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DEDICATORIA

Este trabajo se lo dedicamos a Dios y a nuestros padres por el deseo de superación


y amor que nos brindan cada día en que han sabido guiarnos en la vida por el sendero
de la verdad a fin de poder honrar a nuestra familia con los conocimientos
adquiridos, brindándonos el futuro de su esfuerzo y sacrificio por ofrecerme un
mañana mejor.
Así mismo se lo dedicamos a nuestros docentes de la Universidad Nacional de
Cajamarca-sede Celendín.

Los Autores

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AGRADECIMIENTO

Nuestra gratitud a nuestros familiares, al docente Ing. EDGAR DARWIN, DIAZ MORI a

pesar de todo confió y nos dió la oportunidad de seguir en nuestro camino hacia el éxito.

Los Autores

I. RESUMEN

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II. ABSTRAC

III. INTRODUCCIÓN

El suelo es un recurso natural que corresponde a la capa superior de la corteza terrestre.

Contiene agua y elementos nutritivos que los seres vivos utilizan. El suelo es vital, ya

que el ser humano depende de él para la producción de alimentos, la crianza

de animales, la plantación de árboles, la obtención de agua y de

algunos recursos minerales, entre otras cosas.

En él se apoyan y nutren las plantas en su crecimiento y condiciona, por lo tanto, todo

el desarrollo del ecosistema.

Un suelo fértil permite alcanzar un buen nivel de producción, que solo es limitado por

las condiciones ambientales (humedad y radiación) o un manejo agronómico

inadecuado.

La fertilidad es un conjunto de tres componentes: la fertilidad química, la fertilidad

física y la fertilidad biológica. Si alguno de estos componentes disminuye, esto

normalmente conduce a la reducción de los rendimientos, como resultado de la

reducción de la materia orgánica. Esto nos permite entender que el suelo es dinámico y

que, por ende, puede cambiar su estado inicial a nuevos, y/o diferentes estados.

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Es importante considerar que cuando un suelo pierde su capacidad productiva,

también ocurren modificaciones en el clima o microclima estrechamente vinculado a él

(ecósfera), en la hidrología y en la vegetación.

El ser humano acelera la pérdida de suelos fértiles por la destrucción de la cubierta

vegetal, producto de malas técnicas de cultivo, sobrepastoreo, quema de vegetación o

tala del bosque. Las prácticas productivas sin criterios de protección, contribuyen en

gran medida a que este problema se agrave cada día más.

La degradación del suelo reviste gran importancia, porque su regeneración es en

extremo lenta.

Para complicar aún más el problema, hay que tener en cuenta la pérdida de tierras de

cultivo de primera calidad debido a la industria, los pantanos, la expansión de las

ciudades y las carreteras. La erosión del suelo y la pérdida de las tierras de cultivo y los

bosques reducen además la capacidad de conservación de la humedad de los suelos y

añade sedimentos a las corrientes de agua, los lagos y los embalses.

Los problemas más comunes en relación al suelo tienen que ver con las actividades de

las personas. Al respecto, los problemas directamente derivados del uso antrópico de los

suelos son actualmente muy severos.

IV. OBJETIVOS

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4.1. OBJETIVOS GENERALES

Estudiar las causas de la degradación de la fertilidad física del suelo

4.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS

Crear una cultura natural en las nuevas generaciones y ensañar que le suelo es

un recurso muy importante.

Caracterizar el estado de degradación/recuperación de suelos

V. MARCO TEÓRICO

5.1. EL SUELO

El suelo es la capa superficial de la tierra y constituye el medio en el cual crecen las

plantas, también es considerado como el sustrato de origen natural producto de la

intemperización de las rocas a través del tiempo.

El suelo es capaz de aportar nutrientes para el desarrollo y crecimiento de los vegetales,

se llega a extender tanto en superficie como en profundidad, consta de varias capas

llamadas horizontes, cada uno de los horizontes tienen distintas propiedades físicas y

química, al conjunto de horizontes se llama perfil.

5.1.1. Composición del suelo; fase sólida, líquida y gaseosa.

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a) Fase sólida; se divide en orgánica e inorgánica:

 La inorgánica son los fragmentos de rocas y minerales producto de la

meteorización. Gravas > 2mm y arenas 2mm – 0,02 mm; limos 0,02 –

0,002, arcillas < 0,00 2. Las arcillas forman agregados con el humus muy

importante para la fertilidad del suelo al retener sales minerales.

 La orgánica está compuesta por materia orgánica procedente de restos de

seres vivos como excrementos, madera, etc.; en mayor o menor grado de

descomposición. Cuando la descomposición está muy avanzada la materia

orgánica se llama “humus”. La materia orgánica retiene más agua,

favorece la aireación del suelo al aglutinar partículas minerales haciéndolo

más poroso y aumenta la fertilidad del suelo. Hay una inmensa variedad

de seres vivos, entre los que destacamos los descomponedores que

degradan la materia orgánica a inorgánica y los que remueven el suelo

permitiendo la aireación y evitando su endurecimiento.

b) Fase líquida; Es el agua que lleva en disolución sales minerales y coloides

de arcillas y humus. El agua generalmente se encuentra en los poros del

suelo de tamaño pequeño o mediano (agua absorbible), si los poros son

demasiado pequeños no puede ser absorbida por las raíces (agua retenida

que es la que no circula) y si los poros son demasiado grandes tampoco

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porque se escurre por gravedad (agua de gravitación) para formar parte del

agua de acuíferos subterráneos.

c) Fase gaseosa; Es el aire que ocupa los poros de tamaño grande y aquellos

en los que el agua se ha consumido, su composición es similar a la del aire

atmosférico, pero con una menor proporción de O2 (20%) y mucho mayor

de CO2 (0,5-1%), debido a la gran actividad biológica que se desarrolla en

el suelo (respiración). La cantidad de CO2 aumenta con la profundidad, la

existencia de materia orgánica y en condiciones óptimas de temperatura y

humedad.

5.1.2. Textura

Es la proporción de las distintas partículas minerales del suelo, clasificadas según su

tamaño de grano en tres grupos: arenas, limos y arcillas, es decir, la textura de un

suelo se define por las proporciones de arena, limo y arcilla que posee (arenas 2mm

– 0,02 mm; limos 0,02 – 0,002, arcillas < 0,002mm). La textura es un factor muy

importante en las características del suelo como la permeabilidad, aireación y la

capacidad de retención del agua y de nutrientes. En función del tipo y tamaño de

partículas presentes en un suelo, la capacidad de adsorción de moléculas polares e

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iónicas varía considerablemente. Otros efectos dependientes de la textura son la

plasticidad y la cohesión.

a) Tipos

Cuando abundan mucho las partículas de tamaño arena se dice que el suelo tiene

textura arenosa, si son los limos textura limosa y si son las arcillas, textura

arcillosa.

