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COMUNICACIONES TELEGRAFICAS EN EL CONTRATO DE TRABAJO Agustin a Guerrero SUMARIO: I. Distintos supuestos. -II. Carga de la prueba, -III. La denuncia det contrato es de cardcter no s6lo ad probationem sino adsolemnitatem. El presente trabajo persigue en primera linea fines didacticos y practicos acerca de la validez de las comunicaciones practicadas por las partes durante la vigencia del contrato de trabajo. Asimismo concentrar de Ja manera més amplia posible, sin pretender agotar el t6pico, los lineamientos elaborados por la jurisprudencia, Se plantea a menudo la necesidad de poner en conocimiento a la otra parte la modificacién de una situacién juridica existente o el reclamo del cumplimiento de una obligacién, como es natural, con el propésito de generar consecuencias juridicas. El resultado de las notificaciones cursadas por los sujetos que componen un vineulo de trabajo, poseen total trascendencia en oportunidad de ponderar si la comunicacién fue 0 no valida. La clave esta en desentrafiar cuando la notificacién se supondré recibida por su destinatario: debe exigirse un conocimiento efectivo y completo por parte del destinatario o basta la posibilidad de una toma de conocimiento de la existencia de la comunicacién. En otros téminos, es menester la simple recepcién 0 se requiere el ineludible conocimiento personal. El primer criterio es undnimemente admitido como el mas justo y préctico, porque es suficiente el hecho de que la recepcién haya tenido lugar en condiciones tales que el destinatario debiera, usando una diligencia normal, tener conocimiento de la comunicacién que le ha sido dirigida, ya que no es posible hacer recaer sobre el remitente las consecuencias de la negligencia de aquél en enterarse de la declaracién que llega hasta él {1). Quien proporciona un domicilio, a todos los efectos del contrato de empleo, esté asumiendo "la carga" de que toda comunicacién dirigida a ese domicilio va a ser normalmente recibida. El contrato de trabajo se rige por normas coactivas {imperativas, inderogables) y no coactivas {integrativas 0 complementarias, derogables por la voluntad de las partes). Pero hay otras normas intermedias, lamadas a veces "ordenatorias" , que no son coactivas ni simplemente complementarias, y de cuya observancia depende el ejercicio de un derecho o su adquisicién. Quiere decir que el obligado puede impunemente no observarlas, pero entonces se perjudica a si mismo por la pérdida de ventajas que habria tenido observandolas. Tales "obligaciones", que no lo son en el sentido juridico, suelen Mamarse "cargas". Su cumplimiento no puede ser exigido, pero es condicién 0 presupuesto para que el ejercicio de un derecho sea eficiente (2). La notificacién constituye un acto juridico unilateral y receptive que traduce la declaracién de voluntad y posee un auténtico contenido confesorio {3). Su calidad "recepticia” lograr que entre a la esfera de conocimiento de la contraparte, revela que a priori si el destinatario del despacho no ha recibido la notificacién, no se cumpli6, Sin embargo, los efectos legales de a comunicacién deben examinarse, en cada caso en particular, teniendo en cuenta los usos corrientes y el comportamiento diligente y cuidadoso del destinatario, Dependerd su validez, del resultado que suministre el informe de las empresas de correo. Nuestro derecho positivo no regula un régimen normativo sobre el tema, no obstante la vasta jurisprudencia imperante en el caso, nos ha ido ilustrando mediante criterios y pautas plenamente uniformes. El principio cardinal que gobierna las notificaciones es la Tamada "teorfa de la recepcién’ segin el cual se considera perfeccionada cuando es recibida por el destinatario o llega a su esfera de conocimiento, No se exige que el destinatario tenga cabal y efectivo conocimiento del contenido de la comunicacién, sino basta que éste se encuentre enterado de la existencia de una comunicacién, porque a partir de alli debe actuar obrando con diligencia y buena fe. En esta linea argumental, debe tenerse presente la "teoria de la responsabilidad del riesgo por el medio empleado", consistente en que quien elige un medio de comunicacién asume el riesgo de que la noticia lega a destino. Este principio general cede frente a distintos presupuestos, situaciones facticas y conductas de las partes. Huelga sefialar que en materia de comunicaciones, por no tratarse de una cuestién de derecho de fondo, el tratamiento que se dispensa es semejante tanto al trabajador como al empleador. Su calidad "recepticia ", lograr que entre a la esfera de conocimiento de la contraparte, revela que a priori si el destinatario del despacho no ha recibido la notiflcaci6n, no se cumpli6. Sin embargo, los efectos legales de la comunicaci6n deben examinarse, en cada caso en particular, teniendo en cuenta los usos corrientes yel comportamiento diligente y cuidadoso del destinatario. Dependeré su validez del resultado que suministre el informe de las empresas de correo. I. Distintos supuestos Destinatario desconocido