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Tomado de: 1988. Lund, J Nancy y Duchan F. Judith. 1983, Assessing Children’s Language in Naturalistic
Contexts. Segunda versión. Editorial Prentice Hall Inc. Englewood Cliffs Nueva York1.
Nuestra comprensión y producción del lenguaje está influenciada por el sentido que le
damos a los eventos en los que participamos. Los niños interpretan el lenguaje a la luz
del evento que se está llevando a cabo y comprenden mejor cuando el lenguaje se usa
en un evento familiar. Shatz (1975) estudió este fenómeno y encontró que los niños
interpretan una misma producción de diferente manera dependiendo del sentido que
ellos tienen del evento. “Puede hablar por teléfono” era interpretado como una solicitud
de actuar cuando se usaba con otras solicitudes parecidas (“ven al teléfono”). Sin
embargo, cuando ocurría con otras producciones en las que se solicitaba información
(“quién habla por teléfono en tu casa?”) era tratado como solicitud de información.
Por lo anterior, la evaluación de la construcción de sentido a través del lenguaje implica
examinar la manera en que los participantes construyen sentido a partir de los eventos.
Por lo tanto, en la evaluación del lenguaje es necesario hacer un análisis de la forma en
que los participantes comprenden los eventos para determinar si esa comprensión es
compartida y si el uso del lenguaje es apropiado, según lo que está prescrito
culturalmente.
Tipos de Eventos
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Curso Evaluación del Lenguaje. Programa Académico de Fonoaudiología. Traducción libre y
adaptaciòn. Nora Lucía Gómez.
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conversación acerca del zoológico, un quiz sobre lo que recordamos o un argumento
acerca de lo que se supone debe suceder.
Eventos con guión. Por ser eventos que han ocurrido previamente contienen para los
participantes expectativas acerca de cómo van a progresar. A diferencia de las rutinas
estos eventos presentan variaciones en su ejecución. Por ejemplo, un niño juega a las
muñecas una vez y centra su atención en la muñeca mamá, a la siguiente vez, centra
su atención en el muñeco. Cada vez, sin embargo, el tema central puede ser que la
familia se dispersa y regresa a la casa para comer. Los guiones son lineamientos que
pueden violarse, puedo por ejemplo, ir a diferentes tipos de restaurante (de galería, de
comida rápida, tipo cafetería).
Debido a que algunas veces el sentido que da el sujeto a lo que está ocurriendo no se
relaciona con la estructura global del evento, sino con una parte de él, es conveniente
distinguir la construcción del evento como un todo, llamada “sentido del evento”, de una
parte específica del mismo a la que se presta atención en un momento dado, llamado
“percepción focal del evento”.
La evaluación debe considerar tanto el sentido del evento como la percepción focal que
se tiene del evento en un momento dado para hacer los análisis correspondientes.
Desde esta aproximación en lugar de preguntarnos cuál es la competencia
lingüística del niño o adulto en abstracto, nos preguntamos cómo es su
comprensión de los eventos y en función de ésta evaluamos la participación del
sujeto y su desempeño comunicativo.
Las dificultades de los niños para comprender un evento de habla pueden manifestarse
en comportamientos de inatención, en respuestas inapropiadas, falta de iniciativa o falta
de cooperación. Un análisis del sentido que le dan al evento podría conducir a intuir
cuales son sus actuaciones erráticas en eventos particulares.
La forma más directa de elicitar el sentido que se da al evento y al marco del mismo es
a través de una entrevista donde se pide que se nombre el evento o donde se pregunta
sobre un evento que ya ha sido nombrado por usted o por la persona evaluada. Este
procedimiento de entrevista es común en los análisis etnográficos y se ha usado
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exitosamente con niños verbalmente competentes y reflexivos (Spradley y McGurdy,
1972).
La entrevista involucraría preguntar sobre una clase de evento en particular, tal como
"jugar en la casa" – preguntar cómo se llama el evento, cuándo podría ocurrir, y qué
comprende desde el punto de vista de las secuencias de acciones, participantes,
apoyos necesarios, reglas, etc. La entrevista, entonces, llega a ser una de las bases
para la transcripción. Un análisis de tal entrevista involucraría identificar posibles
discrepancias entre la conceptualización que tienen los niños del evento y la de los
otros participantes o quizás una comparación entre lo que dicen los niños sobre el
evento y su comportamiento real cuando participan en él. Los niños pueden tener una
interpretación en la entrevista y otra cuando ellos están en el evento mismo.
