You are on page 1of 15

FACULTAD DE ECONOMIA

ETICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

TEMA:

“LA PENA DE MUERTE”

AUTORES:

 Puma Arenas, Antonio

 Quispe Collanqui, Fredy

PROFESOR:

 Hernando Valdivia

SECCION: 5”A”

AREQUIPA-PERÚ
Arequipa - 2018
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

RESUMEN

La pena de muerte desde tiempos inmemorables ha llamado mucho la atención,


ya que, polariza las opiniones de la población, es decir, una parte de la población
está de acuerdo en su utilización pero existe otra parte la cual considera que
este “castigo” no debería utilizarse.

En este trabajo recopilamos diversas opiniones vertidas por distintos personajes


a través de los años mediante libros, revistas, folletos, entre otros y a su vez
también nosotros plasmaremos nuestra posición acerca de la utilización de la
pena de muerte como un “castigo” a alguien que trasgredió las leyes.

Para culminar mostraremos las conclusiones a las cuales llegamos al concluir el


trabajo: las cual una de ellas es “que las penas proporcionadas son
suficientemente eficaces siempre y cuando sean aplicadas, pues la impunidad es
causa de aumento de la delincuencia (por ejemplo, el caso de la corrupción)”

En tal caso llegamos a la conclusión que la pena de muerte no debe aplicarse si


no que por el contrario darle una óptima utilización del sistema judicial de cada
país dado que la utilización de la pena de muerte llega a causar una cadena de
odio tanto la parte agraviada como la parte agresora.

PALABRAS CLAVE: Castigo, Pena de Muerte, Crimen, Delito, Crisis Social,


Sanción Social, Derechos, Ley, Justicia.

2
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

ABSTRAC

The death penalty since time immemorial has attracted much attention, since it
polarizes the opinions of the population, that is, a part of the population agrees on
its use but there is another party which considers that this "punishment" does not
should be used.

In this work we collect various opinions expressed by different characters over


the years through books, magazines, brochures, among others and in turn we will
also shape our position on the use of the death penalty as a "punishment" to
someone who transgressed laws.

To conclude we will show the conclusions that we reached at the end of the work:
which one of them is "that the penalties provided are sufficiently effective as long
as they are applied, since impunity is the cause of increased crime (for example,
the case of corruption)"

In this case we conclude that the death penalty should not be applied, but on the
contrary, to give an optimal use of the judicial system of each country, given that
the use of the death penalty can cause a chain of hatred. aggrieved as the
aggressor party.

KEY WORDS: Punishment, Death Penalty, Crime, Crime, Social Crisis, Social
Sanction, Rights, Law, Justice.

3
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

INTRODUCCIÓN

Es la privación de un bien jurídico que el poder público, a través de sus instituciones


impone a un individuo que ha cometido una acción perturbadora del orden jurídico.

La pena de muerte o pena capital ha existido a la par con la humanidad, es bien


sabido que los griegos tuvieron gran influencia cultural en Roma, si bien los
romanos destacaron por su vasta jurisprudencia y aquellos por ser grandes
filósofos, binomio que hizo surgir la filosofía del derecho, de ahí la regulación de las
relaciones entre los hombres y el Estado, así como consecuente castigo a quienes
cometen violaciones a las leyes impuestas por este último.

Así pues esta sanción es conocida desde los primeros tiempos de la humanidad, y
puede decirse que en todas las culturas, teniendo algunas variantes como por
ejemplo el tipo de delitos por los que se imponía, siendo el más común el delito de
homicidio.

La constante lucha en favor de la abolición de la pena de muerte se intensifica con


la finalidad de lograr que la minoría de países en los que está vigente la deroguen o,
en el peor de los casos, se imponga una moratoria generalizada de la ejecución de
las condenas que se dicten o hayan sido dictadas. De esta manera, los participantes
en esta campaña no se contentan con la “abolición de facto” de la pena capital, es
decir de que los Estados sigan manteniéndola en sus legislaciones, sin aplicarla
efectivamente.

Se ha considerado que la pena tomada como castigo tiende a reprimir la conducta


antisocial, sin embargo, para la doctrina, la justificación de la pena presenta dos
hipótesis, por un lado la pena tiene un fin específico, se aplica "quia peccatum est";
(a quien está pecando); y por el otro lado se considera en forma casuística, como
medio para la consecución de fines determinados, se aplica "en peccetur" (para que
nadie peque).

4
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

PENA DE MUERTE
La pena de muerte es un tema que siempre está en el centro de la polémica.
Aunque mayormente está abolida en gran parte América. Europa, África, o Asia,
todavía existen grandes países como Estados Unidos que la contemplan en sus
normativas penales como un castigo para el delincuente. Se trata de una sanción,
que, en realidad, siempre ha sido aplicada desde los origines de la humanidad. Para
aquellos delitos muy graves, como el asesinato, pueblos antiguos como Grecia, el
Imperio Romano, Babilonia, entre otros, contemplan esta pena máxima.

CONTEXTO PERUANO

La situación actual del debate sobre la pena de muerte en el Perú sólo puede ser
bien comprendida si se tiene en cuenta el contexto social, político, legislativo del
país. Dicho debate no se caracteriza por su alto nivel teórico o ideológico, sino más
bien por el recurso frecuente a afirmaciones estereotipadas a favor o en contra de
su inserción o abolición. Una de sus principales manifestaciones es la multiplicación
de propuestas legislativas para preverla contra los autores de diversos delitos
graves.

Estas iniciativas ponen en evidencia, por un lado, la ligereza con la que se maneja o
busca utilizarse el poder punitivo del Estado y, por otro, la existencia de un contexto
de violencia que reina en todos los sectores sociales. En este contexto, las
instituciones o categorías jurídicas y sociales pierden sentido. La pena de muerte no
está legalmente vigente, puesto que no hay ley que la prevea como pena para
reprimir un crimen o un delito. Sin embargo, las muertes o desapariciones de
personas en periodos de crisis social acontecen fuera de todo marco legal. Se trata
de la eliminación física de opositores políticos mediante los medios represivos
oficiales u organizados ilegalmente. También puede considerarse que la ejecución
de penas extremadamente largas en locales inhumanos implica la destrucción física
y moral del encarcelado. Paralelamente, el recurso al linchamiento, por parte de
pobladores de barrios o pueblos que se sienten desprotegidos por los órganos

5
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

estatales, implica igualmente la práctica brutal de la muerte como sanción social. La


lucha contra la pena de muerte será, por tanto, eficaz sólo en la medida en que se
logre parar o disminuir sensiblemente las corrientes que, aprovechando del
sentimiento de inseguridad dominante en grandes sectores de la población,
fomentan y refuerzas percepciones conservadoras favorables a estigmatizar gran
número de delincuentes como extremadamente peligrosos y a someterlos a
medidas eliminadoras como la pena de muerte. Así mismo, neutralizar
concepciones fundamentalistas que, partiendo de dogmas considerados absolutos,
preconizan soluciones extremas. Por ejemplo, el relativismo cultural extremo que
conduce al reconocimiento de pautas culturales, desconsideradamente calificadas
de milenarias, que abren las puertas al desconocimiento del proceso debido y a la
aplicación de penas corporales, comprendida la pena capital. El indispensable
reconocimiento de las diferencias culturales debe estar limitado por el respecto de
los derechos fundamentales.
¿Cuál es el argumento para la aplicación de la pena de muerte? ¿Es realmente
necesario matar al delincuente, se podría catalogar de “justo” dicha pena?
Estas preguntas tienen varias respuestas y es allí donde cada uno asume una
postura, a favor o en contra. Quienes sostienen la validez jurídica de esta sanción
afirman cuando el delito es tan grave, como el caso de un asesinato, el Estado tiene
el deber de sancionar la comisión de ese delito con una medida que sea
correspondiente a la gravedad del mismo. Es decir, se recurre a la famosa y antigua
ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente. Sin embargo, la pena de muerte
también se aplica como forma, según afirman sus defensores, de prevenir que se
sigan cometiendo delitos graves.

Esto es contrarrestado por los estudios en dichos países en donde no se ha podido


comprobar que su aplicación haya reducido la criminalidad. En Estados Unidos por
ejemplo, el índice de criminalidad sigue siendo alto a pesar de la aplicación desde
hace varios años de esta pena máxima. Es decir, es falso afirmar que tiene una
eficacia preventiva en la comisión de futuros delitos.

Los argumentos invocados en esos diversos proyectos son semejantes a los que
fueron manifestados para prever la pena de muerte mediante las diversas leyes o
decretos leyes citados precedentemente. Por ejemplo, la supuesta opinión pública

6
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

favorable, la desprotección de las personas frente a una criminalidad creciente y


grave, la necesidad de reafirmar la seguridad pública contra el terrorismo y delitos
especialmente graves como el homicidio y los delitos sexuales contra menores, la
imposibilidad de corregir determinados delincuentes considerados altamente
peligrosos.

ARGUMENTOS QUE ESTÁN EN CONTRA DE LA PENA DE MUERTE:

¿En la antigüedad, la pena de muerte podría haber cambiado las costumbres


de un pueblo, y de esa manera lograr extinguir su ferocidad? Analizando la
historia se verá que la pena de muerte causa el efecto absolutamente
contrario, siendo las costumbres el conjunto de cualidades que diferencian a
las naciones, y ellas se modelan acorde a los gobernantes que la dominan. Si
estos gobernantes son bárbaros o sanguinarios, si en vez de ejemplos de
humanidad, se manifiestan a través de la ferocidad, del horror y de la
inhumanidad, a escuchar los horribles gritos de aquellos que son castigados,
o a observar las palpitaciones de aquel que está siendo destrozado por el 23
verdugo, no puede ello sino generar más feroces y crueles esas propias
costumbres y en que de esa manera no se extingue el mal de un pueblo
(Pessano, 2003, pág. 22).

La pena cumple varios efectos: un efecto retributivo, un efecto disuasivo y un


efecto medicinal reeducativo. La doctrina abolicionista le da principalidad al
efecto reeducativo de la pena, sin excluir el efecto retributivo y excluyendo el
disuasivo. Respecto del efecto retributivo, hay quien califica esta pena como
una especie de venganza social y, para eliminar toda contradicción lógica,
dice que ha de rechazarse la idea de una retribución. Absoluta y que debe
admitirse una retribución relativa, analógica y moral. Ahora bien, cuando el
carácter reeducativo de la pena pasa a tener principalidad provoca también
una contradicción lógica que es necesario superar. Se dice: no a la pena de
muerte, pero sí a la efectividad del presidio perpetuo. Si la pena tiene como
principalidad el carácter reeducativo, lograr la reinserción social del reo, el
presidio perpetuo pasa a ser injusto, porque eventualmente está la
reeducación y, entonces, ¿cómo, si se ha reeducado al criminal, se le sigue

7
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

conservando tras las rejas? De modo, entonces, que los abolicionistas


siempre tendrán que ser partidarios de que la persona condenada a presidio
perpetuo pueda obtener la libertad luego de algunos años de presidio,
probada que sea la reeducación. Incluso el senador Pinera, que acaba de
presentar un proyecto para hacer efectivo el presidio perpetuo, ha dicho:
"Bueno, claro que si a los 30 años... ". O sea, se pasaría de los 20 a los 30
años, pero de todas maneras se deja siempre la posibilidad de que la
reeducación impida el que haya presidio perpetuo. Por lo tanto, de hecho,
una vez abolida la pena de muerte, no existe el presidio perpetuo en la
práctica, y es natural que no exista si se estima que el efecto principal de la
pena es reeducativo, es la reinserción del reo en la vida social. (Coll, Pena de
Muerte, 2007)

A la pena se le asignan dos funciones: la prevención general y la prevención


especial. La primera recae sobre todos los sujetos que integran la sociedad,
que no han delinquido con el fin de que no cometan delitos. La segunda tiene
por objeto accionar sobre el mismo autor del hecho, mediante la aplicación de
la pena, con el fin de que no cometa nuevos delitos (Pessano, 2003, pág. 14)

Desde el punto de vista internacional existe un inequívoco movimiento


mundial encaminado hacia la erradicación en forma definitiva de la pena de
muerte. Se han manifestado en este sentido tanto Naciones Unidas a través
de diversas resoluciones, como también congresos internacionales y el
Consejo de Europa. De igual manera lo han hecho organizaciones no
gubernamentales. (Pessano, 2003, pág. 59).

Según Garófalo dice que no hay que llamar propiamente pena a la pena de muerte.
Muchos pensadores sostienen que en realidad aquí estaríamos en presencia de la
defensa social, una especie de analogía entre la defensa privada y la defensa
social.

Santo Tomás aprueba el tiranicidio, y analógicamente es asimilable la pena de


muerte a las razones que han de concurrir para el tiranicidio: la defensa del cuerpo
social, afectada tanto por los actos arbitrarios del tirano cuanto por los actos

8
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

delictuales más graves. El argumento que para mí tiene más valor es éste: todos
reconocemos el derecho a la legítima defensa. En la medida en que se restringe el
ámbito de aplicación de la pena de muerte (como en Chile, donde no está abolida la
pena de muerte, pero si está restringido su ámbito de manera casi absoluta, por
cuanto doctrinariamente el Presidente de la República dice que no es partidario de
la pena de muerte), se dictan leyes, ampliando incluso a través de la presunción el
derecho a la legítima defensa. Cuando en Chile se aplicaba la pena de muerte, para
que procediese jurídicamente la legítima defensa, ésta debía cumplir una serie de
requisitos copulativamente considerados. Además, también era difícil probarla
(sobre todo en los caso de asaltos en las casas de noche) por parte de quien ejercía
la legítima defensa. Desde hace 3 años, en este país se han dictado leyes por las
cuales estos requisitos se presumen. Esta ampliación, incluso vía presunción, del
ámbito de la legítima defensa, se produce precisamente, porque el ciudadano se
encuentra inseguro, y la inseguridad ciudadana es siempre peligrosa para la
mantención de un Estado democrático de derecho. La inseguridad es muchas veces
el caldo de cultivo de la renuncia de uno de los más grandes dones que los dioses
han dado los hombres, como dice Don Quijote, que es la libertad. (Coll, Pena de
Muerte, 2007)
Según santo Tomas: “todo poder correctivo y sancionador proviene de Dios,
quien lo delega a la sociedad de hombres; por lo cual el poder público está
facultado, como representante divino, para imponer toda clase de sanciones
jurídicas debidamente instituidas con el objeto de defender la salud de la
sociedad. De la misma manera que es conveniente y lícito amputar un
miembro putrefacto para salvar la salud del resto del cuerpo, así lo es
también eliminar al criminal pervertido mediante la pena de muerte para
salvar al resto de la sociedad.” (Torregrosa lorca, 2007, pág. 4).

La función de la pena no es la de prevenir los delitos, sino, puramente, hacer


justicia, es decir, hacer que haya una perfecta correspondencia entre el delito
y el castigo (se trata de la justicia como igualdad, que los antiguos llamaban
"igualdad correctiva"). Por ello sostiene que el deber de la pena de muerte
corresponde al Estado y es un imperativo inexcusable basado en la relación
medio-finalidad. (Torregrosa lorca, 2007, pág. 6).

9
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

No existe el derecho de la sociedad para privar a nadie de la vida, porque la


vida es un valor absoluto. Ni justa ni injustamente, ni el hombre ¡nocente ni el
criminal pueden privar de la vida, y el Estado tiene que proteger la vida e
impedir que esta vida sea privada. Aceptemos este argumento, no se puede
privar de la vida en sentido absoluto. ¿Y qué pasa con la libertad? ¿no es
acaso un valor supremo la libertad? ¿Por qué? Porque los que somos
libertarios decimos muchas veces que hay que dar la vida por defender la
libertad, no hipotecar la libertad para conservar la vida. Toda pena privativa
de la libertad, si le damos carácter absoluto a la libertad, también sería
injusta, y habría que plantear desde ya que las penas serían todas
alternativas. Esto que estoy diciendo no es algo utópico. Hay movimientos,
actualmente en Europa, en que se está planteando esta teoría: luchar por la
supresión del presidio perpetuo por considerarlo inhumano, con argumentos
muy parecidos a los de la supresión de la pena de muerte. (Coll, Pena de
Muerte, 2007)

La Corte Interamericana ha desarrollado algunos aspectos específicos relativos a la


aplicación de la pena de muerte como sanción excepcional en el derecho interno.
Asimismo, ha establecido que la materialización de la sanción de pena de muerte
respecto de una persona que está con medidas provisionales, configura una forma
de privación arbitraria de la vida por parte del Estado. (Interamericana, 2017)

“Actualmente la pena de muerte se encuentra abolida en la legislación o en la


práctica de más de la mitad de los países del mundo, aunque no en todos ellos de
forma definitiva.” (Torregrosa lorca, 2007, pág. 9)

Argumentos que están a favor de la pena de muerte:

Probablemente la historia de la pena de muerte sea tan antigua como la del ser
humano. Una de las penas contempladas desde siempre en las leyes humanas,
desde la tribu hasta el Estado moderno, ha sido la de muerte. La pena capital. Hacia
el año 1700 a.C., en la antigua Babilonia, el Código de Hammurabi establecía ya la
Ley del Talión. En los primeros libros del Antiguo Testamento la pena de muerte se
aplica con profusión ante ciertas delitos: asesinato, adulterio, violación,

10
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

homosexualidad, blasfemia, paganismo… Y ello a pesar del quinto mandamiento de


las Tablas de Moisés: “no matarás”. En la Atenas del siglo VII a. C. el Código de
Dracón señalaba la pena de muerte para una multitud de delitos, incluso para
pequeños robos. Tal era la severidad de este legislador, que todavía hoy se usa la
expresión de leyes, normas o condiciones “draconianas” para referirnos a aquellas
de especial dureza. (Torregrosa lorca, 2007, pág. 3).

El problema de la supresión de la pena de muerte provoca también una


distorsión de penas. ¿Qué distorsión de penas? En suma, pasa a ser difícil la
evaluación de las penalidades de los diversos tipos delictivos que se cometen
en la sociedad. En el caso de Cupertino Andaur, su pena de muerte fue
conmutada por la de presidio perpetuo, la misma pena a la que están
condenados sus cómplices, y como todos saben muy bien, la complicidad es
un grado de participación menor que la autoría. Basta el buen criterio natural
del ser humano para darse cuenta de que la equiparación de las penas por
delitos diferentes o por diversos grados de participación en un mismo hecho
delictivo, provoca una distorsión en el orden de conceptos. Algún cómplice de
Andaur podría llegar a pensar: "Bueno, yo no me atreví a violar. Debería
haberlo hecho”. (Altazor, 2013)

Durante el siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, los días de ejecución fueron
considerados días de fiesta nacional. Así durante el reinado de Jorge III los horarios
laborales de los pobres "eran increíblemente largos y había muy pocas fiestas, salvo
la Pascua, pentecostés, Navidad y los ocho "Días de Ejecución" celebrados en
Tyburn. (Pessano, 2003, pág. 51)

Desde los tiempos más remotos hasta nuestros días todas las sociedades
han poseído un sistema de penas. De carácter privado o público, animadas
por un sentido de venganza o establecidas para la protección de la ordenada
vida comunitaria, o para la reforma y rehabilitación de los culpables, con
períodos de inhumana dureza o con etapas de carácter humanitario, la pena,
con finalidades diferentes, feroz o moderada, ha existido siempre, en todos
los pueblos y en todos los tiempos. La pena es un hecho universal. Una

11
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

organización social sin penas que la protejan no es concebible (Pessano,


2003, pág. 9)

La historia de la humanidad está llena de episodios que confirman la debilidad ante


la justicia de los más desfavorecidos. No son, lo repetimos, más que seres
anónimos que no han merecido de la posteridad ni un triste recuerdo. Y sin
embargo, esos hombres y mujeres tuvieron familias, amigos, conocidos que vivieron
de cerca, junto al reo, el drama de la ejecución. Que conocieron la incertidumbre, el
sufrimiento, la esperanza que se levanta unas veces y cae por tierra otras muchas.
El drama, en fin, de quien sólo tiene en su horizonte la perspectiva cercana de una
ejecución. (Ulloa, 2016)

La pena de muerte está vigente todavía en 90 países. Estados Unidos es uno


de los más sonados, aunque no todos sus estados la aplican. Actualmente 38
del los 50 estados de EEUU incluyen en su legislación la pena capital. Cada
uno de ellos tiene unas leyes diferentes sobre la pena de muerte, por lo que
cada estado castiga los mismos crímenes de distinto modo. Por ejemplo, en
Florida el tráfico de drogas puede ser castigado con la pena de muerte,
mientras que en el resto de los estados ésta sólo se aplica para los delitos de
primer grado, como son violaciones, asesinatos, secuestros de persona…
(Torregrosa lorca, 2007, pág. 12).

"La pena de muerte es un instrumento de defensa social, al mismo tiempo que un


instrumento de sanción moral” (Pessano, 2003, pág. 84)

12
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

CONCLUSIONES:
Es innegable el hecho de que hace algún tiempo, se decidieron adjudicar derechos
correspondientes a todo ser humano nacido en este planeta. Lo que sí es debatible,
es la validad de estos derechos- a uno que ha perjudicado o ha intervenido con los
derechos de otro. En el caso como de un asesino, este ha privado a sus víctimas de
sus derechos, y por tanto deberá pagar de forma igual. Estos derechos fueron
creados y legislados con el objetivo de que fueren a afectar positivamente a la
sociedad. Mantener en una cárcel a alguien, albergándose y comiendo de los
impuestos de los ciudadanos, no afecta de manera positiva a esta sociedad.

Es por eso que la pena de muerte no es una forma de quitarle el valor a una vida,
pero darle tal valor que quitarla a alguien más será pagado por lo mismo. Las
víctimas y sus familias, merecen dormir tranquilos sabiendo que se hizo justicia en
contra de los imputados. Además al aplicarse la pena de muerte se crea una cadena
de odio tanto de la parte agresora como de la parte agraviada y muchas veces
desata más caos.

Pero para contrarrestar esta política favorable a la pena de muerte, se debe de


manera general permanecer activos en la defensa de los derechos humanos y en el
reforzamiento de los principios consagrados en los convenios internacionales. En
relación a la situación en el Perú, se debe reiterar los siguientes criterios:

 Que la severidad extrema de la simple amenaza penal es ineficaz para evitar


la comisión reiterada de delitos graves y que es pretexto para restablecerla.

 Que las penas proporcionadas son suficientemente eficaces siempre y


cuando sean aplicadas, pues la impunidad es causa de aumento de la
delincuencia (por ejemplo, el caso de la corrupción)

 Que una política legislativa y penal de esta índole constituye tanto un


menosprecio por la dignidad de la persona como un retroceso en el proceso
de instauración del Estado de derecho. La campaña para la abolición

13
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

universal de la pena de muerte debe también servir para reforzar el respeto


de los derechos humanos, sobre todo en relación con la eliminación de toda
justicia paralela tanto de parte de los gobiernos como de los particulares.

 Que junto a la punición, deben aplicarse medidas que disminuyan las causas
personales y sociales que favorecen el aumento de la delincuencia.

 Que nada garantiza que la aplicación de la pena de muerte no sea ampliada


a otros delitos y que se haga con otros fines que los que se indican
expresamente.

14
“UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN”

BIBLIOGRAFÍA

Altazor, M. (2013). Pena de muerte en el Perú. Lima: Palestra.

Coll, H. Z. (2007). Pena de muerte. Chile.

Coll, H. Z. (2007). Pena de Muerte. Chile.

Interamericana, C. (2017). Cuadernillo de jurisprudencia de la corte interamericana de los derechos


humanos. Alemania.

Pessano, Y. M. (13 de Diciembre de 2003). Pena de muerte. Rosario, Argentina.

Torregrosa lorca, C. (Junio de 2007). La pena de muerte. madrid, españa.

Ulloa, C. H. (2016). Pena de muerte y Ética. Argentina: Estrada.

15

You might also like