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Objetivos Conceptuales
Los FAIs pueden mejorar nuestra habilidad para conceptualizar las
relaciones entre definiciones legales de habilidades y construcciones
psicológicas asociadas con capacidades humanas. Este objetivo es
aclarado en las Figuras 1 y 2, a lo cual se refiere a la siguiente
discusión.
En la Figura 1, A representa cualquier construcción de competencia
legal. En la Figura 2, que aplica al modelo de Competencia para Ir a
Juicio, A es establecido como el estándar Dusky v. U.S. para
competencia para ir a juicio (p.e. “comprensión racional así como
factual de procedimientos… y suficiente habilidad presente para
consultar con su abogado con un grado razonable de comprensión
racional”). A también incluiría interpretaciones y refinamientos de la
construcción Dusky, aplicados y explicados en casos legales
subsiguientes.
Tradicionalmente, los profesionales en salud mental empleaban
teorías y construcciones psicológicas generales (tales como
inteligencia, prueba de realidad, mecanismos de defensa, o síntomas
psiquiátricos) como la base conceptual para sus evaluaciones
relacionadas con competencias legales. Estas construcciones clínicas,
representadas como B en la Figura 1, con frecuencia son definidas
operacionalmente por instrumentos o métodos de evaluación clínica,
designados B’, que están diseñados para evaluar los atributos clínicos
y de personalidad. Aún así, los profesionales en salud mental
frecuentemente eran capaces de establecer solo un lazo conceptual
vago entre teorías psicológicas (B) o datos (B’) por un lado, y las
construcciones de competencia legal (A) por el otro. De este modo,
datos clínicos sobre rasgos y estados psicológicos, sin importar qué
tan confiables y válidos, fueron difíciles de emplear cuando se
relacionaron descubrimientos a las preguntas sobre competencia
legal.
En la Figura 1, C representa definiciones psicológicas de habilidades
funcionales que han sido derivadas lógicamente de un análisis de una
construcción de competencia legal. Por ejemplo (ver la figura 2), la
construcción representando competencia para ir a juicio (A) puede
ser considerada para incluir un número de conceptos de habilidad
funcional (C), uno de ellos siendo “Capacidad para Revelar al
Abogado”. Esta habilidad legalmente relevante en turno, es
conceptualizada como relacionada con construcciones psicológicas
básicas (B) tal como “inteligencia”, “memoria” y “honestidad y
confianza interpersonal”. El concepto de habilidad funcional (C), por
lo tanto, actúa como un lazo conceptual entre el estándar legal (A) y
construcciones clínicas o psicológicas básica (B).
Un instrumento de evaluación forense (C’) es una definición
operacional de un concepto de habilidad funcional legalmente
relevante (C). Por lo tanto, los FAIs pretenden proveer datos que
pueden manejar la brecha conceptual entre construcciones legales y
construcciones psicológicas. En adición, la línea punteada en la Figura
1, representa relaciones potenciales entre datos FAI (C’) e
información de pruebas psicológicas tradicionales y métodos
psiquiátricos (B’) que definen operacionalmente construcciones
psicológicas. Estas relaciones proveen una base de datos para hacer
inferencias causales relacionadas con construcciones psicológicas (B)
a habilidades funcionales legalmente relevantes (C). La Figura 2
demuestra estas relaciones conceptuales para una de las habilidades
funcionales en la competencia para ir a juicio. Estos propósitos
conceptuales de los FAIs y conceptos de habilidades funcionales
tienen un límite importante. No pretenden definir la construcción de
competencia legal como un todo. Definen solo las habilidades y
capacidades humanas para las cuales la construcción legal a la que se
cree se refiere. No obstante, los FAIs ofrecen varios beneficios lógicos
para evaluaciones forenses.
Primero, proveen estructura para el examinador. Desde el inicio, los
FAIs dejan claro al examinador lo que la ley quiere saber sobre
capacidades humanas, porque estas capacidades son parte de la
estructura del FAI mismo. De este modo, ellos pueden ayudar al
examinador a llegar lógicamente a datos e inferencias consistentes
con los propósitos de evaluaciones forenses delineadas en el capítulo
2.
Segundo, los FAIs pueden mejorar la comunicación en las ubicaciones
legales. Los datos FAI en el testimonio experto aclaran para el juez y
el jurado, la relación entre habilidades funcionales y la construcción
de competencial legal. Los datos que tienen “validez facial” en
relación con la construcción de competencia, requieren procesos
inferenciales menos complejos que cuando uno intenta relacionar
síntomas psiquiátricos o rasgos generales de personalidad a la
construcción de competencia legal. Por lo tanto, el testimonio experto
puede ser más comprensible y útil. Juez y jurado pueden encontrar
posible participar en el proceso de inferencia, más que confiar
solamente en el experto para manejar relaciones esotéricas y
especulativas entre construcciones psicológicas generales (B) y
criterios de competencia legal (A).
