You are on page 1of 22

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42, (pp.

117- 138)
junio 2004, Bogotá, Colombia

ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HOFFE,


UNIVERSIDAD DE TÜBINGEN

ALFONSO FLOREZ FLORE/. Y VICENTE DURÁN CASAS*

RESUMEN

El profesor O. Hóffe, en su paso por la Facultad de Filosofía de la


Javeriana de Bogotá, responde muy amablemente a las preguntas de
los profesores Alfonso Flórez y Vicente Durán, que indagan por su
proceso de formación filosófica, desde su interés temprano por la
filosofía de la física hasta su concentración actual en la filosofía
práctica. En este devenir, siempre crítico y creativo, el profesor Hóffe
subraya cómo para filosofar es preciso estar saturado de experiencia;
señala vínculos que su pensamiento guarda con Kant, Aristóteles,
Platón, Hegel, la filosofía existencialista francesa; con Heidegger, la
fenomenología y la hermenéutica; con la Escuela de Frankfurt, la
filosofía analítica, la postmodernidad, y comparte sus ideas acerca
de la naturaleza política de la filosofía, su forma de enseñanza y su
relevancia en la universidad actual.de evaluar los aportes
heideggerianos para la comprensión de la dinámica existencial de la
vida cotidiana.

*Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.


UNIVERS1TAS PHILOSOPHICA 42, (pp. 117-138)
junio 2004, Bogotá, Colombia

INTERVIEW WITH PROFESSOR OTFRIED HOFFE,


UNIVERSITY OF TÜBINGEN

ALFONSO FL.OREZ FLÓREZ Y VicENTE DURÁN CASAS*

ABSTRACT

Our Visiting Professor O. Hoffe, kindly answers to our professors


Alfonso Flórez and Vicente Durán, questions about his philosophical
process, since his early interests in philosophy of physics to his
current focus on practica! philosophy. In this development, always
critica! and creative, professor Hoffe underlines how being saturated
of experience is needed to philosophize; he indicates his own links
with Kant, Aristotle, Plato, Hegel and French existentialists; with
Heidegger, phenomenology and hermeneutics; with the Frankfurt
School, analytical philosophy, and post-modem thought. Also, he
shares with us his ideas on the political nature of philosophy, the
way to teach it and how meaningful it is for universities today.

*Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.


ENTREVISTA REALIZADA por el Dr. Alfonso Flórez y el Dr. Vicente Durán al
Profesor Dr. Otfried Hóffe, de la Universidad de Tübingen

¿Cómo fue su formación filosófica?

Si BIEN MI INTERÉS por la filosofía comenzó relativamente temprano,


ciertamente no fue un interés exclusivo por la filosofía; iba acompañado
por una amplia curiosidad, por un lado por la literatura y, por otro, por
las ciencias naturales, las matemáticas, la física, y dentro de ésta, por la
astronomía. Eso fue así incluso durante la secundaria, en donde tuve
un cierto interés por la literatura, los presocráticos, por Platón y por
Nietzsche. Luego comencé más tarde mis estudios en la universidad en
Münster, que continué después en Tübingen, luego encontré al director
de mi tesis en Saarbrücken, y allí me dediqué a un estudio que fue
bastante amplio. Comencé a estudiar la filosofía, primero con relación
a la física, pero hay que decir que en Münster, en ese entonces, en los
primeros semestres uno tenía que estudiar casi exclusivamente física, y
yo no quería eso, así que me busqué materias secundarias tradicionales,
como historia y teología.

La filosofía misma la comencé en un círculo alrededor de Joachim


Ritter, no sólo con Aristóteles y Hegel, también con un seminario sobre
Platón con uno de sus discípulos, Ludger Oeing-Heinhoff y por esa
época, dado que era muy joven, me atreví a meterme con la Enciclopedia
de Hegel, y me permití elaborar una exposición sobre la estructura
fundamental de dicha Enciclopedia.

En Tübingen, sobre todo con Walter Schulz, y Richard Schaeffler,


además de continuar con mis estudios de teología, historia y filosofía,
y de aprovechar la presencia de algunos famosos que estaban allá,
como el filólogo clásico Schadewaldt, hice un seminario sobre Nicolás
de Cusa, Idiota de mente, otro seminario sobre dialéctica desde la
antigüedad a través de la historia de la filosofía hasta Kant, Hegel y los
posthegelianos, y otro muy interesante sobre el mito desde los antiguos
hasta Schelling y Bulltmann. En Tübingen no estaba del todo contento,
a pesar de que tenía interés en algunas de las cosas que allí se ofrecían,
y entonces me fui a Saarbrücken, y allí encontré a quien sería después
mi director de tesis doctoral, Hermann Krings, un profesor que poseía
una gran capacidad para interpretar diferentes autores y diferentes textos

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


120 ALFONSO FLÓREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

en forma dinámica. Muy rápido, en un primer seminario sobre la Ética


a Nicómaco de Aristóteles, di con dos textos, uno según el cual la meta
de la filosofía no es el conocimiento sino el actuar, y otro según el cual
en el campo del actuar, la verdad sólo puede ser representada
estructuralmente como "tipo" o compendio.

Como yo había aprendido griego luego de terminar el colegio,


primero no me atreví, pero luego sí, y emprendí una disertación doctoral
sobre Aristóteles, después de haber hecho un intento sobre Fichte; y
eso me hizo muy feliz. Hice un trabajo bajo esos aspectos, con el título
El modelo aristotélico de la filosofía práctica.

Las dos ideas fundamentales: la filosofía práctica en su conjunto


debe cumplir con los criterios que se le exigen a cualquier filosofía;
esto es, que a nivel de métodos, conceptos, argumentos y reflexiones
esté bien dotada; eso se da por supuesto. Pero, no tiene un fin en sí
misma, y en últimas tiene como meta el mejoramiento de la praxis. Eso
siempre me ha impresionado y lo sigo considerado correcto; lo mismo
que la otra idea, de que en la filosofía práctica, es decir tanto en la ética
como en la filosofía política, sólo se puede representar algo normativo
a la manera de un esquema o líneas generales, y eso porque el asunto
del que se trata, la acción personal y la acción política, está también
determinado por factores no normativos. Una acción concreta, o una
política concreta, o una legislación concreta, depende, por un lado de
ideas normativas básicas, pero por otro lado de preguntas acerca de las
correspondientes legislaciones, y de cuestiones económicas, educativas,
de la medicina y de la técnica, además de las condiciones bajo las
cuales uno vive y cómo vive.

