie- gura a Salinas48. No era para menos. Con la vida
nes los orientaron para encontrar alojamiento y diaria que tenía en España: una biblioteca oficial
solucionar cuestiones prácticas de su instalación. que atender por las mañanas, conciertos por las
Además, los miembros tuvieron la garantía de tardes y periódicos y artículos por las noches, le
recibir puntualmente una paga mensual –si bien había sido imposible encontrar el tiempo para
módica– segura. Así lo establecía el contrato por esas tareas que demandan demasiadas horas de
un año que todos suscribieron y que, en algunos estudio y concentración. Por ese lado habría ga-
casos, les sería renovado anualmente, depen- nancia.
diendo de las posibilidades y objetivos de la ins- Las autoridades de La Casa se esforzaron
titución y/o del rumbo académico que tomasen mucho para contrarrestar la opinión desfavo-
las trayectorias de cada uno de ellos. rable que pudiera existir de la institución y sus
En Salazar el proceso de adaptación se dio invitados, y, muy particularmente, para seguir
bastante aceptablemente. Sin esposa o familia recibiendo el subsidio del gobierno, cuanto más
que mantener, no debió pasar mayores apuros que al poco de convertirse La Casa de España
económicos: “Aunque la moneda está baja, pa- en El Colegio de México, tendría lugar el relevo
gan lo suficiente para vivir con cierta independen- presidencial, con los correspondientes cambios
cia y comodidad”, le dice en carta a uno de sus y reacomodos del nuevo gobierno.49 Sensibles

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a la repercusión social que suponía el arribo de tores Clásicos Mexicanos que daría difusión a
Consuelo Carredano

esa pequeña élite intelectual al país, tuvieron el sus estudios, justificó ampliamente la renovación
cuidado de procurar a la prensa oportuna infor- de su contrato para el siguiente año.
mación curricular y sobre las actividades que se Si como entendía Cosío, Bal era poco conoci-
disponían a realizar, y de propiciar la presenta- do en su país y completamente desconocido en
ción “oficial” al público de cada uno de ellos México, con Salazar sucedía lo contrario. Al lec-
conforme se iban incorporando. La idea era que tor mexicano culto le era familiar el nombre del
a través de pequeñas notas periodísticas el pú- influyente colaborador musical de El Sol. Su pri-
blico mexicano conociera la importancia de sus mera antología de textos, publicada en México
contribuciones académicas y docentes, así como por la editorial Cvltvra (sic) 54, había despertado
su trayectoria profesional en España, de manera la curiosidad de músicos y aficionados por sus
que pudiera sopesarse el beneficio que su pre- trabajos subsecuentes. Por tal razón, la prensa
sencia traería a la comunidad académica y cien- siguió con interés su llegada, brindándole una
tífica del país, ya que su labor se extendería a bienvenida a bombo y platillos. En su columna
otras capitales de provincia50. “Música”, aparecida en El Universal Gráfico, un
Jesús Bal, como señala Lida en su citado tra- comentarista subrayaba en términos encomiásti-
bajo, llegaba a México con sus 33 años sin un cos su relevancia en el marco de la crítica euro-
curriculum vitae impresionante –como sí lo te- pea, haciendo una analogía entre la obra de Sa-
nían otros miembros de La Casa–, lo que explica lazar y la de los grandes nombres de la compo-
las dudas de Cosío respecto de la recepción que sición y la crítica en el viejo continente, tal como
podría dispensarle el público mexicano51. En su se aprecia en el pomposo pórtico que antecedió
caso, la valoración de la comunidad se preveía a dicho artículo:
que ocurriera a mediano plazo, cuando sus pu-
blicaciones, aportaciones en prensa y conferen- Así como la música contemporánea está re-
cias en foros y medios de difusión fueran gene- presentada en diversos países europeos por cier-
tas figuras que se han convertido en instituciones
rando lectores y audiencias propias. Desde lue-
que encarnan lo mejor y lo más positivo de las
go, las autoridades hicieron lo posible para que inquietudes espirituales y de la expresión artística
se confirmara el éxito que le vaticinaban y para de nuestro atormentado siglo, así también existen
incidir en una buena acogida social. Pronto lo en la crítica musical europea de nuestros días, al-
introdujeron en sociedad. La misma Lida destaca gunas plumas que no sólo han dado a quienes las
la presencia de Bal en el “banquete de simpatía” manejan autoridad y prestigio, sino que los han
organizado por la revista Letras de México con convertido en portavoces de la esencia más íntima
la asistencia de la flor y nata de las letras mexi- de la música y en portaestandartes de su constan-
canas y los españoles que ya se encontraban en te anhelo de renovación.
la ciudad52. […] No es posible hablar de la crítica musical
inglesa sin que simultáneamente contemplemos
Alfonso Reyes, presidente de La Casa, se la venerable imagen de Ernesto Newmann; de la
encargó personalmente de gestionar con la francesa, sin que evoquemos las inquietudes es-
ayuda consular de otros países los documentos pirituales del exquisito estilista Vuillermoz; de la
requeridos por Bal para continuar con sus inves- alemana sin que pensemos en el revelador de “la
tigaciones y de ponerlo en contacto con espe- idea poética” de Beethoven, Paul Bekker. Y me-
nos podemos hacer consideración alguna sobre la
cialistas en documentos antiguos, de manera
crítica musical en la España de nuestros días, sin
que pudieran orientar sus búsquedas de nuevos
identificarla desde luego con el amigo núm. 1 de la
materiales. Su inmediato ingreso al efímero Insti- vida musical de su país, su incansable impulsor, su
tuto Mexicano de Musicología y Folklore facilitó sabio y dinámico paladín dentro y fuera de España,
también sus primeros acercamientos al estudio el dilecto escritor de conocimientos enciclopédicos
de las expresiones folclóricas locales y a la comu- y de pluma de consumado artista, Adolfo Salazar55.
nidad de especialistas mexicanos. Todo ello, más
varios cursos, proyectos musicales y editoriales53 La introducción “oficial” de Halffter al públi-
y la novedosa formación del sexteto vocal Can- co mexicano tuvo lugar con motivo del estreno

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en México de su ballet Don Lindo de Almería, años se encargaría de los aspectos gráficos de

Consuelo Carredano
partitura concebida en España y estrenada en su la propaganda pro Aliados59. Posteriormente, en
versión de suite sinfónica, en París, en 1936. A la su lucha denodada por la subsistencia se dedi-
función en el teatro Fábregas acudió un público caría en paralelo a otras empresas alejadas de
numeroso compuesto en su mayoría por aficio- sus habituales labores musicológicas: la venta de
nados a la zarzuela –algunos de ellos miembros pinceles y materiales para pintores, primero, y,
de la colonia española (aunque a Halffter le cos- finalmente, el establecimiento, junto con Rosa,
tara admitirlo)– ya que en la misma función se de la galería de arte Diana60 (Fig. 5).
ofrecía previamente una taquillera obra de So-
rozábal: La del manojo de rosas. El estreno del
ballet daría a la prensa mucho de qué hablar,
por razones que trascendieron incluso al autor
de la música. El enigmático libreto de José Ber-
gamín –un tanto desafiante para los gustos de
un público familiarizado con la simplicidad típica
de los argumentos de zarzuela–, sirvió a la pren-
sa conservadora para una acometida más contra
los rojos exiliados. Tras la primera representación
las buenas conciencias se empeñaron en atribuir
a la obra la pretensión de ridiculizar sentimientos
de religiosidad católica. Pero la eficaz respuesta
de Bergamín (el escritor repartió a los espectado- Fig. 5. Jesús Bal y Gay durante los días de su colaboración con
la British Propaganda Office, México, hacia 1943. Archivo de
res en la siguiente función una nota conminán-
la Residencia de Estudiantes, Madrid. Reproducida en en Jesús
dolos a no dejarse embaucar por “propagandas Bal y Gay. Tientos y silencios (1905-1993), Carlos Villanueva
tendenciosas y políticamente interesadas”)56, (ed.), Universidad de Santiago, Madrid, 2005.
consiguió que los reflectores iluminaran sufi-
cientemente bien al recién llegado compositor En lo que respecta a Rodolfo Halffter, no
madrileño de apellido alemán57. podría decirse que sus comienzos profesionales
fueron fáciles. Si bien desconocemos los detalles
de la situación familiar en los inicios del exilio,
La inserción laboral
sabemos que el compositor demoró más que su
Tal como hemos visto, a su llegada a México, esposa en conseguir un trabajo fijo en el ámbito
Bal y Salazar se entregaron al trabajo, dedicando de su competencia. Esto bien pudo deberse a
la mayor parte del tiempo a labores de inves- las muchas responsabilidades adquiridas con la
tigación y difusión en el marco de La Casa. La Junta de Cultura Española con la que continuó
cosecha 1939-1940 fue por tanto fructífera en colaborando después de su llegada en junio de
el caso del primero, al que ya aludimos, y en el 1939. Emilia Salas, en cambio, antes de cumplir
de Salazar, quien al finalizar 1940 reportaba la un mes en México, fue contratada por el Banco
publicación de tres libros en editoriales mexica- de Crédito Agrícola como bibliotecaria y respon-
nas58, así como varios ciclos de conferencias y sable de publicaciones. Era un trabajo comple-
cursos en ciudades del interior y la capital. tamente ajeno para ella, que en España se des-
Paulatinamente, y al margen de las activida- empeñaba como funcionaria del Ministerio de
des comprometidas oficialmente, los dos acep- Estado. Pero en aquellos días nadie se daba el
tarían nuevos trabajos al margen de los citados lujo rechazar una oportunidad, así tuviera que
cauces institucionales: programas de radio, artí- improvisar o acudir a apresurados consejos prác-
culos para distintos medios y publicaciones, no- ticos de otros camaradas, como sucedió en su
tas a discos, conferencias. Dado que Bal debía caso61.
contribuir al sostenimiento de la familia de su Durante los primeros meses en el país, Halff-
esposa, aceptó además colaborar en la British ter se mantuvo ligado a la élite cultural refugia-
Propaganda Office, donde por espacio de siete da y, en particular, a una de las empresas edi-

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toriales importantes del exilio, aunque de corta das raíces afectivas con sus alumnos, muchos de
Consuelo Carredano

duración: la Editorial Séneca, llamada a para ellos futuros colegas que destacarían en el me-
promocionar en México la visión de la España dio como intérpretes, docentes y creadores (Fig.
progresista y democrática62. A los refugiados les 6). Sus palabras no dejan lugar a dudas:
interesaba preservar intactos los ideales republi-
canos; muchos asumían que de esta forma, y A México llegué en el mediodía de mi carrera
de compositor. […] En México he dispuesto de la
con el pronto regreso a España, podrían recupe-
tranquilidad y el tiempo necesario para dedicar-
rar las posiciones políticas que habían ocupado
me a componer. En México se me ha brindado
antes de la guerra. Aunque Halffter dedicó bue- la oportunidad de participar, de manera activa y
na parte de sus jornadas a estas tareas, empezó entusiasta, en la vida musical nacional: como or-
también a abrirse camino en el medio musical, ganizador de conciertos, como Gerente de Edi-
compaginando aquellos compromisos con los ciones Mexicanas de Música, y, sobre todo, como
trabajos de composición, que una vez instalado catedrático de nuestro Conservatorio Nacional. /
retomó gran brío. Precisamente este último aspecto de mis activida-
des es lo que me vincula de modo más entrañable
Varios meses después, Halffter consigue a México65.
ocupar una plaza docente en la Escuela Superior
Nocturna de Música, y, tras intensas gestiones,
La crítica musical y Nuestra Música
hacerse hueco en una temporada de zarzuela,
lo que marcará la fecha para su presentación al Para muchos exiliados españoles las cola-
público. Se sumerge en los preparativos de la re- boraciones periodísticas fueron una fuente im-
presentación del citado ballet Don Lindo, cuyo portante de subsistencia. Es sabido que en el
estreno congrega a lo más destacado del medio. contingente del exilio viajaron numerosos perio-
A partir de esa fecha –dirá después–, inicia su distas de profesión, que desde posiciones ideo-
amistad con los compositores mexicanos mejor lógicas diferentes se habían comprometido con
posicionados y comienza oficialmente su activa la democracia republicana, ligándose de manera
participación en el medio. Del resultado de sus indisoluble a la causa al estallar la Guerra Civil.
primeros empeños junto con los artistas que lo Sin embargo, tal como lo han señalado varios
secundaron en aquella primera aventura musical autores, durante el primer tercio del siglo XX,
en el país, surgiría la idea de crear La paloma en España era más común hallar al intelectual o
azul, la primera compañía mexicana de danza político que ejercía deel contingente ho eclosiO-
contemporánea, que llevará a la escena sus pro- SIe con la democracia republicana y se ligaron
pias obras y las de sus nuevos colegas63. Como indisolublemente a la causa de la Rep periodista
bien señala Idoia Murga, por ese entonces “la que al periodista propiamente dicho con dedi-
danza ofrecía una oportunidad idónea para en- cación exclusiva. Prácticamente no había un
solo intelectual de cualquier disciplina, incluida
tablar nuevos diálogos y tender puentes entre
españoles y mexicanos, además de permitir un
nuevo medio de exploración y de favorecer la
difusión de su obra entre el amplio público del
medio teatral”64. Sin duda alguna, Halffter supo
aprovechar esa oportunidad.
En octubre de 1940, el compositor madrile-
ño recibe la Carta de Naturalización Mexicana y
unos meses más tarde es nombrado profesor de
Análisis Musical en el Conservatorio, asignatura
que impartirá hasta su jubilación. Además, cui-
dará siempre de reservar un tiempo para com-
poner y atender las tareas editoriales a las que Fig. 6. Rodolfo Halffter explica su clase de Análisis Musical en
el Conservatorio. México, D.F., 1950. Antonio Iglesias, Rodolfo
siempre fue afecto, de lo que hablaremos des- Halffter (tema, nueve décadas y final), Fundación Banco Exte-
pués, pero especialmente para cultivar profun- rior de España, Madrid, 1991.

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la música, que no hubiese hecho incursiones en fender a Chávez de sus detractores, lo que jamás

Consuelo Carredano
el ámbito periodístico al menos por dos razones tendría empacho en reconocer. Sin embargo, no
principales: como un medio para la difusión de sin cierta ironía, diría tenerse por incapaz para
sus ideas o como una forma de obtener ingresos desempeñar tareas de crítico: “Carezco de dotes
extras66. Una amplia porción de la élite refugiada para ejercer esa profesión y también de la nece-
en México, sobre todo del ámbito de las artes saria dosis de pedantería” –escribía quien solo se
y las letras, continuó con aquellas prácticas. Las había dedicado a hacer un periodismo musical
hemerotecas mexicanas recogen en cifras des- con sentido eminentemente político68.
bordantes sus colaboraciones en un sinnúmero Cuando Bal llegó a México traía en la maleta
de diarios, revistas y suplementos culturales. más de diez años de experiencia como redactor
En México, el periodismo del refugiado espa- en publicaciones de importancia cultural y polí-
ñol aparece vinculado a la idea del pluriempleo, tica, de honda resonancia tanto en su natal Ga-
característica de la situación laboral de muchos licia como en Madrid69. ¿Por qué no admitir que
a quienes no les resultaba suficiente un solo sa- precisamente a través de aquellas colaboracio-
lario. Vemos así a profesores, profesionistas li- nes se había proyectado en el medio intelectual
berales o simplemente personas con una buena español de su juventud? Los cerca de 250 re-
formación cultural o intelectual que además de cortes de medios varios, con aproximadamente
ejercer la docencia, labores comerciales, em- la mitad de las críticas musicales publicadas con
presariales o industriales, aprovechaban los es- anterioridad a su llegada a México, bien lo indi-
pacios que la prensa mexicana les ofrecía para ca Carlos Villanueva, contradicen, de hecho, la
abordar los más diversos temas y materias que supuesta “virginidad” de Bal en cuanto a tareas
puedan caber en el periodismo: historia, litera- periodísticas se refiere. Tan solo de los siete años
tura, ciencia, arte, cultura, cine, teatro, deporte, en los que colaboró en El Pueblo Gallego Bal
toros, modas, actualidad, entretenimiento y un publicó más de doscientos artículos sobre arte
largo etcétera. Lo que es suficientemente claro y política. En el primer rubro –según estimación
aquí es que en México, la incursión a la crítica de Rosa María Fernández– escribió artículos de
musical de nuestros mencionados músicos estu- corte biográfico, analítico, recensiones literarias,
vo directamente enlazada al proyecto musical y crítica de cine, de pintura y de música, y, sobre
político de Carlos Chávez, independientemente todo artículos de opinión y análisis sobre obras y
del beneficio económico que les pudo reportar. compositores contemporáneos70. Un compendio
Es curioso, sin embargo, que tanto a Bal a todas luces nada despreciable.
como a Salazar les costara trabajo admitir que Si bien fue Chávez quien tuvo el poder de
en España habían cultivado la crítica en diversos convocatoria y los recursos para constituir el gru-
medios67. En este sentido ambos rivalizaron en po Nuestra Música, nos inclinamos a pensar que
cuestión de olvidos voluntarios. Salazar preten- Halffter, en su anhelo de reproducir la breve ex-
dió hacer tabla rasa de su larga vida periodística, periencia del Grupo de los ocho de Madrid, fue
seguramente en un afán de borrar las desagra- quien le propuso formalizar esa unión que de
dables polémicas derivadas de su prensa comba- hecho ya existía entre el compositor mexicano
tiva. En lo que respecta a Halffter, quien como y sus seguidores. El grupo y la Asociación Civil
hemos visto se había desempeñado en Madrid con fines no lucrativos denominada Ediciones
como redactor de mesa en El Sol y colabora- Mexicanas de Música, nombre de la editorial,
dor en el vespertino La Voz, tampoco le haría quedaron legalmente constituidos en 1947,
mucha gracia que en México se le identificase pero las labores iniciaron un año antes, en 1946,
como crítico musical, no obstante –le agradase dato que debe tenerse presente al menos por
o no– acabaría por mantener durante cerca de dos razones importantes71. Al finalizar la Segun-
seis años una columna semanal en El Universal da Guerra mundial la política internacional dio
Gráfico utilizando un estilo agudo y aguerrido, un giro inesperado que habría de destruir las
similar al que caracterizó sus escritos durante la esperanzas del pronto regreso a España de los
Guerra. Todo era poco cuando se trataba de de- refugiados. Apareció por primera vez en el ima-

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96 Un sendero sobre esta tierra roja

ginario de todos ellos la idea de un exilio de du-


Consuelo Carredano

ración indefinida, situación que llevó a muchos a


contemplar su vida en el país desde una perspec-
tiva más amplia y a favorecer en algunos casos la
puesta en marcha de planes y proyectos a largo
plazo. Ese mismo año inicia el periodo presiden-
cial de Miguel Alemán (1946-1952) en el que
Carlos Chávez asumiría la Dirección General del
Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y con
ello la posibilidad real de impulsar y mantener en
marcha el tren de Nuestra Música.
La conformación del grupo, el espacio que
Chávez y su Orquesta Sinfónica de México (OSM)
abren a las obras de nuestros músicos, así como
la invitación a componer mediante los sucesivos
encargos del mismo Chávez, la OSM o el INBA,
confirman el interés del compositor y director
mexicano por vincularlos a su causa no solo en
calidad de críticos “de cabecera”, sino de cole-
gas, compositores. Si algo más deberían Salazar
y Bal a Chávez es haber recuperado, aunque
momentánea o circunstancialmente, el interés
en la composición, cuando sabemos, al menos
en el caso de Salazar, que aquella vocación viva Fig. 7. Carlos Chávez, el violinista norteamericano Samuel
en su juventud no resistiría el paso del tiempo Dushkin, solista de la OSM y el compositor Rodolfo Halffter.
Foto Semo, 1942. Reproducida en Carlos Chávez, 1899-1978.
y mucho menos el exilio. Bal, cuyo catálogo no Iconografía, Investigación iconográfica y documental de Gloria
destaca por su abundancia, confesó haber es- Carmona, México Conaculta/INBA, 1994.
crito música en México por simple curiosidad o
porque se lo pedían y en algunos casos le paga-
Civil; en el musicólogo y critico catalán Otto Ma-
ban por hacerlo72 (Fig. 7).
yer Serra (1904-1968), comunista como Halffter,
adscrito al Comisariado de Propaganda de la Ge-
Desencuentros neralitat de Barcelona durante la guerra y editor
Si como hemos visto antes existían gran dis- de cancioneros revolucionarios; en el aragonés
paridad ideológica entre residentes españoles y Simón Tapia Colman (1906-1993), fuertemente
refugiados, también la hubo entre los propios vinculado a corporaciones anarquistas durante
refugiados: las diferencias entre republicanos de la Guerra Civil; o, en contraste con todos ellos,
distintas corrientes, que se habían hecho más en dos republicanos de vocación liberal y demo-
evidentes en los años de la Guerra Civil, viajarían crática en la línea moderada de Azaña como se-
con ellos a México. Aunque en bloque se les so- rían Adolfo Salazar y Jesús Bal y Gay.
lía identificar con las facciones de izquierda, lo Los roces entre refugiados de la élite cultu-
cierto es que entre ellos cabían todos los colores ral, por razones políticas o sin ellas, requirió en
republicanos, desde los posturas liberales más ocasiones la intervención del propio presiden-
progresistas hasta la más pura ortodoxia comu- te de La Casa de España, atento a preservar la
nista. Varios de los músicos españoles con ma- reputación de la casa. Nuestros músicos prota-
yor visibilidad en la historiografía se sitúan en los gonizaron algunas polémicas, pero ninguna tan
distintos puntos de este espectro. Pensemos en significativa como la que ocurrió con motivo
un Rodolfo Halffter y su marcado izquierdismo, de unas provocadoras declaraciones de Salazar
con presencia destacada en la política cultural dirigidas “a quienes se habían dejado ganar la
republicana más radical en los años de la Guerra guerra”, entre los que por cierto no se contaba

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Un sendero sobre esta tierra roja 97

ban fuera y quienes habían permanecido en Es-

Consuelo Carredano
paña, y de algún modo agrandó la distancia. En
abril de 1939, Salazar recibe en Nueva York las
primeras noticias de sus amigos Ernesto y Alicia
Halffter; a vuelta de correo les advierte:

De buena gana os hubiera telegrafiado en-


seguida, pero sabía por experiencia que mientras
durase la terrible locura que nos ha destrozado
[…] no debía escribirse para no causar trastornos
inherentes a estas épocas y yo, por mi parte, me
había impuesto el deber de no tener contacto con
la otra parte del conflicto, ya que mi madre había
quedado en la zona de Levante. Hasta hace poco
Fig. 8. Carlos Chávez con Rodolfo Halffter y Adolfo Salazar en he podido tener noticias regulares suyas, pero
una recepción en la Ciudad de México. Colección particular. supongo que desde la nueva situación habrán de
producirse trastornos postales que puedan afec-
tarla mucho (¡va a cumplir 74 años!)73.
a sí mismo. Halffter recogió el guante en indig-
nada carta a Reyes, solicitando unas disculpas
El inicio de la Segunda Guerra mundial su-
públicas que Salazar, acabaría por no negar-
puso un compás de espera para los refugiados,
le. Pese a haber sellado la paz en México tras
por lo que Salazar hubo de enfrentar la situa-
años de discordias originadas en España, las
ción con paciencia, al menos hasta que el pre-
tensiones nunca cesaron aunque sí amainaron.
visible triunfo de los Aliados hiciera caer el ré-
Sin proponérselo, Bal acabó siendo el fiel de
gimen del dictador. En su correspondencia de
balanza en la relación de este par de músicos
aquellos días observamos cierta resignación de
irremediablemente unidos en el exilio por una
su parte frente al rotundo cambio producido
causa común pues esta vez a Salazar y a Halffter
por el inicio de las hostilidades en Europa. En
les había tocado pelear en una misma trinchera
carta a Ernesto Halffter, entonces renuente a
(Fig. 8).
dejar Lisboa y volver a España, le aconsejaba:
“Haces muy bien, no vayas por ningún motivo.
El dilema del retorno Respecto a mí: ya te lo digo: hay que despedirse
Los exiliados que habían dejado en España de nuestra vieja España por una temporada que
a familiares y seres queridos sabían que la co- puede durar dos o tres años ¡o un siglo! […] Si
rrespondencia llegada de determinados puntos, yo tengo aquí a mi madre y parte de mis libros y
particularmente de México, era sometida a una aquí no estallan los volcanes (que me parecerán
escrupulosa censura. Cualquier indiscreción, por fuegos artificiales al lado de lo que he visto),
inocente que pareciera, podía comprometer a todo irá bien”74.
quien recibía la carta; y eso era suficiente razón Sus gestiones para llevar a México a su ma-
para que se tomaran precauciones que hoy po- dre fracasan rotundamente, a pesar de la ayuda
drían parecer exageradas. Hubo quienes envia- prestada por las autoridades mexicanas y sus in-
ban sus cartas a otros familiares o amigos resi- condicionales amigos en Lisboa. La desconfianza
dentes fuera de la Península de manera que los de las autoridades hacia quienes tienen familia-
sellos postales no delatasen la procedencia mexi- res en México es enorme. La madre intenta ocul-
cana; después, ellos se encargaban de cambiar tar las verdaderas intenciones que hay detrás de
el sobre y remitirlas a los verdaderos destinata- su solicitud de pasaporte, pero el régimen tiene
rios en España. Esta forma triangulada (México- ojos y oídos en todas partes. Los funcionarios de
Lisboa-Madrid) la empleó Salazar para enviar y la Dirección General de Seguridad le dan largas,
recibir las cartas de su madre. exigen avales, volver con nuevos documentos;
Pero el temor a causar problemas sin duda todo, para finalmente denegarle el pasaporte.
inhibió la comunicación entre quienes se halla- Doña Juana se convence de que es una artima-

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98 Un sendero sobre esta tierra roja

ña de Serrano Suñer (cuya firma aparece en el no contempló la promulgación de amnistía algu-


Consuelo Carredano

oficio correspondiente) para forzar el regreso de na, tan solo una serie de gracias, aunque parcia-
su hijo a España y poder encargarse de él. Segu- les y limitadas, a los delitos de derecho común75.
ramente fue así. A Salazar no le alcanzó la vida para bene-
ficiarse con la derogación de ninguna de estas
La recurrente idea del retorno leyes; todo esto entró en vigor en fechas pos-
teriores a su muerte acaecida en septiembre de
El retorno en los exiliados, como lo demues-
1958, cuando estaba por cumplir veinte años en
tra la literatura que ellos mismos generaron,
México. Aunque por su aparente buena adap-
aparece como una idea recurrente, especialmen-
tación al país y la creciente admiración que le
te cuando al finalizar el conflicto en Europa se
profesó el medio intelectual mexicano Salazar
esfumaron las esperanzas de que el gobierno
pudo dar la imagen de alguien plenamente sa-
de Franco se hundiera como el de Hitler o el de
tisfecho con su vida en México, lo cierto es que
Mussolini. Para la mayoría de los exiliados, el re-
solo hasta que su enfermedad terminal lo dejó
greso, más que una ilusión alimentada por el de-
sin fuerzas, haría todo por volver. La añoranza ha
seo de recuperar la vida y el hogar perdido, de-
quedado reflejada en su correspondencia, como
vino en verdadera obsesión. Pero aun pudiendo
es posible advertir en uno de tantos ejemplos:
volver no era fácil decidirlo. Muchos refugiados
“Me preguntas en tu carta si no he pensado en
habían echado raíces en el país o no se encon-
la posibilidad de mi regreso: no hay un solo día,
traban ya con el ánimo o la edad para empren-
o mejor dicho, una sola noche que no deje de
der el camino a la inversa, lo que en ocasiones
pensarlo. Pero por el momento no cabe hacer
suponía un nuevo desgarramiento del núcleo
otra cosa sino pensar. Ya van muchos años de
familiar. A esto hay que sumar los riesgos de la
ausencia: casi diez, que en nuestras condiciones
vida en la España de la posguerra y la suerte que
son casi como treinta: de manera que cuando
podría esperarles a los vencidos, según el grado
me veas te encontrarás con un viejo”76.
de compromiso adquirido durante la República y
el conflicto. A ello contribuía, en primera instan- Por lo demás, Salazar confiaba en que podría
cia, el endurecimiento de las políticas de Franco obtener la autorización para volver libre de peli-
hacia los republicanos, a quienes dio en perse- gro pues contaba con suficientes amigos en el
guir con afanes de venganza en la primera fase nuevo régimen. Pero incluso personas de su con-
del régimen, como bien se sabe. fianza fracasaran en su intento de recuperar para
él su antigua plaza en Correos. Con un vergon-
A muchos defensores de la República, o a zoso juicio de depuración por medio y tras ser
quienes se habían ganado la reputación de ro- considerado peligroso para los intereses de Es-
jos, los habrían llevado al paredón la “Ley de paña, la plaza jamás le sería devuelta; su nombre
responsabilidades políticas” de 1939, a la que se quedaría incluido hasta su muerte en la lista de
añadirán la de marzo de 1940 sobre la represión enemigos del régimen. En 1949, durante un viaje
de la Masonería y el Comunismo –en vigor hasta de trabajo por Europa, anunciaba a Reyes desde
1963–, y la Ley sobre la Seguridad del Estado, París su intención de llegar hasta Hendaya “para
de 1941. La Ley marcial, que establecía el delito ver desde el otro lado del río las montañas de mi
de rebelión militar para toda una serie de actos infancia”77. Fue lo más cerca de España que pudo
perpetrados por los oponentes del levantamien- llegar. Unos días después, le comunica a Chávez
to de julio de 1936, se mantiene hasta 1948. En desde Hendaya: “Le escribo a la vista de España
noviembre de 1966 Franco permite la extinción –mi paisaje de niño–, que he vuelto a ver hoy con
de responsabilidades políticas para las personas gusto pero sin emoción. / Mis afectos, mi casa y
exclusivamente en lo que respecta a los aconte- mi país están lejos de aquí”78 (Fig. 9).
cimientos que tuvieron lugar entre el 1 de octu-
bre de 1934 y el 10 de julio de 1936. Pero solo
será hasta el 31 de marzo de 1969 cuando pres- El regreso definitivo de Bal y Gay
criban los delitos cometidos durante la Guerra “El desterrado –como ha señalado un insig-
Civil. Es decir, que durante 30 años, el régimen ne representante del exilio español– al perder su

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Un sendero sobre esta tierra roja 99

Tal como hemos señalado en otros trabajos,

Consuelo Carredano
con frecuencia se escucha que Bal no logró acli-
matarse plenamente a México hasta hacerlo su
segunda patria, como fue el caso de otros exilia-
dos (Halffter, sin ir más lejos). Cuentan quienes
frecuentaron al matrimonio que la obsesión por
el regreso llegó a ensombrecer su vida cotidiana
y a darle a ésta un cierto carácter de provisiona-
lidad. Bal vivió en México una polifacética acti-
vidad profesional, cultivó relaciones envidiables,
perteneció en su momento al núcleo de músicos
más influyentes y a los centros culturales rele-
vantes de la Ciudad de México. Aun así, queda
la impresión de que Bal y su esposa, no se resig-
naron jamás a vivir lejos de España80.
En 1962, para aliviar la nostalgia emprenden
un primer viaje a España en calidad de turistas.
Se pasean por Granada, Sevilla, Madrid, Santia-
go. Aparentemente allí se les aclaran las cosas y
surge la certeza de que el largo capítulo de Mé-
xico está por tocar a su fin; dos años más tarde,
Bal publica La dulzura de vivir, un relato que, de
acuerdo con C. Villanueva, solo se explica ante la
proximidad del retorno; ese mismo año se jubila
Fig. 9. Adolfo Salazar con Amelia y Manuel García, a quienes como investigador del Instituto de Investigacio-
consideró sus nietos. México, D.F, ca. 1952. Archivo García nes Estéticas y comienza a cobrar su retiro. El
López.
regreso definitivo se produce en 1965, cuando
Bal solicita la baja voluntaria de Radio UNAM,
tierra se queda aterrado (en su sentido origina- baja la cortina de la galería y sube al avión de
rio: sin tierra) el destierro no es un simple tras- la mano de su esposa. Todo apunta a que salie-
plante de un hombre de una tierra a otra; es no ron discretamente, como vivieron siempre, y sin
sólo la pérdida de la tierra propia, sino con ello mostrar la baraja completa. Varios años después,
la pérdida de la tierra como raíz o centro”79. Tal en México aún había quien esperaba su regreso,
idea define muy bien el sentir del matrimonio gente incluso de su círculo más cercano (Fig. 10).
Bal-García Ascot con respecto a su condición en
México. Aunque no podrían obviarse las alegrías Pero esta vez el matrimonio había viajado
y experiencias agradables, lo cierto es que el país con intención de quedarse. Bal se presenta como
de acogida, como ocurrió con otros exiliados, profesor de composición en los prestigiosos cur-
jamás les compensó plenamente lo perdido al sos internacionales “Música en Compostela”;
abandonar su tierra. La falta de apego en estos a partir de entonces se suceden las entrevistas
casos suele deberse a varias razones. Se ha suge- y presentaciones, el retorno a su Lugo natal y
rido que esta situación se dio más comúnmente posteriormente el estreno en su propia ciudad
entre los refugiados de lo que se ha creído. En de Serenata para cuerdas con la Orquesta Nacio-
términos generales, la adaptación fue más fácil nal de España, en un intento –se ha dicho- por
en el seno de familias numerosas, y, especial- recuperar la memoria local. La prensa, críticos y
mente, en las que además había hijos menores varios interesados en su biografía recogen sus
ya nacidos mexicanos o llegados a corta edad. palabras, y cubren las idas y venidas del músico
Lo que no fue el caso de Jesús Bal, quien en el lucense, alternándolas con sus recuerdos del pa-
aspecto emocional solo parecía depender de su sado. Un año después de la muerte de Franco,
esposa. Bal es nombrado “Lucense del año” por la Aso-

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100 Un sendero sobre esta tierra roja

colofón a su carrera, en estas tierras se le rindie-


Consuelo Carredano

ron homenajes emotivos; sus mejores músicos


serían colegas entrañables y sus más encendidos
panegiristas. Pero Rodolfo –nos dice Antonio
Iglesias su principal biógrafo y artífice de la re-
incorporación de Halffter en la vida musical es-
pañola– “siempre pensó en su España, en todo
momento, sumando a su felicidad de tantos
años, la consiguiente alegría inmensa del retor-
no”82. Sin embargo, el músico no vivió añorando
el regreso definitivo pues si en algún momento
lo contempló como un proyecto a futuro, con
el tiempo acabaría por descartarlo. Halffter echó
en México profundas raíces y por lo que repi-
tió hasta el cansancio, nunca estuvo dispuesto a
cortarlas y empezar de cero: ni siquiera cuando
pudo ir y venir con total libertad.
La idea de regresar comienza a tomar forma
y sentido para Halffter en 1960, cuando Emilia
viaja a hurtadillas a España para ver a su madre
antes de morir: a partir de entonces pensó en
volver83. A través de su sobrino Cristóbal Halffter
se habían producido sus primeros acercamien-
tos profesionales con la España franquista. Tras
veinte años en el exilio, sus obras también se es-
cuchaban en este país por obra de intérpretes
que disponían de sus partituras, pues jamás se
le prohibió a nadie ejecutarlas en los años de la
dictadura84. Las gestiones posteriores del sobrino
Fig. 10. Jesús Bal y Gay y Rosita garcía Ascot a su regreso
a España en 1965. Archivo de la Residencia de Estudiantes. solicitando su entrada a España, se resuelven fa-
Madrid. Reproducida en Jesús Bal y Gay. Tientos y silencios vorablemente tras intenso pero necesario pape-
(1905-1993), Carlos Villanueva (ed.), Universidad de Santiago,
leo con objeto de evitar cualquier contratiempo
Madrid, 2005.
al antiguo comunista85. En 1963, el matrimonio
Halffter viaja a España en calidad de turistas y
ciación de la Prensa de Lugo”; en 1977 es elegi- se alojan en casa de la familia. Aunque algunos,
do miembro correspondiente de la Real Acade- llevados por el rencor –en palabras de Iglesias–,
mia Gallega. Después proliferan otros premios y conspiran por el sorprendente arribo de un rojo,
distinciones; surgen nuevos críticos y estudiosos la crítica, en su mayoría, interpretó su regreso
interesados por la difusión de su música81. Bal al margen de toda política, tal como lo haría el
recupera su identidad en España y México lo re- influyente Federico Sopeña al darle la más cálida
lega al más absoluto olvido. bienvenida en su columna de ABC.
Al año siguiente, Halffter vuelve a España
Halffter: peregrino en su patria para asistir como invitado al I Festival de Música
Bien podría asegurarse (porque así lo pien- de América y España86. Animado por la buena
san quienes lo trataron) que Rodolfo Halffter acogida durante el viaje, exterioriza sus deseos
tuvo en México una vida bastante feliz. Con te- de incorporarse más estrechamente a la música
són y trabajo, el músico madrileño se labró un española y manifiesta públicamente la intención
sitio importante durante su largo exilio y triunfó de alternar en el futuro su estancia entre México
plenamente como compositor y maestro. Como y España: seis meses en cada lugar, con obje-

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Un sendero sobre esta tierra roja 101

to de recobrar su vieja identidad, conservar la última morada, muy a pesar suyo. Bal, de quien

Consuelo Carredano
adquirida en el país de acogida y, sobre todo, siempre se dijo nunca se resignó a vivir fuera
ocupar el sitio en el magisterio musical español de la patria, pudo sin embargo volver y hasta
que las consecuencias de la guerra impidieron. cierto punto recuperar su identidad gallega y
española; sólo que el precio que debió pagar
A manera de conclusión fue el del largo olvido que siguió en México a
su marcha definitiva. No pocos creyeron en
Hemos visto, a través de estas páginas, tres España que Halffter acabaría decidiéndose a
situaciones distintas en las que ocurrió el despla- volver definitivamente, sobre todo por cuanto
zamiento de los músicos republicanos, siendo la esto podría beneficiar a su salud. Pero Halffter
salida forzada, en dos de los casos, la única so- lo tenía muy claro: sus raíces estaban en España,
lución posible ante el riesgo que suponía su per- pero sus afectos en México. Finalmente, el
manencia en España. Se comprueba, a partir de compositor madrileño recuperó su identidad
los ejemplos seleccionados, el amplio mosaico musical en España y aceptó con gusto el papel
de tendencias políticas que constituyó el bloque que la crítica le asignó como el puente de unión
del exilio, también en el caso de los músicos; la entre la música de la llamada Generación del 27
desigual implicación ante el conflicto, así como y la del 51. Por eso, quien le preguntó en sus re-
los distintos tiempos y matices que jalonaron los petidos viajes de ida y vuelta sobre la impresión
procesos de adaptación e inserción al medio, que Madrid le causaba, siempre obtuvo la mis-
como ha quedado a la vista. ma respuesta: “Me parece que nunca lo hubiera
Para Salazar, con España siempre en el re- dejado”87.
cuerdo, el exilio en México acabaría por ser su

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102 Un sendero sobre esta tierra roja

NOTAS siado fifi podía ser un refifi. Una per- Pública y Bellas Artes. En Barcelona pu-
Consuelo Carredano

sona gacha es alguien decepcionante”. blica la revista Música.


Cfr. G. Sheridan, “Refugachos. Escenas 18
E. Casares Rodicio, “Introduc-
1
Este trabajo se enmarca en el
del exilio español …”, p. 42. ción”, a la edición facsímil de la revista
proyecto I+D+i, Fondos documentales
de música en los archivos civiles de Ga-
11
C. Villanueva, “Jesús Bal y Gay: Música, Residencia de Estudiantes, Ma-
licia (1875-1951): Ciudades del Eje At- sus actividades en El Colegio de México drid, 1998, p. 7.
lántico, de la Universidad de Santiago o la pérdida del ‘espíritu de la casa”, 19
Ibídem, p. 62.
de Compostela, financiado por el Mi- en Los empeños de una casa. Actores 20
T. Férriz Roure, “Estudio de
nisterio de Economía y Competitividad y redes en los inicios de El Colegio de
España peregrina (1949). Una revista
México, 1940-1950, Aurelia Valero Pie
2
Distancia que en lo que respecta para la continuación de la cultura espa-
(ed. y coord.), El Colegio de México,
a la música, ha empezado a estrecharse ñola en el exilio mexicano”. Consulta-
México, 2015, p. 369.
mediante el desarrollo de proyectos in- do el 10 de julio de 2016. http://www.
ternacionales colectivos como Músicos
12
Cuestionario a Enrique Macías. cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/
y músicas del exilio republicano español Residencia de Estudiantes (BAL 27/10), bmc28076
en México. Procesos de transcultura- citado en C. Villanueva, “Cronología. 21
C. Carredano, “La propaganda
ción, apropiación y re-construcción de Jesús Bal y Gay (1905-1993); abriendo
republicana en París. Adolfo Salazar,
identidades cuya sede es el Instituto de la ventana ignorada”, en Carlos Villa-
la Guerra Civil y Les Archives Espagno-
Investigaciones Estéticas de la UNAM. nueva (ed.), Jesús Bal y Gay. Tientos y
les”, Cuadernos de Música Iberoameri-
silencios (1905-1993), Madrid, Resi-
3
J. Rubio, La emigración de la cana, vol. 24, 2012, pp. 7-44.
dencia de Estudiantes y Universidad de
guerra civil de 1936-1939. Historia del 22
Sobre la polémica participación
Santiago, Madrid, 2005, p. 71.
éxodo que se produce con el fin de la de Salazar en la Junta, véase F. Parrale-
II República Española, vol. I, Librería
13
Véase, por ejemplo, la serie de
jo, La política musical durante la II Repú-
Editorial San Martín, Madrid, 1977, p. entrevistas recogidas por D. Plà Brugat,
blica española y sus fundamentos ideo-
234; L. Márquez Morfín, “Los repu- El aroma del recuerdo. Narraciones de
lógicos (1914-1936): Adolfo Salazar y la
blicanos españoles en 1939: política, españoles republicanos refugiados en
Junta Nacional de Música, Tesis Docto-
inmigración y hostilidad”, Cuadernos México, Instituto Nacional de Antropo-
ral, Universidad de Salamanca, 2015.
Hispanoamericanos, 458, 1988, p. 144. logía e Historia/Plaza y Valdés, México,
2003.
23
Carta de A. Salazar a A. y E.
4
G. Sheridan, “Refugachos. Esce- Halffter. México, D. F., 29-III-1940.
nas del exilio español en México”, Le-
14
R. Halffter, “Crónica del trasla-
Colección Manuel Halffter. Adolfo Sa-
tras Libres, junio, 2002, p. 42. dado. Discurso de Ingreso a la Acade-
lazar. Epistolario…, p. 479.
mia de Artes”, Pauta. Cuadernos de
5
Véanse, entre otros, J. A. Mate- 24
F. V. Portela, “Adolfo Salazar.
teoría y crítica musical, 1, enero, 1982,
sanz, “La dinámica del exilio”, en El Crítico”, Selecta, La Habana, 1938.
p. 5.
exilio español en México, Salvat-Fondo 25
Carta de A. Salazar a J. Bal y
de Cultura Económica, México, 1982;
15
A. Iglesias, Rodolfo Halffter
(tema, nueve décadas y final), Funda- Gay, Madrid, 24-II-1936. Fondo Jesús
D. Plà Brugat, “Un río español de san- Bal y Gay. Residencia de Estudiantes.
gre roja. Los refugiados republicanos ción Banco Exterior de España, Colec-
ción Memorias de la Música Española, Recogido en Adolfo Salazar. Epistola-
en México, en Pan trabajo y hogar. El rio…, p. 289.
Madrid, 1991, p. 60.
exilio republicano en América Latina,
16
Integrado por Salvador Baca-
26
Moreno Villa relata la evacua-
D. Plà Brugat (coord.), SEGOB/Instituto
risse, Fernando Remacha, Gustavo ción de Madrid del grupo de intelec-
Nacional de Migración/Centro de Estu-
Pittaluga, Julián Bautista, Juan José tuales que se habían refugiado en la
dios Migratorios/INAH/DGE Ediciones,
Mantecón, Rosa García Ascot, Rodolfo Residencia de Estudiantes. J. Moreno
México, 2007.
y Ernesto Halffter. Sobre este grupo de Villa, Vida en claro. Autobiografía, Fon-
6
L. Márquez Morfín, “Los repu- do de Cultura Económica, 1ª reimpre-
músicos de Madrid son indispensables
blicanos españoles en 1939…”, pp. sión, México, 1977.
los trabajos de María Palacios. Véase
138-139.
especialmente M. Palacios, La renova- 27
C. Carredano y C. Villanueva,
7
Ibídem, p. 140. Manuel de Falla en el imaginario de
ción musical en Madrid durante la Dic-
8
El propio Bal lo menciona en J. tadura de Primo Rivera. El Grupo de los dos músicos exiliados: Adolfo Salazar y
Bal y Gay y R. García Ascot, Nuestros ocho (1923-1931), Sociedad Española Jesús Bal y Gay, El Colegio de México,
trabajos y nuestros días, Antonio F. de Musicología, Madrid, 2008. México (en prensa).
Buxán (ed.), Fundación Banco Exterior, Aspecto que Villanueva ha es-
17
Entre otras tares, dirige el me- 28

Madrid, 1990, p. 132. tudiado a profundidad. C. Villanueva,


dio musical representron una recepciEl
9
D. Plà Brugat, “Un río español de compositorun Departamento en la “Adolfo Salazar y la crítica musical. Las
sangre roja…”, p. 108. Subsecretaría de Propaganda y poco otras orillas”, en Música y cultura en
10
En su citado trabajo, Sheridan después asume la presidencia de la la Edad de Plata (1915-1938), María
apunta que “en México un fifi era un Comisión de Enseñanza Musical, de- Nagore et al. (eds.), ICCMU, Madrid,
elegante, un petimetre; alguien dema- pendiente del Ministerio de Instrucción 2009, pp. 221-264.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 81-104


Un sendero sobre esta tierra roja 103
29
“El delegado del Gobierno de 39
Oficio fechado el 14 de julio de 57
A. Perucho, “Ballet moderno

Consuelo Carredano
la República, Adolfo Salazar, habla de 1938 y entregado a Bal por el cónsul en México (datos para la Historia)”,
los artistas españoles. La exposición de mexicano en Londres. C. Carreda- en Nuestra Música, II, núm. 8, octu-
Estocolmo”. (Escrito a lápiz: 3-6-937). no, “Donde las olas los llevaron. Una bre, 1947, pp.177-191; C. Carredano,
AGL. reflexión sobre la obra de Jesús Bal y “Hasta los verdes maizales de México.
30
Carta de A. Salazar a F. M. Miña- Gay en México”, en Carlos Villanueva Rodolfo Halffter y Don Lindo de Alme-
na, París, 3-V-1937. AGL. Miñana era a (ed.), Jesús Bal y Gay. Tientos y silencios ría”, Anales del Instituto de Investiga-
la sazón subsecretario del Ministerio de (1905-1993), Madrid, Residencia de ciones Estéticas, núm. 93, 2008, pp.
Propaganda. Estudiantes y Universidad de Santiago, 69-101.
31
Carta de L. Martín Echevarría a 2005; C. Villanueva, “Cronología”… 58
A. Salazar, Música y sociedad en
A. Salazar, Valencia, 3-IX-1937. AGL. 40
J. Bal y Gay y R. García Ascot, el siglo XX. Ensayo de crítica y estética
32
En carta con firma ilegible (en Nuestros trabajos…, p. 117. desde el punto de vista de su función
papel membretado: “Redacción de 41
R. Mª Fernández, “El pensa- social, Casa de España, México, 1939;
Alerta. Por la Libertad y la Democracia. miento político de Jesús Bal en El A. Salazar, Las grandes estructuras de
Órgano del Frente Popular Español de Pueblo Gallego, en Carlos Villanueva la música, Fondo de Cultura Económi-
Puerto Rico”), San Juan, Puerto Rico, (ed.), Jesús Bal y Gay. Tientos y silencios ca, México, 1940; A. Salazar, La rosa
29-IV-1938, AGL, en C. Carredano, (1905-1993), Madrid, Residencia de de los vientos en la música europea.
“Adolfo Salazar: nuevo camino en Estudiantes y Universidad de Santiago, Los conceptos fundamentales en la his-
tierras lejanas”, en Allegro cum laude: 2005, p. 269. toria del arte musical, Ediciones de la
estudios musicológicos en homenaje a Orquesta Sinfónica de México, México,
42
Citado en R. Mª Fernández, “El
Emilio Casares, María Nagore y Víctor 1940.
pensamiento político de Jesús Bal en El
Sánchez (coords.), Madrid, Universidad Pueblo Gallego, p. 270.
59
C. Villanueva aclara que fueron
Complutense, 2014, p. 491. siete años y no uno, como lo indica Bal
43
C. Villanueva, “Jesús Bal y Gay,
33
Una cátedra de historia de la en sus memorias.
crítico de El Universal…”.
música en el Conservatorio y otra de li- 60
La galería Diana tuvo entre sus
44
C. Villanueva, “Cronología”…,
teratura española en la Escuela Normal logros la temprana difusión de la obra
p. 67.
Superior, así como una columna fija en pictórica de Remedios Varo, también
un diario de amplia circulación en Bo-
45
Ibídem, p. 72. exiliada en México.
gotá. C. Carredano, “Adolfo Salazar: 46
Carta de A. Salazar a A. y E. 61
Entrevista realizada en su casa
nuevo camino en tierras lejanas...”, pp. Halffter. México, D.F., 1-IV-1939. Adol- en la Ciudad de México, el 5 de octu-
491-492. fo Salazar. Epistolario…, p. 404. bre de 2005.
34
J. Bal y Gay y R. García Ascot, 47
Ibídem. 62
El Homenaje a Antonio Macha-
Nuestros trabajos…, pp. 117-118. do, obra para piano de Halffter, se pu-
48
Carta de A. Salazar a P. Salinas,
35
C. Villanueva, “Jesús Bal y Gay México, D.F., 19-VII-1939. Adolfo Sala- blicó bajo ese sello editorial.
crítico de El Universal (1939-1950): el zar. Epistolario, p. 424. 63
I. Murga, “Republicanos espa-
manual del (casi) perfecto orteguiano”, ñoles en la escena mexicana: música,
C. E. Lida, La Casa de España en
49
en Consuelo Carredano, Olga Picún y danza y artes plásticas en el exilio”,
México, El Colegio de México, México,
Mª Ángeles Chapa (coords.), Huellas en Huellas y rostros. Exilios y migracio-
1983.
y rostros. Exilios y migraciones en la nes en la construcción de la memoria
construcción de la memoria musical
50
Ibídem.
musical de México y Latinoamérica,
de Latinoamérica, Instituto de Investi- 51
Ibídem. C. Carredano, O. Picún et al (coords.),
gaciones Estéticas, UNAM, México (en 52
Ibídem. Instituto de Investigaciones Estéticas,
prensa). México (en prensa).
53
Entre los que destaca la edición
36
F. J. Garbayo, “Jesús Bal y Gay, 64
I. Murga, “Republicanos espa-
de Romances y villancicos españoles
Ronsel musical de la Galicia moderna”,
del siglo XVI ñoles en la escena mexicana…”.
en Carlos Villanueva (ed.), Jesús Bal y
54
A. Salazar, Andrómeda. Bocetos
65
R. Halffter, “Crónica del trasla-
Gay. Tientos y silencios (1905-1993),
de crítica y estética musical, Cvltvra, dado…”, p. 14.
Residencia de Estudiantes y Univer-
sidad de Santiago, Madrid, 2005, p. México, 1921. 66
Ibídem.
199. 55
S. Kahan, “Bienvenida a Adolfo 67
Remitimos nuevamente al lec-
37
Carta de Rosita García Ascot a Salazar”, El Universal Gráfico, 14-3- tor al citado trabajo de C. Villanueva,
Manuel de Falla, 21-XII-1932. Funda- 1939. “Adolfo Salazar y la crítica musical…”
ción Archivo Manuel de Falla, Granada. 56
J. Bergamín, Don Lindo de Al-
68
R. Halffter, “Apuntes autobio-
Citada en C. Villanueva, “Cronolo- mería (1926), Nigel Dennis (ed. y pról.), gráficos”, en X. Ruiz Ortiz, Rodolfo
gía”…, p. 55. Pre-Textos, Valencia, 1988, pp. 103- Halffter, Cenidim, México, 1990, p. 37.
38
Director del Instituto de España 104. Citado en C. Carredano, “Hasta 69
Javier Garbayo analiza extensa-
en la Ciudad Universitaria de París. los verdes maizales de México”, p. 88. mente la trayectoria de Bal en la revista

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104 Un sendero sobre esta tierra roja

Ronsel en el citado trabajo “Jesús Bal y movimiento obrero. Retornos (de exi- 82
A. Iglesias, Rodolfo Halffter…,
Consuelo Carredano

Gay, Ronsel musical…”. lios y migraciones), Cuesta Bustillo, J. p. 69.


70
R. Mª Fernández, “El pensa- (coord.), Fundación Largo Caballero, 83
Ibídem, pp. 178-179.
miento político de Jesús Bal en El Pue- Madrid, 1999, pp. 149-159. 84
Ibídem, p. 128.
blo Gallego…”. 76
Carta de A. Salazar a E. Halffter, 85
El 28 de marzo de 1963, Jaime
71
El grupo estuvo conformado por México, D. F., 3-XII-1945. Adolfo Sala- M. de Orense, Secretario de Embajada
los mexicanos Carlos Chávez, Blas Ga- zar. Epistolario, p. 452. en la Representación de España en Mé-
lindo, José Pablo Moncayo y Luis Sandi; 77
Carta de A. Salazar a A. Reyes, xico, comunica a R. Halffter el certifica-
y por Bal, Salazar y Halffter. París, 19-V-1949. Adolfo Salazar. Epis- do de autorización de entrada al país.
72
J. Bal y Gay y R. García Ascot, tolario, p. 711. Ibídem, p. 177.
Nuestros trabajos…, p. 121. 78
Carta de A. Salazar a C. Chávez, 86
A los festivales de América y
73
Carta de A. Salazar a A. y E. Hendaya. 25-V-1949. Adolfo Salazar. España se suceden otros festivales y
Halffter, México, D.F, 1-IV-1939. Adolfo Epistolario, p. 712. cursos: Semana de Música Religiosa
Salazar. Epistolario…, pp. 400-401. 79
A. Sánchez Vázquez, Del exilio de Cuenca, Festival Internacional de
74
Carta de A. Salazar a A. y E. en México. Recuerdos y reflexiones, Música y Danza de Granada, Cursos
Halffter, México, D.F., 7-VIII-1939. México, Grijalbo, 1997, p. 36. Internacionales Manuel de Falla, Cur-
Adolfo Salazar. Epistolario…, p. 429. 80
C. Carredano, “Donde las olas sos Universitarios de Música en Com-
75
G. Dreyfus-Armand, “Diversi- los llevaron…” postela.
dad de retornos del exilio de la Guerra 81
C. Villanueva, “Cronología”...
87
Ibídem.
Civil española”, en Historia Social del

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CINE BÉLICO. CUERPOS, ESPACIOS Y VERDAD

Quim Casas Moliner


Universitat Pompeu Fabra (UPF)
Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC)

RESUMEN
Al cine bélico, uno de los géneros más activos durante la edad de oro del cine clásico estadounidense, le ha
ocurrido lo mismo que a otros géneros clave, el western y el musical. Las modas, ausencia de un recambio
generacional de cineastas y los cambios de hábitos de la industria y de los espectadores lo han relegado a una
condición casi anecdótica. Y no deja de resultar paradójico que en tiempos de tantos conflictos bélicos, en la era
de la globalización de la violencia institucionalizada, el cine de guerra, que ha cultivado una cierta búsqueda de
la verdad a través de los cuerpos y los espacios, sea solo un género que gotea cuando debería seguir siendo un
reflejo de la realidad.

Palabras clave: cuerpos, espacios, representación, fisicidad, realismo, cliché, abstracción

ABSTRACT
One of the most prolific of genres during the golden age of classic American cinema, the war film has suffered the
same fate as those other key genres: the western and the musical. Shifting fashions, the absence of a handover
from one generation of filmmakers to the next and changing habits in the industry and among audiences have
seen it reduced to a virtual irrelevance. At a time when so many armed conflicts are being fought around the
world, and in an era when institutionalised violence has become globalised, it is something of a paradox that the
war film, which seeks truth through bodies and spaces, should become a genre seen only intermittently when it
ought to be reflecting reality.

Keywords: bodies, spaces, representation, physicality, realism, cliché, abstraction

1 crisis bursátil de Wall Street de 1929, y hasta el


final de la Segunda Guerra Mundial, trazó un ex-
En tiempos de conflicto (social, político, eco- celente retrato, mediante risas y la batalla de los
nómico, bélico), el cine siempre ha jugado un sexos, de la realidad social y económica de Es-
papel de elemento lúdico. Es un cliché, pero los tados Unidos en esos años, mostrando, a través
clichés obedecen a una realidad: el espectador del gesto cómico, la Gran Depresión, la ausencia
prefiere pasar dos horas de su tiempo viendo de trabajo o la manifiesta diferencia de clases.
una comedia, un filme de terror o un musical, a
priori los géneros escapistas por excelencia, para Ningún género, ni el más evasivo en relación
olvidarse de la guerra que se libra dentro o fuera a la realidad más penosa, rompe ataduras con
del país, la recesión económica o la corrupción el momento en el que se elaboran sus produc-
de los políticos. Hollywood y la fábrica de ilusio- tos. El western fue, en los primeros años del cine
nes. Esto no quiere decir que el elemento lúdico mudo, un documento de su propio tiempo, ya
deba separarse de manera drástica de la reali- que los gangs de forajidos y ladrones de diligen-
dad, todo lo contrario. La screwball comedy, el cias al estilo de las bandas de Jesse James o de
tipo de comedia zigzagueante que produjo Ho- Butch Cassady y Sundance Kid aún operaban en
llywood entre 1934 y 1945, poco después de la el país cuando se rodaban los westerns pioneros

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 105-111


106 Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad

en los que, lógicamente, se reconstruían y exa- ahora en una pantalla las antiguas nociones de
Quim Casas Moliner

geraban algunos de estos actos. El film noir, casi heroísmo que competían a un género que aún
más un movimiento que un género, ha vivido se vanagloriaba de su relación de verdad con
épocas tumultuosas muy distintas en función del lo que acontecía en el campo de batalla, en los
avance o retroceso del gangsterismo, el crimen cielos y las trincheras, pero que hoy carece de
organizado, la caza de brujas y otros elementos toda noción de épica, heroicidad o caballerosi-
de la vida política y social de la que estos produc- dad, o al menos la caballerosidad y el honor de
tos cinematográficos emergían. El melodrama clase mostrado en títulos como La gran ilusión
clásico nunca fue ajeno a temas como el racis- (La Grande Illusion, Jean Renoir, 1937), film que
mo, la diferencia de clases o la identidad sexual, reflejaba unos códigos éticos y de respeto de
aunque en algunos casos –como en tantos melo- clase en un contexto europeo que hoy resultan
dramas de Douglas Sirk– los temas tuvieran que inimaginables? (Fig. 1).
plantearse a nivel de segundas y terceras lectu-
ras, entre las líneas más domesticadas del mode-
lo de representación impulsado por Hollywood
y los códigos de censura. El terror, para termi-
nar con este breve recorrido por los márgenes
genéricos que alimentarían el denominado cine
clásico, pero también la modernidad y la prime-
ra posmodernidad, quizá sea el más represen-
tativo de la relación entre la ficción desaforada
(un género de espectros, vampiros, prometeos
modernos, licántropos, alienígenas belicosos,
seres invisibles, sicópatas virulentos, monstruos
generados por los experimentos atómicos) y la
realidad más acuciante: desde King Kong (King
Kong, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, Fig. 1. La gran ilusión: Jean Renoir reflexiona sobre honor y
amistad en el contexto bélico.
1933) como metáfora del crac de 1929 hasta La
noche de los muertos vivientes (The Night of the
Living Dead, George A. Romero, 1968) y los ecos ¿Ha evolucionado lo suficiente el cine bélico
de la guerra de Vietnam, pasando por La parada en relación a lo que muestran diariamente las
de los monstruos (Freaks, Tod Browning, 1932) guerras reales filmadas en directo y volcadas en
y su radiografía de la diferencia y el miedo que las imágenes televisivas y en las de Internet? Esa
esta genera, La invasión de los ladrones de cuer- es una pregunta que debemos hacernos para
pos (Invasion of the Body Snatchers, Don Siegel, intentar comprender porqué las películas de
1956) y la crispación anticomunista o Godzilla guerra han desaparecido de forma casi radical:
(Gojira, Ishirô Honda, 1954) y las repercusiones el género como ficción ha sido aniquilado por
atómicas de Hiroshima y Nagasaki. la realidad, ya no la controla ni puede fantasear
Llegados a este punto, y teniendo en cuenta con ella, ha perdido la batalla con la imagen real,
que el siglo XX y lo que llevamos del XXI se han porque antes la desfiguró, y deberíamos recor-
caracterizado por el conflicto bélico permanen- dar lo que escribió Jean Renoir hace muchos
te, ¿qué papel debe desempeñar el cine de gue- años para defender la opción de su film La gran
rra? ¿Es un género-reflejo o un género-evasión? ilusión:
¿Cómo encarar la realización de una película
Una de las razones que me empujaron a hacer
bélica en 1942, en plena contienda mundial, en
de aquella historia una película era mi irritación
1968, durante el conflicto en Vietnam, a prin- ante la forma en que eran tratados la mayoría
cipios de los noventa, con el genocidio balcáni- de temas de los guerra. Pensemos. La guerra, el
co, o en la última década, con las guerras sucias heroísmo, el penacho, el poilu, los Boches, las
suscitadas por el petróleo, el fanatismo religioso trincheras, ¡cuántos motivos para la utilización de
y el terrorismo internacional? ¿Cómo reproducir los más lamentables clichés! Aparte de ‘Sin nove-

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Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad 107

dad en el frente’ (All Quiet on the Western Front, Gibson y su estilo bárbaro de encarar la guerra y

Quim Casas Moliner


Lewis Milestone, 1930), nunca había encontrado la violencia en general. Es decir, el bélico, como
una película que me diese una descripción verosí- el western, es desde hace años algo así como un
mil de los combatientes. O bien se naufragaba en capricho de estrellas más o menos veteranas que
el drama y no se salía del fango, lo cual resultaba
se niegan a aceptar la desaparición del género;
de todos modos exagerado, o bien la guerra era
Eastwood se sumaría también a esta tendencia
un decorado de opereta para héroes de aleluya: el
valiente tendero, provisionalmente vestido con un ya que además de la citada El francotirador, es
uniforme que no había pedido, se ponía a hablar responsable de Banderas de nuestros padres
un lenguaje heroico-realista totalmente inventado (Flags of our Fathers, 2006) y Cartas desde Iwo
por los escritores de la retaguardia1. Jima (Letters from Iwo Jima, 2006), un excelente
díptico en torno a un episodio concreto de la
Cuando estas películas de guerra se hacen, segunda contienda mundial, la toma de la isla
hoy, prefieren distanciarse a través de la evoca- estratégica de Iwo Jima en la campaña del Pa-
ción de un tiempo pretérito antes que hablar de cífico, contemplado desde las perspectivas esta-
lo que ocurre en la actualidad o hace apenas un dounidense y japonesa.
par de años, algo que no es nuevo en la orienta- Ninguno de estos filmes sigue las normas
ción del gusto del público condicionada-dirigida de antaño y plantea el hecho bélico casi como
por el criterio de la industria: una aventura lúdica –el film de Clooney, centra-
do en la recuperación de obras de arte sustraí-
Ya en la década de los cincuenta, fue cuan-
do Estados Unidos se decidió a tomar parte activa
das durante el nazismo–, una peripecia física y
en la guerra de Corea, que resultó un error tan angosta carente de toda gloria – la película de
grande que el ejército norteamericano aconsejó a Ayer captura tan solo el itinerario de un tanque
Hollywood que dirigiese la atención de los civiles estadounidense y las refriegas que tiene en su
estadounidenses hacia el pasado mejor que hacia trayecto – y un relato sobre la contradicción – el
el presente. Así comenzó la moda del peplum en de Gibson recurre a un personaje real, Desmond
la industria cinematográfica norteamericana, des- Doss, el primer objetor de conciencia laureado,
pués de un largo período de atención exclusiva a que se alistó como médico, se negó a empuñar
la conquista del Oeste desde un punto de vista de las armas por sus convicciones religiosas, parti-
exaltación nacional2.
cipó en la batalla de Okinawa y salvó setenta y
cinco vidas humanas. La contradicción es doble,
Los pocos ejemplos reciente de cine bélico
atañe al tema y a la resolución cinematográfica
estadounidense así lo atestiguan. Con la excep-
del mismo, ya que Gibson despliega en la segun-
ción de El francotirador (American Sniper, Clint
da mitad de la película un arsenal de efectos casi
Eastwood, 2014), según la vida del marine Chris
gore para mostrar la brutalidad del combate. Ci-
Kyle, el francotirador estadounidense más efec-
neasta sin sutileza alguna, Gibson hace de este
tivo en la guerra de Irak, las otras películas béli-
modo más evidente la renuncia del protagonista
cas que Hollywood ha producido en los últimos
al ejercicio de las armas. En todo caso, el bélico
años se vuelcan en la Segunda Guerra Mundial,
contemporáneo producido en Estados Unidos
que es la contienda más solicitada por el cine
ha vuelto a los cuerpos, los espacios y las ideas,
desde que Hitler invadiera Polonia en 1939: The
aunque estas sean contradictorias, como la me-
Monuments Men (The Monuments Men, Geor-
jor materia de base posible para seguir mante-
ge Clooney, 2014), Corazones de acero (Fury, niendo vivas las señas de identidad de un género
David Ayer, 2014) y Hasta el último hombre (Ha- agonizante.
cksaw Ridge, Mel Gibson, 2016).
Obsérvese que se trata de películas realiza- 2
das, producidas o protagonizadas por estrellas
al alza o en receso. La primera está dirigida e Obviamente, podemos encontrar razones de
interpretada por Clooney, la segunda cuenta con otra índole para entender porque el bélico no
Brad Pitt al frente del reparto y en la producción, está hoy a la misma altura que el policíaco, co-
y la tercera supone el regreso a la realización de media, terror o melodrama. El cine de guerra es

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 105-111


108 Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad

un género que gotea, pero lo hace aún en me- trechos lazos con el género bélico y pocas son las
Quim Casas Moliner

nor medida al western y el musical, las otras dos series que han destacado en este terreno: de la
grandes formas de arte popular cinematográfi- épica, pero al mismo tiempo convertida en imá-
co “exclusivamente” norteamericanas pese a la genes transfiguradas del heroísmo tradicional,
existencia de los euro-westerns de Sergio Leone ejemplificada por Hazañas bélicas (Combat!,
o de los musicales franceses de Jacques Demy. 1962-1967) a la crudeza expositiva de Genera-
Como ocurriría con el cine del Oeste a partir de tion Kill (2008), miniserie creada por David Si-
los años setenta, no ha habido en el bélico un mon en torno a las experiencias de un reportero
mínimo recambio generacional en cuanto a los que llegó a Irak en la primera fase del conflicto
directores y actores que lo practicaban con cierta formando parte del cuerpo de marines.
asiduidad. Las características de cine viril o de
hombres, que comparte en buena medida con 3
el western, también le han restado audiencia. En
cuanto a los denominados géneros de acción, el Stanley Kubrick y Joseph Losey buscaron la
de guerra también ha perdido enteros en unos verdad de la guerra a través de la representación
tiempos más proclives a la fantasía reduccionis- del ideario pacifista o antibelicista. Senderos de
ta. La identificación del publico ha descendido gloria (Paths of Glory, 1957) y Rey y patria (King
de manera vertiginosa. Hoy es impensable una and Country, 1964), respectivamente, dinamitan
película centrada en el espacio claustrofóbico toda lógica castrense, y lo hacen por supuesto
de unas trincheras. Tampoco la televisión, ca- con el tema tratado – los obsoletos códigos de
paz de revitalizar en buena medida todos los honor por los que los soldados son juzgados por
géneros populares en los últimos años a partir sus superiores y fusilados tras ser acusados de
de una metodología distinta de la ficción (series traidores, desertores o de no haber obedecido
de zombis, del Oeste, de entresijos políticos, de las órdenes – y por la relación que los cuerpos
vampiros, médicos, dramas familiares, comedias doblemente vulnerados, por el enemigo y por la
absurdas, thrillers escabrosos, viajes temporales, jerarquía, tienen con el espacio que habitan, el
de ciencia ficción, de política ficción, de super- lodo, la lluvia y las ratas de las trincheras (Fig. 2).
héroes, de evasiones carcelarias, de espionaje en Ambas películas, por si solas, destrozan la idea
tiempos de la guerra fría y en la actualidad, de de la Primera Guerra Mundial como una con-
pugnas medievales, de familias desestructura- tienda romántica, y evidencian, desde la repre-
das, personajes desahuciados y complejas iden- sentación, todo aquello que los diversos países
tidades sexuales) ha logrado que el bélico vuelva envueltos en el conflicto quisieron enmascarar a
a estar presente. través del férreo control de la censura (para no
Tan solo lo intentaron Steven Spielberg y desmoralizar ni a las tropas ni a la retaguardia,
Tom Hanks produciendo las miniseries Herma-
nos de sangre (Band of Brothers, 2001) y The
Pacific (The Pacific, 2010), dos partes de una
teórica trilogía audiovisual sobre la Segunda
Guerra Mundial iniciada con el largometraje Sal-
var al soldado Ryan (Saving Private Ryan, 1998),
pero pese a su cuidada reproducción del mode-
lo aún legitimado de la ficción bélica instaurada
por Hollywood, al que se une una mayor noción
de verismo, de mostrar en pantalla grande o pe-
queña todo aquello que el cine estadounidense
de los años cuarenta y cincuenta debió elidir, no
han sido precisamente grandes éxitos comercia-
les. Conviene destacar, en cuanto al fenómeno
catódico, que no se trata de una cuestión actual, Fig. 2. Las trincheras, espacio y cuerpos: Rey y patria, de
ya que la ficción televisiva nunca ha creado es- Joseph Losey.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 105-111


Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad 109

dirían) y que acabaría saliendo a la luz gracias y gestos, acciones de simple supervivencia des-

Quim Casas Moliner


a documentales como L’Héroïque cinematogra- provistas y descargadas de toda noción heroica:
fie [Cinematografía heroica, 2002]: los cuerpos un avance fatigoso, una pierna gangrenada, una
rotos y los rostros tremendamente desfigurados escaramuza nocturna, el asedio a una colina to-
de aquellos que volvieron del frente, la guerra mada por “los otros”, ya que a veces el enemigo
sucia del gas mostaza, el propio dilema de los carece de rostro y es tan solo una presencia con
operadores de cámara alemanes o franceses la que hay que luchar, nada más que eso. La ver-
que, como muestra la película, debían hacerse dad se impone través del hombre y el espacio
esta pregunta: en el que se encuentra, aunque nunca es por
decisión propia. Incluso en su discurso panteís-
¿Se puede filmar la pesadilla? Si, puede ser ta, Terrence Malick aceptaría también las reglas
filmada. La pregunta es: si te la encuentras, ¿de- de la abstracción al plantear su mirada bélica en
bes filmarla? La delgada línea roja (The Thin Red Line, 1998),
film que le debe bastante al citado de Anthony
A pesar de las corrientes de opinión pa-
Mann.
trióticas y de la utilización del cine como arma
propagandística y demagógica (Fig. 3), gene- Cuando la contienda ha sido contemplada
rando subdivisiones como el cine directamente como una absoluta locura, la culminación de la
antifascista y antinazi que se prodigó en Ho- sinrazón de la especie humana y la eliminación
llywood una vez Estados Unidos entró en el con- de toda regla, de toda lógica, su grado de fisici-
flicto, muchas de las películas norteamericanas dad ha continuado siendo predominante. El ca-
realizadas en los años cuarenta por William A. zador (The Deer Hunter, Michael Cimino, 1978)
Wellman, Raoul Walsh, Lewis Milestone o Allan y Apocalypse Now (Apocalypse Now, Francis
Dwan convirtieron el cuerpo y el espacio en Ford Coppola, 1979), dos de las máximas expre-
algo esencial, innegociable. A veces la guerra siones de la guerra de Vietnam en pantalla, son
podía ser tratada como una abstracción, como películas sobre junglas y ríos que deben cruzar-
hicieron Sam Fuller en Casco de acero (The Ste- se hasta la desembocadura que marca un límite
el Helmet, 1951), ambientada en la contienda geográfico-anímico; son filmes sobre prisiones
de Corea, o Anthony Mann en La colina de los hechas con cañas de bambú, ratas que devoran
diablos de acero (Men in War, 1957)3, sobre la cuerpos roídos, alucinaciones lisérgicas en plena
toma de una colina durante la misma contienda. contienda, el verde de la selva abducido por el
En estos filmes, la guerra, como tema en sí mis- amarillo del napalm. Y, sin embargo, estas dos
mo, se diluye para mostrar básicamente hechos obras, sobre todo la de Coppola, respiran una
profunda verdad recalificada por los elementos
de ficción. El cuerpo del capitán Willard emer-
giendo del río (Fig. 4), el rostro del coronel Kurtz
en penumbra o la prueba de la ruleta rusa en
los antros de Saigón nos trasladan a una guerra
real que poco tiene que ver con la representada

Fig. 3. Las máscaras contra las armas químicas se convirtieron Fig. 4. El cuerpo que emerge del agua, la guerra como una
en un utensilio habitual en la Primera Guerra Mundial, aunque alucinación: Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola.
no impidieron la deformación brutal de los rostros.

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110 Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad

en los elegantes y nobles combates aéreos en sea, desde la guerra al Holocausto, del terroris-
Quim Casas Moliner

los cielos limpios de la Francia de 1918, el cara mo a la violencia de género, es susceptible, aun-
a cara en frente del Pacífico de 1945 o la toma que hiera o moleste, de ser tratado bajo la dis-
de Stalingrado, experiencias, procesos y hechos tancia de la comedia–, tiene sus reglas escritas o
concretos que el cine ha exhibido entre la bús- no escritas. Estos son los seis mandamientos del
queda acaso imposible de la verdad y la epifanía cine bélico según el director Samuel Fuller5:
heroica (Fig. 5).
1. No hacer jamás que cese el combate cuan-
do alguien es alcanzado. Si un tipo cae, los demás
4 deben continuar. ¿Qué puede hacerse si no?
El cine de guerra es difícil de encasillar. Afor- 2. No permitir jamás que un G.I. moribundo
tunadamente. Aunque sus ramificaciones no sean saque la cartera y mire la fotografía de su novia.
tan ricas y substanciosas como las del cine fantás- Eso no ocurre nunca.
tico –el género-crisol donde los haya– sus tenden- 3. Que vuestros soldados estén sucios, cansa-
cias, estilos, orientaciones, puntos de vista y vaive- dos y barbudos. En el frente, nadie se afeita.
nes lo convierten en un cine plural que ha servido 4. No poner nunca muchachas en los filmes
tanto para fabular como para contar porciones de guerra. Tampoco mujeres contempladas en
básicas de la historia desde tiempos remotos hasta flash back esperando en casa el retorno de los
crudas experiencias recientes4. maridos. Si no eres capaz de definir qué tipo de
hombre es tu personaje sin mostrar como es él en
El cine de guerra, que al ser un género bas- casa, sácalo del guión.
tardo como casi todos también ha admitido el 5. No dejar que los actores hagan muchas
claroscuro visual del film noir en Objetivo Birma- cosas. El ochenta por ciento de los actores en las
nia (Objective Burma, Raoul Walsh, 1945), el cru- películas de guerra son histriónicos. No quieren re-
ce con el melodrama en El gran desfile (The Big presentar a soldados, quieren alardear solamente.
Parade, King Vidor, 1925) y Cuatro hijos (Four 6. Obligad a vuestros actores a realizar un pe-
Sons, John Ford, 1928), las historias de fantas- riodo de entrenamiento como si fueran reclutas, y
mas como El manuscrito encontrado en Zarago- no los miméis demasiado.
za (Rekopis znaleziony w Saragossie, Wojciech
Has, 1965) –un relato fantástico en la guerra de En su aparición en Pierrot el loco (Pierrot le
independencia española–, y la relajación de la fou, Jean-Luc Godard, 1965), Fuller había defi-
comedia en Armas al hombro (Shoulder Arms, nido el cine como un campo de batalla: amor,
Charles Chaplin, 1918), La gran guerra (La gran- odio, acción, violencia y muerte (Fig. 6). Repre-
de guerra, Mario Monicelli, 1959) –la ecuación sentante de la generación de la violencia de los
modélica entre drama y farsa con las trincheras años cincuenta junto a Nicholas Ray, Don Siegel
como escenario y el heroísmo y la cobardía como
ejes– o ¿Qué hiciste en la guerra, papi? (What
Did you Do in the War, Daddy, Blake Edwards,
1966) –porque todo tema por conflictivo que

Fig. 6. El acento documental en los filmes bélicos de Sam Fu-


Fig. 5. El cuerpo vulnerado, la guerra como una locura: El ca- ller. Casco de acero, y el agujero de bala en el casco que traía
zador, de Michael Cimino. buena suerte.

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Cine bélico. Cuerpos, espacios y verdad 111

y Robert Aldrich, y practicante por lo tanto de una determinada forma expresiva que a un códi-

Quim Casas Moliner


los géneros violentos (bélico, western y policía- go narrativo, genérico o argumental.
co), Fuller tan solo tendría que eliminar la pala- Fuller perseguía, con estos mandamientos,
bra amor, o al menos amor en la acepción más la veracidad del hecho bélico trasladado a una
tradicional, para que su definición del cine fuera pantalla; el verosímil dramático, el acto físico
también la del cine bélico. En su larga e impor- lógico y no estrictamente hollywoodiense. Tenía
tante aportación al género, de Casco de acero a sus razones porque, antes que cineasta, fue pe-
Uno rojo, división de choque (The Big Red One, riodista y después soldado, pero las tres cosas se
1980), Fuller, quien trató el bélico porque le per- fundieron en una sola cuando, con una cámara
mitía ilustrar el conflicto límite, el enfrentamien- de 16 mm, registró el horror inmediato de un
to del hombre con la muerte, siguió al pie de la campo de exterminio nazi: fue al entrar con su
letra sus propios mandamientos. división, la misma que evocó en Uno rojo, divi-
Pero sus consignas no han sido seguidas o sión de choque, o su camuflada autobiografía
respetadas por otros: abundan las películas de en combate, en el campo de Falkeneau, en Che-
guerra en las que un soldado habla con otro so- coslovaquia, donde los cadáveres de los presos y
bre su novia o esposa, saca una foto de la cartera los cuerpos desnutridos de los superviviente ju-
y se la enseña, aunque eso, según Fuller, quien díos mostraron, por primera vez al mundo –an-
estuvo en el frente durante la Segunda Guerra tes que las imágenes de Auschwitz–, la barbarie
Mundial, no ocurriera jamás, al menos en el últi- y la fragilidad de la vida humana; de nuevo, de
mo estertor del soldado herido de muerte; acto forma más lacerante aún, cuerpos (humillados,
seguido, casi como un cliché, como una situa- vulnerados) en un espacio (de pesadilla). Fuller,
ción recurrente en un género que tiene muchos en sus filmes bélicos –ambientados en la gue-
momentos “esperados” como los tiene el terror, rra de Corea o las dos contiendas mundiales–,
el western, el film noir o la comedia, el soldado renegó de la épica tradicional del modelo de re-
que ha mostrado la foto de su amada recibe un presentación de Hollywood para buscar un res-
balazo, lo que convierte un momento esperado quicio de verdad entre las imágenes de la ficción.
en una situación predeterminada y ya escasa- Pese a estas imágenes, o las que filmaron
mente sorprendente. Tampoco muchos cineas- cerca del frente los camarógrafos de la Primera
tas han tenido en cuenta la negación del flash Guerra Mundial, o las que montó Alain Resnais
back “sentimental” de la que hace gala Fuller: en su documental sobre los campos de extermi-
también son abundantes en La delgada línea nio, Noche y niebla (Nuit et brouillard, 1955), al
roja los momentos que atañen al tiempo pretéri- cine, bélico o no, documental o de ficción, aún
to y nos muestran los abrazos, caricias y pausas le queda crear sus particulares y goyescos Los
del soldado que encarna Ben Chaplin con su es- desastres de la guerra.
posa, en la retaguardia, lejos del mundanal ruido
bélico, pero en el caso de Malick responde más a

NOTAS 3 El título original, Men in War, 5 S. Fuller, “Les six commande-


ejemplifica como pocos el carácter es- ments du film de guerre”, Présence du
1 J. Renoir, Ma vie et mes films, pecíficamente físico de un determina- cinéma, nº 20, diciembre 1963-enero
Flammarion, París, 1974. Citamos por do cine bélico preocupando ante todo 1964, p. 26.
edición española: Mi vida, mis films, en los hombres, sus gestos y los lugares
Fernando Torres Editor, Valencia, 1975, donde estos se producen: Hombre en
pp. 111-112. guerra.

2 H. Rodríguez, El cine bélico. La 4 Q. Casas, “Belicismo y pacifis-


guerra y sus personajes, Paidós, Barce- mo a 16 ó 24 imágenes por segundo”,
lona, 2006, p. 112. Nosferatu, nº 7, octubre 1991, p. 5.

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AUTO CARICATURAS DE CASTELAO:
LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD ICÓNICA1
Data recepción: 2014/09/29 Susana Cendán Caaveiro
Data aceptación: 2015/07/17 Universidade de Vigo
Contacto autora: scendan@uvigo

RESUMEN
El presente texto propone una aproximación a la figura de Castelao desde un punto de vista iconográfico,
analizando su apariencia formal en una serie de auto caricaturas seleccionadas al respecto, y el significado que
adquieren determinados símbolos que caracterizaron su imagen. El objetivo es abrir nuevas vías de investigación
sobre un personaje poliédrico que no sólo ha construido una imagen pública reconocible y con capacidad
para seducir, sino con la suficiente fuerza para sobrevivir al paso del tiempo y consolidarse como un referente
intelectual, cultural y ético al que colectivos y pensamientos heterogéneos acuden para legitimar sus intereses.

Palabras clave: identidad, apariencia, iconografía, símbolos, indumentaria

ABSTRACT
This text offers an iconographic approach to the figure of Castelao, analysing his formal appearance in a series
of selected caricatures of himself, and the meaning acquired by certain symbols characterising his image. The
paper seeks to open new avenues of investigation into a multi-faceted figure who constructed an image that
was publicly recognisable and alluring, but which has also had the power to withstand the passage of time and
consolidate itself as an intellectual, cultural and ethical reference point that diverse groups and ideologies have
turned to in order to legitimise their interests.

Keywords: identity, appearance, iconography, symbols, clothing

Resulta un hecho innegable que la figura de establecer un ranking de popularidad de perso-


Castelao es una de las que más literatura ha ge- najes, como el destacar a Castelao como uno de
nerado. Su legado ha sido analizado desde casi los creadores que más imágenes nos ha legado
todos los puntos de vista: el político, el literario, de sí mismo, elaborándolas concienzudamente,
el artístico, el teatral, el intelectual, el teórico, el esto es, sin intermediarios –como en el caso de
investigador… sin embargo hay uno que se re- Rosalía– y lo que es más fascinante, valiéndose
siste y guarda relación con la construcción de su de unos pocos elementos que han sobrevivido al
propia imagen personal, con el forjado de una paso del tiempo y gracias a los cuales una gran
identidad icónica que nos ofrece una variedad de mayoría –sean o no conscientes de la riqueza
reveladores matices sobre los que trataremos de intelectual y creativa del personaje– consigue
reflexionar. Y lo haremos a partir del análisis de identificarlo. Castelao no sólo es merecedor de
una serie de auto caricaturas, fundamentalmente un puesto de honor en el ranking de iconos ilus-
las que el autor realiza, ya dentro de un estilo tres, sino que debemos reconocerle una extraor-
más personal y depurado, a partir del año 1916. dinaria destreza para construirse una apariencia
En una publicación reciente2 el historiador que habla y dice tanto de sí mismo como cual-
Fernando Pereira Bueno afirmaba a propósito de quier otra de sus múltiples habilidades.
Rosalía de Castro que “…es el icono más po- El hecho de que la marca identitaria que Cas-
pular de Galicia…”. No es objeto de este texto telao creó meticulosamente de sí mismo no se

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116 Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica

haya estudiado –quizás por una “desconfianza


Susana Cendán Caaveiro

filosófica hacia la imagen”, como acertadamente


expone F. Monneyron3 en su emblemático ensa-
yo sobre la profundidad simbólica de las aparien-
cias– no resulta óbice para que nos aventuremos
a descodificar una serie de signos que nos mues-
tran a un Castelao dispuesto a diferenciarse a
través de la reconstrucción de una identidad, no
sólo premeditada, sino dispuesta a convencer y a
seducir. Al fin y al cabo, “el ser humano es sobre
todo un animal visual”4, de otra manera ¿qué
sentido tendría la abundancia de auto represen-
taciones que nos ha legado el autor?

El caricaturista como psicólogo


En su célebre conferencia “Algo acerca de la
caricatura”5, Castelao afirmaba lo siguiente: ”El
buen caricaturista, que ha de ser forzosamente
un buen psicólogo, tiene que presentarnos a los
hombres tal y como son, con sus disfraces”. La
frase encierra una declaración de principios que
nos va a resultar tremendamente útil en reflexio- Fig. 1: Castelao, auto carica-
nes sucesivas. Castelao manifiesta la existencia turas. Col. Fundación Penzol,
Vigo, ca. 1903-1908.
de una diferencia entre lo que uno es y lo que
quiere parecer, es decir, cuando una persona se
convierte en imagen de sí misma ésta se somete
Castelao, concentrado en una serie de detalles
a un proceso de construcción consciente a partir
que el artista irá depurando en series de dibu-
del que transmitir una serie de mensajes inten-
jos sucesivas: viste elegantemente de traje, luce
cionados.
abundante pelo –convenientemente despeina-
La cuestión que se nos plantea a continua- do–, bigotito fino y gafas redondas, éstas últi-
ción guarda relación con la naturaleza de los mas uno de los elementos claves de su identidad
mensajes que le interesa comunicar a Castelao futura. A pesar del tono caricaturesco, la imagen
en sus autorretratos. El análisis de sus primeras transmite una intencionalidad que nos informa
auto-caricaturas6 (Fig. 1) desvelan a un artista in- de la pertenencia de Castelao a un grupo social
cipiente cuyo estilo está aún por definir y cuya muy concreto –burgués y urbanita–, y cuyos atri-
temática roza la ingenuidad, por lo anecdótico butos, por ejemplo el bigotito fino y retorcido
de los contenidos –mostrando sus habilidades –“el preferido por los artistas”8–, denota su afi-
creativas de manera arquetípica: posando como nidad con una determinada élite artística.
“artista”, tocando distintos instrumentos…– y la Un rasgo destacable sobre el que Castelao
manera de representarlos: los detalles ocurren- ironiza recurrentemente en estas primeras auto
tes, la exageración y las deformidades anatómi- caricaturas, es su elevada estatura. Sus largas
cas –el artista durmiendo en una cama de la que piernas son una de sus principales señas de iden-
sobresalen sus largas piernas– nos hablan de un tidad, remarcando el carácter cómico del perso-
humor blando que busca la risa fácil del especta- naje. Comicidad que, en el caso del dibujo (Fig.
dor. Un estilo próximo a ese “humorismo de ta- 2) realizado a propósito de su boda con Virginia
berna”7, anecdótico y simplón, del que Castelao Pereira, celebrada en el año 1912, contrasta con
renegaría poco después. el tono burgués de la indumentaria y el contex-
No obstante, es en estos primeros trabajos to, al mostrarnos un retrato del autor extrema-
en los que encontramos el germen del futuro damente exagerado y deformado, casi grotesco.

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Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica 117

Susana Cendán Caaveiro


Fig. 3: Castelao y su mujer Virginia. Col. Museo de Pontevedra,
1912.

Fig. 2: Boda de Virginia y Castelao. Col. Museo de Pontevedra,


1912.

Será un nuevo dibujo de la pareja (1912)


el que inicie el camino hacia una transición
que desembocará en las imágenes sintetizadas
e icónicas que todos conocemos. En él (Fig. 3)
aparece Virginia elegantemente vestida junto a
un Castelao cuya representación, conveniente-
mente estudiada, deja entrever algunos de los
rasgos que definirán su apariencia futura: el
sombrero de ala ancha y un rostro apenas defi-
nido por unas gafas redondas tras las cuales aún
es posible adivinar la mirada. El resto del cuerpo
se transforma en un bloque negro, compacto
y esquemático, en el que destacan la corbata y
un pañuelo que sobresale descuidadamente del
bolsillo delantero de la chaqueta.
Sin embargo, el punto de inflexión para
la construcción de una imagen personal con-
tundente y sin concesiones a lo anecdótico, lo
constituye el extraordinario retrato (Fig. 4) que
Castelao realiza para el diario madrileño La Tri- Fig. 4: Castelao, auto caricatura. Diario La Tribuna, 1912.

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118 Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica

buna en el año 1912. En él el artista no sólo ha que nos permiten identificar iconográficamente
Susana Cendán Caaveiro

sintetizado su apariencia, reduciéndola casi a lo al personaje: traje sastre negro, sombrero de ala
esencial, sino que ha seccionado sus largas pier- ancha, pitillo –humeante en este caso–, gafas re-
nas –la principal seña de identidad en la etapa dondas y una pajarita que sustituye a la corbata.
anterior– situándolas a sus espaldas. Un gesto, Si a ello unimos el ligero encorvamiento de la
quizá simbólico, que anuncia una nueva manera figura, tenemos todos los atributos que contri-
de entender el humor –y consecuentemente el buirán a forjar la apariencia icónica del mito.
mundo– desde la austeridad, el rigor y el com- Todo parece indicar que nos encontramos
promiso. De ahora en adelante, Castelao renun- ante una caracterización en absoluto inocente:
ciará a todo aquello que provoque la risa espon- Castelao es consciente de que la utilización re-
tánea, para mostrarse no sólo como un creador currente de unos cuantos símbolos (Fig. 6), fácil-
con un estilo propio, sino como un observador mente identificables, posibilitaban un reconoci-
crítico de la realidad. Su imagen renovada con- miento instantáneo de su persona, haciéndola si
tribuirá a liderar un tipo de humor “que no ría, cabe aún más popular. No hay que olvidar que,
sino que muerda”9. en la Galicia de los años 20, Castelao gozaba
La importancia de la siguiente auto-caricatu- de una extraordinaria popularidad que, como
ra (Fig. 5) objeto de análisis es doble: por una remarcaba el propio Luis Seoane11 “tenía el don
parte protagonizaba la portada de la edición del de la comunicación”.
folleto de la mítica conferencia10 que Castelao Sin embargo el proceso de construcción de
pronuncia sobre la caricatura, un alegato so- una imagen pública reconocible no debe ser
bre el valor de un género al que la superioridad confundido, en el caso de Castelao, con una
histórica de la pintura había empequeñecido, simple estrategia de marketing, sino más bien
manteniéndola en la sombra; y por otra supone con un compromiso de carácter ético. En el cenit
la constatación de la madurez creativa de Cas- de su madurez creativa e intelectual, Castelao ya
telao, concretada en una imagen singular –y la no pretende exclusivamente divertir, sino con-
más reproducida– que reúne todos los símbolos cienciar a una masa pasiva cuyos actos –o no
actos– albergan consecuencias.

El hábito sí hace al monje


A pesar de que el propio Castelao mani-
festase en más de una ocasión que “se sentía
artista antes que nada”12, no es infrecuente es-
cuchar o leer informaciones que se refieren a él,

Fig. 5: Castelao, auto caricatura. Col. Museo de Pontevedra, Fig. 6: Castelao, auto caricatura. Galicia, 1924.
1914.