Finalmente, los FAIs facilitan la investigación empírica en las
asociaciones entre habilidades funcionales legalmente relevantes
(operacionalmente definidas por FAIs) y las construcciones de
psiquiatría y psicología (operacionalmente definidas por instrumentos
clínicos más tradicionales). Estos descubrimientos de investigación
producen una base empírica para ser empleada por profesionales en
salud mental cuando interpretan casos individuales, por lo tanto
reduciendo la necesidad de confiar en la teoría y especulación
solamente.
Objetivos de Procedimiento
Los FAIs pueden mejorar la calidad de las evaluaciones forenses
proveyendo procedimientos relativamente estandarizados y
cuantitativos para adquirir datos de evaluación legalmente
relevantes. A diferencia de entrevistas no estructuradas o enfoques
individualizados de profesionales para evaluar habilidades
funcionales, los FAIs pueden ofrecer procedimientos que son más
repetibles. Estoes, pueden ser repetidos aproximadamente de la
misma manera de un examinador a otro y por varios examinadores.
Aún más, las habilidades de los examinados pueden ser expresadas
de una forma única, usando los métodos del instrumentos para
clasificar o cuantificar las respuestas de los examinados.
Estos rasgos de procedimiento de los FAIs pueden tener varios
posibles beneficios. Primero, definiciones y procedimientos uniformes
para evaluar habilidades funcionales legalmente relevantes sirven
para reducir error y prejuicios. Algún grado de error es inherente a
cualquier evaluación profesional, pero generalmente es disminuido
por la estandarización del procedimiento.
Segundo, procedimientos uniformes de evaluación promueven
comparaciones significativas en el tiempo. Los FAIs ofrecen el
potencial de comparar las habilidades de un examinado en dos
momentos diferentes: por ejemplo, para evaluar el grado de ganancia
en las habilidades relevantes de un demandado para competencia
para ir a juicio luego de un período de tratamiento. Evaluaciones pre
y post de este tipo son significativas solo hasta el punto en que
procedimientos para evaluar funciones son similares en ambos
momentos, lo que es posible con métodos estandarizados usando
calificaciones o puntajes relativamente objetivos.
Tercero, métodos de evaluación cuantitativos estandarizados
permiten la recolección de datos en muestras normativas, lo que
promueve la interpretación de desempeños de los examinados por
comparación con normas. Las comparaciones de este tipo son menos
significativas cuando los datos han sido recolectados con métodos de
entrevista estandarizada o historia social. Comparaciones con normas
ofrecen considerables beneficios en la lógica inferencial empleada
para interpretar casos individuales.
Cuarto, los FAIs pueden facilitar comparaciones entre examinadores.
En evaluaciones forenses, es común para dos examinadores
(testificando en lados opuestos) llegar a diferentes conclusiones u
opiniones sobre un examinado. Con frecuencia es debido a diferencias
en su interpretación de datos, pero también puede ser debido a
diferencias entre bases de datos sobre las cuales ellos están haciendo
interpretaciones. Si ambos examinadores, sin embargo, han usado
los mismos métodos estandarizados para obtener datos, es con
frecuencia posible determinar si las diferencias en sus opiniones son
debidas a diferencias en los datos de habilidad funcional manifestados
por el examinado, o si en cambio los examinadores llegaron a
diferentes conclusiones basados en esencialmente los mismos datos.
Tales comparaciones pueden ser difíciles cuando los dos
examinadores han obtenidos datos en maneras diferentes (no
estandarizadas).
Finalmente, los FAIs hacen posibles programas de investigación sobre
confiabilidad empírica de métodos de examinadores forenses para
evaluar habilidades funcionales legalmente relevantes, así como
investigación sobre la validez (significados empíricos) de sus datos de
evaluación. Sin métodos estandarizados para evaluar habilidades
legalmente relevantes, no hay manera de demostrar la consistencia o
dependencia (confiabilidad) de las observaciones del experto. Aún
más, enfoques menos estandarizados limitan severamente nuestra
habilidad de implicarnos en investigación para demostrar que los
métodos del examinador “miden lo que dicen medir”, esto es, que
son indicadores empíricamente válidos de los conceptos de habilidad
relevante.
En resumen, los FAIs promueven definiciones operacionales para
habilidades funcionales que están relacionadas conceptualmente con
construcciones de competencial legal así como con nuestras
construcciones psicológicas y psiquiátricas. Por lo tanto, ellos ofrecen
dos beneficios potenciales principales. Uno es ayudar a los
examinadores a construir evaluaciones con relevancia conceptual a
criterios legales. El otro es contribuir con datos a las evaluaciones
forenses de manera consistente con estándares científicos para la
confiabilidad y validez de las evaluaciones.
Definición de Concepto
Esta actividad requiere la determinación de un grupo de conceptos o
dimensiones de habilidad funcional (C, figura 1) que se relacionan
lógicamente con dos o más grupos generales de construcciones: es
estándar de competencia legal (A, Figura 1) y las teorías básicas de
psicología y psiquiatría y conocimiento empírico sobre atributos
humanos (B, Figura 1). Cuando se desarrolla un FAI, estos conceptos
de habilidad funcional deben ser cuidadosamente determinados,
luego total y completamente definidos por descripción verbal. Un
instrumentos no es probable de manifestar validez de construcción en
evaluaciones posteriores si el instrumento no está basado desde el
inicio en una cuidadosa identificación de las dimensiones atributo a
ser medidas.
