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Dentro de las partes del nuevo sistema, tenemos que cada una
de ellas tiene su propia teoría del caso. La fiscalía no tiene
muchas opciones de teoría del caso, y al exponer primero, deben
de tener una definida a diferencia de la defensa que puede por
principio de contradicción una serie de posibilidades dentro del
proceso, aquí existen tres posibilidades:
En efecto, siendo el día y la hora indicada, el señor Presidente dice: ?señoras y señores,
buenas tardes, soy el Dr. Marco Aurelio Cicerón, Presidente de este Tribunal, que nos
constituimos en Audiencia Pública de Juzgamiento. Señor Secretario, sírvase
constatar la presencia en esta Sala, de los acusados, del señor fiscal, del acusador
particular; del ofendido; de los testigos; Peritos o Traductores si existen. Una vez que
por Secretaria se ha dado cumplimiento a lo ordenado por el señor Presidente y estando
presente todos los sujetos procesales, dice: ? DECLARO ABIERTO ESTE JUICIO, Y
ADVIERTO A LOS ACUSADOS QUE ESTEN ATENTOS A LAS ACTUACIONES Y
EXPOSICIONES QUE SE BAN A DESARROLLAR Y FORMULAR DURANTE EL
TRAMITE DE LA AUDIENCIA. TIENE LA PALABRA EL SEÑOR DR. LEO DAVID
VALENCIA ROSALES, FISCAL DE LA CAUSA? 1
TEORIA DEL CASO, DESDE LA OPTICA DE LA FISCALIA, AQUÍ UN EJEMPLO.
Señores Jueces de este alto Tribunal: Soy el Fiscal Dr. Leo David Valencia Rosales, Fiscal
de la causa y en esta audiencia, demostraré que los hoy acusados, Walter Benigno Torres
Castro y Luís Alberto Páez Portilla son culpables del delito de Secuestro en la persona de
José Jacinto López Cedeño, el día 4 de Julio del 2016, a las 17h30, para lo cual expongo la
Teoría del caso.
El día 4 Junio del 2016, a eso de las 17h30, José Jacinto López Cedeño, conduciendo un
vehículo, marca Toyota, Modelo 2000,tipo camioneta doble cabina color beige, con Placas
X160 particular, rodando por el carretero principal de Esmeraldas- Tonsupa. Al llegar a la altura
del sitio llamado Chévele de esta ciudad y provincia de Esmeraldas, le serré el paso, un
vehículo tipo Jeep, color plateado con Placas MXB60, conducido por el sujeto de nombre
Walter Benigno Torres Castro, y otro sujeto que lo acompañaba, el señor Luis Alberto Páez
Portilla, que obligaron a detener la marcha. 2
1 COBA Santiago, MANUAL PRÁCTICO LEGAL ECUATORIANO. Pag. 400
2 COBA Santiago, MANUAL PRÁCTICO LEGAL ECUATORIANO. Pag. 400
Los interceptores se bajaron del carro en que viajaban, y el primero de ellos, Walter
Benigno Torres Castro, con una pistola en su mano derecha, mientras Luis Alberto Páez
Portilla, le gritó: salga del carro con las manos en alto, somos Policías que patrullamos la
carretera, e inmediatamente mostraron sendas placas que se los podía identificar como
policías, e inclusive la vestimenta que llevaban puesto era de policía. Acto seguido, lo
subieron por la fuerza y bajo amenazas de muerte al Jeep, le vendaron los ojos, le
amarraron las manos hacia atrás y lo pusieron en el asiento posterior del carro, acostado.
Temeroso de ser asesinado les clamó por su vida y la de su familia. Pidió que no le hagan
daño, y en ademan de cooperar trató calmarse, mientras se alejaban del lugar quedando
su carro parqueado a un lado de la vía, con todas sus pertenencias.
