Número 12

Sábado, 25
de septiembre
de 2010
El perseguidor
7 2/3
EL BUEY EN EL TEJADO FABIÁN ESCALANTE FONT
El juego de las máscaras. “No creo que Raúl reforme nada de
Bicentenario de Robert lo hecho por Fidel Castro”
Schumann
por la entrevista de
TEÓFILO RAMÍREZ EDUARDO GARCÍA ROJAS

DE LAACCIÓN Y LAPERFORMANCE
4/5
2 El perseguidor Sábado, 25
de septiembre de 2010

FABIÁN ESCALANTE FONT / escritor

Nieto de un combatiente cubano en la Guerra Civil española e hijo de un alto dirigente del Partido Socialista Popular, formación en la que
ingresó a la edad de 14 años, Fabián Escalante Font (La Habana, 1940) es uno de los fundadores del Departamento de Seguridad del Estado
cubano, donde ocupó el mando de la jefatura en 1976. Entre 1982 y 1986 cumplió misión en Nicaragua y en 1988 fue ascendido a general de
división. En 1992 creó el Centro de Estudios para Asuntos de Seguridad, institución dedicada al estudio y la sistematización de las agresiones
y la guerra subversiva desatada por los Estados Unidos contra Cuba. Escalante, que se define como “un revolucionario que deseó ser médico o
arquitecto, algo útil” pero que terminó luchando para descubrir los “634 intentos y complots ideados para matar a Fidel Castro desde los
Estados Unidos”, es autor de varios libros, carrera que asume ya retirado de sus funciones militares, como “otra trinchera de combate”. Entre
estos títulos se destacan en su producción como historiador Acción ejecutiva: objetivo Fidel Castro, Operación exterminio. 50 años de agresiones
contra Cuba, JFK: Los archivos de Cuba y Nicaragua sandinista, ¿un conflicto de baja intensidad?

“NO CREO QUE RAÚL REFORME

NADA DE LO QUE HA HECHO
HASTA HOY FIDEL CASTRO”
EDUARDO GARCÍA ROJAS
- Tras pertenecer a los servicios secretos
cubanos le ha dado ahora por escribir. ¿Qué
cree que puede aportar a la historiografía
que marca las relaciones de su país y Nicara-
gua con Estados Unidos?
- En primer lugar nuevas perspectivas
sobre esas mismas relaciones. He escrito
varios libros hasta el momento, como
Acción ejecutiva: objetivo Fidel Castro,
donde investigo los complots para asesi-
nar a Fidel Castro desde Estados Unidos;
JFK: Los archivos de Cuba en los que se
arroja nueva luz sobre el asesinato de John
Fitzgerald Kennedy revelando por pri-
mera vez al mundo los documentos des-
clasificados cubanos que existen sobre ese
magnicidio; Nicaragua sandinista, ¿un
conflicto de baja intensidad? en el que ana-
lizo la agresión a la que fue sometida este
país centroamericano en la década de los
80 del pasado siglo y, por último pero no
por ello menos importante a mi juicio,
Operación exterminio: 50 años de agresio-
nes contra Cuba, donde destaco las campa-
ñas de acoso y derribo más importantes
que se le han infligido a Cuba por parte de
Estados Unidos en estos últimos cincuenta
años.
- ¿Cuáles cree que han sido los momentos
más destacables de esa agresión que, según
usted, ha sometido Estados Unidos contra
Cuba en estos últimos cincuenta años?
- A principio de los años sesenta fue el
frustrado desembarco en playa Girón,
también la Crisis de octubre y las agresio-
nes de guerra psicológica que desde
entonces se han vertido contra mi país.
Agresiones que en algunos momentos han
sido extraordinarias aunque disfrazadas
como operaciones de engaño. En los 70,
son destacables las agresiones biológicas.
Recuerde que debido a ellas se exterminó
por dos veces la población porcina del país
porque los norteamericanos introdujeron
en Cuba la peste porcina africana, pero
también está el dengue hemorrágico, que
costó la vida de unas 300.000 personas, o
las plagas que afectaron a nuestra produc-
ción cafetera y de caña de azúcar. Tam-
bién destacaría las operaciones que
aprobó el padre de George Bush y su gue-
rra por los caminos del mundo, y en 1975
el acto terrorista que consiguió derribar
un avión cubano en pleno vuelo y en el
que murieron asesinadas 73 personas ino-
centes. Además, de 1974 a 1976 se coloca-
ron unas 300 bombas que son claros actos
terroristas contra objetivos cubanos en el
exterior y en la década de los 80 y 90 la
preponderancia en la guerra psicológica,
léase guerra mediática y económica que
ha sido una constante desde el triunfo de
la Revolución, en enero de 1959, hasta
nuestros días. Con esto quiero decir que
cuando en Cuba hablamos de bloqueo
económico y comercial, también nos refe-
rimos a un bloqueo informativo del que
poco se conoce porque los norteamerica-
nos han edulcorado esta realidad llamán-
dola embargo cuando se trata, sin duda
alguna, de un bloqueo feroz. De hecho,
muchos de los problemas que aqueja a la
sociedad cubana se deben a este bloqueo
económico y político que hace imposible
que, por ejemplo, podamos mejorar la
agricultura cubana si no podemos comer-
ciar con nadie los productos que genera-
mos. Que Estados Unidos mantenga aún
esta política de confrontación con Cuba es
terrible, más cuando ha sido condenada
por Naciones Unidas.
- ¿Hasta que punto cree que el conocido
como caso Ochoa --el juicio al general
Arnaldo Ochoa por presunto narcotráfico
junto a otros altos cargos de la dirigencia causa judicial. En pocas palabras puedo
cubana en los años ochenta-- supuso un decir que fue un caso donde se juzgó el
cisma en la hasta ese entonces monolítica intento de un grupo de personas por hacer
estructura de las fuerzas armadas cubanas? actividades con el narcotráfico que las
- El caso Ochoa lo conozco muy de cerca autoridades cubanas desarticularon al
porque participé como acusación en esa tener conocimiento de las mismas, some-
tiendo a los detenidos a un juicio en los
tribunales cubanos. Arnaldo Ochoa y
otros oficiales fueron, y le vuelvo a reite-
rar que de los tres jueces que participaron
en ese tribunal yo fui uno de ellos, decla-
rados culpables así que le aseguro que
El caso Ochoa lo todos los acusados implicados recibieron
un juicio justo. Es verdad que la sanción,
conozco muy de cerca cuando hay pena de muerte, es difícil de
asumir, pero fue una sanción justa y nece-
porque participé saria porque en ese momento estábamos
como acusación en atravesando un momento peligroso, en el
que se quería utilizar el narcotráfico para
esa causa judicial. En atacar a Cuba. En este sentido, sí que fue
necesario dar un escarmiento que resul-
pocas palabras puedo tara ejemplar y eso fue lo que aplicó el tri-
bunal cubano. Creo que se actuó con lim-
decir que fue un caso pieza y justicia. El juicio fue televisado
para todo el país, y en el mismo se mostra-
donde se juzgó el ron todas las pruebas que avaló esta deci-
sión.
intento de un grupo - Como ex agente de los servicios secretos
cubanos y ahora escritor, nos gustaría saber
de personas por hacer que momentos destacaría en esa supuesta
guerra silenciosa que han mantenido a lo
actividades con el largo de estos últimos cincuenta años con
las diferentes administraciones de Estados
narcotráfico que las Unidos.
autoridades cubanas - Las victorias en esta guerra siempre
son parciales. Nunca definitivas. Es una
desarticularon al guerra de sombras donde te mueves en un
territorio subversivo que ocasiona muchas
tener conocimiento de víctimas aunque bastantes de las mismas
estén en la cabeza de las personas que se
las mismas, juzgando prestan a este juego. Puedo decirle, no
obstante, que en esta guerra se han utili-
a los implicados zado muchos métodos terribles contra

