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Epistemología de las ciencias sociales, Modulo II., Peña Lopez Dayana Saray, 1EV3.

El éxito absoluto y el éxito relativo.


Ser exitoso depende de muchos factores y puntos de vista que pueden curvar el
sentido lógico y emotivo que encierra la palabra para adaptarse a las circunstancias
que la invocan. Ser exitoso depende principalmente de los valores y principios que
se le adjudiquen a esa palabra y a la visión que se posea de sí mismo, mientras que
estén perfectamente alineados a la esperanza o plan de vida que se posea. Por
ejemplo, si el sueño es alcanzar el más alto nivel académico en una carrera,
sacrificando todo lo que socialmente se considera lógico y necesario para auto-
realizarse, y la meta se logra ¿quién está autorizado para cuestionarlo? El éxito es
la salida, la acción de ir tras lo que se desea y se espera, de alcanzarlo. Nadie puede
delimitar sus fronteras porque al fin y al cabo el éxito es una experiencia personal,
o sea, subjetivo.
Algunas personas se sienten presionados por el éxito, conciben sus vidas vacías y
sin sentido porque no han logrado alcanzar los estándares generalmente aceptados
con relación al éxito, cuando en realidad esa sensación de insatisfacción y
frustración son consecuencia de una conceptualización exagerada y, hasta cierto
punto, comercial y manipulada de lo que ha de comprenderse por ello.
En la escena social el éxito se asocia a la comodidad de la vivienda, elegancia y
sofisticación de los medios de transporte, ostentación de riquezas y tecnología. En
el campo laboral se relaciona con el reconocimiento, la posición jerárquica y el nivel
de mando y en el campo educativo con los títulos de grado y postgrado que se
puedan alcanzar en determinadas carreras. Pero en realidad, tales elementos rara
vez se conjugan en una sola persona cuyo sentimiento de satisfacción y paz le
permita experimentar una vida sin complicaciones.
La única persona moralmente autorizada y certificada para calificar el éxito o el
fracaso de un individuo es él mismo, pues, como ya se señaló, se trata de un
elemento tan particular que sólo quien lo experimenta puede establecer el grado de
satisfacción y la sensación de logro que ello le genera. El resto está asociado más
a paradigmas y estándares que no necesariamente se ajustan a las expectativas
que poseen todas las personas. Pueden ser válidas para inspirar, pero también
frustrantes al no satisfacerse como la mayoría lo exige.
Considero que todos en algún momento de nuestra vida, tenemos esa “oportunidad”
que involucra suerte (buena o mala) pero no significa que eso defina el resto de mis
resultados, como dice en la lectura.
El éxito relativo va acompañado de arduo trabajo, de dedicación, de persistencia.
Puede que tengas la buena suerte de poseer un talento, como el de ser músico,
pero de nada sirve que tengas ese talento si no lo haces crecer y te quedas
conforme con “tener buena suerte”, o puede que una persona no sea nato en ser

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músico, pero tiene dedicación, y gracias a eso mejora día con día, supera esa meta
de éxito que tiene con el mismo.
Si tienes la suerte de nacer con algún talento, de nacer en una familia adinerada o
de tener padres exitosos en el ámbito profesional, puede que tengas mas
probabilidades de triunfar en lo que quieres, pero eso no garantiza que seas exitoso,
porque en realidad nada es una garantía.
No existe la permanencia del éxito absoluto, porque todo el tiempo hay variables,
cosas que están fuera de nuestras manos que pueden afectar esos resultados.
Lo que sí esta en nuestras manos es estar preparados para todo, personalmente,
económicamente, profesionalmente etc. De ese modo podemos controlar un poco
mas que tan creciente queremos que sea esa pendiente del éxito.

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