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Solución Matemática de la Ecuación de Schrödinger

Antes de entrar en mayores detalles sobre las


interpretaciones físicas que se le puedan dar a los
resultados que se obtengan mediante la ecuación de onda
de Schrödinger, se vuelve necesario analizar dicha
ecuación de onda desde el punto de vista puramente
matemático para poder apreciar y entender mejor la
naturaleza de lo que tenemos entre manos. Y con la
finalidad de evitar confusiones innecesarias, resultará
conveniente limitarse en un principio a la ecuación de
Schrödinger independiente del tiempo.

La solución matemática de la ecuación de onda depende


directamente de la naturaleza de la función del
potencial 𝑉(𝑥). Sin lugar a dudas el caso más sencillo
será aquél en el cual la función de onda es igual a una
constante, y este será nuestro punto de entrada al
análisis que será llevado a cabo de esta ecuación
diferencial.

Resuélvase la ecuación:

considerando tanto a V como a E como


constantes. Podemos tomar la ecuación diferencial
escribiéndola de la siguiente manera:

Puesto que la masa es una constante positiva (ignorando


por lo pronto posibles efectos relativistas) al igual
que la constante reducida de Planck, la solución de esta
ecuación dependerá del hecho de que el factor V-E que
aparece en el lado derecho de la ecuación sea positivo
o negativo. Haciendo:
tenemos entonces la siguiente ecuación diferencial de
segundo orden:

Empleando notación operacional haciendo 𝐷² = 𝑑²/𝑑𝑥², lo


anterior se puede escribir simplemente como:

En la teoría elemental de las ecuaciones diferenciales


se aprende que la ecuación auxiliar para la ecuación
diferencial homogénea es:

siendo la solución general de la ecuación diferencial


la siguiente:

y siendo A y B dos constantes.

Tenemos dos posibilidades: la primera consiste en que V


sea mayor que E, en cuyo caso el radicando en ambos
términos será positivo y la exponenciación se llevará a
cabo hacia un exponente real, y la segunda consiste en
que V sea menor que E, en cuyo caso el radicando en
ambos términos será negativo y la exponenciación se
llevará a cabo hacia un exponente imaginario.

Considérese primero el caso en el que V es mayor que E.


No cuesta mucho trabajo el comprobar que el primer
término de la solución general es en efecto una solución
matemática aceptable a la ecuación diferencial original
de segundo orden:
Tampoco involucra mayores dificultades el comprobar que
el segundo término de la solución general también es
una solución matemática aceptable a la ecuación
diferencial original de segundo orden:

Ambas términos son soluciones matemáticamente


aceptables. Sin embargo, no tardamos mucho tiempo en
darnos cuenta de que el primer término presenta una
dificultad insalvable. Aún antes de intentar darle una
interpretación física a 𝜓(𝑥), podemos ver que para el
caso en el cual V es mayor que E, con lo cual la cantidad
dentro del radical es positiva, el primer término va
creciendo exponencialmente para valores cada vez
mayores de la variable independiente. Si suponemos que
la “cantidad de materia” está relacionada de alguna
manera con la magnitud de 𝜓(𝑥), en forma tal que en donde
𝜓(𝑥) tiene un valor de cero no habrá presencia de materia
alguna y en donde 𝜓(𝑥) tiene un valor grande habrá una
presencia mayor de materia, entonces el incremento
exponencial de 𝜓(𝑥) convierte al primer término en algo
que eventualmente tenemos que desechar por carecer de
significado físico. En pocas palabras, una solución
matemática aceptable a una ecuación diferencial no
necesariamente representa una solución aceptable cuando
se le pretende dar significado físico en el mundo real.
El segundo término no presenta este problema porque en
virtud del signo negativo en el exponencial dicho
término decrece exponencialmente volviéndose
prácticamente igual a cero inclusive para valores
moderadamente altos de la variable independiente. Esto
nos revela que la ecuación de Schrödinger puede tener
como solución aceptable una función de onda que decrece
exponencialmente.

Considérese ahora el caso en el que V es menor que E.


Siempre que tenemos el número e elevado a un argumento
imaginario podemos recurrir al teorema de DeMoivre que
nos garantiza que podemos substituír la expresión
exponencial por una expresión compleja que combina un
término real y un término imaginario:

Trabajando nuevamente sobre el primer término de la


solución general a la ecuación de onda y usando el
término cosenoidal de acuerdo a lo que nos indica el
teorema de DeMoivre, resulta fácil comprobar que el
primer término de la solución general es en efecto una
solución matemática aceptable a la ecuación diferencial
original de segundo orden cuando V es menor que E:
El signo negativo que ha aparecido en este último paso
no es de consecuencia alguna, porque tomando en cuenta
que hemos partido de la hipótesis de que V es menor que
E, el signo negativo se encarga de restaurar el lado
derecho de la ecuación diferencial a su condición de
signo positivo.

Obviamente, para el caso en el que V es menor que E,


tenemos una solución oscilatoria, la cual es aceptable
desde el punto de vista matemático. Aunque la solución
matemática de la ecuación de onda para el caso en el
que V es menor que E no es una cosa que crezca
exponencialmente más allá de todo límite, esta solución
nos presenta una situación algo incómoda, porque permite
que 𝜓(𝑥) se pueda extender hacia el infinito en ambas
direcciones sobre el eje coordenado-x sin volverse cero
jamás, lo cual contradice nuestra noción básica de que
una partícula puede ser localizada dentro de cierta
región del espacio con cierto grado de probabilidad aún
con todo y el principio de incertidumbre. Sin embargo,
si acotamos la función 𝜓(𝑥) dentro de un intervalo finito
de modo tal que no se pueda extender indefinidamente
fuera de este intervalo al hacerla fuera de dicho
intervalo, entonces tenemos una solución matemática que
también puede poseer un significado físico, en este
caso, un comportamiento oscilatorio. Esto nos revela
que la ecuación de Schrödinger puede tener como solución
aceptable una función de onda oscilante.

Puesto que un potencial 𝑉(𝑥) que no sea igual a una


constante de cualquier modo tiene que tener en cada
punto a lo largo de un eje coordenado-x horizontal un
valor que necesariamente será mayor o menor que E, en
base a lo que hemos obtenido arriba podemos intuír que
todas las soluciones a la ecuación de onda estarán
prefijadas a ser ya sea funciones exponencialmente
decrecientes u oscilatorias. Más aún, dada cualquier
función de potencial 𝑉(𝑥), por complicada que esta sea
podemos sub-dividir el eje coordenado horizontal
en regiones de modo tal que dentro de ciertas regiones
V siempre será menor que E mientras que en las otras
regiones V siempre será mayor que E, teniendo un
comportamiento oscilatorio en unas y un comportamiento
exponencialmente decreciente en otras. Naturalmente, al
pasar de una región a otra, la función 𝜓(𝑥) tiene que
tener el mismo valor en el punto de contacto entre ambas
regiones como requisito básico de continuidad, ya que
de lo contrario estaríamos hablando de partículas
diferentes o sistemas físicos diferentes y no de un
mismo sistema físico o de una misma partícula. Pero no
basta con que en el punto de contacto entre dos regiones
distintas proporciones para ambas regiones el mismo
valor de 𝜓(𝑥).Se requiere también que la “velocidad” de
cambio de 𝜓(𝑥) al pasar de una región a otra, esto es,
𝑑𝜓(𝑥)/𝑑𝑥, sea el mismo. Pero estos ya no son requisitos
meramente matemáticos para darle una solución aceptable
a una función de onda a través de varias regiones, se
trata de requerimientos de índole física.
De este modo, podemos especificar cuatro condiciones
que toda función ψ(x) que sea una solución matemática a
la ecuación de Schrödinger debe cumplir para poder ser
una solución físicamente admisible:

1) 𝜓(𝑥) debe satisfacer la ecuación de onda de


Schrödinger.
2) 𝜓(𝑥) debe ser una función continua.
3) 𝑑𝜓(𝑥)/𝑑𝑥 debe ser continua.
4) 𝜓(𝑥) → 0 conforme 𝑥 → ±∞

