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Contenido:

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Introducción
1. Tienes que estar preparado
2. Formato de la Clase
 Bienvenida
 Cantos
 Lección Bíblica
 Memorización
 Manualidad
 Merienda
 Juegos
3. Los maestros
 Dos mejor que uno
 Mantén el orden y la disciplina
 Conocimiento social
 Formando hábitos cristianos
 Preguntas
4. Los alumnos
5. El Salón de clase
6. Concurso
7. ¡No te olvides!
 Oración
 Ofrenda
 Predicación del Evangelio
8. Práctica

Introducción

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Enseñar a niños es una responsabilidad muy grande. Las
estadísticas dicen que el 85% de las personas que llegan a Cristo lo
hacen antes de los 15 años. La mente y el corazón de los niños son
terreno virgen y fértil en el que podemos trabajar con facilidad.

El efecto de lo que se aprende en la infancia


perdura para el resto de la vida.

Deuteronomio 6: 6-9

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y


las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las
atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre
tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”

Salmo 78: 5, 6
“El estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual
mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos; Para que lo
sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se
levantarán lo cuenten a sus hijos.”

¿Por qué es importante enseñar a los niños?

1. Porque Dios lo manda - Marcos 10:14


El mismo Señor Jesucristo nos manda que dejemos venir a los niños a
El. Para nosotros, esto significa obviamente que debemos dar a los
niños todas las ayudas posibles para que ellos conozcan
personalmente al Señor Jesucristo.

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2. Porque los niños necesitan la salvación - Salmos 51:5 Romanos
3:23
Cada ser humano, desde el principio de su vida vive en el pecado, lo
que significa, separado de Dios. Por tanto ¡necesitan
desesperadamente la salvación que Jesucristo nos ofrece! Nunca es
demasiado pronto para que escuchen el Evangelio.

3. Porque los niños tienes promesas de Dios.


“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se
apartará de él” (Proverbios 22:6)
Un niño es como un arbolito pequeño, que es todavía muy dócil y se
deja mover y torcer hacia cualquier lado. Se deja amarrar en un palo
recto.

4. Porque es la mejor estrategia


Estamos asegurando el futuro de la Iglesia enseñando y capacitando
a la siguiente generación de donde saldrán los futuros líderes.

1. Tienes que estar preparado:

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Ora. Ora antes de preparar la lección, mientras la preparas y
después de prepararla. Ora por los niños que están a tu cargo. Ora
constantemente, Dios se deleita en constestar la oración de fe (1
Tesalonicenses 5:17; Colosenses 4:2; Santiago 5:16) La oración hace
que la lección se grabe en el corazón del maestro. La oración le da
sentido a la lección, trae sabiduría, amplía y fortalece la mente.

Debes tener la enseñanza planificada de antemano. Si no


tienes ningún material que puedas enseñar sistemáticamente, toma
tu Biblia y busca la porción que te gustaría enseñar. Después divídelo
en lecciones y escríbelo, haciendo una lista con fechas, pasajes,
versículos... (1 Corintios 14:33a)
Por ejemplo, una planificación de la Creación (Génesis 1:1-2:3)
podría comenzar así:

FECHA LECCION MANUALIDAD


S1 DIA 1 Esfera de papel negro por un lado y blanco por el otro
S2 DIA 2 tira de cartón azul al que se le pegan 2 nubes de

algodón
S3 DIA 3 Dibujo del mar del que “emerge” la tierra
S4 DIA 4 Colorear y pegar flores y árboles

Y así seguiríamos con las lecciones necesarias para completar el


período de tiempo durante el cual vamos a enseñar.
Tienes que estar familiarizado con la enseñanza en su totalidad
antes de comenzar las clases, así podrás seguir una línea constante y
llegar al objetivo que te hayas trazado desde el principio. A medida
que avance el curso continúa ojeando las siguientes lecciones.
Recuerda que las manualidades o actividades deben estar
acorde con la edad de la clase que estás enseñando. Debes pensar en
actividades que puedan realizar de acuerdo a su edad y destreza
mental y manual.

