Professional Documents
Culture Documents
Marina Marazzi
Introducción
1
Cuando hablamos de mirada desde el campo de la Psicomotricidad, “no nos referimos únicamente a la acción
ejercida por los ojos, sino a una actitud con la que se intenta captar lo que sucede con todos los sentidos. Saber
escuchar (con la oreja del cuerpo y el cuerpo como oreja) y saber mirar…” (Marazzi, Papagna, 1991: 31)
2
Decimos persona, término amplio, con el que queremos abarcar los diferentes sujetos, posibles destinatarios de
la práctica psicomotriz.
3
El primer artículo es del año 1993.
4
Berruezo y Adelantado hace referencia al término parámetro como ordenador de la observación psicomotriz. Se
refiere a la observación psicomotriz como la que proporciona información cualitativa: “Si pretende ser
organizada y sistemática ha de estructurarse a modo de registro de los diferentes parámetros psicomotores. Los
parámetros son elementos a partir de los cuales puede ser analizado el funcionamiento psicomotor en la práctica
psicomotriz. De este modo se pretende analizar en la actividad de cada niño (Arnaiz y Lozano 1996): su
movimiento, su utilización del espacio, del tiempo, su relación con los objetos y su relación con los otros”
(2000:92).
5
distinguiéndola de la organización espacial
6
Tomaremos el concepto de observación tal como es abordado en el campo de la Psicomotricidad. Dice Wallon
“Observar es evidentemente registrar todo lo que se puede comprobar. Pero, registrar y comprobar, es también
analizar, ordenar lo real, plantearle cuestiones.” (1959)
2
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
El aporte de este trabajo se explica en el desarrollo de tres dimensiones. Por un lado la
articulación de conceptos teóricos en una nueva mirada que los relaciona con la
intencionalidad puesta en la cuestión de la organización temporal. Por otro lado, un
instrumento que, en la figura de una Guía de Observación, propone para la práctica
psicomotriz un cauce por donde transitar estos conceptos. Y por último, la aplicación de
recurso técnico concreto, para intervenir en la presencia del otro-destinatario de la práctica,
que está desglosada en cada uno de los parámetros desplegados y apoyada por las viñetas de
la clínica, la educación y la vida cotidiana que ilustran la aplicación de estos conceptos y
ejemplifican posibles modos de lectura.
7
Especialmente la madre, también el padre y los adultos que ocupen el lugar de la función de crianza.
8
Dice Berges “…esta fluctuación tónica está esencialmente ligada en su problemática al acuerdo o al proceso de
puesta en armonía de los ritmos propios del niño y de los ritmos provenientes del mundo exterior principalmente
de su madre”8 (1978).
9
Tomamos el concepto “suficiente” relacionándolo con el decir de Winnicott acerca de la madre
“suficientemente buena”.
3
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
presentan las ritmias que intentan como dice Bergès “[… ]resolver el estado de tensión a
través de la repetición de un ritmo propio contrario a la comunicación y a la relación”.
(1978:3).
Viñeta
Tomaremos una viñeta de un niño observado en la sala de 18 meses por la coordinadora de su jardín
que es derivado a tratamiento psicomotor:
Joaquín tiene casi 2 años. En el jardín lo ven muy quieto, muy serio. Repite la pregunta que le hacen.
La coordinadora dice: Donde lo dejas, se queda. No tiene iniciativa, ni curiosidad ante lo nuevo.
Observa gran inseguridad a nivel motriz, es cauto…más que cauto. No se anima a hacer destrezas
básicas. Está mucho en el piso, a la espera de que lo suban o lo bajen. Y relata que unos días atrás, J.
se cayó de la silla y ahí se quedó, esperando. La maestra lo alentó a que se levantara. Él se levantó,
sorprendido de que nadie viniera a ayudarlo. La maestra le dijo: te estoy ayudando desde acá.
En este relato podemos ubicar el registro de una falta de ritmo en el movimiento. J.
permanece en uno de los polos: la quietud, el suelo. Queda paralizado en el lugar
donde cayó. Tampoco J. está pudiendo construir una alternancia en la comunicación
pregunta respuesta. Repite lo que le preguntaron, reitera la pregunta sin lograr
responder.
Esta falta de fluctuación orienta a las docentes a intervenir en el ámbito escolar y a
realizar una derivación para que J. y sus padres puedan ser acompañados, en
relación a lo temporal, en la tarea de explorar estas alternancias apuntando a que J.
estructure un ritmo.
1
Citamos nuevamente a Wallon: “…A la gimnástica respiratoria del niño habrá de agregarse, unas horas más
tarde, la gimnástica intermitente de la succión. A partir de entonces, la satisfacción de sus necesidades exige un
gasto. El ciclo establecido de este modo no dejará de ampliarse, con peripecias de equilibrio entre asimilación y
gasto, muy variables según los momentos, las circunstancias, la edad, el temperamento individual y las
exigencias de las actividades tan diversas que se solicitan de uno a otro individuo para mantener la vida, los
acontecimientos y los gustos.” (1979: 96).
2
Esta organización temporal y postural marcaría los comienzos de la vida psíquica. Estamos haciendo foco en la
observación de la organización temporal que queremos puntuar especialmente en este trabajo.
4
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
También Le Breton asevera:
Pero el aprendizaje de las modalidades corporales de la relación del individuo con el mundo no
se detiene en la infancia, prosigue durante toda la vida según las transformaciones sociales y
culturales que se imponen en el estilo de vida, los diferentes roles que conviene asumir en el
curso de la existencia. Si bien el orden social se infiltra a través del espesor vivo de las acciones
del hombre para tomar allí fuerza de ley, este proceso no termina nunca por completo. (2002:9).
Esto implica que en la intervención psicomotriz podemos acompañar la construcción de los
ritmos y también, alentar a revisarlos, reconsiderarlos, modificarlos, flexibilizarlos en las
diferentes etapas de la vida.
Ritmo singular
Decimos que en este enlace entre los ritmos del organismo y los del entorno se construye un
ritmo personal, un ritmo propio. Una manera singular de estar en el tiempo. Una manera de
ordenar el hacer. Berruezo y Adelantado (2000) se refiere a un tiempo personal espontáneo
que tiene cada persona y que se extiende a todas sus actividades.
Fraisse dice “…cada hombre tiene su tempo personal espontáneo que se refleja en todas sus
actividades. Podría decirse si se quiere que hay individuos rápidos e individuos lentos.”
(1974:47). También relaciona el tempo con la edad, diferenciando tempos más rápidos en los
niños entre los cinco y los siete años que luego se van haciendo más lentos en los adultos.
3
Ajuriaguerra acuñó el concepto de diálogo tónico refiriéndose a las primeras relaciones posturales entre el
bebé y su mamá. Nos permitimos usar el concepto en sentido más amplio, refiriéndonos a los cambios tónicos y
posturales que se dan en los sujetos en el intercambio durante la comunicación.
5
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
En la puesta en funcionamiento de la organización psicomotriz se construyen los ritmos del
cuerpo. A partir de los ritmos internos del organismo en relación con las primeras relaciones
con los otros marcados por la cultura, y con los ritmos de la Naturaleza. Se arman y organizan
ritmos para cada hacer, con los objetos, con los otros, en el espacio:
- hay un ritmo en el caminar, se pisa y se despega, el pie se tensa y se relaja. Y el ritmo del
caminar varía en relación al lugar a donde uno se dirige o del que viene, con quien se camina;
- al escribir se apoya y se levanta el lápiz, y ese ritmo variará en relación a qué o a quien se le
escribe;
- se pone en funcionamiento una manera de respirar, que varía en relación a la situación en que
uno se encuentre
En el intercambio con los otros:
- se ofrecen y se aceptan propuestas;
- se alterna el hablar y el escuchar.
También tienen influencia los ritmos de la Naturaleza:
- el día y la noche,
- el ritmo de las estaciones4,
Los ritmos de la cultura, del momento histórico social y del modelo político y económico en
el que uno se encuentra, hacen marca en el cuerpo:
- ritmos de aprendizaje académico que pide la escuela;
- ritmo de rendimiento deportivo que pide la sociedad;
- ritmos de los espacios públicos y privados que se habitan en cada momento histórico, en cada
región (el ritmo de mirar que pide un shopping en la ciudad, la forma de transporte, casas,
departamentos, villas de emergencia, etc);
- ritmos a los que convoca la tecnología (la posibilidad del zapping y del acceso a múltiples
canales, es diferente al ritmo de cuando había solo cuatro canales de TV), etc.