Consideraremos ahora el caso en el cual el potencial


V(x) no es necesariamente igual a una constante. Una
situación que se presta a un análisis matemático
simplificado es la de un pozo de potencial especificado
de la siguiente manera:

𝑉(𝑥) = 0 para |𝑥| < 𝑎


𝑉(𝑥) es cualquier función tal que 𝑉(𝑥) > 𝐸 para |𝑥| > 𝑎

Además de las dos condiciones anteriores, impondremos


una condición de simetría: 𝑉(−𝑥) = 𝑉(𝑥)

Gráficamente, la condición de simetría que hace que el


valor de V(x) sea el mismo en -x que en +x, de forma
tal que la función se verá como si estuviese reflejada
ante un espejo con respecto al eje vertical en x = 0.
Se dice que este tipo de funciones tienen paridad par o
una paridad de +1, mientras que funciones para las
cuales V(-x) = -V(x) tienen paridad impar o una paridad
de -1. La condición de simetría nos permite
concentrarnos en las soluciones de la ecuación de
Schrödinger para valores positivos de la variable
independiente (la coordenada horizontal-x) ya que las
soluciones para valores negativos de la variable
independiente serán las mismas. Para una partícula cuya
energía total es E, podemos bosquejar en términos
generales un pozo de potencial de la manera siguiente:
Clásicamente, una partícula estará confinada a moverse
dentro de una región para la cual su energía E es mayor
que la energía potencial, o sea -a<x<+a. Puesto que
hemos especificado que el potencial tenga un valor V(x)
= 0 en esta región, la ecuación de Schrödinger queda
escrita de la siguiente manera:

lo cual podemos escribir como:

Esta ecuación diferencial de segundo orden tiene dos


soluciones posibles, siendo la primera solución una
función de onda par:

y siendo la segunda solución una función de onda impar:

en donde 𝜆 = 2𝜋/𝑘 es la longitud de onda.


Para el caso en el cual |𝑥| > 𝑎 la ecuación de Schrödinger
viene siendo:
siendo:

una cantidad siempre positiva.


Aunque por razones pedagógicas muchos ejemplos y
ejercicios propios de la Mecánica Ondulatoria se llevan
a cabo a lo largo de un solo eje espacial coordenado
(generalmente el eje-x), en el espacio tridimensional
en el que vivimos sabemos de antemano que una onda de
materia requerirá para su descripción de tres
coordenadas espaciales, lo cual ciertamente nos viene a
complicar las cosas, sobre todo si estaremos
especificando funciones de onda no en coordenadas
Cartesianas rectangulares sino en algún otro tipo de
coordenadas curvilíneas. Afortunadamente, para manejar
situaciones de este tipo se cuenta con una técnica
extraordinariamente útil conocida como el método de
separación de variables, el cual consiste en tomar una
expresión que está en función de tres
coordenadas ortogonales(independientes) substituyendo
dicha función por el producto de tres funciones que
dependen cada una de ellas de una sola variable. En base
a esto, si tenemos una función como Ψ(p,q,r), entonces
dicha función es reemplazada por el producto de tres
funciones P, Q y R:

Ψ(p,q,r) = P(p)Q(q)R(r)

Esta técnica puede ser aplicada de inmediato y en forma


directa en la solución de problemas en los cuales
tenemos ecuaciones diferenciales parciales tales como
la ecuación de Helmholtz:

Esta ecuación surge repetidamente en la resolución de


problemas de la Mecánica Ondulatoria.
Ahora como ejemplo utilícese el método de separación de
variables para separar la ecuación diferencial parcial
de Helmholtz en tres ecuaciones diferenciales ordinarias
mediante el empleo de coordenadas Cartesianas
rectangulares.

Substituyendo el operador Laplaciano (nabla ó del) en


la ecuación diferencial parcial de Helmholtz tal y como
debe utilizarse cuando se están usando coordenadas
Cartesianas rectangulares, tenemos entonces la
siguiente ecuación:

En las coordenadas Cartesianas rectangulares podemos


escribir:

con lo cual obtenemos lo siguiente al llevar a cabo las


diferenciaciones parciales mostradas:

Del mismo modo:

Por lo tanto:

Dividiendo esto último entre ψ = XYZ y reacomodando los


términos, tenemos entonces:

Puesto que las tres coordenadas Cartesianas


rectangulares son independientes la una de las otras,
ambos lados (izquierdo y derecho) de esta última
relación tienen que ser necesariamente iguales a una
constante, la cual podemos escoger como l², con lo cual
logramos obtener nuestra primera separación de variables
logrando así nuestra primera ecuación diferencial
ordinaria:

Trabajando sobre el lado derecho de la penúltima


ecuación podemos ir en pos de la segunda ecuación
diferencial ordinaria:

Empleando el mismo razonamiento que usamos arriba,


puesto que la coordenada-y y la coordenada-z son
coordenadas independientes obtenemos la segunda
ecuación diferencial ordinaria:

Finalmente:

Ahora utilizaremos el método de separación de variables


para separar la ecuación diferencial parcial de
Helmholtz en tres ecuaciones diferenciales ordinarias
mediante el empleo de coordenadas cilíndricas.
En coordenadas cilíndricas (𝑟, 𝜑, 𝑧), la ecuación de
Helmholtz toma el siguiente aspecto:

Recurriendo al operador Laplaciano tal y como se utiliza


cuando hay coordenadas cilíndricas de por medio, tenemos
entonces la siguiente ecuación diferencial parcial de
segundo orden:
Nuevamente, y con el propósito de llevar a cabo una
separación de variables, escribimos lo siguiente:

Llevando a cabo las primeras diferenciaciones parciales,


tenemos a continuación:

Del mismo modo:

Por lo tanto:

Como puede verse, todas las derivadas parciales se han


convertido en derivadas ordinarias. Dividiendo entre
𝜓 = 𝑅𝛷𝑍 y procediendo como lo hicimos arriba en el
caso de las coordenadas rectangulares Cartesianas:
Como puede verse, puesto que las tres coordenadas
cilíndricas son independientes la una de las otras,
ambos lados (izquierdo y derecho) de esta última
relación tienen que ser necesariamente iguales a una
constante, la cual podemos escoger como l², con lo cual
logramos obtener nuestra primera separación de variables
logrando así nuestra primera ecuación diferencial
ordinaria:

Del mismo modo tenemos lo siguiente:

en donde se ha introducido una segunda constante, m²,


para obtener así nuestra segunda ecuación diferencial
ordinaria:

Finalmente:

Ahora utilizamos el método de separación de variables


para separar la ecuación diferencial parcial de
Helmholtz en tres ecuaciones diferenciales ordinarias
mediante el empleo de coordenadas esféricas.
En coordenadas esféricas (𝑟, 𝜃, 𝜑), la ecuación de Helmholtz
toma el siguiente aspecto:

Recurriendo al operador Laplaciano tal y como se utiliza


cuando hay coordenadas esféricas de por medio, tenemos
entonces la siguiente ecuación diferencial parcial de
segundo orden:

Nuevamente, y con el propósito de llevar a cabo una


separación de variables, escribimos lo siguiente:

con lo cual obtenemos lo siguiente al llevar a cabo las


diferenciaciones parciales mostradas:

Del mismo modo:

Substituyendo esto en la ecuación de Helmholtz y


dividiendo entre ψ = RΘΦ, tenemos entonces:
Multiplicando por r²senθ y aislando (1/Φ)(d²Φ/dφ²)
obtenemos lo siguiente:

Puesto que las tres coordenadas esféricas son


independientes la una de las otras, ambos lados
(izquierdo y derecho) de esta última relación tienen
que ser necesariamente iguales a una constante, la cual
podemos escoger como m², con lo cual logramos obtener
nuestra primera separación de variables logrando así
nuestra primera ecuación diferencial ordinaria:

Del mismo modo:


En el lado izquierdo de la igualdad tenemos únicamente
términos en función de R y r, mientras que en el lado
derecho de la igualdad tenemos únicamente términos en
función de Θ y θ. De nueva cuenta, hemos logrado otra
separación de variables. Igualando cada lado a
una constante Q, podemos completar de este modo nuestro
conjunto de tres ecuaciones diferenciales ordinarias,
empezando primero con:
para terminar con:

El método de separación de variables es totalmente


válido cuando las variables que están siendo separadas
son completamente independientes la una de la otra, o
expresado de manera más elegante, cuando las variables
son ortogonales. Y puesto que en la descripción de un
sistema físico dinámico (a diferencia de un sistema
físico estático) la variable del tiempo es independiente
de las tres coordenadas espaciales utilizadas en la
ubicación tridimensional, podemos tomar una ecuación de
onda para separarla de la siguiente manera:

Ψ(p,q,r,t) = P(p)Q(q)R(r)T(t)

Esta, desde luego, es precisamente la forma en la cual


obtenemos la ecuación de Schrödinger independiente del
tiempo, precisamente mediante el método matemático de
separación de variables que nos permite obtener dos
ecuaciones diferenciales a partir de una sola, una
dependiente del tiempo y la otra independiente del
tiempo que es la que hemos estamos manejando aquí.