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2. Formato de la clase:

Toda clase para niños debería contar con los siguientes


elementos. Varía el orden de las actividades de tu sesión para
sorprender a los niños de vez en cuando:

 Tiempo de bienvenida
 Tiempo de cantos
 Tiempo de lección bíblica
 Tiempo de memorización del versículo
 Tiempo de manualidad
 Tiempo de juegos
 Tiempo de merienda

La duración de la clase depende de la actividad. La escuela


dominical suele tener de 40 minutos a 1 hora. 1h a 1h 15 minutos la
Escuela Vacacional. Un Club de Niños puede extenderse de 1h 30
minutos a 2 horas. Planifica el tiempo para cada cosa dependiendo de
la actividad que vayas a hacer y del horario disponible. En una clase
de 1h 15 minutos el programa se podría dividir de la siguiente
manera:

 Tiempo de bienvenida (5 minutos)


Debes llegar a la clase antes que tus alumnos y con tiempo
suficiente para hacer los últimos preparativos en el salón y recibir a
los niños. Mientras los niños van llegando dales la bienvenida, anota
sus nombres, chequea el concurso si tienes y ve ubicándolos en sus
asientos. Muéstrate afectuoso y comienza a ganar su confianza desde
el principio. Puedes hacer una dinámica de grupo para dar tiempo a
que lleguen todos los alumnos, cantar una canción o hacer un juego.
Pero no te extiendas más de 5 minutos, la clase debe comenzar
puntual para que los niños se acostumbren a llegar a tiempo.

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 Tiempo de cantos: (10 minutos)
Aprende algunas canciones para niños. Consigue un CD con
música cristiana para niños, apréndetelo y canta dos o tres canciones
en cada sesión. Si los niños saben leer sería bueno hacer las
canciones en cartulinas grandes para que las vayan siguiendo hasta
que se las aprendan y en previsión de los niños nuevos que puedan ir
llegando. Si no, intenta hacer algún tipo de mímica de forma que los
niños puedan relacionar el movimiento con la letra.
Salmo 105:2; Hechos 16:25; Colosenses 3:16

 Tiempo de lección bíblica (15 minutos)


Esta es la parte que nunca puede faltar. Tu trabajo es que los
niños entiendan la porción bíblica que has estudiado y que
corresponde a esa clase de acuerdo a tu planificación. Antes de la
clase debes leer el texto varias veces y después, contárselo a los
niños como si fuera una historia. Es bueno que vayas haciendo
preguntas a medida que avanza la clase para asegurarte de que te
están entendiendo y no perder el interés. Saca algunas aplicaciones
sencillas de forma que los niños puedan integrar las lecciones a su
vida.
Los niños se distraen con mucha facilidad, por eso es bueno
que para este tiempo de lección utilices visuales: dibujos, libros,
flanelógrafo, títeres, teatro... cualquier cosa que evite que dejen de
escuchar lo que estás diciendo. Para hacerlos consigue una Biblia
para niños de la que puedas sacar copias o copiar los dibujos a mano.
También consigues muchos recursos para Escuela Dominical en
Internet, con lecciones ya preparadas. La diversificación de métodos
de enseñanza despierta un mayor interés porque evita la rutina y la
improvisación. Recuerda que debes conocer el método que vas a
utilizar antes de dar la clase para no equivocarte.

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Comienza la clase con una oración breve y sencilla que los
niños puedan repetir. Además de poner el tiempo en manos de Dios,
así estás enseñando a los niños cómo orar.
Deuteronomio 11:18-20; 2 Timoteo 3:15

 Tiempo de memorización del versículo (10 minutos)