Una segunda forma de averiguar sobre la conceptualización de los eventos en el niño
es pedirle representarlos, quizá ellos introduzcan un comentario en el transcurso del
mismo. Por ejemplo, pedirles que finjan que están en una clase de lenguaje. La
comparación de varias representaciones le permite al terapeuta hacer algún juicio sobre
lo que es incidental y aquello que se prescribe como necesario en el evento. Esta es la
diferencia entre marcos (lo que es constante en el evento) y aspectos circunstanciales
de la estructura del evento. Una variante de esta técnica de representación más
comentario es permitir que los niños observen un vídeo de un segmento del evento y lo
comenten (Emihovitz, in progress).
Finalmente, la forma más natural para aprender sobre el sentido que los niños dan a los
eventos es simplemente observarlos, participar en el evento y analizar su desempeño
con relación al marco prescrito culturalmente y al desempeño del niño en el evento. De
esta comparación se pueden extraer los sucesos de la acción común a todas las
realizaciones de un evento y determinar así su marco.
Una transcripción ortográfica con descripciones de la mayoría de las acciones
importantes sería la manera más adecuada de transcribir el evento. Sí los aspectos
temporales parecen importantes o el papel de la mirada en la alternancia de turnos,
entonces los aspectos del evento podrían ser transcritos en forma de multinivel. La
transcripción comienza, lógicamente, al inicio del evento, por ejemplo, una historia o
una conversación. Sí hay cambios en la muestra hacia el canto, una nueva
conversación o una nueva actividad, esto podría ser indicado designándolo como otro
evento de habla, especificando los aspectos definidores que conducen a clasificarlo
como diferente.
El evento puede ser estructuralmente identificado mediante un examen de la
transcripción para determinar expresiones o comportamientos que pueden ser
considerados como comienzos o finales típicos del evento. Las posibles indicaciones de
comienzos de los nuevos eventos de habla son las iniciaciones hechas por el niño o por
el interactuante (Ej.: "léeme esta historia”, "vamos a jugar a algo", etc.). Los posibles
finales son cambios en la postura (Ej.: el niño se levanta o mira alrededor), mirada
mutua (Ej.: el niño mira de manera expectante al interactuante), o las declaraciones de
cierre (Ej.: "yo no quiero jugar más", "vamos a hacer otra cosa"). Algunos
procedimientos generales para examinar los marcos y eventos son:
Determinar la idea que se tiene del marco del evento: El objetivo es identificar la
idea que tiene el niño sobre las características que diferencian un evento de discurso de
otro, como: las formas de empezar, el número de participantes y el tipo de toma de
turnos.
Las dificultades del niño para entender un evento de discurso pueden manifestarse en
conductas de desatención, respuestas inapropiadas, falta de iniciativa o falta de
cooperación.
El procedimiento para indagar sobre el evento y el marco del evento es a través de una
entrevista. En ella se pregunta:
Las respuestas del niño se comparan con lo que culturalmente se espera del evento en
cuestión.
La situación ideal es la observación de eventos naturales y comparar su desempeño
con lo que culturalmente está prescrito para el evento.
Otra forma de conocer la conceptualización del niño sobre el evento es pedirle que lo
represente, eg: “dramatiza como es tu clase de español”.
Otra estrategia puede ser que observen una grabación del evento y que hagan
comentarios sobre ella.
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marcos altamente rutinarios. Lo anterior, debido a que la proficiencia del lenguaje no
puede juzgarse por fuera de ese conocimiento de los eventos.
Identificación del éxito o fracaso de los contextos o los turnos: para identificar si el
evento ha tenido éxito se debe considerar el punto de vista de la persona evaluada, ya
que un evento que para un adulto, por ejemplo, fracasó para un niño puede ser exitoso
porque fue divertido.