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Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica 119

fundamentalmente, como un político. En este

Susana Cendán Caaveiro


sentido consideramos significativo aclarar que
en nuestra aproximación a la figura de Castelao
predomina el punto de vista artístico, hecho que
puede resultar controvertido dependiendo de la
orientación de la que procedan los enfoques.
Resulta innegable, como convenientemente
declara la catedrática María Victoria Carballo-
Calero13, que “en un contexto reivindicativo, se
impuso la subordinación estética a la supremacía
ética y, es más, el panorama artístico en Gali-
cia permanecerá condicionado durante años,
dificultando, en gran medida, la aparición de
alternativas y la experimentación vanguardista”,
circunstancia que en ocasiones impide apreciar
que la incapacidad de Castelao para “entender”
determinados experimentos de vanguardia no Fig. 7: Castelao, auto caricatura, Col. Museo de Pontevedra,
emana del desconocimiento –y esto es algo que ca. 1916.
se manifiesta de forma muy clarividente en sus
Diarios14– sino de una voluntad manifiesta de definición– tienen vetado el dandismo, o su acti-
crear un arte comprometido, sin artificios inte- tud pasiva los aboca a contemplar la realidad sin
lectuales y legible –y reconocible como su ima- inmutarse17, nos encontramos ante una filosofía
gen– por una inmensa mayoría. de vida difícilmente compatible con las aspiracio-
nes éticas de nuestro protagonista. El compromi-
El Castelao artista no está tan lejos como se
so ético de Castelao con el tiempo convulso que
cree de las peculiaridades que forjaron el carác-
le toco vivir era incompatible con la observación
ter de icono de determinados artistas emblemá-
pasiva de la realidad. Lo cual no impide que la
ticos del siglo pasado. Comparte con ellos un imagen que Castelao dibuja de sí mismo a estas
carácter curioso y multidisciplinar que nos invita alturas de su vida, sea la de alguien con capaci-
a leer su legado en múltiples direcciones: el Cas- dad para fascinar, no en un sentido vanidoso u
telao pintor, ilustrador, caricaturista, dramatur- obsesionado con su aspecto físico, sino dotado
go, diseñador de decorados y vestuario teatral15, de una personalidad que cautiva no sólo a través
actor, músico, etc., así como una voluntad férrea de los gestos y la apariencia, sino también del
de fabricarse una identidad que no descuidaba compromiso y el sustrato intelectual.
el gesto, la pose e, incluso, el lanzar mensajes a
través de determinados elementos de su indu- Los seres humanos no sólo se expresan con
mentaria, repitiéndolos en sus auto-caricaturas palabras, sino también a través de gestos y sig-
de manera recurrente. Si observamos con dete- nos complementarios del lenguaje. Y es precisa-
mente en este juego de las apariencias donde
nimiento una de sus auto-caricaturas más em-
la indumentaria juega un papel fundamental,
blemáticas (Fig. 7) descubrimos a un personaje
como un lenguaje no verbal de comunicación
que, gracias a una pose calculada, transmite una
contenedor de múltiples significados como pue-
buena dosis de ironía y seguridad en sí mismo,
de ser el manifestar la pertenencia a un determi-
insinuando incluso determinados aspectos del
nado grupo profesional, o posicionarse política
dandismo.
y artísticamente. Indumentaria que, como opor-
Sin embargo la actitud dandi que nos sugiere tunamente señala el teórico del arte y filósofo
Castelao en esta pieza emblemática, no traspa- italiano Gillo Dorfles18, no debemos entender en
sa el umbral de las meras apariencias, a juzgar un sentido restrictivo puesto que “abarca tam-
por las definiciones con las que los expertos en bién los objetos, los ornamentos, la decoración,
dandismo suelen referirse a éste. Si como apun- la orientación filosófica, política, científica, lite-
ta Luis Antonio de Villena16, los políticos –por raria, etc.”. Y en este mismo sentido debemos

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120 Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica

considerar determinados complementos –la pa- este tipo de gafas gozaban de un gran prestigio
Susana Cendán Caaveiro

jarita, el sombrero ladeado o las gafas de pasta social, considerándose superiores desde el punto
de carey– que, en el caso de Castelao, juegan un de vista intelectual.
papel comunicativo de primer orden, reforzando Sin embargo no es necesario ir tan lejos
los aspectos más significativos de su personali- para justificar la elección de Castelao a la hora
dad amén de posicionarlo socialmente. de “visualizarse” en una determinada dirección.
A menudo los seres humanos tomamos de- En su tiempo los principales ideólogos de la ar-
cisiones relacionadas con la indumentaria que, quitectura moderna, Walter Gropius o el propio
aun estando condicionadas por cuestiones de Le Corbusier, lucían pajarita y las mismas gafas
comodidad o decoro social, proporcionan valio- redondas, transmitiendo una serie de valores
sas pistas sobre el que las lleva, aunque a estos orientados no tanto a la búsqueda de un reco-
les preocupe poco o nada su aspecto físico. El nocimiento formal o estético, como ético e inte-
hecho de que Castelao vista elegantemente de lectual. Tanto Gropius como Le Corbusier com-
traje19, no constituía en absoluto una excepción. parten con Castelao buenas dosis de utopía, di-
Los hombres de su tiempo utilizaban el traje sas- rigidas a transformar no sólo la arquitectura sino
tre para las actividades diarias, lo mismo que el también el mundo. Se trata de una arquitectura
sombrero, un accesorio imprescindible en todos ética que buscaba la belleza y la verdad23 en la
los estamentos sociales. transparencia, esto es, en la sinceridad de sus
estructuras. De la misma manera, y como po-
La utilización del sombrero tenía que ver con
demos advertir en sus escritos, Castelao inicia el
la funcionalidad y la respetabilidad, aunque si
proceso de renovación de la caricatura basándo-
avanzamos en el tiempo, hasta los años 60, nos
se en una convicción ética y de compromiso muy
encontramos con artistas como Joseph Beuys similar en sus planteamientos a la del ideario ra-
que utilizarán el sombrero20 –lo mismo que otros cionalista, al proclamar que “… nuestro arte no
complementos como el chaleco de pescador ca- excluye la belleza, sino que la identifica con la
qui y el bastón– como un elemento diferenciador verdad”24.
y simbólico que nos permite reforzar la lectura
de su obra. Paradójicamente, Beuys y Castelao La habilidad de Castelao para construir imá-
comparten aspectos que van más allá del em- genes iconográficamente seductoras y reconoci-
pleo de determinados elementos simbólicos en bles no se limitaría a sí mismo. Existen muchos
la construcción de sus personalidades artísticas. ejemplos de lo dicho, sin embargo por su carác-
Ambos ejercieron de brillantes conferenciantes, ter de icono y personaje, nos limitaremos a men-
gozaron de una personalidad cautivadora –y en cionar la caricatura que realiza de Valle Inclán
cierta medida mesiánica–, concibieron su arte (1916) (Fig. 8) centrando el foco de atención en
con una finalidad social y dedicaron a la políti- dos de sus principales atributos: una barba ex-
ca21 buena parte de su energía vital.
Volviendo a los complementos identificativos
de su apariencia, nos topamos con otro elemen-
to revelador de la indumentaria de Castelao: la
pajarita. Ésta nos proporciona una información si
cabe aun más precisa, al identificarse como por-
tadora de los “valores” de una élite intelectual a
la que pertenecía el propio artista. Otro tanto se
podría decir de las gafas22 de pasta de carey, las
cuales ya se publicitaban en los años 20 como
un accesorio chic y a la moda, difundiéndose
la idea de que quien las llevaba transmitía un
aspecto más cultivado. Las creencias a este res-
pecto se remontan a la antigua China, en don- Fig. 8: Castelao, caricatura de Valle-Inclán. Suevia Nº1, Buenos
de según la tradición las personas que portaban Aires, 1916.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 115-125


Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica 121

tremadamente larga y las gafas redondas. La fi-

Susana Cendán Caaveiro


gura de Valle Inclán merecería un capítulo aparte
en el ranking de creadores que hicieron gala de
una actitud irreverente con la que –y asociada al
diseño de una imagen reconocible– reforzar su
fama de escritor excéntrico y genial.
La necesidad de diferenciación de los seres
humanos es una constante que se sucede a lo
largo del tiempo. En las vanguardias históricas
los futuristas –a los que Castelao conocía y res-
petaba– recurren al diseño de unos llamativos
chalecos de colores para diferenciarse de la uni-
formidad de la –aburrida y gris– indumentaria
burguesa. En consonancia con el ideario político Fig. 9: Andy Warhol caminando por las calles de Nueva York,
s.d.
de la Revolución, recelosa de los signos burgue-
ses que contaminaban el arte, la arquitectura y
la moda, los artistas de vanguardia rusa planifi- pósito de una fotografía en la que aparecía Andy
can una indumentaria funcional en sintonía con Warhol caminando por las calles de Nueva York
los nuevos tiempos revolucionarios. Los diseños con una carpeta bajo el brazo (Fig. 9), la contes-
textiles y de moda de Sonia Delaunay adquiri- tación que obtuve me llenó de perplejidad. Los
rán eco entre la intelectualidad y la burguesía encuestados identificaron a Warhol, nada más y
más avanzada, iniciado una manera de entender nada menos, que con Castelao. A pesar del ca-
la indumentaria según la cual ésta deja de ser rácter minoritario de la respuesta –tan sólo seis
simplemente ropa para transformarse en algo personas de aproximadamente treinta llegaron
creativo. a semejante conclusión– su contundencia mani-
Otros artistas como Dalí iniciarán, en la déca-
da de los años 20, la construcción de una iden-
tidad personal que resultará clave a la hora de
interpretar su producción artística. Quizás el am-
purdanés sea el ejemplo más claro de construc-
ción –y promoción– consciente de una imagen
artística. Un proceso incansable que no cesará
hasta la desaparición del mito. Dalí hará de sí
mismo la mejor obra de arte, una performance
vital salpicada de actitudes calculadas –esteti-
cismo, inconformismo, rebeldía, abyección, de-
claraciones políticamente incorrectas…– y una
imagen con unos atributos iconográficamente
inconfundibles –sus ojos y su bigote– que han
sido estudiados de manera esclarecedora por la
historiadora Laia Rosa Armengol25 en el ensayo
titulado “Dalí, icono y personaje”.

Lo que cada uno es y lo que quiere pare-


cer (conclusión)
En una encuesta informal realizada reciente-
mente entre un grupo de alumnos y personas
ajenas al ámbito académico –aunque sobrada-
mente capaces de identificar a Castelao– a pro- Fig. 10: Castelao fotografiado por Pacheco, 1920.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 115-125


122 Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica

festaba la capacidad de una cierta indumentaria da, reactivase a una población aletargada por el
Susana Cendán Caaveiro

para transformar la identidad de las personas. analfabetismo, el caciquismo y la pobreza.


Si analizamos la imagen fotográfica de War- Para forjarse una identidad reconocible Cas-
hol y la comparamos con otras de Castelao, es- telao recurrió a una serie de “adornos” que lo
pecialmente la que realizó el fotógrafo vigués posicionaban en una élite creativa e intelectual
Jaime Pacheco en el año 1920 (Fig. 10), obser- –“¿De qué sirve la hermosa distinción si nos es
vamos que ambos artistas van vestidos con un reconocida por los demás?”28– y de los que no
traje sastre, utilizan las mismas gafas de pasta debemos menospreciar su significado social y
redonda y pajarita. Se me dirá que las coinci- capacidad comunicativa, puesto que iban dirigi-
dencias son puramente superficiales, más allá dos a una sociedad mayoritariamente analfabe-
del deseo probado de Warhol de crear una mar- ta. Es precisamente esa imagen icónica, capaz
ca personal que distará mucho de la que ofrece de sobrevivir al paso del tiempo, y que cada
en la foto y que, en el caso de Castelao, nos ha cual hemos interiorizado de manera personal e
permitido analizar su legado desde perspectivas intransferible, la que ha contribuido a forjar el
orientadas a la construcción de una imagen icó- carácter de mito cultural de muchos artistas con-
nica. temporáneos, como los citados anteriormente, y
del propio Castelao.
La imagen conservadora del Warhol de la
foto daría paso a la invención de un estilo per- Sin embargo, la evolución de las auto-repre-
sonal26 –cazadoras de piel, vaqueros, pelucas sentaciones de Castelao nos impide examinar-
y gafas de sol– y la puesta en práctica de una las en una única dirección. Así, el análisis de sus
actitud caracterizada por el distanciamiento, la apariciones fotográficas revela que una cosa es
sobre exposición y la indiferencia. Una mezcla la imagen que Castelao dibuja de sí mismo en
perfectamente estudiada que albergaba un ob- el cenit de su carrera creativa, y otra muy distin-
jetivo concreto: reforzar aquellos aspectos más ta la que muestran sus retratos fotográficos. En
significativos de la apariencia por medio de la
repetición, de tal forma que se le identificase y
reconociese siempre.
Es en este punto donde podemos advertir
ciertas similitudes entre dos artistas tan dispares
en lo estético y lo personal, pero quizás análogos
en la utilización reiterativa de ciertos adornos o
símbolos –gafas, sombrero y pajarita en Caste-
lao; gafas y peluca en Warhol– que, indepen-
diente del contexto, no actúan en un espacio
vacío, sino en el ámbito de lo social: no están
dirigidos tanto a uno mismo, como a los demás.
Y me remito a Umberto Eco27 y sus lúcidas re-
flexiones sobre los fenómenos visuales –que es,
en definitiva, de lo que trata esta investigación–
al introducir el adorno en el terreno de los fenó-
menos comunicativos.
Igualmente debemos puntualizar que, sin
perder su singularidad, la imagen que se forjó
Castelao de sí mismo, jamás persiguió –al con-
trario que Warhol o Dalí– la excentricidad o el
esnobismo. Su objetivo era mostrarse, no sólo
como un intelectual responsable que piensa y
reflexiona sobre lo que piensa, sino como un
hombre de acción cuya imagen, al ser reconoci- Fig. 11: Castelao, auto caricatura, Faro de Vigo, 1931.

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Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica 123

muchos de ellos sobresale “el hombre de cara tro fatigado. La única salida será la emigración

Susana Cendán Caaveiro


aniñada y sonrisa triste” a la que alude Marcial forzada. Ya en los años veinte, Castelao invo-
Fernández Vázquez en el número especial que A caba al humor en sus Diarios sobre la dificultad
Nosa Terra dedicó con motivo del fallecimiento de cambiar la situación de atraso económico de
del artista, en el año 1950, o el “hombre alto, Galicia y, refiriéndose a los Futuristas, un grupo
demasiado, desgarbadamente alto, con predo- de artistas a los que respetaba pero con los que
minio de esqueleto sobre carne, cara afeitada, no se identificaba en absoluto, manifestaba que
gafas sabihondas y mirar de miope”29 que des- “… pues siendo gallego tengo que ser anti fu-
cribe David Otero. turista…”30.
Resulta ilustrativo que, a partir de finales En la actualidad son muchas las individuali-
de la década de los veinte, y más intensamen- dades y corrientes de pensamiento que acuden
te en los treinta, la pose de Castelao en sus a Castelao para legitimarse política, intelectual
auto-caricaturas (Fig. 11 y 12) se transmuta, o culturalmente, apropiándose de su figura en
haciéndonos partícipes de un estado de ánimo función de unos intereses que, en muchos casos,
caracterizado por la desmoralización y el desa- poco tienen que ver con los predicados origina-
liento. La expresión antaño irónica y distancia- les del mito.
da, deja paso a un talante escéptico fruto de
los múltiples sinsabores de la vida –la muerte
de su hijo– y una intensa implicación política
–el destierro en Badajoz o las dificultades que
impiden el progreso de Galicia– que obligan
al héroe solitario, dispuesto a transformar el
mundo, a quitarse la máscara y mostrar su ros-

Fig. 13 y 14: Diseños para camisetas con la imagen de Castelao


realizadas por Rei Zentolo.

De alguna manera, formar parte de una so-


ciedad en la que todo es comunicación, ha rela-
tivizado el entendimiento de símbolos conside-
rados, hasta hace poco, sagrados. Circunstancia
que hábilmente ha sabido rentabilizar el mundo
de la publicidad, la cual no duda en apropiar-
se de iconos para modificarlos y crear lecturas
renovadas de los mismos. Es lo que ha hecho
la empresa de diseño publicitario, afincada en
Pontevedra, Rei Zentolo, no sólo con la figura
de Castelao, caracterizado en algunas camisetas
como un soñador John Lenon o como él mismo
recordándonos que, a pesar del tiempo trans-
currido, no tenemos remedio, sino también con
Rosalía de Castro, la cual han transformado en
un icono pop alejado de la imagen melancólica y
triste de la escritora. La camiseta pop de Rosalía
Fig. 12: Castelao, auto caricatura. La Voz de Galicia, 1932. la siguen vistiendo miles de jóvenes que, a pesar

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124 Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica

de que probablemente nunca han leído a la es- humor31. De ahí que es posible que –y dado el
Susana Cendán Caaveiro

critora, se identifican con la imagen warholiana actual clima de desconfianza en las instituciones
creada por Rei Zentolo. políticas– Castelao se sintiese más cómodo en el
No sabemos que habría pensado Castelao ámbito creativo, en el apropiacionismo inofensi-
de estas apropiaciones tan características, por vo de Rei Zentolo, que en las aguas turbias del
otra parte, del tiempo en que vivimos. Los que lo neoliberalismo, menos frívolas en su apariencia
conocieron se refieren a él como alguien capaz pero de consecuencias atroces.
de reírse de sí mismo y con un gran sentido del

NOTAS 11
L. Seoane, Castelao artista, Ed de Castilla y León, Consejería de Cultu-
do Castro, Sada, A Coruña, 1984, ra y Turismo, León, 2013, p.39.
1
Este texto se enmarca dentro del p. 13. 18
G. Dorfles, Moda y Modos, Ed
Proyecto de Investigación “Castelao,
12
D. Otero, Castelao. Debuxante, Engloba, Valencia, 2002, p. 12.
obra gráfica: La construcción de un médico, escritor, artista, activo político. 19
“… vestía pulcramente, al modo
discurso estético, político y social tran- O home e o mito. Ideólogo e símbolo de los señoritos de su tiempo, con am-
soceánico (1910-1950)”, dirigido por do nacionalismo galego, Ir Indo Edi- plio sombrero que volaba sobre su ca-
María Victoria Carballo-Calero Ramos. cións, Vigo, 1996, p. 10. beza, lazo o corbata al cuello y pañuelo
2
F. Pereira Bueno, Rosalía de
13
M.V. Carballo-Calero (Coord.), bien visible en el bolsillo del pecho….”,
Castro. Imaxe e realidade. A represen- Galicia: Identidad y vanguardia, una en J.A. Durán, El primer Castelao. Bio-
tación de Rosalía a partir de pinturas, relación polémica, en “Arte y ciudad. grafía y antologías rotas, 2ª Edición
debuxos e outras técnicas artísticas, Ámbitos medieval, moderno y contem- corregida y aumentada, Siglo XXI Ed.,
Edicións Xerais, Vigo, 2014, p. 10. poráneo”, Ed. Fundación Caixa Gali- S.A., Madrid, 1979, p. 28.
cia, Santiago de Compostela, 2000, 20
M. Ortuzar, Beuysiana, Ed. Ser-
3
F. Monneyron, 50 respuestas so-
pp.417-436. vizo de Publicacións, Universidade de
bre la moda, Ed. Gustavo Gili, Barcelo-
na, 2006, p. 91.
14
A.R. Castelao, Castelao. Diario Vigo, 2012, p. 40.
1921, (Francia. Bélxica. Alemaña) Ed 21
En el año 1979, Beuys se pre-
4
R. König, La moda en el proceso
Galaxia, Vigo, 1977. sentó como candidato de los verdes al
de la civilización, Ed Engloba, Valencia,
2002, p. 12.
15
En este sentido resulta curioso Parlamento Europeo.
que el vestuario que Castelao diseña 22
Es verdad que el uso de gafas
5
Castelao, Algo acerca de la ca-
para Os vellos non deben namorarse en Castelao obedecía igualmente a que
ricatura, Ed. Estudio Tipográfico Viuda
refleje, no tanto su cosmopolitismo, padecía serios problemas de visión. De
de Landín, Pontevedra, ca. 1916, p. 16.
como la admiración e influencia de uno hecho en el año 1914 un desprendi-
6
Publicadas en la Revista Grial en-
de los colaboradores más estrechos de miento de retina le obligó a someterse
tre 1903 y 1908.
Diaghilev en los Ballets Rusos: Leon a una severa intervención quirúrgica
7
Siro, “O artista e o humorista”, Bakst. Lo cual explica que los persona- para evitar quedarse ciego.
A Nosa Terra, Edición Extra, Nº 5 y 6, jes femeninos parezcan, por el colorido 23
No querría dejar pasar por alto,
Ed Promocións Culturais Galegas, Vigo, y el diseño de los trajes, más rusos que por su sintonía con la idea que se bus-
1977, pp. 19-26. gallegos. Incluso si observamos deteni- ca transmitir, la reflexión del profesor
8
A. Lurie, El lenguaje de la moda. damente determinados bocetos, con- Valeriano Bozal cuando dice: “Frente
Una interpretación de las formas de cretamente el chal que luce el persona- a la idea según la cual la caricatura se
vestir, Ed Paidós, Barcelona, 2013, p. je de Lela, apreciamos la sintonía con basa en la deformación –idea que se
186. los diseños textiles de Sonia Delaunay, había venido manteniendo desde los
9
Castelao, Humorismo, Dibuxo una artista que igualmente colaboró siglos XVII y XVIII, tanto teórica como
Humorístico, conferencia editada en con Diaghilev y cuya obra Castelao de- prácticamente-, Castelao establece una
De viva voz: Castelao, conferencias e bía conocer, puesto que el matrimonio relación de identidad entre la caricatura
discursos, Ed. Henrique Monteagudo, Delaunay residió un tiempo en España. = verdad = belleza. La caricatura es una
Fundación Castelao, D.L., Santiago de 16
L.A. de Villena, Corsarios de forma de “descubrir”, de plasmar la
Compostela, 1996, p. 52. guante amarillo. Sobre el dandismo, Ed verdad, y la belleza no es otra cosa que
10
Castelao, Algo acerca de la ca- Valdemak, Madrid, 2003, p. 12. esa verdad”. En V. Bozal, Sátira y Trage-
ricatura, Ed. Estudio Tipográfico Viuda 17
P. Álvarez-Quiñones Sanz, Dan- dia: Las imágenes de Castelao, Ed do
de Landín, Pontevedra, ca. 1916. dis, príncipes de la elegancia, Ed Junta Castro, Sada, A Coruña, 1987, p. 21.

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Auto caricaturas de Castelao: la construcción de una identidad icónica 125
24
Castelao, Algo acerca de la cari- 27
H. Eco, El hábito hace al monje, 31
A. Pousa Antelo, Castelao, o

Susana Cendán Caaveiro


catura…op.cit. p. 10. en “Psicología del vestirse”, Ed Lumen, home que me marcou de por vida, en
25
L. R. Armengol, Dalí, icono y Barcelona, 1976, p. 9. “Congreso sobre Castelao. Actas do
personaje, Ed Cátedra, Madrid, 2003. 28
R. König, La moda en el proceso Congreso realizado pola Dirección Xeral
P. Wollen, Silver Factory Style.
26 de la civilización, Ed Engloba, Valencia, de Promoción Cultural en Rianxo, dos
The 1960s, en “The Warhol Look. 2002, p. 134. días 25 ó 29 de xaneiro de 2000”, Ed
Glamour Style Fashion”, Ed The Andy
29
D. Otero, Castelao. Debuxante, Xunta de Galicia. Consellería de Cul-
Warhol Museum, Pittsburgh, 1999, p. médico, escritor… op.cit. p. 10. tura, Comunicación Social e Turismo,
127. 30
Castelao, Diarios, op.cit. p. 33. Santiago de Compostela, 2001, p. 435.

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UNA CASA PARA EL VIAJERO.
DEL ORIGEN DEL HOTEL AL CASO GALLEGO1
Data recepción: 2014/01/26 Juan David Díaz López
Data aceptación: 2015/07/17 Universidade de Santiago de Compostela
Contacto autor: juandavid.diaz@usc.es

RESUMEN
Este trabajo explora el origen de la arquitectura del hotel de viajeros a la luz del concepto de casa y, por extensión,
de la arquitectura residencial y privada, convocando diversas tipologías de vivienda unifamiliar y, especialmente, el
edificio de viviendas que prolifera con la ciudad burguesa del XIX. Se plantea a modo de introducción de un caso
particular, el gallego, en el que los primeros hoteles aparecen en el último cuarto de aquel siglo sin otra referencia
que la imagen y funciones del caserío preexistente.

Palabras clave: hotel, vivienda, arquitectura, viajeros, Galicia

ABSTRACT
This paper explores the origin of the architecture of travellers’ inns in relation to the concept of “home” and, by
extension, residential and private buildings. These include different types of single-family homes and, in particular,
the apartment buildings that are such a feature of the bourgeois cities of the 19th century. The paper is intended
as an introduction to a specific case, that of Galicia, where the first hotels appeared in the last quarter of the
century with no other reference point than the image and functions of existing homesteads.

Keywords: hotel, housing, architecture, travellers, Galicia

Cualquier definición que demos de la prin- miento particular– aparece limitada a la defini-
cipal acepción que hoy tiene la palabra hotel ción de modelos hoteleros mixtos, como el tipo
pasa por señalar su condición de hospedaje por “castillo”, “súper lujo”, “condominio”, “bed &
excelencia, donde hospedaje alude a la función breakfast” y otras fórmulas ligadas a la vivienda
de alojamiento temporal abierto al público2, vacacional, omitiéndose al clasificar ciertos esta-
mientras que por excelencia señala no solo la blecimientos de estancia permanente e incluso
calidad superior del servicio sino también su ca- los inmuebles reutilizados4.
rácter emblemático, antonomástico y de mayor Aunque pueda haber inconsistencias en el
reconocimiento entre los de su clase3. Por ello, esquema ofrecido, como de hecho reconocen
es comprensible que, cuando Rutes, Penner y los autores por recurrir a categorías abstractas no
Adams componen un árbol genealógico de las siempre excluyentes entre sí5, se ponen de mani-
variedades de hotel que hoy existen, tracen sus fiesto no solo la actual diversidad y complejidad
precedentes a través de los antiguos caravasares en los establecimientos, sino también el prota-
orientales, las mansiones romanas, las posadas gonismo que se da a la hostelería antigua como
monásticas, los hospicios, las fondas europeas y precursora del moderno hotel. Un protagonismo
particularmente las inglesas, así como las casas que confirman los principales acercamientos a
de posta y coach inns, variedades todas vincula- su historia, como el de Pevsner, que tras marcar
das al servicio de hospedaje y por tanto dentro distancias entre el hotel y la inn –generalmente
de la industria que hoy llamamos hostelería. Por puede traducirse como “fonda”–, inicia su re-
su parte, la contribución residencial –el aloja- paso remontándose a varias de las segundas6;

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 127-145


128 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

o como Denby, que entre los caravasares y las meras ediciones del diccionario de la Academia
Juan David Díaz López

inns reserva un apartado para las peregrinacio- Francesa, hôtel hace referencia principalmente
nes medievales, donde el compostelano Hospital a una mansión o casa grande de una persona
de los Reyes Católicos, convertido desde 1954 importante, mientras que solo secundariamente
en hotel, se señala como un señero precedente significa una gran “maison garnie” –una casa
de esta tipología7. amueblada que se alquila total o parcialmen-
te–12. Para esta acepción, que es la que más se
Es precisamente un planteamiento tipológi-
aproxima a la idea de hospedaje, se emplea en
co el que fundamenta el estudio del hotel como
ocasiones la forma compuesta “hotel garni”,
entidad arquitectónica diferenciada, y ello es
que Johanna Schopenhauer aplica en 1787 a la
especialmente patente cuando se acomete la
ciudad balnearia de Bath (Inglaterra)13 y que, por
tarea de trazar algo parecido a una genealogía
la misma época, aparece traducida al castellano
de edificios. En este punto cobra sentido señalar,
como “casa grande de posada, donde se reciben
junto a los indudables antecedentes hospederos,
los forasteros y estrangeros de qualquier calidad
el papel jugado por la arquitectura de vivienda
que sean, Príncipes y otros, para aloxarlos y dar-
o residencial en la gestación y definición de las
les de comer, si quieren”14.
características específicas del hotel, sin perder
de vista que las etiquetas tipológicas con que El punto de contacto entre la concepción
englo­bamos muy diversas aportaciones no son del hotel como alojamiento particular y privado
sino categorías creadas como una herramienta de un aristócrata y su familia, por una parte, y
de conocimiento, y no como un fin en sí mis- como establecimiento público para el alojamien-
mo8. No se pretende pues contradecir la esencial to temporal de personas de diferente extracción
naturaleza hospitalaria de la hotelería, sino más social, por la otra, se encuentra perfectamente
bien de introducir una perspectiva complemen- retratado en el París del Consulado (1799-1804)
taria que se apoya en muchos y variados ejem- y del Primer Imperio (1804-1815). Si bien el al-
plos. En nuestro caso, nos interesa en primer quiler de casas en ausencia de sus señores es
lugar como realidad que precede –y por tanto una fórmula que se registra con anterioridad, es
condiciona– la aparición de los primeros hoteles la Revolución Francesa (1789-1799) la que da un
en Galicia a finales del siglo XIX, y en segundo decisivo impulso al hôtel garni al apropiarse por
lugar porque vemos instalarse el grueso de estos diferentes medios de los hoteles privados que
establecimientos –sin excluir a los mejores– en habían proliferado en los barrios oeste y norte
edificios de viviendas9. de París en las décadas anteriores y transformar-
los temporalmente en “maisons garnies” para
proveer de ingresos a la nación o a un particu-
Del hostel al hotel: los términos y sus im-
lar. En el contexto de persecución de los ante-
plicaciones
riores ocupantes de estas residencias, la misma
Al describir las relaciones de parentesco entre palabra hôtel es proscrita por sus connotaciones
hotel y vivienda, debemos hacer una primera es- aristocráticas, y no reaparece en el Almanach du
cala en la cuestión del origen de aquel término. commerce de Paris hasta 1802, donde designa
Hotel, como es conocido, procede del francés “los establecimientos destinados a los viajeros”.
hôtel, que antes de adoptar el acento circunflejo Así, en ese mismo año se documentan entre los
aparece escrito como hostel10. Denby señala que más “elegantes, grandes y conocidos” el Hôtel
el uso del término en inglés con el significado de Courlande, el Hôtel de la Grange‑Batelière, el
de “an inn, especially one of a superior kind” Hôtel de l’Empire, el Hôtel Mirabeau y el Hôtel
data de 1765, para lo que se apoya en la misma du Prince de Galles (Fig. 1), a los que se suma el
fuente que suministra a Pevsner varios ejemplos Hôtel de Richelieu en 1804. Se trata de estable-
de uso de la misma época11. Pero no es el signi- cimientos lujosos y caros, frecuentados por un
ficado en inglés el que interesa señalar ahora, público de clase alta, y cuya conversión de hôtel
sino el original del francés, pues en él estriba privé en hôtel garni no altera realmente la na-
la conexión con la arquitectura residencial que turaleza del edificio: se produce prácticamente
ahora exploramos. Según vemos desde las pri- “tal cual”, sin obras específicas, sencillamente

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 129

del vecindario, donde cabe contar la inmigra-

Juan David Díaz López


ción francesa18. Sea o no decisiva esta influencia
en la adopción del término, el hecho es que en
Covent Garden “un hotel residencial de buena
clase fue abierto en la vieja casa de Lord Archer
en 1774, y durante los siguientes cien años o
más Covent Garden gozó de una ahora olvidada
popularidad como barrio hotelero”19.
Nos interesa señalar aquí que la implanta-
ción del nuevo concepto de hospitalidad y de la
terminología que la representa acompaña a una
redefinición de la forma de residir en la urbe,
Fig. 1. Hôtel de Beauvau, que opera como hôtel garni a princi-
que dota a la vivienda –incluida la de clase alta–
pios del siglo XIX bajo el nombre de Prince de Galles y actual- de un carácter transitorio que contrasta con su
mente sede del Ministerio del Interior francés. Dibujo de J. B. tradicional visión como patrimonio familiar a
Lallemand. Biblioteca Nacional de Francia.
conservar. Este fenómeno, que se hará del todo
patente en la ciudad burguesa del XIX, encuen-
movida por una nueva urgencia de rentabilizar el tra sus primicias en estos diseños monumentales
espacio privado, asumido por el huésped como de manzanas enteras donde, si bien la morada
sustancialmente idéntico al suyo15. No obstante, sigue manteniendo su carácter individual y pri-
existe ya la percepción de una nueva realidad vado, el trasiego de ocupantes a menudo no
hotelera, descrita así en 1820: permite establecer una vinculación estable con
un determinado apellido. Para el caso de Covent
Les anciens hôtels, remarquables par leur Garden, es ilustrativa la historia que Jacobs ofre-
magnificence, ne sont plus occupés par une seule ce de la casa “de Lord Archer” antes citada, en
famille noble comme autrefois. On y loue des ap- el ángulo oeste de la plaza –43 de King Street–:
partements garnis, on en fait des boutiques, on desde 1636 y hasta 1774 en que David Low es-
cherche tous les moyens d’en tirer le plus d’argent
tablece un hotel familiar que pasa por ser “el
possible. Le bel hôtel du vieux maréchal de Riche-
primero de su clase en Londres”, se contabilizan
lieu est maintenant un hôtel garni et le célèbre
pavillon d’Hanovre est converti en boutiques16 al menos 8 “inquilinos” –tenants–, de los cuales
el más famoso quizá sea Edward Russell, Conde
En cuanto al traslado del término a la lengua de Orford, como recuerda actualmente una pla-
inglesa, Sandoval-Strausz apunta la posibilidad ca en la fachada20 (Fig. 2).
de que la colonia francesa en Londres influyese
en el hecho de que “las primeras estructuras a
las cuales la palabra fue aplicada en inglés fue-
sen las casas porticadas del distrito de Covent
Garden”17. Levantadas en la década de 1630, las
elegantes terraces de la plaza a la italiana que
proyecta Inigo Jones se destinan originalmente
a residencia de aristócratas locales, entre los que
se cuentan los miembros de la Cámara de los
Lores. Una vez que decae su atractivo entre la
alta sociedad, entre 1730 y 1760 estas casas se
abandonan como viviendas particulares y pasan
a ser adaptadas para nuevos propósitos, acordes
con el carácter bohemio y lúdico que se había
ido desarrollando al calor de la actividad teatral Fig. 2. Vista de Covent Garden, Londres. El 43 de King Street
(ant. 42) es el edificio coronado por una peineta en la esquina
del barrio: se trata de coffee houses, taverns y superior izquierda de la plaza. Grabado de Sutton Nicholls,
hoteles que se nutren del carácter cosmopolita c. 1720. Biblioteca del Congreso de EE. UU.

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130 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

Si acudimos al término inglés por excelencia


Juan David Díaz López

con que se designan los alojamientos de viaje-


ros a finales del siglo XVIII –y aún hoy vigente–,
hallamos un hecho llamativo. La palabra inn a
que nos referimos ofrece, siglos antes, un pa-
recido desplazamiento de significado al de la
palabra hôtel: en el idioma anglosajón del que
proviene, significa “a dwelling, house, chamber,
lodging”21, por lo que alude de manera general
al alojamiento o la habitación, con independen-
cia de su carácter puntual o permanente. Este
sentido se acaba perdiendo en el sustantivo in-
glés, donde se hace mención expresa de su des-
tino a viajeros –o bien a estudiantes en el caso
particular de las inns of court–22; sin embargo,
a mediados del XVIII aún encontramos en algu-
nos diccionarios una acepción curiosamente fa-
miliar: “el antiguo nombre de las casas grandes
de los nobles, obispos, etc.”23. Hablamos proba-
blemente de la punta del iceberg: residencia y
hospedaje suelen aspirar al mismo concepto de
hogar, y así se aprecia también en lenguas como
el castellano o el portugués, donde la posada/
pousada –el más tradicional alojamiento públi-
co– alude aún hoy a la “casa propia de cada uno
donde habita”24, e incluso, señala Ford, “se apli-
caba originalmente a las viviendas de las clases
Fig. 3. Bear and Billet Inn, en Chester. Acuarela de Louise
altas”25. Con este sentido, Borer señala para las Rayner, c. 1924. Wikimedia Commons.
inns inglesas su acepción de “mansión” –¿pero
no era una mansio en la antigua Roma sino la
principal clase de hospedaje?–, y pone el ejem- de visita”. Es el caso del palacio Savoy, construi-
plo de casas de la nobleza como la Warwick do en el siglo XIII justo donde hoy se levanta el
Inn, town house londinense de los Condes de Hotel Savoy: los cientos de huéspedes que Pedro
Warwick, donde en 1458 se aloja una comitiva II de Saboya aloja en él llevan a Borer a calificarlo
de seiscientos hombres26. como “el primer hotel de Londres”27.
También la historia de la hotelería británica En el ámbito rural, hay que señalar el papel
de Borer –de carácter divulgativo– sigue el hilo atribuido a otra clase de caserones señoriales: las
conductor de la historia de la hospitalidad, al manor houses. Borer dice de ellas que, durante
punto de interesarse por cualquier hospedaje los siglos XIII y XIV, suelen dar acogida gratuita
desde la misma romanización de Britania. Sin por una noche y que su tradición hospitalaria se
embargo, cabe tener en cuenta sus referencias a manifiesta incluso en ausencia de sus señores,
casas nobles de diferente época amoldadas a la cuando la servidumbre se encarga de anunciar
actividad hospitalaria, como la residencia de los su disponibilidad al viajero. Dyer por su parte
Condes de Bath en Barnstaple, convertida en la señala que la apertura de estos lugares a los visi-
Golden Lion Inn, o la del Conde de Shrewsbury tantes ha sido exagerada, aunque aún reconoce
en Chester, donde se instala la también inn Bear una parte de verdad a juzgar por el control es-
and Billet (Fig. 3). En cuanto a Londres, dibuja un crito que casas del siglo XIV llevaban sobre sus
escenario de viviendas a disposición del viajero huéspedes, o los pagos que en realidad recibían
pudiente en “las grandes town houses de la aris- los anfitriones, o que la acogida a indigentes
tocracia [que] servían como hoteles para nobles fuese “costumbre” antes de 1350, o que aún

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 131

en 1391-2 la comida consumida por forasteros hospedajes más grandes de Europa, el Dessin,

Juan David Díaz López


en la casa de los Talbot representase un tercio que aunque varias fuentes denominan inn, se
del total28. En cualquier caso, esto no cuestiona conocía como Hôtel de l’Angleterre y se con-
el relato de Borer según el cual, a partir del siglo sideraba “equipado al estilo inglés”33. Y otro
XV, esta clase de hospitalidad cede al desarrollo Hôtel de l’Angleterre, señalado como el primer
de los establecimientos comerciales y de leyes alojamiento de esta clase en Copenhague, se
que los favorecen, como la que en 1425 prohíbe instala en 1795 en una antigua mansión34: su
a los viajeros alojarse con amigos, conocidos o doble alusión a Francia e Inglaterra como refe-
en otros lugares que no sean “hostelleries, un- rentes hoteleros en la Europa del cambio de siglo
less (...) they were persons of consequence, with y su condición de palacete reciclado en hospeda-
a great retinue”29. je señalan una última vez los ejes del apartado
Si hemos destacado algunos antecedentes que concluimos.
del ámbito anglosajón frente a otras variedades
vernáculas, es porque en Inglaterra se fragua La nueva escala del alojamiento: la vida
buena parte del cambio de modelo: los térmi- entre vecinos
nos inn y hotel, en su origen asociados a una
Si hasta ahora hemos relacionado nuestros
realidad doméstica y privada en sus respectivas
hoteles con palacetes, mansiones y town houses
lenguas, en inglés pasan a aplicarse prioritaria-
unifamiliares, a continuación vamos a poner el
mente a alojamientos de carácter público, el uno
foco en arquitecturas generalmente de mayor
ceñido a los dominios de la Inglaterra medieval y
tamaño o, como mínimo, abiertas a una mayor
moderna, y el otro convertido en el referente in-
diversidad de sus habitantes. Hablaremos de
ternacional de la hospitalidad contemporánea30.
edificios destinados a múltiples residencias in-
Son los ingleses de clase adinerada, devotos
dependientes, en especial cuando se conciben
practicantes del Grand Tour, un agente capital
con tal fin: es lo que se llama genéricamente
en la generalización del nuevo concepto de ho-
edificio de viviendas, también denominado casa
tel y, por extensión, en la aparición del turismo
o bloque de pisos35 –que incide en la multipli-
moderno: desde finales del siglo XVIII, se va ha-
cación de estos últimos para acoger diferentes
ciendo palpable en el Continente un nuevo es-
unidades domésticas–, de vecinos36 –que señala
tándar de comodidad ligado a la visión del hogar
la multiplicación de las familias que cohabitan
de estos viajeros31. Así se expresa Papworth en
bajo un mismo tejado pero en diferentes depen-
1838 sobre la importancia que conceden al ho-
dencias privadas–, o de apartamentos37 –que
gar al hablar de una villa del londinense Regent’s
Park: enfatiza una alta compartimentación destinada
a conciliar un elevado número de residentes con
The desire to congregate about him in his el requisito de intimidad propio del hogar–. Se
dwelling and domain all the means of domestic trata de un tipo en muchos sentidos connatural
comfort, is a prominent feature of the character a la urbe, en tanto que población de alta den-
of an Englishman; and he there lays up his chief sidad que tiende a compactar el alojamiento, y
resources against the cares of life. His home is the por tanto no es extraño encontrar precedentes
depository of his most interesting pleasures, the desde la Antigüedad, como las llamadas insulae
anticipated enjoyment of which gives energy to
romanas.
his mind (...)32
Pero el edificio de viviendas propiamente di-
Principales consumidores de los mejores cho no comienza a ser un estándar urbano hasta
alojamientos del momento, los ingleses se em- el siglo XIX, cuando se difunde en las grandes
papan de la estética meridional, la importan ciudades del continente europeo. Entre ellas, sin
masivamente a sus country houses georgianas duda París es la que con mayor empeño abraza
y al tiempo la reflejan en los nuevos hoteles, el nuevo modelo residencial, impulsado como
cuyo comfort se opone a lo “no inglés”. En el seña de identidad burguesa y definido en su
mismo puerto de entrada a Francia de los viaje- imagen externa a partir de zonas como la Rue
ros británicos, Calais, se encontraba uno de los de Rivoli, que se urbaniza desde principios de

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132 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

siglo con proyecto de Percier y Fontaine38. Li- tizar una renta al propietario que alquila a varios
Juan David Díaz López

mitado a la aplicación de un mismo diseño de individuos o familias, lo que sucede cuando aún
fachada a toda la manzana –ya que el resto de las hotelleries dan una imagen bastante más rús-
la construcción se delegaba en la iniciativa pri- tica que hotelera: “ne sont dans la plus grande
vada39–, esta intervención entronca no solo con partie de l’Europe que des edifices particuliers
la tradición regularizadora francesa de las places qui n’offrent pas, pour la plupart, plus d’ordre,
royales, sino también con los tanteos de “hábi- de commodité, de propreté que la majeure par-
tats superpuestos” de las décadas anteriores40, tie de nos fermes”47. Por su parte, la definición
dos aspectos que se proyectarán con fuerza en que hace Daly de estas casas décadas más tarde,
el París decimonónico41. cuando ya inundan París, nos evoca la imagen de
Así, en la etapa del Segundo Imperio (1852- unos ocupantes nómadas, disociados del lugar,
1870), la casa de alquiler –maison à loyer– es que fácilmente conectan con cierto concepto de
un fenómeno generalizado y consagrado incluso viajero: frente a la residencia permanente que
como tema artístico. Edificio de viviendas orga- representan los hôtels privés, dice que las mai-
nizado en pisos que se arriendan a diferentes sons à loyer son “destinadas al vulgo, es decir, a
inquilinos, acusa inicialmente una marcada es- una multitud de huéspedes que se suceden día
tratificación social en altura, de modo que los tras día según las necesidades variables de tra-
más pobres ocupan las buhardillas, mientras que bajo, de posición, de fortuna, habitado de arriba
el primero o principal lo habita el propietario y el a abajo por inquilinos de clases sociales diversas,
bajo se destina a tiendas. Estas jerarquías, que la extraños los unos para los otros”. Precisamente
fachada delata en aspectos como la altura de- este punto de anonimato es el que le hace abo-
creciente de cuerpos y vanos, se van suavizando gar por una fisonomía más estándar o genérica
conforme avanza el siglo42, lo que guarda cierto en contraste con la personalidad original que se
correlato con la unificación operada en la distri- le supone a la mansión privada48.
bución interna: frente a las antiguas distribucio- Varios de los primeros hoteles parisinos de
nes “informes”, sin apartamentos propiamente talla internacional se inscriben en los estándares
dichos, se impone la superposición de células de las nuevas casas de alquiler. Así se aprecia en
idénticas –al menos en las plantas principales– su relación de espacios deudores de un mismo
compuestas por tipos de estancia con un des- estilo de vida burgués –que por ejemplo expul-
tino específico –cocina, sala, dormitorio, etc.– y sa la actividad industrial del inmueble residen-
separadas de las zonas comunes del edificio43. cial49–, y en su disolución en la manzana, deriva-
No obstante, la novedad no es el apartamento da de un rígido reglamento de composición de
en sí, sino la extensión a la vivienda ordinaria fachada que no hacía distinción entre vivienda y
de un concepto que ya había sido reconocido hôtel garni.
como distintivo de la tradición arquitectónica Es el caso del Hotel Meurice, un clásico cuyo
fran­cesa44. prestigio crece de la mano de los numerosos vi-
La casa de alquiler, en francés conocida en su sitantes ingleses de la ciudad, que lo conocen al
forma más desarrollada con el elocuente nombre principio como City of London Hotel. En su ubi-
de immeuble de rapport45 –inmueble de renta–, cación antigua del 323 de Saint-Honoré, donde
es prácticamente el quid del modelo urbanístico se instala en 1818, llega a ocupar un conglo-
especulativo que se desarrolla en los ensanches merado irregular de varios edificios que atravie-
burgueses del siglo XIX, al permitir obtener un sa toda la manzana hasta llegar a Rivoli, donde
alto rendimiento del solar tanto desde el pun- en 1819 anuncia haber abierto nuevos aparta-
to de vista del lucro como de la concentración mentos50. No obstante, su imagen exterior es
poblacional. Reconocida como tipología diferen- bastante regular y no parece desentonar con el
ciada a finales del XVIII –por ejemplo, en la Lis- modelo oficial, al menos por su desarrollo decre-
boa de Pombal o en Madrid46–, Durand, en sus ciente en altura: un cuerpo inferior con arque-
canónicas lecciones de arquitectura de 1802-05, rías que acoge bajo y entresuelo, pisos primero,
ya señala como su principal ventaja la de garan- segundo y tercero graduados en importancia y

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 133

te hotelero53. Sin embargo, la afinidad entre la

Juan David Díaz López


organización interior de hoteles y viviendas aún
puede verse ejemplificada en la descripción del
Hôtel du Congrès, que funciona en Rivoli 44
desde 1822 y que será absorbido por el Meurice
en 1846:

Une maison (...) consistant en deux boutiques


au rez-de-chaussée sous la galerie (...) à l’entresol
une antichambre; une salle à manger, un salon,
deux chambres à coucher et un cabinet, cuisine et
retour sur le palier de l’escalier; aux premier, deu-
xième et troisième étages, un appartement com-
posé d’une antichambre, salle à manger éclairée
sur la cour, chambre à coucher avec alcôve et
salon éclairé sur la rue; seconde chambre à cou-
cher éclairée sur la cour, couloir de dégagement,
Fig. 4. Anuncio del Hotel Meurice de París, ant. 1832. cuisine en retour sur le palier éclairé sur la cour;
Publicado en J. J. Conway, Footprints of famous Americans in au quatrième étage un appartement composé
Paris, J. Lane, London, New York, 1912. de même que celui des autres étages à l’excep-
tion de l’antichambre; aux cinquième et sixième
un último abuhardillado (Fig. 4). Este esquema étages plusieurs chambres de domestiques; dans
tradicional51 se aplica de forma más evidente y la cour, loge du portier, écurie, lieux d’aisance et
monumental en su presente sede de Rivoli, zona pompe (...)54
de la intervención original de Percier y Fontaine,
donde se traslada en 1832: el hotel, entonces en Unos años más tarde, los nuevos hoteles de
una casa de apartamentos que ya había estado París acusan ya el gigantismo que se atribuye al
alquilada previamente, no se destaca en modo modelo americano55: se trata de grandes empre-
alguno de las demás casas de la manzana, y solo sas arquitectónicas pensadas desde un principio
muy posteriormente se recrece con dos plantas para absorber un flujo de viajeros que no para
adicionales de mansardas52. Por supuesto, estos de crecer con el impulso del ferrocarril y de even-
primeros hoteles ya hacen gala de espacios am- tos como las exposiciones universales. El Grand
plios y ostentosos, especialmente en las zonas Hôtel du Louvre (1855), el Grand Hôtel (1862)
comunes, como ya probaba el Meurice de Saint- y el Continental (1878) dan buena cuenta de
Honoré pese a no ser un edificio específicamen- la consecución de una nueva escala en el alo-

Fig. 5. Grand Hotel du Louvre. Planta del primer piso. Armand, Hittorff, Pellechet y Rohault de Fleury, arquitectos, 1854. RIBA
Library Drawings & Archives Collections, Victoria & Albert Museum, Londres.

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134 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

jamiento; pero una escala que corre en paralelo tipologías arquitectónicas –como las estaciones
Juan David Díaz López

a la iconografía residencial, que aspira a colmar de tren– en pos de dotar de sentido a la nueva
la calle convenientemente modulada en cada máquina hotelera.
área urbana. Así, cuando el Hôtel du Louvre se
Dada la enorme influencia que tiene Inglate-
proyecta para una enorme manzana con tres pa-
rra en la definición del hotel, resulta paradójica
tios y con largos pasillos entre hileras de habita-
su resistencia histórica al edificio de viviendas,
ciones, se establece un importante número de
aún hoy patente61. Ya por rivalidad histórica –re-
suites, cuartos intercomunicados que, de modo
ferida incluso como “francofobia”– o por una
diferente al apartamento, aún aluden al hogar
particular cultura del espacio individual, unido
familiar56 y que curiosamente disponen de aque-
sin duda a una visión tradicional del hogar en
lla ventaja que Durand enunciaba para las casas
forma de detached house, el caso es que los co-
de alquiler: la posibilidad de alquilar las piezas
mentarios hacia la forma de vida de los parisinos
del apartamento juntas o separadas según con-
alcanzan niveles hirientes: algunos comentaris-
venga57 (Fig. 5). Pero es sin duda la composición
tas victorianos defienden ideas como que “los
del alzado, condicionado por la normativa de
franceses se han acostumbrado a estar satisfe-
Rivoli, la que pone al servicio de la imagen resi-
chos con mucho menos que nosotros”, hasta
dencial todo tipo de funciones, como demuestra
el punto de ser difícil entender “cómo se las
también el Continental, vecino del Meurice: su
apañan con alojamientos tan pequeños”, pisos
arquitecto lidia con “la imposibilidad de indicar
que tienen “por regla general (...) no más de un
exteriormente la intención general de la distribu-
cuarto del espacio de nuestras casas inglesas”,
ción del plan”58 en un solar que, con la misma
donde viven familias cuya idea de casa “apenas
normativa, ya fuera previsto para sede de Co-
rreos y luego ocupado hasta su destrucción por va más allá de un salón y un comedor” y que
el Ministerio de Finanzas59 (Fig. 6). Y fuera de “no se preocupan por la privacidad”, tanto en
Rivoli, el Grand Hôtel apuesta por un incremento lo que respecta al interior de la vivienda como
en las galas con la pautación del muro a base de en la relación con unos vecinos de clase social
pilastras compuestas, de acuerdo con el tono de diversa62.
la Plaza de la Ópera, de tal forma que, fiel a la Al margen de estos recelos y de la tardanza
severidad horizontal de la calle de los Meurice, en la construcción de block of flats63, lo cierto
Louvre y Continental, nos evoca el aire palatino y es que la ciudad de Londres no es ajena, ya de
elegante de las fachadas residenciales de la Plaza modo planificado o espontáneo, a diferentes
Vendôme. Que el Ritz se construya tras una de fórmulas multivivienda. De hecho, quizá la aso-
ellas a finales de siglo60 viene a reiterar que, pese ciación con los tenements obreros que se abren
a que los antiguos espacios sean ya insuficien- paso desde mediados del siglo XIX –con su va-
tes para las nuevas necesidades, prevalece un riante hostelera en las Rowton Houses de finales
apego a la tradición similar al que acusan otras de siglo64– puede tener que ver con el recelo de
las clases acomodadas hacia la vivienda colecti-
va. Al mismo tiempo, factores como la presión
demográfica y la carestía del alojamiento deben
de tener su influencia en la conversión de casas
unifamiliares en improvisadas comunidades de
vecinos65.
En lo relativo a los hoteles, los primeros de
Londres también vinculan su imagen a la del
caserío residencial, por lo que la mayoría de
las veces disuelven su función entre manzanas
de casas de apariencia genérica y ordinaria. El
panorama hotelero alrededor de 1840 lo testi-
Fig. 6. Hotel Continental de París. Postal, c. 1900. Colección monia una singular colección de vistas urbanas
del autor. publicada por J. Tallis, en las que se presenta con

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 135

gran detalle el alzado de las principales calles66. de pisos prestándose a finales de siglo a la fun-

Juan David Díaz López


Se contabilizan en el Londres de Tallis unos 80 ción hotelera. Es el caso del llamado Hyde Park
hoteles, pequeños establecimientos para caba- Court, terminado en 1890 y convertido en hotel
lleros o familias entre los que apenas destacan en 1900; o el Walsingham House Hotel, cons-
unos pocos edificios, como el del Morley’s en truido en 1887 como edificio de viviendas y de-
Trafalgar Square. Sin duda, la colección delata molido pocos años después para dejar paso al
un inédito interés por la nueva modalidad de Ritz69, edificio este último que nos sugiere las fa-
hospedaje y por su imagen dentro de la urbe, chadas de la parisina Rivoli y cuya última amplia-
dada la destacada proporción de hoteles que se ción –2006– incorpora una aristocrática town
representan en estampa aparte, como si de mo- house llamada William Kent House en alusión a
numentos se tratasen; sin embargo, la inmensa su arquitecto70.
mayoría son casas discretas, empotradas entre Si Inglaterra inspira los primeros hoteles en
medianeras, de volumen común y neutras en or- Europa, los Estados Unidos, que apuestan fuerte
namento, que desde luego no aparentan una ta- por la tipología desde un principio, reavivan en
lla superior a la de aquellos alojamientos que los la segunda mitad del XIX la influencia anglosa-
ingleses presumían de haber exportado67 (Fig. 7). jona mediante un modelo basado en el gigan-
Aunque el panorama londinense evoluciona tismo, la alta capacidad y la calidad de organi-
en las décadas siguientes con algunos ejemplos zación y equipamiento. Respecto a la relación
destacados –como los hoteles de estación–, aún entre el hotel y el edificio de viviendas, lo que en
lloverán críticas sobre la oferta de la ciudad hasta el caso inglés calificamos de paradójico también
1880, cuando Dickens, pese a reconocer las me- es aplicable al estadounidense: un mismo apego
joras que se habían producido, afirma que “in a la casa unifamiliar y una misma defensa de los
proportion to its size, London is still far worse valores del hogar tradicional guían a los críticos
provided (...) than most of the great Continental de los nuevos hábitats apilados que se asocian
or American towns”. En lo que toca al aspecto a la parte continental de Europa, mientras que
arquitectónico, más concretamente tipológico, son las perspectivas progresistas, como la del fe-
resulta llamativa la apreciación de J. Timbs de minismo, las que hacen una apuesta más clara
que “a few private houses knocked somehow por la vida de hotel. Sandoval-Strausz resuelve
into one have been thought a large and grand la paradoja a partir de una sencilla apreciación:
hotel, for it is only within the last few years that “hotels were the first practical purpose-built
the obvious necessity which existed for construc- multiple dwellings in United States history”, lo
ting a building specially for Hotel purposes has que le permite argumentar que los “hotels offe-
been slowly recognised in this country”68. Con red the nation’s urbanites a new way to dwell by
todo, llegado ese reconocimiento de la necesi- pioneering new architectural spaces”. Los hote-
dad del edificio especializado, aún encontramos les americanos, tradicionalmente usados como
alguno de los primeros e infrecuentes bloques vivienda por una amplia proporción de huéspe-

Fig. 7. Detalle de Haymarket según J. Tallis (1847). De izquierda a derecha, según el directorio que acompaña: 64, Wright,
Anglesea Hotel; 61, Dubourg’s Hotel; 59, Dick, Blue Post Hotel; 58, Esden, Hotel de Paris. Se muestran juntas las secciones 2 y 3,
que se representan en páginas distintas en el original.

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136 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

des, modelan de forma evidente el edificio de desde el rigor neoclásico a la explosión eclécti-
Juan David Díaz López

apartamentos, que –al contrario que el tene- ca, se produce un efecto de normativización y
ment obrero– suele excluir estancias como la co- estandarización derivado de la visión ordenado-
cina del área privada, pues las faenas domésticas ra ilustrada, que se plasma en el desarrollo de
se llevan a zonas comunitarias del edificio donde políticas de regularización de las fachadas76. De
las atiende personal específico. Es el caso del Ho- todas formas, en Madrid, esta idea de seriación
tel Pelham de Boston (1857), pionero en su cla- del alzado aparece magistralmente plasmada en
se que es solo una muestra de la aplicación del ejemplos tan tempranos como la Plaza Mayor,
término hotel a edificios multivivienda71 (Fig. 8). con la que “se inauguró en España una manera
Caso bien diferente es el español, donde se de vivir concentrada, en la que en una casa po-
sigue en general la tendencia continental: el dic- dían suceder simultáneamente acontecimientos
cionario de Madoz, editado entre 1846 y 1850, tan dispares como un nacimiento, una boda y un
ya apunta la proliferación en las principales po- velatorio”77. En el capítulo de vivienda proletaria,
blaciones de edificios más altos –hasta seis plan- que suele omitirse en las referencias que da el
tas en algunos casos– en los que se multiplica el Madoz, no nos resistimos a dejar de mencionar
número de viviendas72. Con la ley de arrenda- las tradicionales corralas, cuya organización en
mientos de 1842, esta clase de edificio recibe galerías superpuestas en torno a un patio evoca
un impulso capital que lleva a su generalización vivamente la típica de las inns inglesas, también
en los ensanches burgueses de la segunda mitad ligadas en su origen con usos teatrales.
de siglo, escenarios donde la vivienda se con- La zona de la Puerta del Sol de Madrid,
vierte en lucrativa mercancía73. Pero la casa de donde proliferan los nuevos tipos de viviendas
alquiler, lejos de ser una novedad, ya demuestra de alquiler que retratan con curiosidad autores
su pujanza en la década anterior, cuando Larra como Mesonero78, tiene un interés especial en
dice que “surgen de la noche a la mañana por lo relativo al hospedaje. Hasta mediados de siglo
todas las calles de Madrid” con “más balcones no hay otra cosa que fondas en la cúspide de la
que ladrillos y más pisos que balcones”. Su re- pirámide de establecimientos, si bien los testigos
trato de las nuevas casas madrileñas plantea, de la época ya reconocen su inferior categoría
como Daly unos años más tarde, la metáfora con respecto a los hoteles extranjeros. Por ello,
del viajero, poniendo en boca de los caseros: defienden como preferible el alojamiento en ca-
“apiñemos gente en estas diligencias paradas, y sas de huéspedes, donde el visitante encuentra
vivan todos como de viaje”74; nada raro, tenien- mayor amplitud y comodidad por un mejor pre-
do en cuenta que los grandes inmuebles parisi- cio, pudiendo incluso valorar el ambiente fami-
nos se tienden a clasificar como los vagones del liar; o en su defecto, animan al alquiler de un
tren: de primera a tercera clase en función de piso o apartamento amueblado o vacío a poco
aspectos como su lujo o situación75. Al exterior, que la estancia se alargue79: a tal punto llega la
precariedad de alojamientos públicos en Madrid,
sin duda heredada de lo que era común en los si-
glos anteriores80. Las cosas comienzan a cambiar
en la década de 1860, poco después de la remo-
delación que dota a las fachadas de Sol de su
actual uniformidad81. En 1864, se inaugura en
esta plaza el que será “el hotel más elegante del
siglo XIX en Madrid”, el Hotel París, que cuenta
con promoción francesa y coincide con la aper-
tura de la línea ferroviaria entre París y Madrid82.
El valor que el hotel concede a su marco arqui-
tectónico es evidente; sin embargo, su fachada,
como la de otros de las inmediaciones, no busca
distinguirse del conjunto (Fig. 9). En cualquier
Fig. 8. Hotel Pelham, Boston. Fotografía de Alfred Stone, 1869. caso, más allá de la cuestión de las fachadas, la

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 137

gués, normalmente entre medianeras, ya se

Juan David Díaz López


trate de un gran bloque de alquiler –caso infre-
cuente– o, en el extremo opuesto, de una casa
modesta con bajo y dos pisos. En el primero de
los casos encuadramos algunos de los estableci-
mientos puntuales de los que sabemos a través
de las noticias de los visitantes desde finales del
siglo XVIII, incluyendo referencias a algunos es-
tablecimientos de carretera, pero también case-
Fig. 9. Puerta del Sol de Madrid, ca. 1870. Foto de de J. Lau- rones o chalets urbanos no concebidos para dar
rent. Al fondo el Hotel de París y a la izquierda el de Los Prín- alojamiento a una multitud de huéspedes. Por
cipes. su parte, en el segundo grupo encasillamos la in-
mensa mayoría de los primeros hoteles urbanos
debilidad del elemento tipológico se demuestra gallegos, que muy raramente se valen durante
en los mismos afanes por atajarla: por ejemplo, el siglo XIX de una arquitectura a propósito para
en 1890, el Grand Hotel des Ambassadeurs, uno hotel y no tienen reparos en adoptar de forma
de los importantes de la zona, presume de haber generalizada edificios preexistentes destinados
sido “construido expresamente para hotel”83. a viviendas. Este fenómeno se acompaña de la
¿Cabría esperarlo de una iglesia, de un teatro o paulatina renovación del parque inmobiliario
de una estación de tren? que promueve la burguesía y que, en última
instancia, produce una paradoja aún vigente en
Galicia: la fuerte implantación de la casa unifa-
Galicia: de la casa al hotel miliar, coherente con el carácter rural del país,
El objetivo de este apartado final es intro- contrasta –como no sucedía en el caso anglo-
ducir de manera concisa el panorama del aloja- sajón– con una fuerte asunción del modelo de
miento en Galicia con la perspectiva desarrollada casa de pisos en los núcleos urbanos.
hasta ahora, la del papel que juega la vivienda Un caso aparte es el de los hoteles de bal-
en la definición del hotel. En primer lugar, se im- neario, fuertemente orientados al turismo y con
pone reconocer un abrupto cambio de escala: predominio del edificio ad hoc, exento y de ta-
luego de tratar los centros del sistema urbano
maño mayor: son aspectos que los singularizan
occidental, como es el caso de París y Londres,
frente a los hoteles de viajeros y que motivan
procedemos sobre una constelación de ciudades
que los dejemos fuera de este trabajo. No obs-
pequeñas, periféricas respecto a aquellos cen-
tante, con ello no pretendemos minimizar los
tros de influencia y marcadas por una sociedad
muchos aspectos que comparten con los hoteles
eminentemente agraria, cuya carencia de una
más propios de la ciudad, como su condición de
mínima infraestructura hotelera hasta el último
enclaves urbanos en un sentido amplio –arqui-
cuarto del XIX dificulta un seguimiento en para-
tectónico y social, pese a refugiarse en la natura-
lelo de la cuestión. Pero precisamente porque es
leza– o su asociación a procesos de colonización
de los polos metropolitanos de donde emanan
cultural con notable participación anglosajona84.
las nuevas ideas sobre el hospedaje y su imagen,
no cabe sino asumir el desarrollo del hotel en La cuestión que nos interesa es así de senci-
Galicia como un proceso de importación o de lla: ¿reconocen los viajeros un hotel –u hospeda-
colonización cultural que comienza desde el mo- je afín– nada más verlo? ¿Hay en su arquitectu-
mento mismo en que los viajeros foráneos con- ra, en su imagen, una mínima sugerencia de su
traponen la realidad local con la de sus países función? ¿O solo un rótulo –si lo hay– y la propia
de origen. actividad que se desarrolla en su interior le dicen
al huésped dónde se encuentra?
Al hilo de los apartados anteriores, tratamos
en éste dos ámbitos: el de la casa propiamente En lo que toca a los alojamientos de fines del
unifamiliar, con independencia de su tipología XVIII, nos vemos limitados a interpretar los tes-
específica, y el del inmueble de viviendas bur- timonios de los viajeros: no mencionan –ni tam-

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138 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

poco parecen esperar– elementos que distingan de alojamientos apropiados: en Fisterra, Borrow
Juan David Díaz López

sus hospedajes como tales, ni en el aspecto vi- debe hospedarse en casa de un comerciante tras
sual ni en el funcional, e incluso les atribuyen los la infructuosa búsqueda de una posada o venta,
mismos defectos que al resto del caserío. Así, de que previamente cree haber encontrado en una
las referencias que nos dan Adams, Southey o casa particular90.
Humboldt en sus respectivos pasos por Galicia,
En Galicia, como en el resto del Estado, la
no podemos extraer una imagen concreta de los
fonda –y no la posada– es la principal categoría
establecimientos en que se hospedaron, pero sí
hospedera urbana antes de la difusión del hotel.
podemos figurarnos que no se trataba de edifi-
Al alcanzar la década de 1870, comenzamos a
cios especiales o destacados, sino más bien de
documentar una amplia nómina de estos esta-
casas ordinarias que compartían con el resto su
blecimientos91, los cuales, unos efímeros y otros
carencia de comodidad85. No obstante, en algu-
con proyección hacia el siglo XX, enlazan ya con
nos casos, sí se puede deducir el carácter privado
la aparición de los primeros hoteles. La falta de
de algunos alojamientos, como el que Adams se
espacio nos impide detallarlos aquí, pero sí po-
ve obligado a tomar en Ferrol, “en la calle de la
demos mencionar algunos casos representativos
Madalena, junto coca, en casa de Pepala Boto-
donde el edificio de viviendas sirve de marco
neca”, en vez de una de las dos “taverns” exis-
a su actividad. Así sucede en A Coruña con el
tentes en la población86. Casos como éste, don-
de un alto diplomático debe instalarse a disgusto edificio de San Andrés 75 (F. Domínguez, 1870),
en una casa que ni pasa por tavern y con una por el que pasan varios establecimientos desde
casera molesta pese a estar en uno de los princi- 1871 con denominaciones tan diversas como las
pales puertos de guerra del reino, dicen mucho de fonda, hospedaje, pupilaje o incluso hotel92.
de la oferta disponible al viajero. Adams plasma Como es habitual en esta época, la documen-
el carácter doméstico con mayor detalle al salir a tación no hace mención expresa del destino a
la carretera, donde se aloja en pobres casas que viviendas ni acompaña plantas del interior que
ahora sí se detiene en describir: no se distinguen atestigüen un supuesto ajuste a funciones espe-
de la de un labrador cualquiera87. Y otro tanto cíficas, pero es en este punto donde conviene
hace Southey, que repite características como subrayar la correlación entre iconografía de fa-
la ausencia de chimenea y la convivencia en la chada y tipología edilicia: el encaje entre media-
planta baja con el ganado, generalizadas en un neras, la multiplicación de los pisos en altura, la
Camino Real donde la escasa promoción estatal regularización y ampliación de los vanos, las ga-
de alojamiento fracasa88. lerías de los pisos altos y el énfasis del principal,
todo ello con una piel cada vez más ecléctica,
La ausencia de menciones a hoteles confir-
caracterizan la casa burguesa que prolifera en
ma la puntualidad del Hotel du Grand Amiral
A Coruña al servicio tanto de una dignificación
conocido por Adams en la Coruña de 1779, un
artística de la vivienda como de su rentabiliza-
albergue regentado por franceses donde aún
ción vía alquiler. En este sentido, poco tiene de
colea la acepción residencial de hotel89. Posadas
hotelero el piso añadido que le proyecta J. de
y fondas son las que hospedan a los visitantes de
Ciórraga en 1894, al limitarse a reproducir el al-
las ciudades gallegas durante la mayor parte del
zado preexistente en lo que constituye una obra
siglo XIX, pero las escasas señas que se dan de
menor típica de la época93.
su situación y aspecto obligan de nuevo a la de-
ducción a partir de los testimonios de la época. Por su parte, Vigo también cuenta con una
Borrow, por ejemplo, menciona en Lugo una po- nutrida nómina de fondas cuya imagen, a jui-
sada que, al menos por ser “vasta”, destacada cio de Areal Alonso, no se diferencia de “otras
en un promontorio, con bastantes habitaciones edificaciones destinadas a vivienda particular”94.
y con un corredor abierto a modo de solana, no Las fondas compostelanas tampoco construyen
se presta a colaborar en nuestro planteamiento; sus edificios a medida: así la Suiza, establecida
sin embargo, las pequeñas poblaciones, espe- en 1878 en Conga 8 (M. Pereiro, 1872) o la Fe-
cialmente cuando están fuera de las vías princi- rrocarrilana, que se muda a Preguntoiro 33 en el
pales de comunicación, siguen acusando la falta mismo año (M. Prado y Vallo, 1867), son precedi-

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 139

das por diferentes inquilinos y hasta conviven con paulatina estandarización y regularización de los

Juan David Díaz López


residentes estables en otros pisos, como el pro- diferentes pisos o apartamentos empezando por
pietario del inmueble, conforme al uso habitual95 su imagen hacia la calle. Ejemplo de esta ten-
(Fig. 10); incluso puede ser la fonda la arrenda- dencia es el citado edificio de la Ferrocarrilana
dora, como la de Rey, en la Praza da Universidade santiaguesa, que en 1875 sustituye su propuesta
5, que en 1879 ofrece un piso “con su cocina de ático achaparrado, conforme al esquema tra-
independiente”96, o la que opera en 1903 en la dicional, por un cuerpo más proporcionado con
Rúa Nova coruñesa, que proyecta un piso especí- los restantes100; o las múltiples intervenciones
ficamente como “vivienda independiente para el destinadas a sobreelevar y regularizar viviendas
arrendamiento”97. Pero más frecuente es que la antiguas, como las que afectan a la también
fonda sea un inquilino más, que peregrina por la citada fonda de Rey101 o al edificio nº 1 de la
ciudad llevando su marca a cuestas98, lo que en Senra –por seguir con Compostela– que procura
bastantes casos explica la multiplicación de idén- parchear su irremediable aspecto rústico al tiem-
ticos nombres en diferentes domicilios, o incluso po que acoge establecimientos como el Petit
que la fonda contrate apartamentos adicionales Christián102.
en otros inmuebles en función de la demanda99.
Las características que se generalizan en el
En paralelo al proceso de ornamentación, nuevo caserío van a resultar idóneas para los
monumentalización e individualización, el edi- nuevos hoteles, que además de sintonizar con
ficio de viviendas bebe de la idea planificadora sus valores estéticos, ven facilitada la extensión
de raíz ilustrada, lo que además de favorecer y seriación de su actividad. A finales del XIX y
cierta unidad del conjunto urbano, incide en la durante las primeras décadas del XX, tanto los
hoteles principales como los más modestos se
instalan de manera habitual en edificios de vi-
viendas y asumen por tanto su mismo lengua-
je hacia la calle. Las más notables excepciones,
como los hoteles ferrolanos de R. Ucha, no dejan
de ser una confirmación de la segunda premisa,
y otro tanto sucede con los Miño y Barcelona ou-
rensanos (D. Vázquez-Gulías), cuya ambigüedad
tipológica inicial –proyecto limitado al alzado de
fachada y ausencia de mención explícita de des-
tino– vuelve a evidenciar la ausencia de una con-
cepción hotelera emancipada de los clichés re-
sidenciales. Estos clichés se plasman a través de
estilos diversos que pueden ir desde la sencillez
de los coruñeses Continental (arquitecto desco-
nocido, 1884) o La Perla (F. Domínguez, 1877),
con su aire autóctono al que colaboran las gale-
rías (Fig. 11), al vibrante eclecticismo neobarro-
co del Moderno vigués (M. Pacewicz, 1897), de
clara raíz francesa. Son los grandes bloques de
viviendas los que mejor anuncian la evolución a
la larga del hotel: Continental de Vigo (arquitec-
to desconocido, c. 1865) y Palace de A Coruña
(F. Domínguez, 1872), fundado el segundo más
de 40 años después de la construcción, se con-
vierten en protagonistas urbanos gracias al porte
de sus respectivos edificios que, sin renunciar a
Fig. 10. Edificio número 33 de Preguntoiro, Santiago de Com-
postela, donde en 1878 se traslada la fonda Ferrocarrilana. la clásica jerarquía de cuerpos, se valen de una
Foto del autor. inusual amplitud de solar para mostrarse como

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140 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

contundentes bloques de composición regular


Juan David Díaz López

(Figs. 12 y 13). Exploran así, de manera pionera


en nuestras ciudades, la posibilidad de un modo
de alojamiento racional y seriado que dé salida
a situaciones de alta demanda, pero su plasma-
ción aún dista de ser eficiente y convincente,
lastrada por un saneamiento raquítico, la com-
partimentación irregular, habitaciones interiores,
etc. (Fig. 14)103.
En el otro extremo, tenemos las casas uni-
familiares, que no dejarán de ser vistas como
adecuadas para instalar nuevos hoteles. Dos
buenos ejemplos del siglo XX son el santiagués
Hotel España, fundado en una casona barroca
Fig. 11. Izquierda: anuncio del Hotel Continental de A Coruña,
de la Rúa Nova en 1926 (L. A. Ferro Caaveiro,
1890. Tomado de R. Faginas Arcuaz, Guía-Indicador de La 1754104); y el llamado Chalet Losada de Ourense,
Coruña y de Galicia para 1890-91, Imp. de Vicente Abad, que pervive exento en medio de un solar urbano
La Coruña, 1890. Derecha: anuncio del Hotel La Perla de A
hasta la década de 1960 (Fig. 15). Pero quizá el
Coruña, inaugurado en 1911. Tomado de La Coruña. Guía,
planos y vistas, Imp. de Ferrer, Coruña, 1912. primer hotel gallego que adopta un caserón del
XVIII es el Méndez Núñez de Lugo, que nace en
la antigua mansión de los Gil, en la Plaza Mayor,
en 1880, y no desaprovecha la ocasión de pre-
sumir en sus primeros años de su lujo castizo, ni
tampoco de la modernización, tiempo después,
de sus vanos y alturas en los términos ya comen-
tados. Al modo del Europa y el Francia coruñe-
ses, integrados por pares de casas originalmente
independientes, otros cuatro edificios vendrán a
sumarse para completar la historia del Méndez
Núñez, lo que nos evoca aquella antigua que-
ja sobre los hoteles de Londres: “a few priva-
te houses knocked somehow into one...”, dan
Fig. 12. Vista del Hotel Continental de Vigo, ca. 1930. Tarjeta como resultado, como si del juego de monopoly
postal. Colección Antonio Cancela. se tratase, un hotel105.
En conclusión, comprobamos que, de los pri-
meros hoteles urbanos gallegos –y aún de los
que aparecen en las primeras décadas del XX–
solo ejemplos puntuales se valen de un proyecto
específico, y el resto hace uso generalizado de
arquitecturas destinadas inicialmente a viviendas
o, al menos, la documentación no las distingue
con otra calificación que la de “casa”. Por una
parte, esto puede considerarse un síntoma de
inmadurez tipológica, o incluso de precariedad
e improvisación, al menos a la vista de la perso-
nalidad diferenciada que ofrecen otras funciones
urbanas, viejas y nuevas. Pero por la otra, resulta
lógico que el alojamiento temporal se asocie con
Fig. 13. Vista de la Casa Caruncho en el Cantón coruñés,
que acogerá el Palace Hotel a partir de 1916. Grabado. La la iconografía de la casa, de la residencia estable,
ilustración gallega y asturiana, 1879. como referente de familiaridad y bienestar, más

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 141

Juan David Díaz López


Fig. 14. Proyecto de ampliación del Palace Hotel de A Coruña. Planta de distribución del nuevo piso. P. Mariño, 1924. Archivo
Municipal de A Coruña.

cuando la ciudad burguesa promueve un tipo


de edificio “moderno, cómodo, preciso, tecni-
ficable y repetible”106, que dignifica la morada
al tiempo que se abre a la transitoriedad de los
moradores, y que además es el principal agente
estético de la calle y “protagonista indiscutible
de la ciudad ochocentista”107. Solo cuando esta
dimensión privada no baste de por sí, cuando el
hotel comience a requerir una amplia dotación
de espacios comunitarios más allá del comedor
–apenas la única estancia de este tipo en los pri- Fig. 15. Chalet Losada de Ourense, ca. 1915. Tarjeta postal.
meros casos gallegos–, se hará imprescindible el Biblioteca de la Diputación de Ourense.
proyecto ad hoc.

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142 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

NOTAS history, Reaktion, London, 1998, pp. çois-espagnol: composé sur les diction-
Juan David Díaz López

15-16. naires des académies royales de Madrid


1
El presente trabajo se ha realiza-
8
J. Rivera Blanco, coord. (et al.), et de Paris, tome second, Chez C. A.
do con el apoyo de una beca del Pro- Arquitectura y orden: ensayos sobre Jombert, 1786.
grama de FPU del Ministe­rio de Edu­ tipologías arquitectónicas, Instituto de 15
AA. VV., Du palais au palace: des
cación, Cultura y Deporte, así como CC. de la Educación, Valladolid, 1988, grands hôtels de voyageurs à Paris au
en el marco del proyecto de investiga- p. 6: “el estudio tipológico, como pro- XIXe siècle, Paris Musées, Paris, 1998,
ción Memoria, textos e imágenes. La cedimiento analítico, supone un útil pp. 20-23.
recuperación del patrimonio perdido medio, un instrumento concreto de 16
Ibid., p. 20, citando a W. Playfair,
para la sociedad de Galicia (HAR2014- verificación de los elementos regulado- La France telle qu’elle est, et non la
53893-R), financiado por el Ministerio res de la historia y del contexto. Es en France de Lady Morgan, H. Nicolle,
de Economía y Competitividad y con este sentido –entre otros– en el que la Paris, 1820, p. 120.
vinculación al departamento de Histo­ tipología puede y debe ser entendida: 17
A. K. Sandoval-Strausz, Hotel: an
ria del Arte de la Universidade de San- sobre todo como vehículo de conoci-
American history, Yale University Press,
tiago de Compostela. miento, no como objetivo final”.
New Haven and London, 2007, p. 6.
2
Definimos hospedaje –en inglés
9
J. D. Díaz López, Fondas, hospe- 18
Ibid., pp. 6-7.
lodging y en francés hébergement– daxes e hoteis da cidade da Coruña. A
19
F. H. W. Sheppard (ed.), “Gene-
como la actividad de hospedar, es decir, definición dunha tipoloxía arquitectó-
ral Introduction”, en Survey of London:
de alojar a personas ajenas a la casa, nica (tesis de licenciatura, dirigida por
Volume 36, Covent Garden, London
llamadas huéspedes, generalmente a Alfredo Vigo Trasancos), Universidade
County Council, London, 1970, pp.
cambio de un dinero estipulado, por de Santiago de Compostela, 2011:
este aspecto aparece resumido en el 1-18 [Consultado el 30 de enero de
lo que ofrece un carácter temporal
apartado de “conclusiones”. Puede 2015 en: http://www.british-history.
y comercial al que también alude la
consultarse una copia de este trabajo ac.uk/survey-london/vol36/pp1-18].
palabra alojamiento en alguna de sus
acepciones –ing. accommodation y fr. en http://bit.ly/HotelC
20
R. Jacobs, Covent Garden: Its ro-
logement–. Cfr. diccionarios generales, 10
Lo vemos como hostel, con el mance and history, Simpkin, Marshall,
en especial los actuales de la RAE y la mismo significado que posteriormente Hamilton, Kent and co. ltd., London,
RAG. ofrece hôtel, en la primera edición del [1913], pp. 33-37.
3
Aunque de sobra conocido, cabe diccionario de la Academia Francesa
21
J. Bosworth, voz “Inn”, en An
señalar alguno de los muchos aspectos (Le dictionnaire de l’Académie françoi- Anglo-Saxon Dictionary: Based on the
que lo acreditan, como el plano nor- se, dédié au Roy. T. 1. A‑L, Vve J. B. Manuscript Collections of the Late Jo-
mativo: el hotel ha sido considerado Coignard et J. B. Coignard, Paris, 1694, seph Bosworth, ed. Thomas Northcote
la primera categoría hospedera en las p. 572). Toller, Clarendon Press, Oxford, 1898,
sucesivas legislaciones españolas du- 11
Pevsner, op. cit., p. 172; Denby, p. 594.
rante el último siglo, empezando por la op. cit., p. 26. Ambos autores hacen 22
Cfr. la voz “inn” en: T. Sheridan,
Real Orden Circular de 17 de marzo de referencia a diferentes versiones del A General Dictionary of the English
1909, que ya lo citaba en primer lugar, Oxford English Dictionary. Language, J. Dodsley, C. Dilly, and J.
y terminando por las leyes autonómi- 12
La primera definición que se Wilkie, London, 1780; W. Perry, The
cas una vez descentralizadas las com- da de hôtel es “grande maison d’un Royal Standard English Dictionary, I.
petencias sobre el turismo, como la Prince, d’un grand Seigneur, d’une Thomas & E.T. Andrews, Boston, 1788;
7/2011 de 27 de octubre “del turismo personne de grande qualité”, mientras J. Barclay, A complete and universal
de Galicia”, en cuyo art. 56 los hoteles que “se dit aussi d’Une grande maison English dictionary, London, 1792; S.
representan un grupo I por delante del garnie”. Por su parte, maison garnie Johnson, A dictionary of the English
grupo II de las pensiones, ambos eng- se define como “une maison meublée language, 10ª ed., London, 1792.
lobados bajo el redundante epígrafe de qui est à louer en tout ou en partie”. 23
T. Dyche, W. Pardon, A new ge-
“establecimientos hoteleros”. Relacionado con el término hôtel en su neral English dictionary, 11ª ed., C. and
4
W. A. Rutes, R. H. Penner y L. acepción de establecimiento de hos- R. Ware, London, 1760.
Adams, Hotel design: planning and de- pedaje, existe el de hôtellerie, que se 24
Es esencialmente la misma defi-
velopment, Architectural Press, Oxford, define como “maison où les voyageurs nición que la RAE da desde 1737 (cfr.
2001, pp. 4-7. Nos centramos en el es- & les passans sont logez & nourris pour Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua
quema de la p. 4. leur argent”. Cfr. voces “hôtel”, “mai- española, Real Academia Española,
5
Ibid., p. 6. son” y “hôtellerie”, en Dictionnaire de consultado el 15-II-2015, http://ntlle.
6
N. Pevsner, A History of Building l’Académie françoise..., op. cit., edicio- rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle).
Types, Thames and Hudson, London, nes de 1740, 1762 y 1798. 25
R. Ford, A Hand-Book for Tra-
1976, p. 169 y ss. 13
Pevsner, op. cit., p. 175. vellers in Spain, and Readers at Home,
7
E. Denby, Grand hotels: reality 14
N. de Séjournant, voz “hôtel Cambridge University Press, 2011 (1ª
& illusion: an architectural and social garni”, en Nouveau dictionnaire fran- ed. 1845), vol. 1, p. 22.

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 143
26
M. C. Borer, The British hotel tels. An Architectural and Social His- 42
L. Hautecoeur, Histoire de

Juan David Díaz López


through the ages, Lutterworth Press, tory, Chartwell Books, Secaucus, New l’architecture classique en France, A.
Guildford, 1972, p. 19. Jersey, 1984, p. 38. Tras incendiarse el et J. Picard, Paris, 1957, t. VII, pp. 80,
27
Ibid., pp. 27-28 y 57. edificio original en 1795, el Angleterre 249-250.
28
C. Dyer, Standards of living in lo instala Gottfried Rau en la mansión 43
Loyer, op. cit., p. 48.
the later Middle Ages: social change del siglo XVII llamada Grams Gård, que 44
J. M. Pérouse de Montclos,
in England c. 1200-1520, Cambridge había sido de Friedrich von Gram.
L’architecture à la française: du milieu
University press, Cambridge, 1989, p.
35
M. García Filgueira, Eclecticismo du XVe siècle à la fin du XVIIIe siècle,
99. y arquitectura en la Galicia del siglo 2ª ed., Picard, Paris, 2001, p. 69: frente
29
Borer, op. cit., p. 28. XIX. La obra de Domingo Rodríguez a la suite de piezas alineadas a la ita-
Sesmero y Alejandro Rodríguez-Sesme- liana, se define el apartamento francés
30
Ya nos hemos referido al signi-
ro González (tesis doctoral, dirigida por como “un groupement de pièces de
ficado en inglés de inn en la nota 22.
Jesús A. Sánchez García), Universidade fonctions complémentaires, de di-
Respecto al de hotel, es interesante
de Santiago de Compostela, 2006, pp. mensions variables et parfois de plans
hacer un seguimiento de su presencia
90-91, nota 423: cita a Giner de los différents”.
en el diccionario de Johnson, uno de
Ríos; H.-R. Hitchcock, Arquitectura: si-
los más influyentes en la historia del 45
Hitchcock, op. cit., p. 94: en-
glos XIX y XX, Cátedra, Madrid, 1981,
inglés: si bien la palabra hostel se toma tre los más antiguos immeubles de
p. 212. En el original inglés se emplea
prestada del francés a finales del siglo rapport, señala ejemplos de la década
“block of flats”.
XVIII con el único significado de “an de 1830; Gravagnuolo, op. cit., p. 43:
inn”, no es hasta principios del XIX en
36
García Filgueira, op. cit., p. ej. sitúa su predominio en la segunda mi-
que aparece escrita hotel, sin la s –ya pp. 100 y 264; F. Quirós Linares, Las tad del XIX; C. Mignot, L’Architecture
muda– ni el acento circunflejo (Cfr. ciudades españolas a mediados del si- au XIXe siècle, Editions du Moniteur,
Johnson, voces “hostel”/“hotel” en: glo XIX, Ámbito, Valladolid, 1991, p. Paris, 1983, p. 38, fig. 50: relaciona
op. cit., 1792; Dictionary of the English 78 (nota 40), y pp. 61 y 66 con la va-
no obstante la urbanización de Rivo-
language, in miniature, Joseph Hamil- riante “casa de vecindad”; L. Sazatornil
li de Percier y Fontaine con “un type
ton, London, 1805; id., Boston, 1810; Ruiz, Arquitectura y desarrollo urbano
d’immeuble de rapport qui se forme à
id., William Brown, London, 1823; de Cantabria en el siglo XIX, Universi-
Paris au cours du XVIIIe siècle”.
Johnson’s English Dictionary, Cottons dad de Cantabria, Santander, 1996, 46
En Madrid, la encontramos en-
and Barnard, Boston, 1834). p. 158, que también emplea “casa de
tre los ejercicios de la Academia: vid.
vecindad”.
31
Aunque posterior, es ilustrativa por ejemplo A. de Vargas, Casa parti-
la opinión sobre el gusto “teutón”, en
37
Sandoval-Strausz, op. cit., p.
cular de arrendamiento según los usos
especial inglés, de H. C. Shelley, Inns 263 y ss.: el autor emplea “apartment
de Madrid (...) entre tres medianerías,
and taverns of old London, L. C. Page building”, probablemente la denomi-
prueba de examen para maestro de
& Company, Boston, 1909, p. V: “For nación más extendida en el ámbito
obras, 1789 (Real Academia de Bellas
all races of Teutonic origin the claim is anglosajón. No obstante, aunque de
Artes de San Fernando, fondo de dibu-
made that they are essentially home- uso común, el “apartamento” del ga-
jos arquitectónicos, A-1397, A-1398 y
loving people. Yet the Englishman of llego y del español de España ofrece el
A-1399).
the sixteenth and seventeenth and matiz de remitir a un piso “pequeño”
(cfr. diccionarios actuales de la RAG y
47
J. N. L. Durand, Précis des leçons
eighteenth centuries, especially of the
la RAE). d’architecture données à l’Ecole Polyte-
latter, is seen to have exercised con-
chnique, chez l’auteur et Bernard, Pa-
siderable zeal in creating substitutes 38
J. Hernando Carrasco, “Arqui-
ris, 1805, vol. 2, pp. 82-83 y 96.
for that home which, as a Teuton, he tectura y urbanismo del siglo XIX”, en
ought to have loved above all else”. Historia del Arte. El mundo contem-
48
C. Daly, L’architecture privée au
poráneo (dir. Juan Antonio Ramírez), dix-neuvième siècle (sous Napoléon III).
32
A. C. Pugin, J. Britton y W. H.
Alianza, Madrid, 1997, pp. 4-5: “por Nouvelles maisons de Paris et des envi-
Leeds, Illustrations of the Public Buil-
vez primera, en esta remodelación, la rons, A. Morel, Paris, 1864, t. 1, p. 16.
dings of London, John Weale, London,
1838, vol. 2, p. 350. ciudad burguesa comienza a ser codi- 49
Hautecoeur, Histoire... op. cit.,
ficada”. 1953, t. V, p. 227: en las nuevas casas
33
Pevsner, op. cit., pp. 172, 178 y
39
L. Benevolo, Los orígenes del de Rivoli se prohíben los trabajos que
191-92; Denby, op. cit., pp. 22-23. Es
urbanismo moderno, Hermann Blume, requieran de martillo o de horno.
el modelo inglés el que Ford contrapo-
ne cuando evalúa los alojamientos de Madrid, 1976, p. 32. 50
Du palais au palace..., op. cit.,
España: “there has been no demand 40
F. Loyer, Paris XIXe siècle. pp. 60-61. Véase plano p. 61.
for those comfortable hotels which we L’immeuble et la rue, Hazan, Paris, 51
Loyer, op. cit., p. 210.
[los ingleses] have taught the Conti- 1987, p. 50. 52
Du palais au palace..., op. cit.,
nent” (Ford, op. cit., p. 21). B. Gravagnuolo, Historia del ur-
41
pp. 60-61: el año de traslado se toma
34
J. d’Ormesson (et al.), Grand banismo en Europa, 1750-1960, Akal, de las pp. 62-65; el anterior alquiler
Hotel. The Golden Age of Palace Ho- Madrid, 1998, pp. 39, 42-44. (1827-32) es aparentemente para vi-

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144 Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego

vienda y mantiene varios espacios para 62


D. J. Olsen, The growth of Victo- 76
R. Anguita Cantero, Ordenan-
Juan David Díaz López

uso del propietario y su familia (p. 64); rian London, Batsford, London, 1976, za y policía urbana: los orígenes de la
sobre su aspecto exterior, véanse vistas pp. 114-117. reglamentación edificatoria en España
decimonónicas del hotel reproducidas 63
H. P. Clunn, London rebuilt, (1750-1900), Editorial Universitaria de
en las pp. 65 y 69. De hoteles como 1897-1927, J. Murray, London, 1927, Granada, 1997, pp. 189-192.
el Meurice o el Bristol, Hautecoeur pp. 272-273: señala las Albert Hall 77
A. Bonet Correa, “Las ciudades
(Histoire... op. cit., 1957, t. VII, p. 323) Mansions, de 1881, como los primeros españolas del Renacimiento al Barro-
dice que “ils étaient divisés en apparte- pisos construidos en Londres. co”, en Vivienda y urbanismo en Es-
ments de deux à cinq pièces”. paña, Banco Hipotecario de España,
64
H. P. Clunn, The face of London,
53
Du palais au palace..., op. cit., Barcelona, 1982, p. 134.
Phoenix House, London, 1951, p. 429.
p. 63: véanse los dibujos de Pugin que 78
El Observador, «Una casa en el
65
Olsen, op. cit., 1976, p. 117: “a
representan el hall y un salón del hotel. barrio de las Platerías», en Correo lite-
large proportion of Londoners occu-
rario y mercantil, nº 48, 31-X-1828; El
54
Citado en ibid., p. 67: arrenda- pied one or more rooms as lodgings in
Curioso Parlante (R. Mesonero Roma-
miento de Cottreau a Lesieur (1834). what had originally been built as sin-
nos), “Las casas por dentro”, en Cartas
55
Pevsner, op. cit., pp. 182 y 191: gle-family houses”; D. J. Olsen, Town
Españolas, cuaderno 59, 5-VI-1832.
citando a Williamson, afirma que “the planning in London: the eighteenth &
nineteenth centuries, Yale University
79
P. Besas, Historia y anécdotas de
American hotel is to an English hotel
Press, New Haven, London, 1982, pp. las fondas madrileñas, La Librería, Ma-
what an elephant is to a periwinkle...
108 y ss., esp. 111: se ofrecen algunos drid, 2009, pp. 89-118.
An American hotel is as roomy as Buc-
detalles sobre el desarrollo de tene-
80
V. Lampérez y Romea, Arqui-
kingham Palace...”. Más adelante re-
ments a partir de residencias unifami- tectura civil española. De los siglos I al
macha: “as for the sizes of European
liares en el Bedford Estate. XVIII, Saturnino Calleja, Madrid, 1922,
hotels, it is worth remembering that
tomo 2, p. 507: frente a las posadas
even today [1976] hardly any come up 66
J. Tallis, John Tallis’s London
de los caminos, “los alojamientos de
to American scale”. street views, 1838-1840: together with
lujo de las ciudades estaban en casas
the revised and enlarged views of 1847
56
Ibid., p. 178: la suite se destina particulares, sin ninguna disposición
(introduced and with a biographical es-
preferentemente a familias y la habita- característica”.
say by Peter Jackson), London Topogra-
ción individual a hombres solos. 81
J. Hernando Carrasco, Arquitec-
phical Society, London, 2002.
57
Durand, op. cit., p. 83. tura en España 1770-1900, Cátedra,
67
Recordemos aquí la conocida
58
Citado en Du palais au palace..., Madrid, 1989, p. 457.
referencia de Ford (op. cit., p. 21) a los
op. cit., p. 134. 82
Besas, op. cit., pp. 192, 208-209.
alojamientos españoles de hacia 1840:
59
Hautecoeur, Histoire... op. cit., “... when the best in the country, [the
83
Ibid., p. 195.
1953, t. V, p. 227. También Hôtel des inns] are only indifferent when compa- 84
Véase por ejemplo el caso del
finances du Mont Thabor (sin firma), red to those to which Englishmen are balneario de Mondariz según lo expo-
Service des archives économiques et fi- accustomed at home”. ne J. R. Iglesias Veiga, “Os xardíns do
nancières, Ministère de l’économie, de 68
Citas tomadas de Olsen, op. cit., Balneario histórico de Mondariz a través
l’industrie et de l’emploi [consultado el 1976, pp. 93 y 95. Véase también P. do tempo”, en Galucopis (Boletín IEV),
7-III-2015 en http://www.economie. Boniface, Hotels & Restaurants: 1830 nº 19, 2014, pp. 118, 136-153 y 167.
gouv.fr/files/files/directions_services/ to the Present Day, H.M.S.O., London,
85
Díaz López, op. cit., pp. 38-39.
caef/Documents/Expositions_virtuelles/ 1981, introducción, sin paginar. 86
J. Adams, The Adams Papers.
ministere_ville/tha.html]. Diary & Autobiography of John Adams
69
Clunn, op. cit., 1951, pp. 195
60
D. Watkin, “The grand hotel y 376. (ed. L. H. Butterfield), Atheneum, New
style”, en Ormesson (et al.), op. cit., York, 1964, vol. 2, pp. 406-407.
70
M. Binney, The Ritz Hotel, Lon-
p. 20. don (Centenary ed.), Thames & Hud-
87
Ibid., pp. 415-419.
61
En 2012, Reino Unido y Norue- son, London, 2006, p. 150 y ss.
88
R. Southey, Letters written du-
ga son los países de Europa con menor ring a journey in Spain, and a short
71
Sandoval-Strausz, op. cit., pp.
implantación de la vivienda en piso, residence in Portugal, Longman, Hurst,
263-283; P. Groth, Living Downtown:
apenas un 15% del total de residen- Rees and Orme, London, 1808, vol. 1,
The History of Residential Hotels in the
cias, mientras que España y Estonia en- p. 43 y ss. Indica que Floridablanca ha
United States, University of California
cabezan la tabla con un 65%. Francia, levantado en Guitiriz una “casa muy
Press, 1999, p. 52.
por su parte, apenas supera el 30% buena diseñada para posada” que na-
72
Quirós Linares, op. cit., pp. die arrienda.
(cfr. Eurostat, “Distribution of popula-
63-65.
tion by dwelling type, 2012”, consulta- 89
Díaz López, op. cit., pp. 29-30.
73
García Filgueira, op. cit., p. 16.
do el 7-III-2015 en http://ec.europa.eu/ 90
G. Borrow, The Bible in Spain, J.
eurostat/statistics-explained/index.php/
74
Citado por ibid., pp. 12-13. Murray, London, 1843, vol. 2, pp. 142-
Housing_statistics). 75
Sazatornil Ruiz, op. cit., p. 175. 144 y 253-254.

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Una casa para el viajero. Del origen del hotel al caso gallego 145
91
Para el caso coruñés, véase la AM1101, AM1128, padrones de habi- 103
Para las alusiones viguesas y co-

Juan David Díaz López


catalogación de Díaz López, op. cit., tantes de 1875, 1877 y 1880 respec- ruñesas, véanse Areal Alonso, op. cit y
pp. 175-204. tivamente, para las direcciones Conga Díaz López, op. cit.
92
Ibid., pp. 41 y 110-111. 8 y Preguntoiro 33. AM557, fol. 178 y 104
A. Vigo Trasancos (dir.), Galicia
93
Archivo Municipal de A Coruña ss.; AM555, fol. 255 y ss. y el siglo XVIII. Planos y dibujos de ar-
(AMC), obras particulares, C-498-4.
96
Gaceta de Galicia, 26-XI-1879, quitectura y urbanismo (1701-1800),
J. Á. Sánchez García, Faustino Do- p. 4. Fundación Barrié, A Coruña, 2011, pp.
mínguez Domínguez y la arquitectu- 97
Díaz López, op. cit., p. 112. 780-81, cat. 1199.
ra gallega del siglo XIX, Diputación 98
Ibid., pp. 51-52.
105
J. D. Díaz López, “O Hotel Mén-
Provincial, A Coruña, 1997, p. 159: Gaceta de Galicia, 6-VII-1904, p.
99 dez Núñez de Lugo: memoria arquitec-
este tipo de obras de sobreelevación 3: “el Hotel Suizo, la Vizcaína, Europa tónica dun pioneiro da hotelaría gale-
se documentan con frecuencia desde y Petit Christián, arrendaron tempo- ga”, en Boletín do Museo Provincial de
mediados del XIX, como ejemplifica el ralmente domicilios, que destinarán a Lugo, XV, p. 250 y ss. (en prensa).
caso del arquitecto F. Domínguez en A hospedaje”.
106
J. M. Montaner, citado en An-
Coruña. guita Cantero, op. cit., p. 192.
100
AHUS, AM558, fol. 279 y ss.
94
P. A. Areal Alonso, A Arquitec- 107
A. Rosende Valdés, Compostela
AHUS, AM559, fols. 263-266,
101
tura dos hoteis de Vigo no cambio de 1780-1907: Una aproximación a la ciu-
año 1877 (proyecto de A. Bermejo) y
século (1850-1950), Xunta de Galicia, dad decimonónica, Teófilo, Consorcio
AM564, fols. 17-21, año 1882 (proyec-
Dirección Xeral para o Turismo, Santia- de Santiago, Santiago de Compostela,
to de M. Pereiro).
go de Compostela, 1998, p. 31. 2013, p. 217.
102
AHUS, esp. AM558, fols. 117-
95
Archivo Histórico de la Univer-
127, año 1872, y AM589, fols. 107-
sidad de Santiago (AHUS), AM1090,
118, años 1909-10. Véase nota 93.