4
En literatura encontramos numerosos ejemplos que toman esta influencia de los ciclos de la Naturaleza en el
ritmo. Dice Jean Aulen “Cuando el largo invierno llegó a su fin, el ritmo de la vida del clan se aceleró para
ajustarse al ritmo de la vida que también se aceleraba dentro de la rica tierra”… “En invierno todos eran más
lentos, dormían más, comían más y lograban que una capa aislante de grasa subcutánea se formara como
protección contra el frío. Al subir la temperatura, se cambiaba esa tendencia, lo cual agitaba al clan y lo incitaba
a salir y a moverse.” (1983:166)
6
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Flavia que presenta características de inhibición psicomotriz está mucho tiempo quieta.
Pareciera que no se atreve a participar, a proponer. Espera demasiado. No encuentra como
comenzar, como “poner en marcha” la acción, la comunicación….
Al empezar la sesión Jorge propone un juego, antes incluso de saber cual es. Lo va armando
mientras habla. No deja espacio para que el otro proponga, sigue hablando. Al final de la
sesión sigue jugando, no puede terminar. No da lugar para los finales.
La lentitud de Enrique que presenta un cuadro de torpeza motriz pone nerviosos a sus
compañeros y a su papá. Cuando se va a acercar a la pelota siempre hay alguien que llega
antes que él. Le cuesta reaccionar, salir de ese ritmo “demasiado lento”, inadecuado para el
partido de fútbol.
En los chicos con inestabilidad psicomotriz, también en los que se diagnostican con ADD
con hiperkinesia, hay una tendencia a la rapidez y la aceleración. Para Juan, la pausa, es casi
inabordable. A su alrededor todos terminan agotados. No logra funcionar con un ritmo
estable, pareciera estar en aceleración continua, siempre apurado.
Estos niños no encuentran un ritmo adecuado para cada hacer con los otros, ni con los objetos
ni en el espacio. Cuando ese ritmo construido no es adecuado, es posible transformarlo,
construir otro. Las intervenciones desde la Psicomotricidad, construyendo un ritmo
compartido, ofreciendo un ritmo que ordene determinado movimiento, impulsan la
organización temporal.
Ritmo acorde
Nos referimos a un ritmo acorde cuando hay una fluctuación tónica adecuada. Cuando es
posible encontrar una alternancia y una sintonía entre tensión y relajación. Un pulsar que está
de acuerdo con la situación. El pulsar implica no estancarse en un extremo, poder transitar de
uno a otro lado. Encontrar un vaivén, anclando lo necesario, lo suficiente en cada orilla.
El ritmo acorde implica un estar en el tiempo. Es como al bailar, sentir que uno se mueve al
compás de la música.
En la vida cotidiana a menudo, perdemos el paso, perdemos contacto, nos salimos del ritmo.
Vamos a destiempo, más rápido o más lento. Algo no encaja.
Y hace falta reconocer cuándo estamos “fuera de tiempo”5 para buscar la manera de volver al
ritmo acorde recuperando la fluctuación adecuada.
Entonces en la práctica psicomotriz, el ritmo es un parámetro observable. Atenderlo,
conociendo la importancia de la estructura que ofrece como base, sabiéndolo construido,
singular y modificable nos permite elaborar intervenciones.
Un ritmo implica un ciclo: comenzar, permanecer, finalizar.
Vamos a continuar analizando el permanecer como segundo parámetro a observar.
5
Maitland (2000:73) refiere tres maneras de estar “fuera del tiempo” y tres modos de volver al tiempo: si
alguien es “víctima del tiempo” dejar de ignorar el tiempo tomando responsabilidad y entendiendo el significado
de cada momento; si alguien se siente sin tiempo suficiente, ansioso, el camino seria focalizar y apreciar el
momento presente; y si alguien siente que desperdicia el tiempo, el camino es una invitación a participar más
activamente.
7
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
que tampoco busque el ocio del demorarse en la
contemplación, sino la inquietud y la excitación
por parte de algo siempre nuevo y del cambio de lo
que hace frente.” Heidegger 6
Ritmo y permanecer
Hay algo paradojal en continuar con el permanecer que a primera vista puede resultar opuesto
a la fluctuación, opuesto a estar en un ritmo. Pero esta oposición es solo aparente: para que
haya fluctuación es necesario que se haya construido la posibilidad de permanecer lo
suficiente en uno y otro polo. Haber experimentado la tensión…y la relajación, la
necesidad…y la satisfacción. Permanecer en cada una de ellas lo suficiente para ligarse a esos
estados. Tomemos los polos ausencia presencia. Es necesario haber permanecido lo suficiente
en la presencia como en la ausencia para que haya fluctuación entre ambas. Si hay una
mirada continua no puede aparecer una necesidad de ser mirado, un pedido. Si la ausencia es
continua, tampoco hay alternancia posible. Pero se conoció la presencia, es posible
recuperarla, buscarla ante la ausencia. Al permanecer en uno y otro polo, se halla la
diferencia, se puede construir la alternancia, el ritmo.
Entonces, si bien la fluctuación, necesita del permanecer, el permanecer necesita de la
fluctuación. Se arman a la vez.
6
Citado por Feinman (2006b)
7
Diccionario de Sinónimos Español [España: alfab. internacional], Herramientas de corrección de Microsoft
Office XP.
8
Dice Feinmann “Para Heidegger, la ‘falta de paradero’ será uno de los peores destinos del Dasein. El Dasein
necesita detenerse, arraigarse. La errancia es la falta de paradero y la falta de paradero es la incapacidad de
detenerse de la ‘avidez de novedades’, su ir de una cosa a otra, su constante ‘rancia’.”Feinmann: relaciona el
texto de Heidegger con tendencia actual a una forma particular de encuentro perceptivo con el mundo Feinmann
en el análisis que hace en sus clases lo actualiza: “Lo que nosotros estamos agregando al texto de Heidegger es
que el Dasein-tercer-milenio se eyecta en un mundo en que todo está preparado para la avidez de novedades. La
‘avidez de novedades’ lleva al consumo”.
8
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Entonces nos referimos al permanecer como la posibilidad de detenerse en la experiencia,
encontrando en la experiencia misma, un paradero, un lugar a donde llegar y quedarse.
Transitar
Dentro del parámetro permanecer nos interesa precisar el transitar. Observar la posibilidad o
no de transitar. Transitar es habitar todos los pasos de la experiencia, todo el proceso. Dejar
llegar lo que sigue y caminarlo. Podemos ilustrarlo con un ejemplo de una pareja de viejos:
Viñeta
A. y N. tienen 77 y 69 años respectivamente. A. se está muriendo. Tiene una enfermedad de la sangre
por la que ya no puede producir glóbulos rojos y es necesario hacerle transfusiones periódicas.
Pareciera que A. puede ir transitando su enfermedad. Para N. es muy difícil transitar este proceso. Ella
quisiera saltearlo. La hija dice pareciera que quiere que se muera rápido. Los hijos buscan maneras
para acompañarla en este tránsito tan costoso de despedida de la pareja.
El proceso de enfermar y morir nos parece gráfico para reflexionar sobre el permanecer y el
transitar: ¿Cómo cada uno deja venir lo que va ocurriendo, asintiendo al deterioro paso a
paso? Sin adelantarse, sin morir antes de morir, sin evitar lo que ocurre. Transitar es
permanecer en lo que va cambiando.
Viñeta
D. tiene 80 años, es viudo desde hace 8 y tiene el corazón muy dilatado. Último estadio de la
insuficiencia cardíaca, la más grave, un corazón inestable, dicen los médicos. Los hijos de D. lo ven
preguntarse ¿Cómo transitar ese último período? ¿Cómo acomodarse al deterioro orgánico, a las
9
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
funciones que se van perdiendo? D. dice: estoy perdiendo calidad de vida, pero sus hijos lo ven
encontrando la manera de permanecer en cada cambio, con peleas pero quedándose.