Solución Numérica de la Ecuación de Schrödinger


Existe un método para resolver
numéricamente cualquier ecuación diferencial de segundo
orden, conocido como el método del medio-incremento, el
cual se puede llevar a cabo sin mayores dificultades
aprovechando la amplia disponibilidad de calculadoras
científicas de bolsillo programables en las cuales se
pueden efectuar cálculos repetitivos sobre una misma
fórmula que de otra manera serían extremadamente
tediosos y laboriosos. En otros tiempos relativamente
recientes, se requería del aprendizaje de un lenguaje
de programación como FORTRAN y la disponibilidad de
tiempo costoso de computadoras compartidas que sólo
podía encontrarse en las universidades más adineradas,
pero esto ya no es hoy ningún obstáculo. Por otro lado,
hay ecuaciones diferenciales de segundo orden para las
cuales, exceptuando algunas que se pueden resolver con
técnicas de aproximación tales como el método de la
variación, el método de las perturbaciones y el método
WKB, el procedimiento numérico es el único método
disponible de solución. Una de tales ecuaciones es la
ecuación de Schrödinger para la cual la función del
potencial -de simetría radial- V(r) es el siguiente:

conocido como el potencial Saxon-Woods, utilizado en la


física nuclear para describir el potencial que actúa
entre un núcleo atómico y un neutrón que pasa cerca de
dicho núcleo, en donde V0 representa la profundidad del
pozo de potencial, a es una longitud que representa el
“grosor de la superficie del núcleo”, y R0 = r0A1/3 es el
radio del núcleo del átomo siendo r0 = 1.25 fermis y
siendo A el número atómico (o número de masa) del átomo.
No existe una solución analítica exacta para encontrar
los niveles de energía de los nucleones dentro del átomo
bajo un potencial Saxon-Woods, es necesario recurrir a
una solución numérica.
El punto de partida para poder entender el método de
solución numérica que estudiaremos aquí es la definición
matemática formal de la derivada de primer orden:
Si en lugar de tomar el límite infinitesimal Δx.→.0
tomamos incrementos finitos, entonces tendremos la
siguiente aproximación:

que se acercará más y más al valor exacto de la derivada


conforme se disminuye el tamaño de Δx. Podemos despejar
esta relación para obtener así:

Esto nos dá el valor de la función en un


punto x+Δx cuando se tiene una expresión para la
derivada dy/dx y cuando se tiene un punto de partida
y(x). Con la finalidad de dar mayor claridad a lo que
estamos haciendo, escribiremos lo anterior de la
siguiente manera para dos puntos distintos pero cercanos
x1 y x2 :

El incremento que se está manejando aquí está definido


de la siguiente manera:

Una notación alterna expresando lo mismo para el


incremento anterior que resulta útil cuando se llevan a
cabo evaluaciones numéricas a lo largo de varios puntos
es la siguiente:

siendo n un número entero. De este modo, despejando para


xn+1tenemos:

Con esta notación de sub-índices, la expresión que


habíamos obtenido arriba se puede escribir de la
siguiente manera:

Obsérvese que se ha puesto también un sub-índice en la


derivada de primer orden.
Lo anterior se basa en la definición de la derivada de
primer orden conocida como la definición del incremento
completo. Pero hay otra definición para la derivada de
primer orden que para fines de cálculo numérico converge
con mayor rapidez y precisión hacia la solución numérica
buscada, la cual es completamente equivalente a la
definición en la que se usa un incremento completo. Se
trata de la definición del medio-incremento expresada
simbólicamente de la siguiente manera:

Nuevamente, si en lugar de tomar el límite infinitesimal


tomamos incrementos finitos aunque pequeños, lo anterior
lo podemos escribir de la siguiente manera:

Con la finalidad de ilustrar mejor este concepto de


derivada, a continuación se obtendrá la
derivada aproximada de la función y(x) = x en el punto
3

x1 = 2. Sabemos del cálculo infinitesimal que la


derivada de esta función es dy/dx = 3x2, con lo cual la
derivada de la función en el punto x1 = 2 será igual a
12. Supondremos que ignoramos cómo llevar a cabo el
proceso de diferenciación. Si utilizamos un incremento
Δx = 1, entonces la anterior fórmula nos producirá el
siguiente resultado:

La respuesta obtenida no difiere mucho del


valor exacto dy/dx = 12. Ahora utilizaremos un
incremento Δx = 1/4:

Obsérvese que la respuesta se va acercando al valor


exacto conforme el tamaño del incremento Δx se hace más
pequeño, lo cual está de acuerdo con la definición
formal de una derivada .

Ahora extenderemos lo que hemos visto arriba para poder


llevar a cabo la solución numérica de ecuaciones
diferenciales de segundo orden. Con este objetivo en
mente, empezaremos con una ecuación diferencial de
segundo orden extremadamente sencilla, la cual se
obtiene aplicando la fórmula de Newton F.=.ma (la cual
involucra en la variable aceleración a una derivada de
segundo orden con respecto al tiempo) a la definición
del peso gravitacional de una masa W = mg siendo g la
aceleración ocasionada por la gravedad de la Tierra
sobre un objeto en su superficie. Haciendo F = W y
usando a la coordenada-y para medir el desplazamiento
vertical de un cuerpo en su caída, se obtiene la
siguiente ecuación diferencial:

Puesto que la derivada de segundo orden es realmente la


derivada de una derivada de primer orden, lo anterior
se puede escribir de la siguiente manera:

Ahora bien, usando incrementos finitos en lugar de


infinitesimales, esto se puede considerar equivalente
en una forma aproximada a una operación como la
siguiente:

en donde n es un número entero positivo, con lo cual la


ecuación diferencial de segundo orden se nos convierte
en lo siguiente:
Despejando lo anterior obtenemos entonces:

Esta es nuestra primera ecuación. La otra ecuación que


necesitamos nos viene directamente de lo que es la
definición de una derivada de primer orden, excepto que
usaremos incrementos finitos en lugar de
infinitesimales, razón por la cual será una aproximación
y no una igualdad, convirtiéndose en igualdad únicamente
cuando el incremento Δt se hace tender a cero :

Despejando de esta última ecuación, obtenemos nuestra


segunda ecuación:

Como puede verse, el método numérico que se acaba de


describir es un método iterativo propio del análisis
numérico, en el cual empezamos con un valor inicial
y0 conocido como la semilla para la cual utilizamos n =
0, obteniendo un n+1 valor nuevo en cada paso usando el
valor nobtenido previamente. Esto nos permite
establecer un procedimiento para ir obteniendo los pares
de puntos de una expresión matemática con los cuales
podemos obtener una solución gráfica de la misma, el
cual consiste en los siguientes pasos:

(1) Tras seleccionar un incremento Δx razonablemente


pequeño, y partiendo de los valores
iniciales y0 y dy/dx0 (por ejemplo, y0 = 1 y dy/dx0 =
0), utilizamos la relación:
para obtener el siguiente valor y1.
(2) A continuación, dy/dx0 es utilizado para
evaluar dy/dx1 usando la definición de la derivada con

(3) Tomando los valores de y1 y dy/dx1 obtenidos en los


pasos anteriores, se calcula y2:

(4) A continuación, dy/dx1 es utilizado para


evaluar dy/dx2:

(5) Repitiendo los pasos anteriores, se


utilizan y2 y dy/dx2 para evaluary3 y dy/dx3 .
(6) El procedimiento iterativo se repite cuantas veces
sea necesario para obtener la cantidad de pares de
puntos (x,y) que se consideren necesarios para la
construcción de una gráfica adecuada.
(7) Si la cantidad C es una función de la variable
independiente, entonces será necesario ir evaluando
dicha cantidad en cada punto nuevo de la variable
independiente que se vaya utilizando para evaluar
los yk y los dy/dxk.

