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secretaría de
educación pública para hacer reír y fantásticos
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública
Cuentos de engaños,
para hacer reír
y fantásticos
Directorio
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
Edición
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Adaptación
Elisa Ramírez Castañeda
Diseño
Cynthia Valdespino Sierra
Ximena Pérez Viveros
Coordinación editorial
Pedro Antonio López Salas
Rodolfo A. Montes Martínez
HECHO EN MÉXICO
10 Presentación
Índice
12 De las cosas que se cuentan...
48 Anj’goo
49 El zorro
56 Kalix
57 El perro Kalix
84 Glosario
11
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
De las cosas que se cuentan…
Los cuentos de tontos, de engaños entre animales, de mentiras,
exageraciones y desgracias por malentendidos no son para en-
señar nada, sino sólo para hacer reír, para inventar, para unir
estropicios en una cadena de risas.
El pícaro y el engañador son tramposos y tontos: engañan a
dios y al diablo, a los bandidos y familiares, hasta a la muerte a veces.
Los cuentos de risa se usan para entretener niños y para
alegrar a los desvelados, cuando se hace algún trabajo por la
noche. La risa quita el sueño y quienes cuentan estas historias
bailan y comen también toda la noche.
Muchos cuentos de princesas, reyes y aventuras llegaron a
México desde Europa y se cuentan en las comunidades. El po-
bre que pasa pruebas y gana con un don o con ayuda de ani-
males, los acertijos para ganar reinos, castillos y amores se
cuentan también en lenguas indígenas.
En nuestro país no sólo cambian de lenguas, sino también
en los detalles que les hacen parecer de este lugar: los jóvenes
comen tortillas, los reyes y los dioses son arrieros, las princesas
castigadas prenden fogones.
Los cuentos de compadres pobres y ricos también son muy
comunes y les gustan a los niños de todas partes. Quienes los
cuentan, como don Hilario, siempre serán recordados por los
niños, que como Lino, podrán escribir sus propias versiones
de los cuentos ya escuchados, uniéndolos y recreándolos.
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Hacedores de las Palabras
Cuentacuentos
A este señor siempre le llevamos
Buena Vista había un señor al que flores en Todos Santos, porque era un
siempre le gustaba contar cuentos, hombre muy bueno y cuando se mu-
ese señor se llamaba Hilario y noso- rió casi toda la gente lloró mucho y
tros siempre le celebramos el día sintieron tristeza hasta como un mes.
cuando se murió, porque él siempre
que llegaba a cualquier casa, llegaba
a platicar con los niños, a contar
cuentos.
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Hacedores de las Palabras
El enano de Uxmal
dó a avisar a todo el pueblo para ver quién ocuparía el trono.
Entonces había un enano y su mamá era una bruja. El rey ha-
bía dicho:
—El que vaya a ocupar mi trono tiene que romper siete
cocoyoles sobre su cabeza.
La bruja le cortó la cabeza y le metió pedazos de metal. A
la hora de romper los cocoyoles el enano ya estaba listo para
recibir los golpes, entonces dijo:
—Me van a romper los cocoyoles en la cabeza.
El rey viejo dijo:
—A ti después.
Pasó uno que le rompieran los cocoyoles en la cabeza y
murió. Así ganó el enano de Uxmal.
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Hacedores de las Palabras
La muerte y el pelón
—Bueno —dijo el hombre.
contró con la muerte que le dijo: Se rasuró. Llegó el día del plazo,
—Ahora sí te voy a llevar. vino la muerte y preguntó por el señor.
—No me lleves —le dijo el hombre. Le dijeron que no estaba.
—Pues vengo dentro de ocho —Entonces, si no está el mechu-
días, entonces sí te voy a llevar. do, aunque sea a este pelón me llevo
Al regresar a su casa el señor le —dijo la muerte.
contó a su esposa que se lo iba a lle-
var la muerte. Pero su esposa dijo:
—No te llevará, porque cuando te
conoció estabas mechudo; y ahora te
rasuras pelón para que no te reco-
nozca.
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Hacedores de las Palabras
Juan Flojo
Vivía un muchacho que se llamaba
Juan en la casa de su patrón. Era muy
flojo, no quería hacer nada; no tenía
ganas ni para hablar, caminaba muy
lento y hablaba lento. Entonces le
dijo su patrón:
—¿Qué quieres que te compre?
Pero habla rápido.
El flojo se quedó pensando y has-
ta después habló. Le dijo que quería
un caballo.
—¿Qué más?
—Una escalera.
—¿Qué más?
—Una cuija.
—¿Para qué quieres el caballo?
—Para montar.
—¿Y la escalera?
—Para subir al caballo.
—¿Y la cuija?
—Para que se apure el caballo.
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Hacedores de las Palabras
ti lo, lo, lo’ tam in k’ale in ayal an t’unu’ inik abalchik kin ela tokot in k’atwalak in
xutsun antsana’ in t’ila’ dhubatk’i tam tin ucha’ in tsu’w jun i jol k’a’al otsits a
Juan olmadh k’al jun ts’aj poj tokot in tsu’u jun i tsemelom ok’lek ani tat k’wat tali
in k’adhi in xutsun an t’unu’ inik tam in uluw axe yabats ti kin k’achi u xutsun
ne’ets tu pidha xi ti kin konchi in uluj en negro tam jaja’ uchan jawa’ in ey tam in
ucha’ axi i tsik’ach tam ti kadha jun i inik in k’ibal al junkatsits a Juan olmadh in
t’apinanchij an ts’aj a Juan alwa’ yabats in ejto ejto ka k’ale tam uchan k’al an
t’unu’ inik max in lej tsu’u’ in ebchal in uluj komi talbel k’ale an elal jun i
jaripeo taná’ in olna’ jawa’ lujchin aní a Juan olmadh
wik’an ti carcel.
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
Cuando volvió venía cargando la puerta. Cuando se acercó, le cortó la lengua y el po-
—No, te dije la puerca. bre se fue diciendo: “Lo- lo- lo- lo...”, pues ya
—Sí, pero yo entendí que la puerta. no podía hablar.
—Bueno, ahora ya ni modo, cárgala. Otra vez sacó la oreja y cargaron con todo
Así iban, hasta que se cansaron. Llegaron el oro que habían dejado los otros. Comenzó
a un árbol grande en donde se juntaba mu- a morder la oreja y a lo lejos se oían gritos y
cha gente, pero gente mala. Se subieron, co- gemidos. Así hizo varias veces hasta que en-
locaron bien la puerta y empezaron a comer. contró la cueva donde vivía el negro. Pusieron
Después vieron que abajo estaba mucha una cuerda y bajó primero Juan Loco. Sólo vio
gente, bailaban y tomaban. Cuando más bo- una cara, puro hueso. Sacó la oreja, la mordió
nita estaba la fiesta, Juan Bueno dijo que y el negro salió y le dijo:
quería orinar, que ya no aguantaba. Bueno, ni —Ya no me muerdas la oreja, que me duele.
modo, comenzó a orinar. Los de abajo dije- Si quieres, te voy a dar todo lo que me pidas.
ron: “Dios nos manda su bendición, pues Juan Loco le pidió primero un caballo, lue-
esto es agua bendita”. go una camisa y riqueza. Luego salió y entró
Al rato Juan Loco dijo que quería cagar, Juan Bueno.
que ya no aguantaba y pues ni modo, empe- Llegando le preguntó el negro qué quería
zó a cagar a los de abajo. Dijeron lo mismo. y le dijo que dinero y tres mujeres.
