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UNIVERSIDAD PRIVADA DE

TACNA
MONOGRAFIA

DERECHO COMERCIAL PERUANO

PROFESORA: DELIA MAMANI HUANCA

ALUMNOS: MARLENE MARQUEZ

MARIA ALEJANDRA GUTIERREZ ORÚE

SOL CHACOLLA HUANCA

CURSO : DERECHO COMERCIAL I

CICLO : QUINTO
INTRODUCCION

El Derecho comercial surge en la Edad Media, frente a la rigidez y formalismo del


Derecho civil, pues los comerciantes sienten la necesidad de unas normas que se adapten
mejor a los requisitos del comercio. Dejan de aplicar entre sí la normativa rígida del
derecho civil, y crean un derecho autónomo, que no surge por imposición del Estado, sino
por su aceptación social y que se plasma en costumbres recogidas por recopilaciones
hechas por asociaciones de comerciantes. ¿Cómo se impone este derecho, si no tenía
respaldo público? A través de tribunales arbitrales de las propias corporaciones de
comerciantes (conocidos como “Consulados”), cuyas sentencias no eran ejecutivas por
imposición pública sino por presión social.
Este sistema de Derecho mercantil de clase cubre desde la baja Edad Media hasta la
Revolución francesa, y en España hasta las reformas de Fernando VII, ya en el siglo XIX.
Las únicas imposiciones estatales fueron las leyes de quiebra y los requisitos para la
creación de sociedades, para lo que se exigía autorización real (fue típico el privilegio
concedido a la Compañía de las Indias). Fuera de esto, la intervención del poder estatal
se limitaba a la promulgación de Ordenanzas, recopilaciones de normas consuetudinarias
con aprobación real, como la de Bilbao de 1737.
Estas Ordenanzas de Bilbao, inspiradas en las Ordenanzas francesas de Luis XIV, llegan
a aplicarse en un ámbito nacional vía consuetudinaria, y más tarde en 1792 Carlos IV
termina por imponer su vigencia al declararlas “universalmente recibidas en sus Reinos
para los asuntos mercantiles”. En su esencia, el Derecho mercantil medieval pervive -
aunque parezca increíble - hasta la transformación radical de finales del XVIII, cuya
expresión más violenta es la Revolución Francesa, y cuyas bases ideológicas son los
principios de igualdad y libertad - libre iniciativa y libre competencia en lo económico.
1. Evolución del Derecho Comercial

Según la opinión general, resulta imposible delimitar la materia comercial en los


sistemas jurídicos de la Antigüedad, toda vez que estos carecieron de normas
que regularan en forma especial al comercio y los comerciantes. Es cierto y
evidente, que los sistemas vigentes en ese estadio histórico, regularon cuando
menos en embrión muchas de las instituciones o actos que hoy consideramos
como de comercio; pero también lo es que las condiciones políticas, económicas
y culturales de la época no hicieron sentir la necesidad de la existencia de una
rama especial para regularlos, de tal manera que tales actos constituían una
especie indiferenciada en la totalidad de los actos jurídicos. Las normas
reguladoras de los actos considerados ahora como de comercio carecían de
autonomía y se encontraban dentro del ámbito de las normas jurídicas generales
o, cuando más dentro del Derecho Privado.

1.1. Edad Antigua.

El comercio, como fenómeno económico y social, se presentas en todas las


épocas y lugares. Por ello aún en los pueblos más antiguos pueden encontrarse
normas aplicables al comercio, o más bien, a algunas de las relaciones e
instituciones a que aquella actividad da origen. Así sucede en los sistemas
jurídicos de Babilonia, Egipto, Grecia, Fenicia, Cartago, etc.
Sin embargo, en esos sistemas jurídicos no existió un Derecho especial o
autónomo, propio de la materia mercantil. Es decir, no existió un Derecho
Mercantil como hoy lo entendemos, sino tan sólo normas aisladas relativas a
determinados actos o relaciones comerciales.
Entre esas normas los autores hacen especial mención de las llamadas "Leyes
rodias" (de la isla de Rodas), que en realidad constituyeron una recopilación de
un conjunto de usos sobre el comercio marítimo. Esas "leyes" han alcanzado
fama a través de su incorporación al derecho romano.
Derecho Romano