El procedimiento iterativo que se acaba de delinear está


basado en la definición de la derivada que recurre a un
incremento completo. Modificándolo para basar el
procedimiento sobre la definición del medio incremento,
los pasos a seguir para llevar a cabo la solución
numérica de una ecuación diferencial de segundo orden
del tipo d²y/dx² son:
En este caso, la solución numérica (y gráfica) de la
ecuación de onda mediante el método del medio-incremento
se lleva a cabo en forma iterativa de la siguiente
manera:

Los pasos a seguir cuando se emplea el método del medio-


incremento son entonces los siguientes:

(1) Tras seleccionar un incremento Δx razonablemente


pequeño, y partiendo del valor inicial dy/dx0, se
obtiene el valor aproximado de dy/dx1/2, o sea la
derivada a una mitad del incremento Δx posterior al
valor inicial x0, usando la relación:

(2) Se obtiene el valor de y1 a partir de los valores


de dy/dx1/2 y de y0usando la relación:

(3) Lo anterior completa la primera parte del bucle


iterativo. Ahora se obtiene el valor aproximado
de dy/dx3/2 usando la relación:

(4) Se obtiene el valor de y2 a partir de los valores


de dy/dx3/2 y de y1usando la relación:

(5) Repitiendo los pasos anteriores, se


utilizan y2 y dy/dx3/2 para evaluar y3 y dy/dx5/2.
(6) El procedimiento iterativo se repite cuantas veces
sea necesario para obtener la cantidad de pares de
puntos (x,y) que se consideren necesarios para la
construcción de una gráfica adecuada.
(7) Si la cantidad C es una función de la variable
independiente, entonces será necesario ir evaluando
dicha cantidad en cada punto nuevo de la variable
independiente que se vaya utilizando para evaluar
los yk y los dy/dxk.

Para una gran mayoría de casos prácticos que puedan ser


considerados, el método del medio-incremento resulta ser
mucho más eficiente y mucho más rápido y exacto que el
método basado en la definición de la derivada que se
apoya en el incremento completo. Naturalmente,
posiblemente a estas alturas surge la pregunta en el
lector del por qué ésto es así. La respuesta la podemos
visualizar mejor comparando la gráfica de la definición
clásica de la derivada basada en el incremento completo:

con la definición de la derivada basada en el medio-


incremento:

La derivada de una función f(x) en un punto P de la


curva trazada por dicha función no es más que la
pendiente de la tangente trazada a la curva en dicho
punto, y la definición usual de la derivada basada en
un incremento Δx se obtiene haciendo Δx.→.0, y conforme
esto ocurre la pendiente de la recta trazada entre dos
puntos distintos de la curva (la línea de color negro
en el primer dibujo) se va acercando más y más a la
pendiente de la tangente a la curva en el punto P (la
línea de color rojo). Si contrastamos la acción de la
derivada basada en el medio-incremento, podemos
comprobar en el segundo dibujo que la pendiente entre
los dos puntos de la curva que definan al medio-
incremento Δx/2 se va acerca mucho más rápidamente que
la pendiente entre dos puntos similares cuando se
utiliza la definición de derivada basada en el
incremento completo Δx (obsérvese que la línea negra
entre los dos puntos de la curva que definen al
incremento está más “paralela” a la línea roja en el
segundo dibujo que en el primero).

Una vez delineado el procedimiento general, lo


utilizaremos para el caso que ocupa nuestro interés
principal, la ecuación de onda de Schrödinger, cambiando
ligeramente la notación a la notación que estaremos
utilizando en el procedimiento iterativo para resolver
numéricamente la ecuación diferencial de segundo orden
expresada en forma compacta como:

teniendo así el siguiente conjunto de ecuaciones:

El esquema iterativo es idéntico al esquema general


requiriendo un simple cambio de notación, escribiendo ψ
en lugar de la variable que corresponde a la coordenada-
x, llevándose a cabo de la siguiente manera:
A continuación usaremos el método numérico para resolver
una ecuación de onda en la cual el potencial no es
constante sino que está especificado mediante la
siguiente relación:

Este potencial corresponde clásicamente al de una masa


conectada a un resorte. Con este potencial, la ecuación
de Schrödinger:

toma el siguiente aspecto:

Esta es la ecuación diferencial que según la Mecánica


Cuántica describe a nivel sub-microscópico el mismo
sistema que de acuerdo a la mecánica clásica está
descrito por la relación d²x/dt² = -k/m. ¡Qué
diferencia! Antes de aplicar el método del medio-
incremento para resolver numéricamente esta ecuación de
onda, usaremos la siguiente relación que nos conecta a
la constante k del resorte con la frecuencia de
oscilación:

Con esta substitución, la ecuación de onda toma la


forma:

Podemos escribir lo anterior como:

En esta ecuación diferencial, al igual que en muchas


otras, se vuelve deseable simplificarlas un poco
ocultando las constantes físicas de modo tal que podamos
enfocarnos sobre la cuestión puramente matemática. Esto
lo podemos lograr aquí haciendo:

De este modo, tenemos la siguiente ecuación diferencial


simplificada:
Podemos hacer esto más matemáticamente “puro”
escribiéndolo en términos de una variable adimensional
que sea un número sin dimensiones físicas:

con lo cual se tiene:

Entonces la ecuación de onda toma la forma:

Podemos simplificar esto aún más definiendo el primer


término dentro del paréntesis como una cantidad ε que
resulta ser:
Entonces la ecuación diferencial a resolver
numéricamente:

Definiendo en el lado derecho de la igualdad la


cantidad C de la siguiente manera:

tenemos entonces la siguiente ecuación diferencial a


resolver numéricamente:

La prescripción (se vuelve tentador usar la frase


“receta de cocina”) para la solución numérica de la
ecuación diferencial, haciendo los cambios
correspondientes en la notación, es entonces:
Los pasos a seguir bajo el esquema iterativo, tras el
cambio de notación que se ha llevado a cabo, son los
siguientes:

Por simplicidad, en el esquema iterativo dado arriba no


aparece mostrada la evaluación en cada paso del valor
que va tomando la cantidad C, lo cual es necesario en
virtud de que es una función de u y de ψ(u). Si
empezamos con el siguiente conjunto de valores que
corresponden al comienzo en u0.=.0 de una
solución par del tipo ψ(u) = Acos(ku):

ψ0 = 1.0___u0 = 0___dψ/du0 = 0

Δu = 0.05___ε = 1.0

tenemos entonces la forma en la cual se van generando


los pares de puntos para poder llevar a cabo la gráfica:

(u0, ψ0) = (0, 1)

C = (u0² - ε)ψ0 = (0² - 1)(1) = -1

dψ/du1/2 ≈ dψ/du0 + C(Δu/2)


≈ 0 + (-1)(0.05/2)
≈ - 0.025

ψ1 = ψ0 + dψ/du1/2·Δu
= 1 - (- 0.025)(0.05)
= 0.99875

u1 = u0 + Δu
= 0 + 0.05
= 0.05

(u1, ψ1) = (0.05, 0.99875)