Pero como Juan Loco estaba sosteniendo Empezó a sacarlas una por una.
la puerta, ya no aguantó y la soltó. Todos co- Cuando faltaba la última, Juan Loco le cortó
rrieron asustados creyendo que el cielo se es- la cuerda y Juan Bueno se quedó solo en el
taba cayendo. hoyo. Lo halló el negro y le dijo por dónde salir.
Sólo uno que no se había ido estaba allí. Cuando salió fue en busca de su hermano
Juan Loco le dijo: y lo encontró en un jaripeo, le reclamó lo que
—Ven, ven, vamos a comer, aquí hay mu- le había hecho, lo denunció ante la justicia y
chas cosas. lo metió a la cárcel.
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Hacedores de las Palabras
Pedro Listo
—¿Por qué no me tiraste donde
vaca y le sacó el cuero a la vaca; le está más hondo? Así podría traer va-
dijo a Pedro que fuera a vender el rias vacas.
cuero de vaca. Y llevaba el cuero de El papá de Pedro dijo:
vaca y fue y se subió a un árbol. Allí —Tírame donde hay agua más
estaba Pedro y llegaron varias gentes honda, ahora yo voy a traer vacas.
debajo del árbol y Pedro tiró el cuero Pedro fue a tirar a su papá y ya no
donde estaba la gente. Tuvieron mie- pudo salir, se lo llevó la corriente y se
do y se fueron corriendo, dejando murió.
todo su dinero. Se lo llevó Pedro y Moraleja: No debemos creer co-
cuando llegó a su casa le dijo a su sas que dice la gente por ambicio-
papá: nar y tener más de lo
—Este dinero es el que le sacamos necesario.
al cuero de la vaca.
Su papá dijo:
—Matemos otra vaca y yo iré a
vender el cuero.
Cuando se fue, la gente a la que
Pedro le había quitado el dinero esta-
ba en el camino y le pegó al papá de
Pedro. Cuando llegó a su casa le dijo:
—Le quitaste el dinero a la gente.
Fuiste a robar el dinero de la gente.
Estaba bravo el papá de Pedro y
lo tiró al agua. Pedro salió y al salir
traía varios chivos y le dijo a su papá:
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Hacedores de las Palabras
El borracho y el tigre
—¿Dónde está el señor? Si no lo
taba dormido en el arroyo. No sintió encontramos ahorita te voy a comer.
cuando vino un tigre y lo llevó a una Entonces vio que el señor estaba
cueva. sentado en el árbol y el tigre se su-
Cuando llegaron, el tigre hizo un bió.
hoyo, allí metió al borracho y se fue El señor le dio con el palo y se
por sus compañeros. cayó el tigre y sus compañeros lo
Entonces el borracho escuchó el agarraron y se lo comieron. Después
chiflido del tigre y se levantó. Agarró se fue el señor: se bajó del árbol y re-
un palo y una piedra y se subió a una gresó a su casa.
encina.
Cuando llegaron los compañeros
del tigre, uno de ellos dijo:
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Hacedores de las Palabras
Una acamaya
—A ver si no se ha escapado.
el río y se encontró una acamaya. El —Estaba metida en una piedra.
señor dijo: —Ojalá que no se vaya —dijo la
—¿Con qué mataré a la acamaya? chamaca.
No traigo mi chuzo para matarla. —Está bien grande. A ver si toda-
¿Cómo le hago? La quiero agarrar y vía está donde la vi.
no la puedo agarrar. Mejor me voy a El señor llegó al río, se metió al
traer mi chuzo. agua, alzó la piedra a ver si todavía
El señor era bien tonto. Fue a traer estaba bajo la piedra.
el chuzo a su casa. Cuando llegó le Y la alzó tan rápido que la acama-
preguntó a su hermana: ya salió corriendo, se metió en una
—¿Y mi chuzo, dónde está? cueva honda y el señor ya no la en-
—¿Por qué? —preguntó su her- contró. Se enojó el señor y se fue co-
mana. rriendo a su casa.
—Porque me encontré una aca-
maya, está bien grandota.
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Hacedores de las Palabras
El pájaro y la víbora
tendría que ir por la comida. Pero como ha-
pájaro. bía esperado mucho y el pájaro no aparecía,
La víbora le dijo al pájaro: decidió ir a buscarlo y en el camino iba di-
—Ahora te voy a comer, lindo paja- ciendo:
rito. —Donde lo encuentre me lo como, y no
—Yo voy a cantarte una canción dejaré ni las plumas del mentiroso pájaro feo.
muy bonita, pero no me comas. Es Y este la estaba viendo desde arriba de
más, te propongo una cosa, víbora. un árbol y muy contento que estaba a salvo.
—¿Qué cosa me propones, lindo Empezó a cantar y de pronto llegó un pája-
pajarito? ro muy malo y le dijo que ya sabía lo que
—Bueno, yo te quiero decir que estaba haciendo allí.
cuando necesites comida o alguna —No le digas nada a la víbora —le pidió.
cosa me llames, y vendré rápido. Pero Y como el pájaro era muy malo no espe-
no me comas. ró y fue a ver a la víbora y le dijo:
La víbora aceptó y le dijo: —Viborita, yo sé a quién buscas y dónde
—Mira, yo voy a estar en aquel ár- está.
bol. Allí voy a descansar, la verdad es Y la víbora le contestó:
que hace mucho calor y tengo mucha —Pues fíjate que a mí no me interesa ese
hambre. Allí te voy a estar esperando pájaro feo, y además está muy flaco compa-
en lo que tú me consigues comida, rado contigo. Al que me voy a comer es a ti.
mucha comida. Porque si no me traes Y creo que el otro pájaro cumplió, porque
mucha comida, te comeré a ti para lle- viniste tú.
narme bien. Entonces la víbora le brincó al pájaro
—Ya no digas nada. Espérame aquí, malo y se lo comió.
viborita, que ahorita te traigo tu comida. Y el pajarito se fue a vivir lejos de
Y la víbora quedó contenta y estaba allí y vivió feliz mucho tiempo.
chillando de gusto porque ella ya no
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Hacedores de las Palabras
Tichi’í kuayí
Mixteco
Ta sa’á nikan’án ti chimbélo:
—Koniso’ó, ñaní ¿a kandixao ko’ón xi’ín
kuxo koño, tia’á óvá, ta kua’á ni ka
ña’á? Kachi yi’í va’áni xí’xi.
Ta ti tichi’í kuayí nda kui’ínri va’á.
Va’ání sa a kíví ko’ón xi’ón, kachi yo’ó
sijon’ni ndacho.
A ndi’í ñinío xa’á ñakan, ka chi yi’í kuisó
yo’ó.