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EL HAZ Y EL ENVÉS DE LA CIUDAD BURGUESA.
EL EJEMPLO DE PONTEVEDRA
Data recepción: 2014/01/29 Carla Fernández Martínez
Data aceptación: 2015/09/03 Universidade de Santiago de Compostela
Contacto autora: carlafernandez28@gmail.com

RESUMEN
A lo largo del siglo XIX, las ansias modernizadoras y el mito liberal del progreso ocasionaron grandes transforma-
ciones en nuestras ciudades con la intención de convertirlas en el mejor reflejo del desarrollo; sin embargo, las
reformas acometidas implicaron, en numerosas ocasiones, la destrucción de calles, barrios y edificios que, además
de vincularse a la sociedad feudal, eran considerados como obstáculos para su embellecimiento y expansión. En
muchos casos, la escasez de documentación histórica sobre buena parte de ese patrimonio desaparecido y su des-
conocimiento hacen imprescindible la indagación en otras fuentes, destacando por su importancia la iconografía
urbana. Por ello, en este artículo mostraremos la utilidad de ese material para el estudio de las reformas acome-
tidas en Pontevedra, ciudad que fue una de las poblaciones más destacadas de Galicia durante el Liberalismo,
época en la que adquirió una nueva fisonomía acorde con su condición de capital de provincia.

Palabras clave: Pontevedra, siglo XIX, patrimonio desaparecido, progreso, conservación

ABSTRACT
Throughout the 19th century, the yearning for modernisation and the liberal myth of progress led to major
changes in our cities, changes that sought to make them the most faithful reflection of development. On many
occasions, however, these programmes of renewal involved the destruction of streets, neighbourhoods and build-
ings that were associated with the feudal society and regarded as obstacles to the aesthetic improvement and
expansion of cities. In many cases, the lack of historical documentation on much of this lost heritage, coupled
with the lack of awareness of its existence, dictate that other sources must be researched, most notably urban
iconography. This article therefore seeks to demonstrate the usefulness of this material in study the programme
of renewal in Pontevedra, one of the most important cities in Galicia during the age of liberalism, a time when it
took on a new appearance befitting its status as a provincial capital.

Keywords: Pontevedra, 19th century, lost heritage, progress, conservation

Introducción tenían el poder real en el municipio. A lo largo


Al iniciarse el siglo XIX Pontevedra conta- de la centuria, se fue adaptando a los cambios
ba con una población que rondaba los tres mil políticos y se convirtió en una de las ciudades
habitantes; había pasado de ser la villa más más destacadas de Galicia durante la Restau-
populosa de Galicia a experimentar una fuerte ración, debido a la relevancia que adquirieron
recesión demográfica que se remontaba a la algunas personalidades ligadas a la villa, como
crisis de finales del XVI y que no superó hasta Montero Ríos, Vega de Armijo, Bugallal, Gonzá-
la proclamación de la capitalidad y la anexión lez Besada, Fernández Villaverde, García Prieto
de los territorios de Alba, Mourente y Salcedo.1 o Vicenti. Hasta entonces, había mantenido una
Continuaba dependiendo del arzobispo de San- estructura urbana en la que se diferenciaban dos
tiago y, como tal, se incluía en su provincia.2 El zonas: la villa amurallada y el arrabal marinero
núcleo dirigente del Concejo era el regimiento, de A Moureira.3 Sin embargo, el deseo de mejo-
formado por representantes de las familias que rar sus equipamientos e infraestructuras motiva-

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148 El haz y el envés de la ciudad burguesa

ron drásticas intervenciones que fomentaron el años, un nuevo decreto, el de Juan de Burgos,
Carla Fernández Martínez

abandono del barrio marinero y la demolición de le otorgó el título de capital de provincia a Pon-
diversos edificios históricos. tevedra en detrimento de Vigo6 y en 1835 se le
En Galicia, al igual que en el resto de Espa- concedió la categoría de ciudad, comenzando su
ña, el patrimonio arquitectónico no había sufri- nueva andadura.
do pérdidas considerables por motivos bélicos. Las consecuencias de la capitalidad, que
Sus ciudades, a diferencia de otras europeas que fueron múltiples y rigurosamente analizadas
tuvieron que reconstruirse por completo –como por diversos historiadores, implicaron un nue-
Varsovia, Budapest, Celle o Saint Malo-, mantu- vo crecimiento que se vio acompañado de una
vieron hasta el siglo XIX gran parte de los bienes ordenación urbana y de la creación de nuevas
de origen medieval. Fue a partir de la Desamor- infraestructuras. Se produjo un aumento del nú-
tización y del desinterés de mediados del siglo, mero de burócratas, burgueses y profesionales
cuando se produjeron grandes daños. Como ha liberales que dejaron su huella en el urbanismo
señalado, entre otros, Vigo Trasancos,4 “la inefi- a través de diversas construcciones civiles.7 No
cacia de las Comisiones, la lentitud y tardanza de obstante, las transformaciones que más contri-
la declaración oficial de monumentos, la falta de buyeron a modelar el nuevo paisaje de Ponteve-
una debida catalogación de edificios de interés dra se realizaron a finales de la centuria, cuando
histórico, el aprecio distinto que cada época sin- los esfuerzos se centraron en tratar de conver-
tió hacia los estilos arquitectónicos del pasado” tirla en el mejor espejo del desarrollo y del pro-
fueron algunos de los factores que favorecieron greso técnico, suprimiendo los vestigios de un
la desaparición de interesantes construcciones. pasado que se quería olvidar.
Por ello, el principal objetivo de este artículo es Es cierto que el siglo XIX parecía comenzar
analizar cuáles fueron las transformaciones más con buenos augurios para el futuro de la ciudad,
relevantes que experimentó Pontevedra para pero la realidad era distinta; pronto se dejó no-
adaptarse a los nuevos gustos, mientras borraba tar el azote de una crisis económica generada
de su urbanismo todos aquellos elementos que por la falta de infraestructuras, la escasez de co-
podían recordar al Antiguo Régimen. Precisa- municaciones y el caserío envejecido. El retraso
mente, la prontitud con la que se realizaron bue- de Galicia era evidente e hizo que sus núcleos
na parte de las actuaciones impiden el estudio poblacionales se desarrollasen tardíamente, de
de esa arquitectura sacrificada para favorecer el modo que como expuso Bonet Correa:
mito liberal del progreso; de ahí que para su co-
nocimiento debamos recurrir a otras fuentes de Salvo Santiago de Compostela, centro religio-
carácter indirecto, como la iconografía urbana y so y cosmopolita de peregrinación, con funciones
las descripciones textuales. sacras, políticas y universitarias, y Ferrol, base
marítima de la Armada española, con funciones
militares de defensa a escala nacional en el siglo
Nuevas infraestructuras y equipamien- XVIII, las demás ciudades vivían todavía encerrada
tos para la ciudad burguesa en sí mismas.8
El Gobierno Liberal había señalado la nece-
sidad de organizar administrativamente España Pese a ello, a lo largo del segundo lustro del
siguiendo el modelo francés. Así, el Decreto de siglo, la ola de renovación urbana también fue
Cortes de 13 de mayo de 1812, de acuerdo con llegando a la región, acompañada del despegue
el artículo 10 de la Constitución, consideró que cultural que promovió el “Rexurdimento”.9
Galicia debía ser una sola provincia con una In- Gracias a los datos que aportan los libros de
tendencia y una única Diputación Provincial.5 actas, es posible trazar una línea cronológica de
Diez años después, el Decreto de 27 de enero de las actuaciones efectuadas desde los años cua-
1822 estableció su división en cuatro provincias: renta en Pontevedra. Durante esa década, se
A Coruña, Lugo, Ourense y Vigo –que se corres- ocuparon numerosos edificios vacíos, como el
pondía con prácticamente el mismo territorio convento de Santo Domingo, que sirvió para al-
de la actual provincia de Pontevedra-. Tras once bergar el Cuartel de la Guardia Civil.10 Además,

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El haz y el envés de la ciudad burguesa 149

se propuso levantar una escalera a la entrada de Correos y Telégrafos, la Audiencia, el actual

Carla Fernández Martínez


del exconvento de San Francisco, donde estaba instituto Valle-Inclán y la plaza de Toros.
instalado el Gobierno Civil, la Diputación y la De- Los antiguos palacios urbanos y edificios de
legación de Hacienda.11 Asimismo, se planteó la cantería quedaron relegados frente a las cons-
necesidad de construir una cárcel y se comen- trucciones que, en palabras de Soraluce Blond,
zaron a sugerir diversas obras, como la moder- hicieron del eclecticismo la huella de la urbe.19
nización del frente de la Alameda. En cuanto a Tras una primera mitad de siglo sin hechos so-
la mejora de las vías de comunicación, se hizo bresalientes, durante la Restauración, la ciudad
evidente la urgencia de construir un puente o del río Lérez fue adquiriendo un nuevo aspecto,
calzada que facilitase el enlace con Poio.12 Sin acorde con su condición de capital de provincia.
embargo, fue durante la década de los años cin- Mientras tanto, el antiguo arrabal marinero de A
cuenta cuando se realizaron diversas intervencio- Moureira se desdibujaba y borraba de la fisono-
nes que resultaron mucho más agresivas con el mía de una población que daba la espalda de-
patrimonio arquitectónico, como se mostrará en finitivamente a su componente marítimo. Todo
las páginas sucesivas.13 Las decisiones adopta- este proceso de crecimiento urbano y ansia de
das eran las habituales en la época y perseguían progreso, se vio acompañado de un renacimien-
tres objetivos fundamentales: enriquecer las in- to cultural.20 Los conciertos, veladas literarias,
fraestructuras –traída de aguas, pavimentación, homenajes, conferencias, publicaciones periódi-
alcantarillado-, embellecer el centro urbano e in- cas fueron numerosos, al tiempo que germinaba
crementar las redes viarias y las comunicaciones, un interés por salvar la memoria histórica, cuyos
abriendo nuevas calles y adecuando los caminos máximos defensores fueron los miembros de la
y carreteras.14 Sociedad Arqueológica, dirigida por Don Casto
Estas actuaciones de mejora viaria estuvieron Sampedro.21
acompañadas de la creación de espacios abier-
tos donde la burguesía podía pasear y disfrutar Las destrucciones patrimoniales del siglo
del tiempo libre. Para ello, se amplió la Alameda, XIX
coincidiendo con la construcción del nuevo edifi-
cio consistorial por Alejandro Rodríguez-Sesme- Como se ha comentado en el epígrafe ante-
ro, el arquitecto que comenzó a dar forma a la rior, el afán por mejorar la viabilidad, la higiene,
actual plaza de España.15 Se perfeccionaron los el ornato, la seguridad, etc., en definitiva, el an-
servicios con la traída de aguas en 1883 y con helo de progreso y bienestar provocó drásticas
la creación de los depósitos en San Mauro,16 se intervenciones que sepultaron muchos edificios
restauró y amplió el alcantarillado y se generalizó históricos y, en algunos casos, barrios enteros.22
el alumbrado eléctrico. Por otro lado, se cons- Así, el tránsito de la ciudad del Antiguo Régimen
truyeron diversos edificios para satisfacer las ne- a la moderna urbe burguesa implicó el sacrificio
cesidades sociales y lúdicas de la burguesía, co- de un buen número de arquitecturas en el cami-
menzando por el Teatro. En cualquier caso, el in- no del quimérico progreso.
mueble que marcó la renovación de Pontevedra En Galicia,23 al igual que en el resto de Espa-
fue la Casa Consistorial. El proyecto había sido ña, el patrimonio arquitectónico no sufrió daños
encargado en la década de los setenta a Justino considerables por motivos bélicos, de modo que
Flórez Llamas,17 pero se demoró ante la urgencia no es desacertado señalar que las principales
de tratar otros asuntos. En 1876, este arquitecto destrucciones se realizaron de manera pacífica.
se trasladó a Vigo para ocupar la plaza munici- En una obra, ya clásica, dedicada a los monu-
pal, siendo sustituido con carácter interino por mentos destruidos entre 1832 y 1932,24 Gaya
Alejandro Rodríguez-Sesmero González, autor Nuño enumera más de veinte edificios demo-
de la Casa Municipal y verdadero renovador de lidos en esta región, excluyendo las murallas y
la ciudad.18 Pocos años después, se levantaron otros ejemplos de centros menores. Teniendo en
la nueva feria de ganados y el cementerio, el cuenta estas consideraciones, no resulta extra-
Palacio Provincial, la Escuela Normal de Artes y ño que Pontevedra fuese privada de algunas de
Oficios, el cuartel de San Fernando, el edificio sus construcciones y monumentos más valiosos

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150 El haz y el envés de la ciudad burguesa

desde mediados del siglo XIX. Un dato significa- analizar la evolución, la función y el significado
Carla Fernández Martínez

tivo al respecto lo constituye una comunicación de dichas imágenes, normalmente partiendo de


enviada al Jefe Político de la Provincia, donde se casos locales. Ese interés por los retratos de la
señalaba que no existía en la ciudad ningún mo- ciudad ha permitido el desarrollo de una gran
numento digno de conservarse a excepción de la variedad de líneas de trabajo dentro de lo que
iglesia de Santa María.25 denominamos como iconografía urbana.
La primera Comisión de Monumentos de No cabe duda de que la utilidad del docu-
Pontevedra se creó el 10 de octubre de 1844 y mento gráfico se incrementa al abordar el aná-
estuvo constituida por Don Enrique Álvarez Bra- lisis de ese patrimonio desparecido del que ape-
ña, Don Ventura Rego y Domínguez, Don Clau- nas conservamos información histórica, al per-
dio Zúñiga y Don Francisco Sánchez.26 Inicial- mitirnos recuperar parte de la memoria olvidada
mente, se caracterizó por su ineficacia, debido a en el urbanismo y apreciar cómo se interpretaron
la dejadez con la que se afrontaron los temas, el espacios, lugares y edificaciones muy diferentes
escaso apoyo de los sucesivos gobiernos muni- a las actuales como se mostrará seguidamente.
cipales y los enfrentamientos que mantuvo con
el encargado de la Comisión de Arbitrios de la Uno de los hitos más singulares de la ciudad
Desamortización de Santiago.27 medieval era la muralla. Ya Alfonso X en sus Par-
tidas consideró que ciudad era “todo aquel lugar
En realidad, durante esos años, en Galicia, cercado por muros”.29 Se trataba del elemento
la recuperación de la ciudad histórica se limitó a más importante para garantizar la defensa, al
actuaciones puntuales de reconstrucción de cier- tiempo que condicionaba fuertemente el urba-
tas unidades arquitectónicas que mantuvieron la nismo. Su construcción era el primer paso para
visión tradicional del monumento aislado. Esta la fundación de una ciudad y las vistas urbanas
concepción favoreció que el patrimonio menor más antiguas inciden en su importancia. Es muy
fuese descuidado hasta perecer en las trans- probable que la cerca de Pontevedra se comen-
formaciones y actuaciones contemporáneas. zase a levantar poco después de que la villa re-
Es cierto que en Pontevedra se conservan inte- cibiese su fuero en 1169. A lo largo de la Edad
resantes ejemplos de su devenir urbano y que
Media, sufrió diversas ampliaciones fruto del cre-
todavía es posible observar restos de la arqui-
cimiento demográfico y urbano y, al igual que en
tectura tradicional; sin embargo, con la capitali-
la mayoría de las urbes españolas, a mediados
dad y las ansias de progreso y modernización se
del siglo XIX se comenzó a plantear su derribo.
demolieron algunos de los edificios más signifi-
Como argumentos para su demolición se insistía
cativos de su historia, como la antigua muralla,
en su aspecto ruinoso y en la necesidad de libe-
las Torres Arzobispales,28 la Bastida, numerosos
rar espacio para construir nuevas calles.30 De to-
palacios urbanos y ejemplos de arquitectura re-
das formas, su destrucción se produjo en diver-
ligiosa, entre los que destacaba la iglesia de San
sas fases, prolongándose hasta la década de los
Bartolomé el Viejo y el Hospital e Iglesia de San
años setenta. Es cierto que se había producido
Juan de Dios. La falta de documentación histó-
un auge demográfico que exigió la creación de
rica y la prontitud de su destrucción obligan a
nuevos espacios de uso residencial, pero no es
que, para su estudio, debamos recurrir a otras
fuentes como la iconografía urbana, integrada menos cierto que tras la Desamortización fueron
por los dibujos, grabados, lienzos y planos a los liberados terrenos que podían aprovecharse para
que aludiremos en las páginas sucesivas. la construcción. Otro de los razonamientos más
utilizados era la falta de salubridad y el afán por
imitar lo que estaba ocurriendo en las grandes
Imágenes para el recuerdo urbes. Así, emulando a las capitales europeas,
En los últimos años han aumentado consi- como Londres, Edimburgo, París, Hamburgo y
derablemente las investigaciones centradas en Ámsterdam, a lo largo del siglo XIX, las ciudades
la representación del mundo urbano a lo largo españolas fueron sepultando sus murallas me-
de la Historia del Arte. Desde diversos puntos dievales. Buena parte de la sociedad decimonó-
de vista, numerosos estudiosos han intentado nica consideraba que uno de los motivos de los

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El haz y el envés de la ciudad burguesa 151

males de las urbes derivaba de la presencia de de la reflexión sobre las alteraciones que estaban

Carla Fernández Martínez


las cercas, así que, como ha señalado Navascués, afectando a la urbe en un momento en el que
las enfermedades, el estancamiento económico, la muralla era un motivo de rechazo y desprecio
la delincuencia, etc., parecían ser la causa directa para los partidarios de la modernización urbana
de su permanencia.31 y arquitectónica, aunque, para otros, represen-
Debido a la escasez de documentación his- taba el último episodio, tal vez el más decisivo,
tórica y a la ausencia de restos materiales, el re- de la pérdida irreparable del patrimonio histórico
pertorio gráfico sobre la muralla de Pontevedra y monumental de Pontevedra.
es una de las fuentes más valiosas para conocer “Se trata de una de las huellas del feudalis-
las características de la misma. En este sentido, mo que tanto dicen y tan admiradas son por las
frente a los testimonios alusivos a otros hitos ur- personas entendidas”. Fueron estas las palabras
banos de los que conservamos un buen número que pronunciaron algunas de las personalidades
de representaciones de diferentes épocas, en partidarias de conservar la Fortaleza Arzobispal,
este caso tenemos que recurrir a diversos planos otro de los ejemplos de arquitectura civil del
de finales del siglo XVI, custodiados en el Archi- medievo pontevedrés.34 Se trataba de una de
vo de Simancas y a una serie de láminas realiza- las construcciones que, junto con las torres de
das en el seno de la Sociedad Arqueológica. Por la muralla, enfatizaban el aspecto fortificado de
lo que se refiere a los ejemplos de Simancas, nos la villa. Estaba situada en uno de los puntos más
presentan el trazado de los muros y sus dimen- estratégicos, en las inmediaciones de la iglesia de
siones, señalando la ubicación de los diversos to- Santa María, en el solar que hoy ocupa el pala-
rreones e incidiendo en el protagonismo de algu- cete Méndez Núñez. En su origen fue un edificio
nas de sus puertas y edificios más significativos, gótico levantado por los Sotomayor-Turrichaos
como la iglesia de Santa María, el convento de en el siglo XIII y estaba compuesto por torres de
San Francisco y la iglesia de San Bartolomé el Vie- diferentes alturas que tuvieron que ser reparadas
jo. También las vistas de época moderna, como de manera continuada a partir del XVII.
la célebre acuarela de Pier Maria Baldi, permiten
En 1863 se comenzó a plantear la necesidad
observar y analizar su estado de conservación en
de derribar lo que se conservaba del edificio.35
los siglos XVII y XVIII, pero no fue hasta finales
La Comisión de Monumentos Artísticos había
del XIX cuando volvió a ser la protagonista de
incautado el conjunto y permitió que el Ayun-
varios dibujos. El ambiente cultural finisecular
tamiento realizase el desmonte de las piedras
y el interés de la Sociedad Arqueológica por el
para reutilizarlas en el Teatro Principal y en otras
estudio de la historia local, generó una amplia
obras que se consideraban imprescindibles para
documentación gráfica, basada en las investiga-
el embellecimiento y ornato de la que se había
ciones de Casto Sampedro.32 Todo ello posibilitó
convertido en capital de provincia.
la creación de un fondo de imágenes pictóricas,
cuyo objetivo prioritario era reconstruir la fisono- Al igual que en el caso de la muralla, la es-
mía que podía haber tenido el burgo medieval.33 casez de datos sobre su estructura hace impres-
Entre los dibujantes y aficionados que plasmaron cindible recurrir a otras fuentes, entre las que
su idea de la muralla destacó Celso García de la destaca la producción plástica que la tuvo como
Riega, quien realizó una lámina de cada una de protagonista. La mayoría de los artistas y aficio-
las puertas principales con unas características nados que la representaron reflejaron el aspecto
compositivas muy similares. En todas ellas optó ruinoso que tenía desde mediados del siglo XIX
por concederle el protagonismo a una puerta, (Fig. 1) o reconstruyeron el que podía haber pre-
pero en segundo plano introdujo otras construc- sentado en el medievo. Algunos, se limitaron a la
ciones y una serie de personajes que aluden a las plasmación de las torres y otros se centraron en
actividades propias de cada zona. La muralla se todo el conjunto. No obstante, dependiendo de
nos presenta con unas dimensiones considera- la perspectiva adoptada, nos encontramos ante
bles, almenada y con varios torreones defensivos dos tipos de obras: aquellas que ofrecen vistas
propios de la arquitectura medieval. La serie sur- de su estructura desde el interior de la villa y las
gió como fruto de un trabajo de investigación y que la muestran desde el exterior del recinto. El

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152 El haz y el envés de la ciudad burguesa

ejemplo y algunos de sus colaboradores, como


Carla Fernández Martínez

Luis Gorostola, Francisco Sobrino Codesido y


Celso García de la Riega realizaron diversas lámi-
nas del aspecto que presentaba en el momento
en el que su conservación estaba siendo objeto
de controversia.
Es innegable que la muralla y la Fortaleza Ar-
zobispal constituyen los ejemplos más relevantes
de arquitectura civil desaparecida de Ponteve-
dra; sin embargo, existían también interesantes
pazos de época moderna. Entre ellos destaca-
Fig. 1. Fotografía de Zagala de un óleo de M. Casal. Finales del ban el Palacio de los Churruchaos (Figs. 2 y 3),
siglo XIX. (Archivo gráfico del Museo de Pontevedra) el del General Miranda y el de los Condes de
San Román (Fig. 4). Se trataba de una serie de
testimonio más antiguo fue realizado por Jenaro construcciones que gozaban de una ubicación
Pérez Villaamil en 1849, con motivo de su viaje a privilegiada y se integraban en el antiguo recin-
Galicia.36 El ferrolano incidió en su apariencia rui- to amurallado, sobresaliendo frente al resto del
nosa y poblada de maleza, pero reflejó también caserío de carácter popular. Y es que la ciudad
su estructura, conformada por una gran torre ofrecía hasta el siglo XIX una gran variedad de ti-
de tres cuerpos, separados por una imposta con
coronamiento de almenas pentagonales, y otra
torre de dimensiones más modestas, remodela-
da en el siglo XVII. Unas décadas después, la So-
ciedad Arqueológica se interesó también en este

Fig. 2. Casa de los Churruchaos. Pontevedra. Francisco Zagala, Fig. 3. Pontevedra. Casa de los Churruchaos. Federico Alcove-
ca. 1908. (Archivo gráfico del Museo de Pontevedra) rro López, 1905. (Museo de Pontevedra)

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El haz y el envés de la ciudad burguesa 153

to rebajado; en la primera planta se disponían

Carla Fernández Martínez


una serie de ventanas engalanadas con diversos
elementos decorativos y en la superior se abrían
varios huecos de diferentes dimensiones. Su pro-
fusión ornamental aludía a un momento tardío
del Gótico en el que comenzaron a introducirse
motivos propios del Renacimiento y constituía
una de las arquitecturas civiles más destacadas
de esta época.
Junto con estos edificios laicos, Pontevedra
contaba también con ejemplos de construccio-
Fig. 4. Pontevedra. Casa-Pazo de los condes de San Román. nes sacras de las que no conservamos ningún
Federico Alcoverro López, 1905. (Museo de Pontevedra) resto material: la iglesia de San Bartolomé el Vie-
jo y el Hospital e Iglesia de San Juan de Dios. La
primera de ellas se había erigido con motivo del
pologías arquitectónicas y junto con los edificios crecimiento urbano y demográfico, que eviden-
civiles de origen medieval, sobresalían otros que
ció la necesidad de crear una segunda feligresía,
rememoraban la Edad Moderna y que podemos
y se encontraba en las inmediaciones del actual
conocer gracias a los dibujos y fotografías reali-
Teatro Liceo. Por su parte, el hospital e iglesia de
zadas en el seno, nuevamente, de la Sociedad
San Juan de Dios fue fruto de la iniciativa privada
Arqueológica.
de una pontevedresa, que donó sus posesiones
El Palacio de los Churruchaos se encontra- urbanas en la Plaza de Curros Enríquez. Las re-
ba al inicio de la calle Charino, en un solar si- presentaciones de estas edificaciones son más
tuado entre las Torres Arzobispales y la puerta escasas que en los casos anteriores y se trata, en
de Santo Domingo. No se ha podido encontrar su mayor parte, de reconstrucciones hipotéticas
una explicación a su denominación, pero sí se realizadas por Celso García de la Riega y Federi-
sabe que perteneció a los Sotomayor. Como co Alcoverro; no obstante, es preciso detenerse
otras construcciones de la época, los daños que en su análisis debido a la parquedad de datos
sufrió con la invasión de los ingleses en 1719 para su conocimiento.
propiciaron su abandono en los siglos siguien-
tes y, aunque perduró hasta la primera década La iglesia de San Bartolomé el Viejo fue una
del XX, su estructura había sido profundamen- de las primeras arquitecturas que se demolieron
te alterada. Según Filgueira Valverde, su diseño en el siglo XIX y se encontraba dentro del recinto
pudo ser realizado por los maestros que estaban amurallado, en las proximidades de la puerta de
trabajando en la iglesia de Santa María, concre- Santo Domingo.38 La prontitud de su destrucción
tamente por Diego Gil. Sin embargo, los datos y la escasez de documentación histórica y gráfica
que disponemos para conocer sus características dificulta el estudio de la fábrica primitiva, pero,
son muy escasos, pues solamente contamos con gracias a las Costumbres de la Villa, redactadas
alguna fotografía, una detallada descripción de en época del arzobispo Juan Arias, sabemos que
su fachada de Villa-amil y Castro37 y un dibujo, estaba levantada y en servicio a mediados del
realizado por Federico Alcoverro a principios siglo XIII.39 Se erguía en el terreno que actual-
del siglo XX (Fig. 3). Colaborador asiduo de la mente ocupa el Teatro-Liceo; su fachada coinci-
Arqueológica, Alcoverro fue uno de los artistas día con la del Teatro y sus ábsides con las esca-
que más láminas aportó sobre la Pontevedra An- linatas traseras. Era una iglesia románica de tres
tigua. Para representar al palacio optó por mos- naves, cuyo atrio se utilizaba en las reuniones
trar su fachada principal utilizando un encuadre de la cofradía de San Juan y en las del Concejo.
ligeramente diagonal. Estaba articulada en tres A la ausencia de restos para su conocimiento se
pisos separados por líneas de impostas: en el suma la carencia de documentación histórica y
bajo se situaban dos puertas entre varios vanos, de descripciones.40 Quizás esta escasez de datos
destacando la central con arco de medio pun- y la celeridad de su demolición contribuyeron a

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154 El haz y el envés de la ciudad burguesa

que había perdido su carácter sacro, cambiando,


Carla Fernández Martínez

como consecuencia, su uso y significado. La de-


molición de la iglesia de San Bartolomé modificó
sustancialmente la percepción de esta zona de la
ciudad, que se convirtió en uno de los escenarios
más representativos de la burguesía pontevedre-
sa, tras la construcción del edificio del Teatro.
El Hospital de Corpus Christi, conocido des-
de 1598 como el de San Juan de Dios, se encon-
traba en un tramo entre la calle Real, el callejón
Fig. 5. San Bartolomé O Vello. Celso García de la Riega, 1905.
de las Ánimas y la calle de Don Gonzalo, ocu-
(Museo de Pontevedra) pando parte de la plaza de Curros Enríquez.41 Se
había construido por iniciativa de una particular
en la Baja Edad Media, pero experimentó diver-
que fuese un elemento poco reiterado por los
artistas que trabajaron sobre la arquitectura des- sas alteraciones en la Edad Moderna. Gracias a
aparecida; sin embargo, conservamos un óleo y la documentación custodiada en el archivo del
un dibujo de Celso García de la Riega de gran Museo de Pontevedra y a los testimonios gráfi-
interés documental (Fig. 5). El artista optó por cos, sabemos que tenía una planta rectangular
un punto de vista frontal para representar la fa- y que en el lado norte contaba con una iglesia,
chada principal del templo y algunas de las cons- un oratorio y una capilla de Ánimas.42 De todos
trucciones vecinas. Según su interpretación, nos modos, la producción plástica que conservamos
encontraríamos ante una iglesia de tres naves, se centró en la representación de sus elemen-
con campanario y atrio de acceso, empleado tos más significativos: la portada del hospital y
como lugar de reunión. La delimitaban diversas la de la iglesia. El testimonio más antiguo fue
edificaciones medievales, que recordaban el ca- realizado por V. García en una fecha próxima a
rácter fortificado de la ciudad; así, en el flanco su demolición y muestra el acceso principal (Fig.
izquierdo es posible apreciar una de las casas- 7). Se trataba de una fachada barroca, fruto de
fortaleza, mientras que en el derecho se distin- las remodelaciones de la fábrica original realiza-
gue la casa das Campás o Palacio de Pardo Lis. das después de haber sido cedido a la Orden de
El Museo de Pontevedra custodia también una San Juan. La puerta estaba flanqueada por dos
fotografía de un óleo de 1862, atribuido a Ra- columnas salomónicas que sujetaban un frontón
món Buch y Buet sobre el aspecto de la plaza triangular partido donde se ubicaba una hor-
tras la demolición de la iglesia (Fig. 6). Como se nacina con la imagen del santo, rematada, a su
observa en la imagen, el espacio liberado seguía vez, con otro frontón partido con una bola. La
siendo utilizado como lugar de encuentro, aun- obra nos permite intuir, además, parte del patio
con un lavadero. Según Casal, tenía dos alturas
y se articulaba mediante sencillas columnas; su
estructura respondía, por tanto, a la tipología
codificada para los hospitales, donde las diver-
sas dependencias se disponían hacia un espacio
abierto.
Esta portada fue plasmada nuevamente a
principios del siglo XX por Federico Alcoverro
y Arturo Souto, dos de los colaboradores de la
Sociedad Arqueológica, quienes optaron por re-
iterar las mismas características. En cuanto a la
iglesia contigua, dice Fernández Villa-amil que
Fig. 6. Fotografía de un lienzo de Ramón Buch y Buet del solar
de la iglesia de San Bartolomé. Francisco Zagala, 1905-1908. tenía planta rectangular o de salón con tres arcos
(Archivo gráfico del Museo de Pontevedra) formeros.43 Para su conocimiento, conservamos

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El haz y el envés de la ciudad burguesa 155

Carla Fernández Martínez


Fig. 7. Portada del hospital de San Juan de Dios. V. García, ca.
1896. (Museo de Pontevedra)

un dibujo de Federico Alcoverro que la presenta Fig. 8. Pontevedra. Iglesia del hospital de San Juan de Dios,
antes de Coro de Deus. Federico Alcoverro López, ca. 1900.
encajonada entre otras construcciones vecinas, (Museo de Pontevedra)
revelando en alzado su planta irregular (Fig. 8).
Este hospital fue uno de los últimos hitos
urbanos que se sepultaron en el siglo XIX. En
1820, tras la supresión de las órdenes hospita- Nota final
larias, el Ayuntamiento se hizo cargo del edificio A lo largo de su historia las ciudades han ido
y de sus rentas; después volvió a pertenecer a la adaptando y acondicionando sus equipamientos
Orden, aunque en 1836 fue entregado a la Junta a las necesidades de cada sociedad, alterando,
de Beneficencia y el 20 de junio de 1849 se ce- para ello, parte de su tejido urbano. Sin embar-
dió nuevamente al Ayuntamiento. Pese a que se go, hasta el siglo XIX las actuaciones acometidas
mantuvo en pie hasta los últimos años del siglo no supusieron una transformación radical de
XIX, poco antes de su demolición ya presentaba su estructura. Generalmente, habían consistido
un nefasto estado de conservación. Así, en 1895 en operaciones de ensanchamiento de calles,
el gobernador de la provincia ordenó al Ayun- apertura de plazas y renovación del caserío, y se
tamiento su demolición. Con su destrucción no habían realizado respetando el pasado y el pa-
solo se perdió una de las arquitecturas barrocas trimonio heredado. Con la entrada del XIX, el
más interesantes de la ciudad, sino que cambió interés por embellecer la ciudad y convertirla en
sustancialmente la percepción de la plaza, al el mejor símbolo del progreso, conllevó interven-
construirse diversos inmuebles residenciales que ciones que implicaron el sacrificio y la destruc-
le confieren un notable aire burgués. ción de numerosos edificios históricos.

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156 El haz y el envés de la ciudad burguesa

Como ya se ha señalado, uno de los pretex- vida. Su pérdida nos ha privado de unas arqui-
Carla Fernández Martínez

tos más utilizados para defender los derribos era tecturas que solo podemos recuperar mediante
la necesidad de levantar nuevos edificios sobre la recreación de su memoria. Precisamente, la
sus solares y el deseo de ensanchar las calles parquedad de información histórica sobre sus
para abrir grandes bulevares. De todos modos, característica dificulta su estudio, motivo por el
ciudades como Cáceres, Segovia, Tarragona o que la documentación gráfica a la que se ha alu-
Ávila o pueblos como Almazán, Plasencia, Daro- dido es una de las pocas herramientas de las que
ca, etc., en los que se conservan buena parte de disponemos para acercarnos a una parte del pa-
las antiguas cercas, demuestran que era posible trimonio urbano que no fue comprendido y que,
preservar lo bello e histórico sin impedir el creci- en algunos casos, no se tuvo ni tan siquiera en
miento armónico. consideración. En este sentido, se ha pretendido
Esa fiebre demoledora fue contestada por insistir en que la iconografía urbana no es solo
importantes sectores del mundo de la cultura, el conjunto de imágenes sobre la ciudad, sino
principalmente arquitectos y artistas, pero, en la también un instrumento portador de memoria
mayoría de los casos, sus recomendaciones fue- colectiva que puede ser utilizado para analizar
ron ignoradas. Así, las acciones que produjeron cómo entendieron diferentes generaciones los
más daños fueron, sobre todo, las destrucciones mismos rincones y monumentos. Así, los dibu-
pacíficas, premeditadas y frías, que no respon- jos, grabados, planos y fotografías constituyen,
dían a ninguna finalidad estratégica, sino a un en definitiva, una valiosa herramienta para el co-
desprecio por los testimonios materiales del pa- nocimiento de la historia y de la memoria visual
sado. de la ciudad y nos permiten reconocer aspectos
todavía visibles, así como analizar otros que en
En las páginas precedentes se ha tratado de muchos casos no forman parte ni tan siquiera
mostrar cómo desde mediados del siglo XIX en del recuerdo de buena parte de la ciudadanía.
Pontevedra se demolieron diversos edificios cuyo Son el signo todavía palpable de la identidad co-
valor arquitectónico representativo de una épo- lectiva de las sociedades que fueron habitando
ca está fuera de toda duda. Algunos de ellos, so- la ciudad y nos aportan un caudal de informa-
bre todo los de carácter civil y público, son ejem- ción sobre las múltiples lecturas que se le dio en
plos paradigmáticos del abandono y la incuria cada época, de modo que pueden abrir nuevas
con que fueron tratados por las instituciones y líneas de investigación en el ámbito de la historia
autoridades competentes a lo largo de su exis- de las mentalidades y de la cultura.
tencia y, especialmente, en sus últimos años de

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El haz y el envés de la ciudad burguesa 157

NOTAS En los años posteriores a la capita- Rodríguez Sesmero y Alejandro Rodrí-

Carla Fernández Martínez


1
Este texto fue realizado dentro lidad de Pontevedra, Vigo no cesó en guez-Sesmero González, Universidad
del marco del proyecto de investigación sus intentos por ostentarla y en 1841 de Santiago de Compostela, Santiago
«Encuentros, intercambios y presencias presentó un proyecto para su traslado de Compostela, 2006; F. Portela Sando-
en Galicia entre los siglos XVI y XX» Archivo Municipal de Pontevedra. Li- val, “Alejandro Rodríguez-Sesmero, un
(HAR2011-22899), del «Programa de bros de Actas, 20 de junio de 1841. (En arquitecto ecléctico de finales del siglo
Consolidación e Estructuración de Uni- adelante AMP). XIX: de Galicia a República Argentina”,
dades de Investigación Competitivas» 7
Para aproximarse a la arquitectu- Madrygal, nº11, 2008, pp. 147-157; J.
(GRC2013-036) y del «Programa de ra civil de Pontevedra véase: C. García A. Sánchez García, “La recepción de los
Consolidación e Estructuración. Redes» Alén, Arquitectura civil de Pontevedra, modelos franceses en la arquitectura
(R2014/024). Universidad de Santiago de Composte- ecléctica: Alejandro Rodríguez-Sesme-
2
X. Fariña Jamardo, A Deputación la, Santiago de Compostela, 1955. ro y su proyecto para el ayuntamiento
de Pontevedra: 1836-1986, Diputación 8
A. Bonet Correa, “Las ciudades de Pontevedra (1876)”, Espacio, Tiem-
de Pontevedra, Pontevedra, 1986. gallegas en el siglo XIX”, en Arte y po y Forma, Serie XVII, nº 13, 2000, pp.
ciudad en Galicia, siglo XIX, Fundación 361-400.
3
Sobre la historia de Pontevedra
véase, entre otros: X. Fortes Bouzán, Caixa Galicia, Madrid, 1990, p. 87.
19
J. R. Soraluce Blond, “El edificio
Historia de la ciudad de Pontevedra, La 9
Sobre la renovación urbana de del antiguo café moderno: su arqui-
Voz de Galicia, A Coruña, 1993; J. Jue- las ciudades gallegas a finales del siglo tectura”, en O antigo café moderno
ga Puig, E. Sotelo Resurrección, A. Peña XIX y principios del siguiente véase: A. de Pontevedra (C. Casaeres Coord.),
Santos, Pontevedra. Villa amurallada, Vigo Trasancos, “Galicia no horizonte Fundación Caixa Galicia, Pontevedra,
Diputación de Pontevedra, Pontevedra, de 1909. Cidades e arquitecturas para 2001, p. 265.
1995; A. Peña Santos, Historia de Pon- unha época de esplendor burgués”, en
20
Para acercarse al panorama cul-
tevedra, Vía Láctea, A Coruña, 1993. Exposición gallega de 1909. Santiago, tural de Galicia del siglo XIX, puede
4
A. Vigo Trasancos, “O patrimonio Consorcio de Santiago, Santiago de resultar de interés, entre otras: J. M.
urbano e arquitectónico. Memoria e Compostela, 1990, pp. 31-78. García Iglesias, O século XIX, Conselle-
identidad de un pobo”, en O patrimo- 10
AMP. Libros de Actas, 21 de ría de Cultura e Comunicación Social,
nio cultural. Valía e protección (A. Roma enero de 1845. Para mayor informa- Santiago de Compostela, 1997.
Valdés, Dir.), Xunta de Galicia, Santiago ción sobre las actas municipales de
21
Entre las publicaciones dedica-
de Compostela, 2006, pp. 7-32. la época, puede resultar de interés: das a la labor de la Sociedad Arqueoló-
5 La Constitución de 1812 esta- E. Sotelo Resurrección, Pontevedra: gica, cabe resaltar: J. Filgueira Valverde,
blecía en su artículo 10 la extensión 1840-1915, Diputación de Pontevedra, “Don Casto Sampedro y su Sociedad
y división del territorio español. “El Pontevedra, 1997. Arqueológica”, Museo de Ponteve-
territorio español comprende en la 11
AMP. Libros de Actas, 15 de fe- dra, nº 5, 1948, pp. 16-49; J. Filgueira
Península con sus posesiones e islas brero de 1845. Valverde (Coord.), Los dibujantes de la
adyacentes: Aragón, Asturias, Castilla Sociedad Arqueológica, Museo de Pon-
12
AMP. Libros de Actas, 23 de
la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extre- tevedra, Pontevedra, 1995.
enero de 1843.
madura, Galicia, Granada, Jaén, León, 22
R. Anguita Cantero, Ordenan-
13
Fue en los años cincuenta cuan-
Molina, Murcia, Navarra, Provincias za y policía urbana. Los orígenes de la
do se inició el derribo de la muralla, de
Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas reglamentación edificatoria en España
las Torres Arzobispales y de la Fuente
Balerares y las Canarias con las demás (1750-1900), Universidad de Granada,
de la Herrería.
posesiones de África”. Htpp://www. Granada, 1997, pp. 225-234.
14
H. Capel, Capitalismo y morfo-
congreso.es/constitución/ficheros/ 23
Sobre la historia de la conserva-
logía urbana en España, Los Libros de
historicas/cons_1812.pdf. [Consulta: ción en Galicia, véase: R. Méndez Fon-
la Frontera, Barcelona, 1983, pp. 9-39.
12/01/2015]. te, La conservación de los monumentos
15
AMP. Libros de Actas, 29 de oc- arquitectónicos en Galicia, Embora, Fe-
6
“Decreto de 30 de noviembre de
tubre de 1879. rrol, 2010.
1833”, Gaceta de Madrid, nº 154, 3 de
diciembre de 1833.
16
AMP. Libros de Actas, 14 de no- 24
Iglesia de San Bartolomé de
viembre de 1883. Pontevedra, iglesia de Cálogo en Vi-
Para profundizar en la historia de
la proclamación de la capitalidad de
17
AMP. Libros de Actas, Sesión de llanueva de Arosa, San Jorge de Co-
Pontevedra, véase J. Fariña Jamardo, 3 de agosto de 1876. dosera en la Estrada, Santa Eulalia de
“La capitalidad de Pontevedra”, en 18
Para mayor información sobre Camba, iglesia de Manduas en Lalín,
Historia de las rías, II, Fundación Caixa el nombramiento de Sesmero y las el claustro de Tojosoutos en Noia, la
Galicia, Vigo, 2000, pp. 489-504; J. Fa- implicaciones que tenía su puesto de casa de la misa de Alba en Ourense,
riña Jamardo, M. Pereira Figueroa, La interinidad en el ayuntamiento pon- la torre de Doña Urraca en Caldas, el
diputación de Pontevedra: 1836-1986, tevedrés véase: M. García Filgueira, convento de Santo Domingo de A Co-
Diputación Provincial, Vigo, 1986, pp. Eclecticismo y arquitectura en la Gali- ruña, Santa Catalina de Montefaro en
105-151. cia del siglo XIX: la obra de Domingo Ferrol, Santo Domingo de Pontevedra,

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158 El haz y el envés de la ciudad burguesa

San Francisco de Ourense, los palacios muerte ocupó el puesto de secretario pese a la situación alejada de la edifi-
Carla Fernández Martínez

de Altamira y Torrenovaes en Santiago, Luis Gorostola; el vicepresidente era cación barroca, su disposición interior
la casa del cabildo en en Santiago, la José Casal, médico e iniciador de la y exterior, así como su ventilación ofre-
fortaleza arzobispal en Pontevedra, el Antropología Cultural en Galicia; era cían un lugar más adecuado y “salu-
castillo de Villalba, la iglesia parroquial depositario otro médico, Luís Sobrino dable” para el culto. Archivo Histórico
de Santiago de Padrón, la casa del Rivas; pertenecían también a la junta Provincial de Pontevedra (en adelante
general Miranda y el palacio de San Luís García de la Riega y el poeta Ro- AHPPO). Expediente sobre la traslación
Román en Pontevedra, el Palacio de la gelio Lois. Además, fueron también de la iglesia parroquial de San Bartolo-
Inquisición den Santiago y el hospital miembros activos: Souto Cuero, Vives, mé de esta capital a la de la Compañía.
de San Juan de Dios en Pontevedra. A. Alcoverro, Jesús Muruáis, Emilio Ála- Concello de Pontevedra, Leg. 10-41.
Gaya Nuño, La arquitectura española varez Jiménez y Losada Amor, Riestra, 39
J. Villa-amil y Castro, “Ponte-
en sus monumentos desaparecidos, Mon e M. González Besada, Reguera, vedra monumental. San Bartolomé”,
Espasa Calpe, Madrid, 1961. Sobre el Sequieros, La Fuente, Pita Cobián, Eiras Galicia Diplomática, T. IV, 1889, p. 29.
ejemplo concreto de Pontevedra, véa- Puig, Losada Vázquez, Fenech, Fernán- 40
Entre las descripciones de la vieja
se, entre otros: E. Sotelo Resurrección, dez Prada, Olmedo, Casas Buílla, Mar-
Pontevedra, una de las más destacadas
“Arquitectura derrubada e construida tínez Casal, Ferreirós, Soto, Gay, Blanco
es la que trazó el canónigo de la caedra
na Pontevedra do século XX”, Diario Guera, etc. Para mayor información
de Santiago Don Jerónimo del Hoyo en
de Pontevedra, 15 de agosto de 1992. véase: J. Filgueira Valverde, “Os homes
sus “Memorias del Arzobispado” que
25
AMP. Libros de Actas, 4 de fe- da Arqueológica”, en Os debuxantes
redactó siendo visitador en teimpo del
brero de 1841. da Sociedade Arqueolóxica… Op. cit.,
prelado Don Maximiliano de Austria
26
Memoria comprensiva de los pp. 10-12.
(1603-1614), terminadas hacia el 1620
trabajos verificados por las Comisiones 33
Aunque algunos de estos dibu- y custodiadas en el Archivo Arzobispal
de Monumentos Históricos y Artísticos jos han sido publicados en diversos es- de Santiago. En ellas figura una peque-
del Reino, desde 1º de julio de 1844 tudios otros son inéditos. Al respecto, ña alusión a las diveras capillas de la
hasta igual fecha de 1845, Imprenta véase la tesis doctoral: C. Fernández iglesia. Según Del Hoyo existían las si-
Nacional, Madrid, 1854, p. 143. Martínez, Iconografía de una ciudad guientes: la de San Ildefonso, la de San
27
R. Méndez Fonte, La conserva- atlántica. Memoria e identidad visual Roque, la de San Salvador y San An-
ción de los monumentos… Op. Cit., de Pontevedra, Universidad de Santia- drés, la de Nuestra Señora de la Piedad,
pp. 109-113. go de Compostela, Santiago de Com- la del canónigo Simón Rodríguez, la de
28
Sobre la iconografía de esta postela, 2013. Santanta y San Mauor de Diego de An-
construcción puede resultar de interés:
34
Para mayor información sobre la dión, la de la Concepción de Nuestra
C. Fernández Martínez, iconografía de la Fortaleza Arzobispal Señora, la de la Quinta Angustia y la
29
J. Sánchez Arcilla, Las siete parti- remitimos a: C. Fernández Martínez, conocida como Capilla de Alba.
das, Reus, Madrid, 2004. “La memoria recuperada. Una apor- 41
Sobre la historia de este hospi-
tación a la arquitectura desaparecida tal: C. Fernández Martínez, “Regresar
30
Los libros de Actas que se cus-
de Pontevedra” Liño, nº20, 2014, pp. a la ciudad que fue. Iconografía urbana
todian en el Archivo Municipal reflejan
79-88. de la arquitectura barroca en Ponte-
el interés del Ayuntamiento por pro-
ceder al derribo de la muralla desde
35
AMP, Libros de Actas, Sesión del vedra”, en Barroco Iberoamericano.
1852. Las primeras referencias sobre 2 de diciembre de 1863. Identidades culturales de un imperio
su mal estado de conservación citan a 36
El dibujo se encuentra en muy (C. López Calderón, Mª. A. Fernández
la Puerta de la Peregrina y al postigo mal estado de conservación, por ello se Valle, I. Rodríguez Moya Dir.), Andavi-
de la Galera y fueron redactadas por el ha prescindido de incluir una reproduc- ra, Santiago de Compostela, 2014, pp.
arquitecto municipal Don José García ción de la imagen. 475-488; E. Fernández-Villamil y Ale-
Limeses. AMP. Libros de Actas. Sesio- 37
J. Villa-amil y Castro, “Obras gre, “El hospital de San Juan de Dios
nes del 22 de abril de 1852 y del 9 de civís”, Galicia Diplomática, t. IV, nº 4, de Pontevedra”, Museo de Pontevedra,
junio de 1852. 1889, p. 30. nº9, 1955, pp. 91-126.
31
P. Navascués Palacio, “Abajo 38
Su derribo se consumó en 1842,
42
Los estudios alusivos a este hos-
las murallas”, Descubrir el Arte, nº 16, pero ya en época del Padre Sarmiento pital son muy escasos e incompletos.
2000, pp. 116-117. hubo una primera intención de demo- Además, buena parte de la documen-
32
Entre las figuras más relevantes lerla y permaneció cerrada al culto des- tación gráfica alusiva al mismo no ha
de la Sociedad Arqueológica cabe des- de el 15 de enero de 1826. En 1835 sido publicada.
tacar a: Carmelo Castiñeira, hombre el Ayuntamiento expuso los inconve- 43
E. Fernández-Villaamil y Alegre,
vinculado a la promoción “rexiona- nientes y ventaja de trasladar el culto al “El hospital de San Juan de Dios”…
lista” de “La Patria Gallega”, tras su convento jesuítico, argumentando que, Op. cit.

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LA GALERÍA CLAIRE COPLEY Y LOS INTERCAMBIOS
ENTRE NORTEAMÉRICA Y EUROPA EN EL TIEMPO
DEL ARTE CONCEPTUAL (1973-1977)1

Data recepción: 2014/01/23 Pedro de Llano Neira


Data aceptación: 2016/01/13 Universidade de Santiago de Compostela
Contacto autor: pedro.dellano@gmail.com

RESUMEN
La galería de Claire Copley en Los Ángeles fue un espacio que inspiró algunos de los proyectos más innovadores
y vanguardistas del arte Conceptual. En un periodo de solo cuatro años, entre 1973 y 1977, Copley promovió ex-
posiciones como las de Michael Asher, Bas Jan Ader o Allen Ruppersberg, que forman parte de la historia del arte
reciente. Dos fueron sus objetivos principales: mostrar el trabajo de artistas locales que todavía no habían recibido
la atención que ella consideraba que se merecían y crear un diálogo entre Norteamérica y Europa. Copley no limi-
tó su atención a los rompedores lenguajes del Conceptual, sino que también dio cabida a un grupo de pintores
que se aproximaban a este medio artístico con originalidad. Este artículo pretende ofrecer una panorámica de su
experiencia desde el punto de vista histórico, artístico, económico, crítico y social, a partir de una investigación
realizada en el Getty Research Institute de Los Ángeles, que aporta una importante cantidad de documentación
inédita, así como la voz de la propia Copley, en citas procedentes de varias conversaciones mantenidas con el
autor desde 2010.

Palabras clave: arte conceptual, diálogo Europa-Norteamérica, galerías de arte, crítica institucional, mercado del arte

ABSTRACT
The Claire S. Copley Gallery in Los Angeles inspired some of the conceptual art movement’s most innovative and
avant-garde projects. Over a period of just four years, from 1973 to 1977, Copley staged exhibitions by Michael
Asher, Bas Jan Ader and Allen Ruppersberg, all of whom form an integral part of recent art history. Her two main
objectives were to show the work of local artists who had yet to attract the attention she believed they deser-
ved, and to create a dialogue between North America and Europe. Rather than limit her attention to the radical
languages of conceptual art, Copley also gave room to a group of painters who adopted an original approach to
the medium. This paper offers a broad view of her experience from a historical, artistic, economic, critical, and
social standpoint, both through research conducted at the Getty Research Institute in Los Angeles, which holds a
significant amount of unpublished documentation, and through recordings of a number of interviews that Copley
has given to the author of this paper since 2010.

Keywords: conceptual art, the European/North American dialogue, art galleries, institutional critique, art market

A principios de los años setenta, desde la galería de Claire


Copley, en Los Ángeles, se alimentaban sorprendentes obras
de lo que se llamaba arte “conceptual”. Vista en retrospecti-
va, la galería de Claire se situaba en las puertas de un terri-
torio al que nos invitaba a entrar, en donde Arte y Vida eran
inseparables y desde el cual no habría vuelta atrás
Judith E. Vida-Spence2

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160 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

Introducción conceptual”7. Lawrence Weiner fue más lejos


Pedro de Llano Neira

En septiembre de 1971, cuando el arte Con- todavía para apostar por una obra que, a dife-
ceptual se encontraba en pleno auge y el SoHo rencia de la de Lewitt, ni siquiera necesitaba ser
construida físicamente8. Lucy Lippard habló de
neoyorkino se convertía en el epicentro de la
un arte “desmaterializado”, en su célebre vo-
“neovanguardia”, Claire Copley visitó la primera
lumen recopilatorio de 19729, mientras que los
exposición de Gilbert & George en los Estados
autores de la “crítica institucional” desarrollaron
Unidos, en la galería Sonnabend, que estrena-
los aspectos más radicales de este movimiento,
ba su legendario loft en el 420 de la calle West
en los ámbitos político, económico y social.
Broadway. Allí encontró una colección de gran-
des dibujos de la serie The General Jungle or Ca- Muchos de estos artistas –claves para com-
rrying on Sculpture y asistió a la representación prender la génesis y desarrollo del Conceptual:
de la famosa performance Underneath the Ar- Kosuth, Lewitt, Weiner, Asher, Buren, etc…– for-
ches, en la que los artistas aparecían como es- maron parte del “núcleo duro” del proyecto de
culturas vivientes, moviéndose como autómatas, Claire Copley, que nos disponemos a desarrollar
entonando una sentimental melodía británica de a continuación.
los años de la depresión, con sus tradicionales Copley regresó a Los Ángeles en 1969, la
trajes de tweed y sus rostros y manos maquilla- ciudad en la que nació y creció, después de pa-
dos en tono dorado3. Esta experiencia fue catár- sar su adolescencia y primera juventud lejos de
tica para Copley, que entonces contaba tan solo ella, en Francia, junto a su padre, y Nueva York.
veintitrés años y todavía no había decidido que Los años setenta debutaron allí tras un quinque-
camino seguir4. En ella están presentes dos de nio violento, en el que los disturbios de Watts
los elementos que más tarde serían fundamen- (1965), el asesinato de Robert Kennedy (1968) y
tales en su proyecto y que este artículo pretende los crímenes de Charles Manson (1970), golpea-
analizar: la radicalidad y frescura del arte Con- ron al país. La ciudad entraba en esa década en
ceptual y el diálogo que se generó a través de medio de una fuerte contestación social, con la
sus artistas entre los Estados Unidos y Europa. guerra de Vietnam en su momento más crítico.
Por descontado, la definición del arte Con- En paralelo, el planeamiento urbanístico que se
ceptual es problemática. Cuando apelamos a había promocionado y exportado desde los cin-
este movimiento nos estamos refiriendo, en cuenta – la ciudad suburbial y dependiente del
realidad, a un conjunto de prácticas diversas y, automóbil – se puso en cuestión con la crisis del
en ocasiones, contrapuestas5. El uso del término petróleo. La elección del primer alcalde negro
para designar a un conjunto de artistas que co- de una gran ciudad en los Estados Unidos – el
menzaron sus carreras a mediados o finales de demócrata Tom Bradley, en 1973 – tampoco fue
los sesenta se había generalizado a principios suficiente para evitar un proceso de segregación,
de los setenta, cuando Copley abrió su galería. cada vez más acentuado, que recluía a latinos y
Por entonces, los críticos se habían dado cuenta afroamericanos en ghettos, mientras que las cla-
de que lo que aglutinaba a estos artistas era su ses blancas acomodadas se fortificaban en unas
creencia común en que la idea era más importan- incipientes “gated communities”, asomadas a la
te que su materialización física6. En sus orígenes costa. Políticamente, la ciudad fue testigo tam-
y en su versión más purista, nos encontramos bién de la caída del que fue uno de sus grandes
con el conceptual “lingüístico” de artistas como valedores; Richard Nixon.
Joseph Kosuth y el grupo que se aglutinó alre- A pesar de todo, Los Ángeles experimentó
dedor del galerista y comisario Seth Siegelaub, en aquellos años un periodo de gran dinamismo,
en Nueva York. Junto a ellos aparecieron pronto que la mantuvo relativamente al margen de la
otras versiones: Sol Lewitt eliminó las decisiones crisis económica y el proceso de reconversión in-
racionales que caracterizaban a los anteriores en dustrial que vivía el resto del país. En particular la
su manifiesto “Paragraphs on Conceptual Art” costa Este y su cinturón industrial. En contraste,
(1967), que se considera como el primer texto California vivía un periodo de auge y crecimiento
en el que se usa y se define la expresión “arte a medida que el centro de gravitación económi-

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 161

ca y cultural se desplazaba hacia el Sudoeste y como la galería Ferus, en la que Warhol expuso

Pedro de Llano Neira


el Pacífico. Estados Unidos entraba en la nue- su serie de las sopas Campbell por primera vez,
va economía de servicios posfordista y ciudades en 1962, habían desaparecido, el arte Concep-
como Dallas, Houston, Phoenix y, en particular, tual se reducía a espacios alternativos con au-
Los Ángeles, se beneficiaron del auge de las in- diencias muy modestas –estudiantes y artistas,
dustrias informáticas, farmacéuticas, aeronáuti- básicamente.
cas, militares, agrícolas, educativas, de investiga- En Europa y Nueva York, sin embargo, el
ción… y, por supuesto, del rol fundamental que Conceptual había pasado por un periodo es-
los medios de comunicación jugaron en la nueva pecialmente intenso entre 1969 y 1972, con
sociedad, con Hollywood a la cabeza. Todos es- las exposiciones When Attitudes Become Form
tos elementos contribuyeron a definir el carác- y Documenta V como hitos. En Nueva York, el
ter de una ciudad fuertemente marcada por las MoMA institucionalizó el movimiento median-
contradicciones entre la naturaleza y la cultura te la muestra Information, comisariada por Ky-
urbana, entre la autenticidad y la ilusión. naston McShine e inaugurada en 1970. Algu-
Estos procesos hicieron de California un nos artistas angelinos – como John Baldessari,
enclave experimental y avanzado que ya mira- Allen Ruppersberg o el holandés residente en
ba más hacia oriente que a occidente. Fue pre- California Ger van Elk – participaron en estos
cisamente esta sociedad, compleja y llena de proyectos, pero el conocimiento de su trabajo
energía, en la que coexistieron los hippies de los en su propia ciudad era, todavía, relativamente
sesenta, con las estrellas de Hollywood, los in- escaso. El Conceptual supuso un terremoto en
migrantes latinoamericanos y asiáticos, los miles el mundo del arte. Efectuó una rigurosa crítica
de estudiantes universitarios, los seguidores del de la objetualidad de la pintura y la escultura, a
New-age, Bill Gates y Steve Jobs, Steven Spiel- través de obras de arte inmateriales o efímeras,
berg y George Lucas, los surfistas y los “angeles performances e intervenciones en el espacio ar-
del infierno”, los punks y las sectas apocalípticas, quitectónico y en el paisaje. Frente a este tipo
los norteamericanos llegados del medio-oeste de lenguajes rupturistas, lo que predominaba
después de la Gran Depresión y Walt Disney… la en Los Ángeles, en el arte de vanguardia – al
que atrajo o retuvo a los artistas en Los Ángeles. menos hasta 1970 y asimiladas las experiencias
A pesar de este contexto estimulante, que de los grupos de artistas de los sesenta; los del
sin duda influyó en la creación cultural, la situa- “assemblage” (Wallace Berman, George Herms,
ción de la escena artística institucional en Los Ed Kienholz) y los del “Finish Fetish” (Billy Al
Ángeles a principios de los setenta era muy dis- Bengston, John McCracken, Ron David, Craig
tinta a la de la actualidad, cuándo la metrópoli Kauffman) – era una versión colorista, industrial
californiana se ha convertido en un foco cultural y decorativa de las tradiciones abstractas, con
que disputa la primacía de Nueva York, en los artistas como Chuck Arnoldi o Laddie John Dill
Estados Unidos. Hace cuarenta años, Los Ánge- como grandes figuras, entre las nuevas gene-
les era un contexto “provinciano”, según la opi- raciones recién salidas de la prestigiosa escuela
nión de muchos de sus protagonistas, y el arte Chouinard.
de vanguardia era minoritario y poco apreciado. El Conceptual supuso un reto de gran enver-
Copley lo define de una manera directa: “Era gadura para el comercio del arte, igual que las
como el “salvaje oeste”. Había pocos actores y vanguardias en su día. Muchos de los artistas de
pocas reglas”10. El MoCA ni siquiera existía (se esta generación, influidos por los movimientos
fundó en 1979 y el edificio se terminó en 1986), contraculturales de los años sesenta, trataron
los museos más importantes –como el LACMA, de cuestionar, atacar, transformar o destruir el
inaugurado en 1965– eran conservadores en mercado del arte, como parte del sistema capi-
relación al arte contemporáneo y las galerías se talista. Para ello concibieron obras inmateriales
limitaban, en su mayoría, a promocionar lengua- que, originalmente, pretendían resistirse a la ob-
jes tradicionales como la pintura o la escultura. jetualización y comercialización. Escritores como
En un momento en el que iniciativas pioneras, Lucy Lippard recopilaron y analizaron las distin-

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162 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

tas estrategias que adoptaron11. A pesar de sus (MTL en Bruselas y Wide White Space en Am-
Pedro de Llano Neira

esfuerzos, las galerías no tardaron en encontrar beres), con extensiones en Holanda, como Art
compradores y coleccionistas dispuestos a pagar & Project. Alemania ostentaba la centralidad
por propuestas que, en ocasiones, se limitaban, en el mapa y era el hogar del galerista más in-
en su presentación material, a textos mecano- fluyente; Konrad Fisher. En París también había
grafiados, fotografías documentales en blan- un cierto movimiento alrededor de la galería de
co y negro o intervenciones en el desierto. No Yvon Lambert. Italia era otro foco importante,
muchos, es cierto. Ni tampoco en todas partes: sustentado en su poderosa burguesía y un denso
Nueva York, Bélgica, Alemania e Italia fueron los tejido galerístico12. En suma, puede decirse que
principales focos de atracción. Pero no Los Án- Los Ángeles era realmente un contexto poco de-
geles. sarrollado para el mercado del arte conceptual
y que sus artistas sobrevivieron como pudieron
Galerías como Art & Project (Amsterdam), la
– muchos de ellos dando clase en sus prestigio-
Bykert Gallery (Nueva York), Leo Castelli (Nueva
sas escuelas de arte – hasta que se produjo un
York), Konrad Fisher (Düsseldorf), Nigel Green-
fuerte giro hacia el comercialismo alrededor de
wood (Londres), MTL (Bruselas), Yvon Lambert
1978, poco después de que Copley diese por
(París), Rolf Ricke (Colonia), la galería Toselli (Mi-
terminada su aventura13.
lán), Sperone (Turín), Sonnabend (Nueva York),
John Weber (Nueva York), Jack Wendler Gallery Antes de ese momento, la situación era re-
(Londres) o Wide White Space (Amberes) fueron lativamente anodina, desde la clausura de la
las encargadas de renovar el panorama galerís- galería Ferus, en 1966. No era un yermo, pero
tico en los años sesenta y setenta. Las personas tampoco había motivos para la euforia. La Dwan
que las dirigían se arriesgaron. Confiaron en Gallery (1959-1967) fue posiblemente uno de
artistas muy jóvenes que manejaban lenguajes los espacios más importantes en la década de
iconoclastas con una audiencia muy reducida. los sesenta, pero su principal objetivo no era
Gracias a ello, mostraron por primera vez obras mostrar artistas locales, sino neoyorkinos (Carl
de arte que hoy forman parte de la historia del Andre, Dan Flavin, Sol Lewitt, Robert Smithson).
arte y se convirtieron en parte de su génesis. Las Molly Barnes fue una de las primeras en retomar
relaciones entre estas galerías eran fluidas y los esa tarea invitando a John Baldessari a hacer su
intercambios de artistas y proyectos constantes. primera exposición individual en 1969. Pero su
Se hizo habitual que las galerías que estaban proyecto duró poco. Más o menos por la mis-
próximas geográficamente (como las de Ambe- ma época, a finales de los sesenta, Riko Mizu-
res, Bruselas, Amsterdam y Dusseldorf) colabora- no – una estudiante japonesa de cerámica en
Chouinard –abrió las puertas de la 669 Gallery
ran y pagasen a medias los viajes de los artistas
en el boulevard de La Ciénaga, el principal foco
norteamericanos, por ejemplo, para abaratar
galerístico de la ciudad. El estreno de Mizuno en
costes.
1967 fue nada menos que con una exposición
La casuística del mercado del arte en los de Henry Miller. En los años venideros, Mizuno
setenta fue muy diversa. En Los Ángeles, la au- –una galerista poco convencional14– formó un
sencia de coleccionistas solventes en el ámbito “establo” con artistas como Larry Bell, Billy Al
conceptual fue un obstáculo que todas las ga- Bengston, Vija Celmins, Jack Goldstein, Ed Mo-
lerías tuvieron que afrontar, en mayor o menor ses o Tom Wudl y su galería se convirtió en una
medida. No hubo ninguna que destacase. En de las más “deseadas” por los artistas jóvenes
Nueva York, las cosas eran distintas. Allí si había para exponer15. Con ella trabajó durante unos
mercado y profesionales que conseguían equili- meses Eugenia Butler, que poco después iba a
brar un agudo sentido artístico con un compor- lanzar su propio proyecto, también en la zona
tamiento comercial agresivo (Leo Castelli, Illeana de La Ciénaga. La galería de Butler –otro carác-
Sonnabend, Holly Solomon). En Europa, cada ter extravagante– no duró mucho (1968-1971),
país poseía una particularidad. Bélgica contaba pero fue muy influyente para Copley en su pe-
con los mejores coleccionistas (Daled, Fiszman, riodo de formación –a pesar de que sus sensibili-
los Herbert…) y un par de galerías importantes dades fuesen diferentes16. Entre las exposiciones

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 163

que realizó está la primera individual de Dieter fueron los referentes que Copley tuvo alrededor

Pedro de Llano Neira


Roth en los Estados Unidos (1970) – un proyecto cuando decidió lanzarse al arriesgado negocio
en el que el artista islandés mostró treinta y siete del mercado artístico.
maletas llenas de queso que, a los pocos días,
comenzó a pudrirse, causando un incidente con El proyecto de Copley
el departamento de salud de la ciudad. Butler
expuso a artistas como John Baldessari, Georges Claire S. Copley nació en Los Ángeles y
Brecht, James Lee Byars, Ed Kienholz o Douglas acababa de cumplir veinticinco años cuando la
Huebler y dio la primera oportunidad a algunos aventura de la galería comenzó. Su padre era
jóvenes conceptuales, como Allen Rupersberg17. William N. Copley, un artista que fue el primero
en exponer a los surrealistas en la costa Oeste
Otras galerías contemporáneas a la de Co- (Man Ray, Joseph Cornell, Max Ernst, Dorothea
pley fueron Nicholas Wilder, David Stuart Ga- Tanning, Roberto Matta, Yves Tanguy), en la ga-
llery, Morgan Thomas y, más tarde, la Asher- lería que tenía en un bungalow, en Beverly Hills.
Faure gallery, que terminaría convirtiéndose en Lo hizo en un momento, a finales de los cuaren-
la Patricia Faure Gallery. Como alternativa al ta (1947-49), en que el público para ese tipo de
sistema galerístico, algunos artistas crearon es- arte era escaso en la ciudad de las estrellas22. La
pacios abiertos al público en los que no se ven- primera galería Copley duró apenas dos años,
día arte, sino que funcionaban como punto de pero sin duda ejerció un influjo importante en
encuentro y debate. Ruppersberg lo hizo con el deseo de su hija de retomar su iniciativa. La
sus célebres Al´s Café y Al´s Hotel, dos locales infancia y adolescencia de Copley fueron afor-
en los que las fronteras entre arte y vida fue- tunadas, en el sentido de que tuvo acceso a la
ron reducidas a su esencia18. La programación cultura a través de las actividades de su padre,
del curador Hal Glicksman en la galería de la pero también sombrías, si tenemos en cuenta
universidad de Irvine, primero (1972-75), y en que la década de los cincuenta fue especial-
la escuela Otis, después (1975-1981), también mente siniestra, para los artistas e intelectuales
era seguida con interés. El recién creado PS1, de en Hollywood, a causa de la “caza de brujas”.
Nueva York, fue otro referente clave para Copley Copley abandonó la ciudad cuando era adoles-
en aquel momento, que, frente al comercialismo cente y regresó en 1969. Su objetivo entonces
que entonces comenzaba a gestarse y crecería era estudiar con el poeta Emmett Williams, en
exponencialmente en los ochenta, consideraba la recién inaugurada escuela CalArts, para dedi-
su proyecto galerístico como “un espacio expo- carse a la escritura. Los inicios de CalArts fueron
sitivo ante todo”19. particularmente caóticos y Copley duró poco allí.
En este contexto destacó especialmente un Tras abandonar la escuela, Copley trabajó para
espacio periférico; la Pomona Art Gallery. La Po- un amigo en la industria cinematográfica y co-
mona Art Gallery era una sala de exposiciones noció a los artistas Allen Ruppersberg y Terry y
vinculada al campus de Claremont; una ciudad- Jo Harvey Allen – recién salidos de Chouinard - a
satélite, cincuenta kilómetros al este de Los Án- través de su hermano Billy, que comenzaba su
geles, en el camino hacia el desierto. La Pomo- carrera como pintor. A través de ellos frecuentó
na Art Gallery estuvo dirigida por Helene Winer a otros artistas (Goldstein, Leavitt, McCollum y
entre 1970 y 1973; periodo en el que muchos Wegman) y entró a formar parte de la escena
de los artistas que más tarde formaron parte del artística de la ciudad23.
proyecto Copley realizaron exposiciones que, en En las últimas semanas del verano de 1973,
el algunos casos, resultaron muy influyentes20. Claire Copley y Allen Ruppersberg –que mante-
Winer se dedicó a mostrar obras “en las que nían una relación sentimental– hicieron una gira
nadie estaba interesado en aquel momento”, por Europa para inaugurar exposiciones del ar-
según declaró en su momento John Baldessari21. tista en Amsterdam, Londres, París y Milán. El
La programación de la galería de Pomona, jun- viaje tenía como propósito adicional que Copley
to con algunos de los espacios citados anterior- entrase en contacto con distintos artistas euro-
mente –en Los Ángeles, Nueva York y Europa– peos y visitase a Françoise Lambert, la que iba a

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164 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

ser su socia, en Milán. Copley y Lambert se ha- discreción y rigor, sin renunciar a la empatía, la
Pedro de Llano Neira

bían conocido en Los Ángeles, a través de Rup- ironía y el sentido del humor - un rasgo de su
persberg, y llevaban varios meses dándole forma carácter que sale a relucir a menudo, como en el
a la idea. Lambert era la exmujer del galerista siguiente comentario que hizo al galerista Paul
parisino Yvon Lambert y había estrenado su es- Toner, informándolo sobre la marcha de su pro-
pacio en Milán, en 1969, con una exposición de yecto: “[…] la galería sigue adelante y es con
Richard Serra, a la que siguieron otras de Richard certeza una de las más interesantes de LA –tan
Long, Robert Ryman y David Lamelas. Cuando sólo estoy esperando a que todo el mundo se de
Copley pisó suelo italiano, las primeras cartas cuenta”25. En sus cartas, Copley muestra tam-
a artistas, con invitaciones para exponer en el bién un afinado sentido crítico.
otoño de 1973, en Los Ángeles, ya habían sido Su principal objetivo cuando inauguró la ga-
enviadas. Además de con Ruppersberg, Lambert lería era mostrar el trabajo de artistas residentes
había colaborado con otros artistas norteameri- en Los Ángeles que, desde su punto de vista,
canos, como William Wegman. La posibilidad de todavía no habían recibido la atención que se
crear un vínculo trasatlántico entre Milán y Cali- merecían. Además de esto, el proyecto de Co-
fornia era uno de los principales alicientes para pley se basó en otros dos pilares: apoyar pro-
ambas a la hora de emprender esta aventura. yectos que rompiesen con las convenciones del
La alianza, sin embargo, no duró mucho. arte tradicional. Incluso a riesgo de espantar a
Poco antes de inaugurar la primera exposición los compradores. Y hacer todo lo posible para
con William Wegman, Lambert dio marcha atrás establecer un diálogo entre Los Ángeles, Nueva
y se retiró del proyecto, dejando a Copley sola York y Europa.
al frente del mismo, con apenas experiencia y Para cumplir el primer objetivo, Copley dio li-
una inversión económica imposible de asumir bertad a sus artistas para crear instalaciones “si-
para ella, tal y como había sido concebida origi- te-specific” y piezas performativas, como las de
nalmente. Copley recuerda ese momento crucial Michael Asher, Sol Lewitt o Bas Jan Ader. La idea
con agradecimiento hacia los artistas: era romper fronteras y cuestionar la primacía de
la pintura, tal y como hacían otros espacios mo-
[Françoise] tenía una galería maravillosa y era destos en tamaño pero grandes en ambición y
muy independiente en sus elecciones de artistas.
osadía como el Kabinett für aktuelle kunst de
Ella estaba mostrando a algunos de los artistas
Bremerhaven, en el que expusieron muchos de
de Los Ángeles en Milán, como Ruppersberg o
Wegman. Así que abrimos la galería juntas en Los
los artistas de Copley26. Del mismo modo, Co-
Ángeles pero ella se retiró después de un mes por pley, tras el fracaso de la relación con Françoise
razones personales. De modo que me encontré en Lambert, convenció a varios artistas europeos
la tesitura de tener que seguir adelante yo sola. (Buren, Dibbets, Fulton, Lamelas; además de los
Cuando Françoise abandonó la galería me senté que ya vivían allí, como Ader o van Elk) para via-
con Bill [Leavitt], Al [Ruppersberg], Ger van Elk, jar hasta Los Ángeles y presentar su obra. Este
Bill Wegman, Bas… y dijimos, ¿quien quiere ser punto era especialmente importante porque la
el siguiente? Fueron muy generosos y me ayuda- ciudad californiana ha tenido siempre que lidiar
ron en todo lo que pudieron. Juntos conseguimos con la paradoja de ser una de las urbes cultural-
elaborar un programa de exposiciones, y yo conse- mente más influyentes del planeta, mientras que
guí reunir el dinero suficiente para tener la galería
se percibe a si misma aislada, geográficamente.
abierta durante seis meses y, a partir de ahí, ver lo
Los continuos viajes de Ruppersberg a Europa
que pasaba24.
fueron una gran ayuda para Copley, en ese mo-
En la correspondencia que mantuvo con sus mento, para recopilar información y noticias so-
artistas, con coleccionistas y otros galeristas en- bre lo que se estaba gestando allí.
tre 1973 y 1977, Copley aparece como una mu- Copley demostró estar en perfecta sintónia
jer joven, con las inquietudes características de con su época, ya que fue precisamente el inten-
su generación; los famosos “baby boomers”. En so diálogo entre ambas orillas del Atlántico lo
todo momento se expresa con profesionalidad, que definió en buena parte la singularidad del

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 165

arte Conceptual; gracias a la popularización de fue la crítica de arte y comisaria neoyorkina Lucy

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los vuelos intercontinentales en la década de los Lippard, que si viajó a paises como Argentina y
setenta y al trabajo “inmaterial” que los artistas Brasil para conocer a sus artistas.
podían transportar con relativa facilidad. A esto El local que Copley eligió para emplazar
contribuyó también que comisarios, como Ha- su galería estaba situado en La Cienaga Bou-
rald Szeemann, visitasen los Estados Unidos con levard, una de las arterias más transitadas de
frecuencia e incluyesen a artistas norteamerica- West Hollywood. A pocos metros, en el trecho
nos en sus exposiciones (como sucedió en When comprendido entre los bulevares de Santa Mó-
Attitudes Become Form, especialmente), que los nica y Melrose, tenían sus locales Riko Mizuno,
coleccionistas viajasen también para conocer Morgan Thomas, Nicholas Wilder y otras diez
nuevos artistas (como el italiano Panza di Buomo o quince galerías dedicadas a distintos tipos de
o el matrimonio belga de los Herbert) y que cier- arte. Los barrios ricos en donde vivían muchos
tas revistas, como la alemana Interfunktionen o de sus potenciales coleccionistas no estaban
la neoyorkina Avalanche asumiesen como prio- lejos, pero la distancia intelectual y cultural era
ridad en sus contenidos el intercambio de ideas mucho mayor que la geográfica. El espacio de
entre ambos contextos. Copley reunía las características típicas de la ar-
Christophe Cherix, comisario de la exposi- quitectura vernácula de Los Ángeles: un edificio
ción In & Out of Amsterdam. Travels in Concep- de planta baja, lineas sencillas, un escaparate,
tual Art (1960-1976)27, celebrada en el MoMA un aparcamiento en un lateral y un descomunal
de Nueva York en el verano de 2009, señala que “billboard” coronando la azotea. Los materiales
desde la vanguardias históricas existió el deseo, eran baratos; se trataba de una construcción li-
por parte de los artistas, de superar las barreras gera y con una clara vocación de temporalidad,
nacionales, pero que sólo en los sesenta y seten- descartable. El interior era una estancia estrecha
ta se crearon una serie de redes a través de Eu- y alargada (16 x 4,40 m.), casi como un pasillo
ropa y los Estados Unidos que aceleraron estos ancho, cerrada parcialmente en el extremo pos-
intercambios, gracias a su notable complejidad. terior por un muro falso que ocultaba la oficina,
En paralelo, los intercambios de mercancias y las el escritorio, un pequeño archivo y el depósito.
migraciones se hicieron cada vez más intensos, Dos hermosos ficus, parecidos a los que Marcel
anunciando lo que más adelante sería conocido Broodthaers usaba en sus instalaciones, acom-
como “globalización”28. pañaban casi siempre las muestras, como re-
cuerdo de la exuberante vegetación californiana.
La comunicación este-oeste, en efecto, se
hizo así más fluida que nunca. Pero no ocurrió lo No fue casual, por tanto, que los proyectos
mismo con la comunicación Norte-Sur. A pesar que se sucedieron en la galería transformasen su
de que muchos artistas de América Latina aban- morfología y, en ocasiones, sus funciones, tam-
donaron sus paises para vivir en el norte (Ulises bién, a pesar de su reducido tamaño. El prisma
Carrión, Lygia Clark, Juan Downey, Hélio Oiticica, alargado cambiaba de exposición en exposición
Marta Minujín, entre otros) las razones por las como si fuese un decorado hollywoodiense. Mu-
que lo hicieron la mayoría fueron muy diferen- chos de los proyectos estaban concebidos expre-
tes. No viajaron por curiosidad o por necesidad samente para ella y desafiaban con radicalidad
de ensanchar sus horizontes, como sucedió en la el mercado del arte. Cuestionaban las conven-
mayor parte de los casos de artistas europeos o ciones de la galería y redefinían sus limites. Anti-
norteamericanos, sino forzados por las circuns- cipó, en este sentido, una tendencia que hoy en
tancias políticas y sociales en sus respectivos día es común en museos y espacios expositivos
lugares de origen. Del mismo modo, así como en todo el mundo –la comisión de proyectos es-
el interés entre Europa y Norteamérica era recí- pecíficos– pero que en aquel momento resultaba
proco, no puede decirse lo mismo de la relación pionera.
con América Latina, por la que, en aquel tiem- La ausencia de instituciones fuertes o de dis-
po, ni museos, ni galerias o revistas mostraban cursos críticos predominantes también alimentó
curiosidad alguna. Una de las pocas excepciones estas actitudes. Los artistas, en opinión de Co-

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166 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

pley, estaban más interesados en experimentar


Pedro de Llano Neira

libremente y en establecer nuevas relaciones


con el público –algo en lo que ella participaba
y era cómplice– que en ganar dinero; lo que no
significa que las ventas, escasas, no se celebra-
sen con alborozo. La galería se convirtió así en
una especie de laboratorio y Copley, como ella
misma reconoció con humor en una entrevista,
en una cobaya (“guinea pig”) que vivió intensa-
mente, junto a sus dos asistentes –Nancy Leavitt
y Paula Hutchinson–, los retos que los artistas
imaginaban29.

Los artistas y sus proyectos


La primera exposición fue la de William Weg-
man, en octubre de 1973. En aquella ocasión
mostró una selección de videos y dibujos. Los vi-
deos eran el resultado de varias acciones realiza-
das con utensilios del estudio o domésticos. Eran
los primeros de una serie de siete “rollos” (reels),
que filmó entre 1970 y 1977 y que, más tarde,
se convertirían en emblemáticos de su trabajo
en esa época. En algunos aparecía el artista con
Man-Ray, el hermoso Braco de Weimar que pro-
tagonizó muchas de sus obras y que tan famoso Fig. 1. William Wegman, invitación de la exposición “Drawings
& Videotapes”, octubre de 1973.
se hizo después. Los videos son, en sus propias
palabras, “desenfadados y directos en cuanto a
decorado e iluminación: con principio, desarrollo La economía de medios, la espontaneidad y el
y final, claro y definido”. Los dibujos surgen, en sentido del humor que caracteriza las obras de
cambio, como “reacción frente a las constriccio- Wegman, con las que se inauguró la galería de
nes de la fotografía y el video”30. Su factura y Copley fueron, sin duda, un auténtico anticipo
presentación era extraordinariamente simple y el de lo que estaba por venir.
contenido igualmente esquemático; casi como
El proyecto que Michael Asher realizó en
una especie de haikus humorísticos y absurdos
septiembre de 1974 en el espacio de Copley es,
de la vida cotidiana, sujetos con chinchetas a la
sin duda, el más citado de todos los que allí se
pared, que le permitían relacionar ideas dispares
presentaron, posiblemente junto al de Bas Jan
equiparando dibujo y escritura31 (Figs. 1a y 1b).
Ader. La imagen de la galería totalmente vacía
La producción de Wegman en estos años (tras retirar una pared), con el despacho de Co-
está muy próxima a la de otros artistas angelinos pley al fondo, ha sido reproducida en múltiples
que también experimentaron con propuestas ocasiones. Hasta el punto de convertirse en una
tan sencillas como expresivas. Sus videos forman especie de emblema de la crítica institucional. La
parte de una corriente de “visual puns” (bro- exposición era la primera de Asher en una ga-
mas visuales) –como le gustaba denominarlos a lería comercial en los Estados Unidos y en ella
algunos artistas– entre los que se podrían citar trató de desvelar, con la mayor transparencia
algunas piezas tan notables como las de Balde- posible, los vínculos entre arte y mercado; un
ssari, enseñando el alfabeto a una planta, Rup- nexo que hasta entonces había permanecido en
persberg, dando una conferencia sobre el mago la sombra. La obra nunca se vendió (su precio
Houdini atrapado en una camisa de fuerza o eran 8.000$, que aumentarían proporcional-
Ader, dejándose caer por el tejado de una casa. mente con el paso del tiempo) pero sí fue capaz

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 167

de generar una enorme riqueza simbólica, tanto una apuesta valiente que indica los riesgos que

Pedro de Llano Neira


en su momento, como, sobre todo, a través de la galerista estaba dispuesta a asumir. El valor
las múltiples veces que ha sido interpretada o económico de la obra no era lo más importante,
discutida a posteriori (Figs. 2 y 3). sino un elemento más de un sistema comple-
El “vaciado” de la galería que Asher efectuó jo. En segundo lugar, el desocupamiento de la
puede ser leído de hecho como una declaración sala de exposiciones señalaba que las obras que
de intenciones del proyecto general de Claire allí se mostraban no eran autónomas, sino que
Copley entre 1973 y 1977: en primer lugar fue dependían estrechamente de un contexto espe-
cífico y de los impulsos que les llegaban desde
exterior, ya fuese por parte del público o de los
acontecimientos y fenómenos que sucedían a su
alrededor, en la ciudad de Los Ángeles. En un
sentido más general –y tal vez ajeno a las inten-
ciones del artista, pero no por ello menos perti-
nente –es difícil disociar la apuesta de Asher en
1974 por hacer transparentes los entresijos del
negocio galerístico, al menos a un nivel simbóli-
co–, de la opacidad que simultáneamente envol-
vía el escándalo Watergate y que acabó con la
única dimisión de la historia de un presidente de
los Estados Unidos de América.
Copley relataba en una carta a Asher los
Fig. 2. Vista de la exposición de Michael Asher en la galería efectos “personalmente reveladores” que le ha-
Claire Copley, 1974.
bía causado la obra:

[…] De verdad que has creado algo aquí que


es increible. Has eliminado toda posibilidad de
anonimato, evasión, neutralidad o cobijo. Y no
sólo para mí, sino para todos los que entran en
el espacio, pasan por la ventana, o se acercan en
cualquier sentido. Este espacio y yo nos hemos
convertido en una unidad, indivisible, y resulta
asombroso. El contacto directo es obligado y com-
pletamente natural32.

Al núcleo de artistas que colaboraron en la


puesta en marcha del proyecto, en el otoño de
1973 (Ader, Asher, Leavitt, Ruppersberg, van Elk
y Wegman), pronto se asociaron otros, proce-
dentes de Nueva York y Europa, atraídos por el
exotismo de la urbe californiana. La propia Co-
pley reflexiona sobre las razones por las que los
artistas respondieron positivamente a sus invita-
ciones: “Creo que los artistas fueron extremada-
mente generosos al hacer exposiciones conmigo.
No ganaban ningún dinero con ellas, pero dis-
frutaban viniendo a Los Ángeles desde Europa.
Siempre los alojaba en este motel tan peculiar
que era el Tropicana, en el bulevar de Santa Mó-
Fig. 3. Ilustración de la revista New Yorker encontrada entre la
documentación de la exposición de Michael Asher en la galería nica. Me parece que la gente sacó algo de nues-
Copley. tras colaboraciones, pero no era comercial”33.

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168 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

El parisino Daniel Buren fue de los que más La idea que articula ambas obras es, en efec-
Pedro de Llano Neira

a menudo visitó California, dando inicio a un ro- to, escueta. Sin embargo, la cantidad de inter-
mance entre Francia y la urbe del Pacífico que pretaciones o evocaciones a las que puede dar
todavía perdura34. Hizo dos exposiciones, en oc- pie son numerosas. En primer lugar, plantea una
tubre de 1975 y marzo de 1976, que estaban conexión entre el interior y el exterior de la gale-
relacionadas entre sí (In a Given Location e In ría que habla del ansia de los artistas por romper
a Given Location. Part II) y remitían a la inves- con las convenciones del “cubo blanco” y la au-
tigación que el artista llevaba a cabo sobre el tonomía de la obra de arte. En segundo lugar, la
contexto urbano. En 1970 Buren había realizado obra establecía un diálogo con el proyecto que
un proyecto en Los Ángeles en el que utilizó los Asher había presentado el año anterior: ambos
bancos de las paradas de autobús y a lo largo de trabajos aludían a la arquitectura, jugaban con el
la primera mitad de los setenta diseñó dos de sus espacio vacío y trataban de desdibujar los límites
intervenciones más conocidas; la del Wide White entre la calle, el espacio expositivo y el contexto
Space en Amberes –con carteles encolados que comercial en el que la obra tenía lugar. Para Co-
conectaban la pared interior de la galería con la pley, Buren era un artista que destacaba “por la
fachada– y la de la galería John Weber –con ban- claridad de su voz y su capacidad para comunicar
derolas que salían por las ventanas y cruzaban la sus ideas”. Sus exposiciones en la galería fueron,
calle West Broadway, en el SoHo neoyorkino. en su opinión, “provocadoras, bellas y únicas;
La conceptualización de sus proyectos con perfectamente equilibradas entre su realidad fí-
Copley resulta llamativamente modesta y preci- sica, ideológica y la experiencia visual. Simples y
sa: en la primera exposición se trataba de pro- concisas para que el espectador proyectase en
yectar la superficie del escaparate que daba a la ellas toda su ambigüedad”35.
calle sobre las distintas paredes (tres, en total), Buren viajaba a menudo a Los Ángeles en
con las que esta proyección se cruzaba, a medi- aquella época, dónde residían otros artistas
da que avanzaba imaginariamente hacia el fon- con los que mantenía buenas relaciones, como
do de la sala. Para señalar dichas superficies, el Michael Asher o John Knight, que, años más
artista empleó el elemento gráfico característico tarde, formarían parte de la denominada “crí-
de su trabajo; las bandas verticales de 8.7 cm. En tica institucional”. Con su presencia, Buren se
la segunda exposición, Buren propuso un gesto convirtió en uno de los artistas que más influ-
parecido: proyectar las ventanas laterales del es- yeron en el pensamiento de Copley a la hora de
pacio de Copley –que habían sido tapiadas– so- cuestionar el espacio galerístico y sus límites,
bre los muros exteriores de la galería (Figs. 4 y 5). junto a Al Ruppersberg, William Leavitt y Ger

Fig. 4. Daniel Buren, “In a Given Location”, parte I, octubre Fig. 5. Daniel Buren, “In a Given Location”, parte II, marzo
de 1975, Claire Copley Gallery Records, 1968 -2011, Getty de 1976 , Claire Copley Gallery Records, 1968 -2011, Getty
Research Institute, Los Ángeles. Research Library, Special Research Institute, Los Ángeles. Research Library, Special
Collections and Visual Resources, Accession no. 2014.M.2, Collections and Visual Resources, Accession no. 2014.M.2,
box 1, folder, 7. box 1, folder, 7.

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 169

van Elk. Más adelante profundizaremos en este El suelo de la galería está salpicado con trozos

Pedro de Llano Neira


asunto. de madera unidos en diferentes ángulos. Algunos
de estos trozos se encuentran con las esquinas y
Junto a esta vertiente crítica del arte Concep- trepan de una manera que recuerda vagamente a
tual, representada por Buren y Asher, Copley dio una escalera. Para que algo de esto tenga sentido,
cabida también a otras sensibilidades, más inte- tenemos que averiguar cual es el plan de Le Va.
resadas por una idea fenomenológica del espa- OK. El artista cogió un diagrama de la galería y lo
cio, como la que encontramos en los proyectos rodeó con dibujos de tres figuras de cuatro lados
posminimalistas de Barry Le Va y Sol Lewitt. Barry superpuestas. Después escogió una serie de lineas
Le Va nació en Long Beach en 1941 y fue uno de de visión penetrando en el espacio de la galería a
los artistas locales de la galería, a pesar de que través de distintos ángulos. Las piezas de madera
representan algunos de estos ángulos imagina-
casi toda su carrera se desarrolló en Nueva York.
rios. Una vez que nos enteramos de esto, sigue
Hizo dos exposiciones: una en febrero de 1975, sin tener sentido, pero por lo menos sabemos el
con dibujos de gran formato, y otra, en abril de porqué. El concepto de Le Va es tan arbitrario y
1977, con una intervención que ocupó todo el complicado que no hay manera de deducirlo a
espacio. Copley realizó la primera exposición en partir de las evidencias visuales solamente. El pro-
colaboración con la galería Daniel Weinberg de yecto deja de ser una función de las artes visuales
San Francisco. En una carta dirigida a Weinberg, y se convierte en una invitación a unirnos al viaje
Copley le comunicaba que la exposición de Le mental del artista. El viaje no es interesante, ex-
Va había sido un gran éxito (“smash hit”) y que cepto como auto-aserción. Las piezas de madera
percibía interés en su trabajo por parte de los en ángulo que están en las esquinas y se relacio-
nan con la arquitectura son interesantes, prueba
coleccionistas36 (Fig. 6).
de que el arte conceptual puede funcionar, si no
La segunda exposición fue quizá más intere- se torna demasiado oscuro37.
sante, desde un punto de vista estético y con-
ceptual. En ella Le Va presentó una instalación Este párrafo de Wilson –uno de los pocos
realizada a partir de la superposición de una serie críticos que prestó atención al programa de Co-
de figuras geométricas sobre el plano de la gale- pley–, es revelador porque, a pesar de mostrar
ría. Lo interesante de este proyecto es que Le Va su discrepancia con Le Va, es capaz de captar
consiguió crear tensión y misterio entre el espa- las intenciones del artista y explicarlas con rigor.
cio real y el espacio imaginario. El crítico William En 1971, en una conversación con Willoughby
Wilson describió con claridad la intervención, en Sharp en las páginas de la revista Avalanche, Le
las páginas de Los Angeles Times, al tiempo que Va revelaba los orígenes de este tipo de instala-
mostraba sus reservas sobre los resultados: ciones en las que el espectador se ve en la tesi-
tura de reconstruir los pasos y decisiones, el pro-
ceso, que conduce a un cierto resultado formal
y material, como si de un detective se tratase:

En 1968 empecé a leer las novelas de Sherlock


Holmes – de hecho, he estado leyéndolo a me-
nudo desde entonces – y eso se filtró en mi pen-
samiento de alguna manera. Me intrigaba la idea
de las pistas visuales, la forma en que Sherlock
Holmes conseguía reconstruir una trama a partir
de oscuras evidencias visuales. Lo que estoy inten-
tando hacer ahora es configurar situaciones en las
que la audiencia tiene que usar su mente para re-
construir el proceso que dio lugar a la obra38.

