Neurociencias y Educación

Tema 5: Ontogenia del sistema nervioso

Todo nuestro sistema se origina dentro del cuerpo de nuestras madres, más específicamente en el útero.
Se podría decir que al momento de nacer hemos pasado por 8 etapas: La formación del huevo o cigoto,
mórula, blástula, gástrula, néurula, el desarrollo de tubo neural con 5 vesículas, migración de
neuroblastos, y la formación de nuestro sistema como tal, por diferenciación, contactos sinápticos y
mielinización, etapa que seguirá en desarrollo durante muchos años más, si hablamos del desarrollo
cerebral per se, diferentes autores mencionan que el desarrollo se completa entre la 2da y 3ra década de
nuestras vidas.

Es importante el correcto cuidado de la madre no solo desde el lado nutricional ya que, también impactara
el ambiente donde se desarrolle el feto, los factores ambientales son tan importantes como la genética,
una buena alimentación, suplementación, clima familiar, estado emocional personal e interpersonal, así
como la adecuada atención médica, serán factores claves para el óptimo desarrollo del nuevo ser
humano. Luego de la etapa prenatal, la situación no cambia, si bien ya tenemos al ser humano
desarrollado y sano en nuestras manos, cuidar los factores antes mencionados seguirán siendo de alto
valor pasa su evolución, así como la exploración de la naturaleza de nuestro progenitor en los meses
siguientes, harán que aprendan habilidades necesarias para los posteriores años, una retroalimentación
en alto grado.

Etapas del desarrollo embrionario

El sistema nervioso comienza su desarrollo a partir de la tercera semana de gestación y como si fuese
poco el ser en desarrollo ya se encuentra influenciado por factores genéticos y desde luego, ambientales.

Huevo o cigoto

Aquella célula base de la vida, la cual se transformara en un individuo o dos en caso de gemelos (o más,
en casos extraordinarios) se da por la unión del ovulo y el espermatozoide en la fecundación. En el inicio
el ovulo tendrá dos núcleos ya que sumamos el del espermatozoide los cuales se fusionaran entre 1 a 16
horas dando como resultado el número total de cromosomas característicos de la especie humana que
son 46 cromosomas.

En la formación del cigoto, el espermatozoide solo aporta su núcleo y sus 23 cromosomas, es el ovulo
que aportara todo el sistema para la mantención del nuevo ser en sus primeros días de vida
(mitocondrias, a. de Golgi, organelas…).
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Mórula

En esta fase luego de 24 horas aprox. el cigoto (que contaba con una sola célula en su interior)
comenzara a dividirse en 2 células, luego a 4, y a 8 y así sucesivamente hasta llegar a 64 células. Esto
no quiere decir que el “huevo” aumentara de tamaño, ya que la zona pelucida se torna rígida luego del
paso del primer espermatozoide al interior del ovulo. En esta fase todas las células son “totipotenciales”;
es decir, que todas tienen la capacidad de dar origen a cualquier tejido, órgano, etc.

Fase de mórula, la célula interna comienza

su división hasta llegar a las 64 células.

Blástula

Luego de 24 horas después de la mórula, esta comienza a ahuecarse en el centro, dado a que el número
de células no permite la correcta oxigenación de la célula. Esta cavidad central dará como resultado: la
cavidad torácica, abdominal y craneana), la acción de ahuecamiento marca el fin de la mórula y el inicio
de la blástula. La zona pelucida ya no existe, permitiendo el desarrollo del ser.

Blástula, ahuecamiento de la célula

para su oxigenación.

En la fase de la blástula el nuevo organismo abandona la trompa de Falopio e ingresa a la cavidad uterina
para que comience su anidación. Este proceso es vital para el nuevo organismo ya que el oxígeno y lo
nutrientes que existían en el ovulo son muy escasos, llegar a la cavidad uterina significa su supervivencia
(oxígeno y nutrientes para su desarrollo)

Gástrula

Hacia la tercera semana de desarrollo tiene lugar la gastrulación, proceso mediante el cual se establecen
las tres capas germinativas que darán origen a todos los tejidos y órganos del embrión: ectodermo,
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mesodermo y endodermo. El ectodermo dará paso al sistema nervioso central y periférico. Del
mesodermo se originarán los huesos del esqueleto, los músculos y el tejido conjuntivo. Finalmente, el
endodermo, la capa más interna, da lugar al intestino, los pulmones y el hígado. Durante el periodo
trilaminar se inicia el desarrollo del sistema nervioso central (SNC) como una placa alargada del
ectodermo engrosado, por delante del nódulo primitivo, conocida como placa neural.

