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Historia de la Hotelería
Administracion de Hoteles
Ciclo II/2018
UNI DA D I
ORIGENES
hombre ha viajado desde el incio de la historia. Los primeros viajes que se realizaban en la
Antigüedad no tenían mucho que ver con lo que hoy consideramos estrictamente turismo,
ya que se trataba de desplazamientos con objetivos no relacionados con el ocio y la
recreación, sino con actividades espirituales, militares, comerciales o exploraciones.
Asi mismo, la historia de la industria hotelera podría que remontarse necesariamente unos
12,000 años en el pasado; sin embargo, no puede considerarse como una industria
inicialmente, ya que no cuentan con la condición necesaria, que es la existencia de un
medio básico de intercambio o moneda.
ERA ANTIGUA
BABILONIOS.
Era una civilización de gran importancia
ubicada en el valle de los ríos Tigris y
Éufrates. Una de sus ciudades más famosas
fue la de Babilonia, que era la ciudad de
mayor poder de Oriente. Por ella cruzaban
una infinidad de caravanas de comercio. En
este imperio viajaban tres grupos
principalmente: los militares, los oficiales
del gobierno y las caravanas.
La invención de la moneda por los babilonios
allá por el año 4000 A.C., marcó el comienzo
de lo que llamamos la era de los viajes. La
moneda permitió que las personas pudieran
pagar por el servicio de alojamiento. Con la
aparición de la moneda, se produjo el primer impulso real para que las personas
comerciaran y viajaran. Entonces, al ampliarse el radio de acción de los viajeros, fue
haciéndose mayor su necesidad de alojamiento. La in ven ción d e l a mo ne da
p e rm i ti eron qu e e l al o ja mi en to se con vi rti e ra en un a indu stria .
A unq ue ya era un a in du stri a , d i sta ba d e ser u na i ndu stri a p ro fe si on al . Los
primeros albergues no eran más que partes pequeñas de residencias privadas. Típicamente,
éstos eran instituciones de autoservicio, rara vez limpios, y dirigidos casi siempre por
propietarios poco progresistas y de mala reputación. Esas condiciones, con pocos cambios,
prevalecieron durante varios siglos.
Los historiadores especulan que las primeras estructura para el alojamiento de
huéspedes durante la noche eran los caravanserai. Estaban situados a una distancia
de 12 kilómetros el uno del otro, proporcionando cobijo tanto a los viajeros como a las
bestias. Las provisiones (agua, comida y ropa de cama) las tenia que aportar el viajero.
Durante el reinado de Hammurabi (1792-1750 A.C.) se elabora un código legal. En la parte
referente a la hospitalidad, se obligaba a la dueña de una taberna a denunciar a cualquier
huésped que planease un crimen también prohibía añadir agua a las bebidas o engañar en
las medidas. La pena era la muerte por ahogamiento.
LOS HEBREOS.
En el Antiguo Testamento se cuentan los viajes que hicieron con propósitos de
exploración, conquista y religión. La hostelería se encuentra mencionada en la Biblia en el
libro de Josué, en la persona de Rahab, mesonera de Jericó. Sin embargo, ese servicio era
precario, tal como lo deja claro el nacimiento de Jesús de Nazareth, quien nació en un
pesebre en Belén.
LOS GRIEGOS.
Una de las civilizaciones más
importantes fue la griega, la
cual ocupo una posición
geográfica privilegiada que les
permitió su comunicación con
Asia, África y el Mediterráneo,
además de los mares
secundarios (Egeo, Jónico,
Creta). Los griegos
celebraban, cada cuatro años
los juegos olímpicos, que
constituían una fiesta nacional
dedicada al dios supremo
Júpiter. Los primeros se
realizaron en el año 776 a.C. La ciudad de Olimpia se convertía cada cuatro años en el
destino deportivo y cultural del mundo griego. Deportistas y visitantes venidos de toda
Grecia fueron los primeros practicantes de lo que denominaríamos actualmente turismo
deportivo.
Las posadas griegas proporcionaban poco más que un refugio nocturno. El huésped que
quería lavarse tenía que llevar su propia toalla calle abajo hasta el baño público más
cercano. Estaban ubicadas en la cercanía de los templos. Algunas crónicas antiguas hablan
de fondas infestadas de bichos y mala comida, pero no todas eran malas. Sobresalían los
lesches, lugares de encuentro social en la Antigua Grecia, eran famosos por su buena
comida. Los parroquianos podían elegir entre una gran variedad de exquisiteces como la
leche de cabra, queso, pan de evada, guisantes, pescado, higos, aceitunas, cordero y miel.