Ta ti tichi’í kuayí nda’ári xatari. Ta na’á
xikani jondari, kixa’á ka´an tichi’í kuayí:
Ñií chimbélo kandií yu’ú yíví, ta —Koniso’ó ñaní, ndakaa yiyo ñi yuku
kixa’ári xi’íiri takuií. Ta ti tichi’í kuayí na yala ta yu’á kininikaá: ta kinini xa’ánña.
ka’aa se’éri ta tutundari chimbélo. —Va’á ta siví xi’ín yi’í ka’ón kachi sa’á
Ti chimbélo ndani’íri siniri, ta kaá yi’í.
nakotondaari níkivi ta koo na nixiniri ta —Kachi chimbélo.
tiki kixa’ári xi’íiri takuií. Vása kachi ti tichi’í kuayí, sa kua’a yichi
Sa ti tichi’í kuayí nada vi’íka nika’ánri sa’á yi’ínri.
tutundaaña’ári, chimbélo yo’ó ndani’í Ta ti chimbélo nisa’ári ta skanari ti tichi’í
tikiri siniri ta koo ña’á nixinirí. kuayí.
Sondí’í xiniri ti tichi’í kuayí ta Ta xata ñií yuu nakavári ta chachikuáli
nindakato’ónña’ári: ndi’í taya’á xatari. Ñajam kía nda vikni
—¿A yo’ó tutundaa yi’í nda ndive’é? kaaa saá xatari.
—Vása siví yí’í.
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
El zopilote y la tortuga
La tortuga se subió. Cuando ya iba
empezó a tomar agua. La tortuga es- lejos, le empezó a decir la tortuga:
taba escondida y le chifló al zopilote. —Oye, hermano, allá está un cerro
El zopilote se paró, vio por todas bien pelón con su boca bien fea:
partes que no había nadie y siguió apesta bien feo.
bebiendo agua. —No, hermano, a ver si no me es-
También la tortuga siguió chiflán- tás echando, porque yo estoy así —
dole. El zopilote volvió a pararse. No dijo el zopilote.
había nadie. La tortuga dijo que no, pero varias
Por fin vio a la tortuga y le preguntó: veces lo repitió.
—¿Tú eres la que me estaba chi- Entonces el zopilote se encabronó
flando hace ratito? y soltó a la tortuga.
—No, yo no. Cayó mero encima de una piedra
Después dijo el zopilote: y se partió toda su conchita. Por eso
—Oye, hermano, ¿no quieres ir hasta ahora está así.
conmigo para comer carne, mole,
muchas cosas? Porque yo como bien.
La tortuga respondió que sí.
—Está bien, pero no voy a poder ir
contigo, porque tú vuelas hasta arriba.
—No te preocupes por eso, tú vas
a ir encima de mí.
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Hacedores de las Palabras
p’aaten a kanante’en le mejeen palalo’obo, patik katu yilaj juntu’ul mula, ka’a tuu k’a tu chi:
in ja’anbin in ch’a’ juntú’ul keej, ka’ tu suutu —uye man jeela betik teen jump’eel pabore,
pach. Le nuuxi kojo’ ka bin. Le ch’o’om tuuno’ —ka’a tu’usaj kíimil beeyo ken tak juntu’ul
ka’a tu laj lakaj u yich le mejeen palalo’oba, ka’a nuuk ch’o’om jant ke’eche wa leti jeje’elas u
lu’uk’i, bi’in tu beeta. Kaaj suunaj le nuuxi kojo’, k’uuk’melo kin puulkinbae’ kin jantik.
minaan u yich le mejeen kojo’obo’, ka tu p’aata Be’ey tuun tu be’eto kaatun taalej nuuxi
le nuuxi keejo’ ka’a jo’ok’ u yaalka le nuuxi kojo’, ch’o’omo kaaj janta’a tu meen le kojo.
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
El tigre y la lagartija
—Umjum —contestó el tigre. No
ja. La lagartija estaba durmiendo le hizo caso.
tranquila y en eso pasó el tigre y se —Oye, señor, murió tu mamá.
fijó que la lagartija estaba tirada en el —Umjum —contestó el tigre.
suelo. “Caramba, me va a comer este”.
—Creo que la voy a agarrar para Se estaba yendo el tigre y le dijo:
comer. —Oye, señor, se murió tu querida.
La sostuvo entre los dientes y sin- —¿Quién dijiste?
tió a la lagartija muy fría. Estornudó: Abrió la boca, se cayó la lagartija y
—¡Ata chun, kin jan xeech! se fue corriendo. El tigre dijo:
Como la lagartija seguía dormida —Caramba, ya no comí lagartija.
entre los dientes del tigre, se despertó Se le escapó. Y el tigre se lamentó:
y se llevó gran sorpresa, estaba en la —Si la hubiera comido antes no
boca del tigre. Pensó: “éste seguro se hubiera escapado el dichoso de-
que me come, debo planear cómo sayuno.
escapar”.
—Oye, señor —le dijo—, se murió
tu papá.
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Hacedores de las Palabras
El cangrejo y el mapache
yuno de cangrejo. El cangrejo, más
se encontraba el famoso mapache en abusado y abusivo, le mordió con la
un bosquecito. Un día muy temprano tenaza la mera mitad de la cola.
salió el mapache de cacería. ¡Qué grito dio el pobre mapache!
Al llegar junto a un arroyito se en- Lloraba y lloraba, pero el cangrejo no
contró con el cangrejo, mejor conoci- lo soltaba. El mapache se quejó, pi-
do como Traicionero. Estaba haciendo dió auxilio, gritó socorro. Y el cangre-
su casa y dándole duro con el lodazal jo se burlaba de él, vacilaba cotorro:
que sacaba y sacaba de adentro del —¿Qué dices, amigo? Yo no como
agujero. mapache podrido.
El mapache tenía mucha hambre y Cansado el cangrejo de hacer tan-
quiso atrapar al cangrejo. Pero como ta fuerza al morder al mapache, le
el cangrejo era tan inteligente y trai- dijo que mejor hicieran un trato. Se
cionero, inventó un truco y le dijo al pusieron de acuerdo: harían una ca-
mapache: rrera atravesando el arroyito. El can-
—¿Qué tan tonto eres, amigo grejo le dijo al mapache:
muerto de hambre? ¿Quieres comer- —Si tú llegas primero, me comes.
me con lo flaco que soy, con este ar- —Bueno, sí, de acuerdo. Pero sin
mazón de hueso que tengo? Se te trampa...
van a atorar en la garganta mis tena- Comenzaron la carrera. El mapache
zas, mis ojos más grandes que un len- nadó y el cangrejo traicionero se tiró al
te y mi cascarón más grande que un fondo del río, no volvió a salir. ¡Qué
panzón. Mejor déjate de cosas, ojos trampa tan ruda hizo este cangrejo!
de rana.
El mapache terco, más terco que
una mula, quería comer un rico desa-
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Hacedores de las Palabras
El zorro
—Escucha, amigo zorro, en la tar-
de repente llegó el zorro y le pidió a de hay una fiesta en el cielo, quiero
la garza un hijo. Como la garza no que vengas, que me acompañes. Allí
quería problemas, le dio a su hijo. vas a comer hasta que te llenes, hay
Al día siguiente llegó otra vez, todos los pollos que quieras.
quería otro hijo. —Está bien —dijo el zorro—. Pero,
—Ya no te lo voy a dar —dijo la ¿cómo voy a subir al cielo si no tengo
garza—, cómete a uno de tus hijos. alas?
