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CRÓNICA DE LA ASAMBLEA ORDINARIA DEL COPC DEL 24 DE ABRIL DE 2016

Dentro del orden del día se presentaron los cambios a nivel de gestión y comunicación
relacionados con la nueva web y otras cuestiones, la memoria de actividades y los datos
económicos. La asamblea cursó con normalidad, con algunas preguntas y la queja de una
colegiada en relación a dos temas: 1) Incremento de cuotas colegiales este año cuando los
datos económicos del COPC son positivos, 2) Exceso de actividades formativas y de poca
calidad.

La parte más animada llegó en el turno de ruegos y preguntas.

Pese a que no fueron muchas las preguntas realizadas por la audiencia, el turno de palabra
duró prácticamente una hora y media debido a las extensas reflexiones del decano que
independientemente de la cuestión que se tratara, perserveraba en la idea de que los
psicólogos clínicos sólo pensaban en sus propios intereses sin tener en cuenta las necesidades
de la profesión de la psicología en su conjunto, y en varias ocasiones se le tuvo que volver a
repetir la pregunta inicialmente realizada ya que éste no había dado respuesta a la misma.

Una colegiada preguntó por las declaraciones de J. Vilajoana en el artículo de la Vanguardia “El
psicólogo en el Diván” y en “Aclaraciones del decano” en Infocop citando textualmente el
párrafo:

Las razones para entender esta baja presencia de la psicología en los ambulatorios de la
sanidad pública hay que buscarlas en el embrollo legal y administrativo que sufren los que
estudian Psicología y se quieren dedicar a la atención sanitaria dentro del sistema de salud
pública.

Le preguntó si realmente opinaba que la causa de la escasez de psicólogos en el Sistema


Nacional de Salud (SNS) es el “embrollo legal” dado que la legislación respecto la ordenación
de las profesiones sanitarias en la que se detalla qué profesionales pueden trabajar en el SNS
es muy clara. El decano respondió vehemente y prolijamente que “la ley no es clara”, que
nunca había conocido a nadie que viera la ley clara en este ámbito a no ser que la interpretara
a partir de su propia conveniencia y que si alguien lo hacía, por favor, se lo explicara. Tras
largos minutos dando vueltas a la misma idea, pasó la pelota al asesor jurídico del COPC
solicitando su interpretación en ese y varios momentos, respondiendo éste que efectivamente
la ley no es clara respecto a que se requiera ser especialista en Psicología Clínica para trabajar
en el SNS. El discurso del asesor jurídico fue en todas sus intervenciones algo confuso e
insistente en que la ley no es clara reforzando la ambigüedad del decano, hecho que resulta
preocupante.

Hablaron de agujeros legales y de que las leyes son interpretables. Al ser el decano interrogado
por dichos agujeros legales respondió que sí se podía contratar psicólogos sin especialidad
“depende de cómo sea convocada esa plaza” pero no quiso precisar a qué ley se refería para
“no aburrir a los asistentes”. También afirmó que la neuropsicología no está en la cartera de
servicios por lo que sí pueden ejercer neuropsicólogos sin especialidad en función de quién sea
el contratador.

Algún otro colegiado intervino para explicar cuál era la legislación y para mostrar su
preocupación por el hecho que el decano del COPC no la tuviera clara, pero no sirvió para
modificar ni un ápice el discurso.
El decano finalizó la cuestión diciendo que su objetivo con el artículo era “hacer ruido” y que
se abrieran estas cuestiones al debate, hecho que consiguió.

En otro momento el decano hizo alusión a las sinergias y comunicaciones con las
universidades, el Consejo General de Colegios de Psicólogos (donde él es vicedecano) y las
instituciones sanitarias, hablando de la necesidad de buenas y frecuentes relaciones, pero de
la escasa influencia que tiene el COPC ahí.

Dijo que las universidades deberían plantearse la cuestión de los Numerus Clausus porque
había un grave problema de paro entre los colegiados, pero que ahí poco podía hacer el COPC.
Y también hizo alusión a los múltiples contactos que había hecho el COPC con los organismos
sanitarios catalanes.

Una colegiada preguntó: 1) Si la opinión de que la ley no estaba clara y que el PGS debería
entrar en la pública era una opinión personal de Decano o de la Junta de Gobierno y 2) Dada la
preocupación expresada por la escasez de psicólogos en el SNS qué acciones se habían tomado
para solicitar más plazas de psicólogo y de formación de psicólogos vía residencia.

