You are on page 1of 16

El hombre como científico.

Carlos Camaño - Nataly Carrizo - Ana Cuevas - Nadia Ibañez - María Paz Olguin-
Claudia Palma - Anyel Rivera - Claudia Villalobos.

31 de Agosto 2018.

Universidad Santo Tomás, Sede Iquique.


Facultad de Ciencias Sociales. Psicología Vespertina.
Psicología de la personalidad.
EL HOMBRE COMO CIENTÍFICO.

El modelo cognitivo ilustra al hombre actuando en la vida cotidiana como un

científico, un analista de su realidad. Esta propuesta reiterada por H.Kelly a partir de su

modelo de atribución , otorga al ser humano la capacidad de construir y cambiar con su

experiencia las hipótesis, el conocimiento o su ideología de vida , de manera de anticipar

los resultados de su conducta y la de otros. Una aproximación a la concepción de estas

teorías se hace a través del estudio de las expectativas y las atribuciones.

EXPECTATIVAS.

En el modelo conductual se generó polémica sobre los procesos de adquisición y

mantenimiento de la conducta. Clark Hall afirmaba que la necesidad y suficiencia del

refuerzo eran necesarias para establecer y mantener la conducta. Por otra parte, Edward

Ch. Tolman consideraba que el refuerzo no era necesario para que se produjera el

aprendizaje. (Moreno, 1987, p. 143)

Según Julian Rotter, los individuos ejecutan las conductas que esperan ver

reforzadas, es decir, eligen aquellas acciones por las que pueden obtener ciertos

beneficios y ventajas. Ello significa que el refuerzo no genera conductas de manera

automática, sino que lo hace en la medida que la persona cree que determinada conducta

aportará un beneficio o refuerzo, a eso se le llama expectativa. (Moreno, 1987, p. 143)

Rotter también establece varios conceptos donde, entre ellos se encuentra el

“Potencial de conducta”, que no es un valor absoluto, pero es el resultado de la

expectativa de refuerzo por valor del refuerzo. (Moreno, 1987, p. 143)


La “situación psicológica”, concepto que introduce Rotter, es la combinación de

factores internos y externos que influye en nuestra percepción y como respuesta a un

estímulo.

Por último, es importante comprender que las expectativas de refuerzo y el valor del

refuerzo son variables que dependen de cada persona. Ni las expectativas ni el valor de

estas valen para todos, son individuales. (Moreno, 1987, p. 144)

EXPECTATIVAS ESPECÍFICAS.

La manera en que procedemos y pensamos, están vinculados a las expectativas,

gran parte de nuestro pensamiento actúa como guía para la conducta, por ejemplo, un

vendedor que asiste a su trabajo sabiendo que mientras más productos venda, mejor

comisión tendrá, etc. Las expectativas suelen estar detrás de gran parte de nuestras

conductas y relaciones personales. (Moreno, 1987, p. 144)

EXPECTATIVAS GENERALIZADAS: EL LUGAR DE CONTROL.

Rotter estudia las expectativas generalizadas siendo dos llamadas: confianza

interpersonal y el lugar de control. La confianza interpersonal es aquella persona con alto

nivel de confianza en sí misma que deposita confidencia en los demás sin

cuestionamiento y presta disposición a otro individuo en espera de poder ayudarle. Por

otra parte, el lugar de control se entiende como la explicación que surge en el sujeto en

determinadas ocasiones siendo factores externos, internos o lo que considere involucrado

en dicha situación. La importancia del término mencionado es por la consideración de

hechos, factores internos o personales o los externos y ajenos a la voluntad personal

(Moreno, 2007, p. 146).


La teoría del lugar de control explica que si el individuo estima que un factor interno

es el involucrado en tal situación, la persona determina el resultado de su conducta, es

decir, dependiendo del éxito o fracaso destinará una relación de la voluntad propia y el

esfuerzo, sin embargo, si la persona tiene un lugar de control externo sentirá que el éxito o

fracaso tendrá relación con factores intangibles como la suerte o acontecimiento al azar. A

estos tipos de lugar de control interno o externo se les determina Internalistas o externa

listas.

Los internalistas son personas estratégicas que desean tener mayor control sobre

lo que resuelvan. Lo anterior hace que individuos Internalistas se sitúen al éxito o fracaso.