—Si no me lo das —dijo el zorro—, —No está difícil, te subes en mi
tumbaré tu árbol, y cuando vayas a espalda, te llevaré.
buscar alimento me comeré a todos —Está bien —dijo el zorro. Estaba
tus hijos. bien contento el zorro—. Vámonos.
Se asustó la garza, le dijo al zorro: —En el cerro que está muy alto,
por donde sale el sol, allá te espero a
las tres de la tarde dijo la garza.
—Allá estaré.
El zorro buscó el camino del cerro
donde le dijeron que esperara. La
garza llegó, como habían
quedado. El zorro se su-
bió detrás y la garza
voló en el aire, se fue
más arriba y allá se dio
vuelta. Tumbó al zorro. En el suelo
se le chisparon las tripas. Le pasó
por tragón y también por mezqui-
no. Por eso murió.
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Hacedores de las Palabras
nithúun a’dee mbá mitsúu a’dee niraxe táa mejiaa majgáa ga’ne
gamáa na juwaa, xabo tsí nuggaa ajngá me’phaa. Nan’doo
gue’ñoo manejgáama ajngóo. Akhuin ithán xabo nikhí me’jía xí
xkhuanín tatsawa’a idxáa ikhá máa jambaa rukho gidxu ithán
xabo nikhí. Akhó ndan’guáa ithán xabo nithi ithúun a’dee xí
midxoo na julgua xabo tsí nusgáa maxi rathúun gue’ño, maxi
triñoo, rakháa muxnaa tadxawiín xuguií rí nutháa xabo nusigáa.
Ná iwaa xuajín mbaó ju’waa xabo namanjgúan “mba xkhuanín
ithúun a’dee mbá xabo nikhí” mba xkuanín wambaa anj’goo mbá
xabo nikhí.
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
***
U na chicharra estaba cantando en un árbol y el zorro se la
quería comer. Por eso hizo así: se paró delante de la chicharra
y le dijo:
—Está bonita tu voz —para que bajara al suelo—. Quiero
conocer al animal que tiene voz tan bonita.
La chicharra vio qué estaba pensando y por eso cortó una
hoja del árbol y la tumbó al suelo. El zorro pensó que era la
chicharra y la fue a levantar para comérsela.
—¿Pensaste que me iba a bajar? —le dijo la chicharra—.
No quiero que me agarres. Una vez vi el ala de una chicharra
en el hocico de un zorro.
De ahí le dijo:
—Hasta luego.
52
Hacedores de las Palabras
El perro y la ardilla
el reflejo de la ardilla se veía dentro
vieron en el monte. Cuando el perro de la laguna. Cuando el perro llegó
vio a la ardilla, hasta la lengua se le hasta la laguna vio a la ardilla dentro
salió porque tenía mucha hambre, y pensó:
hasta estaba soñando que se comía a —¿Cómo la sacaré? Tendré que
la ardilla. meterme a sacarla, si no se va a esca-
La ardilla tuvo mucho miedo. Cuan- par.
do vio que el perro iba despacito tras En esto la ardilla dejó caer un pe-
ella, al ver que se le acercaba el perro, dazo de madera dentro de la laguna
salió corriendo porque sabe que el pe- y el perro, pensando que la ardilla se
rro tiene mucha hambre. escapaba, se tiró a la laguna y se aho-
Mientras corría, encontró una la- gó. Así se salvó la ardilla y se fue muy
guna. Entonces se subió a un palo y contenta.
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Hacedores de las Palabras
El perro Kalix
Luego vio que se estaba pudrien-
para esposa. Tuvieron un hijo y el do el perrito, lo bajó y lo tiró. Ya se
niño no había cumplido todavía siete volvió a alejar y vio a muchos zopilotes
años cuando su mamá se murió. arriba del perrito. Entonces regresó a
El hombre buscó otra mujer para cazarlos y luego que los cazó los asó.
esposa y le dijo: Después de cocidos los cargó y si-
—Le vas a dar alimento a este guió yendo. Al poco rato escuchó
niño. gritar a seis hombres y les contestó.
La mujer le contestó que no daría Los hombres salieron al camino.
de comer al niño: —¿Tienes un poco de comida que
—Si lo matas, me quedaré contigo. nos regales y comamos? Es que esta-
Cuando creció el niño dijo que iba a mos perdidos —le dijeron.
buscar trabajo. El hombre le dijo a la —Sí hay, sólo que nada más traigo
mujer que le preparara su comida; la cargando pavos de monte.
mujer guisó huevos y les puso veneno. —Aunque sea —le contestaron—.
Luego buscó su morral el jovenci- Regálanos eso.
to, puso los huevos dentro del morral Y les dio uno a cada uno. Todos
y se fue con su perrito, llamado Kalix. comieron, menos uno que estaba es-
Se alejó y cuando tuvo hambre sacó perando que se enfriara su comida
las tortillas y se las dio al perrito. Al para comérsela. Los demás murieron
poco rato se murió el perrito y dijo el y sólo quedaron ese hombre y él. Se
joven: fueron; mientras caminaron se pre-
—No voy a comer, porque tienen guntaron cómo se llamaban.
veneno. —Yo Ees —dijo el niño.
Cargó las tortillas y al perrito y se Siguieron caminando y Kalix dijo:
alejó. —Vamos a cazar un conejo.
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Hacedores de las Palabras
peek’o ka’ tu ya’ale’ ¡min jaantik men yaan Kalix ba’ax uk’at u ya’al lena’at ts’ab ti’ señor rey
venenoi’! ka’ tu kuchaj le wajo’ yeetel le peeko’, jach ki’ich pan le prinsesao le meetike’ kalixe’ tu
ts’o’ok u náachtale’ ka’ tu yilaj taan u tútal le ya’alaj ti’e’ wa ka taasik u yexo’ob a na’ yéetel
peek’o’ k’a tu yéensaje’ ka’ tu pulaj. Ts’o’ok u ka’ yuume’ kin wa’alik techee prinsesao tuno’ ka’ tu
naachtale’ ku yike’ jach ya’ab ch’oom ku maan taasa ka alabti’e’ ba’ax ts’o’ok tun u janolo’obe’
te’ ka’analo’ tun yook’ol le peek’o ka’ sunaj u ka’ ala’ab ti Kalix men señor rey tin na’ata le
ts’onej, ts’o’ok u ts’onke’ ka’ k’ucho’obe iknal na’a to’ chen kinsaj t’u’ulech leti’e’ u xuul a
señor rey ka’ tu ts’aa na’at ti, señor rey ma’ tu kuxtala’ ka e’esa’ab u nu’kulil u kiinsal ka’ tu
naati’ yeetel kalixe’ ka tu k’a to’ob wa yaan núukaj xan Kalix chen men tin wa’alaj teche’bix
meyaj ka’ a’ala’ab ti’obe’ yaan chen ba’ale’ chen ken a tukultej ka’ núuka’ab men señor reyee ka
kanan chivo ka’ bini kanan chivo kalixe’ p’ati. tu nukaj kalix yéetel e’esej je’el xan u xuul ol
Señor rey tune’ ka’ tu tuuxta jun túul princesao xuxtol ka’ esa’abti’ u yeexo’ob ka tu ya’alaj señor
ku k’at chi’it Kalix ka’ k’uch iknal Kalix ka’ tu rey je’el le prinsesao yéetel in p’oka’ ma
k’ataj ba’ax tun ts’a u na’ntin yum señor rey, ka’ meetkeex mix baal ti ten. Bey tuun u chu
k’uch iknale ka’ tu ya’a ti’e jach tan tik u ya’alik k’uchul Kalix u metuba reyi’ te kaajo’ yéetel
ten k’a’ak uch’a t’aan keno’ bey tun yaan xan u xa ch’up prinsesao.
uch u metik kalix ti’ob ka tuxta’ab u Ts’o’ok le ts’ikbala’.
ts’ook ooxtul prinsesao ka tu k’ataj ti’
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
K’a’ankabiok
en la casa del rey. El rey golpeó al ca-
ñor salió con su esposa. Bajaron una ballo de K’a’ankabiok y se fueron, llo-
saga de ropa de frijoles y dijo el ra y llora, hasta que se bajó del
K’a’ankabiok: caballo y vio a un toro.