Tampoco puede hablarse de la existencia de un derecho mercantil –especial o


autónomo- en el sistema jurídico de Roma. Roma no conoció un Derecho
Mercantil como una rama distinta y separada en el tronco único del Derecho
Privado (ius civile), entre otras razones, porque a través de la actividad del pretor
fue posible adaptar ese Derecho a las necesidades del tráfico comercial.
En el antiguo derecho se encuentran instituciones que más tarde fueron
consideradas comerciales. Aparecieron formas jurídicas aisladas que formaban
parte del derecho común, pero no existió un conjunto de disposiciones
comerciales que constituyeran un todo organizado.1

1.2. Edad Media.

El Derecho comercial como Derecho especial y distinto del común, nace en la


Edad Media, y es de origen consuetudinario.
El auge del comercio en esa época, el gran desarrollo del cambio y del crédito,
fueron entre otras las causas que originaron la multiplicación de las relaciones
mercantiles, que el Derecho común era incapaz de regular en las condiciones
exigidas por las nuevas situaciones y necesidades del comercio.

El nacimiento del Derecho Comercial como tal, está ligado íntimamente a la


actividad de los gremios o corporaciones de mercaderes que se organizan en las
ciudades comerciales medievales para la mejor defensa de los intereses
comunes de la clase. Las corporaciones perfectamente organizadas, no solo
estaban regidas por sus estatutos escritos, que en su mayor parte recogían
practicas mercantiles, sino que además instituyeron tribunales de mercaderes
(jurisdicción consular), que resolvían las cuestiones surgidas entre los
asociados, administrando justicia según usos o costumbres del comercio.

1
Medina Vergara, Jaime. “Derecho comercial”. 4ª edición.Ed. Temis S.A. Colombia,
2008. Pag 09
Es así que, en el seno de los gremios y corporaciones, principalmente en las
florecientes ciudades medievales italianas, va creándose un conjunto de normas
sobre el comercio y los comerciantes, tendientes a dirimir las controversias
mercantiles, normas de origen consuetudinario, que son aplicadas por los
cónsules, órganos de decisión de aquellos gremios o corporaciones.
Estas normas consuetudinarias, y las decisiones mismas de los tribunales
consulares, fueron recopiladas en forma más o menos sistemática, llegando a
constituir verdaderos ordenamientos mercantiles de la época.

1.3. Época Moderna.

Fue en Francia donde propiamente se comenzó no solo a comprender y sentir la


necesidad reclamada por la actividad del comercio, sino también se satisfizo
cumplidamente, asentando la piedra angular sobre que se ha levantado el
edificio del moderno Derecho Mercantil, el que desde entonces, emancipándose
completamente del Derecho Romano, del Derecho común y de los Derechos
forales, no solamente ha adquirido una verdadera autonomía jurídica, sino que
tiende a obtener un carácter de universalidad internacional, llegando su
influencia, como es natural, hasta modificar los preceptos del Derecho Civil de
cada pueblo, pues el cotejo de los diversos códigos mercantiles, su estudio
comparativo por los jurisconsultos y su perfeccionamiento constante, conducen
inflexiblemente a correcciones del Derecho Civil, que de todas maneras tiene
que estar en armonía con el Derecho Mercantil de cada Estado.

Fue así que partiendo de obras como el Code Merchant francés de 1673 un gran
número de Estados redactaron legislaciones similares para regular la materia
que nos compete. Este gran movimiento legislativo de todas las naciones trajo
consigo un gran movimiento científico en la esfera de la literatura jurídica del
derecho mercantil, cuyas obras de estudio forman hoy una riquísima biblioteca.
Sobre todo la materia de la legislación comparada adquirió, como era de
esperarse, un gran desarrollo, pues siendo el comercio cosmopolita por su
naturaleza y por el grande impulso que en los tiempos modernos le comunican
las pacíficas relaciones internacionales, los tratados, las vías de comunicación
marítimas y terrestres, es natural que el Derecho Mercantil, reflejo de las
necesidades del comercio, tienda a buscar esa unidad de preceptos y doctrinas,
esa universalidad de principios que exige el cosmopolitismo del tráfico en sus
diversas manifestaciones. Entre los varios ramos de la legislación mercantil hay
algunos en que más se ha acentuado la necesidad de uniformar el Derecho de
las distintas naciones, como sucede en lo relativo a las letras de cambio entre
muchos otros aspectos.
Con motivo de la necesidad de uniformar por lo menos ciertos aspectos del
Derecho Mercantil entre las diversas naciones se comenzaron a celebrar
congresos y conferencias entre estas para llegar a acuerdos y tratados. Siendo
la primera de ellas la reunión en Berna en 1878, a la cual le han seguido
innumerables intentos a través del tiempo con el fin de lograr la tan deseada
obtención de acuerdos que produzcan la uniformidad tan necesaria en materias
mercantiles.
2. Concepto de derecho comercial