Sábado, 25
de septiembre de 2010
nosotros y si bien hemos alcanzado victo-
rias importantes como desbaratar a la con-
trarrevolución y a los agentes infiltrados
antes del desembarco en playa Girón para
que no actuaran como quinta columna de
apoyo a los invasores, así como neutrali-
zar la conocida como operación Man-
gosta, no pudimos evitar otros actos terro-
ristas.
-Como hombre afín al régimen de Castro
¿qué opinión le merece la muerte del preso
de conciencia Orlando Zapata en las cárce-
les cubanas?
- Hasta donde tengo entendido Orlando
Zapata era un delincuente. Una persona
que tenía un historial de actividades en
contra de la ley por la que fue sancionado.
De alguna manera, sin embargo, empató
estando preso con representantes esta-
dounidenses. Orlando Zapara estaba mal
de sus facultades mentales y le empeza-
ron a suministrar dinero a él y a su familia
y pensó que era indestructible aunque al
final el organismo no le respondió. La
situación es similar con Guillermo Fariña,
aunque parece que ha desistido de su
huelga de hambre. Le puedo asegurar, en
todo caso, que las autoridades cubanas
hacen lo posible para que estas cosas no
sucedan. Es decir, que intenta auxiliar a
quien se pone en huelga de hambre de
todos los modos posibles pero sí el preso
insiste, al final es irremediable que haya
un final dramático.
- ¿Qué hace eficaz a un agente secreto? ¿Y
por qué los servicios secretos cubanos han
sido tan eficaces al menos desde el triunfo
de la revolución hasta el desmoronamiento
de los regímenes comunistas?
- La mística. La diferencia de un servicio
de inteligencia y contrainteligencia como
el nuestro con el de otros países es la mís-
tica que imbuye a sus hombres y mujeres.
Pero eso pasa en cualquier país que haya tructible. Mire si no a los cinco compañe-
pasado por un proceso revolucionario ros cubanos presos en Estados Unidos. Lle-
donde todos están repletos de esa mística van más de diez años en la cárcel y se han
que consiste en saber lo que estás defen- mantenido firmes. Eso se logra gracias a
diendo y esos ideales saberlos trasmitir a la mística y en eso nos diferenciamos de
los que dependen de ti. Eso te hace indes- los norteamericanos, que trabajan por un
salario, por beneficio personal mientras
nosotros trabajamos en defensa de nues-
tros ideales, de lo que pensamos, con el
objetivo de construir esa gran obra que es
la revolución cubana.
- ¿Habrá cambios con Raúl Castro al frente
Hasta donde tengo del poder?
- Desde mi punto de vista no tenemos
entendido Orlando nada que reformar. En todo caso rectificar
cosas que hemos hecho mal. Inventar un
Zapata era un estado solidario es muy difícil porque el
delincuente. Una ser humano es producto del egoísmo y
nosotros tratamos de cambiarlo. Habla-
persona que tenía un mos de rectificar pero no de reformar, así
que no creo que Raúl Castro reforme nada
historial de de lo hecho por Fidel porque su pensa-
miento es el mismo en cuanto a sus ideas
actividades en contra revolucionarias me refiero. El problema es
que en occidente se acostumbra a mani-
de la ley por la que pular mucho la información.
- Pero no me negará que en Cuba siempre
fue sancionado. De ha existido una clara hostilidad a la disiden-
cia y a escoger en libertad una opción sexual.
alguna manera - Es verdad que en nuestro proceso
hemos pasado por etapas homofóbicas
empató estando preso pero ya han sido superadas. La revolución
cubana ha tenido errores y uno de ellos ha
con representantes sido su manera de entender la homose-
estadounidenses. xualidad porque la nuestra fue una socie-
dad machista y de clara discriminación
Orlando Zapara racial y la de género, pero estos problemas
más que de leyes son problemas de enten-
estaba mal y le dimiento del ser humano, que se ha des-
arrollado por el egoísmo en la sociedad.
empezaron a Es decir, esta represión está en la mente
de las personas y cuesta trabajo que las
suministrar dinero supere. No obstante, esas etapas ya han
El perseguidor 3
MÍSTICA
La diferencia de un servicio de inteligencia
y contrainteligencia como el nuestro con el
de otros países es la mística que imbuye a
sus hombres y mujeres. Pero eso pasa en
cualquier país que haya sido sometido a
un proceso revolucionario donde todos
están repletos de esa mística revolucionario
que consiste en saber lo que estás
defendiendo y esos ideales aprender a
saber trasmitir a los que dependen de ti.
Eso te hace indestructible. Mire si no a los
cinco compañeros cubanos que están presos
en la actualidad en los Estados Unidos.
Llevan más de diez años en la cárcel y se
han mantenido firmes en sus posiciones.
Eso es sólo se logra gracias a la mística y en
eso nos diferenciamos de los
norteamericanos, que trabajan por un
salario, por beneficio personal mientras
nosotros trabajamos en defensa de nuestros
ideales, de lo que pensamos, con el objetivo
de construir esa gran obra que es la
revolución cubana.
sido superadas en Cuba. Actualmente, se
hacen operaciones de cambio de sexo en
mi país aunque si me pregunta qué me
parece esto, le responderé que en una
situación donde tenemos que mirar cada
peso que gastamos en fin… creo que debe-
ría de invertirse en otras cosas…
- En su nuevo libro regresa a Nicaragua.
- Se trata de una investigación en la que
estudio las principales operaciones reali-
zadas durante la guerra de inteligencia
que tuvieron lugar, efectivamente, en
Nicaragua en la última etapa de la guerra
fría. En este conflicto actuaron los rusos,
los norteamericanos, los sandinistas y los
cubanos.
- ¿Las intervenciones cubanas en África
no entran en sus planes de trabajo?
- Es un asunto que deben tratar otros.
Escribo sobre lo que conozco y conozco
muy poco lo que se ha hecho en África. Es
verdad que estuve sirviendo allí durante
un tiempo, pero no el período que sí pasé
en Nicaragua que fueron diez años.
- Aunque su figura haya terminado por
convertirse casi en una estrella de rock, se
sigue especulando que Castro tuvo algo que
ver en la fracasada experiencia guerrillera de
Ernesto Guevara en Bolivia, país donde
encontró la muerte en octubre de 1967.
- El Che obligó a Fidel a prometerle,
estando los dos en México y antes de
