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Las Bulas Alejandrinas

Las bulas nacen de un interés imperialista y económico. Isabel y Fernando querían


tomar posesión del Nuevo Mundo como extensión de su reino en ultramar y para
explotar las potenciales riquezas del mismo. Europa, después de la peste y guerras
interminables, estaba diezmada, empobrecida y hambrienta. España no escapaba
a este descalabro, de manera que no podemos criticar del todo esta ambición de
los reyes católicos. Viéndolo bien, parece legítima. Como también que en los otros
países europeos, en las mismas condiciones, se despertaran ambiciones
semejantes, claro, con la desventaja de que España picó adelante e hizo valer su
derecho de mecenas y pionera del descubrimiento.

Otro aspecto es que los reyes de España, para lograr esas bulas, se valieron del
tráfico de influencias por relaciones personales y favores mutuos entre ellos y el
papa compatriota y amigo. Como también de juegos políticos. En un principio, la
preocupación espiritual no aparecía y, sin embargo –hay que resaltarlo– el plan de
Dios, a pesar de todo, se realizó, porque su representante legítimo Alejandro VI, con
todo lo indigno que era en lo personal, como Sumo Pontífice tenía la inspiración del
Espíritu Santo. Al conceder las bulas impuso la obligatoriedad de la evangelización.
Por eso, se ratificó aquello de que Dios escribe derecho con renglones torcidos.

Finalmente, la rivalidad entre los monarcas españoles y portugueses, quedó


dirimida –al menos por un tiempo– por el Tratado de Tordesillas firmado por ambas
partes el 7 de junio de 1494.

Quienes contabilizan cinco bulas señalan las siguientes:


I - Inter Coetera, llamada de Donación, está fechada el 3 de mayo de 1493. Por
medio de ella, el Papa concede a los Reyes de Castilla las tierras descubiertas y
por descubrir, hacia la India, que no pertenecieren a algún príncipe cristiano.
II - Inter Coetera, datada el 4 de mayo de 1493, es conocida como Bula de Partición.
Se le llama así porque divide el océano en dos partes, mediante una línea de polo
a polo trazada a 100 leguas al oeste de las islas Azores y Cabo Verde; las tierras al
occidente de esa frontera serán para Castilla y las del oriente portuguesas.
III - Piis Fidelium, expedida el 25 de junio de 1493, es considerada bula menor y
está dirigida a fray Bernardo Boyl, y por ella se le dan facilidades para ejercer su
labor misionera.
IV - Eximiae Devotionis, datada el 3 de mayo y también bula menor, otorga a los
reyes católicos en sus territorios los mismos privilegios que a los reyes de Portugal
en los suyos.
V - Dudum Siquidem, bula menor, del 26 de septiembre de 1493, es conocida
como Ampliación de la Donación, porque amplía la concesión de la primera, Inter
Coetera, y señala que serán para los castellanos las tierras que hubiera hacia la
India.

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