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LA CORRUPCIÓN COMO TENDENCIA

La corrupción, ha sido en los últimos meses, un tema del cual se ha venido hablando, y
esta semana no ha sido la excepción. Esta semana ha estado marcada, por un nuevo
escándalo de corrupción que ha involucrado a miembros del CNM (órgano encargado
de la selección y el nombramiento de los jueces y fiscales, art. 150° de nuestra
constitución política) y algunos jueces, tras ser difundidos algunos audios por IDL-
REPORTEROS. En estos audios podemos notar, como estos señores, si es que así, se les
puede llamar, realizan un intercambio de favores, designando ilegalmente funcionarios
y haciendo trampa en los exámenes de admisión para el nombramiento de magistrados.
Esto ha causado estupor e indignación en la ciudadanía, puesto que, los que deberían
administrar e impartir justicia en el Perú, están implicados en actos de corrupción y
carecen de los valores éticos-morales que son fundamental a la hora de querer impartir
justicia.
La corrupción hoy en día en el Perú, se ha convertido en una tendencia, una tendencia
de la cual todo mundo habla y opina, sin embargo, nuestras autoridades, las
responsables de tomar acción en este asunto de gran envergadura, poco o nada hacen
para combatir este mal crónico, que tanto daño ha causado y sigue causando a la
sociedad peruana.
La corrupción, es un problema que debe ser abordado o analizado principalmente desde
dos perspectivas o enfoques, desde el aspecto social y jurídico. Donde el aspecto social
debe tener mayor relevancia sobre lo jurídico, puesto que en nuestra país, la corrupción,
está tan arraigada en la mentalidad colectiva, en los sentimientos y en la práctica social,
que algunos han hecho de esta un hábito. Esto me ha hecho recordar aquella
antiquísima y conocida frase que dice, “En Perú, el que no transa, no gana”, es decir,
sino haces o cometes algo ilícito, no vas a prosperar o tener éxito, este pensamiento
debe ser desterrado, eliminado, si es que, deseamos que la corrupción sea eliminada o
por lo menos se reduzca a porcentajes mínimos.
Empero, existen otros enfoques que consideran que la corrupción debe ser tratado
principalmente desde el punto de vista jurídico, sin embargo los hechos demuestran o
corroboran que, por más leyes anticorrupción que implementemos, no lograremos
resultados positivos. Porque si nos remontamos un poco en el tiempo y hacemos una
comparación entre la sociedad actual y la sociedad Inca, encontraremos que su sociedad
estaba regida fundamentalmente, por solo tres principios ama sua (no seas ladron), ama
llulla (no seas mentiroso) y ama quella (no seas ocioso), ellos no necesitaban nada más
para poder regular la convivencia de los ciudadanos que formaban parte del imperio
inca. Sobre esto Garcilaso en una de su crónicas decía que, “los incas nunca
promulgaron leyes para asustar a sus vasallos, ni para que las burlasen, sino para
ejecutarlas”. Esto reafirma que el problema llamado corrupción, más que un tema
jurídico es un tema social.

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