Permanecer en la pérdida, transitarla. Estas posibilidades y dificultades de transitar, miradas
como con una lupa en el proceso de morir, pueden ser observadas también en cualquier
proceso de aprendizaje. Es frecuente observar en los niños con problemas psicomotores la
dificultad de permanecer en el proceso con sus pasos, en el tránsito hacia un logro. Se apuran,
quieren saltear. Se dice que tienen poca tolerancia a la frustración, podríamos decir también,
que tienen poca tolerancia a transitar el proceso que lleva aprender.
El transitar está relacionado con el camino hacia. Para llegar hay que viajar. A veces uno
quiere llegar instantáneamente a destino. Pero hace falta el traqueteo del colectivo, del tren o
del avión.
El transitar está en relación con permanecer en lo que cambia. Permanecer en el camino. Un
camino en el que hay intentos, aciertos y errores; avances y retrocesos; aceleraciones,
frenadas y velocidades estables, momentos en que fluye el andar y otros en que se traba,
caídas, levantadas, ritmos más y menos cómodos.
El organismo presenta ciclos como el corazón con su sístole y diástole, como la respiración
con la inhalación y la exhalación. Y un ciclo mayor que es el de la vida y la muerte. Quizás
podamos reconocer pequeñas muertes en cada final, pequeños naceres o renaceres en cada
inicio. Dice Clarissa Pinkola Estés:
[...] las fuerzas de la Vida Muerte Vida forman parte de nuestra propia naturaleza, forman parte
de una autoridad interior que conoce los pasos de la Danza de la Vida y la Muerte. Está
integrada por aspectos de nuestra personalidad que saben cuando algo puede, debe y tiene que
nacer y cuando tiene que morir. Es una maestra muy sabia siempre y cuando nosotros sepamos
aprender su ritmo. (1998:41).
Los ciclos
Habiendo ubicado el permanecer ligado al ritmo, entendiendo que se trata de fluctuar entre
diferentes formas de permanecer y de permanecer en la fluctuación para transitarla,
propondremos abordar como tercer parámetro a observar las formas de comenzar y de
terminar de las personas en la práctica psicomotriz. Comienzos y finales que se desarrollan
dentro de un ciclo.
Observaremos las posibilidades de las personas de entrar y salir de cada ciclo. De abordar los
comienzos y los finales. De permanecer y transitar un comienzo para que algo se abra y
empiece. De permanecer y transitar los finales para que algo termine, sea soltado y esté la
posibilidad de preparar un nuevo comienzo. Continuamente empezamos y terminamos
procesos.
Podemos ubicar algunos ciclos a observar dentro de la práctica psicomotriz:
10
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
- la intervención en su conjunto, todo el tratamiento como ciclo,
- la sesión de Psicomotricidad,
- diferentes actividades o juegos y dentro de la sesión.
¿Cómo son abordados los comienzos y los finales como momentos particulares? Cómo entra
y como sale de un tratamiento, de un curso de Psicomotricidad?, ¿de las sesiones?, ¿de cada
sesión?, ¿de una actividad dentro de la sesión de Psicomotricidad?
Podemos interrogar también el abordaje de otros inicios dentro del ámbito escolar: un nuevo
aprendizaje, un acto, la llegada de un compañero nuevo, ya que son oportunidades para
observar cómo se aproxima cada niño a ese comienzo, con qué recursos cuenta.
1
Nos permitimos retomar textualmente estos ejemplos de experiencias descriptas en 1993 por considerarlos
pertinentes y antecesoras de este trabajo.
11
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Si nos situamos al final del año escolar, es posible reconocer que surgen sentimientos
contradictorios tristeza por lo que se acaba y alegría por lo que vendrá. También una alegría por
la satisfacción de lo terminado y quizás, una incertidumbre por lo próximo. Reconocer que algo
termina y dar lugar a despedirse. Puede surgir un deseo de permanecer, de prolongar el contacto,
quedar juntos, ser parte de... un rato más. En los abrazos de despedidas, por ejemplo, podemos
considerar el abrazarse bien fuerte, como si uno quisiera conservar la huella del cuerpo del otro
bien marcada en su cuerpo. Cada uno se lleva algo del otro. El deseo de conservar el contacto
unido a otro de despegar, de tener autonomía..
Nuevamente el miedo a la pérdida del grupo, de lo conocido y el miedo al ataque de lo nuevo y
desconocido. El miedo al cambio, a finalizar, pero también el deseo.
Observemos en la despedida del año escolar:
- La modalidad de expresar los sentimientos del final (la alegría y la tristeza u otros), la
modalidad de la despedida (observar los movimientos ¿hay saltos, carreras?, la ocupación del
espacio, lo que los chicos dicen).
- Las distancias entre los chicos y con los adultos de la escuela que los preparan para la
separación que vendrá (acercarse, alejarse; unirse, despegarse; quedarse, irse,despedirse)
- La ausencia y presencia. ¿Como es la preparación para no verse por un tiempo? ¿Se juega a
mirar y no mirar, a ser y no ser mirado, a estar y no estar a la vista? ¿Como se manifiesta esa
preparación?
- El final como llegada ¿Reconocen los niños sus logros? ¿Los aprendizajes que cada uno se
lleva puestos? ¿Cómo? El fin de año es un momento de evaluaciones, de balance.
Del mismo modo que nos detuvimos en la observación al final de un año lectivo, podemos
detenernos a observar, el cierre de un tratamiento. ¿Cómo es abordado por cada persona ese
momento particular? ¿Cómo se despide? ¿Qué dice de lo realizado? ¿Cómo es su postura, su
actitud, sus movimientos en el final?
Y también es posible pensar como detenernos a observar como es abordado cada pequeño final
dentro de la sesión:
- la salida de una relajación,
- el final un juego,
- el terminar una producción gráfica o un escrito o una construcción,
- el dejar los objetos utilizados. (Marazzi, 1993/2000)
Guardar
Podemos incluir en el finalizar la mirada al guardado. El guardar, el ordenar es la
construcción de un compás de espera hasta la sesión siguiente, que a la vez posibilita una
continuidad. Ordenar es devolver los objetos a su lugar. Permite volver a buscarlos la vez
siguiente. Guardar los objetos también implica sellar lo jugado. Terminó, pero es posible
volver a armarlo, a reinventarlo, a jugarlo una próxima vez.
12
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Articulando el parámetro pasajes con el ritmo, el pasaje estaría relacionado con el cambio de
ritmo. Los pasajes dan cuenta de la agilidad para los cambios y del atravesar la situación de
cambio sin saltearla.
13
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
atención, algo irrumpe y cambia el lugar a donde dirige su interés. Llama la atención este
soltar tan rápido. En ese momento no parece ligado, comprometido con lo que estaba
haciendo aunque lo jugó por un rato. Si bien parecía estar presente en el juego, surge la
pregunta si lo estaba y qué pasa con lo que irrumpe con tanta fuerza que produce un cambio
abrupto. Hay algo que parece ser escuchado de golpe, y de golpe llevado a la acción, no hay
una graduación en el cambio. No parece haber señales previas que permitan al compañero de
juego anticipar que algo está terminando para Santiago. Los cambios son de alguna manera,
arrolladores. ¿Habría allí un pasaje? ¿Cómo transformar ese salto en pasaje, como ligar lo
anterior con lo posterior, para que de aviso al otro? Como ayudar a Santiago para que
construya el pasaje, para que arme y reconozca las señales que anticipan.
Analizando entonces, la observación específica a los pasajes, nos encontramos con datos que
nos aportan en la indagación del modo en que Santiago establece una relación con las
personas y objetos. Y posibles intervenciones.
Entre sesiones
El momento entre sesiones es otra situación en las que es posible detenernos en el pasaje
como parámetro de observación. ¿Cómo es la continuidad entre sesiones? ¿Qué es lo que liga
una sesión con la siguiente? Hay niños que pueden retomar el hilo de sesiones anteriores.
Recuperan un juego, traen un recuerdo que permite enlazar. Pueden tejer un proceso. Otras
veces ocurre que hay una dificultad para entrelazar y lo que ocurre entre una sesión y otra se
suelta, se separa. Es función del psicomotricista ayudar a que se arme este tejido, esta
urdimbre, sostener esta construcción.
