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Juan Camilo Pérez Cortes

Marx: Manuscritos de economía y filosofia


Primer manuscrito: “El trabajo enajenado”
“Obra selecta de Marx”
“El oso que no lo era”

En el presente texto se pretende exponer de manera clara, los planteamientos de Karl Marx
en su libro “Manuscritos de economía y filosofia”, que fueron realizados por el autor en el
año 1848, de cuyo contenido solo se tendrán en cuenta en una primera instancia aquellos que
se ubican entre los capítulos (XXII-XXVII), de los cuales se realizara un recorrido general,
para posteriormente, en segunda instancia pasar a enfatizar en 2 tópicos fundamentales,
siendo estos los siguientes: La propiedad privada y la división del trabajo.
Para lo cual en primer lugar con el fin de contextualizar al autor, y antes de abordar los
manuscrito se dará paso a dos textos que complementaran de gran manera los planteamientos
que se expondrán en el presente trabajo, siendo estos en primer lugar: la “obra selecta de
Marx” cuyo autor es Raúl Gabas, de la que se tomara el “estudio introductorio” que se usara
con el fin de mostrar un poco el contexto del autor, y las ideas que lo llevaron a los
pensamientos expuestos en el texto principal, y en segundo lugar un cuento llamado: “El oso
que no lo era” siendo este texto útil en cuanto ayudara a darle un complemento de igual forma
a la fuente principal, y una ampliación al argumento de Marx mostrando un poco algunos de
sus pensamientos primordiales en funcionamiento.
1. Marx: obra selecta, estudio introductorio:
Esta introducción escrita por Jacobo Muños nos muestra cuatro facetas primordiales que
marcaron el destino, el estilo, y la trayectoria de este importante autor llamado Karl Marx.
Muños nos muestra en primera instancia que la obra de Marx permite entender nuestro
tiempo, ya que al abrirnos puertas para plantear a partir de las herramientas que Marx nos
ofrece apuestas propias, nos permite entender a partir de su paradigma fenómenos clave tales
como la globalización y el expansionismo del sistema siendo, además, una gran influencia
en la construcción que se ha dado al paso del tiempo tanto de la historia, como de la ciencia.
Marx, nos relata Muños nació un 5 de mayo del año 1818 en Tréveris, una ciudad prusiana
siendo perteneciente a la estirpe judía y su padre abogado, convirtiéndose esta en la razón
principal por la cual sus estudiosos sitúan la clave primordial para entender su obra en esta
tradición religiosa, aunque posteriormente el autor fuese bautizado exactamente 8 años
después de que su padre Heinrich Marx se convirtiera al protestantismo. Entre los años 1830
hasta 1835 Marx que había sido educado en su casa, y hasta esa época asistió al “Liceo
Friedrich Wilhelm de Tréveris” siendo que en ese mismo año aprobó el “examen de
madurez” para el cual escribió tres ensayos, siendo estos su legado mas antiguo, en ellos
Marx manifestaba “la convicción de que sólo una vida entregada al provecho de la
humanidad tenía realmente valor y resultaba, en consecuencia, digna de ser vivida.” (Muños
p. 12).
El estudiante:

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En este apartado Muños nos narra que en el año 1835 exactamente en el mes de octubre,
nuestro autor inicio los que serian sus estudios en la Universidad de Bonn (Alemania), y en
el verano del siguiente año se comprometió en secreto con su amiga de la infancia Jenny von
Westphalen, con la que se caso el 09 de junio de 1843, siendo ella hija de un varón de nombre
Ludwig von Westphalen quien desarrollo un gran afecto por Marx, quien era por supuesto su
yerno, y al cual este varón inculco el interés por autores de la talla de Homero, y los trágicos
griegos.
Este varón también fue el responsable de iniciar a Marx en la lectura de grandes exponentes
de la literatura de la talla de Dante Alighieri, William Shakespeare, y Miguel de cervantes
siendo inducido por su suegro además, a realizar su primera inmersión en las ideas socialistas,
para posteriormente tomar lecciones que fueron impartidas a él por August Wilhelm
Schlegel, principalmente sobre temas tales como la filosofia, y la literatura.
Algún tiempo después Marx recibió una llamada de su padre quien decidió que lo trasladaría
de la universidad de Bonn a la universidad de Berlín, suceso que finalmente ocurrió en el año
1836 permaneciendo Marx en esta ciudad cuatro años, en los que su principal ocupación fue
la escritura tanto de poesía, como de una novela cómica.
Ocupación que duro hasta el momento en que Marx se inscribo en la facultad de derecho de
esta universidad “en la que pronto comenzó a leer jurisprudencia” (Muños p. 13), y a asistir
a las clases ofrecidas por Friedrich Karl von Savigny, uno de los representantes de la escuela
histórica de derecho de Eduard Gans, que tenía una inclinación rotundamente Hegeliana
progresista, y por ser el Hegelianismo la filosofia predominante en Berlín en ese momento.
Marx se percató de:
El conflicto suscitado entre los defensores del primado de las costumbres y las
tradiciones de un pueblo como instancia justificatoria de las leyes, frente a los
partidarios, a tal efecto, de los principios de la Revolución francesa y de los sistemas
teóricos de los legisladores (Muños p. 14)
Hecho que lo llevo a interesarse cada vez mas por las relaciones existentes entre la filosofia,
y el derecho, por lo que ante este llamado Marx decidió abrazar con pasión el núcleo
primordial de la filosofia Hegeliana, al que se dedico tan insaciablemente que llego a padecer
de tuberculosis en el año 1841, momento en el que nos relata Muños fue declarado como
“inútil total”, y se le prohibió prestar el servicio militar a causa de una debilidad pulmonar.
En ese momento Marx devastado busco una inspiración y la encontró en los brazos de Kant,
y Fichte, por los que finalmente perdió interés al generar frente a ellos la opinión de que “sus
sistemas estaban inspirados por un <<dogmatismo matemático al pasar de los axiomas a las
conclusiones por lo que descubrió que “es «en la expresión práctica del mundo vivo de ideas,
en qué consisten el derecho, el Estado, la naturaleza y la totalidad de la filosofía, donde el
objeto escogido debe ser estudiado en su desarrollo mismo»” (Muños p. 14). Se podría decir
que fue en estos años que Marx se convirtió al Hegelianismo ya que reconoció en Hegel su
gran capacidad para “reconocer por vez primera <<la totalidad de los aspectos naturales y
espirituales del mundo», como «un proceso orgánico de transformación, y desarrollo
constantes»” (Muños p. 14).