La filosofía se debe concentrar en eso, esos fueron los grandes


puntos de vista que en mi influyeron. Como en Saarbrücken no era
mucho lo que se podía estudiar de la teología, dejé todo eso en el
trasfondo y por eso después continué esos estudios en Saarbrücken y
en Munich y los amplié también a la sociología.

¿Cuáles eran las tendencias filosóficas durante sus años de estudio,


en Alemania y en Europa?

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HÓFFE 121

YA HABIA ENTONCES algunos comienzos de lo que fue la rehabilitación de


la filosofía práctica, pero estaban muy fuertemente orientados hacia la
historia de la filosofía, la filosofía anglo-americana era bastante
desconocida, y ya muy pronto en Saarbrücken, y luego con Ming, había
comenzado a leer filosofía política, por un lado, el Leviatán de Thomas
Hobbes, cosa que no era muy común entonces —en München, donde
después enseñé durante decenios, seguí estudiando no sólo el Leviatán—
y por otra parte también a Hare, Language of Morals, esto explica por
qué relativamente temprano aprendí a valorar esta filosofía analítica y
política anglosajona, pero sin necesidad de caer en una conversión que
me hiciera olvidar el resto para concentrarme en lo analítico.

Desde el comienzo he intentado relacionar los elementos


tradicionales de la filosofía (por ejemplo Platón y Aristóteles, Kant y el
idealismo alemán, la filosofía de la existencia, Heidegger —entonces
era claro que todos lo estudiaban, no sólo los especialistas—) con las
más nuevas tendencias de la filosofía analítica y muy pronto tuve el
interés de hacer filosofía práctica no sólo como historia de la filosofía
sino sistemáticamente.

¿Su interés por la Wat fue olvidado?

SMMPRE HE LAMENTADO que ese interés por la física, que incluso durante
los años escolares era el más fuerte, no lo hubiera desarrollado
profesionalmente. Fue una ponderación de bienes: estudiar
primariamente física con algo de acompañamiento filosófico, o al
contrario; me decidí por la filosofía y tuve entonces una doble impresión:
la física no puede hacerse como acompañamiento, y encontré, un poco
por la arrogancia de la gente, que las preguntas filosóficas de la física
ya se agotaron, por ejemplo las preguntas de la teoría de la relatividad,
de la física cuántica o de la astrofísica. Eso no es completamente falso,
por supuesto que hasta hoy hay debates sobre detalles de la filosofía de
la física, o que la obligan a ello; por lo demás el campo temático de la
filosofía de las ciencias naturales se ha desarrollado en dirección a la
biología, la medicina y las ciencias de la vida, esas que sólo tiempo
después me interesaron, en el colegio realmente poco, probablemente
porque no tuve un buen maestro, y por eso no fue equivocado. Por otra
parte, quizás sea esa la razón por la cual siempre en mis clases y
seminarios echo una mirada a las ciencias naturales, y nunca me someto

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


122 ALFONSO FLÓREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

a la división tajante entre ciencias del espíritu y ciencias naturales. Quizás


también por eso no he tenido grandes dificultades en la lectura, por
ejemplo, de textos Aristóteles sobre filosofia de la naturaleza, o de Kant
y la Crítica de la razón pura, para introducirme en los debates
correspondientes y permitirme, con cuidado, tomar posición como
filósofo acerca de los elementos de filosofía natural de estos grandes
textos de la filosofía occidental.

¿Qué papel juega la teología en relación a esos estudios y a su trabajo


filosófico?

SE PUEDE DECIR QUE una teo-logía, entendida como logos de Dios, es algo
que caracteriza al cristianismo. Las demás religiones reveladas no han
desarrollado una teología en la misma medida y con la misma intensidad
que el cristianismo. En cierto sentido la teología cristiana es, además,
una helenización de las ideas del Antiguo y del Nuevo Testamento. En
un tiempo en el que la filosofía —que después sería llamada filosofía
pagana— era la vanguardia intelectual, para que el judaísmo pudiera
sobrevivir intelectualmente tenía que confrontarse con la filosofía, y
precisamente en esa confrontación el judaísmo aprendió mucho. Las
preguntas implicadas en ello, por ejemplo sobre el concepto de Dios,
qué es la revelación, qué pasa con el concepto de un creador, y cómo
se relaciona la moral con la idea de Dios, todas estas son preguntas que
no sólo interesan a los teólogos sino a buena parte de la filosofía clásica,
y que en cierto sentido habían obtenido una respuesta en el pensamiento
griego.

También hay un campo, el de la filosofía de la religión, en el que


yo, con la ayuda de los estudios teológicos en ambas facultades (en
Münster estudié exégesis más con los protestantes, teología sistemática
más con los católicos, entre otros con Ratzinger) siempre me confronté
con preguntas que siempre me han acompañado en el trasfondo, incluso
cuando más tarde me ocupé del escrito de Fichte sobre la revelación,
textos de Hegel, o también textos de la metafísica aristotélica, el libro
A (Lamda) por ejemplo, o los pasajes importantes de Kant en la Crítica
de la razón pura. Creo que resulta ventajoso no sólo conocer la tradición
filosófica desde sí misma, sino conocer también la teología, aunque
sea un poco, desde su propia tradición.

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFFUED HOFFE 123

¿Se ocupó Ud. también por aquel entonces de la tradición de la


filosofía francesa?