Posteriormente lo trasladaron a la ciudad de Ibarra, en donde lo introdujeron a una casa
desolada en una finca apartada de la ciudad en unos 3 Km, a eso de las 23h00 del mismo
dia. En ese lugar le manifestaron que se trataba de un secuestro y quitándole el celular que
era lo único que tenía en sus bolsillos, le obligaron a que les dé un número de teléfono de
su familia para llamar y pedir el rescate.
El mismo día de su traslado a la ciudad de Ibarra los secuestradores tomaron contacto con
la señora María Del Rocío Saavedra Parrales, a quien le exigieron la suma de 100 mil
dólares para liberar a su esposo, pero que si avisaba a la Policía, lo matarían de inmediato.
Por el cansancio que tenían, los secuestradores se descuidaron un poco, lo que aprovecho
José Jacinto López Cedeño para zafarse las cuerdas que ataban sus manos, y salir huyendo
del lugar en precipitada carrera pidiendo ayuda en una casa de esa comarca, donde después
de dar detalles del asunto, se dio aviso a la policía de la ciudad de Ibarra, que armo un
operativo, y cuatro horas después ,06h00( 5 de Junio 2016 ), fueron capturados los sujetos
en una casa de los alrededores de la ciudad en donde afuera habían parqueado el Jeep
donde se movilizaban y que fue reconocido por el señor José Jacinto López Cedeño. El caso
fue comunicado a la Policía de Esmeraldas que ubicó la camioneta del secuestrado y que
había sido encontrada en el lugar de los hechos, y llevada a los patios del cuartel de la PJ
de Esmeraldas. En poder de los detenidos se encontraron dos armas de fuego: una pistola
marca CZ calibre 9 mm con dos alimentadoras con 15 proyectiles cada una, y un revólver
marca Smith Wilson con 6 proyectiles en el tambor, sin percutir; 2 gorros tipo pasamontaña
de color negro, una cuchilla con su vaina, dos pares de botas de color negro y dos rollos de
cabo o filástica, dos celulares marca Nokia. Todas estas evidencias, conjuntamente con los
sujetos aprendidos, fueron posteriormente presentadas la Fiscalía, el día 5 de Junio del 2016
a las 10h00, y luego puesto a órdenes del Juez Primero de Garantías Penales de
Esmeraldas, a las 10h40. Esta es la teoría del caso, señor Presidente, por lo que presento
las pruebas que a continuación detallo:
Certificación de la casa Motriz Cóndor de la ciudad de Quito, de fecha 6 de Julio del 2016,
donde se determina que el carro tipo Jeep de placas MXB60, cuyo propietario es el señor
César Páez Benavides padre de Luis Alberto Páez Portilla, se encontraba en mantenimiento
los días 3 y 4 de Junio del 2016 en la ciudad de Quito.
Certificación de la Dirección General de Transito, de haber solicitado una réplica de la
placa MXB60, por haberse caído y perdido la delantera.
Declaraciones de los señores Víctor Pardo Montiel, Ariel Escuderos Alcívar, Ramón Castillo
Bastidas, y Juan José Arturo Bazán.
Certificaciones de antecedentes penales, de los distintos juzgados y Tribunales del país, a
favor de mis defendidos.
Certificación de la Cámara de Comercio de la Provincia de Imbabura, donde se demuestra
que mis defendidos son prósperos Comerciantes; dueños de almacenes de ropa importada,
que funcionan en Ibarra, Santo Domingo de los Tsáchilas y Quevedo.
Certificados del Registrador de la Propiedad de las ciudades antes indicadas, donde mis
defendidos tienen bienes raíces.
Más de 1000 firmas de respaldo de personas de la provincia de Imbabura, donde se
encuentran domiciliados, que acreditan su buena reputación.
Certificación del Centro de Rehabilitación Social de Varones de Esmeraldas, que manifiesta
que mis defendidos tienen una conducta excelente
CONCLUSION DE LA PRESENTACION Y PRÁCTICA DE LA PRUEBA Y DEBATE.
