Professional Documents
Culture Documents
Jones
Por Él
Octubre 2018 Conferencia general
Por Joy D. Jones
Presidenta General de la Primaria
En esta noche histórica, expreso mi amor y gratitud por cada una de ustedes, mis
queridas hermanas. Cualquiera que sea nuestra edad, el lugar donde vivimos o
nuestras circunstancias, esta noche nos congregamos en unidad, fortaleza,
propósito y testimonio de que somos amadas y guiadas por nuestro Padre
Celestial, nuestro Salvador, Jesucristo, y nuestro profeta viviente, el presidente
Russell M. Nelson.
Así que en nuestra siguiente visita nos presentamos con un plato de galletas,
con ando en que los trocitos de chocolate ablandarían su corazón. No fue así. El
matrimonio nos habló a través de la puerta mosquitera, haciendo aun más
evidente que no éramos bienvenidos. Pero de regreso a casa tuvimos la clara
certeza de que habríamos tenido éxito si, en lugar de eso, les hubiésemos ofrecido
Rice Krispies Treats.
Nuestra falta de visión espiritual hizo que otros intentos fallidos fueran frustrantes.
El rechazo nunca es cómodo. Con el tiempo comenzamos a preguntarnos: “¿Por
qué hacemos esto? ¿Cuál es nuestro objetivo?”.
Por tanto, tras mucho estudio y sincera oración recibimos la respuesta al porqué
de nuestro servicio. Hubo un cambio en nuestro entendimiento, un cambio de
corazón; ciertamente una experiencia reveladora2. Al buscar guía en las Escrituras,
el Señor nos enseñó cómo hacer que el proceso de prestar servicio a los demás
fuera más fácil y signi cativo. Este es el versículo que al leerlo transformó nuestro
corazón y nuestro enfoque: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma,
https://www.lds.org/general-conference/2018/10/for-him?lang=spa 1/4
15/10/2018 Por Él - Por Joy D. Jones
¿Recuerdan alguna ocasión en que con amor tendieron una mano en un esfuerzo
sincero para ayudar a alguien que lo necesitaba, y sintieron que sus esfuerzos
pasaban desapercibidos o tal vez no eran valorados y ni siquiera deseados? En
aquel momento, ¿se cuestionaron el valor de su servicio? Si fue así, puede que las
palabras del rey Benjamín reemplacen su duda y aun su dolor: “… solo estáis al
servicio de vuestro Dios”6.
En lugar de edi car resentimiento, a través del servicio podemos edi car una
relación más perfecta con nuestro Padre Celestial. Nuestro amor y devoción hacia
Él elimina la necesidad de reconocimiento o agradecimiento, y permite que Su
amor uya hacia nosotros y por medio de nosotros.
A veces puede que inicialmente sirvamos por un sentido del deber o por obligación,
pero incluso ese servicio puede hacer que recurramos a algo más elevado en
nuestro interior que haga de nuestro servicio “un camino aún más excelente”7,
como en la invitación del presidente Nelson a “implementar un enfoque más nuevo
y santo de cuidar y ministrar a los demás”8.
Cuando nos enfocamos en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, nuestro
servicio uye de un corazón agradecido. A medida que dejamos de preocuparnos
de que nuestro servicio nos engrandezca, nos damos cuenta más bien de que el
enfoque de nuestro servicio estará en poner a Dios en primer lugar9.
El presidente M. Russell Ballard enseñó: “Solo cuando amemos a Dios y a Cristo con
todo nuestro corazón, nuestra alma y nuestra mente, seremos capaces de
compartir ese amor con nuestro prójimo mediante actos de bondad y de
servicio”10.
https://www.lds.org/general-conference/2018/10/for-him?lang=spa 2/4
15/10/2018 Por Él - Por Joy D. Jones
El primero de los diez mandamientos reitera esta divina sabiduría: “Yo soy Jehová tu
Dios… No tendrás dioses ajenos delante de mí”11. Este mandamiento nos ayuda a
entender que, si a Él lo ponemos como nuestra principal prioridad, todo lo demás
ocupará su lugar adecuado, incluyendo nuestro servicio a otros. Cuando por
nuestra decisión deliberada Él ocupa la posición preeminente en nuestra vida, Él
puede bendecir nuestras acciones para nuestro bien y para el bien de otras
personas.
Podemos hacer que cada punto de nuestra lista de tareas se convierta en una
manera de glori carlo a Él. Podemos ver cada tarea como un privilegio y una
oportunidad para servirle, incluso en medio de plazos, obligaciones o pañales
sucios
Como dijo Ammón: “Sí, yo sé que nada soy; en cuanto a mi fuerza, soy débil; por
tanto, no me jactaré de mí mismo, sino que me gloriaré en mi Dios, porque con su
fuerza puedo hacer todas las cosas”14.
El Salvador enseñó este principio de una manera sencilla y directa: “… por lo tanto,
así alumbre vuestra luz delante de este pueblo, de modo que vean vuestras buenas
obras, y glori quen a vuestro Padre que está en los cielos”16.
De manera similar, Alma explicó a su hijo: “… sí, sean todos tus hechos en el Señor,
y dondequiera que fueres, sea en el Señor; deja que todos tus pensamientos se
https://www.lds.org/general-conference/2018/10/for-him?lang=spa 3/4
15/10/2018 Por Él - Por Joy D. Jones
dirijan al Señor; sí, deja que los afectos de tu corazón se funden en el Señor para
siempre”19.
Puede que nuestro obispo supiera que esa era la lección que mi esposo y yo
aprenderíamos de aquellos primeros esfuerzos bienintencionados, aunque no
perfectos, de ministrar a Sus amados hijos e hijas. Doy mi testimonio personal y
seguro de la bondad y el amor que Él comparte con nosotras, incluso a medida que
nos esforzamos por servirle. En el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.
https://www.lds.org/general-conference/2018/10/for-him?lang=spa 4/4