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Evelys Franco
El tiempo tiene un impacto importante en el desarrollo de las actividades que las
personas realizan. Por ello, las creencias sobre la gestión del tiempo son esenciales
para el análisis de las conductas que afloran cuando realizamos una actividad.
Puesto que, “lo que la gente piensa, cree, siente, afecta cómo se
comporta”(Bandura,1986).
En efecto, cuando las personas planifican sus actividades para alcanzar sus metas,
las creencias actúan para influir en la elección de conductas facilitadoras del logro
de las metas, tales como el esfuerzo empleado, la persistencia en la tarea, Las
creencias de control interno juegan un papel fundamental. Por ejemplo: cuando
tengo un objetivo, sé que voy a trabajar por conseguirlo, o conductas inhibidoras
de la acción, tales como las creencias de control externo, mediado por creencias
en la suerte, el destino. Ejemplo: Sé que mis objetivos están sujetos a la buena o
mala suerte; o creencias de control externo, mediado por otros poderosos. Por
ejemplo: Sé que mis objetivos están sujetos a los deseos y opiniones de personas
que tienen más poder que yo.
Una técnica importante utilizada para mejorar la gestión del tiempo consiste en
identificar las actividades a realizar para cumplir con una meta y ubicarlas en uno
de los siguientes círculos:
Circulo de preocupación: Aquí están las variables sobre las cuales no tenemos
ninguna forma de influir, modificar o cambiar el resultado. Por ejemplo, el clima, el
contexto sociopolítico, la economía, las regulaciones gubernamentales, etc.
Todos las actividades se pueden ubicar en uno de estos 3 círculos y para cada uno
se requieren estrategias específicas.
Para realizar cualquier actividad del círculo de control las personas deben ser
autoorganizadas, proactivas, auto-reflexivas y autoreguladas. Quienes son
capaces de autodeterminarse, son capaces de planificar y llevar adelante las
acciones que proyectan en el tiempo.
Por ejemplo, si somos parte de un equipo de trabajo, tenemos que poner todo lo
que está de nuestra parte para que el resultado sea el mejor posible, pero si aun
así el resultado no es el esperado debemos saber controlarnos y dejar de
preocuparnos por lo que pudo o no pudo haber pasado.
Hay personas que viven estresadas y preocupadas por cosas que ni siquiera están
bajo su control, se enfocan en todo lo que está en su círculo de preocupación. Este
tipo de personas son las que terminan cayendo en depresión o estrés crónico.