LA FILOSOFÍA FRANCESA formaba parte de lo que se estudiaba, se leía a


Rousseau, a Pascal —los Pensamientos— incluso en el colegio, a Descartes
—incluso llegué a considerar hacer el doctorado sobre Descartes—, es
decir que al menos la filosofía francesa clásica se estudiaba bastante.
La filosofía de la existencia, por aquel entonces muy actual, Sartre y
Camus, que para los estudiantes entonces —no sólo para los de filosofía—
eran parte del repertorio de lo que uno leía, y yo los leí por supuesto.

Pero parece que ellos ya no son tan leídos, o por lo menos no son una
referencia para las preguntas filosóficas contemporáneas. ¿Qué
piensa Usted?

Eso ES CORRECTO, ELLOS se han quedado en el trasfondo. En la edición de


la serie de filósofos que yo edito (Klassiker auslegen), sin embargo, se
reconoce a Sartre, a Camus, y por supuesto de los grandes filósofos
franceses. Pero, a ellos les pasa algo similar a lo que le pasa a Heidegger
quien, junto a las dificultades de su desarrollo político, y a pesar del
déficit que representa el hecho de que en su pensamiento la filosofía
ética y política —a pesar de su admiración por Aristóteles y su Ética a
Nicómaco— en realidad son una tábula rasa, y aunque con una
ingenuidad humana Heidegger es sin lugar a dudas uno de los grandes
filósofos y conocedores de la historia de la filosofía occidental. Este
filósofo, hacia mediados y finales de los años 60, formaba parte integral,
sin lugar a dudas, de cualquier estudio de filosofía, pero en cuanto
punto de referencia pasó a segundo plano con la aparición de la Escuela
de Frankfurt, la filosofía de la existencia también pasó a segundo plano
por otras razones; en realidad, porque Sartre y Camus eran figuras
intelectuales en un sentido amplio pero no tienen el rango filosófico de
un Martín Heidegger.

Yo lamento que esto sea así, y observo, en el marco de la Fundación


Humboldt, que existe un gran interés por Heidegger, por ejemplo en
Italia, en Japón, también en algunos países de Suramérica, y que en
Alemania ya no es posible recomendar tantos colegas con los que pueda
estudiar. Incluso aquellos que aún se dedican a Heidegger delimitan
demasiado su aproximación a él en el lenguaje, en el seguimiento del

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


124 ALFONSO FLÓREZ FLóREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

camino de su pensamiento, son algo así como discípulos, no ocurre


con ellos lo que uno sí espera que ocurra con investigaciones sobre
Kant, Aristóteles, o Descartes, que están llenas de amor pero también
de distancia.

No hay duda de que la mayor parte de sus obras se encuentran dentro


del campo de la filosofía práctica. ¿Qué hizo que esto fuera así?

EN ESO TAMBIÉN HUBO un comienzo que merece la pena recordar. Por


razones que no es del caso explicar aquí, me interesé ya desde el colegio
por la ética social cristiana, en particular por sus principios de
personalidad, solidaridad y subsidiaridad. Pero después, cuando terminé
mi bachillerato en Dortmund, pude echar una mirada a la situación
social de la región del Ruhr en Alemania, y pude profundizar en asunto,
eso fue una especie de fuerza de atracción que hizo que posteriormente
me ocupara más intensamente de la filosofía práctica. A esto se añade
un interés político general, y de alguna manera también un sentimiento
y una sensibilidad pre-filosófica de que la justicia es algo elemental
que, con o sin filosofía, debería dominar el mundo.

¿Podría Usted decir que eso se lo debe a alguno o algunos filósofos?

Peo, ANTES ALGO MÁS sobre esos trasfondos pre-filosóficos. Las fuentes
de inspiración filosófica son en realidad muchas comparativamente.
Como ya dije, en el círculo alrededor de Joachim Ritter leía a Aristóteles
y Hegel, también a Platón, este último era para mi entonces más
importante que Aristóteles, así como Hegel fue más importante que
Kant, y casi en cada etapa, casi cada ario aparecía un nuevo filósofo de
la filosofía moral o de la filosofía política que me inspiraban, y por eso
resulta relativamente grande el número de filósofos con los que yo me
relaciono.

Eso tiene el inconveniente de que yo no soy simplemente un


especialista puro, o que no puedo ser identificado como un neo-
aristotélico o neo-kantiano; pero, tiene también la ventaja de poder
evitar conscientemente esas reducciones de los problemas que surgen
allí donde sólo se tiene una fuente de inspiración. Por lo general se
suele decir que uno se ha inspirado en la Escuela de Frankfurt y en la
Teoría Crítica; como ya lo he indicado, eso no es mi primera fuente de

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HORT 125

inspiración, sino que fueron las ideas juveniles en torno a la cuestión


social y los problemas sociales, relacionados por aquel entonces con
preguntas de la ética social crítica, luego con el estudio de la filosofía
política clásica, y tardíamente con una confrontación intensiva con la
Escuela de Frankfurt, con sus clásicos Adorno, Horkheimer, y por
supuesto más tarde con Habermas y otros, y también con su contexto,
a Marx lo leí intensivamente, igualmente a Freud y al psicoanálisis,
pero los leí desde una crítica distancia, de modo que nunca fui un
discípulo de la Escuela de Frankfurt, y por eso nunca sentí la necesidad
de vivir ninguna metamorfosis de amistad o enemistad con la Escuela
de Frankfurt.

Pero, ¿qué puede decir Usted que en realidad le debe a la Escuela de


Frankfurt?