Siempre tienes que preparar un versículo que tenga que ver
con la lección que estás enseñando, ya sea un versículo de la porción
que enseñaste o uno que se refiera a alguna aplicación que se puede
sacar de la lección. Anota el versículo que vas a enseñar en cada
sesión al lado de la lección en tu hoja de planificación.
Haz tus versículos en hojas o cartulinas e incluye algún
dibujo que los niños que no saben leer puedan relacionar con el texto.
Elige el tiempo en el que vas a enseñar el versículo.
Generalmente se hace al final de la lección como conclusión, pero si
los niños son muy pequeños debes alternar los tiempos de
enseñanza. Por ejemplo, después de la lección puedes volver a cantar
o hacer la manualidad y cuando hayan descansado, enseñar el
versículo.
Si los niños a los que enseñas son muy pequeños o no son
capaces de memorizar un versículo por semana, puedes alternar la
memorización a semanas alternas. Pero en ninguna clase debe faltar
el versículo. Si no enseñas uno nuevo, repasa el de la semana
anterior. No olvides que la mejor manera en la que los niños aprenden
es la repetición. Además, la memorización de versículos y canciones
ayuda a desarrollar la memoria precisa de los niños, esto es, la
capacidad de recordar situaciones con exactitud.
Salmo 37:31; Salmo 119:98

 Tiempo de manualidad (15 minutos)


Es bueno que los niños hagan una manualidad relacionada
con la clase de forma que se la puedan llevar a la casa y así recordar
la lección. Usa tu imaginación, no siempre tienen que ser dibujos para

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colorear porque los niños se aburren. Puedes usar materiales sencillos
y económicos como papel de construcción, rollos de cartón de papel
higiénico, cartones de huevos, platos de cartón, vasos plásticos,
estambre, foamy, cartulina.... lo que se te ocurra. Puedes pedir a los
padres que colaboren con materiales “de desecho”. Recuerda reciclar
y guardar los sobrantes para otro momento. Los más grandes pueden
hacer proyectos más complicados, trabajo de campo o actividades
como crucigramas, sopas de letras, cuestionarios… Para este tiempo
debes contar con hojas, lápices, colores, tijeras, pega, cinta y
cualquier otra cosa que los niños puedan necesitar.
No dejes la manualidad para última hora, planifica las
manualidades al tiempo que haces el esquema de enseñanzas e
intenta que todas se relacionen con la clase para que sirva de
recordatorio a los niños. Anímalos para que utilicen la manualidad
para que expliquen en casa lo que han aprendido a sus papás o a
otros niños que no asistan a la clase.
Anima a los niños que terminen más rápido a ayudar a otros
a los que les cueste más y cuando estés finalizando el tiempo de
manualidad pide a los niños que te ayuden a recoger cualquier cosa
que hayan utilizado (siempre es bueno tener una papelera en el
salón).
No olvides que actividades sencillas como el dibujo libre
estimulan la creatividad de los niños.

 Tiempo de merienda (5 minutos)


También la merienda debe ser algo planificado. En la Escuela
Dominical no vas a tener que preocuparte de ella, porque ya va a
estar organizada. Para un Club de Niños o una Horita Feliz reparte
jugo o tang y alguna galleta o torta, pepito... cualquier cosita que
haga que los niños se sientan bien. Tienes que estar atento de que los
niños pasen una sola vez por su merienda y que todos la tengan. Si
tienes varias edades en tu clase, que los niños más pequeños pasen

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primero. Es aconsejable que formen filas y que salgan del salón una
vez que hayan recibido su merienda.
No des merienda a los niños que lleguen a última hora, a no
ser que sean niños que asisten habitualmente pero por alguna razón
no llegaron temprano. Explícales que la merienda se le da a los niños
que vienen a la clase. Puedes darles jugo o una porción más pequeña
para que no se vayan sin nada. Planifica meriendas especiales para
días especiales: premiaciones, lanzamiento o clausura de la actividad,
si invitas a los padres (día de la madre y del padre), día del niño. Sería
bueno también que en tu lista de asistencia anotaras los cumpleaños
de los niños e hicieras algo especial para ese día.