Cuando se busca formular un grupo de dimensiones bien definidas de
habilidad funcional para un propósito específico, es conveniente
pensar en términos de dominio hipotético de habilidades. Los
parámetros o límites de este dominio son especificados generalmente
por la construcción de competencia legal, con frecuencia de dos
maneras. Primero, la construcción de competencia se referirá a un
contexto ambiental, explicado en el capítulo 2, que generalmente
identifica un rol de desempeño para el individuo dentro de ese
contexto. Segundo, la redacción de estándares de competencia legal,
así como opiniones de cortes de apelación y otros escritos legales,
pueden proveer frases refiriéndose a funciones globales en las cuales
la ley está interesada. Estas formulaciones verbales de la
construcción de competencia legal, encontradas en la ley misma,
trazan los límites de funcionamiento dentro de los cuales están
localizadas como un grupo aún no definido de habilidades funcionales
legalmente relevantes.
Uno entonces se esfuerza por una solución a la pregunta de las
dimensiones de habilidad funcional que se encuentra dentro de ese
dominio. La validez de contenido de un instrumentos comienza aquí.
La validez de contenido se refiere a la propiedad con la cual una
prueba ha probado las conductas o conceptos asociados con un
dominio particular. Si un instrumento comienza con ciertas
dimensiones de conceptos que no son relevantes para el dominio
identificado, o un grupo de dimensiones que no representan una
cobertura adecuada del dominio, entonces los ítems de prueba que
luego son ideados para representar estas dimensiones no pueden
tener una validez de contenido adecuada para el dominio.
La validez de contenido no descansa con la mera apariencia de
relevancia. Las dimensiones derivan su relevancia también del
método o proceso usado para producir el grupo de dimensiones para
representar el dominio en cuestión. Capítulos posteriores revisarán
los métodos empleados por desarrolladores de FAIs para identificar
conceptos de habilidad funcional dentro de dominios de competencia
legal. Generalmente, los métodos y la tarea tiene alguna similitud con
los esfuerzos de psicólogos industriales y organizacionales cuando se
hace un análisis de trabajo en preparación para la construcción de
instrumentos de evaluación relacionados con el trabajo. Algunos
trabajos pueden ser analizados por sus tareas requisito y habilidades
funcionales, observando sistemáticamente a las personas realizar el
trabajo o rol. Trabajos más complejos requieren el uso de una teoría
sobre el trabajo y sus requerimientos de tarea. Similarmente, la
definición de concepto para FAIs pueden usar métodos empíricos, una
consideración de teorías psicológicas o psiquiátricas sobre conducta
humana, y las teorías menos formales de expertos que han estado en
una posición para formar impresiones de los requerimientos de un
contexto ambiental particular. Cuando el contexto ambiental es uno
con el cual los profesionales legales tienen conocimiento especial
(p.e. el desempeño del demandado en procesos judiciales), las
opiniones de jueces y abogados pueden ser buscados concernientes a
las dimensiones funcionales relevantes asociadas con el dominio.
Cualquiera que sea el método, la validez de contenido del grupo de
dimensiones de habilidad resultante es juzgado por la calidad de este
proceso.
La cuestión relacionada pero distinta de la validez facial toma un
significado especial en la selección de dimensiones de habilidad para
uso en instrumentos de evaluación legalmente relevantes. En
contraste con la validez de contenido, la validez facial se refiere a la
apariencia de la relevancia; esto es, juicios concernientes a si el
grupo final de dimensiones de habilidad se ve relevante para los
propósitos pretendidos para el instrumento.
Con referencia a FAIs, no puede haber un criterio más importante
para la validez facial que las opiniones de jueces y abogados como
consumidores prospectivos de los resultados del instrumentos de
evaluación anticipado de uno mismo. Uno no debería progresar más
allá de este punto en construcción o selección de prueba sin obtener
sus juicios concernientes a la relevancia de las dimensiones de
habilidad para tratar la competencia legal. Esto puede salvar al
desarrollador de prueba de la frustración de proceder mediante
tareas de construcción y validación de ítems, solo para aprender que
las dimensiones conceptuales en la base del instrumento
simplemente no concuerdan con el sentido legal de los jueces de la
construcción de competencia en cuestión. Es posible que ninguna
cantidad de validez empírica sea capaz de vencer una creencia
judicial en la invalidez facial de las dimensiones de un instrumento en
relación con la construcción legal.
Uno debe saber sin embargo, que el grupo de conceptos de habilidad
funcional que uno eventualmente selecciona no constituirá una
definición conceptual de la construcción de competencial legal misma.