Un suelo con mezcla de los tres componentes se llama textura franca y es lo más

beneficioso, pues un suelo que posea fracciones gruesas y finas en proporciones

adecuadas es un suelo equilibrado, siendo ligero, aireado y permeable. Un suelo

con textura predominante en cualquiera de las fracciones (suelo arenoso,

arcilloso o limoso) siempre será deficiente por alguna causa, por ejemplo, el

suelo arenoso no tiene capacidad de retener agua y el suelo arcilloso no tiene

aireación y se encharca con facilidad al ser impermeable

5.1.3. Estructura

Es la disposición y estado de agregación de las partículas del suelo. Las

partículas finas del suelo suelen estar unidas formando agregados o grumos,

en la mayoría de los casos gracias a la acción de la materia orgánica. Los

espacios entre estos agregados se llaman poros, por ellos circulan aire y agua.

Determinan hasta el 50% del volumen del suelo. Como se ha dicho,

normalmente el aire ocupa la mayor parte de los poros grandes y el agua los

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pequeños. A su vez, los agregados se juntan formando grupos mayores. La

forma en que se unen las diversas partículas recibe el nombre de estructura, y

tiene gran importancia sobre las propiedades del suelo

a) Tipos

Según su estructura los suelos se clasifican en:

 Sin estructura.

 Estructura granular; gránulos más o menos esféricos.

 Laminar; se forman agregados aplanados.

 Estructura poliédrica; con agregados poliédricos más o menos

regulares. Si tiene aspecto de columna se llama columnar.

5.1.4. Importancia de la porosidad y permeabilidad en la textura y estructura.

La textura y estructura influyen en el tamaño de los poros que tenga el suelo y éstas

a su vez determinan la permeabilidad. En la textura arcillosa las partículas son tan

pequeñas que no dejan huecos produciéndose compactación del terreno (sin poros)

y asfixia de las raíces, además de favorecer el encharcamiento.

En la textura arenosa las partículas dejan muchos huecos entre ellas siendo un suelo

tan permeable que el agua baja en profundidad donde no tienen acceso las raíces.

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En suelos sin estructura éste es impermeable porque no deja poros y un suelo con

estructura es permeable. Los mejores suelos en cuanto a porosidad y permeabilidad

son aquellos con una buena estructura que deje suficientes poros y con textura

franca que es equilibrada con poros de todos los tamaños para el agua y el aire.

5.2. LOS PREOCESOS EDAFICOS

5.2.1. Etapas de los procesos de la formación del suelo

El primer paso para la formación del suelo es la meteorización de la roca madre debido

fundamentalmente a los agentes climáticos, provocando por una parte una disgregación

física de sus componentes, y por otra una alteración química de sus constituyentes

mineralógicos. Así al cabo de un cierto tiempo la roca estará más o menos modificada.

Sobre este sustrato alterado y sobre la roca desnuda se asientan los primeros

colonizadores, 1º los líquenes, cianobacterias (fotosintéticas y autótrofas también) y

posteriormente los musgos. Estos colonizadores contribuyen a transformar el sustrato

sobre el que se asientan. Las bacterias, algas y hongos del suelo liberan sustancias

capaces de atacar los compuestos minerales del suelo. Los ácidos liquénicos disuelven

la roca permitiendo la absorción de las sales para su nutrición. Todos ellos aportan

materia orgánica al suelo con su muerte o restos.

Cuando existe una capa de algunos mm de material meteorizado pueden aparecer los

primeros vegetales con raíz enriqueciendo el suelo (todavía más) en materia orgánica.

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Los vegetales con sus raíces instaladas en las grietas de las rocas aceleran su

meteorización. Al final, al actuar la meteorización física, química y biológica durante

un largo período de tiempo se va desarrollando un suelo mucho más profundo que

alberga todo

tipo de vegetales como árboles con raíces de grandes dimensiones. Cuando cesa la

evolución del suelo se le llama suelo clímax (punto de máximo desarrollo del suelo y en

equilibrio con las condiciones ambientales). El proceso de formación del suelo se llama

edafogénesis.

5.2.2. Diferenciación del perfil: horizontes del suelo.

Se llama perfil de un suelo al corte vertical del suelo que aparece caracterizado por una

serie de capas horizontales llamadas “horizontes”. Un perfil completo (algunos tipos de

suelos no contienen todos los horizontes), consta de los siguientes horizontes:

 Horizonte A (horizonte de lixiviación o lavado): generalmente presenta un

tono oscuro debido a la abundancia de materia orgánica, es decir es rico en

humus; por el contrario, es pobre en minerales solubles ya que el agua de

lluvia los disuelve arrastrándolos hacia horizontes inferiores. Es una capa

muy importante porque proporciona al suelo los elementos nutritivos para

las plantas. Si está muy desarrollado el horizonte A, se le pueden distinguir

3 subniveles: en la superficie del horizonte A suele haber una gran

acumulación de materia orgánica poco descompuesta llamado horizonte 0 o


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Ao, le sigue una zona rica en humus elaborado o A1 y en el subnivel A2

predominan los minerales sobre el humus.

 Horizonte B: (horizonte de precipitación o acumulación) donde se acumulan

las sales minerales disueltas provenientes del horizonte A. Se caracteriza por

tener mayor cantidad de arcilla y un color más claro que el anterior. En

climas con una clara estación seca se pueden producir costras por la

precipitación intensa de minerales.

 Horizonte C (o de transición): constituido por la roca madre en proceso de

meteorización, es decir, lo conforman fragmentos de la roca madre rodeados

de una matriz de naturaleza arenoso- arcillosa integrada por minerales

heredados y de alteración. El suelo crece hacia abajo, ya que al alterarse la

roca madre se incorpora al nivel C del suelo.

 Horizonte D (o roca madre): roca madre sin alterar.

5.2.3. factores de la edafogénesis

La formación del suelo y su resultado final (es decir, el tipo de suelo originado)

dependen de una serie de factores que son elementos que intervienen en el origen

y evolución del suelo; entre estos factores de edafogénesis destacan los factores

físicos y biológicos.

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a) Factores físicos.