POR LO PRONTO APRENDÍ a estar abierto a las preguntas de la teoría


económica, preguntas sobre la relación entre filosofía y teoría
económica. Por lo demás, debo reconocer que viene una decepción.
Es un grupo de intelectuales inspirado inicialmente por el marxismo
occidental, Lukács, quizás relacionado también con un mesianismo
judío, y con ambiciones artísticas y literarias de alto vuelo; es el caso
de Adorno quien, bajo Hitler y por causa de Hitler tiene que emigrar a
los Estados Unidos, allá llevan el renombre de la formación burguesa
alemana, pero no aprenden. El capitalismo que ellos deben criticar no
lo pueden relacionar con el alto aprecio de la libertad liberal, la
democracia y tolerancia que les permite tanto a judíos, cristianos y
ateos seguir sus propias opiniones políticas y religiosas. Ellos regresan
a Alemania a finales de los arios cincuenta y despliegan un debate que
yo pienso, a pesar del aprecio que sin lugar a dudas tienen, atrasa cerca
diez años en Alemania una discusión libre acerca de filosofía política.
Es relativamente tarde que ellos descubren que la democracia liberal y
la filosofía del derecho del Estado, merecen una valoración propia, y
que eso nada le resta a que ésta se haga con distancia crítica. Mientras
que Hannah Arendt en esto para mí sí fue un modelo. Ella provenía de
un contexto totalmente apolítico, hizo su doctorado sobre San Agustín,
alumna y admiradora de Martín Heidegger, estudió también con
Guardini, es decir con figuras muy poco políticas, luego tuvo que tomar
también el camino del exilio, entre otros junto con su primer marido,
llega a la filosofía social, económica y política.

UNTVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


126 ALFONSO FLÓREZ FU/HEZ Y VICENTE DURAN CASAS

Y, la misma pregunta pero, en relación con Heidegger y a la filosofía


analítica: ¿Qué aprendió de ellos? ¿Qué queda aún de ellos en Ud.?

DE HEIDEGGER APRENDÍ, en primer lugar, a tener una cierta disposición


hacia los textos filosóficos, tal y como el lo enseñó: la urgencia de
leerlos a profundidad y de siempre volverlos a leer, y de leerlos
apropiadamente hasta llegar a hacerlos hablar de tal manera que
podamos llegar a decir que con ellos hoy se puede dialogar
filosóficamente, eso es quizás lo que de Heidegger más me ha
impresionado, junto a otros elementos de Ser y Tiempo, quizás la idea
del ser-lanzado (Geworfenheit) y el ser-para-la-muerte son elementos
que para mi son importantes; posteriormente quizás un escrito sobre
Serenidad (Gelassenheit), o su escrito sobre la Filosofía de la técnica,
esto me ha influenciado, a largo plazo, quizás más que Ser y tiempo.

¿y de la Filosofía analítica?

DE LA FILOSOFÍA ANALÍTICA aprendí a estar abierto a las preguntas por el


lenguaje; es esa visión que uno aprende ya en Aristóteles, y que lo
lleva a tomar en serio que los significados de los conceptos pueden ser
diversos y que el lenguaje tiene muchos significados. También, que a
través de ella uno puede ganar una buena distancia con relación a la
tradición europea clásica.

La filosofía analítica no es simplemente filosofía neutral del lenguaje,


un giro lingüístico, eso también lo es, pero eso no es especialmente
novedoso y fundamental, eso lo puede uno aprender en Aristóteles y
en la Edad Media, de modo que yo no estoy convencido de su
innovación sea muy revolucionaria. Eso es una parte de la filosofía
analítica. Otra parte de ésta tiene una posición claramente empirista.
Un gran parte de los filósofos analíticos han sido inspirados más por
Hume que por Kant, y se mantienen y afirman bajo esa inspiración;
también en la filosofía de la mente o philosophy of mind saltan por
encima de Kant, discuten y se enfrentan con Descartes, lo critican,
como. Ryle -the ghost in the machine— pero tratan a Kant como si fuera
una marioneta de cartón con la que casi ni vale la pena ocuparse. Aquí
veo pues unos instrumentos metódicos, una fuerte orientación hacia
un pensar sistemático, no sólo hacia la historia de la filosofía, una
apertura a las preguntas, por ejemplo en la ética, una orientación al

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HOFFE 127

utilitarismo; por lo demás, veo con escepticismo la creencia de que la


meta-ética pueda reemplazar la ética normativa o que la meta-ética sea
una invención —elementos meta-éticos se encuentran en todos, en Platón,
Aristóteles y Kant—; en últimas, soy escéptico de que allí haya una
innovación revolucionaria; se trata de una sobrevaloración, y por eso
permanezco abierto a otras tradiciones. Pero en este campo, después
de The Language of Morals, de Hare, que a mí no me impresionó mucho
—a pesar de que lo encuentro interesante no me parece que las cosas
que dice allí sobre el carácter imperativo o prescriptivo sean muy
fundamentales o contundentes—, tomo nota de ello pero no creo que
uno tenga que volverse apóstol de Heidegger o apóstol de la filosofía
analítica, o de cualquier otra filosofía.

¿Podría decir algo más sobre los conceptos de historia de la filoso&


y filosofía sistemática?

LA FILOSOKA 11ENE, EN últimas, la tarea enfrentarse con el mundo; tanto


con el mundo que le es propio —consigo misma—, como con el mundo
de la naturaleza, y con el mundo social y cultural. Ella surge en un
tiempo determinado y en una época concreta, y en esa medida forma
parte de la confrontación intelectual de un tiempo definido. Los filósofos
no pueden ser definidos como profesores de la academia filosófica,
sino que en cierto sentido han sido como la vanguardia intelectual de
su época. Ocurre relativamente tarde, pero en cierto sentido es Kant el
primero que al mismo tiempo combina la vanguardia intelectual con la
academia filosófica. Pero, siempre ha de quedar abierto si es en la
universidad donde surgen los grandes conceptos y las grandes formas
argumentativas y las grandes ideas. Pero, a esta tarea de la filosofía se
añade el que la filosofía ya cuenta con una larga tradición, y ella tiene
que crearla cada vez. También las otras ciencias, como por ejemplo la
física, dan por evidente que uno construye sobre lo que ya ha sido,
sólo que en la filosofía no es posible hablar de un progreso lineal,
como en cierto sentido sí es posible en la física, y en otro, en la
matemática, o en otras ciencias.