Sol Lewitt –uno de los “padres fundadores”


Fig. 6. Barry Le Va, abril de 1977, Claire Copley Gallery del arte Conceptual– también hizo dos exposi-
Records, 1968 -2011, Getty Research Institute, Los Ángeles.
Research Library, Special Collections and Visual Resources, ciones con Copley, en octubre de 1975 y 1976.
Accession no. 2014.M.2, box 3, folder, 5. Daniel Buren y Jan Dibbets la pusieron en con-

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170 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

tacto con él. En la segunda exposición, que lle-


Pedro de Llano Neira

vaba por título Six Geometric Figures Superim-


posed, Lewitt concibió un conjunto de dibujos
murales, compuestos por figuras geométricas
elementales, distribuidas por toda la galería, so-
bre un impactante fondo negro. Lewitt comenzó
a hacer este tipo de obras, en las que el dibu-
jo dialoga con la escala de la arquitectura, en
1968. Con el tiempo llegaron a convertirse en
una de las imágenes más reconocibles de su tra-
bajo. Al principio Copley se mostraba un poco
Fig. 7. Sol Lewitt, Wall Drawing #295: Six Superimposed Geo-
reticente porque temía que ningún coleccionista metric Figures, 1976. Captura de pantalla de la pieza en la
se interesase39. Paradójicamente, fue una de las web de la colección del Los Angeles County Museum of Art
exposiciones en las que la relación con el merca- (LACMA).
do y sus secretos se manifestó de manera más
rotunda.
to que también dejó una marca profunda y está
La historia es sencilla, pero no por ello menos considerado como uno de los más importantes
elocuente. Durante la exposición de octubre de en la trayectoria de su autor es el de Allen Rup-
1976, Copley envió una propuesta al Los Ange- persberg, en abril de 1974.
les County Museum of Art (LACMA) para discu-
Ruppersberg representa –junto a Ger van
tir la venta de la instalación. La oferta no carecía
Elk, William Leavitt y Bas Jan Ader– una aproxi-
de sentido: Lewitt era uno de los artistas clave
mación alternativa al arte Conceptual. Lejos del
de su generación y parecía lógico que el museo
tono intelectual y científico de los artistas más
de la segunda ciudad del país contase con una
interesados por el lenguaje (como Kosuth) o
obra importante en su colección, que además
de la actitud inquisitiva y comprometida de los
había sido concebida específicamente para Los vinculados a la crítica institucional, este grupo
Ángeles. La respuesta, sin embargo, fue negati- de artistas residentes en Los Ángeles optó por
va. Poco después, Copley se enteró, a través del una poética personal y literaria. La exposición
propio Lewitt, que el LACMA se había puesto de Ruppersberg –que llegaba después de que el
en contacto con su galerista en Nueva York, el artista hubiese mostrado internacionalmente su
todopoderoso Castelli, para comprar otra pieza trabajo en varias ocasiones– ilustra de manera
suya. Copley se mostró estupefacta. ¿Qué nece- elocuente estas diferencias. Para Copley, el éxito
sidad tenía el museo local de viajar tan lejos para de este proyecto, que atrajo más público del ha-
adquirir una pieza de Lewitt, cuando había otra bitual, radicó en que fue capaz de ofrecer algo
tan cerca? ¿Se trataba de una simple cuestión nuevo a la escena angelina: un equilibrio inédito
de imagen? ¿Resultaba más prestigioso hacer entre una sólida estructura visual y una potente
negocios con una galería de Manhattan que con “imaginación literaria”40.
un modesto, aunque prometedor, proyecto lo-
A principios de los setenta, casi todos los ar-
cal? Finalmente, Lewitt se negó a que el LACMA
tistas que trabajaban con ella se acercaban a la
comprase la obra a Castelli y forzó la adquisición
treintena y su estilo de vida libre y experimental
de la de Copley (Fig. 7).
impregnaba las obras que hacian. En el caso de
Esta anécdota dice mucho sobre el coleccio- Ruppersberg, el culto a la juventud –caracterís-
nismo en Los Ángeles en la década de los se- tico de la idiosincrasia californiana; representa-
tenta; del provincianismo que todavía imperaba da a la perfección por la canción Forever Young
allí y los obstáculos a los que tenía que hacer (1974), de Joan Baez– aparece en The Picture of
frente una galería joven. A pesar de esas trabas, Dorian Gray, un proyecto que hace referencia a
del desinterés, en general, de la prensa y de que la obra de Oscar Wilde, en la que se plantea el
las cuentas no terminaban de cuadrar, Copley conflicto universal entre el paso del tiempo y la
seguía firme en sus convicciones. Otro proyec- belleza. The Picture of Dorian Gray se compone

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 171

de veinte cuadros monocromos cuadrados de Es interesante mencionar que Ruppersberg

Pedro de Llano Neira


idéntico tamaño (183 x 183 cm.), sin imprimar, utilizó el espacio de la galería para dar forma a
en los que Ruppersberg escribió con rotulador su obra y que, como no cabía completa, decidió
–de manera contínua y prescindiendo de las amontonar algunos de los cuadros en la parte
separaciones que proporcionan los párrafos– la que quedaba oculta tras la pared que había al
novela completa de Wilde. Su “fisicidad y la can- fondo de la sala, dónde estaba el despacho de
tidad de trabajo que requería” fue una de las Copley. De esta manera Ruppersberg rechazaba
cosas que más llamó la atención de Copley41. La la idea de la obra de arte “única” –muy vincula-
obra se situa a medio camino entre la abstrac- da a la pintura abstracta en aquel momento– y
ción de la posguerra (recuerda, de hecho, a las proponía una nueva práctica que cuestiona-
estructuras de la pintora Agnes Martin) y el re- ba los cimientos del mercado del arte. “En un
cién nacido Conceptual. Esta era la segunda vez momento en que los artistas relacionados con
que transcribía una novela, después del Walden, el arte Conceptual desafiaban la autoridad de
de Thoureau (Figs. 8 y 9). la pintura”, escribió la curadora e historiadora
del arte Ann Goldstein, “el Dorian Gray de Rup-
persberg unifica pintura y literatura, escritura y
lectura, original y copia, así como un objeto que
es único y múltiple –un enfoque que continua
siendo fundamental en su obra desde los años
setenta hasta la actualidad”42.
El tono romántico del proyecto de Ruppers-
berg –que era la voz que con más atención es-
cuchaba Copley a la hora de tomar sus decisio-
nes– adquiere una inflexión melodramática con
William Leavitt. Leavitt es uno de los artistas
más desconocidos del arte Conceptual angelino,
pero tal vez uno de los más interesantes para
el contexto artístico actual. El trabajo de Leavitt
parte de una reflexión crítica sobre el minima-
lismo y la teatralidad, que se remonta a figuras
pertenecientes a una tradición alternativa en el
arte norteamericano, como Ed Kienholz. Frente
a la severa condena dictada por Michael Fried43,
Leavitt experimenta con la teatralidad para lle-
Fig. 8. Allen Ruppersberg, invitación para la exposición The narla de contenidos vinculados a la cultura po-
Picture of Dorian Gray, abril de 1974. pular y la vida suburbana.
Los proyectos de Leavitt son radicalmente
multidisciplinares y se componen de dibujos, pin-
turas, textos e instalaciones, que tienen sentido
por sí mismos, al tiempo que forman parte de
conjuntos más amplios que suelen tener como
hilo conductor el argumento de una obra teatral
inventada por el artista –que puede desarrollarse
por completo o no. El proyecto The Silk, que se
representó por primera vez en 1975, en el tea-
tro Barnsdall Park, en Hollywood, y fue exhibido
poco después en la galería de Copley (febrero de
Fig. 9. Allen Ruppersberg, The Picture of Dorian Gray (vista de 1976), es un buen ejemplo de ello. Leavitt des-
la instalación). cribió esta obra como un “objeto teatral”: “Era

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172 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

una obra de un acto que tenía actores, guión, afecto por la cultura popular y sus manifestacio-
Pedro de Llano Neira

movimiento y un cierto tipo de trama. Pero no nes (Figs. 10a y 10b).


tenía nada del drama o las metáforas que supues- Otro artista apasionado por la cultura ver-
tamente deberíamos encontrar en una obra de nácula fue el holandés Ger van Elk, que parti-
teatro. Era una pieza que utilizaba el lenguaje del cipó en algunas de las exposiciones clave del
teatro, pero que no lo era realmente. Yo lo con- arte Conceptual, como When Attitudes Become
sideraba como una obra separada del mundo del Form (1969), Sonsbeek (1971) y la Documenta
teatro, del mundo del drama, la comedia o lo que V (1972). Van Elk nació en 1941 en Amsterdam
fuese – es decir, como un elemento autónomo”44. y se trasladó a Los Ángeles en 1961, para “emi-
En su formato expositivo, The Silk constaba grar” y reunirse con su padre, que trabajaba
de una selección de dibujos y fotografías. Los como ilustrador para Hanna Barbera, en series
dibujos describían el aspecto físico de los pro- como The Flintstones45. Igual que Leavitt, van Elk
tagonistas de la trama –un hombre y una mujer sentía una atracción genuina por los mecanis-
jóvenes– y mostraban fragmentos de sus cuer- mos de la ficción y el ilusionismo. En su caso, este
pos, como una mano con una pulsera, un cuello interés tenía mucho que ver con su educación y
con una gargantilla y una mano con un anillo, la cultura holandesa. En cierta ocasión, van Elk
que aludían a una sexualidad sublimada. El es- reveló que, desde muy temprano, comprendió
tilo kitsch y la técnica al pastel de estas obras que “cualquier teoría no es más que una cons-
estaban en las antípodas de la ortodoxia estética trucción, un artificio”. El acontecimiento que lo
del momento, pero resultaban absolutamente llevó a pensar así fue el segundo matrimonio de
coherentes dentro del universo de Leavitt y su su madre con un católico. “De un día para otro”,
dijo, “se esperaba que rechazase todo lo que me
habían enseñado a creer que era sagrado y se
me presentó exactamente lo contrario como la
nueva verdad”46 (Fig. 11).

Fig. 10. a) y b). William Leavitt, dibujo para el proyecto The Silk Fig. 11. Ger van Elk y Claire Copley posando en el exterior de la
y escena de la representación de la obra de teatro The Silk en galería, en el 918 del bulevar La Ciénaga, en el barrio de West
el Barnsdall Park. Hollywood (1973).

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 173

La exposición que Ger van Elk realizó en la su era dorada. Leavitt, van Elk, Ruppersberg y

Pedro de Llano Neira


galería de Copley, en diciembre de 1973, fue la Lamelas –todos ellos nacidos fuera de Los Án-
segunda, tras la de William Wegman, y en ella geles– compartían con Ader su fascinación por
se aprecia el protagonismo que la ciudad de Los una urbe compleja e inabarcable como pocas,
Ángeles iba a tener en muchos de los proyectos pero con un fuerte magnetismo. Junto a eso, la
allí presentados. La pieza central de la exposi- obra habla de la búsqueda como modo de vida
ción era Los Angeles Freeway Flyer (1973), una del artista, del vagabundeo, y estimula la imagi-
composición realizada con bastones enlazados y nación a través de fragmentos de un relato en el
recubiertos por tiras de fotografías de las con- que el misterio y la aventura son los ingredientes
gestionadas autopistas angelinas. Esta obra de principales. Para Christophe Cherix también su-
van Elk, como otras que se presentaron en la giere que “el acto de viajar es un acto creativo
galería de Copley, incidía en el choque cultural en si mismo”48. En perspectiva, In Search of the
que existía entre el nuevo y el viejo mundo, me- Miraculous resume casi todo el trabajo de Bas
diante la comparación –no exenta de ironía– del Jan Ader, que se basó, en buena medida, en
pausado ritmo de los peatones europeos y la fre- un diálogo constante entre sus dos culturas; la
nética vida motorizada de los estadounidenses. europea, que arrastraba el peso de la guerra a
La ciudad fue también el escenario de otras de través del existencialismo, y la norteamericana,
sus acciones a principios de los sesenta, como con un porvenir brillante, que se reproducía en
las que se plasmaron en las fotografías The Co- los filmes de Hollywood y los deseos consumis-
founder of the Word OK (1971) y The Discovery tas (Fig. 12).
of the Sardines (1971), que fueron mostradas en Desde el punto de vista económico, es intere-
la galería Art & Project, en Amsterdam. sante mencionar que ninguna de las piezas que
La exposición de Ger van Elk es especialmen- componían In Search of the Miraculous se vendió
cuando se expuso en 1975. Tuvieron que pasar
te interesante porque, además de tratar directa-
más de treinta años, hasta que los coleccionistas
mente sobre el diálogo entre América y Europa,
neoyorkinos Philip y Shelley Aarons adquirieran
prestó mucha atención a la propia ciudad de Los
la exposición completa. En el futuro está previsto
Ángeles. Otra exposición en que ambos temas
que los Aarons (que forman parte del consejo
estuvieron presentes y que se ha convertido en
asesor de la sala de exposiciones MoMA PS1, en
un mito de la historia del arte reciente –como la
Nueva York), donen este proyecto a la colección
de Michael Asher– fue la de Bas Jan Ader. En el
del Museo de Arte Moderno (MoMA). Un desti-
mes de abril de 1975, Ader mostró en el espacio
no difícil de imaginar para Ader y Copley cuando
de La Cienaga Boulevard la primera parte de su
preparaban una exposición que se ha convertido
obra In Search of the Miraculous; un tríptico que
en una leyenda.
debía completarse con otras dos acciones que el
artista había planeado realizar cruzando el océa-
no Atlántico, en un bote de cuatro metros de
eslora, y en Holanda, después de la travesía ma-
rítima. Desafortunadamente Ader desapareció
en el verano de 1975 mientras navegaba entre
América y Europa y nunca pudo llevar sus planes
a la realidad47.
Esta exposición sintetizó muchos de los
elementos que eran comunes a los artistas de
Copley. En la serie fotográfica In Search of the
Miraculous: One Night in LA aparece de nuevo el
protagonismo de la ciudad, en este caso a medio
camino entre una deriva situacionista y la inves-
Fig. 12. Bas Jan Ader, vista de la performance realizada en
tigación de un detective salido de alguno de los la inauguración de la exposición In Search of the Miraculous,
memorables film noir que Hollywood produjo en abril de 1975.

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174 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

Jan Dibbets y Hamish Fulton fueron otros cinematográfica de la ciudad y con la violencia
Pedro de Llano Neira

de los artistas europeos con exitosas carreras que ocasionalmente ha ido asociada a ella - par-
internacionales que expusieron con Copley –a ticularmente en los setenta, cuando se produce
menudo en régimen de consigna con otras gale- el tránsito del cine clásico al cine posmoderno,
rias, como Castelli (NY) o Robert Self (Londres). con películas como Apocalipse Now (1979), Chi-
Dibbets mostró trabajos realizados en la costa natown (1974) o Taxi Driver (1976).
holandesa y Fulton dos proyectos realizados en Habituado a un lenguaje próximo al cine
Inglaterra y el parque natural de Snowdonia, Ga- estructural y la Nouvelle Vague, la forma de
les. Las obras de ambos artistas, creadas al aire entender el medio cinematográfico de Lamelas
libre, en paisajes monumentales, en el caso del sufrió un cambió drástico al llegar a Los Ánge-
británico, contrastaban vivamente con el íntimo les. Acusó el influjo de Hollywood y centró su
espacio de la sala de La Ciénaga. En la corres- atención en la sintaxis de sus películas y en los
pondencia de Copley con los artistas europeos géneros que allí se producían, como los culebro-
es curioso comprobar como los animaba a par- nes. Un buen ejemplo es el video The Dictator
ticipar en su proyecto, diciéndoles que estaba (1976-78), en el que se parodia a un tirano ficti-
segura de que el público y los coleccionistas cali- cio, el coronel Ricardo García Pérez, procedente
fornianos iban a apreciar sus propuestas. de un país llamado Santa Ana, que vive en el
Una excepción singular a esta comunicación exilio en Los Ángeles. Curiosamente, su interés
entre Norteamérica y Europa la constituye Da- por los mass-media no desembocó en un tono
vid Lamelas, que nació en Buenos Aires, pero más frívolo, sino todo lo contrario. A partir de
se trasladó a vivir a Londres en 1968. Entre ese ese momento su obra se hace más comprometi-
año y 1973 Lamelas expuso junto a artistas de da y crítica con lo que estaba pasando en Amé-
la talla de Marcel Broodthaers o Daniel Buren y rica Latina y con el rol de los Estados Unidos en
la región (Fig. 13).
participó en muchos de los proyectos artísticos
que marcaron época en Europa; ya fuesen ga- Otras obras –como Rock Star. A Character
lerías, como el Wide White Space o exposicio- Apropiation (1974)– prestaron atención a rea-
nes, como la Documenta. Copley demostró un lidades como la industria musical, la fama y el
gran interés por su trabajo desde el principio. Le culto a la juventud, que forman parte indisocia-
escribió por primera vez en el otoño de 1973 ble de las ciudades en que repartía su tiempo en
–Françoise Lambert le facilitó su contacto– pero aquella época; Londres y Los Ángeles. En una
la exposición se demoró y no tuvo lugar hasta entrevista concedida mucho tiempo después,
abril de 1976. Fundamentalmente porque, tras en 1997, cuando vivía a caballo entre París, Los
la espantada de Lambert, Copley no disponía del Ángeles y Buenos Aires, el argentino rememo-
presupuesto necesario para financiar la primera raba cómo había pasado los primeros meses de
película de Lamelas en los Estados Unidos: The
Desert People.
Finalmente esta obra, una de las más impor-
tantes del artista –un pseudo-documental en el
que cinco personajes viajan en un coche a la re-
serva de los indígenas Papagos, en Arizona– no
se incluyó en la exposición, titulada A Fiction. En
su lugar, Lamelas mostró una obra realizada en
Londres –The Violent Tapes of 1975–, compues-
ta por una secuencia de diez fotografías en blan-
co y negro que dramatizan una historia, como
una especie de “película” estática –sin film, ni
imagen en movimiento–, inspirada en el género
negro y las tramas de misterio y persecuciones. Fig. 13. David Lamelas, Rock Star (Character Appropiation),
Este planteamiento la hizo resonar con la cultura 1974.

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 175

su nueva vida en el sur de California devoran- venta de proyectos “inmateriales”, como los de

Pedro de Llano Neira


do horas y horas de televisión, en parte porque Asher o Ader. De hecho, es una práctica habi-
le interesaba, en parte porque no tenía coche tual, todavía hoy, que las galerías ponderen sus
y le costaba moverse por la megalópolis. Otra programaciones de esta manera para ajustar al
estrategia curiosa que adoptó para integrarse máximo las dosis de riesgo que pueden afrontar,
fue la de hacer retratos de las personas que iba sin precipitarse en el abismo de la bancarrota.
conociendo, con la intención de entablar con- Por otro, la presencia de pintores en la nómina
versaciones más profundas con ellas. Ese fue el de la galería nos habla de una realidad artística
proceso que condujo hasta la obra LA Friends más rica y compleja, en la que distintas sensi-
(Larger than Life), en 1976: bilidades coexistían, no siempre pacíficamente.
Muchos de estos pintores estaban relacionados
Cuando llegué a Los Ángeles en 1976 conocí con una estética vinculada a las vanguardias nor-
a Michael Asher, John Baldessari, John Knight. Wi-
teamericanas de posguerra, como el expresionis-
lliam Leavitt, Allen Ruppersberg, y estaba en con-
mo abstracto y su reciclaje minimalista y posmi-
tacto con lo que pasaba alrededor de la galería de
Claire Copley y de CalArts, donde Baldessari daba nimalista. Entre ellos se contaban Billy Copley,
clase. Alquilé el estudio de Bas Jan Ader, que esta- Lyn Horton, Harriet Korman, Peter Lodato, Don
ba en un edificio en el que había una pequeña co- Sorenson y Lynton Wells. Y otros, más jóvenes,
munidad de artistas, muchos de los cuales apare- como Allan McCollum y David Salle, que apun-
cen representados en la obra Los Angeles Friends. taban en una dirección innovadora, anticipando
Todos los viernes organizaba proyecciones de mis el retorno posmoderno de la pintura, a finales de
películas o invitaba a otros artistas a mostrar las la década de los setenta.
suyas. Era como un lugar de encuentro. Por un
lado me sentía muy desconectado de Europa, pero Para Copley, la principal razón para incorpo-
por otro había decidido conscientemente alejarme rar pintores a su galería era el reto intelectual
de la escena artística europea porque sentía que que le planteaba la abstracción, habiendo edu-
necesitaba un cambio para desarrollar un nuevo cado su sensibilidad con su padre –un pintor
periodo en mi trabajo49. figurativo– y el conceptual, que pretendía ser
puro contenido:
La pintura
Quería comprender la abstracción y cómo un
Sin duda, David Lamelas fue uno de los artis- artista es capaz de llegar al espectador sin pasar
tas que más experimentó e integró en su trabajo por el intelecto. Los pintores que mostré reflexio-
las diferencias que existían entre América y Eu- naban todos sobre esta cuestión y eran gente con
ropa. Otros conceptuales que expusieron en la la que podía mantener un diálogo interesante.
galería Claire Copley fueron Joseph Kosuth, On Nunca vi la necesidad de abandonar una forma
Kawara, Michael Train y Lawrence Weiner. Tam- de arte por otras. Además, la pintura que mostré
bién una pareja joven y prometedora, de la que tenía siempre algo humorístico. Nunca me ha in-
poco se supo después: van Schley y Billy Adler. teresado el arte que se toma demasiado en serio
a si mismo. También me hubiese gustado mostrar
Estos nombres, junto a los citados, componen
pintores europeos; pero en aquel momento el
una representación altamente significativa de lo
transporte resultaba demasiado caro y no podía
que fue el arte Conceptual, en sus diversas va- garantizar que sus obras se vendiesen50.
riantes.
Sin embargo, uno de los aspectos más suge- Del primer grupo destaca la exposición de
rentes del proyecto de Copley, tiene que ver con Harriet Korman, en mayo de 1974. Korman era
el hecho de que no limitó su espacio a este tipo entonces una pintora neoyorkina que había ex-
de manifestaciones radicales, sino que incluyó puesto internacionalmente, como por ejemplo
también un pequeño, pero significativo, grupo en la galería Rolf Ricke, de Colonia. En una carta
de pintores abstractos norteamericanos. Por un de marzo de 1974, Copley le describe el espacio
lado, esta decisión puede ser vista como una es- de la galería y le confiesa lo que opina sobre la
trategia pragmática para equilibrar las cuentas confrontación entre la pintura y el arte Concep-
de la galería, que sin duda sufrían con la difícil tual:

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176 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

Tan solo quiero que sepas que estoy muy


Pedro de Llano Neira

contenta con que hayas decidido hacer la exposi-


ción. De verdad que respeto tu trabajo y me gusta
mucho. La tuya va a ser la primera exposición de
pintura en mi galería, lo que no me molesta en
absoluto y espero que tampoco te moleste a ti.
Para mi el buen arte lo es sin importar el medio51.

Los cuadros que Korman presentó en aquella


exposición eran casi todos variaciones de compo-
siciones diagonales sobre un formato cuadrado.
Repitiendo siempre el mismo esquema, Korman
cubría la superficie del cuadro con fondos claros,
sobre los que superponía líneas en colores os-
Fig. 14. Vista de la exposición de Harriet Korman en la galería
curos, que “saltaban” hacia el primer plano. De Claire Copley, mayo de 1974.
esta manera, los cuadros de Korman conseguían
crear efectos visuales vibrantes y una riqueza de si pensamos que la programación de Copley fue
matices en la construcción de la imagen apre- paralela a dos de las experiencias más impactan-
ciable. Su simplicidad y metodología podría re- tes de los setenta, en el campo del arte y el femi-
cordar a las obras de Daniel Buren y, de manera nismo: el espacio Womanhouse (1972) y el pro-
más vaga, a las de Sol Lewitt, pero el lengua- grama de estudios de la escuela CalArts –ambos
je de Korman era propiamente pictórico, en el liderados por Judy Chicago y Miriam Schapiro.
sentido tradicional de término, y tenía más que
Además de Korman, Copley expuso a otras
ver con la estética de Frank Stella u otras pinto-
dos mujeres: Lyn Horton y Jane Reynolds. Tres,
ras posminimalistas de su generación, como Jo
en total. Pocas, sin duda, frente a los veinticinco
Baer o Mary Heilmann. William Wilson, el crítico
hombres. Las dos eran jóvenes artistas a las que
del periódico Los Angeles Times que más veces
se les ofreció la oportunidad de exponer en una
reseñó las exposiciones de Copley, pensaba de
galería profesional. Reynolds participó con una
manera parecida: “El trabajo de Harriet Korman exposición más corta de lo habitual. Se acababa
es típico del mainstream neoyorkino, pero sus de graduar en la universidad de California en Ir-
cuadros tienen la virtud de no ser obviamente vine, donde daba clase Bas Jan Ader, y compar-
derivativos”52. Al margen de estas considera- tió la programación estival de 1977, el último
ciones, Korman disponía de una buena red de año de la galería, con otros dos prometedores
coleccionistas en California; como Betty Asher, artistas: David Salle y Ken Feingold54. Horton era
que le compró un cuadro en 1977 por 1.500 dó- también una artista joven, que formó parte de
lares53, o la propia Copley, que en su carta de la primeras promociones de CalArts (es evidente
despedida se declaraba como su “mayor fan” y que este hubiese sido un vivero de artistas para
se quedó con otro de pequeño formato (Fig. 14). Copley, de haber continuado con su proyecto)
La presencia en la galería de Harriet Korman e hizo dos exposiciones en 1974 y 1975. En la
es doblemente interesante: no sólo porque era primera presentó una instalación con hilos que
pintora sino también y, sobre todo, porque es la colgaban de las paredes, segmentando el espa-
primera mujer artista de la que hablamos. A pe- cio mediante un módulo cuadrado, y creando un
sar de que las cosas eran muy distintas en aque- efecto sorprendentemente parecido al de la serie
llos años y de que sus compañeras galeristas en de cuadros de Ruppersberg. En la segunda, Hor-
la ciudad (Riko Mizuno, Eugenia Butler, Morgan ton mostró dibujos a lápiz con líneas y gradacio-
Thomas y Constance Lewallen) actuaban de ma- nes de claroscuro, que llamaron la atención por
nera parecida, seleccionando hombres, casi en los ricos efectos que consiguió con una técnica
exclusiva, para sus respectivos espacios; este tipo tan simple.
de situaciones no dejan de llamar la atención, Podría argumentarse que la simple decisión
desde la perspectiva contemporánea. Más aún de crear y dirigir una galería era ya un gesto

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 177

emancipador, en si mismo; tal y como sostuvo Copley oscilaban entre la abstracción procesual

Pedro de Llano Neira


la curadora Kristina Newhouse en su exposición de Billy Copley, el minimalismo de Peter Lodato,
She Accepts the Proposition (2011), dedicada a los trucos ópticos de Don Sorenson y el personal
las mujeres galeristas de Los Ángeles en la déca- lenguaje, entre expresionista y surreal, de Lynton
da de los setenta55. Sobre todo en un momento Wells. La obra de Allan McCollum y David Sa-
en que empresas e instituciones todavía se diri- lle era otra cosa. En el caso del primero, porque
gían sistemáticamente a la directora de la galería difuminó las fronteras de la pintura, el Minimal
con un anticuado “Dear Sirs…” o “Gentlemen”, y el Conceptual con originalidad. En el segun-
tal y como se puede ver en una carta del respon- do, porque se desmarcó radicalmente –tanto de
sable de la colección del Chase Manhattan Bank, los pintores, como de los artistas conceptuales–,
interesándose por una obra de Joseph Kosuth56. para explorar el camino de una nueva figuración
O bien se podría recordar que la escena artística que, partiendo del Pop, se adentraba en una
angelina veneraba valores tradicionalmente aso- nueva corriente, que más tarde sería conocida
ciados a los varones (el riesgo, la fuerza física), como “apropiacionismo”.
por influencia de la Ferus Gallery, especialmente,
La exposición de Allan McCollum con Co-
y que las mujeres quedaban forzosamente rele-
pley llegó en un momento de transición para
gadas en este contexto. Cuarenta años después,
su carrera, tras mostrar su trabajo con Nicholas
Claire Copley opina lo siguiente:
Wilder en 1973 y 1974. Fue entonces cuando
Pienso que tal vez estuve demasiado centrada
cerró la investigación sobre la pintura que había
en los artistas conceptuales y que no vi muchas desarrollado desde 1969, justo antes de crear
mujeres en este área. Había un número conside- el primer cuadro arquetípico o “cuadro-como-
rable trabajando en Los Ángeles en aquel tiempo signo”: una síntesis de las cuestiones sociales,
pero su obra, bien no me decía nada especial, o políticas y económicas que rodeaban a este me-
bien había sido mostrada ya. Por aquel entonces dio y que le preocupaban en aquel momento.
no sentí la necesidad de hacer el trabajo extra Defraudado por que el sistema artístico siguiese
de investigar la producción de las mujeres artis- funcionando según un modelo basado en la es-
tas en la ciudad y dedicarles mi plena atención. casez y unicidad, que, desde su punto de vista,
Lo lamento enormemente. A medida que los se-
reforzaba las fronteras entre las clases sociales,
tenta progresaban el feminismo fue creciendo y
arraigando en nuestro pensamiento. Me sentía
McCollum decidió orientar su producción hacia
ligada a mis colegas en el sentido de que todas la “abundancia y la accesibilidad”. Su exposición
perseguíamos nuestros propios objetivos. Siento en la galería de Copley, en 1977, fue el punto de
mucho no haber reconocido la valía del trabajo de partida hacia los “surrogate paintings” (“cua-
algunas de estas mujeres. Y me hubiese gustado dros sustitutorios” o “cuadros como emblema”,
mostrar el trabajo de Lynda Benglis y otras artistas como él mismo los denominó), que lo iban a dar
europeas, como Rebecca Horn57. a conocer desde 1978.

Además de esto, Copley va más allá en la au- Cuando lo conocí, “rememora Copley”, Allan
tocrítica y señala otra realidad hacia la que no fue estaba trabajando en solitario y desarrollando sus
lo suficientemente sensible en aquel momento: ideas lentamente. Poseía algo único como persona
y como artista que me interesaba. Nunca se refirió
Lo que ha sido igualmente impactante para mi a su obra como “bella”, y tampoco parecía muy
es el grado de distracción que tuve hacia el trabajo interesado en la belleza – pero se consideraba un
de los artistas de color. Así como de la falta de pintor abstracto. Había tanto arte en la tradición
conciencia de mi responsabilidad hacia ellos y su de Los Ángeles que era bonito y seductor que
obra. Estaba tan preocupada con el comercialismo Allan reaccionó contra él. Era metódico, obsesivo
rampante del mundo del arte, que las causas de y ecléctico. Nunca imaginé entonces cuánto iba a
las mujeres y las minorías parece que no fueron un amar su obra con el tiempo59.
factor en mi pensamiento58.
En Los Ángeles, McCollum –nacido en el sur
Dicho esto y regresando a la cuestión de la de California, pero residente en Nueva York des-
pintura, los demás artistas que exhibieron con de 1975– mostró cuadros y obras sobre papel

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178 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

compuestas por patrones geométricos inspira- de la obra. La que más trascendió fue la de un
Pedro de Llano Neira

dos en la estructura que forman los ladrillos al conductor con barba y gafas de sol que mira fija-
levantar un muro. El fuerte protagonismo de la mente a la cámara, titulada One Year at 55 MPH.
serialidad y el industrialismo abstracto de estas Se trataba de un desafiante autorretrato, realiza-
piezas, anunciaba lo que estaba por llegar: una do en 1975, acompañado de decenas de firmas
pintura tratada como un objeto reproducible ad- que rodeaban la imagen, que el artista recogió
infinitum, pero paradójicamante manual (de he- sobre un pliego de papel, en la escuela de arte,
cho no estaban construidas con tela y bastidor, antes de que la obra estuviese terminada. Las
como los cuadros tradicionales, sino que eran de firmas parecían suscribir, a posteriori, la declara-
yeso macizo, creadas con moldes y pintadas por ción de intenciones de Salle –algo así como “vive
encima), en conflicto con la noción de “origina- deprisa”–, un poco a la manera de los actuales
lidad” y cuestionando, a la postre, la figura del “me gusta”, en Facebook. Para Janet Kardon, la
autor. El título de la muestra –“Good Likenesses. manipulación del proceso de recepción que se
Irreconciliable Differences”– pretendía reforzar representa en esta obra es una “metáfora sobre
esta intención. Sin duda, el contexto de la ga- el artista y su audiencia, un inteligente uso de la
lería (con artistas clave de la crítica institucional, expresión popular “poner el carro delante de los
como Asher y Buren) tuvo una gran influencia bueyes”60.
en la carrera posterior de McCollum y nos permi- Este cuerpo de obras fue el trampolín que
te comprender los orígenes de su proyecto bajo permitió a Salle dar el salto a la pintura y lanzar
una luz adecuada: nada menos que en la encru- su carrera hacia una fama y un éxito económico
cijada entre las tradiciones pictóricas norteame- que resultaban completamente inéditos hasta
ricanas de posguerra y la revolución conceptual. ese momento. John Baldessari rememoraba,
Todo lo cual lo convierte en un artista clave, en por ejemplo, la sorpresa que le causó encon-
muchos aspectos. trarse desayunando en un hotel de la ciudad
David Salle es el último artista que colaboró alemana de Colonia a su exalumno con Leo
con Copley que se menciona en este artículo. Y Castelli –el marchante más poderoso de aquella
esto no se debe sólo a que su exposición tuvie- época– poco después de acabar sus estudios61.
se lugar en junio de 1977, cuatro meses antes Salle se hizo multi-millonario mostrando su tra-
de que cerrase la galería, sino también a que bajo con él en los ochenta, así como con otros
supone un cambio de tercio respecto a lo que pesos pesados como Mary Boone, Larry Gago-
constituye el núcleo de este proyecto, el arte sian y Annina Nosei. En el contexto de la ga-
Conceptual. Salle llegó a California en 1971 y lería de Copley, Salle representa, por tanto, el
formó parte de la primera promoción de la es- gran salto hacia el mercado que se efectuó en el
cuela CalArts, en 1975. Allí tuvo como profeso- mundo del arte norteaméricano entre la década
res a David Antin, John Baldessari, Alan Hacklin, de los setenta y la de los ochenta. Es decir, el fin
Allan Kaprow y Max Kozloff y fue compañero de de una época.
Ross Bleckner, Eric Fischl, Jack Goldstein, Matt Dejando a un lado los entresijos económi-
Mullican y James Welling. Con Baldessari, estos cos, es fundamental recalcar que la presencia
jóvenes artistas –que, a diferencia de sus prede- de McCollum y Salle en la galería introduce un
cesores, crecieron con la televisión– aprendieron elemento significativo, aunque frecuentemente
a usar materiales apropiados de los mass-media ignorado, que es la influencia que tuvo la escena
en su trabajo. Salle fue un alumno aventajado y de Los Ángeles en el arte norteamericano de los
el primero en aplicar estos principios a la pintura, ochenta. Ambos artistas pertenecían a una ge-
recuperando el espíritu del Pop. neración que se formó a la sombra del arte Con-
En la exposición con Copley, el artista, naci- ceptual, pero que reinterpretó y transformó sus
do en Kansas, reunió un conjunto de fotogra- códigos para plantear lenguajes muy diferentes.
fías de escenas banales y las presentó junto a Jack Goldstein, Matt Mullican, James Welling, o
leyendas provocativas, irónicas y enigmáticas, Mike Kelley también participaron en este pro-
que actuaban como títulos a gran escala dentro ceso que subraya el origen californiano de mu-

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 179

chos de los artistas que las galerias neoyorkinas para conocer sus trabajos eran los catálogos que

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promocionaron a partir del cambio de década. alguna gente, como John Baldessari, traían de sus
Instrumental en ese “desembarco” fue Helene viajes. Copley producía proyectos “site-specific”,
Winer, la antigua directora del Pomona College y que eran muy raros en aquel tiempo. De esa ma-
nera seguía los pasos de galerías históricas, como
pareja de Jack Goldstein, que se convirtió en una
la Ferus. Su programa tenía un auténtico segui-
de las galeristas más influyentes de Nueva York,
miento e influencia en los artistas más jóvenes63.
tras inaugurar el espacio Metro Pictures, con su
socia, Janelle Reiring, en 1980. La crítica, sin embargo, no opinaba lo mis-
mo. Pocos fueron los escritores que prestaron
Un fracaso productivo atención a lo que sucedía en la sala de Copley, a
A pesar de que la galería de Claire Copley pesar de que hoy en día algunas de sus exposi-
estuvo abierta apenas cuatro años, su actividad ciones han pasado la reválida del tiempo (en rea-
fue extraordinariamente influyente en los años lidad, este es un vicio que se repite cíclicamente).
setenta, a nivel internacional, gracias a su apo- Las grandes revistas de la época (Artforum y Arts
yo a varios artistas clave del arte Conceptual. Magazine) cubrieron sus actividades en contadí-
La recepción de esta tarea puede ser analizada simas ocasiones. Artforum publicó una sóla rese-
bajo distintas ópticas. Eso es lo que haremos a ña de Ger van Elk, firmada por Peter Plagens. Las
continuación, comprobando como fue la rela- revistas más experimentales, como Avalanche o
ción de su proyecto con el público, la crítica y Interfunktionen, trabajaban directamente con
el mercado. los artistas (en el caso de la primera: Ader, Le
Va, Wegman…). Los periódicos locales mostra-
En lo que atañe al público, poco hay que ron más curiosidad, pero sus reseñas eran, en
decir. La galería de Copley no tenía ni más ni general, escépticas, y, en ocasiones, demoledo-
menos visitantes que sus vecinas. Es decir, más ras. Copley se quejaba, en una carta a Harriet
bien escasos. Se encontraba bien situada, en Korman, de que los críticos en Los Ángeles eran
una zona céntrica, en la que se apiñaban una
“pocos y malos” y también de la escasa cobertu-
quincena de marchantes, pero ni así conseguían
ra nacional, dado el poco caso que le hacían los
seducir a los espectadores angelinos, probable-
medios neoyorkinos64.
mente distraidos en quehaceres más mundanos.
La propia Copley lo reconocía en una entrevista: El crítico que más veces escribió sobre la ga-
“La galería era un lugar tranquilo […] Algunos lería Claire Copley fue William Wilson, del Los
días me dedicaba a mirar el tráfico y pensar que Angeles Times. Otras que mostraron interés por
la gente en LA prefería ir de compras que ver lo que hacía fueron Sandy Ballatore y Melinda
arte. Era bastante deprimente”62. Sobre quien sí Wortz, ambas vinculadas a medios locales (Art-
tuvo un impacto considerable fue sobre la co- week). A continuación se reproducen algunos
munidad de artistas y los numerosos estudian- fragmentos de sus textos, que dan cuenta de
tes que comenzaban a nutrir las escuelas del sur la recepción de las exposiciones de Copley en
de California – de Orange County a Pomona -, tiempo real. Algo interesante en todas ellas es
para los que se convirtió en un auténtico pun- que solían captar las intenciones de los artistas y
to de encuentro. Donald Krieger, un artista que transmitirlas con una prosa elegante, a pesar de
estudiaba en la universidad de Irvine en 1975, discrepar con los resultados.
cúando participó en el coro que interpretó los Una buena piedra de toque es la famosa ex-
himnos marineros en la performance inaugural posición de Michael Asher. En una carta al artis-
de la exposición In Search of the Miraculous, de ta, Copley le contaba que el crítico del Times ha-
Bas Jan Ader, rememora aquellos tiempos: bía pasado por allí a verla y que había amenaza-
do con “suicidarse”, si aquello era una obra de
A principios de los setenta no había muchos
espacios dedicados al arte contemporáneo en Los arte. Al final la sangre no llegó al río y el 11 de
Ángeles. La galería de Claire Copley era uno de los octubre de 1974, Wilson publicaba una nota en
pocos que mostraba artistas de vanguardia pro- la que, después de contextualizar correctamente
cedentes de Nueva York y Europa. La alternativa la trayectoria de Asher, deducía que su propues-

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180 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

ta –“una habitación blanca, virtuamente vacía”, dad”. Una claridad que, de manera enigmática,
Pedro de Llano Neira

en la que lo poco que se podía apreciar era “el no resultaba “ni infantil, ni excesivamente obvia,
estado de ánimo de los visitantes”– constituía el ni esteril”, sino “clásica”71.
siguiente paso en la evolución del arte posmini- Terminamos este repaso con un texto de
malista. En su caso, dicho estado era igualmente Barry Brennan sobre Lawrence Weiner que nos
“entretenido y cabreado”65. permite relacionar el arte Conceptual, la crítica
Ante la exposición de Daniel Buren, Wilson y el mercado. En su reseña en las páginas del
volvía a mostrar su desconfianza en el arte Con- Santa Monica Evening Outlook, en noviembre
ceptual: “El arte Conceptual trata de estimular de 1974, Brennan comenzaba reconociendo su
la imaginación a través de unas mínimas suges- perplejidad ante el proyecto de Copley que, des-
tiones. En su mejor versión, esto hace que las de su punto de vista, “oscilaba siempre entre lo
posibilidades artísticas sean tan vastas como interesante y lo exasperante”. En esta ocasión,
nuestras fantasías universales. Otras veces el proseguía, “el artista muestra obras hechas con
arte Conceptual parece esconderse detrás de las palabras pintadas (con variaciones) en dos mu-
sombras de las sugestiones para disimular ideas ros de la galería”. Ni más ni menos. Weiner tiene
banales”66. Algo parecido opinaba sobre la pro- el copyright de estas obras “particulares”, acla-
puesta de Lawrence Weiner: “Es mayor porque raba el crítico. Las vende por 3.000$ y “si yo se
se identifica con la influyente escuela Concep- las vendiese a usted estaría cometiendo un pla-
tual, y menor porque es perfectamente olvida- gio”. Realmente, remataba Brennan, “me preo-
ble”67. Con Ader volvía a emplear su afilada plu- cupa el porvenir de Copley”. “Cómo se gana la
ma y juzgaba que la “búsqueda de lo milagro- vida “explorando las posibilidades abiertas a los
so” del holandés rayaba “un kitsch sentimental artistas contemporáneos? Cuánta gente afloja
y rococó”68. De Lamelas, tras una impecable des- tres de los grandes y se marcha con un puñado
cripción de la muestra, como era su costumbre, de palabras?”72.
opinaba que “tienes la impresión de que esto Sin duda, Brennan, con su mezcla de escep-
es arte que, bien es algo diferente que el arte ticismo, sarcasmo, curiosidad y hasta cariño, po-
que conocemos, o bien desearía serlo”69. Una nía el dedo sobre la llaga: ¿era posible mantener
apreciación sagaz y acertada, en cierto modo y una galería dedicada al arte Conceptual, un arte
más allá de su recelo, que demuestra que, en el que aspiraba a la inmaterialidad y despreciaba
fondo, Wilson era sensible a las intenciones de el mercado, en una ciudad como Los Ángeles,
los artistas. paradigma del capitalismo y el consumismo?
En contraste con la recepción negativa de Copley lo intentó y no lo consiguió. Caminó
muchos de sus proyectos en los periódicos loca- con decisión, de la mano de sus artistas, hacia
les, pocos fueron los que se salvaron de la que- un fracaso anunciado. La trayectoria de la galería
ma. Tan sólo las presentaciones de Jan Dibbets fue un continuo tobogán de emociones: a veces
y Sol Lewitt –dos figuras cruciales del Concep- lo veía con optimismo y otras pensaba que el pro-
tual– resultaron convincentes –incluso admi- yecto nunca despegaría. Al principio, los ánimos
rables– para Wilson o para su colega Henry J. estaban fuertes: “No hemos vendido las obras,
Seldis – una vieja gloria de la crítica angelina. En Lawrence. Al menos por ahora. Pero no me rindo
la exposición del holandés, Seldis se mostró se- facilmente, así que continuaré intentándolo con
ducido por su “poesía visual, a pesar de los me- todas las ganas”73, le comunicaba a Weiner el 20
dios prosaicos”. Reconoció también que Dibbets de diciembre de 1974. Tres semanas más tarde,
estaba en el “centro de lo que fuese significante después de las navidades, Copley transmitía sus
en el arte del concepto”, así como su “especial primeras inquietudes a Barry Le Va:
atractivo en tiempos caóticos”70. Wilson, por su
Estoy aquí, trabajando duro, tratando de
parte, elogiaba la autenticidad de Sol Lewitt: mantener los fogones encendidos en la costa Oes-
“[Lewitt] es un lujo en un ámbito en el que mu- te. Hay muchos cambios, no todos buenos. Las
chos de sus protagonistas captan nuestra aten- galerías caen como moscas y en su lugar apare-
ción creando misterios. Su proyecto es pura clari- cen nuevos espacios “alternativos”, ya sabes a que

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 181

me refiero. No todos malos o carentes de interés, este tipo de eventos. Con los habituales retrasos

Pedro de Llano Neira


pero sin peso específico, de alguna manera. Muy y demoras en los pagos, Copley liquidó muchas
pronto voy a ser la galería de arte contemporáneo de sus ventas en 1977. En ese año constan en
más importante simplemente por que las demás los archivos de la galería alojados en el Getty Re-
habrán desaparecido. No es exactamente el modo
search Institute, la venta de dos piezas de Allen
en que me había imaginado mi camino a la cima,
pero… 74.
Ruppersberg a Stanley Grinstein y a Brooke
Alexander por 1.500 y 3.500 dólares, respec-
El 24 de mayo de 1975, en una misiva a Ger tivamente, la de un cuadro de Harriet Korman
van Elk, la galerista se muestra más esperanzada de 1976, a Betty Asher, por 1.500, un cuadro
que deprimida ante el futuro. Meses más tarde, de Don Sorenson a Jim Budman por 900$, las
Copley volvió a dirigirse a van Elk para tratar cuatro fotos en color Are You Sure She Said That
diversos asuntos y para confesarle, con su ha- (1977), de William Leavitt y Eight Untitled Pa-
bitual sentido del humor auto-paródico, que, per Constructions (1975), de Allan McCollum,
a pesar de que las cosas van mejor en lo eco- por 1.200 y 3.600 dólares, respectivamente, a
nómico, “todavía no conduzco un cochazo por Tamara Thomas, representante de la empresa
Hollywood”75. Fine Arts Services, el cuadro One Duck (Luku)
(1976), de Lynton Wells, a su hermano, el artista
Los coleccionistas con los que trabajaba Co-
Billy Copley, por 1.300$, y la pieza WYAB 7475
pley de manera consistente eran escasos. Tuvo
(1974-75), también firmada por Lynton Wells,
contactos con profesionales, como la psiquiatra
por 4.000$, al matrimonio Leland y Barbara
y el ingeniero Judith y Stuart Vida-Spence y con
Rice, de Inglewood, California.
galeristas neoyorkinas (como Illeana Sonnabend
o Brooke Alexander), que también compraron La guinda fue la adquisición de todas las pie-
algunas obras, pero ninguno puede decirse que zas de la exposición de Sol Lewitt (Six Geome-
fuese un apoyo constante y sólido. El matrimo- tric Figures Superimposed, 1976), por parte del
nio Grinstein –una pareja de mecenas sin la que LACMA, después del tira y afloja con el curador
resulta imposible comprender el arte Conceptual Maurice Tuchman, al que aludimos más arriba,
en Los Ángeles– jamás compraba en galerías. por 10.000$ - un precio considerable, para la
Copley reconoce que vendió muy pocas obras época (incluso contando con un generoso des-
y que está segura de que los artistas se sentían cuento del 40%). Desafortunadamente, ni esta
desalentados por ello76. En ocasiones, Copley ni las demás ventas de 1977 fueron suficientes
trataba también con instituciones nacionales, para salvar el proyecto, que, tras un paréntesis
como el LACMA, e internacionales, como la Na- durante el verano, fue clausurado definitivamen-
tional Gallery de Victoria, Melbourne, aunque te en el mes de octubre, a través de una carta
sin demasiado éxito, a juzgar por los resultados. dirigida a todos los artistas, en la que se anun-
Este último museo, por ejemplo, se interesó en ciaba el cierre y se explicaban las razones de tan
marzo de 1975 por una obra de Jan Dibbets que dolorosa decisión.
finalmente no adquirió: Sea Horizon (1973)–, A pesar de las dificultades y obstáculos, los
pertenenciente a una de las mejores series del artistas disfrutaban trabajando con Claire Co-
artista en esa época. Hollywood, por su parte, pley. Y ella haciendo realidad las “locuras” que
brilló por su ausencia: ningún actor, director o se les ocurrían. Se trataba de una relación com-
productor figura en su nómina de coleccionis- plementaria al cien por cien. Allan McCollum se
tas. Cuando cerró la galería, Copley sintió que lo reconocía en un nota que le envió después
había fracasado por completo en el aspecto co- de su exposición: “[…] hay una cierta sensación
mercial77. de libertad al trabajar en tu galería, pienso, en
Algo que llama poderosamente la atención, lo que se refiere al aspecto no-comercial… Y yo
desde nuestra perspectiva contemporánea, es estaba definitivamente necesitado de esa expe-
que Copley jamás acudió a una feria de arte, riencia. Fue rejuvenecedor, supongo. No preten-
cuando lo habitual, hoy en día, es que las ga- do que esto suene excesivamente adulatorio, en
lerías hagan la mayor parte de sus negocios en cualquier caso…”78.

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182 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

Con todo, los artistas no siempre se lo po- que aprovechaba para informarlo de que estaba
Pedro de Llano Neira

nian fácil. Además de las dificultades inherentes pensando en transformar la galería en un espa-
al tipo de trabajos que pretendía promover (ins- cio que fuese “menos un cubo blanco y más una
talaciones, performances, obras inmateriales), oficina desde la que se puedan hacer cosas en
Copley tenía que lidiar con la resistencia de al- el espacio exterior”80. Esta carta es interesante
gunos de sus artistas a formar parte del mercado porque revela que Copley pensaba en un forma-
(Kosuth) o con decisiones radicales, como la de to distinto al de la galería desde al menos un
Ger van Elk, cuando optó por representarse a sí año antes de cerrarla. En esa carta, le contaba
mismo y cambiar los porcentajes por comisión también que estaba editando un numero de la
de venta de obra con las galerías con las que revista del LAICA81, en el que pretendía trabajar
trabajaba. Capítulo a parte merecerían los docu- sobre sistemas alternativos al tradicional trián-
mentos legales en los que se detallan las condi- gulo “artista-galería-coleccionista” y le pedía
ciones específicas para la venta de los singulares su colaboración. En concreto, le solicitó permiso
proyectos “situacionales” de Michael Asher y para re-publicar un texto de 1973, que iba cami-
Daniel Buren; los dos artistas que reflexionaron no de convertirse en uno de los escritos teóricos
de una manera más crítica y sofisticada sobre las más influyentes de su época: “The function of
relaciones entre el mercado del arte y las prácti- the museum”82.
cas artísticas contemporáneas. Meses después, el 30 de marzo de 1977, Co-
Todos estos datos demuestran que la trayec- pley envía una nueva carta a Buren en la que le
toria de la galería de Claire Copley no fue fácil, cuenta sus planes sobre la “nueva galería”:
en el plano económico, pero si muy intensa y sa-
En otoño espero pasar algún tiempo en Nue-
tisfactoria en el artístico. Terry Allen, un artista y va York y después en LA, y trasladar la galería a
músico tejano que expuso con ella en 1976, era un nuevo espacio con una estructura ligeramente
consciente del reto al que se enfrentaba la joven distinta. Tendré un espacio que será sobre todo
galerista y la animaba con esta divertida canción una oficina/almacén, con una buena sala para
que le hizo llegar en una carta: exposiciones. Voy a intentar colaborar al máximo
con otros espacios, esto es, fuera de la galería per
GONNA GET UP IN THE MORNIN´ se. Estoy intentando montar una organización que
GONNA GET OUT A´ BED funcionará como una entidad mediadora entre los
GONNA SHAKE MY BODY artistas y distintos tipos de espacios. Espero hacer
GONNA SHAKE MY HEAD disponibles una serie de espacios diferentes que
GONNA THROW OUT MY BREAKFAST puedan resultar apropiados para adaptarse a las
GONNA TEAR UP THE NEWS necesidades de los artistas y sus trabajos, en lu-
AND YOU CAN KISS MY FEET… FORE I PUT gar de continuar con un espacio estático al que
ON MY SHOES CAUSE… todo se tiene que adaptar. Espero que funcione.
I´M GONNA KICK THE SHIT OUT OF THEM Mi esperanza es que que la galería sea más flexible
FRESNO BLUES… de esta manera y que la estructura con la que he
estado operando se transforme83.
This works in any town, including LA79.
Los planes de Copley se cumplieron a me-
En principio la intención de Copley cuando dias: si progresó en su idea de establecer una
suspendió las actividades de la galería, en ju- asociación sin ánimo de lucro –la Foundation
nio de 1977, no era cerrarla definitivamente, for Art Resources, FAR–, cuya intención era
sino tomarse un tiempo para reflexionar. En su servir como “facilitador de espacios para artis-
mente estaba cambiar de espacio y operar de tas”, junto con sus colegas Constance Lewallen
una manera diferente, buscando lugares donde y Morgan Thomas, pero la galería, tal y como
realizar los insólitos proyectos de sus artistas, había funcionado hasta entonces, dejó de existir
que muchas veces desbordaban el dominio del definitivamente. En su decisión no sólo pesaban
“cubo blanco”. El 23 de septiembre de 1976, las cuentas y el dinero, sino también las profun-
Copley le escribió una carta a Daniel Buren en la das dudas sobre el modelo de producción, exhi-
que le preguntaba por futuros proyectos y en la bición y distribución, auspiciado por las galerías

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 183

de arte, que había ido acumulando a medida y otras marchantes, en los años setenta, según

Pedro de Llano Neira


que acompañaba los radicales proyectos de este la cúal el contexto más apropiado para el arte
grupo de artistas conceptuales. Conceptual no eran las galerías, sino la propia
La asociación Foundation for Art Resources ciudad, entendida en toda su complejidad. Y no
nació en 1977. Todavía existe, pero ha pasado deja de ser curioso, en este sentido, que una de
por múltiples etapas y equipos directivos. La idea las galerías que cuestionó con más radicalidad
orginal es que fuese una entidad sin ánimo de el sistema capitalista –en el contexto artístico–
lucro y que se adaptase mejor que las galerías estuviese radicada en una ciudad como Los Án-
comerciales a los proyectos que estas tres muje- geles. Lo que no deja de ser una demostración
res querían apoyar: efímeros, site-specific, expe- más de una larga historia de migraciones, exilios
rimentales y a menudo públicos. Proyectos que e intercambios de ideas revolucionarias entre Eu-
no se ajustaban a “situaciones convencionales ropa y América.
de exhibición”, según sus palabras. En un borra- Igual que su padre, cuando decidió clausu-
dor en el que anotaron sus objetivos al crear esta rar su galería en 1949, Claire Copley abandonó
estructura, Copley, Lewallen y Thomas hablaban Los Ángeles y se mudó a vivir a Nueva York, en
de cómo “demasiado a menudo”, los espacios 1979, donde inició una nueva carrera. Allí con-
de exhibición convencionales actúan más “como siguió un diploma en “Administración artísti-
una limitación a las obras de arte y la libertad ca” en la universidad de Columbia y continuó
creativa, que como una plataforma de apoyo o colaborando con la Foundation for Art Resou-
fórum para la exhibición y expresión en público rces (FAR). Fue miembro del consejo asesor del
de nuevas ideas”. Estaban convencidas de que la Artists Space y también trabajó en el National
mejor forma de demostrar la utilidad de la FAR Endowment for the Arts, en la creación de un
era migrando a otros contextos como cines, tea- programa de apoyo a espacios gestionados por
tros, salas de conciertos, auditorios o espacios artistas, que por aquel entonces carecían de ca-
comerciales en desuso y abandonados. Como nales a través de los que compartir información
fundadoras de la entidad, se presentaban a si y recursos. Después se casó, fue madre e inició
mismas como integrantes del comité que selec- una nueva carrera en la educación y la literatura
cionaría los proyectos y procuraría los espacios y infantil. Antes de agotar las posibilidades que le
los medios para producirlos, exhibirlos y difun- ofrecía el sistema galerístico y abandonarlo, Clai-
dirlos84. re Copley fue capaz de crear un proyecto que, a
El proyecto FAR era ambicioso, original y pesar de resultar desastroso en el corto plazo, en
consecuente con sus respectivas trayectorias, lo económico, ha trascendido a su tiempo gra-
pero Claire Copley y Constance Lewallen se re- cias a la fé que depositó en los proyectos de sus
tiraron de él poco tiempo después de que fuese artistas. Por todos estos motivos, este artículo
creado, por motivos personales y profesionales. pretende ser una contribución a rescatar su me-
En la primavera de 1979, Morgan Thomas y moria, difundirla y a reivindicar esta experiencia
Dorit Cypis asumieron todas las responsabilida- como un hito en el que la suma del talento, la
des y dieron forma a una programación en la pasión y la libertad de sus protagonistas, dieron
que, en los primeros años ochenta, participaron como resultado un conjunto de exposiciones y
pensadores y críticos como Benjamin Buchloh, obras que forman ya parte de la historia del arte
Douglas Crimp, Michel Foucault, Craig Owens Conceptual y del fructífero intercambio entre la
o Anne Rorimer y artistas como Jack Golsdtein, cultura europea y norteamericana en el tercio fi-
Louise Lawler o Dan Graham. El proyecto FAR nal del siglo XX.
refrenda la conclusión a la que llegaron Copley

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184 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

NOTAS 9
L. Lippard, Six Years: The De- Galleries (1948-49)”, East of Borneo,
Pedro de Llano Neira

materialization of the Art Object from Los Ángeles, 13 de enero de 2014


1966 to 1972, Praeger, Nueva York, [consulta: 30 de noviembre de 2014]
1
Este artículo se redactó durante
1973. http://www.eastofborneo.org/articles/
una estancia en el Getty Research Insti-
tute de Los Ángeles vinculada al contra-
10
Correspondencia con C. Copley, the-surrealist-bungalow-william-n-co-
to posdoctoral (modalidad A) que me diciembre de 2014. pley-and-the-copley-galleries-1948-49.
fue concedido en marzo de 2014, con 11
Lippard, Op. Cit., 1973. 23
Pedro de Llano en conversación
financiación de la Consellería de Cultu- 12
Ver: S. Richard, Unconcealed: con Claire Copley, Nueva York, abril de
ra, Educación e Ordenación Universita- the international network of concep- 2010 (entrevista inédita).
ria, de la Xunta de Galicia y adscrito al tual artists (1967-1977). Dealers, exhi- 24
Ibidem.
grupo de investigación HAAYDU (GI- bitions, and public collections, Riding- 25
Claire Copley Gallery Records,
1510), dirigido por el catedrático Alfre- house, Londres, 2009. 1968-2011 (bulk 1973-1977), Getty
do Vigo Trasancos, en el departamento 13
Conversación con Claire Copley, Research Institute, Los Angeles. Re-
de Historia del Arte de la Universidad de febrero de 2016. search Library, Special Collections
Santiago de Compostela. and Visual Resources, Accession nº.
14
Jack Goldstein citado en R.
2
J. E. Vida-Spence, “Úsalo todo” Hertz, Jack Goldstein and the CalArts 2014.M.2, box 3, folder 6 (Sol Lewitt,
Una carta para ti*”, cat. exp. Kunstha- Mafia [2003], Minneola Press, Ojai, Ca- 1975-1977).
lle de Düsseldorf y Centro Andaluz de lifornia, 2011, p. 27. Es importante destacar que el ar-
Arte Contemporáneo de Sevilla, Allen 15
Ibidem, p. 30. chivo de Copley en el Getty Research
Ruppersberg. One of Many Origins Institute se hizo accesible en 2014 y
16
Correspondencia con C. Copley,
and Variants, Verlag der Buchhandlung que este artículo es el primer estudio
diciembre de 2014.
Walther König, Colonia, 2006, p. 59. que se publica realizado a partir de di-
17
C. Wagley, “Eugenia Butler:
Judith E. Vida Spence es, junto a chos documentos.
How a Wacky Gallerist Inspires the L.A.
su marido Stuart, una importante co- 26
H. Zech, Künstler aus 25 Jahren
Art World Today”, LA Weekly, Los Án-
leccionista de Los Ángeles desde la dé- Kabinett für aktuelle Kunst Bremerha-
geles, 16 de febrero de 2012 [consulta:
cada de los setenta. ven, cat. exp., Neues Museum Weser-
4 de diciembre de 2014] http://www.
3
R. Smith, “Gilbert & George 20 laweekly.com/2012-02-16/art-books/ burg, Bremen, 1992.
Years Later”, The New York Times, Eugenia-Butler-Perpetual-Conceptual- 27
Cherix, Op. Cit., 2009.
Nueva York, 27 de septiembre de 1991 LAND/ Otras investigaciones interesantes
[consulta: 19 de diciembre de 2014] sobre la relación entre Europa y los Esta-
18
Ch. Cherix, In & Out of Amster-
http://www.nytimes.com/1991/09/27/ dos Unidos en los años del arte Concep-
dam: Travels in Conceptual Art (1960-
arts/review-art-gilbert-and-george- tual son las de S. Richard, Unconcealed:
1976), cat. exp., Museum of Modern
20-years-later.html the international network of conceptual
Art (MoMA), Nueva York, 2009, p. 19;
4
Correspondencia del autor con “[In 1971] Ruppersberg opened Al´s artists (1967-1977). Dealers, exhibi-
Claire Copley, diciembre de 2014. Grand Hotel, a building converted for tions, and public collections, Riding-
5
A. Alberro y B. Stimson, Concep- one month into a hotel in which guests house, Londres, 2009 y el catálogo de
tual Art: A Critical Anthology, MIT Press, could rent one of his artists-designed la exposición comisariada por Gloria
Cambridge, Massachusetts, 1999. theme rooms for the weekend. In Moure y celebrada en la Fundació Miró
6
Ver las siguientes publicaciones: Ruppersberg´s work, hotels stand for de Barcelona y en el Museu Serralves de
K. Honnef, Concept Art, Phaidon, the ultimate site of displacement, not Porto, Behind the Facts: Interfunktio-
Colonia, 1971; U. Meyer, Conceptual only for the artist himself (for whom nen, Polígrafa, Barcelona, 2004.
Art, Dutton, Nueva York, 1972. Podría hotel rooms became a traveling studio), 28
Cherix, Op. Cit., p. 17; “Ga-
mencionarse también la exposición but also for the viewer, who is invited lleries soon formed loose networks
Conceptual Art, Conceptual Aspects, to experience art in a constantly shif- around groups of artists, allowing them
organizada en el New York Cultural ting atmosphere”. to split airfares and shipping costs by
Center en 1970. Otros términos que 19
Correspondencia con C. Copley, scheduling strings of shows within
se utilizaron con frecuencia en aquellos diciembre de 2014. short time frames. As Lawrence Wei-
años fueron: “arte procesual”, “anti- 20
R. McGrew, G. Phillips y M. B. ner recalls, “It was a tour. It was like
arte”, “ABC Art”, “Non-Art”, etc. Shurkus (eds.), It Happened at Pomo- playing football – it went from stadium
7
S. Lewitt, “Paragraphs on Con- na. Art at the Edge of Los Angeles to stadium. And the interesting thing
ceptual Art”, Artforum, vol. 5, nº. 10, 1969-1973, cat. exp., Pomona College was that there was a whole system
verano de 1967, pp. 79-84. Museum of Art and Getty Foundation, built into it”.
8
En su famoso “statement” publi- Los Angeles, 2011. 29
Conversación con Claire Copley,
cado en el catálogo de la exposición Ja-
21
Hertz, Op. Cit., p. 62. abril de 2010.
nuary 5-31, 1969, comisariada por Seth 22
J. Griffin, “The Surrealist Bunga- 30
W. Wegman, “Why Draw?”,
Siegelaub, en Nueva York, en 1969. low: William N. Copley and the Copley en el libro William Wegman, cat. exp.,

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La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa 185

Sperone Westwater Gallery, Nueva The wood strips represent some of the- as a play separated from the world of

Pedro de Llano Neira


York, 1990. se imaginary angles of vision. Once we theater, outside of the world of drama,
31
M. Terbell, “Cups, Ballet, Funny learn that, it still doesn´t make sense comedy and so forth, as a kind of ele-
Video”, Art News, Nueva York, Decem- but at least we know why. Le Va´s con- ment on its own”.
ber 1973, vol. 72, nº. 10, p. 72. cept is so arbitrary and so complicated 45
Cherix, Op. Cit., 2009, p. 82.
32
K. Peltomäki, Situation Aesthe- there is no way to deduce it from the 46
R. Kaal, “Ger van Elk, Poet”, en
tics. The Work of Michael Asher, MIT visual evidence alone. The project is no el libro Ger van Elk. Monograph, Thie-
Press, Cambridge, Massachusetts, longer a function of the visual arts but me Art, Deventer, 2009. p. 20.
2010, p. 78. an invitation for us to join the artist´s 47
En 2010 comisarié la exposición
head-trip. The trip is not interesting
33
Conversación con Copley, abril In Search of the Miraculous: Treinta
except as an act of self-assertion. The
de 2010; “I think artists were extremely años después, en el Centro Galego de
wooden corner strips that relate sculp-
generous in terms of doing shows with Arte Contemporánea (CGAC), de San-
turally to the gallery space are interes-
me. They were not making any money, tiago de Compostela, dedicada al pro-
ting, proving that conceptual art can
but people enjoyed coming to LA from yecto póstumo de Bas Jan Ader. En este
work if it doesn´t get too obscure”.
Europe. I always put them in this very momento trabajo en una monografía
strange motel on Santa Monica bou-
38
W. Sharp, “A Conversation with sobre su trabajo, junto al investigador
levard called the Tropicana. So I think Barry Le Va”, Avalanche nº. 3, Nueva norteamericano Roger Conover, que se
people got something out of it, but it York, Fall, 1971, p. 66; “In 1968 I star- publicará en 2017.
wasn´t commercial”. ted to read Sherlock Holmes – in fact, 48
Cherix, Op. Cit., 2009, p. 18.
I´ve been reading him off an on ever
34
Francia y, más en concreto, París, 49
D. Lamelas, “Los Angeles
since – and that eventually permeated
han mantenido un “idilio” permanente Friends (Larger than Life)”, en Lamelas,
my thinking. I became intrigued by the
con Los Ángeles desde la década de los A New Refutation of Time, cat. exp.
idea of visual clues, the way Sherlock
sesenta. Junto a Buren, otro artista con Kunstverein Münich y Witte de With,
Holmes managed to reconstruct a plot
gran presencia en la urbe californiana 1997, p. 106; “When I went to Los
from obscure visual evidence. What I
fue Guy de Cointet, que desarrolló allí Angeles in 1976 I met Michael Asher,
am trying to do now is to set up situa-
la mayor parte de su carrera, hasta su John Baldessari, John Knight, William
tions in which audiences have to use
fallecimiento, en 1985. Una de las ex- Leavitt, Allen Ruppersberg and was
their minds to piece elements back to-
posiciones más importantes sobre arte in touch with what was happening
gether”.
en Los Ángeles, después de la Segunda around the Copley Gallery and the Ca-
Guerra Mundial, fue organizada por el
39
Claire Copley Gallery Records,
lifornia Institute of Art, where Baldes-
centro Pompidou en 2006: Los Angeles 1968-2011, box 3, folder 6 (Sol Lewitt,
sari was teaching. I rented the studio
1955-1985: naissance d´une capita- 1975-1977).
of Bas Jan Ader, which was located in
le artistique. En la actualidad, Francia
40
Correspondencia con Copley, an artist´s building where there was a
cuenta con un centro de exposiciones, diciembre de 2014. small art community, most of whom
denominado Fahrenheit, situado en el 41
Ibidem. are represented in the drawings Los
barrio de Downtown y dedicado a resi- 42
A. Goldstein, “Un tipo más Angeles Friends. Every friday I held
dencias y exposiciones de artistas galos democrático de arte”, cat. exp., Allen screenings of my own films and invited
en Los Ángeles. Ruppersberg. One of Many Origins other artists to show their films. It was
35
Correspondencia con Copley, and Variants, Verlag der Buchhandlung a kind of meeting point. On one hand I
diciembre de 2014. Walther König, Colonia, 2006, pp. 39- felt very removed from Europe, but on
36
Claire Copley Gallery Records, 40. the other I had consciously decided to
1968-2011, box 3, folder 4 (Barry Le 43
Michael Fried publicó “Art and separate myself from the European art
Va, 1974-1977). Objecthood” en la revista Artforum, en scene because I felt I needed a break
37
W. Wilson, “A Critical Guide to 1967. Leavitt reconoce que el texto le in order to evolve a new period in my
the Galleries”, Los Angeles Times, Los fascinó y que reflexionó mucho sobre work”.
Ángeles, abril de 1977; “The gallery él; aunque finalmente su trabajo fue 50
Correspondencia con C. Copley,
floor is sprinkled with short lenghts una reacción en el sentido contrario al diciembre de 2014.
of wooden stripping joined at various que Fried reclamaba para salvar al arte 51
Claire Copley Gallery Records,
angles. A few strips encounter corners de la “teatralidad”. 1968-2011, box 2, folder 8 (Harriet
and climb the angle in vaguely ladder- 44
McGrew, Phillips y Shurkus Korman, 1973-1977); “I just want you
like fashion. In order for this to make (eds.), Op. Cit., 2011, p. 208; “It was to know that I am glad you decided to
any sense at all we have to learn Le Va´s a one-act play and had actors, speech, do the show. I really respect your work
plan. OK. He took a diagram of the ga- movement, some kind of plot line. But and like it very much. Yours will be the
llery and surrounded it with drawings it didn´t have any of the drama or me- first show of painting that I´ve done,
of three overlapped four-side figures. taphor that a play would have. It went which doesn´t bother me and I hope it
He then decided on lines of vision pe- through the motions of a play, but it doesn´t bother you. My feeling is that
netrating the gallery space at angles. wasn´t really theater. I thought of it good art is good art”.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 159-186


186 La galería Claire Copley y los intercambios entre Norteamérica y Europa

52
W. Wilson, “A Critical Guide to 66
W. Wilson, “A Critical Guide to by default. Its not exactly the way I had
Pedro de Llano Neira

the Galleries”, Los Angeles Times, Los the Galleries”, Los Angeles Times, Los envisioned my path to the top but…”.
Ángeles, junio de 1974. Ángeles, 2 de noviembre 1975; “Con- 75
Claire Copley Gallery Records,
Claire Copley Gallery Records,
53 cept art sets out to trigger the imagina- 1968-2011, box 4, folder 3 (Ger van
1968-2011, box 2, folder 8 (Harriet tion through minimum suggestions. At Elk, 1973-1977).
Korman, 1973-1977). best, this makes the artistic possibilities 76
Correspondencia con Copley,
54
Baldessari citado en Hertz, Op. as vast as our universal fantasies. Other
diciembre de 2014.
Cit., 2003-2011, p 64. times concept art seems to lurk in sha-
77
Ibidem.
dows of suggestion to avoid asserting
55
She Accepts the Proposition.
banal ideas”.
78
Claire Copley Gallery Records,
Woman Gallerists and the Redefinition
67
W. Wilson, “A Critical Guide to 1968-2011, box 3, folder 9 (Allan
of Art in Los Angeles, 1967-1978 fue
the Galleries”, Los Angeles Times, Los McCollum, 1973-1977); “[…] there is
una exposición comisariada por Kristi-
Ángeles, 22 de noviembre de 1974; a kind of feeling of freedom that co-
na Newhouse en la Galería Sam Fran-
“It´s major because it identifies with mes with working in your gallery, due, I
cis de la Crossroads School, en Santa
the influential concept school and mi- think, to the non-commercial aspect…
Mónica, California, entre octubre y no-
nor because it is forgetable”. and I was in definite need of that ex-
viembre de 2011.
perience. It was kind of rejuvenating, I
56
Claire Copley Gallery Records, 68
W. Wilson, “A Critical Guide to
guess. I don´t mean to gush so…”
1968-2011, box 2, folder 9 (Joseph Ko- the Galleries”, Los Angeles Times, Los
suth, 1974-1977). Ángeles, 2 de mayo de 1975.
79
Claire Copley Gallery Records,
1968-2011, box 1, folder 2 (Terry Allen,
Correspondencia con C. Copley,
57 69
W. Wilson, “A Critical Guide to
1974-1977).
diciembre de 2014. the Galleries”, Los Angeles Times, Los
Ángeles, 26 de abril de 1976; “you get
80
Claire Copley Gallery Records,
58
Correspondencia con Copley,
the feeling that this is art that is either 1968-2011, box 1, folder 6 (Daniel Bu-
diciembre de 2014.
something other than art or wishes it ren, 1974-1977).
59
Ibidem.
were”. 81
El “Los Angeles Institute of Con-
60
J. Kardon, “The Old, the New,
H. J. Seldis, “A Critical Guide to
70 temporary Art” (LAICA) fue un espacio
and the Different”, catálogo de la ex-
the Galleries”, Los Angeles Times, Los de exposiciones que funcionó en Los
posición David Salle, en el ICA Philadel-
Ángeles, 4 de abril de 1975. Ángeles entre 1974 y 1987 y publicaba
phia, Philadelphia, 1986.
71
W. Wilson, “A Critical Guide una revista homónima.
61
Hertz, Op. Cit., p. 63.
to the Galleries”, Los Angeles Times,
82
D. Buren, “The function of the
62
Conversación con Copley, abril
Los Ángeles, 29 de octubre de 1976; musem”, Artforum, Nueva York, 1973,
de 2010; “The gallery was a quiet place
“[Lewitt] is a comfort in a sphere who- p. 68.
[…] Some days I would watch the tra-
se performers most often get our at- 83
Claire Copley Gallery Records,
ffic on the street and think that in LA
people would rather shop than look at tention by creating mysteries. His pro- 1968-2011, box 1, folder 6 (Daniel
art. It was kind of depressing”. ject is clarity itself”. Buren, 1974-1977); “In the fall I hope
72
B. Brennan, “La Cienaga´s Galle- to spend some time in New York and
63
Pedro de Llano en conversación
ries”, Santa Monica Evening Outlook, then to LA, and set up the gallery in
con Donald Krieger, Los Ángeles, abril
de 2010; “In the early 70s there were Santa Mónica, noviembre de 1974. a new space with somewhat different
not many contemporary art venues in 73
Claire Copley Gallery Records, structure. I will have a space that will be
Los Angeles. Claire Copley gallery was 1968-2011, box 4, folder 6 (Lawrence primarily an office/storage space with a
one of the very few who showed high Weiner, 1974-1977); “We didn´t sell good room for exhibitions. I will try to
and blue-chip artists from NYC and the works Lawrence, at least as of yet. work more and more with other spa-
Europe. Otherwise you only would see But I do not give up easily so I will con- ces, that is, outside of the gallery per
those artists through the catalogues tinue to try my best”. se. I am trying to set up an adminis-
that some people, like John Baldessari, 74
Claire Copley Gallery Records, trative organization that will serve as a
brought from their trips. Copley commi- 1968-2011, box 3, folder 4 (Barry Le facilitator between artists and spaces. I
sioned site-specific projects which were Va, 1974-1977); “I am working hard hope to make available a number of di-
very rare by that time. She was on the here, trying to keep the homefires bur- fferent spaces and to be in a position to
steps of historical galleries like Ferus, ning on the west coast. Many changes find a space to suit the needs of the ar-
and her program had a real following are ocurring here, not all good ones. tists and the work rather than continue
and influence on young artists”. Galleries are dropping like flies and in with a static space to which all must
64
Claire Copley Gallery Records, their place there are some young lo- adapt. I hope this will work. I envision
1968-2011, box 2, folder 8 (Harriet cal “alternatives” if you know what I it giving the gallery more flexibility and
Korman, 1973-1977). mean. Not all bad or uninteresting, but as a way to change the structure of the
65
W. Wilson, “A Critical Guide to somehow lacking any weight. Pretty gallery as I have known it”.
the Galleries”, Los Angeles Times, Los soon I am going to be the most impor- 84
K. Newhouse, She Accepts the
Ángeles, 11 de octubre de 1974. tant contemporary gallery here simply Proposition, 2011.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 159-186


LAS CONFERENCIAS DE GIULIO CARLO ARGAN EN
MADRID (1964): LA PERSPECTIVA DE JORGE OTEIZA1
Data recepción: 2014/12/26 Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego
Data aceptación: 2016/02/17 Universidade da Coruña
Contacto autoras: emma.lopez.bahut@gmail.com;
amparoca@udc.es

RESUMEN
En 1964 Giulio Carlo Argan impartió tres conferencias en Madrid bajo el título “Situación y problemáticas
del Arte contemporáneo” a las que asistió e intervino Jorge Oteiza. Desde material original e inédito, se repasan
sus reflexiones sobre la segunda conferencia: “Proyecto y tecnología en el arte y la arquitectura”. Se analizan y
comparan las ideas de ambos en tres aspectos: la Ley de los Cambios aplicada a la arquitectura y a determinados
arquitectos; la estética y la ética en el campo arquitectónico; y la integración del arte y la arquitectura y su
distinción de la ingeniería. Fruto de estos coloquios y propiciado por el debate que existía sobre la enseñanza
de la arquitectura en Madrid, Oteiza propuso una Nueva Escuela de Arquitectura e Investigaciones Estéticas
Comparadas. Así, se busca ampliar el estudio de la influencia de Argan en la arquitectura española, en la que
Oteiza participaba con clara actitud propositiva.

Palabras Clave: Jorge Oteiza, Giulio Carlo Argan, arquitectura, arte, Madrid

ABSTRACT
In 1964, Giulio Carlo Argan gave three lectures in Madrid under the title “Status and Problems of
Contemporary Art”. Jorge Oteiza attended the lectures and took an active part in them. Drawing on original and
unpublished material, this paper looks at his thoughts on the second lecture, entitled “Design and Technology
in Art and Architecture”. It analyses and compares the ideas of both authors from three standpoints: the “law
of changes” as applied to architecture and certain architects; aesthetics and ethics in the field of architecture;
and the integration of art with architecture rather than with engineering. As a result of these discussions, and
prompted by the existing debate on the teaching of architecture in Madrid, Oteiza proposed a New School of
Architecture and Comparative Aesthetics. This paper thus aims to expand on the study of Argan’s influence on
Spanish architecture, a field in which Oteiza was proactively involved.

Keywords: Jorge Oteiza, Giulio Carlo Argan, architecture, art, Madrid

¿Por qué se habla del arte siempre en la arquitectura y


en la enseñanza de la arquitectura, antes de proponernos en-
tender científicamente qué es hoy lo que debemos entender
por arquitectura? Si no podemos seguir hablando así. Quizá
es preciso volver cartesianamente al punto de partida, qué
es arquitectura en principio, qué es ser arquitecto, cómo co-
mienza el arquitecto a ser arquitecto.
Jorge Oteiza2

El crítico e historiador del arte Giulio Carlo A ellas asiste, entre otros personajes relevantes
Argan impartió tres conferencias en Madrid, en de diversas disciplinas, el escultor Jorge Oteiza,
noviembre del año 1964, bajo el título: “Situa- realizando varias intervenciones en los colo-
ción y problemáticas del Arte contemporáneo”. quios. Sin embargo, a pesar de la importancia

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 187-200


188 Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid

de la exposición pública de las ideas de Argan, alma vasca (1963), sobre todo para el ambiente
Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego

no tuvo repercusiones importantes en el mundo político vasco. Aunque habitualmente residía en


cultural madrileño, salvo en el caso de Oteiza, Irún, la semana de las conferencias de Argan se
llevándole a reflexionar sobre cuestiones especí- encuentra en la capital trabajando junto con Jor-
ficamente arquitectónicas. ge Grau en un guión cinematográfico titulado
Las conferencias de Argan se realizaron en Acteon.
un momento en el que, en el arte español, se Oteiza recoge parcialmente en Ejercicios Es-
estaba produciendo la crisis de la tendencia in- pirituales en un túnel3 (1983) algunos aspectos
formalista y, arrastrada por ella, la de toda la que le interesaron de lo expuesto o reflexiones
abstracción. Los artistas buscaban un mayor propias sobre los temas tratados por Argan. Es
compromiso social y toma de contacto con la un relato algo confuso y muy fraccionado, de
realidad, trabajando desde el realismo crítico y la lectura difícil. Sin embargo, escribe mucho más
nueva figuración. Será a mediados de la década de lo que publica. Es en estos textos, todavía
cuando se recupera la abstracción geométrica inéditos, en los que reflexiona sobre la arqui-
en España, abandonada a finales de los cincuen- tectura, los arquitectos y cómo tiene que ser la
ta, gracias al triunfo internacional del Op Art y el enseñanza de Arquitectura.
arte cinético. Al mismo tiempo, en la Bienal de
De este modo se descubre que las conferen-
Venecia de 1964, irrumpe con fuerza el Pop Art
cias de Argan tuvieron interacción directa en el
norteamericano, frente al cual Argan declara la
pensamiento de Oteiza que, paradójicamente,
muerte del arte contemporáneo.
no las aplica a su campo, el mundo del arte, sino
Al mismo tiempo la arquitectura española, que le hacen reflexionar sobre la propia arqui-
tomando como punto de inflexión el Pabellón tectura, incluyendo entre sus propuestas la crea-
de España de la Exposición Universal de Bruse- ción de una nueva Escuela de Arquitectura en
las (1958) de José Antonio Corrales y Ramón Madrid.
Vázquez Molezún, se desarrolla dentro del or-
Para estudiar este tema, primero se ha re-
ganicismo, con referencias, entre otras tantas,
visado el material publicado en Ejercicios Espiri-
de la obras de Alvar Aalto, Wright y Jørn Utzon.
tuales en un túnel4, que recapitula y sintetiza lo
Dentro de esta corriente, en Madrid, destacan
allí expuesto de manera sesgada. Esto ha servido
Antonio Fernández Alba, Javier Feduchi, Fer-
para estructurar y reconstruir el contenido de las
nando Higueras, Juan Daniel Fullaondo, Rafael
tres conferencias. También se ha repasado el li-
Moneo y, a pesar de pertenecer a otra gene-
bro Proyecto y destino5, que Argan publicó en
ración, Sáenz de Oiza, cuya obra Torres Blan-
1965, en el que se recoge una serie de ensayos,
cas (1960-67) se convierte en un referente del
algunos de ellos ya publicados en diversas revis-
organicismo. Paralelamente, se respiraban aires
tas a lo largo de su trayectoria, que revelan la
de cambio en la Escuela de Arquitectura de Ma-
visión que el autor tiene de la arquitectura y del
drid, tanto por parte del alumnado como de los
papel de los arquitectos.
profesores.
No se ha hallado ninguna referencia o texto
En este ambiente cultural madrileño, Argan
publicado elaborado por alguno de los arquitec-
expone sus ideas en tres sesiones a las que asis-
tos presentes sobre los temas que se abarcaron
ten arquitectos, artistas, críticos, filósofos, etc.
o sobre las intervenciones en los posteriores co-
Entre ellos Oteiza, un personaje polifacético que
a lo largo de su trayectoria abarca diferentes ma- loquios.
terias, como la arquitectura, y que, por propia Al mismo tiempo se ha trabajado con el ma-
voluntad, había decidido abandonar la escultura terial original de Oteiza, todavía inédito, con-
en 1960. Desde ese momento, su trayectoria se servado en su archivo personal en la Fundación
centra en un ámbito cultural más amplio: en la Museo Jorge Oteiza (AFMJO). Se han hallado
educación, el cine, la poesía, etc. En este sentido diferentes documentos elaborados entre la pri-
fue paradigmática la publicación de Quousque mera y la segunda conferencia de Argan, así
tandem…! Ensayo de interpretación estética del como otros que son realizados posteriormente.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 187-200


Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid 189

También se ha localizado la grabación sonora arinen, Bruno Zevi, Alvar Aalto, Richard Neutra,

Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego


que realiza el escultor de alguna de las ponen- Giedion, André Bloc, Shapiro, Alberto Sartoris,
cias, así como de sus propias intervenciones en Tomás Maldonado, Lucio Costa, etc. No se cono-
ellas6. De este modo se aportan referencias de ce de qué forma Oteiza consigue las ponencias
lo expuesto por Argan, que no fue recogido ni del congreso, pero entre ellas se encuentra la de
publicado posteriormente. Paralelamente se ha Argan titulada “Tradición y materiales antiguos
entrevistado personalmente al arquitecto Anto- en la arquitectura”11.
nio Fernández Alba7, que estuvo presente en
Oteiza y Argan tendrán un primer contac-
las conferencias de Argan y que ha aportado
to directo por carta en 1963, momento en el
una información directa sobre los aconteci-
que, como ha señalado Barreiro12, la abstracción
mientos que también ocurrieron al margen de
geométrica española, de la que el escultor for-
las charlas.
maba parte, adquiere especial relevancia en el
panorama artístico italiano mediante dos expo-
1. Contactos previos entre Argan y Oteiza siciones organizadas por Argan: la Bienal de San
Se conocen personalmente en las conferen- Marino de 1963 y la exposición “España Libre:
cias de Madrid, pero existen vínculos anteriores. Esposizione d’arte spagnola contemporanea.
La primera conexión se establece a través de una Celebrazioni del ventennale della resistenza” en
escultura, Monumento al Prisionero político des- el año siguiente13. Oteiza es invitado a exponer
conocido, presentada a un concurso organizado en “España libre” en una sala individual como
por el Institute of Contemporary Arts (Londres, homenaje al premio obtenido en la IV Bienal de
1952) en el que Argan formaba parte del Jura- São Paulo en 1957. Finalmente se niega a a for-
do. Oteiza fue el único representante de España mar parte de la exposición porque la considera
que llegó a la fase final, exponiendo su propues- una campaña llevada a cabo desde el exterior,
ta en la Tate Gallery en 1953. desde el entorno del partido comunista italiano,
La relación entre Oteiza y Argan surge a tra- que no supone nada para la agitación cultural
vés del crítico Vicente Aguilera Cerní quien ha- y política que tanto Oteiza como otros sectores
bía establecido contacto con el italiano a raíz de vascos estaban llevando a cabo. Un tono más
presidir el Tribunal que le otorgó el Gran Premio conciliador es el que emplea en la correspon-
de crítica en la Bienal de Venecia de 19598. En dencia con Argan, expresando su interés por su
ese momento Oteiza y Aguilera estaban conec- trabajo: “Hace mucho que sigo su obra de escri-
tados, y le servía de enlace con Parpalló, grupo tor y crítico con un enorme interés y aprovecha-
multidisciplinar valenciano formado por artistas miento. En esta oportunidad quiero agradécese-
y arquitectos, al que pertenecía. En noviembre lo vivamente. Soy de usted compañero y sincero
de 1958, gracias a Aguilera, el escultor a impar- amigo”14. Pero, a pesar no exponer ninguna es-
tió una conferencia en el Ateneo Mercantil de cultura, en el catálogo se recogen, además de
Valencia sobre arte, arquitectura y urbanismo9. una breve biografía, fotografías de dos de sus
obras (Fig. 1 y Fig. 2).
Se puede afirmar que Oteiza conocía las
ideas de Argan al menos por dos lecturas. La pri- Al mismo tiempo, es invitado a participar
mera, el libro Walter Gropius y el Bauhaus, que al XII Congreso Internacional de Crítica de Arte
se conserva en su biblioteca, y que lee en el año (CICA) celebrado en Italia en septiembre de
1959 llenándolo de comentarios y anotaciones10. 1964 que versaba sobre “Ideología y técnica”.
La segunda vía es la lectura de las conferencias Oteiza no asiste pero envía la ponencia “Ideolo-
del Congreso Extraordinario Internacional de gía y técnica desde una Ley de los Cambios para
Críticos de Arte, que se celebró del 17 al 25 de el arte”15. Para prepararla, pide a Aguilera Cerni
septiembre de 1959 en Brasil. Fue organizado le envíe el artículo de Argan sobre la muerte del
por la sección brasileña de la Asociación Inter- arte porque “Necesito saber si está relacionada
nacional de Críticos de Arte (AICA). Asisten los esa muerte con las explicaciones que yo he dado
arquitectos, críticos, artistas e investigadores del en el Quousque Tandem”16. Como se verá, es un
momento, destacando, entre muchos otros, Sa- punto en el que Oteiza discrepa de Argan.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 187-200


190 Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid

ellas recogen ideas que recientemente había pu-


Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego

blicado en Salvezza e caduta nell´arte moderna18


y en su libro en preparación Progetto e destino19,
ambos publicados en castellano años después.
La primera ponencia se realiza el 9 de no-
viembre de 1964 en el Museo de Arte contem-
poráneo titulada “La situación del arte contem-
poráneo”, presidida por el Director general de
Bellas Artes, Gratiniano Nieto Gallo, y el director
del museo Fernando Chueca Goitia. Principal-
mente se centra en cuestiones artísticas, dejan-
do los temas arquitectónicos para la siguiente
conferencia.
La segunda, que constituye el principal pun-
to de esta investigación, se titula “Proyecto y
tecnología en el arte y la arquitectura” y se cele-
bra en la Facultad de Filosofía, en el seminario de
Fig. 1. Oteiza, Fusión de dos poliedros abiertos definiendo 3
vacíos, 1957. Catálogo de la exposición “España Libre: Espo- José Luis López-Aranguren, el 10 de noviembre.
sizione d’arte spagnola contemporánea”. Archivo Fundación Intervienen en el coloquio Oteiza, el director de
Museo Jorge Oteiza, ID: 5917. la Escuela de Madrid Luis Moya, el crítico de arte
José María Moreno Galván, el arquitecto Anto-
nio Fernández Alba y Aranguren.
Argan imparte la tercera conferencia al día
siguiente en la Asociación de Mujeres Universi-
tarias, tratando “El problema de los valores en
la crítica de arte contemporáneo”. No se abor-
daron cuestiones arquitectónicas, centrándose
en la crítica de la obra de arte desde diferentes
momento históricos, en el que es creada o en el
actual, según recoge Oteiza en sus notas20.
El carácter político y la postura crítica al ré-
gimen franquista estaban presentes en las con-
ferencias, tanto por el propio Argan como por
los asistentes. Se mantuvieron las formas en la
primera conferencia debido a la presencia del
Director de Bellas Artes, aunque Oteiza intervino
contundente y arriesgadamente, señalando pú-
blicamente su confianza en que las ideas de Ar-
Fig. 2. Oteiza, Conjunción triple vacía, 1958. Catálogo de la gan tuvieran un fuerte impacto en el ambiente
exposición “España Libre: Esposizione d’arte spagnola con-
temporánea”. Archivo Fundación Museo Jorge Oteiza, biblio- artístico madrileño, que tuvieran algún resultado
teca ID: 5917. “revolucionario”, alguna propuesta o acción.
Pero tal como se comprueba, no hubo tal reper-
cusión, solo aquello que el propio Oteiza intentó
2. Argan: conferencias en Madrid promover en cuatro propuestas21: el tema del
Tras estas conexiones previas, Oteiza y Ar- próximo congreso de Congreso Internacional
gan se conocen en persona en noviembre de de Crítica de Arte que consistiría en “una revi-
1964 en Madrid, a raíz de las tres conferencias sión científica de la situación histórica del arte
del italiano agrupadas bajo el título “Situación contemporáneo y de la integración de las artes
y problemáticas del Arte contemporáneo”17. En en la arquitectura y de la arquitectura, estética

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Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid 191

y tecnológicamente en la realidad política de su organización y participó en él. Es a raíz de las

Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego


nuestra vida”, que no llegó a materializarse; la conferencias de Argan en Madrid cuando Oteiza
creación de “Laboratorios de Investigaciones Es- aplica la Ley de los Cambios directamente a los
téticas comparadas” con personas de diferentes arquitectos.
disciplinas para “restablecer la Arquitectura y la
Según esta teoría, el artista tiene que supe-
Estética como nuevas entidades científicas”; la
rar dos etapas, la primera en el laboratorio, en
fundación de una nueva Escuela de Arquitectura
de Madrid, “una escuela libre de arquitectura o el taller, marcada por la experimentación que,
escuela piloto para la investigación científica de inevitablemente, tiene que concluir. Para Otei-
la arquitectura y de la enseñanza de la arquitec- za tiene que morir para que el artista salga del
tura y de sus integraciones con el arte y con la taller-laboratorio y comience la segunda eta-
vida”; y, al no concretarse la anterior propuesta, pa, trabaje con/para la sociedad. Dependiendo
la Escuela de Arquitectura e Investigación Esté- del momento cultural se elaborará un tipo de
tica en San Sebastián, que tampoco vio la luz. arte, que será reflejo o intentará dar respuesta
a cuestiones existenciales que, en ese momen-
En la segunda ponencia hubo intervenciones
to, a la sociedad le preocupa. Por eso el artista
mucho más políticamente definidas, tal como
tiene que concluir, responder a esas cuestiones
recoge Oteiza “una terminante definición de si-
tuaciones que no pueden conciliarse en nuestra y cerrar esta etapa. En la trayectoria de Oteiza
realidad cultural nada más que dando paso polí- se identifica con la primera fase su trabajo ex-
ticamente, abriendo políticamente, donde nues- perimental en la escultura hasta 1959-60, mo-
tra Universidad se ha detenido las nuevas formas mento en el que, en una segunda fase, Oteiza
de investigación y enseñanza”22. Algunos de los abandona la escultura para trabajar con y para
presentes, como Aranguren o Fernández Alba,
en los años siguientes fueron obligados a aban-
donar la enseñanza universitaria.
Las conferencias de Argan provocan en Otei-
za una serie de reflexiones sobre la arquitectura,
ideas que coinciden o no con lo expuesto por el
italiano. Tres son los puntos que se analizan: La
ley de los Cambios del arte aplicada a los arqui-
tectos y la arquitectura; la estética y la ética en el
campo arquitectónico; y la integración del arte
y la arquitectura y distinción de la ingeniería. Se
comparan las ideas de ambos sobre estos tres
temas que atañen directamente a lo arquitectó-
nico.

2.1. Ley de los Cambios del arte aplicada


a la arquitectura
A lo largo de los cincuenta Oteiza desarro-
lla una teoría denominada “Ley de los Cambios
para el arte” que aparece expuesta por primera
vez en su libro Quousque Tandem…! (1963) y en
diferentes publicaciones posteriores23. También
la expone en su ponencia “Ideología y técnica
para una Ley de los Cambios para el arte”24 pre-
sentadas al XII Congreso Internacional de Críti-
Fig. 3. Oteiza, “Curva en dos fases de la Ley de los Cambios”.
ca de Arte (Venecia, septiembre de 1964) y que Portada del libro de Jorge Oteiza, Ley de los Cambios, Ediciones
Argan debía conocer pues estuvo implicado en Tristan-Deche Arte contemporáneo, Zarautz, 1990.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 187-200


192
Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid

Fig. 5. Fotografía elegida por Oteiza de la Catedral gótica de


Tours (Francia), considerándolo “un espacio religioso (estéti-
camente como vacío-cromlech) en el gótico de Tours, suspen-
dido en lo alto con el empuje exterior de los arbotantes”. En
edición crítica Quousque Tandem…!, coord. Amador Vega;
col. Jon Echevarría, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza,
2007, p. 323.
Fig. 4. Oteiza, “Ley Cambios y cuadro de procesos enteros en
el arte”. En este esquema así como en otros gráficos del libro
Ejercicios Espirituales en un túnel, Oteiza dibuja en rojo la par- bien alcanzando el espacio vacío sin expresión,
te convexa y en azul la cóncava, en referencia a las dos series
del Modulor de Le Corbusier. En edición crítica Ejercicios espiri- tal como hizo Oteiza, o desde el tiempo, cues-
tuales en un túnel. En busca y encuentro de nuestra identidad tión que desde los informalismos no termina de
perdida, coord. Francisco Calvo Serraller; col. Emma López resolverse. Antagónicamente, la segunda fase
Bahut, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza, 2011, p. 145.
corresponde al silencio, la ausencia de expre-
sión, una técnica basada en la desocupación es-
la sociedad desde el ámbito político-cultural. El pacial, eliminativa. Y Oteiza indica los diferentes
artista tiene que ser capaz de desarrollar esta se- momentos de la historia del arte en los que se
gunda etapa pero para ello la sociedad tiene que ha alcanzado, como por ejemplo sus cajas va-
estar dispuesta, abierta a recibir lo que considera cías y metafísicas, así como en la arquitectura: el
la verdadera función del arte. ¿Y cómo propone Partenón como arquitectura vacía, la catedral de
hacerlo? Mediante la educación: “sin trasformar Tours como espacio religioso (Fig. 5), el jardín de
la educación, sin ampliarla estéticamente, sin in- piedras de Ryoan ji en Kyoto como paisaje vacío
ventar una rápida y efectiva educación popular, (Fig. 6), etc.
el artista seguirá condenado a adornar….”25. Un punto de debate en los coloquios poste-
La Ley de los Cambios para el arte es bifá- riores a las conferencias de Madrid fue la muerte
sica (Fig. 3 y Fig. 4). Partiendo de cero se crea del arte. Argan cree que el arte ha muerto al
un nuevo lenguaje artístico, propio de cada observar propuestas artísticas que empiezan a
momento. La primera fase se identifica con un despuntar internacionalmente, como el Pop Art
aumento de la expresión, con técnicas acumula- en la Bienal de Venecia de 1964. Así lo explica en
tivas y una ocupación del espacio. En esta fase Madrid: “yo no escondo mi antipatía por los ali-
hay una confrontación entre las tendencias que mentos de escayola y los objetos rescatados que
apuestan por trabajar desde el espacio (geome- Oldenburg, o Lichtenstein, o Dine, han expuesto
tría espacial) y las que lo hacen con el tiempo recientemente en la Bienal. Todavía reconozco
(tendencias informales). Pero en cualquiera de que se trata de simpatía y de antipatía. No pue-
estas posibilidades, el artista tiene que concluir, do decir, esto es arte y esto no es arte, porque

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Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid 193

Arte contemporáneo, como un peligro posible.

Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego


Pero el Arte contemporáneo ha muerto. El arte
muere, porque ha muerto siempre”27.
Argan defiende que el arte contemporáneo
está dando muestras de que va a morir por la in-
capacidad de los propios artistas, por la desliga-
zón entre valores y arte, a lo que Oteiza respon-
de que el verdadero problema no es que el arte
contemporáneo muera, si no que se estuviera
prolongando. Oteiza considera que el artista no
concluye, sigue produciendo en modo repetición
sin alcanzar unos resultados que trasportar a la
sociedad, el artista es “irresponsable y lento, es
un adolescente que se repite y envejece en el
colegio”28. Por ello, Oteiza explica la Ley de los
Cambios, para que el artista sea capaz de de-
terminar el fin de su experimentación artística,
Fig. 6. Fotografía elegida por Oteiza del Jardín de Piedras de
Ryoan ji en Kyoto (Japón), pues lo entiende como un “espa- sea cual sea su disciplina, señalando que: “En
cio vacío utilizado para la reflexión espiritual y religiosa, como mis objeciones a Argan ya le dije, que estaba en
espacio-crómlech en la tradición oriental”. En edición crítica un error al afirmar que el arte trasforma el mun-
Quousque Tandem…!, coord. Amador Vega; col. Jon Eche-
varría, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza, 2007, p. 321. do, el arte lo que trasforma es al artista en un
hombre nuevo, es con estos hombres nuevos la
trasformación del mundo es posible” 29.
en realidad, cualquiera de estas dos tendencias
se coloca de un modo unilateral, no se propone A raíz de las conferencias de Argan, por pri-
realizar el arte como un valor concreto”26 (Fig. 7). mera vez Oteiza aplica las dos etapas del artista
Oteiza tiene una postura diferente, pues consi- en su Ley de los Cambios al arquitecto, a la ar-
dera la muerte del arte una conclusión necesaria quitectura del momento: “y sin embargo reco-
para avanzar, aplicando su Ley de los Cambios. noce una división de la Historia contemporánea
Oteiza afirma que “Se sospecha de la muerte del de la arquitectura en 2 épocas pero no analiza
el sentido que encierra está división visible. 1ª
época, gran época, de actuación de arquitectos
y artistas. 2ª la actual, de confusión, de errores
personales, de desviaciones (?)”30. Por ello, del
mismo modo que el artista, el arquitecto en su
trayectoria tiene una fase de experimentación,
identificada como estética, para luego ser capaz
de traspasarla a la sociedad, en la que se une
estética y ética.

2.2. Ética y estética en el campo arqui-


tectónico
Argan en las conferencias habló de los gran-
des maestros de la arquitectura contemporánea,
frente a los que Oteiza define su posición y di-
firiere en algunos casos. Argan defiende la obra
Fig. 7. Claes Oldenburg, Omelette tombante (Tortilla cayendo), de Aalto y muestra su crítica a la de Le Corbusier
1964. Museo Nacional Centro de Arte Contemporáneo Reina pues lo considera un genial arquitecto pero ca-
Sofía, Madrid, [consulta 26/12/2014] http://www.museorei-
nasofia.es/en/collection/artwork/omelette-tombante-falling- rente de un compromiso ideológico31 señalando
omelette. sus obras de Ronchamp o Chandigarh. Oteiza,

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194 Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid

en desacuerdo con esta crítica, pone a Le Corbu- los artistas, de los países, que en el mundo con-
Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego

sier a la misma altura que Picasso para ejempli- temporáneo no han participado en la vanguardia
ficar sus fases como arquitecto-artista. Identifica creadora del pensamiento, porque ya los verda-
la primera con el trabajo experimental en la que deros creadores han concluido en lo fundamen-
tal esta investigación. Ahora la tarea es ordenar,
tanto el artista como el arquitecto “no son libres,
planificar, la trasmisión de lo que se ha logrado,
porque obedecen a un Prop expe [propósito ex-
trasformar la educación y abrir nuevas escuelas. Y
perimental] están dentro del Lab [laboratorio] no de ir todos a la escuela.
hay personalidad”. Mientras que la segunda se
desarrolla “en la vida, son libres, hacen lo que Considera que los arquitectos españoles que
quieren (aquí nuevo concepto de decorador, desarrollarían su trabajo entre 1965-1980 y que
de arte aplicado=médico, curación a domicilio, estuvieron al margen de la vanguardia creado-
atención a cada problema en cada sitio, en cada ra de los años cuarenta y cincuenta, serían los
circunstancia particular” 32. En este sentido Otei- encargados de la segunda etapa, la trasmisión
za considera que en la iglesia de Ronchamp se de las conclusiones de la segunda fase de los
une estética y ética, hay un compromiso ideo- maestros del movimiento moderno como el pro-
lógico, pertenece a la segunda fase de la Ley de pio Mies o Le Corbusier. Por ello toma especial
los Cambios. importancia, como ha señalado en otras oca-
Sin embargo, Oteiza y Argan coinciden en siones, la educación para que, como señala en
que en la arquitectura Aalto confluyen la es- Aalto, ese trabajo experimental sea aplicado a
tética y la ética. Tal como lo explica el italiano: la sociedad. De ahí el interés continuo de Oteiza
“Aalto no tiene una posición ideológica políti- de generar nuevas formas de trasmisión de estos
camente calificada; pero su idea, o ideología, conocimientos, mediante escuelas interdiscipli-
de la sociedad, se hace concepción del mundo y nares destinadas a todas las edades formativas.
se traduce de forma plástica que, independien- Así se recoge en el diálogo que mantienen en la
temente de sus dimensiones, representa plena- primera conferencia ante la presencia de varios
mente el espacio. He allí un típico ejemplo de representantes del régimen franquista36:
metodología intencionada si bien no ideológica-
mente condicionada (otro error, como se puede ARGAN: Este es otro argumento muy impor-
ver de la arquitectura oficial soviética)”33. Oteiza tante. La situación artística hoy tiene otro aspecto
y Argan coinciden en identificar en Aalto una muy interesante: el de la búsqueda práctica de
ética, una ideología, aunque no sea ligada a una otro medio de comunicación entre el arte y la so-
ciedad que no sea el mercado. Y cual puede ser
determinada posición política. Esta confluencia
este otro modo de comunicación, uno sólo, la Es-
entre estética y ética, hace que Oteiza, con su
cuela.
Ley de los Cambios, universalice el trabajo de
OTEIZA: Exacto. La Escuela, la Universidad.
Aalto: “replico a Argan que la lección de Alvar
Aalto no puede ser tomada por otro arquitecto ARGAN: Sí, sí. Una Escuela de Investigación
directamente, que lo que hace interesante que Estética. Perfectamente. Y qué es lo que, cada vez
que hablo en mi país, les pido a las autoridades de
pase no a otro arquitecto sino al proceso de la
mi país cuando tienen la bondad de escucharme,
arquitectura, es la conciencia con la que ha de
no sucede tan a menudo como en España. Es que
considerar las aportaciones de otros arquitec- creo que está en el deseo de todos los artistas, que
tos”34. En este sentido, Oteiza hace referencia a la Escuela, una Escuela realmente de búsqueda de
Mies van der Rohe35: valores estéticos, de investigación estética

Cuando Mies van de Rohe (no hace mucho) se Otro tema que Argan trata en las confe-
refirió a que los próximos quince años de arquitec-
rencias es el caso de la ciudad de Brasilia, se-
tura sería de arquitectos españoles, yo pregunté
en mi libro si en España se había entendido lo que
ñalándolo37 como ejemplo de obra actualmente
había querido decir. No lo habían entendido. Los carente de ideología, sin contenido, sin repre-
próximos quince años de arquitectura, todos los sentatividad real de la sociedad que la habita,
años próximos en lo que ya hemos entrado del no cuestionando su calidad estética. Ya había
arte contemporáneo, serán de los arquitectos, de afirmado que Brasilia ha de constituirse en cen-

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Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid 195

tro cultural, con la principal universidad del país, Alba tenía evidentes referencias a Utzon (Fig. 8).

Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego


con equipos científicos perfectos, bibliotecas, Oteiza identifica la confluencia de la estética y la
museos, centros especializados para la música, ética en los planteamientos de Fernández Alba,
el teatro, el cine, etc. pues “y sólo así podrá inci- afirmando que su propuesta es “una hermosa
dir positivamente en el rescate para la vida civili- solución frente a la porquería que ha sido el pri-
zada de las grandes zonas culturalmente depri- mer premio, que rechace el premio, no lo acepte,
midas del centro y en el mejoramiento social de que él demostrará así con este comportamiento
las poblaciones indígenas aun extremadamente moral ser más arquitecto actual, que estética-
atrasadas, afirmando no solamente la autoridad mente habiendo realizado el proyecto”40.
y la fuerza, sino también la capacidad educativa Además, Oteiza señala que no está de acuer-
y progresista de un estado moderno”38. Este es do que en ese momento se necesite una nueva
un punto de total coincidencia con Oteiza, pues arquitectura, sino que es necesario un nuevo
conceden gran importancia a la educación y la tipo de arquitecto: “Dije en mi réplica a Argan
capacidad formadora del arte para el progreso que lo elaborado, lo que ha originado, el proce-
social de las comunidades humanas. También so de la arquitectura contemporánea, más que
coinciden en que para que el gigantesco esfuer- una nueva arquitectura, es un arquitecto nue-
zo de la construcción de Brasilia no sea vano, vo, un técnico de la arquitectura con una nueva
ha de transformarse en un gran centro cultural, ideología…. el arte no modifica el mundo sino el
adquirir un contenido. hombre, el arte trasforma al artista en un hom-
Claramente Oteiza y Argan coinciden en unir bre nuevo y la nueva arquitectura ha hecho un
estética y ética, sea cual sea la disciplina artística. arquitecto nuevo. Y estos hombres nuevos, estos
Argan ya ha identificado que, al igual que en el hombres a través de lo estético, con una nueva
arte, “También en la arquitectura, en los últimos ideología, con una nueva ética. Son los hombres
que tienen que modificar, que transformar el
años, ha habido una flexión contemporánea del
compromiso ideológico y de la calidad estética:
lo que demuestra cómo la ideología no ha sido
sustituida por la técnica en su función de activar
en la búsqueda del valor, incluso en el campo
estético” 39. Para Oteiza este momento pertene-
ce a la segunda fase de la ley de los cambios,
la que el arquitecto trabaja en la vida, para la
sociedad, afirmando que hay que valorar a los
arquitectos no desde un punto de vista exclusi-
vamente estético, sino su compromiso ético. En
la arquitectura se ha superado la primera fase
en la que los maestros (por eso habla de Aalto,
Mies, Le Corbusier) han desarrollado estética-
mente la arquitectura y ahora hay que valorar
como se produce la segunda etapa, si la estética
no tiene contenido o si está ligado a un compro-
miso ideológico.
En este sentido, en la segunda conferencia,
Oteiza apeló a Antonio Fernández Alba a que
renunciase al segundo premio que acababa de
obtener en el concurso del Palacio de Congre-
sos y Exposiciones de Madrid en el que, frente
a otras propuestas arquitectónicamente más in- Fig. 8. Antonio Fernández Alba, José Luis Fernández del Amo,
Ignacio Gárate y Leopoldo Uría. Palacio de Exposiciones y con-
teresantes, es premiado el proyecto presentado gresos de Madrid, 2ª premio (1964). “Palacio de exposiciones
por Pablo Pintado. El proyecto de Fernández y congresos de Madrid”, Arquitectura, nº 71, 1964, pp. 6-8.

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196 Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid

mundo” 41. Por ello, considera imprescindible, ción de intenciones escrita por Oteiza a máquina
Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego

y así lo manifiesta en el coloquio posterior a la al que sigue un texto de Moreno Galván a mano.
conferencia, la necesidad de una nueva Escuela Durante la entrevista mantenida con Fernán-
de Arquitectura42: dez Alba, él recordaba haber asistido porque
en ese momento estaba tomando unos cursos
Esta Escuela nueva de Arquitectura con su la-
boratorio de Estética comparada, es el proyecto libres en un seminario de Estética en la Facultad
de escuela política de hombres nuevos o ESCUELA de Filosofía, lugar donde se realiza la segunda
MORAL DE ARQUITECTURA que pedimos al pro- conferencia. Sentado con Moreno Galván, con
fesor Argan nos ayude a dejar creada después de quien le unía gran amistad, se les sumó después
su tercera conferencia esta tarde. Laboratorio de Oteiza, que en el coloquio empezó a hablar en
Estética comparada y ESCUELA DE CONCLUSIO- tono revolucionario contra el régimen franquis-
NES ETICAS Y POLITICAS EN LA ARQUITECTURA. ta. Tras la conferencia, Argan, Oteiza, Moreno
Galván y él fueron a comer a un pequeño res-
La Escuela de Arquitectura de Madrid, en taurante en la carretera de Colmenar Viejo. Allí
ese momento se acababa de cambiar de plan se intentó firmar esta acta de fundación de una
de estudios y, a pesar de ello, seguía habiendo Nueva Escuela, que Oteiza ya tenía mecanogra-
descontento entre profesores y alumnos por no fiada a la que Moreno Galván añadió lo escrito
ser suficientemente renovador. Oteiza se opo- a mano.
ne a la reforma de las Escuelas de Arquitectura
“como estaba sucediendo en Madrid igual que A pesar del acta no hubo ninguna conse-
en Roma. Lo viejo no se reforma, se abandona, cuencia. El día de la tercera conferencia se fijó la
se sustituye”43. En el coloquio de la segunda reunión para tratar el tema de la nueva Escuela
conferencia también intervino Luis Moya, direc- de Arquitectura, pero Oteiza describe las excu-
tor de la escuela, en defensa de la enseñanza sas que dieron para no participar en ella Moreno
propuesta desde el plan de 1964. Galván, Fernández Alba, Sáenz de Oiza y Anto-

Oteiza ve necesaria la creación de una nue-


va Escuela de Libre de Arquitectura que espe-
ra comenzar con el apoyo de Argan. Recoge el
malestar de los estudiantes y profesores frente
al modo de la enseñanza de la arquitectura en
Madrid, cuestión que flotaba en el ambiente en
ese momento. Y para ello, reclama el impulso
de Argan44:

Necesitamos iniciar, y este es el servicio, es el


favor ¿no? revolucionario, que esperamos de la
presencia del eminente profesor Giulio Carlo Ar-
gan entre nosotros. Que deje este equipo cons-
tituido en una escuela libre y con investigaciones
comparables para que en el próximo congreso in-
ternacional de crítica puedan asistir con los demás
equipos que se vayan formando en otros países,
integrarse en este congreso que es fundamental.

Esta propuesta de Oteiza se recoge en el acta


titulada “Nueva Escuela de Arquitectura e inves-
tigaciones Estéticas Comparadas”45, firmada en
Madrid, 10 de noviembre de 1964 por José Mª
Moreno Galván y Fernández Alba (Fig. 9). Apare-
Fig. 9. Acta de la Nueva Escuela de Arquitectura e Investigacio-
cen los nombres, pero sin firma, de Argan, Otei- nes Estéticas Comparadas, 10 de noviembre de 1964. Archivo
za y del escultor Pablo Matizarro. Es una declara- Fundación Museo Jorge Oteiza, ID: 8333.

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Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid 197

nio Vázquez de Castro46. Oteiza regresó a Irún espiritual, “diseño espiritual”. Y por ello, desde

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y desde allí realizó la misma propuesta de crear la estética, en esa segunda fase, es donde se en-
una nueva escuela de arquitectura en San Sebas- cuentra con el artista.
tián, que tampoco se logró materializar. Pero tal como Oteiza defendió en el proyecto
arquitectónico desarrollado con Roberto Puig, el
2.3. Integración del arte y la arquitectura Monumento a José Batlle en Montevideo (1958-
y su distinción de la ingeniería 59), en la integración del arte con la arquitectura
Tras aplicar al ámbito arquitectónico la Ley el arte desaparece. Tanto en sus escritos teóricos
de los Cambios y tratar la relación entre estética de 1958 como en este proyecto, Oteiza propo-
y ética, el tercer punto en el que se centra Oteiza nía una nueva forma de integración entre la ar-
es la integración Arte Arquitectura y su distin- quitectura y el arte, basada en el espacio como
ción respecto a la ingeniería. Argan trata este materia común a ambas disciplinas y plantea-
tema en la segunda conferencia y es un punto da en dos niveles. El primero, desde el espacio
de conflicto entre ambos. vacío de la arquitectura, que corresponde con
un grado alto de interacción entre la obra y el
Argan defendía la relación entre arte, ciencia
espacio arquitectónico. Es lo que Oteiza deno-
y tecnología pues consideraba que “sus campos,
mina “Mueble metafísico”, alejándose de todo
en un tiempo comunes o al menos finítimos, han
propósito decorativo. El segundo nivel supone
sido luego cuidadosamente diferenciados; pero
la compenetración total entre ambas disciplinas,
la diferenciación es una relación y una relación ha
desapareciendo la pieza artística como objeto,
existido hasta épocas muy próximas a la nuestra,
poniendo como ejemplo de esta total integra-
hasta Seraut, el Cubismo, Mondrian, Pevsner. En
ción entre arquitecto y artista en el trabajo de Le
la arquitectura la relación sobrevive, aunque no
Corbusier en Ronchamp.
fuese más, en las búsquedas estructuralistas, de
Maillart y Freyssinet a Nervi y Morandi. Pero va-
len ante la ciencia, las mismas preocupaciones 3. Coincidencias y divergencias entre Ar-
que hay ante el arte: hay razón para temer que gan y Oteiza
esté por ser sobrepasada por la técnica”47. En las conferencias de Madrid Argan for-
Frente a esta postura Oteiza reclama la auto- mula las ideas expuestas en el libro Proyecto y
nomía de la arquitectura como ciencia, evitando destino, obra que estaba acabando, o ya había
representarla como una disciplina en la que se finalizado, para su publicación en el año 1965.
combinan elementos científicos, técnicos y ar- Esta afirmación se basada en la coincidencia de
tísticos. Propone realmente repensar sobre qué los conceptos planteados y desarrollados en pro-
es arquitectura y qué es ser arquitecto. Sostie- fundidad en el texto. En ese momento, y con co-
ne que la primera conexión de la arquitectura nexiones previas, Oteiza conocía el pensamiento
es la biología, en la que se van dando respuesta de Argan, tanto a través de sus escritos previos,
lógica a través del diseño a determinadas fun- Walter Gropius e la Bauhaus (1957) y Salvezza e
ciones, usos, necesidades, etc. hasta que, una caduta nell’arte moderna (1964), como median-
vez colmatadas, dejen paso a poder solucionar te la información directa de personas relacionas
otro tipo de necesidades de las personas, lo es- con el italiano, como Moreno Galván y Aguilera
piritual, momento en el que el arte entra en con- Cerni.
tacto con la arquitectura. Para explicar las rela- Oteiza, conocedor de la transcendencia de
ciones que se dan entre arquitectura, ingeniería la figura de Argan, de su pensamiento, de su
y arte Oteiza recurre de nuevo a la Ley de los vinculación política, así como de su intensa ac-
Cambios: una primera fase técnica, en la que el tividad en la promoción y difusión del arte con-
ingeniero tiene cabida, en la que se solucionan temporáneo, da importancia a su presencia en
problemas técnicos, soluciones técnicas, “diseño Madrid, como si fuera posible que sus conferen-
físico”, desde la lógica funcional48; la segunda cias pudieran provocar algún tipo de cambio en
corresponde al arquitecto, cuando se da lo es- el ambiente cultural, que no llegó a suceder. Por
tético que, solucionado lo funcional, aporta lo ello, prepara detalladamente sus intervenciones

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que, como demuestran las grabaciones, ejecu- le sitúan, en la Ley de los Cambios en su segun-
Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego

ta provocadora e inexorablemente, obviando da fase, en donde se encuentran ética y estética.


las posibles consecuencias que podrían tener. Y Para Argan las disciplinas artísticas, entre
buena parte de sus reflexiones se centran, como ellas la arquitectura, necesitan un medio de co-
se ha visto, sobre la arquitectura. municación con la sociedad distinto al mercado
Respecto a la Ley de los Cambios hay diver- y, determina, que sólo puede ser la Escuela, la
gencia entre ellos. Mientras que Argan cree, en Universidad. Oteiza también apuesta por la
sentido negativo, que el arte muere al observar educación como medio para un cambio y para
las propuestas artísticas que empiezan a des- buscar nuevos planteamientos estéticos ligados
puntar internacionalmente, para Oteiza es una a una nueva sociedad. Por ello, a lo largo de su
conclusión necesaria para avanzar, aplicando su trayectoria, intenta incansablemente la funda-
Ley de los Cambios: no es un peligro la muerte ción de centros educación e investigación es-
de arte contemporáneo. El arte muere, porque tética interdisciplinar a todos los niveles: desde
ha muerto siempre. escuelas infantiles, como la Escuela infantil pilo-
Claramente coinciden en hacer confluir la es- to para Elorrio a centros universitarios, como la
tética y ética, en el arte y en la arquitectura pues Nueva Escuela de Arquitectura de Madrid.
están íntimamente ligados a la condición ideoló- Otra discrepancia entre ambos se da en la
gica, al compromiso moral y a la ética, tal como relación de la arquitectura y la ingeniería. Argan
apuntaba Oteiza “el arte busca siempre desde no incide siquiera en la diferencia entre arquitec-
sus orígenes, fórmulas de comportamiento, el to e ingeniero debido al diferente enfoque que
diseño ético de la existencia, proyecta, y busca se produce en su país, Italia, de las titulaciones
concluir, en una ética existencial”. Esa ética no y competencias de ambos. De hecho, cuando
tiene que ser ligada a una determinada posición desarrolla la relación entre tecnología y arquitec-
política, actitud que ambos identifican en la ar- tura, habla49 de las búsquedas estructuralistas de
quitectura de Aalto. Mientras que, proyectos Maillart y Freyssinet, ingenieros suizo y francés
ligados a un impulso político concreto quedan respectivamente, y Nervi y Morandi, ingenieros
vacíos, carentes de contenido ético, como am- italianos ambos. Por su parte Oteiza aleja a la
bos identifican en el caso de Brasilia. ingeniería de los problemas arquitectónicos, tal
Sin embargo, difieren respecto a Le Corbu- como sucede en España en la formación de am-
sier. Argan, a pesar de considerarlo un genial bos títulos y en las competencias que se adquie-
arquitecto, desde el punto de vista estético o ren, al menos hasta ahora.
formal en Ronchamp o Chandigard, cree que no Cabe destacar el carácter interdisciplinar de
tiene un compromiso ideológico con la comuni- esta investigación, la perspectiva de un escultor
dad. Sin embargo, Oteiza es capaz de identifi- que analiza el pensamiento de un crítico e histo-
car en esas obras de Le Corbusier algo más que riador del arte sobre cuestiones esenciales de la
una pose estética. La integración del arte en la arquitectura: camino hacia una revisión integra-
arquitectura y su trabajo con el espacio, con la dora y aún, cincuenta años después, revolucio-
capacidad trascendente del “espacio inefable”, naria del arte.

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Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid 199

NOTAS 1969, Consejo Superior de Investiga- 23


F.Golvano, “Ley de los cambios,

Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego


ciones científicas, Madrid, 2009, pp. historicidad y creación”, en edición crí-
1
Agradecemos a la Fundación 304-13. tica Jorge Oteiza, Ley de los Cambios,
13
La elección de los artistas de Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza,
Museo Jorge Oteiza (Alzuza, Navarra)
esta muestra está marcada por su ca- 2013, pp. 22-23.
por facilitarnos el acceso a la documen-
tación original de Oteiza; y a Andrés rácter antifranquista y su compromiso 24
Cf. nota nº 15.
Fernández-Albalat Ruiz por conec- social, convocando, entre otros, a Iba- 25
OTEIZA, J., Edición crítica de
tarnos con Antonio Fernández Alba, rrola, Antonio Saura, Equipo 57, Es- Ejercicios Espirituales, p. 232.
quien generosamente accedió a una tampa Popular y al mismo Oteiza. Fue 26
Primera conferencia de Argan
entrevista para aportarnos una mejor comisariada por Argan, colaborando en: “Intervención de Oteiza en una
apreciación sobre el tema del artículo. Aguilera Cerni, y se inauguró en Rímini conferencia sobre educación artística”.
2
OTEIZA, J., “Impresiones con el 1 de agosto de 1964, tuvo carácter 27
OTEIZA, J., Edición crítica de
Giulio Carlo Argan”, Archivo Funda- itinerante durante 1964 y 1965 reco-
Ejercicios Espirituales, p. 231.
ción Museo Jorge Oteiza (a partir de rriendo Florencia, Ferrara, Regio Emilia 28
OTEIZA, J., Edición crítica de
ahora: AFMJO) ID: 8327d, sin fecha. y Venecia.
Ejercicios Espirituales, p. 229.
3
Oteiza elabora este libro para ser
14
OTEIZA, J., Edición crítica de 29
OTEIZA, J., “Segunda conferen-
publicado en 1965 pero, debido a la Ejercicios Espirituales, p. 1107.
cia de Argan”, mecanoscrito, AFMJO
censura, no vio la luz hasta el año 1983. 15
Recogida en OTEIZA, J., Edición ID: 8326ª, sin fecha
4
OTEIZA, J., Ejercicios espirituales crítica de Ejercicios Espirituales, pp. 30
OTEIZA, J., “Segunda conferen-
en un túnel. En busca y encuentro de 225-33. Publicada por primera vez en
cia de Argan”.
nuestra identidad perdida, Hordago, Jorge Oteiza, Oteiza. 1933-68, Juan
31
Argan critica la figura de Le Cor-
San Sebastián, 1984. En edición crítica Daniel Fullaondo, coord., Nueva Forma,
busier como un arquitecto sin un com-
Ejercicios espirituales en un túnel. En Madrid, 1968, pp. 39-42.
promiso ideológico sirviéndose de Gro-
busca y encuentro de nuestra identidad 16
OTEIZA, J., Edición crítica de
pius para evidenciarlo: “Le Corbusier
perdida, coord. Francisco Calvo Serra- Ejercicios Espirituales, p. 226.
tiene un proyecto, Gropius un método.
ller; col. Emma López Bahut, Fundación 17
Publicada a raíz de los dos con- Le Corbusier hace propaganda, una ar-
Museo Jorge Oteiza, Alzuza, 2011. gresos celebrados en el centenario de diente, genial, admirable propaganda;
5
ARGAN, G.C., Proyecto y desti- su nacimiento, en la biografía de Argan Gropius hace teoría y didáctica, una ri-
no, Biblioteca de la Universidad Central se recogen estas tres conferencias: “Il gurosa, persuasiva, pero revolucionaria
de Venezuela, Caracas, 1969. 9 3 10 novembre tiene a Madrid tre didáctica. Le Corbusier acepta sin reser-
6
“Intervención de Oteiza en una conferenze: Al Museo de Arte Con- vas la experiencia formal del Cubismo,
conferencia sobre educación artística”, temporáneo, al seminario organizzato porque cree que el Cubismo sea un
audio, 73 min., AFMJO ID: 11282, sin dal filosofo J. L. López Aranguren e lenguaje figurativo internacional y que
fecha. all’Asociación de Mujeres Universita- esta sea la condición necesaria para
7
Entrevista al Sr. Antonio Fernán- rias”. En C. Gamba coord., Giulio Carlo un entendimiento más formal para los
dez Alba, realizada en su estudio en Argan. Intellectuale e stórico dell’ arte, pueblo”. ARGAN, G.C., Proyecto y des-
Madrid el 14 de agosto de 2013. Electa, Milano, 2012, p. 506. tino, pp. 151-152.
8
BARREIRO LÓPEZ, P., “Proyectos
18
ARGAN, G.C., Salvezza e caduta 32
OTEIZA, J., “Segunda conferen-
y Ensayos en torno a la primera exposi- nell´arte moderna, Il Saggiatore, Mila- cia de Argan”.
ción conjunta de arte normativo espa- no, 1964. 1ª ed. castellano: Salvación y 33
ARGAN, G.C., Proyecto y desti-
ñol”, Archivo Español de Arte, nº 310, caída del Arte moderno, Nueva Visión, no, pp. 51-52.
2005, p. 165. Buenos Aires, 1966, ejemplar conserva- 34
OTEIZA, J., “Segunda conferen-
9
Cf. LÓPEZ BAHUT, E., “La ciudad do Biblioteca Fundación Museo Jorge cia de Argan”.
como obra de arte. Origen de la re- Oteiza ID: 5507. 35
OTEIZA, J., “Ideología y técnica
flexión espacial de Oteiza sobre la ciu- 19
ARGAN, G.C., Progetto e desti- desde una Ley de los Cambios para el
dad” en: Oteiza y la crisis de la moder- no, Il Saggiatore, Milano, 1965. 1ª ed. arte” en, Oteiza 1933-68, coord. Juan
nidad 1º congreso internacional Jorge castellano: Proyecto y destino, Bibliote- Daniel Fullaondo, Nueva Forma, Ma-
Oteiza, Fundación Museo Jorge Oteiza, ca de la Universidad Central de Vene- drid, 1968, p. 42.
Alzuza, 2008, pp. 415-425. zuela, Venezuela, 1969. 36
Primera conferencia de Argan
10
ARGAN, G.C., Walter Gropius y OTEIZA, J., “Tercera conferencia
20
en: “Intervención de Oteiza en una
el Bauhaus, Nueva Visión, Buenos Ai- de Argan”, AFMJO ID: 8325, sin fecha. conferencia sobre educación artística”.
res, 1957, AFMJO ID: 4594. 21
OTEIZA, J., Edición crítica de 37
“También en la arquitectura, en
11
Material documental conserva- Ejercicios Espirituales, pp. 207-208 y los últimos años, ha habido una fle-
do en el AFMJO, Montbatll.car 10.9. pp. 235-236. xión contemporánea del compromiso
12
BARREIRO LÓPEZ, P., La Abs- 22
OTEIZA, J., Edición crítica de ideológico y de la calidad estética: lo
tracción Geométrica en España, 1957- Ejercicios Espirituales, p. 234. que demuestra cómo la ideología no

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 187-200


200 Las conferencias de Giulio Carlo Argan en Madrid

ha sido sustituida por la técnica en su 43


OTEIZA, J., Edición crítica de integradora y revolucionaria”. OTEIZA,
Emma López-Bahut e Amparo Casares-Gallego

función de activar en la búsqueda del Ejercicios Espirituales, p. 235. J., “Segunda conferencia de Argan”.
valor, incluso en el campo estético. Lo 44
Segunda conferencia de Argan 47
ARGAN, G.C., Proyecto y desti-
prueba la confrontación entre ciertos en: “Intervención de Oteiza en una no, p. 24.
planos de urbanismo actuales y, diga- conferencia sobre educación artística”. 48
“Toda operación lógica es di-
mos, cualquier proyecto de Wright, de 45
OTEIZA, J., “Nueva Escuela de seño. Es lógico el diseño, si todos los
Aalto; fácilmente se verá que se puede Arquitectura e investigaciones Estéticas factores intervienen en la operación
proyectar una ciudad como una mala Comparadas”, mecanoscrito, AFMJO todos los que han de funcionar en
arquitectura y hacer un excelente urba- ID: 8333, 10 de noviembre de 1964. una misma solución. La solución del
nismo proyectando una modesta casa 46
“Castro conversó con Oiza diseño es siempre funcional. Todo lo
de campo.” ARGAN, G.C., Proyecto y para la reunión. Oiza daba rodeos en que es funcional ha perdido la lógica
destino, pp. 51-52. su pensamiento para convencerse que particular de las partes o factores que
38
ARGAN, G.C., Proyecto y desti- no se podía hacer nada, sus alumnos se combinan”. OTEIZA, J., Quousque
no, p. 299. defendían el pensamiento de Argan sin Tandem…! Ensayo de interpretación
haber asistido y sin haber entendido estética del alma vasca, Auñamendi,
39
ARGAN, G.C., Proyecto y desti-
nada…. A mí es al que menos me im- San Sebastián, 1963. En edición crítica
no, p. 51-52.
porta que haya aquí investigación esté- Quousque Tandem…! Amador Vega
40
OTEIZA, J., “Segunda conferen- coord.; Jon Echevarría col., Fundación
tica verdadera, o escuela de arquitec-
cia de Argan”. Museo Jorge Oteiza, Alzuza, 2007, p.
tura verdadera. Siempre se sabrá de mí
41
OTEIZA, J., “Segunda conferen- mucho después que haya muerto. Pero 341.
cia de Argan”. si quiero hacer por los demás es por-
49
ARGAN, G.C., Proyecto y desti-
42
OTEIZA, J., “Segunda conferen- que sé que soy el que está preparado, no, p. 24.
cia de Argan”. el único preparado para esta revisión

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LÁSZLÓ MOHOLY-NAGY, DE LA FOTOPLÁSTICA
A LA ARQUITECTURA TOTAL
Data recepción: 2014/01/31 Juan Ignacio Prieto López
Data aceptación: 2016/01/13 Universidade da Coruña
Contacto autor: jprietolopez@udc.es

RESUMEN
El artículo se centra en el uso que Moholy-Nagy hizo de la fotografía en los años veinte en Alemania. Su
trayectoria artística, en constante evolución, pretendía crear una estética artística basada en los efectos lumínicos
y el dinamismo, para lo que experimentó con pintura, escultura, cine y fotografía. Su vinculación con esta última
le llevó a emplearla no como un medio para la simple captación de imágenes, sino como una herramienta creativa
que dio lugar a lo que definió como Fotoplástica, basada en la fusión de dibujo y fotomontaje. La Fotoplástica
tuvo especial relevancia en el trabajo de Moholy-Nagy vinculado a la arquitectura, permitiéndole prefigurar una
concepción espacial utópica y dinámica que había teorizado años antes.

Palabras clave: Moholy-Nagy, fotoplástica, arquitectura, total, fotografía

ABSTRACT
The paper focuses on Moholy-Nagy’s use of photography in the 1920s, when he left his native Hungary to settle
in Germany. His constantly evolving artistic career saw him experiment with painting, sculpture, theatre, film and
photography in seeking to create an aesthetic based on light effects and dynamism. He used photography not
merely to capture images, but as a creative tool that resulted in what he called “photoplastic” art and which was
based on the fusion of drawing and photomontage. “Photoplastic” art was especially relevant in Moholy-Nagy’s
architectural work, foreshadowing a dynamic and utopian spatial conception that he had theorised years earlier.

Keywords: Moholy-Nagy, ‘photoplastic’ art, architecture, total, photography

1. László Moholy-Nagy. Gesamtwerk Lo que necesitamos no es la “obra de arte to-


tal”, junto a la cual fluye la vida por separado, sino
László Moholy-Nagy representa el ideal de ar- la síntesis de todos los momentos de la vida –que
tista de la vanguardia europea de los años veinte, en sí misma es una “obra total”–, en la que se in-
como autor polifacético y con una obra en cons- cluyan todas las cosas y se anule cualquier posible
tante evolución. La intención última de su pro- separación, una síntesis en la que todas las aporta-
ducción artística era impregnar todos los ámbitos ciones individuales surjan de una necesidad bioló-
de la vida con el arte, en lo que definió como gica y desemboquen en una necesidad universal 2
Gesamtwerk, por oposición a la Gesamtkunst-
werk de Richard Wagner: la integración de arte y La carrera artística de Moholy-Nagy sufrió
vida en lugar de la integración de las artes. Para un notable impulso durante se estancia en Ale-
ello experimentó con todos los medios disponi- mania, a donde llegó procedente de Hungría en
bles a su alcance partiendo de la pintura y es- 1920. En Berlín entró en contacto con diferentes
cultura para progresivamente experimentar con movimientos en los cuales buscó su expresión
la fotografía, el diseño, la arquitectura, el teatro personal, pasando por el Expresionismo, el Me-
o el cine. Esta integración del arte y vida tenía cano-Dadá, el Merz o el Constructivismo.
como objetivo modelar una nueva sociedad inte- Su obra se caracteriza por una incesante ca-
grada por un hombre “nuevo y total”1: pacidad evolutiva tanto en un plano formal como

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202 László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total

conceptual, en la que sin embargo permanecen Muy vinculado en sus argumentos con este
Juan Ignacio Prieto López

dos invariantes: su interés por la experimentación escrito, el manifiesto “Sistema de Energía Diná-
con la luz y la creación de una obra de arte diná- mico-Constructivo”, escrito por Moholy-Nagy y
mica y capaz de implicar al sujeto que la percibe, Alfréd Kemény en Julio de 1922 y publicado en
para lo que empleó diferentes medios y soportes, Diciembre en Der Sturm, mantiene la idea del
entre los que se encontraba la fotografía. arte como elemento productivo capaz de am-
pliar los sentidos humanos, añadiendo la com-
ponente dinámica, opuesta a la concepción clá-
2. Arte Cinético y Productivo
sica del arte como medio estático:
El año 1922 fue un año clave en la formu-
lación de los principios que llevaron a Moholy- Debemos, por lo tanto, reemplazar el principio
Nagy a desarrollar posteriormente su obra artís- estático del arte clásico con el principio dinámico
tica. Durante ese verano escribió dos textos en de la vida universal. En la práctica: en vez de la
construcción material estática (relaciones de mate-
los que se sintetizan las ideas que guiarán sus
rial y forma), tenemos que organizar una construc-
trabajos venideros “Producción-Reproducción” ción dinámica (constructividad vital, relaciones de
y “Sistema de Energía Dinámico-Constructivo”. energía), en que el material funciona simplemente
En “Producción-Reproducción”, Moholy-Na- como un transportador de energía 4
gy realiza un alegato a favor del arte como una
Ambos manifiestos están claramente inspi-
disciplina capaz de sobrepasar el ámbito de la
rados en el “Manifiesto Realista” publicado por
mera reproducción de imágenes para convertirse
Naum Gabo y Antoine Pevsner en 1920, quienes
en un elemento de producción y ampliación de
incluso llegaron a acusar de plagio a Moholy-Na-
horizontes:
gy y Kemény. Sin embargo, el manifiesto diná-
Dado que la producción –creación productiva– mico de los húngaros va más allá en cuanto que
está ante todo servicio de la constitución humana, añade la búsqueda de la participación activa del
debemos intentar que los aparatos (medios) que sujeto que percibe la obra de arte empleando los
hasta hoy sólo han sido empleados con fines de medios técnicos mecánicos precisos en primera
reproducción, se apliquen con fines productivos 3 instancia, para después abandonarlos y tender a
la desmaterialización5:
Moholy-Nagy pretendía ampliar las capaci-
dades sensoriales del ser humano mediante el Llevado más lejos, la construcción única diná-
mica lleva al SISTEMA DE ENERGÍA-DINÁMICO-
uso de la tecnología modificando el concepto de
CONSTRUCTIVO, con el que, el espectador, hasta
obra artística y a la vez su percepción. En el artí-
ahora receptor en su contemplación de los traba-
culo la fotografía se emplea a modo de ejemplo, jos artísticos, sufre una potenciación de sus pode-
como uno de los medios que debe abandonar su res mayor que nunca y se convierte en un factor
carácter reproductivo para adentrarse en nuevos activo en este juego de fuerzas 04
horizontes:
La aproximación de Moholy-Nagy a la van-
El aparato fotográfico fija fenómenos lumíni- guardia soviética y más concretamente al Cons-
cos por medio de una placa de bromuro de plata tructivismo, se produjo en medio de un progresivo
colocada en la cara posterior de la cámara. Hasta interés de la vanguardia alemana por la soviética,
la fecha hemos empleado esta actividad del apa-
que en ese mismo año 1922 se puede constatar
rato solamente de un modo secundario: para fijar
al celebrarse la Internacional Constructivista de
–reproducir– objetos individuales a partir de la ma-
nera en que reflejan o absorben la luz. Si quere-
Weimar, la Exposición Rusa de Berlín y el inicio de
mos aprovechar al máximo, también en este caso, la publicación de la revista Veshch-Gegenstand-
las características de los elementos, debemos em- Objet dirigida por El Lissitzky e Ilya Ehrenburg.
plear la sensibilidad a la luz de la placa de bromuro Paralelamente la obra artística de Moholy-Nagy
de plata para captar y fijar los fenómenos lumíni- sufrió a principios de este año 1922 un impulso
cos creados por nosotros mismos con la ayuda de y un cambio radical de orientación tras una ex-
dispositivos con espejos o lentes, etcétera03 posición conjunta con el también húngaro László

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 201-213


László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total 203

Péri en la galería berlinesa Der Sturm, propiedad reconocimiento y su constante actividad teórica

Juan Ignacio Prieto López


del influyente Herwarth Walden. Moholy-Nagy y artística llevaron a Walter Gropius, director y
presentó una serie de obras que suponían un fundador de la Bauhaus, a proponer a Moholy-
claro reflejo del proceso de búsqueda que es- Nagy como profesor del Vorkurs y el Taller de
taba realizando en ese momento, tratando de Metal en sustitución de Johannes Itten.
dar respuesta con su obra a los planteamientos La llegada de Moholy-Nagy a la Bauhaus en
teóricos anteriormente enunciados. Junto a una 1923, coincide con el cambio de orientación de
serie de ilustraciones vinculadas al Expresionismo la institución liderado por Walter Gropius, que
y al Mecano-Dadá se encontraba una colección pretendía abandonar el Expresionismo imperan-
de obras de clara orientación Constructivista te durante los primeros años de existencia de
con pinturas geométricas abstractas, montajes la escuela en Weimar. La Bauhaus, constituida
en relieve y construcciones libres que atrajeron como un campo de experimentación abierto a
la atención del público y la crítica de la época, profesionales y alumnos de diversa procedencia,
como puede apreciarse en este comentario pu- se debatía en ese momento entre el Construc-
blicado por El Lissitzky en su revista: tivismo Ruso y el Neoplasticismo de Theo Van
Doesburg, principal candidato a cubrir la plaza
Hace poco tiempo fue posible ver la obra de
de Itten tras su dimisión. Sin embargo, como se
dos húngaros (en la Galería Der Sturm). Debido al
comentó anteriormente, a principios de los años
impacto de la Revolución Rusa, su arte se desarro-
lla hacia nuestra influencia. Moholy-Nagy ha ido
veinte la huella del Constructivismo empezaba
más allá del Expresionismo Alemán y está inten-
tando acercarse a la Construcción. Desde la cadu-
ca no objetividad Alemana, emerge la geometría
pura de Moholy y Péri. Desde las construcciones
pintadas en lienzo ellos van más allá hacia el espa-
cio y el material 6

Una de esas construcciones era Nickelplastik


mit Spiral, una espiral metálica pulida y brillante
que asciende con su eje inclinado desde su base
rectangular hasta conectarse con un soporte
vertical, generando un contraste de masas en
equilibrio inestable. Esta obra supone un claro
acercamiento al Monumento a la III Internacio-
nal de Vladímir Tatlin, realizada un par de años
antes y que desde su creación se convirtió en
una de las piezas más representativas del Cons-
tructivismo Ruso (Fig. 1).
La reinterpretación de los principios Construc-
tivistas por Moholy-Nagy y otros compatriotas
húngaros dio lugar a una variante llamada Cons-
tructivismo Dinámico, cuyo origen fue el mani-
fiesto redactado por Moholy-Nagy y Kemény7.

3. Moholy-Nagy, profesor en la Bauhaus


El éxito de la exposición en la galería Der
Sturm hizo de Moholy-Nagy un artista reconoci-
do en la escena artística berlinesa y su estudio se
convirtió en un punto de encuentro de artistas Fig. 1. László Moholy-Nagy, Nickelplastik mit Spiral, 1921.
como El Lissitzky, Schwitters o Hausmann. Este © László Moholy-Nagy, VEGAP, A Coruña, 2016.

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204 László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total

a extenderse por Alemania con exposiciones, lkwangschule de Essen o la Kunstgewerbeschule


Juan Ignacio Prieto López

congresos y visitas de destacados miembros de Burg Giebichenstein de Halle9.


la vanguardia soviética, organizados por los mo-
vimientos políticos y artísticos de izquierda y am- Moholy-Nagy, sin embargo, introdujo la
parados en el libre intercambio fruto del Tratado fotografía de forma no oficial en sus clases,
de Rapallo. Estas influencias empezaron a hacer- empleándola no solamente como un medio
se patentes en la Bauhaus, donde un grupo de de captura de imágenes. Para Moholy-Nagy la
estudiantes formó un movimiento de apoyo al fotografía no podía perder su oportunidad de
Constructivismo denominado KURI, acrónimo convertirse en un medio productivo, algo que
sacado de su manifiesto fundacional, redacta- no había sido explotado en sus casi cien años de
do por el estudiante húngaro Farkas Molnár y historia, lo que la alejaba del ideal de arte que
correspondiente a las iniciales en alemán de las él pretendía, como expuso en varios artículos re-
palabras constructivo, utilitario, racional e inter- copilados en Malerei, Fotografie, Film publicada
nacional que formaban parte de su proclama en 1925:
fundacional:
Los medios que la fotografía nos ha ofrecido
Lo regular reemplaza lo accidental. En vez de juegan un papel importante y, todavía hoy, en
lo decorativo y lo fuertemente expresivo, nosotros gran medida, son poco conocidos, tanto en su
tenemos lo constructivo, lo utilitario, lo racional, lo propuesta de ampliar los límites de la representa-
internacional…8 ción de la naturaleza, como en la utilización de la
luz como medio de creación, en su capacidad de
La unión de todas estas circunstancias llevó a sustituir el pigmento por el claroscuro.
Gropius a descartar a Theo Van Doesburg y pro- Apenas hemos empezado a explotar las po-
poner a Lázsló Moholy-Nagy para sustituir a It- sibilidades asombrosas que nos ofrece la cámara
ten y a Oskar Schlemmer como director del Taller fotográfica. En la ampliación de nuestro campo vi-
de Teatro en lugar del Lothar Schreyer en 1923. sual, el objetivo de hoy, en sí mismo, ya no se halla
El cambio de orientación quedó resumido sujeto a los límites restringidos de nuestro ojo...10
en el lema “Arte y Técnica, una nueva unidad”
que supuso el abandono del Expresionismo, el El texto, muy relacionado con el artículo
simbolismo y la espiritualidad, dejando paso “Producción-Reproducción”, defendía la tesis
a una mayor presencia de la máquina en sus de la técnica como elemento capaz de potenciar
múltiples manifestaciones: abstracción, indus- la percepción y creación artística, en el caso de
trialización, dinamismo, mecanización, nuevos la fotografía, considerando la cámara como una
materiales y todo aquello que el progreso me- prótesis del ojo humano. Moholy-Nagy proponía
cánico y científico traían asociado. Así, los talle- incluso tres vías para transformar la fotografía
res que Moholy-Nagy dirigía buscaban nuevas en un medio productivo: el fotograma, la foto-
composiciones, efectos y una expresión formal grafía creativa y la fotoplástica.
próxima a la producción industrial, de la mano El fotograma, buscaba la experimentación
del Constructivismo Dinámico y una incesante con la esencia misma del medio fotográfico,
experimentación. la acción de la luz sobre una película fotosen-
sible, de la que fueron pioneros William Henry
4. Fotografía: la luz como medio de Fox Talbot, Christian Schad, Man Ray o el propio
creación Moholy-Nagy que la llamaba “fotografía sin cá-
mara” (Fig. 2):
Resulta sorprendente en este contexto cons-
tatar que la fotografía, un medio técnico de úl- Producción de fotografías sin cámara, o “foto-
tima generación, no tuviese un papel destacado gramas”, realizados mediante la fijación directa de
en la Bauhaus durante sus primeros años y no las gradaciones de negro-blanco-gris derivadas de
formase parte del programa de estudios hasta los efectos de la luz sobre la película fotográfica.
1929, cuando sí se encontraba en otras insti- Esto produce un efecto sublime, casi inmaterial.
tuciones como la Lette-Verein de Berlín, la Fo- Con ello, las posibilidades del trabajo con luz per-

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László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total 205

Juan Ignacio Prieto López


Fig. 3. László Moholy-Nagy, Vista desde el puente transportador
de Marsella, 1929. © László Moholy-Nagy, VEGAP, A Coruña,
2016.

Fig. 2. László Moholy-Nagy, Fotograma, 1922. © László Moho-


ly-Nagy, VEGAP, A Coruña, 2016. a) Fotografías de texturas, facturas, referidas a
su comportamiento con respecto a la luz –absor-
ción, reflexión, reverberación, dispersión,–
miten un grado de perfección superior al de todas
las obras pictóricas. Las relaciones de contraste y b) Fotografías de un tipo infrecuente hasta
las gradaciones de gris más diversas y más finas, hoy: perspectivas inusuales, oblicuas, desde arriba,
desde el negro más profundo hasta el blanco más desde abajo; deformaciones, efectos de sombras,
puro, establecen un penetrante efecto lumínico contrastes de tonos, ampliaciones, microfotografía.
que cualquiera puede percibir inmediatamente c) Fotografías realizadas con nuevos sistemas
como experiencia óptica, sin necesidad de un sig- de lentes, espejos cóncavos y convexos, fotografías
nificado objetual. 11 estereoscópicas sobre una sola placa, etcétera14.

La fotografía creativa, analizada en el artí- Por último, la fotoplástica o suprafotografía


culo de 1928 “Nuevos métodos en fotografía”, hace referencia a la combinación de dibujo y
se define como una fotografía pura, sin montar fotomontaje, siendo capaz de transformar a la
ni recomponer, pero que muestra nuevos ángu- fotografía en un elemento artístico de creación
los, formas y estilos de captación. La fotografía óptica y espacial, generando una ilusión de rea-
creativa sitúa al espectador al margen de las lidad:
perspectivas convencionales y fue englobada en
la denominada Neue Sehen, nueva visión, por En lo particular tiendo a la creación de foto-
plásticos que, a pesar de estar integrados –me-
oposición a la Neue Sachlichkeit que fotografia-
diante copias, pegado, retoques– por diversas
ba elementos cotidianos elevados a la categoría fotografías, gracias al dominio de sus relaciones
de elementos artísticos mediante encuadres pre- asociativas den como resultado imágenes equipa-
cisos que tratan de “reproducir objetivamente el rables a las de la fotografía –con camera obscura–.
mundo real”. La fotografía creativa en palabras Este procedimiento posibilita la representación de
del húngaro abarcaba: una suprarrealidad constituida de manera orgáni-

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 201-213


206 László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total

ca. (…) Con el desarrollo de su técnica y de su me- solo golpe de vista y emplea los elementos foto-
Juan Ignacio Prieto López

canización, la fotoplástica, junto con la fotografía gráficos de un modo concentrado, eliminando to-
directa, desplazará con toda probabilidad a toda das las interferencias. Muestra situaciones concen-
forma de pintura manual y figurativa. En la actuali- tradas que pueden sugerir asociaciones de ideas a
dad todavía se guarda un enorme respeto al traba- una extraordinaria velocidad 13
jo manual y al dominio del pincel, es decir, al arduo
procedimiento que requieren las distintas técnicas Las aplicaciones de la fotoplástica son muy
pictóricas –óleo, témpera, acuarela–. Y nadie ha amplias, pero nos centraremos en la que será
tenido el coraje de ver la coherencia perfecta y esencial para este artículo, la posibilidad de em-
grandiosa, la potencia creativa del arte realizado
plearla para la representación de un concepto,
a través de medios mecánicos. No obstante, nada
una idea. Esa capacidad de representación “lo
podrá detener la evolución de la fotoplástica, de la
suprafotografía12 fantástico, lo onírico, lo suprarreal y lo imagi-
nario”14 permitió a Moholy-Nagy dar forma un
Moholy-Nagy define este procedimiento concepto arquitectónico innovador, el Teatro
como fotoplástica, diferenciándolo del fotomon- Total.
taje. Mientras el fotomontaje nace como proceso
de composición de una imagen nueva a partir de 5. La fotoplástica como medio represen-
fragmentos de varias fotografías independientes, tación de una concepción espacial utópica
la fotoplástica pretende generar una ilusión de
La imagen de la catedral como símbolo de la
realidad basada en los conceptos de simultanei-
unión de artistas y artesanos creada por Lyonel
dad, interpenetración y fusión de elementos,
Feininger en 1919 para formar parte del mani-
dando lugar a una imagen unitaria y coherente
fiesto fundacional de la Bauhaus, se fue desva-
tal y como habían mostrado autores soviéticos
neciendo progresivamente, para dar paso a la
como Gustav Klutsis o El Lissitzky (Fig. 4):
máquina, la producción industrial y la utopía de
La diferencia entre el fotomontaje y la foto- la obra de arte unitaria concebida en el nuevo
plástica se percibe ya desde la técnica. De manera espacio teatral.
similar al fotomontaje, un fotoplástico se cons- El Taller de Teatro se convirtió en el punto
truye a partir de diferentes fotografías montadas, de encuentro de las investigaciones artísticas,
pegadas, retocadas y dispuestas sobre una super-
espaciales y materiales de las personalidades
ficie. Sin embargo, al representar la simultaneidad,
el fotoplástico intenta mantener las proporciones. más activas de la escuela, por tratarse del punto
El fotoplástico es claro, se puede abarcar de un natural de encuentro entre arte, arquitectura y
máquina. Además se trataba de un ámbito que
precisaba una renovación de sus principios fun-
dacionales, ya que la aparición de nuevas formas
de expresión como el cine o la radio obligaban
a la modernización radical de la escena. La me-
canización como elemento salvador o como su
sentencia definitiva.
Moholy-Nagy orientó su investigación ha-
cia la representación teatral como lugar donde
plasmar sus exploraciones espaciales dinámico-
constructivas. Este hecho se vio reforzado por la
publicación en 1925 del Bauhausbücher número
4, titulado Die Bühne im Bauhaus y dirigido por
Oskar Schlemmer, Lászlo Moholy-Nagy y Farkas
Molnár en 1925 (Fig. 5).
En el artículo titulado “Teatro, Circo, Varie-
Fig. 4. Gustav Klutsis, La ciudad dinámica, 1919. The Latvian dades” Moholy-Nagy enuncia el concepto que
National Museum of Art, Riga. sintetizaría la investigación de la vanguardia tea-

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László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total 207

Juan Ignacio Prieto López


Fig. 5. Oskar Schlemmer (ed.), Die Bühne im Bauhaus, 1925.

Fig. 6. László Moholy-Nagy, El caballero benévolo, 1924.


tral europea, el Teatro Total, como punto de en- © László Moholy-Nagy, VEGAP, A Coruña, 2016.
cuentro del arte y la técnica moderna:
Nosotros visionamos una ACCIÓN ESCÉNICA lo que sería necesaria la creación de una nueva
TOTAL como un gran proceso dinámico-rítmico, edificación, de la que define sus características y
que pueda comprimir los grandes choques de la necesidades.
masa o acumulaciones de medios –como tensio-
En primer lugar se busca una nueva relación
nes cualitativas y cuantitativas– en una forma ele-
mental 15 entre escena y auditorio, más allá de la frag-
mentación histórica proporcionada por la esce-
Junto a los textos Moholy-Nagy incluye una na a la italiana, con configuraciones espaciales
serie de representaciones fotoplásticas que ilus- adaptadas a las nuevas necesidades del teatro
tran los diferentes puntos de su argumentación dinámico y no estratificado. Esto decir, creando
y dan forma a ese espacio teatral futuro. Las re- un auditorio único atendiendo a las condiciones
presentaciones fotoplásticas, son entendidas por de visibilidad y acústica óptimas dentro de un
Moholy-Nagy como sugerencias abiertas que espacio también único para actores y espectado-
habrían de estimular a los diversos artistas en la res, concepto sintetizado en la obra El caballero
tarea de la creación del nuevo espacio y la nue- benévolo de 1924 (Fig. 6):
va acción teatral. Sin embargo, la exposición de
Moholy-Nagy no se limita a generar el concep- Habrá un mayor enriquecimiento si el presen-
to abstracto, sino que indica las características y te aislamiento del teatro puede ser eliminado. En
funcionamiento de un dispositivo de este tipo. el teatro de hoy en día, ESCENA Y ESPECTADOR
están demasiado separados, demasiado obvia-
La arquitectura destinada al Teatro Total como
mente divididos en activo y pasivo, para ser ca-
acontecimiento escénico habría de construirse paces de producir relaciones creativas y tensiones
con sonido, color, movimiento, espacio y formas recíprocas. Es el momento de producir un tipo de
conformando una síntesis dinámica. Esta nue- actividad escénica que permita que las masas no
va acción teatral no sería posible dentro de los permanezcan como espectadores silenciosos du-
obsoletos espacios escénicos tradicionales, por rante mucho tiempo, que no se les excite interior-

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 201-213


208 László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total

mente sino que se les permita actuar y participar la tecnología moderna usará los contrastes más
Juan Ignacio Prieto López

–actualmente se les permite fusionarse con la ac- intensos para garantizarse una posición de igual
ción que ocurre en el escenario en los momentos importancia a la de los otros medios teatrales17
de éxtasis catártico16
En tercer lugar la transformación del espa-
En segundo lugar busca replantear la relación cio de actuación estático en un espacio dinámi-
del teatro con la tecnología. El teatro ha de em- co surge a partir de su configuración espacial a
plear los medios que el progreso aporta al mun- varios niveles, fomentando la representación y
do moderno e incorporarlos a sus representacio- percepción simultánea. La obra Entre el cielo y
nes. Los nuevos medios deberían integrarse en la tierra de 1923, pretende prefigurar un espacio
el espacio de manera natural para poder formar de estas características (Fig. 8):
parte de la representación de manera directa, sin
ocultarse ni disfrazarse, tal y como se muestra en Desde el momento en que los objetos escé-
Escena Teatral, Altavoz de 1924 (Fig. 7). nicos se convirtieron en móviles mecánicos, la
organización del movimiento en el espacio hori-
Es posible llegar a una comprensión propia de zontal y tradicional fue enriquecida por la posibi-
la puesta en escena a través de una investigación lidad de movimiento vertical. Nada impide el uso
de los medios técnicos creativos más allá del hom- de complejos APARATOS como películas, coches,
bre como actor en sí mismo. elevadores, aviones y otra maquinaria, así como
instrumentos ópticos, equipos reflectantes,… La
En el futuro, EFECTOS SONOROS harán uso de
actual demanda de construcción dinámica será
varios equipos acústicos controlados eléctricamen-
satisfecha en esta vía, incluso a pesar de que está
te o por otro tipo de medios…
todavía en su fase inicial…
El COLOR –luz– debe sufrir una transforma-
Más allá de secciones rotatorias, el escenario
ción incluso mayor que el sonido.(…) Películas
tendrá partes móviles y ÁREAS CIRCULARES, para
pueden proyectarse en varias superficies y otros
llamar la atención en determinados momentos,
experimentos en el campo de la iluminación es-
como ocurre con los primeros planos del cine 18
pacial serán dispuestos. Esto conformará la nueva
ACCIÓN DE LA LUZ, que mediante los medios de

Fig. 7. László Moholy-Nagy, Escena Teatral, Altavoz, 1924. Fig. 8. László Moholy-Nagy, Entre el cielo y la tierra, 1923.
© László Moholy-Nagy, VEGAP, A Coruña, 2016. © László Moholy-Nagy, VEGAP, A Coruña, 2016.

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László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total 209

El Teatro Total plantearía una reflexión ge- Sebök, ingeniero colaborador en el estudio de

Juan Ignacio Prieto López


nuina y completa de los medios empleados en Walter Gropius (Fig. 9). Juntos elaboraron una
la representación escénica, con el objetivo de segunda versión titulada Kinetisch Konstructives
generar una experiencia sensorial completa en System: Bau Mit Bewegungsbahnen für Spiel
los espectadores, haciéndoles partícipes de la und Beförderung, en la que trataron de sinte-
acción y atrayendo su atención. Esta propia fina- tizar los principios del manifiestos “Sistema de
lidad es un planteamiento dinámico en sí mismo, Energía Dinámico Constructivo” empleando una
convirtiendo al director teatral moderno en un axonometría fotoplástica (Fig. 10).
investigador capaz de asumir el control de los La mejor explicación de este dispositivo es la
medios escénicos puestos a su disposición y al que incluyó el propio Moholy-Nagy en el libro
teatro en un espacio abierto a la investigación y Von Material zu Architektur, el número catorce
al progreso, capaz de mutar, evolucionar, mover- y último de los Bauhausbücher, publicado en
se: un espacio de la era de la máquina. 1929, que en su edición en inglés y castellano
El mejor resumen de la frenética actividad cambió su nombre a La Nueva Visión:
investigadora desempeñada en esta época en
el Taller de Teatro y por extensión en toda la La estructura comprende un camino exterior
ascendente en forma de espiral, destinado al pú-
Bauhaus lo realizo, a posteriori, Tut Schlemmer,
blico en general y por lo tanto protegido por un
cuando afirmó:
pasamanos. En vez de escalones, tiene forma de
rampa. El camino termina arriba en una platafor-
Se pensaba en la construcción teatral como
ma semicircular que tiene salida a una caja de as-
hecha de nuevos materiales y su interior tenía que
censor. La parte superior de la plataforma está ar-
estar hecho de materiales futuristas, con nuevas
ticulada, mientras que la parte inferior termina en
invenciones en el campo de la óptica, de la mecá-
una plataforma horizontal que permite al público
nica, de la acústica, sin escenario y arco proscenio,
salir por una escalera descendente. La plataforma
sino con un espacio escénico organizado sobre va-
horizontal en forma de anillo se desliza hacia aba-
rios planos, móviles e intercambiables19
jo con respecto al ascensor y por medio del giro

Esta actividad se vio interrumpida con la


marcha del director de la Bauhaus Walter Gro-
pius en 1928, acompañado por otros profeso-
res como Herbert Bayer o Moholy-Nagy. Hannes
Meyer, el nuevo director de la escuela, introdujo
el curso oficial de fotografía en primavera de
1929 y puso al frente del mismo a Walter Peter-
hans20, fotógrafo profesional con amplios cono-
cimientos técnicos y afín a la Neue Sachlichkeit,
diametralmente opuesto a las utopías técnicas y
la subjetividad artística de Moholy-Nagy.

6. Sistema Constructivo-Cinético: Estruc-


tura con Cintas Transportadoras para Ac-
tuación y Transporte, 1922/1928
Las representaciones fotoplásticas que acom-
pañaban al texto “Teatro, Circo y Variedades”
eran representaciones parciales de conceptos y
no de un proyecto arquitectónico completo. Tras
renunciar a su puesto en la Bauhaus, Moholy-
Nagy se instaló en Berlín y retomó el proyecto
Fig. 9. László Moholy-Nagy, Kinetisch-Konstruktives System,
iniciado con la obra de 1922 Kinetisch-Kons- 1922. Theaterwissenschafliche Sammlung, Universitat zu
truktives System con la colaboración de István Köln, Colonia

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210 László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total

transmitiendo la idea de una estructura en com-


Juan Ignacio Prieto López

pleto movimiento.
La traducción de este texto al inglés y caste-
llano generó una confusión en relación al uso de
la estructura. En ambos idiomas se hace referen-
cia a “atletas” que utilizan la rampa central, con
lo que se daba a entender que podría tratarse
de un equipamiento deportivo o recreativo. Sin
embargo en la versión original en alemán se les
denomina “Aktöre”, actores, lo que sitúa a esta
pieza en la línea de investigación del Teatro To-
tal. El propio título de la obra Kinetisches Kons-
tructives System: Bau Mit Bewegungsbahnen für
Spiel und Beförderung refuerza este argumento,
dado que “Spiel” significa juego, pero también
actuación o representación22.
Para analizar las implicaciones espaciales y
funcionales de este dispositivo teatral utópico
realicé una reconstrucción virtual del mismo
a partir de las representaciones fotoplásticas y
el texto descriptivo comentados anteriormente
(Fig. 11). El proyecto constaría de una sala có-
nica inclinada conformada por tres rampas, pla-
Fig. 10. László Moholy-Nagy, Kinetisches Konstructives System: taformas y pértigas móviles mecanizadas con-
Bau Mit Bewegungsbahnen für Spiel und Beförderung, 1928. formando un dispositivo cinético en el que se
Theaterwissenschaftliche Sammlung, Universität zu Köln,
Colonia.
encontrarían actores y espectadores siguiendo

total de la estructura. Su campo de acción es la


espiral interior. Paralelamente al camino exterior
hay otra espiral, que tiene la máxima pendiente
posible, para uso de los visitantes más atléticos.
A diferencia del camino exterior, esta no tiene pa-
samanos.
Sobre la plataforma superior destinada al pú-
blico hay un plano horizontal en forma de tres
cuartos de anillo, donde termina “el camino de los
atletas”, y que se comunica con una barra verti-
cal paralela al ascensor. Esta barra, por medio de
un dispositivo flexible, puede moverse a cualquier
punto de la superficie superior en forma de anillo,
y también puede ser desplazada a cualquier punto
del piso inferior de la estructura21

A la axonometría del proyecto, se le añaden


recortes fotográficos de personas que dan escala
al conjunto del dibujo y ayudan a comprender
su complejo funcionamiento. Las direcciones
de movimiento de los diferentes elementos que
componen la estructura están indicadas, al igual Fig. 11. Juan Ignacio Prieto López, Kinetic ReKonstructives Sys-
que en el dibujo original de 1922, por vectores, tem, 2013.

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László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total 211

las capacidades de sus sentidos y participando

Juan Ignacio Prieto López


de la acción, como reclamaba tanto el manifies-
to “Sistema de Energía Dinámico-Constructivo”
como en “Teatro, Circo, Variedades”, dando
forma al concepto de Teatro Total que él mismo
había formulado.
El proyecto trataba de dar forma a una nue-
va forma dramática que prescindiese de las di-
rectrices literarias, proponiendo una auténtica
máquina escénica en cuyos engranajes se intro-
ducen actores y espectadores para ser procesa-
dos fabrilmente en cintas que recuerdan a las
cadenas de producción. Al tratarse de un pro-
yecto definido simplemente a través de dibujos
e imágenes fotoplásticas quedan muchas incóg-
nitas por desvelar como la solución estructural,
el cerramiento exterior o la disposición de los
Fig. 12. Juan Ignacio Prieto López, Kinetic ReKonstructives Sys-
medios técnicos y funcionales y los efectos que
tem, 2013.
generarían, que pueden adivinarse espectacula-
recorridos independientes. A estos movimientos res teniendo en cuenta los producidos por obras
se añadiría la rotación de la totalidad del edificio contemporáneas del propio Moholy-Nagy como
en torno a su base, superponiéndose tres diná- el Licht-Raum-Modulator.
micas simultáneas (acción escénica, ascenso- La formalización del dispositivo en un tronco-
descenso, rotación) conformando una síntesis cono truncado conformado en base a tres ram-
de dinámicas corporales y mecánicas, que Mo- pas en espiral nos remite a su escultura Nickel-
holy-Nagy definió como Excentricidad Mecánica plastic mit Spiral, pero también al proyecto de
(Fig. 12). El que todos los participantes fuesen Vladímir Tatlin del Monumento para la III Inter-
puestos en movimiento para el uso de este dis- nacional con el dinamismo de los cuerpos en ro-
positivo teatral, buscaba convertirlos en miem- tación23, a los bocetos de El Lissitzky para la obra
bros activos de la representación, expandiendo Victoria sobre el Sol o a otros espacios teatrales

Fig. 13. László Moholy-Nagy, Der Kaufman von Berlín, 1929. Theaterwissenschaftliche Sammlung, Universität zu Köln, Colonia.

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212 László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total

utópicos como el Endless Theater de Kiesler o el gy para el diseño de la escenografía de la obra


Juan Ignacio Prieto López

Kugeltheater de Andor Weininger, si bien debe Der Kaufmann von Berlin (Fig. 13). La obra llegó
recordarse que el proyecto de Moholy-Nagy tiene a estrenarse pero fue objeto de terribles críticas
su punto de partida en el manifiesto y la obra de tanto por el contenido de la obra como por el
1922 y, por tanto, anterior a la mayoría de ellos. montaje que resultó aparatoso y difícil de con-
figurar.
7. Fin de la exploración fotoplástica Los años treinta trajeron consigo el ascenso
Moholy-Nagy continuó su actividad vincu- del Nacionalsocialismo, el cierre de la Bauhaus,
lada al teatro junto al director de teatro Erwin la guerra y la emigración, que llevaron a Mo-
Piscator, que había encargado a Walter Gropius holy-Nagy a instalarse en Estados Unidos donde
un proyecto de teatro de configuración adapta- continuó su prolífica carrera en la que, sin em-
ble, al que finalmente darían el nombre de Total bargo, no realizó nuevas representaciones foto-
Theater. Pero mientras buscaban financiación plásticas ni nuevas versiones de su dispositivo
para su construcción, Piscator seguía montando teatral utópico.
obras teatrales y decidió contar con Moholy-Na-

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László Moholy-Nagy, de la fotoplástica a la arquitectura total 213

NOTAS Erich Buchholtz (F. W. Heckmanns), 15


L. Moholy-Nagy, “Teatro, Cir-

Juan Ignacio Prieto López


Wienad Verlag, Colonia, 1978, p. 40. co, Variedades” en The Theater of
1
O. Rubio, “El arte de la luz” en
8
F. Molnár, “Kuri Manifesto”, the Bauhaus (O. Schlemmer, L. Moho-
El Arte de la luz (A. Anaut, ed.), La Fá- en Between Worlds: A Sourcebook ly-Nagy y F. Molnár), The Johns Hop-
brica Editorial y Círculo de Bellas Artes, of Central European Avant-Gardes. kins University Press, Londres, 1996,
Madrid, 2010, pp. 11-16. 1910-1930 (T. O. Benson y E. Forgács, pp. 49-70.
2
L. Moholy-Nagy, “Malerei, fo- Ed.), The MIT Press, Ghent, 2002, pp. 16
Ibídem.
tografie, film” en Pintura, Fotografía, 455-456. 17
Ibídem.
Cine. Moholy-Nagy (G. Vélez y C. Ze-
9
K. C. Ware, “La fotografía en 18
Ibídem.
lich, Ed.), Editorial Gustavo Gili, Barce- la Bauhaus” en Bauhaus (J. Fiedler y 19
W. Herzogenrath, “Il teatro al
lona, 2005, pp. 74-78. P. Feierabend), H. F. Fullmann, Kö- Bauhaus” en Bauhaus 1919-1933. Da
3
L. Moholy-Nagy, “Produktion- nigswinter, pp. 506-510. Klee a Kandinsky, da Gropius a Mies
Reproduktion” en Pintura, Fotografía,
10
L. Moholy-Nagy, “Malerei, foto- van der Rohe, (M. De Michelis y A.
Cine. Moholy-Nagy, op. cit., pp. 117- grafie, film”, op. cit. Kohlmeyer, ed.), Edizioni Gabriele Ma-
120. 11
L. Moholy-Nagy, “Neue Wege zzotta, Milán, 1996,p. 339.
4 L. Moholy-Nagy y A. Kemény, in der Photografíe” en Pintura, Foto- 20
R. Sachsse, “An Allegorical
“Sistema de Energía Dinámico-Cons- grafía, Cine. Moholy-Nagy, op. cit., p. Magic of Things and Consummate Te-
tructivo” en R. Kostelanetz, Moholy- 157. chnique. The Photographer Walter Pe-
Nagy (R. Kostelanetz), Praeger Publis- 12
L. Moholy-Nagy, “Fotoplastiche terhans”, en Bauhaus. A Conceptual
her, Nueva York, 1970, p. 29. Reklame” en Pintura, Fotografía, Cine. Model, (W. Thöner, ed.), Hatje Cantz,
5
O. Botar, Technical Detours. The Moholy-Nagy, op. cit., pp. 117-120. Ostfildern, 2009, pp. 269-272
Early Moholy-Nagy reconsidered, Art 13
L. Moholy-Nagy, “Fotografie ist 21
L. Moholy-Nagy, La nueva visión
Gallery of the Graduate Center, Nueva Lichtgestaltung”, en Pintura, Fotogra- y Reseña de un Artista, Ediciones Infi-
York, 2006, pp. 172-173. fía, Cine. Moholy-Nagy, op. cit., 2005, nito, Buenos Aires, 1972, p. 113.
6
L. El Lissitzky, “Vjeshch/Gegen- pp. 148-153. 22
O. Botar, Technical Detours, op.
stand/Objet” en Technical Detours, op. 14
L. Moholy-Nagy, “On Art and cit., pp. 174-175.
cit., p. 130. the Photograph”, The Technology 23
Y. Rocher, Théâtres en Utopie,
7 S. Von Wiese, “Berlín 1922: Review, vol.47, num. 8, Cambridge, Actes Sud, París, 2014, p. 104.
Construction is set into Motion”, en junio 1945, pp. 491-522.

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LOS AÑOS SANTOS COMPOSTELANOS Y
LA RECUPERACIÓN DE LA MODERNIDAD
EN LA ARQUITECTURA GALLEGA (1948-1965)

Data recepción: 2014/01/30 Antonio S. Río Vázquez


Data aceptación: 2015/11/19 Universidade da Coruña
Contacto autor: ario@udc.es

RESUMEN
La celebración de los Años Santos Compostelanos adquiere, entre 1948 y 1965, un significado especial para
la recuperación de la modernidad en la arquitectura gallega, apareciendo un conjunto de proyectos y eventos
vinculados a la vía de peregrinación en general y a la ciudad de Santiago en particular que rompen radicalmente
con los planteamientos precedentes, iniciándose un proceso de renovación que se desarrolla y completa en las
décadas siguientes.
El retorno a la modernidad interrumpida por la Guerra Civil y el posterior periodo autárquico se manifiesta en
eventos como los ciclos de conferencias celebrados en el Colegio Mayor La Estila; con propuestas teóricas como
el faro votivo al Apóstol de Molezún, la hospedería de peregrinos de Moreno Barberá o la capilla en el Camino de
Santiago de Oíza, Oteiza y Romany; y, finalmente, con obras materializadas como la transformación en hotel del
Hospital de los Reyes Católicos, dirigida por Moreno Barberá.

Palabras clave: Arquitectura, Modernidad, Galicia, siglo XX

ABSTRACT
The Holy Years celebrated in Santiago de Compostela between 1948 and 1965 were especially important to the
recovery of modernist architecture in Galicia, with the advent of a series of projects and events related to the
Way of St James in general and the city of Santiago in particular. The projects represented a break with previous
approaches, triggering a process of renewal that was developed and came to a conclusion in the decades that
followed.
The return to the modernity cut short by the Spanish Civil War and the period of autarky that followed it manifes-
ted itself in events such as the lectures held at La Estila halls of residence, with theoretical proposals as Molezún’s
lighthouse dedicated to the Apostle, the pilgrims’ hostel by Moreno Barberá and the chapel designed by Oíza,
Oteiza and Romany for the Way of St James. It was also a feature of completed architectural projects, such as
the conversion of the Hospital de los Reyes Católicos into a hotel, work that was overseen by Moreno Barberá.

Keywords: architecture, modernity, Galicia, 20th century

Introducción neciendo únicamente algunos ejemplos aislados


La arquitectura moderna se desarrolló du- junto a una gran cantidad de proyectos que no
rante el siglo veinte en España en dos fases cla- fueron ejecutados1.
ramente diferenciadas, separadas por el parén- Finalizado el periodo autárquico, los sucesi-
tesis que supuso la Guerra Civil y la Autarquía vos Años Santos Compostelanos se convirtieron
inmediata. Por razones sobre todo de tipo ideo- en una oportunidad idónea para poner en prác-
lógico se frenaron los rumbos de la modernidad tica la recuperación de los principios modernos
que habían brotado pocos años antes, perma- en la arquitectura gallega. La primera tentativa,

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 215-227


216 Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad

que se quedará sobre el papel, aparece vincu- ción turística y la proyección hacia el extranjero.
Antonio S. Río Vázquez

lada al Año Santo de 1948, cuando el culto al La Ruta Jacobea se convierte en un itinerario
Apóstol sirve como tema para argumentar un patrimonial que sirve tanto al peregrino como
proyecto de faro votivo en una ubicación cos- al viajero, y en un eficaz instrumento para pre-
tera indeterminada, dentro de la convocatoria sentar a España y a Galicia al resto del mundo.
para ampliación de estudios de arquitectura en La década de los cincuenta, en el ecuador del
la Academia de España en Roma. siglo veinte, supone para España el fin del aisla-
La celebración del siguiente Año Santo, el de miento internacional después de la posguerra,
1954, tiene un significado especial para la rein- con algunos hechos fundamentales como los
troducción de la modernidad arquitectónica en acuerdos con Estados Unidos y el Concordato
Galicia, pues en torno a él van surgiendo una con la Santa Sede, ambos firmados en 1953; y la
serie de proyectos y eventos de difusión que re- entrada en las Naciones Unidas, primero como
chazan los planteamientos historicistas y conser- observador y luego como miembro de pleno de-
vadores, propios de la Autarquía, y certifican la recho en diciembre de 1955.
aparición de un intenso proceso de renovación En octubre de 1953, el papa Pío XII entrega
de la arquitectura en la región, que se desarrolla el capelo cardenalicio a dos obispos estrecha-
y consolida en los años siguientes. mente relacionados con Galicia, pues ambos
A partir de ese momento, y durante práctica- eran gallegos y habían iniciado su carrera episco-
mente dos décadas, la modernidad arquitectóni- pal en la diócesis de Mondoñedo: Benjamín Arri-
ca siente su empuje y asentimiento definitivo en ba y Castro (Santa María de Penamaior, Lugo,
Galicia, de la mano de un conjunto de autores, 1886 - Barcelona, 1973) es nombrado arzobispo
tanto locales como foráneos, que aportan su de Tarragona y Fernando Quiroga Palacios (Ma-
oficio y rigor en proyectos públicos y privados, ceda, Ourense, 1900 - Madrid, 1971) arzobispo
mostrando un interés por recuperar aquellos de Santiago de Compostela.
principios defendidos por el Movimiento Mo- Este último concibe el Año Santo de 1954
derno de un modo crítico y reflexivo, y especial- como un ambicioso proyecto para recuperar del
mente atento a las condiciones del lugar, en la prestigio de la archidiócesis compostelana, co-
línea de la llamada a nivel internacional «terce- locando a Santiago y a Galicia en una posición
ra generación» moderna, conformada bajo los de referencia en Europa. Como indica Rodrí-
ideales revisionistas del Team X. Este proceso se guez Lago: «el año compostelano se convierte
afianzará de manera institucional y académica así simbólicamente en cuestión de importancia
en el año 1973, cuando se consigue un Cole- capital para la nación española, y Santiago de
gio de Arquitectos y una Escuela de Arquitectura Compostela concentra en esas fechas toda la
propios para la región. simbología de las instituciones religiosas, civiles
y militares»2.
El Año Santo de 1954 Junto a la difusión internacional del Año Ju-
bilar, la recepción de peregrinaciones numerosas
Desde el final de la Guerra Civil, el gobierno
de procedencia diversa y la renovación urbana
franquista había apostado decididamente por el
de Santiago se convierten en objetivos inmedia-
Camino de Santiago como herramienta de na-
tos, mientras se fomenta el estudio y difusión del
cionalización y construcción simbólica del nuevo
impulso jacobeo mediante múltiples actividades
régimen. En 1937 se recupera la figura de San-
culturales: congresos, conferencias, cursos de
tiago como Patrón de España, con su festividad
verano, exposiciones, publicaciones o festivales
el 25 de julio, y se reinstaura la Ofrenda Nacional
artísticos, incluyendo intervenciones de carácter
con rango de obligación institucional, abolidas
arqueológico en la catedral dirigidas por el ar-
por el gobierno republicano en 1931.
quitecto Francisco Pons-Sorolla y Arnau (Madrid,
Con el paso de los años, la revitalización del 1917 - 2011, tit. en 1945) y el Comisario de Pa-
culto jubilar asociado a los valores de fe y nación trimonio Artístico Manuel Chamoso Lamas (La
se complementa con la búsqueda de la promo- Habana, 1909 - A Coruña 1985)3.

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Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad 217

Desde el gobierno central existe un constan- Fisac concibe la urbanización de la Estila

Antonio S. Río Vázquez


te apoyo por parte del Ministro de Información como una serie de edificaciones de marcada
y Turismo, Manuel Fraga Iribarne (Vilalba, 1922 apariencia historicista y conservadora, en la lí-
- Madrid, 2012) y, a nivel local, la colaboración nea de otras obras previas del autor, como la
entre la Diputación, el Ayuntamiento, la Univer- sede para el Consejo Superior de Investigacio-
sidad y la Iglesia permite la celebración de nu- nes Científicas en Madrid (1943), sustituyendo
merosos acontecimientos relacionados con el el ladrillo de los muros castellanos por la sillería
mundo de la ciencia y la cultura: granítica gallega (Fig. 1).
Tanto en la residencia de estudiantes como
Durante el Año Santo se celebrarán en Com-
en el resto de construcciones adyacentes, pro-
postela Semanas de Estudios Bíblicos y Teológi-
cos, Congresos Marianos, Exposiciones Históricas yectadas también por Fisac, se puede observar
Jacobeas de Arte Religioso contemporáneo y de equilibrio y orden, y una cuidada atención a las
Misiones, Semanas de Teatro, poesía y música re- proporciones y a la escala del conjunto en rela-
ligiosa, etc. Habrá además Congresos Científicos ción con las edificaciones tradicionales de la ciu-
internacionales como los ya anunciados de Pedia- dad, así como a los materiales y a la construcción,
tría, Farmacia, Cirugía, etc.4 lo que hace que el edificio permanezca práctica-
mente inalterable con el paso del tiempo.
Ejemplo de estas actividades relacionadas
Aunque La Estila es una obra dónde los prin-
con el patrimonio construido son la musealiza-
cipios de recuperación de la modernidad en la
ción de dos hitos arquitectónicos de Composte-
arquitectura gallega están todavía distantes, es
la: la Catedral y el Palacio Arzobispal, también
entre sus piedras donde comienza a divulgarse y
conocido como de Xelmírez. Ambas obras se
a debatirse la idoneidad de esos principios, de la
someten a varias campañas de restauración,
mano de arquitectos pertenecientes a la primera
acondicionamiento y embellecimiento bajo la di-
generación titulada tras la Guerra Civil. A esta
rección de Pons-Sorolla5 para poder ser visitadas
generación, que poco a poco va arrinconando la
de manera adecuada y, al mismo tiempo, servir
Autarquía en su actividad profesional, para de-
como lugares expositivos, albergando muestras
sarrollar después una fecunda trayectoria dentro
como la «Exposición Regional de Arte Sacro» or-
de la recuperación moderna, pertenece también
ganizada por Chamoso Lamas, que tuvo lugar
el arquitecto gallego Alejandro de la Sota Mar-
en los salones del Palacio en 1954.
tínez, además del propio Fisac6, quién ya había
Entre todas las actividades culturales realiza- impartido la primera conferencia después de in-
das destacan dos conferencias que tienen una augurarse la residencia en 1949, titulada «Una
significación especial dentro del proceso de re- manera de ver el arte».
cuperación de la modernidad en la arquitectu-
Dentro del VI Curso Internacional de Verano
ra gallega. Se trata de las impartidas durante el de 1954 se organiza una sección denominada
ciclo «Santiago en la Historia, la Literatura y el «Proyección cultural del tema de Santiago». En
Arte» y el VII Curso Internacional de Verano, ce-
lebrados en 1954 y 1955 respectivamente, en el
Colegio Mayor La Estila de Santiago.

Las conferencias de La Estila


El Colegio Mayor La Estila fue proyectado por
el arquitecto Miguel Fisac Serna (Daimiel, 1913
- Madrid, 2006, tit. en 1942) en el año 1947 al
norte del casco histórico compostelano. Se trata
de un conjunto de volúmenes macizos ubicados
en torno a una vía de nueva apertura, que une
las calles de Santa Clara y el camino de La Estila, Fig. 1: Miguel Fisac Serna: Colegio Mayor La Estila (1947). (Ar-
continuación de la calle de los Jazmines. chivo fotográfico del Colegio Mayor La Estila)

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218 Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad

ella intervienen José Camón Aznar, Florentino Para Sota, España era un país atrasado en
Antonio S. Río Vázquez

Pérez Embid, Laureano López Rodó y el arquitec- arquitectura: se volvía preciso un nuevo rumbo,
to del Colegio Mayor. En su intervención, Fisac retomar aquellos principios modernos que ha-
atiende principalmente a los aspectos urbanís- bían sido interrumpidos por la Guerra Civil y dar
ticos de la ciudad histórica, aunque también se forma a una arquitectura acorde con su tiempo
percibe el interés por la búsqueda de una nueva y su lugar.
arquitectura que forme parte de esa ciudad: Cómo avanza en el título, es preciso que ese
nosotros, en definitiva, la sociedad en su con-
La arquitectura es algo eminentemente vivo.
junto, entienda que tiene un papel fundamental
No podemos hacer arquitectura de guardarropía,
pues en ella incide una serie muy compleja de ele- en el proceso de cambio, ya sea como promotor,
mentos, que varían con las condiciones de vida de como político o como usuario. Sólo así se podrá
cada época y país. Hay que hacer una arquitectura aceptar y valorar una nueva arquitectura, des-
a la medida del hombre y de sus necesidades ac- vinculada de las posiciones historicistas. La ar-
tuales7 quitectura del próximo mañana —afirma— será:
«altura, exquisitez, abstracción»…10
Del mismo modo, se observa una crítica a los
Para llevar su crítica a la arquitectura del mo-
historicismos y la búsqueda de una arquitectura
mento, Sota pone el ejemplo del caso gallego:
que, sin renunciar al pasado y a la tradición, esté
acorde con el espíritu de su época: ¿Qué pasa en Galicia? Creo que algo grave.
Para mí, el actual estilo gallego se ha inventado
No podemos construir hoy como en el siglo anteayer y con no mucha fortuna. […] La casita
XIII ni como en el XVI, porque el hombre de hoy no que hoy se hace como gallega ha perdido total-
vive como entonces ni son las necesidades actua- mente las características del pazo, su dudoso an-
les las mismas que en otros tiempos. El progreso tecesor; se han perdido sus invariantes, que diría
técnico ha puesto a disposición del hombre una Fernando Chueca Goitia. Proporción, volúmenes,
serie de comodidades a las que no tiene por qué tamaño de huecos, ¿por qué no?, austeridad, si-
renunciar en aras de un mal entendido tradiciona- tuación, ambiente, dueños […] La mal entendida
lismo, que es puro plagio8 tradición en nosotros ha hecho bastante mal en
nuestra arquitectura11
Un año más tarde son el presidente de Avia-
co José Pazo Montes, el subsecretario de Ha- Después explica la convulsión que supuso la
cienda Santiago Basanta Silva y el arquitecto Guerra Civil para la recepción de la modernidad,
Alejandro de la Sota Martínez (Pontevedra, 1913 y cómo influyó tanto en los arquitectos que es-
- Madrid 1996, tit. en 1941) los que hablen en el taban ejerciendo su actividad profesional como
mismo marco, dentro del VII Curso Internacional en los recién titulados:
de Verano.
Vuelvo a decir que los jóvenes arquitectos
Alejandro de la Sota titula su intervención tomaron este ambiente como el único. No había
«La arquitectura y nosotros» y, desde la intro- malicia en ellos para pensar en otro posible. Ha
ducción, expresa el deseo de buscar una ar- perdido la fuerza el arquitecto; aquí ha vencido
quitectura que deje atrás las ideas historicistas totalmente el nosotros. Se ha plasmado plástica
imperantes. Para ello, utiliza como ejemplo el y arquitectónicamente todo el ambiente histórico
edificio de la residencia de estudiantes dónde se de una época a la que, automáticamente se ha
encuentra y, en concreto, de la sala donde se retrocedido. Ha podido más un discurso que la ins-
piración plástica. Se ha hecho literatura en piedra
está celebrando la conferencia:
en vez de arquitectura12
Me honro hablando aquí, en esta sala de as-
pecto medieval, desde donde, como uno más de Desde esa postura crítica, enuncia dos re-
estos guerreros, usaremos de sus lanzas para tratar ferentes a la hora de buscar nuevos caminos:
de vencer a tanto enemigo de la arquitectura, por la Antoni Gaudí y Mies van der Rohe, dos paradig-
cual hoy, como siempre, trataré de romper alguna. mas atemporales sobre los que podría girar la
España es hoy un país atrasado en arquitectura9 búsqueda del progreso en arquitectura. A partir

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Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad 219

de ellos indica otros nombres más concretos: los de España en Roma, el tema escogido para selec-

Antonio S. Río Vázquez


defensores de la arquitectura orgánica en Italia o cionar el candidato fue un faro votivo a la trasla-
los discípulos de Mies en Estados Unidos, entre ción por mar de los restos del Apóstol Santiago.
los cuales cita a Eero Saarinen, que con su Cen- El camino a Roma no significaba sólo la peregri-
tro Tecnológico para General Motors en Warren, nación histórica de los apóstoles y los mártires,
Michigan (1949) ha proyectado «el Partenón de sino la peregrinación simbólica, artística y cultu-
nuestro siglo»13. ral a una de las cunas de la civilización occidental
y se encontraba entre las ansiadas metas de los
La intervención de Sota termina con una lla-
viajeros del Grand Tour, itinerarios reverdecidos
mada a la acción, a la invención, a huir de per-
en el siglo veinte por arquitectos del Movimiento
manecer estancados e inmóviles frente al am-
Moderno como Le Corbusier, y seguidos por los
biente que nos rodea. Y da algunas claves para
arquitectos y artistas que acudían a completar su
empezar a recorrer el camino:
formación en la Academia de España.
Comprendiendo que el arquitecto sabe que La Academia está situada en el convento San
hoy la arquitectura es otra cosa, no la de antes, ni Pietro in Montorio, sobre la colina del Gianicolo,
siquiera aquella misma simplificada; vulgar error; contenedor del manifiesto en forma de temple-
tiene hasta otro origen. Sabiendo que el empleo te renacentista que simboliza los nuevos rumbos
de los materiales ha cambiado totalmente y que el
humanistas frente a la tradición medieval. La
arquitecto lo sabe. […] No haciendo héroes a los
arquitectos cada vez que intenten hacer arquitec-
exquisita pieza de Bramante arrojó su sombra
tura. Creyendo que hoy en el mundo se hace tam- sobre los arquitectos que traerán a su regreso
bién arquitectura para la historia –no todo han de el impulso necesario para la arquitectura moder-
ser Partenones, con Le Corbusier–. Viendo cómo na española, como el gallego Ramón Vázquez
ama el arquitecto bueno actual la arquitectura del Molezún (A Coruña 1922 - Madrid 1993, tit. en
pasado, tanto que no la imita14 1948).
Recién titulado en la Escuela de Madrid de-
Las ideas expresadas por Sota en su con-
cide presentarse, prácticamente como continua-
ferencia de Santiago van tomando forma a lo
ción de sus estudios, a la convocatoria del pen-
largo de los años siguientes, por medio de di-
sionado. Lo recordaba de la siguiente manera:
versos arquitectos que retoman críticamente los
principios modernos y los aplican a sus obras, Había tres instituciones implicadas, El Ministe-
interesándose especialmente en aspectos am- rio de Asuntos Exteriores, la Real Academia de San
bientales, funcionales y del habitat15. Entre ellos Fernando y la Dirección de la Escuela de Arquitec-
encontramos de nuevo a Fisac, con proyectos tura; en este caso, Modesto López Otero, como
como el Colegio Santa María del Mar en A Co- Director y profesor de Proyectos, quien debía ha-
ruña (1962) o la iglesia de Santa Cruz en Oleiros cer la carta de propuesta para la beca. En realidad
(1966), y también a Sota con el Palacio Muni- no hubo oposición. Había dos plazas y sólo me
presenté yo. Se trataba de un proyecto, parecido
cipal de Deportes de Pontevedra (1966) o el
al Proyecto fin de Carrera. Una encerrona de un
Colegio Residencia para la Caja de Ahorros en
día con el tema impuesto, se realizaba un croquis
Ourense (1967). Como sucede con este último, y se desarrollaba el proyecto durante quince días16
muchos no llegan a construirse, quedando sola-
mente sobre el papel, al igual que la propuesta Al conocer el tema propuesto, Molezún con-
que veremos a continuación, uno de los prime- cibe una arquitectura dividida en tres partes: un
ros destellos de modernidad arquitectónica pos- faro que se erige sobre la costa, una cripta en la
terior a la Guerra Civil. que se resguardase la barca que había transpor-
tado el cuerpo del Apóstol y una vivienda para el
farero (Fig. 2). Persiguiendo las ideas que recor-
El faro votivo al Apóstol dará pocos años después Sota en su conferencia
Había sucedido en el Año Santo inmediata- de la Estila, Molezún integra en su proyecto el
mente anterior, el de 1948. Cuando se convocó sentimentalismo y la razón, la presencia y el re-
el pensionado de arquitectura para la Academia cogimiento.