En otros niños surge una dificultad para cambiar, una y otra vez vuelven a algo muy similar.
¿Cómo aproximarlos a pequeños cambios, aceptables para ellos? ¿Como acompañarlos para
que se preparen a soltar, a incursionar en lo nuevo?
El tiempo entre sesiones es un pasaje y también es una pausa. Pausa que da tiempo a que
pueda desplegarse lo trabajado en la sesión.
Abordaremos ahora la pausa como quinto parámetro a observar.
En la música, el orden está dado por los sonidos y por los silencios entre los sonidos. Dice
Willems (1993): “¡Pero no olvidemos que la melodía no está hecha de sonidos sino de
intervalos!”. En una praxia el orden está dado por la organización entre movimientos y
pausas. Podemos pensar a la pausa como detención, -algo cesa-, como espera que ordena el
movimiento. Imaginemos el caminar, allí se organizan los movimientos alternados con las
pausas, podemos pensar en las pequeñísimas pausas en la estructura del caminar, las pequeñas
pausas entre cada paso que variarán de duración según el sentido del caminar, y las pausas
alternadas entre el movimiento de un pie y del otro.
La pausa da sentido
1
Dice el diccionario etimológico (1946)
14
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Cuando aprendemos a leer, vamos conociendo los signos de puntuación, (la coma y el punto
seguido, el punto y aparte) que nos permiten hacer las pausas necesarias para que un texto sea
comprendido en su sentido. La pausa da sentido. Dice Leticia González, investigando en la
urdimbre entre los procesos de construcción del cuerpo y del lenguaje: “Los estudios hechos
sobre la mamanais (también definida como ‘habla fuertemente libidinizada’) muestran que
una de sus principales características es el alargamiento de los tiempos de cesuras. Como si
desde el vamos la madre se empeñara en confeccionar los ritmos y cortes que permitieran los
tiempos para la significación.” (2003).
La pausa implica una espera a que el otro construya, arme, diga. Posibilita que la
significación se construya.
Viñeta
Julián tiene dos años. Viene a la sesión con la mamá. Julián se muestra como un niño poco activo, usa
poco su cuerpo y con algunas esquemas de acción reiterados. Lo que observo en las sesiones es que
cuando le pregunto algo a Julián es la mamá la que se adelanta a responder por él, añadiendo ¿no
cierto Juli? No hay una espera a que el niño construya su respuesta, tanto verbal como corporalmente.
Trabajamos con la mamá para que deje un espacio, para que haga una pausa y permita que Julián
explore y arme como responder, para que alargue los tiempos de espera. Trabajamos con el niño
dándole espacio para que exprese, alentándolo a que proponga, acortando sus tiempos de espera y
ejercitando la alternancia. Invitamos al papá a algunas sesiones para que jugara con Julián, con la
mamá presente, pero a un lado, permitiendo el protagonismo del hijo con su papá.
15
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
En momentos de constructividad corporal para instaurar la pausa que permita la
comunicación es necesario estar allí, ofreciéndole al niño una presencia que lo demande, que
espere su respuesta, que aloje la posibilidad de comunicación.
2
Nuevamente retomamos ejemplos y reflexiones de artículos anteriores que nos parecen pertinentes y vigentes.
16
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
_Ah! Soy el monstruo de fuego
_ Bueno, yo soy el monstruo de agua.
Lucas está muy dispuesto a jugar, entusiasmado. Y puede quedarse en el juego.
En el juego voy armando pausas para decir qué es la pelota, y qué le tiro en el pase, (flechas de hielo,
lluvia, río torrentoso) y que me tira él en el pase (flechas de fuego, mil puntas de fuego, un incendio).
Le cuesta detener el movimiento para hacer lugar a decir qué representa la pelota o el tiro pero lo
acepta dentro del juego.
Después de la lucha con separación espacial (también le recuerdo un par de veces la regla de no
invadir el espacio del otro), pide subirse a la hamaca paraguaya. Le pregunto si la quiere alta o baja, y
dice alta. Pero cuando subo me pregunta si la hamaca se puede caer, aunque le respondo que no,
prefiere que la baje.
Le digo que el juego me hizo recordar un cuento y le pregunto si quiere que se lo cuente mientras está
en la hamaca, dice que si y comienzo con los hermanitos Liu. Escucha muy atentamente relajado en el
vaivén de la hamaca, identificándose con los personajes, anticipando las acciones de cada uno.
Después del cuento baja y vuelve a sus piruetas de una manera más calmada, más armoniosa.
Proponer algo entre las acciones que las interrumpan, que las demore. Hacer lugar a la pausa
construyendo un sentido para las acciones. Es interesante el registro del posible peligro en la
hamaca alta. Después del juego surge la posibilidad de cuidarse, de armar pregunta sobre su
cuerpo. Podemos considerar que este acompañamiento prestándole recursos para atravesar la
pausa, y la entrada en un balanceo rítmico le permitió una mayor armonía en el hacer.
La lectura del modo de funcionamiento de la organización temporal nos dio elementos para la
intervención psicomotriz.
17
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
situación” (Freud, 1981:2513). Podemos pensar que este adueñarse le da un sentido de la
repetición.
1
Si bien consideramos que las repeticiones se alteran acomodándose a las necesidades de cada situación) por lo
que no son exactamente iguales cada vez, habría una cierta estructura estable que aprender.
18
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Podríamos pensar en la sensación agradable producida por una vivificación de la experiencia
como lo que hace posible repetirla para aprenderla.
19
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Eugenio tiene 3 años de edad. Sus padres consultan por la inestabilidad que presenta Eugenio debido a
cuestiones orgánicas que afectan especialmente su pierna izquierda. Desde pequeño realizó
kinesiología y terapia ocupacional.
Observamos en Eugenio poca exploración de sus posibilidades motrices, poca iniciativa, poco
despliegue. Aunque están claras sus posibilidades de comunicación, habla poco y se perciben
preguntas conocidas que repite y en las que se apoya para entablar un diálogo. Parece contar con
algunas habilidades como armar rompecabezas, a las que recurre para comunicarse, a modo de lugar
seguro. Podemos observar estas elecciones de juego y estas frases repetidas que pueden ser leídas
como de apoyo, de sostén y a las que prestamos atención.
En el transcurso del tratamiento que consiste en sesiones con Eugenio y entrevistas periódicas con sus
padres, empieza a ampliar sus posibilidades de juego y comunicación. Juega y conversa creativamente.
Pero todavía hay vestigios de cierto aferrarse a formulas antiguas que le permitieron en su momento
armar el lenguaje. Todavía en medio de un juego, pregunta ¿acá qué dice? señalando cualquier frase
escrita, Esto, ¿dónde se compra?, señalando el objeto con el que estamos jugando. Preguntas que no
buscan respuestas, preguntas que se reiteran, en las que Eugenio busca sostenerse.
Podemos pensar estas reiteraciones como rituales que muestran una atadura que da cuenta de
que todavía no puede soltarse, no se lanza, no se arriesga a los imprevistos del juego que
pondrían desafiar sus posibilidades de movimiento y equilibrio.
Ritual, deriva de rito: del latín ritus, uso, costumbre, ceremonia religiosa. Lo tomamos como
costumbre y en cierta medida, tiene un aspecto de ceremonia religiosa, de ceremonia que
vuelve a ligar. Como si el hacer el rompecabezas o repetir una pregunta, le permitiera en
alguna medida volver a ligarse con sus posibilidades.
Esta es una viñeta que ejemplifica una manera de detenernos en la observación de la
repetición que dio un sostén y ahora no parece necesaria. Es un pasaje de la reiteración a una
repetición con más sentido, más viva.
Ubicaremos a partir de la repetición un próximo parámetro a observar: la rutina.
20
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
- en el trabajo, en la escuela, en el hogar (rituales de llegada, hora del café),
- en las diferentes actividades dentro de la escuela o el trabajo2,
- en los gestos.3
21
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Cuando no hay de donde tomarse, y una rutina puede ser un hogar en el tiempo.