Es el conjunto de instituciones jurídicas que rigen las relaciones entre los


comerciantes derivados de la realización de los actos de comercio; estos a su
vez tienen el carácter de determinar la naturaleza jurídica de orden mercantil.

Para el autor Cervantes Ahumada, el Derecho Comercial, es también


considerado como el conjunto de instrumentos que la norma establece, para
lograr el intercambio comercial legitimado por el derecho.2

El autor Rafael De Pina Vara; sostiene que resulta muy difícil definir al Derecho
Comercial, toda vez que la ley mercantil establece supuestos de naturaleza
comercial sin que estos sean ejecutados materialmente por comerciantes, por
ello se determina que el derecho mercantil o comercial no regula las relaciones
entre comerciantes, sino que se enfoca a la ejecución misma del acto de
comercio.3

Siguiendo a Sánchez Calero, podemos definir al Derecho Comercial como “la


parte del Derecho Privado que comprende el conjunto de normas jurídicas
relativas al empresario y a los actos que surjan del ejercicio de su actividad
económica”.4 Las notas fundamentales de este concepto son las siguientes:

a. Parte del Derecho Privado: Se trata de un aparte del Derecho Privado, la cual
es una de las dos categorías fundamentales en que se divide el Derecho
Objetivo. El Derecho Privado se preocupa de regular las relaciones entre los
particulares, y en concreto el Derecho Comercial regula las relaciones de los
empresarios entre sí, o las de éstos con sus clientes. Pero en la actualidad no
se puede decir que se trate solamente de Derecho Privado, ya que el creciente

2
Cervantes Ahumada, Raúl. "Derecho Mercantil". 3a. edición, Ed. Herrero, S.A.
México, 1980. Pag 59
3
De Pina Vara, Rafael. "Diccionario de Derecho", 3a. Edición, Ed. Porrúa. S.A. México
1973. Pag 42
4
Sanchez Calero, Fernando. “Principios de derecho mercantil”, 22ª edición, Ed.
Aranzadi. España 2017. Pag 04
intervencionismo estatal hace que muchas normas de Derecho administrativo y
fiscal modulen las normas comerciales.

b. Derecho de los empresarios: El empresario es el sujeto de las relaciones que


constituyen la esencia de este Derecho. Lo cual no impide que excepcionalmente
las normas de derecho Mercantil puedan aplicarse a casos en los que no
intervenga un empresario, como puede ser en el supuesto de la letra de cambio.