 Clima; es el más importante condicionando la formación del suelo debido

principalmente a la temperatura y humedad. A mayor temperatura y humedad

mayor es la meteorización y la actividad de los seres vivos. Ambos influyen en

la formación del suelo al alterar la roca madre. En climas húmedos y cálidos la

meteorización química es muy intensa dando suelos profundos, pero en climas

fríos y secos la meteorización es tan escasa que tarda mucho tiempo en

formarse el suelo, que además suele ser poco profundo; además los climas

húmedos y cálidos también provocan una gran densidad de seres vivos que

favorecen también la meteorización. La mayor o menor precipitación influirá

también en la formación de los horizontes al ser responsable del lavado o

lixiviación de partículas el horizonte A al horizonte B, y en caso de fuerte

evaporación y escasez de agua, se produce un ascenso de agua por capilaridad,

pudiendo originar el ascenso de sales disueltas en el agua que al evaporarse

precipitan formando costras de sal en la superficie del suelo. El clima es tan

importante que dos suelos que parten de rocas muy distintas, pero con el mismo

clima, con el tiempo producen el mismo tipo de suelo. Por último, el clima determina

la intensidad de la erosión

 Roca madre; la roca madre aporta al suelo la mayor parte de sus componentes

minerales (fertilidad del suelo) e influye en las primeras etapas de la formación

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del suelo, sobre todo por su mayor o menor resistencia a la meteorización. Si la

roca se altera con facilidad, se forman suelos profundos en relativamente poco

tiempo; por el contrario, si la roca es muy resistente a la meteorización, se

originan suelos de poco espesor y sin horizonte B. También es importante la

permeabilidad de la roca puesto que la humedad influye en la formación del

suelo (por meteorización y porque a más agua más seres vivos que intervienen

también en la formación del suelo).

 Topografía; afecta a la formación del suelo debido a la pendiente y a la

orientación geográfica. En zonas llanas se forman suelos profundos (menos

erosión, más meteorización y mayor infiltración de agua), mientras que en zonas

de pendiente el suelo es escaso, tanto por la mayor erosión del suelo como por la

menor infiltración de agua (ya que el agua produce mayor meteorización

directamente e indirectamente al permitir una mayor cantidad de seres vivos). La

orientación hacia el sur (solana) da peores suelos que la orientación hacia el norte

(umbría) que permite más humedad y vegetación.

 Tiempo; un suelo bien formado puede tardar unos 10.000 años en formarse.

Suelos muy profundos (selvas tropicales) han tardado más de un millón de años

en formarse. La degradación del suelo por los humanos es de muy poco tiempo

comparada con lo que tarda en formarse, por lo que el suelo se considera un

recurso renovable. Los suelos inmaduros o jóvenes son aquellos que no han

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tenido tiempo para desarrollarse totalmente; en cambio, son maduros aquellos

suelos que están en equilibrio con el medio (clima). El tiempo que tarda en

formarse un suelo maduro varía desde cientos de años en un clima cálido y

húmedo a miles de años en climas fríos y secos.

5.2.4. Tipos de suelos

a) Suelos zonales.
Son aquellos que se forman cuando la influencia del clima domina sobre los demás

factores, son suelos maduros y evolucionados.

 Podsoles (suelos de taiga); son suelos de clima frío o templado fresco, donde

las abundantes precipitaciones provocan un lavado intenso del horizonte A. son

suelos ácidos con humus poco elaborado). El fuerte lavado al que se somete el

horizonte A provoca que sea de color claro (podsol significa ceniza en ruso) y

un horizonte B rico en minerales. Son suelos fértiles y suelen sustentar grandes

bosques de coníferas (taiga).

 Los suelos desérticos son pobres, carentes casi por completo de materia

orgánica, son esqueléticos, costrosos o salinos

 Chernozem o chernozem (suelos negros esteparios) se encuentran en las praderas

de Europa Oriental con clima continental. De color negro con un horizonte A muy

grueso y rico en materia orgánica y sin horizonte B. No sustenta vegetación


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arbórea, sino herbácea y son muy fértiles. Es el suelo característico de las zonas de

pradera y pastizales que ocupan grandes extensiones en Rusia, EEUU y Argentina.

Son zonas continentales de veranos cálidos e inviernos fríos. Los períodos de

sequía con fuerte evaporación, resecan el suelo y los bosques no pueden subsistir.

Por el contrario, abundan las gramíneas, que pueden soportar la sequedad.

 Suelos pardos; caracterizados por presentar los horizontes A y B bien

diferenciados. Sobre estos suelos se desarrolla una vegetación de árboles de

hoja caduca (roble, haya, arce) por eso es abundante la materia orgánica. Las

raíces de estos árboles absorben los cationes del horizonte B y los devuelven a

la superficie en forma de hojas secas. Este hecho, unido al ascenso iónico por

capilaridad durante la estación seca, contribuye a la recuperación de cationes

del suelo. También se forman suelos pardos en las zonas mediterráneas (suelos

pardos mediterráneos) con vegetación de arbustos y encinas, pero más pobres

en humus (debido a que el clima subárido no facilita el desarrollo de la

vegetación) que los correspondientes a las áreas de bosque denso.

 Suelos rojos mediterráneos (terra rossa), en los que el clima seco crea

condiciones oxidantes que proporcionan el color rojo. Son arcillosos, con un

nivel B bien desarrollado y más pobres en materia orgánica que el anterior.

b) Suelos intrazonales.

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Son aquellos condicionados por factores distintos al clima como son la roca madre o
un mal drenaje (encharcamiento), es decir, el clima no es el factor predominante en
la formación de estos suelos.

Leptosoles. Debido a la roca madre:

 Ranker (o leptosoles umbricos); aparecen cuando la roca madre es silícea

(granito, gneis, esquistos, etc.

 Rendzinas (o leptosoles rendsicos); cuando la roca madre es caliza (Ca CO3).

Suelos halomorfos o Suelos salinos; suelos con muchas sales. Generalmente son de

baja productividad y están asociados a la presencia de napas cercanas a la superficie

y subsuelos salinos. También pueden presentarse afloramientos halomórficos en

sectores de suelos agrícolas de mayor productividad.

Suelos hidromorfos. Debido al encharcamiento:

 Gley. Se caracterizan por permanecer encharcados y saturados de agua la

mayor parte del año. En estas condiciones no se produce ni la lixiviación

ni el ascenso por capilaridad. Por otra parte, el hierro no puede oxidarse

(medio anaerobio) al no entrar en contacto con el aire, acumulándose en

estado ferroso y dando lugar a coloraciones verdosas o gris azulada (gley).

 Turberas. En suelos encharcados la materia orgánica se acumula en

superficie y cuando la vegetación es abundante, llegan a formarse las

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turberas, en las cuales se alcanzan condiciones anaeróbicas que permiten

la conservación del carbono (la turba es rica en C).

c) Suelos azonales.

