Habermas se posiciona afirmativamente contra lo que considera intrusiones sobre la
vida provenientes de campos que se desarrollan casi mecánicamente, como la
economía y la burocracia; de hecho, la ciencia basa su avance en funcionar con una racionalidad estrictamente cerrada; la cuestión es si realmente el desarrollo de la tecnología (cuyo despliegue suponen tanto H. como Sloterdijk) puede ser juzgado en sus posibilidades en abstracto y no teniendo como fondo la economía y la política mundiales que es su soporte material