La blástula se pliega sobre si misma

formando tres pliegues, resultando la
gástrula

Néurula
a) b)
Poco después de formarse la
placa neural, sus bordes Ectodermo
laterales se elevan para Mesodermo
constituirlos pliegues neurales
hasta quedar fusionados por Endodermo

completo y dar origen así al Placa neural

tubo neural m mediante un

proceso identificado como
neurulación. La fusión del tubo
neural comienza en la región Placa neural
cervical y se sigue hacia la
Surco neural
región cefálica y caudal. Hasta
que la fusión no se completa,
los extremos cefálico y caudal
del tubo neural se comunican
con la cavidad am niótica a Cresta neural
través del neuroporo anterior
—craneal— y posterior—
caudal—

Además de formarse el tubo Tubo neural

neural, durante la fase de
néurula todos los futuros
órganos ya tienen territorio definido en donde se acumularan las células que darán futuro a los diferentes
componentes de nuestro cuerpo. a) Micrografías electrónicas de barrido de secciones transversales a
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través del ectodermo dorsal del embrión de pollo que demuestra los estadios de formación del tubo neural
b) representación esquemática del tubo neural.

Desarrollo embrionario del encéfalo

Durante el desarrollo embrionario, la porción rostral del tubo neural sufre una diferenciación y crecimiento
masivo para formar el encéfalo. Alrededor de la quinta semana, pueden identificarse tres vesículas
primarias: proséncefalo (encéfalo anterior), mesencéfalo (encéfalo medio) y rombencéfalo (encéfalo
posterior). El eje longitudinal del SNC en desarrollo (neuroeje) no permanece recto, sino que se dobla por
flexura mesencefálica o cefálica, que aparece en la unión del mesencéfalo con el prosencéfalo, y una
flexura cervical entre el encéfalo y medula espinal, hacia la séptima semana la diferenciación ulterior
muestra cinco vesículas encefálicas secundarias producidas por las división del prosencéfalo en
telencéfalo y diencéfalo, y la división del rombencéfalo en metencéfalo y mielencéfalo, la unión de los dos
últimos está marcada por la incurvacion adicional del neuroeje, denominada "flexura pontina".

El cerebro proviene de la vesícula denominada telencéfalo.

Desarrollo inicial del encéfalo que muestra (A)

las vesículas encefálicas primarias a las 4-5
semanas y (B) las vesículas encefálicas
secundarias a las 7-8 semanas
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Derivados de las vesículas encefálicas

Nervios craneales de un embrión de 6 semanas.

Corteza

Una vez que los neuroblastos aparecen, estos inician un proceso de migración que los lleva desde su
lugar de origen hacia zonas donde deben llegar. En la imagen se observa la producción de neuroblastos
(rojo) en una región del cerebro y su posterior migración hasta alcanzar la glía radial (color naranja) para
su posicionamiento final.
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Para realizar este recorrido, las
neuronas son ayudadas por dos
mecanismos: un conjunto de
hormonas que los atrae o los
repele y la glía radial que
previamente ha aparecido y
crecido como largas columnas.
Es así que los neuroblastos se
desplazan desde los ventrículos
hacía, los diferentes lugares del
encéfalo.

Producción de neuroblastos (rojo) en una región del cerebro y su posterior

migración hasta alcanzar la glía radial (color naranja) para su posicionamiento
final.

Hemisferios cerebrales

En el telencéfalo, la actividad mitótica se

produce en la zona ventricular, justo fuera
del ventrículo lateral. Las células hijas
migran a la superficie externa del
hemisferio en expansión y forman la
corteza cerebral.