—Nomás caminamos mucho, me- —¿Por qué estás llorando?
jor vamos a bajar una saga más, para —Estoy llorando a mi esposa —
que valga la pena. contestó K’a’ankabiok.
El K’a’ankabiok regresó a su casa a —Vamos a verlo, yo sí puedo —le
buscar otra saga para bajar los frijoles dijo el toro.
y la esposa se quedó esperándolo en Le dijeron al rey:
la milpa. —No nos iremos de aquí —pero
Cuando llegó K’a’ankabiok su es- el rey correteó al toro y se fueron.
posa ya no estaba, se la había llevado Otra vez comenzó a llorar de nue-
un rey. La estuvo buscando noche y vo y en el camino se encontró un co-
día, la buscaba, llora y llora. Un caba- nejo. El conejo le preguntó por qué
llo vio a K’a’ankabiok y le preguntó: estaba llorando y le contestó que llo-
—¿Por qué estás llorando? raba por su esposa. El conejo le dijo:
—Estoy llorando a mi esposa, me —Vamos a ver si nosotros pode-
la robó un rey. mos. Pero espérame un ratito, por-
—Vamos a verlo —le dijo el caballo. que voy a ir a invitar a mi compadre la
K’a’ankabiok la vio en la casa del tuza, para que vaya a perjudicar los
rey, y el rey les preguntó: patios de la casa del rey.
—¿Qué están buscando? La tuza aceptó. K’a’ankabiok y el
Le contestaron que andaban bus- conejo buscaron nueve bejucos y
cando a la esposa de K’a’ankabiok. después se fueron. Cuando llegaron
El rey le dijo a K’a’ankabiok que se el K’a’ankabiok y el conejo, la tuza ya
fuera a la casa, porque ahora estaba había perjudicado los patios de la
62
Hacedores de las Palabras
casa del rey. K’a’ankabiok y el conejo llama- agarró y se fueron la tuza, el conejo y el famo-
ron al rey y el rey salió. so K’a’ankabiok.
—¿Qué están buscando? K’a’ankabiok le preguntó a la tuza y al conejo:
—Buscamos a la esposa del K’a’ankabiok. —¿Cuánto les debo?
—Váyanse despacito —pero ellos no se —Yo nomás quiero veinte mecates de fri-
fueron. Comenzaron a pegarle al rey y al irse jol —dijo el conejo.
se hundió en uno de los huecos de la tuza, —Yo nomás quiero veinte mecates de mil-
donde ya había perjudicado. El conejo le se- pa de mazorcas —dijo la tuza.
guía pegando al rey y mientras K’a’ankabiok Aquí termina el cuento.
entró a la casa para agarrar a su esposa. La
64
Hacedores de las Palabras
Un señor pobre
Y el pobre llegó a casa del rico y se
jer. Eran muy pobres. Su señora le an- hizo el dueño.
daba buscando trabajo y de tanto y Llegó un hombre un día a su casa
tanto buscar halló un trabajo y luego y le pidió de comer.
llegó a su casa y le dijo a su marido —Sí te voy a dar, pero vete a traer
que iría mañana muy temprano. leña.
Se levantó su mujer a echarle tor- El hombre era Dios, quien le había
tillas y así llegó a donde estaba la regalado todo lo que tenía, hasta lo
casa del rico. Le dijo: que traía, puras cadenas de oro.
—Ten este marro y empiézale ya Se fue y más adelante le salió el
luego a partir la piedra que está ahí. rico con un rifle amenazándolo para
Luego empezó y así acabó. En que le entregara lo que traía.
medio estaba una que era de oro. No Dios lo convirtió en burro y se fue
dijo a nadie lo que había hallado y se por el camino. Allí le pidieron que
fue a su casa. prestara su burro y él dijo que sí. Le
Otra vez su mujer se levantó tem- colgó un morralito.
prano a echarle más tortillas y le dijo —Cuando lo ocupen le meten el
a su marido: dinero allí, en el morralito. Llévenselo
—Ya están las tortillas. un año y cuando se cumpla el año
—Ya te dije que no voy a ir. Ten aquí mismo me hallarán.
esto, vete a venderlo. Véndelo como Cuando se cumplió el año llegaron
puedas. y allí lo encontraron y le entregaron el
Se fue, andaba buscando quién burro con el dinero que había junta-
le comprara hasta que llegó a casa do. Y luego el Dios dijo:
de un rico y se lo compró. Le dio a —Este no es burro, ahorita van a
cambio toda la riqueza que tenía. ver que es un hombre.
66
Hacedores de las Palabras
Tres muchachitos
Les dio tres tortillas.
ñora y quería volver a casarse. Tenía —No nos alcanza.
tres hijos y una señora le dijo: —Coman hasta llenarse y beban,
—Mátalos y me caso contigo. para que vean.
—Los voy a llevar a la miel —dijo Comieron, y no se les acababan ni
el señor. las tortillas ni el agua.
En la mañana les dijo a sus hijos: —Vámonos para la casa, para que
—Vamos a la miel. me hagan algún mandado.
Se fueron por un camino. Fueron y durmieron. En la mañana
—Vayan ustedes por acá, yo me el mayor dijo:
voy por el otro lado y allá nos encon- —Vamos a buscar trabajo para
tramos. otro lado.
Se fueron los muchachos y no en- Se fueron con un rey que les dijo:
contraron nada. Fueron para abajo, y —Vayan al corral donde están
como atardeció se subieron a un palo unas vacas. Maten una vaca y si aca-
y allí durmieron. En la mañana se fue- ban en un día, me pueden matar y se
ron más abajo y oyeron que alguien quedan con mis hijas. Y si no aca-
estaba leñando. Fueron a ver, creye- ban, los mato yo.
ron que sería su papá sacando miel. Los muchachos mataron a la
—Vamos a ver. vaca, la despedazaron y ya hicie-
Fueron y vieron a un abuelito que ron tasajos. Terminando ya mataron
estaba trozando un palo. al rey y se casaron con las mu-
—¿Qué andan haciendo? —les chachas, y se hicieron ricos
preguntó. con todas las cosas del rey. Y
Le dijeron lo que les había pasa- ni se volvieron a acordar de su
do, le dijeron que tenían hambre y padre.
sed, que no traían tortillas ni agua.