También tenían la posibilidad de elegir cual frecuentar, ya que solamente en Atenas había
360.
Otros viajeros griegos visitaban los santuarios de los dioses sanadores, tales como Asclepio
y Epidauro. Estos santuarios tenían instalaciones para el descanso y la diversión. Los
griegos reconocían la importancia del descanso y la diversión como elementos del
tratamiento de los enfermos.
La Hostelería aparece reflejada en las comedias del escritor Aristófanes, y en las de Plauto,
donde se hace referencia por primera vez a la legislación en hostelería.
LOS ROMANOS.
Los viajes en la antigüedad alcanzaron su
máximo apogeo durante la época del Imperio
Romano, pues éste extendió sus dominios por
toda Europa y los demás pueblos mediterráneos
del norte de África y de Asia Menor. Este
inmenso imperio estuvo comunicado por medio
de caminos empedrados denominados “Vías
Romanas”. Estos caminos salían de Roma en
todas direcciones y alcanzaban hasta los últimos
confines del imperio, llegando a sumar hasta
20,000 Kms. Estas vías tenían una importancia
Comercial y militar, ya que permitían el rápido
desplazamiento de las legiones romanas por todo el Imperio. Los romanos comenzaron a
hacer caminos alrededor del 150 A.C. Gracias a sus caminos, los romanos podían viajar
alrededor de 160 kilometros al día.
A lo largo de estas vías se asentaron establecimientos destinados para alojamiento de
viajeros o “posadas”, donde sin lujos ofrecían un techo y camas de heno y en algunos
casos, alimentos y bebidas, con un menú a base de carne, pan y vino. Testimonios que
datan del 43 d.c. establecen que “Había hoteles en todas las carreteras principales y en
la ciudades: los mejores tenían restaurante, letrinas, dormitorios con llaves o pestillos…
y también un patio y establos. Una fonda de Pompeya tenia seis dormitorios alrededor de
dos lados de un patio interior y una cocina en el tercer lado. El bar y el restaurante, que
eran grandes, estaban un poco alejados, en la calle principal.” Algunas de ellas fueron
preservadas gracias a la erupción del Vesubio, y se pueden apreciar estas posadas
conocidas como las Cauponae y los Hospitii, palabra derivada del vocablo latín Hospitium,
que significa hospitalidad.
El ocio estaba reconocido socialmente, al menos, entre las clases nobles, y para llenarlo de
contenidos se desarrollaron múltiples formas recreacionales que exigían el
desplazamiento fuera de la urbe. Arraiga entre las clases pudientes el fenómeno de pasar
el verano fuera de las ciudades, proliferando la construcción de villae de Veraneo.
Una gran parte de la terminología de la hospitalidad deriva del latin: hospe significa
huésped y anfitrión; hospitium es una cámara para los huepedes, fonda o alojamiento.
Otras palabras relacionadas son hospicio, hostal, hospital y hotel.
El alojamiento estaba legislado, y la normativa se aplicaba igualmente a los romanos como
a los extranjeros. Por ejemplo, no se podía castigar a la esposa del dueño de una fonda
por desobedecer las leyes contra el adulterio; los dueños de fondas no podían servir en
el ejercito, ni tampoco podían actuar como tutores de niños menores.
LA EDAD MODERNA.
La edad moderna comienza con la Caída de Constantinopla (1453) ante los turcos, hasta la
revolución Francesa, en 1789.
El comercio europeo se había extendido por el Mediterráneo al continente asiático,
requería nuevas rutas marítimas que les permitieran cubrir los mercados orientales.
Aprovechándose de los avances de la navegación, se estimuló la exploración de nuevas
rutas. De este modo Cristóbal Colón descubre América (1492) y realiza cuatro Viajes al
Nuevo Mundo, demostrando la redondez de la tierra. Los viajes de Colón originan otras
travesías que permitieron nuevos descubrimientos, como son el Océano Pacífico (Vasco
Nuñez de Balboa, 1513), el Estrecho de Magallanes, que comunica el Atlántico con el
Pacífico (Fernando de Magallanes 1520), y otros.
La hospitalidad privada floreció en Inglaterra a partir del decreto de Enrique VIII, quien en
1539, como parte de su enfrentamiento con la Iglesia católica, declaro que todas las
tierras que poseía tenían que ser regaladas o vendidas. La Iglesia se vio obligada a
abandonar sus hostales, multiplicándose las posadas y fondas privadas.
Colateralmente se mejoraron los caminos que comunicaban las ciudades principales y,
asimismo, el empleo de coches y carruajes para el transporte de personas, se fue
extendiendo paulatinamente, creándose luego el servicio de diligencias que seguían rutas
específicas de acuerdo a horarios establecidos.