Julia, tiene 18 años, está diagnosticada con depresión profunda por la psiquiatra y es derivada a
Psicomotricidad para hacer un abordaje que incluya el cuerpo. Julia no va a la escuela y su única
salida fija es venir al tratamiento tres veces por semana, al que asiste con regularidad y cierto
compromiso. Después de algunos meses de tratamiento en Psicomotricidad en acuerdo con la
psiquiatra (que también ve a la mamá de Julia y se comunica con su papá que vive en el exterior), nos
parece oportuno pedirle que arme una pequeña rutina ¿qué actividad puede hacerle de puente con el
afuera? ¿Qué rutina como disciplina puede ayudarle a asomarse otra vez al mundo? Aunque, al
principio no tenga tantas ganas de hacerla, ¿puede encontrar alguna actividad en que confiar, de la que
sostenerse? ¿Saber qué le hará bien? ¿Y mantenerla? Durante las sesiones armamos con ella ejercicios
en los que pudiera apoyarse en determinados momentos del día: respirar profundo tres veces antes de
almorzar, hacer un ejercicio de columna al levantarse).Buscamos pequeños contactos con su cuerpo
que la ligaran a la vida, que la trajeran de vuelta.
Julia se propone salir a caminar media hora cada mañana de las que no viene al consultorio.
Esta caminata que quiere convertirse en rutina que le de sostén, que le de un orden que quizás
le sirva de pie, entre otras cosas, para encontrar alguna pequeña puerta.
Mientras que el animal joven, a veces al precio de ejemplos y de provocaciones maternos,
ajusta directamente sus reacciones a las situaciones del mundo físico, el niño continúa durante
meses y años sin poder satisfacer en lo más mínimo sus deseos, salvo por medio de otro. El
único instrumento del niño habrá de ser, pues, el que lo pone en relación con el ambiente, es
decir, aquellas de sus propias reacciones que suscitan estas conductas o las contrarias. Desde las
primeras semanas y desde los primeros días se constituyen encadenamientos de donde habrán
de surgir las primeras bases de los que servirá para las relaciones interindividuales. Las
funciones de expresión preceden en mucho a las de realización. Previamente al lenguaje
propiamente dicho, son estas funciones que marcan al hombre: esencialmente humano. (Wallon,
1979:43).
¿Cómo volver a construir encadenamientos que sean base, fundamento para Julia que está en
un momento de mucha fragilidad?
La construcción de la rutina es una intervención, entre otras, porque estamos nosotros, los
otros que miramos, pedimos, acompañamos, confiamos, cuidando muy de cerca todavía.
Rutina y permanecer
Podemos relacionar la rutina con el permanecer que ubicamos como segundo parámetro. La
rutina es permanecer por un tiempo en un ritmo.
Viñeta de un niño de 6 años, sus padres consultan por torpeza.
La primera vez que viene Adrián va adonde lo lleva el viento, ¡y es un viento cambiante! Ve un objeto
y quiere probarlo, ve otro y cambia. Se choca con otra cosa y modifica lo que estaba haciendo. Salta
de una cosa a la otra. No puede permanecer ni organizar su hacer que sin un rumbo va y viene al
garete. Intento entrar por las rendijas, por los hilos que deja sueltos tras abandonar lo que hacía. Pero
en un principio hace propuestas que desarman y rompen la posibilidad de jugar. No puede aportar para
que el juego se arme y crezca. Por unos instantes puede quedarse en el trampolín haciendo pases
conmigo con una pelota. Al principio quiere cambiar, pero le paso la pelota de un modo que la puede
atajar y eso le permite quedarse un instante más y probar otra vez. Hacemos cinco pases antes de pasar
a otra cosa.
La sesión siguiente pide empezar subido al trampolín haciéndonos pases. Son unos poquitos Pero es
ahí donde encontramos un ritual que abre la sesión, que abre a la posibilidad de comenzar a construir
juntos un orden en ese vendaval de actividades. En este ritual ,Adrián hace pie para armar un espacio
conmigo que lo aloje. Puede empezar a apostar a sus posibilidades de armar con otro. A confiar en
que es posible.
22
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Tomamos este ejemplo para ubicar algo de lo que llamaríamos rutina, ritual de inicio, una
cierta clausura que enmarca, sostiene, permite apoyarse para armar el intercambio, el juego, la
comunicación. Armar una rutina que pueda permanecer por un tiempo.
La preparación
La preparación está íntimamente relacionada con lo postural y con lo actitudinal. Con estar
dispuesto, disponible. La preparación se refiere a un ajuste postural que anticipa la acción
posterior, que la espera y a la vez que se dirige hacia ella.
Ajuriaguerra cita a Wallon señalando
[…] la importancia de la postura en lo que Wallon denomina actividades posturales, actividades
que tienen el doble carácter de ser simultánea o alternativamente preparación al acto y espera.
La espera anticipadora indica una actitud de ajuste específico preparatorio a la ejecución del
programa motor que debe ser ejecutado. Una predecisión se manifiesta por la puesta a punto de
ajustes preparatorios a las diferentes etapas del tratamiento de las informaciones sensorio
motoras. La información por la señal preparatoria es igualmente obtenida de los recuerdos o de
los esquemas perceptivos y de los programas de acción que están permanentemente construidos
y remodelados a partir de las entradas sensoriales y de las reimplantaciones derivadas de la
actividad motora. (1982:17).
La preparación es disponerse y también es disponer el espacio y los objetos para lo que se va
a hacer. Preparar es haber podido representarse la acción próxima.
Observemos la preparación:
¿Hay una preparación? ¿Un momento de disponerse a lo que vendrá? ¿Una mirada adelante?
¿Es una preparación adecuada que arma una estructura que permite la improvisación?
¿Es una preparación excesiva? ¿Que controla y fija lo que vendrá?
23
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
¿Qué va y no espera? ¿Que espera y no va?
La preparación es disponerse a lo que va a venir y es al mismo tiempo una posibilidad de
espera, de dejar venir, de dar tiempo para que llegue.
Prepararse, es ir al encuentro pero no es ir al choque, no es ir atropellando. Prepararse es ir,
entretejido con esperar. También es esperar, entretejido con ir:
Si pensamos en una mujer embarazada, decimos que espera un hijo, pero no es una espera
pasiva, sino que a la vez que espera, se prepara para la llegada de ese hijo, se prepara para
recibirlo, prepara la habitación, la ropa, se imagina su llegada. Junto con el padre, le hacen
lugar.
Preparar el terreno para que un resultado tenga lugar. Preparar es confiar en que ese resultado
va a surgir cuando sea su tiempo.
Viñeta
Tomás propone en un juego de básquet: el que tiene la pelota, antes de empezar a picarla hacia el aro,
tiene que esperar a que el otro, que va a marcar, nombre tres especímenes de una clase (Ejemplo: tres
prendas de vestir, tres países, etc.). Esa regla le permite a él cuando tiene la pelota, prepararse sin la
marca tan encimada del otro que está un poco ocupado pensando y nombrando. Tomás arma una regla
que le permite prepararse.
Hay algo de la preparación, que podemos ligar con la intención, con la búsqueda y algo que
podemos ligar con la paciencia y con la confianza.
La paciencia se posibilita con una visión más amplia del el tiempo. No es ya. Se puede
contemplar el resultado buscado y esperar pacientemente mientras se pone el esfuerzo
necesario para alcanzarlo. Las dos cosas a la vez. El resultado como fruto de la preparación.
Viñeta
Laura (91 años) al levantarse de la silla, da un tiempo para acomodar su cuerpo a la posición de pie.
Cuando camina desde la silla hacia la ventana lo hace lentamente y con la atención puesta en su
caminar, en su cuerpo al caminar, en su respiración, su postura, sus apoyos. Pero cuando vuelve a la
silla, corre a sentarse. Su atención está en el final de la caminata, en la silla. Se adelanta en el tiempo y
así pierde contacto con su cuerpo. Ella se pregunta por la paciencia y la impaciencia, nosotros
relacionamos ese apuro con la impaciencia para con su cuerpo viejo, y nos sugiere un camino en la
intervención.
La paciencia está relacionada con la espera al propio cuerpo, a las propias posibilidades; con
un ajuste al ritmo.
Calmels1 dice al describir la inestabilidad, refiriéndose a la impulsividad: “Otro rasgo
predominante es la dificultad para la espera. Toda demora es vivida con inquietud, lo cual
altera las secuencias de los turnos de las tareas escolares.” (2003:66). Podríamos decir que en
los niños con inestabilidad psicomotriz, habría una dificultad para la preparación, para la
espera, una cierta impaciencia.
