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INSTITUTO DE HISTORIA
UNIVERSIDAD CATOLICA DE VALPARAISO
ISBN 956-17-0335-1
Inscripción No 130.725
Derechos Reservados
HECHO EN CHILE
INDICE
PROLOGO
Pág. 9
AGRADECIMIENTOS
Pág. 11
CAPITULO PRIMERO
INTRODUCCION
Pág. 13
CAPITULO SEGUNDO
LA MONARQUIA PONTIFICIA Y SUS
FUNDAMENTOS DOCTRINALES
Pág. 49
CAPITULO TERCERO
LA TEOLOGIA POLITICA DE MARTIN LUTERO
Pág. 75
CAPITULO CUARTO
LA FORMACION Y LEGADO DE JUAN CALVINO
Pág. 199
CAPITULO QUINTO
CALVINO Y EL PODER CIVIL
Pág. 219
CAPITULO SEXTO
LA ECLESIOLOGIA REFORMADA.
MINISTERIO, PAPADO Y CONCILIO
Pág. 235
APENDICES
Pág. 253
INDICE DE AUTORES
Pág. 317
INDICE DE MATERIAS
Pág. 325
Prólogo / 9
PROLOGO
AGRADECIMIENTOS
Capítulo Primero
INTRODUCCION
1
Vs. G. F. W. HEGEL, Lecciones sobre la filosofía de la Historia Universal (Trad.
Madrid 1980). p. 42.
14 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
cas del discurso político de Occidente, sin la cual no habría sido posible, al
menos en algunas de sus expresiones fundamentales, la modernidad. Sin
embargo, a pesar de este significado importantísimo no contamos hasta el
presente con una historia que dé razón de las etapas de este discurso y su
importancia tanto para las doctrinas políticas como para la raíz cultural
misma de Occidente y la modernidad. Es por ello que estimamos que al
hablar de Occidente y modernidad derechamente estamos hablando de
pensamiento cristiano. Es tan extraordinariamente significativa la relación
entre religión y política en la época Moderna que el mismo Hobbes, mal
comprendido por muchos de sus intérpretes positivistas, dedica nada me-
nos que la mitad del Leviathan a esta relación2 . Incluso algunos autores
sostienen que el Leviathan es uno de los tratados de eclesiología más origi-
nales del Mundo Moderno3 . La interpretatio hobbesiana es una exposición
magistral en cuanto análisis de la relación entre Ley y Evangelio y su im-
pacto en la estructura del poder temporal. Otro tanto ocurre con Spinoza y
su Tratado Teológico – Político, al proponer el filósofo holandés como
paradigma político – jurídico la república hebrea4 . Los escritos de estos
filósofos son una prueba de cuanto se puede nutrir y perfeccionar el dis-
curso teológico a la luz del diálogo con la filosofía y otras disciplinas, sin
afectar por ello la esencia de su contenido histórico.
Ahora bien, como señalamos más arriba, una historia general del pensa-
miento político cristiano, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, aún
no ha sido escrita5 . Es por ello que al escoger como objeto de investiga-
ción el pensamiento político de los Padres de la Reforma Protestante nos
situamos históricamente en un punto que constituye un verdadero eje y
desde el cual se puede fijar un horizonte hermenéutico diacrónico que ilu-
mine la historia antigua y medieval de este pensamiento, según la impron-
ta católica, y que la proyecte hacia el futuro, la modernidad y
2
Vs. TH. HOBBES, Leviathan (Trad. Madrid 1983). Parte Tercera, de una república
cristiana; parte cuarta, del reino de las tinieblas.
3
Vs. J. COLLINS, Christian ecclesiology and the composition of Leviathan. A newly
discovered letter to Thomas Hobbes, en: The Historical Journal. vol. 43. 2000. pp. 217
- 231.
4
Vs. B. SPINOZA, Tratado Teológico Político (Trad. Madrid 1986).
5
Vs. O’DONOVAN, J. LOCKWOOD, O’DONOVAN (Eds.), From Irenaeus to Grotius.
A soucerbook in christian political thought 100 – 1625 (Cambridge1999).
Introducción / 15
6
Vs. E. NOLTE, Historische Existenz. Zwischen Anfang und Ende der Geschichte?
(München 1998).