Suelos no evolucionados, son formados en fuertes pendientes o sobre materiales

recientes, por lo tanto, son poco desarrollados e inmaduros.

 Litosuelos. Son delgados. Influidos por el tipo de roca madre debido a

poca evolución temporal o desarrollo en grandes pendientes.

 Regosoles. sobre materiales recientes, son suelos conformados por

materiales sueltos no consolidados carentes de horizontes, como suelos

arenosos, en los que el agua se infiltra con rapidez, sin producir apenas

meteorización química ni la aparición de un manto importante de

vegetación.

5.3. LA EROSION (DEGRADACION) DEL SUELO

La degradación del suelo es la pérdida de la productividad de un suelo, debido a

la contaminación, una disminución de la fertilidad y/o erosión.

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5.3.1. Factores:
La degradación puede ser debida al hombre (factores antrópicos) o a causas naturales

(factores naturales).

a) Antrópicos

 Deforestación; facilita la erosión por la pérdida de la cubierta vegetal.

 Pastoreo excesivo; afecta tanto por eliminación de la cubierta vegetal,

como por la pérdida de estructura del suelo debido a la compactación

por el pisoteo, que impide la aireación del suelo y disminuye su

porosidad.

 Prácticas agrícolas inadecuadas contaminación (plaguicidas y

herbicidas), quema de rastrojos que elimina el aporte de materia

orgánica, la roturación a favor de pendiente que favorece la erosión, el

exceso de fertilizantes en climas cálidos que asciende por capilaridad

formando costras salinas en la superficie del suelo, suelos sin vegetación

o con poca densidad vegetal …

 Extensión inadecuada del regadío; se trata de explotar suelos de muy

poca calidad agrícola (inadecuados para el cultivo). Como por ejemplo

suelos salinizados. Pero que se explotan porque hay agua.

 Sobreexplotación de acuíferos; hace descender el nivel freático, por lo

que muchas plantas no pueden superar una época de sequía prolongada.

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También puede acabar por agotar el agua disponible para el riego o

puede producir la entrada en el acuífero de agua de mar; si el acuífero

está cerca del mar se saliniza el agua del acuífero y se riega con agua

salada que degrada el suelo.

 Minería y canteras a cielo abierto; producen desmontes facilitando la

erosión al igual que las grandes obras de infraestructura, además en

muchos casos la minería suele contaminar el suelo con metales pesados.

 Roturación de terrenos marginales; en terrenos fácilmente

erosionables como aquellos de pendientes acusadas (elevadas) o de

climas áridos, la roturación del terreno con el tractor facilita

enormemente la erosión.

 Abandono de tierras de cultivo; después de muchos años las tierras de

cultivo no son productivas porque la agricultura intensiva ha acabado

con todos sus nutrientes, con lo que su abandono deja un suelo poco

productivo y muy degradable que será fácilmente erosionable por la escasa

vegetación que puede asentarse en este tipo de suelo.

b) Naturales

 Climáticos; los factores climáticos más importantes en la degradación

del suelo son las precipitaciones y el viento ya que son los que producen

la erosión, no sólo es importante la cantidad de precipitación que cae en

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una zona sino también su distribución temporal. Por ejemplo: en nuestra

región la mayor cantidad de precipitaciones se concentran en unos pocos

días con lluvias muy torrenciales con gran capacidad de erosión, y sin

apenas vegetación que frene la erosión por llover poco el resto del año.

 Características edáficas y sustrato litológico; la naturaleza del suelo,

la textura, estructura, composición mineralógica y la cantidad de materia

orgánica del suelo condicionan la mayor o menor susceptibilidad a la

erosión. Por ejemplo: en terrenos permeables la erosión es menor, suelos

muy cohesionados (buena estructura) son más resistentes a la erosión,

dureza del suelo, tamaño de las partículas del suelo.

 Topografía; en terrenos con pendiente la erosión es mucho mayor. Un

aumento del ángulo de la pendiente causa un aumento de la velocidad

de escorrentía y con ello la energía cinética del agua causa una mayor

erosión.

La orientación hacia el norte tiene más humedad y más vegetación que

protege de la erosión.

La Topografía es muy importante para determinar la erosión del suelo,

las prácticas de control del suelo y las posibilidades de la labranza

mecanizada del suelo, y tiene una influencia primaria en la aptitud

agrícola d la tierra.

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 Cobertura vegetal: Son aquellas que consideran el desarrollo de las

plantas o cultivos con la finalidad de mejorar la capacidad productiva

de los terrenos y ayudar a disminuir la erosion del suelo. Cuanta más

vegetación menos erosión porque la vegetación frena el avance del agua

en las pendientes y amortigua el golpeteo de las gotas de lluvia, además

la vegetación ejerce una pantalla contra el viento.

5.3.2. Tipos

a) Degradación biológica; pérdida de cubierta vegetal y disminución del

porcentaje de materia orgánica.

La degradación biológica es causada por la pérdida de la cubierta vegetal y

disminución del porcentaje de la materia orgánica. La perdida de cubierta

vegetal deja desnudo al suelo frente a la erosión que puede ser debida a una

tala, incendio, sobrepastoreo, sequía, etc. Además, como los vegetales son los

que aportan con sus restos la mayor cantidad de la materia orgánica del suelo,

la pérdida de la cubierta vegetal implica disminución de la materia orgánica.

La disminución del porcentaje de la materia orgánica puede ser debida a la

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eliminación de los restos de las cosechas, como la quema de rastrojos, al

empleo de herbicidas, a la eliminación de los organismos formadores del

humus, como las lombrices y el uso de fertilizantes químicos que no aportan

materia orgánica.

b) Degradación física

La degradación física se refiere a todos esos procesos que resultan en cambios

adversos que puedan afectar las condiciones y propiedades físicas de los suelos.

Casi todos los procesos causantes de la degradación física están muy

relacionados entre sí y conllevan a una reducción de la porosidad, y en

consecuencia a un deterioro de las relaciones aire – agua en el suelo. Los

principales procesos de la degradación física son:

 Compactación del suelo. Puede ser definida como la comprensión de una

masa de suelo o un volumen más pequeño. En este proceso, cambios en las

propiedades de estructurales en la conductividad térmica e hidráulica y en

las características de transferencia de gases en el suelo. Estos a su vez

afectan balances químicos y biológicos. En pocas palabras el ambiente del

suelo es alterado de tal manera que todos los procesos del suelo son

afectados con menor o mayor extensión, dependiendo del grado de

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compactación. (Reghavan et al., 1990).