También se caracterizan por pensar que la conducta puede determinar situaciones

cotidianas, por ejemplo, si un estudiante tiene buen resultado en su examen, el individuo

determinará que el resultado fue por esfuerzo propio, es decir, factores internos.

Asimismo, tienen un buen ajuste social ya que su comportamiento se debe a lo que la

gente espera de ellos. Lo anterior puede guiar variadas conductas y relaciones debido a

su actuar.

A personas externalistas les incumben creencias, el destino o la suerte. Estas se

sujetan a lo anterior, debido a que piensan que son factores extraños o secretos

intangibles que los guían a lo que va a ocurrir. Los externalistas especulan que los

sucesos están dichos o pre escritos de alguna manera. Es por esto que la voluntad propia

no tiene importancia para tales individuos. (Moreno, 2007, p. 146).

El lugar de control según Schneider (1972) puede establecer preferencia en

actividades, encontrando que los sujetos Internalistas prefieren a las actividades de

habilidad que las actividades al azar, siendo las últimas preferidas por sujetos

externalistas. Si el sujeto se denomina internalista o externalistas se debe al transcurso de


múltiples enseñanzas implicando factores culturales, familiares, escolares, ente otras

variables. (Moreno, 2007, p. 147).

EFECTO PLACEBO COMO EXPECTATIVA.

Consiste en la facultad que tiene un producto, por naturaleza inofensivo, que otorga

una mejora en la salud de la persona. Esto como resultado de las expectativas que tiene

la persona, que se reduce a que el producto actúa de forma positiva en la salud.

Los mecanismos particulares de cada sujeto, unida a las expectativas del beneficio

del producto en pro del alivio que le proporciona, son indicadores de que los efectos que

ello produce son auténticos. En este contexto, las expectativas de recuperación de la

salud la favorecen.

Hace dos décadas algunos autores del área de la psiquiatría, admitían que la

publicidad sobre cierta farmacología sobrevaluaba sus efectos y parte del valor asignado a

tales efectos, respondían al efecto placebo. Otro estudio indica que, para trastornos como

la depresión, el haber recetado placebos había hecho sentir mejoras a los pacientes en un

35%.

EVALUACIÓN DE LAS EXPECTATIVAS.

La evaluación de control es el centro de las evaluaciones de las expectativas sin

desmedro de la amplitud particular de la materia, y sin delimitar al lugar de control a una

expectativa genérica.

Un primer acercamiento al establecimiento de una escala de evaluación se originó

desde las tesis doctorales de Phares, la primera una escala breve, la que luego se

extendió a una escala llamada de “James-Phares Locus of control Scale’’ de 60 items , de

los cuales 30 de ellos fueron puestos con el propósito de efectuar un enmascaramiento de


la índole del cuestionario. Se buscaba que el encuestado decidiera por aquella respuesta

que, presentada a manera de doble propuesta, le fuera más significativa.

Rotter, disminuye a 23 los ítems de la escala y añade subescalas, para explorar las

creencias en áreas como reconocimiento, amor, afecto, dominancia, etc. Los resultados

no fueron asertivos, ya que las subescalas no eran independientes y la demanda de

aspiraciones en el ámbito social era elevada, además de necesitar al menos dos factores

para poder evaluar cada escala. Se concluyó que la correcta sería a partir de cuatro

factores: general, político, rendimiento y relaciones interpersonales.

Un nuevo modelo de la autoría de Levenson, aporta perfiles diferenciales a la

evaluación, materia que Rotter no abordó en su modelo. Este postulado no se niega a la

posibilidad que un mismo sujeto crea tanto en la buena fortuna, como en que también

repare en el valor del sacrificio personal, diferenciándose además de la impersonalidad de

la escala de Rotter, llevándola a un plano mas personal.

Paulhus, posiciona a la evaluación del lugar de control de una forma que cubre una

multiplicidad de dimensiones, bajo tres orientaciones, lo social, personal y socio-político,

haciendo posible que en esa dinámica, la elección pudiera ser diferente por cada área con

un perfil diferencial por cada una de ellas.

En esta exposición, se han mencionado las primeras evaluaciones de expectativas,

de un corte mas general, las que siguieron responden a una orientación específica, ligada

directamente a la materia que se quiere estudiar. Con lo expuesto, resulta inviable

establecer que las evaluaciones de las expectativas sean reducidas a la evaluación del

lugar de control.
ATRIBUCIONES

El análisis de procesos cognitivos es influyente en la conducta del hombre, decanta

en la teoría de atribución de Heider (1958) lo que se ha convertido en el lenguaje actual de

psicología.