Wallon relacionando la impaciencia con la insatisfacción que orienta en un principio y se
transforma más tarde en una acomodación, dice:
Las primeras reacciones del niño ante el tiempo, son impaciencias, que están en función de una
necesidad, de un padecimiento, de un deseo, de una espera; es decir, una orientación hacia
objetos u acontecimientos, cuyo presentimiento puede ser algo más o menos íntimo, pero no
puede ser referido a la cualidad de la pura duración. Si hubiera que hallarle un denominador
1
El texto de Calmels sigue: “Es frecuente que los desbordes se presenten en situaciones de pasaje, de tránsito, de
no tarea: la salida al recreo, la espera de un ascensor, el cambio de una tarea por otra. Una actividad claramente
definida funciona como un organizador inigualable, siempre y cuando sea de su interés.” (2003:66). Podemos
ubicar a la observación de la capacidad de espera, la observación de la impaciencia o de los desbordes, en los
parámetros propuestos en este trabajo. Observarlo, por ejemplo, en el comenzar y el terminar o en los pasajes a
los que hace referencia Calmels.
24
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
común, sería la insatisfacción. Y el análisis de su contenido manifiesto daría tensiones y
distensiones musculares generalizadas u orientadas: simples desencadenamientos convulsivos o
gestos de imploración, de prensión anticipada, y, más tarde, de simple acomodación hacia el
objeto acechado. (1965:308).
Podemos volver al principio, articulando este parámetro de la preparación ligado a la
paciencia con el segundo parámetro propuesto: el permanecer. Permanecer, dijimos, es
quedarse. Lo relacionamos con la posibilidad de conservar el tono y la postura para
determinado accionar. Prepararse es también quedarse, quedarse en el camino hacia, tener
paciencia, poder orientarse, tener un presentimiento (al decir de Wallon) de que es posible
encontrar un resultado y cultivar ese presentimiento, esa confianza, para confirmarlo.
Improvisar
Queremos articular la preparación con la improvisación. Estar preparados para lo imprevisto,
lo desconocido, lo que sorprende. La improvisación frente a lo que se presenta de pronto, lo
inesperado, lo que no da tiempo para anticiparlo, para planificarlo.
Ubicaremos en este octavo parámetro, a la improvisación junto a la preparación. Proponemos
observar la capacidad de improvisar en los destinatarios de nuestra práctica. Improvisar como
complemento del preparar, y como corolario del preparar. Para poder improvisar, hace falta
haber preparado.
Nachmanovitch dice:
Algunos artistas reelaboran una pieza durante la mitad de sus vidas antes de saber que está
terminada. Un improvisador puede necesitar practicar durante años antes de lograr tocar: un
minuto de música totalmente espontánea en la que todos los detalles están bien en el fugaz
momento. Los grandes científicos y estudiosos no son los que publican a toda costa, sino los
que están dispuestos a esperar hasta que las piezas del rompecabezas se encastren según los
designios de la naturaleza. Los frutos de la improvisación, la composición, la escritura, la
invención y el descubrimiento pueden aparecer espontáneamente pero surgen de la tierra que
hemos preparado, fertilizado y cuidado con la fe de que madurarán en el tiempo que requiera la
naturaleza. (2004:171).
Improvisar relacionado, también, con la capacidad de arriesgarse, contrario a asegurarse. En
este sentido, podemos ubicar la observación de la capacidad de improvisación como algo
interesante de ser observado en los niños de la ciudad en nuestra cultura actual. ¿Estamos
perdiendo la capacidad de arriesgarnos, de atrevernos? Barbero nos habla de una cultura en la
que, “[…] los miedos son clave de los nuevos modos de habitar y de comunicar, son
expresión de una angustia mas honda, de una angustia cultural” (2000:31) y luego señala que
uno de los factores de los que proviene esta angustia es que el otro se ha vuelto sospechoso, se
ha convertido cotidianamente en amenaza.
Considerar al otro como sospechoso, lleva a poner el énfasis en la seguridad entendida como
defensa ante posibles ataques. En pro de sentirse seguros, muchos hombres de hoy, viven en
barrios cerrados evitando el riesgo del contacto con el diferente; anticipan la enfermedad y la
muerte pagando seguros médicos y de vida, se cuidan de los posibles robos y pérdidas
materiales, asegurando sus pertenencias.
Esta continua y prevaleciente búsqueda de seguridad congela, encierra, limita las
posibilidades de accionar, de comunicarse, de hacer.
¿Es posible en la práctica psicomotriz, observar actitudes relacionadas con consecuencias de
este forzamiento social a quedarse del lado de la seguridad, de la anticipación sin encontrar un
equilibrio, una fluctuación hacia el lado del riesgo, de la improvisación, de lo que no se
anticipa ni asegura?
25
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
En relación a la seguridad y el riesgo
De la práctica psicomotriz en Educación
Dentro de los juegos de desafío corporal, incluimos algunos que implicaban cierto riesgo en los
que los chicos buscaron probar hasta donde ‘se animaban’. Trepar por una soga, por una red,
saltar en profundidad, suspenderse, balancearse, dejando por un momento la seguridad del piso.
Juegos en los que estaba muy presente la relación equilibrio desequilibrio; en los que se ponía
en juego muy especialmente el ajuste tónico y postural. (Marazzi, 1993).
Arriesgarse es probar con la cuota de miedo que implica la prueba. Es ir midiendo entre las
ganas y el susto, discriminar entre lo que para cada uno resulta accesible pero todavía no
experimentado, de lo aún inaccesible y por ende peligroso. Es cuidarse en el intento. Reconocer
la necesidad de ayuda y aceptarla. Y, reconocer también la posibilidad de hacerlo sin ayuda. Y
tener la gran satisfacción del logro. (Marazzi, 2003).
Podríamos pensar que es desde la falta de experiencias cotidianas en relación al aventurarse,
al arriesgarse, al atreverse que la Psicomotricidad construye estos espacios lúdicos en la
escuela. Podemos decir con Le Breton que en la sociedad occidental actual se hace necesario
inventar, construir, improvisar maneras de hacer presente el cuerpo.
2
Dice el diccionario etimológico (1941): atreverse del griego tremo, temer, antepuesta la privativa a, como
quien dice, no temo, soy valiente, soy atrevido. Durante algún tiempo a prevalecido la l .transvehere pasar mas
allá porque el que se atreve parece que pasa más allá del límite regular: pero últimamente se ha presentado otra
más atendible, también l., del verbo attribuere, sibi attrbuere, atribuirse algo, considerarse con fuerzas bastantes,
atreverse.
26
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Frecuentemente en la consulta psicomotriz observamos la tendencia de algunos padres para
trazar caminos demasiado fijos para sus hijos, sin la cuota necesaria de improvisación.
Preparar, improvisar
Ubicando junto a la preparación, la observación de la posibilidad de improvisar proponemos
observar si el destinatario de nuestra práctica:
¿Puede salirse de lo planeado, modificar en función de lo que va surgiendo? ¿Puede atreverse,
arriesgarse, aventurarse a lo nuevo, a lo desconocido, abordar lo inesperado? ¿En qué
medida? ¿Cómo es la relación riesgo seguridad?
¿Puede atreverse a jugar? ¿Qué aseguramientos son necesarios para jugar? ¿Cuáles lo impiden
o lo obstaculizan?
Ritmo
¿Hay una fluctuación tónica? ¿Puede observarse un ritmo? Características. ¿Permanece en
alguno de los polos? ¿En cuál? ¿Como?
¿Puede abordar los ciclos? ¿No puede? ¿Cómo los aborda? ¿De una manera suelta, trabada?
¿Se observan particularidades en algún momento del ciclo?
¿No entra en un ritmo? ¿Cómo es ese no entrar en el ritmo?
Entrar, permanecer, salir. Comenzar, desplegar, finalizar.
Este ítem podría ser mirado desde diferentes unidades de análisis:
- en cada actividad,
- en cada sesión,
- en cada tema que quizás implica varias sesiones,
- en un período de tiempo por ejemplo en un año o
- en toda la intervención.
27
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Permanecer
- ¿Puede permanecer en una actividad, estar ahí, en la experiencia?