C = (u1² - ε)ψ1 = (0.05² - 1)(0.99875) = - 0.99625

dψ/du3/2 ≈ dψ/du1/2 + CΔu


≈ - 0.025 + (- 0.99625)(0.05)
≈ - 0.07481

ψ2 = ψ1 + dψ/du3/2·Δu
= 0.99875 + (- 0.07481)(0.05)
= 0.995

u2 = u1 + Δu
= 0.05 + 0.05
= 0.10

(u2, ψ2) = (0.10, 0.995)

C = (u2² - ε)ψ2 = (0.10² - 1)(0.995) = - 0.98505

dψ/du5/2 ≈ dψ/du3/2 + CΔu


≈ - 0.07481 + (- 0.98505)(0.05)
≈ - 0.12406

ψ3 = ψ2 + dψ/du5/2·Δu
= 0.995 + (- 0.12406)(0.05)
= 0.9888

u3 = u2 + Δu
= 0.10 + 0.05
= 0.15

(u3, ψ3) = (0.15, 0.9888)

C = (u3² - ε)ψ3 = (0.15² - 1)(0.9888) = - 0.96655

dψ/du7/2 ≈ dψ/du5/2 + CΔu


≈ - 0.12406 + (- 0.96655)(0.05)
≈ - 0.172388

ψ4 = ψ3 + dψ/du7/2·Δu
= 0.9888 + (- 0.172388)(0.05)
= 0.9802

u4 = u3 + Δu
= 0.15 + 0.05
= 0.20

(u4, ψ4) = (0.20, 0.9802)

Los demás pares sucesivos de puntos que se quieran


obtener se pueden ir calculando de la misma manera.
Continuando con la evaluación numérica de pares de
coordenadas adicionales, tendremos entonces que la
gráfica que corresponde a los distintos valores
numéricos de ψ(u)en función de u obtenidos con las
condiciones iniciales dadas arriba viene siendo la
siguiente (esta gráfica y las que le siguen se pueden
apreciar un poco mejor ampliando cada una de las
imágenes):
Quienes tengan acceso a una calculadora científica
programable de bolsillo se darán cuenta de que el
procedimiento iterativo que se acaba de delinear se
puede programar sin mayores problemas. Y quienes tienen
acceso a un programa computacional de graficados pueden
obtener varias gráficas para distintos valores del
parámetro ε que es a fin de cuentas la verdadera
variable. Como puede apreciarse en la gráfica, para el
valor ε.=.1.00 tanto la función ψ(u) como la derivada
de la función dψ(u)/du se aproximan a cero conforme
u.→.+∞. Estos son precisamente los dos criterios
esenciales que cuando son cumplidos ambos sabemos que
hemos encontrado una eigensolución admisible para la
ecuación diferencial de onda. En pocas palabras, el
valor ε.=.1.00 nos dá la
primera eigensolución (numérica) a la ecuación
diferencial:

¿Y cómo podemos estar seguros de que la solución que


hemos encontrado es efectivamente una solución válida?
Pues obteniendo otros conjuntos de pares de puntos para
valores de ε tanto mayores que 1.00 como menores que
1.00. Si probamos con una selección ε = 1.2, o sea si
resolvemos el problema con el siguiente conjunto de
valores iniciales:

ψ0 = 1.0___u0 = 0___dψ/du0 = 0

Δu = 0.05___ε = 1.2

obtendremos entonces una nueva colección de pares de


puntos que graficados nos producirán el siguiente
resultado:

Con la condición ε.=.1.2 hemos encontrado que la función


ψ(u) no sólo nunca se hace cero, sino que en cierto
momento la curva cambia de concavidad volviéndose
cóncava hacia arriba antes del punto en el cual se
debería de haber llevado a cabo el cambio de concavidad
para hacer que la función ψ(u) fuera “aterrizando” en
forma suave y gradual justo en la cantidad requerida
para tocar el eje horizontal en la forma en la que lo
hace una solución admisible, cumpliendo con los dos
criterios básicos. Para que la solución sea admisible,
el cambio en la concavidad se debe llevar a cabo justo
en el punto en donde se debe llevar a cabo para que se
puedan cumplir los dos criterios de solubilidad, ni
antes ni después. En este caso, hemos encontrado que
para un valor ligeramente mayor al valor ε.=.1.0 la
función ψ(u) eventualmente se volverá infinitamente
grande en el sentido positivo para u.→.+∞.
Hagamos ahora otro experimento numérico. En este caso,
obtendremos otro conjunto de pares de puntos para un
valor de ε menor que 1.00. Si probamos con una selección
ε = 0.98, o sea si resolvemos el problema con el
siguiente conjunto de valores iniciales:

ψ0 = 1.0___u0 = 0___dψ/du0 = 0

Δu = 0.05___ε = 0.98

obtendremos entonces una nueva colección de pares de


puntos que graficados nos producirán el siguiente
resultado:

Con la condición ε.=.0.98 encontramos ahora que la


función ψ(u) efectivamente sí se hace igual a cero,
aproximadamente en u = 2.35 pero la pendiente de la
curva dψ(u)/du en ese punto no es igual a cero lo cual
significa que la curva atraviesa el eje horizontal
iniciando su caída hacia el infinito negativo. De este
modo, para un valor menor al valor de ε.=.1.0 la función
ψ(u) eventualmente se volverá infinitamente grande en
el sentido negativo para u.→.+∞.

Si exploramos otros valores inferiores a ε.=.1.00, no


encontraremos algo que nos produzca un comportamiento
como el que hemos obtenido arriba en el cual tanto la
función ψ(u) como la derivada de la función dψ(u)/du se
vayan aproximando a cero conforme u.→.+∞; esto es, no
hay otros eigenvalores de la ecuación diferencial por
debajo de ε.=.1.00. Esto nos deja como única alternativa
explorar valores mayores que ε.=.1.00. Al explorar
valores cada vez mayores de ε por la vía numérica por
encima del valor ε.=.1.00, eventualmente encontraremos
que la solución ε.=.1.00 no es la única, y aunque en el
valor ε.=.2.00 no hay solución alguna eventualmente
encontraremos que hay otra solución “crítica” de ε para
ε.=.3.00. Esta solución la podemos obtener utilizando
un conjunto de valores iniciales como el siguiente
(obsérvese que para poder obtener el valor inicial de
dψ/du este ya no puede ser tomado como igual a cero sino
como dψ/du0.≈.1.65):

ψ0 = 0.0___u0 = 0___dψ/du0 = 1.65

Δu = 0.02___ε = 3.00

con lo cual obtendremos entonces una nueva colección de


pares de puntos que graficados nos producirán el
siguiente resultado:

Nuevamente, tanto la función ψ(u) como la derivada de


la función dψ(u)/du se aproximan a cero suavemente al
mismo tiempo conforme u.→.+∞, con lo cual sabemos que
hemos encontrado otra solución a la ecuación diferencial
en ε = 3.00. A diferencia de la solución numérica
encontrada en el caso ε.=.1.00 en donde el valor inicial
de la pendiente dψ(u)/du era igual a cero en el origen,
confirmado con la gráfica que obtuvimos, en este caso
para la segunda solución la pendiente dψ(u)/du no es
igual a cero, sino que tiene cierto valor que
inicialmente tenemos que determinar al tanteo. ¿Y cómo
podemos saber si el valor inicial de la pendiente
dψ(u)/du se puede tomar como cero o se tiene que tomar
como diferente de cero en el origen? Si tuviéramos a la
mano la expresión analítica para la función de onda ψ(u)
de la ecuación diferencial que estamos resolviendo
numéricamente, la respuesta a la pregunta sería
sencilla, ya que todo lo que tendríamos que hacer sería
tomar la derivada de la función de onda y evaluarla en
el punto u.=.0. Por ejemplo, para la función de onda:

ψ(u) = Asen(ku)

la derivada es:

dψ(u)/du = kAcos(ku)

y en el punto de origen u = 0 la pendiente tendrá el


valor:

dψ(0)/du = kAcos(0) = kA

El problema es que cuando decidimos resolver una


ecuación diferencial por la vía numérica no tenemos una
expresión para la función de onda, siendo esta
precisamente la razón por la cual recurrimos a la vía
de la solución numérica de la ecuación diferencial,
cuando hemos llegado a la conclusión de que no existe
una solución analítica a la ecuación diferencial que
estamos tratando de resolver. Esta situación nos
advierte de antemano que la solución numérica de las
ecuaciones diferenciales es tanto un arte como una
ciencia, y además de las “pistas” que el investigador
pueda aprender en los libros del análisis numérico
eventualmente irá desarrollando algunas mañas que le
permitirán tomar atajos.