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Hacedores de las Palabras
—Déjalo, vámonos.
Cuando llegaron el rey le explicó
a su esposa todo lo que pasó: “que le
dijo a Florentino que venga a ayudar con la
leña, pero él me dijo que yo vaya a ayudarlo
con la leña. Cuando fui a ver, vi que la leña era
mucha y Florentino me dijo:
—Si me ayudas con la leña, yo la llevo”.
El rey le dijo a su esposa:
—Hoy me ganó; mañana nos vamos a ir a
regar las plantas con Florentino; si no alza los Se fueron, pero cuando llegaron
cubos grandes que yo voy a alzar me lo voy a al pozo dijo el rey:
comer. —Primero voy a llenar el tuyo y lo vas a
Clementino está escuchando todo lo que llevar para regar las plantas.
dice el rey, porque él no esta durmiendo, y Llenaron su cubo y lo llevó y cuando lo
Florentino ya se durmió. En cuanto amaneció, está llevando le está diciendo:
Clementino le explicó todo a su hermano y le —Así, mira estoy llevando cubos; mira, yo
dijo: tengo fuerzas.
—Dice que el rey te va a llevar a las plan- Pero él cómo va a alzar las cubetas así, si
tas, si no alzas los cubos que va a alzar el rey, sus manos tienen sudor, no va a alzar los dos
te va a comer. cubos.
—Florentino, hoy nos iremos a regar las Cuando el rey terminó de decir eso, Flo-
plantas. rentino ya terminó. La soga está en el pozo; y
amarró los dos cubos y el rey le está hablan-
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Hacedores de las Palabras
kuch’e tena kabinen in wilba’ax kin wike ja’ach le nukuch kubojo, le ke nuch’uye le señor reyo
ja ya’ab chen baxe bix keniin kuch’ ti beeyo yambin u jamkech je’eló Florentino’e bisa’ab
pakin binti je’el bino kuch ke, ku yalik tu yaatne yooya kabino’on tum chen baxe kak’ucho’ob tu
be’elaje tu topen je’ele in topke je’elo samale iknale ch’eno katu ya’ala señor rey beeya
joya ko’on bimmete yeetel yani topik pa’akin payotik teeche ja’o’ le’el tun bino’ob tu
Clementino, to’one tula aalik ba’ax nayo reyo ka tu ya’a e reyo jelo juntuul hija
kuya’ake señor rey ku metik ma wenki Be’ora a watan je’elo Florentinoje’ uts’tu
men Florentino’e’ san wuenek le ka t’an beytun uch ku kajtalo.
saschaje ka tu tsikbata tu
tsiku’unne, tu la’aka yana bisa’a
jooyá tu’ux wa’ ma ta ch’uya
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
do a Florentino, que le vaya a ayudar. Floren- —No se puede, porque el patrón va pri-
tino escuchó y le contestó: mero, atrás va el vendedor de trabajo.
—Primero ven a ayudarme con el mío. Cuando llegaron a la casa, el rey le dijo a
Y cuando el rey se fue a verlo, le dijo: Florentino:
—¿Cómo voy a ayudarte así, si el agua —De ahora en adelante una de mis hijas
está muy pesada? será tu esposa, tú vas a mandar aquí en la
Florentino le contestó: casa, es tuya.
—No lo sé, si me ayuda yo lo llevo y voy a Florentino se casó con la hija del rey, así
regar las plantas. fueron contentos y felices. Después Clemen-
—No tienes necesidad de llevar el agua; tino, Florentino y su esposa estuvieron con-
cuando está el pozo entre las plantas, sólo la tentos.
jalas y riegas las plantas. Déjalo. Vámonos, tú
primero.
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Hacedores de las Palabras
tam, timk’on ti padhum, tam tiwaits le owits dhanits, yab tsu’tat tam ti otsits altaj, in tsu’u
tam in tsu’uw jun i pulik já axi yab ne’ets kin k’uajat an ts’ik’ach, in tawna’, ani an ts’ik’ach
éjtow kin wat’enchi antsana’k’i tam in tsalpay jik’ey; tam an kuitol in ucha’ yab kit jik’ey; tam
abal ne’ets ka tsab timk’on ti t’iw ani dhubatk’i ne’etsak ka otsitschik y an i inik, ti tsu’tap jant’o
in wat’enchi an pulik ja’ tam ti oowe in xin t’ajalak, ani yab jant’o in ela’chik; tam jun a
tsu’uwits in k’ima’ an éjek, junti k’uajatak an k’ichaj tam ti patalchik in ja’ub an ts’ik’ach
ts’ik’ach, kuajatak lej toninidh k’al i tsu’wits ti k’uajatakchik eleeb, in kua’alakchik jun i ajib;
beloom, abal yab jita’ ka otsits, tam jajá lej tam an kuitol otsits jant’odha’ ets’ey in t’ajal,
utatits ba an pulik ataj timk’on ti dhanits abal ulits maj ju’taj ti k’uajat an ts’ik’ach, in ne’dha’
kin ejtow ka otsits kin met’a’ ants’ik’ach, tam an patal alwa tsalpadh, jawa xi ne’ets kin t’aja’, in
kuital wat’ey tin pajab an belem, pelak jaja’ jun i matinchi an ts’ik’ach in jujuul an dhánits, ani
jajaa’ in olchi jant’odha kin uluw, tam an
ts’ik’aach timk’on ti dhanits, an kuitol in
baliy ba jun i tsakam talega tsipkats ani
jaja’ timk’on ti t’iw chi in teyokna k’al in
wi’ an talega xan tin ne’dhal; tam an
inikchik axi k’uajatak eleeb in tsu’uw,
abal nixe’ xi t’iw in ne’dhalak jant’oj tin
wi’. Wakalakits, tam an tatalaab
otsitschik in aliyal an ts’ik’ach, tam in
tsu’u abal yabak yabak k’uajat; tam in
tata in uluw jilamalak ka k’ale, abal ya
ka k’alejak antsana’k’ij. Talbel yab
owey, tsemets an tatalab k’al an
ts’ik’ach; an ts’ik’ach in k’o’oy in
tsakamil, ani jatschick in bajuw ti alwa’
tatalaab teje’ ti tsabaal.
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
cuarto de la muchacha. La saludó, pero la mu- patio, el muchacho entró como siempre lo
chacha se asustó y se tapó con su cobija. Otra hacía y se fue al cuarto de la muchacha. Tenía
vez le volvió a hablar a la muchacha. La mucha- un plan para llevársela, llevaba todo lo que
cha se paró para escuchar si era verdad lo que iba a necesitar, y cuando estaba la fiesta, ellos
escuchaba. El joven volvió a decirle que no se ya se estaban arreglando.
asustara y que entonces lo podría ver. —Mientras ellos se divierten, nosotros nos
Y así hizo la muchacha y vio al apuesto jo- iremos.
ven frente a ella y dijo: El muchacho le dio a ella un pelito de la
—¿Cómo pudiste entrar? hormiga y se transformó en hormiga; él se la
El muchacho le contó toda su aventura y la echó en la bolsa y se transformó en gavilán y,
muchacha, al saberlo, se enamoró del joven. sosteniendo la bolsa con su pico, voló, pasó
Y le dijo: frente al patio donde estaban festejando.