Los conceptos de habilidad de los FAIs son solo una definición
conceptual de las habilidades funcionales que parecen ser relevantes
para la construcción de competencia legal. Como se explicó en el
capítulo 2, una construcción de competencia legal puede referirse a
mucho más que las habilidades funcionales de una persona
solamente. Puede requerir, por ejemplo, consideraciones de variables
situacionales, circunstancias económicas y valores morales de una
sociedad. Los FAIs nunca pueden definir competencia legal, sea
conceptual o empíricamente. Por lo tanto, su construcción no
comienza con este objetivo, sino más bien con la definición
conceptual de esos aspectos de construcción de competencia legal
que se refieren a funcionamiento humano –aquellas cosas que la
gente conoce, comprende, cree o puede hacer.
Finalmente, cuando uno está formando un grupo de conceptos de
habilidad funcional relacionado con la competencia legal, es
igualmente importante poder describir las relaciones asumidas o
hipotéticas entre estos conceptos y las teorías, construcciones y datos
básicos de la psicología, para comprender los atributos humanos.
(Esta es la relación entre B y C en la Figura 1). Varios tipos de
competencias legales pueden requerir referencia a construcciones en
teorías de psicopatología, teorías de personalidad, teorías de
desarrollo, o teorías de emoción, motivación y cognición. Estos lazos
conceptuales entre conceptos de habilidad legalmente relevantes de
uno y teorías básicas de conducta humana serán muy importantes en
un punto posterior, cuando se trate con asuntos de validación de
construcción y la interpretación del significado de deficiencias
funcionales.
Definición Operacional
Una vez que las habilidades funcionales legalmente relevantes son
definidas como conceptos, ellas deben ser traducidas en ítems de
contenido para el instrumento. El formato de los ítems podrían ser
declaraciones de cuestionario con formatos de respuesta tipo
verdadero-falso o Likert, o algún otro formato que es más apropiado
para varios procesos: por ejemplo, listas de revisión, ítems de
entrevista estructurada y no estructurada, o categorías de conducta a
observarse y registrarse como son manifestadas por examinados en
situaciones de tarea naturalística o asignada. En adición, algún
método para categorizar, puntuar o calificar respuestas debe ser
creado. La suma total del contenido de los ítems, el método de
administración, el formato de respuesta, y los criterios para calificar o
valorar respuestas, constituye la definición operacional de las
habilidades funcionales legalmente relevantes (C’ en la Figura 1).
Estos son los procedimientos con los cuales los atributos de habilidad
funcional serán definidos y medidos.
Varios asuntos requieren un comentario especial en esta fase de
construcción de un FAI. Primero, los mismos asuntos de validez de
contenido que fueron discutidos en relación con definición de
concepto son propuestos otra vez en la definición operacional. Ahora,
sin embargo, uno está preocupado con el proceso para llegar a un
grupo de tareas o ítems de prueba que asegurarán la propiedad de
las muestras (en términos de relevancia de contenido y cubrimiento
de contenido) del dominio de conducta dentro de cada habilidad
funcional a ser evaluada. Este proceso es el segundo paso por el cual
la validez de contenido será determinada.
Cuando llegamos a un grupo de tareas o ítems, nos enfrentamos otra
vez con la pregunta de la validez facial también. Podemos saber
ahora que los conceptos de habilidad funcional parecen ser relevantes
a la construcción de competencia legal, de acuerdo con nuestra
evaluación de la opinión de profesionales legales. Aún así, ¿es el
contenido específico de los ítems que ahora definen operacionalmente
las dimensiones también percibidas como legalmente relevantes?
Algún procedimiento puede ser requerido para determinar esto antes
de proceder más allá.
Segundo, la implicación de profesionales legales durante la
construcción de prueba se vuelve más importante si uno pretende
desarrollar un sistema para calificar respuestas de acuerdo con algún
estandar de corrección absoluto. Por ejemplo, una prueba puede
instruir a los examinadores a calificar las respuestas de los
examinados como “adecuada”, “marginal” o “inadecuada”, y los
puntajes de los examinados son entonces interpretados de acuerdo
con ello. Cuando un FAI es construido para incorporar juicios sobre
propiedad de la respuesta en los criterios de puntuación, la ayuda de
las autoridades legales en la formación de aquellos criterios es
especialmente importante. El capítulo 2 identificó preguntas de
suficiencia de habilidad como siendo juicios legales –no hechos
empíricos o juicios psicológicos- cuando los datos sobre la habilidad
son aplicados a una definición legal de competencia. Los criterios de
puntuación que definen como “adecuada” o “inadecuada” la respuesta
de un examinado a una pregunta o desempeño en una tarea al
menos implica un juicio legal cuando la prueba misma fue
desarrollada para tratar aspectos de una construcción de competencia
legal. Los criterios de puntuación, por lo tanto, no deberían estar
basados en las opiniones del desarrollador de prueba solamente.
Un tercer asunto es la similitud o no, entre el formato de prueba y el
contexto ambiental al cual la competencia legal se refiere. Por
ejemplo, tres pruebas evaluando la habilidad de un demandado para
comunicarse con un abogado podría incluir un ítem con contenido que
examina la voluntad de los demandados para revelar información a
su abogado. Aún así, un instrumento puede proponer una pregunta
en un ítem de verdadero-falso en una tarea de papel y lápiz, el
segundo en una situación hipotética propuesta por un examinador
forense en una entrevista estructurada, y el tercero en un
procedimiento en el cual el examinador observa al examinado
interactuando con el abogado del examinado. Esto claramente tiene
la apariencia de conducta de muestra que se aproxima más al
contexto ambiental (comunicarse con el abogado) al cual la
construcción de competencia para ir a juicio se refiere.