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220
Antonio S. Río Vázquez Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad

Fig. 3: Ramón Vázquez Molezún: Faro Votivo al Apóstol San-


tiago (1948). Alzado a tierra y planta general. (Nueva Forma
21, 1967)

ra de hormigón armado, ascensor, reflectores),


pero supeditada al carácter de faro votivo y al
halo poético».18
Es, sin duda, una arquitectura de transi-
ción pero, al mismo tiempo, de ruptura con lo
establecido. Un proyecto que permite a su au-
tor viajar a Roma y, a su vuelta, irrumpir en el
panorama español generando –en solitario o
Fig. 2: Ramón Vázquez Molezún: Faro Votivo al Apóstol Santia-
go (1948). Perspectiva. (Nueva Forma 21, 1967) en colaboración con su compañero José Anto-
nio Corrales Gutiérrez (Madrid, 1921-2010, tit.
en 1948– algunas de las obras que certifican el
En sí, la gran dificultad de este proyecto era el
regreso a la modernidad. En Galicia, Molezún
buscar una misma forma arquitectónica, a la vez
expresiva de irradiación, de expansión hacia el mar participa activamente en ese proceso, con pro-
y de recogimiento, de protección hacia la parte vo- yectos como las viviendas «Los Octógonos» en
tiva del monumento. Esto se trata de conseguir Lugo (1957), el Banco del Noroeste en A Coruña
con un gran muro de forma semicircular que se (1965) o la vivienda propia en Bueu (1967).
levanta hasta una altura de cuarenta metros sobre
el acantilado y que a la vez se hinca en tierra for-
La Capilla en el Camino de Santiago
mando la testa de la cripta. Esta forma así convexa
hacia el mar nos da una impresión de agresividad, Frente a una propuesta de transición como
de proa, de dominación, cual debe ser la expre- es el faro votivo de 1948, coincidente con el Año
sión de un faro… Y la cóncava, una expresión de Santo de 1954 aparece un proyecto de voluntad
recogimiento, de amparo, de vela que protege la decididamente moderna, nuevamente vincula-
navecilla que sobre las aguas lleva el cuerpo del
do al camino de peregrinación a Compostela. El
Apóstol17
«Premio Nacional de Arquitectura» quiso partici-
El faro de Molezún se distancia de los his- par de la celebración jacobea y se convocó bajo
toricismos y se adentra en los nuevos senderos el lema «Una Capilla en el Camino de Santiago».
que conducen a la modernidad (Fig. 3). Como Como había ocurrido con el faro de Molezún, al
explica Ángel Urrutia: «hay origen institucional, concurso sólo se presentó un equipo formado
esencia clásica, luces y sombras consustanciales por los arquitectos Javier Saénz de Oíza (Cáseda,
con las funciones y los materiales, sentido proce- Navarra 1918 - Madrid 2000, tit. en 1946) y José
sional y ritual en los accesos o recorridos (desde Luis Romany Aranda (Dénia, 1921, tit. en 1951)
la fatigosa escalinata a la infinita contemplación y el escultor Jorge Oteiza Enbil (Orio, Guipúzcoa,
en las alturas sobre el mar). Se funden teórica- 1908 - San Sebastián, 2003).
mente formas eternas con materiales actuales La singularidad de la proposición causó una
y tecnología avanzada para la época (estructu- honda impresión en el jurado, compuesto por

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Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad 221

Modesto López Otero (Valladolid, 1885 - Ma- res, no se trata de una capilla al uso, sino de un

Antonio S. Río Vázquez


drid, 1962, tit. en 1909), Luis Moya Blanco espacio abierto, un monumento al modo de los
(Madrid, 1904 - 1990, tit. en 1927) y José Luis humilladeros tradicionales, que no interrumpa el
Fernández del Amo Moreno (Madrid, 1914 - Val- camino al peregrino, sino que le ayude a seguir
delandes, Ávila 1995, tit. en 1942). Tras varias adelante.
deliberaciones, el 3 de diciembre de 1954, el
jurado proclamó vencedora la capilla de Oíza, La arquitectura parte de una estructura
Romany y Oteiza19. geométrica espacial formada por elementos linea-
les metálicos, aristas de una ideal malla poliédrica,
Al poco tiempo se publica en las páginas de que, apoyándose en limitados puntos de una plan-
la Revista Nacional de Arquitectura, acompaña- ta, sitúa en el espacio una red múltiple de puntos
do del acta del certamen y los comentarios reali- fijos, que pueden servir de apoyo y soporte –me-
zados en la sesión crítica destinada a analizar la jor diríamos suspensión o sostén– a la cubierta,
propuesta (Figs. 4 y 5). Según explican sus auto- concebida como una superficie ligera plegada en
zigzag. Independiente de estructura y cubierta, y
sin tocar a esta última (pues ni para una ni otra
serviría), se dispone un muro de piedra de cinco
metros de altura que, delimitando en parte el re-
cinto interior, es, a su vez, lugar de desarrollo de
un tema simbólico o leyenda del Apóstol, según
bocetos del escultor Jorge Oteiza20

A lo largo de la sesión, Oíza incide en la


consideración de la propuesta como un objeto
tecnológico propio de su tiempo. Explica que
la historia de la arquitectura ha sido constante-
mente una optimización de los métodos cons-
tructivos, idea reforzada por los referentes que
Fig. 4: Francisco Javier Saénz de Oíza, José Luis Romany y Jorge acompañan a la publicación del proyecto, princi-
Oteiza: Una Capilla en el Camino de Santiago (1954). Perspec- palmente mallas tridimensionales para cubrición
tiva. (Revista Nacional de Arquitectura 161, 1955)
de hangares y estadios en Estados Unidos. La
malla tridimensional no se había utilizado hasta
entonces para definir un espacio sagrado y, en
aquel momento, ese tipo de estructura suponía
la mayor inmaterialidad a la que se podía llegar
en construcción. Esa argumentación encajaba a
la perfección con el contenido simbólico de la
ruta jacobea –el peregrinar, la ruta de las estre-
llas, etc.–21.
Al igual que en su concepción espacial y fun-
cional, como un lugar desde dónde continuar el
viaje, la capilla se convierte en un hito simbóli-
co para el camino de la arquitectura española.
Varios autores identificaron la propuesta con el
momento preciso de la reincorporación al com-
promiso moderno. Entre ellos, Alejandro de la
Sota, que no había podido participar en la se-
sión crítica, añadió una nota dónde exclamaba:
«Si pudiera, diría de todo corazón: ¡Hágase!»22,
Fig. 5: Francisco Javier Saénz de Oíza, José Luis Romany y Jorge
Oteiza: Una Capilla en el Camino de Santiago (1954). Planta. identificando el proyecto con las ideas plantea-
(Revista Nacional de Arquitectura 161, 1955) das en su conferencia de La Estila.

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222 Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad

Los nuevos equipamientos para Santiago


Antonio S. Río Vázquez

A comienzos de la década de los cincuenta,


el Instituto Nacional de Industria emprendió un
plan sistemático para aumentar los ingresos de
la administración por medio del turismo. Uno de
los puntos a tratar fue el de las peregrinaciones
a Santiago de Compostela con motivo del Año
Santo de 1954. En esa línea se encargó a los
arquitectos Fernando Moreno Barberá (Ceuta
1913 - Madrid 1998, tit. en 1940), Julio Cano
Lasso (Madrid 1920 - 1996, tit. en 1949), Juan
Gómez y González de la Buelga (Madrid 1922,
tit. en 1947) y Rafael de la Joya Castro (Madrid
1921 - 2003, tit. en 1950) la redacción de un
anteproyecto de hospedería, con la intención Fig. 6: Fernando Moreno Barberá, Julio Cano Lasso, Juan Gó-
mez González de la Buelga y Rafael de la Joya Castro: Hos-
de que estuviese finalizada a principios del Año
pedería de peregrinos en Santiago (1951). Alzado y planta.
Santo23. (Revista Nacional de Arquitectura 156, 1954)
El anteproyecto consistía en un edificio verti-
cal destinado a hotel de categoría superior y un
conjunto de pabellones independientes de tres
plantas para albergue de coste reducido, con
una capacidad total de mil plazas y un amplio
comedor, divisible en zonas para las épocas de
escasa afluencia y comunicado directamente
con las cocinas, de manera que pudieran servirse
los propios huéspedes (Figs. 6 a 8).
El criterio estético adoptado fue el de in-
tegrar las edificaciones en el perfil urbano de
Santiago, con muros de granito alternados con Fig. 7: Fernando Moreno Barberá, Julio Cano Lasso, Juan Gó-
mez González de la Buelga y Rafael de la Joya Castro: Hos-
grandes paños de vidrio en las zonas comunes, pedería de peregrinos en Santiago (1951). Maqueta. (Revista
empleando siempre técnicas modernas y sin re- Nacional de Arquitectura 156, 1954)

Fig. 8: Fernando Moreno Barberá, Julio Cano Lasso, Juan Gómez González de la Buelga y Rafael de la Joya Castro: Hospedería de
peregrinos en Santiago (1951). Detalle de una celda. (Revista Nacional de Arquitectura 156, 1954)

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Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad 223

currir a motivos historicistas o regionalistas. Su también de la dirección de la Empresa Nacional

Antonio S. Río Vázquez


proximidad al lugar de la residencia de estudian- de Turismo (ENTURSA), creada en 1963 y depen-
tes proyectada por Fisac pone de manifiesto la diente del Instituto Nacional de Industria, para la
evolución que se estaba produciendo en la ar- explotación de ambos inmuebles26.
quitectura gallega. La intervención en el Hospital Real se le asig-
Este proyecto, que resulta de gran interés na a los autores del anteproyecto de hospede-
por tratarse de un conjunto de edificios de nue- ría, que siguieron el principio de restauración
va planta situados el entorno del centro históri- moderno de no efectuar ninguna adaptación o
co presentando una acentuada dialéctica entre interpretación de los estilos antiguos presentes
tradición y modernidad, permanece solamente en el edificio (Figs. 9 a 11). Además, la Empre-
como propuesta teórica manifestada a través de sa Nacional de Turismo abrió un concurso para
planos y maquetas, pues comienza a plantearse incorporar pinturas murales contemporáneas en
la ubicación de la nueva hospedería en el an- varios espacios del edificio, como los patios, la
tiguo Hospital Real del Obradoiro –promovido capilla, el bar o la marisquería27.
por los Reyes Católicos a comienzos del siglo
XVI–, abandonando definitivamente el proyecto Lo auténtico ha sido restaurado y valorado, lo
en 1953, a favor de la reutilización del edificio nuevo se ha ejecutado con la técnica y conceptos
de hoy. Por ejemplo, las viejas puertas góticas se
histórico.
El uso turístico del Hospital Real ya había
sido defendido con anterioridad, y de modo pio-
nero, por el arquitecto Antonio Palacios Ramilo
(Porriño, 1876 - Madrid 1945, tit. en 1900) por
medio de un artículo publicado el 14 de febrero
de 1925 en el periódico Faro de Vigo, donde ex-
plicaba la incapacidad de la antigua fábrica para
adecuarse a las necesidades hospitalarias mo-
dernas y, al mismo tiempo, la facilidad de adap-
tación para un uso hotelero, aportando incluso
un plano de la planta baja con la incorporación
del nuevo programa24. Fig. 9: Fernando Moreno Barberá, Julio Cano Lasso, Juan Gó-
mez González de la Buelga y Rafael de la Joya Castro: Trans-
El cambio en la mentalidad en el sector tu- formación en hotel del Hospital Real (1954). Plantas. (Revista
rístico estatal fuerza la confianza en el proyecto, Nacional de Arquitectura 156, 1954)
con la idea de que se convierta en una impor-
tante fuente de ingresos a nivel local y, al mismo
tiempo, contribuya a transmitir internacional-
mente el orden y la prosperidad existente en el
país. A la propuesta del Instituto Nacional de In-
dustria se sumó el planteamiento sostenido por
la Dirección General de Bellas Artes para dotar
de nuevos usos a los edificios monumentales,
autorizando la conversión del antiguo Hospital
Real en un hotel25.
Siguiendo estos mismos planteamientos,
Fernando Moreno Barberá se encarga diez años
más tarde de la rehabilitación hostelera del con-
vento de San Marcos en León. Se trata de las pri-
meras inversiones de una empresa pública para Fig. 10: Fernando Moreno Barberá, Julio Cano Lasso, Juan Gó-
mez González de la Buelga y Rafael de la Joya Castro: Trans-
utilizar grandes inmuebles Patrimonio del Esta- formación en hotel del Hospital Real (1954). Vista de las obras.
do con un uso turístico. El arquitecto se ocupa (Revista Nacional de Arquitectura 156, 1954)

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224
Antonio S. Río Vázquez Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad

Fig. 11: Fernando Moreno Barberá, Julio Cano Lasso, Juan Gómez González de la Buelga y Rafael de la Joya Castro: Transforma-
ción en hotel del Hospital Real (1954). Secciones del bar. (Revista Nacional de Arquitectura 156, 1954)

han cerrado con lunas «Securit», valorando así la para el Año Santo siguiente, el de 1965. Se ubi-
calidad y labra de la piedra con la tersura y brillo cará en el Burgo de las Naciones, nuevamente
del cristal; sólo reproducciones exactas de anti- al norte del casco histórico, y se encarga a los
guos muebles auténticos alternan con muebles arquitectos Rafael de la Hoz Arderius (Madrid
de hoy. Más de seiscientos cuadros de pintores
1924 - 2000, tit. en 1951), Javier González-
actuales decoran las habitaciones y galerías, real-
Garra Santoro (Vigo, 1925 - 1966, tit. en 1957)
zando los ambientes antiguos con su frescura y
modernidad28 y Julio Cano Lasso, quien ya había participado
en la propuesta anterior no materializada y en la
Las obras de transformación se realizaron intervención en el Hospital Real.
con gran celeridad, comenzando el día 31 de El empleo de un sistema constructivo de pre-
agosto de 1953, durando nueve meses e inter- fabricados permite que la obra, pensada para sa-
viniendo dos mil setecientos operarios. Mientras tisfacer las necesidades de 4.500 personas con
Rafael de la Joya residía en Santiago, controlan- una superficie cubierta de 30.000 m2, se realice
do personalmente las obras, Juan Gómez y Julio en apenas tres meses. El lenguaje empleado es
Cano elaboraban los planos desde Madrid. Así radicalmente moderno, dejando toda la estruc-
lo relataba Cano años después: «Fue una obra tura vista y destacándola en color azul junto al
importante y un gran aprendizaje en técnicas de blanco de los paneles de cerramiento30 (Figs. 12
la construcción. Llegó a haber trabajando qui- a 15).
nientos canteros y la Plaza del Hospital fue un
La sinceridad y radicalidad con la que se
inmenso taller. Creo que por última vez se oyó
muestran aquí las posibilidades de la técnica
el canto de la piedra»29. El hotel fue bautizado
contemporánea complementa la actuación pre-
como «Hostal de los Reyes Católicos», siendo
via de Cano Lasso en el Hospital Real. La posi-
inaugurado por Franco el día 24 de julio, víspera
ción periférica y alejada visualmente del centro
de la festividad del Apóstol. histórico, y la idea de que tuviera un carácter
Diez años después se retomó el proyecto del provisional, conducen a esa experimentación,
macroalbergue de peregrinos que había que- aunque siempre se entiende como un elemento
dado pendiente, con la intención de finalizarlo en permanente diálogo con la ciudad inmediata.

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Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad 225

Antonio S. Río Vázquez


Fig. 14: Rafael de la Hoz Arderius, Javier González-Garra San-
toro y Julio Cano Lasso: Albergue en el Burgo de las Naciones
(1965). Interior de la cafetería. (Fondo Pando Barrero. Fototeca
del Patrimonio Histórico. Instituto del Patrimonio Cultural de
España. Madrid)

Fig. 12: Rafael de la Hoz Arderius, Javier González-Garra San-


toro y Julio Cano Lasso: Albergue en el Burgo de las Naciones
(1965). Planta general. (Hogar y Arquitectura 58, 1965)

Fig. 15: Rafael de la Hoz Arderius, Javier González-Garra San-


toro y Julio Cano Lasso: Albergue en el Burgo de las Naciones
(1965). Exterior de la cafetería. (Fondo Pando Barrero. Fotote-
ca del Patrimonio Histórico. Instituto del Patrimonio Cultural
de España. Madrid)

y envueltas por la vegetación, sin competir con


la fachada monumental. Se pretende como un
cinturón defensivo del casco histórico, manifes-
tando que, en caso de desmontarse el albergue,
Fig. 13: Rafael de la Hoz Arderius, Javier González-Garra San-
toro y Julio Cano Lasso: Albergue en el Burgo de las Naciones
–como finalmente sucederá tras utilizarse como
(1965). Vista aérea de los pabellones. (Fondo Pando Barrero. residencia de estudiantes– el uso intensivo de
Fototeca del Patrimonio Histórico. Instituto del Patrimonio Cul- ese emplazamiento debería ser rigurosamente
tural de España. Madrid)
evitado. El carácter proteccionista defendido por
Cano mantendrá su vigencia en el planeamiento
Para reducir el impacto del volumen edifi- posterior, desarrollado a partir de los años seten-
cado y adaptarse a la topografía, se plantea un ta, cuando se convierta en un barrio residencial
juego de niveles y cubiertas desplazadas. Las y de equipamientos universitarios31. El albergue
nuevas construcciones se integran en el paisaje quedará incluido dentro de la ordenación urba-
urbano de Santiago, concebidas en baja altura nística del polígono de Vite, una amplia zona

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226 Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad

al norte de la ciudad caracterizada por su baja en 1957), los hermanos Antonio y Ramón Tenrei-
Antonio S. Río Vázquez

densidad, el empleo de tipologías residenciales ro Brochón (A Coruña, 1923 - 2006, tit. en 1952
modernas y la abundancia de zonas verdes32. En y A Coruña, 1928, tit. en 1957 respectivamen-
su interior, las propuestas de Fisac, Cano Lasso y te), Andrés Fernández-Albalat Lois (A Coruña,
Moreno Barberá –que desarrolla allí finalmente 1924, tit. en 1956), Agustín Pérez Bellas (Vigo,
un edificio de nueva planta, la Escuela de Magis- 1927 - 1982, tit. en 1954), o Desiderio Pernas
terio junto a la avenida Juan XXIII (1967– entre Martínez (Vigo, 1930 - 1996, tit. en 1958), entre
otros, nos sirven para leer los avances en el pro- otros, como foráneos, entre los que podemos
ceso de recuperación de la modernidad que se encontrar a Juan Castañón de Mena (Madrid,
produce en la arquitectura gallega. 1903 - A Coruña, 1982, tit. en 1940), Antonio
Alés Reinlein (Madrid, 1905 - Ourense, 1980, tit.
Conclusiones en 1931), Luis Laorga Gutiérrez (Madrid, 1919 -
1990, tit. en 1946), José Luis Fernández del Amo
Los sucesivos Años Santos Compostelanos Moreno, Joaquín Basilio Bas (Murcia, 1921, tit.
celebrados entre 1948 y 1965 trascendieron el en 1952), Álvaro Líbano Pérez-Ullíbarri (Bilbao,
hecho religioso y simbólico y se convirtieron en 1921 - San Sebastián, 2010, tit. en 1952) o Efrén
una oportunidad para desarrollar varios proyec- García Fernández (Mieres, 1926 - Oviedo, 2005,
tos que pusieron de manifiesto la recuperación tit. en 1952).
de la modernidad en la arquitectura gallega,
superado el periodo autárquico inmediato a la Dentro de ese proceso, algunas de las pri-
Guerra Civil. meras realizaciones aparecen ligadas a los Años
Santos compostelanos, como la reconversión en
Entre estos proyectos encontramos al prin- hotel del Hospital de los Reyes Católicos –que
cipio arquitecturas teóricas, no materializadas, supone la integración de la arquitectura moder-
fruto de concursos que se convocan bajo temas na en un edificio histórico en 1954– o, en 1965,
vinculados a la Ruta Jacobea, como el Faro Vo- el albergue en el Burgo de las Naciones, ejem-
tivo al Apóstol de Vázquez Molezún en 1948 plo paradigmático en cuanto a lenguaje, meto-
o la Capilla en el Camino de Santiago de Oíza, dología y construcción moderna. No es casual
Oteiza y Romany de 1954. Ambos se constitu- que cuando se crea el Colegio de Arquitectos
yen como puntos de partida fundamentales para de Galicia, uno de los símbolos institucionales y
el proceso de recuperación moderna no sólo en colectivos de la consolidación de la recuperación
Galicia, si no en toda España. Junto a ellos, las de la modernidad, las primeras reuniones ten-
conferencias de Fisac y Sota en el Colegio de la gan lugar en un marco tan significativo como la
Estila ofrecen los primeros apoyos teóricos, ge- antigua botica del Hospital Real. Si, en 1953 las
nerando un ambiente de debate e interés por obras en el inmueble servían para presentar una
los nuevos planteamientos arquitectónicos que región que quería evolucionar hacia la moderni-
se continuará y consolidará en las dos décadas dad desde sus piedras, desde sus orígenes, en
siguientes. 1973 se reunen entre esas mismas piedras aque-
Es entonces cuando a los nombres ya citados llos arquitectos que desean asentar definitiva-
se suman toda una serie de arquitectos de distin- mente el proceso. Un proceso que no podríamos
tas generaciones con obra en Galicia, tanto ga- entender sin las aportaciones que se producen
llegos, como Rodolfo Ucha Donate (Ferrol, 1922 en torno a los Años Santos sucedidos en el ecua-
- A Coruña, 2015, tit. en 1953), Xosé Bar Boo dor del siglo veinte.
(Vigo, 1922 - Santiago de Compostela, 1994, tit.

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Los Años Santos Compostelanos y la recuperación de la modernidad 227

NOTAS 11
Íd. p. 145 mo, Madrid, 1999; J. M. García Iglesias

Antonio S. Río Vázquez


12
Íd. p. 146 (Dir.), El Hospital Real de Santiago de
Ibíd. Compostela y la Hospitalidad en el Ca-
1
Vid. J. R. Alonso Pereira «Metá- 13

mino de Peregrinación, Xunta de Gali-


fora y mito: tránsito entre modernidad 14
Íd. p. 148
cia, Santiago de Compostela, 2004; B.
y contemporaneidad en la arquitectu- 15
Vid. A. S. Río Vázquez, La re- M. Castro Fernández, «La nueva ima-
ra de Galicia», en Modernidad y con- cuperación de la modernidad en la gen jacobea de Santiago de Compos-
temporaneidad en la arquitectura de arquitectura gallega, Colexio Oficial tela en el periodo franquista: El Hostal
Galicia (J. Ramón Alonso Pereira, Ed.), de Arquitectos de Galicia, Santiago de de los Reyes Católicos y los peregrinos
Grupo de Investigación en Historia de Compostela, 2014, p. 50 de paradores», Porta da Aira. Revis-
la Arquitectura de la Universidade da 16
A. Urrutia Núñez, «Ramón ta de Historia del Arte Orensano, 11,
Coruña, A Coruña, 2012
Vázquez Molezún: De pensionado en 2006, p. 491-520; P. Cupeiro López,
2
J. R. Rodríguez Lago, «Hace cin- Roma a gran arquitecto», Anuario del «Patrimonio y Turismo. La intervención
cuenta años… El año Santo Compos- Departamento de Historia y Teoría del arquitectónica en el patrimonio cultural
telano de 1954. Del Nacionalcatolicis- Arte, vol. VI, 1994, p. 261 a través del programa de paradores de
mo a la Restauración de una Europa turismo en las diversas rutas jacobeas.
17
R. Vázquez Molezún, «Concurso
Católica», en Memoria e Identidades El Camino Francés» en II Edición Becas
para el pensionado de arquitectura en
(J. Beramendi González y Mª X. Baz de Investigación Caminos Jacobeos,
Roma», Revista Nacional de Arquitec-
Vicente, Eds.), Universidad de Santiago tura, 87, 1939, p. 12 Asociación Cámaras Oficiales de Co-
de Compostela, Santiago de Compos- mercio, Industria y Navegación de los
18
A. Urrutia Núñez, Op. Cit., p. 262
tela, 2004, p. 2617 Caminos Jacobeos, Santiago de Com-
19
E. Fernández-Cobián, El espacio
3
B. M. Castro Fernández, El re- postela, 2009, p. 7-35 y A. Lorenzo
sagrado en la arquitectura española
descubrimiento del Camino de Santia- Aspres, Intervencións no patrimonio
contemporánea, Colegio Oficial de Ar-
go por Francisco Pons-Sorolla, Xunta galego para a industria hostaleira (Tesis
quitectos de Galicia, Santiago de Com-
de Galicia, Santiago de Compostela, doctoral), Universidade da Coruña, A
postela, 2005, p. 469
2010, p. 91 Coruña, 2014, p. 573-620
20
F. J. Sáenz de Oíza, «Una capi-
4
F. Quiroga Palacios, «Entrevista 26
Vid. F. Moreno-Barberá von Har-
lla en el camino de Santiago», Revista
en Radio Vaticano en la noche del 23 tenstein, Fernando Moreno Barberá.
Nacional de Arquitectura, 161, 1955,
de octubre de 1953», Boletín Oficial Un arquitecto en turismo, General de
p. 14
del Arzobispado de Santiago, 1953, Ediciones de Arquitectura, Valencia,
21
E. Fernández-Cobián. Op. Cit.,
p. 455 2014, p. 107
p. 471
5
B. M. Castro Fernández, Op. Cit., 27
Los resultados del concurso de
22
F. J. Sáenz de Oíza, Op. Cit., p. 24
p. 92 murales se publican en la Revista Na-
23
F. Moreno Barberá, «Antepro- cional de Arquitectura, 156, 1954, p.
6 Sobre las trayectorias de ambos
yecto de hospedería de Peregrinos en 22-24
arquitectos vid. la lectura conjunta que
Santiago de Compostela», Revista Na-
planteó la exposición Miguel Fisac y 28
F. Moreno Barberá, Op. Cit., p. 7
cional de Arquitectura, 156, 1954, p.
Alejandro de la Sota: miradas en pa- 29
J. Cano Lasso, Julio Cano Lasso,
3. El anteproyecto también se publica
ralelo. Dos maestros de la arquitectura arquitecto, Xarait, Madrid, 1980, p. 24
el 7 de marzo de 1952 en el periódico
moderna española en su centenario. 30
J. Cano Lasso, «Albergue pro-
La Noche, 9.591, p. 5, acompañado de
C. Asensio-Wandosell y M. Puente, visional de peregrinos en Santiago de
una entrevista al arquitecto.
Miguel Fisac y Alejandro de la Sota: mi- Compostela. Burgo de las Naciones»,
radas en paralelo, Fundación ICO y La
24
A. Palacios Ramilo, «La Hospe-
Hogar y Arquitectura, 58, 1965, pp.
Fábrica, Madrid, 2014 dería Real de Compostela», Faro de
2-9
Vigo, 17.753, 1925, p. 1
7
M. Fisac Serna, «Santiago mo- 31
Vid. M. Gallego Jorreto, «El
numental y Santiago del futuro» en
25
Existe una amplia bibliografía
Burgo de las Naciones», Boletín Aca-
sobre la historia del Hospital Real y sus
Santiago en la Historia, la Literatura y démico de la Escuela Técnica Superior
transformaciones, podemos citar, entre
el Arte (Tomo II, R. Prieto Bances et al.), de Arquitectura de A Coruña, 8, 1988,
otras, D. García Guerra, El Hospital Real
Editora Nacional, Madrid, 1955, p. 161 pp. 18-23
de Santiago (1499-1804), Fundación
8
Ibíd. 32
Sobre la evolución del polígono
Barrié, A Coruña, 1983; A. A. Rosen-
9
A. de la Sota Martínez, «La arqui- de Valdés, El Grande y Real Hospital de de Vite, vid. M. Fernández Prado, Pla-
tectura y nosotros» en Alejandro de la Santiago de Compostela, Electa, Ma- nes InParciales. Génesis y evolución de
Sota. Escritos, conversaciones, confe- drid, 1999; M. D. Vila Jato y A. Goy Diz, los polígonos del INV en Galicia (Tesis
rencias (M. Puente, Ed.), Gustavo Gili, Parador «Dos Reis Católicos» Santiago Doctoral), Universidade da Coruña, A
Barcelona, 2002, p. 142 de Compostela, Un Hotel con quinien- Coruña, 2010, p. 117-138
10
Ibíd. tos años de historia, Paradores de Turis-

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 215-227


LUJO TEXTIL EN LA CORTE NOVOHISPANA

Data recepción: 2014/01/29 Inmaculada Rodríguez Moya


Data aceptación: 2015/07/03 Universitat Jaume I
Contacto autora: mrodrigu@uji.es

RESUMEN
Este texto revisa el uso de tejidos ricos en la corte novohispana. El punto de partida es la necesidad de que los
gobernantes novohispanos se destacaran del resto de la población a través del uso de textiles de lujo. Se analiza
a continuación la decoración interior de las Casas Reales, Palacio Real o Palacio Virreinal, con las noticias y
documentación existente de los siglos XVII y XVIII. Finalmente, se aborda brevemente la utilización en las fiestas
de jura reales y su significación en el contexto ceremonial.

Palabras clave: lujo, Nueva España, virrey, Palacio real, jura

ABSTRACT
This paper analyses the use of rich fabrics in the court of New Spain. It takes as its starting point the need on the
part of Spain’s rulers to distinguish themselves from the rest of the population by wearing rich fabrics. The paper
goes on to study the interior decoration of the Casas Reales, (also known as the Palacio Real or Palacio Virreinal),
using the surviving literature and documentation from the 17th and 18th centuries as a source. It concludes by
briefly discussing the use of rich fabrics at royal ceremonies and their significance in the ceremonial context, such
as in the swearing of the coronation oath.

Keywords: luxury, New Spain, viceroy, Palacio Real, oath ceremony

Un lujo necesario de la Casas Reales, en teoría residencia real, en


El uso de tejidos ricos ha sido siempre un la práctica residencia del virrey y de los principa-
elemento de distinción social. La conquista y les poderes del virreinato. Las fiestas religiosas y
dominio de la Nueva España puso esta verdad políticas fueron otro ámbito de gran importan-
de nuevo sobre la mesa. Los dominadores de- cia en el que se debía mostrar la riqueza de la
bían mostrar sus diferencias ante los dominados ciudad y de sus ciudadanos: en la indumenta-
y, entre otras cosas, la indumentaria sirvió para ria que el Ayuntamiento confeccionaba para los
marcar desde muy pronto esta distancia social. participantes, en los adornos de calles y plazas y,
Asimismo, la sociedad novohispana reprodujo la especialmente, en las libreas de participantes en
división estamental presente en la península y el mascaradas, en los lujosos vestidos de las damas
vestido fue un instrumento de diferenciación. El y en la exclusiva indumentaria del virrey. En este
lujo y la ostentación mediante la indumentaria y texto nos centraremos en la decoración interior
el ajuar doméstico se convirtieron en una necesi- de las Casas Reales o Palacio Virreinal durante el
dad y no en simple vanidad.1 El virrey, como per- siglo XVII y XVIII y comentaremos brevemente el
sonificación del poder regio y de la elite nobiliaria lujo festivo.2
hispana, no sólo tenía el deber de mostrarse en La Iglesia novohispana fue muy crítica desde
todo acto público con el mayor decoro posible, el comienzo de la conquista con la ostentación
sino que debía velar por la adecuada decoración por parte de los primeros conquistadores asen-

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230 Lujo textil en la corte novohispana

tados en el virreinato. Tenemos ejemplos en los En un primer momento los tejidos más de-
Inmaculada Rodríguez Moya

sermones y en los escritos de fray Alonso de mandados eran los procedentes de Castilla, que
la Veracruz y fray Bartolomé de Las Casas, en alcanzaban altos precios en México, causando
los que se apelaba a la moderación del lujo en también serios problemas en la Península.7 Los
aquellos conquistadores y encomenderos que primeros talleres textiles se establecieron en
habían obtenido su riqueza con el trabajo de Nueva España en el siglo XVI desde muy tem-
otros. También la corona reguló desde el primer prano. No obstante, su principal producción era
momento en las ciudades del México colonial la de telas de algodón y lana, pues tenían pro-
la ostentación de casas, alhajas, vestuario y co- hibido labrar la seda, ya que el territorio debía
ches. Mientras, por otro lado, se apelaba a estos limitarse a proveer de materia prima a la corona,
mismos a que obligaran a los indígenas a ir más debido a que ésta pretendía proteger los pro-
decentemente vestidos, dada la escasez de su ductos textiles que llegaban desde la Península.
abrigo, o a que les prohibieran vestir sus indu- En el memorial del final de su gobierno en 1567,
mentarias tradicionales. Desde muy pronto los el virrey marqués de Falces (1566-1567) (Fig. 1)
indígenas adoptaron la indumentaria española, daba cuenta a Felipe II de que no había puesto
si bien con camisas, pantalones y faldas de algo- en práctica las pragmáticas, pues a excepción de
dón, de pobre factura. algunas mujeres, la indumentaria de los novohis-
panos era tan pobre, que resultaba absurdo pro-
Desde los Reyes Católicos, en la Pragmática
hibirles vestir los pocos trapos de seda con los
de 1494, se había restringido el uso de la seda y
que contaban.8 En 1571 se promulgó una nueva
otras telas lujosas, a excepción de aquellas em-
Pragmática contra la ropa suntuosa, que tam-
pleadas para el culto divino.3 Durante el reinado
poco se llegó a aplicar en la Nueva España,9 a
de la reina Juana y de Carlos V esta prohibición
pesar de que era más permisiva con determina-
se mantuvo. Sin embargo, se había considera-
do necesario establecer excepciones a las per-
sonas reales, a la indumentaria del culto divino
y a determinados funcionarios quienes tenían
permitido portar telas ricas cuando ostentaban
cargos públicos. Contamos con algunos testimo-
nios de excepciones a esta prohibición entre los
funcionarios que fueron al Nuevo Mundo. Por
ejemplo, el 26 de septiembre de 1501 la corona
concedió a Nicolás de Ovando el honor de poder
usar vestimenta de brocados y colores, debido a
su cargo como Gobernador de la Española.4 E1
12 de noviembre de 1509 la reina Juana expidió
en Valladolid una prohibición específica de usar
prendas de seda, vestidos bordados de plata u
oro, o tejidos de colores, que supusiera cualquier
gasto excesivo en Indias.5 A pesar de lo cual el
tráfico de tejidos ricos con el Nuevo Mundo fue
importante y las excepciones sobre su uso conti-
nuaron. En 1511 se permitió a María de Toledo,
esposa del Almirante don Diego Colón, que pu-
diese vestir brocados de seda.6 Las leyes y prag-
máticas suntuarias, tanto referidas a la indumen-
taria como al mobiliario de las casas, siguieron
publicándose por la corona española a lo largo
del siglo XVI y hasta el XVIII con poco éxito, a
Fig. 1. Anonimo, Retrato del virrey don Gastón de Peralta,
tenor de la frecuencia con que se promulgaron, marqués de Falces, Museo Nacional de Historia y Antropolo-
especialmente durante el reinado de Felipe III. gía, Chapultepec, México.

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Lujo textil en la corte novohispana 231

dos ornamentos en la indumentaria. A los virre- con un equipaje impresionante, acompañado de

Inmaculada Rodríguez Moya


yes se les recomendaba una cierta moderación, toda una cohorte de criados, pues debía formar
aunque al mismo tiempo debían hacer ostenta- en la sede de su poder una Casa.12 Además de-
ción de riqueza, como vimos. Así, por ejemplo, bía conformar un fasto y un ceremonial seme-
el duque de Escalona (1640-1642) recomendaba jante al del monarca. Los virreyes estaban autori-
a su sucesor el conde de Salvatierra que “el lu- zados por las Leyes de Indias a llevar sus propias
cimiento no sea mucho, mas algo más del que armas y guardia, a no pagar flete por sus criados
V.E. habrá dádose a creer, porque esta tierra está y objetos personales, así como a poder portar
en posesión de más ostentación que el Perú”.10 6.000 pesos de oro en joyas y plata labrada.13
También se les permitía ser recibidos bajo palio
Ya en el siglo XVII se fabricaban en Nueva Es-
procesional en su entrada triunfal en la capital,
paña rasos a partir de la seda oriental o mexica-
usar un carruaje con tiro de seis caballos y con-
na, conocidos como satín. También se tejían ter-
tar con una guardia de alabarderos, armados y
ciopelos de seda con diseños florales, terciopelos
uniformados. Por ejemplo, en 1603 se autorizó
rasurados sencillos y terciopelos estampados con
al virrey entrante, don Juan de Mendoza y Luna
figuras de metal y pintura de hoja de oro.11 No
(1603-1607), tercer marqués de Montesclaros,
obstante, los damascos y brocados orientales
a llevarse 60 criados o familiares, si bien el Pre-
que llegaban en el galeón de Manila resultaban
sidente del Consejo de Indias le recomendaba
más atractivos para los novohispanos. A pesar
que procurase llevar “vestido honesto” y de co-
de que estaban destinados a la Península, una
lores graves y autorizados, así como sombreros
cantidad importante se quedaba en la Nueva
sin plumas. Ordenaba además el presidente que
España, sin llegar a su destino europeo. En la
“ha de procurar el virrey llevar el mejor ornato
Recopilación de las Leyes de Indias de 1680 se
de casa que pudiere de colgaduras, camas, sillas,
hizo un intento por regular este contrabando de
vestidos y ropa blanca, gran aparador de plata y
tejidos de la China, pues los altos impuestos con
servicio de la mesa”.14 En 1640, don Diego Ló-
los que estaban gravados favorecían el comercio
pez Pachecho (1640-1642), marqués de Villena
ilícito de los mismos. Otra circunstancia que fa-
y primer grande de España en ser nombrado vi-
voreció en la Nueva España el uso de tejidos muy
rrey, se llevó un séquito de más de 100 criados.15
ricos durante ese siglo, bordados profusamente
Además a lo largo de su entrada desde Veracruz
en oro y plata, fue el esplendor de la minería.
y hasta la ciudad de México fue agasajado con
La corona intentó poner límite a estos desma-
todo lujo de decoraciones efímeras y elementos
nes en la indumentaria, que en la Nueva España
suntuarios para adornar sus alojamientos. En
alcanzaba un lujo inusitado por lo comentado
1688 el virrey conde de Galve (1688-1696) se
anteriormente. El reglamento Capítulos de refor-
trasladó con 83 criados.16 Este lujo virreinal hizo
mación expedido por Felipe IV en 1623 –el más
de la corte de México un modelo para la difusión
duro en este sentido– intentó regular tantos ex-
de modas en el vestir y de otras prácticas asocia-
cesos, pero de nuevo en la Nueva España sirvió
das a la cultura palaciega.17
de bien poco. El comercio de contrabando de
telas orientales continuaría durante el siglo XVIII, Las Casas Reales, luego Palacio Virreinal, fue
en contra de su expresa prohibición. Todo inten- uno de los elementos fundamentales para el
to de la corona en los tres siglos de gobierno por ejercicio del poder de la corona española, tanto
mantener a la Nueva España como exportadora en su uso como en su simbolismo visual y espa-
de materia prima e importadora de tejidos ricos cial.18 Desde el primer momento los virreyes se
había fracasado. quejaron de las malas condiciones de su aloja-
miento y de la necesidad de rodearse de un en-
torno adecuado.19 La Corona se había apropiado
Las Casas Reales de México: un palacio
de las “Casas Viejas” de Moctezuma, en pose-
de damasco
sión de Cortés, desde 1530 para el uso de los
El principal ámbito de ostentación en la ciu- oficiales del virreinato y para el alojamiento del
dad de México fue la corte del virrey. El primer virrey y oidores de la Real Audiencia.20 En 1555
virrey don Antonio de Mendoza llegó a México el virrey don Luis de Velasco I (1550-1564) se

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232 Lujo textil en la corte novohispana

quejaba en un memorial al emperador de la po- edificio de la Audiencia, pues así constaba en las
Inmaculada Rodríguez Moya

breza con la que vivía, dada la carestía de la Nue- inscripciones junto a los escudos reales de am-
va España. Unos años después, en 1562, el virrey bas puertas. Un conocido dibujo en el Archivo
convenció a Felipe II de que comprasen el predio General de Indias de 1592 nos muestra la Plaza
de las llamadas “Casas Nuevas” de Moctezuma, Mayor de México con el Palacio a mano derecha
en posesión de Hernán Cortés desde 1521 y en (Fig. 2). Tiene aspecto de fortaleza y sus sillares
la misma Plaza Mayor, que fueron compradas al almohadillados están adornados con rosetas. La
hijo del conquistador, Martín Cortés. Allí se apo- magnífica portada nos muestra el escudo impe-
sentaron el virrey, las casas de la Audiencia, el rial entre las dos columnas de Hércules. Mientras
sello y registro y la cárcel. Pero también ordenó sobre el dintel se lee “Phillipus Rex Ispaniarum
Felipe II que se aprovecharan las tiendas de la et Indiarum”. También vemos las “Casas Vie-
planta baja para sacar beneficio, mezquindad jas” de Cortés en la Plaza Mayor supuestamente
que luego tendría funestas consecuencias para construidas por Luis de la Torre.21 Otro dibujo de
el Palacio, pues el trasiego de comerciantes con- 1596 nos permite ver otra imagen del modesto
tribuirían a su rápido deterioro. palacio, con sus tres puertas coronadas por es-
El encargado de realizar las reformas para cudos reales, la puerta de las casas de la moneda
adaptar las casas de Moctezuma a sus funcio- y su reloj (Fig. 3).
nes administrativas fue el arquitecto Claudio de Los sucesivos virreyes fueron enriqueciendo
Arciniega. Se emplearon para ello poco más de el palacio, ampliando sus salas y galerías. Es di-
veintinueve mil pesos, pues además se reparó la fícil rastrear las noticias, pero las cartas de los
sala de fundición y se hizo una sala de armas. En virreyes al Consejo de Indias y al monarca, así
1564 debieron terminarse las reformas que se como documentos de contaduría real firmados
hicieran en las casas de Cortés y en 1563 en el por el obrero mayor, dan algunas pistas. Según

Fig. 2. Dibujo anónimo, Plaza mayor de México, 1592, AGI, MP-México, 3.

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Lujo textil en la corte novohispana 233

Inmaculada Rodríguez Moya


Fig. 3. Dibujo anónimo, Plano de la plaza de la ciudad de México y sus edificios, 1596, AGI, MP-México, 47.

Toussaint el virrey Gastón de Peralta encargó Sabemos también que en 1597 el virrey con-
a Simon de Pereins que pintara los muros con de de Monterrey se quejó de la situación en que
escenas de batallas a su llegada en 1566. Ha- su antecesor había dejado las Casas Reales, a
cia 1585 debió construirse una primitiva Capilla punto de derrumbarse, especialmente la sala de
Real, pues en ese año hay gastos por ornamen- armas, y por tanto solicitaba realizar reformas.23
tos y casullas para ésta. También se adornó la Fueron ejecutadas entre 1601-1602 a cargo de
Sala del Real Acuerdo con dos sobremesas de la Hacienda Real, pues ni el dinero asignado por
terciopelo y raso carmesí, y otras salas de paño Felipe II para las Casas ni los 500 ducados de
verde, que se habían comprado del Concilio Pro- las rentas de las tiendas eran suficientes.24 Tam-
vincial que había tenido lugar en la ciudad. Para bién hizo reformas en 1609 don Luis de Velasco
entonces ya estaban edificadas la cárcel de cor- II durante su segundo mandato (1607-1611), y
te, la casa de fundición, la casa de la Moneda y en 1671 se construía una nueva armería por el
la sala de armas. Tenía cuatro patios grandes y virrey marqués de Mancera (1664-1673), exa-
una huerta donde luego se situaría la plaza del minada la vieja por Luis Gómez de Trasmonte,
Volador.22 En 1587 se iniciaron las obras de una
maestro de las obras de las Casas Reales en esos
nueva Capilla Real, construida por el obrero ma-
momentos.25
yor Cristóbal de Miranda, cuyas obras se prolon-
garon hasta 1599 y que supuso una gran inno- Como hemos visto, los virreyes decoraban
vación al cubrirla con una bóveda vaída. En 1606 las Casas Reales con los ajuares que traían en
se encargaba al pintor sevillano Alonso Vázquez sus abultados equipajes. A lo largo del siglo XVII
la hechura de un retablo de madera tallada y do- los virreyes se fueron rodeando de mayor lujo y
rada para la Capilla. esplendor, realizando obras en el ya denomina-

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234 Lujo textil en la corte novohispana

do Real Palacio a cargo de los distintos obreros El palacio fue además el primer edificio civil de la
Inmaculada Rodríguez Moya

mayores que tuvo. La necesidad de ostentación Nueva España que tuvo vidrios en sus ventanas.
de los virreyes provocó que en muchas ocasiones Los virreyes siguientes continuaron gastando en
los gobernantes se aprovecharan de su posición adecentar las Casas Reales, así por ejemplo en
para hacer fortuna y para rodearse de objetos 1640 se acusa al marqués de Cadereyta (1635-
lujosos durante su gobierno. Por ejemplo, en su 1640) de haber sacado 2.814 pesos de la real
juicio de residencia el marqués de Villamanrique caja para reparar el palacio, de lo cual se le ab-
(1585-1590) tuvo que defenderse de numerosas solvió.30
denuncias que desvelaban las tramas corruptas La arquitecta Milagros Miranda realizó la re-
del virrey para enriquecerse. Los denunciantes construcción del palacio del siglo XVII a partir de
afirmaban que el virrey y la virreina habían con- las noticias que Isidro de Sariñana desvela en su
seguido comprar o que les regalasen objetos de Llanto del Occidente, la relación festiva de las
alto valor de oro y plata, lujosos tejidos o pieles exequias de Felipe IV en México en 1666 en la
de marta, a precios muy bajos. También que se que el erudito mexicano realiza una descripción
llevaron de encubierto a España muchas joyas, de los patios y las estancias del Palacio Virreinal.
perlas, piedras y vestidos ricos. Además de que al Los planos nos permiten ver cómo el espacio se
término de su gobierno el monto de la almone- distribuía en dos grandes áreas (Fig. 4), las es-
da de sus objetos ascendía a una cantidad exor- tancias privadas y públicas del virrey, y los patios
bitante, que no se correspondía con los 20.000 y estancias de la administración virreinal.31 Se
ducados de sueldo al año del cargo y que incluso seguía así el modelo de residencia real habitual
había osado poner sus armas en el guión real. en la monarquía hispánica, de distribución de es-
Por lo visto, el virrey nada más llegar a Nueva tancias en torno a patios.
España había afirmado que “no venía sino por
dinero que honra harta tenía”.26 En 1620 era la Las primeras estaban situadas en el lado
Audiencia la que se quejaba en una carta del vi- norte, abriéndose al patio de los virreyes con su
rrey marqués de Guadalcázar (1612-1621), pues fuente ochavada, rematada por un caballo de
debido a la muerte de la virreina, había hecho
unas obras poco convenientes para evitar pasar
por las alcobas de la fallecida, y que además no
dedicaba las rentas destinadas a los aderezos y
reparos de las Casas Reales a ello.27
En enero 1624 hubo un tumulto en la ciu-
dad durante el gobierno del marqués de Gelves
(1621-1624) debido a un enfrentamiento de
éste con el arzobispo. Como consecuencia las
Casas Reales fueron robadas e incendiadas du-
rante dos días, junto con la cárcel, la sala del Real
Acuerdo, la Capilla Real y el Oratorio, rompiendo
sus imágenes y el retablo, y hasta se quemaron
los papeles del virrey.28 En octubre comenzaba
la reparación del Palacio, pues el nuevo virrey, el
marqués de Cerralbo, debía adecentarlo inme-
diatamente. La ocasión se aprovechó para ree-
dificarlo totalmente, construyendo nuevos ane-
xos y sustituyendo los balcones de madera por
otros de hierro.29 En 1628 fue nombrado obrero
mayor Juan Gómez de Trasmonte, quien realizó
algunas obras importantes, como un nuevo cha-
pitel para el reloj principal o un cuarto para el Fig. 4. Reconstrucción de Milagros Miranda de los planos del Pa-
virrey en la fachada principal con doce balcones. lacio, en Escamilla González, “La corte de los virreyes”, p. 389.

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Lujo textil en la corte novohispana 235

bronce. En la planta baja se situaban la Lonja, co con paisajes desde el suelo hasta la cenefa.

Inmaculada Rodríguez Moya


las salas de la Real Hacienda, la Real Caja, las En él se organizaban los saraos y las represen-
salas de la guardia y las habitaciones de criados. taciones teatrales y contaba con tres balcones
En la planta alta estaban los apartamentos del que daban al jardín este.38 Contiguas al Salón de
virrey y de la virreina y las salas donde tenían Comedias se situaban la Sala del Consulado y la
lugar las recepciones sociales. Fue el duque de de la Chancillería, ésta última estaba adornada
Alburquerque (1653-1660) quien encargó una habitualmente con un baldaquino de terciopelo
serie de reformas a su llegada en 1653 para que carmesí con las armas reales y las columnas del
se tiraran muros y se habilitaran una serie de Plus Ultra bordadas en él con oro y colores.39 La
salas y habitaciones de carácter más palaciego, Galería de Audiencias Públicas estaba situada en
trasladando las dependencias oficiales que ha- el lado norte, orientada hacia el patio interior, si
bían existido en la planta alta. De ello se encargó bien comunicando con el salón de comedias, la
“un maestro romano de gran genio”, Vicencio alcoba del virrey y la llamada Sala Grande.40 En-
Barocio de Escallola.32 El texto de Sariñana nos tre ambas, Galería y Sala, tenían una longitud de
permite además conocer la decoración interior cincuenta varas de largo y siete de ancho. Doce
del Palacio donde los tejidos y lienzos tenían un balcones volados de hierro daban al patio. Al
gran protagonismo, dada la sencillez de la fábri- otro lado del patio se situaba el Oratorio privado
ca del edificio. Todas las piezas de la vivienda de de los virreyes.
los virreyes se dividían en camarines y retretes, El lado sur del palacio estaba dedicado a las
según Sariñana como “pide la sumptuosidad de funciones administrativas y judiciales del gobier-
un Palacio, y necesita la grandeza de Príncipes, no virreinal, en torno a los patios de la Audiencia
que substituyendo la Real persona del Catholico al oeste, dando a la Plaza Mayor, y el patio de los
Rey de España, participan toda su potestad en oficios de Gobierno y Tribunal de Cuentas en el
otro mundo”.33 En el lado norte se desplegaban este. Uniendo ambos patios se encontraba una
las habitaciones privadas del virrey, con un salón escalera, decorada en el descanso del corredor
para Juntas Generales, el comedor, el vestidor, alto con un lienzo de más de cuatro varas pin-
una sala y un dormitorio.34 En la esquina norte tado con el escudo de las armas reales enteras
de la fachada principal se situaba las salas de es- orladas con el Toisón de Oro. La Sala del Real
trado, con balcones que daban a la plaza mayor, Acuerdo era la más ornamentada de este ám-
y entre ellos el de la virreina de doce varas de bito, puesto que era el espacio de la más alta
largo y dos de vuelo, dorado. La sala que daba instancia gubernativa del reino. Tenía treinta
a este balcón grande tenía sus techos decora- varas de largo y diez de ancho, y habitualmen-
dos con lienzos, del resto sabemos que eran de te estaba decorada con una rica colgadura de
madera de cedro.35 También en esta área estaba damasco carmesí, y en su cabecera se situaba
la alcoba y otro aposento de la virreina.36 La de- un baldaquino de brocado encarnado y oro,
coración, el mobiliario y el ajuar dependían de con el escudo real bordado. Bajo el baldaquino
la riqueza de cada virrey, pues como afirmamos se alojaba el retrato del monarca, Carlos II en el
se traían desde España. Sabemos por ejemplo momento en que Sariñana describe el palacio.
que el duque de Alburquerque adornó en 1653 En la pared de la izquierda colgaba una copia
todas las habitaciones “con ricas y costosas col- de Alonso Sánchez Coello del Retrato de Carlos
gaduras que trajo” de España,37 seguramente V en Mühlberg de Tiziano, así como los veinti-
similares a las que contempló Sariñana. Algunos cuatro retratos de los virreyes hasta la fecha de
incluso hacían negocio con los objetos y tejidos 1666, desde Hernán Cortés hasta el virrey mar-
que traían a su llegada, pues lo revendían en qués de Mancera.41 Toda la sala estaba decorada
México, ya que los novohispanos ansiaban imitar con un zócalo de azulejos y en ella se situaba
las modas de la Península y revestir sus casas con una gran tarima cubierta por una alfombra Cai-
tejidos importados. rina (plumas de pato autóctono). Sobre la tarima
Junto a los apartamentos privados, donde descansaba una gran mesa cubierta de damas-
dormía el virrey, en la esquina este, se situaba el co carmesí con cenefa de terciopelo guarnecida
salón de comedias, decorado con pintura al fres- de oro. Bajo el dosel se situaba la silla del virrey,

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del mismo damasco carmesí con flecos de oro, y Miguel González en el Museo de América de
Inmaculada Rodríguez Moya

alrededor de la mesa doce sillas, bordadas con 1689 muestra el interior imaginado del palacio
sedas de colores y las armas de Castilla y León de Moctuzuma, en lo que podría ser conside-
en los espaldares. Este tipo de colgaduras, de rada una vista del Salón del Real Acuerdo y que
damasco carmesí con cenefas y guarniciones de reconstruye la escena de la conquista La visita
oro, seguían las leyes suntuarias establecidas por de Cortés a Moctezuma.44 Sin embargo, como
Felipe III sobre la decoración interior de espacios es lógico, no son los retratos de los virreyes los
de gobierno. que adornan la sala, sino los de los emperadores
aztecas, y no es el escudo español el que presi-
Dando al patio de la Audiencia se encon-
de junto con los dos tronos, si no el escudo de
traba la Real Sala y Estrado de lo Civil, también
la ciudad de México. Contamos asimismo con
con preciosos adornos semejantes a la anterior:
varios lienzos y biombos que nos permiten co-
colgaduras de damasco con franjas doradas, ta-
nocer el primitivo aspecto exterior del palacio,
rima con siete gradas, asientos para los aboga-
en especial el famoso balcón de la virreina, una
dos, mesa y asientos de la Audiencia, forrados
celosía de madera dorada de 16 varas de largo
de terciopelo carmesí de Granada, con franjas
construida durante el gobierno del duque de Es-
doradas. En un extremo estaba situado un reta-
calona. Son la obra anónima Biombo de los vi-
blo y un reloj. Del mismo modo estaban decora-
rreyes del Museo de América de finales del siglo
das las siguientes salas, la de la Real Audiencia
XVII (Fig. 5), y el biombo anónimo Conquista de
o de menor cuantía y la Real Sala del Crimen,
México y ciudad de México de finales del siglo
ambas con vistas a la Plaza Mayor. Ésta última
XVII, seguramente anterior al incendio de 1692,
tenía también un reloj y estaba adornada con un
del Museo Franz Mayer en México, que nos per-
lienzo del Crucificado, flanqueado por otros dos miten hacernos una idea del aspecto exterior del
representando la Justicia y la Misericordia, como edificio.
correspondía a una sala de justicia. Frente a los
estrados se situaba uno de Nuestra Señora de la En 1692 tuvo lugar un tumulto en la ciudad
Concepción bajo un dosel, con el cielo también gobernando el virrey Gaspar de Sandoval, conde
de damasco carmesí de Granada. Sobre el lado de Galve (1688-96), que terminó con el incendio
sur se situaba la Real Armería. Dando pared con de una parte importante del Palacio, que ya es-
pared al Oratorio se encontraban la Sala de Tor- taba en malas condiciones. Empezó el fuego por
mentos y la Real Cárcel de Corte. el balcón grande, el balcón de la virreina, sobre
la puerta principal, por ser de madera. Según Si-
La decoración de las estancias en torno al güenza y Góngora expresa en una carta, gran
patio del Tribunal de Cuentas era más modes- parte del palacio quedó destrozado: parte de los
ta, destacando apenas el Salón de la Guardia de apartamentos de los virreyes, las habitaciones de
los Virreyes, decorado a petición de los solda- la guardia, el vestíbulo, la prisión, la cámara de
dos con lienzos de los milagros del Rosario. En torturas, la Sala del Crimen, la Sala de Menor
ese patio, en el lado del este estaba la Capilla Cuantía, la Escribanía con todos sus papeles, la
Real, de treinta varas de largo y ocho de anchu- Real Sala de la Audiencia con todas sus colgadu-
ra. La capilla fue construida por el obrero mayor ras, libros, papeles y ornamentos, y la armería.
de la Catedral Cristóbal de Miranda entre 1587
y 1589.42 Estaba cubierta por bóvedas vaidas y
contaba con un retablo de orden corintio con un
lienzo representando el martirio de Santa Marga-
rita, realizado por Alonso Vázquez,43 pues se co-
locó reinando Felipe III. También con una tribuna
y un coro alto de balaustres dorados. Adornaban
las paredes doce lienzos de los patriarcas de las
órdenes religiosas de tamaño natural.
No disponemos de ninguna imagen del in- Fig. 5. Anónimo, Biombo de los virreyes, Museo de América,
terior del Palacio, pero un biombo de Juan y de finales del siglo XVII.

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Lujo textil en la corte novohispana 237

Los amotinados continuaron sus destrozos con la Hacienda condicionó que las obras se ciñeran

Inmaculada Rodríguez Moya


el palacio del Ayuntamiento. Algunas cosas se a reparar las partes más dañadas, sobre todo las
salvaron gracias a que se sacaron del Palacio y se estancias de los virreyes y la fachada, y enmen-
llevaron al Arzobispado. Los virreyes se tuvieron dar más tarde la zona más antigua. Esto provocó
que trasladar a habitar a las casas del marqués que en el siglo XVIII fuera esta última zona la
del Valle. que recibiera mayor número de reparaciones.46
Al año siguiente comenzó su reconstrucción En 1696, en la relación que el obispo virrey Juan
a cargo del arquitecto Diego Rodríguez, en com- de Ortega y Montañes (gobernó interinamente
pañía de Juan de Zepeda y Diego del Castillo. sólo durante ese año) hace al final de su breve
Como superintendente de las obras se nombró a mandato da cuenta de lo que se había hecho en
fray Diego Valverde, quien envió las trazas a Ma- el Palacio Real. Así sabemos que la obra avanza-
drid (Fig. 6).45 Sabemos que el jesuita Simón de ba conforme a lo aprobado y que se habían des-
Castro (Boduhradsky era su apellido checo) tam- tinado cien mil pesos de la Real Hacienda a ello.
bién presentó trazas que no se aprobaron. Es la No obstante, el dinero llegaba con dificultad y
famosa estampa de la Vista del Palacio Antiguo faltaba mucho por construir, como por ejemplo,
de los Virreyes de México que fue quemado en la escalera. De tal modo, que en los diez meses
el motín de 8 de junio de 1692, en la que pode- de su virreinato decidió no avanzarla.47 En mar-
mos ver el aspecto de fortaleza que diseñó con zo 1697 el virrey conde de Moctezuma (1696-
cuatro patios, corredores altos y cinco torres, y 1701) regresaba al nuevo Palacio para volver a
por cuyo título Lucas Alamán confundió con una habitar en él, sin embargo el edificio aún no es-
imagen del antiguo palacio (Fig. 7). Pero la falta taba terminado.48 Las inscripciones que existían
de recursos y la negativa a recurrir al dinero de en la fachada nos indican cuando terminaron las
obras, pues la puerta del centro se terminó en
reinado de Carlos II y la de la Audiencia en el de
Felipe V. Además del óvalo con estas inscripción
sostenidas por dos leones, decoraban las puertas
un par de escudos reales entre las columnas de
Hércules. En el pretil de cada puerta además ha-
bía grandes escudos de España tallados como si
fueran reposteros barrocos.49
Un lienzo de Cristóbal de Villalpando de fi-
nales del siglo XVII en Corsham Court, Bath, que
Fig. 6. Fray Diego Valverde, Plano del Palacio de los Virreyes, perteneció al conde de Galve (Fig. 8), muestra
1694, AGI, MP-México, 571. el estado del palacio durante su reconstrucción,

Fig. 7. Simón de Castro, Vista del Palacio Antiguo de los Vi- Fig. 8. Cristóbal de Villalpando, Plaza Mayor de México, finales
rreyes de México que fue quemado en el motín de 8 de junio del siglo XVII, Corsham Court, Bath.
de 1692.

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si bien algunos autores lo datan a principios del llerizas y cocheras, y las cárceles. Las estancias
Inmaculada Rodríguez Moya

XVIII, hacia 1702-1704, algo más acorde en mi de los virreyes estaban en el patio principal, en
opinión con las noticias que tenemos de que ha- la crujía que daba a la Plaza Mayor y en la plan-
cia 1697 los apartamentos del virrey ya estaban ta alta, con una antesala, un cuarto de estrado
reconstruidos y hacia 1709 todavía no se habían de guardia, la sala de estrado principal, una se-
reconstruido el ala oeste y el ala sur. De hecho, gunda sala de estrado, el Oratorio con puertas
las obras estaban obligando a demoler algunas a ambos corredores y una sacristía, y la sala de
partes antiguas que por filtraciones e inestabili- labor. La Sala del Real Acuerdo se trasladó junto
dad amenazaban ruina, además de dificultar la a las viviendas de los virreyes dando a la plaza
reconstrucción. Mayor, con una pieza secreta que daba entra-
En 1709 se levantó un nuevo plano del Pa- da a la tribuna para la virreina en la capilla real.
lacio por los maestros Antonio Mexía, Diego de La Sala del Consulado, la Sala de la Cancillería,
los Santos y Marcos Antonio Sobrarías donde recámara y aposento, aposentos del Gentilhom-
se hacía relación de lo que faltaba por hacer, bre de cámara, Salón de Juntas y antesalas, un
según los planos levantados por Valverde (Fig. mirador, la Sala de la Real Audiencia y la Sala
9 a y b). Fundamentalmente se trataba de las de Menor Cuantía, se situaban en el lado este y
viviendas de criados, las estancias de las caba- en torno a los patios administrativos. Un detalle
del Plano de Arrieta de la ciudad de México de
1737 nos permite ver el nuevo palacio virreinal,
ya con la nueva casa de la Moneda y la cárcel
construidas en la esquina noroeste para que los
virreyes no corrieran riesgos por la cercanía a las
salas de torturas y cárceles. Otras imágenes de
mediados del siglo nos ofrecen representaciones
del palacio dieciochesco y de las galerías de los
patios interiores. Hacia finales de 1745 las obras
del palacio estaban prácticamente concluidas,
incluyendo la parte vieja.
El siglo XVIII supuso un cambio en la política
de elección de los virreyes, que de ser nobles y
hasta Grandes, pasaron a ser militares o perte-
necientes a cargos intermedios de la administra-
ción. Además después del duque de Alburquer-
que no hubo virreinas durante varios mandatos
y la vida cortesana se redujo. Esto tuvo como
consecuencia la reducción de su séquito y del
fasto que los rodeaba. De hecho, los fondos
destinados a las reparaciones del palacio decre-
cieron considerablemente. Como resultado, a
finales del siglo XVIII el estado del Palacio ya era
otra vez lamentable, a cada salida de un virrey
desaparecían hasta las vidrieras, puertas y otros
adornos. Las habitaciones de los virreyes resul-
taban insuficientes y mal acondicionadas, de
modo que tanto el virrey marqués de las Ama-
rillas como el marqués de Cruillas tuvieron que
hacer algunas obras para ampliar salas y despa-
chos. Francisco Sedano en Noticias de México in-
Fig. 9. Planos del palacio de los virreyes, 1709, AGI, MP-Mé- formaba de que incluso había dentro del Palacio,
xico, 105. en el cuerpo de guardia, un juego de naipes y

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Lujo textil en la corte novohispana 239

un secreto chiringuito de aguardiente.50 Algunas de Valencia, además de diez pantallas de lamas

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puertas se quedaban abiertas por la noche, cosa y cuatro sobrepuertas con pinturas de capricho.
que aprovechaban los sin hogar para dormir en Iluminaba la estancia una lámpara de cristal.
los corredores del Palacio. Contigua al despacho del virrey había otra sala
Para poner freno a estos saqueos en 1784 de recibir, toda forrada en sus paredes también
la corona ordenó que a la salida de cada virrey con cuarenta paños de damasco carmesí, ade-
el Real Tribunal de Cuentas y el Tesorero Real hi- más de cinco sobrepuertas, dos espejos con sus
cieran entrega de un inventario y custodiaran el mesas, cortinas, pantallas de cristal, una lámpara
palacio para que el expolio no se produjera más. de cristal, una alfombra turca y dos bastidores de
La orden se encuentra en un expediente del 27 cedro. El mobiliario era muy numeroso, de modo
de agosto de 1784 conservado en el AGN de que debía ser una sala donde celebrar juntas con
México, en el que además se precisan más da- gran asistencia de gente, posiblemente por tan-
tos acerca de las reformas que se debían realizar to la Sala de Juntas: veinticuatro taburetes con
periódicamente en el interior del Palacio Real. El espaldar y asiento de damasco carmesí, otros
expediente resulta en mi opinión de gran inte- doce iguales sin espaldar, un canapé de caoba
rés porque enumera los gastos realizados por el con colchón y cojines de damasco carmesí y la
virrey don Matías de Gálvez (1783-1784) para silla del virrey, forrada de terciopelo del mismo
reparar el palacio y en especial la Sala de Justicia color de Italia.
y Juntas. En total el virrey se había gastado ocho Los espacios religiosos del palacio tenían una
mil quinientos nueve pesos para poder habitar decoración más modesta, y así sabemos que el
el palacio decentemente y se los reclamaba a su sitial del virrey en la iglesia del palacio estaba fo-
hermano el ministro José de Gálvez. Además se rrado de terciopelo carmesí y contaba con dos
hacía inventario de las diferentes salas, lo que cojines. Para los que acompañaban al virrey en
nos permite conocer cuáles eran los principales la misa bastaba un viejo banco forrado de tafe-
espacios de recepción del Palacio Virreinal en el tán. La llamada Sala del Oratorio sin embargo
siglo XVIII, los únicos que se reforman. Según el estaba un poco más cuidada. Contaba con ele-
expediente la reparación de ventanas y vidrios mentos decorativos como un cielo raso decora-
en casi todas las salas fue general.51 Las princi- do con flores, dos espejos, seis pantallas, treinta
pales salas de recepción y por tanto las que se lienzos tapizados, seis sobrepuertas de pintura
redecoraron fueron una Antesala junto a la de de capricho, además de diversos muebles, como
los Alabarderos, la Sala del Dosel, la Sala del Ora- dieciocho taburetes de caoba, dos rinconeras de
torio, el cuarto del Torreón, una sala de recibir cedro, dos mesas doradas con pie de garra, una
del virrey contigua a su despacho, el Comedor y silla poltrona de brazos forrada de damasco car-
el cuarto en que asistía el mayordomo. mesí y una lámpara de cristal. Adornaba la Sala
En general, las salas de menor importancia del Oratorio una única imagen, la de la virgen de
se decoraban con mamparas pintadas, como Guadalupe pintada sobre un lienzo de enrollar.
era el caso de la antesala junto a la Sala de los Por otra parte, el Oratorio en sí presentaba una
Alabarderos, despensa, cuarto del mayordomo, decoración basada en tejidos ricos de color ver-
etcétera. Sin duda, una forma barata y bastante de: un gran lienzo de veintisiete varas de damas-
provisional. La Sala del Dosel, es decir, segura- co de dicho color recorría sus paredes, además
mente en referencia a la Sala del Real Acuerdo, de un banco y un cajón de ornamentos pintados
contaba con el mejor mobiliario: el sillón de no- en verde. Un confesionario de madera de cedro,
gal del virrey, forrado de terciopelo carmesí, más un sillón de nogal forrado de terciopelo y su co-
veinticuatro sillas forradas de damasco carmesí, jín y un lienzo de la Guadalupana completaban
dos espejos de marcos dorados, cuatro mesas su mobiliario.
grandes y el dosel de terciopelo carmesí de Italia El comedor privado del virrey presentaba una
de tres pelos, bajo el que el que se situaba el decoración de tejidos en color amarillo: un cie-
retrato de Carlos III. Las paredes estaban reves- lo raso con espinas pintadas en amarillo, trece
tidas con veinticinco paños de damasco carmesí lienzos de damasco amarillo formando cuatro

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grandes cortinas, doce taburetes con asientos apartamentos del virrey, la decoración al fresco
Inmaculada Rodríguez Moya

de damasco amarillo, y dos espejos con sus res- de los cielos rasos y la utilización de numerosas
pectivas mesas doradas. mamparas de lienzo para separar espacios.54 Es
decir, se trató de adecentar los muros con deco-
Este detallado inventario nos permite com-
raciones de gusto afrancesado, imitando el de
probar cómo, a pesar de la importante produc-
la corte borbónica, pero en realidad disfrazando
ción de tejidos de seda de diferentes tipos en
las viejas estructuras. El ingeniero Mascaró tam-
la Nueva España, las paredes del palacio y el
bién participó en el remozamientos de patios y
mobiliario seguían forrándose de tejido de da-
estancias de todo el Palacio. La Capilla Real fue
masco, así como los sitiales del virrey y el dosel
repintada al fresco y los cielos rasos al temple,
en terciopelo. Es decir, las leyes suntuarias al res-
la tribuna y cancel al óleo y se enladrilló el piso.
pecto de los tejidos que los funcionarios de alto
Se construyó además un retablo neoclásico por
rango podían utilizar en sus residencias seguían
el pintor Francisco Clapera con una imagen de
estando a la orden del día. Además, todos es- la Concepción.55 En el jardín de construyó una
tos tejidos seguían importándose desde Europa, fuente nueva con una figura de la Fama dise-
principalmente como hemos visto los terciopelos ñada por Manuel Agustín Mascaró, un portal
desde Italia y los damascos desde la península, de mampostería y un cenador pintado al óleo.
en concreto Valencia, centro productor sedero También la fachada principal fue reparada y se
por excelencia durante el siglo XVIII. construyeron cinco garitas, diseñadas por el in-
Su sucesor, el virrey Bernardo de Gálvez hizo geniero Miguel de Constanzó. Una Vista de la
lo propio al llegar a México, es decir, gastar más Plaza Mayor de México de 1792 (AGI) (Fig. 10)
de diecisiete mil pesos en acondicionar sus ha- nos permite ver cómo quedó el palacio tras la
bitaciones. A su muerte, el inventario realizado reforma. Revillagigedo además mandó cambiar
para entregar los muebles a la Real Hacienda el mercado a la plaza del Volador.
permite comprobar que había redecorado el Artemio del Valle-Arizpe ofreció numerosos
palacio con un gusto más neoclásico y muebles datos de los gastos que los sucesivos virreyes
de mayor calidad.52 El juicio de residencia del vi- hicieron en la mejora del palacio. Según él un
rrey Juan Vicente de Güemes Pachecho y Padilla, expediente encargado por el propio II Revilla-
segundo conde de Revillagigedo, revela que en gigedo en 1792 al Tribunal de Cuentas recogió
su toma de posesión en 1789 el palacio estaba todo lo gastado en el palacio desde el incendio
de nuevo en la ruina y que el virrey se dedicó a de 1692, pues lo anterior lógicamente se habría
reformarlo. Así por ejemplo, el patio de la fuen- perdido. Justificaba así Revillagigedo sus propios
te ochavada servía para lavar los coches de los gastos en la reparación del mismo. Así destaca
particulares, las habitaciones de la planta baja se los 34.000 castellanos que costó aproximada-
alquilaban como bodega para los comerciantes mente la compra de las casas a Diego Cortés,
de la Plaza Mayor. Las salas de la Audiencia y
Real Acuerdo estaban muy deterioradas, y los in-
formes que describían el estado del Palacio ofre-
cían una imagen de lo más deplorable de su uso
y de su limpieza. Revillagigedo se destacó como
virrey precisamente por las importantes reformas
urbanísticas y arquitectónicas en la ciudad. Fran-
cisco Antonio Guerrero y Torres, maestro mayor
de Obras Públicas, realizó una inspección en la
que confirmó el deteriorado interior del palacio,
especialmente en los bloques de la Audiencia y
el Tribunal de Cuentas, pero también las habita-
ciones del virrey.53 Básicamente la reforma fue
la colocación de puertas con vidrieras, el tapi- Fig. 10. Miguel de Constanzó, Vista de la Plaza Mayor de Mé-
zado con papel pintado de las estancias de los xico, 1792, AGI, MP-México, 446.

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los 50.000 maravedís anuales que Felipe II había mero con que se construían los adornos, lo ha-

Inmaculada Rodríguez Moya


asignado para su mejora, los 195.644 pesos que bitual fue recurrir a tejidos ricos para contribuir a
se gastó el conde de Galve tras el incendio, y trasladar la imagen de una corte rica y suntuosa.
especialmente los gastos de los virreyes de más Esto permitía que los novohispanos integraran
rancio abolengo: el duque de Alburquerque, el en su identidad varios elementos fundamentales
duque de Linares y el conde Fuenclara. A par- en torno a su pertenencia al virreinato hispano.
tir precisamente del I conde de Revillagigedo En primer lugar, la lealtad hacia el monarca a tra-
los gastos se moderaron considerablemente, vés del reconocimiento físico del nuevo rey y la
mientras que no constan lógicamente los del se- jura de su retrato, en torno al cual se construía
gundo conde del mismo nombre, pero se sabe toda la parafernalia y giraban todos los rituales.
que había gastado poco más de doscientos mil En segundo lugar, la preeminencia del virrey, que
pesos. Destacan también los gastos periódicos como representante del nuevo rey concentraba
de la Audiencia Gobernadora, encargada de re- el mayor lujo en torno a su persona. En tercer
parar el palacio para recibir a los nuevos virreyes. lugar, el ámbito privilegiado de la administración
En 1788 y después de lo sucedido con Matías de la corona, es decir, de la Audiencia, del Ca-
de Gálvez, Carlos III había ordenado que a ex- bildo de la ciudad, el Cabildo arzobispal, los tri-
cepción del Salón de Juntas, “los virreyes han bunales, universidades, etcétera, que ocupaban
de vestir y adornar a su gusto y a su costa las los lugares más destacados en los tablados y en
piezas que ocupen, de modo que no se cargue las cabalgatas, y que se confeccionaban nuevas
a la Real Hacienda otro gasto que el que en las vestimentas para la ocasión. En último lugar, la
entradas de los virreyes”.56 Durante los últimos participación de toda la población, que con sus
años del virreinato los virreyes siguieron realizan- danzas, mascaradas, corridas de toros y festejos
do pequeñas obras de renovación de sus vivien- se travestían durante unos días.
das para acondicionarlas a cada nueva asunción Comenzando por los tablados y adornos de
del poder, arreglando vidrieras y tapicerías. No los edificios de las principales plazas, éstos se
obstante, al iniciarse el siglo XIX el palacio esta- construían con estructuras de madera y se cu-
ba de nuevo deteriorado y sucio. brían con tapices y ricos tejidos, que en muchas
ocasiones simulaban estructuras arquitectónicas
La jura del Rey: tablados de tafetán o lujosos pabellones que alojaban el retrato y a
las autoridades. Por ejemplo, en 1599 para la
Como anuncié al comienzo del texto, un
jura de Felipe III el tablado se cubrió en su so-
segundo ámbito de ostentación en la corte vi-
lada y escaleras de acceso con grandes y ricas
rreinal novohispana era el tiempo y el lugar de
alfombras moriscas, mientras toda la caída del
la fiesta. No es el propósito de este estudio ana-
tablado hasta el suelo se recubrió con doseles
lizar el papel de los textiles en toda la extensión
de terciopelo y damasco carmesí de Castilla.59 La
de la fiesta barroca novohispana, pero dado que
riqueza de los tejidos empleados en los festejos
parcialmente traté el tema en un estudio previo,
continuó hasta el siglo XVIII, y así para la jura
quisiera poner de relevancia la importancia de
de Felipe V en abril de 1701 el tablado principal
éstos en una fiesta en concreto: la proclamación
junto al Palacio, contaba con una cubierta soste-
regia.57 Las ceremonias de juras de los monarcas
nida por seis columnas salomónicas, formando
hispanos en el virreinato novohispano han sido
cinco arcos en el frente y dos por el costado. Las
estudiadas desde perspectivas muy completas al
columnas se forraron de tafetán, mientras que
respecto de su ceremonial, arquitectura e icono-
una vestidura con brocados representando tam-
grafía.58 Junto con las entradas virreinales y las
bién este orden columnario y un entablamento
exequias regias, constituía uno de los rituales de recorría todo el perímetro. El cielo de la estructu-
mayor importancia como acto de adhesión a la ra era de terciopelo carmesí sobre fondo blanco
corona española. con leones de oro bordados. Además, el tablado
Todo el acto giraba en torno a los tres espa- contaba con esculturas y un dosel donde se co-
cios, las tres plazas, donde tenían lugar las pro- locó una máquina formando dos orbes corona-
clamaciones protocolarias. Dado el carácter efí- dos y un águila, que se abría al finalizar el jura-

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mento. En total, el tablado costó 1.091 pesos de azul turquesa, guarnecida de galones de oro de
Inmaculada Rodríguez Moya

los 6.495 que costó la fiesta al completo.60 Milán, con tableros de pinturas y ruedas de azul
El 27 de diciembre de 1789 se proclamó en y oro, y tirado por seis caballos. Tras él iba otra
México a Carlos IV. En los meses previos el Maes- carroza de respeto forrada de terciopelo carmesí
tro Mayor de Arquitectura, Ignacio Castera, pre- y tallada y dorada por fuera.64
sentó al Cabildo varios proyectos de tablados También los edificios circundantes, como los
y otros adornos para la jura.61 Planteaba varios corredores, paredes, columnas y ventanas del
proyectos de tablados, arcos y esculturas ecues- edificio del Cabildo se adornaban con doseles
tres muy ambiciosos, que fueron analizados por y colgaduras de damasco, terciopelo o brocado.
Guillermo Tovar de Teresa y la que suscribe.62 Un rico dosel en la ventana o balcón principal
Debido a la premura del tiempo y al endeuda- alojaba el retrato, que debía ser vigilado tras la
miento del Cabildo nada se pudo construir y jura por el Alférez y los reyes de armas. La Ca-
finalmente, además del tablado con los retra- tedral se adornaba en su exterior, por torres y
tos,63 un gran lienzo fingiendo una arquitectura cúpula, con gallardetes y banderolas de tafetán,
neoclásica con un programa iconográfico cubrió mientras su interior se revestía de ricas colgadu-
toda la fachada. Fue reproducido en un grabado ras de damasco y terciopelos. Pero igualmente lo
por José Joaquín Fabregat en 1789 (Instituto de hacían las casas de la nobleza asentada en torno
Investigaciones Estéticas, UNAM, México) (Fig. a la Plaza Mayor y sus calles circundantes. El gas-
11). El tablado y la perspectiva costaron 10.778 to más elevado en este sentido es el del adorno
pesos de un total de 108.571 a que ascendieron de las Casas Capitulares para la jura de Carlos
todas las fiestas. IV, que ascendió a nada menos que 31.430 pe-
El tablado solía alojar, como hemos visto, un sos, de los más de cien mil que hemos visto que
dosel en el que además del retrato del nuevo rey costó.
se situaba el asiento del virrey, forrado de tela
Los participantes en la cabalgata que debía
de oro, y los asientos de la Audiencia, forrados
conducir el Pendón Real, portado por el Alférez
de terciopelo carmesí, generalmente importado
Mayor, lucía también nuevas indumentarias para
desde Castilla durante los siglos XVI y XVII. Para
la ocasión. Por ejemplo, sabemos que en la jura
la jura de 1701 los asientos de la Audiencia as-
de Felipe III el Alférez vistió de oro, subido a un
cendían a treinta y estaban rodeados, junto con
caballo, todo también cubierto de tela de oro.
el del virrey, de sendos biombos de rodaestrado
Los participantes lucieron su indumentaria de
con incrustaciones de nácar, señalando visual-
gala, portando sus cadenas de oro, broches en
mente aún más su preeminencia. También el ca-
gorros y capas, espadas, y enjaezaron ricamen-
rruaje del virrey contribuía a demostrar la rique-
te sus caballos. La relación festiva compuesta
za. Así por ejemplo, para la jura de Luis I en 1724
el virrey se trasladó a la Catedral para asistir al Te por Gabriel de Mendieta para la proclamación
deum en una carroza con el fondo de terciopelo de Felipe V nos permite saber qué tipo de te-
jidos eran los empleados durante el siglo XVIII
por los participantes en las cabalgatas65: tejido
de lama roja de Nápoles y damasco carmesí de
Italia para el Pendón real, terciopelo y tafetán
carmesí, además de raso de Valencia para la
indumentaria de los reyes de armas, botones y
encajes negros para sus mangas, corbatas y en-
cajes finos de Puebla, rasos de seda de la China
para los calzones de clarineros y atabaleros, y
por supuesto, zapatos y sombreros nuevos. En
total, la indumentaria de los participantes en la
cabalgata ascendió a 4.573 pesos de los más de
Fig. 11. José Joaquín Fabregat, Fachada Casas Capitulares para
la Jura de Carlos IV, 1789, Instituto de Investigaciones Estéti- seis mil que hemos visto que costó toda la fiesta.
cas, UNAM, México. Prácticamente el setenta por cien del gasto sólo

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 229-245


Lujo textil en la corte novohispana 243

en los vestidos. La relación de Mendieta es muy ten comprobar la importancia que los tejidos,

Inmaculada Rodríguez Moya


prolija en la descripción de estos vestidos, en los alfombras, tapices, banderolas, bordados, enca-
tejidos empleados, en los bordados y encajes, en jes, sombreros, etcétera, adquirían en las juras
las joyas e insignias que portaban, así como sus reales. Junto con las arquitecturas efímeras y la
caballos, de lo cual se infiere, que además del riqueza de jeroglíficos y pinturas, eran los lujo-
acto de adhesión, la narración pretendía tras- sos tejidos los que trasladaban la idea de una
ladar a la posteridad la riqueza de la población ciudad rica. Ello, sumado a la presencia de un
novohispana, la idea de una corte llena de lujo Palacio Real revestido en su interior de damascos
que se aprestaba a jurar a su rey. y terciopelos, con bordados dorados y con lujo-
Como hemos visto, las cuentas de gastos de sos muebles y decoraciones, como nos trasladan
las juras reales que conserva el Archivo Históri- la documentación y las relaciones festivas, nos
co del D.F. de México, así como las relaciones permite acercarnos a la suntuosidad que la corte
festivas conservadas que describen al detalle las virreinal novohispana tuvo una vez, o al menos,
indumentarias de los participantes, nos permi- en algunas ocasiones.

NOTAS 9
Archivo Histórico del Distrito Fe- del virrey Conde de Galve en México,
deral (en adelante AHDF), Acta del Ca- alegorizada en Paris (1688)”, Revista
1
P. Gonzalbo Aizpuru, “De la bildo de 5 de mayo de 1571. de Humanidades: Tecnológico de Mon-
penuria y el lujo en la Nueva España.
10
Hanke, México. Los virreyes es- terrey, nº 16, 2004, pp. 15-48.
Siglos XVI-XVII”, Revista de Indias, nº pañoles, vol. IV, p. 31. 17
I. Escamilla González, “La corte
206, 1996, p. 50. 11
L. Lavín, G. Balassa, Museo del de los virreyes”, en Historia de la vida
2 Sobre las cortes virreinales en Traje Mexicano. Vol. III. El siglo del Ba- cotidiana en México. La ciudad barro-
general y el papel del virrey y de su rroco novohispano, Clío, México, 2001, ca, (Pilar Gozalbo Aizpuru dir.), vol. II,
Casa en ellas véanse los trabajos de p. 192. p. 372.
C. Büsches, “La corte virreinal en la 12
Sobre los virreyes de la Nueva
18
M. J. Schreffler, “No Lord with-
América hispánica durante la época España véase L. Hanke, Los virreyes out vassals, nor vassals without a
colonial”, en Dos Santos, E. (ed.), Actas españoles en América durante el go- Lord: The Royal Palace and the shape
do XII Congreso Internacional de Ahila, bierno de la Casa de Austria: México, of kingly power in Viceregal Mexico
vol. II., Porto, 2001, pp. 131-150, y so- Atlas, Madrid, 1977; V. Mínguez, Los City”, Oxford Art Journal, 27, 2, 2004,
bre todo M. Rivero Rodríguez, La edad reyes distantes: imágenes del poder en p. 159. Sobre la importancia de los
de oro de los virreyes. El virreinato en la el México colonial, Publicacions de la textiles en la decoración interior de los
Monarquía Hispáncia durante los siglos Universitat Jaume I, Castellón, 1995; I. palacios reales así como en la indumen-
XVI y XVII, Akal, Madrid, 2011. Rodríguez Moya, La mirada del virrey. taria regia en la monarquía hispánica el
3
J. Sempere y Guarinos, Historia Iconografía del poder en la Nueva Es- referente son los trabajos de Pilar Be-
del lujo y de las leyes suntuarias en paña, Universitat Jaume I, Castellón, nito, como por ejemplo “Los textiles y
España, Edicions Alfons el Magnánim, 2003 y J. Chiva Beltrán, El triunfo del el mobiliario en el Palacio Real de Ma-
Valencia, 2000, pp. 224-225. virrey. Glorias novohispanas: origen, drid”, Reales Sitios, nº 109, 1991, pp.
49-60; “Reales fábricas españolas de
4
Archivo General de Indias (en ade- apogeo y ocaso de la entrada virreinal,
tejidos de seda”, en S. Torreguita, Jor-
lante AGI), Indiferente, 418, L.1,F.52V. Univesitat Jaume I, Castellón.
nadas sobre Reales Fábricas, 2004, pp.
5
AGI, Indiferente, 418,L.2,F.87V- 13
Recopilación de las Leyes de In-
365-372; “Tejidos y bordados se seda
89V. dias, Libro III, Título III.
para la Corona española en tiempos de
6
AGI, Indiferente,418,L.2,F.168V- 14
Hanke, México. Los virreyes es- Felipe V”, en M. Morán, El arte en la
169R. pañoles, vol. II, p. 271. corte de Felipe V, 2002, pp. 385-396;
7
Sempere y Guarinos, Historia del 15
J. Farré Vidal, “Fiesta y poder en “Vestidos de seda: la otra imagen del
lujo, p. 248-249. el Viaje del virrey marqués de Villena poder”, en V. Mínguez (ed.), Las artes
8
L. Hanke, México. Los virreyes (México, 1640), Revista de Literatura, y la arquitectura del poder, Universitat
españoles en América durante el go- vol. LXXIII, nº 145, 2011, pp. 199-218. Jaume I, Castellón, 2012, pp. 297-322.
bierno de la casa de Austria, Biblioteca 16
J. Farré Vidal, “ ‘Sombras ofre- 19
A. de Valle-Arizpe, El Palacio
de Autores Españoles, Madrid, 1978, cen las selvas para el descanso y sole- Nacional. Monografía histórica y anec-
vol. I, p. 182. dades para el pensamiento’: La entrada dótica, Cía, Gral de Ediciones, 1952,

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244 Lujo textil en la corte novohispana

México, p. 23. Sobre el palacio véase 60 Aposento del retrete del Virrey, 62 52
Castro, Palacio Nacional de Mé-
Inmaculada Rodríguez Moya

también Efraín Castro Morales, Palacio Aposento del guardarropa, 63 Alcoba xico, p. 148.
Nacional de México: historia de su ar- donde cena el virrey, 64 Dormitorio del 53
AGI, México, 1532. Marco Dor-
quitectura, Museo Mexicano, México, Virrey. ta, “El Palacio de los Virreyes a fines del
2003. 35
Castro, Palacio Nacional de Mé- siglo XVII”, Archivo Español de Arte y
20
Castro, Palacio Nacional de Mé- xico, p. 78. Arqueología, nº XXXI.
xico, p. 35. Antonio Rubial, “El Real Pa- 36
51 Salas principales de Estrado, 54
AGN, Ramo obras públicas, vol.
lacio de los Virreyes de Nueva España: 52 Pasadizo, 53 Alcoba de la virreina, 9 y 13. De la Maza, 1953, pp. 23-25.
sus espacios y funciones”, en Tesoros 54 Vestidor de la Virreina. 55
Castro, Palacio Nacional de Mé-
de los Palacio Reales de España. Una 37
Escamilla González, “La corte de xico, p. 151.
historia compartida, Catalogo de la Ex- los virreyes”, p. 388. 56
Gastos de los virreyes según el
posición organizada por la Presidencia 38
65 Salón de Comedias. expediente que recoge Ramos-Arizpe:
de la República Mexicana, Patrimonio
39
68 Sala del Consulado, 69 Sala 34.000 castellanos por la compra;
Nacional, Sociedad Estatal de Acción
de la Cancillería. 50.000 maravedís anuales le asignó
Cultural, Chapa Ediciones, México,
Felipe II para sus mejoras; conde Gál-
2011, p. 209.
40
61 Salón Galería de las Au-
vez: 195.644,49 pesos; Juan Ortega
diencias Públicas, 58 Antesala, 55 Sala
21
G. Kubler, “Architects and buil- Montañez: no figura; conde de Moc-
Grande, 57 Salón de Juntas Generales
ders in Mexico: 1521-1550” Journal of tezuma: 2.800; Ortega Montañez,
y Acuerdos de hacienda.
the Warburg and Courtlaud Institute, 7 en la segunda: no figura; duque de
(1944), p. 8.
41
Véase: Inmaculada Rodríguez
Alburquerque: 78.612,14; duque de
Moya, La mirada del virrey. Iconografía
22
Castro, Palacio Nacional de Mé- Linares: 68.591,49; marqués de Vale-
del poder en la Nueva España, Universi-
xico, p. 50. ro: 10.141,40; marqués de Casafuerte:
tat Jaume I, Castellón, 2005.
23
AGI, México, 23, N.85. 38.216,26; Vizarrón: 45.923,46; du-
42
AGI, Contaduría Real, 691. que de la Conquista: 16.000; Audien-
24
AGI, México, 25, N.27 y Méxi- 43
AGI, Contaduría Real, 709. So- cia Gobernadora: 24.079,76; conde
co, 24, N. 63. A menudo las noticias
bre el pintor Alonso Vázquez véase: de Fuenclara: 99.551,37; conde de
son por la falta de abastecimiento de
Juan Miguel Serrera, Alonso Vázquez Revillagigedo: 40.524,20; marqués
armas en las Casas Reales, que desapa-
en México, Instituto Nacional de Bellas de las Amarillas: 33.721,70; Audien-
recen con el cambio del virrey. Debían
Artes, México, 1991. cia gobernadora: 1.200; Gagigal de
de estar formadas por 1000 arcabuces
44
Sobre los biombos enconchados la Vega: no consta; marqués de Crui-
y 500 mosquetes. La documentación
véase Elisa Vargaslugo, “La pintura de llas: 27.721,56; marqués de Croix:
también denuncia hurtos de dinero en
enconchados”, en México en el mun- 12.672,67; Bucareli: 15.910,36; Au-
las Casas Reales.
do de las colecciones de arte, vol. 3, diencia Gobernadora: 1.790; Mayorga:
25
AGI, México, 44, N.62.
UCOL, 1994, pp. 119-123; Concepción 11.999,36; Matías de Galvez: 1.586;
Hanke, México. Los virreyes es-
26
García Sáiz, La pintura colonial en el Audiencia Gobernadora: 3.647; Con-
pañoles, vol. II., p. 67. Museo de América: los enconchados, de de Gálvez: 17.914,16; Audiencia
27
Carta de de la Audiencia de Mé- Ministerio de Cultura, 1980. Gobernadora: 2.006; Haro y Peralta:
xico a S.M. del 10 de enero de 1620, 45
Valle-Arizpe, El Palacio Nacional, 6.950; Florez: 10.502.36.
AGI, México, 74. p. 90. Marco Dorta, “El Palacio de los 57
I. Rodríguez Moya, “Las juras de
28
Informe del estado en que el Virreyes a fines del siglo XVII”, Archi- los últimos borbones en la Nueva Es-
marqués de Gelves halló los reinos de vo Español de Arte y Arqueología, nº paña. Arquitecturas efímeras, suntuo-
Nueva España, Hanke, México. Los vi- XXXI. sidad y gasto”, en C. López Calderón,
rreyes españoles, vol. III, p. 135. 46
Rubial, “El Real Palacio de los Vi- Mª Ángeles Fernández Valle, I. Rodrí-
29
Castro, Palacio Nacional de Mé- rreyes de Nueva España”, p. 216. guez Moya (eds.), Barroco iberoame-
xico, p. 63. ricano: Identidades culturales de un
47
Hanke, México. Los virreyes es-
Imperio, Andavira editores, Santiago de
Hanke, México. Los virreyes es-
30
pañoles, vol. V, pp. 175-176.
Compostela, 2013, vol. II, pp. 57-86.
pañoles, vol. IV, p. 19. 48
Francisco de la Maza, La ciudad 58
Los trabajos más importantes
31
Reproducidos en Escamilla Gon- de México en el siglo XVII, FCE, México,
son los de J. M. Morales Folguera, Cul-
zález, “La corte de los virreyes”, p. 286. 1968, p. 63.
tura simbólica y arte efímero en la Nue-
32
Castro, Palacio Nacional de Mé- 49
Valle-Arizpe, El Palacio Nacional, va España, Junta de Andalucía, Sevilla,
xico, p. 73. p. 92. 1991; y V. Mínguez, Los reyes distan-
33
I. Sariñana y Cuenca, Llanto del 50
Cfr. Valle-Arizpe, El Palacio Na- tes, Diputación de Castellón, Universi-
Occidente, p. 12(v). cional, p. 110. tat Jaume I, Castellón, 1995. Asimismo
34
Los números corresponden a los 51
Archivo General de la Nación, las fiestas en los virreinatos americanos
planos de la arquitecta Miranda: 57 Sa- México, “Toca al expediente de obras han sido estudiadas de forma global y
lón de Juntas Generales, 59 Comedor, del Real Palacio”, 1784. con un importante aporte iconográfico

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Lujo textil en la corte novohispana 245

por V. Mínguez, I. Rodríguez, P. Gonzá- 62


G. Tovar de Teresa, “Arquitec- 65
Relación de los actos y fiestas

Inmaculada Rodríguez Moya


lez, J. Chiva, La fiesta barroca. Los vi- tura efímera y fiestas reales: la jura de celebrados en la ciudad de Méjico con
rreinatos americanos, 1560-1808, Uni- Carlos IV en la ciudad de México en motivo de la proclamación de Felipe V.
versitat Jaume I, Universidad de Las Pal- 1789”, Artes de México, nueva época, ‘Escribiala D. Gabriel de Mendieta Re-
mas de Gran Canaria, Castellón, 2012. nº 1 (1988), pp. 42-55; I. Rodríguez vollo, Hijo de esta Ciudad Imperial de
59
Historia, Juras y Funerales de Moya, “Las juras borbónicas en la Nue- Mexico, y Escribano Mayor de su Ayun-
reyes, expediente 1, folios 1-4. AHDF. va España”. tamiento.’ Imp. México. Juan Joseph
60
Historia, Juras y Funerales de
63
Historia, Juras y Funerales de Guillena Carrascoso, 1707.
reyes, expediente 2, folios 1-48. AHDF. reyes, expediente 13, folios 158-192.
61
Historia, Juras y Funerales de AHDF.
reyes, expediente 21, folios 193-206,
64
Historia, Juras y Funerales de re-
AHDF. yes, expediente 4, folios 57-102. AHDF.

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CON LA VERDAD POR DELANTE.
APUNTES SOBRE LA VEROSIMILITUD DE LA IMAGEN
Data recepción: 2014/05/13 Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde
Data aceptación: 2015/07/03 Universidad del País Vasco/Euskal Herriko
Contacto autores: santos.zunzunegui@gmail.com; Unibertsitatea
ima.zumalde@gmail.com

RESUMEN
Este artículo reflexiona, con los principios de la semiótica estructural en la mano, acerca de las bases epistemo-
lógicas en las que se funda el escurridizo concepto de verdad. Para ello sopesa detenidamente las nociones de
mundo natural e ilusión referencial, y se esfuerza por situar en su debido lugar la dimensión constatativa de la
imagen fotoquímica. Todo este esfuerzo teórico dirige sus armas a esclarecer que el formato discursivo conocido
como documental se singulariza precisamente por Hacer Parecer Verdadero lo que muestra, o si se prefiere, por
movilizar un variado catálogo de tácticas de simulación para poner en pie una verdad textual.

Palabras clave: verdad, referente, fotografía, cine, semiótica

ABSTRACT
Written from a structural semiotic perspective, this paper seeks to rethink the epistemological foundations of
the elusive concept of “truth”. In doing so, it offers a detailed discussion of the notions of “natural world”
and “referential illusion” and strives to offer a clear evaluation of the indexical dimension of the photochemical
image. The whole aim of this theoretical exercise is to show that the discursive format known as “documentary”
is defined by “making what is shown appear true” or, in other words, by employing a wide range of simulation
tactics in an effort to construct a “textual truth”.

