Professional Documents
Culture Documents
dormir la siesta
La costumbre mediterránea de dormir tras la comida es tan buena para
el cuerpo como para la mente. Hoy te explicamos por qué las siestas
son tan increíblemente buenas para nosotros, según la ciencia.
VER 16 FOTOS
Sarah Romero
Es posible que estés familiarizado con esa sensación de somnolencia abrumadora que suele
azotarnos durante la media tarde. Es común, ocurre tanto como si hemos comido como si
no, y es causada por una caída natural en el estado de alerta del organismo. Por ello, si te
encuentras luchando contra el sueño a mediodía y estás en un lugar donde puedes tomar una
siesta, lo más sensato es que duermas siesta.
Tomarse el tiempo para una breve siesta nos aliviará la somnolencia casi de inmediato y
mejorará el estado de alerta durante varias horas después de despertarnos.
¿Por qué dormimos la siesta? Pues para podemos ponernos al día con el sueño perdido,
anticiparnos por la pérdida de sueño para evitar sentir sueño posteriormente, para disfrutar,
por aburrimiento o para pasar el tiempo...
Por países, las tasas de siestas son mayores en países como Grecia, Brasil y México que
tienen una cultura tradicional de la siesta, que incorpora "tiempo de silencio" a primera hora
de la tarde para que la gente se vaya a casa a dormir la siesta. En tales países, hasta el 72%
de las personas se echará una siesta unas cuatro veces por semana.
Las ventajas de dormir la siesta
Las siestas no solo son beneficiosas porque nos hacen sentir menos somnolientos y más
alerta, sino porque mejoran nuestro funcionamiento cognitivo, los tiempos de reacción,
la memoria a corto plazo e incluso nuestro estado de ánimo.
Incrementa tu paciencia
Despierta tu creatividad
Reduce el estrés
Dormir después de comer está ganando cada vez más adeptos. Según una
investigación publicada en la revista Neuron y llevada a cabo por la
Universidad de Manchester (Inglaterra), demostraba cómo las neuronas
que nos mantienen despiertos acaban “desconectadas” tras la comida,
de ahí ese sopor al que estamos tan acostumbrados en la sobremesa. Se
trata de las neuronas que producen una proteína llamada orexina,
responsable del sueño y la vigilia. Así, la siesta es una respuesta natural
del organismo para recobrar energías.