3. Fuentes del Derecho Comercial

Entendemos por fuente de donde brota surge o nace. Por lo que las fuentes del
Derecho Mercantil son aquellas que procuran el nacimiento de normas, sin
embargo dichas no son exclusivas del Derecho Mercantil.
Debemos partir forzosamente de la distinción entre "fuente material" (elemento
que contribuye a la creación del derecho: convicción jurídica de los comerciantes,
tradición, naturaleza de las cosas y otros factores morales, económicos,
políticos, etc.) y "fuente formal", o sea la forma externa de manifestarse el
Derecho positivo.
Acotado así el tema, no puede haber en realidad una teoría propia de las fuentes
del Derecho Mercantil, porque este Derecho no ofrece formas especiales de
manifestación, distintas de las del Derecho Civil: tanto uno como otro se
exteriorizan en dos fuentes fundamentales: la ley y la costumbre; el Derecho se
manifiesta o por palabras o por actos; o reflexiva y mediatamente a través del
Estado, o espontánea e inmediatamente por la sociedad misma. No hay, pues,
una diversidad de fuente. Hay una diversidad de normas (las normas contenidas
en la ley o en la costumbre mercantil), la rúbrica "Fuentes del Derecho Mercantil"
contiene una expresión equívoca impuesta por la doctrina tradicional. No
tratamos, en efecto, de las fuentes del Derecho Mercantil como modos o formas
peculiares de manifestarse este Derecho, sino de las normas (legales o
consuetudinarias) relativas a la materia mercantil. La ley y la costumbre
mercantil, en tanto que fuentes del Derecho, en nada se diferencian de la ley
mercantil y la costumbre civil. La diferencia está en su respectivo contenido
(relaciones sociales que regulan, necesidades que satisfacen).
La Ley.
La ley es la principal fuente formal del Derecho Mercantil, y en nuestro sistema,
elaborarla corresponde al Congreso de la Unión según establece la fracción X
del artículo 73 Constitucional, que a la letra dice "El Congreso tiene facultad:
……Para legislar en toda la República sobre hidrocarburos, minería, industria
cinematográfica, comercio,……"Sin embargo, para los fines de nuestro estudio,
entendemos por ley mercantil no solamente las normas emanadas del Poder
Legislativo Federal, sino también otras que dictó el Ejecutivo por delegación y en
uso de las facultades extraordinarias que recibió del Legislativo; las que
contienen los tratados internacionales celebrados por el mismo Ejecutivo con
aprobación del Senado; así como aquellas dictadas por el Ejecutivo en ejercicio
de sus funciones, para proveer al exacto cumplimiento de todas las anteriores
normas.

En consecuencia, entendemos por norma mercantil, toda aquella disposición


obligatoria de carácter general y abstracto emanada del Estado Federal y
provista de una sanción soberana que regulan la materia delimitada como
mercantil.

Ahora bien, nuestra legislación mercantil se encuentra sumamente dispersa,


toda vez que, por una parte, muchas de las materia que originalmente se
encontraban reglamentadas en el Código de Comercio, se han segregado de él
a virtud de leyes derogatorias; y por la otra, se han expedido múltiples
ordenamientos que han venido a regular materias no comprendidas antes en
dicho Código, de aquí que pueda decirse que nuestra legislación mercantil se
encuentra integrada por el Código de Comercio y por las leyes derogatorias y
complementarias de él.

En cuanto a las leyes derogatorias del Código podemos citar como ejemplos a
la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, la Ley General de
Sociedades Mercantiles, la Ley sobre el Contrato de Seguro, la Ley General de
Sociedades Cooperativas, entre otras.
Por lo que toca a leyes complementarias es posible citar (por dar un par de
ejemplos) la Ley Orgánica del Banco de México, la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito y la Ley de Cámaras Empresariales y sus
Confederaciones.
La ley mercantil de carácter general, es el Código de Comercio, el cual integra
los aspectos generales del Derecho Mercantil, pues es dentro de su mismo
cuerpo, Derecho sustantivo y adjetivo, pero además se encuentra apoyado por
una serie de leyes y reglamentos que regulan materias específicas a las cuales
llamamos "Leyes Especiales del Derecho Mercantil".

La contemplación del campo legislativo mercantil descubre un fenómeno


interesante: la abundancia de leyes especiales, que contrasta con la escasez de
estas leyes en el Derecho Civil, como si en el Derecho Mercantil la tarea
codificadora hubiese sido mucho más restringida. Pero esta no es la razón. La
razón está en que la insuficiencia de los Códigos para regir todas las relaciones
sociales cuyo ámbito abarcan, se muestra más claramente en Derecho Mercantil.
Los nuevos hechos, necesitados de nueva ordenación jurídica, se producen más
rápidamente y en mayor número en la vida mercantil. Los Códigos de Comercio
nacen para quedar pronto anticuados y es preciso recurrir a una legislación
casuista y complementaria, que la vida civil, desarrollada a un nivel más lento,
no reclama con pareja urgencia.
Estos hechos son los que han dado lugar a la promulgación de múltiples leyes
especiales, que han venido a modificar o a completar la regulación contenida en
el Código.
4. Historia del código de comercio peruano