La expansión de los hemisferios cerebrales

no es uniforme. Una región en la superficie
lateral, la ínsula (del latín, «isla»), está
relativamente inactiva y forma un eje
alrededor del cual rota el hemisferio en
expansión. A las 14 semanas de gestación,
pueden identificarse los lóbulos frontal,
parietal, occipital y temporal.
Encéfalo de un feto de 14 semanas de gestación. La flecha indica el
crecimiento en forma de "C" del hemisferio alrededor de la ínsula,
F, P, O y T: lóbulos frontal, parietal, occipital y temporal,
respectivamente.
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En la superficie medial del hemisferio, una parte de la corteza cerebral, el hipocampo, pertenece a un
quinto lóbulo del cerebro, el lóbulo límbico. El hipocampo es arrastrado hacia el interior del lóbulo
temporal, dejando tras de sí una banda de fibras denominada fórnix. Dentro de la concavidad de este
arco se encuentra la fisura coroidea, a través de la cual se invagina el plexo coroideo en el interior del
ventrículo lateral. La comisura anterior se desarrolla como una conexión que une las regiones olfatorias
de los lados izquierdo y derecho.

Desarrollo del hemisferio cerebral izquierdo, visión de la cara medial. El

hipocampo, inicialmente dorsal al tálamo, migra hacia el interior del lóbulo
temporal (flechas en A y B) y en su recorrido abandona el fórnix. La
concavidad del arco formado de esta manera contiene la fisura coroidea
(línea de la inserción del plexo coroideo en el ventrículo) y la cola del núcleo
caudado.

Por encima hay una comisura mucho más grande, el cuerpo calloso, que vincula las áreas de la corteza
cerebral de ambos lados. Se extiende en dirección dorsal por encima del fórnix. Las secciones coronales
del telencéfalo muestran una masa de sustancia gris en la base de cada hemisferio que constituye el
precursor del cuerpo estriado. Al lado del tercer ventrículo, el diencéfalo da lugar al tálamo y el
hipotálamo.
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Desarrollo del cerebro, secciones

coronales. En A, el cuerpo estriado está
atravesado por fibras que se proyectan
desde el tálamo hacia la corteza cerebral
y desde la corteza cerebral hacia la
medula espinal. En B, el cuerpo estriado
se ha dividido para formar los núcleos
caudado y lentiforme (la fusión persiste
en el extremo anterior, que no se
muestra aquí).

Los hemisferios cerebrales en expansión entran en contacto con el diencéfalo, y se fusionan con él (v.
«zona de fusión», en A). Una consecuencia es que, a partir de este momento, el término «tronco del
encéfalo» quedará limitado a las restantes partes libres: mesencéfalo, puente y médula oblongada. Una
segunda consecuencia es que la corteza cerebral es capaz de proyectar fibras directamente al tronco del
encéfalo. Conjuntamente con las fibras que se proyectan desde el tálamo hasta la corteza, dividen el
cuerpo estriado en los núcleos caudado y lentiforme (en B).

En la semana 28 del desarrollo aparecen varios

surcos (fisuras) en la superficie del cerebro, sobre
todo los surcos lateral, central y calcarino.

Los tres surcos principales en un feto de 28 semanas, (A) Cara

lateral del hemisferio izquierdo; (B) cara medial.
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A los nueve meses de vida el cerebro ya presenta surcos y cisuras y posee alrededor de 100 billones de
neuronas, y su peso oscila entre los 350 a 400 gramos.

Anomalías del desarrollo

Los trastornos del desarrollo interrumpen el crecimiento normal y la organización estructural de la medula
espinal y el encéfalo. Dado que el sistema nervioso deriva del ectodermo embrionario, estas anomalías
del desarrollo también implican a las cubiertas del sistema nervioso (piel y hueso)

En la anencefalia, el encéfalo y el cráneo son muy pequeños y el lactante normalmente no sobrevive. En

la espina bífida, la porción de la medula espinal y las raíces nerviosas más inferiores están
subdesarrolladas y pueden encontrarse sin cubierta cutánea o de la columna vertebral en el dorso del
lactante (mielomeningocele). Estos lactantes terminan con los miembros inferiores paralizados y con
pérdida de sensibilidad, atrofiados, junto con incontinencia fecal y urinaria
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Fuentes:

Arquitectura del cerebro humano. Brainbox. Cerebrum Lima.

Viaje al Universo Neuronal.

Neuroanatomía.

Neuroanatomía clínica

Cerebro y aprendizaje. Jensen.