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Introducción

1. Antecedentes
Los antecedentes jurídicos del Matrimonio de adolescentes datan de Roma, en donde en
un inicio, la pubertad se fijó en doce años para las hijas, a diferencia de los hijos a quienes
se les reconocía como púberos en la edad en que el padre de familia, al examinar su
cuerpo, encontraba señales de pubertad.

Más tarde, las dos escuelas más importantes de derecho en Roma formularon teorías; los
Sabinianos se inclinaron por un procedimiento tendente a comprobar las condiciones de
aptitud para procrear de los púberes, mientras que los Proculeyanos señalaron que era
preferible la adopción de una norma común y semejante a la adoptada para determina la
aptitud de contratar. No obstante, Justiniano legalizó esta última.

Más adelante, el Concilio de Trento siguió la tesis de los Proculeyanos y establecieron la


edad que permitía reconocer a cada sujeto la aptitud para casarse, fijándola en 14 años
para los varones y en 12 para las mujeres, estuvo se mantuvo hasta la reforma de 1917 en
que se elevó de 16 años para los varones y 14 para las mujeres.

2. Concepto
En la actualidad, nuestro Código Civil, en su artículo 234, conceptualiza al matrimonio
como la unión voluntariamente concertada por un varón y una mujer legalmente aptos
para ella y formalizada con sujeción a las disposiciones del Código, a fin de hacer vida
común.

Nuestro Código Civil vigente, permite que de una manera excepcional, puedan contraer
matrimonio quienes no hayan alcanzado la mayoría de edad, es decir, quien se encuentran
privados de la capacidad de ejercicio.

El matrimonio, resulta un paso importantísimo y decisivo para muchas personas, y aún


más en el caso de menores de edad, pues estos, están bajo el cuidado de sus padres o
personas a quienes les importa su situación de contrayentes, por ello, la ley establece
como requisito principal para el matrimonio de menores de edad, el consentimiento de los
padres.

3. Legitimación
El proceso no contencioso de autorización de dispensa de impedimento de los
adolescentes para contraer matrimonio puede ser promovido por los propios
contrayentes (siendo adolescente uno de ellos o ambos), debidamente representados y
siempre que se den estas condiciones:
 Que el o los adolescentes que quiera contraer matrimonio tengan, como mínimo,
dieciséis años cumplidos y manifiesten expresamente su voluntad de casarse.
 Que existan motivos justificados (como es el caso de embarazo) para dispensar del
impedimento matrimonial del o de los adolescentes que quieran casarse.
 Que, si se trata de adolescentes sujetos a patria potestad o tutela, exista el
respectivo asentimiento del padre o madre o del abuelo o abuela, según las reglas
contempladas en el Código Civil.

4. Impedimentos
Los impedimentos para contraer matrimonio se clasifican en tres: Absolutos, Relativos y
Especiales. Dentro de los Impedimentos Absolutos encontramos que, se encuentran
impedidos de contraer matrimonio los Adolescentes. No obstante, el juez puede dispensar
este impedimento por motivos justificados, esto siempre y cuando los contrayentes
tengan, como mínimo, dieciséis años cumplidos y manifiesten expresamente su voluntad
de contraer matrimonio.

El antecedente de esto se encuentra en el Código Civil de 1936, que en su artículo 82


inciso 1, prohibía el matrimonio de los varones menores de edad y las mujeres menores de
dieciocho años cumplidos; pero el juez podía dispensar por motivos graves el requisito de
edad siempre que el varón haya cumplido dieciocho años y la mujer dieciséis.

La pubertad es la edad en que ocurren una serie de cambios físicos importantes, los que
casi en su totalidad están orientados a habilitar a la persona para relacionarse
sexualmente con otros y procrear.

Este impedimento resulta dependiente de la falta de madurez fisiológica y psíquica que se


resuelve en una correspondiente incapacidad de derecho; sin embargo, es transitorio, ya
que al pasar el tiempo desaparecerá.

Dentro de los Impedimentos Especiales, encontramos que se encuentra impedido de


contraer matrimonio el tutor con el menor. Esto durante el ejercicio del cargo, ni antes de
que estén judicialmente aprobadas las cuentas de la administración, salvo que el padre o
la madre de la persona sujeta a tutela hubiese autorizado el matrimonio por testamento o
escritura pública. El tutor que infrinja la prohibición perderá la retribución a que tenga
derecho, sin perjuicio de la responsabilidad derivada del desempeño del cargo.

5. Asentimiento
El asentimiento es aquel consentimiento o permiso para que se realice una cosa.

 A falta o por incapacidad absoluta o por destitución de uno de los padres del
ejercicio de la patria potestad, basta el asentimiento del otro.

 A falta de ambos padres, o si los dos fueran absolutamente incapaces o hubieran


sido destituidos del ejercicio de la patria potestad, prestarán asentimiento los
abuelos y las abuelas. En igualdad de votos contrarios, la discordancia equivale al
asentimiento.
 A falta de abuelos y abuelas o si son absolutamente incapaces o han sido
removidos de la tutela, corresponde al juez de menores otorgar o negar la licencia
supletoria. La misma atribución corresponde al juez de menores, respecto de
expósitos o de menores abandonados o que se encuentren bajo jurisdicción
especial.

a. Asentimiento en el caso de hijos extramatrimoniales


En este caso, el asentimiento correspondería al progenitor que lo reconoció o a los
abuelos paternos o maternos dependiendo de quién hizo el reconocimiento.

En el Código Civil de 1936, que diferenciaba entre hijos legítimos e ilegítimos,


señalaba en su artículo 95° que los hijos ilegítimos no estaban obligados a acreditar
el consentimiento que correspondía a la línea paterna cuando el padre no los
hubiera reconocido voluntariamente. Además, el consentimiento debía constar por
instrumento público y podía ser revocado hasta el momento de la celebración del
matrimonio, esto es su artículo 92.

6. Negativa de Asentimiento
Nuestro Código Civil vigente, en su artículo 245, indica que la negativa de los padres o
ascendiente a otorgar el asentimiento no requiere fundamentación por parte de estos.

Se adopta esta posición en razón que por ser los padres los principales interesados en la
felicidad de sus hijos, su negativa podría estar fundada en una convicción moral, y no en
una condición jurídica.

7. Disentimiento
En cuanto al disentimiento de los padres, existen dos teorías:
a. Quienes creen que se debe favorecer el matrimonio del menor, por lo que en caso
de disenso debe prevalecer la opinión afirmativa y considerarse que se ha dado el
asentimiento exigido por la ley.

b. Quienes creen que por ser el matrimonio un hecho trascendente, lo es demasiado


para que lo contraiga un menor contraviniendo la opinión de uno de sus padres,
por lo que el disenso debe equivaler a la negativa.

Nuestra legislación adoptó la primera teoría, pues se señala que la discrepancia por parte
de los padres equivaldría un asentimiento.
En el caso en que faltase alguno de los progenitores, o este adolezca de incapacidad
absoluta o haya sido destituido del ejercicio de la patria potestad, se requiere solamente
el consentimiento del otro.
8. Bibliografía
- Código Civil Peruano vigente, Jurista Editores E.I.R.L.
- CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho familiar peruano. Tomo 11. Sexta edición. Librería
Studium. Lima, 1987.
- Instituciones del Derecho Civil Peruano
- Código Civil Comentado por los 100 Mejores especialistas. Tomo II. Gaceta Jurídica.

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