La necesidad de relevos de caballerías en las diligencias y carruajes hicieron que a lo largo
de las vías de comunicación surgieran las “Ventas”, “Posadas”, “Mesones”, etc. Los
mesones o Inn, como se denominaban en Gran Bretaña, se ubicaban en las ciudades y las
ventas en los caminos. Estos establecimientos tenían fines lucrativos y ofrecían
alojamiento, alimentos y albergue para caballos. Estos puestos de relevo dieron lugar al
nacimiento de ciudades secundarias, las cuales al carecer de industria básica obtenían su
riqueza del tráfico de mercancías y viajero.
Estos establecimientos proliferaron gracias a la estabilidad política, los avances
tecnológicos en el transporte y el cambio en las condiciones sociales. Registros
relacionados con los impuestos nos revelan que en 1577 había 480 fondas y tabernas en el
área de Norfolk y 876 en Middlessex.
Las reglas hoteleras eran impuestas por los mismos propietarios de la tabernas. Habia
reglas como las siguientes: no mas de cinco personas por cama, no se podía dormir con las
botas puestas, no se admitían perros en la cocina, etc. muchas veces, las personas se
consideraban afortunadas de poder acostarse en el suelo, con los pies hacia el fuego y los
abrigos como almohadas.
En el Siglo XVI el Renacimiento relanza el turismo por motivos culturales y comerciales. El
viajar se convierte en una moda entre la nobleza y los intelectuales, siendo los destinos las
grandes ciudades, donde está localizado El Saber y El Arte. Las ciudades de Italia fueron las
que atrajeron más visitantes, Roma, Florencia, Venecia, Milán o Nápoles. Otras ciudades
europeas visitadas fueron Viena, Praga y Paris.
El desarrollo logrado durante la Edad Moderna sirvió de motivación para que, en la
Inglaterra del Siglo XVII se instaurara la costumbre de emprender viajes a Europa
continental con propósitos de ilustración y en partir a Italia y Francia. Participaban en
estos desplazamientos los hijos de los nobles ingleses, acompañados de sus tutores. Esos
viajes, según fueran su duración y lugares visitados, se empezaron a denominar “Gran
Tour” y “Petit Tour”. Consecuentemente a quienes participaban en estos, se les llamó
posteriormente “Tourists” o turistas. La motivación de estos viajes era educativa. Cabe
destacar la aparición en escena de las primeras formas organizadas de transporte de
viajeros, albergues y comida.
Durante el reinado de Luis XV (1715-1774), en Francia ya se denominaba hôtel garni a los
establecimientos de hospedaje, cuya derivación, la palabra “hotel” fue introducida en
Londres con los establecimientos The Grand Hotel, The Cantre Hotel y St. Ames Hotel. En
general un Hotel era un palacio o castillo secundario donde el señor feudal alojaba a las
personas de su sequito que no lograba alojar en su palacio principal. De allí se deriva la
corriente Hotelera Europea, rica en tradiciones y filosofía de Servicio.
En esta época también cobró importancia el “Balnearismo”, una nueva modalidad ligada a
la naturaleza, orientadas en principio por los valores terapéuticos de los recursos, así,
aguas minerales y baños en el mar son las nuevas formas de curación entre la alta
sociedad, destacándose lugares como Bath (Inglaterra), Baden-Baden (Alemania), Vichy
(Francia) y otros. En estas ciudades se desarrollaron alojamientos turísticos.
SIGLO XVIII
Durante la era de 1750 a 1820, los albergues británicos se ganaron la reputación de ser
los mejores del mundo; sus primeros desarrollos se centraron en Londres y en torno a esta
ciudad, donde los hoteleros aumentaron los servicios, mantuvieron altos niveles de
limpieza y, hasta cierto punto, se encargaron de dar provisiones a sus clientes. A medida
que fueron mejorando las carreteras, las nuevas ideas que se hablan originado en las
zonas metropolitanas fueron adoptadas por los albergues campesinos. Los albergues de
Inglaterra alcanzaron su punto máximo de desarrollo durante el período de Pickwick;
entonces, por alguna razón, los hoteleros ingleses cayeron en lo rutinario y no desearon, o
no pudieron, instaurar nuevos progresos.
En las colonias britanicas, los primeros albergues fueron situados en las ciudades
portuarias y siguieron directamente el modelo de los de las metrópolis; sin embargo,
mientras que los hoteleros ingleses se conformaron con permanecer en un status quo de
apatía restrictiva, sus equivalentes norteamericanos mostraron no tener esas inhibiciones.