Siempre tenemos que ser concientes del problema de actualizar a


los grandes clásicos, para impedir que seamos ingenuos con nuestros
conceptos, con nuestras formas de argumentar, con nuestros métodos
lir
con los que realizamos lo que tenemos que hacer. Tampoco podemos

4. UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


4
1
128 ALFONSO FLÓREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

olvidar que la historia de la filosofía, desde sus comienzos, forma parte


de la filosofía sistemática. Por ejemplo, Platón se confronta con los
llamados sofistas; Aristóteles en la Metafísica se enfrenta tanto con Platón
como con otras tradiciones, etc.

Resulta del todo torpe si un filósofo cree poder partir de cero, pues
aunque la confianza en sí mismo y la arrogancia pertenecen grosso
modo al filosofar, no se puede creer que todo lo que ha ocurrido hasta
ahora es falso y que uno puedo comenzar de nuevo. A la distancia de
dos generaciones se ve que ha realizado un aporte importante pero
ciertamente no del todo nuevo y no el definitivo. Pero, volviendo al
asunto, creo a partir del conocimiento de la historia de la filosofía, y de
los esfuerzos que he hecho por hacer hablar a los clásicos, uno debería
intentar responder en forma sistemática las preguntas contemporáneas.

¿Significa eso, entendido correctamente, que de cara a la formación


de nuevas generaciones de filósofos, o para la estructuración de un
plan de estudios en una facultad, en su opinión se deberían incluir —
en las clases y en los seminarios— tanto elementos sistemáticos clásicos
como elementos históricos?

LA PREGUNTA ES PRECISAMENTE si hay que hacerlo con esa doble división.


También podría ser que se trabajaran las preguntas sistemáticas a partir
de los textos clásicos; que por ejemplo, al tema de la teoría del
conocimiento se le diera salida a partir del Menón de Platón, o a partir
del Discurso del método de Descartes, pero que en eso entonces uno
no se quede en una mera interpretación del texto, dependiendo de él,
sino que de hecho se intente continuar pensando en forma autónoma y
sistemática. Eso se puede con muchos de estos textos, razón por la cual
hay una cierta relación, casi un cruce, entre historia de la filosofía y
pensamiento sistemático. Y es que amenaza el peligro —y uno lo ve en
algunos seminarios e instituciones que en el mundo se consideran a sí
mismos analíticos porque creen tratar los problemas sólo en forma
sistemática— de que en la práctica sólo se asuma una mínima parte de la
historia de la filosofía; comienzan la historia de la filosofía con Hume,
de allí hacen un salto hasta Russell, antes ven a Frege, luego a
Wittgenstein, pero le sacan el cuerpo a la confrontación con una cantidad
de autores; Wittgenstein parece que es para algunos el filósofo que

DN1VERSITAS FlifLOSOPHICA 42 AM 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HOFFE 129

incluso sobrepasa a Platón o a Kant, ante lo cual uno no puede sino


tomarse la cabeza con las manos. Nadie niega su importancia, pero no
tanto como para opacarlos; si uno toma el Tractatus con su teoría
pictórica [del lenguaje], uno concluye que ésta es casi ingenua, uno no
entiende cómo se puede alabar eso sólo porque no se ha leído a Kant;
quizás uno pueda alegrarse de que Wittgenstein no haya leído a Kant,
de otra forma no hubiera podido escribir esos textos, pero no se puede
olvidar que elementos como esa teoría pictórica hubieran requerido un
poco más conocimiento de la historia de la filosofía.

Volviendo al asunto: no estoy muy seguro de si sea lo mejor que a


un estudiante del primer semestre se le tenga que ofrecer un curso sobre
teoría del conocimiento; yo lo he hecho en ocasiones, he ofrecido este
curso al comienzo, para luego tomar algunos puntos de vista sistemáticos
como hilos conductores, por ejemplo: ¿qué es conocimiento? y ¿qué
es opinión?, ¿qué es verdad y qué error?, ¿de qué tipo de juicios
disponemos?; pero, no se puede olvidar que en cada uno de estos temas,
tómense autores o no, siempre se enfrenta uno es con uno de los
grandes, en algún momento tiene uno que llegar al punto de plantearse
el problema de lo sintético a priori; se tiene que plantear, en algún
momento, si lo analítico es suficiente; se tiene que plantear la diferencia
entre episteme y doxa, etc.

Usted ha dicho que para poder filosofar hay que estar saturados de
experiencia. ¿Qué quiere decir con eso?

ESTAR SATURADOS DE experiencia significa que la filosofía, en cierto sentido,


es una reflexión de segundo orden. O bien una reflexión que se
construye a partir de la experiencia cotidiana, o también, como sucede
en muchos casos, una reflexión que se realiza a partir de los resultados
de las ciencias particulares.

Por ejemplo, la filosofía de la naturaleza: se puede tomar como


punto de partida un concepto común y ordinario de naturaleza, pero
no se puede creer que los filósofos hagan filosofía de la naturaleza sin
por lo menos tener una imagen de lo que hoy la física entiende por
naturaleza. La física actual no tiene la idea de naturaleza que se tenía
en el pasado, la física cuántica y la teoría de la relatividad, y algunos
desarrollos posteriores, el filósofo no puede estar siempre al tanto de

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


130 ALFONSO FLÓREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

los últimos desarrollos de la física y dominar las muy complicadas


fórmulas matemáticas de la astrofísica y de la física cuántica; pero tiene
que conocer los elementos esenciales para poder trabajar hoy en filosofía
de la naturaleza.

Lo mismo ocurre a quien trabaja con la historia, debería conocer


ambas cosas: la historia de la humanidad como la conocen los
historiadores pero también la meta-reflexión histórica. Y esto no debe
ocurrir en la forma de anécdotas, o de casos ejemplares, los cuales
pueden ser usados, pero eso es un asunto de didáctica, y yo estoy en
cierto sentido en contra de exagerar el papel de la didáctica.