Encima del valor ε.=.3.00 eventualmente encontraremos


que hay otro valor “crítico” de ε para el cual tanto
la función de onda ψ(u) como la pendiente de la función
de onda dψ(u)/du se irán acercando simultáneamente a
cero justo en la combinación requerida conforme u.→.+∞.
Este valor es ε.=.5.00. Y encima de este valor “crítico”
hay otro valor “crítico” que es ε.=.7.00. Juntando estos
valores “críticos” nos damos cuenta de que hay un patrón
matemático bien definido para las eigensoluciones de la
energía:

La expresión general que nos genera este conjunto de


valores de energías discretizadas es:

Esta solución que hemos obtenido, por la vía numérica,


es de hecho la expresión general para los eigenvalores
de la energía del oscilador armónico simple.

Otro de los valores “críticos” de ε para los cuales


tanto la función de onda ψ(u) como la pendiente de la
función de onda dψ(u)/du se irán acercando
simultáneamente a cero justo en la combinación requerida
conforme u.→.+∞. es ε.=.17.0, el cual equivale a
resolver el problema numéricamente con el siguiente
conjunto de valores iniciales:

ψ0 = 1.0___u0 = 0___dψ/du0 = 0

Δu = 0.05___ε = 17.0

La gráfica obtenida bajo estas condiciones es la


siguiente:
Se sabe de antemano por consideraciones teóricas que el
valor de ε.=.17 para la ecuación diferencial sobre la
cual hemos estado trabajando dá una solución
admisible exacta a la ecuación de onda, la cual
corresponde de hecho al noveno eigenestado. Y aunque
ciertamente vemos aquí el comportamiento oscilatorio
esperado que corresponde a este eigenestado, la función
de onda ψ(u) en vez de irse acercando asintóticamente al
eje horizontal lo cruza y empieza a desplomarse hacia
el infinito en el sentido negativo conforme u.→.+∞. ¿Qué
es lo que está sucediendo aquí? Desafortunadamente, el
efecto discrepante se debe al error de redondeo numérico
que eventualmente nos alcanza hasta interferir con
nuestro análisis. Para compensar por el error de
redondeo, una cosa que podemos hacer es disminuír el
incremento Δu de 0.05 a 0.01 ó mejor aún, a 0.001. Pero
esto nos puede terminar elevando el tiempo de
procesamiento de modo tal que algo que antes nos llevaba
un minuto en procesar con una computadora de escritorio
nos puede terminar costando 100 minutos, varias horas,
o inclusive varios días. Eventualmente tenemos que
llegar a un compromiso sobre la precisión que deseamos
obtener. Una buena estrategia consiste en empezar con
unos valores “toscos” empleando incrementos
razonablemente grandes de Δu, y cuando creamos estar
cerca de una solución podemos ir disminuyendo el
incremento Δu según se vaya requiriendo para ir
aumentando gradualmente nuestra precisión sin incurrir
en pérdidas exageradas de tiempo de procesamiento. Aquí
la experiencia que vayamos acumulando será nuestra mejor
guía. Desafortunadamente, otro obstáculo insalvable con
el que tenemos que lidiar es la precisión numérica
limitada de las calculadoras programables de bolsillo,
y eventualmente, con la precisión numérica limitada
hasta de las computadoras más poderosas si es que
tenemos acceso a ellas. Si tuviésemos a nuestra
disposición una computadora capaz de llevar a cabo
cálculos numéricos con una precisión infinitamente
grande, sin errores de redondeo, siempre podríamos
obtener soluciones numéricas exactas a todo tipo de
ecuaciones diferenciales que no muestren jamás
divergencia alguna en las gráficas. Pero tenemos que
reconocer nuestras limitaciones tecnológicas, y hacer
lo mejor que podamos para poder salir adelante de alguna
manera. Como ya se mencionó, la solución numérica de
ecuaciones diferenciales es tanto un arte como una
ciencia, y se requiere de cierta experiencia y de cierto
“colmillo” para saber cómo movernos en esas aguas. Si
hay alguna consolación en todo esto es que el
procedimiento numérico de solución es directo y no
presenta mayores problemas una vez que se ha entendido
su mecánica. Más aún, la disponibilidad comercial de
paquetes computacionales
como Mathematica y MathCAD permite la generación y el
graficado de lo anterior de manera automática,
permitiendo hacer en cuestión de minutos un trabajo que
antes del advenimiento de las computadoras de escritorio
se podía llevar varias semanas o inclusive meses de duro
trabajo.

En los procedimientos de solución numérica empleados en


el ejemplo de arriba, vimos cómo las condiciones ψ0 =
1.0 y dψ/dx0 = 0 nos generan una gráfica que será
simétrica con respecto al eje vertical que pasa por el
origen (por el punto x = 0), una simetría como la de un
espejo en virtud de la cual si llevamos a cabo la
solución numérica para valores negativos
de x comprobaremos que para la función de onda que
corresponde a este tipo de solución se debe cumplir la
condición ψ(-x)= ψ(x). Este tipo de función de onda es
lo que se conoce como una función par (llamada
también gerade que significa lo mismo traducido del
alemán). Por otro lado, las condiciones ψ0 = 0
y dψ/dx0 ≠ 0 nos generan una gráfica que también será
en cierto modo simétrica con respecto al eje vertical
que pasa por el origen, pero esta no es una simetría
como la de un espejo ya que todo el lado de la gráfica
que vá del lado izquierdo (correspondiendo a valores
negativos de x) se invierte verticalmente, por lo cual
para la función de onda que corresponde a este tipo de
solución se debe cumplir la condición ψ(-x)= -ψ(x). A
este tipo de función se le conoce como una función
impar(llamada también ungerade que significa lo mismo
traducido del alemán). Como regla general, los estados
con paridad par ψ(-x) = ψ(x)no se desvanecen en el
centro del potencial V(x) pero en cambio tienen una
derivada de primer orden dψ/dx que es igual a cero,
mientras que los estados con paridad impar ψ(-x) = -
ψ(x) se vuelven cero en el centro del potencial pero no
tienen una derivada de primer orden dψ/dx que se
desvanezca en el centro del potencial V(x).

Habiendo visto cómo funcionan los métodos de solución


numérica para la ecuación de Schrödinger en el caso del
oscilador armónico simple, tenemos a continuación otro
caso unidimensional en el cual el potencial V(x)
representa un potencial rectangular de pozo finito que
podemos dibujar de la siguiente manera:

Como puede verse, el pozo de potencial tiene una


profundidad V0, y en el fondo del pozo al potencial se
le asigna un valor igual a cero. El pozo en sí tiene
una anchura a, y si situamos el origen de las
coordenadas justo a la mitad de la distancia que hay
entre las paredes del pozo entonces cada pared estará
situada en el punto x = -a/2 y en el punto x = +a/2.
Siguiendo el modo de pensar de la mecánica clásica, se
considera que una partícula que está dentro del pozo se
encuentra en cierto modo “atrapada” o ligada, razón por
la cual forma parte de un estado ligado, mientras que
una partícula que se encuentre fuera del pozo con una
energía potencial mayor que V0 será esencialmente una
partícula libre, razón por la cual forma parte de
un estado no-ligado. Puesto que dentro del pozo la
energía potencial es igual a cero, la ecuación de
Schrödinger:

toma el siguiente aspecto dentro del pozo:

Nuevamente, resulta conveniente convertir esta ecuación


física en una ecuación adimensional como lo hicimos
anteriormente mediante un cambio de variable:

Con este cambio de variable, la ecuación diferencial


que tenemos que resolver numéricamente será;
en donde:

De nueva cuenta, en la solución numérica que será


llevada a cabo, nos limitaremos a la obtención de pares
de puntos para los cuales u tendrá un valor positivo,
en el entendido que por la simetría de la curva obtenida
será relativamente fácil invertir la gráfica para tener
la solución tratándose de valores negativos de u. Debe
destacarse el hecho de que aquí estamos definiendo
a ε como el cociente entre la energía de la partícula y
la altura V0 del pozo de potencial, de modo tal que para
una partícula atrapada dentro del pozo estaremos
probando varios valores de ε mayores que cero pero
menores a la unidad. Para las dimensiones atómicas
usuales encontradas en el mundo sub-microscópico, un
valor típico de β es el de β = 64. La ecuación
diferencial que tenemos entre manos será válida dentro
del pozo, esto es, para valores positivos de u menores
que u = +1/2. En el caso de valores positivos
de u mayores que u = +1/2, la ecuación diferencial
tomará otro aspecto y tiene que ser resuelta por
separado. Con esto en mente, las condiciones iniciales
para la búsqueda de los eigenestadosdel pozo de
potencial serán:

ψ0 = 1.0___u0 = 0___dψ/du0 = 0

Δu = 0.02___β = 64

En este caso, el parámetro que estaremos variando para


la búsqueda de valores “críticos”será ε. Tras una
búsqueda que parte de cero hacia arriba (en el sentido
positivo), eventualmente confirmamos que un eigenestado
se encontrará aproximadamente en:

ε = 0.0987

La gráfica de ψ(u) que corresponde a los puntos


generados a través del análsis numérico sobre este
problema para las condiciones iniciales dadas es la
siguiente (la línea roja representa la localización de
la pared del pozo en el sentido positivo de la
coordenada-u):

¿Y cómo podemos estar tan seguros de que el valor ε =


0.0987 es un eigenvalor que representa
un eigenestado del sistema para una partícula dentro
del pozo? Si probamos con otro valor inferior,
digamos ε = 0.094, la curva no sólo no cruzará el eje
horizontal en ψ(u) = 0, ni siquiera lo tocará ya que
antes de que ello ocurra la curva empezará a girar hacia
arriba manifestando una divergencia en el sentido
positivo. Obsérvese que en este eigenestado algo de la
función de onda de la partícula atraviesa la pared
derecha del pozo (en el lado contrario, para valores
negativos de u, ocurre exactamente lo mismo).
Clásicamente, esto no puede ocurrir, ya que la partícula
sólida no puede “atravesar” las paredes del pozo finito,
ni siquiera parcialmente. Pero en la Mecánica Cuántica
la partícula sólida ya no es tan sólida, se puede
comportar también como una onda de materia, y debemos
estar preparados para este tipo de sorpresas.

Como es de esperarse, un pozo de potencial de


profundidad finita no admite un número infinitamente
grande de estados discretizados. Para que el pozo de
potencial pueda acomodar una cantidad infinitamente
grande de estados eigen, se requiere que el pozo sea un
pozo de profundidad infinita, o lo que es lo mismo, que
posea paredes infinitamente altas que actúen como
barrera impenetrable. De cualquier modo, para un pozo
de potencial finito como el que aquí tenemos es
importante continuar con la búsqueda de otros
estados eigen que pueda haber por allí esperando ser
descubiertos. Variando las condiciones iniciales,
eventualmente encontramos un segundo eigenestado, el
cual está ubicado aproximadamente en:

ε = 0.383

bajo las siguientes condiciones iniciales:

ψ0 = 0.0___u0 = 0___dψ/du0 = 5.0

Δu = 0.02___β = 64

La gráfica de ψ(u) que corresponde a los puntos


generados a través del análsis numérico sobre este
problema para las condiciones iniciales dadas es la
siguiente (nuevamente, la línea roja representa la
localización de la pared del pozo en el sentido positivo
de la coordenada-u):

El procedimiento señalado nos permite obtener


numéricamente los treseigenestados de una partícula
situada dentro de un pozo de potencial en una región en
la cual el potencial V(x) es igual a cero. Pero no nos
dice nada acerca de la región situada “fuera” de las
paredes del pozo en la cual el potencial es diferente
de cero, en donde la partícula se encuentra en un
estado no-ligado (unbounded). Arriba de esta región con
respecto al nivel en el cual el potencial es V0, tenemos
que echar mano nuevamente de la ecuación de Schrödinger
que para este caso será, después de una simplificación
para convertirla en una ecuación diferencial
adimensional:

La solución numérica que intentaremos llevar a cabo


sobre esta ecuación diferencial para una partícula
situada fuera del pozo de potencial será efectuada con
las siguientes condiciones iniciales:

ψ0 = 1.0___u0 = 0___dψ/du0 = 0

Δu = 0.02___β = 64

empleando en un comienzo un valor de ε igual a 1.4


(obsérvese que a diferencia de los casos anteriores para
una partícula situada dentro del pozo de potencial,
aquí ε tomará valores mayores que la unidad).
Obsérvese con atención cómo la amplitud de la función
de onda de la partícula es mayor fuera de la región que
corresponde al exterior de pozo que la amplitud de la
misma dentro de la región que corresponde
al interior del pozo, pese a que la partícula está fuera
del pozo. Es como si el pozo de alguna manera influyera
en lo que clásicamente vendría siendo una partícula
libre. Esto lo podemos apreciar mejor trazando la
gráfica completa para incluír tanto los valores
negativos como los valores positivos de u, poniendo
debajo de la misma el pozo:
Es importante darse cuenta de que, a diferencia de lo
que ocurre con los estados ligados (en el interior del
pozo), no hay dificultad alguna en obtener una solución
a la ecuación de Schrödinger para un parámetro de
energía ε mayor que la unidad (correspondiendo a una
energía mayor que E/V0), ya que la solución permanece
oscilatoria sin importar cuán grande sea el valor de u,
y sin importar tampoco cuál sea el valor de E; no hay
tendencia alguna en la función de onda ψ a mostrar una
divergencia hacia el infinito cuando la energía E de la
partícula está por encima del borde del pozo. Puesto
que clásicamente la partícula no está ligada al interior
del pozo, se puede concluír que cuando la relación entre
la energía potencial V de una partícula y su energía
total E es tal que la partícula no está ligada a una
región limitada del espacio, entonces en la Mecánica
Cuántica todos los valores de E son permitidos. Ya no
hay eigenestados, y los valores permitidos de E forman
lo que llamamos un continuo o continuum. Todos los
valores de E ó ε en el continuum arriba de V0 o de la
unidad son iguales en el sentido de que todos ellos
están permitidos. Sin embargo, algunos de los valores
de E en el continuum definitivamente son más iguales
que otros, y esto lo descubriremos probando el siguiente
conjunto de condiciones iniciales:

ψ0 = 1.0___u0 = 0___dψ/du0 = 0

Δu = 0.02___β = 64

empleando en el arranque el análisis numérico un valor


de ε igual a 2.5. La gráfica de ψ(u) que corresponde a
los puntos generados a través del análsis numérico sobre
este problema para las condiciones iniciales dadas es
la siguiente:
Obsérvese que en este caso sucede algo muy curioso. La
amplitud de la función de onda de la partícula es la
misma en la región que corresponde al exterior del pozo
que la amplitud en la región que corresponde al interior
del pozo. Nuevamente, esto lo podemos apreciar mejor
trazando la gráfica completa para incluír tanto los
valores negativos como los valores positivos de u,
poniendo debajo de la misma el pozo:

Esto que acabamos de descubrir ocurre no sólo para el


valor de ε igual a 2.5. Podemos encontrar una infinidad
de valores (discretos) de ε para los cuales la amplitud
de la función de onda será la misma tanto en la región
que corresponde al exterior del pozo como en la región
que corresponde al interior del pozo, como si la
presencia del pozo hubiera dejado de tener efecto alguno
para estos valores específicos de ε. Estos estados,
ubicados para una partícula que está fuera del pozo,
son conocidos como estados virtuales. Son una especie
de “eigenestados” sin serlo realmente. Inclusive para
el valor de ε igual a 1.4 que ya habíamos probado antes,
tenemos también un estado virtual, si utilizamos las
condiciones iniciales correctas, que en este caso
implica utilizar una función de onda impar para la
cual ψ(-u) = -ψ(u) en lugar de una función de onda par
para la cual ψ(-u) = ψ(u), o sea las condiciones
iniciales:

ψ0 = 0___u0 = 0___dψ/du0 = 9.45

Δu = 0.02___β = 64

empleando en el arranque el análisis numérico un valor


de ε igual a 1.4. La gráfica de ψ(u) que corresponde a
los puntos generados a través del análsis numérico sobre
este problema para las condiciones iniciales dadas es
la siguiente:
Nuevamente, podemos ver con mayor claridad cómo la
amplitud de la función de onda se mantiene constante
tanto fuera como dentro de las regiones que corresponden
al pozo de potencial incluyendo tanto los valores
negativos como los valores positivos de u y poniendo
debajo de la misma gráfica el pozo:

Para estas energías especiales, la curvatura de la parte


interior de la función de onda ψ tiene un valor tal que
justo en la orilla del pozo se cumple la condición dψ/du
= 0. Y el resultado es tal que la amplitud de la
oscilación en el exterior tendrá la misma amplitud que
la oscilación en el interior.