16 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
7
J. DUNN, La agonía del pensamiento político occidental (Trad. Cambridge 1993).
Introducción / 17
8
K. JASPERS, Origen y meta de la historia (Trad. Madrid 1980).
9
Vs. D. SCHILLING, Teologías modernas, desde un punto de vista protestante, en: P.
EICHER (Ed.), Diccionario de conceptos teológicos (Trad. Barcelona 1990). vol. II.
pp. 581 –593: “De todo esto se distingue claramente un retorno, vinculado al pietismo y
puramente defensivo, a la confesión de la iglesia antigua y de la reforma (“movimiento
confesional”), que carece de conciencia para los problemas históricos que se amonto-
nan y que más bien nace de un resentimiento siendo, en cambio, víctima de la moderni-
dad (por ejemplo en el punto 7 de los numerados aquí) sin sospecharlos y en un grado
mayor del que querría reconocer”. p. 592.
10
F. VON HAYEK, Derecho, legislación, ley y libertad. El espejismo de la justicia
social. (Trad. Madrid 1976). vol II.
18 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
11
MATEO. 28. 19: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
12
G. W. F. HEGEL, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal (Trad. Madrid
1980).
13
G. W. F. HEGEL, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal (Trad. Madrid
1980). p. 131.
14
G. W. F. HEGEL, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal (Trad. Madrid
1980): “Por la religión cristiana ha llegado, pues, a la conciencia la idea absoluta de Dios, en
su verdad; en esta conciencia el hombre se encuentra igualmente recogido según su verda-
dera naturaleza, que está dada en la intuición determinada del hijo. El hombre, considerado
como finito por sí, es a la vez imagen de Dios y fuente de la infinitud en sí mismo; es fin de
sí mismo, tiene en sí mismo valor infinito y está determinado para la eternidad. Tiene, por
consiguiente, su patria en un mundo suprasensible, y una interioridad infinita, a la que llega
solamente mediante la ruptura con la existencia y el querer naturales y mediante su trabajo
para romper estos en sí, tal es la condición religiosa”. p. 561.
Introducción / 19
15
G. W. F. HEGEL, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal (Trad. Madrid
1980). p. 657.
20 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
16
Vs. E. MÜHLENBERG, Scriptura non est autentica sine authoritate ecclesiae.
Vorstellungen von der Enstehung des Kanons in der Kontroverse um das reformatorische
Schriftprinzip, en: Zeitschrift für Theologie und Kirche. Bd. 97. 2000. pp. 183 – 209.
17
Vs. K. BARTH, Der Römerbrief (1919), Dogmatik im Grundriss (1947), Einführung
in die evangelische Theologie (1962).
18
Vs. J. MOLTMANN, Theologie der Hoffnung (1964), Umkehr zur Zukunft (1970),
Der Weg Jesu Christi. Christologie in messianischen Dimensionen (1990).
Introducción / 21
19
Vs. P. BELLINI, Respublica sub deo. Il primato del sacro nella esperienza giuridica
della europa preumanista (Firenze 1981).
22 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
establecer, como de hecho ocurrió, una alianza con las fuerzas reacciona-
rias y antidemocráticas para restaurar el orden monárquico en Europa y el
resto del mundo20 . Otro tanto ocurrirá con las recién emancipadas colonias
hispanoamericanas, cuando la Iglesia demore el reconocimiento de la In-
dependencia21 . Finalmente, la ambigüedad de la Iglesia frente a la demo-
cracia contemporánea, especialmente en la primera mitad del siglo XX,
que lleva a Roma a establecer concordatos con régimenes autoritarios y
totalitarios: (Italia: 1929), (Alemania: 1933), (España: 1953), es un testi-
monio más de la autocracia papal en materias políticas y su recelo de la
democracia. De estos tres acuerdos, sin duda el celebrado entre Roma y la
Alemania nazi es uno de los capítulos de la historia de la Iglesia católica
más controvertidos22 . En efecto, como señala el historiador alemán K. O.
Freiherr von Aretin, la posición del clero alemán y de una parte de la jerar-
quía eclesiástica frente a Hitler fue de suspicacia; en el caso del Cardenal
Faulhaber, Arzobispo de München, en cambio, fue de connivencia con el
régimen nazi23 . Tanto Faulhaber como el episcopado bávaro jamás acepta-
ron la democracia de Weimar. Esta conducta no sólo tuvo un impacto en
Alemania sino también en Roma con el silencio de la Iglesia frente al ge-
nocidio del Holocausto nazi. Como se sabe, Roma se pronunció tardía-
mente y de un modo muy tibio, según los representantes de las comunida-
des judías, en el Pontificado de Juan Pablo II sobre este tema.