La compactación inducida por actividades antrópicas ha incrementado

dramáticamente durante las últimas décadas, siendo el tráfico de

maquinaria en la agricultura mecanizada la más importante causa de

compactación, sin menospreciar el sobrepastoreo de las tierras dedicadas a

la cría de ganado.

Método de evaluación

La compactación altera propiedades del suelo tales como volumen y

distribución del tamaño de poros, continuidad de macroporos y la

resistencia mecánica del suelo. Estas propiedades tienen una importante

influencia en la elongación de raíces de las plantas, y en el almacenamiento

y en el movimiento del agua, aire y calor en el suelo.

La resistencia a la penetración (RP) es la capacidad del suelo, en su estado

confinado, de resistir la penetración de un objeto rígido. La forma y tamaño

del objeto penetrante debe ser definida. Cualquier instrumento diseñado

para medir resistencia a la penetración es denominado penetrómetro. La

RP es expresada en unidades de presión, típicamente megapascales (MPa,

10 bares). La RP depende marcadamente del contenido de humedad del

suelo, el cual debe ser especifico al reportar este tipo de datos.

La determinación de la RP a capacidad de campo es una estrategia de gran

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utilidad para la evaluación de limitaciones al desarrollo del sistema de

raíces de las plantas. Sin embargo, un penetrómetro tiene que ejercer

mayor presión que la punta de una raíz al penetrar el suelo. Esto se explica,

ya que un penetrómetro, a diferencia de una raíz, no puede desviarse de su

línea directa de avance cuando se encuentra un agregado resistente en su

camino. A manera de ejemplo Ehlers (1983, citado por Arshad et al., 1998)

encontró que mientras el crecimiento de raíces fue severamente limitado a

una presión, medida con penetrómetro, de 3,6 MPa en un suelo bajo

labranza convencional, el límite correspondiente en un suelo no labrado

fue más alto, cerca de 5 MPa. En el suelo no labrado, las raíces evadieron

las barreras resistentes a la penetración usando canales continuos dejados

por las lombrices de tierra (v.g. Lumbricus o Aporrectodea sp.) y por raíces

ya descompuestas, los cuales no fueron preservados en el suelo sometido

a labranza.

Efectos de la compactación sobre la producción de cultivos y el

ambiente

La compactación del suelo disminuye el rendimiento y calidad de los cultivos

en todas partes del mundo. El comportamiento de los cultivos, usualmente

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cuantificado a través del rendimiento, sostiene una relación cuadrática con la

compactación del suelo, considerándose en las evaluaciones un amplio rango de

condiciones del suelo. El valor óptimo de compactación y el tipo de la relación

rendimiento/compactación del suelo depende de muchos factores tales como

tipo de suelo, tipo de cultivo (variedad), humedad del suelo y estado nutricional

del cultivo. La ocurrencia de un óptimo ha sido ampliamente establecida tanto

para cultivos de zona templada (Boone y Veen, 1994; Lipiec y Simota, 1994;

Lindstron y Voorhees, 1994, citados por Soane y Van Ouwerkerk, 1998) como

tropicales (Kayombo y Lal, 1994). Diferentes especies de cultivos, así como

algunas variedades de los mismos muestran diferente sensibilidad a la

compactación del suelo (Alakukku y Elonen, 1995; Dickson y Ritchie, 1996).

El óptimo en la relación rendimiento/compactación es dependiente de la

interacción de un número de mecanismos que influencian la respuesta adversa

del cultivo a ambas: alta y baja compactación. Estos mecanismos interactúan

marcadamente con el tipo de suelo y condiciones climáticas. Donde los

contenidos de humedad en el suelo tienden a ser altos, los mecanismos

dominantes están asociados con deficiente aireación, mientras que en

condiciones más secas los mecanismos dominantes son incrementos en la

resistencia del suelo a la penetración y limitaciones en la suplencia de nutrientes

(Soane y Van Ouwerkerk, 1998).

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La compactación del suelo puede influenciar el ambiente aun a considerables

distancias desde donde ocurre el fenómeno de degradación, expresada en

efectos tales como contaminación de aguas superficiales y subterráneas,

contaminación de la atmósfera y deterioro de la calidad de los suelos.

La energía requerida para fracturar un suelo compactado por las operaciones de

labranza es mayor que la requerida para el laboreo de un suelo no compactado,

y el consumo adicional de combustible resultará en una emisión adicional de

CO2 a la atmósfera. Los suelos compactados con contenidos altos de humedad

muy probablemente generan condiciones anaeróbicas, lo cual acentúa el riesgo

de que se incrementen las emisiones de N2O, un poderoso gas invernadero

(Hansen et al, 1993; Soane y Van Ouwerkerk, 1995; Lal et al., 1995). El tráfico

normal sobre suelos con gramíneas resultó en emisiones pico de N2O que fueron

de 2 a 3 veces mayor que suelos bajo similares condiciones pero que recibieron

una baja o ninguna presión por tráfico (Douglas et al., 1994; citados por Soane

y Van Ouwerkerk, 1998). Altos contenidos de humedad y pobre aireación

características de suelos compactados también crean condiciones adecuadas

para la producción de metano, otro importante gas invernadero (Lal et al., 1995).

Aun cuando el amoníaco no es un gas invernadero, el incremento de su

volatilización a la atmósfera después de la aplicación de lodos en suspensión a

suelos compactados de reducida tasa de infiltración, representa una pérdida de


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nitrógeno disponible para cultivos subsiguientes, así como una contribución a

la contaminación por lluvia ácida.

La degradación del suelo por compactación incrementa el riesgo de

escurrimiento y erosión debido a la reducción de las tasas de infiltración. La

tendencia a la aplicación de cantidades de fertilizantes considerablemente

mayores en los suelos compactados, con relación a los no compactados,

conlleva a un incremento en los riesgos de pérdida de calidad ambiental debido

al aumento en emisiones de N2O y en pérdida de nutrientes de los fertilizantes

que contaminan las aguas superficiales. La actividad biológica de los suelos,

un componente esencial de la calidad del suelo es seriamente afectado por la

compactación (Brussaard y Van Faasen, 1994; Whalley et al., 1995; citados por

Soane y Van Ouwerkerk, 1998).

 Sellado y encostramiento

El término “sellado del suelo” generalmente se refiere a una capa superficial de

suelo con una reducción significativa en la porosidad y permeabilidad resultante

de un rápido humedecimiento del suelo seco, impacto de las gotas de lluvia,

depósito del material fino del suelo, dispersión química o alguna combinación

de estos procesos. El posterior secamiento del suelo puede resultar en una capa

28
con un significativo incremento en resistencia, la cual es comúnmente

denominada “encostramiento o costra del suelo” (Chartres y Geeves, 1998).