Tras unos minutos en que el decano continuó respondiendo a la pregunta anterior respecto a
la no claridad de la ley, la colegiada volvió a preguntar. Finalmente respondió que era su
opinión personal como representante de la Junta y que su obligación era crear debate. A la
segunda pregunta respondió evasivamente que por supuesto se habían dado muchas
reuniones.

La colegiada insistió en la pregunta pidiendo que se explicitara si se había pedido al


Departament de Salut el incremento de plazas de psicólogos en el SNS y ante esa demanda,
cuál había sido la respuesta del Departament.

Ante la imposibilidad de eludir nuevamente la respuesta, el decano refirió que no se había


formulado nunca esa pregunta al Departament de Salut. Pero que el colegio había puesto en
su web un “ninot” o banner pidiendo más plazas PIR (en alusión al link de la Plataforma APPI).

Otra colegiada mostró su preocupación por las declaraciones de Mariano Vera, secretario del
Consejo, en el pasado congreso de la FANPSE, en que dijo que el PIR es un fraude y que los
títulos de “Especialista” (nombre reservado por la ley LOPS para las profesiones sanitarias)
deberían ser expedidos por el colegio aunque hubiera que saltarse la ley, y preguntó por el
posicionamiento de la Junta de Gobierno del COPC ante estas declaraciones.

La respuesta del decano durante largos minutos rondó el argumento de que las palabras “el
PIR es un fraude” fueron sacadas de contexto por todas las asociaciones que firmaban el
escrito pidiendo su dimisión con alguna (mala) intención oculta que él desconocía, pero que
por supuesto estaba muy en desacuerdo (con la intención). Dijo que quizás las formas de Vera
no fueron las adecuadas pero que él no había estado como asistente para valorarlo e insistió
en acusar a las asociaciones de crear conflicto donde no lo hay, obviando en su respuesta de
forma completa la parte referida a saltarse la ley para que el COPC realice acreditaciones de
Especialista.

De nuevo se volvió a hablar sobre la poca claridad de la ley y cómo ésta estaba sujeta a
interpretación, entonces un asistente molesto porque otros intervinientes tuvieran la ley tan
clara puso el ejemplo de un reciente proceso de selección en un hospital público en el que el
contratante dejó sin cubrir una baja maternal de neuropsicóloga porque no podía contratar a
neuropsicólogos sin la especialidad clínica y porque los curriculums de PEPC recibidos no
tenían suficiente formación en neuropsicología a ojos del contratante. Se llegó a comentar que
sólo un juez podía interpretar una ley y que mientras no hubiera una sentencia no podríamos
hablar con precisión, pasándose a reflexionar sobre el relativismo de las leyes y la libre
interpretación de las mismas o el sentido que tenían las leyes en la Grecia clásica.

Finalmente, otro colegiado expresó su preocupación acerca del Registro Sanitario en el que
por mandato legal del Ministerio de Sanidad deben constar todos los profesionales sanitarios
incluyendo psicólogos clínicos; dicho cometido fue encargado al COPC, tal y como consta en la
web https://www.copc.cat/seccion/Registre-public-de-professionals-sanitaris

J. Vilajoana decidió pasar la patata caliente a la secretaria de la Junta de Gobierno, que explicó
que se encontraban en proceso de poder reactivar esta cuestión pero que se encontraban con
la traba de no poder obligar a los colegiados dar sus datos al colegio. Así que aprovechó para
pedir por favor a los 50 (aproximadamente) asistentes a la asamblea que rellenaran sus datos
en el registro.

Solicitando de nuevo el comodín del asesor jurídico, éste dijo que efectivamente no se podía
obligar a los colegiados a la entrega de estos datos. El COPC ya no podía hacer nada más. Fin
de la discusión.

Otro colegiado insistió aclarando que era de obligado cumplimiento por ley que el COPC, y
todos los Colegios de profesiones sanitarias, por delegación del Ministerio de Sanidad realizara
ese registro, y que si no lo podía hacer por esas circunstancias, entonces era su obligación
comunicarlo al Ministerio y exigir que fuera el Ministerio quien se hiciera cargo.

Pero ya eran pasadas las 23h, había hambre y esta cuestión quedó en el aire para ir a tomar el
pica pica que hacía rato esperaba.

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