embarcarse en el Gramma, que cuando se
alcanzara la libertad de Cuba no le pusiera
ningún obstáculo para combatir en otros
países. La carta de despedida del Che, que
lee Fidel, es otra constatación que desarti-
cula a quienes quieren ver una conspira-
ción para eliminarlo. El Che fue un perso-
naje extraordinario, pero murió muy
joven defendiendo sus ideales.
- ¿Dejará la vieja guardia de dirigir el poder
en Cuba?
- Hay un recambio. Un grupo de jóvenes
entusiastas que están muy preparados y
tienen convicciones férreas. Ahí esta
Bruno Rodríguez, actual ministro de asun-
tos exteriores cubanos, y otros tantos que
son como él. El problema con Cuba es que
toda la información que llega a occidente
de nuestro país está muy manipulada.
4 El perseguidor
POSTULADOS
ESENCIALES PARA
UNA COMPOSICIÓN
DRAMATÚRGICA
De la acción y la performance
ROBERTO GARCÍA DE MESA (*)
E
l teatro breve no ha sido desco-
nocido a lo largo de la historia,
más bien al contrario, ya que
ha gozado de una enorme
popularidad. Pero al igual que
ha sucedido con las otras formas de cons-
trucción escénica, fue a lo largo del siglo
XX cuando se realizaron nuevas aportacio-
nes y se encontraron diversas maneras de
investigar este subgénero. El teatro sinté-
tico futurista diseñó un modelo breve y
esencialista, comprimiendo en poco
tiempo, en pocas palabras y en pocos ges-
tos, innumerables situaciones, sensibilida-
des, ideas, sensaciones, hechos y símbo-
los. Las veladas dadaístas, por su parte,
aunaron diferentes acciones de vanguar-
dia en un mismo espacio y período de
tiempo. Incluso las nociones establecidas
vivieron un dinamismo interno que pro-
vocó una tendencia hacia lo multirreferen-
cial. Lo cómico estiró su comicidad y se
convirtió en algo grotesco y rápidamente
en el absurdo, para luego tender hacia la
crítica de la conciencia humana y, así, a lo
trágico. El ser humano exploró, a través de
la vanguardia, en lo identitario, su propia
subconciencia, desde los extremos que se
transforman e intercambian sus papeles,
entre las brumas de la tecnología y lo
nuevo.
Las guerras mundiales mutilaron lo más
granado del pensamiento europeo. Pero la
nueva vanguardia teatral retomó el pulso
de la escena desde el absurdo, desde lo
grotesco y, también, desde los objetos
encontrados y el automatismo. Porque la
sociedad de consumo, en el fondo, tam-
bién se iba definiendo de esta manera, a
través de las máscaras de lo útil y del
estado del bienestar. Pero en la nueva
sociedad occidental, los jóvenes buscaron
algunas respuestas, investigaron expresio-
nes diferentes, tal vez un resquicio de ver-
dad entre tanta farsa bélica, entre tanta
desolación pasada. Los ideales germina-
ron en esta época, prosiguieron las luchas
políticas, las revoluciones imaginarias, la
necesidad de construir otro mundo y que
era posible. El Living Theatre, las acciones
de Cage y Cunningham, de Jodorowsky,
del grupo Gutai, del movimiento Fluxus,
de Beuys, del grupo ZAJ, de los artistas
vieneses, etc., le dieron un nuevo color al
teatro de vanguardia y a la tradición de lo
sintético.
Fue en la segunda mitad del siglo XX,
tanto en Estados Unidos como en Europa,
cuando nacen el accionismo y la perfor-
mance, tal y como se conocen hoy. Estas
modalidades de las artes escénicas postu-
lan la esencialidad y la brevedad. El marco
teatral, reducido a su mínima expresión
(la acción), esquematiza el mundo visible,
aísla los actos habituales, la identidad
común, en unidades esenciales, como si
fueran quarks que, juntos, crean protones
o neutrones, es decir, performances, si se
admite la comparación. Puesto que una
sucesión de acciones darían lugar a una
performance, y, a su vez, una serie de per-
formances resultarían un happening. De
esta manera, este nuevo teatro sintético
adquiere la forma de una caja china que
guarda en su interior una sucesión de
modelos breves, a cual más esencial.
Estas formas nacen de una conciencia
poética y no narrativa, de una visión simul-
taneísta, donde todo posee un cierto grado
de inmediatez, donde prima el concepto
frente al recorrido. El inicio-desarrollo-
Sábado, 25
de septiembre de 2010
Café Müler, de Pina Bausch. Wupp
final aristotélico en gran medida pierde
interés y el acto se concentra en el con-
cepto que se expone, en el conocimiento
esencial que se representa. A través de la
acción se potencian el gesto unitario y sus
velocidades; a través de la performance se
multiplican los conceptos, se diversifican
los actos y todo adquiere mayor compleji-
dad. Con lo cual, de alguna manera, se
podría concebir una perspectiva de estu-
dio, aplicable a estos modelos, orientada
desde la óptica de los conceptos en movi-
Fue en la segunda miento, donde los gestos o los elementos
humanos y objetuales significan algo, ya
mitad del siglo XX, que constituyen una especie de memoria
sensible del mundo, e interactúan a través
tanto en Estados del movimiento en escena. De esta forma,
desde la acción unitaria, a través de un
Unidos como en solo concepto, hasta la acción múltiple, las
diversas ideas de la historia de la humani-
Europa, cuando dad confluyen en estos elementos y se pro-
yectan al espectador que los reconoce
nacen el accionismo y como propios. Una dramaturgia de la
acción y de la performance debe contem-
la performance, tal y plar este planteamiento esencial para
lograr un modelo comunicativo de buena
como se conocen hoy. factura. En cualquier caso, la emisión y la
remisión también conviven en una expe-
Estas modalidades de riencia de misterio poético que ayuda a
las artes escénicas generar patrones inquietantes, críticos con
la sociedad y el mundo que la rodea. Esta
postulan la última característica, indispensable y habi-
tual, ayuda a identificar este tipo de teatro
esencialidad y la con un modelo de corte poético.
El teatro de renovación, tanto moderno
brevedad. El marco como contemporáneo, se fue convirtiendo
paulatinamente en un acercamiento a la
teatral, reducido a su poesía de la tradición vanguardista. Este
es el concepto que se ha ido imponiendo.
mínima expresión (la Una obra perfilada a través de los impac-
tos, de las emociones, de la libertad,
acción) expuesta a todas las posibilidades e inter-