Sin petjuicio que el resultado de la diligencia postal sea destinatario "desconocido" 0 "mudose", se tendré por valida la notificacién en la medida que haya sido dirigida al domicilio correcto del dependiente 0 empleador. Una postura contraria a la que se esgrime, estaria convalidando la absurda situacién que el receptor podria negarse sine die a recibir la pieza postal, quedando la notificacién librada a su voluntad, con lo cual dejaria al interpelante en estado de indefensién indefinido. Corresponde considerar recibido el telegrama remitido al domicilio real del trabajador no entregado a causa de informarse alli que el destinatario es desconocido (4). Lo propio sucede, a pesar de no haberse entregado el telegrama, si volvié informado “mudose" (5). Si los telegramas enviados por el empleador fueron devueltos por destinatario desconocido 0 por haberse mudado y luego el trabajador denuncia el mismo domicilio al demandar, debe considerarse realizada la intimacién. Es distinto el caso en que los despachos hubieran sido devueltos por circunstancias en que la falta de entrega pueda imputarse a quien eligié el medio. Los telegramas llegaron a destino, y cabe admitir que pudo haber negativa a recibirlos cuando éstos ya habian entrado en la érbita de conocimiento y por ende, cumplido su finalidad (6). Si el empleador cumplié con la obligacién de notificar al trabajador su despido en el domicilio que tenia a esa fecha, la circunstancia que el dependiente fuera desconocido en dicho domicilio no puede originar ningin perjuicio al a empresa (7). Mas allé que quien elige un medio para efectuar la comunicacién carga con los riesgos, es asi siempre que no sea imputable al destinatario la causa que impide la efectividad del medio empleado (8) Desconocimiento malicioso del nombre del remitente Cuando el destinatario de un despacho telegrifico desconoce en forma maliciosa el nombre del remitente, fundado en una sutil diferencia en alguna de las letras del nombre ylo apellido, pero que permita perfectamente inferir de quien se trata, corresponde tenerlo por notificado, Si el trabajador al cursar el telegrama en vez de colocar "Romualdo Angel Oderigo", consigné erréneamente como remitente "Romualdo Angel Ademgo" (evidente confusién de Lectura "O" por "A" y "ri" por "m", en el apellido), la empresa responde con relacién a aquel que figura en el remitente "extrafiamos intimaci6n no figura nuestro registro personal", ésta no obré de buena fe en la emergencia 0, al menos, con la diligencia exigible para la defensa de sus intereses, pues era inocultable que los nombres de ese remitente coincidian con los del actor, asi como que cuatro de las letras del apellido transcripto pertenecian a un empleado de Ia demandada, Por la tanto, la firma no estuvo privada de intelegir quién era el interpelante y obr6 de mala fe al amparo de ese error en la transcripcién (arts. 62 y 63 LCT -DT, to. 1976-238-). Y sino obré de mala fe, deberia convenirse que fue negligente en la defensa de sus intereses y no satisfizo con eficiencia y claridad la carga de expedirse impuesta por el art. 57 de la LCT (9). La circunstancia de que en la pieza telegréfica no se indique el piso donde funcionaban las oficinas de la empresa no resulta suficiente para entender que el telegrama no haya legado a conocimiento de la empleadora, pues es de suponer que la mencién de la razén social de la destinataria (recaudo contenido en el telegrama) es suficiente para posibilitar a la persona que efectivamente recibié la comunicacién (empleado del consorcio), su posterior distribucién a la oficina que corresponda, procedimiento que no resulta extrafio en edificios destinados a oficinas y cuyo cumplimiento en concreto de la empleadora era especialmente sencillo, dado que ésta ocupaba todo el piso 18 (10). A viso de visita, Negligencia En los casos de inactividad del receptor se ha entendido que la notificacién cuenta con todos sus efectos. Generalmente, el supuesto ronda en la hipotesis que el empleado de la empresa de correo no halle a persona alguna en el lugar de destino, la agencia postal deja un aviso escrito dando cuenta de la diligencia y de que el despacho se encuentra a disposicién del interesado en la oficina respectiva. No obstante ello, el destinatario se abstiene de concurrir a reclamarlo, Es cierto que un despacho no entregado constituye una no-comunicacién y que las partes de un contrato de trabajo, 0 cualquier otra relacién juridica, no se encuentran obligados a permanecer en todo momento a disposicién de recibir eventuales mensajes con ella relacionados. No la es menos, que cuando la empresa postal ante el fracaso del intento de entregar la pieza queda en sus oficinas a efectos de que concurra a retirarla, el destinatario debe cargar con las consecuencias de su legitima renuencia a recogerlo, y el irreprochable incumplimiento de esa carga obsta la alegacién posterior de no haber legado a enterarse de su contenido, consecuencia a la que no es ajeno el principio de buena fe (11).

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