Ahora bien, no obstante la experiencia de la II Guerra Mundial, el Con-
cilio Vaticano II, la Declaración Universal de Derechos Humanos de la
ONU, el avance de la democracia, el diálogo ecuménico, el Papado sigue
dando muestras de autocracia. Un testimonio sobre este punto podríamos
encontrarlo en la recientemente promulgada Ley Fundamental del Estado
20
Vs. H. KISSINGER, Un mundo restaurado. La política del conservadurismo en una
época revolucionaria (Trad. México 1973).
21
Vs. M. REVUELTA, La Iglesia española ante la crisis del Antiguo Régimen (1803 –
1833), en: R. GARCIA – VILLOSLADA, Historia de la Iglesia en España (Madrid
1979). vol v. pp. 3 – 113.
22
Vs. J. CORNWELL, El Papa de Hitler. La verdadera historia de Pío XII (Trad. Bar-
celona 2000).
23
Vs. K. O. VON ARETIN, Kardinal Faulhaber: Kämpfer oder Mitläufer?, en: A. KUNZ,
M. VOGT (Hg.), Nation, Staat und Demokratie in Deutschland. Ausgewählte Beiträge
zum Zeitgeschichte (Mainz 1993). pp. 169 – 173.
Introducción / 23
Vaticano (2001). Consideremos sobre este punto algunos escritos del Car-
denal Ratzinger, el hombre más influyente de Roma después del Papa24 .
La crítica de Ratzinger al ecumenismo, la eclesiología protestante y la de-
mocracia moderna nos dejan ver la posición siempre ambigua de la Iglesia
frente a la democracia y el espíritu político del mundo moderno. En efecto,
si consideramos los escritos políticos – eclesiológicos de Ratzinger pode-
mos apreciar que hay un hilo conductor que nos retrotrae a la historia del
Cristianismo y de la Iglesia en los momentos más duros de la autocracia
romana. En su trabajo Ratzinger fija la atención en los siguientes puntos:
eclesiología, Vaticano II, primado pontificio, sínodo episcopal, diálogo
ecuménico, teología y política, democracia, la herencia cristiana de Euro-
pa, libertad y liberación. Se trata sin duda de una revisión histórico-teoló-
gico-filosófica de las más importantes corrientes religioso – políticas que
se han dado en la historia de la cultura occidental. No podemos analizar
aquí por razones de espacio la extensa argumentación ratzingeriana sobre
política y religión. Con todo, nos referiremos a dos tópicos: el Primado
pontificio y la democracia, pues ambos temas, nos parece, constituyen el
núcleo de la argumentación católica antimoderna. Ahora bien, ¿por qué
Papado y democracia? Se podrían formular distintas respuestas para esta
pregunta, pero resulta evidente que el Papado, como lo hemos señalado, es
el tema nuclear en el debate eclesiológico que separa a católicos y protes-
tantes desde el comienzo de la Reforma. Ratzinger empieza señalando que
el Concilio Vaticano II y la pérdida de la referencia histórica de la monar-
quía privaron a la discusión y defensa católica del Papado de un importan-
te argumento25 . El primer argumento de Ratzinger, que podríamos llamar
24
Vs. J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología
(Trad. Madrid 1987); Verdad, valores, poder. Piedras de toque de la sociedad pluralista
(Trad. Madrid 1995).
25
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987): “La cuestión del papado no es un tema popular en los años del posconcilio.
Hasta cierto punto se aceptaba como una evidencia cuando en el ámbito político le
correspondía la monarquía, pero, una vez que la idea monárquica ha desaparecido prác-
ticamente y ha sido sustituida por la idea democrática, nuestra comprensión de la doc-
trina del primado pontificio se ha visto privada de marco externo de referencia. No es
ciertamente casual el hecho de que en el Vaticano I dominara la cuestión del primado y
en el Vaticano II, en cambio, el concepto de colegialidad. Es preciso añadir en seguida
que el Vaticano II trata de perfilar la idea de colegialidad, surgida por ciertos impulsos
24 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
vitales del mundo contemporáneo, en el sentido de ver en ella contenida también la idea
del primado. Hoy, cuando hemos acumulado ya alguna experiencia de la colegialidad,
tanto de sus valores como de sus límites, debemos tomarla como punto de partida para
comprender mejor la convergencia de tradiciones aparentemente opuestas y para salva-
guardar así toda la riqueza de la realidad cristiana”. p. 35.
26
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987): “Esta es la orientación de la teología petrina del Nuevo Testamento: aquí
se encuentra su íntima necesidad. El “nosotros” de la Iglesia comienza con el nombre de
aquel que fue el primero en abrazar, nominalmente y como persona, la confesión de
Cristo:”Tú eres el Hijo de Dios vivo” (Mt. 16, 16). Resulta extraño que se considere de
ordinario como pasaje del primado el que se inicia en Mt. 16, 17; a los ojos de la Iglesia
antigua, en cambio, el versículo decisivo para la inteligencia del conjunto es el versícu-
lo 16: Pedro se convierte en piedra de la Iglesia en cuanto portador del credo, de su fe en
Dios, la cual es concretamente fe en Cristo como hijo y, por ello mismo, fe en el Padre
y fe trinitaria, que sólo el espíritu de Dios puede transmitir. En el sentido de la Iglesia
antigua, los versículos 17 – 19 son únicamente la explicación del versículo 16. Profesar
el credo nunca ha sido obra propia del hombre; y así, aquel que, en la obediencia de la
confesión, dice lo que por sí mismo no podría decir, puede también hacer y llegar a ser
lo que por sus propias fuerzas nunca podría hacer ni llegar a ser. En este sentido, no
tiene razón de ser la contraposición que aparece por primera vez en Agustín y que domi-
na el escenario teológico desde el siglo XVI; nos referimos a la disyuntiva: el funda-
mento de la Iglesia: ¿es Pedro como persona o, más bien, es la confesión de Pedro? Esta
es la respuesta: la confesión de fe puede únicamente darse como personalmente respon-
sable; de ahí que la confesión se halle siempre vinculada a la persona. y viceversa: el
fundamento no es persona considerada, por así decir, desde un punto de vista metafísico
– neutral, sino la persona como responsable de la confesión”. pp. 41-42.
Introducción / 25
27
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987): “Llegados a este punto, sale a nuestro encuentro una cuestión que, a partir
del siglo XVI, se ha hecho cada día más dramática: la pretensión que se funda en el
nombre de Pedro, ¿no desborda por completo la medida de un hombre? ¿puede justificar-
se esta valoración externa del principio de personalidad, tanto desde un punto antropológico
como desde la perspectiva fundamental de la Biblia? ¿no es más cierto que su calidad es
tal que sólo puede atribuirse a Cristo, y, en consecuencia, su aplicación a un vicario de
Cristo no sería otra cosa que una violación del solus Christus? Por esta razón, y sobre la
base de una visión de conjunto, ¿no se debería resolver la particular cuestión exegética en
el sentido de que una teología petrina, como la que acabamos de exponer, estaría en con-
tradicción con las afirmaciones centrales del Nuevo Testamento y debería considerarse
como desviación y caída? Es justo que la valoración de un hallazgo exegético particular
dependa de una perspectiva de conjunto y, en consecuencia, que la decisión a favor o en
contra no pueda tomarse únicamente sobre la base de una singular visión exegética. Por
una parte, como F. Mussner ha demostrado de manera convincente, hoy resulta dificil de
contradecir, partiendo de datos singulares, la consistencia de una teología y de un minis-
terio petrino destinados a perdurar; con tanta mayor eficacia, por otro lado, parece opo-
nerse la perspectiva general del Nuevo Testamento a la idea de un primado únicamente
pastoral, privado de rango jurídico, con lo cual quedaría tal primado fuera de considera-
ción en cuanto obejtivamente irrelevante”. pp.43-44.
28
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987): “En este sentido, el lugar auténtico del vicario de Cristo es la cruz; ser
vicario de Cristo significa mantenerse en la obediencia de la cruz y sera sí repraesentatio
Christi en el tiempo del mundo, presencia de su poder como poder respecto al poder del
mundo”. p. 50.
26 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
29
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987). p. 223.
30
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987): “Inmediatamente después de la guerra, el advenimiento de la democra-
cia fue saludado en nuestros países casi con un entusiasmo religioso, con el impulso
moral del discípulo ansioso de saber y que se encuentra finalmente la solución a su
problema de matemáticas. Hoy, sin embargo, el malestar es tanto mayor cuanto excesi-
vas fueron entonces las promesas de la democracia. Para ver la amplitud del problema
hay que colocar, junto a la duda de fe acerca de la constitución democrática del propio
país, la hipocresía que se ha venido apoderando de la opinión pública respecto a la
valoración de la política mundial”. pp. 223-224.
31
Vs. N. BOBBIO, El futuro de la democracia (Trad. México 1984).
32
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987): “¿Qué es lo que amenaza actualmente a la democracia? Yo encuentro
tres tendencias básicas que llevan, o podrían llevar, a la negación de la democracia: está
en primer lugar, la incapacidad de aceptar la imperfección de las cosas humanas. El
deseo de lo absoluto en la historia es enemigo del bien que se realiza en la historia
cotidiana. Manés Sperber habla de una fantasía provocada por el hastío de la realidad.
Este tedio causada por la realidad va en continuo aumento, y juntamente con él aumenta
un ansia de anarquía debida a la convicción de que debe existir en alguna parte algo
mejor”.pp. 225 – 226.
Introducción / 27
33
J. RATZINGER, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología (Trad.
Madrid 1987): “La fe cristiana rompió con la antigua idea de tolerancia, precisamente
porque no aceptaba instalarse en el panteón que constituía el espacio de la tolerancia
religiosa, en el intercambio y en el reconocimiento de otros dioses. Jurídicamente, esta
nueva fe no podía beneficiarse de la tolerancia porque rehusaba dejarse colocar en el
ámbito del derecho privado, en el que encontraba su sitio cualquier asociación religiosa
espontánea. Esta inserción en el derecho privado no le resultaba posible a la fe cristiana,
porque el derecho de los dioses tenía su lugar en el derecho público. El monoteísmo
Cristiano no podía replegarse al derecho privado, porque ello le habría anulado en cuan-
to monoteísmo convencido de su verdad. Tenía que pretender una validez jurídica pú-
blica, al menos en forma negativa; es decir, tenía que exigir el derecho a rechazar el
carácter religioso del derecho público vigente. En este sentido, el Cristianismo, desde
sus mismos comienzos, y a pesar de su escaso número de adeptos, planteó una preten-
sión jurídica de carácter público y se situó en un plano jurídico semejante al Estado. Por
tal razón, la figura del mártir se incrusta en la más íntima estructura del Cristianismo.
En esto consiste su grandeza, como contrapeso de todo totalitarismo estatal. Pero en
esto mismo puede hallarse el peligro de una inflación que conduzca a la teocracia. De
este punto depende el que la existencia de verdad en el Cristianismo pueda derivar hacia
la intolerancia política, lo que más de una vez ha sucedido”. p. 234.
28 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
34
Vs. M. WALZER, Tratado sobre la tolerancia (Trad. Barcelona 1998).
35
N. DE CUSA, La docta ignorancia (Trad. Buenos Aires 1981): “La quididad de las
cosas, por consiguiente, que es la verdad de los entes, es en su puridad inalcanzable, y
ha sido investigada por todos los filósofos, pero no ha sido hallada, en cuanto tal, por
ninguno. Y cuanto más profundamente doctos seamos en esta ignorancia, tanto más nos
acercaremos a la misma verdad”. p.31.
36
Vs. B. BENNASSAR, Inquisición española: poder político y control social (Trad.
Barcelona 1981); H. KAMEN, La inquisición española (Trad. Barcelona 1979).
30 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
Con los Papas Juan XXIII, Paulo VI y Juan Pablo II la Iglesia Católica
asume un compromiso sincero de aceptación de la democracia y los dere-
chos humanos, al punto de jugar un papel destacadísimo en la defensa de
estos principios en el período de los gobiernos autoritarios militares lati-
noamericanos37 . Pero siempre pesa la existencia de una estructura jerár-
quica autoritaria, que pretende imponer y recabar para sí la legitimidad de
todas sus decisiones.
37
Vs. E. YAÑEZ, La Iglesia y el gobierno militar . Itinerario de una dificil relación
(1973 – 1988) (Santiago 1989).
Introducción / 31
38
J. MOLTMANN, Politische Theologie – politische Ethik (Mainz 1984).
Fundamentaltheologischen Studien nº 9: “Für viele ältere deutsche war es ein Schock,
als sie 1945 sich selbst und die deutsche Situation ihrer Opfer, der Juden, der verfolgten,
der ermordeten erkannten. Deutschland im Spiegel von Ausschwitz und eine schweigende
Kirche in den Augen von Pastor Paul Schneider, der in Buchenwald erschlagen wurde,
in den Augen von Maximilian Kolbe, der sich in Ausschwitz opferte, sehen anders uns,
als sie sich selbst sehen und darstellen möchten”. p. 11.
32 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
39
Vs. H. R. SCHMIDT, Reichsstädte, Reich und Reformation.Korporative
Religionspolitik 1521-1529 / 30 (Wiesbaden 1986).
40
Vs. S. WEFERS, Das politische System Kaiser Sigismund (Stuttgart 1989); J. K.
HOENSCH, Kaiser Sigismund (Darmstadt 1997).
41
Vs. P. BLICKLE, Gemeindereformation. Die Menschen des 16. Jarhundert auf dem
Weg zum Heil (München 1987).
42
Vs. G. SCHMIDT, Der Städtetag in der Reichverfassung. Eine Untersuchung zur
korporativen Politik der freien und Reichstädte in der ersten Hälfte des 16. Jahrhunderts
Introducción / 33
(Stuttgart 1984); G. SCHMIDT (Hg.), Stände und Gesellschaft im alten Reich (Wiesbaden
1989).
43
Vs. J. SCHILDHAUSER, The Hansa. History and culture (Leipzig 1985); R. POSTEL,
The Hanseatic league and its decline (Central Connecticut Univesity 1996).
44
Vs. H. DREITZEL, Absolutismus und ständische Verfassung in Deutschland. Ein
Beitrag zu Kontinuität und Diskontinuität der politischen Theorie in der frühen Neuzeit
(Mainz 1992).
45
Vs. PAPA LEON XIII, Quod apostolici muneris (1888). Contra el socialismo, el co-
34 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
47
Vs. S. GOYARD- FABRE, Philosophie politique. XVI – XX siècles (Modernité et
Humanisme) (Paris 1987).
48
Vs. A. HAMILTON, Los humanistas y la Biblia, en: J. KRAYE (Ed.), Introducción al
humanismo renacentista (Trad. Cambridge 1998). pp. 137 – 157.
36 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
49
P. MANENT, An intellectual history of Liberalism (Princeton 1995). Chap.I. Europe
and the theologico – political problem: “The great political problem in europe was
therefore the following: the nonreligious, secular, lay world had to be organized under a
form that was neither city – state nor empire, a form less particular than the city – state
and less universal than the empire, or whose universality would be different from that of
the empire. We know that this political form was absolute or national monarchy. Before
trying to describe the spiritual and political changes that made its constitution possible,
i should like to say briefly why is was structurally superior to the city – state and the
empire when confronting the problem posed by the church’s claims”. p.7
50
J. RAWLS, Liberalismo político (Trad. México 1996): “Así pues, el origen histórico
del liberalismo político (y, más generalmente, del liberalismo) es la Reforma y sus se-
cuelas, con las largas controversias acerca de la tolerancia religiosa en los siglos XVI y
XVII”. p. 18.
51
M. KRIELE, Befreiung und politische Aufklärung. Plädoyer fur die Würde des
Menschen (Freiburg 1980).
Introducción / 37
Con este último proceso, la exigencia de la Reforma del siglo XVI, esto es,
la libertad de conciencia y el respeto a las minorías disentes, sin atender a
su condición religiosa o política, alcanza una solución institucional que
conforma uno de los logros más destacados del Estado constitucional de-
mocrático. Las controversias confesionales se resolverán desde ese mo-
mento según las normas jurídicas y no a través del conflicto cruento.
Ahora bien, considerada la Modernidad como un proceso cultural que
abarca el Humanismo, el Liberalismo y la Ilustración, podemos señalar
que la Reforma protestante genera y nutre la Modernidad tanto en su filo-
sofía como en sus instituciones, independientemente del secularismo. Este
último proceso también es una de las consecuencias de la Reforma, y cier-
tamente, según nuestra opinión, una consecuencia saludable que aleja a la
Religión de toda posible conducta clericalista o teocrática. El secularismo
en sí es parte de la libertad de Occidente cuyas raíces se extienden hasta
Grecia52 . Los Reformadores no hacen sino adaptarlas a las exigencias de
una hermenéutica nueva al servicio de la autonomía de la sociedad civil en
relación a la Iglesia institucional53 .
52
Vs. CH. ROCCO, Tragedia e ilustración. El pensamiento político ateniense y los
dilemas de la modernidad (Trad. Santiago de Chile 2000).
53
Vs. J. FIGL, Secularización, en P. Eicher (Ed.), Diccionario de conceptos teológicos
(Trad. Barcelona 1990). vol II. pp. 445-452.
38 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
54
J. A. COMENIO, Didactica magna (Trad. México 1988). cap. VII. pp. 24 – 26.
55
J. A. COMENIO, Didactica magna (Trad. México 1989). cap. VIII. Es preciso for-
mar a la juventud conjuntamente en las escuelas. pp. 27 - 29.
56
Vs. F. ONCINA, M. RAMOS (Eds.), J. G. FICHTE, Algunas lecciones sobre el des-
tino del sabio (Trad. Madrid 2002).
57
Vs. K. POPPER, La lección de este siglo (Trad. Buenos Aires 1998); R. KLIBANSKY,
El filósofo y la memoria del siglo (Trad. Barcelona 1999); J. HABERMAS, La conste-
lación posnacional. Ensayos políticos (Trad. Barcelona 2000).
Introducción / 39
58
Vs. H. KUNG, Proyecto de una ética mundial (Trad. Madrid 1992).
59
H. KUNG, Proyecto de una ética mundial (Trad. Madrid 1992).
60
H. KUNG, Proyecto de una ética mundial (Trad. Madrid 1992): “La consecuencia de
todo ello no es un cambio social que, de espaldas a la ciencia, se opone a la tecnología
y la democracia, sino un cambio que admite, en su dimensión relativa y social, estas
fuerzas en otro tiempo absolutizadas. Los valores específicos de la modernidad indus-
trial –dedicación (“industris”), racionalidad, orden, seriedad, puntualidad, clarividen-
cia, trabajo, eficiencia- no pueden ser suprimidos, sino reinsertados en la nueva conste-
lación y los nuevos valores de la posmodernidad, en sintonía con otros valores, como la
imaginación, sensibilidad, emotividad, calidez, ternura, humanidad. No se trata de
reprobaciones y condenas, sino de contrapesos, de proyectos, orientaciones y movi-
mientos alternativos”. p.37.
61
H. KUNG, Proyecto de una ética mundial (Trad. Madrid 1992). p. 158.
62
H. KUNG, Proyecto de una ética mundial (Trad. Madrid 1992): El programa: “las
grandes religiones son sistemas antiquísimos y actuales a la vez, supraindividuales,
internacionales y transculturales, que es preciso comprender para poder entender nues-
tro mundo. Esto sólo es posible mediante un tratamiento histórico global, un tratamien-
40 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
un camino que nos puede llevar a la concreción de los objetivos del pro-
yecto de paz global interconfesional propuesto por Küng. La respuesta
concreta a estos desafíos de la modernidad y de la postmodernidad están
planteados tanto en la teología formulada por el Protestantismo como en la
ética cuya antropología centrada en la subjetividad lo lleva a la conciencia
plena de la libertad, y por consiguiente, a su autonomía moral como perso-
na. Con esta propuesta se cumple el mandato de Cristo de predicar el Evan-
gelio universalmente que, desde siempre y por encima de las vicisitudes
históricas, constituye el mensaje genuino cristiano para la consecución de
la paz en el mundo. Este es el principio evangélico que debe inspirar toda
teoría política cristiana. Se trata sin duda de un mensaje nacido de la co-
munidad y para la comunidad, como ocurría en el período inicial de la
Iglesia, alejado de toda pretensión de poder propia de las jerarquías e ins-
tituciones humanas del reino temporal.
to de amplitud mundial que incluya un doble aspecto: análisis de las milenarias fuerzas
religiosas, todavía vigentes en la historia actual, con sus personalidades históricas y sus
movimientos sociales: una anámnesis y diagnosis histórico- sistemática; prospectivas
que, desde el análisis del presente, alumbren las posibles opciones de futuro tanto en el
ámbito espiritual e intelectual como en el socio – político: una terapia y prognosis prác-
tico – ecuménica. Con respecto al judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo, es preciso
mostrar que sólo conociendo todo el proceso anterior (“los paradigmas del pasado”),
podemos comprender la actual situación (“los retos del presente”) y pronosticar la ulte-
rior evolución (“las posibilidades de futuro”). p. 160.
63
HECHOS DE LOS APÓSTOLES: 9. 1-30: Vocación de Saulo; III. Misión de Bernabé
y Pablo. Concilio de Jerusalem, 13. 1 – 52; IV. Misiones de Pablo, 16, 17, 18, 19; V. Fin
de las misiones. El prisionero de Cristo, 19, 20, 21, 22, 23 24, 25, 26, 27, 28.
64
SAN PABLO, Epístola a los romanos; 1 Epístola a los corintios; 2 Epístola a los
corintios; Epístola a los gálatas; Epístola a los efesios; Epístola a los filipenses; Epís-
tola a los colosenses; 1 Epístola a los tesalonicenses; 2 Epístola a los tesalonicenses; 1
Epístola a Timoteo; 2 Epístola a Timoteo; Epístola a Tito; Epístola a Filemón; Epístola
a los hebreos.
Introducción / 41
65
Vs. J. QUILLET, Pablo, el pensamiento político de San Pablo, en: Ph. Raanaut, St.
Rials (Eds.), Diccionario Akal de filosofía política (Madrid 1999). pp. 583-586.
66
SAN PABLO, Epístola a los romanos. La salvación por la fe: “Pues no me avergüen-
zo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree: del
judío primeramente y también del griego. Porque en él se revela la justicia de Dios, de
fe en fe, como dice la Escritura: el justo vivirá por la fe”.
67
H. A. OBERMAN, Die Wirkung der Reformation (Wiesbaden 1987).
42 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
68
Vs. J. ELLIOT, Richelieu y Olivares (Trad. Barcelona 1984).
Introducción / 43
69
Vs. P. CARVAJAL, Teoría política y discurso político barroco. Sobre los orígenes del
liberalismo clásico: J. Althusius, J. Locke, B.Spinoza. Una interpretación, en: M.
HUESBE (Ed.), Arte y política del Barroco (Valparaíso 2000). pp. 75 – 81.
70
Vs. A. F. UTZ, H. B. STREITHOFEN, La concepción cristiana de la democracia
pluralista (Barcelona 1978).
Introducción / 45
71
Vs. R. DAHL, Poliarquía (Trad. Buenos Aires 1977)
72
Vs. C. J. FRIEDRICH, La democracia como forma de vida y como forma de gobierno
(Trad. Madrid 1966).
73
Vs. M. WALZER, Tratado sobre la tolerancia (Trad. Barcelona 1999).
46 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
74
Vs. J. BOWEN, Historia de la educación occidental. La civilización de Europa. Si-
glos VI a XVI (Trad. Barcelona 1979). vol. II. cap. XII. El humanismo cristiano. II.
Martin Lutero y la Reforma en Alemania. pp. 482- 514.
75
M. LUTERO, Carta a los regidores de Alemania, citado por: J. BOWEN, Historia de
la educación occidental. La civilización de Europa siglos VI a XVI (Trad. Barcelona
1979). vol. II. p. 491.
76
M . LUTERO, Carta a los regidores de Alemania, citado por: J. BOWEN, Historia de
la educación occidental. La civilización de Europa siglos VI a XVI (Trad. Barcelona
1979). vol. II. p. 491.
Introducción / 47
77
J. BOWEN, Historia de la educación occidental. La civilización de Europa siglos VI
a XVI (Trad. Barcelona 1979). vol. II: “Sin embargo, leyendo la prédica con detenimiento
descubrimos en el fondo una argumentación consistente y hábilmente construida: todo
depende primariamente de un presupuesto de equidad y continuidad civil mantenido
por la autoridad de las leyes; y esto, a su vez, sólo puede prevalecer si las personas han
sido educadas hasta llegar a un nivel suficiente de inteligencia. Ello exige un programa
de educación pública de mayores vuelos que el hasta ahora existente, no sólo para sumi-
nistrar a la sociedad un número adecuado de personas instruidas, sino también para
despertar en el público una conciencia más amplia y un mayor aprecio de las ventajas de
una sociedad bien ordenada y gobernada”. p. 499.
48 / Marco Huesbe Llanos / Patricio Carvajal A.
78
Vs. A. PADGEN (Ed.), The languages of political theory in early – modern Europe
(Cambridge 1987).
79
M. HEIDEGGER, Conceptos fundamentales (Trad. Madrid 1994).
80
U. ECO, Interpretación y sobreinterpretación (Trad. Cambridge 1997).