Los sellos y costras del suelo no son otra cosa que una forma de degradación de

la estructura del suelo. No obstante, dado el hecho de su ocurrencia en la

interface suelo/atmósfera, ellos impactan significativamente el intercambio

hídrico y gaseoso entre los dos medios e interfieren en la germinación y

desarrollo de las plantas.

También la literatura especializada señala que los términos sellado y

encostramiento del suelo, algunas veces usados como sinónimos, se refieren a

cierto estado de compactación del suelo, ya que denotan una reducción en

porosidad y un incremento en densidad. Tal como comentado arriba, muchos

investigadores han establecido distinciones asociando el encostramiento con el

estado seco del suelo, mientras que el sellado es más relacionado con una

porosidad reducida por el agua (Gabriels et al., 1998).

En los trópicos húmedos, los suelos con bajo contenido de hierro y alto

contenido de limo presentan problemas de sellado y compactación superficial.

También las tierras de bosques con Oxisoles de textura pesada, una vez

deforestadas, muestran los suelos estos rasgos, especialmente en climas con

algunos meses secos. Pero es en los trópicos subhúmedos y semiáridos donde el

problema de sellado y encostramiento es más serio. Muchos suelos de las


29
sabanas semiáridas tienen suelo superficial arenoso, bajo estas condiciones, una

fuerte diferenciación textural entre suelo superficial y subsuelo puede ocurrir

como resultado de la formación de un horizonte argílico. Tales suelos

superficiales arenosos pueden ser propensos a sufrir encostramiento lo cual

significa la formación en la superficie del suelo de una delgada capa de unos

pocos milímetros, la cual es muy densa y endurecida al secarse, con muy poca

o ninguna porosidad, y algunas veces, puede hasta mostrar repelencia al agua

con el desarrollo de algas (Gabriels et al., 1998).

Gabriels et al. (1998) consideran que hay una necesidad obvia por el

establecimiento de definiciones más precisas, con relación a ambos términos

(sello y costra), considerando la ocurrencia de diferentes características, fuerzas

activas, regímenes climáticos y tipos de suelos, con relación a la manifestación

de dichos fenómenos. Al particular, está el tratamiento del concepto central del

encostramiento del suelo presentado por Bergsma et al. (1996) y la distinción

que estos autores establecen entre sellado y encostramiento del suelo:

encostramiento del suelo es el arreglo laminar del suelo por salpicadura o

depósito. Las costras son difíciles de romper y frecuentemente forman un

obstáculo para la emergencia de plantas en el suelo. Una costra de suelo puede

ser definida como una capa superficial en el suelo cuyo espesor va de unos pocos

milímetros hasta mucho más de unos pocos centímetros, y que es más compacta,

30
dura y quebradiza cuando seca, que el material inmediatamente debajo de ella.

Las costras se agrietan, se levantan o pelan, y, como señalado antes, son

moderadamente gruesas (0,5-2,0 cm). Encostramiento típico ocurre en suelos

con un alto contenido de arcillas no expansivas, y con la dispersión al mojarse.

Sellado del suelo es el nombre dado a la desconección entre la superficie y el

interior del suelo que limita el transporte de agua y aire. Los poros son cerrados

por el rearreglo de partículas debido al colapso de la estructura del suelo en

superficie, a la expansión de las arcillas al humedecerse, o por compactación

mecánica. Los sellos son usualmente delgados (1-5 mm) y no se agrietan.

Sumner (1995; citado por Chartres y Geeves, 1998) define cuatro tipos de

costras que pueden ocurrir en suelos de diferentes localidades del mundo:

Costras químicas: compuestas de sales precipitadas, y comúnmente

encontradas en ambientes áridos.

Costras estructurales: causadas por el impacto de las gotas de lluvia en una

amplia gama de tipos de suelos.

Costras sedimentarias o depositacionales: formadas por el transporte y

depósito de material suspendido.

Costras criptogámicas: formadas por el desarrollo de musgos, líquenes y

algas en superficies de suelos naturales o degradados.

31
Efectos, evaluación y predicción del sellado y encostramiento del suelo

Gabriels et al. (1998) señalan que los efectos del sellado y del encostramiento

del suelo en las propiedades agrícolas de un suelo son directos, en el sentido de

que las costras inhiben la emergencia de las plántulas y afectan el desarrollo de

las plantas y el crecimiento de las raíces, e indirectos, dado que las propiedades

y procesos favorables de los suelos son adversamente afectados. Los efectos

indirectos incluyen el decrecimiento en la tasa de toma de agua por las plantas,

el incremento en los riesgos de erosión y escurrimiento, la restricción en la

capacidad de aire y aireación interna del suelo y el incremento de su resistencia

mecánica en la medida en que el sello y/o la costra se secan.

El impedimento mecánico, como tal, no tiene efectos directos sobre la

producción de alimentos, pues afecta el rendimiento a través de la reducción en

el consumo de agua o en el uso de nutrientes esenciales para las plantas. El

efecto puede expresarse aun en la distorsión del patrón de enraizamiento de las

plantas sin reducción del rendimiento (Taylor, 1980, citado por Gabriels et al.,

1998). La resistencia mecánica del suelo actúa directamente cuando ésta

perturba la emergencia de las semillas recién germinadas, o cuando afecta el

desarrollo radical, o cuando debido al efecto de desecación, contracción, y al

fenómeno de endurecimiento superficial, causa daños en el cuello radical de la

planta facilitando así la penetración de parásitos e insectos.


32
 Consolidación del suelo

Suelos consolidados son aquellos que sufren un colapso estructural durante el

humedecimiento y entonces se endurecen, a causa de la formación de una

masa homogénea no estructurada, durante el secado. Aun cuando muchos

suelos se comportan de esta manera, solo aquellos suelos que alcanzan un

punto de endurecimiento que hace difícil o imposible el laboreo son

clasificados como consolidados. Así, esta definición de suelos consolidados

tiene un sentido práctico pues ha sido establecida teniendo en mente el laboreo

y cultivo del suelo (Mullins, 1998).

Mullins (1998) presenta la siguiente descripción de un horizonte consolidado,

propuesta a la ISSS como producto de un grupo de trabajo en el Simposio

Internacional “Suelos Sellados, Encostrados y Consolidados” realizado en

Brisbane, Australia en 1994:

“Un horizonte consolidado es aquel que se endurece, formando una masa

homogénea, en la medida en que el suelo se seca. Ocasionalmente puede

mostrar grietas, con un espaciamiento típico de 0,1 m. Un suelo consolidado

seco al aire es duro y quebradizo, y no es posible empujar un dedo dentro de la

masa de la cara expuesta del perfil. Es típico, que presente una resistencia a la

tensión de 90 kN m-2.