Estos últimos eran radicales, aventureros y expansionistas.
En la América colonial Britanica, a las tabernas se las l[amaba ordinaries. A menudo eran
granjas reconvertidas para proporcionar a los viajeros un sitio donde quedarse. En Nueva
lnglaterra y Las Colonias Centrales, "todas las comodidades" significaba con frecuencia
tener que dormir en el suelo de la "gran habitación" con Los pies hacia la chimenea y la
cabeza apoyada en un abrigo enrollado, junto con una docena de personas de ambos sexos.
Significaba un lavado rápido con agua fría en la pila en el exterior y un uso cauteloso de la
toalla comunal. Un toque del dueño en el cuerno de vaca era el aviso de todos a la mesa,
para abordar el desayuno con los dedos y el cuchillo.
Esos ordinaries solían ser el centro de la actividad social, donde la gente de la ciudad y los
viajeros podían ir a intercambiar noticias y opiniones y a consumir comida y licor Durante
la Guerra de la lndependencia, a las ordinaries se las empezó a llamar tabernas y se
convirtieron en el centro de la actividad política. Tanto era así que Daniel Webster le puso
a la taberna de Boston El Dragon Verde el mote de "cuartel general de la revolución”
Todos estos aspectos contribuyeron al nacimiento del turismo en esta etapa, aunque
limitado por ser costoso y difícil, incluso elitista. No es sino hasta el siglo XIX cuando el
turismo comienza a masificarse.
Poco después de la Guerra de Independencia, los albergues de los Estados Unidos eran los
mayores del mundo y estaban a punto de ofrecer los mejores servicios que podían
encontrarse en cualquier parte del orbe. Desde luego, de acuerdo con las normas actuales,
esos servicios serían totalmente inadecuados, pero para su época eran óptimos. Hacia 1800,
era evidente que los Estados Unidos tomaban la delantera en el desarrollo de los hoteles
modernos de primera clase.
Además del espíritu emprendedor del hotelero estadounidense, hubo otros factores que
influyeron en el crecimiento rápido de la industria hotelera en Norteamérica. Mientras
que los hoteles europeos funcionaban de acuerdo con la premisa de que sólo los
miembros de la aristocracia tenían derecho a las comodidades y los lujos, los hoteles
norteamericanos funcionaban de acuerdo con normas financieras –cualquiera podrá
disponer de los servicios de un hotel, en tanto pudiera pagar por ellos, y las tarifas estaban
dentro de las posibilidades económicas de casi todo el mundo.
Otro factor fue el hábito de lo estadounidenses de vivir permanentemente en hoteles. Un
factor más, quizá el más importante de todos, fue el hecho de que el norteamericano
medio viajaba considerablemente más que los residentes de otros países. En realidad, ese
hábito intenso de viajar de Ios estadounidenses ha seguido ejerciendo una gran influencia,
incluso en la actualidad, sobre toda la industria hotelera tanto en Ia Unión Americana
como en el extranjero.
Todos estos aspectos contribuyeron al nacimiento del turismo en esta etapa, aunque
limitado por ser costoso y difícil, incluso elitista. No es sino hasta el siglo XIX cuando el
turismo comienza a masificarse.
SEGUNDA ETAPA DE LA HOSTELERÍA.
LA EDAD CONTEMPORÁNEA
Este período se inicia con la Revolución Francesa y se prolonga hasta la Segunda Guerra
Mundial. Los acontecimientos ocurridos durante esta edad transformaron por completo
la sociedad tanto occidental como oriental. El turismo ha sido beneficiado con el
desarrollo tecnológico y científico, haciendo posible viajes que se consideraban imposibles.
La evolución de los vehículos ha sido determinante para el desarrollo del turismo
moderno, pues éste ha sustentado su crecimiento en el mejoramiento (velocidad,
capacidad, comodidad) de los transportes que han hecho accesible los destinos, por
remotos que sean, y asequible a las mayorías.
Con la revolución industrial (Siglo XVIII) se inició la transformación de los tradicionales
medios de transporte terrestres (berlinas, diligencias) y marítimos (barcos a vela), por
otros que emplearon la máquina de vapor (trenes y barcos) como fuerza motriz.
Comenzaron a aparecer hoteles céntricos alrededor de las estaciones de ferrocarril al
interior de las ciudades.