El comprender a los demás y atribuir es una actividad espontánea e importante del

ser humano que busca entender la causa de la conducta de los demás, haciendo que esta

exploración determine la actitud y la conducta hacia las relaciones entre las personas.

El hombre se ha inclinado a buscar explicaciones de conductas que le causen

asombro, que llamen su atención o aquellas que escapan de las concepciones de

convicciones universales o probabilidades, es decir no repara en cuestiones triviales.

Estudios de Heider lo llevaron escribir su libro, psicología de relaciones

interpersonales (1958) y fue considerado como el primer modelo teórico, orientando su

postulado a que la atribución lleva a:

 que el perceptor comprenda el mundo de los otros

 que perciba la causa de sus conductas

En un trabajo anterior, Heider había establecido que las “personas son el prototipo

de los orígenes” y que “la conducta absorbe el campo”, es decir, que la explicación más

habitual de una conducta recae sobre el sujeto que la ejecuta, olvidándose de los factores

contextuales, pudiendo expresar una realidad diferente a la que pretende.

En su modelo, Heider formula cuatro causas que detalla:

1. La más importante, es que resulta mucho más fácil imputar una acción a una

persona que a los complicados factores contextuales.


2. La idea infantil de una causalidad vinculada a los deseos, fantasía que no se

disiparía nunca.

3. La tendencia a asimilar las características del hecho y de la persona que lo

producen, por ejemplo, un evento que evidencie un orden sistemático se originaria en una

persona muy ordenada.

4. Las propias necesidades y actitudes, es decir, nos apegamos a lo que nos

brinda confianza, prevalece la idea de atribuir como particulares los propios éxitos y

aquellos resultados que nos decepcionan se presumen como a factores externos.

La idea de atribución de Heider se enmarca en que “sirve para el establecimiento

de un ambiente estable y consistente, ofreciendo una descripción parsimoniosa y al

mismo tiempo una adecuada descripción de lo que ocurre, y determina los que nosotros

esperamos que ocurra y lo que nosotros haríamos en ese caso”, es así que la importancia

del estudio, radica en que atribuir a causas personales o impersonales, establece para

cada persona su esquema del mundo y por consiguiente tal principio conlleva a que

adapte su conducta en respuesta a ese esquema.

En términos de abordaje y desarrollo, la temática de la atribución se ha estudiado

por la psicología social esencialmente bajo el modelo de la inferencia correspondiente de

Jones y Davis y el de la covariación desarrollado por Harold Kelley. Para el enfoque de

nuestro resumen nos aplicamos en los sesgos de atribución y estilos atributivos.

SESGOS ATRIBUTIVOS

Como se ha establecido en párrafos anteriores, los seres humanos no solamente

quieren saber cómo han actuado los demás, sino que buscan saber el motivo, cuáles son

las verdaderas causas o qué los ha llevado a actuar de esa manera. El proceso por el que
los individuos intentamos buscar esas causas se refiere a esfuerzos por entender los

orígenes implícitos a la conducta de los demás y a veces también de nuestra propia

conducta.

Un error que se comete cotidianamente es malinterpretar la conducta de los demás.

Este hecho en lo cotidiano es la causa de múltiples problemas sociales e interpersonales,

son errores en el procesamiento objetivo de la información que se puede deber a

diferentes motivos, sesgos al momento de atribuir la causa de la conducta de las personas

en determinados hechos o circunstancias.

Las atribuciones causales no se realizan únicamente a partir de la información que

disponemos, también se dificultan por nuestras actitudes y expectativas, como la particular

perspectiva que se tiene del hecho o conducta observada. Todos estos factores evocan el

carácter subjetivo de la atribución. En esa subjetividad residen los frecuentes errores o

sesgos atribucionales que las personas comenten, omitiendo la posibilidad de procesar

objetivamente la información.

Heider (1958) ya había asociado necesidades subjetivas y deseo a la atribución,

luego Jones y Davis (1965) reconocen dos tipos de sesgos en esa misma línea, el

hedonismo referido a que las personas hacen una atribución interna a los éxitos y externa

a los fracasos y por el personalismo que lleva al actor a apreciar de manera potente la

intencionalidad de un hecho que le afecta, maximizando el placer asociado al éxito hacia

factores internos y el malestar que genera el fracaso, derivándolo a factores externos.