Debe entonces buscarse indicadores de descontento o de rupturas comunicativas
como: 1) intentos de cambiar el evento haciendo otra cosa, 2) mínima o no
participación, 3) inatención y 4) reacciones emocionales que se interpretan como
aburrimiento, rabia o miedo.
Los participantes de una interacción no sólo se involucran para dar sentido al evento,
sino que juegan un rol activo en usar el evento para alcanzar un propósito premeditado.
El evento completo puede funcionar para alcanzar un sólo propósito, a esto le llamamos
la agenda de los participantes.
Este análisis es importante debido a que la interpretación que hace un oyente de lo que
el hablante le dice varía dependiendo de las asunciones que hace acerca de lo que el
hablante quiere, de su intención global, es decir, de la agenda que percibe.
La evaluación de la función de los actos comunicativos en el marco de los eventos
requiere no solamente un escrutinio de los actos individuales para descubrir su
intencionalidad y la diversidad de intenciones expresadas, sino también un análisis de
cómo los actos se relacionan para el logro de agendas comunicativas.
En consecuencia, la evaluación de las estructuras lingüísticas implica no sólo
mirar cuáles estructuras son usadas por las personas para expresar sus ideas,
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sino, cómo, esas estructuras, les permiten llevar a cabo agendas comunicativas y
cómo funcionan en beneficio del evento que tiene lugar. En el lado deficitario, las
interacciones se evalúan para determinar cuándo la persona falla en lograr una
intención o una agenda y señalan si el evento se rompe debido a esas dificultades.
La pregunta que se hace desde el marco de la evaluación es, si la competencia
lingüística le permite a la persona alcanzar sus agendas en los eventos de la vida
diaria?
La mejor manera de hacer un análisis de agenda sería hacerlo para eventos donde las
preguntas sobre la agenda que está en juego son importantes, tales como: eventos que
indican persuasión, argumentos o conversaciones donde uno de los compañeros esté
desatento. Por lo tanto, un procedimiento de elicitación sería uno de situaciones
estructuradas. Para aquellos niños que pueden evaluar un evento, una entrevista donde
usted pregunta lo que ellos u otros están tratando de hacer, podría permitir conocer la
noción o representación que se tiene de la agenda.
La transcripción, al menos al principio, sería una transcripción ortográfica, que luego
podría ser evaluada, expresión por expresión, para saber si la fuerza ilocucionaria de
cada expresión está en concordancia con la agenda hipotética. Esto revelaría qué tan
bien los niños pueden hacer conocer sus necesidades y qué tan bien los interactuantes
pueden responder a su expresión de la agenda.
Procedimientos de elicitación
Análisis
Desplazamientos del tema, cambios de tópico
Análisis de como se sigue la agenda por detectar desviaciones y cómo la
agenda es reafirmada, reinstaurada.
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identificar si la fuerza ilocucionaria de cada acto está en concordancia con la
agenda hipotética.
La forma más común de evaluar los actos de habla es adoptar una clasificación que
sirva de referencia (anexo 1). Una vez los actos están clasificados se sugiere evaluarlos
en términos de las siguientes preguntas:
Los comportamientos que acompañan la manera de hablar son importantes porque las
intenciones son frecuentemente reveladas en el aspecto no verbal del acto
comunicativo, tales como, empujones de rechazo, o dirección de la mirada. La
entonación es también una pista importante para descubrir la intencionalidad. Por
ejemplo, si alguien oye una entonación de pregunta acompañada de la palabra 'bebida',
alguien más la calificaría como una posible solicitud en vez de una demostración, la
cual sería dicha probablemente con una entonación descendente.
4. Análisis
Correspondencia de los distintos niveles.
Repeticiones de las mismas secuencias (Ej.: el niño hace esto, y esto sigue
siempre).
La Sintonización
Focalización de la sintonización
La hipótesis que proponen las autoras es que entre más cercano está el lenguaje de la
madre con el pensamiento del niño son mejores las condiciones para que el niño
comprenda y aprenda sobre el lenguaje. En esta área algunas de las investigaciones
dan cuenta de la existencia de sintonización sintáctica y semántica. Con respecto a la
sintonización sintáctica, Chapman (1981) encontró en una investigación con madres de
niños de 18 a 24 meses un ajuste a nivel del largo promedio de las oraciones
producidas por las madres, el cual era cercano al de las oraciones de los niños,
diferenciándose solamente en la adición de 2 o 3 morfemas. A nivel de sintonización
semántica las investigaciones han revelado que las madres expresan de manera más
frecuente aquellas relaciones semánticas que los niños tienen en su repertorio
lingüístico. A nivel discursivo se ha encontrado que los adultos generalmente comentan
sobre lo que el niño dice o hace, a lo que se le ha llamado contingencia semántica.
Cross (1977) clasificó las contingencias semánticas en:
El análisis de los datos reveló que las estrategias que más ayudan al niño para el
aprendizaje del lenguaje son la c y la b.
Por otra parte, se ha encontrado que las estrategias utilizadas por los padres cuando no
les entienden a los niños son las siguientes:
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Estilo interactivo del adulto
El análisis concluyó que los factores que contribuyen al uso de uno u otro modo son:
Para efectos de la evaluación, en caso de que no haya sintonía cada participante puede
estar en un evento separado y el evaluador debe saber que esto afecta sustancialmente
la comunicación.
La evaluación debe determinar qué tanto la persona evaluada y sus interlocutores se
ajustan o sintonizan mutuamente a las agendas comunicativas propuestas.
Este análisis esta diseñado para responder preguntas tales como las siguientes:
¿Qué tan directivo es el lenguaje del adulto o del interlocutor?
¿El lenguaje del compañero comunicativo es semánticamente contingente según
¿lo que el niño está haciendo o diciendo?
¿Se ajusta el niño a su interlocutor?
Análisis de contingencia. Se propone hacer este análisis usando los índices que se
presentan abajo para determinar el grado en que un adulto es contingente en una
interacción. Una frecuencia alta para los primeros tres items indica alta contingencia.
Una frecuencia alta para los últimos tres indica baja contingencia. Compute el
porcentaje o número de expresiones de los adultos que son:
1. Expansiones, comentarios semánticamente relacionados (extensiones o
respuestas) o preguntas relacionadas con la expresión anterior del niño.
2. Comentarios relacionados con la actividad que desarrolla el niño.
3. Reconocimiento a la actividad o expresión del niño.
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4. Comentarios no relacionados con la actividad del niño.
5. No respuesta a los intentos comunicativos del niño.
6. Interrupciones del habla del niño.
Análisis del modo de la interacción: Los dos extremos del modo de interactuar son
directivo y nutriente.
Los indicadores del modo directivo son:
1. Uso de preguntas de test.
2. Uso imperativos.
3. Demanda de atención a través de súplicas o de ofertas.
4. Más expresiones del adulto que del niño.
a. Aceptación o reconocimiento por parte del adulto de las iniciativas del niño.
b. Preguntas por parte del adulto que buscan información.
c. Comentarios o expansiones del adulto.
d. Iniciaciones del niño.
Análisis del ajuste del niño: el objetivo es identificar qué tan sensible es el niño al
interlocutor. Nos permite evaluar qué tanto la persona evaluada puede asumir la
perspectiva del oyente Hemos mencionado 3 aspectos sobre la consideración de la
perspectiva del oyente que podemos examinar: (1) Entienden los niños o los adultos el
punto de vista del oyente en el ambiente físico? (2) Ajustan lo que dicen de acuerdo con
el conocimiento de los antecedentes del oyente? y (3) Están conscientes de las
relaciones de rol definidas culturalmente entre ellos mismos y los oyentes? Sí las
personas tienen dificultades en estas áreas, esperaríamos que ellos hagan mal uso de
los términos deícticos, carezcan de recursos lingüísticos para llenar el conocimiento
que los oyentes necesitan, y carezcan o usen de manera indiscriminada formas de
solicitudes indirectas las cuales se necesitan para señalar diferencias en relaciones de
rol.
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Anexo 1.
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TOUGH, Joan. 1996. El Lenguaje Oral en la Escuela. Una guía de observación y actuación del profesor.
Visor Distribuciones Madrid.
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