En Estados Unidos de América, en 1794 se inauguró en Nueva york el primer edificio con
fines netamente hoteleros, bautizado con el nombre de City Hotel. Este establecimiento
ofrecía 73 habitaciones, por lo que era considerado “inmenso”. Rápidamente se convirtió
en el centro social de Nueva York, ciudad de unos 30,000 habitantes en ese entonces. Su
tarifa era de dos dólares, por los que los huéspedes recibían alojamiento, tres comidas y el
te. A partir de entonces se despertó en Norteamérica la competencia en la construcción
de hoteles. Boston, Baltimore y Filadelfia inauguraron rápidamente establecimientos
similares para no verse superados. La era de los albergues gigantes se extendió durante un
periodo de 35 años y preparo el escenario para la primera edad de oro de la hotelería en
Estados Unidos.
La invención del ferrocarril en 1825 produjo más cambios en las opciones de alojamiento.
Florecieron las nuevas fondas, tabernas y restaurantes cerca de las estaciones de
ferrocarril, comenzando una tendencia que habría de durar casi cien años.
Fue durante la expansión del ferrocarril cuando se construyo en Estados Unidos el primer
hotel verdaderamente grande. En 1829 aparece en Boston el Tremont House Hotel, el
más costoso edificio construido hasta entonces para tal fin, con 170 habitaciones en tres
pisos, un vestíbulo en rotonda, grandes salas de reuniones, un comedor de 200 plazas en
el que se servía cocina francesa y un salón de lectura repleto de periódicos de todos los
países del mundo. Como tenia tres pisos y no se habían inventado los ascensores, se creo
la figura del botones para llevar los equipajes. Aquí nace la Escuela Hotelera de América y
su primera Edad de Oro. Y se consolida Isaiah Rogers como la máxima autoridad para la
construcción de hoteles durante los próximos 50 años.
El Tremont House inició el desarrollo hotelero poniéndolo al día pero muy pronto fue víctima
de la propia tendencia que habla desencadenado. Otras ciudades aceptaron el reto de construir
mejores hoteles y, al cabo de 20 años, el Tremont House tuvo que cerrar sus puertas para
modernizarse. Su duración fue exactamente de 65 años; pero durante los últimos veinte fue un
hotel de segunda clase. La competencia entre los hoteleros para construir hoteles mejores,
mayores y más lujosos, prosiguió durante todo el siglo XIX. Todas las ciudades norteamericanas
deseaban tener un hotel tan lujoso como lo habla sido el Tremont House, a pesar de que
generalmente habla muy pocos negocios que justificaran esas operaciones. Tal parece que
habla una tendencia a considerar que una ciudad no podía ser muy importante si no tenía
cuando menos un hotel que impresionara a los visitantes por la grandeza y la hospitalidad de la
comunidad.
La intensa competencia entre ciudades y hoteleros para construir los mayores y mejores
hoteles dio como resultado una desviación considerable de la tradición norteamericana de
hoteles con normas de igualdad. A fines del siglo XIX hubo muchos establecimientos elegantes
y lujosos, de los que eran típicos el Waldorf-Astoria de Nueva York, el Brown Palace de Denver
y el Palace de San Francisco. En el otro extremo se encontraban los hoteles pequeños,
construidos cerca de las estaciones del ferrocarril; eran poco más que albergues crecidos y,
Por sus incomodidades, generalmente no eran lugares muy convenientes para que los
viajeros los consideraran como sus centros de operaciones. Muchas personas de medios
económicos modestos consideraron a los hoteles de lujo como demasiado caros y a los
hoteles pequeños como carentes de normas de servicios, alimentación y limpieza. Como
resultado de ello, se veían obligadas a escoger uno de dos males y, cualquiera que fuera su
elección, raramente estaban contentas.
A fines del siglo pasado, hubo otros dos desarrollos en los Estados Unidos que iban
a influir en el funcionamiento de los hoteles en el siglo XX. En primer lugar, conforme
se amplió la economía del país, los agentes de comercio fueron cada vez más
importantes en el mundo de los negocios. Al aumentar este grupo en número, se
desarrolló una necesidad correspondiente, y cada vez mayor, de obtener tanto
habitaciones adecuadas en los hoteles, como comodidades a su servicio. En segundo
lugar, las mejoras en los transportes hicieron que los viajes resultaran más fáciles y
menos costosos. En una sociedad que aparentemente siempre estaba inquieta y ansiosa
por viajar, ese desarrollo condujo inmediatamente a un enorme aumento en el número
de viajeros. Una vez que los gastos de viaje estuvieron dentro de las posibilidades
económicas de la clase media de la sociedad estadounidense, se convirtió en un sector
enteramente nuevo del público viajero.
Pese a ello, el turismo en el Siglo XIX y primera mitad del siglo XX seguía siendo
una actividad reservada a las élites, ahora configuradas tanto por los aristócratas
como por los burgueses. La duración de la estancia en los destinos turísticos se acorta,
pero aumentan el número de desplazamientos a lo largo del año y se incrementa el
número de destinos.