Para investigar cuál ha sido la historia del vigente Código de Comercio peruano
hay que .remontarse al siglo pasado. Y no porque este código tenga como fecha
de inicio de vigencia el año de 1902 y esto lleve a pensar entonces que, por
tanto, fue durante los años próximos anteriores a 1902, durante los cuales se
preparó o se realizó la elaboración o redacción de este código de comercio, sino
porque, en realidad, como se comprobará más adelante, dicho código es del
siglo pasado, aun cuando tenga como fecha de inicio de vigencia el año de 1902.
Allá por el año de 1895, exactamente el 6 de noviembre de ese año, fue
presentado a la entonces Cámara de Diputados un proyecto de ley por los
diputados Felipe de Osma, José M. Manzanilla, Germán Leguía, M. J. Pozo, J.
D. Cáceres y Washington Ugarte, que proponía la adopción del Código de
Comercio español de 1885 y la elección de una comisión que informara acerca
de las reformas que fuese necesario introducir en él.
Se puede apreciar bien, entonces, que después de diez años de la puesta en
vigencia del mencionado Código de Comercio español de 1885, ya en el Perú se
proponía la incorporación de este código en su normatividad.
Pero esta observación no debe causar sorpresa porque en ese año, 1895, se
encontraba vigente el Código de Comercio de 1853 que era resultado a su vez
de la incorporación del Código de Comercio español de 1829 a la normatividad
peruana. De tal manera que cuando en 1895 se proponía la incorporación de un
código extranjero a la normatividad peruana, ya en el Perú existía un precedente.
Tal parece que en 1895 los «legisladores» peruanos al ver que ya en España
habían cambiado de código de comercio derogando el anterior de 1829, se hacía
necesario también aquí entonces, por lógica, tener que hacer los mismo; es
decir, cambiar de código de comercio. Pues hubiese sido ilógico e inconsecuente
continuar utilizando el Código de Comercio de 1853, que era el mismo de España
de 1829 y que ya había sido derogado y sustituido por otro en dicho país diez
años atrás en 1885.
Estas circunstancias han debido ser sin duda las que motivaron a los diputados
anteriormente mencionados a proponer en 1895 la adopción de un nuevo código
de comercio en el Perú.
Lo que sucedió a continuación entonces fue que la propuesta de estos diputados
fue tomada en cuenta, pues de acuerdo a los datos obtenidos de los propios
dictámenes legislativos con los que se discutió y aprobó la adopción del Código
de Comercio de 1902, después de la presentación del proyecto de ley -en el que
se proponía la adopción del Código de Comercio español de 1885- en 1895,
hubo de transcurrir dos legislaturas para que finalmente se presentara el
dictamen con el que se aprobó la incorporación de dicho código a la normatividad
peruana. Fue en las sesiones del año 1897 en las que ese dictamen fue
ampliamente discutido y aprobado, quedando así, por tanto, aceptada la
propuesta de adopción del Código de Comercio español de 1885 5

5
LAMA, Miguel de la, “Dictámenes legislativos del Congreso”, en Código de Comercio, Lima, 1902,
pág. 219
Pero este proyecto de ley no llegó a ser ley del Estado porque en ese año (1897)
se clausuró el Congreso sin que el Senado hubiera tenido tiempo para ocuparse
del asunto. Fue entonces cuando a comienzos del año siguiente (1898), como el
Congreso estaba inactivo, tomó riendas en el asunto el Poder Ejecutivo, pues
éste participaba en la misma medida de las aspiraciones de los diputados que
habían presentado el proyecto de ley. El Poder Ejecutivo (exactamente el
gobierno de Nicolás de Piérola) expidió entonces un decreto el 28 de febrero de
1898 mediante el cual se nombró a los doctores Luis Felipe Villarán y Felipe de
Osma y Pardo miembros de la comisión encargada de adaptar el Código de
Comercio español de 1885 a nuestras costumbres mercantiles, forma de
gobierno y organización de los juzgados y tribunales, disponiendo a su vez que
la Cámara de Comercio de Lima agregara un comerciante, quien unido a los dos
anteriores completaría dicha comisión.
De esta manera quedó conformada completamente esta comisión, a la que
precisamente dicho decreto denominó «Comisión encargada de adaptar el
Código de Comercio español de 1885 a nuestras costumbres mercantiles, forma
de gobierno y organización de los juzgados y tribunales»6, comisión que fue
creada por el decreto del 28 de febrero de 1898 y que fue propuesta por el
proyecto de ley que fue presentado por los diputados ya mencionados, en 1895.
Según datos también de los dictámenes legislativos, esta comisión «trabajó
asiduamente durante ocho meses» después de los cuales presentó el Código al
Poder Ejecutivo y éste lo sometió a la Cámara de Diputados del mismo año
(1898)7 Pero no hubo tiempo en esa legislatura ni en la ordinaria de ese año para
tratar esa materia, razón por la cual iba a demorar más el proceso de. aprobación
del Código. Fue entonces cuando intervino la Cámara de Comercio de Lima, que
estaba muy interesada en la pronta aprobación, y presentó en 1899 al Poder
Ejecutivo una exposición en la que pedía se sometiera el Código al Congreso
extraordinario que estaba funcionando en aquel momento.
El Poder Ejecutivo accedió y remitió el Código al Congreso extraordinario, para
lo cual se formó en éste una Comisión auxiliar de legislación que se encargaría
de examinar el Código. Este hecho podría llevar a pensar entonces que la
«adaptación» que hizo la comisión encargada para ello fue muy «técnica» y