¿Qué determina entonces la tendencia del ser humano a interpretar de cierta

manera el comportamiento de los demás y a veces el propio? Dos orientaciones existen al

respecto, una de ellas asigna influencia a la consecuencia de la mezcla de recursos de


información y elementos de la cognición que se posean y una segunda que

correspondería a sesgos derivados de las motivaciones particulares.

ERROR ATRIBUTIVO FUNDAMENTAL.

Califica en esta falla la tendencia que tenemos de explicar el comportamiento de los

demás, basándonos mayormente en causas internas o en características personales, que

en la situación o características ambientales o circunstancias que pudieron llevar al sujeto

a actuar así.

En el error atributivo fundamental se asignan los resultados positivos propios a

causas internas , tendiendo a describir rasgos de personalidad o características internas y

estables que no dependen de la situación, sin embargo, a la hora de explicar nuestra

propia conducta se responsabiliza a las circunstancias.

En la vida diaria, la tendencia a creer que una persona actúa de una forma porque

“es de esa determinada manera” en lugar de pensar que “la situación lo pudo hacer actuar

de tal o cual manera”, es un patrón que se repite mas de lo que conscientemente se

admite.

Las investigaciones de Jones y Harris establecen que aun considerando que el

actor no tenga libertad de elegir, de igual forma se asignara una atribución de la conducta

a las actitudes.

Cobra mayor relevancia el tema, cuando posiciona al actor en una situación que

esté forzado a factores externos y se le responsabilice por tales acciones, de manera

significativa ello afecta en las áreas del derecho y la justicia.


SESGOS ACTOR – OBSERVADOR.

Dentro del sujeto existen múltiples posibilidades cognitivas, se produce en él un

fenómeno involuntario en la inferencia atributiva.

Según la teoría, existe una marcada diferencia generalizada en los actores y

observadores, es decir, en la medida de los primeros, sus acciones se atribuirán siempre

a exigencias situacionales y en el segundo se atribuye la misma acción a disposiciones

personales estables.

Tal asimetría se da básicamente por dos razones:

1.- Explicación histórica; ya que el sujeto tiene una amplia experiencia histórica de su

conducta.

2.-Explicación perspectivista; en tanto el observador como actor tienen perspectivas

diferentes de un mismo hecho.

La percepción gestáltica figura fondo se encuentra invertida, así queda claro las

existencias debido a los factores que no siempre son de orden real de hechos y la

heurística del conocimiento que posibilita la creatividad. Al mismo tiempo hay una

multiplicidad de trabajos en el campo de la atribución: atracción interpersonal, conflicto,

separaciones en relaciones de parejas, etc. Estos permiten el desarrollo de estrategias

terapéuticas para la modificación conductual.

DIMENSIONES ATRIBUTIVAS: MODELOS.

La atribución de las causas de la conducta en el hombre real corresponde a causas

concretas de situaciones específicas. Pueden existir permanentemente o bien ser

transitorias (referido a dimensión de estabilidad de la causa), estables o inestables.


Tanto las causas como las dimensiones causales son estrategias metodológicas

para organizar y sistematizar. Heider (1958) y Jones y Davis (1965) hacen referencia a la

distinción fundamental entre dos tipos de causas: las impersonales y personales, tanto a

nivel teórico como práctico.

MODELO DE B.WEINER.

Propone tres dimensiones que tienen la forma de continuos bipolares para las

atribuciones; interno-externo, estable-inestable, controlable-incontrolable. Cualquier factor

que se le atribuya a un hecho, va a depender no solo por su naturaleza sino por la

percepción diferente que los sujetos pueden otorgarle. Estas son ortogonales lo que

quiere decir es que cualquier hecho puede situarse en cualquier eje.

MODELO DE M. SELIGMAN

Además de las dimensiones internas-externas y estables-inestables de Weiner,

Seligman agrega la dimensión globalidad-especificidad. Globalidad hace referencia a lo

global o total y que ocurre en todos los campos y específica refiere a que ocurre solo en

algunos. Abramson y Cols. aplicaron estas dimensiones al modelo atributivo de la

indefensión, estableciendo que estas dimensiones son ortogonales y además que la

depresión estaría caracterizada por la consideración de que los hechos negativos están

causados por factores, internos, estables y globales. Por otro lado Weiner propone que se

considere la globalidad como una forma de estabilidad transituacional.