Es con frecuencia difícil, sin embargo, aproximarse al contexto
ambiental en un procedimiento de examinación. En el área de
pruebas de empleo, por ejemplo, con frecuencia no es posible
reconstruir en formatos de prueba estandarizados, las condiciones
específicas que confrontarán un examinado con el trabajo. Esto ha
producido considerable dificultad en determinaciones legales de la
validez o imparcialidad de las pruebas de empleo. Similarmente,
ciertos contextos ambientales legalmente relevantes no pueden (y
con frecuencia no deberían) estar cercanamente aproximados en
formatos para FAIs. Por ejemplo, una investigación confrontó niños
de escuela con una entrevista casi investigativa no esperada, que
pretendía producir una examinación ecológicamente válida de las
habilidades de los niños para comprender las advertencias Miranda
antes de la renuncia de sus derechos. Consideraciones éticas de daño
psicológico al examinado, sin embargo, pueden pesar más que el
valor anticipado de tales procedimientos de investigación o prueba.
De este modo, no hay una respuesta simple a la cuestión del grado
deseable o aceptable de similitud entre el formato de prueba y el
contexto ambiental legalmente relevante. Uno meramente debe estar
consciente de que esto puede ser de interés, cuando examinadores
eventualmente son requeridos para interpretar el grado hasta donde
los resultados de FAIs pueden ser generalizados a contextos
ambientales de la vida diaria.
Finalmente, cuando se construyen instrumentos de habilidad, actitud
y rasgos de personalidad, los psicometristas están acostumbrados a
emplear varios métodos estadísticos para producir homogeneidad de
ítems dentro de una escala. El objetivo es producir
unidimensionalidad, o alguna afirmación de que los ítems se refieren
o contribuyen a una sola dimensión o concepto (el que guiaba el
proceso de selección de contenido para la escala).
Los psicometristas que intentan desarrollar instrumentos relacionados
con construcciones legales podrían enfrentar un conflicto entre esta
práctica general y las demandas por relevancia y cubrimiento de
contenido en relación con preguntas legales. Por ejemplo, ciertos
ítems pueden correlacionarse pobremente con otros ítems en una
escala de habilidad de la cual son parte, interpretandolos como
sospechosos en la búsqueda de uno de un set de ítems homogéneo.
La exclusión automática de estos ítems sin embargo, puede tener el
efecto de reducir el contenido y validez facial, dado que los ítems
originalmente fueron incluidos como un resultado de un cuidadoso
trabajo de selección de contenido.
DESARROLLO PSICOMÉTRICO
Dentro de la categoría de desarrollo psicométrico están estándares
relacionados con estandarización, confiabilidad y normas de
instrumento.
Estandarización
Los materiales, administración y procedimientos de puntuación o
calificación deberían ser establecidos y cuidadosamente descritos por
los examinadores. El asunto aquí, por supuesto, es la repetitividad.
Intentos para establecer la confiabilidad o validez de un instrumentos
pobremente estandarizado son probables de ser infructuosos, debido
a error en la medida permitida por la vaguedad de los procedimientos
de prueba mismos. Una cuidadosa estandarización, en turno,
maximiza ganancias posteriores al documentar confiabilidad y
validez. En adición, un examinador que puede claramente describir a
una corte el procedimiento estándar con el cual los datos de
evaluación fueron obtenidos, es probable de producir mayor
comprensión de parte del juez y jurado y una base más firme de
credibilidad.
La estandarización no es sinónimo de la eliminación de discreción en
administración o puntuación. Algunas habilidades y atributos son
evaluados mejor con métodos que son más flexibles que ítems de
cuestionario y escogencias de respuesta dicótoma. Algunas conductas
no pueden ser calificadas sumando respuestas tipo Likert; en cambio,
algunas veces se le debe pedir a los examinadores calificar las
conductas que observan. El objetivo de la estandarización no es
reducir toda la evaluación a procedimientos mecánicos, sino más bien
minimizar el error de prejuicio o situacional del examinador hasta el
grado que sea posible con la administración y formato cuantitativo
del instrumento. Note, sin embargo, que este objetivo requiere mayor
cuidado y esfuerzo cuando define procedimientos para calificación
subjetiva que cuando un instrumento puede ser mecánicamente
calificado.
Confiabilidad
Hay muchas maneras de examinar la confiabilidad de los
instrumentos, cada una ofreciendo un estimado del error en la
medida que deriva de alguna fuente. Algunas formas de confiabilidad
estiman el error del examinador (debido a variaciones en
administración, calificación o puntuación), mientras que otros estiman
error en términos de cambios en las respuestas con el tiempo. Otros
examinan la relación de unos ítems con otros dentro de una escala,
proveyendo un índice de consistencia interna de la escala.