Después de que los alemanes se han hecho famosos por sus gruesos
y a veces incomprensibles "mamotretos", hay que decir que el más
famoso libro de ética política en los últimos tres decenios, la Teoría de
la justicia de Rawls, también es un "mamotreto" —estos no son invención
de los alemanes—, mientras que por otro lado el Tractatus de
Wittgenstein o la Teoría pura del derecho de Kelsen, o algunos escritos
de Kant, como por ejemplo su escrito sobre la Ilustración, o textos de
Nietzsche, son también piezas literarias extraordinarios y ejemplares
que hacen ver como sin sentido esa contraposición entre ingleses y
alemanes o entre europeos y anglosajones.

Volviendo al asunto: no se trata de que, por ejemplo, se traigan


ejemplos, pues en el mundo anglosajón los ejemplos juegan un papel
muy importante porque tienen el case-law, un sistema de derecho
orientado por casos, mientras que el sistema europeo de derecho es un
sistema orientado por principios. Que por eso mismo los americanos
estén acostumbrados siempre a ofrecer ejemplos, eso es muy bueno,
pero no tiene por qué convertirse en el modelo único de todo filosofar.

Pero en el filosofar tiene que asimilarse el hecho de que cuando el


hombre habla de ética, sabe qué significa que los hombres buscan la
felicidad, qué significa que haya libertad, al menos se debe saber de
qué tipo son los debates morales, qué hay en el trasfondo del mandato
de ayudar al prójimo, qué hay detrás de la prohibición de mentir, del
mandato de desarrollar los propios talentos, qué significa asumir
responsabilidades morales, y en la filosofía política debe saberse en
qué consiste la democracia, el derecho a la libertad, uno debe haberse

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HOFFE 131

dado una pasada por la ciencia política, en la ciencia del derecho —el
derecho es la gramática de lo social y la diplomacia de la política—.
Esto es lo que yo pienso: uno debe primero juntar experiencias y esas
experiencias no deben ser dejadas a un lado en el momento de la
reflexión, como si los textos que uno escriba o lo que uno enseñe no
debiera comunicar esas experiencias. Pero, si bien todos los grandes
filósofos escriben textos saturados de experiencia, uno debe ser muy
cuidadoso con objetarle a alguien lo contrario. Por lo general lo que
uno hace es reconocer su ignorancia.

Kant afirma esa bella frase de Otto Marquard, el imperativo


categórico es una ética de una sola frase, pero él pensaba en la retórica,
en la manera de hacerla atractiva, pero uno no entiende qué es lo que
Kant escribió. Marquard conocía la filosofía kantiana, hizo su doctorado
sobre ella, pero allí está la Fundamentación [de la metafísica de las
costumbres] con todos esos ejemplos, allí está la Metafísica de las
Costumbres con la doctrina del derecho y la doctrina de la virtud, la
misma Crítica de la razón pura y otros textos están de tal modo saturados
de experiencia que, comparado con Hegel, Kant no tiene de qué
avergonzarse. Se podrían tomar otros ejemplos, como Nietzsche, que
es un filósofo saturado de experiencia, eso vale para Heidegger, con
otro tipo de experiencia en la que la ética y la política no juegan ningún
papel.

Entonces, a los maestros de la academia tenemos que defenderlos


de que no sean suficientemente abstractos o que no se atrevan a
introducir en la correspondiente reflexión filosófica las experiencias
que tenemos en nuestra vida moral, política, cultural y científica, o la
ciencia con la que nos enfrentamos.

Se han dado diferentes respuestas a la pregunta "¿para qué filosofía


hoy?". ¿Qué diría Ud. al respecto?

Yo DIRÍA, EN PRIMER lugar, que la filosofía es inevitable. Como dice


Aristóteles en la Metafísica, los hombres buscan de un modo natural el
conocimiento, y esa tendencia al conocimiento puede ser observada
en bebés cuando gatean con ojos abiertos mirando el mundo, y uno
sólo puede esperar que las escuelas y los jardines infantiles hoy no
extirpen esa curiosidad.

UNIVERSITAS PH1LOSOPHICA 42 JUN 2004


132 ALFONSO FLOREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

Pero, el hombre puede estar saturado de ciencia...

EN UN CIERTO SENTIDO NO PUEDE. La filosofía es la metódica prolongación


de la curiosidad a partir de la experiencia, que luego se transforma
ciencia experimental, y de allí surgen las preguntas por los elementos
últimos: ¿qué es experiencia?, ¿qué es ciencia?, de modo que también
la ciencia experimental y la filosofía representan una continuidad de la
tendencia natural del ser humano hacia el conocimiento. Lo mismo
vale en todos los campos. La filosofía es en ese sentido la extensión
natural de la tendencia natural del hombre hacia el conocimiento. Si se
quiere, es la satisfacción de una necesidad fundamental del ser humano.

En segundo lugar, vivimos en un mundo global con diferentes


culturas, y en este mundo la filosofía puede mostrar, como abogada
que es de la humanidad, que con su intento por construir conceptos
universales y formas universalmente válidas de argumentación, así como
con su intento por mediar conocimientos universales, los contrastes
culturales pueden ser superados o también pasar inadvertidos. Desde
sus orígenes, ya sea en Grecia, en India o en China, la filosofía está en
cierto sentido orientada en una forma intercultural y global; antes no lo
desarrolló tan claro, pero hoy tiene como tarea explicita mostrar, en el
mundo global de la humanidad, lo que es común en el nivel de la
experiencia y del pensamiento.

En tercer lugar, los filósofos son sofoi, como dirían los griegos;
esto es, especialistas cualificados en conceptos y argumentos; viven en
un mundo de conocimientos y de ciencias, y en ese mundo necesitamos
especialistas cualificados que no sólo desarrollen conceptos y
argumentos especiales sino también semejanzas en los argumentos y
en las ideas.

Quizás un cuarto elemento: dado que en la historia de la filosofía se


encuentra parte esencial de la riqueza cultural de la humanidad, también
necesitamos filósofos que sirvan de mediadores de ese tesoro, así como
otros también hacen de mediadores de la historia de la música, de la
pintura o de los grandes palacios en la arquitectura.

En cuanto a eso: ¿la filosofía pertenece a la Universidad, o se siente


ella en casa estando en la Universidad?