- ¿Puede sostener una actividad?
- No puede permanecer. Formas de no permanecer: evita, se distrae, cambia constantemente
(hay una errancia), una oposición (se niega a aceptar una propuesta), etc.
- Caracterice el permanecer. ¿Puede desplegar, explorar sus posibilidades? ¿Cómo?
Entrar, comenzar
- Puede entrar en la experiencia.
- No puede entrar
- Caracterizar la entrada. Formas de entrar en una actividad (rápida, suelta, interesada, a
medias, desganada y se va armando, etc.). ¿Cómo es el comienzo? ¿Es fluido? ¿La persona
presenta una dificultad para iniciar? ¿Se demora para el inicio? ¿Ante que cosas? ¿Es
diferente ante lo conocido y ante lo desconocido? ¿Cómo reacciona para comenzar cuando es
algo que ella propone? ¿Cómo, cuando la propuesta viene desde el terapeuta o el docente en
Psicomotricidad? ¿Y cuando viene de un compañero?
Salir, finalizar
- ¿Puede salir?
- ¿No puede salir? ¿Se queda fijado? ¿Hay una salida? ¿O un abandonar la experiencia?
¿Cuándo?
- Caracterizar la salida. Forma de salir, de despedirse, de terminar. ¿Cómo es el finalizar?
¿Cómo son los finales? ¿Puede llegar al final de una acción, de un juego, de un ejercicio, de
una sesión? Es un final abrupto, suave, que corta. Al llegar al final ¿quiere empezar
rápidamente con otra cosa? ¿Puede mirar los logros de la acción realizada? ¿Puede disfrutar la
llegada? ¿Puede hacer una pausa antes de pasar a otra cosa? ¿Soporta el cierre? ¿Puede dar un
tiempo para procesar lo acontecido?
Pasajes
¿Ha construido la persona que observamos una agilidad, una plasticidad, disponibilidad para
los cambios? ¿Registra cuando es necesario hacerlo? ¿Cómo lo hace? ¿Cuál es su modalidad
de pasaje? ¿Qué puede decirnos?
Caracterizar los pasajes: si se precipitan, si se prolongan. Si son fluidos, lentos, rápidos,
suaves, abruptos, con indecisiones, calmos, tensos.
Observar como el destinatario de nuestra práctica se está encontrando con su cuerpo en las
situaciones de pasaje. Por ejemplo: pasaje de la actividad de aula al recreo; pasaje del trabajo
al descanso, de la actividad diurna al dormirse….
Observar el pasaje entre sesiones en una intervención en Psicomotricidad: ¿Hay una
continuidad en lo que ocurre de una sesión a otra? ¿Cuál es el pasaje que hace la persona entre
sesiones?
Pausas
¿Hay acceso a las pausas? Caracterizarlas (breves, largas, frecuentes, inexistentes). Pausas en
el inicio, en el medio, en el final, después del final. Motivo de las pausas. Diferenciar pausas
de corte o escape de la actividad (pérdida de interés, remoloneo, dificultades práxicas,
distracción).
Repeticiones
- ¿Cuál es la cualidad de la repetición? ¿Puede repetir para apropiarse, repetir para volver a
pedir, a buscar, a abordar, recomenzar el ciclo? ¿Repetir para ajustar, para fijar, para ampliar?
¿Hay placer en la repetición?
28
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
- ¿Se observan repeticiones estereotipadas, vacías de aprendizaje? ¿Juegos que se reiteran a sí
mismos? ¿Propuestas estereotipadas? ¿Maneras de abordar estereotipadas? ¿Maneras de
resolver, de responder reiteradas?
Rutinas
- ¿Puede armar o ajustarse a rutinas? ¿Sostenerlas? ¿Dejarlas? ¿Apropiárselas?
- ¿Cómo es el funcionamiento psicomotor en las situaciones de rutina de la casa? ¿Y de la
institución escolar? ¿Cómo es en situaciones menos organizadas por una rutina?
- ¿Puede organizar una rutina para un juego? ¿Cómo? ¿Puede transmitirla?
Preparación e improvisación
- ¿Hay una preparación? ¿Un momento de disponerse a lo que vendrá? ¿Una mirada adelante?
¿Es una preparación adecuada que arma una estructura que permite la improvisación?
- ¿Es una preparación excesiva? ¿Que controla que fija lo que vendrá?
- ¿Que va y no espera? ¿Que espera y no va?
- ¿Hay improvisaciones? ¿El sujeto asume riesgos? ¿Cómo se desenvuelve ante lo
inesperado? ¿Puede salirse de lo planeado, modificar en función de lo que va surgiendo?
¿Puede atreverse, arriesgarse, aventurarse a lo nuevo, a lo desconocido, a lo que surge en
forma imprevista? ¿En que medida? ¿Cómo es la relación riesgo seguridad?
Consideraciones finales
En la introducción, comenzamos con un párrafo del libro de Liliana Bodoc que hace
referencia a los amaneceres para saber del tiempo. Al finalizar, tenemos que referirnos
también a los atardeceres. El atardecer de un trabajo final ¿ocurre al entregarlo? Podríamos
pensar que es el atardecer para el que lo escribió, que lo suelta, se despide de alguna manera;
pero quizás para el escrito sea el amanecer, la posibilidad de ver otros ojos que lo lean, que lo
reflexionen, que le aporten. Y esto lo renueva a mirada del que lo escribe. Son los ciclos, los
ritmos de los ciclos.
Ha sido enriquecedor releer “viejos” textos de la Psicomotricidad y explorar nuevos artículos
específicos del campo disciplinar y de campos allegados siguiendo el eje y buscando aportes
que confluyeran en la mirada al cuerpo en el tiempo. Fue interesante buscar ejemplos en
nuestra práctica clínica o educativa y en la de otros colegas, que posibilitara articular,
entramar, entretejer la definición de los diferentes parámetros para la observación de la
organización temporal en el funcionamiento psicomotor con experiencias concretas de
intervención psicomotriz.
A medida que lo fuimos construyendo contamos con los aportes de otros, psicomotricistas, no
psicomotricistas -eutonistas, profesores de contact improvisation, músicos, sociólogos-
estudiantes de psicomotricidad y destinatarios de nuestra práctica, que nos impulsaron,
sabiéndolo o sin saberlo, en la reflexión sobre el tema. Entonces, agradecemos y compartimos
el resultado. La escritura también es entre dos o entre muchos aunque sea uno el que escribe.
Nos gustaría decir con Josefina Ludmer: “Las prácticas artísticas son sociales y las ideas no
son originales sino virales: se unen con otras, cambian de forma y migran a otros territorios.”
(2007).
Es nuestro interés que este trabajo pueda ser usado, revisado, enriquecido, modificado,
transformado por aquellos que lo lean, por aquellos que lo apliquen; que pueda convertirse al
modo de los cuentos populares -en el decir de Alfonso Reyes-, en canto rodado.1
1
Fryda Schultz de Mantovani se pregunta si la literatura busca su inspiración en esa cantera anónima que es el
sentir y el saber del pueblo y cita a Alfonso Reyes, quien llama a los cuentos populares, cantos rodados “un
29
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
Bibliografía
- Ajuriaguerra, J. de Manual de Psiquiatría Infantil. Madrid: Edit. Masson. 1970
“Ontogénesis de la postura”. En Alonso Fernández, y otros. Cuerpo y comunicación.
Madrid: Ediciones Pirámide. 1982
Revista do Corpo e da Linguagem Num. 12. Río de Janeiro. 1985
“Estudio crítico de las nociones de inestabilidad psicomotriz y de síndrome hiperkinético en
el niño”. En Psicomotricidad. Revista de estudios y experiencias Num. 45. Buenos Aires:
CITAP. 1993
- Aucouturier, Darrault, Empinet La práctica psicomotriz Reeducación y terapia. Barcelona:
Editorial Científico médica. 1985
- Aulen, J. El clan del oso cavernario. Buenos Aires: Javier Vergara editor. 1983
- Barbero, J. La ciudad entre miedos y medios. En Rother, S. Ciudadanías del miedo. Caracas:
editorial Nueva Sociedad. 2000
- Berger y Luckman La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu
editores. 1984
- Berges y Bounes La relajación terapéutica. Barcelona: Editorial Toray- Masson S.A. 1977
- Berges, J. Postura y comunicación. Conferencia dictada en A.r.p.l.o.e. Paris. (mimeo). 1978
“Diagnóstico y terapia en Psicomotricidad”. En Alonso Fernández, y otros. Cuerpo y
comunicación. Madrid: Ediciones Pirámide. 1982
- Bernard, M. El cuerpo. Buenos Aires: Editorial Paidós. 1980
- Berruezo y Adelantado, P. “El contenido de la Psicomotricidad”. Bottini, P. (compilador)
Psicomotricidad: prácticas y conceptos Buenos Aires: Miño y Dávila Editores. 2000
- Bodoc, L. Los días de la sombra. Buenos Aires: Grupo editorial Norma. 2002
- Bucher, H. Estudio de la personalidad del niño a través de la exploración psicomotriz.