No todos los FAIs requerirán altos coeficientes (demostraciones de
variación de error baja) para todos los tipos posibles de confiabilidad.
Esto es porque bajos coeficientes de confiabilidad no necesitan ser
interpretados como error en todas las circunstancias. Por ejemplo,
baja confiabilidad prueba/re-prueba no necesita ser interpretada con
un signo de error, si el instrumento clama medir atributos que son
presumidos en teoría de ser inestables par alguna persona dado en el
tiempo (p.e. estados emocionales transitorios).
Error debido a cambios en las respuestas de los examinados en el
tiempo toma un significado especial en evaluaciones forenses. La
mayoría de habilidades funcionales legalmente relevantes
probablemente serán conceptualizadas como atributos relativamente
estables (aunque modificables con intervención terapéutica o
educativa). Típicamente entonces, uno querría que los FAIs
demuestren coeficientes aceptables de estabilidad. Aún así, las
evaluaciones forenses con frecuencia ocurren en momentos y lugares
que sujetan a los examinados a estrés o excitación afectiva inusual.
En adición, las consecuencias anticipadas de decisiones legales
pueden motivar a algunos examinados a desempeñarse peor
(fingimiento), o a exhibir más respuesta socialmente deseable
(disimulación), que es representativa de su desempeño o actitudes
típicas.
Todas estas fuentes de error producen retos especiales para evaluar
la confiabilidad de los FAIs. Aún más, los ejemplos anteriores apuntan
la importancia de examinar la confiabilidad de un FAI obteniendo
muestras de prueba en los tipos de ubicaciones, y con los tipos de
poblaciones, para los cuales el instrumento eventualmente será
empleado. Los coeficientes de confiabilidad se basaron en la
administración de un FAI a estudiantes universitarios no pueden ser
de confianza para proveer estimados de error de medida que son
significativos para uso del instrumentos en examinaciones pre-juicio
de demandados criminales o padres buscando la custodia de un niño.
Todos los FAIs deberían demostrar niveles aceptablemente bajos de
variación de error asociados con administración y puntuación del
examinador. Otros capítulos se referirán a “confiabilidad inter-
examinador” cuando la evidencia trate el error debido a
administradores diferentes, y “confiabilidad inter-calificador o inter-
clasificador” cuando el error es evaluado como una función de
diferentes calificadores o clasificadores de muestras de prueba. Estas
son dos fuentes distintivamente diferentes de error de examinador,
aunque los desarrolladores de pruebas con frecuencia no separan las
dos en sus cálculos de confiabilidad relacionada con el examinador.
Normas
Los propósitos especiales de los FAIs no llaman para un solo estándar
concerniendo al desarrollo de datos normativos. Diferentes propósitos
llamarán para diferentes estándares, y algunos de estos requieren
explicación.
Primero, algunos FAIs podrían ser construidos para describir
habilidades de examinados en un sentido absoluto. Esto es, el
propósito puede ser meramente describir aquello que el examinado
puede o no hacer, más que expresar el nivel de desempeño en
relación con otras personas. Instrumentos de este tipo, por supuesto,
son referidos como instrumentos “referentes a contenido” o
“referentes a criterio” más que “referentes a normas”. Ellos no
requieren el desarrollo de distribuciones muestra de puntajes con los
cuales comparar el desempeño de un examinado. Regresaremos en
un momento a discutir ciertos valores de datos normativos en
situaciones forenses. El asunto de instrumentos referentes a
contenido y criterio para evaluaciones forenses, sin embargo,
requiere especial comentario.
Cuando un instrumento es usado de una manera referente al
contenido, el puntaje de un examinador es expresado meramente
como alguna proporción del continuo de posibles puntajes en el
instrumento. Por ejemplo, en un instrumento evaluando el
conocimiento de un demandado sobre procedimientos judiciales, uno
podría reportar que el demandado correctamente contestó 75% de
los ítems relacionados con funciones de participantes judiciales y
45% de los ítems tratando con procedimientos judiciales. Uno podría
también, por supuesto, reportar las cosas específicas que el
demandado parecía no conocer, esto es, el contenido de ítems
incorrectamente contestado. Este tipo de evaluación no se basa en
una comparación con algunos otros criterios externos. Una corte
recibiendo esta información sería dejada para considerar la propiedad
general de la comprensión del demandado de acuerdo a cualquier
estándar discrecional que desee aplicar. Este tipo de datos podría ser
bastante apropiado para muchas situaciones legales. Efectivamente,
es consistente con la perspectiva discutida en el capítulo 2 (ver
componente de Juicio), esto es, declaraciones de descripción, más
que evaluativas sobre la suficiencia de habilidades de los examinados,
pueden representar la función más apropiada o importante para
examinadores en procedimientos legales.
En contraste, instrumentos que son llamados referentes a criterio,
emplean un criterio externo con el cual evaluar la calidad de la
calificación de un examinado. Con frecuencia este criterio externo es
algún índice del grado de desempeño necesario para satisfacer
requerimientos en una situación externa a la prueba. Por ejemplo, los
examinados tomando un examen para licencia estatal como psicólogo
pueden tener que obtener un puntaje de umbral particular para
calificar, o un empleador puede requerir que aplicantes para una
posición deban digitar o tomar notas en taquigrafía como a una tasa
especificada de palabras por minuto. El puntaje de corte
generalmente es establecido por un grupo de ubicación estándar que
hace un juicio discrecional que se aplicará entre los examinados. Este
enfoque es básicamente no normativo; el puntaje de criterio, no los
desempeños de los examinados en relación unos con otros,
determina la evaluación.
En un sentido, las interpretaciones de FAIs referentes a criterio están
en conflicto con requerimientos para evaluaciones forenses
delineadas en el capítulo 2. El componente Interactivo de
construcciones de competencia legal sugiere que grados de
habilidades funcionales de los examinados no deben ser vistos como
suficientes o insuficientes en y de sí mismos. En cambio la suficiencia
depende de una comparación del grado de habilidad de la persona a
las demandas de desempeño de su situación ambiental específica
(p.e. las demandas de su juicio, las necesidades de un niño
particular). La ley no instruye a jueces a considerar algún nivel
particular de habilidad como indicativo de competencia o
incompetencia entre casos. Desde esta perspectiva, ni el profesional
en salud mental ni la judicatura están autorizados para establecer
puntajes de prueba como determinantes de competencias legales de
examinadores.
Por otro lado, uno puede discutir que tanto profesionales en salud
mental como jueces son libres para determinar puntajes de corte
para otros propósitos. Por ejemplo, ellos pueden establecer un
puntaje de corte en un instrumento pretendido meramente para
monitorear demandados por aquellos que están en necesidad de
evaluación más extensa de competencia para ir a juicio. El puntaje de
prueba podría ser establecido conservadoramente, por lo que
eliminará solo demandados que claramente son más competentes.
El peligro en los puntajes de corte para FAIs, por lo tanto, recae en
su uso. Un desarrollador de prueba no está violando estándares
profesionales al publicar un puntaje de corte, si el desarrollador
satisface los requerimientos para hacer explícito los usos aceptables e
inaceptables de tales criterios. Por otro lado, los desarrolladores de
prueba no pueden controlar el uso de sus instrumentos, y la
publicación de puntajes de corte inevitablemente llevará a algunos
examinadores y profesionales legales a aplicarlos como definiciones
de una decisión de competencia, más que como un tipo de dato entre
muchos para tomar una decisión. Para propósitos de evaluar FAIs,
por lo tanto, uno debe considerar si el desarrollar de prueba puede
estar endosando o animando (sin intención) el mal uso de un FAI
adoptando el enfoque referente a criterio descrito antes.
Volviendo ahora a consideraciones de referencia a norma, notamos
que varias preguntas legales pueden ser tratadas con una
comparación de las habilidades del examinado con aquellas de grupos
normativos. Una pregunta mayor será la escogencia de una muestra
sobre la cual desarrollar normas de prueba. Los desarrolladores de
prueba y usuarios típicamente están conscientes de los peligros de
compara desempeños de examinados con normas basadas en
muestras que difieren marcadamente en sus características socio-
demográficas y otras de las del examinado.
Este asunto no está arreglado, sin embargo, por una simple
advertencia de evitar tal comparación, porque el proceso de decisión
legal algunas veces podría requerirlo. Por ejemplo, una corte puede
desear saber el grado hasta donde la comprensión de un joven sobre
ciertos derechos (para propósitos de evaluar la validad de quien
renuncia a sus derechos) es diferente de la de los adultos. De este
modo, una prueba adulta puede proveer datos normativos apropiados
para evaluar la habilidad de un joven. En otra instancia, una corte
podría reconocer que prácticamente ningún demandado sabrá todo
sobre los roles y funciones de participantes en un juicio. Puede ser
útil obtener una perspectiva del conocimiento de un demandado
particular sobre estos asuntos en relación con el de la “persona
promedio”. Algunas veces esta “persona promedio” estará
representada mejor por muestras al azar de la población general que
por muestras de entre poblaciones con características socio-
demográficas típicas de los demandados.
El estándar general, sin embargo, entonces, es seleccionar muestras
para el desarrollo de normas FAI con atención cuidadosa al uso
pretendido de las normas en ubicaciones legales. Estas podrían variar
considerablemente de un área de competencia legal a otra.
VALIDACIÓN DE CONSTRUCCIÓN
Históricamente, los psicometristas intentaban identificar varios tipos
de procedimientos de validez o validación, haciendo distinciones entre
validez de contenido, validez concurrente, validez predictiva, y
validez de construcción. Cada una de ellas es de alguna manera
diferente en su significado e implicación para los propósitos para los
cuales las pruebas pueden ser usadas. Entre ellas, sin embargo, la
noción de validez de construcción es primaria. Como fue notado por
Messick, la “validez de construcción es… el concepto unificador en un
marco de trabajo común para prueba de hipótesis racionales sobre
relaciones teóricamente relevantes”. De este modo, la validez de FAIs
será revisada en este libro sin hacer discriminaciones categóricas
entre los tipos tradicionales de validez, incluyéndolos generalmente
bajo el título de validación de construcción.