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HOFFE 133

UNA UNIVERSIDAD QUE RENUNCIARA a tener la filosofía realizaría algo así


como una auto-amputación que la perjudicaría mucho. Pero, no porque
los filósofos ganen mucho con ello, que en una gran universidad, si se
consideran las cátedras de filosofía, no es que sea mucho; pero, yo lo
veo por ejemplo en Tübingen, una universidad muy amplia desde el
punto de vista temático y disciplinario, en donde el interés por la filosofía
es muy fuerte por el interés en el trabajo común interdisciplinario; por
parte de los juristas, de los médicos, de los científicos de la cognición,
todos ellos se alegran mucho de poder recurrir a los filósofos, lo mismo
que éstos se alegran a su vez de poder recurrir a los científicos para
encontrar en ellos el estado actual de la investigación en esas ciencias
y así lograr que la filosofía se llene de experiencia. De nuevo: una
universidad sin filosofía es como una auto-amputación.

Pero, eso no significa lo contrario, es decir, que la filosofía sólo


pueda existir en la universidad o que sólo se encuentre en casa bajo
una forma académica; la filosofía puede existir en la vida intelectual
normal, puede estar presente en escritores, en intelectuales finos, en
periódicos serios, en la prensa, en general puede presentarse en los
medios de comunicación. Y no estoy pensando en la didáctica, como
si se tratara de que estos medios sean utilizados para presentar contenidos
filosóficos, lo cual puede ser también importante, sino que estoy
pensando en que hay un modo de discutir preguntas fundamentales
del ser humano en un modo que no se inspira primariamente en lo
académico y en lo universitario.

Usted se refiere muy repetidamente a Kant y a Aristóteles como a


los dos grandes filósofos que lo inspiran, pero ¿cómo ve el
pensamiento de otros filósofos que también leyó mucho, como Platón
y Hegel?

UNO TIENE QUE ADENTRARSE en ese debate tan fino. En los próximos
semestres me ocuparé de la ética y por supuesto que tanto la Ética a
Nicómaco de Aristóteles como la Fundamentación [de la metafísica de
las costumbres] de Kant, así como otras obras jugarán un papel muy
importante; pero, por supuesto también Platón, por ejemplo, con la
idea de que vivir bien y, vivir políticamente y vivir moralmente,
conforman una unidad fundamental. Uno lee en la República repetidas

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


134 ALFONSO FLÓREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

veces, y quizás formulado un poco libremente, que quien actúa


moralmente vive mucho mejor que el que actúa inmoralmente, ello
entre otras cosas, porque quien actúa así encuentra que se respeta a sí
mismo a la vez que es tenido por los demás como un amigo. Esta idea
es muy importante.

Una idea de la que yo me ocupo es de la pregunta de orden


metodológico: si la idea platónica de lo bueno a la vez es criterio supremo
de lo bueno y principio supremo de realización de lo bueno, y en cierto
sentido también de la capacidad para discernir o juzgar. Por eso puede
él defender la tesis de que los filósofos deben ser reyes, pues ellos
conocen la idea del bien y actúan de acuerdo con ella y porque poseen
la capacidad para discernir y juzgar y así dirigir y orientar el bien
común. Con esta idea me confrontaré críticamente porque soy escéptico
frente a ella. Saltando un poco hasta Hegel, la idea de la eticidad
(Sittlichkeit) no deja de ser importante.

Que la moralidad juega un papel en el derecho es correcto también


en Kant, que las instituciones vividas, para decirlo libremente, según
Hegel reciben una importancia mayor que en Kant —en quien también
juegan algún papel—, es una idea de Hegel que yo intento recuperar.
Pero alguno podría decir que dada mi relación con Aristóteles y Kant
está un poquito inspirada en Hegel.

¿Cuál es su opinión sobre la filosofía francesa contemporánea, la


fenomenología, la hermenéutica, la post-modernidad, etc.?

LAS COSAS QUE UDS. NOMBRAN describen un campo por lo pronto muy
amplio. A la fenomenología francesa la tengo por algo muy importante
que estuvo determinado por tres figuras fundamentales: Hegel, Husserl
y Heidegger.

De allí que me interese en muchas medida por la fenomenología.


Ellos encontraron una cierta continuación en Filósofos como Sartre o
Merlau-Ponty, por ejemplo, la teoría en la que la corporalidad juega un
papel importante. Estas ideas no eran ajenas a otros filósofos, pero
encuentro un poco recargado darles un peso muy grande, y uno debería
tener el valor de hacer filosofía práctica sin por ello tener que convertirse
en un Merlau-Pontyano.

UNIVERSITAS PH1LOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HOFFE 135

Con la hermenéutica es algo más difícil, porque uno tiene que


considerar un poco en qué consiste la hermenéutica. La expresión misma
proviene de Hermes, el mensajero de los dioses, y que tiene que ver
algo con la interpretación es casi algo evidente por sí mismo. El
desarrollo de una hermenéutica ha sido realizado sobre todo en la
teología, primero por la teología judía y luego por la teología cristiana,
no es por tanto una invención de los filósofos, pero por supuesto que
una hermenéutica con relación a Homero ya es conocida por los griegos,
tanto por Platón como claramente por Aristóteles. Pero, con relación a
qué significa leer textos, y cómo se leen y comprenden los textos, eso
es algo que evidentemente forma parte de las herramientas de cualquier
filósofo, y haber desarrollado esto metodológicamente es algo que los
hermenéuticos nos recuerdan permanentemente, por demás también
para mantener un cierto equilibrio con un cierto modo estrecho de hacer
filosofía analítica. Para mi es importante de la hermenéutica que ella no
sea sólo una hermenéutica de textos, sino una hermenéutica de imágenes,
y sobre todo hermenéutica de instituciones.

Para mí, en tanto filósofo del derecho, juega un papel la


interpretación de instituciones, por ejemplo del derecho romano de
gentes (ius gentium). Una interpretación del derecho internacional al
comercio también puede ser un modelo de derecho global de los
pueblos, para su convivencia. Pero, también una hermenéutica de una
institución como la famosa Federación Iroquesa, una federación de
cinco naciones iroquesas que fue acordada hacia el siglo XVI, esto es,
mucho antes de la paz de Westfalia de 1648, se encuentran pueblos y
grupos enemistados para acordar una federación pacífica. Una tal
hermenéutica hace falta por lo regular en los llamados hermeneutas,
incluso si en principio lo reconocen. Yo estoy en favor de una
ampliación de la hermenéutica. Que la hermenéutica desde Heidegger
fue desarrollada como una teoría de la existencia es una de sus grandes
aportaciones, y eso es algo de lo que uno puede aprender de Heidegger,
incluso si uno, por otros motivos, personalmente no se extiende en este
tema.

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


136 ALFONSO FLÓREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

¿Y la así llamada postmodernidad?

LA POSTMODERNIDAD ES por sí mismo un tema igualmente muy amplio. La


expresión surge de las teorías de la arquitectura. Si lo entiendo
correctamente, por moderno se entiende aquí la teoría del Bauhaus y
las cosas relacionadas con ello, grandes renovaciones en la arquitectura
y en historia de la arquitectura y desarrollo de la arquitectura de las
formas, en contra de esa tendencia a representar exclusivamente la única
verdad en la arquitectura, y tomar en consideración otros elementos de
la historia de la arquitectura y de la vida humana en común, eso lo
encuentro correcto.

No se puede olvidar, un poco entre paréntesis, que parte de la


destrucción arquitectónica de Alemania ocurrió no sólo durante la guerra
sino después de la guerra, y, hasta donde lo sé, la ciudad de Frankfurt
parece haber sido fuertemente destruida después de la guerra, entre
otras cosas porque en aquel entonces aún había arquitectos del Bauhaus
en las oficinas de administración de la ciudad que quisieron aprovechar
la oportunidad para construir una ciudad completamente nueva.
Ciertamente, perjudicaron mucho a Frankfurt, que era una ciudad muy
bella, hoy es sin duda una ciudad atractiva, pero podría ser mucho más
bella si no se hubiera impuesto de ese modo una teoría arquitectónica
sobre la realidad. Este modo de postmodernidad no es falso.

También si la postmodernidad se dirige contra de los imperialismos


—uno es sólo fenomenólogo o sólo filósofo analítico, o sólo aristotélico,
o sólo hegeliano— para decir que se necesita un horizonte más amplio,
yo diría que estoy de acuerdo, eso lo he aprendido por mi propio
desarrollo, y soy postmoderno porque yo no pertenezco a ninguna de
esas escuelas ni reconozco a ningún filósofo como el único profeta.

Pero, si la postmodernidad significa que ya no nos sometemos a


los conceptos estrictos, a la agudeza de la argumentación o a los
procedimientos metódicos de la filosofía clásica o de la filosofía anterior,
yo diría, quizás burlescamente, que eso no es más que filosofía de
folletín. Que haya una filosofía que los folletines alaban y propagan,
incluso con aptitud literaria y riqueza de imágenes y metáforas, eso es
una cosa muy distinta a que eso en realidad sea algo que valga la pena,
que vuelva a ser leído dentro de 50 arios.

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


ENTREVISTA AL PROFESOR OTFRIED HoFFE 137

En filosofía Ud. puede eventualmente acercarse completamente a


otras corrientes. En filosofía no leemos solamente a Platón, Aristóteles,
Kant en el campo de la ética sino también a La Rochefoucault, o las
grandes tradiciones de los moralistas europeos, dentro de la cual se
encuentran Nietzsche y Schopenhauer; siempre existe el peligro de una
filosofía demasiado académica, y hay una filosofía fuertemente
orientada por la literatura, abierta al mundo, rica en imágenes, a esa
postmodernidad le diría que sí, con gusto.

En un mundo políticamente muy tenso se habla con frecuencia de la


responsabilidad política del filósofo. ¿Qué diría Usted a eso? ¿Es la
filosofía por sí misma política? ¿Todos los filósofos deben expresarse
en materia política, o sólo aquellos que se interesen por la política?

EL FILÓSOFO ES TAMBIÉN un ciudadano, y en cuanto ciudadano tiene al


menos la misma responsabilidad que tiene un ciudadano mayor de edad
e ilustrado. En ese sentido el filósofo tiene que interesarse por la política.
Pero, eso no significa que necesariamente cada filósofo en particular
deba llegar a ser a un filósofo de la política en el sentido de que como
filósofo reflexione la política con intereses políticos. En esto soy de la
opinión, en contra de la opinión común, de que Aristóteles no sólo es
el inventor de la filosofía práctica, sino de que él está también en contra
de la tendencia de Platón a declarar toda filosofía como práctica y
política, y de que defiende el derecho a hacer una filosofía puramente
teórica.

La teoría tiene por sí misma un derecho a no tener ambición política


alguna. A menos que en algunos lugares no le sea permitido
desarrollarse, para mí es un logro, y sería un empobrecimiento del
mundo de la política, de las ciencias y de las universidades, incluso de
la filosofía, si no hubiera gente que dice que se dedica a la teoría, a la
filosofía primera, a la ontología, la teoría del conocimiento, etc. Pero la
communio philosophorum sí debe contar con un buen número de
filósofos que se confrontan con lo que es propio de la comunidad, con
la política y con sus diferentes dimensiones, y que realizan esta filosofía
política de un modo tal que no resulte ser algo lejano, sino que por lo
menos algo de ese pensamiento, a través del folletín u otros medios,
llegue a los debates políticos e intenten, en la medida en que eso sea

UNIVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUN 2004


138 ALFONSO FLÓREZ FLÓREZ Y VICENTE DURÁN CASAS

posible, modificar la política. Pero, como Kant lo dice a propósito de


su interpretación del rey filósofo, los filósofos se ocupan de los
principios y no de la política concreta.

UTHVERSITAS PHILOSOPHICA 42 JUI42004

You might also like