6
LAMA, Miguel de la, op. cit., pág. 220.
7
Ibídem, pág. 220
«elaborada», pues para su revisión el Congreso se vio en la necesidad de crear
una Comisión auxiliar de legislación. En la segunda parte de este trabajo se
comprobará si ello fue realmente así.
La Comisión auxiliar de legislación se dedicó entonces a examinar el Código. Y
la revisión que hizo dio como resultado tres dictámenes legislativos que son
precisamente de los cuales se está obteniendo toda esta información. El primero
de estos dictámenes fue un dictamen de mayoría y el segundo uno de minoría.
Ambos fueron emitidos con fecha 1 de diciembre de 1899. Y el tercer y último
dictamen fue un dictamen concordado emitido con fecha 5 de diciembre de ese
mismo año.
En el primer dictamen, el de mayoría, la Comisión auxiliar de legislación
simplemente reprodujo las consideraciones que expusieron los miembros de la
Comisión encargada de adaptar el Código de Comercio español para emprender
su obra, las mismas que terminaban con la propuesta de varias conclusiones.
De estas conclusiones las más importantes eran la aprobación del proyecto de
Código de Comercio preparado por esta última comisión, la autorización al Poder
Ejecutivo para la publicación del Código y que la fecha de inicio de vigencia fuera
el 17 de marzo de 1900.
Pero en el segundo dictamen, el de minoría, la Comisión auxiliar de legislación
expuso que había hecho un estudio exhaustivo de la necesidad de la reforma del
Código de Comercio en el Perú, de cómo y por qué se había dirigido esta reforma
a la adopción del Código de Comercio español de 1885, así como expuso las
modificaciones que hizo a este código la Comisión encargada de adaptarlo y las
principales reformas que finalmente este nuevo código introduciría en la
legislación vigente de ese entonces.
El segundo dictamen finalizaba también con la propuesta de varias conclusiones.
De ellas las más importantes eran la aprobación del proyecto de Código de
Comercio presentado por el Poder Ejecutivo y que la fecha de inicio de vigencia
fuese el 18 de marzo de 1900 porque ése era el día de la apertura de los
tribunales en el siguiente año judicial de 1900.
Es de mucha importancia destacar que en estos dos dictámenes legislativos la
Comisión auxiliar de legislación del Congreso empezó a emitirlos haciendo notar,
y por ende criticando, la injustificada, para ellos, falta de Exposición de motivos
en este proyecto de Código de Comercio. Así, en el dictamen en minoría se
observó lo siguiente: «esta clase de obras no deben venir como ahora, sin una
exposición de motivos que facilite su estudio y comprensión»8 De la misma
forma, en el dictamen en mayoría también se observó lo siguiente: «Habiéndose
omitido por ellos, la exposición de motivos que debía anteceder al trabajo de
aliento que emprendieron» 9
En la segunda parte de este trabajo se comprobará también si era injustificada o
no la falta de exposición de motivos, así como si fue realmente un «trabajo de
aliento».
A través del dictamen concordado la mencionada comisión presentó igualmente
varias conclusiones, siendo la primera y más trascendente de ellas la de
aprobación del proyecto de Código de Comercio que había remitido el Poder
Ejecutivo. De tal manera que lo único que en realidad hizo esta comisión a través
de dicho dictamen fue simplemente, pues, aprobar el proyecto de Código de
Comercio.
Como siguiente paso dicho proyecto fue remitido a la Cámara de Senadores de
ese entonces para su correspondiente revisión y aprobación, para lo cual emitió
también su respectivo dictamen. Pero dicha revisión, aprobación y dictamen
senatorial no se realizaron inmediatamente, sino luego de nueve meses. Así es
como, recién con fecha 1 de setiembre de 1900, se expide el dictamen del
Senado.
En el dictamen del Senado éste también propone, al igual que en los demás
dictámenes, varias conclusiones; siendo la primera y más trascendente de ellas
la de aprobación de las conclusiones venidas en revisión de la Cámara de
Diputados con excepción de sólo algunas normas que se indicaron.
Nuevamente es muy significativo y destacable el hecho de que también en este
dictamen se observó la falencia de exposición de motivos de este proyecto de
codificación mercantil: «Tarea muy fácil sería juzgar su trabajo, si estuviera
acompañado de una motivación más o menos extensa, o siquiera de una
exposición de plan, que ayudase a su estudio»10
Pero aun con esta última aprobación efectuada por el Senado en 1900 no pudo
llegar todavía a entrar en vigencia este código de comercio. Ello se debió a que