Barcelona: Editorial Toray- Masson. 1976
Trastornos psicomotores en el niño. Barcelona: Editorial Toray- Masson. 1978
- Calmels, D. Cuerpo y saber. Buenos Aires: Novedades educativas. 2001
¿Qué es la Psicomotricidad? Buenos Aires: Grupo editorial Lumen. 2003
- Cerutti, A. La práctica psicomotriz en la Educación. Montevideo: Prensa Médica
Latinoamericana. 1996
- Coste, J. C. La Psicomotricidad. Buenos Aires: Editorial Huemul. 1978
-Diccionario etimológico de la lengua castellana Dr. Pedro Monlau. Buenos Aires: El Ateneo.
1946
- Dolto, F. La causa de los niños. Buenos Aires: Editorial Paidós. 1986
- Feinman, J. P. Una introducción al saber de los saberes. Página 12 - La filosofía y el barro
de la historia - Clase Nº3 - 2006a
Heidegger, ser y tiempo III. Página 12 - La filosofía y el barro de la historia Clase Num. 23.
2006b
- Fraisse, P. Psicología del ritmo. Madrid: Ediciones Morata. 1974
- Freud, S. Obras completas. Tomo III. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. 1981
- González, L. Con la traba en la lengua. Introducción al estudio de la relación entre las
alteraciones del lenguaje hablado y la organización psicomotriz. Conferencia para Ciclo de
Conferencias 2003. Cuerpo, lenguaje y simbolización. Publicación de la Asociación Uruguaya
de Psicomotricidad. Montevideo. 2003
producto literario que ha pasado por el tamiz de muchos pueblos y se ha alterado un poco en todas las bocas y
en todas las memorias” (1968).
30
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
- Hivert, O. “Le rythme vecu dans le mouvement humain” en Therapie psicomotrice Nº32.
Dedicada a Rythmes Education, therapies Paris; edotada por el Syndicat National des
Rééducateurs en Psichomotricité. 1976
- Lapierre, A. y Aucouturier, B. Los contrastes y el descubrimiento de las nociones
fundamentales. Barcelona: Editorial científico- médica. 1977
- Le Boulch, J. El desarrollo psicomotor desde el nacimiento a los 6 años. Madrid: Editorial
Doñate. 1983
- Le Breton, D. La sociología del cuerpo. Buenos Aires: Nueva Visión. 2002
- Le Camus, J. La práctica psicomotriz en el niño poco hábil. Editorial Marfil. 1987
- Lefebvre H. y Régulier C. “El proyecto ritmoanalítico”. En Ramos Torre Ramón
(compilador) Tiempo y sociedad. Madrid: Editorial siglo XXI. 1992
- Ludmer, J. Sobre el plagio. Diario Página 12. 2007, Mayo 27
- Maitland, A. Master Work, Master of time. California Dharma Press Berkeley. 2000
- Mantovani, F. Schultz de Leyendas argentinas. Aguilar: Madrid. 1968
- Marazzi, M. “La práctica psicomotriz en Educación” Cuadernos de Psicomotricidad y
Educación especial Num. 12. Buenos Aires: Elea Ediciones. 1993
Acerca de los encuentros y las despedidas Buenos Aires (mimeo). 1993/2000
“Aportes de la Psicomotricidad a la Educación. El cuerpo en el tiempo. El ritmo”. Artículo
presentado en las jornadas de Psicomotricidad El devenir de una disciplina, organizadas por
Untref y AAP. Buenos Aires (mimeo). 2001
Cuerpo y aventura. Reflexiones sobre el quehacer psicomotor en la escuela. Buenos Aires
(mimeo). 2003
Acerca de las `técnicas´ en Psicomotricidad y en la formación corporal del psicomotricista.
Buenos Aires. (mimeo). 2005
- Marazzi, M. y Marini, C. Psicomotricidad e interdisciplina. Paper inedito. 2002
- Marazzi, M. y Papagna, S. “El rol del observador y la observación del rol”. 1991
Cuadernos de Psicomotricidad y Educación especial Num. 5. Buenos Aires: Elea Ediciones.
- Monlau, Diccionario etimológico de la lengua castellana. Buenos Aires: Joaquín Gil editor.
1946
- Nachmanovich, S. Free Play. La improvisación en la vida y en el arte. Buenos Aires:
Editorial Paidós. 2004
- Papaleo, M. El cuerpo del niño en la espacio- temporalidad acuática. La perspectiva
psicomotriz en los primeros aprendizajes. Trabajo final Licenciatura en psicomotricidad
Untref. Caseros. 2004
- Pelicier, I. El silencio. En Alonso Fernández, y otros, Cuerpo y comunicación. (195 a 201)
Madrid: Ediciones Pirámide. 1982
- Pichon Riviere, E. El proceso grupal. Buenos Aires: Nueva Visión. 1985
- Pinkola Estes, C. Mujeres que corren con los lobos. Barcelona: Ediciones B, S.A. 1998
- Ramos, F. Introducción a la práctica de la educación psicomotriz. Madrid: Pablo del Río
Editor. 1979
- Romero, C. “Un tiempo y un espacio diferenciados: el recreo”. En Novedades Educativa.
Año 15 Num. 152 Buenos Aires: Novedades Educativas. 2003
- Rossel, G. Manual de educación psicomotriz para niños de 5 a 10 años de edad mental.
Barcelona: Toray Masson. 1969
- Schojed Ortiz, D. “El examen psicomotor”. En Cuadernos de Psicomotricidad y Educación
especial Num. 4. Buenos Aires: Elea Ediciones. 1991
- Smalinsky, E. De la cura psicoanalítica al cuidado del analista. Jornadas anuales del centro
de salud mental Nº 3 Dr. Arturo Ameguino. (mimeo). 2003
31
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com
- Stamback, M. « Le problème du rythme dans le développement de l´enfant et dans les
dyslexies d´évolution ». Enfance Num. 5. 1951
“Una nueva mirada al niño pequeño”. En Introducción a Wallon Volumen I Barcelona:
Editorial médica y técnica S.A. 1981
- Sykuler, C. Las dificultades en y para dormir, y su relación con el funcionamiento
psicomotor. Conferencia para el 4º Congreso argentino de pediatría general ambulatoria.
Buenos Aires. (mimeo). 2007
- Vayer, P. El niño frente al mundo. Barcelona: Editorial Científico- médica. 1977
El diálogo corporal. Méjico: Universidad autónoma de Puebla. 1985
- Wallon, H. Revue enfance Science de la nuture de l´homme: la psychologie. 1959
Los orígenes del carácter en el niño. Buenos Aires: Editorial Lautaro. 1965
Los orígenes del pensamiento en el niño. Tomo II Buenos Aires: Editorial Lautaro. 1965
La evolución psicológica del niño. Buenos Aires: Editorial Psiqué. 1979
- Willems, E. El ritmo musical. Buenos Aires: Eudeba. 1993
- Winnicott, D. W. Realidad y Juego. Barcelona: editorial Gedisa. 1979
- Zazzó, R. “Orígenes y actualidad del pensamiento de Wallon” En Introducción a Wallon
Volumen I Barcelona. Editorial Médica y técnica S.A. 1992
- Zazzo, R. y otros. Introducción a Wallon. Barcelona: Editorial Médica y técnica S.A. 1981
32
Marina Marazzi Licenciada en Psicomotricidad 4790 2594 marinamarazzi@gmail.com