Sábado, 25
de septiembre de 2010
pretaciones, pero también desde una pers-
pectiva integrada, multidisciplinar. Esta
idea de poesía escénica también se des-
arrolla en la época contemporánea a través
de la acción y la performance. En estos
modelos, como se ha señalado, se busca la
esencialidad, un conocimiento trascen-
dente que se expone desde diferentes téc-
nicas y a través de las diversas formas de
concebir el tiempo, el espacio y el movi-
miento.
El tiempo poético de la vanguardia es el
no tiempo, es decir: el concepto encuentra
su reflejo en su propia negación. Aunque
no es menos cierto que esta idea constituye
una especie de simulación. Lo que se pre-
tende con ello es propiciar un cuestiona-
miento de la construcción aristotélica del
tiempo (inicio-desarrollo-final). De esta
manera, tanto en la acción como en la per-
formance se suelen aplicar abstracciones
del mismo, se suele experimentar con él,
se pretende demostrar que hay tantos
como obras, como seres humanos, como
representaciones, y que cada gesto escé-
nico posee un tiempo especial que se niega
a sí mismo de una manera absoluta. En rea-
lidad, estos dos modelos indagan en los
conceptos de la relatividad de Einstein,
frente a la idea newtoniana del tiempo
absoluto, que tal vez estuviera más pró-
pperthal, 1978. / DA
xima al modelo aristotélico y al de sus con-
tinuadores.
La concepción del espacio en la que orbi-
tan estas dos formas escénicas se halla vin-
culada a lo abstracto, a la interacción entre
los elementos que transitan por el vacío, en
ocasiones aparentemente desconectados
entre sí. Con frecuencia, esa noción de
vacío responde a una idea más oriental que
occidental, puesto que los accionistas jue-
gan con el espacio como si fuera una mate-
El teatro de
renovación, tanto
moderno como
contemporáneo, se
fue convirtiendo
paulatinamente en
un acercamiento a la
poesía de la tradición
vanguardista. Este es
el concepto que se ha
ido imponiendo. Una
obra perfilada a
través de los
impactos, de las
emociones, de la
libertad, expuesta a
todas las
posibilidades e
Más distinguidas, de La Ribot. 1997. / JAIME GOROSPE interpretaciones
El perseguidor 5
ria más y no una desazón existencial, por
ello suelen también estar muy vinculados a
la danza. El espacio concebido, entonces,
como una de las principales metáforas de
la vida moderna, es el que se suele mostrar
en este tipo de representaciones.
Finalmente, el movimiento aquí definido
comprende una noción poética muy pro-
funda donde los conceptos adquieren
carácter, toman forma cuando se relacio-
nan con otros. De esta manera, el perso-
naje, tal y como se concibe en los modelos
más convencionales, se diluye y se con-
vierte en una abstracción de la realidad, en
un concepto en movimiento que interactúa
con otros, como se ha señalado. Sin esta
idea de presencia escénica, aunque el dina-
mismo de los actores sea interno, sin ener-
gía humana, sea activa o pasiva, probable-
mente el espectador se encontraría ante
una instalación u otra obra plástica. Con lo
cual, la poeticidad se hallaría en la noción
de movimiento empleada. Con él, los mis-
terios y las ideas se muestran y cambian el
sentido de las apariencias, se desvelan, se
recrean nuevas maneras de concebir lo
visible. Por esta razón, cuando el especta-
dor ve una acción o una performance siem-
pre tendrá la sensación de que la idea del
mundo es reinventada una y otra vez. Y,
probablemente, por eso, tal vez, tanto una
como otra se puedan identificar con un
modelo de poesía pura aplicado al teatro,
muy próximo a la danza o a las artes cinéti-
cas que utilizan el cuerpo humano como
objeto creativo.
Así que una construcción dramatúrgica
de la acción y de la performance debe inte-
grar estos planteamientos para conseguir
un resultado óptimo. El cuadro de mandos
necesario para lograr un basamento dra-
matúrgico, teórico-práctico del hecho
representativo multidisciplinar, así como
la consiguiente conversión de todo ello en
una recepción crítica, honesta y rigurosa,
que pueda descifrar las claves utilizadas,
queda dibujado gracias a la combinación
de los diversos postulados que se han
expuesto. La transformación de la idea de
personaje por la de concepto esencial y una
tendencia a la síntesis desde una perspec-
tiva multidisciplinar, así como las nociones
de tiempo, espacio y movimiento con las
características que se han esbozado, ade-
más de la notable vinculación con un
modelo abierto, en gran medida libre, de
poesía pura escénica y cinética creado al
efecto, conforman los fundamentos bási-
cos que suelen contener este tipo de for-
mas teatrales. El conflicto artístico en estos
modelos surge cuando ambos extremos no
se respetan, es decir, cuando la dramatur-
gia no se define suficientemente, no se des-
arrolla, no se experimenta con ella y la crí-
tica se niega a concebir la posibilidad de la
existencia de nociones sólidas con las que
diseñar este tipo de representación. Con lo
cual, en la acción y en la performance, la
dramaturgia debe aplicarse con el mismo
rigor que en otro tipo de montajes escéni-
cos, pero la crítica especializada también
debe entender estos procesos con la misma
voluntad de conocimiento. Tanto al res-
ponsable de la dramaturgia, como al crí-
tico-espectador les une un mismo interés,
la búsqueda de dicho conocimiento, ambos
saben que deben experimentar con sus per-
cepciones para llegar hasta él. Por lo tanto,
sin ese modelo de entrega mutua, el pro-
ceso de la comunicación, lo que define las
bases de todo encuentro, no llegará a con-
sumarse.
(*) Roberto García de Mesa es escritor,
poeta y dramaturgo.
6 El perseguidor Sábado, 25
de septiembre de 2010

