interrupción del embarazo en cualquier época de la gestación antes de que el feto llegue a su término. Etimológicamente, aborto es una palabra compuesta que significa: “ab”(privar) y “orior” (levantarse, salir, aparecer, nacer). Así, el aborto también se puede definir como la interrupción del embarazo con la consecuencia de muerte del producto de la concepción sea éste viable o no. En líneas generales y usando un lenguaje común, podría decirse que el aborto es la muerte de un niño o niña en el vientre de su madre producida durante cualquier momento de la etapa que va desde la fecundación hasta el momento previo al nacimiento. El aborto puede ser de dos tipos: espontáneo o inducido. El espontáneo: se produce cuando existe una anormalidad en el feto, la placenta y aquél es expulsado por causas involuntarias, interrumpiéndose así el embarazo.
El aborto inducido o provocado: es resultante
en maniobras practicadas deliberadamente con la intención de interrumpir el embarazo. Puede ser legal o ilegal. Es legal si el embarazo es producto de violación, si la vida de la madre está en riesgo, sino, de otra forma se está incurriendo en un delito, y hay sanciones penales. Por otra parte el aborto inducido lo podemos clasificar en: Aborto terapéutico: Aquel que se llega a realizar para salvaguardar la vida de la madre, se escoge entre dos vidas del mismo valor, sacrificando la del niño, pero en la actualidad este motivo se ha reducido notablemente a causa del avance de la medicina.
El aborto eugenésico: Es aquel cuando se suprime el
embarazo con el fin de evitar la venida al mundo de una descendencia cargada con graves defectos físicos y psicológicos. Aquí entran las malformaciones, y síndromes así como retrasos mentales o tendencia a enfermedades mortales. Aborto por motivos sociales: Se plantea cuando la situación económica de la madre se ve agravada por el nacimiento de nuevos hijos. Se suelen añadir como argumentos el costo de la vida, falta de viviendas y oportunidades laborales, etc...
En Panamá el aborto es legislado por el Código
Penal, Capítulo III, Artículos 142 al 144. El tema del aborto, topa en muchas ocasiones partiendo de la moral y no de la ética.
El controversial tema del aborto hoy en día ha dejado
de ser una advertencia. El aborto no es algo que se haya comenzado a realizar en nuestros días, aunque sí ha incrementado con el tiempo y las legalizaciones alrededor del mundo. Esta práctica remonta hasta la Antigüedad, la Edad Media, y hoy en día, la Era moderna. Existen muchos métodos abortivos que varían según la semana de gestación. Sin embargo todos conllevan al mismo fin. El aborto es la interrupción del embarazo o la expulsión del feto cuando éste aún no es viable. Es cuestión ética y problema legal cuando, de forma voluntaria, se interrumpe un embarazo no deseado. Difícilmente se puede negar el carácter traumático del aborto y los riesgos que sobrelleva para la madre; pero tampoco se puede negar que son muchas las mujeres que prefieren el aborto a la continuidad del embarazo. Una decisión ética toma en cuenta todas sus implicaciones a corto, mediano y largo plazo. La ética no es un impulso inmediatista. El tomar la decisión de traer un niño o no al mundo, implica estar bien conscientes de un horizonte de al menos 40 años. De los cuales por lo menos 15 son de nuestra exclusiva responsabilidad en cuanto la sobrevivencia y al futuro feliz de esa criatura. Es necesario entonces, analizar aquellas interrupciones voluntarias de los embarazos, que nos presentan mayor dificultad ética, desde una perspectiva que considere adecuadamente el rol tendencial y debilitado del sujeto que elige. Una muerte directa es entonces aquella que está en la intención, es aquella intentada, buscada, querida, apetecida como fin o como medio para otro fin. Una muerte indirecta al contrario, es aquella que no está en nuestra intención Moralidad objetiva: La vida es el primer de los derechos de la persona por lo tanto si éste se viola es no respetar e ignorar una condición que es inherente al ser humano.
Responsabilidad personal: Se deben considerar
diversas variables en al actuar humano tales como el conocimiento, lucidez, advertencia, voluntariedad y libertad que son facilitadores de la decisión pero en antítesis encontramos la ignorancia invencible, el miedo, la coacción, etc.
Responsabilidad política: No es lo mismo valorar
éticamente el aborto que emitir un juicio sobre éste y su despenalización. Los que hacen una opción “pro vida”, entienden que el ser humano es un todo único, y que debe ser respetada su vida desde que empieza, con la concepción, hasta su finalización natural.
Los que admiten la posibilidad del aborto
defienden que el ejercicio de algunas de estas características es clave para reconocer la intangibilidad de esa vida o no. Para estas personas, el aborto en ocasiones será un mal, y en otras un bien. La valoración ética del aborto terapéutico está muy ligada a la valoración general sobre el aborto. Si se atribuye un valor de respeto a la vida desde la concepción, las razones que puedan darse explicarán los motivos por los que era más o menos difícil respetar esa vida, pero no justificarán el haber acabado con ella. El tratamiento legal que se le ha dado al aborto en las sociedades latinoamericanas no sólo lo convierte en un problema de justicia social, sino que limita un principio ético fundamental: la libertad individual. Para legislar sobre el aborto se debe tomar en cuenta la realidad y diversidad de problemas que enfrentan nuestras sociedades con respecto al aborto inducido y no aferrarse a posturas extremas. Sobre el aborto y la ética Benjamín Forcano, 25-Abril-2013 Revista La Jornada – 2007 www.psicologia