33
Los suelos con costras no son necesariamente suelos consolidados ya que estos

últimos se caracterizan por la presencia de un horizonte consolidado, el cual es

más grueso que una costra. (En suelos agrícolas, el grosor del horizonte

consolidado es frecuentemente igual o mayor que el de la capa cultivada). Un

suelo consolidado no se encuentra permanentemente cementado; se suaviza al

humedecerse. Los terrones en un horizonte consolidado que ha sido cultivado,

se desintegrarán parcial o totalmente al mojarse. Si el suelo ha sido mojado

suficientemente, él volverá a su estado consolidado una vez seco. Esto puede

ocurrir luego del riego por inundación o después de un simple evento de lluvia

intensa”

Mullins (1998) señala que donde el perfil del suelo se encuentra seco, la

descripción anterior permite la identificación en campo de un horizonte

consolidado. Considerando su resistencia y comparativa carencia de

estructura, si una muestra de suelo se desintegra en sus componentes físicos

básicos, cuando se deja caer en un recipiente con agua, podría calificar como

suelo consolidado.

Ya que no existen límites definidos entre la consolidación y otras formas de

comportamiento del suelo, los valores para el espaciamiento de grietas y

resistencia en la definición presentada, se consideran algo arbitrarios, basados

en experiencias existentes. Será necesario revisar los valores límites


34
propuestos, cuando se tengan a disposición más datos de campo (Mullins,

1998).

Se debe tener presente que la consolidación es un comportamiento físico que

es característico de un horizonte del suelo. En razón de que la

consolidación está relacionada con la estabilidad estructural, algunos suelos

tienen un horizonte que es naturalmente consolidado pero que puede dejar de

serlo, luego de un mejoramiento a que sea sometido el suelo. Otros suelos

pueden tener un horizonte que no es consolidado, en el estado natural, pero

que puede convertirse en tal si, por ejemplo, el suelo es degradado como

resultado de labores y sistemas de cultivo que reducen la concentración de

materia orgánica. En el pasado la descripción de consolidación había sido

aplicada a los horizontes A, pero, en principio, puede ser aplicada a cualquier

horizonte (Mullins, 1998).

 Exceso de humedad y anaerobiosis

Cuando un suelo es afectado por exceso de humedad, ocurre una exclusión del

aire, y el beneficioso intercambio de gases del suelo a la atmósfera se ve

impedido. Con este fenómeno se presenta un ambiente, en la zona de desarrollo

de raíces del suelo, carente de oxígeno, y las actividades biológicas dentro del

suelo quedan reducidas a aquellas que pueden obtener energía por respiración,

sin la presencia de oxígeno libre. Tal proceso es conocido como anaerobiosis.


35
La degradación del suelo por exceso de humedad y anaerobiosis requiere de un

cambio del régimen de humedad del suelo, de su estado natural a un estado más

húmedo, sin importar que tan húmedo sea el estado natural. Se ha

experimentado un gran progreso en el conocimiento de las capacidades y

limitaciones del suelo para distintos usos, mediante la investigación y

observación de suelos formados bajo diferentes regímenes de humedad, y

alguna información ha sido obtenida acerca de los cambios en propiedades y

procesos del suelo cuando los suelos con exceso de humedad son drenados, el

régimen de humedad del suelo es alterado a un estado más seco o con una

frecuencia de humedecimiento menor. Sin embargo, existe muy poco

conocimiento acerca de los cambios, usualmente asumidos como degradación

del potencial productivo, en suelos donde el régimen de humedad se ha vuelto

más húmedo (Fausey y Lal, 1990).

Numerosas son las causas del exceso de humedad en los suelos, Fausey y Lal

(1990) destacan como principales las siguientes:

Exceso de humedad a corto plazo, causada por lluvia excesiva o

inundación.

Elevación del nivel freático, causado por la irrigación y la filtración de

canales.

36
Mesas de agua superficiales estancadas, causadas por la compactación

del suelo.

Elevación del nivel freático, debido al manejo de la tierra en superficie

(barbecho extendido, desforestación, minería, etc.)

Drenaje superficial impedido, debido a la construcción de obras de

infraestructura.

Con el exceso de humedad, sobreviene la pérdida de la resistencia y de la

agregación del suelo, hecho que definitivamente contribuye a su degradación,

previo a eventos extremos que puedan ocurrir en cada una de las condiciones,

particulares arriba señaladas.

Efectos del exceso de humedad en el suelo

Diversos efectos se manifiestan en consecuencia del exceso de humedad en el

suelo.

A. Efectos físicos del exceso de humedad y anaerobiosis en el suelo

El principal cambio físico que puede ser definido como degradación del suelo,

asociado con el exceso de humedad, es la pérdida en resistencia que el suelo

experimenta. Esta se expresa como una pérdida en esfuerzo de compresión no

37
confinada en el suelo y se manifiesta en campo por el hundimiento en el suelo

húmedo de las ruedas de los vehículos y de las patas de los animales. Con ello

viene la pérdida de tracción y la incapacidad para la realización de las

operaciones necesarias. El esfuerzo de compresión no confinada en suelos

cohesivos está relacionado a la consistencia, la cual refleja el contenido de

humedad. Cuando se alcanzan altos niveles de humedad en el suelo, la

consistencia es descrita como “muy suave”. El impacto a largo plazo de esta

degradación depende del manejo dado al suelo mientras éste se encuentra

demasiado húmedo. Si no hay aplicación de energía al suelo, no ocurrirá

degradación física. Pero cuando gotas de lluvia, ruedas de vehículos, patas de

animales u otros instrumentos impartidores de energía son aplicados al suelo,

entonces la separación de partículas y/o encharcamiento puede ocurrir. Ello

representa ciertamente la degradación de la condición física del suelo (Fausey y

Lal, 1990).

La desagregación es una manifestación importante de la degradación por exceso

de humedad del suelo. Con la hidratación prolongada las películas de agua que

rodean las partículas minerales se hacen más y más grandes, hasta que las cargas

que mantienen juntas a las partículas, en arreglos holgados, se rompen y ocurre

la separación de los agregados. Sin embargo, para cada regla siempre existen

excepciones. Gumbos (1982, citado por Fausey y Lal, 1990) comenta acerca de

38
una técnica de manejo del suelo utilizada en el cultivo de caña de azúcar en

Guayana denominada barbecho de inundación. Esta técnica, que provee a suelos

pesados, muy arcillosos, de una estructura estable y del aprovechamiento

sostenido bajo cultivo, consiste en la labranza del suelo, seguida de inundación

y, entonces, de un período de barbecho por seis a nueve meses. La preparación

final de la tierra se hace luego que el agua aplicada por inundación ha sido

drenada.