EL VUELO DE ÍCARO / NÚMERO: XCIX

Coordinación: Coriolano González Montañez

KOSTAS KARYOTAKIS.
Piso fuerte y me voy. Camino días enteros. ¿Dónde voy?
Cuando vuelvo la cabeza, sé que miraré hacia el espectro
de mi ser.

TRES PROSAS ENCOMIO DEL MAR

TRADUCCIÓN Y NOTA:
MARIO DOMÍNGUEZ PARRA
EL JARDÍN DE LA
INGRATITUD
Cultivaré la flor más hermosa. En los corazones de los
hombres plantaré la Ingratitud. Los tiempos son favora-
bles, la tierra propicia. El viento golpea los árboles. En la
atmósfera nociva se levantan serpientes. Los cerebros,
talleres de falsificadores. Las obras, niños monstruosos,
existen en los cristales. Y en un bosque de máscaras, soli-
citó que vivieras. Yo cultivaré la Ingratitud.
Cuando venga la última primavera, mi jardín estará
lleno de exquisitas muestras de la especie. En las noches
iluminadas por la luna caminaré solo por las calles cur-
vadas, midiendo estas flores. Acercándome con los ojos
cerrados a la corona aterciopelada, oscura, sentiré en mi
rostro sus urdimbres puntiagudas y respiraré su aroma.
Pasarán las horas, regresarán las estrellas y soplará la
brisa, pero yo, inclinándome cada vez más, recordaré.
Permaneceré inmóvil durante días y años, sin pensar,
sin ver, sin expresar nada más. Seré enteramente un
recuerdo amargo, una estatua a cuyo alrededor plantas
tropicales crecerán, picarán, se confundirán entre ellas,
ganarán la tierra y el aire. Poco a poco sus ramas estre-
charán mi garganta, se enredarán en mi pelo, se enros-
carán a mi alrededor con humana prudencia.
Bajo su impulso constante, penetraré en la arena.
Y mi jardín será el jardín del Amor.
HUIDA
I mientos, tomo la gran calle principal. No veré la misma
Siento la realidad a través del dolor corporal. Alrededor
no hay atmósfera, sino murallas que se estrechan mucho
más, términos en los que siempre me abismo. Me rebelo
por mis sentidos.
La más mínima hipótesis se vuelve ahora verdadera
aventura. Al decir de una expresión común, tengo que
concebirla en toda su extensión, en su posición histórica,
en sus motivos y en sus conclusiones. Ecuaciones alge-
braicas, mis pasos.
II
Soy Fedón arrojado al barro. Libro milagroso, cuyos con-
ceptos no lo salvarán del viento, de la lluvia, de los ele-
mentos ni de los hombres.
III
En este vulgar carnaval, llevaba una verdadera púrpura,
corona de oro claro, puro; elevé un cetro sobre la pobla-
ción y marchaba siguiendo mi voz interior. Perdía la con-
ciencia del entorno, pero marchaba, como un sonám-
bulo, siguiendo mi voz interior. Los payasos corrían
frente a mí o bailaban a mi alrededor, poseídos. Grita-
ban, golpeaban. Pero yo marchaba viendo las nubes y
siguiendo mi voz interior. Con gran dificultad bailaba
hacia delante. Con los codos abría camino, dejando
andrajos a mi paso. A distancia, ensangrentado, me man-
tuve en algún lugar. En el sol se rompían las carcajadas
de los otros. Y estaba desnudo. Inclinándome profunda-
mente, como un árbol doblado, escuchaba por última
vez mi voz interior.
IV
Y ahora perdía, tranquilo, la visión. ¿Dónde dejar el peso
de mi ser? No puedo reconciliarme con los jardines. Las
montañas me humillan. Para dar alimento a mis pensa-
cosa dos veces. Los bailarines que se sostienen desorien-
tados tienen la inocencia y la salud. Sus casas son pala-
cios de ensueño. Sus cabras no rumian pensamientos.
I
El mar es mi único amor. Porque tiene la forma de lo
idílico. Y su nombre es un milagro.
No recuerdo sus primeros efectos. Sin ellos, descende-
ría de una cumbre, trayendo flores en el brazo. Niño
todavía, pensaba en el ritmo del murmullo de sus olas.
Echado en la playa, viajaba con los barcos que pasaban.
Un mundo nacía a mi alrededor. La brisa me acariciaba
el pelo. Brillaba el día en mi rostro y en los guijarros.
Todo me parecía bienvenido: el sol, las nubes blancas, su
lejano clamor.
Pero el mar, sabio, había comenzado su canción, su
canción que compromete y consuela.
Vi muchos puertos. Barcas verdes apiñadas iban de un
lado a otro como pequeños estudiantes joviales. Barcos
cansados, con nombres extraños, exóticos, elevaban
cada mañana su sombra. Gente pensativa, madura por
la salmuera, subía firmemente las escarpadas escaleras
colgantes. Las palomas salvajes se acoplaban en las ante-
nas.
Después anocheció. Una línea roja en el horizonte aca-
baba de obtener respuesta en las cumbres de las olas
grandes, lentas. Se movían como por una causa secreta,
interior, y se extendían al acercarse, para romperse sua-
vemente, mudas. Todo lo demás—el cielo, las montañas
enfrente, el mar abierto—enormes cortinas negras.
II
Cualquiera experimentaba cosas dolorosas. (Casas
negras, cerradas; arboles anémicos, exiliados de la
calle). La «madama» mide decepcionada sus fichas. En
la plaza los limpiabotas, cansados de estar sentados, se
levantan y juegan entre ellos. El nuevo gobernador, con
monóculo, abroncaba a los empleados. Al lado, se des-
pertaron para coger el tren (bebidas para hombres, 10
dracmas; bebidas para mujeres, 32.50). En el viento se
abre una ventana y viene hacia nosotros. Todo se olvida.
Está allí, impecable, infinito, eterno. Con su extensa risa,
cubre nuestra fealdad. Con su profundidad, se mofa. El
alma del comerciante camina incluso muerta. El alma de
la señora cósmica lleva sus patines. El alma del hombre
se baña en la inocencia del mar. Nuestra nostalgia
encuentra salida y nuestro dolor, su expresión.