 Tiempo de juegos (15 minutos)


Puedes variar el formato de las clases, pero es
recomendable que los juegos siempre sean al final. Utiliza juegos
diferentes siempre que puedas, los niños se van a aburrir de jugar
siempre a lo mismo. Haz que sean juegos atractivos y participativos,
que ningún niño se quede por fuera. Puedes usar pelotas, bombas,
cuerdas... cualquier cosa que tengas a mano para hacer algo que
llame la atención de los niños.
Si se trata de una clase de escuela dominical suprime el
tiempo de juegos. Puedes hacer una dinámica o algo tranquilo si te
sobra tiempo o si tus niños son muy pequeños. Pero recuerda que la
clase de escuela dominical les sirve como entrenamiento para
comportarse en la iglesia.
Utiliza los juegos también para enseñar a tus alumnos: “fair-
play” (juego limpio), importancia de participar, saber perder y saber
ganar, jugar en equipo…

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3. Los maestros

Algunas características del maestro de escuela dominical:

1. Es salvo (Lucas 6:39)


2. Se preocupa (1 Corintios 13:1-4), sirve con corazón dispuesto
(Colosenses 3:23) y ora por su clase diariamente.
3. Se somete a las autoridades y trabaja en equipo con los
demás maestros (Efesios 4:11)
4. Estudia la Palabra de Dios y desea enseñársela a los niños (2
Timoteo 2:15)
5. Está comprometido a largo plazo (1 Corintios 4:1,2)
6. Vive lo que enseña (2 Timoteo 2:21-26)
7. Tiene entusiasmo por servir con la enseñanza y hace de su
clase algo especial (1 Timoteo 1:12)

Tu responsabilidad principal como maestro es transmitir la


verdad divina con fe y convicción y proveer el alimento apropiado y
necesario para el crecimiento espiritual de tus alumnos.

 2 mejor que uno


Si es posible, es bueno que haya al menos dos maestros
por cada clase. Eso asegura que los niños reciban la lección aunque
uno de los dos tenga que faltar y ayuda a repartir la responsabilidad
de la enseñanza. Entre los dos deben planear las actividades y
colaborar en la elaboración del material. De los cantos, de las
manualidades... Ambos maestros deben prepararse todas las clases
por si acaso uno de los dos falla y no puede asistir a última hora.
Los dos también deben orar individualmente y juntos por
cada uno de los niños. Debes tener una lista de asistencia en la que
vayas anotando los nombres de los niños y si vienen a la clase o no.

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También puedes anotar en la lista de asistencia datos del
comportamiento del niño para que puedas orar específicamente por
cada uno de tus alumnos.
En caso de que sea imposible tener dos maestros sería
bueno que el maestro tenga al menos un ayudante que, aunque no le
ayude a enseñar las lecciones sí sea de ayuda a la hora de la
manualidad, los juegos, los cantos y la merienda. Un ayudante es un
futuro maestro así que sería bueno ir involucrándolo con distintas
responsabilidades a medida que avanza el tiempo.
¡Cuidado con las conversaciones dentro del salón! A veces
los maestros creen que los niños están distraídos y tienen
conversaciones inadecuadas que estos escuchan y repiten. Limita la
conversación entre maestros para mantener tu atención en los niños.
Evita también la conversación con personas ajenas a la clase (mamás
o papás, visitantes, las personas que traen la merienda…)

 Mantén el orden y la disciplina


No permitas que los niños hablen entre ellos durante el
tiempo de lección, mientras uno enseña el otro debe cuidar del orden;
tampoco permitas cosas como insultos, peleas o falta de disciplina.
Tienen que cortar los problemas de raíz y nunca hagan una amenaza
que no vayan a cumplir.
Habla a los niños con cariño, llámalos por su nombre e
interésate por ellos. No los regañes si no es necesario e intenta
ganarte su respeto por todos los medios. Incentiva siempre al alumno:
enfatiza siempre el comportamiento positivo y evita las
intimidaciones. Desarrolla un sentido de seguridad del niño en ti. No
apliques disciplinas rígidas, los niños requieren de comprensión y
cariño. Enseña a los niños a obedecer mediante la persuasión y no
por el miedo a castigos o reprensiones. Si los niños perciben tu amor,
tendrán más facilidad para confiar y creer en ti.