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Pero Marx se distancio en gran medida del sistema Hegeliano a tal punto que incluso fue
capaz de declarar “mi método dialectico no solo es diferente del hegeliano sino, su
contraparte directo” (Muños p. 15) ya que para Marx el pensamiento del hombre no era mas
que lo material contrapuesto, y traducido por la cabeza de un hombre, siendo tanto su roce
intelectual que Marx incluso llego a formar parte de un grupo de críticos hacia Hegel que
negaban “que el Estado monárquico moderno fuera el final de todas las mediaciones o, lo
que es lo mismo, la vuelta del Espíritu a sí mismo.” (Muños p. 16).
En el año 1838 el padre de Marx murió debilitándose de esa forma su relación con la familia
de su esposa, lo que supuso para él una reducción bastante notable en cuanto a sus ingresos,
por lo que tubo que abandonar por completo la poesía y concentrar toda su atención en su
tesis, guardando la esperanza de con ella lograr acceder a la docencia universitaria, en la
Universidad de Bonn, por lo que para cumplir con esa meta se dedico entre los años 1839, y
parte de 1840 a la lectura de Aristóteles, Leibniz, Kant y Hume.
Llevando a cabo luego de ello su primera publicación exactamente en el año 1841, en la
revista “Athenaum” que estaba vinculada al club de los doctores, llevando por titulo la obra
publicada “los cantos salvajes” y obteniendo ese mismo año un 15 de abril el titulo como
doctor en la Universidad de Jena, luego de lo cual volvió a Bonn y gracias a una gran
colaboración en conjunto con Bruno Bauer, logro proyectar la publicación de unos archivos
referentes al tema del ateísmo, que fueron tan radicales, que lo llevaron a ser expulsado de la
universidad, e incluso a poner en duda si podía incorporarse profesionalmente como docente.
El periodista:
Marx en esta etapa de su vida fue nombrado como el director de “la gaceta alemana”, que
bajo su dirección alcanzo su mayor tiraje, y una gran popularidad al dedicarse especialmente
a lo relacionado con la defensa de los intereses de la clase media renana, población bastante
amplia para la época lo que condujo directamente a Marx a relacionarse con la actividad
política, llevando al periódico a hablar de una manera marcadamente temeraria.
Tan temeraria que “La gaceta alemana” fue acusada de comunismo por la “Gaceta general
de Augsburgo”, lo que la convirtió en el foco de una gran crítica, y confrontación
socioeconómica además de política, filosófica, y social por lo que para este tiempo la mayor
producción literaria de Marx se concentro primordialmente en aspectos referentes a temas
económicos, que el denomino en ese momento como “intereses materiales”.
Pero esas propuestas fueron las que desencadenaron “una propuesta de procesamiento de
Marx por un escrito sobre el robo de leña en los bosques señoriales en el que, por cierto, el
Estado era presentado ya como una propiedad privada de los propietarios, y la propiedad
privada como un —posible— robo” (Muños p. 18) aunque cabe resaltar que para este
momento Marx inicio el abandono del Hegelianismo para concentrarse en su llamada
“filosofia del estado”.
En ese momento Marx decidió emprender la inmigración porque como le escribió a ruge “en
Alemania no puedo empezar nada nuevo, aquí está uno obligado siempre a falsificarse”
(Muños p. 19) por lo que una vez liberado de esas presiones, pero sin empleo, se dedico a
proyectar una nueva revista radical en compañía de Ruge, y Georg Herwegh, que llevaría por
nombre “Anales franco-alemanes” la cual fue publicada en Zúrich que era para ese momento
el principal centro de Alemanes exiliados en Europa.
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Para esa entonces Marx en realidad tenía su futuro asegurado, gracias al gran sueldo que tenía
por razón de su trabajo, el cual ascendía a un valor de 550 taleros, ejerciendo como codirector
de la revista, y recibiendo un dinero extra gracias a los derechos de autor, en ese momento
de abundancia Marx se fue a vivir a Kreuznach, y exactamente el 19 de junio del año 1843
contrajo matrimonio con Jenny en la iglesia Rotstate, luego de lo que la pareja se instalo en
Kreuznach lugar en donde Marx “pudo inicialmente compaginar su trabajo como codirector
de la nueva publicación con las exigencias de su formación científica, guiada por la
necesidad”. (Muños p. 19).
Para esa misma época Marx produjo un gran numero de lecturas con temática económica, y
desarrollo estudios referentes a la revolución francesa, y posteriormente a autores tales como:
Roseau, Montesquieu, y Maquiavelo formulando por primera vez en sus trabajos el concepto
de “clase”, y “formación de la clase obrera”.
El revolucionario:
En parís Marx entro en contacto con la “liga de los justos” que era una sociedad secreta de
obreros quienes tenían una afinidad y orientación comunistas, y aunque no se relaciono de
manera directa con ellos, si intercambio algunas opiniones, y puntos de vista con algunos de
sus miembros además, de redactar entre abril, y agosto sus famosos manuscritos de parís, en
los que exponía en resumen la versión marxista del concepto de alienación, y de cuales se
tendría conocimiento por parte de sus estudiosos hasta 1932 el año de su publicación.
Pasado un tiempo se produjo “La insurrección de los obreros textiles de Silesia” evento que
le confirmo a Marx lo que se podría denominar como su primer esquema revolucionario a
saber:
Que hay una clase que encarna toda la miseria de la alienación del trabajo; esta clase
es la de los modernos trabajadores asalariados, el proletariado. Ésta es la energía
transformadora de la sociedad moderna, el principal motor filosófico que mueve la
«anatomía de la sociedad» (Muños p. 21).
Para Marx la raíz de toda alienación es la propia alienación del trabajo, que el asumió como
consecuencia necesaria de las relaciones económico-sociales, a cuya critica dedico sus
mayores energías, siendo su pretensión generar una abolición dentro de una sociedad
comunista esto es:
Libre no sólo en un sentido formal o negativo, sino positivo en la que los objetos y
las relaciones dejarán de estar alienadas, y en la que abolido el primado social del
poder económico, sólo las personas capaces «de actuar sobre los demás de un modo
realmente inspirador» podrían influir sobre ellos. (Muños p. 21).
Ya que para Marx el comunismo debe ser el fruto de la eliminación de las relaciones
capitalistas de producción, y la superación positiva de la propiedad privada de los medios de
producción, con lo que el comunismo en si pasara a ser:
La apropiación real de la esencia humana por, y para el hombre [... el] retorno del
hombre por sí en cuanto hombre social, es decir, humano [... el] retorno pleno
consciente y efectuado dentro de toda la riqueza de la evolución humana hasta el
presente. (Muños p. 22).

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De este modo y gracias a este pensamiento el comunismo quedo elevado a la condición de
un humanismo completo, en cuanto al concepto de trabajo alienado, y en cuanto al hecho de
la elienacion del trabajador en virtud del extrañamiento de su trabajo, y del que se apropia el
capitalista, consiguiendo Marx generar una teoría referente al modo de producción
capitalista, específicamente en cuanto a: el modo de producción, la mercancía, la plusvalía,
la división social y técnica del trabajo. Aunque posteriormente el mismo Marx abandono por
completo la noción de alineación, y se dedico en vez de ella a exponer en su obra tardía
proposiciones referentes a “la posición del obrero en la estructura de poder de la fábrica
capitalista, que era relativa a un determinado sistema de poder social caracterizado por las
decisiones que se toman en el” (Muños p. 22).

En este momento también se dio una reorganización en las entrañas de la liga de los justos
quienes llevaron a cabo en Londres su primer congreso, al que fueron invitados Marx, y
Engels, dicho congreso tuvo lugar en junio de 1847 con la participación de Engels, y la
ausencia de Marx, quien no asistió por falta de recursos económicos, aunque eso no fue
inconveniente para que se lo eligiera como el presidente de la <<comuna de Bruselas>>.

Posterior a este hecho se fundo la denominada “liga de los comunistas” que tenían como fin
primordial “El derrocamiento de la burguesía, la dominación del proletariado, la abolición
de la vieja sociedad burguesa basada en los antagonismos de clase, y la fundación de una
sociedad nueva, sin clases y sin propiedad privada.” (Muños p. 24) cuyo manifiesto fue
redactado por Marx, y Engels, en el cual se tenía por objeto exponer los objetivos de la
organización.

El resultado de esta petición fue el documento que se conocería como “el manifiesto del
partido comunista”, cuya redacción se finalizo a comienzos de 1848, y fue enviado a finales
de enero a Londres, en donde se publico a finales de febrero de ese mismo año. Este
manifiesto se podría afirmar tuvo una influencia tan enorme en materia política que su
difusión incluso puede ser comparada con la de la declaración de los derechos humanos,
siendo este escrito tan importante que es inseparable del fenómeno histórico de “la irrupción
social del proletariado industrial como clase ascendente de la realidad social, y obrera”
(Muños p. 25).

Este documento cuenta en total con 23 paginas, y es considerado como “una de las mejores
vías de introducción, con cuantas matizaciones hayan de hacerse, al marxismo. Al marxismo
concebido claro está, como una de las grandes tradiciones emancipadoras modernas” (Muños
p. 26) al contener en sus paginas un ejemplo de análisis en cuanto a la relación existente entre
los comunistas, y el resto de la clase obrera, al igual que una revisión a las diferentes
corrientes comunistas de la época, exponiendo a la historia de la humanidad como una lucha
de clases en la que existe una clase dominante, y una dominada en este caso la burguesía, y
el proletariado que constituye una base evolutiva para los eventos de la historia.

“El oso que no lo era”

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En este cuento se pueden ver reflejados claramente algunos de los principales conceptos
expuestos por Marx en su texto “Manuscritos de economía y filosofia”, y para mencionarlos
y generar la relación entre este cuento, y esos conceptos se procederá con la narración de
algunos elementos fundamentales de este.
El cuento narra la historia de un oso que vivía en un bosque, y que un buen día se percató de
una bandada de gansos salvajes que volaban hacia el sur, en ese momento el oso también se
percato de que ya estaba llegando el invierno al ver como las hojas de los árboles que tenían
un color amarillo, y que caían de ellos, por lo que este oso inmediatamente busco un lugar en
el que invernar, durante esta fría época del año que se aproximaba.
Luego de que el oso fuera a dormir al bosque llegaron unos hombres que armados con
máquinas lo arrasaron, con la finalidad de construir en su lugar una colosal fábrica, siendo
este punto la vía que permite mostrar el primer encuentro de un presupuesto de Marx que
vendría siendo la concepción de que la diferencia mas notable entre el hombre, y el animal
en este caso el oso, es que este oso por ejemplo, se podría decir produce exclusivamente lo
que le es propio, mientras que los hombres que invadieron su bosque, querían por su
pretensión producir la naturaleza entera, y usarla para si como una herramienta, para un fin.
EL punto es que estos hombres frente a la naturaleza tienen una percepción de ella como un
objeto del cual vivir, y del cual extraer lo que necesiten como por ejemplo alimento, o vestido,
e incluso con el caso de la construcción de la fábrica se podría ver claramente como estos
hombres veían a la naturaleza como su cuerpo inorgánico”, y por supuesto tenían la
pretensión de usarlo para no morir, aunque eso significara destruirlo coartando a la naturaleza
de su propia existencia.
El cuento nos narra que la fabrica funciono todo el invierno mientras el oso dormía, por lo
que este por supuesto no se percato de ella hasta el momento en que despertó pasado el
invierno, y en la salida de su cueva lo primero que vio no fue el bosque sino, la completa
oscuridad, y a lo lejos una luz que creyó el pobre oso seria la entrada de su cueva, pero cuando
al fin la alcanzo lo que vio no fueron la hierba, los árboles, y las flores sino cosas que para el
eran completamente extrañas, tan extrañas que pensó que debía estar soñando.
En ese momento el oso se preguntó ¿Dónde estaba?, y para dejar atrás ese sueño tan extraño
decidió cerrar los ojos, y pellizcarse, pero para su sorpresa al abrirlos de nuevo nada había
cambiado, por lo que se dio cuenta de que no estaba en un sueño, y todo cuanto veía era real,
justo en ese momento el oso estaba frente a una puerta de la que salió un hombre que le grito
“oye tu ponte a trabajar, y como no me hagas caso te voy a denunciar” (Tashlin p. 12) frente
a lo que el oso le respondió yo no trabajo aquí, yo soy un oso.
Frente a la respuesta del oso el hombre que era el capataz se carcajeo y le dijo ¡qué buena
broma!, pero el oso le repitió es que yo soy un oso, en este punto en mi opinión personal, es
claro el hecho de que el hombre se podría pensar calcula todo con la medida que le es
inherente a si mismo, lo que explicaría la sorpresa de este hombre frente a la respuesta del
oso, ya que luego de escucharla este capataz se puso iracundo, y condujo al oso al despacho
de quien era el generante del lugar, quien igual que el capataz antes de el también se puso
iracundo, y le dijo al oso “usted no es más que un hombre, tonto, sin afeitar, y con un abrigo
de pieles” (Tashlin p. 13).

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Por lo que se dispuso a llevarlo ante el vicepresidente tercero, ante quien el oso sintió pena
al ver que no le creían que en realidad el solo era un oso, ya que este hombre le dijo lo mismo
que el anterior, que solo era un hombre tonto… ante lo que el oso un poco enfadado respondió
“yo soy un oso sencillamente un oso cualquiera, normal y corriente” (Tashlin p. 14) en este
punto se podría pensar junto con Marx que ese oso al ser “uno inmediatamente con su
actividad vital, no se distingue de ella, es ella” (Marx 1848, p. 112) por lo que al ser tomado
por los trabajadores como un hombre, que hacia parte de ellos, por supuesto no fue capaz de
reconocerse porque, contrario a los demás trabajadores que si eran humanos y además,
consientes de su actividad vital. este oso no era consiente de ella.
Luego de este suceso el oso replico insistente ante el vicepresidente ¡no soy un hombre, soy
un oso! y he sido según mi memoria un oso toda la vida, frente a lo que este hombre le
respondió “usted no puede ser un oso. Los osos solo están en Zoos o en el circo. Nunca están
en una fábrica, y usted lo está: usted está en una fábrica por lo tanto ¿Cómo puede ser un
oso?” (Tashlin p. 17) y frente a tal pregunta el oso no dudo en responder ¡es que yo soy un
oso! así que el vicepresidente le dijo lo mismo que ya le habían dicho los otros a quien ya
había visto antes, usted solo es un hombre tonto, y sin afeitar por lo que le iban a demostrar
en definitiva que no era en verdad un oso.
Para hacerlo el presidente y todos los que estaba allí subieron a un coche, y junto con el oso
fueron a un zoo, en el que el vicepresidente le pregunto a uno de los osos enjaulados si el que
lo acompañaba era un oso, y la respuesta de este fue no, porque si fuese un oso estaría aquí
encerrado con nosotros, pero aun así nuestro oso seguía sosteniendo ser un oso, aunque no
estuviese encerrado con los demás.
Posteriormente visitaron un circo en donde la situación fue la misma ante la pregunta del
vicepresidente los osos del circo le respondieron que si el que lo acompañaba fuese un oso
estaría con ellos practicando los trucos, y montado en una cicla, ya que estos osos solo lo
consideraron igual que los demás como un hombre tonto, con un traje de oso, y sin afeitar así
que una vez llegado ese punto todos volvieron a la fabrica y nuestro oso fue puesto en una
maquina como su operario, y en ella junto con otros hombres trabajo incontables meses.
Hasta que llego un día en que la fabrica tuvo que cerrar y despidieron a todos los obreros
incluido el oso, así que todos ellos volvieron a sus casas y el oso se quedo solo sin tener a
donde ir “así que mientras iba caminando se le ocurrió mirar al cielo y entonces, vio una
bandada de gansos salvajes que volaban hacia el sur, y de repente igual que antes vio los
arboles con sus hojas amarillas que se caían, por lo que supo que el invierno pronto llegaría
y tenia que ir a invernar, la cuestión fue que cuando estaba a punto de ponerse a invernar se
dijo “no puedo invernar no soy un oso, soy un hombre tonto, sin afeitar y con abrigo de
pieles” (Tashlin p. 26) por lo que cuando llego el invierno el quedo tirado debajo de la nieve
tiritando de frio, y entonces pensó “ojala fuera un oso” (Tashlin p. 27), lo que había pasado
con el oso es que todos con quienes había tratado le habían convencido de que era un hombre
tonto, con un abrigo de pieles y sin afeitar por lo que ya no tenia idea de lo que era
comportarse como un oso, y estaba muriendo de frio en la nieve.
Pero de repente este oso se levanto de donde estaba, y camino por la espesa nieve hasta una
cueva, y dentro de ella por fin se sintió caliente, y una vez dentro se desplomo en un lecho
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de ramas de pino, y soñó con lo que sueñan los osos cuando invernan, sabiendo para sí que
los que habían dicho que era un hombre tonto, estaban equivocados porque en definitiva no
era un oso tonto.
En conclusión este cuento nos muestra como ya lo he mencionado algunos de los principales
planteamientos de Marx, siendo estos por ejemplo el hecho de que el oso al recibir un objeto
de trabajo, dejo de considerarse así mismo como lo que era, es decir, un animal y empezó a
verse como un trabajador más, olvidando incluso como debía ser un oso, razón por la cual
casi muere congelado, ya que el trabajo que le fue asignado por supuesto coarto su libertad,
y desgracio su existencia, mortificando su cuerpo tal como si fuese el de un hombre tonto,
con traje de oso, y sin afeitar.
Capítulo XXII
Marx inicia este capítulo del libro afirmando en primera instancia, que, de antemano, ya se
han aceptado todos los “presupuestos de la economía política incluyendo sus leyes y
terminología” (Marx 1848, p. 104) esto quiere decir, que se tiene certeza de ella conforme a
aspectos tan concretos como, por ejemplo, la propiedad privada, la división del trabajo, o el
salario mínimo, entre otros.
Ahora bien, cabe la posibilidad de afirmar que la economía política logra rebajar al trabajador
a nada más que simple “mercancía”, logrando con esto que este alcance niveles muy altos de
miseria, ya que ésta es inversamente proporcional a la potencia con que el trabajador produce
es decir, entre más logra producir el trabajador, menor es la ganancia que para el refleja el
volumen de la misma; siendo el resultado de este fenómeno que la única diferencia entre toda
la sociedad, se reduzca a si se es propietario, u obrero desposeído, en palabras de Marx.
¿Pero de dónde parte el concepto de economía política recién mencionado? pues según el
autor, parte del hecho innegable de la propiedad privada, con la característica de que no se
preocupa por explicarlo, sino, más bien, por generar fórmulas que se ajusten a una realidad
específica, y a partir de ellas ocuparse de la generación de leyes, a las que en consecuencia
se les asigna un valor único.
Así pues, a estas leyes que se ajustan a esa realidad específica, y que cuentan con un valor
único, no se les interroga con referencia a su manera de proceder con respecto por ejemplo a
la propiedad privada lo que ocasiona en pocas palabras que no respondan a interrogantes
dirigidos a temas tales como la división del trabajo, y del capital, esto a causa de que entre la
relación de beneficio entre el capital producido, y el salario recibido por tal producción, se
obedece exclusivamente a los intereses de los grandes capitalistas.
Otro caso en donde se ve reflejado con gran similitud lo anterior, es según Marx, en la
competencia, porque ella no se explica a sí misma, sino, que más bien es explicada por
circunstancias externas a ella, es decir, que siempre se explica en beneficio del
favorecimiento de otros que están por fuera de ella. En este caso la pregunta de Marx es si
acaso “¿las circunstancias externas, no vendrían a ser más que la expresión de un desarrollo
necesario?” (Marx 1848, p. 105). Es decir, que la economía política, por lo anterior, llegaría
a ignorar por completo todo lo que no genera en ella, hecho que se produce para el autor por

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factores como la codicia y la guerra entre los codiciosos, fenómeno que es llamado por el
(Marx) con el nombre de la competencia.
Ahora, volviendo a la cuestión de la economía política, Marx nos dice que ella no comprende
que existen hechos tales como “la competencia” y “el monopolio”, que guardan entre si una
relación inversa, es decir, que tanto la “competencia, la división de empresa, y la división de
tierra como condiciones causales, e impuestas por los monopolios” (Marx 1848, p. 105) son
para el autor nada más que resultados necesarios, inevitables y por más naturales de esta
misma economía.
A continuación, Marx nos muestra cual ha de ser su objetivo, su tarea, definiéndola como
“comprender la conexión esencial entre propiedad privada, codicia, separación del trabajo,
capital y tierra, intercambio, monopolio, competencia y valor del hombre” (Marx 1848, p.
105) y la conexión entre enajenación, y el sistema monetario. Para lograr esto el autor
propone que no se parta de una división imaginaria como, por ejemplo, la división del trabajo;
o en otro caso quizá, la “explicación del origen del mal por el pecado original” (Marx 1848,
p. 106) por la simple razón de que con ellos se toma como punto de partida para la explicación
aquello que se quiere explicar, lo que es en ultimas una falacia que representa una grave
debilidad teórica y argumentativa.
Para evitar dicho fenómeno, Marx propone más bien partir de un hecho económico actual
que postula de la siguiente manera:
El obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, así, como el trabajador se
convierte en mercancía más barata, entre más mercancías produce .... y así la
desvalorización del mundo humano, crece en relación directa a la valorización del
mundo de las cosas (Marx 1848, p. 106).
Esto quiere decir, que el trabajo convierte a los trabajadores en simples mercancías, lo que
nos permite pensar que el objeto, que es producto de estos, se enfrenta a ellos como un
extraño, ya que el único producto del trabajo, es el trabajo mismo “que se ha fijado en un
objeto, y se ha hecho cosa” (Marx 1848, p. 106) al fenómeno que se produce con la
realización del trabajo dentro del marco de la economía política, lo llama Marx
“desrealización del trabajador” que pasa a servir en función del objeto que produce.
La razón por la que ocurre el fenómeno anterior es que el trabajador se relaciona con el
producto que produce como algo extraño a el mismo, lo que implica, que cuanto más
enfocado está en su trabajo, más ajeno se hace para él el producto de dicho trabajo; siendo
esto el causante de un empobrecimiento para el trabajador, pero no solo desde el aspecto
económico, sino también desde el aspecto del mundo que tiene en su interior, con relación al
mundo exterior, ocasionando que él ya no sea siquiera dueño de sí mismo, punto que aclara
el autor con el siguiente caso, al decir que ese mismo fenómeno se produce en la religión ya
que “cuanto más pone el hombre en Dios, menos guarda en sí mismo” (Marx 1848, p. 107).
Esto significa que cuando el trabajador pone su vida en función del objeto de su trabajo, ella
ya no le pertenece más así mismo, sino, al propio objeto, así pues, eso no quiere decir que el
trabajador, y su trabajo no sean independientes uno del otro, ya que la vida que ha tomado el

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objeto se dio gracias al trabajador, pero, aun así, para este último ese objeto es algo extraño
y hostil para sí mismo, siendo esta la conclusión del capítulo XXII.
Capítulo XXIII
Marx inicia este capítulo con la consideración del trabajador que se siente extrañado hacia el
mismo objeto que el produce, ya que éste, solo es producido a partir del mundo exterior
sensible, siendo esta la manera en que el trabajador obra, ya que la naturaleza de su trabajo
es la obtención de los “medios de vida, en el sentido en el que el trabajo no puede vivir sin
objetos sobre los que ejercerse” (Marx 1848, p. 107) lo que quiere decir, que el trabajo le
ofrece al trabajador, los medios para garantizar su subsistencia.
De esta manera entre más apegado está el trabajador a los objetos del mundo exterior que
obtiene por intermedio de su trabajo, más se priva a si mismo de lo que el autor llama
“víveres”, que tienen un doble sentido, el primero de ellos se relaciona con que el mundo
exterior sensible ya no es más un objeto perteneciente a su trabajo (del trabajador), ni
tampoco un medio de vida, y el segundo de ellos se relaciona con que el mundo exterior deja
de representar para el trabajador víveres, que son vistos ahora como medios que garantizan
su subsistencia física; por lo que en consecuencia, el trabajador se convierte en lo que el autor
llama un “siervo de su trabajo”, en dos sentidos:
El primero de ellos al recibir un objeto de trabajo es decir, recibir un trabajo que le permite
existir en tanto trabajador; y el segundo de ellos al recibir los medios que le permiten su
subsistencia, en tanto sujeto físico, lo que produce enajenación, que se expresa desde el
trabajador, por medio de leyes económicas, de la siguiente manera, “cuanto más produce el
trabajador menos consume, tanto más indigno es él, más elaborado es su producto, cuanto
más deforme es el trabajador, más civilizado es su objeto” (Marx 1848, p. 108)
Esto quiere decir, que la relación entre la situación del trabajador y la calidad del producto
son inversamente proporcionales, lo que significa que mientras la calidad de los productos
vaya en aumento la situación del trabajador a de empeorar paulatinamente, por esta razón es
que la economía política oculta la enajenación del trabajo “al no considerar la relación
inmediata entre el trabajador, el trabajo, y la producción” (Marx 1848, p. 108) siendo el punto
crucial de esta relación entre estos tres aspectos, que todos ellos benefician exclusivamente
a los ricos, y de ninguna manera al trabajador mismo.
Continuado con el planteamiento del autor, éste nos muestra lo que ha considerado hasta el
momento en el presente capítulo, siendo este tema el denominado extrañamiento, que se
podría definir como el efecto inversamente proporcional entre la calidad de vida del
trabajador y el aumento de la calidad de su trabajo, haciendo que en consecuencia el
trabajador no se reconozca como el autor de su producción, siendo este el tema principal.
La pregunta que queda luego de este planteamiento según Marx es la siguiente “¿Cómo
podría el trabajador enfrentarse con el producto de su actividad como con algo extraño, si en
el acto mismo de la producción no se hiciese ya ajeno a sí mismo?” (Marx 1848, p. 109)
debido a que el producto no viene a ser para el trabajador más que el resumen de la actividad
de producción que él mismo ha realizado, la anterior sería la razón por la cual el producto de

10
dicho trabajo es la enajenación activa, que se convierte en la realidad del trabajo que Marx
define diciendo que esta:
En primer lugar, se refiere al hecho de que el trabajo es externo al trabajador, es decir
que no pertenece a su ser, en segundo lugar, se refiere al hecho de que no afirma su
trabajo, sino que más bien lo niega, en tercer lugar, el trabajador no se siente feliz con
su trabajo, sino desgraciado, y por último éste mortifica tanto su cuerpo, como su
alma, y coarta su libertad (Marx 1848, p. 109)
En este punto Marx pasa a mostrarnos algunas de las consecuencias de estos hechos que son
las siguientes: En primer lugar, que el trabajador se sienta ajeno a su trabajo como si él
estuviera por fuera del mismo y su trabajo se encontrara de igual manera en otros asuntos,
otra consecuencia seria que el trabajador realiza su labor forzado, y no por voluntad, por lo
que el trabajo no satisface ninguna necesidad interna del mismo, sino, nada más necesidades
externas.
Probando lo anterior el carácter extraño del trabajador hacia su trabajo, y como éste se origina
como lo plantea el autor “tan pronto como no existe una coacción física, y se huye de el cómo
la peste, por eso, el trabajo externo en el que el hombre se enajena a sí mismo, es el mayor
de los autosacrificios” (Marx 1848, p. 110) así pues, en última instancia la actividad del
trabajador ya ni siquiera es suya, sino de otro, y esta es la razón por la cual el trabajador se
pierde a sí mismo.
En consecuencia, el hombre (trabajador) solo se siente libre cuando ejerce sus funciones
animales; como por ejemplo comer, beber, o engendrar, pero en cambio al ejercer sus
funciones humanas se siente como un animal, siendo esas funciones en las que este hombre
se siente realmente libre, ya que estas representan sus auténticas funciones humanas, pero
con la particularidad de que están separadas de este mismo ámbito
De esta manera, se puede decir, que en este apartado el autor considero la enajenación de la
actividad humana, practica, y del trabajo desde dos aspectos:
El primero de ellos la relación del trabajador con el objeto de su trabajo como algo
ajeno, y que lo domina en una relación que es equivalente con la que se tiene con el
mundo exterior sensible, los objetos naturales, y el mundo extraño al sujeto, que este
enfrenta con hostilidad. Y el segundo la relación del acto de la producción dentro del
trabajo, que es la relación del trabajador con su propia actividad, como si esta fuese
una actividad extraña que no le pertenece (Marx 1848, p. 110)
En conclusión, el trabajo del hombre solo es una actividad que coarta su propia vida, que él
considera ajeno a sí mismo, y que en consecuencia lo enajena como ya lo había hecho con
respecto a las demás cosas que lo rodean.
Capítulo XXIV
Marx inicia este capítulo con la pretensión de extraer de sus dos determinaciones anteriores
respecto del trabajo enajenado una tercera, por lo que nos dice, en primera instancia, que esta
nueva determinación se generó al encontrar que el hombre es en sí mismo es un ser

11
“genérico” es decir, que “tanto en la teoría, como en la práctica toma como objeto suyo el
género, tanto de sí mismo, como el de las demás cosas, y también, porque se relaciona
consigo mismo con el género actual” (Marx 1848, p. 111). Esto quiere decir, que el hombre
busca relacionarse con el universo que lo rodea como un ser de ese mismo índole, y en ese
sentido este hombre alcanza la libertad.
Pero, si ya se sabe que la propia vida del hombre es genérica, e incluso la de un animal, ¿en
qué consiste entonces esa vida?, Marx nos deja ver que en primer lugar, ambos viven de la
naturaleza inorgánica, pero, el hombre, es más universal que el animal, al vivir en una
naturaleza de más amplitud que él, ya que el resto de las cosas que están en la naturaleza ya
sea por ejemplo: las rocas, la luz, y el aire, son simples constituyentes en teoría claro de la
conciencia humana “en parte como objetos de la ciencia natural, y en parte como objetos del
arte que sirven para generar los medios de subsistencia espiritual, que él ha de preparar para
el goce, y la asimilación” (Marx 1848, p. 111).
Estos medios nos dice Marx, constituyen en sí mismos una parte de la vida, y la actividad
humana, puesto que el hombre vive de tales objetos naturales que se muestran ante él, en
forma de alimento, o vestido, entre otros claro, siendo este uso de ellos universal, en el sentido
en que el cuerpo inorgánico de la naturaleza es para él (hombre) en primer lugar un medio
para su subsistencia, y en segundo lugar, materia, y objetos dedicados como instrumentos
para su actividad vital, es decir, que en palabras del autor “la naturaleza es el cuerpo
inorgánico del hombre” (Marx 1848, p. 112) por supuesto, se debe aclarar que ella no es el
propio cuerpo humano, sino un cuerpo, que le permite mantenerse en un constante
movimiento con la finalidad de no morir, ligando así al hombre, completamente, tanto en su
vida física, como espiritual, a la naturaleza, siendo parte de ella sin coartar a la naturaleza de
su propia existencia lo que implica que su relación es simbiótica por lo que ambas partes se
ven beneficiadas de algún modo.
De lo anterior el autor extrae dos conclusiones: La primera de ellas, que el trabajo enajenado
convierte a la naturaleza en algo ajeno al hombre, y la segunda que el trabajo enajenado hace
que el hombre se haga ajeno a sí mismo, y a su actividad vital, al igual que lo que pasa con
el género. Estas dos aseveraciones del autor vienen acompañadas de ciertas consecuencias
entre ellas por ejemplo, el hecho de que el trabajo es decir, la actividad vital del hombre, se
presente ante el como “un medio para satisfacer una necesidad” (Marx 1848, p. 112) la cual
es mantener su existencia física, lo interesante es que en cada especie diferente se encuentra
en este carácter genérico, por lo que el autor considera que se convierte a la actividad de
subsistir, en la vida misma, es decir, que la vida, y el “vivir la vida”, con el fin de satisfacer
necesidades, se convierte en algo común para toda la especie humana, y las demás especies.
De esta forma, lo que se obtiene es que el animal es “inmediatamente uno con su actividad
vital y no se distingue de ella, es ella” (Marx 1848, p. 112) es decir, que lo que diferencia al
hombre de los animales con respecto al como ejerce su actividad vital cada uno de ellos, es
que el hombre si es consciente de ella, a diferencia del animal, así, el objeto sobre el que
recae el hombre, es su propia vida, lo que significa, que es libre, es decir, que convierte la
conciencia que tiene de su propia actividad vital, en un medio para existir, por ejemplo a la
hora en la que produce universalmente, siendo la razón de esto una necesidad física inmediata
12
de ello, mientras que el animal aunque también es innegable construye viviendas, como por
ejemplo las abejas, o los castores que construyen nidos, estos lo hacen simplemente
dependiendo, por ejemplo, de lo numerosa que sea su prole, en cambio, el hombre como bien
lo dijo el autor produce siguiendo lo que le dictan sus necesidades físicas, aunque en ese
momento carezca de ellas.
Otra enorme diferencia que guardan el hombre, y el animal respecto de su actividad vital, es
que el animal produce todo en base a sí mismo, es decir, produce exclusivamente por
ejemplo, lo que es propio de su especie, pero en cambio el hombre “produce la naturaleza
entera” con un cierto aire de superioridad, tanto que se enfrenta a sus propios productos, e
impone en ellos la medida que le es inherente a sí mismo, por que como bien lo dice Marx
“el hombre tiene sus propias leyes de la belleza” (Marx 1848, p. 113) lo que influye
enormemente en el hecho de que él solo sea capaz de afirmarse en mundo, convirtiéndose en
un ser genérico, y elaborando su propio mundo objetivo.
En este punto nos dice Marx la razón de su trabajo, que en sus palabras viene siendo la
objetivación de la vida genérica del hombre, ya que “ésta se desdobla no solo
intelectualmente como en la conciencia, sino, que el hombre es capaz de contemplarse a sí
mismo en un mundo que fue creado por el” (Marx 1848, p. 114). Lo que implica, que cuando
el hombre se enajena, se priva así mismo de su cuerpo inorgánico (la naturaleza), y por eso
el animal obtiene cierta ventaja sobre este hombre.
Otra de las consecuencias de esta enajenación del hombre es que se hace incluso ajeno para
sí mismo y lo que hace entonces es volcar la función de su propio ser en uno externo a él,
poniéndolo en una situación en la que de igual forma su cuerpo le es también ajeno,
despojándolo de su propia esencia, tanto que llega a enajenarse de los demás hombres,
enfrentándose tanto a ellos, como a los productos de su trabajo sin reconocerse, perdiendo de
ese modo su esencia como “hombre”. En conclusión, el hombre solo es capaz de considerar
a sus congéneres, en relación directa, a la que el guarda consigo mismo como trabajador.
El hombre como lo dice Marx intenta relacionarse con el universo que lo rodea como un ser
de esa misma índole, pero la diferencia con el resto de la naturaleza es que este hombre no
guarda una relación simbiótica con ella, contrario a lo que pasa con el resto de animales,
plantas, rocas, aire, y luz, este hombre no es más que un depredador lo que lo obliga a querer
aplicar al mundo que lo rodea la medida que le es inherente a sí mismo, llegando su
arrogancia hasta el punto en que solo considera a la naturaleza como una simple herramienta,
un medio para un fin. El cuerpo de la naturaleza como lo llama Marx pasa a ser el “cuerpo
inorgánico del hombre” y este cuerpo solo representa para este hombre alimento, y
herramientas, un medio para subsistir, pero en el afán de garantizar esa subsistencia se
encarga de cegar a la naturaleza destruyendo su existencia. Por lo que en mi opinión personal
en cuanto a la relación con la naturaleza que guarda el hombre, el único hombre bueno, sería
un hombre muerto, ya que solo en ese estado sería capaz de permitirle existir como lo ha
venido haciendo desde antes de que esta enfermedad que llamamos humanidad plantara en
ella una enfermedad incurable, y virulenta.
Capitulo XXV

13
Marx inicia este capítulo recordándonos de donde partió su planteamiento, al decirnos,
“hemos partido de un hecho económico siendo este, el extrañamiento entre el trabajador, y
su producción, y hemos expuesto el concepto de este hecho que se denomina como trabajo
enajenado o extrañado” (Marx 1848, p. 115) analizándolo como un simple hecho económico
con el que Marx buscaba mostrar como se refleja en la realidad ese concepto.
Para lograr esto el autor comienza por plantearse la siguiente pregunta ¿si el producto del
trabajo me es ajeno, y se me enfrenta como un poder extraño entonces, a quien le pertenece?
y, además, si la propia actividad del trabajador le es ajena, y es obligado a realizarla entonces,
¿a quién le pertenece? siendo su respuesta que “quizá a otro ser que no soy yo, pero ¿quién
es ese ser?” (Marx 1948, p. 115) Para solucionar esto el autor plantea diferentes alternativas
y nos dice, quizá les pertenezca a los dioses, y para mostrarlo nos lleva hasta el antiguo Egipto
en donde, por ejemplo, la construcción de los templos tenía más que ver con una especie de
servicio hacia los Dioses, y, además, en donde el producto de todo ese trabajo, y eso es lo
interesante, también les pertenencia.
El problema, nos dice Marx es que en realidad, los dioses no son, y nunca fueron los dueños
de ese trabajo, y tampoco de la naturaleza, en la medida en que es contradictorio pensar que
entre más subyuga el hombre a esta última con su trabajo, “más superfluos seria los milagros
de los dioses, con respecto con los de la industria” (Marx 1948, p. 115) es decir, que el dueño
del trabajo es el propio hombre, y además, de ello todo producto de ese trabajo que esté al
servicio del hombre también ha de pertenecerle, y servirle solo a él.
En consecuencia, si el producto del trabajo de un hombre le es extraño a sí mismo, y no le
pertenece solo a él, ni a los Dioses entonces, le pertenece a otro hombre, que no es el propio
trabajador. Logrando con esto que, si el trabajo del hombre, que trabaja, genera en el
sufrimiento, y dolor, y en el hombre que recibe el producto de ese trabajo solo generara “goce
y alegría vital” (Marx 1948, p. 115) se podría llegar a afirmar que el único que tiene la
capacidad de ejercer poder sobre un hombre, es otro hombre, siendo esta la única relación
objetiva entre ellos.
Así pues, la relación de un hombre con su trabajo, es diferente de la relación de ese mismo
hombre con sus congéneres porque, estos últimos pasan a ser extraños, y hostiles hacia él,
razón por la cual Marx considera que “toda enajenación del hombre respecto de sí mismo, y
de la naturaleza aparece en la relación que el presume consigo mismo, y con los demás
hombres” (Marx 1948, p. 116) ya que, por ejemplo, la auto-enajenación religiosa se da entre
un hombre laico, y un sacerdote.
En esta relación ambos se autoenajenan, y producen un extrañamiento mutuo, que se
demuestra de modo práctico, es por esto que, “mediante el trabajo enajenado no solo se
produce en el hombre su relación con el objeto, sino, con todos los demás hombres que se
encuentren con su producto” (Marx 1948, p. 116) es decir, que la cosa, que el produce, en
realidad no le pertenece, y en consecuencia, lo pierde como castigo, causando que un extraño
se posesione de él, y tome entonces, para sí, una actividad que hasta ese momento le era
ajena.

14
A continuación, Marx considera, además de la relación de un hombre, con otro hombre, la
relación de ese hombre, con su patrón, a quien el autor por supuesto denomina como “El
capitalista”, mostrando con esta relación que de allí surge en el trabajador la idea de
propiedad privada, que él toma como la causa primordial para llevar a cabo su trabajo
entonces, se puede decir que en primer lugar la propiedad privada es el producto del trabajo
enajenado, y en segundo lugar que ella misma es el medio por el cual el propio trabajo se ve
enajenado.
Lo que según el autor resuelve varios cuestionamientos como por ejemplo el hecho de que la
economía política considere el trabajo como punto de partida, y como alma de la producción,
y ganancia de toda propiedad privada, pero sin ninguna para el trabajador, o en favor suyo,
por esto el autor aclara, estar más de acuerdo con el trabajo, y para nada de acuerdo con la
idea de propiedad privada, y partiendo de esta idea es que Marx encuentra que la relación
entre la cantidad de trabajo, y el salario que se recibe por el mismo, no corresponde de
ninguna forma, convirtiendo así en últimas, al trabajador es un esclavo del salario, pero
¿cuáles son las consecuencias de esto? es precisamente lo que se propone mostrarnos Marx
en el siguiente aparatado.
Capitulo XXVI
En este aparado Marx nos muestra que, si se llegara por ejemplo, a un alza en los salarios,
pero sin tener en cuenta que este hecho solo puede ser mantenido por medio del uso de la
fuerza, significaría “una mejor remuneración para los esclavos” (Marx 1948, p. 118) y por
tanto, no le daría al trabajador ni la vocación por su trabajo, ni una pizca de dignidad humana,
tanto así, que aunque se generara una igualdad en los salarios, aquello no afectaría en nada
la relación del trabajador con su trabajo, y en consecuencia, toda la sociedad seria
comprendida como un “capital abstracto”.
Con referencia al salario el autor lo considera “una consecuencia inmediata del trabajo
enajenado, y ese trabajo la causa directa de la existencia de la propiedad privada, siendo que,
si desapareciera el primero, también lo haría le segundo” (Marx 1948, p. 118) Posterior a
esto Marx analizando la relación del trabajo, con la propiedad privada, plantea que la
sociedad simplemente se emancipa a ella, siendo extraña la emancipación de los trabajadores,
ya que toda la humanidad está envuelta en una relación directa con la producción y todo el
resto de relaciones solo son modificaciones de esta primera.
A continuación, Marx nos dice que, así como ya encontramos el concepto de propiedad
privada por medio de un análisis que partió del concepto de trabajo enajenado, o extrañado
como también lo llama el autor, de esa misma forma podemos encontrar lo que él llama las
“categorías económicas” y en cada una de ellas los conceptos clave de competencia, y capital,
entre otros.
Pero antes de embarcarse en esa empresa el autor nos pide tener en cuenta las siguientes
consideraciones: La primera de ellas es que se debe “determinar la esencia general de la
propiedad privada, evidenciada como resultado del trabajo enajenado, en su relación con la
propiedad verdaderamente humana, y social” (Marx 1948, p. 119) debido a que ya se ha

15
aceptado la existencia del extrañamiento del trabajo, que vendría siendo su enajenación, de
este planteamiento salen a las luz dos preguntas más, por parte del autor que vienen siendo
primero ¿Cómo es que se llega el hombre a enajenar, o extrañar su trabajo? y segundo ¿Cómo
se fundamenta este extrañamiento en la esencia de la evolución humana?
Siendo la respuesta de Marx que ya contamos con una parte de la respuesta, a estas preguntas,
claro, luego de haber logrado una transformación en el concepto de propiedad privada al
relacionarlo con el concepto de trabajo enajenado, como el proceso que dió paso a la
evolución de la humanidad, ya que solo cuando se habla de propiedad privada lo que se hace
es vérselas “de frente con una cosa fuera del mismo hombre, pero cuando se habla de trabajo
enajenado se lo aprecia cara a cara” (Marx 1948, p. 119).
ad 1
Esencia general de la propiedad privada, y su relación con la propiedad verdaderamente
humana
En este apartado Marx nos muestra, lo que para el son los componentes del trabajo enajenado,
que tienen la característica de estar compuestos, por un dúo que puede ser o recíproco, o
expresiones distintas de la misma cosa, siendo estas “la apropiación que aparece como
extrañamiento, y la apropiación que aparece como apropiación” (Marx 1968, p. 119) hecho
que ocasiona que el extrañamiento se naturalice.
Marx, nos dice a continuación que ya ha considerado la relación del trabajador con el trabajo
enajenado, lo que lo llevó a encontrar en ella un producto que vendría siendo la relación entre
la propiedad del no trabajador, el trabajador mismo, y el trabajo, siendo la propiedad privada
la que atraviesa estos tres aspectos.
Ahora, en conclusión, Marx nos muestra sus dos planteamientos finales con respecto al
trabajador, siendo estos los siguientes: El primero de ellos nos dice que mediante el trabajo,
el trabajador se apropia de la naturaleza, y esa apropiación se muestra “como enajenación y
holocausto de la vida, y la producción del objeto como perdida de ese objeto, en pro de un
poder externo” (Marx 1948, p. 120) y en segundo lugar Marx nos muestra, que la diferencia
entre el trabajador y el no trabajador, es que el primero de ellos tiene un comportamiento
“práctico real hacia la producción, respecto del producto, siendo este su estado de ánimo,
mientras que el no trabajador solo tiene ese comportamiento en sí, como una teoría” (Marx
1948, p. 120) es decir, que las experiencias de un trabajador y un no trabajador no son del
todo comparables.
Tópicos fundamentales del autor
1. La propiedad privada:
En el presente apartado, se expondrán los planteamientos principales de Marx referentes al
tema de la propiedad privada, a la cual el autor le dedicará un fragmento de su obra, en el que
comienza por aclarar, que el carácter subjetivo de la propiedad privada como un sujeto, es el
propio trabajo, reconociendo a Adam Smith como aquel que se percató de esta propiedad
privada, y su “situación exterior al hombre, que ha de ser considerada tanto como un producto

16
de la energía, y movimientos reales de la propiedad privada, cuanto como producto de la
industria moderna” (Marx 1848, p. 135).
Industria que ha hecho de esta economía un producto de si, dándole aceleración, y
crecimiento hasta que alcanzó el estatus de “poder de la conciencia”, (Marx 1848, p. 135)
siendo este punto el epicentro de aparición de lo que Marx denomina como “economía
política ilustrada”, la que permitió descubrir la “esencia subjetiva de la riqueza” que está
dentro de la misma propiedad privada, y de la mano de la cual aparecen los “adoradores de
los ídolos”.
Siendo estos, no más que aquellos que apoyan el sistema mercantilista, viendo la propiedad
privada como una “esencia objetiva para el hombre” (Marx 1848, p. 136) en un proceso de
interiorización de la propiedad privada, en la misma esencia de éste que ya no se enajena por
causa de factores externos sino, por sí mismo, dando comienzo a la economía política, justo
en el punto en el que “se traslada a la esencia misma del hombre la propiedad privada” (Marx
1848, p. 136) convirtiendo a esta propiedad privada en un ser que trasciende los límites de
las naciones, y subsiste por sí misma, debelando que el trabajo es en sí mismo, la esencia
primordial de toda riqueza.
Convirtiendo a la propiedad privada en el propio sujeto, en su forma activa, y otorgándole de
ese modo a este sujeto su propio ser, generando una transformación en la economía, y la
política, en la cual se visualiza toda riqueza, en cuestiones de posesión de tierras, y por tanto,
agricultura, siendo esta tierra, una forma especial de existencia de capital, aunque la tierra en
sí misma no sea más que “un elemento natural general” (Marx 1848, p. 138), ya que la única
riqueza que reconocía el sistema mercantilista hasta antes de este suceso, era el metal noble.
Metal que se encontraba dentro de esta naturaleza, que era reconocida como “riqueza
objetiva”, y que era obtenido por medio del trabajo de los hombres, en el área de la
agricultura, por ejemplo, aunque es claro, que en sus inicios este trabajo estaba ligado a un
material de la naturaleza, el cual tenía una forma de existencia determinada, siendo ésta no
más que la enajenación de este mismo hombre por parte de ella.
En este punto esta tierra aún se reconocía como independiente del hombre, pero no aun como
un capital de éste mismo, tanto así, que este hombre ya no se reconocía en la esencia de esta
naturaleza, haciendo necesario para Marx “reconocer la esencia general de la riqueza, y
elevar por ello a principio, el trabajo en su forma más absoluta” (Marx 1848, p. 138) probando
de este modo que la esencia de la agricultura no es diferente de cualquier otra industria.
Logrando con lo anterior mostrar a la 1fisiocracia, que en realidad, la esencia de la riqueza
no depende de un trabajo determinado, o especial sino del trabajo de modo general, ya que
los partidarios de este pensamiento niegan que exista riqueza, tal como la natural, cuyas
características esenciales son el ser “exterior, y puramente objetiva” (Marx 1848, p. 138)

1
f. Sistema económico del siglo XVIII que atribuía exclusivamente a la naturaleza el origen
de la riqueza y consideraba la agricultura la principal actividad económica

17
declarando así mismo, que lo único que otorga riqueza objetiva es el trabajo de la agricultura
además, de considerar que solamente por medio de “la propiedad de territorios”, les era
posible convertirse en hombres enajenados, transformando en ultimas a la agricultura, en la
única industria.
Es por esta razón que la denominada “esencia subjetiva” de la industria es contraria, y ejerce
una oposición respecto de la visión de la riqueza en términos referentes a la propiedad de
territorio, aunque no se puede desconocer que del mismo modo la propiedad de territorio es
la primera “forma de la propiedad privada” (Marx 1848, p. 139), al igual que se puede
considerar que la industria históricamente se le opone a esta propiedad privada como “una
forma especial de propiedad” (Marx 1848, p. 139)
Una vez terminado este punto, Marx pasa a considerar un último tema en este apartado,
respecto de la propiedad privada que viene siendo el hecho de que toda riqueza se ha
convertido en “riqueza industrial, riqueza de trabajo” (Marx 1848, p. 139) transformando a
la industria en el trabajo mismo, y tomando una posición de dominio sobre el hombre,
haciéndose con un carácter que se podría denominar como histórico-universal en palabras
del mismo autor
En conclusión, respecto de la propiedad privada se puede decir que se la podría considerar
como la esencia objetiva del hombre, siendo este fenómeno el comienzo de la economía
política, al igual que se podría pensar en ella como un “ser” que tiene como cualidades el
trascender los límites entre las naciones, subsistiendo, más sin embargo, sin depender de ella,
mostrándonos de este modo que el trabajo es la parte esencial de toda riqueza, sin discriminar
tal como lo plantea el autor, entre todas las diferentes áreas de la industria.
2. División del trabajo
En este apartado se usará la exposición realizada por Adam Smith respecto a este tema, a
quien Marx cita resumiendo su propuesta, en cuanto este afirma que la división del trabajo le
da a este mismo “una infinita capacidad de producción” (Marx 1848, p. 173) es decir, que le
permite adquirir una tendencia humana que no es casual, sino, que depende de factores tales
como el uso de un lenguaje.
Siendo su factor primordial la noción de “el egoísmo” (Marx 1848, p. 106) ya que los
diferentes talentos humanos son la causa de esta división, al generar una increíble diversidad,
siendo esta útil solo para los hombres, ya que otras especies como por ejemplo: los animales
no pueden intercambian sus habilidades entre ellos y tampoco pueden “aportar nada al
provecho, y al bienestar común de la especie” (Marx 1848, p. 174).
En este intercambio de habilidades se genera lo que Marx denomina como una “sociedad
mercantil” la que es indispensable, ya que, sin este fenómeno en la sociedad, no se podría
generar la producción por el motivo de que la división del trabajo es para los hombres “un
cómodo, y útil medio de empleo de las fuerzas humanas para el desarrollo de esta misma”
(Marx 1848, p. 174).

18
Este mecanismo de intercambio de fuerzas descansa sobre la propiedad privada, ya que el
mismo trabajo es la esencia de ésta, y con el fin de probarlo, Marx nos muestra uno de los
momentos que se tiene que considerar en una primera instancia, siendo este: “La tendencia
al intercambio” (Marx 1848, p. 175) que es el fundamento de esta compartimentación del
trabajo, debido a que permite explicar fenómenos tales como el empobrecimiento y la
degradación de la actividad individual.
Enseguida, Marx agrega que esta misma tendencia al intercambio produce lo que él denomina
como una “gran diversidad de talentos humanos” (Marx 1848, p. 176), la cual adquiere
utilidad gracias a estos mismos sujetos, y en este punto usa a un autor de nombre Sharbek
para explicar que esta división en el trabajo, que produce la misma diversidad de sujetos con
talentos diferentes, da lugar para lograr dividirla en dos partes, una correspondiente a “los
talentos individuales, e inherentes a cada sujeto como su inteligencia, y su disposición” (Marx
1848, p. 176) y otra correspondiente a las que son derivadas de la sociedad, que son la
división de trabajo y el intercambio que no le corresponden al “individuo real”.
Convirtiendo al trabajo del sujeto en un mecanismo, un “movimiento mecánico”, ya que solo
se encarga, se podría decir, de dar forma a determinados materiales, que ya tienen en si
propiedades inherentes a ellos, aunque es claro que en este mecanismo se debe procurar
“atribuirle a cada individuo la menor cantidad de funciones” (Marx 1848, p. 176), a fin de
fraccionar el trabajo concentrando el capital y favoreciendo con esto la masificación de la
producción, y el aumento de esta.
En conclusión, la idea primordial de la división del trabajo, es en primer lugar, mostrar que
la noción de egoísmo es lo que permite generar una mayor diversidad en este, sacando un
provecho común para todos los trabajadores, por ejemplo. En segundo lugar, este mismo
intercambio de habilidades es lo que permite generar la “sociedad mercantil” que, gracias a
la división del trabajo, y al uso de la mano de obra humana, alcanza un modo cómodo de
desarrollarse, y emplear sus fuerzas. En tercer lugar, se ve como se podría denominar al
fenómeno de la atribución del menor número de funciones a cada individuo, como un
fraccionamiento del trabajo que aporta a la masificación de la producción, y el aumento de
esta misma.
Siendo esta producción el objeto frente al cual el trabajador hace girar su vida posicionándose
frente al sistema capitalista como un engranaje más, tanto así, que se enajena así mismo
olvidando su esencia por completo, y uniéndose a ella logrando alcanzar un reconocimiento
frente a sus congéneres que depende exclusivamente del objeto que produzca enajenándose
en cuanto a la remuneración que recibe por lo que produce, siendo esta remuneración casi
nula.
Conclusiones:
1. El trabajador coloca su vida en una posición en la que esta pasa a girar en torno y en
función del objeto de trabajo de ese trabajador, aunque este objeto sea totalmente
extraño para él.

19
2. El trabajo del hombre lo hace extraño para si mismo, coarta su vida y lo enajena de
todas las demás cosas que conforman su mundo su realidad.
3. Este hombre trabajador solo es capaz de considerar a otros como sus congéneres
desde una óptica en las que estos se relacionen directamente con la relación que este
hombre tenga consigo mismo como un trabajador.
4. La relación entre la cantidad de trabajo que realiza un hombre y la remuneración que
recibe por ello es inversamente proporcional es decir entre más trabaja este hombre
menos ganancia obtiene convirtiéndose al final en un esclavo de su trabajo.

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