Fieles a su Filosofía elitista, surgen en Europa en ese
momento las primeras cadenas hoteleras, como la
desarrollada por Cesar Ritz (1850-1918), quien es considerado
padre de la hostelería moderna. Se le llegó a a llamar
“Hotelero de reyes y rey de los hoteleros”. Desde muy joven
ocupó todos los puestos posibles de un hotel hasta llegar a
gerente de uno de los mejores hoteles de su tiempo, el Grand
Hotel National (Lucerna), cuando apenas contaba con 28
años. Junto con Agusto Escoffier, inauguró en 1898 el primer
restaurante dentro de un hotel. Mejoró todos los servicios del
hotel, creó la figura del sommelier, introdujo el cuarto de baño en las habitaciones,
revolucionó la administración. (Convirtió los hoteles decadentes en los mejores de Europa,
por lo que le llamaban “mago”), llegando a administrar una docena de hoteles
simultáneamente, siendo empresas con el mayor lujo, tales como el Savoy y el Claridge. Fue
el primero que organizó una base de datos sobre sus huéspedes, de tal manera que poseía
las referencias personales del mundo elegante de su época.
Durante este período los británicos desarrollan el Alpinismo, apareciendo las estaciones de
montaña y con ellas, se desarrolla la hotelería apoyada en iniciativas locales.
Sin embargo, esto no hizo decaer a los litorales como destinos turísticos. El turismo de
playa se concentra en la Riviera francesa (Côte d’Azur), centro favorito de las monarquías
y aristócratas europeos. Se construyen entonces los celebres hoteles Carlton (Cannes),
Negresco y Ruhl (Niza) y casinos como el de Montecarlo. La expansión alcanza la costa
italiana, donde surge el Hotel El Excelsior (Lido de Venecia). Se comienzan a constuir
hoteles junto a las estaciones ferroviarias.
SIGLO XX.
Los hoteles para temporada de invierno, situados en climas uniformes, aparecieron mas
tarde y no atrajeron al publico norteamericano sino hasta comienzos de este siglo, siendo
potenciado por el desarrollo del automóvil. California fue la primera región que se
desarrollo como zona de vacaciones invernales. Por otra parte, Florida se desarrollo con
mayor lentitud. Aunque Henry Fagler inauguró el hotel Ponce de León en St Augustine en
1885, el verdadero desarrollo de Florida como centro de veraneo se produjo después de
1910, superando a California como centro de veraneo en 1920.
En la primera mitad del siglo XX se producen importantes cambios; por una parte se
experimenta un notable crecimiento de la actividad a tenor de la mejoría económica, de la
construcción de redes ferroviarias y de la instauración de las vacaciones pagadas. Por otro
lado, las dos guerras mundiales supusieron el decaimiento temporal de la actividad.
La apertura del Buffalo Statler el 18 de enero de 1908 marco una nueva época en la
industria hotelera norteamericana, el nacimiento del hotel comercial moderno. Se
implantaron por primera vez en este hotel las puertas contra incendios que protegían las
dos escaleras principales, una cerradura de puerta con el ojo exactamente por encima de
la manija, de tal modo que pudiera localizarse de inmediato en la obscuridad, un
interruptor de luz al lado de la puerta, baño privado, espejo de cuerpo entero y agua
helada corriente para cada habitación, además de un periódico matinal gratuito para cada
huésped. “Una habitación y un baño por un dólar y medio”. Este hotel se convirtió en el
modelo para los próximos 40 años. Se trataba de un hotel moderno que proporcionaba
comodidad, servicios y limpieza para la gente de clase media, a un precio dentro de sus
posiblilidades. El publico respondio asegurando el éxito del hotel e iniciando el desarrollo
de la Statler Hotel Company.
Debido a la Primera Guerra Mundial, el periodo comprendido entre 1910 a 1920 fue una
época de relativa calma. Sin embargo, la década de 1920 a 1930 se considera la Segunda
Edad de Oro de la Hotelería. La construcción de hoteles alcanzo el punto máximo de
todos los tiempos.
Esta explosión del turismo diversifico los alojamientos y se generaron nuevos flujos. A
pesar de ello, seguía siendo una actividad que afectaba a una mínima parte de la población
y que movía a un público a escala básicamente nacional.
TERCERA ETAPA DE LA HOSTELERÍA.
Tras la segunda Guerra Mundial es cuando se produjo la mayor democratización del
fenómeno turístico, dándose fundamentalmente en los países industrializados gracias al
crecimiento económico experimentado. Así, la recuperación económica de Alemania, Japón
y otras potencias europeas elevó los niveles de renta de su población, permitiendo el
crecimiento de una clase media acomodada que empieza a interesarse por los viajes.
