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“El Repertorio Segoviano”

Javier Villafuerte Jiménez


Título Superior de Guitarra.
Profesor de Música en Enseñanza Secundaria

La figura de Andrés Segovia Segovia, no sólo como dedicata-


fue clave en la historia de la rio sino también como intérprete,
guitarra, además de por su im- ya que los compositores que le
portancia como intérprete, por conocieron escribieron para una
el enriquecimiento del repertorio forma de tocar particular, incluso
del instrumento que llevó a cabo en ocasiones Segovia era revisor,
mediante diversas facetas: por un digitador, arreglista y hasta se
lado tuvo una importante labor podría considerar coautor de
de transcriptor, tanto de obras algunas obras. Segovia no sólo
de instrumentos precedentes influyó a compositores, sino tam-
de la guitarra, como fueran la bién a luthiers, críticos, editores,
vihuela, el laúd o la guitarra ba- escritores...
rroca, como de piezas para piano,
clave, violín, violonchelo, etc...; En la época del Romanti-
por otro lado la de intérprete de cismo la sonoridad íntima de la
obras originales para guitarra de guitarra había estado en crisis.
autores de siglos anteriores; y, Aunque siempre ha existido la
por último, el hecho de que los figura del virtuoso que, con sus
más importantes compositores composiciones e interpretacio-
contemporáneos al maestro com- nes, obnubilaba al público, gran
pusieran obras para guitarra con parte de la vida de un instrumento
dedicatoria: a Andrés Segovia. es su repertorio. Esto no quiere
decir que Regondi, Mertz, Coste
El título hace referencia a las o Arcas tengan menos valor que
obras que fueron creadas para Sor, Giuliani o Aguado.1 Con

1
La música para guitarra en la primera mitad del S. XX, Angelo Gilardino.

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el Romanticismo la orquesta lódicas o poco complicadas


empieza a adquirir dimensiones en varias partes (...) Es casi
colosales. Beethoven, en su imposible escribir bien para
Novena Sinfonía, revoluciona la guitarra sin ser guitarrista.
el panorama musical, con una La mayoría de los composi-
plantilla orquestal ampliada hasta tores que la emplean están
los límites de lo disponible en lejos de conocer sus poderes;
su época, a la que une un coro y por ello le asignan partes
solistas. Mahler solía dirigir con demasiado difíciles de tocar,
una batuta luminosa debido a las con poca sonoridad y escaso
dimensiones de su orquesta. efecto...”.

Berlioz llegó a juntar 800 No es hasta los principios del


intérpretes, entre instrumentistas S. XX cuando la búsqueda de
y coro, y define, en su tratado de los compositores se abre hacia
instrumentación y orquestación otros objetivos. La llegada de
(1856), su orquesta ideal forma- los Nacionalismos provoca una
da por unos 250 instrumentos revitalización musical en Espa-
de cuerda, 30 arpas, 30 pianos, ña. Algunos autores evocan la
1 órgano, 50 de viento madera, sonoridad de la guitarra, como
50 de viento metal y diversos Debussy en La soirée dans Gré-
instrumentos de percusión.2 En nade (estampa de 1913), por no
el mismo tratado incluye un apar- hablar de Albéniz, Granados o
tado dedicado a la guitarra en el Falla. La pieza con la que, según
que se puede ver la situación del muchos autores, la guitarra entra
instrumento en la época: de nuevo en la historia de la mú-
sica con papel protagonista, es
“...la guitarra es un ins- el Homenage pour le Tombeau
trumento adecuado para de Debussy (1920) de Manuel
acompañar la voz y para de Falla 3 (dedicada a Miguel
figurar en algunas compo- Llobet y basada en la estampa de
siciones cuya sonoridad no Debussy, de la cual incluye una
sea elevada; también es apta cita musical al final de la obra).
para interpretar piezas me- El mismo Falla señala:

2
Historia de la orquesta, asignatura del C.S.M. “Rafael Orozco” de Córdoba.
3
La música para guitarra en la primera mitad del S. XX, Angelo Gilardino.

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“la guitarra no era apro- bajo, mandolina, guitarra, violín,


piada para la música ro- viola, violoncello y tenor) (fig.4);
mántica, (...) pero está pecu- Tango (1940) de Stravinsky (4
liarmente adaptada para la clarinetes, clarinete bajo, trompe-
música moderna.”4 tas, trombones, cuerda y guitarra)
(fig.5). Cabe destacar en estos
La guitarra aparece en obras ejemplos la escritura de la parte
como: Sinfonía nº7 (1904-1905) de guitarra usando la notación
de Mahler, IV Nachtmusik (fig.1); en sonidos reales, en clave de fa,
Cinco piezas para orquesta op. 10 no tratándola como instrumento
(1910) (fig. 3), y Drei Lieder transpositor. Sólo Mahler escri-
(1925), de Webern (voz de sopra- be en clave de sol, indicando
no, clarinete y guitarra) (fig.2); que sonará una octava grave, y
Serenade op. 24 (1920-1923) de Webern en su op. 10 aunque sin
Schoenberg (clarinete, clarinete indicación de transporte.

4
Manuel de Falla and spanish mucic, J.B. Trend (cita en The guitar from the Renaissance [...]).

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Figura 1: Sinfonía nº 7 de Gustav Mahler

Figura 2: Drei Lieder de Anton Webern

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Figura 3: Cinco piezas para orquesta de Anton Webern

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Figura 4: Serenade de Arnold Schoenberg

Figura 5: Tango de Igor Stravinsky

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Teniendo en cuenta el Nombra a tres ilustres prede-


contexto histórico y cultural cesores: Sor, eminente guitarrista
Andrés Segovia se convierte en el y compositor, que puso de moda
hombre apropiado en el momento en Londres la guitarra; Giuliani,
justo. fecundo autor de innumerables
obras para guitarra sola y acom-
En el discurso de agradeci- pañada por orquesta, cuartetos,
miento por la investidura como y otras combinaciones. Y Fran-
“Doctor Honoris Causa” por cisco Tarrega quien, sin ser com-
la Universidad de Cádiz cita positor de grandes formas, dejó
las 4 tareas que echó sobre sus un grupo de obritas cortas, reve-
hombros desde la juventud: 1ª) ladoras de su fina sensibilidad.
Redimir a la guitarra sacándola Pero a estos Maestros no se les
de la taberna y alzándola a los ocurrió incorporar a la guitarra
estrados más dignificantes; 2ª) compositores sinfónicos extra-
Dotarla de un repertorio de ños a ella. Lástima que Schubert
excelente calidad de música; no hubiese podido ampliar su
3ª) Divulgar, por medio de sus escaso conocimiento de la gui-
actuaciones, la poesía de su tarra. Trazó el acompañamiento
sonido, sus timbres orquestales de varias de sus canciones, con
y su capacidad polifónica, por dedos torpones, en la guitarra y,
todos los países civilizados, y más tarde, los pasó al piano para
4ª) Influir en las autoridades de ampliar armonías.5
los Conservatorios y las Escuelas
Superiores de Música, a fin de Cuenta en su autobiografía
que la admitiesen en la enseñan- una visita que realiza al clan de
za. También habla de que siem- los alumnos de Francisco Tá-
pre se había puesto al servicio rrega, en Valencia, y cómo con
de los compositores, siendo su desconfianza le pidieron tocar, en
piloto en el laberinto de la técnica una especie de prueba iniciática
guitarrística, logrando dotarla de para ser admitido, o no, al círcu-
más de 200 obras escritas para lo privilegiado de los herederos
ella y dedicadas a él por célebres del gran maestro. Él toca una
Maestros contemporáneos. de las Arabesques de Debussy,

5
Tras la huella de Andrés Segovia, J.A. Pérez de Monasterio.

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ridiculizándolos, augurando un cribir varias de ellas (en 1928


destino diferente para él y para estaban la mayoría editadas para
el instrumento que tocaba.6 guitarra, y en el programa de sus
recitales).7 Una frase célebre de
Según la grabación auto- Segovia:
biográfica “La guitarra y yo”
(Decca, 1971) en sus primeros “Bach es el Himalaya de
conciertos incluía obras de Sor la música, y la chacona es su
(Estudio en Si menor), de Tarre- cumbre”
ga (Capricho árabe y preludios),
y algunas transcripciones de (refiriéndose a la Chacona de
Bach, Beethoven, Mendelssohn, la Partita nº 2 para violín que él
Chopin y Schumann. De 1916 en mismo adaptara para guitarra).
adelante, tras sus conciertos en
Granada, Barcelona y Madrid, También de la época barroca
se vio rodeado de otras piezas transcribió obras de Scarlatti,
escritas, también, originalmente respecto a las cuales nos habla el
para guitarra, de autores como clavecinista Ralph Kirkpatrick:
Coste y Llobet, y añade otras de
Tárrega. Parece que tras la apa- “...la ilusión polifónica es
rición de los arreglos de Llobet una de las más antiguas tradi-
de composiciones de Granados ciones del laúd y de la guitarra
(La Maja de Goya, Danzas Es- (...) no se pueden mantener las
pañolas nº 5 y 10) comenzó a voces de forma escrita... una
hacer sus propias transcripciones técnica basada en acordes
(entre las primeras se recuerdan arpegiados irregulares, as-
“Arabesque nº 2” de Debussy y cendentes y descendentes tenía
“Asturias” de Albéniz). que ser desarrollada para dar
la impresión de que las partes
La aparición en 1921 de la sonaban simultáneamente (...)
primera publicación de las obras Cualquiera que haya escucha-
de Bach para laúd (Zürich, Hans do a Andrés Segovia sabe a lo
Dagobert Bruger) provocó en que me refiero. La música de
Segovia un estímulo para trans- Scarlatti está a medio camino

6
La música para guitarra en la primera mitad del S. XX, Angelo Gilardino.
7
El mundo de la guitarra, artículo de Raymundo Ernst.

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entre la polifonía real del ór- las primeras obras para guitarra
gano, con acordes y voces si- de compositor no guitarrista del
multáneas, y la polifonía “im- S. XX es la Mozartiana (fig.6)
presionista” de la guitarra, de Eduardo Fabini, compuesta
con sus acordes arpegiados y en 1903. También de la primera
voces sincopadas...”.8 década del S. XX es Variazioni
(fig.7) de Ottorino Respighi,
El repertorio era excelente, que se podría datar entre 1900 y
pero insuficiente. Andrés Sego- 1909, etapa en la que coincidió
via instauró dos nuevas figuras: en Bologna con Luigi Mozzani,
el compositor no guitarrista y famoso guitarrista italiano al que
el intérprete especializado.9 De le envió el manuscrito.

Figura 6: Mozartienne de Eduardo Fabini

8
Domenico Scarlatti, Ralph Kirkpatrick
9
La música para guitarra clásica en el S. XX, Eugenio Tobalina.

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Figura 7: Variazioni de Ottorino Respighi

Una fecha importante para una buena amistad y abundante


Segovia y para la guitarra fue correspondencia, aunque solo
1914, año de su debut en París, se conserva la parte recibida por
en el cual tuvo un público de ex- éste) le dice así:
cepción, ya que en el recital fue
escuchado por Manuel de Falla, “quiero decirle mi alegría
Paul Dukas, Albert Roussell, Joa- al ver que los más interesan-
quín Nin, además de por Madame tes compositores de este viejo
Debussy y el filósofo Miguel de mundo, están colaborando en
Unamuno. A Segovia le dedican mi afán reivindicativo de la
obras Torroba, Mompou, Ponce, guitarra. Tengo ya una obrita
Tedesco, Rodrigo, Tansman, Tu- preciosa de Albert Roussell,
rina, Villa-lobos, Roussel, Scott, promesa en vías de cumplirse
Martin, Duarte, Jolivet, Esplá, de Ravel, y páginas felicí-
Manén, Abril, E. Halffter, y un simas de Volmar Andreas,
largo etcétera. Suter, Schoenberg, Weles,
Grovlez, Turina, Torroba,
En una de las cartas a Manuel Falla...”
María Ponce (con quien tuvo

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Ravel murió sin cumplir la cidad descriptiva que encierra la


promesa de una obra para Sego- guitarra.11
via. En otra carta le propone la
creación de un concurso de obras Otra forma que impulsó An-
para guitarra, valorando las obras drés Segovia es el Concierto para
por su valor como composición Guitarra y Orquesta. En 1939 es-
musical y por sus posibilidades trena Segovia en Montevideo el
guitarrísticas. primer concierto para guitarra y
orquesta que le dedicaron, el que
Torroba fue el primer músico escribiera Mario Castelnuovo-
que se interesó por la guitarra de Tedesco. En 1941, en la misma
Segovia (con quien entabló una ciudad, estrena el Concierto del
temprana y prolongada amistad), Sur de Manuel María Ponce (en
dedicándole un gran número de opinión de Segovia, según le dice
obras, siendo la primera la Danza en una de sus cartas, es su mejor
en Mi Mayor que más tarde se obra). La relación entre Segovia
convertiría en el 3º tiempo de la y Ponce es en la que mejor se ve
Suite Castellana. La siguiente la faceta de revisor, pues Ponce
fue la Sonatina, de la cual Se- le enviaba las obras y Segovia se
govia incluye el Allegretto en las devolvía revisadas y a veces
la primera grabación, de las que variadas. Le pidió unos estudios
se conservan.10 En opinión de para guitarra con el ofrecimiento
Segovia, Torroba debería haberse de digitarlos, ordenarlos y es-
dedicado a composiciones más cribir el texto adecuado para su
ambiciosas, en el ámbito de la estudio. Incluso llega a regalarle
música sinfónica y orquestal, una guitarra para que pueda prac-
pues tenía vocación, dotes y ge- ticar y probar su música.
nio para ello, sin regatearle todos
sus méritos en la zarzuela, donde Pero Andrés Segovia no in-
triunfó plena y repetidamente. terpretaba todas las obras que le
También le elogia diciendo que dedicaban, porque no estuvieran
supo captar los recursos técnicos, de acuerdo con su estética o por
los aspectos poéticos y la capa- no encontrarlas apropiadas para

10
An autobiography of the years 1893-1920, Andrés Segovia.
11
Tras la huella de Andrés Segovia, J.A. Pérez de Monasterio.

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el instrumento. Un ejemplo es el das tras el saqueo de su casa de


caso de Frank Martin: cuenta su Barcelona en 1936, la cual aban-
mujer, Maria Martin, en un libro donó en la Guerra Civil. Casi
sobre su vida con él, cómo el todas estas composiciones están
compositor tras mandarle a An- hoy publicadas en la colección
drés Segovia las Quatre Pièces The Andrés Segovia Archive. No
Brèves, no recibió confirmación es importante si Segovia tocó o
ni carta de agradecimiento al- no toda aquella música. El caso
guna. Cuando se encontraron es que sin él aquel repertorio no
por la calle, Segovia le saludó existiría.13
con un breve “au revoir”, y dio
media vuelta como evitando una En conclusión: Andrés Se-
discusión. Frank Martin pensaría, govia fue catalizador de la re-
que quizás la obra no se podía vitalización musical vivida en
tocar.12 Otro caso es el de Ro- España a principios del S. XX.
drigo, quien escribe su primera Supo ver la necesidad de subirse
obra para guitarra Zarabanda al tren de las nuevas tendencias
lejana en 1926, el Concierto de musicales. Pero la oleada de pa-
Aranjuez en 1939, y no dedica sión y de interés por la guitarra
hasta 1954 las Tres piezas es- superó incluso la posibilidad
pañolas y la Fantasía para un del maestro de controlar toda
gentilhombre a Andrés Segovia, su fuerza expansiva. Quizás sin
quien consideraba el Concierto Segovia la trayectoria de la guita-
de Aranjuez demasiado popular rra se hubiera expandido en más
para su guitarra. direcciones, ya que la selección
de obras para sus conciertos la
En 2001 Angelo Gilardino hacía desde su particular forma
tiene acceso a los documentos de sentir la música. Pero sin su
que se guardaban en la Fundación personalidad y vitalidad (re-
Andrés Segovia, comprobando cordemos que daba conciertos
que no se extraviaron muchas de cumplidos los 90 años) muchos
las composiciones escritas para de los compositores que le dedi-
Segovia, que se daban por perdi- caron obras no se habrían fijado
en nuestro instrumento.

12
Frank Martin y la guitarra, Jan J. de Cloe.
13
La música para guitarra clásica en el S. XX, Eugenio Tobalina.

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Bibliografía: - La música para guitarra


clásica en el S. XX. Eugenio
- The guitar from the Renais- Tobalina. Artículo en “La
sance to the Present Day. guitarra en la historia” vol. 12,
Harvey Turnbull, Londres Festival de Córdoba Guitarra
1974. 2001.
- Andrés Segovia, vida de un - La música para guitarra en
héroe. R. Ernst. Artículo en la primera mitad del S. XX.
“El mundo de la guitarra” Angelo Gilardino. Artículo
Buenos Aires 1987. en “Nombres propios de la
- The Segovia-Ponce letters. guitarra: Andrés Segovia”,
Miguel Alcázar. Ediciones Festival de Córdoba Guitarra
Orphée, Columbus (USA), 2004.
1989. - Artículos y programas de
- Tras la huella de Andrés conciertos. Fundación Andrés
Segovia. J. A. Pérez de Mon- Segovia.
asterio. Universidad de Cádiz. - Prefacio de Angelo Gilardino
1990. para Variazioni per chitarra
- Aquellos años plateados. La de Ottorino Respighi. Ricordi,
guitarra en el entorno del Milán 1998.
27. Javier Suárez-Pajares. - Frank Martin y la guitarra.
Artículo en: “La guitarra en Artículo de Jan J. de Cloe.
la historia” vol. 8, Festival Ediciones Orphee. www.
Internacional de la guitarra, orphee.com.
Córdoba ’97.

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