Probando otras combinaciones de condiciones iniciales


para el caso en el cual la energía E de la partícula es
mayor que la energía potencial V0, o sea para una
partícula que no está ligada permanentemente al pozo de
potencial, no tardaremos en descubrir que cuando la
amplitud de la onda que describe a la partícula al estar
sobre el pozo es diferente de la amplitud de la onda al
estar en una región fuera del pozo la amplitud de la
onda que corresponde a la región interior al pozo es
invariablemente menor que la amplitud de la onda que
corresponde a la región exterioral pozo, como podemos
apreciarlo en la solución numérica dada arriba para el
caso en el cual tenemos un valor de ε igual a 1.4 con
una función par. Esto sugiere que, para fines
comparativos, podría resultar ilustrativo definir
un cociente de amplitudes como el siguiente:

Al referirnos tanto a la “amplitud interior” como la


“amplitud exterior”, estaríamos hablando de los valores
absolutos (positivos) de dichas amplitudes, esto con la
finalidad de darle una vuelta al asunto de que una onda
senoidal tiene tantas excursiones positivas como
negativas correspondiendo las excursiones negativas a
una amplitud negativa. Para el caso en el cual la
amplitud de la onda que corresponde al interior del pozo
es igual a la amplitud de la onda que corresponde al
exterior del pozo, el cociente de amplitudes será igual
a la unidad, y como se acaba de mencionar, será menor
que la unidad en la gran mayoría de los casos exceptuando
los “estados virtuales” para los cuales el cociente es
igual a la unidad. Aunque esta es una definición válida,
hay otra que puede ser más útil por estar basada en
los cuadrados de las amplitudes de las ondas:

Este ajuste tiene que ver directamente con un hecho que


estudiaremos más a fondo cuando tratemos el asunto de
la interpretación probabilista de la función de onda.
Pero el punto relevante a notar aquí es que aquellos
valores de ε tales que produzcan una curvatura en la
función de onda con la cual se satisfaga la condición
dψ/du = 0 justo en u0 = 1/2 serán aquellos que producirán
amplitudes iguales en la función de onda tanto en la
oscilación exterior como en la oscilación interior al
pozo. De cualquier modo, asentaremos aquí que para una
partícula libre con una energía E mayor que la energía
V0 del pozo de potencial, cuando la amplitud de la
oscilación de la función de onda en la región que
corresponde al interior del pozo es igual a la amplitud
de la oscilación de la función de onda en la región que
corresponde al exterior del pozo la probabilidad de
encontrar a la partícula sobre la región que corresponde
al interior del pozo debe ser igual a la probabilidad
de encontrar a la partícula sobre la región que
corresponde al exterior del pozo. En cambio, cuando la
amplitud de la función de onda cuando la partícula libre
está sobre la región que corresponde al interior del
pozo es mucho menor que la amplitud de la función de
onda cuando la partícula libre está sobre la región que
corresponde al exterior del pozo entonces las
probabilidades de encontrar a la partícula libre sobre
la región que corresponde al interior del pozo deben
ser muy bajas. Esto significa que, para los estados
virtuales que corresponden a amplitudes iguales en el
interior y el exterior para una partícula libre, es como
si el pozo de potencial “allí abajo” no existiera. Esto
sugiere que el continuum no está carente de cierto grado
de estructura. Por otro lado, puesto que la única
condición que se requiere para que haya un estado
virtual es que se satisfaga la condición dψ/du = 0 justo
en u0 = 1/2, habrá un número infinito de estados
virtuales. En contraste, sólo hay tres estados ligados.

Puesto que ε se definió simplemente como una relación


entre la energía de la partícula y la energía potencial
del pozo, esto es:

podemos hacer el siguiente diagrama de niveles energía


que resume los resultados obtenidos arriba por la vía
numérica para el pozo de potencial con el que hemos
estado trabajando:
Al principio de esta entrada, se señaló cómo para
ciertos problemas no existe otra solución más que la
solución numérica, citándose como ejemplo de ello el
potencial Saxon-Woods. Un ejemplo de este potencial así
como su gráfica se muestran a continuación:
Como puede apreciarse, este potencial se asemeja mucho
al potencial de pozo finito rectangular que acabamos de
ver; ya que es “casi” rectangular. Sin embargo, no lo
es, y la diferencia es lo suficiente como para que no
haya una solución analítica exacta a diferencia del caso
del potencial de pozo finito rectangular en donde sí la
hay. Para el ejemplo dado, se puede comprobar por la
vía de la solución numérica que, utilizando un valor
de β = 2ma²V0/ħ² = 64, este potencial Saxon-Woods admite
en el interior del pozo únicamente tres estados ligados.
El potencial Saxon-Woods es un caso especial de un
potencial un poco más general conocido como el potencial
Hulthén:

Para un valor específico de q el potencial Hulthén


generalizado se reduce a tres tipos muy populares de
potenciales. Para q = 0 se reduce al potencial
exponencial, para q = 1 se reduce al potencial Hulthén
estándard, y para q = -1 se reduce al potencial Saxon-
Woods mencionado arriba. A su vez, el potencial Hulthén
puede ser considerado emparentado con una familia de
potenciales ampliamente utilizados dentro de los cuales
cae el potencial Eckart:

para el cual, para variar, se conocen soluciones


analíticas exactas en la ecuación de Schrödinger (los
parámetros A y B son parámetros arbitrarios, cada uno
de los cuales puede ser positivo, negativo, o cero). En
el caso específico del potencial Hulthén estándard, una
gráfica del mismo nos muestra el gran parecido que tiene
con el potencial de Coulomb:

Si hacemos una gráfica poniendo al potencial Coulomb y


al potencial Hulthén estándard lado-a-lado,
encontraremos que la diferencia entre ambos potenciales
se manifiesta de inmediato en las diferencias que hay
en los niveles de sus respectivos eigenestados:
Por lo que hemos visto aquí, la gran variedad que hay
en la Mecánica Ondulatoria subyace en la amplia variedad
de potenciales concebibles que podemos considerar para
su estudio (entre los cuales podemos citar al potencial
de Yukawa, al potencial de Morse y al potencial
Majorana, entre muchos otros). Y en muchos de esos
potenciales excepto los más sencillos, no existe
solución analítica alguna para la ecuación de
Schrödinger, sólo podemos recurrir a la solución
numérica. La ventaja de darle una solución numérica a
la ecuación de Schrödinger es que, exceptuando algunos
casos patológicos, este método casi siempre funciona.
La desventaja es que al no llevarse a cabo una solución
analítica podemos perder de vista conclusiones
importantes, como en el caso de un potencial
esféricamente simétrico que resulta esencial para poder
entender lo que sucede en el átomo de hidrógeno, y que
a su vez resulta esencial para poder entender las
propiedades físicas y químicas de los elementos. La
abstracción simbólica, a fin de cuentas, puede tener
sus ventajas sobre la simple cuestión numérica.

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