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Libertad individual

El hombre al nacer necesita de un grupo familiar que le proporcione cuidados


materiales, lo prepare para convivir en sociedad y le brinde afecto necesario para un
equilibrado desarrollo psíquico.
El derecho a la vida y a la salud es la base de los restantes derechos, y
justamente por eso, una sociedad democrática debe encontrar los medios para
asegurarlos; como también el derecho a la educación debe ser garantizado, ya que
muchos niños de familias marginadas nunca concurren a la escuela primaria o la
abandonan muy prematuramente.
Una sociedad democrática, y en consecuencia también igualitaria, requiere de
la acción tanto del gobierno como del resto de las instituciones para hacer efectivo
el derecho de igualdad de posibilidades, lo cual se relaciona con la libertad
individual, porque sumido en la miseria y la ignorancia, el hombre tiene su libertad
muy limitada. El uso de esta libertad posibilita a cada individuo no sólo compartir
con todos los otros hombres una igualdad esencial, sino también desarrollar su vida
como un ser único e irrepetible.

Derecho a la intimidad:
Es el derecho al reconocimiento de un espacio o esfera de privacidad que no
puede ser vulnerable, salvo que las acciones realizadas en ese ámbito implique un
perjuicio a un tercero.
• “El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los
papeles privados; y una ley determinará en qué casos y con qué justificativos
podrá procederse a su allanamiento y ocupación.”
El domicilio al que se refiere el artículo 18 es el particular, el lugar donde el
individuo vive, pero esta norma también se aplica a los locales comerciales
(excepto los que están abiertos al público).
La violación del domicilio y la de la correspondencia están consideradas como
delitos por el Código Penal. El Código de Procedimientos en lo Criminal especifica
en qué casos se admite el allanamiento – entrar por la fuerza a un domicilio -,
para el que es necesaria una orden judicial escrita.

Libertad de culto:
La libertad es la facultad de pensar o de actuar de una o de otra manera – o
de no hacerlo – según la voluntad de cada uno.
En una sociedad la libertad individual no puede ser absoluta; debe tener
determinados límites. No es posible mantener una estructura social si “cada uno
hace lo que quiere” sin tener en cuenta los derechos de los demás y el orden
público. Es esa la razón por la que la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, sancionada en Francia en 1789, proclamó que “la libertad consiste en
hacer todo lo que no dañe a otro […]; la existencia de los derechos naturales de
cada hombre no tiene más límites que aquellos que aseguren a los otros miembros
de la sociedad el goce de esos mismos derechos”.
Es preciso señalar que un principio fundamental de nuestro orden jurídico es el
reconocimiento de la libertad individual dentro del marco de la ley.
Libertades vigentes:
• Libertad física.
• De trabajo y ejercicio de toda industria lícita; de comerciar y de navegar.
• De peticionar a las autoridades.
• De transitar y residir.
• De expresión.
• De asociarse con fines útiles.
• De enseñar y aprender.
• Derechos o libertades incluidos en los tratados internacionales citados en el
artículo 75 de la Constitución Nacional.
• De culto.
• Derechos o libertades implícitos, artículo 33.

La libertad de culto consta explícitamente en el artículo 14 de la Constitución


Nacional y es la facultad de practicar, exteriorizar y difundir las creencias religiosas
libremente elegidas, siempre que no atenten contra el orden y la moral públicas.
Puede elegir libremente su religión, de no elegir ninguna, o de no creer o validar la
existencia de un Dios, y poder ejercer dicha creencia públicamente, sin ser víctima
de opresión, discriminación o intento de cambiarla.
Está claramente en el Preámbulo de la Constitución cuando dice: “… asegurar los
beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los
hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino…”, que significa el
ejercicio de la libertad en todos sus aspectos: libertad física, libertad religiosa,
libertad de expresión, entre otras, es una característica fundamental de todo
sistema democrático. Por ello, uno de los propósitos convencionales fue organizar
un sistema de gobierno que garantiza el ejercicio de la libertad. Los beneficios de la
libertad no sólo se aseguran para los hombres que habitaban el país en ese
momento, sino que se prolongan en sus descendientes y también abarcan a todo
extranjero que se radique en el país.
La libertad religiosa es reconocida por el derecho internacional, en el artículo 18
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 18 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en la Convención de los Derechos del
Niño y en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
• En el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
queda explícito que:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así
como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente,
tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la
observancia.”
Trabajo Práctico

Materia: Derecho Constitucional y


Administrativo
Profesora: Romero, María Eugenia
Integrantes:
- Casado, Julián
- Gauna, Paola
- Kremer, Elizabeth
- Lemos, Gabriela
Temas:
- Derecho a la intimidad
- Libertad de culto
Bibliografía:
- Norberto E. Fraga, Gabriel A. Ribas, Instrucción Cívica, Editorial A-Z
Serie Plata, 4ta Edición.
- Susana Pasel, Susana Asborno, Educación Cívica 2, Editorial Aique,
2da Edición.
- Susana Pasel, Susana Asborno, Educación Cívica 3, Editorial Aique,
3era Edición.

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