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T HORACIO QUIROGA LOS DESTERRADOS Prélogo y notas de ‘Jone LAFFoRGUE vy Cristina Iouesia Editorial Losada, S. A. Buenos Aires BIBLIOTECA CLASICA Y CONTEMPORANEA, 13# edicién: noviembre 1997 © Editorial Losada, S. A. Moreno 3362, Buenos Aires, 1979 Tapa: Alberto ISBN: 950-03-0171-7, Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 Marca y caracteristicas gréficas registradas en la Oficina de Patentes y Marcas de la Nacién Impreso en Argentina Printed in Argentina PROLOGO I. CRONOLOGIA DE UNA VIDA 1878. 81 de diciembre: nace en Salto (Uruguay) Horacio Silvestre Quiroga, cuarto hijo de Pastora Forteza y Pruden- cio Quiroga (vicecdnsul argentino). Entre sus antecesores se cuenta el caudillo Facundo Quiroga. 1879. La familia va a una chacra, en San Antonio Chico, donde abunda la caza. A la vuelta de una excursion, Pruden- cio Quiroga muere al engancharsele la escopeta cuando des- cendia de la lancha. Poco después Horacio es llevado por su madre a Cérdoba, adonde se trasladan para cuidar la salud de una de las hijas. Al cabo de cuatro afios, regresan a Salto; Quiroga cursa estudios primarios en el colegio Hiram, sostenido por la masoneria. 1891. Pastora Forteza se casa con Ascencio Barcos; Ho- racio acepta el matrimonio y lega a querer a su padrastro (cuando mas adelante éste queda afisico e invalido a raiz de una hemorragia cerebral, le sirve de intérprete); un dia Barcos se suicida, apuntando con el cafio de la escopeta a su cara y gatillando con los dedos de su unico pie habil. Quiroga cursa estudios secundarios en el Instituto Poli técnico de Salto y en el Colegio Nacional de Montevid la Universidad nunca sigue estudios en forma sistematica. Para esta época pasa dias enteros en un taller de repara- ciones de maquinarias y en la carpinteria de Macia, con euyo hijo esboza sus primeras conversaciones intelectuales: se declara “franco y vehemente soldado del materialismo filo- séfico”. 1893. Una fotografia nos lo muestra en traje de ciclista: un joven delgado de brazos y piernas musculosas. Durante un tiempo el ciciismo constituye el “eje de sus afanes”; en Salto funda una sociedad ciclista de la que es “seeretario y factotum”, También despiertan su entusias- mo la quimica y la fotografia. 1896, Forma con sus recientes amigos, Alberto J. Brignole, Julio J. Jaureche y José Hasde, la comunidad de los “tres ‘mosqueteros”, de la cual él es D’Artagnan. En sus frecuentes paseos por los alrededores lel pueblo suelen reunirse en una ruinosa y deshabitada casa, donde declaman a voz en cuello sus composiciones. Quiroga cambia con Brignole y Jaureche prosas y poemas en un cuaderno de cuarenta y ocho hojas (primer documento literario que se conserva de él: tiene 22 composiciones suyas escritas entre 1894 y 1897). 1897. “Estando en Montevideo, un dia del afio 97, Brignole, por casualidad, se encontré con un hallazgo excepeional. No se trataba, naturalmente, ni de un nuevo astro, ni de un tesoro escondido, ni de una lave magica: era algo mas grande que todo eso, el descubrimiento de un poeta. Habia ‘dado con él leyendo las paginas de una publicacion trasplatina aida en sus manos al acaso. Habia alli una «Oda a la desnu- dez», firmada por un desconocido, Leopoldo Lugones, en la que todo parecia grandiosamente virgen: la simbologia, la sonoridad, la fuerza lirica. (...) La «Oda» entré a constituir el alfa de su abecedario lirieo” (José M. Delgado y Alberto J. Brignole). Quiroga Yolabora —esté a medias comprobado— en La Revista y La Reforma; en esta titima un articulo suyo docu- menta sobre una hazafia que acaba de realizar: ha unido las ciudades de Salto y Paysandii en un viaje en bicicleta. Tiene dieciocho afios; junto a Lugones, admiraa Gutiérrez Najera, Bécquer, Dario, Heine, Verlaine. Eseribe entonees: Neurosis intensa. ‘Amor: Crisis histérica. Inspiracion: Un trago mas de agua oun bocado mis. “Amargura: Pobreza de glébulos rojos. Inteligencia: Mas 0 menos fésforo. Goce: Crispacién de la médula espinal. + Sofar: Rozamiento del cuerpo contra las sébanas. 1898. En las fiestas de carnaval de Salto, conoce a Maria Esther Jurkowski, su primer gran amor desdichado, a la que mas tarde hara protagonista de “Una estacién de amor” y Las sacrificadas. La irregular situacién hogarefia de la 8 i muchacha —la madre, viuda, vivia con su cufiado— suscita la oposicién irreduetible de la familia. Horacio no pudo im- poner su voluntad. Se estrena en el periodismo literario bajo el seudénimo de Guillermo Eynhardt (héroe de El mal del siglo de Max Nor- dau). Colabora espaciadamente en el semanario saltefio Gil Blas, dos de cuyos directores, José Maria Fernandez Saldaha y Asdribal E. Delgado, se suman al grupo mosqueteril. En ese periédico se halla “su primera publicacién documenta- ble, es un poema en prosa, titulado «Nocturno», en el que la audacia metaforiea no supera la de estas lineas: .. .la Luna que semeja un arco voltaico. . .” (Emir Rodriguez Monegal). Quiroga y Brignole aprovechan la breve escala que el va- por fluvial hace en Buenos Aires para conocer a Lugones; lo visitan en su casa de Barracas. 1899. Nueva visita a Lugones: nace una fuerte amistad. Quiroga se lanza a una empresa de gran alcance, un sema- nafio propio: funda la Revista del Salto, que subtitula: Se- manario de literatura y ciencias sociales. Si el motivo que alienta la empresa es una cierta rebeldia no es seguro que Jos propésitos sean subversivos. Se trata, en verdad, de dar a conocer una linea estétiea: “cuando el genio vive en la san- gre como una neurosis, cuando acaso con un golpe de alas se puede salvar esa bruma tenaz” (Introduecién, mim. 1, 11 de septiembre). En ella colaroran: A. J. Brignole, A. Delgado, Atilio Brignole y Fernandez Saldaiia. Quiroga publica “Para noche de insomnio” (bajo influencia de Poe y eon epigrafe de Baudelaire); “Aspectos del modernismo” (‘Literatura de los, degenerados; éste es el justo nombre que se ha pretendido convertir en culpa”); un trabajo titulado “Sadismo-Maso- guismo”; una apologia de Lugones, a quien califica de “genio”. 1900. 4 de febrero: termina sus dias la Revista del Salto (han aparecido veinte nimeros). “Una publicacién que no se adapta al ambiente en que vive, que intenta el mas insignificante esfuerzo de amplitud y penetracién, cae. No se la discute, no se la exalta, no se la ‘elogia, no se la critica, no se la ataca: se la deja desaparecer ‘como una cosa innecesaria, muere por asfixia, lentamente.” (Por qué no sale més la Revista del Salto”, en su ultimo nimero.) +

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