B. Efectos químicos y biológicos del exceso de humedad y anerobiosis

del suelo

Fausey y Lal (1990) señalan dos efectos químicos principales que pueden ser

asociados con el exceso de humedad y anaerobiosis del suelo. Uno es la

acumulación de sales en o cerca de la superficie del suelo en regiones áridas o

semiáridas bajo condiciones de alto nivel freático. La otra es el cambio en

solubilidad y forma química de los nutrientes bajo condiciones anaeróbicas. La

salinización degrada el suelo al hacerlo inadecuado para la producción de

cultivos. Las condiciones anaeróbicas degradan el suelo al provocar la no

disponibilidad de algunos nutrientes, mientras que otros nutrientes pasan a ser

disponibles en concentraciones potencialmente tóxicas para la producción de

cultivos. Una discusión de los problemas del exceso de sales en el suelo se

presenta más adelante en esta parte del documento.


39
Bajo condiciones anaeróbicas el contenido de materia orgánica del suelo

incrementa con el tiempo. Los suelos que se forman bajo condiciones de exceso

de humedad tienen alto contenido de materia orgánica o son suelos orgánicos.

Bajo ambientes anaeróbicos, cambia el balance relativo de las poblaciones

biológicas en el suelo. Las condiciones de reducción que prevalecen en el suelo,

dan lugar a incrementos en la desnitrificación y conversión de algunos

nutrientes en formas no disponibles.

El potencial de oxidación-reducción (redox) decrece de la manera más

dramática, cuantificable en el corto plazo, que puede ocurrir en un suelo como

resultado del exceso de humedad. Los suelos aireados, normalmente, tienen

potenciales redox en el rango de + 400 a + 700 mv. Los suelos anegados pueden

tener potenciales redox tan bajos como - 300 mv. Valores por debajo de + 400

mv son característicos de suelos moderadamente reducidos; ya valores de - 100

mv se asocian con suelos altamente reducidos. Mientras haya oxígeno

disponible en el suelo, otros componentes oxidados del suelo estarán

relativamente a salvo de reducción inducida por procesos biológicos y químicos,

pues el oxígeno gaseoso sirve como un aceptor de electrones, permitiendo el

procedimiento de reacciones químicas y biológicas. Una vez que el oxígeno es

desplazado y excluido del suelo por el exceso de humedad, otros componentes

oxidados del suelo pasan a ser los aceptores de electrones y son entonces

40
reducidos. Después del oxígeno uno de los compuestos más fácilmente reducido

es el nitrato, la principal forma de nitrógeno disponible para las plantas en el

suelo. La reducción de nitrato es denominada desnitrificación y genera la

liberación muy rápida de nitrógeno del suelo en forma de gas. Ello resulta en

daños tanto a la calidad ambiental, debido a la contaminación atmosférica

involucrada, como a la calidad del suelo por cuanto afecta sus reservas de

nitrógeno disponible para las plantas, cuyas demandas por este elemento son

considerables (Fausey y Lal, 1990).

Donahue et al. (1983) señalan, en relación al efecto -sobre las plantas- del

exceso de humedad en el suelo, que los síntomas principales incluyen: caída de

hojas (hojas aparentemente marchitas se curvan hacia abajo en los márgenes),

41
decrecimiento en la tasa de crecimiento de tallos, abscisión de las

hojas (inserción débil de las hojas, a punto de caer), clorosis de las

hojas (colores pálidos), formación de raíces adventicias

(secundarias), disminución del crecimiento de raíces, muerte de las

raíces más pequeñas, ausencia de frutos y rendimientos reducidos.

Debido a que el efecto dominante del exceso de humedad es la

limitada difusión de oxígeno a las raíces de las plantas, solo aquellas

que son tolerantes a esta situación lograrán un buen flujo de oxígeno

del follaje a las raíces a través de la planta, pero la mayoría de las

plantas requiere la mayor porción de su oxígeno del aire del suelo,

alrededor de las raíces. Este flujo de oxígeno, en las plantas

tolerantes al exceso de humedad en el suelo, aparentemente ocurre

a través de espacios de aire mayores dentro de tallos y raíces que en

aquellas partes de plantas no tolerantes. Plantas que logran una

adaptación a tales condiciones durante su crecimiento, lo hacen

mediante la formación de mayores espacios de aire internos, aun a

expensas de la destrucción de algunas células y de la disolución de

algo de celulosa de las paredes celulares. Donahue et al. (1983)

también comentan que entre los numerosos procesos responsables

de los cambios que experimentan las plantas afectadas por el exceso

de humedad en el suelo está la producción de algunas sustancias

tóxicas en los suelos inundados: sulfuro de hidrógeno, ácido butírico

y ácidos grasos volátiles de la descomposición de carbohidratos. El


sistema vascular de las plantas puede también transportar hacia el

follaje algunas toxinas que son producidas en las raíces bajo

condiciones anaeróbicas.

3.2.4.3 Recuperación de suelos afectados por exceso de humedad

Fausey y Lal (1990) destacan el hecho de la abundante


controversia surgida alrededor del tópico de discusión que trata sobre
la conveniencia o no de convertir las tierras con suelos con exceso de
humedad, por condición natural, en tierras de cultivos, el cual no es
el sujeto de esta discusión. La degradación del suelo por exceso de
humedad es considerada cuando tierras de cultivo son afectadas por
excesiva humedad y anaerobiosis por cualquier causa. En tal caso,
medidas de recuperación deben ser aplicadas para minimizar los
impactos adversos del exceso de humedad y para mantener la base
productiva del recurso suelo.
Destaca en estos casos, la importancia del drenaje, cuya
protección contra la degradación del suelo como resultado del exceso
de humedad varía ampliamente de un sitio a otro principalmente de
acuerdo al clima, al suelo y al tipo de manejo agronómico al cual sea
sometido el suelo. El drenaje no es garantía contra la degradación del
suelo por exceso de humedad, pero bien utilizado puede minimizar
períodos de anaerobiosis, mejorar la condición de traficabilidad,
ayudar en la prevención de la salinización, y reducir la erosión del
suelo (Fausey y Lal, 1990).
VI. CONCLUSIONES

VII. RECOMENDACIONES

VIII. BIBLIOGRAFÍA

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