Señor Presidente, en representación de la Fiscalia, he presentado la teoría del caso, y para
probarlo he solicitado a este Tribunal, que se tenga como prueba, todas y cada una de las
14 evidencias presentadas con anterioridad a este preciso momento; he demostrado con mi
hipótesis jurídica, la autoría y responsabilidad de los autores materiales e intelectuales del
delito cometido por los acusados.
a).- Se ha llamado a declarar a los señores Policías Alberto Portalupe, Edilberto Gonzales
Aveiga, Antonio Antes Bamba y Gutenberg Estacio Prado, personas que fueron los que
detuvieron a Luis Alberto Páez Portilla y Walter Benigno Torres Castro, en la ciudad de
Ibarra. Ellos, efectivamente declaran en forma concordante y narran con lujo de detalles
como se dio la captura de los procesados.
b).- Se han tomado las declaraciones de los señores Juan Andrango y su cónyuge María
Caiza; queda probado que efectivamente el señor José Jacinto López Cedeño, llego hasta
el lugar de la vivienda de ellos para pedir ayuda. Fue desde ese lugar donde se puso en
conocimiento a la policía, de este hecho delictivo.
c).- Se ha practicado el reconocimiento de lugar de los hechos. Es decir donde se dio el
secuestro y luego el sitio a donde fue llevado José Jacinto López, en la provincia de
Imbabura, queda probado.
d).- Hemos exhibido en esta audiencia las fotografías de los carros con sus respectivas
placas, reconocidos por sus dueños, con los contratos de compraventa agregados al
proceso; el reconocimiento de los celulares encontrados en poder de los hoy detenidos. Con
respeto a la estructura general del procedimiento y con la observancia de las fases propias
del proceso penal, se ha desarrollado esta etapa probatoria, en donde no ha quedado la
menor duda, que los hoy detenidos son los responsables directos del delito de secuestro en
la persona de José Jacinto López Portilla. Cada una de las pruebas aportadas, fueron
pedidas y actuadas con la más estricta observancia de las normas del debido proceso. Esta
fiscalía conjuntamente con la Policía Judicial de Imbabura y Esmeraldas, no han escatimado
esfuerzos para que este delito no quede en la impunidad, y son ustedes señores Jueces de
este Tribunal que sabrán valorar con sus conocimientos, si estas conductas atípicas son
directrices que conllevan a convivir en sociedad, violando la Ley y el orden, o somos
enérgicos y firmes para remediar este mal con la aplicación de la Justicia. Es verdad que en
el procedimiento penal en muchas ocasiones para los Jueces se ´presenta una antinomia
entre la justicia y la Seguridad, pero Gustav Radbruch, en su Obra? Los Fines del Derecho
?manifiesta que la Seguridad no es un valor primordial y absoluto como la Justicia. Pues la
primera busca evitar la incertidumbre del derecho en vigor, es decir, la seguridad contra las
modificaciones del derecho arbitrario, mientras que la Justicia es la fuente misma de la
seguridad. Por ello, si estos dos pilares de nuestro ordenamiento jurídico se encuentran con
conflicto, hay que optar por la Justicia. Si bien es cierto que la cárcel o el endurecimiento y
aplicación de las penas, no son factores regenerativos de conducta en las personas que
obstan por esta patología social, no es menos aceptable que en la sociedad en que vivimos,
todos estamos obligados a respetar la Ley. Por todo lo expuesto, solicito a los señores
Jueces del Tribunal, se imponga a los señores Luis Alberto Paez Portilla y Walter Benigno
Torres Castro, la máxima pena que contempla la Ley para estos casos.
La acusación Particular, se allana a la prueba presentada por el Ministerio Público.
PRUEBA PRESENTADA POR LA DEFENSA.