 Conocimiento Social

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Como maestro, debes ser consciente del “Conocimiento
Social”, que es aquel adquirido a través de las informaciones
comprendidas en el convivir social, que son intencionalmente
transmitidas por otras personas y que son el resultado de
conclusiones del propio sujeto a medida que observa el medio
ambiente.
Por ejemplo, saber que un objeto determinado se llama
lápiz, que el 25 de Diciembre es Navidad, que debemos lavarnos las
manos antes de las comidas… son conocimientos que sólo podemos
adquirir si nos lo trasmite otra persona. Se trata de conocimiento
adquirido, relacionado con el contexto sociocultural en que se vive.
Por eso se denomina conocimiento social. Por lo tanto, un individuo es
influenciado por otro hasta que adquiere hábitos, buenos o malos, los
cuales formarán la estructura de la personalidad. El maestro debe, en
conclusión, influenciar responsablemente a sus discípulos para el
bien. Y de manera especial, por medio de sus propias actitudes y
acciones.
Es responsabilidad del maestro que en su tiempo de clase
los niños adquieran buenos hábitos (educación básica: buenos días,
por favor, gracias; obediencia; compartir; escuchar…).

 Formando hábitos cristianos


Ayuda a desarrollar en los niños hábitos y actitudes
consecuentes con la vida cristiana. Crea situaciones en las que los
niños puedan orar y trabajar juntos. Incentiva campañas de ayuda a
misioneros, enseña a los niños a hablar de Jesús a sus compañeros
inconversos. Haz que los niños dibujen tarjetas o realicen pequeños
regalos para hermanos enfermos…
Recuerda que eres un canal entre Dios y Su Palabra y los
niños. Ellos deben ver a Dios obrando en tu vida. Por eso es
imprescindible que mantengas una relación constante con el Señor y

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que tu vida refleje todo aquello que estés enseñando (Proverbios
12:1)

 Preguntas
Es importante que las preguntas de los niños sean
respondidas con honestidad y no evitadas o recibidas con disgusto. Si
no sabes la respuesta, es mejor que le digas que le vas a responder
en otro momento para asegurarte de que respondes bíblicamente.
Tampoco digas “no sé”, porque eso va a crear falta de confianza en
tus conocimientos. Dile simplemente que vas a asegurarte de darle la
respuesta más adecuada y que necesitas tiempo para ello.
Asegúrate también de ofrecer respuestas compatibles con el nivel
intelectual del niño; utiliza palabras simples, claras y objetivas.
Responde convenientemente y no hables de más, para no confundir.
Lo mejor es estar preparado, conocer a fondo la lección para
que no haya preguntas que te agarren fuera de juego. También tienes
que buscar en el diccionario las palabras que no conoces para poder
explicárselas después a tus alumnos.

4. Los niños

Todos los niños son diferentes. No se puede exigir lo mismo de


todos los alumnos. Ellos difieren entre sí en diversos aspectos:
capacidad intelectual, temperamento, aptitudes, condiciones físicas,
sensibilidad, ambiente social, etc. Por esa razón, procura conocer a
cada alumno como individuo y, en la medida de lo posible, atienda
sus necesidades. Procura ayudar a tus alumnos a vencer sus
dificultades y preocupaciones. Debes estar atento a todas las
actividades de la clase. Si crees que algún niño se siente inseguro o

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preocupado, procura estar al lado de él para ayudarlo en lo que haga
falta.
Comprende que todo comportamiento tiene una causa. Antes de
tomar cualquier actitud con el niño, procura saber lo que le llevó a
comportarse de esa manera. Si procuras conocer las causas y no te
fijas solo en los comportamientos, podrás orientar al niño en lugar de
aumentar su rebeldía. Además de entender que cada alumno es una
personalidad singular, debe tenerse en cuenta, asimismo, el hecho de
que proceden de hogares diferentes donde reciben una educación
peculiar.
Cuando los niños son rebeldes, agresivos, desobedecen, rompen
cosas, pelean… están llamando la atención de los adultos. En vez de
pelear con ellos, prueba a darles un poco más de atención y
observarás cambios en su comportamiento.

5. El salón de clase

Procura que los niños estén en un salón cerrado o en un lugar


en el que tengan las menores distracciones posibles. Evita todo
aquello que los distraiga antes de comenzar la lección.
Recuerda que trabajas con niños, así que sería bueno que el
salón estuviera decorado con dibujos, carteles, versículos... Decora
los días especiales con bombas, lazos o cualquier otra cosa.
Hay que intentar que los niños se sientan cómodos en su salón
y que también se vean atraídos por lo que hay dentro.

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6. Concurso

Puedes animar a los niños a portarse bien y mantener su interés


en las clases mediante un concurso. Explica a los niños cuáles son las
cosas que vas a evaluar y anímalos a participar contándoles los
premios que van a recibir los ganadores. Puedes tener varios
ganadores: chicos y chicas, grandes y pequeños...
Generalmente en un concurso se evalúan cosas como la
asistencia, el comportamiento, la participación, la memorización de
versículos, la puntualidad.... necesitarás una planilla con todos los
elementos a evaluar y los nombres de los niños para chequearlos en
cada reunión.

7. ¡No te olvides!

 Ofrenda
Escribe una carta a los padres o ten una reunión con ellos
al comienzo del año escolar explicándoles que vas a recoger la
ofrenda en la clase de escuela dominical para que los niños se vayan
acostumbrando a hacerlo. Es bueno tener una cesta o un recipiente
especial para recoger la ofrenda, puede ser una bolsa decorada, una
alcancía forrada con algún dibujo, una caja decorada…
Antes de recoger la ofrenda en la clase, debes explicar a
los niños qué es la ofrenda, por qué la recogemos y para qué la

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vamos a usar. Los niños pueden tener un proyecto especial a la que
destinar su ofrenda (misiones, construcción de la iglesia…) Motívalos
a traer su ofrenda y recuérdales a menudo para qué la están
recogiendo.

 Oración

Desde sus primeros años de vida, los niños deben


aprender a mantener comunión con Jesús por medio de la oración y a
confiar en su poder por medio de la respuesta a nuestras peticiones.
De esta manera, los niños van creciendo espiritualmente. Acomoda
las palabras de las oraciones a la edad de los alumnos y deja que
ellos participen también del tiempo de oración. A pesar de su
vocabulario limitado, deben comenzar a orar por sus familias, por la
iglesia, por sus amigos enfermos o que no conocen a Cristo, por los
misioneros… creen su propia lista de oración en la clase y sean
constantes. Comparta también con los niños las respuestas de
oración. Anímelos a orar en sus casas, a orar antes de acostarse, ante
alguna necesidad especial…

 Predicación del Evangelio


En tus clases deberías predicar el Evangelio con
frecuencia, sobre todo si los niños son pequeños o si no estás seguro
de la salvación de alguno en particular. Ora desde el comienzo por su
salvación y para que encuentres los momentos y las palabras
adecuadas para Evangelizar y hacer un llamado. Es especialmente
importante que prediques el Evangelio los días que lleguen visitas a
tu clase, ten en cuenta que puede ser la única vez que ese niño asista
a las Escuela Dominical, al Club de niños o a la Escuela Vacacional.
Utiliza palabras sencillas y ten claro el plan de salvación.
Recuerda que es el Espíritu Santo el que hace la obra, tu

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responsabilidad es compartir el Evangelio, no convertir a los niños.
Usa el librito sin palabras, las pulseras, el cubo evangelístico, folletos
o cualquier otro método que te guste. También, con los alumnos de
las clases más grandes, puedes hacer libritos sin palabras para que
aprendan a usarlos desde niños y evangelizar sea algo natural en
ellos.
Mateo 18:6, Juan 1:12, Mateo 18: 11-14, Marcos 10: 15

8. Práctica

 Haz una planificación de un mes de lecciones incluyendo


todo lo que vas a hacer en cada clase: cantos, lección,
manualidad, refrigerio y extras
 Prepara y expón una clase con una manualidad para una
edad determinada.

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