MODELO DE WIMER Y KELLEY.

Estos autores proponen cinco dimensiones causales:

1.-Evaluativa: Las dimensiones que pueden ser evaluativas y no evaluativas.


2.-Monoesquematicas y multiesquemáticas: Estas puede existir una causa o más de una.

3.-Internalidad: La explicación puede ser personal o impersonal.

4.-Estabilidad: Puede ser permanente o transitoria.

5.-Intencionalidad: Puede ser intencional y controlable o no intencional y no controlable.

ESTILOS ATRIBUTIVOS.

Al final de la década entre los setenta y ochenta, Ickes y Cols desarrollan el

concepto de estilos atributivos o también conocido como ‘’tendencia personales de hacer

atribuciones’’. Metalsky y Abramson (1980) lo definen como ‘’la tendencia a hacer tipos de

particulares de inferencia, de forma consistente a través del tiempo y situaciones

diferentes’’.

Existe una diferencia entre los términos de sesgo atributivo y estilos atributivos,

donde el primero son tendencias generales en todas las personas y los estilos son

configuraciones de la propia vida de cada ser humano.

Metalsky y Abramson (1980) establecen nueve tipos de estilos atributivos, pero solo

cuatro fueron rescatados con importancia:

1.- Estilo atributivo externalista: Entendiéndose como el que atiende tanto en los

éxitos como los fracasos enfocado en factores externos.

2.-Estilo atributivo internalista: Tal concepto se encarga de los éxitos como de los

fracasos viendo los factores internos.

3.-Estilo atributivo egoísta: Comprende el que atribuye al éxito gracias a factores

internos y a los fracasos a factores externos.


4.- Estilo atributivo depresivo: Explica que el éxito es debido a factores externos y

los fracasos a factores internos.

Por otra parte, la idea de Heider plantea que para que las atribuciones sean

aceptables deben jugar una doble función: ser explicativa del hecho y estar en

consonancia con el marco cognitivo de la persona. Abramson y Martin han propuesto que

el estilo atributivo se origina en los esquemas previos del proceso atributivo. Es por esto

que autores plantean que los estilos atributivos son, en parte, la consecuencia del marco

cognitivo previo, las creencias y la información situacional.

La evaluación para los estilos atributivos se utiliza principalmente los

siguientes instrumentos: Atributtional style Quetionnarie (ASQ, Petersen y Cols, 1982) y

Attributional style Assessment Test (ASA Anderson y Ringer, 1991).

ESTILO EXPLICATIVO.

Este concepto está estrechamente relacionad con los ya mencionados estilos

atributivos, entendiendo que estos estilos explicativos pueden ser optimistas o pesimistas

ante el éxito y fracaso. Es decir, el estilo explicativo es la connotación (positiva o negativa)

que se le da al estilo de atribución.

Este estilo es analizado como un factor de riesgo de la depresión, quienes tienen

un estilo explicativo optimista suelen tener estados de ánimos más positivos que los

pesimistas.

ATRIBUCIONES, EMOCIONES Y CONDUCTA

Las atribuciones afectan tanto las emociones como la conducta y dependerá de la

manera de explicar el mundo y lo que influenciará en cada una de las experiencias de las
personas. Para esto existe un esquema que entiende la influencia sobre las emociones y

la conducta de la siguiente manera:

Percepción de hecho.

Apreciación causal.

Consecuencias psicológicas

Por otro lado, las emociones y el tipo de atribución que se haga a partir de los

éxitos o de los fracasos va a determinar cuáles serán las siguientes emociones según su

atribución; por ejemplo, si el éxito está sujeto o se atribuye al esfuerzo sentiremos orgullo

y satisfacción. Con respecto a las atribuciones y conducta, si estamos frente a alguna

situación de enfermedad se atribuye desgracia y el comportamiento de otro será ayudar o

sentir compasión, es decir, la conducta dependerá de la emoción que sintamos en

determinadas situaciones.
BIBLIOGRAFÍA.

 Psicología de la personalidad: Moreno, B. (2007). Procesos (pp. 143 – 156).


Madrid, España: Thomson editores Spain Paraninfo, S.A.

You might also like