Por otra parte los factores sociales jugaron un papel fundamental debido a que el tiempo
libre disponible era cada vez mayor: se reduce la jornada de trabajo, se generalizan las
vacaciones retribuidas, se alarga la esperanza de vida y se reduce la edad de jubilación en
algunos países.
Los factores tecnológicos también han tenido una gran importancia, como los avances
experimentados por los medios de transporte, que han permitido extender rápidamente
la clientela turística internacional y alcanzar nuevos destinos en países lejanos.
La prosperidad de los anos de guerra prosiguió hasta 1947, con los hoteles funcionando
con una ocupación de mas de 90%.
La década de los 50’s dio origen a la aparición de los moteles y los motor-hoteles. Cada
vez mas, en aquel tiempo las familias norteamericanas viajaban como unidades y el medio
de transporte era el automóvil. El modo de vida estadounidense se había vuelto más
informal, por lo que estos hoteles eliminaban la ropa formal, las presentaciones en los
vestíbulos, las propinas y los problemas de estacionamiento. Las habitaciones eran nuevas,
con muebles modernos, alfombradas de pared a pared y con frecuencia se agregaban la
televisión y una alberca como nueva atracción. Además, se tenía la comodidad de poder
utilizar transporte propio.
Los hoteles tradicionales no supieron reaccionar ante esta nueva rama de la industria.
Para algunos de ellos, era un nuevo tipo de competencia que había que eliminar. Los más
previsores reconocieron en ellos un progreso y diseñaron medidas para adaptarse ante
la nueva realidad. Poco a poco se hizo evidente que los moteles y los motor hoteles
formaban parte integrante de la industria hotelera y que estaban allí para quedarse.
Representaban un nuevo concepto de alojamiento, basados en la necesidad del público
norteamericano brindando un producto que pudiera satisfacer esa necesidad.
De un origen humilde, que constituían pequeñas cabañas al borde de la carretera y puntos
aislados del paisaje, crecieron de tamaño, numero de habitaciones, comodidades y
servicios. Al crecer, cambiaron la administración, del estilo de “mama y papa” a una
administración profesional. A principios de 1950, un motel de 50 habitaciones era un
gigante. en 1960 ya tenían al menos 80 a 100 habitaciones.
Como una estrategia para sobrevivir, la década de los 50 presencio el nacimiento de las
franquicias y las asociaciones de referencia. Los viajeros norteamericanos reaccionan
normalmente ante un nombre de marca. Por supuesto, las cadenas tenían un símbolo o
nombre bien establecido, que promovían con gran éxito. Podía reconocerse con facilidad
a los hoteles de cadenas por las instalaciones, los patrones arquitectónicos bastante
normalizados, a veces el color o la decoración o quizás por la señal en la carretera o le
símbolo empleado en publicidad. Las cadenas podían enviarse y se enviaban clientes de
unas a otras. Tenían planes de registro programados y de garantía de reservación. En
muchos casos tenían campanas nacionales de publicidad y promoción de ventas. Poco a
poco a través de concesiones exclusivas, franquicias o por contratos de administración,
se han expandido por todo el mundo las cadenas hoteleras, como Holiday Inn, que abrió su
primero hotel en 1952, Dais Inn, Sheraton, Hilton, Quality Inn, Ramada Inn, Hyatt,
Starwood, etc.