—Estoy dispuesta a todo, llévame conti- Luego, ya tarde, los padres subieron a ver
go, ya estoy harta de las humillaciones de mi a su hija y ya no estaba. La buscaron y no die-
padre y de mi madre. Llévame contigo —re- ron con ella. Dijeron:
pitió la pobre muchacha. —La hubiéramos dejado salir por lo me-
La escucharon sus padres y vinieron a su nos para que no se fuera así, sin decirnos
cuarto, y el muchacho rápidamente se convir- nada.
tió en hormiga y se arrinconó en la sábana de Porque ellos no dieron importancia al ga-
ella. Vinieron los veladores a buscar quién es- vilán cuando se fue.
taba platicando con la muchacha pero no ha- Pasó mucho tiempo. Cuando los padres se
bía nadie. murieron, los novios regresaron a vivir allí, tu-
Sucedió varios días, y un día, cuando una vieron sus hijos y fueron los mejores padres.
vez los padres tenían reunión o fiesta en el
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Hacedores de las Palabras
Martín
se querían comer a Martín. Martín salió rápi-
jaba en todos lados: en el campo y la do del agua y como los duendes estaban
ciudad. Un día, cuando trabajaba en bien cansados, ya no podían nadar. Martín ya
el campo, el leñador Martín escuchó había cumplido veintidós años. Una tarde ya
unos ruidos. Parecía que había perso- se hacía de noche, iba buscando dónde dor-
nas, pero como tenía mucho miedo se mir. Encontró una cueva donde vivían mu-
iba para atrás, daba pasitos. Escuchó chos animales; en la entrada vivía un señor
otros ruidos atrás de él, y de repente que se llamaba Beto.
vio a unos animales, pero no eran ani- —¿Señor, podría dormir una noche en
males. Eran unos duendes que corrían. esta cueva?
Martín corrió para el otro camino. Los —Si caminas un poco más, vas a ver que
duendes vieron a ese muchacho y lo está una casa. Ahí está un señor que cuida a
empezaron a corretear, mientras que los animales; agarra un palo y toca la puerta.
Martín se escapaba. Llegó a un monte Cuando Martín tocó la puerta vio que salía
y desde allí estaba viendo a los duen- un monstruo que se lo quería comer. Martín
des, pero un duende no pudo correr, echó gasolina y prendió la casa y desde lejos
se quedó solo, iba despacito y vio a vio que el monstruo se convertía en un señor.
Martín. Martín todavía se iba escon- Martín tenía miedo y salió de la cueva dicien-
diendo entre las matas de zacate, do: “¡Auxilio, auxilio!”; iban persiguiéndolo
pero lo alcanzó y llamó a los demás unos animales; vio al señor convertido en ca-
duendes y se lo llevaron a nadar un lavera. Martín subió hasta arriba de una mon-
poco en un río lejos de donde vivía taña y desde ahí tiró una piedra muy grande
Martín; le sacaron su ropa y se metie- que mató a todos los animales. Sólo había
ron a nadar. Dos horas estuvieron na- quedado Beto, pero como Beto entró en
dando, pero como el agua tenía pozos la cueva, Martín echó gasolina otra vez y Beto
muy hondos, había animales que se salió con su rifle. Cuando iba saliendo, Martín
comían a las personas. Los animales tiró un cerillo hasta donde estaba la casa y
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Hacedores de las Palabras
keman ki ualtamot okuilij mokepaya ueuet, choiuij ,motatito itech yekauil tampa de se kouit
Martin ki isto amo no neliok, Martin mouiaya uan amo ki itak kani meuak, uan mo tatsintokij
kalankisak kijtotiaya nechpaleuikan kisak uan ki ¿kani mo kalakito? Uan nesito okachi uejkapa
itak kekijtojtokaya okuilimej uanki onijsik in ika itepos i ikan kiskej sekin okuilimej uan ki
ueuet mokepak nochi omit Martin mo euak maakej Martin ika itajtej tekiloni, kitkik kampa
itech se tepet ompa yetoya se tet uan Martin ki se atauj ompa ki tokak, uan ijkon mo
pantamot in tet uan kin kuitikis in okuilimej teuijtinemia ok keman ijxpan nasik sekin
sayoj Beto mokauj, keman Beto kalak kampa in taxtekinij uan mo pankajkau itech at uan kisato
tekoyok Martin ki mimiloj gasolina satepan ki kampa okse tepejxit kemej Martin kiuik miak
nalitak Beto ki istoya ika in itepos Martin sepa tamaj kampa ta tajtati ki kixti se tepos uan peua
ki xotaltij inkalij, Beto mikik uan Martin kikuilij ta tojtoponia tamij in ixtekmej, Martin yayak,
itepos uan sepa kalakik kampa in tekoyok uan uan ki kakik ki notsayaj uan kijtouayaj martij,
yajki kampa sekali, ompa ompayetoya miak Martin nimits temoua uan Martin ki itak se
tamamej de teposmej uan yajkikeman yaya siuapil yek kuakualtsin yaya mo seuitik, Martin
itech tepet mo chichinoj uan mo chijchiouj ki kixtiayaya uan kemej talauiya momets yoleuj
kemoj se okuilis, Martin setonal yajki tekitito uan mets tapetskoj uan ajkuikuan ki onajsiaya
uanki itak se tato morisauijtoya uan ki kixtito ke mokepak se kouat ueyak uan tomauak tein ki
uan monojnotjtiayaj ojti, pero kemej Martin nekia kikuas Martin yej kistiuetsik ijsiuka no ki
mokepaya, mokepak kemej se ueyi okuilij ual tojtokaya seki michimej uejueyi, Martin sepa
tejkoya ajko pero ajko teltsenka, okse tato ki ojtokatiaya, keman ajsik kampa se tepet kisayaj
timoyomej uanki nekia ki itas, uan i ixtololoko
uetsik setimoyot, amouel tachiaya, panojkej
seki tonalmej uan Martin mikik kampa se
xochitaj takualtsinkan in Martin in itakej,
kiajojkej uan ki tajsomatikes teinmo teuij iuan
okuilimej, amo ki eikaujke uan ijkoni ti matamij
in sanil tein Martin.
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
luego Beto se murió. Martín le quitó el rifle y unos ladrones por atrás. Entonces Martín se
entró a la cueva; llegó a una casa donde había tiró al agua y nadó hasta salir al otro lado del
muchas armas para matar. Martín se llevó to- río, pero como Martín agarró las pistolas en la
das pero en un cerro vio una luz; iba caminan- casa que quemó, tomó un rifle y disparó hasta
do con muchas pistolas y cuando llegó al cerro matar a todos los ladrones. Martín ya se iba a
ahí se quedó y se volvió monstruo; después su casa; de repente, escuchó que le hablaban:
espantaba a la gente de donde él vivía. —¡Martín, Martín, aquí te necesito!
Un día, Martín iba a trabajar y vio a un señor Entonces se volteó y vio a una princesa que
que se estaba ahogando, lo sacó y después se estaba ahogando. Martín corrió a sacarla,
iban platicando por un camino; pero como pero como estaba muy resbaloso, se resbaló
Martín se convertía en un monstruo, en esos y se cayó al agua; nadó hasta encontrar a la
momentos empezó a convertirse en un mons-
princesa. Cuando ya estaba cerca, la princesa
truo bien alto y espantó al señor, que se fue
se convirtió en una víbora muy larga y gorda
corriendo. Martín iba volando, entonces el se-
que se quería comer a Martín. Martín se dio
ñor se escondió en la sombra de un árbol y no
cuenta y nadó bien rápido hasta salir de allí;
lo vio dónde estaba escondido. Martín se pre-
también venían unos peces bien grandotes.
guntó: “¿Dónde se habrá metido el señor?”
Martín siguió su camino y en el monte salían
Apareció más arriba de él con su rifle y apare-
cieron unos animales bien grandes que le dis-
unas chispas y cuando las quería ver le cayó
pararon a Martín; se cayó y como que se moría, una en el ojo y no podía ver bien. Luego de
pero no era cierto. Después Martín se levantó unos meses, Martín se murió en un jardín muy
y agarró un machete para matar a Pedro; se hermoso. A Martín lo vieron, lo levantaron y le
pelearon y ganó Martín con su machete, Pedro agradecieron por haber peleado con los ani-
se murió. Martín lo levantó y se lo llevó cerca males. Lo enterraron y seguían recordándolo
de un río y lo enterró, pero después Martín se- siempre. Nunca se olvidaron de él. Y colorín co-
guía peleándose cuando se le aparecieron lorado, el cuento de Martín se ha acabado.
Acamaya Langostino, camarón grande de río.
Glosario Bolada Chiste, broma, mala jugada.
Chuzo Punta, vara puntiaguda.
Cuija Lagartija pequeña y blanca, inofensiva, que asusta al ga-
nado.
Mecate Aquí se usa como medida de un terreno; 24 varas de largo
equivalen más o menos a veinte metros.
Piche El más pequeño entre los hermanos.
Saga Manera incorrecta de decir soga, cuerda.
Tasajos Tiras delgadas de carne oreada.
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Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
14 J-al vo’ne lo’il 20 Dídxa guca sti guidxa gudó beere
Índice de escritores Cuentacuentos El tonto que ganó una apuesta
Juan Núñez Hernández, 15 años, Joaquín Martínez Mendoza,
tzotzil, Santa Cruz Buenavista, 11 años, zapoteco del Istmo,
Bochil, Chiapas. Informante: Camotepec, Juchitán, Oaxaca.
Gustavo Núñez.
Traductor: Gregorio Sánchez. 22 Ylkuit y rop kieg lacc
La muerte y el pelón
Litzi’y nima talak kaxtlawanit Josué Hernández González,
16 totonacos 12 años, zapoteco del Sur, La
Chistes para hacer reír que han Ciénega Buena Vista, Santiago
compuesto los totonacos Xanica, Oaxaca.
Catalina Jiménez Pérez, 7 años,
totonaco, Rancho los Jiménez, 24 Kwento Juan nchkeen
Papantla, Veracruz. Informante: Juan Flojo
Concepción Pérez. Oswaldo de Jesús López, 12 años,
amuzgo, Plan Maguey I,
18 Leeti u kabali Uxmal Xochistlahuaca, Guerrero.
El enano de Uxmal Informante: Magdalena de la Cruz.
Daniel Jesús Pech Ucán, 14 años,
maya, Chunhuaymil, Hopelchén, 26 Na Juan alwa’ anina Juan olmadh
Campeche. Juan Loco y Juan Bueno
Andrés Hernández Bautista,
10 años, tének, El Chical de la Pila,
Ciudad Valles, San Luis Potosí.
30 Pey list 38 Tichi’í kuayí
Pedro Listo El zopilote y la tortuga
Pablo Almaraz Santiago, 12 años, Lorenzo Cano Simón, 13 años,
zapoteco de la Costa, Oluche, mixteco, Arroyo Faisán, San Luis
Santa María Tonameca, Oaxaca. Acatlán, Guerrero.
87
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
48 Anj’goo 56 Kalix
El zorro El perro Kalix
Fausto Cruz Cristóbal, 13 años, Mateo Tun May, 11 años, maya,
tlapaneco, Llano de la Parota, Tuzik II, Felipe Carrillo Puerto,
Acatepec, Guerrero. Quintana Roo. Informante:
Cresencio Tun.
52 Peek’ yéetel kú’uko
El perro y la ardilla 60 U tsikbali jump’e k’amkabi lúum
Antonio Cupul Balam, 12 años, K’a’ankabiok
maya, X-Huechil, Chemax, Yucatán. José Poot Chi, 14 años, maya,
Traductor: Daniel Hue. Yaxhaltún, Hecelchakán, Campeche.
Informante: José Poot.
54 Kwentoo’ kasa nekio katsue’ ntom
El sapo y el perro negro 64 Na ta uni davi
Eliseo Santiago Morales, 12 años, Un señor pobre
amuzgo, Llano de la Parota, Rigoberto Germán García, 14 años,
Acatepec, Guerrero. mixteco, Rancho Rivera II,
Informante: Macario Danría. San Luis Acatlán, Guerrero.
Traductor: Aquileo Arango. Informante: Crispín Germán García.
88
Hacedores de las Palabras
68 Ye muachitos 76 An labid’h k’o’onel chik
Tres muchachitos El poder de los animales
Víctor Corrales Flores, 12 años, Felicitas Cruz Hernández, 12 años,
náhuatl, El Cayaquito, Aquila, tének, El Chical de la Pila, Ciudad
Michoacán. Valles, San Luis Potosí.
Informante: Lamberto Cruz.
70 Jum tuul noojoch maama yeetel u Traductora: Socorro Reyes.
yaabil
Florentino, Clementino y el rey 80 Se koujpejpenkej uan okuilimej
María Flora Tuz Canul,16 años, Martín
maya, Santa Isabel, Felipe Carrillo Lino Hernández Fuentes, 12 años,
Puerto, Quintana Roo. náhuatl, Tecazo Pinahustán,
Cuetzalan, Puebla.
89
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos
Adelina Fermín Gómez, Anita Hernández Domínguez,
Listado de ilustradores
12 años, amuzgo, 11 años, tének, El Chical
Cruz de Piedra Blanca, de la Pila, Ciudad Valles,
Xochistlahuaca, Guerrero. San Luis Potosí.
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Cuentos de engaños para hacer reír y fantásticos
Juan López Nuñez, Martina Cardoza Ocampo
13 años, tzotzil, Chauquil-Uk’um, Chiapas 9 años, chinanteco, José López Portillo,
San Juan Lalana, Oaxaca.
Juan Nuñez Hernández,
15 años, tzotzil, Santa Cruz, Buena Vista, Margarita Díaz López,
Bochil, Chiapas. 14 años, huichol, El Cora, Tepic, Nayarit
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Hacedores de las Palabras
Raudel Fernando Islava Meza, Saúl Martínez Cardosa,
10 años, kumiai, Juntas de Nejí, 10 años, Chinanteco, San Juan Lalana,
Tecate, Baja California. José López Portillo, Oaxaca.
93
Cuentos de engaños para hacer reír y fantásticos
Cuentos de engaños,
secretaría de
educación pública para hacer reír y fantásticos
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública