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LOS ORIGENES DEL FEDERALISMO RIOPLATENSE (1820-1831)

Con la caída del poder central en 1820 emergió una nueva realidad: el esfuerzo por afirmarse
por parte de los Estados autónomos provinciales. Estos Estados no fueron producto de la
disgregación de una nación preexistente sino el punto de partida para una organización político-
estatal; además, se iban a ir otorgando normas fiscales, legislativas y políticas.

LA CAÍDA DEL PODER CENTRAL EN 1820 Y LA FORMACION DE LOS ESTADOS


PROVINCIALES

En julio de 1819 Rondeau reemplazó a Pueyrredón en el cargo de director, mientras que


Artigas en el Litoral mantenía su calidad de “Protector de los Pueblos Libres”. Buenos Aires
intentó doblegar al Litoral con reiteradas invasiones a Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos que sólo
lograron consolidar a los partidarios de Artigas (Estanislao López en Sta Fe y Francisco Ramírez
en Entre Ríos). En octubre de 1819 un nuevo intento de someter a la corriente artiguista en
Santa Fe se enfrentó con la negativa del ejército del Norte de auxiliar al gobierno. En enero de
1820 un grupo de oficiales (Bustos, Heredia y Paz) se sublevó en contra del Directorio,
iniciándose el breve proceso de derrumbe del poder central. En efecto, Rondeau pide ayuda a los
portugueses instalados en la Banda Oriental para que intervinieran a su favor en los conflictos de
Entre Ríos y Santa Fe, lo que desencadenó una fuerte reacción armada de estas provincias.
Finalmente, en febrero de 1820 el ejército porteño fue vencido en los Campos de Cepeda por las
fuerzas del Litoral (conducidas x Ramírez y López) que exigían la disolución del Congreso y la
renuncia del director Rondeau (Batalla de Cepeda). Esta derrota generó en Bs As una crisis
política: en febrero 1820 el Cabildo de Buenos Aires asume la función de gobernador y proclama
la disolución del poder central, renunciando en nombre de Buenos Aires a su rol de capital de las
Provincias Unidas. Surge entonces una nueva entidad política: la provincia de Buenos aires,
que firma el Tratado de Pilar para alcanzar un acuerdo de paz con las fuerzas del Litoral y
proclamar el futuro sistema del gobierno del país llamado “federación” (en el que los
representantes deberían ser libremente elegidos por los pueblos).

Consecuencias de la disolución del poder central:

a. Desaparición del Directorio que aceleró el proceso de disgregación de la antigua


estructura virreinal para dar nacimiento a verdaderas soberanías autónomas
b. Surgimiento de nuevas provincias en los límites de las ciudades y sus jurisdicciones a
partir de la disgregación del régimen de intendencias. Por ejemplo: en 1814 se formaron
Entre Ríos y Corrientes al separarlas de la Intendencia de Buenos Aires.

El pacto de 1831 (provincias federales para hacer frente a la Liga Unitaria) tuvo un rol
fundamental para reorganizar un orden social viable en cada espacio provincial y conciliar la
autonomía de los Estados con la firma de otros pactos interprovinciales. Proporciona una clave
para la comprensión de la naturaleza del federalismo de la época.

FEDERACIÓN O CONFEDERACIÓN

La historiografía argentina logró recoger el uso indistinto de federalismo y confundir bajo ese
mismo concepto a todas las tendencias a la autonomía expresadas luego de la Independencia.
Se agrupa a las tendencias federales a las que se manifestaron con fuerza durante el proceso de
creación del Estado federal de 1853 y se reserva la denominación de tendencias confederales a
las que predominaron durante la primera mitad del siglo XIX.
Luego de la Independencia, la naturaleza política de las llamadas “provincias” fue algo abierto a
distintas posibilidades:

a. Convertirse en Estados independientes


b. Integrarse a una unidad mayor, supraprovincial, el futuro Estado Nacional argentino

En 1824 Buenos Aires convocó a un nuevo Congreso Constituyente que, en 1826, elaboró otra
Constitución con carácter unitario por lo que fue rechazada por las provincias nuevamente. Tal es
así que, en el Río de la Plata sólo quedaron los Estados provinciales que alcanzaron una
formalización “provisoria” de sus relaciones mediante la firma del Pacto de 1831 donde las
provincias firmantes expresaron su voluntad de paz, amistad y unión reconociendo
recíprocamente su libertad, su independencia, representación y derechos. El pacto es una
alianza provisoria y que alude a la futura organización federal del país, la cual propone el
reconocimiento de la libertad e independencia de cada una de las provincias signatarias y se
delega en una “Comisión Representativa de los Gobiernos de las Provincias Litorales de la
República Argentina” sólo la concertación de la paz y la guerra y la organización de la fuerza
militar necesaria en caso de guerra. Las provincias se reservaban para sí casi todo el ejercicio de
la soberanía con escasa delegación de funciones estatales; no se fijaba creación de un poder
central por encima de los poderes de los Estados.

Con el término federación, el pacto dio lugar a una débil organización confederal, que se
conservó hasta la proclamación de la Constitución Federal de 1853. Es decir, lo q se entendía x
federalismo en el Río de la Plata era una forma de confederación.

EL ESTADO PROVINCIAL Y EL EJERCICIO DE LA SOBERANIA

Al producirse la crisis de 1820, las provincias conservaron las instituciones heredadas de la


dominación española. Con el surgimiento de los Estados autónomos, aparecieron los textos
constitucionales provinciales (el primero es de Santa Fe en 1819) que remitían a una futura
nación utilizando términos como “República”, “República Argentina”, “Estado Argentino”. Las
disposiciones regulaban el sistema electoral, el régimen municipal y la organización judicial pero
también diferían las constituciones entre sí, aunque la mayoría siguieron los lineamientos del
constitucionalismo republicano al establecer un poder legislativo rudimentario basado en la
soberanía popular.

Antes de que surgiera la Legislatura, el Cabildo de cada ciudad ejercía funciones sobre su
respectivo centro urbano y zona rural de su dependencia. La elección de los cabildantes por
sufragio popular, bajo la forma de Cabildo Abierto, hizo que cada Cabildo tendiera a desempeñar
funciones legislativas provinciales. Sin embargo, la necesidad de considerar los intereses de la
campaña y las diferencias de ésta c la ciudad, dieron origen a las Legislaturas.

Los nuevos textos constitucionales proclamados a partir de 1820 crearon Salas de


Representantes, aunque éstas podían surgir por una ley especial o por transformación de las
Juntas Electorales convocadas para elegir diputados.

Intendencias o ciudades  Cabildo / Provincias  Legislaturas – Salas de


Representantes

Las prerrogativas (facultades para el ejercicio de la soberanía que se atribuían a las provincias)
se expresaron en los textos constitucionales pero también en la legislación provincial relativa a la
justicia, finanzas públicas, comercio exterior, defensa del territorio, relaciones interprovinciales,
amonedación, regulación de pesas y medidas, ejercicio de patronato y organización de la
enseñanza. Con esta afirmación de la soberanía estatal provincial aparece la definición de la
ciudadanía.

Fracasado el proyecto unitario en 1827, la reunión de una Convención Nacional en 1828 reveló
que las provincias no estaban dispuestas a continuarlo. Con la firma del Pacto Federal se
fortalece entonces la tendencia al ejercicio de la soberanía, salvo en lo q concernía al manejo de
las relaciones exteriores que fue delegado al gobierno de Buenos Aires. Paralelamente, creció la
influencia política de Buenos Aires sobre la mayoría de los gobiernos provinciales. Así, la
debilidad de las provincias del Litoral para constituir el país frente a la persistente negativa de la
Provincia de Buenos Aires, gobernada por Rosas, reflejaba el poderío de esta última.

Existían también pactos interprovinciales que reflejaban esa soberanía y calidad de estados
independientes de las provincias. Los enviados provinciales eran llamados agentes diplomáticos
y se enmarcaron en el Derecho Internacional.

CAUDILLISMO: LEGALIDAD Y LEGITIMIDAD

Al caudillo se lo llamaba como un jefe local que conducía las masas rurales, en la lucha contra
el gobierno y las elites urbanas. Una característica fundamental de este actor fue la utilización
de la fuerza para dirimir disputas públicas o de interés personal. El caudillo aparecía como un
jefe de tropas que estaban compuestas x grupos armados, organizados sobre un sistema
informal de obediencia que se sostenía por relaciones de tipo patrón-peón o protector-protegido.

En el proceso posindependiente se consideró a los caudillos como representantes de las fuerzas


anárquicas e inorgánicas de las provincias, que habrían impedido el proceso de organización
nacional o como los que impulsaron proyectos de organización constitucional de carácter federal.

Tendieron a basar su dominio en formas republicanas y representativas de gobierno. Los


propósitos de creación de una nueva república y la legalidad constitucional aparecen asociados a
la lucha por la Independencia, consolidación de Estados provinciales, instauración de un espacio
público y un régimen representativo liberal (la llamada “feliz experiencia de Bs As”).

Las soberanías provinciales adoptaron formas republicanas representativas, a las cuales no


escaparon los regímenes de caudillos para legitimar un orden social y político luego de las luchas
de Independencia y para resistir a las tendencias hegemónicas de Buenos Aires. Así, una nueva y
compleja relación se estableció entre legalidad, coerción y terror. Un ejemplo claro es el de
Quiroga (federal) que tuvo ascenso dentro del contexto revolucionario y del ámbito militar.
Tulio Halperin Donghi señaló la incidencia de la militarización en el surgimiento y consolidación
del poder de las autoridades locales de justicia, de policía y de milicias. Quiroga surgió dentro y
no en contra de las nuevas estructuras de poder establecidas en Buenos Aires, Córdoba y La
Rioja desde 1810. El ascenso al poder se basó en el control militar de Los Llanos, donde su
acción militar como comercial se combinaron para neutralizar los peligros que se cernían sobre
ese territorio, consolidando la jurisdicción provincial pero también su propio poder (función
militar + intereses privados).

Por otra parte, el caudillo comienza a tener notoriedad en el Interior. En 1826, se lanzó a la
conquista de las provincias del Norte, en oposición a los rivadavianos, consolidando un bloque de
las provincias centrales (La Rioja, Cuyo, Córdoba, Stgo del Estero) y contribuyendo al fracaso del
último intento de organización nacional ensayado desde Bs As entre 1824 y 1827. Pero en el
Interior, pese a los triunfos de Quiroga, no logró consolidar una unidad política estable. En 1829
el caudillo se vio enfrentado en lucha armada con el general Paz (unitario, muy importante)
que se había apoderado de Córdoba para formar la Liga Unitaria. En 1828 en Santa Fe se
instala Estanislao López con una Convención “Nacional” queriendo organizar el Ejército de la
Unión. Por su parte, Quiroga se enfrentó dos veces a Paz pero fue derrotado en las batallas de La
Tablada y Oncativo, lo cual lo llevó a establecerse en Buenos Aires, donde fue recibido con
grandes honores. En 1831 (ascenso del federalismo), Quiroga recuperó el dominio del Interior
con el apoyo de la Liga del Litoral (Sta Fe, Entre Ríos y Corrientes) al vencer a otro ejército
unitario.

En cuanto a la relación del caudillismo con las instituciones estatales y su base de poder, se
puede establecer el ejemplo de La Rioja y Quiroga: los poderes provinciales riojanos (gobierno y
Sala de Representantes) y el caudillo sugieren que junto al poder de Quiroga, se mantuvo una
estructura política, a veces de origen colonial, y que el desarrollo de instituciones estatales en la
provincia no fue una simple formalidad.

En las provincias de La Rioja, Buenos Aires y Mendoza no logró darse una constitución para
regular el funcionamiento de sus poderes. Asimismo, el gobernador provincial –caudillo-
conservaba atribuciones de carácter tradicional y no se desentendía de su carácter de capitán
general de la provincia y de lo relacionado a la milicia. Los nombramientos de oficiales y
comandantes de las milicias se aprobaban x medio de despachos o comunicaciones con el sello
del gobierno. La justicia quedó también a su cargo. Las zonas rurales apoyaban y eran
participantes del Gobierno. El poder del caudillo basado en relaciones informales de tipo familiar,
amistosa y comercial se sostuvo también en actividades privadas, formales. Quiroga tenía
condición de ganadero, comerciante y prestamista de grandes sumas de dinero.

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