Keywords: truth, referent, photography, cinema, semiotics

Para cada situación existe una vía de salida y la posibilidad


de hallarla: Es decir, que la verdad existe, absoluta en su re-
latividad.
Franco Fortini parafraseando a Lenin, I cani del Sinaï

Las páginas que siguen se ubican sobre una áridos frutos incapaces de servir de semillero de
encrucijada en la que confluyen dos caminos prácticas analíticas para los tiempos que siguie-
analíticos de muy diferente andadura. De un ron. En la medida en que la semiótica, en su va-
lado, el de la semiótica estructural y de otro, el riante estructural, ha consolidado sus fundamen-
de los estudios fílmicos. Caminos que pocas ve- tos epistemológicos y probado su rendimiento
ces han tenido la ocasión de coincidir salvo que analítico, y los estudios fílmicos parecen haber
queramos echar la vista tan atrás hasta remon- asentado con firmeza su estatuto académico, es
tarnos a la década de los años sesenta del pasado de esperar que volver a hacerlos coincidir hoy
siglo, cuando la primera se buscaba a sí misma en día no sea una pretensión descabellada, sino
en tanto que ciencia del lenguaje y los segundos una manera de arrojar luz sobre un objeto teóri-
se encontraban poco menos que en mantillas. co (por utilizar la expresión tan querida a Omar
No puede decirse que aquel encuentro pro- Calabrese) en el que puede verse, como en po-
dujera resultados relevantes más allá de algunos cos otros, la rentabilidad de proyectar sobre el

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 247-259


248 Con la verdad por delante

campo de la cinematografía la mirada rigurosa la misma manera (la forma del contenido tal y
Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde

de un instrumental concebido como una meto- como la simula el recorrido generativo del sen-
dología para las ciencias humanas. tido1) con independencia del lenguaje en el que
se manifieste. En el caso del “mundo natural”,
De aquí que pretendamos indagar, de nuevo,
la dimensión “icónica” se combina con las vías
en el campo conceptual que se abre ante lo que
proxémicas y/o gestuales y los sistemas botáni-
viene denominándose de manera a un tiempo
cos y zoológicos, para permitir que el mundo “se
empírica y un tanto impresionista, “cine docu-
diga” sin mediación lingüística. Según la formu-
mental” con la finalidad de volver a pensarlo
lación canónica:
desde cero, sometiendo al escalpelo semiótico
algunos de los lugares comunes que lo han ve- el universo se presenta al hombre como un
nido colonizando hasta ahora. Por lo que, para conjunto de cualidades sensibles, dotado de cier-
echar a andar con pie firme, bueno será que ta organización que permite designarlo, a veces
empecemos señalando bien a las claras el punto como ‘mundo del sentido común’. Con relación a
desde el que parte nuestra reflexión. la estructura ‘profunda’ del universo, que es de or-
den físico, químico, biológico, etc., el mundo na-
Principios semióticos elementales tural corresponde, por así decirlo, a su ‘estructura
de superficie’; por otra parte, es una ‘estructura
En la tradición de la semiótica estructural, el discursiva’, pues se presenta en el marco de la re-
lenguaje no se concibe como una forma de me- lación sujeto/objeto y es el ‘enunciado’ construido
diación más o menos fiel, capaz de asegurar de por el sujeto humano y descifrable por él 2.
forma directa el diálogo entre mundo y sujeto.
Lo que se postula es que ese “mundo” (también Solo desde esta perspectiva conceptual que
con comillas) es construido por el propio lenguaje contempla que el plano del contenido de eso a
mediante formas que no preexisten a la capta- lo que llamamos Realidad es sustancialmente
ción semiótica de la realidad. Es decir, el lenguaje idéntico (o, para entendernos, está cortado por
(los lenguajes, todos los lenguajes) no es (no son) el mismo patrón) al de los distintos lenguajes y
sino el lugar donde adquiere forma (se constitu- sistemas de signos de los que nos servimos los
ye) una Realidad que se disemina, a través de los humanos para comunicarnos entre sí, es posible
distintos discursos, en una serie de “realidades” abrirse paso en el estudio de los lenguajes visua-
de desigual extensión y no siempre convergen- les dejando de lado la doble tentación que los ha
tes, en la medida en que es objeto de apropia- acechado históricamente empujándolos hacia el
ción lingüística (a veces discordante) por toda abismo: pensar las imágenes como una mera
una serie de lenguajes de impostación diversa. expresión del mundo impalpable del espíritu o
las ideas, de un lado; ver las imágenes como un
Pero es que además, y esto es relevante
territorio privilegiado para el desarrollo de una
para la argumentación que seguirá, el propio
mentalidad que tiende a hacer de la imitación
“mundo” aparece ante nuestros ojos como un
más o menos fiel de la realidad visible su carac-
lenguaje, como un sistema biplano dotado de terística básica, del otro.
expresión y de contenido, como una semiótica
natural, en definitiva, que despliega un conjunto Con otras palabras, el pensamiento semióti-
de propiedades discursivas mediante la puesta co posee una clara impostación constructivista,
en juego de un lenguaje figurativo que se articu- en la medida en que se ocupa de la identifica-
la a través de todo un inventario de “propieda- ción de las “formas simbólicas” significantes
des sensibles”. (unidades del plano de la expresión, no se olvide)
a través de las que una cultura dada “piensa la
De manera que las figuras que componen su realidad”, entendiéndolas como condición mis-
plano de la expresión son las mismas que cons- ma de existencia del significado que portan3.
tituyen el plano del contenido en las lenguas
naturales (“los significantes del mundo están
de algún modo codificados en el significado de La ilusión de lo referencial
la lengua” señala Fabbri), de lo que se infiere Señalado lo anterior, es necesario (nos pare-
que la significación se estructura siempre de ce) dar un paso hacia atrás para hacer referencia

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 247-259


Con la verdad por delante 249

a otra tradición o línea de pensamiento sobre la que se han llevado a cabo a este aspecto de la

Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde


que ha descansado durante décadas ese campo imagen cinematográfica por medio del análisis
heterogéneo que hemos denominado “estudios preciso de sus formas de textualización o, lo que
fílmicos”. Porque es imposible (y epistemológi- viene a ser lo mismo, atendiendo a las distintas
camente poco aconsejable) eludir la circunstan- estrategias visuales puestas en juego por la imá-
cia de que en este espacio de reflexión el tema genes (fotográficas, cinematográficas, indiciales
del estatuto y naturaleza del cine ha sido eluci- en definitiva) con objeto de transcribir la “reali-
dado concediendo un lugar central al hecho de dad”. En resumen, hacerse cargo de las formas
que (como su base tecnológica parece fundarlo) (tecnológicas, plásticas, figurativas, narrativas)
nos encontramos ante un caso en el que juega mediante las que el cine documental (y el cine,
un rol inapelable su capacidad para producir una simplemente) reinventa lo sensible.
huella de la realidad.
En efecto, los estudios fílmicos han tenido La asíntota de la realidad
que bregar de una u otra forma con el hecho Si queremos discutir adecuadamente los
de que la imagen cinematográfica (como antes efectos de la “ilusión referencial” deberíamos
la fotográfica que está en su origen y, después, introducir de inmediato una línea de demar-
las distintas técnicas digitales) ha sido entendida cación fundamental. Nos referimos a ese corte
como signo fundado en la “ilusión referencial”, epistemológico que supone en la representación
toda vez que en las imágenes se manifiesta con visual la aparición, en la tercera década del siglo
toda su elocuencia la presencia cuasi directa de XIX, de la fotografía. Acontecimiento saludado
la epidermis que la cámara arranca a la realidad. por André Bazin como “el más importante de la
Lo expresó de forma bellamente poética André historia de las artes plásticas”, en la medida en
Bazin cuando señaló que el cine y la fotografía que las imágenes hechas posibles por la nueva
desuellan, a la manera de un Apolo tecnológico, tecnología se presentaban como “una imitación
el mundo para conservar su huella, la piel muda- más o menos completa del mundo exterior” al
da de las apariencias. que venían a “reemplazar por su doble”4.
A partir de aquí es posible tomar dos vías Conviene recordar que el texto del que pro-
opuestas entre sí, a saber: la fácil consistente vienen estas citas apareció inicialmente en un
en ignorar la idea de que su mimetismo onto- volumen colectivo titulado Problèmes de la pein-
lógico dota a las imágenes de una singularidad ture, donde Bazin señalaba que la aparición de
que discriminaría (en términos positivos en lo la fotografía (a la que siguió, años más tarde, la
referido a su motivación) a su “lenguaje” de los del cinematógrafo, pensado desde un punto de
puramente convencionales o, por el contrario, vista similar como “la realización en el tiempo de
intentar comprender sensatamente que se tra- la objetividad fotográfica”) suponía un cambio
ta menos de dejar de lado la noción de “ilusión cualitativo en las técnicas de representación vi-
referencial”, que de ir más allá de la misma para sual del mundo habida cuenta de que la origina-
concebir la imagen (indicial) como un caso es- lidad del invento residía en su “esencial objetivi-
pecífico en el que se despliega un conjunto de dad (…) Por primera vez, entre el objeto inicial y
procedimientos de “referencialización” (entre su representación no se interpone más que otro
los que los parámetros técnicos juegan un rol objeto (…) Esta génesis automática ha trastoca-
esencial) que tienen como finalidad programar do radicalmente la psicología de la imagen. La
o dirigir al espectador para que “crea” en ellas. objetividad de la fotografía le da una potencia
Como iremos viendo esta segunda idea está en de credibilidad ausente de toda obra pictórica”.
el corazón de los problemas que afectan a eso
De ahí que gracias al cinematógrafo “por
que llamamos “cine documental” en los que re-
vez primera la imagen de las cosas es también
pararemos a no tardar.
la de su duración: algo así como la momificación
Se trataría, dicho de otra manera, de reva- del cambio”. Desde esta perspectiva, podríamos
luar el problema del referente intentando se- sostener que el cine vuelve como un guante la
miotizar alguna de las distintas aproximaciones experiencia “subjetiva” que San Agustín5 deno-

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 247-259


250 Con la verdad por delante

minaba “visión presente de lo presente” hasta hubiera perfeccionado los recursos del naturalis-
Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde

convertirla no solo en “objetiva”, sino que, al mo de no haber creído que la incorporación a la


garantizar además su repetición ad infinitum imagen de todos los rasgos que en la vida real nos
siempre idéntica a sí misma, sus poderes alquí- sirven para descubrir y contrastar el significado
permitía al artista prescindir de un número cada
micos transmutan ese presente evanescente
vez mayor de convencionalismos. Esta es, según
en la que consiste la experiencia del tiempo en creo, la opinión tradicional y me parece correcta8.
“una eternidad material”6.
Pero dejemos por un instante de lado estas Pero dejemos que sea el propio Bazin, con
más que sugestivas implicaciones de su pen- sus propias palabras, el que tome postura ante
samiento y exploremos los meandros de su ar- el vidrioso problema del “realismo”:
gumentación en torno a las virtualidades de la
imagen cinematográfica. Para lo que pondremos El conflicto del realismo en arte procede de
este malentendido, de la confusión entre lo esté-
en cuarentena la literalidad de algunas de las ex-
tico y lo psicológico, entre el verdadero realismo,
presiones de Bazin con objeto de captar en toda que entraña la necesidad de expresar a la vez la
su complejidad las consecuencias que se derivan significación concreta y esencial del mundo, y el
de sus intuiciones. pseudorrealismo que se satisface con la ilusión de
las formas [las palabras destacadas son nuestras].
La simulación disimulada
Bazin, como Gombrich, sitúa con toda cla-
Como cabía pronosticar, el crítico francés se ridad lo que nosotros denominamos efectos de
da de bruces en el texto que estamos analizan- sentido producidos por la ilusión referencial en el
do con el viejo “problema del realismo” preci- terreno de la psicología, al tiempo que subraya
samente al estudiar las diferencias que plantea que la producción de la ilusión mimética depen-
la imagen fotográfica en relación a la imagen de del trabajo estético desplegado por la obra
pictórica. Para Bazin la pintura nunca podrá en cuestión. Es plenamente consciente de que
competir con la fotografía (y mucho menos con existe una vinculación directa entre el efecto de
el cine) en términos de lo que él llama “semejan- “realismo” producido por un texto (una imagen)
za” y nosotros denominamos “ilusión referen- y el trabajo (de las formas visuales) desplegado
cial”. Como precisaremos en breve, la fuerza de para producirlo puesto en juego por dicho texto.
la fotografía (y del cine) reside en buena medida
Vistas así las cosas podemos, sin grandes
en un hecho psicológico, en la capacidad de la
problemas, reformular la dicotomía que el au-
imagen fotoquímica para satisfacer de manera
tor francés presenta entre “verdadero realismo”
completa nuestro deseo de semejanza7.
(léase aquel que trabaja la forma buscando ex-
El gran historiador del arte E. H. Gombrich presar la “significación concreta y esencial del
expresó una idea muy similar en un texto pre- mundo”) y el “pseudorrealismo” (a saber: aquel
sentado en una conferencia sobre semiótica y que tiene suficiente con la ilusión mimética pro-
arte en 1978. Interrogándose sobre los orígenes ducida por las formas fotográficas) recordando
de la tendencia a enfatizar de forma progresiva la paráfrasis realizada por Franco Fortini del Le-
los elementos imitativos en la imagen que mani- nin de Materialismo y empiriocriticismo cuando
fiesta el arte occidental, Gombrich (quien siem- sostenía que “para cada situación existe una vía
pre tuvo claro que nuestros sentidos nos fueron de salida y la posibilidad de hallarla: Es decir que
dados no para captar formas, sino significados) la verdad existe, absoluta en su relatividad”9.
señalará que: Subrayando, así, la dimensión performativa de
las “verdades”, poniendo el acento en el hecho
El significado (…) no depende del “parecido”; de que la “verdad” no es un a priori extradis-
la contemplación de unos cazadores en las cié- cursivo que preexiste al acto semiótico, sino un
nagas de lotos fácilmente hubiera conmovido los
constructo textual que cobra virtualidad en cada
recuerdos y la imaginación de un egipcio, como
nueva formulación.
puede sucedernos a nosotros leyendo una descrip-
ción verbal de la cacería; pero el arte occidental no Paolo Fabbri ha expuesto con claridad meri-

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Con la verdad por delante 251

diana la posición que adopta la semiótica frente De aquí apenas un paso nos separa de un

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a este conjunto de problemas en pocas y decisi- trabajo reciente que, en diálogo precisamente
vas palabras que combaten la “ilusión de las for- con Gombrich, propone una lectura más afinada
mas” que subyace bajo la noción, de raigambre a la tradicional visión sobre el trompe-l’oeil del
peirciana, de una iconicidad que se desliza por la que se suele subrayar su carácter de productor
pendiente de la evidencia: de una ilusión real que lleva a confundir figuras
y cosas. Omar Calabrese, en uno de sus últimos
La semiótica plantea a la imagen la interroga- trabajos11, propone una manera mejor ajustada
ción sobre la ilusión referencial: la asume como de entenderlo, pensándolo como una simula-
final de procedimientos de referencialización ar-
ción artificial de la realidad, simulación de la que
ticulados en dos momentos, figurativización pro-
se destaca y admira su eficacia representativa.
piamente dicha e iconización. La imagen se ve
como el constructor de estrategias discursivas que Así las cosas, el trompe-l’oeil sería el caso
programarían al ‘espectador’ para que crea en la más avanzado de la producción de la ilusión
imagen: la modalice como verdadera, cierta y la referencial en la medida que no estamos tanto
asuma [ver Gombrich]. ante una simulación que busca producir una
Esta modelización, social y culturalmente va-
“tromperie” o una ficción, sino ante un efecto
riable, es cuestión de connotación, no de denota-
de imitación de una escena del mundo que pro-
ción. La imagen no se confronta con las cosas sino
con su poder de trompe-l’oeil: la alta definición duce un “efecto de realidad”, un “efecto de pre-
icónica es cuestión de oportunidad táctica10. sencia”. De donde se deduce que la simulación
no existe sin la disimulación, sin ese hacer creer
No estará de más que hagamos nuestra (o la que las cosas se presentan ante nuestros ojos en
formulemos en nuestros propios términos) la idea su “mismidad”, “hablando ellas mismas” me-
esencial que Fabbri pone sobre el tapete: la ima- diante un proceso de auto-representación cuya
gen figurativa (la abstracta, huelga decirlo, queda eficacia depende de que no se hagan visibles las
voluntariamente fuera de este juego) se sirve del reglas que la hacen posible. Un camaleón, en
espejismo del parecido icónico (la alusión al tram- definitiva, que no deja huellas de su impostura.
pantojo es pertinente por partida doble) para ha- ¿Es razonable hablar de la fotografía y del
cerse creer por su espectador. Fruto de una serie cine como dos sistemas representativos basados
de estrategias de referencialización que aspiran en un trompe-l’oeil tecnológico? ¿No residiría en
no tanto a parecerse a su referente cuanto a que esa dimensión su “potencia de credibilidad”, su
el espectador lo confunda con él, la imagen icóni- “transfusión de realidad”, su “esencial objetivi-
ca es conceptualmente camaleónica. dad”, su “determinismo riguroso”, su capacidad
La semejanza icónica, construida cultural- para “momificar el cambio”? Estas preguntas
mente y por ende al albur de los caprichos de apuntan al epicentro de nuestra reflexión.
la convencionalización, es un fenómeno conno-
tativo, una maniobra veridictoria cuya eficacia La “verdad” como simulacro
persuasiva depende en buena medida de que
el espectador acometa su lectura de la imagen Creemos que a esta capacidad de producir
según la lógica que subyace en sus códigos de un alto grado de ilusión referencial se refiere
representación. El parecido de la imagen figu- André Bazin cuando, escribiendo sobre Why We
rativa, en definitiva, no es algo que vemos con Fight12 la serie de propaganda bélica producida
nuestros ojos (o se manifiesta de forma natural por Frank Capra durante la II Guerra Mundial,
a nuestra vista), sino un laborioso efecto de sen- señalaba que la fuerza de estos filmes reside en
tido producido por las formas que lo componen que son capaces de “dar a las imágenes la es-
que alcanzamos a entender (descifrar) gracias a tructura lógica de un discurso y al discurso mis-
nuestro raciocinio siempre que en nuestra lectu- mo la credibilidad y la evidencia de la imagen
ra (o actualización) pongamos en juego los códi- cinematográfica” [la cursiva es nuestra].
gos (las tácticas veridictorias) en los que se funda Huelga subrayar que la primera parte de la
textualmente esa ilusión icónica. afirmación de Bazin apunta hacia lo que en ter-

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252 Con la verdad por delante

minología actual denominaríamos la estructura ticidad de unas imágenes que se presuponen,


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retórica-narrativa del relato, en nada diferente de por ello mismo, cada vez menos facultadas para
la que subyace en tantos y tantos relatos deno- “dar testimonio de la realidad”. Las imágenes (y
minados “de ficción”. Pero lo singular reside en los sonidos) producen efectos de sentido al mar-
ese aspecto que la imagen fotoquímica ha traído gen de su ontología o de las técnicas emplea-
a escena, la tan traída y llevada dimensión cons- das en su proceso de producción, con lo que el
tatativa. Bazin lo formula de forma translúcida: efecto-verdad puede ser generado por imágenes
que, sin raigambre o condición indicial alguna
Creemos espontáneamente en los hechos,
(es el caso de las CGI o Computer-Generated
pero la crítica moderna ha establecido suficien-
temente que no tienen otro sentido que el que
Imagery), son fruto de unos procedimientos téc-
les da el espíritu humano. Hasta la fotografía, el nicos que consiguen dar esa impresión de forma
‘hecho histórico’ era reconstruido a partir de los tan poderosa como eficiente. En definitiva, en
documentos, y el espíritu y el lenguaje intervenían el mundo del discurso solo cuentan los efectos
dos veces: en la reconstrucción misma del aconte- de sentido, de manera que cuando aludimos a
cimiento y en la tesis histórica en la que se inserta- la indicialidad no estamos invocando la ontolo-
ba. Con el cine podemos citar los hechos, diría que gía, sino al singular efecto-huella que producen
en carne y hueso…13. en su espectador unas imágenes (y sonidos) que
(incluso siendo puro simulacro infográfico) son
La fuerza del “género documental”, por
capaces de parecer con suficiente elocuencia
consiguiente, reside según Bazin en la superpo-
rastro o constatación gráfica del mundo físico.
sición de dos niveles: de una parte, tenemos el
hecho de que las imágenes de los filmes acogi- A lo que, volviendo a lo anterior, habría que
dos a esta tipología adoptan “la estructura lógi- añadir una dimensión adicional puesta también
ca de un discurso”. De otra, subyacente a la an- de manifiesto por Bazin. Nos referimos al hecho
terior, está la trascendental contingencia de que de que el cine se presenta como el mecanismo
ese discurso narrativo-argumentativo se dota de capaz de revivir la figura del histor como testi-
la “credibilidad y la evidencia de la imagen cine- go visual de los acontecimientos captados en
matográfica”. Como es obvio, esta evidencia y las imágenes (lo que nos retrotrae a Tucídides,
su contigua credibilidad provienen en línea recta padre de la ciencia histórica para quien su ofi-
de una simulación que reposa, como en cual- cio consistía en relatar acontecimientos a los
quier trompe-l’oeil, sobre una disimulación que que había asistido como testigo directo). El “yo
la escamotea. lo he visto y lo cuento” parece transmutarse en
“las cosas se cuentan directamente” mediante
Quizá sea el momento de subrayar que el
un dispositivo tecnológico que no se limita a
trampantojo involucra no solo a lo icónico sino
obtener un “modelado lumínico” del mundo,
también a lo indicial, de lo que se colige que la
sino que convierte al espectador en alguien que,
autenticidad que atribuimos a la imagen-huella
fruto de esa simulación disimulada, cree asistir,
fotoquímica obedece, en muy parecidos térmi-
nos, a los caprichos de la “tromperie” visual. como nunca antes había sido posible, al mero
Esta idea colisiona con quienes aventuran el sur- discurrir de los acontecimientos. Bazin, que era
gimiento de una novedosa ontología de la ima- todo menos ingenuo, lo tenía muy claro:
gen digital que podría en crisis la de esa imagen
[Los hechos citados por el cine] ¿pueden tes-
fotoquímica indicial que, a partir de la huella del timoniar sobre otra cosa que ellos mismos; sobre
mundo, crea la cámara cinematográfica. Técni- algo distinto de su propia historia? Creo que lejos
cas como la Rotoscopia, la Motion Capture o la de proporcionar a las ciencias históricas un progre-
más compleja Performance Capture, en las que so hacia la objetividad, el cine les da, precisamente
se hibrida la captura de lo físico y la creación su realismo, un suplementario poder de ilusión14.
infográfica, van dejando cada vez más atrás el
registro indicial o la huella física, mutaciones Podríamos decir que nos encontramos ante
materiales que para algunos teóricos llevan pa- un caso donde la particular forma de “referencia-
rejas sustanciales transformaciones en la seman- lidad” convocada por la imagen fotoquímica (en

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Con la verdad por delante 253

la que el poder de convicción de la ilusion refe- bote de conservas en el todo cósmico, pero que

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rencial entra en sinergia con el valor constatativo en cambio no puede captar ni uno de los con-
del índice fotográfico en tanto que huella de lo textos humanos en los que aparece”. Y otra, a
real) viene a instaurar ante sus espectadores un si- la que se refiere como fotografía constructiva
mulacro de “verdad” del mundo natural, simula- con los surrealistas y el cine soviético a modo
cro dotado de un particular poder de persuasión. de precursores, capaz de sustituir el atractivo y
Ha llegado el momento de proclamar que la la sugestión del que hacía gala naturalmente la
“verdad”, según la entendemos aquí, siempre reproducción fotoquímica de las apariencias del
es un simulacro, un hecho contingente, un efec- mundo por una combinación de experimento
to de sentido producido por ciertos discursos a y enseñanzas susceptible de desenmascarar la
los que, precisamente porque dirigen sus armas actitud que hace de la imitación su matriz con-
textuales hacia la consecución de ese efecto ver- ceptual15.
dad o realidad, hemos convenido en denominar No debe extrañar que estas ideas provengan
documentales. No hace falta decir que las imá- en línea recta del pensamiento coetáneo de un
genes documento han sido la gran baza que ha Bertold Brecht que, con motivo de la polémica
jugado tradicionalmente el documental cinema- que le opuso con los productores del filme basa-
tográfico a la hora de construir una “verdad”, do en su obra teatral Die Dreigroschenoper (La
entendida ésta como explicación plausible de un ópera de cuatro cuartos, 1928), reflexionaba en
acontecimiento ocurrido en la realidad histórica. estos términos sobre la fotografía:
Pero nada avanzaremos en la comprensión de su
fundamento semiótico si no reconocemos que La situación se hace aún más compleja, por-
los documentales que cimientan su “verdad” en que una simple réplica de la realidad nos dice
pruebas icónicas son simulacros (ilusiones, cons- sobre la realidad menos que nunca. Una foto de
tructos textuales) en igualdad de condiciones a las fábricas de Krupp apenas nos instruye sobre
como lo son aquellos documentales menos con- tales instituciones. La realidad propiamente dicha
vencionales que explican el mundo recelando o ha derivado a ser funcional. La cosificación de las
desconfiando, a causa fundamentalmente de la relaciones humanas, por ejemplo la fábrica, no re-
gran fascinación que desatan, de las imágenes vela ya las últimas de entre ellas. Es por lo tanto un
hecho que hay que construir algo, algo artificial,
documento.
fabricado16.
Porque el índice icónico al que llamamos
fotografía (y, por extensión, imagen cinemato- No es necesario explicar que Brecht estaba
gráfica) no es la “verdad”, ni un facsímil de la pensando en las relaciones de clase y en los me-
realidad, sino una de sus potenciales manifes- canismos de extracción de la plusvalía como la
taciones visuales, quizá la más inmediatamente “verdad” profunda de esa figura del sentido que
verosímil o rentable en términos de plausibilidad, denominamos “fábrica”, así como en la consi-
pero no por ello la única posible (o semiótica- guiente dificultad que existe a la hora de plas-
mente viable). De hecho, a causa de su pujante mar esa “verdad” mediante el uso de elementos
fuerza constatativa puede llegar a interferir u icónicos, siempre a mitad de camino entre el ín-
obturar la explicación (la comprensión) del he- dice y el símbolo.
cho que testimonian y del que son huella visual.
Hemos llegado, al fin, al quid de la cuestión. Brecht vio con claridad meridiana que la apa-
riencia (visual) de las cosas de este mundo no re-
vela necesariamente su sentido complejo. La ver-
La verdad (documental) al margen del dad de los objetos, de las relaciones personales,
documento del juego de la política, de los acontecimientos
Contra este “suplementario poder de ilu- históricos exige una explicación que trascienda
sión” se alzó Walter Benjamin cuando opuso su reproducción mimética. La imagen, fascinante
dos maneras de concebir la práctica fotográfica: por su ilusión de semejanza y su potencial valor
una, que denominó creativa/fetichista, atrapada testifical, puede eclipsar la verdad o el sentido
por las apariencias y “capaz de montar cualquier de las cosas. Veamos unos ejemplos ilustrativos.

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254 Con la verdad por delante

Dos casos candentes Didi-Huberman bajo el amparo de Hanna Arendt


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El cineasta Claude Lanzmann siempre ha te- cuando las califica de “instante de verdad” y
nido claro que la captación del sentido propues- Walter Benjamin para hablar de “mónada” que
surge cuando desfallece el pensamiento.
to por una obra (visual hecha sobre la base de
imágenes indiciales, se entiende) no solo es algo Didi-Huberman se pregunta si este “acto de
construido, sino que no debe identificarse con imagen”, estas “dos pobres imágenes encua-
la fascinación denotativa producida por el juego dradas desde la propia puerta de una cámara de
de la ilusión referencial aunque, paradójicamen- gas, en el crematorio V de Auschwitz, en Agosto
te, dependa en buena parte de ella. El autor de de 1944” ¿no basta[ría]n para refutar la bella
esa obra esencial del género documental que es estética negativa (…)?” que atribuye a un Lanz-
Shoah (1985) se expresó en estos términos al ex- mann cuyas “opciones formales” manifestadas
plicar lo que supone poner en pie un discurso en su filme Shoah (que, como se sabe, renuncia
audiovisual a partir de la realidad: taxativamente al uso de imágenes documento),
“han servido de coartada a un discurso -tanto
¿Qué significa filmar la realidad? Hacer imá- moral como estético- sobre lo irrepresentable,
genes a partir de lo real es hacer agujeros en la lo infigurable, lo invisible y lo inimaginable”.
realidad. Encuadrar una escena es excavar. El pro- Aunque, como reconoce de inmediato Didi-Hu-
blema de la imagen es que hay que hacer agujeros berman, esas opciones formales no promulga-
a partir de lo lleno17.
ban ninguna regla, ni tampoco permiten ofrecer
ningún juicio definitivo sobre el estatuto de los
No es azaroso que esta idea ocupe un lugar
archivos fotográficos (y cinematográficos).
central en la polémica que, a propósito de la ex-
posición celebrada en el Hôtel de Sully de París Aliado táctico del cineasta, Gérard Wajcman
entre el 12 de Enero y el 25 de Marzo de 2001 replicó esta tesis (en la que aprecia una fascina-
bajo el título Mémoire des camps, photographies ción por la “virtud cautivadora, consoladora de
des camps de concentration et d’extermination las imágenes”) arguyendo que estas fotografías,
nazis (1933-1999), mantuvieron Georges Didi- en tanto que objetos tangibles autónomos, son
Huberman18, de un lado, y Gérard Wajcman y algo cualitativamente distinto de lo que nos dan
Élizabeth Pagnoux19, del otro. a ver, algo que (a diferencia del mal absoluto
El primero, autor del texto incluido en el ca- del holocausto) podemos mirar cara a cara, una
tálogo de la exposición y, expresivamente titula- pantalla, en suma, que nos protege del horror
do “Des images malgré tout” (imágenes pese a insoportable de lo real. De la misma manera
todo), utilizó como punto de apoyo cuatro foto- que pueden existir imágenes fabricadas con la
grafías tomadas, al parecer, en Agosto de 1944 finalidad de impactarnos o hacernos sufrir, exis-
de forma clandestina por algún miembro de uno ten, sostiene Wajcman, otras (las que componen
de los Sonderkommandos de Auschwitz-Birken- Shoah constituyen una buena muestra) cuya
au delante de la cámara de gas del crematorio V función no es sino la de servir de recordatorio
del campo de exterminio; imágenes que son los (y explicación) de ese horror que existe más allá
únicos testimonios fotográficos que sobreviven de las mismas.
de los aspectos más terribles de la “solución fi- En toda esta diatriba planea la duda casi on-
nal”: dos muestran la “incineración de los cuer- tológica de si en esa “atestación de lo visible”
pos gaseados en fosas al aire libre” y las otras que forman esas cuatro fotografías se dice algo
dos (de hecho solo una de ellas, dado que la otra (a propósito del acontecimiento reflejado) más
se sitúa en el campo de lo irreconocible y, por allá de lo que dan a ver. En la línea del autor
tanto, funciona como “testimonio” inapelable de Shoah, Wajcman sostiene que lo real no se
de la dificultad de obtención del conjunto de las resuelve en lo visible y, por consiguiente, la tarea
cuatro instantáneas) nos dan a ver a “mujeres de muchas imágenes estriba en resolver la para-
empujadas hacia la cámara de gas del crema- doja -que constituye en buena medida la fuerza
torio V de Auschwitz”, tal y como reza en los del filme de Lanzmann- que entraña la existencia
pies de fotos. Estas imágenes son colocadas por una realidad no figurativizable que, sin embar-

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Con la verdad por delante 255

go, deber ser mostrada (o explicada en imáge- diato, de aquello que forma su substrato fun-

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nes). Solo bajo estas premisas tiene sentido afir- damental. En la más pura tradición brechtiana,
mar que lo irrepresentable existe, para sostener, Farocki responde con su parlamento a la cues-
a continuación, que puede ser plasmado (expli- tión planteada por el dramaturgo cuarenta años
cado en imágenes) por medio de las estrategias antes (ver supra): ¿cómo construir el sentido real
adecuadas o heurísticamente rentables. de un acto, de una situación?, ¿cómo volverla
Reparemos ahora en Nicht löschbares Feuer visible? Estas son sus palabras:
(que traduce al alemán la expresión bíblica “Fue-
¿Cómo enseñarles a ustedes la acción del NA-
go inextinguible”)20, cortometraje militante que PALM?
Harun Farocki realizó en 1969 y que forma parte
¿Y cómo enseñarles las heridas causadas por
del conjunto heterogéneo de filmes que vieron el NAPALM?
la luz a finales de la década de los años sesen-
Si les enseñamos heridas de NAPALM, cerra-
ta del siglo pasado como contribución solidaria rán ustedes los ojos.
de la izquierda europea a la lucha del pueblo de Primero cerrarán los ojos ante las imágenes.
Vietnam contra el imperialismo yanki. Lo que
Luego cerrarán los ojos ante el recuerdo de
vuelve especialmente memorable la película y esas imágenes
la convierte en ejemplo privilegiado del asunto
Luego cerrarán los ojos ante los hechos.
que aquí debatimos es su diseño estratégico, su
Luego cerrarán los ojos ante la relación de
voluntad de no dejarse avasallar por la supues-
esos hechos.
ta fuerza constatativa de las imágenes docu-
Si les enseñamos a una persona con heridas
mento sobre los efectos reales del armamento
de NAPALM, vamos a herirles a ustedes en su sen-
norteamericano que copaban los noticiarios de sibilidad.
aquellas fechas, su deseo, en suma, de producir Si les herimos en su sensibilidad tendrán la im-
menos una obra de impacto inmediato que de presión de que estamos probando el NAPALM con
proponer (a la manera brechtiana) una doble re- ustedes, a costa suya.
flexión: sobre la situación que afectaba al pueblo Sólo podemos darles una ligera idea de cómo
vietnamita sujeto a terribles bombardeos de NA- actúa el NAPALM.
PALM, pero también al espectador occidental al
que se invitaba a pensar acerca de los límites y la En ese instante la cámara se acerca en un
efectividad del discurso audiovisual. Reflexiones ligero picado hacia la mesa mientras Farocki
que, como se verá de inmediato, van al meollo aplasta un cigarrillo en su antebrazo, mientras
de nuestra discusión. prosigue el discurso:
Tras abrir el cortometraje con un plano fron-
Un cigarro arde a 400 grados.
tal del propio cineasta sentado frente a la cáma-
El NAPALM arde a 3000 grados.
ra, vestido con formalidad (chaqueta y corbata)
y leyendo (haciendo suyo) el testimonio prestado Si los espectadores quieren ignorar los efec-
tos del NAPALM, entonces hay que investigar lo
por Thai Bihn Dan ante el Tribunal Internacional
que no pueden ignorar sobre las causas del uso
de Crímenes de Guerra de Estocolmo sobre las
del NAPALM.
lesiones que le causó el bombardeo que afectó a
su aldea, Farocki se plantea, en voz alta e inter- Este es el programa que el filme propone al
pelando directamente a los espectadores de su espectador: ir de los efectos a las causas, abrir
filme, cómo hacer visible el horror de la acción los ojos para ver eso que no se quiere que se vea,
destructiva del NAPALM. que no está a la vista, que subyace más allá de
Pero sobre todo se cuestiona acerca de la las imágenes traumáticas tomadas in situ y que
manera de evitar la trampa tanto de la identifica- se identifica con el complejo militar-industrial
ción morbosa con el espanto como del rechazo que está detrás (y se beneficia monetariamente)
de aquello que se nos hace insoportable, para de la producción de NAPALM, en cuya lógica y
dejar surgir la empatía que brota de la compren- funcionamiento centra el foco el filme. En defini-
sión de aquello que está detrás del horror inme- tiva, tomar distancia y explicar con otras imáge-

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256 Con la verdad por delante

nes los resortes industriales que hicieron posible se revela (o permanece obliterado) en su mani-
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la pirotecnia cegadora de esa imagen-fetiche en festación original y en el que (parece decirnos


la que vimos/vemos a una niña desnuda con la Lockhart) estriba precisamente la significación
piel recién llagada por el NAPALM corriendo en- intrínseca (en el sentido iconológico que atribuía
tre marines arremangados. al término Erwin Panofski) de lo que vemos. Para
discernir lo que estamos sugiriendo es necesa-
Descanso laboral rio recordar que Marx puso en evidencia que el
fundamento mismo de la plusvalía (nada menos
Lunch Break, la pieza cinematográfica rea- que el mecanismo motor del sistema capitalista)
lizada en 2008 por la cineasta norteamericana reside en la diferencia que media entre el tiempo
Sharon Lockhart puede ayudarnos a explicar que de trabajo efectivamente realizado por el traba-
el significado (y, por ende, la “verdad” de un jador y el que le era remunerado con la finalidad
texto documental) se construye más allá (o más de permitirle reproducir su fuerza de trabajo.
acá) de la tantas veces citada ilusión referencial.
¿Qué es Lunch Break?, ¿Es un documental? Y de Por lo tanto debemos vivir el tiempo de la
serlo ¿qué realidad documenta?, ¿Qué “verdad” proyección de Lunch Break, ese “estiramiento”
enuncia?, ¿Qué sentido tiene/revela? artificial del intervalo de descanso, como una re-
cuperación cinematográfica (algunos preferirán
Si tratamos de dar una descripción ajustada denominarla simbólica) de ese tiempo diferen-
a la dimensión denotativa del filme podríamos cial que les es arrebatado día tras día a los traba-
decir que en Lunch Break se describen 10 minu- jadores. De ahí que el filme de Lockhart no sea
tos del tiempo de descanso de los trabajadores un vacuo juego estético ni una frívola operación
del astillero Bath Iron Works del estado ameri- de vanguardismo minimalista. No porque el fil-
cano de Maine. Pero lo interesante está en otro me carezca de esas dimensiones, sino porque
lado, en sus estrategias de representación, con- su “significado” fuerte (su verdad discursiva)
cretamente en que muestra esos 10 minutos ra- se sitúa en otro lugar. Retomando la lógica del
lentizando la imagen con el uso de la tecnología pensamiento de Brecht, diríamos que la cineasta
digital expandiéndolos hasta algo más de ochen- en primer lugar (hablando siempre en términos
ta minutos, volviendo interminable el (ahora) generativos y no genéticos) aísla el núcleo duro
casi imperceptible movimiento de cámara que conceptual (plano del contenido) que identifica
avanza por uno de los corredores de la factoría o significa a “la fábrica” (cualquier fábrica) y,
mostrándonos a los trabajadores que comen su a partir de ahí, construye una fórmula cinema-
bocadillo, conversan entre sí, descansan o, sim- tográfica (plano de la expresión) que la vuelva
plemente, “pierden” su tiempo. visible, transmisible y enunciable frente a un es-
Lo primero que habríamos de constatar es pectador al que se le pide que la entienda (y,
que la materia prima (en el sentido fuerte de en el fondo, que la comparta). Para ello, el es-
la expresión) con la que trabaja Lockhart es el pectador debe caer en la cuenta de la operación
tiempo cinematográfico. Tiempo que aquí es es- constructiva (retórica) desarrollada por el filme y
tirado, dilatado, sacado de sus goznes. Amén de poner en relación toda una serie de datos obvios
la brillantez del efecto estético, lo relevante es (reconocer el lugar como una fábrica, caer en la
que la materialidad (temporal) del documento es cuenta de que se está filmando un tiempo de
deliberadamente alterada para, y aquí reside la descanso y, sobre todo, captar la operación de
clave de bóveda de nuestro argumento, generar “estiramiento del tiempo” a la que se le hace
un documental, a saber: una explicación plausi- asistir) con un significado que los integra de ma-
ble de lo que veríamos (sin alcanzar a entenderlo nera coherente y les da sentido pleno.
en sus justos términos) en tiempo real o veloci- En resumen, Lockhart coloca a sus especta-
dad normal. dores frente a un artefacto cinematográfico que
La imagen documento está manipulada, responde a la demanda brechtiana de “construir
tratada, trabajada en su dimensión temporal algo, algo artificial, fabricado” como medio para
de cara a producir un efecto de sentido que no “mostrar” aquellos aspectos de la realidad que

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Con la verdad por delante 257

no se hacen visibles de manera inmediata. Bre- Desde este punto de vista podemos pre-

Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde


cht y Lockhart pertenecen a ese grupo de artis- guntarnos por el contrato fiduciario en el que
tas que piensan que no siempre la “verdad” está se funda el documental audiovisual. Señala Gre-
a la vista y que, las más de las veces, es necesario imas que junto a las fórmulas convencionales de
proceder a su laboriosa reconstrucción salvo que manipulación (según el querer, según el poder)
queramos comportarnos como (en palabras de tradicionalmente reconocidas por la semiótica,
Paolo Fabbri) “semiólogos domesticados, en es- estudiando el universo del saber/creer podemos
tado de cautividad empírica”. identificar una forma singular de manipulación
Por tanto, si queremos ir un paso más allá (según el saber) vinculada a la presencia de ar-
de la mera “tautológica e inextricable cuestión gumentos lógicos o demostraciones científicas.
de la descripción hecha sobre la base de obje- Sobre esta base quizás no sea descabellado con-
tos correspondientes a los lexemas de la lengua jeturar la existencia de una forma específica de
natural” (de nuevo en palabras de Paolo Fabbri), manipulación que se vincule con las característi-
deberemos caer en la cuenta de que lo que nos cas que fundan la “alta definición icónica” y que
propone la cineasta es vivir el tiempo de la pro- modalizan al sujeto para que crea en la imagen
yección de Lunch Break como una recuperación como “verdadera, cierta y la asuma” (otra vez
alegórica (el icono ha dejado de funcionar como Fabbri).
índice para convertirse en símbolo) de ese lapso Señalado lo anterior es importante dejar
temporal que es hurtado al obrero en cada jor- constancia de que esa modalización singular del
nada de trabajo (huelga decir que hablamos de espectador de la imagen fotoquímica puede ges-
una pieza de arte literalmente revolucionaria en tionarse de dos maneras: haciendo énfasis en las
el sentido que atribuía Marx al término). apariencia y en su naturaleza indicial, como ocu-
Como se apreciará, estamos ante una obra rre en ese tipo de discursos documentales que
que, apoyándose sobre la fuerza de la ilusión esgrimen su verdad sacando a colación imáge-
referencial (la materialidad de una imagen que nes documento donde, a la luz de la capacidad
muestra unos hechos reales filmados en con- de registro de la tecnología fotográfica/cinema-
tinuidad), la desborda para poner en pie una tográfica, el sujeto asume como empíricamente
estrategia discursiva que no hubiera desagra- cierta la información que se le ofrece. O ponien-
dado, pensamos, ni a Brecht ni a Benjamin, ha- do el acento en la vía constructiva que entraña el
ciendo buena esa idea de Paolo Fabbri cuando trabajo de la forma, como sale a relucir en esos
(ver supra) nos proponía entender que la “alta textos documentales que apercibidos ya sea de
definición icónica” debe ser asumida como una la existencia de una realidad intrínsecamente no
cuestión táctica, como uno de los elementos figurativizable, o de la insuficiencia de la imagen
mediante los cuales puede construirse el valor figurativa para desvelar el sentido de las cosas
performativo de un discurso visual. que muestra, buscan (como en los ejemplos en
los que hemos reparado más arriba) alternativas
Los dos caminos hacia la verdad (textual) a lo indicial/documental para Hacer Saber a su
espectador que lo que ve es “la verdad” o la
Porque parece evidente que el conjunto de
exposición fundamentada y plausible del signifi-
elementos que están tras esa “alta definición
cado intrínseco de los hechos que glosa.
icónica” forman parte (pero no son los únicos)
del conjunto de mecanismos que buscan mo- Nos enfrentaríamos así a dos estrategias per-
dalizar al espectador instaurando en la obra un suasivas distintas en las que puede (de forma al-
preciso “hacer persuasivo”. En el contexto de ternativa) fundarse el Hacer Creer que sostiene
unas reflexiones acerca de las relaciones entre el efecto-verdad inherente al documental audio-
los universos del saber y el creer, A. J. Greimas visual: por un lado la vía ilusionista o (haciendo
insistía en un texto ya clásico21 en la necesidad nuestro el término que Benjamin aplicaba a la
de explorar lo que denominaba las “expansiones fotografía “atrapada por las apariencias”) feti-
sintagmáticas del hacer persuasivo” imaginando chista de los documentales cuyo hacer persua-
esos recorridos. sivo tienen como piedra angular a ese arcádico

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258 Con la verdad por delante

indicio gráfico considerado imagen-verdad; por Wajcman tienen los dos la razón al mismo tiem-
Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde

otro lado, la vía brechtiana, defendida a capa y po). Aunque quizás sí convenga subrayar la idea
espada en el terreno del cine por Lanzmann y de que ambas, en igualdad de condiciones, son
Wajcman, que suple las reservas que le merece simulacros contingentes, simulaciones artificia-
la imagen-documento con la construcción de les de la realidad, construcciones discursivas que
toda una serie de estrategias de representación luchan a brazo partido por Hacer Creíble lo que
dirigidas a poner en pie una verdad (una explica- dicen. Lo que las diferencia no es baladí: el do-
ción plausible) sin soporte o base indicial. cumental ilusionista o fetichista hace todo lo que
No creemos que a estas alturas haga falta está en su mano por disimularlo, mientras que el
insistir mucho en que ambas estrategias son documental brechtiano, sirva la expresión, hace
igualmente válidas (o efectivas desde un pun- del exhibicionismo de sus tácticas de simulación
to de vista semiótico) para hollar la cima de la parte esencial de su hacer persuasivo. Hablamos,
verdad textual (lo que equivale a decir que, aun en definitiva, de dos caminos bien diferentes
siendo contradictorios entre sí, Didi-Huberman y para llegar a la verdad (del texto).

NOTAS del futuro”. Estamos ante lo que el 8


E. H. Gombrich, “Imagen y códi-
filósofo denomina “tres modalidades go: alcance y límites del convenciona-
1
Modelo teórico mediante el que del alma”, para destacar su carácter lismo en la representación pictórica”,
la semiótica estructural esboza la for- irrevocablemente subjetivo: “memoria en La imagen y el ojo, Madrid, Alianza
malización del sentido en una serie de presente de lo pasado, visión presente Editorial, 1987, p. 279.
niveles que se suceden lógicamente en de lo presente, expectación presente 9
Hacemos referencia al párrafo
estados de progresiva complejidad y de lo futuro” (San Agustín, Confesio- conclusivo del capítulo XXVII y último
concreción. nes, Madrid, Aguilar, 1941). del I cani del Sinaï (texto escrito por el
2
“Mundo Natural”, en A. J. Gre-
6
André Bazin, “Muerte todas las poeta, crítico y ensayista italiano Franco
imas y J. Courtés, Semiótica. Dicciona- tardes”, en Op. Cit., p. 66. Fortini en forma de diario durante el
rio razonado de la teoría del lenguaje, 7
A la hora de proponer una ge- verano de 1967 bajo el impacto de la
Madrid, Gredos, 1982, p. 270. nealogía de la imagen fotoquímica guerra entre Egipto e Israel declarada
3
Para una comprensión más fina Bazin recordará el carácter indicial de en Junio de ese año y publicado en el
de este problema debe consultarse de las mascarillas funerarias obtenidas por mes de Noviembre en Bari por las edi-
manera obligada el apartado dedicado contacto. Parece oportuno recordar, en ciones Di Donato). En 1976, Jean-Marie
a las “representaciones icónicas” del tanto que tiene que ver con las diversas Straub y Danièle Huillet filmaron a partir
texto de A. J. Greimas titulado “Se- técnicas para crear la “ilusión referen- de ese texto y con la participación de su
miótica figurativa y semiótica plástica” cial” que se han utilizado a lo largo de autor su filme Fortini/Cani. Citamos por
(1978) cuya versión castellana apareció la historia de la representación visual la edición francesa: Franco Fortini, Les
en ERA. Revista Internacional de Se- en occidente, que la pintura holande- chiens du Sinaï / J.-M. Straub, D. Huillet,
miótica, Bilbao, Asociación Vasca de sa del siglo XVII, con su uso sistemá- Fortini / Cani, París, Éditions Albatros/
Semiótica, 1991, nº 1/2, pp. 7-38. tico de la “cámara óptica”, buscaba Éditions de l’Étoile, 1979, p. 93. Este
4
André Bazin, “Ontología de la no tanto ofrecer una ventana sobre el volumen contiene la traducción france-
imagen fotográfica” (1945), en ¿Qué mundo (la tradición albertiana) como sa del texto de Fortini, así como el dé-
es el cine?, Madrid, Rialp, 1966, pp. registrar y reproducir la “superficie” coupage, fotogramas de cada plano del
13-20. del mundo mediante una sofisticada filme y subtítulos completos del mismo
5
En la célebre sección 20 del li- tecnología que permitía que las cosas en francés, así como material adicional.
bro XI de sus Confesiones San Agustín se impusieran a la mirada al margen de En el texto literario y en el filme (califi-
sostendrá que ni el pasado ni el futuro las palabras que las definen. Sobre esta cado por los Straub de “panfleto”) se
existen propiamente hablando. Sería, cuestión puede consultarse el clásico trata en términos complejos la relación
en su opinión, más adecuado hablar volumen de Svetlana Alpers, El arte de del escritor con el judaísmo, el conflicto
de un “presente del pasado”, un “pre- describir. El arte holandés en el siglo árabe-israelí y la deformación a la que
sente del presente” y un “presente XVII, Madrid, Blume, 1987. someten a éste último los mass-media.

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Con la verdad por delante 259
10
Paolo Fabbri, “Un diccionario sin 17
Marc Chevrie y Hervé Le Roux, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir,

Santos Zunzunegui e Imanol Zumalde


términos medios”, ERA, nº 1/2, 1991, “Le lieu et la parole. Entretien avec estaba dirigida en el momento de la
p. 215. Claude Lanzmann”, Cahiers du Ciné- aparición de esos textos por Claude
11
Omar Calabrese, L’art du trom- ma, nº 374, 1985, p. 20. Lanzmann.
pe-L’oeil, París, Citadelles & Mazenod, 18
Las posiciones de Georges Didi- 20
Una excelente glosa de este
2010. Huberman pueden conocerse en el filme puede leerse en el artículo de
12
André Bazin, “A propósito de volumen que publicó tras la polémica Georges Didi-Huberman “Cómo abrir
Why We Fight (Historia, documentos, titulado Imágenes pese a todo. Memo- los ojos”, colocado como prólogo a la
actualidad)” (1946), en ¿Qué es el ria visual del Holocausto, Barcelona, selección de textos de Farocki editada
cine?, Madrid, Rialp, 1966, pp. 33-39. Paidós, 2004. Este libro contiene no por Inge Stache y titulada Desconfiar
13
Ibidem, Op. Cit., p. 39. solo el texto del autor incluido en el de las imágenes (Buenos Aires, Caja
catálogo de la exposición aludida, sino negra, 2013).
14
Ibidem, Op. Cit., p. 39.
una segunda parte (“Pese a la imagen 21
A. J. Greimas, “Le savoir et le
15
Walter Benjamin, “Pequeña his- toda”) en la que discute las críticas que croire: un seul univers cognitif”, en Du
toria de la fotografía” (1931), en Dis- recibió su trabajo. sens II. Essais sémiotiques, París, 1983,
cursos interrumpidos I (traducción de 19
Gérard Wajcman: “De la cro- pp. 115-133 (versión castellana: Del
Javier Aguirre), Madrid, Taurus, 1973,
yance photographique”, Les Temps sentido II. Ensayos semióticos, Madrid,
pp. 61-83.
Modernes, nº 613, Mars-Avril 2001, Gredos, 1990).
16
Bertold Brecht, “El proceso de pp. 47-83; Élizabeth Pagnoux: “Re-
los tres centavos: un experimento so- porter photographe à Auschwitz”, Les
ciológico” (1931), en El compromiso Temps Modernes, Mars-Avril 2001, pp.
en literatura y arte, Barcelona, Penínsu- 84-108. Conviene saber que la revis-
la, 1973, pp. 95-152. ta Les Temps Modernes, fundada por

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scritos sobr
Escritos sobre Escrito
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DE LO QUE FUE ANUNCIADO EN DIVERSAS ÉPOCAS:
JOHN W. WILLIAMS (1928-2015) Y LA CATEDRAL DE
SANTIAGO EN LA ENCRUCIJADA DEL ARTE
PLENOMEDIEVAL HISPANO1
José Luis Senra Gabriel y Galán
Universidad Complutense de Madrid

En 1976 se publicaba la primera aportación regreso a la catedral de Compostela. Es ilustrativo


del historiador del arte norteamericano John W. que sus dos últimos artículos, póstumos ambos,
Williams sobre la catedral románica de Santiago tratan sobre la catedral5.
de Compostela. Además de iniciar un interés so- El marco escénico-científico de esta contri-
bre el extraordinario edificio que no se detendría
bución fue un hito no menor en la Historia del
a lo largo de su existencia, supuso el primer tra-
Arte hispano: el XXIII Congreso Internacional
bajo de este activo hispanista que pudiéramos
de la disciplina celebrado en el Hospital Real
denominar de notable fondo historiográfico. Su
de Granada entre el 3 y el 15 de septiembre de
intensa atracción por la evolución de los estudios
1973. Su celebración en plena crisis del petró-
sobre el románico hispano en general y sobre la
leo (1973-1974) motivó que las actas, repartidas
catedral compostelana en particular experimentó
en tres volúmenes, no se publicaran sino años
un enfático retorno en la última década de su vida
más tarde de forma segmentada y no sin gran-
publicando un denso número de trabajos, alguno
des esfuerzos por parte del Departamento de
de ellos lamentablemente póstumos2. Pero po-
Historia del Arte de la Universidad de Granada6.
dría decirse más: a pesar de llevar trabajando en
Este evento podría considerarse uno de los pun-
este país desde finales de los años cincuenta, éste
tos de inflexión en el desarrollo de los estudios
texto supuso la presentación de sus credenciales
histórico-artísticos de nuestro territorio, más
científicas en un marco temático más allá del es-
allá de las contribuciones de algunos autores
trictamente leonés. Hay que tener presente que
–ciertamente la calidad del conjunto fue cuanto
su tesis doctoral sobre la Biblia de San Isidoro de
menos muy contrastada–, por su significación
León de 960 (PhD University of Michigan 1962)
como una de las estaciones de arranque de lo
despertó en él un creciente interés por la colegia-
que ha venido a llamarse la quinta generación
ta, convertida por autores de la primera mitad del
de especialistas españoles. Esta nouvelle vague
siglo pasado de la talla de Gómez Moreno, Arthur
de nacidos en la década de los años cuarenta
Kingsley Porter y Georges Gaillard en el epicentro
y por lo tanto instalados entonces en la treinte-
creativo del cuadrante noroeste hispánico duran-
na, salían a la palestra científica de modo más
te el siglo XI. Podría decirse que, junto a su rol
o menos simultáneo7. Si lo tradujéramos a la
primigenio y activo en pro de extender el interés
dinámica del relevo generacional podría decirse
que le suscitó la miniatura alto y pleno medieval,
igualmente que el CIHA de Granada significó el
León fue para John Williams un verdadero cam-
tramo final de la trayectoria de algunos de los
pamento base desde el cual se aproximó a otros
especialistas que ejercieron su máxima actividad
conjuntos monumentales como Compostela o
tras el convulso y complejo periodo europeo de
Santo Domingo de Silos por indicar los dos que
mediado el siglo8.
fueron objeto de un superior interés por su par-
te3. Tiempo más tarde, una vez concluido su pro- John Williams se encontraba entonces en
yecto del Corpus de Beatos (ca. 1990-2000) en plena madurez, contaba 45 años, y acababa
los prolegómenos del nuevo siglo4, los intereses de instalarse en el que sería su definitivo centro
de John Williams se centraron en dos frentes: la laboral: la University of Pittsburgh en la que se-
historiografía del románico en León-Castilla y su ría docente durante más de un cuarto de siglo

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264 De lo que fue anunciado en diversas épocas

hasta su jubilación (1972-2000)9. Su contribu- panos del Centro de Estudios Históricos16. Por
José Luis Senra Gabriel y Galán

ción fue presentada a la sección de Edad Media un lado la súbita e inesperada muerte de Por-
presidida por Louis Grodecki (1910-1982), ca- ter no fue ajena a ello. Por otro la entrada en
tedrático de la Sorbona, y con Joan Ainaud de escena de autores ‘novecentistas’ de un talante
Lasarte (1919-1995), uno de los fundadores del intelectual refractario a planteamientos con en-
Departamento de Historia del Arte de la Univer- voltorios dogmáticos y pasionales: Georges Gai-
sitat Autònoma de Barcelona, como secretario. llard (1900-1967), Meyer Schapiro (1904-1996),
Las conferencias marco de la sección medieval Walter Muir Whitehill (1905-1978) o Kenneth
las impartieron el entonces ya octogenario his- John Conant (1894-1984), estos dos últimos –
toriador del arte suizo y catedrático emérito de conviene subrayarlo– discípulos de Porter. En
la Universidad de Berna, Hans Robert Hahnlo- fin, salvadas puntuales excepciones, la oscuridad
ser (1889-1974)10, para entonces un verdadero que se extendió por Europa entre 1936 y 1945 si
tótem e icono de la disciplina, y el arqueólogo bien no completamente disuelta, dejó en jirones
e hispanista alemán Helmut Schlunk (1906- aquella tan maniquea dialéctica.
1982), jubilado dos años antes de la dirección
Tras el umbral introductorio en torno al sís-
del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid y
mico planteamiento de Porter, el trabajo de Wi-
prócer de los estudios altomedievales en la pe-
lliams se introduce de lleno en el análisis de las
nínsula11. La aportación de Williams se insertó
primeras fases constructivas de la catedral romá-
en la segunda sub-sección, de las cuatro exis-
nica de Santiago de Compostela. Y lo hace des-
tentes, dedicada al Arte Románico12.
de las mismas puertas cronológicas del renacien-
te clima vivificador de los estudios de historia del
****
arte medieval hispano y como uno de los más
El trabajo de John Williams arranca de uno activos protagonistas de su reenfoque17. Como
de los clásicos artículos de Arthur Kingsley Por- se dijo líneas atrás, ésta aportación de John Wi-
ter (1883-1933), “Spain or Toulouse? and Other lliams hay que situarla en el marco del acta de
Questions”, publicado en 192413 y fundamental nacimiento de una activa e inquieta generación
en la cruzada personal de éste por subordinar de historiadores del arte medieval hispano. Al-
el arranque del arte del periodo pleno-medieval gunos de los ellos si no abiertamente proclives
que denominamos Románico realizado en te- a los argumentos en pro de la anticipación del
rritorio franco al desarrollado en el cuadrante románico hispano respecto al continental si en lo
noroeste de la península ibérica14. No por casua- tocante a las cronologías más tempranas18.
lidad el título utilizado por Porter y reformulado
Se abordan tres aspectos de importancia en
cincuenta años después por Williams derivaba
el marco de las primeras fases constructivas de la
a su vez de la primera parte de la monografía
catedral: repaso a los principales hitos cronológi-
sobre el arte de la Antigüedad Tardía –tan clá-
cos del edificio según el consenso más o menos
sica como polémica en su momento– de Josef
general derivado de las fuentes documentales y
Strzygowski (1862-1941) historiador del arte po-
arqueológicas disponibles hasta ese momento;
laco-austriaco. En el clima de diatribas en torno
aspectos puntuales de las excavaciones de los
a la disolución del Imperio romano, con Orient
años 50; la significación de los capiteles más
oder Rom posicionaba en Oriente el eje y nú-
antiguos; y finalmente la internacionalización de
cleo fundamental de influencia15. De este modo
la cabecera a partir del transepto y sus facha-
la elección de Porter recogía el espíritu inflama-
das monumentales. En definitiva, una inmersión
ble del trabajo de Strzygowski muy a sabiendas
en el estado de la cuestión del edificio al que
de que la detonación sería convenientemente
se aportan opiniones y nuevas interpretaciones
escuchada por la historiografía francesa. Y de
modo singular por el patriarca del arte medieval para, finalmente, conceder cierta preeminencia
del momento: Émile Mâle (1862-1954). Como constructiva a Toulouse en contra de la opinión
indica Williams, el tiempo fue atemperando este de Porter19.
encono interpretativo al que se sumaron con En el primer punto indica que el inicio se ha-
semejante vehemencia algunos especialistas his- bría producido hacia 1080 asumiendo la crono-

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De lo que fue anunciado en diversas épocas 265

logía mayoritariamente defendida por la historio- prelatura de Gelmírez. Para su cruce con Saint-

José Luis Senra Gabriel y Galán


grafía francesa, sobre todo a partir de Gaillard, Sernin de Toulouse Williams utiliza tanto los da-
en base al testimonio de la Historia Compostela- tos cronológicos indirectos como la convergen-
na y del Liber Sancti Iacobi (ca. 1130-1140). Es cia de la escultura de ambas fachadas con la Por-
decir, no considerando el epígrafe de la capilla te Miégeville24. Desechada la pretendida lectura
del Salvador en la que se indica que el edificio de 1103 en el epígrafe de Platerías25, recuerda
fue fundado en 1075, hito apoyado por la to- el año 1105, fecha de la consagración de los al-
talidad de los especialistas hispanos. Igualmen- tares de cabecera y transepto, como testigo de
te asume el hiato que supuso la deposición del un terminus post quem para la elevación de sus
obispo Diego Peláez (1088) y la continuación de fachadas precediendo la meridional –Platerías– a
la obra a partir de Diego Gelmírez con un nuevo la norte en base a que el altar extremo de sep-
arquitecto, Esteban asunto sobre el que regre- tentrión (San Nicolás) no se activaría hasta más
saría en trabajos posteriores20. En esta dinámica tarde. Y afrontando el problema de semejanza
expositiva se detiene ampliamente en las exca- multi-nominal (Alfonsos, Bernardos y Diegos)
vaciones de los años 50 y de modo singular en intrínseco a la catedral gallega que más tarde
la ‘enigmática’ cimentación que salió a la luz en apuntara Moralejo26, aquí Williams realizó una
el deambulatorio que al poco de ser publicada importante inversión del significado: el epígrafe
por Manuel Chamoso en 1956 dio lugar a que del Santiago de la parte alta de Platerías (anfus
el arqueólogo francés René Louis (1906-1991) rex) no haría referencia tal y como apuntara Gai-
planteara la posibilidad de un proyecto previo llard a Alfonso VI, muerto en 1109, sino a su nie-
que incluso habría tenido planta de herradura21. to Alfonso Raimúndez coronado en 1111 como
Williams se alinea con la consideración de este rey de Galicia. Con ello presentaba un diagnós-
trazado con un edificio más pequeño, en el mar- tico cronológico más específico y también más
co de la actividad interrumpida del gobierno de tardío para la inequívocamente evolucionada
Peláez. Muy recientemente éste asunto ha sido plástica de aquella pieza.
retomado planteando un proyecto catedralicio La contribución concluye regresando a Porter
más limitado que el actual22. y utilizando una de sus sentencias en torno a la
El siguiente bloque tratado se centra en re- provisionalidad cuando no cualidad efímera de
afirmar los lazos estilístico-iconográficos de los gran parte de la ciencia histórica del arte, máxi-
capiteles de la fase de Peláez con prototipos de ma que John Williams tuvo siempre muy presen-
la Auvernia y del Languedoc enfatizando Sain- te como pone de relieve sus revisitas auto-críti-
te-Foy de Conques y Saint-Sernin de Toulouse cas a algunos de sus antiguos trabajos. En fin,
como construcciones marco, mapa de interpre- con su aportación Williams cogía el testigo de
tación delineado en los años treinta por Gaillard. su antecesor y también hispanista trasladando
Williams considera que las relaciones de la cabe- de modo definitivo el marco exegético de estilo,
cera de Peláez respecto a ellas, materializadas en cronología y prioridades impregnadas de un áci-
las fases sensibles para Compostela en la década do sesgo nacionalista hacia una más saludable
de los años ochenta del siglo XI, se hacen indis- mirada en perspectiva transversal27. Desde esta
cutibles23. renovada cartografía los estudios sobre la cate-
Finalmente aborda el área temática de esta dral iniciaban un fructífero y largo itinerario28.
primera vida de la catedral románica que más es- En sus últimos años de vida se volvió a in-
tudios había concentrado hasta los años setenta teresar con ímpetu por la historiografía sin ser
y que más habría que acumular hasta el presen- en exceso consciente de que desde tiempo atrás
te: el transepto y sus dos fachadas monumenta- él formaba parte sustancial de ella. Dotado de
les. Este periodo, más netamente internacional rigor y de un fino sentido de los límites de la her-
desde el punto de vista tectónico-ornamental y menéutica, ante recientes y llamativas tenden-
no por su recepción de modelos foráneos sino cias rayanas en el ensayo vaporoso hizo suyo ese
por su conversión en un activo foco de influen- aforismo en torno a que “no es lícito quebrar
cia, sería el asociado tradicionalmente con la la lógica de la historia sin el peligro de aventar

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266 De lo que fue anunciado en diversas épocas

puras fantasías”29. En fin, su ansia de vida activa energía juvenil, sin expresar interés por su final
José Luis Senra Gabriel y Galán

en la disciplina le hizo aspirar a los arquetipos de y reponiéndose con sobrecogedor ímpetu de los
historiadores centenarios como Ramón Menén- achaques que en esa su postrera década trata-
dez Pidal o Manuel Gómez Moreno. Rebasados ron de zancadillear su entusiástica actividad. Fi-
los noventa años y con una espléndida forma in- nalmente el insobornable reloj biológico, con su
telectual éste último exclamaba entre los suyos hora final –implacable–, lo detuvo. Aunque no
que por fin había dado un paso sustancial: su su legado científico que proseguirá en el tiempo
miedo a la muerte había mutado en una intensa ya incorporado a una vibrante época de estudios
curiosidad por ella30. Ciertamente John Williams hispánicos medievales.
no llegó a ese estadio y aspiraba la vida con una

NOTAS postela. Pilgerarchitektur und bildliche Domínguez Rodríguez (1941), Mª del


Repräsentation in neuer Perspektive (B. Carmen Lacarra (1945), Serafín Mo-
Nicolai / K. Rheidt, ed.), Berlín: Peter ralejo (1946-2011) ó Mª Pilar Silva
1
Este título se deriva del comienzo
Lang, 2015, pp. 73-87. Maroto (ca. 1945), por citar los más
de los Comentarios de Beato de Liéba-
na al Apocalipsis de San Juan (“Quae-
3
A renglón seguido que León, destacados. Sobre la concreción de las
dam quae diversis temporibus in Veteris desde fines del siglo XIX Silos constituía sucesivas generaciones de historiado-
Testamenti libris praenunciata sunt”), una piedra angular en las teorías de res del arte españoles: G. Borras Gua-
como se sabe, uno de los prioritarios precocidad del Románico hispano. So- lis, “Cien años de Historia del Arte en
marcos temáticos de la labor científica bre esto: Linda Seidel, “Introduction”, España”, Tiempo y Sociedad 7 (2012),
de John Williams. Por otro lado cabe en: M. Schapiro, Romanesque Archi- pp. 18-33. Entre los foráneos podría-
recordar que en esta misma sección, tectural Sculpture. The Charles Eliot mos señalar a Eliane Vergnolle (1943)
‘Escrito sobre’, la revista Quintana se Norton Lectures, University Chicago o al bizantinista Rainer Stichel (1942).
benefició hace ya más de una década Press, 2006, pp. xii-xxi; J. L. Senra, “Bet- 8
Entre los presentes: Charles
de un trabajo de John Williams sobre ween Rupture and Continuity: Roma- Sterling (1901-1991) o Roberto Salvini
la catedral de Santiago (“El incendio nesque Sculpture at the Monastery of (1912-1985). En este marco cronoló-
en Santiago de Compostela en 1117: Santo Domingo de Silos”, en: Current gico de historiadores del arte habría
una reconstrucción gráfica de Kenneth Directions in Eleventh and Twelfth-Cen- que hacer algunas excepciones como
John Conant”, Quintana 3 (2004), pp. tury Sculpture Studies (R. A. Maxwell / son los casos de Marcel Durliat (1917-
179-184). K. Ambrose, ed.), Turnhout: Brepols, 2006) o de José María de Azcárate
2010, pp. 141-167. (1919-2001). Éste último formó junto
2
“The Emergence of Spanish
Romanesque Sculpture: A Century of
4
J. Williams, The Illustrated Bea- a Xavier de Salas (1907-1982), enton-
Scholarship”, en: Current Directions in tus. A Corpus of Illustrations of the ces director del Museo del Prado, y
Commentary on the Apocalypse, Lon- José Manuel Pita, el comité español del
Eleventh and Twelfth-Century Sculptu-
dres: Harvey Miller, 1994-2003, 5 vols. CIHA-73, como vicepresidente, presi-
re Studies (R. A. Maxwell / K. Ambrose,
ed.), Turnhout: Brepols, 2010, pp. 185-
5
Ver nota 2. dente y secretario respectivamente.
200; “Framing Santiago”, en: Roma- 6
Planificado inicialmente en cua-
9
Para un detallado perfil biográfi-
nesque Art and Thought in the Twelfth tro tomos, el primer volumen fue pu- co de John Williams: T. Martin, “John
Century. Essays in Honor of Walter blicado en el 76, el segundo en el 77 Williams (1928-2015)”, Archivo Espa-
Cahn (C. Hourihane, ed.), Penn State y el tercero en el 78. Los esfuerzos por ñol del Arte 88 (2015), 329-330; R.
University Press, 2008, pp. 219-238; cumplir con el compromiso de edición, K. Emmerson / P. A. Patton / T. Martin,
“La basílica compostelana y el camino calificado de ‘grave’, se manifiestan en “John Wesley Williams”, Speculum
de peregrinación”, en: Compostela y los prólogos de los tres volúmenes re- 91/3 (2016), 902-905. Entre los me-
Europa. La historia de Diego Gelmírez dactados por José Manuel Pita Andra- dievalistas asistentes al congreso de su
(M. Castiñeiras, ed.), Milán: Xunta de de (1922-2009), entonces catedrático misma generación: Thomas W. Lyman
Galicia / Skira, 2010, pp. 110-121; del Departamento de Historia del Arte (1926-1992), James D. Breckenrid-
“The Tomb of St. James. Coming to de la Universidad de Granada y secreta- ge (1928-1982), Anscari M. Mundó
Terms with History and Tradition”, en: rio del Congreso. (1923-2012) ó Mireille Mentré (1928).
Culture and Society in Medieval Galicia. 7
Entre los jóvenes historiadores 10
Su ponencia llevó como título:
A Cultural Crossroads at the Edge of del arte medieval hispano de esta ge- “La imagen mental del arte en la Es-
Europe (J. D’Emilio, ed.), Leiden: Brill, neración presentes en el CIHA grana- paña medieval”. Representante activo
2015, pp. 543-572; “The Mysteries dino: Isidro Bango (1946), Xavier Barral de la psicología del arte y del método
of Santiago”, en: Santiago de Com- (1947), Eduard Carbonell (1946), Ana histórico-crítico, Hahnloser fue uno

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De lo que fue anunciado en diversas épocas 267

de los primeros discípulos de Julius 15


J. Strzygowski, Orient oder 20
J. Williams, “La arquitectura

José Luis Senra Gabriel y Galán


von Schlosser en la Universidad de Rom. Beiträge zur Geschichte der del Camino de Santiago”, Composte-
Viena doctorándose con un estudio spätantiken und früchristlichen Kunst, llanum XXIX (1984), pp. 267-290. En
sobre Villard de Honnecourt (Villard Leipzig: J. C. Hinrichs’sche Buchhand- este trabajo planteó una tentativa de
de Honnecourt: kritische Gesamtaus- lung, 1901. Lanzado como crítica a las inversión en la cronología de los artí-
gabe des Bauhüttenbuches. Viena: teorías de Franz Wickhoff (1853-1909), fices: Esteban se correspondería con el
Schroll, 1935). Al círculo de Schlosser sobre su significación ver: J. Elsner, arquitecto primigenio y Bernardo y Ro-
se añadirían pocos años después Ernst “The Birth of Late Antiquity: Riegl and berto los asociados a Gelmírez.
Gombrich, Otto Pächt, Hans Sedlmayr Strzygowski in 1901”, Art History 25/3 21
R. Louis, “Fouilles executés dans
o Charles de Tolnay (U. Kultermann, (2002), pp. 358-379. la cathedrále Saint-Jacques-de-Com-
Historia de la Historia del Arte. El cami- 16
Williams apunta un hecho de postelle”, Bulletin de la Société Natio-
no de una ciencia, Madrid: Akal, 1996 importancia: antes de la entrada en nale des Antiquaires de France 1954-
(Nueva York, 1993), pp. 213-223). escena de Porter los especialistas hispa- 55, pp. 152-153.
11
Su contribución: “El arte cristia- nos fueron menos propensos a consi- 22
Sobre la hipótesis en torno a la
no-hispánico del primer milenio. Resul- derar la anticipación del románico en el pertenencia de las tres primeras capi-
tados obtenidos y problemas actuales”. noroeste (véase nota 3 de su trabajo). llas a un trazado anterior generando
12
Actas del XXIII Congreso Inter- Posteriormente en la inercia cultural del una tipología de cabecera ciertamente
nacional de Historia del Arte. España 98 la pretensión un tanto quijotesca de ‘exótica’: K. Rheidt, “Neue Forschun-
entre el Mediterráneo y el Atlántico. Porter alcanzó, bien que de modo muy gen zur Baugeschichte der Kathedrale
Granada 1973), Granada: Universidad efímero, cierta aura entre mesiánica y von Santiago de Compostela – bauli-
de Granada, 1976, tomo I, p. 261. En profética afilada aún más tras su ines­ che Entwicklung und Bauphasen des
esta sección brilló con luz propia la perada muerte en 1933. Sobre esto Langhauses”, en: Santiago de Com-
aportación de un joven Serafín Morale- ver: J. L. Senra, “Between Rupture and postela. Pilgerarchitektur und bildliche
jo en torno al link greco-romano de un Continuity”, pp. 145-146, n. 26. Repräsentation in neuer Perspektive (B.
capitel de la iglesia de San Martín de 17
El pulsómetro más fehaciente Nicolai / K. Rheidt, ed.), Berna: Peter
Frómista a partir de su inspiración en el para constatar este impetuoso resurgir Lang, 2015, pp. 103-133.
sepulcro de Husillos (siglo II d. C.) hoy de la historia del arte alto y pleno-me- 23
Al hilo de esta etapa de la ca-
en el Museo Arqueológico Nacional (S. dieval lo constituye el excelente manual tedral compostelana, en el momento
Moralejo, “Sobre la formación del esti- de Joaquín Yarza Luaces (1936-2016) en el que John Williams participaba en
lo escultórico de Frómista y Jaca”, id., publicado en su primera edición antes el CIHA/Granada se publicaba el colo-
427-434). del fin de esa década: J. Yarza, Arte y fón de su campaña arqueológica en
13
A. K. Porter, “Spain or Toulouse? arquitectura en España 500/1250, Ma- San Isidoro de León iniciada en 1969.
and Other Questions”, The Art Bulletin drid: Cátedra, 1979. Fue este trabajo clave para desplazar
7 (1924), pp. 2-25. Se publicaba como 18
En el marco anglosajón el expo- dos décadas la cronología del llamado
un flash derivado de su reciente gran nente más rotundo en el rescate del le- Panteón -de 1060 a 1080- haciéndo-
aldabonazo sobre la cuestión: Roma- gado Porter fue: Millard Fillmore Hearn lo estrictamente contemporáneo al
nesque Sculpture of Pilgrimage Roads, (1938), irónicamente, al igual que arranque de la fábrica gallega (J. Wi-
Boston: Marshall Jones, 1923, 10 vols Williams, profesor en la University of lliams, “San Isidoro in León: Evidence
(ver tomo I, pp. 211 y ss.). Pittsburgh: M. F. Hearn: Romanesque for a New History”, The Art Bulletin 55
14
G. Bazin, Histoire de l’histoire Sculpture. The Revival of Monumental (1973), pp. 170-184).
de l’art de Vasari à nos jours, París: Al- Stone Sculpture in the Eleventh and 24
La aportación de John Williams
bin Michel, 1986, pp. 258-269; Linda Twelfht Century, Ithaca, N.Y.: Cornell al CIHA fue paralela a la reactivación de
Seidel, “Arthur Kingsley Porter (1883- University Press, 1981. A este respecto los trabajos sobre Saint-Sernin de Tou-
1933)”, en: Medieval Scholarship. Bio- ver reseña de W. Sauerländer en The louse a cargo de Thomas Lyman (1926-
graphical Studies on the Formation of Art Bulletin 66/3 (1984), pp. 520-522. 1992) –presente en el congreso- y Mar-
a Discipline. Volume 3: Philosophy and 19
Una década más tarde Serafín cel Durliat (1917-2006): T. W. Lyman,
the Arts (H. Damico, ed.), Nueva York, Moralejo cogía el testigo a Williams “The Sculpture Programme of the Por-
2000, pp. 273-286; J. Mann, “Roman- realizando un brillante perfilado de las te des Comtes Master at Saint-Sernin
tic Identity, Nationalism, and Understan- primeras fases de la catedral en base in Toulouse”, Journal of the Warburg
ding of the Advent of Romanesque Art a los conocimientos acumulados has- and Courtauld Institutes 34 (1971), pp.
in Christian Spain”, Gesta 36/2 (1997), ta entonces: “Notas para una revisión 12-39; M. Durliat, “La construction de
pp. 156-164; Id., “Georgiana Goddard de la obra de K. J. Conant”, en: K. J. Saint-Sernin de Toulouse. Étude histo-
King and A. Kingsley Porter Discover the Conant: Arquitectura Románica da rique el archéologique”, en: Actes du
Art of Medieval Spain”, en: The Origins catedral de Santiago de Compostela, 3e congrès de la Société des historiens
of Hispanism in the United States (R. L. Santiago de Compostela: Colexio de médiévistes de l’enseignement public.
Kagan, ed.), Chicago: The University of Arquitectos de Galicia, 1983, pp. 221- La construction au Moyen-Âge. Histoi-
Illinois, 2002, pp. 171-192. 236. re et archéologie, Besançon, 1972, pp.

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268 De lo que fue anunciado en diversas épocas

201-211. Años después Durliat culmi- en la Edad Media (R. Cassanelli, ed.), 28
El interés que suscitó la aporta-
José Luis Senra Gabriel y Galán

naría sus prospecciones sobre el que Barcelona: Moleiro, 1995, p. 127. ción de John Williams al CIHA lo pone
fue llamado ‘arte del camino de prere- 27
Huelga indicar la distancia que, de relieve la reseña que, a los meses
grinación’ con: La sculpture romane de a cien años de la implementación de la de publicarse, le dedicó Marcel Dur-
la route de Saint-Jacques. De Conques polémica, los últimos trabajos sobre el liat considerándola poco menos que
à Compostelle, Mont-de-Marsan: CE- tema distan no poco de aquella dialéc- terapéutica (M. Durliat, “Toulouse ou
HAG, 1990. tica. En este sentido véanse tres ilustra- l’Espagne … suite”, Bulletin Monu-
25
Sobre la división de opiniones en tivos ejemplos de volúmenes colectivos: mental 134 (1976), pp. 343-344).
este asunto: J. L. Senra, “Concepto, fi- Compostela y Europa. La historia de 29
C. Sánchez Albornoz, El drama
liación y talleres del primer proyecto ca- Diego Gelmírez (M. Castiñeiras, dir.), de la formación de España y los espa-
tedralicio”, en: En el principio: Génesis Milán: Xunta de Galicia / Skira, 2010; ñoles. Otra nueva aventura polémica,
de la catedral románica de Santiago de En el principio: Génesis de la catedral Barcelona: Edhasa, 1977, p. 52.
Compostela. Contexto, construcción románica de Santiago de Compostela. 30
J. Caro Baroja, “Don Manuel al
y programa iconográfico (J. L. Senra, Contexto, construcción y programa hilo del recuerdo (Gómez Moreno en
ed.), Santiago de Compostela: Teófilo iconográfico (J. L. Senra, ed.), Santiago su centenario vivo)”, en: Viejos amigos,
Edicions, 2014, pp. 58-141, esp. 74- de Compostela: Teófilo Edicions, 2014; grandes figuras, Madrid: Caro Raggio,
75, nn. 78-79, 85-87. Santiago de Compostela. Pilgerarchi- 2015, pp. 393-414, esp. 394. Inicial-
26
S. Moralejo, “Santiago de Com- tektur und bildliche Repräsentation in mente publicado en: Boletín de la Real
postela: la instauración de un taller neuer Perspektive (B. Nicolai / K. Rheidt, Academia de la Historia CLXVII (1970),
románico”, en: Talleres de arquitectura ed.), Berna: Peter Lang, 2015. pp. 117-132.

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“Spain or Toulouse?” A Half Century Later 269

John Williams

“Spain or Toulouse?” A Half Century Later Observations on the Chronology of Santiago de Compostela”, en: Actas del XXIII
Congreso Internacional de Historia del Arte. España entre el Mediterráneo y el Atlántico. Granada 1973, Granada: Universidad de
Granada, 1976, tomo I, pp. 556-567.

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John Williams “Spain or Toulouse?” A Half Century Later

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“Spain or Toulouse?” A Half Century Later 271

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¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después 281

“«¿ESPAÑA O TOULOUSE?» OBSERVACIONES MEDIO

John Williams
SIGLO DESPUÉS SOBRE LA CRONOLOGÍA DE
SANTIAGO DE COMPOSTELA”1*
John Williams
University of Pittsburg, U.S.A.

En menor grado, el título del artículo de Kingsley Porter en The Art Bulletin de 1924
es para el periodo románico lo que el Orient oder Rom de Stryzgowski fue para el periodo
del cristianismo primitivo. Se basa en una cuestión real pero la apariencia de una pregunta
abierta se contradice con el texto que le sigue. El artículo de Porter fue inspirado por L’Art
réligieux du XIIe siècle de Émile Mâle2, que Porter revisó desde lo que podría ser una cierta
obsesión por establecer la preponderancia española sobre algunas convenciones icono-
gráficas y formales3. Mientras los estudiosos españoles decidieron considerar el Románico
como un producto galo4, Porter descubrió Silos y todo lo que conllevaba, para él, del
refinamiento del arte español del siglo XI5. Considerando la pregunta que Porter estable-
ció en su título, el arte de Toulouse recibió sorprendentemente poca atención y el rígido
acercamiento acentuadamente nacionalista parece haber provocado una desafortunada
reacción contraria la cual era y sigue siendo una pregunta sin respuesta que continua en
el epicentro de esta cuestión como el desarrollo del los programas escultóricos románicos
y el concepto de las vías-escuelas de peregrinación. De este modo, Gaillard, en el trabajo
más importante sobre monumentos relevantes escrito tras el artículo de Porter, condenó
la pregunta “¿España o Toulouse? como “irritante” adoptando una postura que le llevó
a desviarse de la directa confrontación del asunto: “La renaissance de la sculpture à la fin
du XIe siècle ne s’est pas produite, comme on paraît l’avoir supposé souvent, en un seul
endroit déterminé ... mais au contraire en divers points à la fois”6. Durante la media cen-
turia transcurrida desde que Porter publicase su provocador artículo nuestro conocimiento
sobre las relaciones que se llevaban a cabo entre Languedoc y el norte de España no ha
experimentado grandes avances. Sólo recientemente la legítima pregunta realizada por
Porter se ha visto reiterada en algunos estudios7 que se mantienen en acusado contraste
con la visión demasiado acelerada de Porter como un “viaje con todo incluido” por las vías
de peregrinación.
A medida que la problemática acerca del papel formativo de España en la configura-
ción del arte románico del sudoeste europeo resurge, Santiago de Compostela ocupa un
puesto prominente. Esto no se debe únicamente al hecho de que su planta, el uso de es-
cultura y su estilo escultórico e iconográfico cuentan con notables analogías comparables
con elementos del norte de los Pirineos, sino también porque la cronología de la etapas
de Santiago está fijada dentro de unos límites bastante concretos por los estándares que
normalmente se aplican en los estudios del periodo románico8. Nuestro conocimiento
de la evolución de Santiago se debe a un rico surtido de “documentos”: una biografía
de Diego Gelmírez, el prelado responsable de la catedral románica9; la historia del lugar
incluida en el llamado Codex Calixtinus10; inscripciones con fechas; y las excavaciones
realizadas en la década de los cincuenta11. Como resultado tenemos un preciso consenso

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282
John Williams ¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después

acerca de la cronología de Santiago: 1) El edificio estaba bastante avanzado en 1088


bajo la dirección del obispo Diego Peláez; 2) En el momento de la deposición de Peláez
por motivos políticos en 1088 la cabecera, o al menos las tres capillas mas orientales del
ambulatorio, habrían sido completadas; 3) En 1112 el transepto, incluidas sus fachadas,
estaban más o menos completadas. Estas fechas coinciden tan exactamente con las acep-
tadas para Saint-Sernin en Toulouse que el punto de vista de Gaillard sobre la cuestión
“¿España o Toulouse?” o al menos “¿Santiago o Saint-Sernin?” no tiene sentido, lo que
casi parece reivindicarse.
Sin embargo, si se presta mayor atención a los fundamentos de la cronología de
Santiago, ésta sugiere algunas interpretaciones dispares respecto a las frecuentemente
aceptadas. Me gustaría revisar algunos aspectos sobre estas evidencias que proyectan du-
das sobre el supuesto de que Santiago y Saint-Sernin crecieron simultáneamente, y para
sugerir que debemos estar más abiertos a la idea de que Santiago fue posterior, en el
tiempo, a la iglesia de Saint-Sernin.
En estudios recientes12, las excavaciones que se llevaron a cabo en Santiago en la dé-
cada de 1950 han sido citadas como pruebas del reclamo tradicional en torno a que hubo
un cambio fundamental en la construcción de la catedral entre las tres capillas más orien-
tales y la continuación de la parte oeste de la cabecera. El Bulletin de la Société Nationale
des Antiquaries de France publicó en 1957 un informe sobre las excavaciones donde se
abordaba esta cuestión13. Según este informe y el plano que lo acompaña (Fig.1) restos de
una cimentación del muro mostraron que el deambulatorio original era menos profundo
que el actual y seguía una trayectoria en forma de herradura. Uno puede asumir que la
subestructura a la que se hace referencia está representada en el plano que se acompaña
por una línea presente en el lado norte frente a la capilla de Santa Fe (ver flecha, fig.1), la
cual se adhiere a la línea del deambulatorio actual, y vuelve a fundirse en el lado sur frente
a lo que era la capilla de San Andrés. Esto puede ser una evidencia firme y concisa del
avance al que habían llegado los trabajos llevados a cabo por Peláez antes de su marcha
en 1088 para dejar paso al proyecto de Gelmírez. De hecho, esa conclusión aparece en el
plano donde una línea de puntos atraviesa el coro: las tres capillas al este de esa línea se
atribuyen al obispo Peláez: aquellas situadas en el oeste se asignan a Diego Gelmírez y al
maestro Esteban como arquitecto.
Sin embargo, si uno compara este plano con el dosier de la excavación publicada en
España14, es imposible verificar estos importantes descubrimientos y conclusiones (Fig. 2).
El área crucial frente a la capilla de Santa Fé se muestra como si no se hubiese abierto.
Lo que se presenta y de lo que se da noticia es de una pequeña y enigmática sección de
unos cimientos del muro abandonado (ver flecha Fig. 2) que se extiende desde la esquina
donde el deambulatorio se encuentra con el transepto norte y termina abruptamente en
su punto más prominente frente a Santa Fé (Fig. 4)15. Ya que se trata de restos absorbidos
por los sillares de granito pertenecientes a los cimientos del actual deambulatorio, fueron
asentados primero. Aunque su forma de herradura no se menciona en los artículos fran-
ceses, los españoles establecen16 que la base de estos restos terminan en el punto donde
se debería encontrar alguna evidencia del cambio de la arquitectura de Peláez a la de
Gelmírez. Si este es el caso, uno llega a la conclusión totalmente contraria a la que se llegó
en el Bulletin des Antiquaires: los cimientos más antiguos, los de Peláez, deberían estar
situados hacia el “oeste” de las tres primeras capillas del ambulatorio y haber pertenecido

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¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después 283

John Williams
a un proyecto abandonado mucho más reducido que el que finalmente se llevó a cabo.
Además, no habría nada en pie hoy en día que se pudiese atribuir al proyecto de Peláez.
Mientras que no estoy seguro de que uno deba deducir algo tan grande a partir de un
vestigio tan enigmático, sí está claro que la excavación tal y como ha sido tratada hasta
ahora no aporta ninguna evidencia firme sobre el punto en el que los talleres del siglo XI
dieron paso a los del XII.
Dos capiteles17 en la entrada de la capilla de San Salvador han sido interpretados como
la confirmación de que este área estaba terminada durante la administración del obispo
Peláez. Una pareja de ángeles sujetando filacterias que declaran tempore presulis didac incep-
tumo pus fuit en un capitel, y regnante principe adefonso constructum opus (Fig. 6) en el otro.
Gaillard creía imposible que Peláez, al cual Alfonso obligó a renunciar a su rango episcopal
por su participación en un plan abortado para poner Galicia en manos de Guillermo el
Conquistador, hubiera sido honrado conjuntamente con Alfonso. También pensaba que el
estilo de estos capiteles los situaba en la primera etapa de Santiago, entre 1078 y 108818.
Sin embargo al mismo tiempo admitió que tanto su estilo como su iconografía encontra-
ban sus paralelos más cercanos en los capiteles de la Auvernia del siglo XII, una conexión
que hizo plausible haciendo referencia a los prototipos auverneses perdidos del siglo XI19.
Uno puede creer fácilmente que estos capiteles son contemporáneos a los más maduros
de Conques y la Auvernia, llevados a cabo cuando el conflicto había dejado de ser un
problema. Incluso su iconografía parece rendir homenaje a sus predecesores, por las pe-
queñas figuras tomadas como efigies de Alfonso y Peláez mostrados entre ángeles que
tocan sus hombros con actitud protectora20. Cerca de estos se encuentran otros capiteles
que emplean tipos iconográficos presentes en el portal del transepto sur y en obras rela-
cionadas con la iglesia de Saint-Sernin de alrededor de 1090. Sin embargo, tenemos en la
ventana situada entre las capillas de San Salvador y San Pedro el castigo o advertencia del
pecado en la forma de un hombre amenazado por dragones con colas enroscadas (Fig. 3),
una temática representada en la “Porte des Comtes” de Toulouse (Fig. 5)21. Si el estilo no
es idéntico, la composición sí lo es. La luxuria, con serpientes en sus senos, en la misma
ventana y cercana al ambulatorio en Santiago, aporta otro paralelo con los capiteles de la
“Porte des Comtes”22.
El carácter mas avanzado e “internacional” de estos capiteles y de los capiteles con
inscripciones, en comparación con otros, asemeja tipos más primitivos y autóctonos que
los de San Salvador y adyacentes23, lo que indica que hubo dos etapas de construcción
incluso en este punto de la cabecera, con Gelmírez dirigiendo la finalización de la curva del
deambulatorio. Esto explicaría por qué estos capiteles fueron dedicados en 1105, diecisiete
años después de la marcha de Peláez24. Sin embargo, los capiteles más primitivos podrían
haber sido labrados durante el ejercicio de Peláez, esto es durante la década de 108025,
pero es necesario recordar que aunque Gelmírez se convirtió en obispo en 1100, asumió
todos los cargos administrativos de la catedral al menos siete años antes26. Podía haber
seguido contratando talleres locales por un corto periodo de tiempo y luego haberlos re-
emplazado con los escultores que estaban en contacto con las novedades de otros lugares
que aportaban las rutas de peregrinación, incluyendo Conques y Saint-Sernin27. Dado que
muy poco de lo que vemos de la catedral hoy en día había sido terminado en la década de
1090, no sería plausible atribuir las similitudes de las tipologías de capiteles de Santiago y
Saint-Sernin a la reelaboración independiente de prototipos similares28.

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284
John Williams ¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después

Un escaso nivel de similitud, si no de identidad, del estilo escultórico e iconográfico


crean la relación entre la fachada del transepto sur de Santiago y la entrada sur de Saint-
Sernin un problema mayor dentro de cualquier consideración a la pregunta “¿España
o Toulouse?” o su versión más pulida “¿Santiago o Saint-Sernin?” A pesar de que Por-
ter pensó que Santiago determinó el tipo de iglesia que se construyó a lo largo de las
rutas de peregrinación, estaba preparado para aceptar que algunas de las figuras de la
fachada de “Platerías” eran responsabilidad de un maestro que posiblemente, pero no
necesariamente, comenzó su carrera en Toulouse29. Gaillard vio un mutuo intercambio de
influencias30. En cada caso, la asumida contemporaneidad de la “Porte Miègeville” y la
“Puerta de Platerías” creó un problema sobre el punto de origen del particular estilo tan
insoluble como irrelevante. Sin embargo, la evidencia que crea la base de esta asunción
de contemporaneidad entre estos dos importantes pórticos y sus programas debería ser
examinada con ojo crítico. Bajo un consenso experto, la “Porte Miègeville” ha sido datada
entre 1100-111531. El primer indicativo que tenemos sobre la datación del comienzo de los
transeptos de Santiago es la dedicación de 1105 que la Historia Compostelana32 registra
al incluir todas las capillas de los transeptos excepto la de San Nicolás, la más exterior del
transepto norte. Ha sido debatido que la fachada del transepto norte se ejecutó primero,
que tuvo una importancia primaria y que por ello su escultura inició el programa icono-
gráfico33. La no inclusión de la capilla de San Nicolás en la dedicación de 1105 sugiere que
la esquina del transepto no había sido iniciada, y uno debería dudar a la hora de situar el
conjunto escultórico de la fachada norte de Santiago mucho antes del final de la primera
década del siglo XII. Sin embargo, el terminus ante quem para algunas de las esculturas del
transepto sur de Santiago es 110934. La base de esta fecha es la bien conocida inscripción
anfus rex junto a la figura de Santiago sobre la entrada del transepto sur. Normalmente se
asume que hace referencia a Alfonso VI, quien murió en 1109. Esta inscripción supone
un gesto poco habitual y uno esperaría que tuviese algún significado especial. Se debe
recordar, por tanto, que el sucesor de Alfonso VI del mismo nombre ya contaba con una
presencia destacada en la historia de Galicia, mucho antes de ser coronado emperador de
León en 1126. En 1107 Alfonso VI había decretado que su hija y heredera Urraca debía
volver a casarse y que el hijo de ésta Alfonso Raimúndez debería poseer Galicia. Cuando
Urraca contrajo matrimonio con Alfonso el Batallador de Aragón, el reinado de Alfonso
Raimúndez se convirtió en un problema para las maniobras entre Gelmírez y los magnates
gallegos por un lado y Urraca por el otro. Como resultado, en 1111 Alfonso Raimúndez
fue consagrado por Gelmírez, entregada la espada, el cetro, la corona de oro y se situó
en el trono episcopal en la Catedral de Santiago en su solemne coronación como rey de
Galicia35. En 1116, como una maniobra para consolidar su posición, se obsequió a Alfonso
con una entrada triunfal en la ciudad a su regreso de la batalla contra los Almorávides cer-
ca de Toledo36. Para clarificar estas circunstancias podría parecer que hay una equiparable,
sino mejor, razón para ver la inscripción anfus rex como una referencia al futuro Alfonso VII,
más que a Alfonso VI. Si este fuera el caso, la figura de Santiago, con todo lo que implica
estilísticamente para las relaciones entre la escultura de “Porte Miégeville” y la “Puerta de
Platerías”, no habría sido completada en 1109.
En conclusión, no parece ser que exista una firme evidencia para marcar el deambula-
torio o las fachadas de los transeptos de Santiago como anteriores o contemporáneos a las
partes comparadas de Saint-Sernin. Al mismo tiempo uno debe rechazar la idea de que la
iconografía y las formas estilísticas se crean de forma similar ya que los dos lugares pueden

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 269-287


¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después 285

John Williams
haber evolucionado de forma independiente generando una evolución natural de prototi-
pos similares. La evolución más clara sería la que empezó con la puerta del transepto y las
placas del deambulatorio de Saint-Sernin y terminó en San Isidoro de León. Considerarlo
como surgido de la nada aún por parte de quienes quisieron “desnacionalizar” la historia
sería negar a los individuos responsables de alguna de las soluciones más influyentes del
problema de diseño de los programas de las fachadas de las iglesias.
Si nuestra conclusión tiende a debilitar el principio favorito de una de las etapas de la
ilustrada carrera de Porter, concretamente el de España vis à vis Languedoc en el desarrollo
del arte románico, él mismo anticipó dicha revisión en su último libro sobre el arte español:

Los mejores libros escritos hace veinte o incluso diez años han envejeci-
do. No cabe duda de que lo que hacemos hoy parecerá igual de pintoresco
para un futuro aún más próximo. No existen trabajos clásicos en este campo.
Su fascinación, como el de la llama, se encuentra en gran parte en el mismo
hecho de que es cambiante y transitoria37.

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286 ¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después

NOTAS 4
A. K. Porter: “Pilgrimage Sculp- 14
M. Chamoso: Compostellanum
John Williams

ture”, American Journal of Archaeolo- 1/4, 1956, foto 18. Ver 319-322 para
gy 26, 1922, 10ff. ver una discusión acerca de este muro.
* Traducción: Sofía Fernández
Pozzo (Master University of York).
5
G. Gaillard: Les débuts de la 15
Ibíd., 321-322. El plano publi-
sculpture romane espagnole, París, cado al final del texto de Chamoso en
1
Artículos más recientes sobre es-
1938, 233. Compostellanum 2, 1957, no incluye
cultura románica (American Journal of
6
Ver por ejemplo, T. Lyman: “The ninguno de estos cimientos anómalos
Archeology 22, 1918, 339-427; Gazete
Pilgimage Roads Revised”, Gesta citados, pero la forma del sombreado
des Beaux Arts 15, 1919, 47-60) fue-
VIII/2, 1969, 30-44; S. Moralejo: “Une sí hace distinción entre los trabajos de
ron escritos en reacción a la revisión de
sculpture du style de Berbard Guilduin 1075-1088, y en el mismo punto de
Mâle de su propio “Lombard Architec-
à Jaca”, Bulletin Monumental 131, la cabecera. Se debe hacer notar que
ture” (Gazette de Beaux Arts 14, 1918,
1973, 7-16. K. Conant (Early Architectural History
35-46).
of Santiago de Compostela, Cambrid-
2
La primera pista sobre la idea de
7
Ver e.g., el reciente coloquio de
ge (Mass. 1926, 21-22, fig. 8, pl. VIII)
Porter acerca de la prioridad de España Conques, donde las fechas 1105-1112
detectó una ruptura en la continuidad
frente a Languedoc apareció en su ar- para el transepto aparecen como una
de la masonería del exterior del muro
guía establecida para los problemas
tículo de 1918 en American Journal of norte del deambulatorio en un punto
cronológicos de Sainte–Foy (W. Sauer-
Archaeology, en el cual supuso que el al oeste de la capilla de Santa Fé, lo que
länder, “Das 7. Colloquium der Société
escultor del claustro de Moissac derivó significa, un tramo al oeste del cambio
française d’ archèologie: Sainte- Foy
sus conocimientos de la escultura de problemático en la sillería sugerido por
in Conques”, Kunstchronik 26, 1973,
Wiligelmo hacia España (p. 422). Porter Chamoso. Sin embargo esto ocurre en
225-230).
parece haber descubierto España du- el nivel de la tribuna. Podría parecer
rante la creación de este artículo, por
8
“Historia Compostelana” en:
significativo que coincida con la eleva-
lo que en una de las primeras páginas España Sagrada. ed. H. Flórez, XX, Ma-
ción en el nivel del arco de la tribuna,
(404) se hace referencia al claustro de drid, 1766.
un cambio que sucede, por alguna ra-
Moissac como una creación original:
9
Liber Sancti Iacobi. Bk. V. Ver zón, justo un tramo antes del arranque
“No podemos regresar al claustro de Jeanne Vielliard ed., Le guide du pèlerin del transepto.
Moissac. El arte aparece allí de repente, de Saint Jaques Compostelle, Mâcon, 16
G. Gaillard: Les débuts de la
sin preparación, sin relación con todo 1938; K. J. Conant, The Early Architec-
sculpture romane espagnole, pl. LXX-
lo que se sabe en una fecha anterior a tural History of Santiago de Compos-
VIII, 11-12; M. Gómez Moreno, El arte
esta o en cualquier otra región” (“Back tela, Cambridge (Mass.) 1926, 49-58.
románico español, Madrid, 1934, pl.
of the cloister of Moissac we cannot 10
M. Chamoso Lamas: “Excava- CLVIII.
go. The art appears here suddenly, ciones arqueológicas en la catedral de 17
Op. cit., 165.
without preparation, unconnected Santiago (1945-1957)”. Compostella- 18
Ibíd., 172-174. Con la tenden-
with anything that is know of earlier num 1, 1956, 1-32, 349-400, 803-856;
cia a colocar los ejemplos auverneses
date in this or any other region”). 2, 1957, 575-678. Este es el informe
detrás de Conques, con el tiempo, se
3
E. Serrano Fatigati: “Esculturas provisional de las excavaciones. Un
pronunció una conexión directa entre
de los siglos XII y XIII: Aragón y Cata- buen sumario, con planos, fue publica-
los ángeles con filacterias de Sainte-Foy
luña”, Boletín de la Sociedad Españo- do por un asistente, José Guerra, como
de Conques y los dos capiteles de San-
la de Excursiones 8, 1900, 250-263; “Excavaciones en la catedral de San-
tiago. Ver P. Deschamps, Bulletin Mo-
V. Lampérez y Romea: Historia de la tiago”, I , La ciencia tomista 87, 1960,
numental 1941, 246 y W. Sauerlämder,
arquitectura cristiana española de la 97-168, 269-324.
Kunstchronik 26, 1973, 229-30. Mo-
Edad Media, Madrid, 1908, I, 24; L.
11
M. Durliat: L’art roman en Es-
nografías recientemente publicadas so-
Torres Balbás: “Los comienzos del arte pagne, París, 1962, 15-16; T. Lyman,
bre Conques y la Auvernia por Jaques
románico en Castilla y León y las rui- Gesta VIII/2, 32.
Bousquet y Zygmunt Swiechowski no
nas de San Justo en Quintanaluengos 12
R. Louis: “Fouilles executés dans estaban disponibles en el momento
(Palencia)”, Boletín de la Sociedad Cas- la cathédrale Saint-Jaques-de-Compos- de redactar este trabajo. Una relación
tellana de Excursiones 16, 1918, 1-6. tele”. Bulletin de la Societé nationale entre Santiago y Conques se manifiesta
Todos estos escritores están de acuerdo des Antiquaires de France 1954-55’ en otros capiteles y en la escultura del
en que el arte románico como estilo fue (1957). El plano se atribuye a M. Cha- tímpano derecho de la puerta de Plate-
importado de Francia remplazando las moso. El dosier fue resumido, con el rías. En el caso del capitel de Santiago
tradiciones locales debilitadas. Serrano mismo plano, en Bulletin monumental sobre la avaricia en el transepto norte
y Lampérez explicaron la importación 116, 1958,139-141. similar a un segmento del tímpano de
como una consecuencia de las nuevas 13
Ver nota 10. El plano mas com- Conques (Deschamps, loc. cit., fig. 5)
ataduras políticas y eclesiásticas de Es- pleto aparece en J. Guerra: La ciencia tiene la única explicación lógica en que
paña y Francia al finales del siglo XI y tomista 87, 1960, entre pp. 304-305. sea una derivación del tímpano, más
principios del XII. Ver nuestra figura 2. preferible que al contrario.

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¿España o Toulouse? Observaciones medio siglo después 287
19
Otro ejemplo de la actitud con- recer que Bernardo el arquitecto y los parte, acepta las columnas de mármol

John Williams
memorativa tomada por el sucesor de cincuenta canteros que se describen figuradas bajo las arcadas de Santiago
Peláez se encuentra en San Salvador, al servicio de Peláez en el Codex Ca- como una evolución estilística derivada
en la inscripción del muro norte donde lixtinus (Bk. V, cap. 18) podrían haber de los relieves del deambulatorio de
se manifiesta que el capitel fue dedica- alcanzado fácilmente la zona que tra- mármol de Saint-Sernin (188).
do en 1105, treinta años tras la funda- dicionalmente se le asigna a Peláez. Sin 30
W. Sauerländer: “Das sechste
ción de la iglesia (M. Gómez Moreno, embargo, podrían haber estado ocupa- internationales Colloquium der ‘Socie-
Arte románico 113). Alfonso VI murió dos en las extensiones laterales de los te française d’archéologie’: die Skulp-
en 1109. No sabemos la fecha de la cimientos. Es el mismo problema plan- turen von Saint-Sernin in Toulouse”,
muerte de Peláez, quien se retiró a Na- teado por F. Salet en su revisión de la Kunstchronik 24, 197, 341-347, p.
varra. Para datar los capiteles con las monografía de K. Conant “Cluny” (Bu- 346.
inscripciones en una fecha posterior a lletin monumental 127, 1969, 235ff.). 31
España Sagrada 20, 52-53.
la muerte de Alfonso a partir de su ico- 24
Es tentador verlos como con- S. Moralejo: “La primitiva facha-
32

nografía se necesitaría una recapitula- temporáneos a los capiteles del Pan- da norte de la catedral de Santiago”,
ción total de la cronología de Santiago. teón de León. Compostellanum 14, 1969, 661-662.
20
Como ejemplos en Saint-Sernin 25
En 1092/3 de acuerdo con la 33
A pesar de que la fecha de 1103
ver M. Durliat, “La construction de Historia Compostelana (España Sagra- dada como la finalización de “Plate-
Saint-Sernin de Toulouse au XIe siècle”, da 20, 19-20), pero Bernard Reilly ha rías” –la cual Gómez Moreno propu-
Bulletin monumental 121, 1963, figs. rebatido que la administración de Gel- so tras una lectura idiosincrática de la
7, 9, 11. Versiones similares aparecen mírez había comenzado antes de 1090 data en la jamba de la puerta derecha–,
en Lescar y Saint- Jean-de-Mazères (P. (“Santiago and Saint-Denis: The French siguen constando todavía en las publi-
Deschamps, French Sculpture of the Presence un Eleventh Century Spain”, caciones sobre la escultura de Santiago
Romanesque Period, pl. 27 a, b). La Catholic Historical Review 54, 1968, las refutaciones de Gaillard (Les débuts,
ventana de la tribuna de San Isidoro de 476-477). 158-160) y M. Schapiro (“A Note on an
León también como ejemplo (Gómez 26
Esto explicaría la aparición del Inscription of the Cathedral of Santiago
Moreno, Arte románico, pl LXIII), que “Maestro Esteban de Santiago” en de Compostela”, Speculum 17, 1942,
Gaillard (pp. 171, 227) pensaba podría Pamplona en 1101, cuatro años antes 261-262) como concluyentes.
haber sido el prototipo para las versio- de la dedicación del deambulatorio y 34
Historia Compostelana en Espa-
nes de Toulouse. Este reclamo no pue- las capillas del transepto en Santiago ña sagrada 20, 120.
de ser descartado, pero debería señalar (J. M. Lacarra, “La catedral románica 35
Ibíd., 210. Según A. G. Biggs
que mientras Gaillard pensaba que el de Pamplona. Nuevos documentos”, (Diego Gelmírez, First Archibishop of
capitel de León se data entre 1054 y Archivo Español de Arte y Arqueología Compostela, Washington D. C., 1949,
1063, evidencias recientes alegan que 7, 1931, 73ff.). La frecuente atribución 112-113), citando P. Rassow, (“Die
se debería situar mas tardíamente en del conjunto escultórico del portal del Urkunden Kaiser Alfons VII von Spa-
el siglo XI (J. Williams, Art Bulletin 55, transepto de Santiago a Esteban es de nien”, Archiv für Urkundenforschung
1973, 171ff. ). difícil reconciliación con su marcha de 10, 1928, 337), “A partir de este mo-
21
Gaillard, Les débuts, pl. LXXVII, Santiago tan temprana como 1101. mento se fechan la serie de documen-
9, 10 para Santiago; T. Lyman, “The 27
Una propuesta hecha por T. tos emitidos por el joven rey –que no
Sculpture Programme of the Porte des Lyman, Gesta VIII/2, 1969, 30ff. Otro pueden ser de estilo Alfonso VII–, en
Comtes Master at Saint-Sernin in Tou- tipo de capitel en Santiago que parece su propio nombre; al mismo tiempo,
louse”, Journal of the Warburg and responder a algún tipo de versión es- comienza la historia de su propia canci-
Courtauld Institutes 34, 1971 12ff. , pl. quematizada de un tipo encontrado en llería” (“From this time dates the series
9, d para el ejemplo de Toulouse. Saint-Sernin emplea pájaros que suje- documents issued by the young king,
22
Gómez Moreno: op. cit., pls. tan decoraciones vegetales. Cf. Lyman, who may now be styled Alfonso VII, in
CLIX, CLX; G. Gaillard, Les débuts, pl. fig. 2 y Gaillard, Les debuts, pl. LXXIX, his own name; at the same time the
LXXVIII, 2. 17, 18. history of his own chancery begins”).
23
España Sagrada 20, 52-53. Sin 28
A. K. Porter: Romanesque Sculp- 36
Spanish Romanesque Sculpture,
embargo, San Salvador estaba cerca ture of the Pilgrimage Roads, Boston, Florencia/París, 1928.
de ser finalizada en 1102, cuando las 1923, 215ff. 37
(“The best books written twen-
reliquias de San Fructuoso fueron de- 29
En Les débuts, 197, encuentra ty or even ten years ago are now out
positadas provisionalmente allí (ibíd., la similitud entre la cabeza de un án- of date. There can be Little doubt that
41). Un problema que no ha sido de- gel flanqueando a Cristo en el tímpano what we do today will seem equally
bidamente discutido es la manera en “Miègeville” y una cabeza de Santia- quaint to an even nearer future. Clas-
la que la catedral fue planificada. El go “llamativa”, pero con la versión de sic Works do not exist in this field. Its
trabajo vertical está implícito en la ma- Toulouse menos fresca y aparentemen- facination, like thay of the flame, lies
yoría de las discusiones, comenzando te representativa de un estilo nativo largely in the very facy it is changeful
por el lado este. En ese caso puede pa- de Compostela algo caduco. Por otra and transitory”).

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eitos e tend
Feitos e tendencias
os e tendencias Feitos e te
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Feitos e tFeitos e

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Feit
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Feitos e tende
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encias Feitos
AS CIFRAS DA DESIGUALDADE:
ARTE + MULLERES. CREADORAS GALEGAS

Miguel Anxo Rodríguez González


Universidade de Santiago de Compostela

de no eido cultural. As cifras do informe recen-


temente presentado polo Consello da Cultura
Galega sobre presenza das mulleres na escena
da arte contemporánea en Galicia amosan que
o desequilibrio persiste, que os espazos expositi-
vos seguen a dar preferencia aos artistas homes.
O informe Arte + Mulleres. Creadoras ga-
legas é resultado dun traballo de investigación
levado a cabo desde o Consello da Cultura Ga-
lega, e tivo como propósito fundamental docu-
mentar a presenza das creadoras no sistema das
artes entre 1990 e 2013. Recóllense aquí datos
de mulleres que participaron en exposicións le-
vadas a cabo en Galicia, mulleres con obra en
coleccións institucionais, e mulleres que recibi-
ron premios ou se beneficiaron nestes anos de
Fig. 1. Ana Gesto: La cuerva (serie Antifonías). Performance no bolsas de axuda á creación. María Luisa Sobrino
Museo de Pontevedra, (6º Edificio), Pontevedra, 2015 Manzanares (editora do libro e coordinadora por
entón da Sección de Creación e Artes Visuais do
Consello) alude xa na presentación a unha das
En 1989 o colectivo de artistas e activistas marcas da desigualdade: o paradoxo que se dá
Guerrilla Girls irrompeu no mundo da arte cun- entre a presenza maioritaria das alumnas nas au-
ha acción de grande impacto: colocou un cartel las da facultade de Belas Artes e a escasa repre-
diante do Metropolitan Museum de Nova York
sentación nos espazos expositivos. A pesar do
onde se amosaba unha figura feminina (repro-
evidente protagonismo no ámbito da formación,
dución da Grande Odalisca de Ingres) con ca-
os espazos parecen seguir reticentes a acoller ás
beza de simio acompañada de frases alusivas á
mulleres artistas. É que non demostran suficien-
problemática incorporación da muller ao canon
te calidade no seu traballo artístico? Dase unha
artístico occidental: Deben as mulleres estar es-
perda paulatina de calidade na súa obra, cando
pidas para poder entrar no Met.? Menos dun
se van facendo maiores? Máis que unha cues-
5% dos artistas nas seccións de Arte Moderna
tión de talento, –prosegue Sobrino- hai que pen-
son mulleres, pero un 85% dos espidos son fe-
sar o ámbito profesional en chave de resistencia,
mininos. Formulando así a pregunta, as do co-
como “unha carreira de fondo”, e outro tipo de
lectivo puñan en evidencia a realidade dunhas
dinámicas de control institucional rexidas por factores, alleos ao especificamente profesional,
uns valores eminentemente machistas, que rele- contribuirían ao progresivo abandono de moitas
gaban á muller á categoría de musa ou modelo artistas prometedoras1.
do artista varón. A obra é hoxe moi coñecida en- Esta hipótese merecería un desenvolvemen-
tre os afeccionados á arte actual, sendo ademais to maior, porque é un dos temas cruciais nos
un emblema das loitas feministas pola visibilida- debates feministas en torno á desigualdade.

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 291-294


292 As cifra da desigualdade: arte + mulleres. Creadoras galegas

O propósito do informe, non obstante, non é con porcentaxes de representación feminina de


Miguel Anxo Rodríguez González

o de reflexionar sobre a desigualdade e as súas en torno ao 42%, e ultimamente outros vence-


causas, senón amosar que existe. Os datos son llados á Deputación de Pontevedra e á Rede de
explícitos e, como na operación artístico-política Museos da Deputación de Lugo.
das Guerrilla Girls, as cifras son reveladoras dun- A representación de artistas mulleres en co-
ha situación. Amosar a situación de evidente leccións institucionais deixa tamén datos, can-
desigualdade na representación nos espazos da do menos “estraños”, e que desde logo pouco
arte contemporánea, corroboralo con cifras, fai axudan á incorporación da muller ao ámbito
deste un documento de grande valor, impres- profesional: se temos en conta a capacidade
cindible para calquera análise do contexto das económica que tiveron as institucións públicas,
artes, da historia social dos artistas e das artistas e a iso sumamos a responsabilidade social, é de
na Galicia de principios do século XXI. E máis lamentar o escaso interese en atenuar esa bre-
aló da mera reflexión, este documento tamén cha que sigue a dificultar o labor das artistas. En
debera de servir para a acción, para o cambio coleccións que veñen de décadas atrás, como a
paulatino nas dinámicas institucionais. de Novacaixagalicia (12% de obra de mulleres),
O corpus principal do informe componse de as cifras nos falan dun tradicional esquecemen-
estatísticas elaboradas a partir da recompilación to, e dunha presenza que a mediados de século
de datos. Tras unha introdución ao contexto XX aínda era escasa no circuíto expositivo; pero
histórico, no que se dá conta das importantes noutras máis recentes, e máis atentas á creación
transformacións na infraestrutura institucional contemporánea, a ausencia ten difícil xustifica-
da arte en Galicia no periodo democrático, ve- ción: na da Fundación Mª José Jove só hai un
ñen tres seccións que abordan os ámbitos das 13% de obra de artistas mulleres; na da Funda-
exposicións, premios e bolsas de creación, e ción Barrié de la Maza, un 13,8%. Como casar
isto cos datos que nos falan de que o 70% do
coleccións institucionais. En cada sección, tras
alumnado da titulación en Belas Artes (66% en
unha breve introdución, as cifras coa relación de
3º Ciclo) é feminino?
exposicións, premios, e as porcentaxes de pre-
senza feminina, impóñense con rotundidade.
A análise dos datos constata alguns puntos
a ter en conta: 1º que o desequibrio é notorio, e
expoñen moitas menos mulleres nos espazos da
arte contemporánea, 2º que as mulleres están
máis representadas nos espazos “menores”, e
menos nos de maior relevancia e poder lexitima-
dor, e 3º que se corroboran as cifras que para o
Estado Español desvelou o informe de 2011 da
asociación Mujeres en las Artes Visuales (MAV),
que indicaban que entre 1999 e 2009 a repre-
sentación de artistas mulleres en exposicións nos
Fig. 2. Anxela Caramés e Carme Nogueira: Contenedor de fe-
centros de arte do Estado era do 20%, fronte minismos. Acción no centro de A Coruña, setembro de 2009.
ao 80% dos homes2. No caso galego, chama a
atención o desequilibrio nas exposicións indivi- A parte destes desequilibrios flagrantes -que
duais no Auditorio de Galicia (artistas mulleres: moitos intuiamos-, chama a atención unha das
1, artistas homes 14) e na Fundación Luis Seoa- reflexións verquidas no informe: que as exposi-
ne (artistas mulleres: 0, artistas homes, 33). Sen cións centradas no feminino descenderon nos
embargo, algúns contextos foron propicios e fi- últimos anos, con respecto á década dos noven-
xeron un esforzo para que a representación de ta. As autoras presentan posibles hipóteses para
mulleres artistas fose importante. É o caso dos explicar isto: pode ser que xa se consideraran
espazos vencellados á Facultade de Belas Artes innecesarias, que se entendera que a situación
(Sala X en Pontevedra e Alterarte en Ourense), se estaba a regularizar; pode ser que os axen-

­QUINTANA Nº14 2015. ISSN 1579-7414. pp. 291-294


As cifra da desigualdade: arte + mulleres. Creadoras galegas 293

tes máis implicados dubidasen sobre a efectivi- na arte (CGAC 2009). A cuña que están a intro-

Miguel Anxo Rodríguez González


dade de organizar exposicións a partir do feito ducir estes movementos fará replantear a clasifi-
de “ser muller”, que este non fose motivo da- cación e os estudios en torno ao xénero que sen
bondo para artellar unha exposición con visos dúbida terán que continuar, no noso contexto.
de incidencia social. Isto último lévanos a unha Foron exposicións relevantes, ambiciosas, e
reflexión pertinente: que é preferible na loita nos catálogos quedaron recollidas tanto obras
pola visibilidade? facer exposicións de mulleres de arte como ensaios que son referentes xa na
(exposicións femininas), ou exposicións desde
transformación das concepcións de xénero no
o activismo e a loita (exposicións feministas)?
contexto galego. E a transformación non é só
Moitas activistas cuestionaron nos anos noventa
estética, senón tamén política: cómpre unha
que o feito de ser muller puidese ser argumento
sensibilidade determinada para dar entrada nas
suficiente para levar a loita ao ámbito das artes
institucións a este tipo de manifestacións, onde
de xeito eficaz.
a asunción libre de opcións diferentes relativas
E aínda máis: por que seguir a asumir esa ao xénero e sexualidade se converten no eixo
división dual do xénero entre masculino e femi- central das propostas. Será casual que exposi-
nino? A idea de xénero é un constructo social, cións como A batalla dos xéneros ou En todas
unha elaboración na que normas e prexuízos partes, onde a liberdade de opción sexual se
contribúen a configurar unha separación en amosaba de xeito explícito, se tivesen celebrado
dúas opcións, que tradicionalmente se asociaron no CGAC baixo a dirección da mesma persoa,
co sexo de nacemento da persoa. O xénero é Manuel Olveira? E que tralas eleccións de 2009
-en palabras de Judith Butler- “un mecanismo unha das primeiras medidas adoptadas en ma-
a través del cual se producen y naturalizan las teria cultural polo novo goberno galego fose a
nociones de lo masculino y lo femenino”3. Pero súa destitución?
os debates teóricos relacionados co feminismo
Os anos pasan, as loitas feministas continúan
levan xa uns cantos anos cuestionando esa im-
e a buscada normalización aínda está lonxe de
posición de sentido social sobre os corpos. Así
chegar. Nin a abundante presenza de alumnas
como a identidade de xénero marca unhas pau-
no ensino superior, nin a aprobación da Lei de
tas de comportamento, unhas maneiras de in-
Igualdade polo Goberno de España en 2007,
tervención no propio corpo e uns roles nas prác-
conseguiron garantir unha presenza da muller
ticas sexuais, as opcións “outras” das persoas
semellante en cifras á dos homes nos postos de
poden alterar e reconfigurar esta clasificación.
responsabilidade dos ámbitos académico, eco-
A forza coa que irrompiron na escea artística
nómico ou institucional. E no mundo das cien-
occidental desde os anos setenta os artistas e
cias non están mellor: entre os 28 académicos
colectivos de gays, lesbianas e a cultura queer,
que forman parte da Real Academia Galega de
non se ve apenas representada nesta clasifica-
Ciencias só se atopan dúas mulleres (María José
ción dual, nin nos bos propósitos das loitas fe-
Alonso e Alicia Estévez Toranzo) que ingresaron,
ministas. Aquí creo que hai un elemento que o
por certo, en 2014.
informe non abordou suficientemente: hai unha
forza que leva uns anos entrando no panorama Por iso o informe elaborado polo Conselllo
institucional da arte e tamén en Galicia se fixo da Cultura Galego é tan valioso, tan necesario.
presente. Algúns corpos e algunhas subxectivi- Facer unha análise en profundidade da situación
dades encaixan mal nesta clasificación dual. E era unha obriga pendiente, e aquí está o resulta-
celebráronse nos últimos anos exposicións moi do das investigacións. As institucións públicas e
relevantes, polo que aportaron á reflexión en privadas deberán facer un exercicio de reflexión
torno ao xénero, que a penas son mencionadas. e contar con esta información á hora de elabo-
Trátase de Radicais libres. Experiencias gays e rar as súas estratexias e programacións. En caso
lésbicas na arte peninsular (Auditorio de Galicia, contrario estarán a faltar ao seu compromiso
Santiago de Compostela, 2005), A batalla dos para coa cidadanía, non serán representativas
xéneros (CGAC, Santiago de Compostela, 2007) da actual comunidade de creadoras e creadores,
e En todas partes. Políticas da diversidade sexual e a súa lexitimidade social se fará problemática.

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294 As cifra da desigualdade: arte + mulleres. Creadoras galegas

NOTAS 2
“Exposiciones individuales en 3
Judith Butler, Deshacer el género,
Miguel Anxo Rodríguez González

22 centros de arte en España (1999- Paidós, Barcelona, 2006, p.70.


1
María Luisa Sobrino Manzanares: 2009)”. Informe 5, MAV, xaneiro de
“Introdución”, en Sobrino Manzana- 2011. Na web de Mujeres en las Ar-
res (ed.): Arte + mulleres. Creadoras tes Visuales (MAV): http://mav.org.es/
galegas, Consello da Cultura Galega, documentos/INFORME%205_CEN-
Santiago de Compostela, 2015, p. 12. TROS%20DE%20ARTE.pdf [consulta-
do o 13 de xullo de 2016].

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eseñas
Reseñas
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299

O CONVENTO E A VENERÁVEL ORDEM TERCEIRA DE SÃO


FRANCISCO DO PORTO
Natália Marinho Ferreira Alves, Joaquim Jaime B. Ferreira Alves (Coords.),
Edições Afrontamento, Porto, 2015. 296 págs.
[Incluye CD con Dicionário de artistas e artífices (séculos XVII-XVIII)
na Venerável Ordem Terceira de São Francisco do Porto]
ISBN 978-97-236144-66

Hay trabajos de investigación, lo mismo que labores de restauración que lo han acompañado
publicaciones, cuyo carácter viene determinado en las últimas décadas.
por el empeño que sus autores han puesto en Algo parecido ocurre con su segunda parte
ellos. Estos trabajos se expresan por sí mismos en la que son las dependencias de la Venerable
y tienen una trascendencia que supera las pági- Ordem Terceira las que son sometidas a un pro-
nas que los contienen. Esa es una de las carac- fundo análisis histórico y artístico. Si en el capítu-
terísticas más singulares de este libro para todos lo anterior las fechas límite de interés eran 1772
aquellos que conocemos a sus autores. Se trata y 1796, ahora el estudio amplia su marco crono-
de la culminación de un empeño personal, una lógico para rastrear los orígenes de la capilla en
larguísima carrera de fondo que tiene su mejor las fundaciones de Santa Isabel de Portugal y en
expresión en el resultado obtenido. su posteriores transformaciones que terminaron
Si abordar el estudio de la Tercera Orden de convirtiéndola en una institución fundamental
San Francisco era un reto para Natália Marinho y para toda la sociedad de Porto. Buena prueba de
Joaquim Jaime B. Ferreira, también es una pieza lo indicado son los capítulos dedicados a la Pro-
fundamental para entender la ciudad de Porto cesión de la Ceniza, donde no sólo se explica su
y, por extensión, la historia del arte portugués estructura y la imaginería que la acompañaba,
durante los siglos XVII y XVIII. De este modo, lo sino que también se incluye un detallado análisis
mismo que el Duero ha servido de límite, arteria del recorrido que ésta realizaba por la ciudad y
y vía de comercio y actividad para la ciudad, en- las diferentes modificaciones que sufrió con el
claves como San Francisco sirvieron para organi- paso del tiempo.
zar su espacio urbano. Esta visión sociológica de la actividad aso-
Esa es la razón por la que la primera par- ciada con la Venerable Orden Tercera se vuelve
te del libro, marcado por su rigor histórico y el a dar en el capítulo dedicado a los retratos de
profundo conocimiento documental del mismo, los benefactores de la orden. Del mismo modo
se concentra en el análisis de convento de San que la sociedad fue modificando y cambiando
Francisco, de su emplazamiento, de su estruc- sus usos religiosos, expresando éstos en las per-
tura arquitectónica, de cada una de sus partes manencias y cambios de la procesión de ceniza,
–iglesia, sacristía, coro y demás dependencias también ocurre lo mismo con los individuos que
conventuales–. También se ocupa de la impor- dieron vida e impulsaron la labor de la Orden
tante labor retablística y escultórica, que se con- Tercera.
serva en su interior. Ahora bien, esta presentación del libro sería
Sin embargo, junto a este enfoque histó- parcial ya que este trabajo no sólo es la expre-
rico del convento, los autores no han querido sión, como ya dijimos, del empeño de sus auto-
renunciar a la lectura contemporánea del mo- res principales. Es también el reflejo de su labor
numento, al ser convertido en parte integrante de magisterio durante muchos años al frente
del patrimonio histórico-artístico portugués y las de la Universidad de Porto, del área de cono-

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300

cimiento de Historia del Arte. De ahí que entre Tercera de San Francisco. Una amplísima nómina
los colaboradores podamos encontrar a Lucía de autores y obras que servirá, a buen seguro,
Rosas, Manuel Augusto Lima Engrácia Antunes para fortalecer los ya firmes cimientos de la his-
o António Manuel Vilarinho Mourato. Esta cir- toria del arte portugués.
cunstancia transforma este proyecto personal en En cualquier caso se trata de un trabajo mo-
una verdadera labor de equipo, donde las líneas délico, cargado de posibilidades para futuros in-
maestras del libro han sido trazadas con minu- vestigadores y, sobre todo, como un magnífico
ciosidad y precisión. ejemplo de los tiempos que son necesarios para
Por último, este trabajo de largo alcance in- desarrollar una investigación seria y rigurosa.
cluye en formato de CD un completo diccionario
de los artistas y maestros que durante los siglos Juan Manuel Monterroso Montero
XVII y XVIII trabajaron para la Venerable Orden Universidade de Santiago de Compostela

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EL LENGUAJE DE LAS BELLAS CONSTRUCCIONES. RECEP-


CION Y RESTAURACION DE LA ARQUITECTURA ANDALUSÍ
María del Pilar García Cuetos, Colección Arquitectura, Urbanismo y
Restauración, Editorial Universidad de Granada, 2016. 316 págs.
ISBN 97-84-338-5948-6

¿Cuál seria la mejor forma de comenzar un te entender los procesos de restauración que se
libro dedicado a las intervenciones realizadas a lo acometieron a lo largo del siglo XX.
largo del siglo XIX y XX sobre los grandes monu- Una pauta similar, adaptada a las circunstan-
mentos conservados del período Andalusí? Esta
cias de cada monumento, será la que se siga en
es la pregunta que, con toda seguridad todos
el resto de capítulos. Eso explica que a la hora
nos haríamos, a la hora de enfrentar un tema
de aproximarse al Alcázar de Sevilla, los primeros
tan rico y complejo como este. Seguramente la
epígrafes guarden una estrecha relación con el
solución más socorrida para esta cuestión sería
capítulo anterior. Sin embargo, esta coinciden-
una aproximación cronológica en la que, poco
cia desaparece en el momento en que otras co-
a poco, se pudieran ir desgranando las obras,
rrientes de pensamiento conservador entran en
restauraciones y nombres que las pudieron llevar
escena. Es el momento del ruinismo, de la pues-
a cabo. Frente a esta alternativa García Cuetos
ta en práctica de los preceptos desarrollados y
nos propone una mirada que tiene mucho de
defendidos por John Ruskin. A los experimen-
actualidad y que, desde un principio, penetra
tos del Patio del Yeso le siguió una restauración
en el corazón de los procesos de conservación,
que adoptaba los postulados de Giovannoni o
rehabilitación y restauración del patrimonio: la
Brandi.
recepción a la que, en diferentes momentos
históricos, con perspectivas diversas y premisas Sin salir todavía de Sevilla, la aproximación
culturales distintas, es sometida cada obra. De a la mezquita aljama de Sevilla es paradigmáti-
ahí que, sobre el discurso histórico, prime la ob- ca como modo de entender los lentos procesos
servación individualizada del monumento, como de intervención en un monumento. Al detallado
unidad y singularidad, cerrada en sí misma. De análisis histórico, desde el descubrimiento hasta
ahí que la secuencia histórica se convierta en una las intervenciones de completado y las catástro-
secuencia donde la recepción del monumento fes sufridas por la mezquita, le siguen los es-
está presente como una constante. Y, de ahí que tudios puntuales de las intervenciones de Félix
sean los enfoques de las últimas décadas los que Hernández, Alfonso Jiménez o Teresa Laguna.
permitan comprender el estado de la cuestión Un itinerario que nos conduce desde el siglo XIX
en el momento actual. hasta el siglo XXI.
Evidentemente, el principio de este libro no Córdoba es el otro lugar donde se centra la
podía estar dedicado a otro monumento más atención de la autora. Ahora son los nombres
que la Alhambra de Granada. Su fragilidad, sólo propios de Ricardo Velázquez Bosco, José María
comparable con su belleza, es la excusa perfecta Rodríguez Cano y Félix Hernández los que mar-
para una aproximación a los modos de entender carán la pauta en el desarrollo del capítulo. Lo
esta joya del arte nazarí durante siglos. Sobre la mismo que ocurrirá en el momento de analizar
Alhambra pesó desde un principio una memoria Madinat al-Zahra, o el Palacio de la Aljafería de
que terminó por confundirse con las imágenes Zaragoza, donde se puede ver la aportación de
exóticas de Oriente, con el “adornismo” y, fi- Francisco Íñiguez Almech y las difíciles solucio-
nalmente, con una recreación de cuento de las nes que se pueden aportar en un caso de arqui-
mil y una noches. De ahí que sea tan importan- tecturas superpuestas.

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Sin embargo, como decíamos al principio, fundidad sobre la historia de la restauración en


este no es un libro que sólo mire al pasado como España. No como un capítulo más, sino como
una forma de explicar los procesos históricos de una pieza fundamental en ese proceso de crea-
recepción del monumento por parte de la so- ción de una conciencia patrimonial y profesio-
ciedad en general, y de arquitectos y teóricos nal. Algo que todavía hoy sigue siendo un reto
en general. También es un estudio que mira al ante el que se enfrentan arquitectos, restaurado-
futuro y que se plantea preguntas sobre las po- res, historiadores y, por supuesto, historiadores
sibilidades que nos pueden aportar las nuevas del arte.
tecnologías.
Juan Manuel Monterroso Montero
Tal como comenta la autora en más de una Universidade de Santiago de Compostela
ocasión, este libro supone una reflexión en pro-

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RISCOPERTA E RIPRODUZIONE DELLA MINIATURA IN


FRANCIA NEL SETTECENTO. L’ABBÉ RIVE E L’ESSAI SUR L’ART
DE VÉRIFIER L’ÂGE DES MINIATURES DES MANUSCRITS
Anna Delle Foglie, Francesca Manzari, Gangemi Editore, Roma, 2016.
239 págs.
ISBN 978-88-492-3223-3

En los últimos años se ha producido en la de la enorme amplitud y dispersión de los do-


Historia del arte –y, más allá, en el amplio campo cumentos y materiales gráficos que generaron.
de los estudios culturales– un renovado interés
La obra Riscoperta e riproduzione della mi-
hacia la actividad arqueológica, enciclopédica y
niatura in Francia nel Settecento. L’abbé Rive e
didáctica de los eruditos, coleccionistas y anti-
l’Essai sur l’art de vérifier l’âge des miniatures des
cuarios que, a lo largo de los siglos modernos
manuscrits es uno de los frutos de ese proyecto
y, sobre todo, a partir del Setecientos, concibie-
de investigación, resultado, a su vez, del trabajo
ron empresas editoriales pioneras que contribu-
llevado a cabo en su seno por la Unità di ricerca
yeron a construir la Historia del arte europeo y
Università di Roma “La Sapienza”, Dipartimento
sentaron las bases del nacimiento científico de la
di Scienze documentarie, linguistico-filologiche
disciplina. Uno de los proyectos más ambiciosos
e geografiche, bajo el título “Jean-Joseph Rive.
en este contexto ha sido desarrollado reciente-
Riscoperta e riproduzione della miniatura in
mente bajo la coordinación de Antonio Iacobini,
profesor de Historia de la miniatura y del arte bi- Francia alla fine del XVIII secolo”. Dicha unidad
zantino en la Università degli Studi di Roma “La estuvo integrada por las dos autoras del libro
Sapienza”, con el título “Medioevo disegnato: que nos ocupa, Francesca Manzari, que fue la
la riscoperta del patrimonio artistico medieva- investigadora responsable, y Anna Delle Foglie.
le tra Italia e Francia (XVIII-XIX secolo)”. Finan- La primera trabaja como ricercatore en Historia
ciado por el Ministero italiano dell’Istruzione, del arte medieval en esa institución y es una gran
dell’Università e della Ricerca con los fondos especialista en los libros litúrgicos y devocionales
PRIN 2009, este proyecto tenía el objetivo de iluminados y en la miniatura tardomedieval entre
analizar y poner en valor el redescubrimiento Francia e Italia, con publicaciones tan destaca-
del patrimonio artístico medieval que tuvo lugar das como La miniatura ad Avignone al tempo
en Francia e Italia entre el final del siglo XVIII y dei papi, 1310-1410 (Módena, Franco Cosimo
el comienzo del XIX a través del estudio de tres Panini, 2006) o la coordinación, junto a Gaetano
personajes clave: Jean-Joseph Rive (1730-1791), Curzi, Francesco Tentarelli y Alessandro Tomei,
Jean-Baptiste-Louis-Georges Séroux d’Agincourt de Illuminare l’Abruzzo. Codici miniati tra Me-
(1730-1814) y Aubin-Louis Millin (1759-1818). dioevo e Rinascimento (Catalogo della mostra,
Por medio de sus trabajos –atentos a las tipo- Chieti, Palazzo de’ Mayo, 10 maggio-31 agosto
logías y a las técnicas artísticas, centrados en 2013) (Pescara, Carsa, 2012). Por su parte, Anna
la ilustración como instrumento de estudio y Delle Foglie, doctora en Historia del Arte por la
orientados a grandes empresas editoriales–, los Università degli Studi di Roma “La Sapienza”, es
tres eruditos supusieron un paso adelante en el especialista en cultura figurativa tardogótica y
avance de la disciplina histórico-artística hacia la renacentista y en historia del libro, aspectos a los
modernidad y contribuyeron a la aparición de la que ha consagrado sus numerosas publicaciones
nueva historia del arte ilustrada. Sin embargo, a entre las que sobresale la monografía La Cappe-
pesar de su relevancia historiográfica, ninguno lla Caracciolo del Sole a San Giovanni a Carbo-
de los tres había merecido hasta la fecha un es- nara (Milán, Jaka Book, 2011). La trayectoria y
tudio detallado, consecuencia, en gran medida, competencias de ambas investigadoras las auto-

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rizaban, pues, a abordar una empresa de enor- En su conjunto, nos hallamos, pues, ante el
me magnitud y, a su vez, acreditan la calidad y la primer estudio monográfico y exhaustivo dedi-
riqueza de los resultados obtenidos, que el lector cado a Rive y a su obra, con especial atención
podrá descubrir en las apasionantes páginas de al Essai. Y es que, significativamente y pese a la
este volumen. importancia de este y de los restantes textos y
Su objetivo principal es reconstruir y analizar opúsculos que publicó o proyectó, hasta la fecha
el significado del Essai sur l’art de vérifier l’âge el abbé no había merecido un análisis pormeno-
des miniatures des manuscrits, un ambicioso rizado. Es más, tal y como estudian las autoras
proyecto de una historia ilustrada de la minia- en el primer capítulo, ha suscitado una atención
tura tardomedieval concebido en 1776, en el desigual por parte de los historiadores, tanto del
París prerrevolucionario, por Jean-Joseph Rive libro y las bibliotecas, como del arte. Así, mien-
(1730-1791), bibliógrafo y erudito de controver- tras que sus coetáneos e inmediatos seguidores
tida trayectoria, conocido como abbé Rive. De mostraron un gran interés hacia el Essai y hacia
acuerdo con su concepción original, la obra, que las innovaciones técnicas y metodológicas que
sería distribuida a través del sistema de suscrip- supuso, desde finales del siglo XIX comenzó a
ción, comprendía un Discours acompañado de caer en el olvido. Solo en los años sesenta del
veintiséis láminas, grabadas y coloreadas a mano Novecientos volvió a ser progresivamente recor-
con acuarela, directamente copiadas de algunos dado y recuperado, primero por los historiado-
de los más ricos códices iluminados que compo- res del arte, como primer hito en la historia de
nían la biblioteca de Louis-Cesar de La Baume Le la producción de facsímiles y como uno de los
Blanc, duque de La Vallière (1708-1780), de la pioneros en la conciencia de que la historia de la
que Rive fue bibliotecario desde 1768. A pesar miniatura forma parte de la historia de la pintu-
de sus esfuerzos, la obra, que debía distribuirse ra; más tarde, por los historiadores del libro y las
en dos entregas, quedó inacabada, llegándose bibliotecas, en su faceta de bibliotecario. En con-
solo a editar las veintiséis láminas, sin el ensayo secuencia, en los últimos años –y en consonan-
que las acompañaba. No obstante, en 1782 el cia con el creciente interés hacia el anticuarismo
abbé publicó el Prospectus, un breve folleto que y la erudición del Antiguo Régimen–, son muy
publicitaba el proyecto a eventuales suscripto- numerosas las alusiones al abbé Rive en las obras
res y en el que establecía su intención: ofrecer sobre la historia de los facsímiles y de los libros
un instrumento de estudio y comparación que en el Setecientos, pero no existía un estudio mo-
permitiera datar los manuscritos iluminados del nográfico integral, laguna que la presente obra
final de la Edad Media y, de este modo, definir su ha venido a suplir.
valor material. Ahora bien, la lectura de la obra En buena medida, esa ausencia de un estu-
de Delle Foglie y Manzari revela que las autoras dio monográfico sobre el abbé Rive y su Essai
no solo alcanzan con sobrado éxito dicho objeti- era consecuencia de la parquedad y dispersión
vo principal, reconstruyendo el proyecto editorial de la documentación conocida hasta la fecha,
del Essai con una precisión y erudición dignas circunstancia que también las autoras han supe-
del propio abbé –desde su concepción hasta su rado con creces al descubrir, en sus investigacio-
recepción e influencia tras la muerte de Rive–, nes por bibliotecas de Europa y Estados Unidos,
sino que lo sobrepasan ampliamente, ofrecién- numerosos documentos textuales y gráficos que
donos, por primera vez en la historiografía espe- arrojan luz acerca de la personalidad del abbé,
cializada, un minucioso retrato del propio Rive, de su entorno, del proceso de preparación del
trazando un vívido panorama del mundo de la Essai y sus láminas, del modo en que fue recibida
erudición y la edición –principalmente francesa, la obra, etc. En particular, sobresale, por la im-
aunque también inglesa e italiana– en el período portancia de la información que ofrecen y por su
pre y post-revolucionario y contribuyendo a es- propia singularidad material, el descubrimiento
clarecer el proceso de progresiva emergencia de de los calcos de veinticinco de las veintiséis lá-
la historia del arte ilustrada y de la producción minas editadas (París, BnF, Dépt. Estampes, SNR-
de facsímiles modernos, de la que Rive fue un 3), que fueron realizados directamente sobre los
claro precursor. originales de la biblioteca de La Vallière y que se

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emplearon para la preparación de las planchas ventas de la primera entrega entre 1782 y 1785,
con las que luego se grabarían las series para co- corrigiendo algunas fechas erróneas difundidas
lorear y vender. Destaca, asimismo, la aportación por la historiografía precedente; y estudian la
acerca de las veintiséis láminas pintadas que, personalidad de los suscriptores que se intere-
conservadas en la BnF de París (Dépt. Estampes, saron por la obra. En el tercer capítulo, “Il testo
AA2), habían sido consideradas hasta la fecha dell’Essai: mai scritto o perduto?”, las autoras
como reproducciones posteriores, cuando el exploran concienzudamente los papeles y cartas
examen de las autoras ha revelado que se trata, del abbé, en gran medida inéditos –sobre todo,
sin embargo, de las primeras pruebas impresas los descubiertos en el fondo Barjavel de la Bi-
y luego coloreadas, datadas y anotadas directa- bliothèque Inguimbertine de Carpentras–, y, en
mente por Rive, que se realizaron en 1780 a par- base a ellos, plantean la hipótesis de que Rive
tir de los manuscritos originales y se emplearon llegara a escribir, al menos en forma de apun-
después para la confección de las láminas para tes y borradores, el texto del Discours que debía
vender. Y, junto a estos dos hallazgos clave, las acompañar a las láminas y que nunca se llegó a
autoras han localizado e identificado un amplí- editar de manera efectiva. El cuarto capítulo, “Il
simo aparato documental y gráfico inédito, que contributo di Rive nel contesto dell’editoria artis-
incluye una minuta autógrafa del Prospectus, tica e la fortuna delle Peintures antiques”, ana-
abundante correspondencia con diversos perso- liza las estrategias empleadas por el abbé y su
najes de su tiempo –especialmente, con su ami- editor, el renombrado François-Ambroise Didot
go y librero Joseph-Antoine David (1730-1784)–, l’ainé, contextualizándolas en el decisivo naci-
varios retratos del abbé, noticias acerca de sus miento de la historia del libro de arte en Francia
suscriptores y de la trayectoria de sus papeles y destacando sus aspectos innovadores, como
tras su muerte y un largo etcétera. anticipo del género editorial del facsímil moder-
no y como obra que se comercializó mediante el
Todos estos materiales son minuciosamente
sistema de suscripción y que se publicitó a través
analizados y presentados por las autoras a tra-
de noticias en revistas especializadas de la épo-
vés de un texto que aúna el rigor científico y la
ca. Asimismo, desvela la contribución decisiva
erudición con un estilo directo y conciso y que,
de Rive a otra empresa de Didot, la reedición en
tras sendos prefacios de Antonio Iacobini y de
1783-1787 del Recueil de peintures antiques de
François Avril, antiguo conservador general del
Anne-Claude-Philippe de Thubières, conde de
Département des manuscrits de la Bibliothèque
Caylus (1692-1765), y explora por primera vez
nationale de France, se estructura en dos gran-
la recepción de la obra del abbé en la Italia de
des bloques, el estudio y el catálogo de los ma-
su tiempo. Por último, el capítulo cinco, “I faci-
teriales gráficos.
simili di Rive e la riproduzione della miniatura in
El estudio desgrana de manera apasionante Europa tra Sette e Ottocento”, analiza la obra de
la trayectoria del abbé y la concepción y signi- Rive como un punto de inflexión fundamental
ficado de su Essai a lo largo de cinco capítulos. en la historia de la reproducción facsimilar de la
El primero, “L’abbé Rive: biografia e stato degli miniatura al inaugurar la combinación de la téc-
studi”, ofrece un retrato argumentado de Rive y nica del grabado al aguafuerte con la coloración
un panorama historiográfico exhaustivo de los a mano, así como la idea de copia fiel y exacta
estudios que le han prestado atención hasta la del original. Bajo este hilo argumental, se ofre-
actualidad. En el segundo, “Il progetto dell’Essai ce al lector una minuciosa historia del facsímil
sur l’art de vérifier l’âge des miniatures”, las y de su aplicación a la historia de la miniatura,
autoras reconstruyen el proyecto editorial que desde los precedentes de los siglos XVII y XVIII
constituye el objeto central del libro: examinan hasta la aparición decisiva de la cromolitografía
el texto del Prospectus de 1782; analizan el pro- en el XIX, pasando por la obra del primer histo-
cedimiento técnico de elaboración de las láminas riador del arte que empleó la reproducción de
gracias al hallazgo de los calcos y de las prime- la miniatura de forma sistemática, Jean-Baptiste-
ras pruebas; presentan las fases de elaboración Louis-Georges Séroux d’Agincourt (1730-1814),
de la obra, desde su ideación en 1776 hasta las la relación de Rive con Séroux o la recepción e

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influencia posterior de la obra del abbé, con sucesores, el abbé todavía debe ser entendido
una atención particular al escenario inglés y al como un exponente de la tradición filológico-
ambicioso proyecto de reproducción facsimilar anticuarista propia de finales del XVIII y ajena a
concebido por Jean-François-Auguste, conde cualquier inquietud histórico-artística, pues su
de Bastard d’Estang, Peintures et ornements des atención a las miniaturas procede, como señalan
manuscrits, classés dans un ordre chronologi- las autoras, de su conciencia de que ofrecen ras-
que, pour servir à l’histoire des arts du dessin gos que permiten datar los códices y, por tanto,
depuis le IVe siècle de l’ère chrétienne jusqu’à la determinar su valor material, pero no aprecia per
fin du XVIe siècle (1835). se el arte medieval, que, como sus coetáneos, si-
Tras el estudio, el libro se completa con un gue considerando como decadente. No obstan-
rico catálogo en el que se analizan y publican, te, su obra fue la primera publicación de facsími-
con ilustraciones a color, todos los materiales les – tristemente inacabada – dedicada íntegra y
gráficos encontrados en el curso de la investi- exclusivamente a la miniatura y, por esta vía, su-
gación y, como se ha señalado, en su mayoría puso un impulso decisivo hacia el conocimiento
inéditos: una serie de las veintiséis láminas, con científico en materia de manuscritos iluminados.
análisis de su iconografía y decoración y de los Máxime si consideramos los criterios novedosos
códices de los que proceden; los veinticinco que empleó en la disposición cronológica y no
dibujos preparatorios, calcados directamente temática de las láminas; en la exhaustividad de
sobre los manuscritos originales de La Vallière; su método de determinación de la datación de
las trece pruebas de imprenta, grabadas con la un manuscrito, que comportaba un análisis inte-
técnica del aguafuerte y pintadas a mano, em- gral de todos los elementos, textuales y materia-
pleadas como modelos para la producción de las les, de cada volumen, como si de un proto-co-
tiradas posteriores; y, por último, un elenco de dicólogo se tratase; o en el afán de disponer de
las trece series de las veintiséis láminas que se reproducciones fieles de los originales, valiosas
conocen hasta la fecha tras incorporar, a las ya como instrumentos de estudio y también en sí
localizadas, las copias inéditas conservadas en mismas, como productos costosos, parcialmente
Amiens, Carpentras, Los Ángeles y Versailles. elaborados a mano y destinados a una clientela
Finalmente, se ofrece en apéndice el listado de aristocrática y poderosa. Por todo ello, son múl-
las fuentes documentales relativas al abbé, en su tiples las disciplinas relacionadas con el estudio
mayoría inéditas y agrupadas por sus bibliotecas de la historia del libro y la creación artística para
de conservación. Una extensa bibliografía y sen- las que este libro constituirá un trabajo de refe-
dos índices, de códices miniados y de nombres rencia que, además, invita a reflexionar al inves-
propios, cierran el volumen. tigador actual, habituado a acceder fácilmente a
las imágenes a través de las nuevas tecnologías,
Teniendo en cuenta la amplitud y exhaustivi- sobre las condiciones de trabajo de los eruditos y
dad de las fuentes descubiertas y del trabajo rea- curiosos que sentaron las bases de nuestro cono-
lizado, es posible afirmar que nos hallamos ante cimiento al final del Antiguo Régimen.
una gran aportación historiográfica que devuel-
ve al lugar que le corresponde a un estudioso, Mercedes López-Mayán Navarrete
Jean-Joseph Rive, y a una obra, su Essai, profun- Universidade de Santiago de Compostela
damente innovadores. Es cierto que, frente a sus

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JOSÉ LUJÁN PÉREZ:


EL HOMBRE Y LA OBRA 200 AÑOS DESPUÉS
María de los Reyes Hernández Socorro (Comis.), Centro Atlántico de
Arte Moderno, Las Palmas de Gran Canaria, 2015. 349 págs.
ISBN 978-84-92170-67-9

Existe un tópico que se suele aplicar a todas En la primera de ellas, a lo largo de diez capí-
las exposiciones temporales y que, sin dejar de tulos de diversos autores, se explica el contexto
ser cierto, por su reiteración parece que ha per- histórico, artístico y cultural de la obra de Luján
dido parte de su veracidad. Se trata de la afirma- Pérez. En un primer capítulo programático, Her-
ción de que, tras cualquier exposición temporal nández Socorro explica las razones del proyec-
que se celebra, una de las cosas fundamentales to, las conexiones entre el centenario de 1815
que constatan su existencia es la elaboración de y el de la actualidad. Del mismo modo Demetrio
un buen catálogo. Castro nos aproxima a los tiempos de la Ilustra-
Tras esta afirmación, sin embargo, hay impli- ción que le correspondió vivir desde su condi-
caciones mucho más complejas que deben ser ción insular al escultor gran canario. Este trabajo
puestas de manifiesto y, sobre todo, deben ser se complementa con el de Cruz Yábar que nos
tenidas en cuenta en cualquier tipo de valora- aproxima a la escultura cortesana española de
ción o evaluación que se lleve a cabo sobre un finales del siglo XVIII y primeras décadas del XIX.
proyecto de las características del que se propo- Por su parte los trabajos de Rodríguez Gonzá-
ne para la obra y el trabajo de José Luján Pérez. lez, Concepción Rodríguez y Luxán Meléndez y
Por una parte, una exposición temporal de estas González Sosa sirven para terminar de perfilar la
características, sólo puede responder a la expe- figura y el tiempo de Luján. Algo que finalmente
riencia y conocimiento profundo del trabajo del se concluye con los textos de Cárdenes y Sán-
escultor; también es el reflejo de un proyecto chez Rodríguez, donde los temas a analizar son
madurado a lo largo de una amplia experiencia; la recuperación y preservación del patrimonio
y, sobre todo, es el resultado de la profunda con- procesional y la dimensión espiritual de su obra.
vicción de que las exposiciones temporales son A este primer gran bloque de trabajos le si-
fundamentales para la transferencia del conoci- gue la parte denominada Itinerarios Expositivos,
miento a la sociedad. estrechamente vinculada con el proyecto exposi-
En este caso concreto, la colaboración entre tivo y con una clara vocación de ilustrar de forma
la Universidad, en particular la de Las Palmas de tácita la vinculación entre el libro y la muestra.
Gran Canaria, el Centro Atlántico de Arte Mo- Cada uno de estos apartados, además de estar
derno y la Diócesis de Canarias, ha permitido ricamente ilustrada, también cuenta con textos
que se reúnan en un mismo espacio expositivo explicativos que precisan y ponen en valor la
una selección de 175 obras que resumen de obra de Luján.
un modo paradigmático el trabajo de no de los Es en este apartado donde descubrimos al
grandes escultores neoclásicos de España: José artista que era Luján Pérez, sus valores como
Luján Pérez (1756-1815). escultor y sus aportaciones a la plástica neoclá-
Para poder entender correctamente este sica. Una vez puesto en contexto el personaje
proyecto editorial es necesario tener presente en relación a sus coetáneos, labor que llevan a
que el catálogo de la exposición cuenta con una cabo Hernández Socorro y Fraga González, des-
amplia y completa investigación, dividida en dos cubrimos su capacidad técnica en el tratamiento
partes: Contenidos e Itinerarios Expositivos. anatómico de las imágenes, aspecto que no se

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ha puesto de relevancia de forma suficiente en sada Acosta, Fuentes Pérez y Rodríguez Díaz de
el caso de escultores e imagineros. Le sigue una Quintana) y la huella documental dejada por el
serie de estudios en los que, tras un discurso artista.
iconográfico, se analizan los ángeles e infantes En definitiva un trabajo profundo y riguroso
(Calero Ruiz), la iconografía de la Virgen (López a través del cual podemos descubrir la talla de
García), la “escenografía de la Pasión”, a cargo un escultor como José Luján Pérez. Un proyecto
de Díaz de Quintana, Gómez Pamo y Hernández modélico que podría servir de pauta para exposi-
Socorro, y la representación de los santos (Rodrí- ciones y publicaciones similares en otros puntos
guez Morales y Lorenzo Lima). de la Península.
Se concluye el catálogo de la exposición con
el estudio de su taller (Amador Marrero), los pro- Juan Manuel Monterroso Montero
yectos arquitectónicos (López García), la platería Universidade de Santiago de Compostela
(Cruz Valdovinos), la proyección de Luján (Que-

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LA REAL FÁBRICA DE PAPELES PINTADOS DE MADRID


(1786–1836). ARTE, ARTESANÍA, INDUSTRIA
Isadora Rose-deViejo, Cátedra, Madrid, 2015. 258 págs.
ISBN 978–84–376–3414–2

En las últimas décadas, ha surgido un im- documentada las diferentes etapas de su histo-
portante interés académico internacional por el ria. El segundo se centra, en un primer lugar, en
estudio del papel pintado antiguo y su fabrica- el estudio su organización y método de funcio-
ción. Sin embargo, este tipo de artesanía nunca namiento; y posteriormente, analiza de manera
antes había despertado la atención en nuestro minuciosa la producción. Para ello se ha con-
país, y jamás se había abordado el estudio de la sultado con detenimiento la amplia y descono-
historia de la Real Fábrica de Papeles Pintados cida documentación conservada en numerosos
de Madrid, fundada en 1789 y dirigida durante archivos franceses y españoles, así como en
sus primeros cincuenta años por una familia de los escasos restos conservados, localizados en
origen francés, los Giround de Villette, bajo el diversos Reales Sitios, palacios privados y con-
patrocinio de la Casa Real Española. ventos. Paralelamente, se ha trazado un análisis
de su evolución estilística la cual estaba sujeta a
A diferencia de otras grandes Reales Fábricas
los constantes cambios de gustos y modas, tan
españolas, la de papel pintado carecía un sólido
propios del siglo XIX, y documentos fotográfi-
estudio. Esto se debió, en parte, a que la do-
cos. De este modo, se revela el enorme éxito
cumentación es escasa y está dispersa por dife-
que tuvieron en la sociedad española del mo-
rentes archivos. Ello dificultaba la realización de
mento. El tercero, más breve que los anteriores,
una investigación profunda que, gracias a esta
es realmente un epílogo que aborda el periodo
monografía, queda sobradamente resarcida.
entre 1836 y 1856, cuando la fábrica dejo de ser
Su autora, la norteamericana Isadora Rose- “Real”, coincidiendo con la desamortización de
deViejo gracias a una gran capacidad investi- Mendizábal, y llegó a convertirse en una fábrica
gadora y mediante un exhaustivo método de de cervezas, 1859–1890, con la familia Mahou.
trabajo ha logrado rehacer la historia de la Real
Todo ello, se acompaña de un apéndice bio-
Fábrica de Papeles Pintados. Realizó un M.A. en
gráfico de diecisiete miembros de la familia Gi-
Historia del Arte en la Universidad de Pensilva- roud de Villette, debido a la enorme confusión
nia, Filadelfia, y se trasladó a Madrid, en la dé- que se tiene de ellos y para su elaboración la au-
cada de los setenta, donde obtuvo el grado de tora se ha documentado minuciosamente en ar-
doctora en Historia del Arte por la Universidad chivos. Se completa con un anexo de documen-
Complutense, bajo la dirección del Dr. Xavier Sa- tos, créditos fotográficos, una amplia y específica
las. Centra sus investigaciones en el arte español bibliografía, y para finalizar un índice analítico.
de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera
mitad del siglo XIX, en concreto en las figuras Esta monografía es, por tanto, imprescindi-
de Francisco de Goya y Manuel de Godoy. Ade- ble y valiosísima desde el punto de vista de la
más, ha sido comisaria de la Hispanic Society de Historia del Arte y el diseño, así como pionera
Nueva York. en el estudio y conocimiento de este tipo de de-
coración en España. Así pues, resulta de lectura
La obra presenta tres grandes capítulos. El obligatoria para todos aquellos interesados en la
primer capítulo aborda la historia documenta- historia de la decoración y su industria.
da de la Real Fábrica entre 1786 y 1836. Para
ello se presentan catorce apartados en los que Leticia Bermejo de Rueda
se muestran de manera pormenorizada y muy Universidad Autónoma de Madrid

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EL PARÍS DE LE CORBUSIER
José Ramón Alonso Pereira, Editorial Reverté, Barcelona, 2015.
321 págs.
ISBN 978-84-291-2098-1

Entre todos los lugares que recorrió durante en argumentos que parcialmente había anticipa-
su cosmopolita periplo vital, el intelectual vie- do en distintos trabajos anteriores, en los que ya
nés Stefan Zweig no dudó en dedicar los más se apuntaba la relación del arquitecto con sus
encendidos elogios a la ciudad de París que le lugares vitales o los contextos que rodearon la
acogió en 1904, recién terminados sus estudios. preparación de sus proyectos urbanísticos: “Le
Aquel París “que tenía y daba alas” (Zweig, El Corbusier y París, 1908-1909, percepciones y
mundo de ayer, 1943), retratado como la ciu- descubrimientos” (2009), “El Centro Pompidou
dad más libre y abierta de Europa, fue también y el sentido Corbuseriano del lugar” (2011), “35
el lugar al que arribó cuatro años más tarde, en rue de Sèvres, Le Corbusier y sus contextos”
la primavera de 1908, un joven Le Corbusier, por (2012), “Los dioramas de Le Corbusier” (2013),
entonces todavía Charles-Édouard Jeanneret. “La maison cachée de Le Corbusier, hábitat y
Rastrear las múltiples vertientes de las relaciones habitar en rue Jacob, 1917-1934” (2014), “Le
entre la ciudad y el arquitecto, revisitando París Corbusier 24NC, un fragmento habitado de la
para comprender a Le Corbusier y examinando Ville Radieuse” (2014), o “Le Corbusier y el des-
a Le Corbusier como excusa para estudiar París, cubrimiento del ocio” (2014). Fruto por tanto de
es el objetivo del libro El París de Le Corbusier, un trabajo de investigación de larga trayecto-
un denso trabajo de investigación en el que las ria, concretado en los últimos dos años, el libro
pistas textuales se combinan con abundantes se nutre de fuentes documentales, en especial
fotografías y gráficos para, gracias a una cuida- las procedentes de la Fundación Le Corbusier,
da edición, arrojar nueva luz sobre el arquitecto para combinar estos textos con la lectura como
más renovador del siglo XX. Como se justifica fuente de la propia ciudad de París, sus traza-
en la introducción, aquel París fue la ciudad real dos, espacios y arquitecturas, dispuestas frente
que crecía a la vez que se orientaba la trayec- al espejo de los proyectos de Le Corbusier y su
toria y concretaban los proyectos más utópicos recepción crítica.
del arquitecto, el París que fascinó al joven Le Tras un necesario preámbulo sobre los años
Corbusier pero que con los años fue también el de formación en La Chaux de Fonds, la primera
destino de algunas de sus propuestas de trans- parte del libro, “El París de Édouard: los descu-
formación más radicales, en suma el París de un brimientos”, presenta los pormenores del paisa-
tiempo histórico frente al París que podía servir je metropolitano que se desplegó ante los ojos
como espacio para la anticipación del futuro. fascinados del recién llegado. La recuperación de
Para abordar estas y otras relaciones duales, las primeras impresiones visuales, en una suerte
el ensayo redactado por José Ramón Alonso Pe- de arqueología de las miradas, se completa con
reira, catedrático en la Escuela de Arquitectura los movimientos y actividades formativas duran-
de A Coruña, plantea un recorrido en el que la te aquella primera estancia de 20 meses, exten-
experiencia vital del arquitecto se inserta en la dida desde 1908 a 1909. La capital del siglo XIX,
evolución de una ciudad que trasciende y va mu- la ciudad que todavía marcaba las pautas esté-
cho más allá de la mera condición de un telón de ticas y tendencias culturales en plena explosión
fondo para su residencia y actividades. A la hora hedonista de la Belle Époque y el Art Nouveau,
de abordar esta panorámica sobre la formación y supuso para el joven Édouard toda una incitación
proyectos de Le Corbusier desde el escrutinio de a trabajar, renunciando a la evasión bohemia o
una detallada visión urbana, el autor profundiza a los sueños perdidos en el arte del pasado. La

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búsqueda de un nuevo arte basado en principios junto a la mención de especialista en hormigón


de lógica, verdad y honestidad, según escribía armado.
recién instalado en París en una esclarecedora Para cumplir su sueño de vivir y trabajar en
carta de 1908 a su antiguo maestro L’Eplattenier, París Le Corbusier repartió sus movimientos en-
orientó los pasos de un Édouard que no mostró
tre la casa-apartamento de la rue Jacob, en la
interés por acercarse al exitoso Hector Guimard,
que residirá desde 1917 a 1934, y el atelier en
y sí en cambio por emplearse con los hermanos
la rue Sévres, donde estableció su estudio al pú-
Perret, con quienes descubriría las posibilidades
blico y trabajó desde 1924 con su primo Pierre
técnicas y formales del hormigón. Las vistas a
Jeanneret. Su interés por la arquitectura permi-
Notre Dame que tanto apreció en sus primeros
te verificar que sus primeros estudios, desde La
alojamientos, así como la vigencia de la tradi-
Construction des Villes a su sistema Dom-ino, tu-
ción clasicista y las opciones monumentales en
vieron continuidad en una decidida orientación
la arquitectura francesa de aquellos años, son
hacia la búsqueda de soluciones universales, en-
interpretadas como las únicas concesiones nos-
sayando propuestas en las que París servirá como
tálgicas en una mirada que pronto fue capaz de
tablero de juego para afrontar los retos urbanos
seleccionar los aspectos más impactantes de la
más acuciantes. De acuerdo con los datos anali-
modernidad encarnados por los progresos de los
zados en el libro, el crecimiento de población de
ferrocarriles y automóviles, las exhibiciones aero-
una ciudad que alcanzará en los años veinte los
náuticas, o la nueva faz nocturna desvelada por
el alumbrado artificial. 3 millones de habitantes, en gran medida por
la emigración desde las zonas rurales, intentaba
En la segunda parte, “El París de Jeanneret: ordenarse gracias a la ley de 1919 que abrió el
los diálogos”, la segunda instalación parisina de camino para la ocupación y expansión a partir
Le Corbusier se inicia bajo un cariz bien distin- de las zonas de las ya inútiles fortificaciones del
to, al coincidir su llegada a comienzos de 1917 cinturón de Thiers. Asistiendo a aquella evolu-
con el ambiente de una ciudad amenazada por ción hacia el Grand Paris, objeto de diferentes
la contienda bélica, con las bombas que todavía planes pero finalmente resuelta con insatisfacto-
llegaban a caer sobre sus barrios en el tramo fi- rias y aisladas actuaciones sobre vivienda, trans-
nal de la Gran Guerra. Terminada la guerra, esta portes o equipamientos, Jeanneret propondrá su
decisiva etapa se analiza desde la valoración del modelo de Ville Contemporaine (1922), una al-
efecto catalizador que ejercieron la energía, di- ternativa de urbanismo para corregir la crisis de
namismo y cambios de una gran metrópolis mo- vivienda, los desequilibrios centro-periferia o la
derna, la que el joven Le Corbusier había elegido creciente instalación de industrias en la banlieue.
ya como su predilecto y definitivo marco vital. Sus propias experiencias vitales como habitante
Aunque a su llegada declarara que su profesión
de ese Grand Paris, al comprobar la inapelable
era la de “artista-pintor”, las oscilaciones y du-
necesidad de los medios de transportes o las
das entre su doble carrera como artista plástico y
diferencias entre la ciudad de los negocios y la
arquitecto no pueden despegarse de los progre-
actividad económica de la rive Droite frente a la
sos de una ciudad que veía avanzar tendencias
ciudad de la cultura y el descanso de la rive Gau-
de la modernidad como la sociedad de masas, la
che, no pueden desvincularse de sus primeras
racionalización del trabajo, la producción indus-
reflexiones urbanísticas.
trial o la sociedad de consumo, pero que para-
lelamente mantenía aquella condición de centro En este marco conceptual de los diálogos
del mercado artístico bien asentada desde el si- con la gran ciudad en transformación, otros
glo XIX. Así, aunque el pintor que firmaba como apartados del libro abordan los intereses estéti-
Jeanneret iniciara sus primeros contactos con las cos de Le Corbusier en relación con el purismo y
vanguardias gracias a su amistad con Ozenfant, L’Esprit Nouveau, desarrollados en paralelo a su
su curiosidad por las exploraciones de De Stijl o admiración por el maquinismo y su convicción
la Bauhaus no descuidó, más bien fertilizó, su acerca del papel del urbanismo como campo de
otra vocación como arquitecto, según la con- batalla para el arte del futuro. Desde este entre-
dición que hacía constar en su papel de cartas, cruzamiento de opciones estéticas y reflexiones

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arquitectónicas se contextualizan los elementos 1925, no sólo como un manifiesto de la nueva


gestados en el creativo ambiente de aquellos arquitectura sino también del nuevo urbanismo,
años, como los cinco puntos para la nueva ar- al acoger los planos y vistas de un Plan Voisin
quitectura, la obsesión por los cerramientos de que se exhibió mediante el dispositivo de los dio-
vidrio, tomando como precedente la Maison du ramas tan arraigado en la cultura visual de los
Verre de Pierre Chareau (1926), las cubiertas en parisinos. Este mismo plan sirve para corroborar
terraza, de nuevo a partir de modelos parisinos la prioridad de unos proyectos urbanísticos que
como algunos edificios de Perret o los proyec- han transmutado el amor por la ciudad en un
tos de casas de vecindad de Henri Sauvage, o no menos intenso deseo de destrucción, plan-
las zonas verdes a pie de casa, ahora en relación teando la transformación radical y metamorfosis
con la creciente promoción de los deportes y la que París necesitaba para convertirse en la gran
vida saludable tras los padecimientos de la Gran metrópolis del siglo XX. Los principios de un ur-
Guerra. La dinámica de construcción de vivien- banismo racional y funcional, aplicados desde la
das baratas en la periferia, con el papel protago- célula básica de la vivienda como máquina de
nista asumido por las promotoras inmobiliarias, habitar y expandidos para solucionar a gran es-
fue otro acicate para las primeras propuestas de cala, para millones de habitantes, las necesida-
viviendas unifamiliares y plurifamiliares, plantea- des de vivir, trabajar y ocio en contacto con la
das a comienzos de los años veinte para cubrir naturaleza, no dudan ya a la hora de organizar
las aspiraciones de higiene y confort por enton- los nuevos modos de vida colectiva, sacrifican-
ces reservadas para una minoría. Otros grandes do incluso preexistencias como las edificaciones
cambios de aquella misma etapa, como el disfru- más insalubres de la rive Droite. Las exigencias
te del ocio y la revolución de los transportes con del Plan Voisin para reconstruir un centro urba-
la expansión de las redes de metro y ferrocarril, no que no podía ser trasladado, preservando
pero sobre todo la explosión de los automóviles, los grandes monumentos y plazas históricas, se
fueron igualmente percibidos por Le Corbusier retomarán en planes posteriores, siempre cen-
como nuevas exigencias para las ordenaciones y trados en París, como los elaborados en 1937 y
paisajes urbanos de la modernidad. en 1959, demostrando que Le Corbusier nunca
dejó de trabajar y pensar en la transformación
Finalmente, la tercera parte del libro, “El Pa- de la ciudad más querida y determinante para
rís de Le Corbusier: las propuestas”, nos presen- su trayectoria.
ta el tiempo de un Le Corbusier de madurez, que
ya ha abandonado la dualidad de firmar Jeanne- Sin perder nunca de vista esas constantes re-
ferencias a París, en planes como la Ville Radieu-
ret como pintor y Le Corbusier como arquitecto.
se o el mencionado Plan Voisin se estaban pro-
Son los años en los que, tras tramitar con total
poniendo ya los prototipos para los bloques de
coherencia su nacionalidad francesa, despliega
viviendas colectivas y los rascacielos de oficinas
la mayor actividad en la difusión de las ideas
concretados durante los años treinta, dos de las
más provocadoras de su ideario arquitectónico,
tipologías destinadas a presentarse como signos
a través de conferencias, artículos y libros. Pese
de la “ciudad de los nuevos tiempos”. En esa
a sus cada vez más numerosos viajes, Le Corbu-
misma línea, el libro incide acertadamente en
sier continúa radicado en París, abriéndose esta
la valoración del edificio de Porte Molitor, en el
nueva etapa con el cambio de residencia verifi-
que Le Corbusier vivió y trabajó hasta su muerte,
cado en 1934 al estrenar el apartamento-taller
como la consecución de un fragmento de la Ville
de Porte Molitor, el lugar donde vivirá y trabajará
Radieuse. Este apartamento entre medianeras
hasta su muerte.
integraba vivienda familiar, taller de pintura y
El análisis de las propuestas arquitectónicas área de estudio, pero sobre todo acercaba y ha-
y urbanísticas arranca necesariamente de hitos cía viables los nuevos ideales urbanísticos gracias
referidos a la anterior etapa, como se demues- a los espacios para vida al aire libre y deportes
tra mediante la consideración del pabellón de del Bois de Boulogne y las cercanas piscinas Mo-
L’Esprit Nouveau, levantado en el recinto de la litor. El resto de las realizaciones parisinas de esta
Exposición Internacional de Artes Decorativas de etapa se vieron desplazadas hacia las afueras,

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como el Pabellón Suizo de la Cité Universitaire expropiaciones en el sector de Les Halles, cuyo
o la Cité Réfuge de Cantagrel, evidenciando en plan de ordenación se aprobó en 1970 y abrió
su condición de piezas aisladas y periféricas el las puertas para la ubicación en el Beaubourg,
rechazo oficial a los proyectos más radicales para en el corazón de la rive Droite, del Centro Pom-
la renovación del centro urbano. pidou. Inaugurado en 1977, tal como concluye
Todo este panorama vital e intelectual, desde este exhaustivo libro sobre el París de Le Cor-
los movimientos entre los lugares de residencia busier fue el gran inmueble para la transforma-
y trabajo a la concreción y materialización de las ción del corazón urbano que el arquitecto había
propuestas arquitectónicas, remata en los últi- soñado pero nunca llegó a ver. En resumen, la
mos años de Le Corbusier con la amargura por inquisitiva dedicación a la historia de la arquitec-
el deseo incumplido de ver construida en París tura sobradamente mostrada en otros trabajos
una de sus Unités d’habitation. Fue la constata- de Alonso Pereira aporta esta nueva indagación
ción de otra de las dualidades en su relación con para dar respuesta a todas las implicaciones de
una ciudad que siempre le fue esquiva en cuanto esta visión sobre un arquitecto que asumió su
a encargos oficiales para su tejido más central, experiencia vital en París como un compromiso
consolidado y representativo. Sin embargo, de a la hora de habitar y proyectar la ciudad de la
acuerdo con el análisis histórico de José Ramón luz bajo su personal versión de la Ville Radieuse.
Alonso Pereira el tiempo depararía una inespe-
Jesús Ángel Sánchez García
rada reparación. A finales del mismo año 1965 Universidade de Santiago de Compostela
en que falleció Le Corbusier daban comienzo las

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ARQUEOLOGÍA DEL ARTE MODERNO. CUERPO, OBJETO Y


LUGAR EN UN HORIZONTE DE EXTINCIÓN
Juan Martínez Moro, Ediciones La Bahía, Cantabria, 2015. 404 págs.
ISBN 978-84-941969-7-3

En todo el arte moderno europeo, desde el gía (H. Gardner, H. Read), cognición (A. Clark, D.
Renacimiento hasta el Neoclasicismo, subyace Chalmers, J. Mosterín) o genética (D. Hamer, D.
un cierto carácter arqueológico motivado por la Dutton, R. Dawkins) entre un sinfín de aproxima-
fascinación hacia el mundo antiguo e impulsa- ciones distintas; un simple vistazo a la relación
do por cada gran descubrimiento, ya fueran el bibliográfica (pp. 393-400) o al índice de nom-
grupo escultórico de Laocoonte y sus hijos o las bres (pp. 401-404) bastará para comprobarlo.
ciudades de Pompeya y Herculano; nada que ver
Los tres primeros, “La mirada dúplice de
con el libro en cuestión, pese a la terminología
Jano” (pp. 23-48), “Arqueología del arte moder-
empleada incluso en el título, pues aquél toma
no” (pp. 51-81) y “El eón analógico-material”
como punto de partida el arranque mismo de
(pp. 85-145), funcionan a modo de introducción
la contemporaneidad, o sea, el momento en el
y justifican el posicionamiento posterior median-
que se definen la gran mayoría de categorías
te múltiples argumentos en torno a la fisicidad,
epistemológicas todavía vigentes. Entonces la
noúmeno frente a fenómeno, implícita en el
Arqueología y la Historia del Arte, que habían
ejercicio arqueológico: primero, contraponiendo
compartido un espacio indiferenciado dentro de
las Humanidades, adquirieron cartas de natura- un ocaso material, de objetualidad tradicional,
leza propia y evolucionaron de manera indepen- en el que tiende a perderse la variedad de sopor-
diente hasta desembocar en dos campos disci- tes y medios, a un nuevo amanecer virtual, de
plinarios en apariencia distantes, tanto por sus globalización y comunicación instantánea, con
metodologías como por las corrientes teóricas la imagen digital como vehículo privilegiado; se-
que las gobiernan. Juan Martínez Moro preten- gundo, criticando los relatos histórico-artísticos
de demostrar, en cambio, que existen intereses puramente visuales por sus métodos, que ante-
comunes entre ambas y que pueden enriquecer- ponen el significado a la experiencia material de
se mutuamente en gran medida, más allá de la la obra, y por sus modos de difusión, siempre
mera inspiración superficial en las formas anti- a través de reproducciones imperfectas; tercero,
guas; en definitiva, que hay un importante ya- caracterizando todo tiempo anterior a tal ama-
cimiento de análisis en el arte contemporáneo a necer virtual como un eón unitario, en el que los
partir de los fundamentos profundos de la cien- sujetos disponen de idénticas capacidades per-
cia arqueológica. ceptivas e intelectuales, fisiológicas y de cons-
ciencia, lo cual permitirá equiparar por ejemplo
Arqueología del arte moderno. Cuerpo, ob-
el arte prehistórico y el actual.
jeto y lugar en un horizonte de extinción, edita-
do con un cuidado excepcional, afronta dicho Ello queda bien expuesto en el capítulo 4, “El
reto a lo largo de siete capítulos de similar ex- arte moderno como yacimiento” (pp. 149-203),
tensión y cumplida documentación, algo enco- que sirve de transición hacia la segunda parte
miable teniendo en cuenta la extrema heteroge- del libro y que casi supone su verdadero inicio
neidad de los referentes concitados en el texto: por cuanto presenta las posibilidades discursivas
estudios históricos y estéticos (A. Riegl, S. Gie- de la tríada cuerpo-objeto-lugar anunciada en el
dion, L. Lippard, H. Belting), debates sobre teoría subtítulo; un hecho que se evidencia en paralelo
arqueológica (L. Binford, I. Morris, C. Renfrew, gracias a la activación del aparato gráfico, hasta
S. Mithen), reflexiones filosóficas (G. Deleuze, ese punto escaso, con apenas tres imágenes, y
A. C. Danto, J. L. Brea), pero también psicolo- en adelante bastante rico, con unas veinte por

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capítulo, replicando tal vez la lógica de las histo- conciencia: santuario, laberinto, cobijo, cami-
rias del arte previamente criticadas... La manipu- no, claustro, observatorio...” (pp. 331-392), se
lación de la materia, ya diversificada durante el afronta, por último, la recreación de espacios y
Paleolítico, las intervenciones sobre el espacio de experiencias sensoriales holísticas, integradoras,
las cuevas, integrando la plasmación parietal en desde la escultura en el campo expandido o la
dos dimensiones y el volumen tridimensional, o instalación hasta el land art, a través de artistas
los hipotéticos comportamientos tribales, en los como Schwitters, Kaprow, Merz, Serra, Heizer,
que la creación artística probablemente habría Smithson, Long, De Maria o Turrel, aunque, sin
jugado un papel importante, se convierten en pa- embargo, se omiten otros, como Niki de Saint
radigma y parangón para explicar las tendencias Phalle en Hon o Louise Bourgeois en La destruc-
primitivistas de finales del siglo XIX y principios ción del padre, que se entrelazarían bastante
del XX, del post-impresionismo al cubismo y sus mejor con la postura defendida en el conjunto
derivaciones, e incluso más allá hasta ciertas for- de la monografía.
mas de performance de claro componente ritual. Con toda seguridad podrán encontrarse fa-
Una vez aclarado el modelo interpretati- llas en el planteamiento, algunas de las cuales he
vo, por lo demás claro e intuitivo, aun cuando señalado, la mayoría relativas a una concepción
complejo, podrá aplicarse a muchas otras ma- restrictiva de la arqueología, tomada casi al pie
nifestaciones: en el capítulo 5, “Subjetividad de la letra en su etimología, a la poca flexibi-
somatizada” (pp. 207-260), se explica el giro lidad de su historia del arte, todavía sobre los
introspectivo, una suerte de arqueología del patrones hegemónicos que excluyen por norma
alma, de sondeo en las capas ocultas de la psi- lo no-occidental y la denominada baja cultura,
que humana, introducido por Piranesi, Goya y o a la falta de recorrido de algunos conceptos y
los románticos, retomado con profusión en los procedimientos específicamente arqueológicos,
expresionismos alemán, austríaco y abstracto, y cuyo desarrollo habría compensado sendas ca-
perceptible también en el arte de acción; en el 6, rencias; en cualquier caso, como el propio Martí-
“Situación espectral del objeto” (pp. 263-327), nez Moro reconoce, su propuesta no constituye
se parte de los ensayos sobre la cultura mate- tanto una excavación del arte contemporáneo,
rial de Marx, Benjamin, MacLuhan, Baudrillard con pretensión de exhaustividad y conclusiones
y en cierto sentido Lévi-Strauss para sustentar rotundas, cuanto una prospección del mismo,
la línea conceptual iniciada en los objet trouvé que sugiera nuevas perspectivas, más ambicio-
y ready-made duchampianos y continuada por sas y arriesgadas.
los objetos dadaístas-surrealistas, algunas con-
creciones informalistas, el neo-dadá, el nouveau Pablo Allepuz García
réalisme, el povera o el pop; en el 7, “Lugar y Universidad de Córdoba

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POLÍTICA EDITORIAL
QUINTANA é unha revista de Historia da Arte, cunha periodicidade anual, que publica traballos orixinais de investigación sobre
calquera das especialidades relativas ao campo das Artes, sen desbotar as aproximacións interdisciplinarias que enriquezan o seu
estudio.

A publicación dos traballos de investigación se estructura en dúas seccións: a primeira – TEMA - ten un carácter monográfico e o
seu contido é planificado de antemán polo Comité de Redacción, invitando a destacados especialistas no tema escollido, mentras
que a segunda - COLABORACIÓNS - está aberta a aportacións de temática libre.

Os traballos presentados á sección de COLABORACIÓNS someteránse a avaliación empregando un sistema de revisión externa
baseado no doble anonimato. A revista empregará dous revisores, membros do Comité Científico ou outros especialistas, para
avaliar cada artigo recibido, acudindo a un tercer revisor en caso de discrepancia. Os artigos finalmente publicados incluirán as
datas de recepción e aceptación. A responsabilidade final do proceso de selección e aceptación de traballos recaerá na Dirección
da revista e no seu Comité de Redacción, comunicando aos autores as decisións editoriais adoitadas.

Os autores aceptan que a revista QUINTANA poida difundir os textos publicados nela, soamente con fines científicos e sen proveito
comercial, por calquera medio, incluido Internet, e asemade incorporalos nas bases de datos electrónicas nas que QUINTANA vaia
integrándose cos devanditos fines. Esta difusión entenderase como unha cesión de forma non exclusiva e só para esta finalidade,
sen límite temporal nen territorial, dos dereitos que lles correspondan como autores.

NORMAS PARA A PRESENTACIÓN DE ORIXINAIS


Os traballos presentados deben ser inéditos e poderán ser escritos en galego, castelán, catalán, portugués, italiano, francés ou
inglés. A extensión máxima será de 15 a 20 páxinas para o texto principal, a espacio e medio e por unha soa cara, en papel de
formato DIN-A4. O título do traballo, o texto, as notas ao final e a bibliografía escribiranse cunha letra TNR de corpo 12; as citas
longas escribiranse cunha letra de corpo 10 nun parágrafo á parte.

Os traballos deberán ir encabezados do seguinte modo:


- título do artigo: centrado, con maiúscula negra de corpo 12.
- nome e apelidos do autor: debaixo do título, centrado, con minúscula cursiva de corpo 10.
- universidade (ou centro) ao que pertence o autor: debaixo do nome, centrado, con minúscula de corpo 10.
- breve resumo do artigo: de extensión non superior a 150 palabras.
- palabras clave do artigo, cinco como máximo.
- traducción do resumo ao inglés (abstract) non superior ás 150 palabras.
- traducción das cinco palabras clave ao inglés (keywords).

As notas presentaranse sempre ao final do texto, numeradas correlativamente e dentro do mesmo arquivo electrónico do texto
principal. As chamadas das notas dentro do texto principal realizaranse en superíndice.

As referencias bibliográficas dos traballos empregados na investigación incluiranse sempre nas notas, coa mesma referenciación
numérica e secuencial. Como norma xeral de presentación se aconsella seguir o sistema de cita bibliográfica en nota segundo ISO
690, cos seguintes exemplos:

Libro:
P. Pérez Costanti, Diccionario de artistas que florecieron en Galicia durante los siglos XVI y XVII, Imprenta, Librería y Enc. del
Seminario Central, Santiago, 1930, pp. 91-100.

Capítulo de libro:
X. Filgueira Valverde, “Artistas portugueses na arquitectura pontevedresa do século XVI” en Do tardogótico ao manierismo:
Galicia e Portugal (X.C. Valle Pérez, Coord.), Fundación Pedro Barrié de la Maza, A Coruña, 1995, pp. 177-185.

Artigo de revista:
S. Moralejo Álvarez, “Esculturas compostelanas del último tercio del siglo XII”, Cuadernos de Estudios Gallegos, t. 28, fasc. 86,
1973, pp. 294-310.

Comunicación nun congreso:


D. Vila Jato, “El influjo de fuentes textuales en la Capilla de la Virgen de los Ojos Grandes de la Catedral de Lugo” en VI Congreso
Español de Historia del Arte. El Arte en los caminos, Santiago de Compostela, 16-20 de xuño de 1986. Universidade de Santiago
de Compostela, 1989, t. II, pp. 361-368.

Artigo en internet:
J.M. Duart, F. Lupiáñez, “E-strategias en la introducción y uso de las TIC en la Universidad”, RUSC. Revista de Universidad y Sociedad
del Conocimiento, vol. 2, nº 1, mayo de 2005, UOC [Consulta: 09/09/2008]. http:www.uoc.edu/rusc/dt/esp/duart0405.pdf

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A sangría da primeira liña dos parágrafos, tanto no texto como nas notas, farase coa opción específica do menú formato ou
deseño de parágrafo.

Os mapas, gráficos, debuxos, planos (sen enmarcar) e fotografías irán numerados consecutivamente en caracteres arábigos (Fig. 1,
Fig. 2, etc.). Os pés correspondentes deben ser o máis completos posible (autor, obra, cronoloxía, localización e copyright se fora
necesario). Os debuxos realizaranse sobre papel branco de boa calidade. As fotografías presentaranse en formato TIFF ou JPEG
cunha resolución mínima de 300 ppp. En cada artigo poderán incluírse ata 15 figuras.

ENVÍOS
A integración da revista QUINTANA na plataforma Open Journal Systems, xestionada dentro do Portal Dixital de Revistas da
Universidade de Santiago de Compostela –http://www.usc.es/revistas/index.php/quintana– fai posible o envío directo dos artigos
para a sección de COLABORACIÓNS. Para iso é necesario rexistrarse como autor na sección “Autores” do menú superior, e a
continuación seguir as indicacións para cargar texto e imaxes.

Como orientación xeral, os traballos rexistrados antes do 31 de xaneiro de cada ano terán preferencia para ser admitidos no
número dese mesmo ano.

Os artigos, con título, resumo e palabras clave, deben incluir os seguintes datos e arquivos:
- Título, nome e afiliación do autor, xunto co resumo e palabras clave
- Arquivo de texto principal gardado como Word, coas notas ao final (non se admiten notas ao pé)
- Lista de ilustracións numeradas como Fig. 1, Fig. 2, etc…
- Imaxes numeradas e en formato JPEG ou TIFF

Os editores resérvanse o dereito de facer leves alteracións nos traballos recibidos coa única finalidade de corrixir erros mecánicos
ou lingüísticos. Se as modificacións necesarias fosen considerables, consultarase ao autor para pedirlle a súa aprobación para tal
efecto. Os editores tamén se reservan a non publicación das figuras que carezan da calidade suficiente.

As probas de imprenta serán revisadas polos autores, os cales efectuarán os cambios mínimos necesarios, corrixirán os erros de
impresión e devolveranas nun prazo dunha semana a partir da data de recepción. O atraso na devolución das probas implicará a
súa publicación sen as correccións do autor.

NORMAS PARA O ENVÍO DE RESEÑAS DE LIBROS


QUINTANA acepta publicar reseñas de libros baixo a condición de que o autor da reseña non comparta a mesma afiliación
académica ou institucional co autor do libro. As reseñas serán aprobadas e aceptadas polo Comité de Redacción.

As reseñas terán un máximo de 2.500 palabras (incluindo título, autor, editor e datos de publicación, ISBN e número de páxinas)

Para calquera dúbida ou consulta, contactar coa revista: revistaquintana@gmail.com

Páxina Web: www.usc.es/revistas/index.php/quintana

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EDITORIAL POLICY
QUINTANA is a journal on History of Art, issued annually, which publishes original research papers about any of the specialities
related to the Arts, including interdisciplinary approaches that enrich their study.

The publication of research papers is structured in two sections: the first one – SUBJECT - is of a monographic character, and its
content is planned beforehand by the Editorial Board, who invites well-known specialists in the chosen theme, whilst the second
one – ARTICLES - is open to contributions about any theme.

The papers which are presented in the ARTICLES section will be subjected to assessment using a double-blind review process with
anonymity for both authors and reviewers (peer-review process). The journal will use two reviewers, members of the Scientific
Committee or academic experts, to assess each article received, and will resort to a third reviewer in the case of discrepancy. The
articles which are finally published will include reception and acceptance dates. The journal’s Director and the Editorial Board will
have ultimate responsibility for the selection process, and will communicate the editorial decisions to the authors.

The authors accept that QUINTANA could diffuse the texts which are published therein, only to serve a scientific purpose, and
without commercial profit, for any media, including Internet, and to incorporate these contents in the electronic databases of
scientific journals. This diffusion must be understood as an assignment for the use of, “non-exclusive” cession, and only for this
purpose, with temporally and territorially unlimited cession of the rights that correspond to the authors.

NORMS FOR THE PRESENTATION OF ORIGINAL PAPERS


The papers must be unpublished and may be written in Galician, Spanish, Catalonian, Portuguese, Italian, French or English. The
maximum length will be 15-20 pages for the main text, using one and a half spaces and written only on one side of DIN- A4
sheets. The paper’s heading, the text, the endnotes and bibliography will be written in TNR size 12 type; long quotes will be
written in size 10 type in a separate paragraph.

The papers must be headed in the following way:


- title of the article: centered, block capitals in bold, size 12
- name and surnames of the author: below the title, centered, with small letters in italics of size 10
- university (or centre) to which the author belongs: below the name, centered with small letters of size 10
- abstract of the article: not longer than 150 words
- keywords from the article, maximum five
- translation of the summary in English (abstract)
- translation of the keywords in English (keywords)

The notes will be presented always at the end of the text, numbered consecutively and within a sole electronic file. The indications
to the notes within the text itself will be done in superscript. Independently of the notes system used, this should always be clear,
coherent and systematic.

Bibliographic references to works consulted must be included in endnotes and numbered consecutively. As a general standard of
presentation, the ISO 690 system of bibliographic citation for notes should be followed, as in the examples below:

Book:
P. Pérez Costanti, Diccionario de artistas que florecieron en Galicia durante los siglos XVI y XVII, Librería y Enc. del Seminario
Central, Santiago, 1930, pp. 91-100.

Book chapter:
X. Filgueira Valverde, “Artistas portugueses na arquitectura pontevedresa do século XVI” en Do tardogótico ao manierismo:
Galicia e Portugal (X.C. Valle Pérez, Coord.), Fundación Pedro Barrié de la Maza, A Coruña, 1995, pp. 177-185.

Journal article:
S. Moralejo Álvarez, “Esculturas compostelanas del último tercio del siglo XII”, Cuadernos de Estudios Gallegos, t. 28, fasc. 86,
1973, pp. 294-310.

Conference proceedings:
D. Vila Jato, “El influjo de fuentes textuales en la Capilla de la Virgen de los Ojos Grandes de la Catedral de Lugo” en VI Congreso
Español de Historia del Arte. El Arte en los caminos, Santiago de Compostela, 16-20 de xuño de 1986. Universidade de Santiago
de Compostela, 1989, t. II, pp. 361-368.

Internet article:
J.M. Duart, F. Lupiáñez, “E-strategias en la introducción y uso de las TIC en la Universidad”, RUSC. Revista de Universidad y
Sociedad del Conocimiento, vol. 2, nº 1, mayo 2005, UOC [Accessed: 09/09/2008]. http:www.uoc.edu/rusc/dt/esp/duart0405.pdf

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The indentation of the first line of the paragraphs, both in the text and in the endnotes will be done with the “format” or
“paragraph design” specific options from the toolbar. The maps, graphs, drawings, plans (without framing) and photographs
will be numbered consecutively with Arabic numerals (e.g. Fig. 1, Fig. 2, etc.). The corresponding list of illustrations must be as
complete as possible (author, work, chronology, location and copyright if need be). The drawings will be done on good quality
white paper. The photographs will be presented on format TIFF or JPEG with a minimum resolution of 300 dots per inch. Up to
15 figures may be included in each paper.

SUBMISSION GUIDELINES
QUINTANA is integrated in the Open Journal Systems, managed within the Portal Dixital de Revistas da Universidade de Santiago
de Compostela - http://www.usc.es/revistas/index.php/quintana -. Each paper for the ARTICLES section must be presented by
means of this OJS access. The authors need sign in –“Autores” in the main bar menu - and proceed with the indications to upload
texts and illustrations.

The papers, with title, abstract and keywords, should be registered before January 31th of every year.

Submissions must include:


- Title, name, and author’s institutional affiliation, with abstract and keywords
- Manuscript, saved as Word document with endnotes (not footnotes)
- List of captions, numbered Fig. 1, Fig. 2, …
- Image files, JPEG or TIFF numbered files

The editors reserve the right to make slight alterations to the papers received, with the sole objective of correcting mechanical or
linguistic mistakes. If the modifications needed were significant, the author would be consulted to request his/her approval. The
editors also reserve the right to not publish any figures which they consider to be of poor quality

The printer’s copy will be reviewed by the authors, who will make the pertinent changes, correct printing errors and send them
back within a week of reception. Any delay in sending back the copy will mean that the article will be published without the
author’s corrections

NORMS FOR THE SUBMISSION OF BOOK REVIEWS


QUINTANA accepts reviews of books on condition that reviewers do not share the same academic or institutional affiliation that
the authors of the books. Reviews will be accepted by Editorial Board.

Reviews are limited to a maximum of 2.500 words (includes book title, author, editor or publisher data, ISBN and number of pages)

Contact E-mail: revistaquintana@gmail.com

Journal Website: www.usc.es/revistas/index.php/quintana

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