8
LAMA, Miguel de la, op. cit., pág. 217.
9
lbidem, pág. 185
10
LAMA, Miguel de la, op. cit. pág. 231
el Congreso consideró conveniente discutirlo y revisarlo todavía en las sesiones
parlamentarias de las siguientes legislaturas del año 190 l. Durante este año las
conclusiones de los tres dictámenes fueron, pues, discutidas, revisadas y
finalmente aprobadas en sesiones parlamentarias tanto de la Cámara de
Diputados como de la Cámara de Senadores de ese entonces.
Finalmente, transcurridas las legislaturas del año 1901 el Congreso remitió el
proyecto de Código de Comercio al Poder Ejecutivo para su promulgación. Es
así como finalmente el Poder Ejecutivo de ese entonces, exactamente el
gobierno de Eduardo López de Romaña, promulgó el Código de Comercio el 15
de febrero de 1902 disponiéndose que su vigencia comenzara a regir el 1 de julio
de ese mismo año, como efectivamente rige hasta nuestros días. Este lapso de
meses entre la promulgación y la puesta en vigencia obedeció a que se
consideró que se requería algún tiempo para su necesaria difusión y divulgación,
tal como siempre se estila hasta la fecha con las leyes de importancia como son
los Códigos.

5. El Código de Comercio de 1902


Nuestro código de 1902 aún vigente, consta de cuatro libros:
 El Libro Primero, bajo el título De los Comerciantes y del Comercio en
General, del cual, apenas, si quedan sus dos o tres primeros artículos
en vigor, pues todo lo demás ha sido expresa o tácitamente derogado,
caso uno y otro, de las Casas de Comercio, Martilleros, Libros de
Contabilidad, el régimen del comercio en la mujer casada, y otros
 El Libro Segundo, de los Contratos Especiales de Comercio, de los
cuales sólo quedan cinco, a saber, Contrato de Comisión Mercantil,
Transporte, Seguros, Cuenta Corriente Mercantil y Prenda. El 13 de
Mayo de este año 2003 se publicó en el Diario Oficial “El Peruano” el
proyecto de Ley de Garantías Mobiliarias que de promulgarse,
derogaría el Contrato de Prenda. La derogatoria de los otros cuatro
fue propuesta por la Comisión Especial encargada de la Reforma del
Código de Comercio, entre los años 1997-1998, cuando se presentó
el Proyecto de Ley Marco del Empresariado, lo que jamás prosperó.
En Abril del 2002 el Congresista doctor Daniel Estrada Pérez asumió
con la Comisión Redactora del Proyecto y con la Cámara de Comercio
de Lima, el compromiso de liderar la gestión y el debate para,
efectuando los ajustes necesarios, lograr su pronta promulgación.
 El Libro Tercero trata Del Comercio Marítimo. Ya se ha informó, en el
acápite anterior, que la Comisión Especial presentó un Proyecto de
Ley General de Navegación Marítima. La sola transcripción de sus
artículos 635, 636, 674 y 701, nos relevan de mayores comentarios:
“Art. 635.- Si estando de viaje llegare a noticia del capitán que habían
aparecido corsarios o buques de guerra contra su pabellón, estará obligado
a arribar al puerto neutral más inmediato (...)”
“Art. 636.- Si se viere atacado por algún corsario y después de haber
procurado evitar el encuentro y de haber resistido (...)”
Art. 674.- Tampoco devengarán flete las mercaderías que se hubieren
perdido por naufragio o varada, ni las que fueren presa de piratas o enemigos
(...)”
Art. 701.- A petición del fletador podrá rescindirse el contrato de fletamento:
4) Si salido el buque a la mar, arribare al puerto de salida, por riesgo de
piratas, enemigos o tiempo contrario y .. (...)”
No cabe duda que ahora, cuando las naves que surcan los mares del mundo,
cuentan con ayudas de tecnología de última generación, computadoras de
alerta para enfrentar los riesgos marítimos, bodegas, carga, estiba,
acoderamiento, zarpe, ingreso a bahía y otros, eso de mantener regulación
sobre piratas y corsarios, nos da la imagen de un total desajuste entre
realidad y norma. En la práctica, el comercio marítimo se regula por Tratados
Internacionales, disposiciones de las Conferencias Marítimas y regulaciones
de la Organización Mundial del Comercio Marítimo. Se tiene presentado,
desde hace cinco o seis años y con los documentos arriba citados, un
Proyecto de Ley de Navegación Marítima. Naturalmente, en poco más de
cinco años, tienen que haberse producido cambios de distinto orden. Habrá
que revisarlo rápidamente para ponerlo a diciembre del 2003 o principios del
2004. Solo falta voluntad política.
 El Libro Cuarto, De la Cesación de Pagos y de las Quiebras, fue
sustituido inicialmente por la Ley 7566, de la década de los años 30.
Recién en los años 90, la Ley 26116 de diciembre de 1992,
denominada Ley de Reestructuración Empresarial le modificó
totalmente el esquema, acogiendo las nuevas corrientes europeas, en
especial de Bélgica, Italia, Inglaterra y Francia. En 1996 se expide el
D. Leg. 845 el cual bajo la denominación Ley de Reestructuración
Patrimonial no sólo incorpora como sujeto susceptible de la
insolvencia a la persona natural, no considerada por la ley 26116, sino
que crea un Procedimiento Preventivo a tal situación. Después de
varias normas creadas y promulgadas con fines coyunturales, en
Octubre del 2002 se dicta la Ley 27809 bajo el título Ley General del
Sistema Concursal con vocación de mayor permanencia y recogidas
las enseñanzas de los prácticamente diez años de vigor desde el
cambio, en 1992.
CONCLUSIONES

 La historia del Derecho Comercial Peruano se caracterizó porque está


incorporados códigos extranjeros, los adaptaron e incorporaron a la
normatividad peruana, el primero fue el código de comercio de 1953 y el
segundo es el que rige actualmente desde el año 1902.
 El Perú, nunca se ha elaborado o creado un código de comercio, pues
solamente se ha adaptado a otros otros códigos de comercio.
 No se tomó en consideración si el código de comercio español era acorde o
ajustado a la realidad comercial peruana de aquella época. En otras
palabras, al adoptarse este código de comercio extranjero no se tomó en
cuenta o estudio la realidad comercial peruana.
 Y se podría decir ¿era necesario incorporar un código de comercio extranjero
y no elaborar uno propio? Era preferible hacer eso?.
BIBLIOGRAFIA

 Cervantes Ahumada, Raúl. "Derecho Mercantil". 3a. edición, Ed. Herrero,


S.A. México, 1980.
 De Pina Vara, Rafael. "Diccionario de Derecho", 3a. Edición, Ed. Porrúa. S.A.
México 1973.
 Sanchez Calero, Fernando. “Principios de derecho mercantil”, 22ª edición,
Ed. Aranzadi. España 2017
 LAMA, Miguel de la, “Dictámenes legislativos del Congreso”, en Código de
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 Medina Vergara, Jaime. “Derecho comercial”. 4ª edición.Ed. Temis S.A.
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