Nota
Kostas Karyotakis nació en 1896 y se
suicidó en Préveza, en el noroeste de
Grecia, en 1928. Es uno de los poetas
más importantes de la Grecia moderna,
perteneciente, junto con la poeta María
Polyduri (1902-1930) a una generación
bisagra, entre la de Kavafis y Palamás,
por un lado, y la de Seferis,Tsatsu, Rit-
sos y Elytis, por otro. Esta generación
incluye además a Mitsos Papanikolau
(1900-1943), Iannis Skarimbas (1897-
1984),Telos Agras (1899-1944) y Takis
Papatsonis (1895-1976), éste último, en
palabras de Linos Politis, «fuera de este
monótono clima de decadencia e incre-
dulidad» y uno de los grandes precurso-
res de la poesía griega moderna. Esta
generación surgió al albor de la Primera
Guerra Mundial y se vio inmersa en la
catástrofe de Asia Menor, de 1922.
Muchos habitantes griegos de Esmirna
y de otras ciudades turcas fueron asesi-
nados o huyeron hacia Grecia, tras la
reacción de los turcos ante la invasión
griega, producto de la «Megali Idea»
(Gran Idea) del político Elevzerios Veni-
zelos. Esa idea consistía en recuperar
los antiguos enclaves griegos de Asia
Menor, en la costa oriental del Egeo,
para lo cual se ordenó la invasión de
Turquía (matando también a muchos
civiles turcos), con el apoyo en principio
de las grandes potencias, que después
abandonaron al ejército griego.Tras
esta catástrofe, dos millones de griegos
(una población que llevaba siglos
viviendo allí) volvieron a Grecia y una
buena parte de la población musul-
mana del norte de Grecia volvió a Tur-
quía.
A lo largo de su vida, Karyotakis
publicó tres libros de poemas: El dolor
del hombre y de las cosas (1919), Anal-
gésica (1921) y Elegías y sátiras (1927).
Además de poeta, fue narrador y tra-
ductor. La editorial Grafí publicó una
colección de traducciones poéticas, en
la que destacan poetas franceses como
Villon,Voltaire, Musset, Baudelaire,
Moréas, Corbière; y alemanes como
Heine o Lenau, entre otros. En el
segundo tomo de sus obras completas
(los llamados Textos hallados), editado
por G.P. Savidis y publicado por Athina
en 1984, además de algunos poemas,
hay un conjunto de prosas (parte del
cual aparece aquí) al estilo de Peque-
ños poemas en prosa de Charles Bau-
delaire y varios cuentos y traducciones
de E.T.A. Hoffman y otros autores. Spi-
ros Tsakniás, el autor del prólogo de
Poemas, de Karyotakis, (de la colección
«Los pequeños clásicos», llamada así
por su formato, de Ediciones Pataki)
señala que la biografía del poeta carece
de especial relevancia, en lo que se
refiere a acontecimientos externos.
Tsakniás menciona la presencia en su
obra de la negatividad y el sarcasmo.
Alguien que lo conoció, Kleon Parasjos,
declaró que Karyotakis no tenía fe, ni
terrena ni metafísica. Destacó también
su nihilismo. Parasjos proclamó, para
gente como el poeta, la muerte como
única salida, ya que este sentimiento
trágico era tan acentuado en él que su
única realidad era el momento de la
muerte, el único acontecimiento en el
que se conforma toda la vida. El profe-
sor Kostas Steryópulos, uno de los más
importantes estudiosos del fenómeno
conocido como «Karyotakismo», consi-
deraba a Karyotakis poeta de su
tiempo, poeta de la negación, que no
sólo surgió de la posguerra griega, sino
que además clavó sus raíces en el
momento histórico que le tocó vivir y en
las causas de lo que el poeta conside-
raba como atmósfera asfixiante, algo
que se puede observar en muchos de
sus poemas y de forma más evidente
en el último que escribió, «Préveza»
(vid. Lexikó Neoelinikís Logotejnías, Edi-
ciones Pataki, 2008).

Sábado, 25
de septiembre de 2010
EL BUEY SOBRE EL TEJADO/
CARTAS A OFELIA: EL
JUEGO DE LAS MÁSCARAS
Bicentenario de Robert Schumann
TEÓFILO RAMÍREZ
Dedicado a Ofelia Quaintrelle
C
onoces mi afición a aprove-
char las efemérides para
jugar con las ideas y las pala-
bras, Ofelia, y además home-
najear a artistas por los que
siento una profunda simpatía. Se ha cum-
plido el bicentenario de Robert Schumann
(1810-1856), personaje singular del que
algunas de sus facetas sé con certeza que
te causan gran regocijo.
No voy a aburrirte repitiendo lo que ya
sabes, que se trata de uno de los grandes
autores del Romanticismo formalista ale-
mán, ni a desgranar un catálogo de sus
obras más relevantes, las conoces de
sobra. Por otro lado, esa es únicamente
una de sus vertientes creativas, importan-
tísima sin duda, pero otras también lo son,
si bien el fetichismo –lamentablemente no
erótico- de la musicología tradicional
hacia lo escrito en partitura parece exten-
der un velo sobre todo lo demás. Me
refiero, ya lo supondrás, tanto a sus tem-
pranas aportaciones literarias –poemas,
dos novelas- como, sobre todo, a sus escri-
tos sobre estética y sobre pensamiento
musical. Editor entre 1834 y 1843 del
Nuevo Periódico de la Música (Neue Zeits-
chrift für Musik, conocido comúnmente
como NZM), desde sus páginas preconiza
la pureza de la creación musical al margen
de la vulgaridad al servicio de lo superfi-
cial o de los gustos del gran público. Schu-
mann defiende de manera entusiasta a los
autores que encarnan para él esa actitud
de compromiso hacia el arte puro -Bach,
Mozart, Beethoven, Schubert, en el
pasado; Mendelssohn, Chopin, el joven
Brahms, entre sus contemporáneos- y
ataca sin piedad a quienes, a sus ojos, la
traicionan –son los “filisteos”, virtuosos
sin sustancia que deslumbran a las audien-
cias con sus efectos circenses, autores de
óperas-espectáculo con pretensiones de
profundidad, nadie está a salvo de su
mirada atenta; la escuela neoalemana de
Liszt y Wagner le inquieta progresiva-
mente; la ópera Los Hugonotes --Les
Huguenots-- de Meyerbeer le hace encabe-
zar su crítica con una cruz como la de las
esquelas). Una ironía de la vida: El NMZ
será una de las publicaciones en las que
aparecerá en 1850 la célebre diatriba de
Richard Wagner contra los músicos judíos,
atacando especial y absurdamente a Felix
Mendelssohn; para entonces su propieta-
rio y editor será Franz Brendel, crítico de
orientación claramente wagneriana.
En Schumann resulta esencial el juego
de las máscaras como forma de expresión.
Aborda la crítica y la teoría artísticas
inventando personajes en los cuales se
proyecta hasta casi confundirse con la
idiosincrasia de los mismos. Florestan es
impulsivo y apasionado, Eusebius soña-
dor y melancólico –son los dos principa-
les, pero no los únicos; suele aparecer tam-
bién el Maestro Raro, equilibrado y sabio-;
les pide a personas que admira –Mendels-
sohn, la adolescente Clara Wieck- que
creen también los suyos para escribir en el
NZM, busca una red de identidades ficti-
cias desde las que en realidad aflora, o así
lo pretende, lo más íntimo –seguro que te
suena a extrañamente actual-.
¿Puede alguien fiarse de un autor des-
doblado en varias personalidades que
prácticamente acaban teniendo vida pro-
pia y que apenas controla? (me parece
estar viendo cómo esbozas tu sonrisa, Ofe-
lia) ¿Se trata de un caso de esquizofrenia
literaria o de gloriosa impostura? La
pasión por la belleza que mueve la pluma
de Robert Schumann –recuerda el tono
combativo del NZM- probablemente neu-
tralice en él cierto sentido del humor nece-
sario para transitar con comodidad, aún
desde la extrañeza, por el mundo coti-
diano -seguro que me entiendes muy bien-
, pero le otorga a cambio destellos de una
intensidad conmovedora.
Subrayar el artificio, la falsedad latente,
de cualquier noción no poliédrica de la
identidad es una de sus grandes e incom-
prendidas –tal vez involuntaria- aporta-
ciones a la creación artística contemporá-
nea. Hablo del Schumann ensayista y del
compositor; como músico escribe descom-
poniéndose en varias identidades que dia-
logan entre sí y con el oyente imaginario
–en ocasiones incluso adopta la máscara
de otros músicos, se disfraza a nivel
sonoro de Chopin o de Bach, recrea jugue-
El perseguidor 7
Coordinación: Pompeyo Pérez
tonamente a Paganini-. Cuando escribe,
esas mismas identidades se dirigen a un
lector también imaginario, supuesta-
mente poseedor de todas las cualidades
necesarias para experimentar la complici-
dad con lo que lee. Como a menudo
parece que el juego se transforma en la
necesidad imperiosa de divulgar una espe-
cie de redención vital a través de la bús-
queda de lo bello, constituyéndose tal pre-
misa artística casi una cuestión de fe, tal
vez se encuentre ahí la raíz del extraña-
miento cotidiano que mencioné líneas
atrás.
El juego de las máscaras no es su única
transgresión de la normalidad burguesa,
Ofelia, también se atreve a dejar por
escrito su atracción hacia los estados alte-
rados de conciencia a la hora de abordar
la composición de una pieza. Valora no
exactamente la embriaguez, pero sí el
estado de ligera resaca –el brandy es su
bebida preferida- como idóneo a la hora
de imaginar soluciones armónicas para su
música. Del mismo modo elogia la sensa-
ción provocada por el consumo en gran
cantidad de fuertes tabacos. Parece bus-
car –curiosa contradicción en un pensa-
La pasión por la dor reflexivo- un alejamiento de la reali-
dad más tangible para indagar en las posi-
belleza que mueve la bilidades de su lenguaje sonoro, como si
una suave gasa que cubriera su nivel de
pluma de Robert percepción sirviera para hacer aflorar, a
veces de forma espontánea, aspectos
Schumann –recuerda novedosos de su capacidad comunicativa.
De esta manera el extraordinario autor de
el tono combativo del sofisticada música pianística, el excepcio-
nal creador de canciones –por citar sólo
NZM- probablemente dos de sus vertientes como compositor
más deslumbrantes-, parece elegir, desde
neutralice en él cierto su vida aparentemente sosegada en ciuda-
sentido del humor des pequeñas, el mismo camino que
tomará la bohemia intelectual de las gran-
necesario para des capitales a medida que avance el siglo
XIX.
transitar con Siempre me ha gustado imaginar, Ofe-
lia, cómo hubieran evolucionado el len-
comodidad, aún guaje y la obra de los artistas muertos pre-
maturamente. Hoy he nombrado unos
desde la extrañeza, cuantos a los que les ocurrió esa circuns-
tancia. Me pregunto qué evocadoras suge-
por el mundo rencias hubiera seguido ofreciendo la
mente poética e intranquila de Robert
cotidiano Schumann.
8 El perseguidor Sábado, 25
de septiembre de 2010
TITULO: EL INVIERNO DE FRANKIE MACHINE.
AUTOR: DON WINSLOW
EDITORIAL: MARTÍNEZ ROCA

Una buena una obra que a ratos puede

novela
E.G.R.
Tras el éxito de ventas
cosechado en nuestro país por
su potentísima novela El poder
del perro, el nombre de Don
Winslow ha pasado a
convertirse en uno de esos
autores por lo que apuesta
nuestro sector editorial porque
sabe a ganador. La segunda
ficción de este vibrante
narrador norteamericano llega
así a España con el título de El
invierno de Frankie Machine,
leerse como un cruce de la
intensa A quemarropa de
Richard Stark (aka Donald
Westlake) con una curiosa
variante de El padrino de
Mario Puzo, aunque
probablemente este loco
parecido razonable que
describo la aproxime más a los
mafiosos retratados en la serie
de televisión Los Sopranos.
El invierno de Frankie Machine
es en todo caso una de esas
novelas generosa en páginas
que se leen en tiempo record y
si bien carece de las
ambiciones de El poder del
perro, ese todavía admirable
fresco sobre el narcotráfico,
quizá sí que se trate más de
una novela de personajes que
viven en el crepúsculo de su
existencia.
El protagonista, el Frankie que
da título a la novela, es un ya
retirado sicario de la mafia que
vive su jubilación en San Diego
(California) dedicado a sus
negocios legales mientras
reparte su tiempo entre su ex
mujer, su hija y su amante.
Cosas del pasado, Frankie debe
coger una vez más las armas
cuando la familia en la que
prestó servicio quiere
liquidarlo.
Lo que hace interesante este
título si quieren menor de
Winslow es que maneja los
resortes del género negro con
absoluto respeto hacia los
clásicos al ubicar el pasado del
personaje protagonista en el
otro lado de la ley. No
obstante, y como se ha
explicado, Frankie en las
primeras páginas de esta
historia ha sabido adaptarse a
su nueva vida al aprender a ser
un buen ciudadano. Que
recupere sus instintos letales se
debe a una desafortunada
equivocación que va a costarle
muy cara a la misma mafia y a
un FBI igual de podrido que la
honorable sociedad.
A mi juicio, sólo hay una pega
en esta entretenidísima novela
que algunos podrían pensar
que se escribió para que se
leyera en un avión, y es un
final que no va a tono con un
relato que en su segunda mitad
adquiere una velocidad
vertiginosa que hace que
prácticamente no puedas dejar
de leerla. Disculpo, de todas
formas, esta concesión al
happy end porque la lectura de
El invierno de Frankie Machine
respira en ocasiones el aliento
de los grandes clásicos del
género policíaco.

ESA LITERATURA DE GÉNERO

UN PUÑADO
50, y experiencia que vuelca con nervio en
su extraordinaria La educación de un
ladrón.
No hay bestia tan feroz y Stark son aún

DE ESCRITORES
conseguibles en español en la editorial
Sajalin mientras que La educación de un
ladrón puede encontrarse en Alba edito-
rial.

INMUNDOS
Hurbert Selby Jr. es autor del crudo
retrato neoyorquino Última salida para
Brooklyn. Ahora y también en ediciones
Sajalin, se ha editado su amarga Réquiem
por un sueño, una de esas novelas que te
hacen temblar porque propone una invita-
ción desgarrada al infierno de la droga. Es
EDUARDO GARCÍA ROJAS el saxofonista de jazz Mezz Mezzrow y tan buena que incluso la interesante adap-
ahora, por fortuna encontrables en exce- tación en pantalla grande que firmó

E
ntre las muchas cosas buenas
que tiene la literatura nortea-
mericana del siglo pasado es
que además de dar a conocer a
sus mejores escritores, de tanto
en tanto revela también nombres de su
excelente cantera de narradores que, sin
ánimo despectivo, catalogo como inmun-
dos.
Y escribo lo de inmundos porque las geo-
grafías sentimentales que recorren estas
voces pertenecen a la de las galerías subte-
rráneas o a la de las alcantarillas, esos uni-
versos que conviven con nosotros pero que
evitamos como si de una peste se tratara
porque pensamos que de ahí no puede salir
nada bueno.
Afortunadamente, estos tenebrosos
pasadizos cuentan, les decía, con impetuo-
sos cronistas cuyas historias están inspira-
das en su violenta existencia, como si
hubieran pretendido con sus novelas vomi-
tar sus demonios más oscuros a través de
unos títulos que te golpean y desarman
porque están escritos con crudo realismo y
sinceridad.
En la amplia nómina de escritores esta-
dounidenses que se han dedicado a narrar
esa extraña poesía que brota del arroyo se
encuentra gente como el gigantesco Jim
Thompson; Charles Bukowski cuando no
se pone tonto; William S. Burrroughs si
deja de lado sus indigestos juegos experi-
mentales; ese formidable perdedor que fue
John Fante; el afromericano Iceberg Slim y
lentes traducciones en castellano: Edward
Bunker, Hubert Selby Jr. y Jack Black.
Potentes voces del arrabal, la mayoría de
ellos con serios problemas de alcohol y dro-
gas, y que una vez militaron en el otro lado
de la ley por pura necesidad (¿o necedad?)
existencial.
Entre los aficionados al cine el nombre
de Edward Bunker quizá sea el más cono-
cido de esta pequeña lista que propongo
porque algunas de sus obras han sido lle-
vadas a la pantalla grande. De hecho, Bun-
ker es un escritor de referencia para esa
hornada de nuevos cineastas salvajes que
están conquistando Hollywood como
Quentin Tarantino, quien le dio un
pequeño papel (señor Azul) en su ópera
prima Reservoir Dogs.
Escritor de infancia errante y de talante
declaradamente antiautoritario, Bunker
era carne de cárcel, institución en la que
entró por primera vez a la tierna edad de
16 años. Gran parte de su producción lite-
raria cuenta pues sus experiencias en estos
centros, como hace en Animal Factory (lle-
vada al cine por actor Steve Buscemi) y No
hay bestia tan feroz (también con versión
cinematográfica --titulada en España como
Libertad condicional-- dirigida por Ulu
Grosbard y protagonizada por Dustin Hoff-
man); así como su vida como ladrón y esta-
fador, que describe con notable eficacia en
Stark, o su trabajo como chófer a las órde-
nes de Louise Wallis, esposa del productor
de cine y magnate Hal Wallis, en los años
Darren Aronofsky hace una década no
hace palidecer su original literario.
En la amplia nómina El último escritor inmundo con el que
me he encontrado últimamente responde
de escritores al nombre de Jack Black (no confundir con
el actor del mismo nombre). Su novela
estadounidenses que autobiográfica Nadie gana, editada en
España por Escalera, cuenta con un intere-
se han dedicado a sante prólogo de William S. Burroughs, y
es un intenso relato de perdedores que
narrar esa extraña engancha nada más leer la primera página:
poesía que brota del “Ahora soy bibliotecario en el San Fran-
cisco Call ¿Tengo aspecto de bibliotecario?
arroyo se encuentra Giro la silla para mirarme en el espejo. No
veo el rostro de un bibliotecario. No veo
gente como el una frente alta, despejada y blanca. No veo
la expresión serena, apacible y formal de
gigantesco Jim surcos que parecen cicatrices de cuchilla-
das. Hay dos arrugas verticales entre los
Thompson; Charles ojos que me dan el aire de estar frunciendo
siempre el entrecejo. Mis ojos quedan lo
Bukowski, William S. bastante separados y no son pequeños,
pero sí fríos, duros y calculadores.”
Burrroughs si deja de Nadie gana es una novela de demoledora
sinceridad escrita por un hombre que pre-
lado sus indigestos suntamente se ha rehabilitado de un
pasado rabioso. Pero lo que es mejor, al
juegos malabares; ese menos para quien les escribe, es que no
formidable perdedor busca en el texto ni la redención ni el per-
dón de los lectores.
que fue John Fante y Es una obra sencilla y directa, así que
descubrirla ha sido como una especie de
el afromericano milagro en estos tiempos donde las cosas
sencillas y directas se quieren hacer com-
Iceberg Slim plejas y siniestras.