Señor Presidente, señores Vocales de este Tribunal, en el transcurso de esta audiencia,
hemos aportado con absoluta claridad, las pruebas suficientes, explícitas, concordantes e
inequívocas, con las que he demostrado la completa inocencia de mis defendidos. La
acusación ha pretendido con una teoría del caso irrelevante, moldear figuras previas de un
acto inexistente, ajustadas a la misma línea del pensamiento forzado para crear una figura
torturante, un esperpento jurídico, al estilo de César Lombroso, inventor de la Antropología
Criminal en el S XVIII. La acusación, quiere soslayar la contundencia de las declaraciones
de mis defendidos Luis Alberto Páez Portilla y Walter Benigno Torres Castro, reafirmadas
con las declaraciones de Ana Chiluisa Pastor y Maria Andrango Espinosa, en donde
manifiestan que el día del supuesto, ellos estuvieron en sus respectivos hogares. Víctor
Pardo Montiel, Ariel Escuderos Alcívar, Ramón Castillo Bastidas Y Juan José Arturo Bazán,
abonan a la inocencia de mis defendidos. De la misma investigación realizada por la fiscalía,
se desprende que otras personas serían los autores materiales del presunto hecho que se
juzga en esta audiencia. Las investigaciones y pericias practicadas durante la Instrucción
fiscal, nunca alcanzaron el valor de prueba en esta audiencia de juzgamiento. Dentro de
este orden de ideas, es necesario considerar que toda decisión de los Jueces debe fundarse
en pruebas legalmente producidas y aportadas en el proceso.
CONCLUSIONES.
En todos los actos delictivos, tanto el estado como las víctimas, pretenden que se imponga
una sanción al responsable, pero para esto es necesario e indispensable, no solo la
demostración, sino la existencia fáctica del hecho delictivo, y la responsabilidad de la
persona a quien se le atribuye el acto violatorio de la Ley. Por otra, debe imperativamente,
instaurarse el proceso penal, en donde se ordenan los actos en forma secuencial. Es decir,
las etapas procesales. Así tenemos que una vez que culmina la fase pre procesal, emerge
como consecuencia de las actuaciones llevadas a cabo durante la investigación Previa, una
de impugnación llamada INSTRUCCIÓN FISCAL, que es realmente donde nace o comienza
el proceso penal, y donde el sospechoso pasa a ser llamado ?procesado?.
En esta fase, el fiscal solicita al Juez de Garantías Penales, señale fecha para la audiencia
de formulación de cargo.
En la etapa de Evolución y preparatoria de juicio, corresponde resolver la situación del
procesado, para esto convocamos a la Audiencia preparatoria del Juicio, donde se conocen
los vicios formales, cuestiones referentes sobre la existencia de requisitos de procedibilidad,
cuestiones prejudiciales, anunciación de pruebas para el Juicio, etc. Si se ha dictado auto
de llamamiento a Juicio, ?corresponderá en esta etapa, el juzgamiento del procesado. Aquí
las evidencias se constituyen en pruebas de cargo o de descargo por medio de la oralidad,
caso contrario no tendrá valor alguno.
En el ejemplo precedente, dentro de la etapa del Juicio, ha quedado demostrado como las
partes procesales aplicaron la teoría del caso; tanto la fiscalía como la defensa, sostuvieron
ante los miembros del Tribunal, los argumentos válidos para convencer y conmover a los
señores Jueces, de que sus teorías encierran una verdad histórica, la misma que se
impondrá por la ?fuerza de la razón?, cuando el Tribunal alce su voz para decir en su
sentencia ?culpables o Inocentes?, por haberse probado los indicios conducentes y
concordantes en la imputabilidad objetiva de los hoy enjuiciados.
RECOMENDACIONES.
El derecho a no ser incriminado, forma parte del derecho de la defensa, y se activa desde
las diligencias de investigaciones iniciales o preliminares. Por eso, la defensa o la
investigación, deben establecer reglas claras que les permitan aplicar de la mejor manera,
el típico valor de las pretensiones que activan las partes en la batalla del juicio.
Precisar la declaración o la entrevista; describir el lugar de la escena analizando los hechos
eventuales, en la misma forma que los medios de convicción. Previamente escuchar el relato
del imputado, o del acusador, los informes periciales debidamente sustentados. La
operación en los momentos oportunos, nos dará para construir la teoría del caso. 4