Durante la primera mitad del siglo XX, los alimentos y las bebidas ocuparon una posición
de menor importancia en las mentes de la mayoría de los administradores de hoteles. En
algunos casos era algo que se consideraba un mal necesario. Desde el punto de vista
económico, se hacia hincapié en tratar de no perder o de mantener las perdidas tan bajas
como fuera posible. En tanto pudieran llenarse las habitaciones con huéspedes, las cifras
de ganancias por los alimentos y las bebidas carecían relativamente de importancia. Sin
embargo, al disminuir la ocupación hotelera, esto se reflejo en los estados contables de
pérdidas y ganancias de los hoteles. Las ganancias disminuyeron y siguieron adelante los
problemas financieros. Los costos de financiación iniciaron una curva ascendente. Seguir
administrando alimentos y bebidas sin ganancias era un lujo que no podía darse. Los
propietarios de los hoteles pequeños fueron los que más resintieron ese estado de cosas
y necesitaban desarrollar otras fuentes de ventas y beneficios. Para ello, se transformaron
los restaurantes de lo hoteles. Primero, debía de producirse un cambio de imagen. Cuando
el ciudadano medio pensaba en “ir a comer fuera”, raramente consideraba hacerlo en
el comedor de un hotel. En su opinión era “costoso”, “demasiado de la clase superior” y
además pensaba que, de todos modos, los alimentos no eran muy buenos y en
consecuencia prefería los restaurantes. Los hoteles se esforzaron mucho por hacer
cambiar esa imagen y han tenido relativo éxito. Muy pronto se descubrió que el
consumidor exigía una gran variedad de opciones en cuanto a los tipos de establecimientos
en los que podía comer. Era necesario un servicio rápido de cafetería, una fuente de
sodas, un salón de aperitivos con una atmosfera distintiva o un restaurante especializado,
construido de acuerdo a un estilo definido. El comedor tradicional y formal del hotel
era ya obsoleto. Actualmente, los clubes y los restaurantes especializados de los hoteles
son comunes en los hoteles. En la mayoría de los casos se entra al restaurante
directamente de la calle y el cliente ni siquiera comprende que esta asociado al hotel o bajo
su administración. También era preciso no solo atraer mas clientes, sino lograr que los
departamentos de alimentos y bebidas obtuvieran beneficios, para ello, se necesitaba
una revisión general de normas y procedimientos. Las operaciones en cadena instauraron
nuevas ideas y métodos, normas de compra y recepción. Así como especificaciones. Se
adoptaron sistemas de predicción de costos y precontrol. Se realizaron pruebas de
rendimientos y guías de contratación de personal. El resultado ha sido cuadros mas
positivos en los estados financieros.
En relación a los hoteles de veraneo, en esta década se dio el inicio de los hoteles fríos,
para práctica de esquí. Mucha gente cobro afición a este deporte y los hoteles invernales
fríos iniciaron su auge, instalando pistas para esquiar o instalándose cerca de ellas. La
atracción del sol, playas doradas y alegre vida nocturna es irresistible. De esta fecha data
el crecimiento de Miami Beach. Pero el desarrollo de la aviación ha fortalecido los destinos
vacacionales tropicales: Hawái, El caribe, África y Asia sobresalen entre otros.
• La localización urbana: suelen estar situados en las grandes urbes y principalmente en sus
barrios más dinámicos y de compras.
• La arquitectura y el diseño: tienen una arquitectura propia, un diseño elegante y cuidado
y, a menudo, temático. El ambiente y la decoración buscan proporcionar un ambiente
íntimo. Generalmente los hoteles boutique, están ubicados en mansiones históricas o
algunas edificaciones que poseen un gran valor arquitectónico, las cuales se condicionaron
para cuenten con los servicios que se requieren en el hotel, resultando una mezcla de las
infraestructuras modernas y los detalles decorativos pertenecientes al siglo XXI.
Dependiendo del lugar en que se encuentre el hotel, recibe distintas denominaciones que
algunas veces se pueden prestarse a confusión, pero hay ciertas características que le
ayudarán a distinguirlos.
El servicio personalizado: buscan adelantarse al deseo del cliente, a quien se considera un
invitado.
La revista enRoute los describe así: «Todo aquel establecimiento con un ambiente moderno,
un servicio personalizado y un diseño sofisticado para los viajeros más exigentes. Son
generalmente independiente de las grandes cadenas de hoteles y suelen tener menos de 200
habitaciones, ofrecen la experiencia de una estancia relajante en un ambiente íntimo (incluso
para los viajes de negocios).»
Hay de igual forma hoteles boutique temáticos, con respecto a la manera en que son
decorados. Por ejemplo los Art Decó o los Zen, que son una especie de reconstrucción de la
moda, música y decoración de una época determinada, aplicándolos a los diseños de las
habitaciones. Otra de las modalidades es la que recibe por nombre design hoteles, las cuales
se caracterizan por ser lugares dotados de los últimos adelantos tecnológicos y diseños
vanguardistas
PRECURSORES DE LA HOTELERIA.
A. EUROPA
B. AMERICANA
• Nació en san Antonio (nuevo México) en 1887, pero fue hasta 1919, después de haber
sido legislador del estado y después de haber servido durante la Primera Guerra
Mundial, que Hilton compró su primer hotel en Mobley (Texas).
• Actualmente al frente de “Board & Hilton Hotels Corp.” que opera 40 hoteles.
• Hilton creía que los costos debían ser controlados cada día.
• En el año 1957 construye el primer Motel de la que después sería la cadena Marrito, de
360 habitaciones en Washington DC
• En 1980 Marriott operó con un sistema centralizado de producción de comidas. Estas
eran distribuidas ya preparadas a otros establecimientos.