Un argumento contra esta escogencia podría ser la importancia
generalmente atada a la validez predictiva. Este término se refiere al
grado hasta donde el instrumento ha sido útil para predecir algún
evento criterio, conducta del examinado, o el examinado estando
sobre alguna otra variable, dado un intervalo de tiempo entre la
examinación y el futuro índice de criterio. Un interés especial en la
validez predictiva de los FAIs es comprensible, porque las
construcciones de competencia legal con frecuencia se refieren a
consecuencias futuras (p.e. juicios subsiguientes, la futura crianza de
un niño).
Por lo tanto, el delineado para evaluar FAIs en capítulos posteriores
incluye una categoría especial llamada “Utilidad Predictiva o
Clasificatoria”, la cual revisa estudios que demuestran lo que
generalmente se llama validez predictiva. Esos estudios por supuesto,
contribuirán también a nuestra evaluación general de la validez de
construcción de un instrumento. El término utilidad ha sido escogido
sin embargo, a propósito para llamar la atención lejos de la tendencia
a percibir la validez predictiva como un instrumento de validez sine
qua non. Las razones por las cuales los datos predictivos no deberían
jugar un papel tan fuerte en la evaluación general de los FAIs estará
aclarada en la discusión de utilidad, a la cual llegaremos en un
momento.
La validación de construcción se refiere a una acumulación de
evidencia concerniente al grado de confianza con el cual un FAI puede
ser interpretado como un índice de los conceptos de habilidad
funcional que clama definir operacionalmente. La validez de
construcción no es una condición absoluta. Contrario a las
afirmaciones de algunos autores de pruebas, ningún instrumento es
nunca simplemente “válido”. En algún momento dado, la evidencia
acumulada meramente incrementa o disminuye nuestra confianza en
el FAI como una definición operativa de sus conceptos de habilidad
funcional.
Muchos tipos de evidencia pueden contribuir a una validez de
construcción de FAIs (p.e. análisis de contenido de factor o ítem, y
varios métodos para examinar validez concurrente y predictiva). Uno
de los tipos más importantes de evidencia, sin embargo, es la
relación entre el FAI como una medida de una construcción de
habilidad e índices de otras construcciones psicológicas que son
esperados en bases teóricas a ser relacionadas con la construcción de
habilidad.
Refirámonos ahora a la Figura 1 para aclarar este punto. Notamos
que conceptos de habilidad funcional para un FAI (C) son
seleccionados con cercana atención al dominio de una construcción
de competencia legal (A). En adición, sin embargo, los conceptos de
habilidad deberían ser definidos con alguna conceptualización de su
relación asumida con teorías, construcciones y descubrimientos
empíricos en la psicología y psiquiatría (B) que son usados para
describir y comprender la conducta humana en general. Si este
proceso ha sido llevado a cabo conscientemente, entonces estamos
preparados para el proceso de validación de construcción notado
antes. Esto es, podemos examinar si nuestro índice FAI de la
habilidad funcional (C’) se relaciona (línea punteada) con índices de
las construcciones teóricas en la psicología (B’) en la manera
hipotetizada.
Para proveer un ejemplo, imagine un FAI que operativamente define
“comprensión de derechos Miranda” para obtener y calificar
explicaciones de examinados sobre el significado de las advertencias
Miranda. Podríamos esperar que la inteligencia general o madurez de
desarrollo cognitivo contribuya a la comprensión Miranda, pero que la
habilidad para comprender estos contenidos de mensaje específico
puede ser influenciada por otras variables también: por ejemplo, la
cantidad de exposición pasada a las advertencias. De este modo, la
comprensión Miranda como un concepto de habilidad es percibida
como relacionada con construcciones cognitivas generales, pero no
necesariamente traslapándolas completamente. Todas estas
suposiciones pueden ser probadas al compara puntajes FAI con
puntajes en medidas de inteligencia general, madurez de desarrollo
cognitivo, alguna definición de “cantidad de exposición previa” (p.e.
número de arrestos previos), y otros. Los resultados contribuyen a la
validez de construcción –un sentido del significado de la comprensión
Miranda medida por el FAI- si el patrón de resultados emerge como
era esperado.
En adición a proveer una apoyo general para el instrumento, los
resultados de este tipo se vuelven especialmente útiles en rleación
con las características causales de una construcción de competencia
legal. La investigación de validación de construcción provee la lógica
con la cual un examinador puede apoyar una explicación para las
deficiencias funcionales de un examinado medidas por un FAI, o para
considerar lo plausible de las varias explicaciones posibles. De este
modo cuando información causal y razonamiento son solicitadas por
la corte, el examinador es capaz de usar teoría de una manera menos
especulativa, empíricamente informada.
La Pregunta de Competencia
La primera sección de cada capítulo provee una descripción de
asuntos legales y de evaluación asociados con la competencia legal
con la cual ese capítulo se relaciona. Tiene dos sub-secciones: