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ENSAYO

Conferencia: “El colapso de las sociedades complejas”


Texto: “Dos opuestos, civilización y barbarie, vistos desde la antropología de la complejidad”
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A lo largo de la historia, la perspectiva predominante desde donde se han estudiado, analizado y


visto los fenómenos de la ciencia, ha sido bidimensional y considerada en línea recta. Este tipo
de pensamiento histórico llevó a la humanidad a considerar que el fin último de la “civilización”
era el progreso y que esto se lograría poniendo fin a la barbarie, que es definida como todo lo que
es contrario a lo que dicta Occidente. Sin embargo en la actualidad el conocimiento se mueve en
una teoría de complejidad que intenta explicar que los fenómenos no son considerados como
algo ni totalmente caóticos ni totalmente ordenados, si no que están en un equilibrio que
eventualmente se descompone y da lugar a nuevos fenómenos complejos, ya que de lo contrario
la entropía terminaría con la destrucción de los sistemas y no es en la quietud en donde se
desarrolla la historia, sino en las fluctuaciones fractales, que salen de lo predecible.

¿Cómo es que el abordaje transdisciplinar beneficia al estudio de las sociedades complejas?¿De


qué nos sirve estudiar esta visión que ya no considera que los fenómenos tienen sólo dos caras?
Para responder a estas preguntas vale la pena entender primero como es que la visión que ha
predominado a lo largo de la historia ha sido una que considera al orden (que es dictado por la
parte “civilizada”) como la manera de entender al mundo, a la humanidad ya sus problemas. Pero
junto a este orden también se encuentra la “barbarie” (que no necesariamente está fuera, sino
puede estar dentro) y el desorden que genera, que cuestiona y que deja abierto al sistema en un
punto donde lo establecido no es capaz de dar explicación. Y es precisamente esta clase de
fenómenos que la complejidad intenta entender: las sociedades son algo dinámico y caótico en su
origen, desarrollo y final, por lo que deben ser estudiadas desde la misma perspectiva. Son
sistemas que fluctúan entre el orden y el desorden, que se destruyen y se vuelven a construir en
una constante estabilidad e inestabilidad.

Una manera de hacer un abordaje de la complejidad es a través de la transdisciplina en donde la


diversidad de ciencias (aparentemente inconexas) nos ayuden a generar modelos que expliquen
las fluctuaciones de problemas como lo son el desarrollo, el crecimiento o incluso la caída de una
ciudad o de una civilización. Porque en la historia han existido civilizaciones que
desaparecieron por completo y en donde no necesariamente la civilización y su “progreso”
triunfó. Es aquí en donde las explicaciones parecen no dar respuestas satisfactorias, y deben ser
abordadas por una lógica de la complejidad en donde la realidad es imprecisa, está fragmentada y
donde el resultado es incierto e impredecible.

Un ejemplo muy claro se da en la historia y en la manera en la que se aborda y entiende la


civilización: existió por mucho tiempo la idea de que la evolución sólo podía llevarnos a un
crecimiento indefinido y una triada de conceptos se conjugó con los conceptos del progreso y la
evolución: se pasó del salvajismo, a la barbarie y finalmente a la civilización, en donde el
progreso era considerado el fin natural de las cosas. Pero ¿qué es el progreso en realidad? Si bien
es un concepto variable al mismo tiempo está determinado por la visión política y social del
momento en el que se encuentre.

La razón y el papel protagónico de la historia se le dio a un grupo de personas, que fueron


quienes se apropiaron de la verdad por medio de la razón (de ese momento) y que descartaban
las ideas contrarias simplemente por pertenecer al lado salvaje y bárbaro que no servía
directamente a los intereses del capitalismo dominante. Esta visión se limitaba a etiquetar y
reducir los problemas al orden contra el desorden, a lo normal contra lo anormal y en donde el
progreso se encuentra únicamente en el orden y no en el desorden. Pero la historia no es lineal y
no siempre lo considerado civilizado implicaba necesariamente un avance o un progreso.

Uno de los conceptos que mostró que los sistemas no son algo que puedan ser explicados
únicamente por el antagonismo y que hizo entrar en shock a la sociedad victoriana es el concepto
termodinámico de entropía, en donde se demuestra que los sistemas no son algo completamente
cerrados y en donde no existe el equilibrio perfecto. De hecho lo que se demuestra es que
muchas veces para que se de el cambio es necesario el caos, el orden puede implicar más que el
progreso una quietud tal que lleve a la muerte al sistema. Y es entonces cuando aparece el
término entropía en donde más allá de una lógica de opuestos, en donde existe el orden y el
desorden, existe una lógica de la complejidad que permite un mejor entendimiento de las
transiciones en las que fluctúa la sociedad que es claramente compleja.

¿Es posible entonces predecir el caos? Probablemente no, pero si es importante pensar que los
problemas que se nos presentan existen como parte del mismo y que es necesario abordarlos
como lo que son: algo complejo, caótico, impredecibles y no con una visión que ha predominado
con el tiempo y que lo único que hace es servir a un fin igual de complejo, pero que se ha
encargado de hacernos pensar que el mundo es un lugar lineal y con dos vistas opuestas. Y sin
embargo, de continuar con esta perspectiva, los problemas nunca serán resueltos. Debemos
considerar la naturaleza compleja de la vida, para poder darle una bordaje complejo a sus
problemas y mejorar el entendimiento de los diversos fenómenos sociales, políticos e históricos
que se presentan en el día a día en esta sociedad en el presente, en el pasado y en lo que está por
llegar.

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