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En aquel tiempo, los judíos murmuraban contra Jesús, porque había dicho: “Yo soy el
pan vivo que ha bajado del cielo”, y decían: “¿No es éste, Jesús, el hijo de José? ¿Acaso no
conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo nos dice ahora que ha bajado del cielo?.
Jesús les respondió: “No murmuren. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me
ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán
discípulos de Dios. T odo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es
que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ése sí ha visto al
Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus
padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Este es el pan que ha
bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera: yo soy el pan vivo que ha bajado del
cielo, el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne
para que el mundo tenga vida”.
Palabra del Señor.
MENSAJE: ¿Por qué murmuraron los judíos cuando Jesús les dijo: “Yo soy el pan que ha
bajado del cielo? “ Para ellos el pan del cielo era indudablemente la comida donada por Dios,
pero temporal, como había sucedido con el maná. En cambio, Jesús hablaba de sí mismo.
Otro motivo de error: según los judíos no venía del cielo sino de Nazaret, y su padre y su
madre eran conocidos. Jesús los desengaña. Les muestra que si no creen en El, es porque
no se dejan atraer por el Padre, pues las Escrituras dice que todos son enseñados por Dios.
Si no creen es porque no se dejan enseñar.
La vida que recibimos ahora, después del pecado, proviene del sacrificio de la vida
terrestre y corpórea de Cristo, que se transformó en vida inmortal de resucitado glorioso. Y
necesitamos recibir el contacto pleno e integra con El, sin menospreciar las virtudes de su
cuerpo y alma, la vida nueva gloriosa. Aceptación integral de Jesucristo.
MÁXIMA: YO SOY EL PAN VIVO QUE HA BAJADO DEL CIELO, DICE EL SEÑOR; EL
QUE COMA DE ESTE PAN VIVIRÁ PARA SIEMPRE.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Juan: Jn 6,55. 60-69
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre
l oír sus palabras, muchos discípulos de Jesús dijeron: “Este modo
es verdadera bebida”. A
de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?
Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: “¿Esto los
escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu
es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu
y vida y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen”. (En efecto, Jesús sabía desde el
principio quienes no creían y quien lo habría de traicionar). Después añadió: “Por eso les he
dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede”.
Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían
andar con Él. Entonces Jesús les dijo a los doce: “¿También ustedes quieren dejarme?”
Simón Pedro le respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y
nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”. Palabra del Señor.
MENSAJE: Después del discurso del pan de vida la incredulidad de los judíos se extiende
incluso al grupo de los discípulos escandalizados por unas palabras muy fuertes, que
trastornan todas las concepciones tradicionales. Los Doce expresan, por su parte, su fe en
Jesús. La fe es ante todo un don del Padre. Queda sellada la alianza entre Cristo y el grupo
de los Doce. Pedro y los apóstoles se comprometen a seguir a Cristo. Cristo es nuestro único
punto de apoyo en la fe, porque tiene palabras de vida eterna.
MÁXIMA: TUS PALABRAS, SEÑOR, SON ESPÍRITU Y VIDA, TÚ TIENES PALABRAS DE
VIDA ETERNA.
COMPROMISO: Hoy haré una oración por los demás y por la presencia del amor en el
mundo.
MENSAJE: El principio sobre lo puro y lo impuro del Antiguo Testamento se basa en una
esfera material, en el contacto físico con animales o cosas que se juzgan en sí impuras o
puras. Pero esta impureza producía un apartamiento del Señor; y la purificación, un
acercamiento o santificación. Los profetas atacan este principio declarando auténtica pureza
o impureza interna, la del corazón o voluntad. Jesús se declara contrario al principio del
Antiguo Testamento: tolera que los discípulos lo quebranten y él mismo lo quebranta.
Propone un nuevo principio de pureza, la limpieza del corazón, la rectitud de voluntad son el
único principio de purificación o acercamiento al Padre y no las leyes pensadas e impuestas
por los hombres.
COMPROMISO: Durante mi oración de hoy pediré al Señor que me haga crecer en su amor
y me impulse a servirlo en mi prójimo.
MENSAJE: El gran mandamiento, el mandamiento nuevo: “Amaos los unos a los otros como
Dios os ha amado”. El gozo de Jesús consiste en ser amado por el Padre y en corresponder
a ese amor, cumpliendo su voluntad. Jesús vino a revelarnos ante todo el amor del Padre. Y
ahora, al declararnos su propio amor nos dice que el amor que El nos tiene, es como el amor
que el Padre le tiene a El.
El fundamento del amor mutuo es el amor recibido de Jesús. Toda la obra de Jesús
sobre la tierra fue un servicio de amor a los suyos. Así también los discípulos deben
prestarse unos a otros el mismo servicio. Jesús exige de los suyos la más elocuente
demostración de amor que se pueda dar a un amigo, es decir, la entrega de la propia vida. El
estar dispuestos a dar la vida por los hermanos representa el aspecto característico de su
amor.
COMPROMISO: Hoy dedicaré un momento a reflexionar para examinar mi día ante Dios.
MENSAJE: El verdadero discípulo de Cristo es el que está inspirado por el Espíritu del
Señor, incluso sin saberlo. El que obra con caridad pertenece ya a Cristo. El que hace mal a
Cristo en la persona de los que creen en Él, no puede ser su discípulo. El verdadero
discípulo es el que destierra de su propia vida toda causa de pecado. Para acceder al Reino
de Dios se ha de practicar la hospitalidad, evitar el escándalo de los pequeños o de los
ignorantes, se ha de ser riguroso consigo mismo en la vida moral.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Marcos: Mc 10, 2-16
En aquél tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a
prueba: “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?” Él les respondió: “¿Qué les
prescribió Moisés?”. E llos contestaron: “Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega
de un acta de divorcio a la esposa”. Jesús les dijo: “Moisés prescribió esto, debido a la
dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y
mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los
dos una sola cosa. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Por eso lo que Dios
unió, que no lo separe el hombre”.
Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: “Si
uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella
se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”. Después de esto, la gente le
llevó a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos trataban de impedirlo. Al ver
aquello, Jesús se disgustó y les dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo
impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les aseguro que el que no
reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”.
Después tomó en brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles las manos.
Palabra del Señor.
MÁXIMA: SI NOS AMAMOS LOS UNOS A LOS OTROS, DIOS PERMANECE EN
NOSOSTROS.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Marcos: Mc 10, 17-30
En aquél tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se
arrodilló ante él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida
eterna?”. Jesús le contestó: “¿por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solo Dios. Ya
sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás
falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre”.
Entonces él le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo
miró con amor y le dijo: “Sólo una cosa te falta: ve y vende lo que tienes, da el dinero a los
pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”. P ero al oír estas
palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: “!Qué difícil les va a ser
a los ricos entrar en el Reino de Dios!”. Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas
palabras; pero Jesús insistió: “Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas,
entrar en el Reino de Dios!. Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a
un rico entrar en el Reino de Dios”.
Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: “Entonces, ¿quién puede
salvarse?”. Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: “Es imposible para los hombres, más no
para Dios. Para Dios todo es posible”.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo
para seguirte”. Jesús le respondió: “Yo les aseguro: nadie que haya dejado casa, o hermanos
o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí, por el Evangelio, dejará de recibir, en
esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con
persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna”. Palabra del Señor.
MENSAJE: El joven rico admira a Jesús, pero lo ve sólo como hombre, y no sabe que es el
Mesías. El joven rico, como judío piadoso, ya sabía que el camino de vida está en la Ley,
pero no está satisfecho consigo. Jesús le exige que entregue no poco a poco su hacienda en
limosnas sino de golpe a cambio de un tesoro en el cielo. Esta entrega sirve para seguir a
Jesús. El seguimiento de Jesús vale más que la observancia de la ley, y que todo socorro a
los pobres, y que toda pobreza voluntaria.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Marcos: Mc 10, 35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le
dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte”. Él les dijo: “¿Qué es
lo que desean?”. Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu
izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: “No saben lo que piden. ¿Podrán
e
pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?”. L
respondieron: “Sí podemos”. Y Jesús les dijo: “Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a
pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha
o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado”.
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las
gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así
entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el
que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no
ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.
Palabra del Señor.
MENSAJE: Lo malo de la petición de estos dos apóstoles es que están pidiendo el premio
antes de hacer los méritos, el triunfo antes de la lucha. Es una petición que encierra un
poquito de trampa, como muchas de las que inconscientemente hemos formulado todos.
Nosotros también le hemos pedido, muchas veces, a Dios ese puesto en el cielo, sin
ofrecerle que a la vez beberemos nuestro cáliz en la tierra. Si queremos los mejores puestos
allá, tendremos que escoger los peores puestos aquí.
MÁXIMA: “EL QUE QUIERA SER GRANDE ENTRE USTEDES, QUE SEA SU SERVIDOR,
Y EL QUE QUIERA SER EL PRIMERO, QUE SEA EL ESCLAVO DE TODOS”.
COMPROMISO: Trabajaré fuerte en la campaña de misiones
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Marcos: Mc 10, 46-52
En aquel tiempo al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha
gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna.
Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: “!Jesús, Hijo de David, ten
compasión de mí!”. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando
todavía más fuerte: “!Hijo de David, ten compasión de mí!”.
Jesús se detuvo entonces y dijo: “Llámenlo”. Y llamaron al ciego diciéndole: “!ánimo!”.
Levántate porque él te llama”. El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó
a Jesús. Entonces le dijo Jesús: “¿Qué quieres que haga por ti?”. El ciego le contestó:
l momento recobró la
“Maestro, que pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha salvado”. A
vista y comenzó a seguirlo por el camino.
Palabra del Señor.
MENSAJE: Tal como nos es narrada por Marcos la curación del ciego de Jericó describe las
etapas de una iniciación a la fe. De entrada, un presentimiento de la presencia del Señor en
los acontecimientos, que invita a confiarse a la iniciativa de salvación de Dios. Mas los
obstáculos no faltan y se necesita la perseverancia. Ciertos acontecimientos, sin embargo,
transparentan la llamada de Dios y animan a convertirse. Viene entonces el diálogo final:
“¿Qué quieres…?” en el que expresa la búsqueda de la fe. La vista es devuelta al ciego
como la visión propia de la fe, que bien pronto lo compromete en el seguimiento de Jesús.
Fe, prácticamente, es aceptar la persona de Jesucristo con toda su doctrina. Al
verdadero cristiano no le basta tener fe, sino que debe vivir la vida de fe.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Marcos: Mc 12, 28-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha,
Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es éste: "Amarás
a tu prójimo como a ti mismo". No hay mandamiento mayor que éstos».
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y
no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con
todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y
sacrificios».
Jesús. Viendo, que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de
Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
MENSAJE: "Y, acercándose uno de los escribas, le preguntó: Maestro, ¿cuál es el primero
de todos los mandamientos?"
Qué pregunta tan comprometedora, pero al mismo tiempo tan esencial en la vida de todo
cristiano, de todo católico.
¿Qué buscaría este escriba al preguntar una cosa así? ¿Por qué lo habría hecho? Y
pensando un poco lo que buscaba no era otra cosa que saber qué es lo fundamental en esta
vida; es decir, lo que buscamos todos para ser felices: el AMOR.
Cristo responde con claridad a ese vacío interior que sufren las personas que no conocen y
no aman a Dios. Y la respuesta compromete a toda la persona humana: "Amar a Dios con
toda tu mente y con todas tus fuerzas". Allí está la clave para ser feliz, para llegar a ser
santo, para ser buen cristiano. No hay otro camino: amar a Dios.
Pero no sólo se reduce a un amor meramente sentimental e ilusorio, sino que baja a lo
concreto de la vida. El cómo, Cristo lo clarifica con el segundo mandamiento: "Amar al
prójimo como a ti mismo".
Qué mejor camino para amar a Dios, que amar con hechos y obras a mi prójimo, como lo
demuestra la parábola del Buen Samaritano. Amar a mi prójimo es dedicarle tiempo, es
asistirle en sus necesidades, es colaborar con sus ilusiones, es apoyarle en los momentos de
dificultad, en definitiva es DONACIÓN. Porque no hay amor más grande y más heroico que
dar la vida por el amigo. Vivir así es acercarse cada día más al Reino de los cielos.
MÁXIMA: No existe otro camino, para ser un seguidor de Cristo, que el del amor y el del
servicio.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Marcos: Mc 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: “!Cuidado con los escribas!
Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles: buscan los
asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre
los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo
muy riguroso”.
En una ocasión, Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando
cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se
acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus
discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más
que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza,
ha echado todo lo que tenía para vivir”.
Palabra del Señor.
MENSAJE: Este es uno de los pasajes más duros de todo el Evangelio, por los reproches
que Jesús lanza contra el modo de proceder de los escribas (ambición de honores, codicia,
hipocresía) y por la amenaza final. Los escribas son juzgados condenatoriamente por
servirse de su cargo, y sobre todo de su función religiosa oficial, para provecho propio. A
pesar de que su actividad como maestros de la ley debía ser gratuita, aprovechan sin
escrúpulo su posición de prestigio frente a los socialmente débiles y los desvalidos, y se
hacen remunerar sus informes, consejos y demás servicios. Sus interminables ejercicios de
piedad, son hipócritas apariencias.
En contraste con esta conducta se opone la abnegación heroica de una viuda pobre
que da todo su haber. Las limosnas y las otras obras piadosas tienen que estar en relación
con la magnitud de las riquezas.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Marcos: Mc 13, 24-32
Después de esa angustia llegarán otros días; entonces el sol dejará de alumbrar, la
luna perderá su brillo, las estrellas caerán del cielo y el universo entero se conmoverá, y
nviará a los
verán venir al Hijo del Hombre en medio de las nubes con gran poder y gloria. E
ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, desde el extremo de la
tierra hasta el extremo del cielo.
Aprendan de este ejemplo de la higuera: cuando las ramas están tiernas y brotan las
hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean que suceden estas
cosas, sepan que todo se acerca, que ya está a las puertas. En verdad les digo que no
pasará esta generación sin que ocurra eso. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán. Por lo que se refiere a ese día y cuando vendrá, no lo sabe nadie, ni los ángeles en
el Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre.
Palabra del Señor.
MENSAJE: Jesús quiere que aprendamos de este ejemplo, porque no sabemos cuando
será el día del juicio final, él quiere que estemos prevenidos que tengamos un corazón limpio,
pues el tiempo de Dios no corre igual que el de nosotros. Dios conoce la hora en la
eternidad, pero esto no implica que le corresponda una fecha determinada en nuestro
tiempo. La fecha no está fijada, sino que depende de cómo nosotros haremos madurar el
Reino de Dios con nuestros esfuerzos y nuestras oraciones para tener que presentar a la
hora final.
MÁXIMA: SEPAN QUE TODO SE ACERCA, QUE YA ESTÁ A LAS PUERTAS, ESTÉN
PREPARADOS Y VIGILANDO, PORQUE NO SABEN CUANDO LLEGARÁ ESE
MOMENTO.
COMPROMISO: Hoy voy a procurar más momentos de oración con Dios para pedirle por la
salvación de aquellos que no están preparados.
MENSAJE: Ante Pilatos sólo el cuarto evangelista hace hablar a Jesús y sus palabras son
densas de sentido. Jesús se reconoce rey, pero su Reino no es de este mundo. Se edifica
aquí abajo, pero no compite con los reinos terrenos. Es el reino de la verdad; de la verdad de
Dios, de la verdad del hombre, de la verdad de la creación. Cristo es Rey, porque en El todas
las cosas encuentran su plenitud, su verdadera consistencia según el designio creador de
Dios. Más, como la creación se ha alejado de Dios por el pecado, la realeza de Cristo toma la
forma de una vasta reconciliación por el camino de la cruz. Esa es la razón de que Cristo se
proclame Rey en el corazón mismo de la pasión.
Actualmente la realeza de Cristo se expresa en el testimonio de los cristianos
dispersos entre los demás hombres.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Lucas: Lc 21, 25-28-34-36
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá señales en el sol, la luna y las
estrellas, y por toda la tierra los pueblos estarán llenos de angustia, aterrados por el
estruendo del mar embravecido. Cuando se presenten los primeros signos, enderécense y
levanten la cabeza, porque está cerca su liberación.
Cuiden de ustedes mismos, no sea que una vida materializada, las borracheras o las
preocupaciones de este mundo los vuelvan interiormente torpes y ese día caiga sobre
ustedes de improviso. Por eso estén vigilando y orando en todo momento, para que se les
conceda escapar de todo lo que debe suceder y estar de pie ante el Hijo del Hombre.”
Palabra del Señor.
MENSAJE: La Palabra de Dios fue dirigida a Juan el Bautista para que comenzase su obra.
El Precursor recibe la misión de preparar al Pueblo para la venida del Mesías, invitándolo a
arrepentirse de sus pecados y a sellar su conversión por un bautismo. ¿De qué nos
convertiremos?
Dios ofrece la salvación a los hombres que están sometidos al pecado. La Historia de
la Salvación está repleta de exhortaciones a la conversión. La señal de que se acepta esta
conversión es el bautismo y una actitud continua de conversión. Se necesita diálogo entre
dos personas que se convierten una en otra.
COMPROMISO: Identificaré algún aspecto concreto de mi vida que quiera mejorar hoy.
Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de
Oriente se acercaron a Jerusalén preguntando:
- ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y
venimos a adorarlo.
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos
sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le
contestaron:
- En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: «Y tú, Belén, tierra de Judea, no
eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será
el pastor de mi pueblo Israel».
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que
había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles:
- Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir
yo también a adorarlo.
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto
salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la
estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su
madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron
regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no
volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor.
MENSAJE: La celebración de la Epifanía destaca el hecho de que el niño nacido de María
en Belén hace dos-mil años ha venido para todos los pueblos y todos los tiempos, sin
excepción. El relato evangélico de los magos y Herodes describe dos posturas el ser
humano puede tomar frente la gracia divina: una de aceptación, gozo y transformación…la
otra de negación, abstinencia, y rechazo. El hijo de María es la bondad del amor en su
vulnerabilidad, invitándonos a desarmarnos y acercarnos a Dios con confianza y fe.
Hoy los Cristianos enfrentan los Herodes de los terroristas y regímenes políticos opresivos.
Los Cristianos en todo lugar han de públicamente y concretamente unirse a ellos. Los
Cristianos han de ser señales que guíen a muchos a Jesucristo.
MENSAJE: El día de nuestro bautismo, el cielo se abrió para cada uno de nosotros, el
Espíritu Santo bajó sobre nosotros, y el Padre eterno nos dijo a cada uno “Tú eres mi Hijo
amado”. Lo anterior a semejanza del Bautismo del Señor. La mayoría de nosotros ungidos
con el poder del Espíritu Santo, hemos pasado parte de nuestra vida haciendo el mal o no
haciendo todo el bien que podemos hacer. Por fortuna, podemos empezar a hacerlo, como
Cristo, a partir de hoy. Dios no se arrepiente nunca, y cada uno de nosotros sigue siendo su
“amado hijo”.
MÁXIMA: SE ABRIÓ EL CIELO Y RESONÓ LA VOZ DEL PADRE, QUE DECÍA: “ESTE
ES MI HIJO AMADO; ESCÚCHENLO”
MÁXIMA: NOSOTROS HEMOS CONOCIDO EL AMOR QUE DIOS NOS TIENE Y HEMOS
CREÍDO EN ÉL.
COMPROMISO: Hoy seré obediente con las indicaciones de mis padres y maestros.
MENSAJE: Como Elías y Eliseo, Jesús es enviado no sólo a los judíos, ya había corrido
mucho su fama y hasta se debió de hablar pensando en su mesianismo. Esto es lo que hace
extrañarse a la gente nazaretana que lo escuchaba en la sinagoga. Le reconocía sabiduría y
prodigios. Pero ¿de dónde le venían, puesto que ellos conocían a sus padres y familiares?.
Acaso flotaste ya en ellos no solo la extrañeza aldeana de no concebir a uno de los suyos
como superior a ellos. Esto no obstante los milagros ocupan un primer plano. Jesús observa
la objeción latente a su persona y responde con dos proverbios populares: “médico, cúrate a
ti mismo” y “ningún profeta es bien recibido en su patria”.
COMPROMISO: Hoy demostraré mi amor a Dios manifestando más respeto por los demás.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Lucas: Lc 6, 17. 20-26
En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un
grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la
costa de Tiro y de Sidón.
MENSAJE: El programa del Reino de Dios empieza con las Bienaventuranzas. Para
participar de la vida verdadera del Reino se debe vivir de una forma característica. Dios se
dirige al hombre, poniendo ante él la bendición o la maldición, se trata siempre de su
felicidad: “Elige la vida”. Los ricos, los hartos, los que ríen, todos los felices de este mundo,
no están en buena posición para la carrera de la salvación. Mientras que los pobres, los
hambrientos, los que lloran y los que son rechazados, están en excelente situación. La
pobreza espiritual no es como la corporal, obra del destino, sino que se la elige con plena
libertad: la pobreza espiritual es una actitud esencial, que se fundamenta en la verdad de
Dios y del hombre. Hay que vivir en el mundo sin ser del mundo, es saber dar a cada cosa su
justo valor dentro de la jerarquía evangélica de valores.
COMPROMISO: Hoy buscaré la forma de reconciliarme con los demás, pidiendo disculpas.
Dijo Jesús a sus discípulos: Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus
enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los
que los insultan. Al que te pegue en una mejilla, ofrécele también la otra; y al que te quite la
capa, déjale que se lleve también tu túnica.
Al que te pida algo, dáselo; y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. Hagan
con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes.
Si aman solamente a quienes los aman, ¿qué hacen de extraordinario? ¡Hasta los
pecadores se portan así! Y si haces bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes,
¿qué tiene de extraordinario? ¡También los pecadores se portan así! Y si das prestado sólo a
aquellos de quienes piensas recibir algo, ¿qué haces de extraordinario?
¡También los pecadores se prestan entre sí, esperando recibir unos de otros! Ama a tus
enemigos, y haz el bien, y da prestado sin esperar recibir nada a cambio. Así será grande tu
recompensa, y serán hijos de Dios altísimo, que es también bondadoso con los
desagradecidos y los malos. Sean compasivos, como también nuestro Padre es compasivo.
MENSAJE:
El Evangelio de hoy nos toca muy dentro de nuestra vida y de las relaciones que
tenemos con los demás. Jesús nos da unas claves sobre cómo debemos de ver y percibir a
los que nos rodean. Muchos sufrimientos humanos se deben a la relación que tenemos con
las demás personas. Cuando entramos en contacto con los que nos rodean intervienen dos
elementos de gran importancia: la actitud interna y externa que tenemos hacia el otro.
MÁXIMA: CON LA MEDIDA CON QUE USTEDES MIDAN SERÁN MEDIDOS, DICE EL
SEÑOR.
COMPROMISO: Hoy pediré en mi oración por algún compañero con el que haya tenido
dificultades.
En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: ¿Acaso puede un
ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
Un discípulo no es más que su maestro; si bien, cuando termine su aprendizaje, será
como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que
llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del
ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo,
y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol
se conoce por su fruto: porque no se cosechan higos de las zarzas, no se vendimian
racimos de los espinos.
El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es
malo, de la maldad saca el mal; porque lo que reboza del corazón, lo habla la boca.
Palabra del Señor.
COMPROMISO: Hoy durante mi oración agradeceré a Dios todos los bienes y limitaciones.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Lucas: Lc 13, 1-9
En aquel tiempo, le contaron a Jesús una matanza de galileos. Pilato los había hecho matar
en el Templo, mezclando su sangre con la sangre de sus sacrificios. Jesús les replicó:
“¿Creen ustedes que esos galileos eran más pecadores que los demás porque corrieron
semejante suerte? Yo les digo que no. Y si ustedes no renuncian a sus caminos, perecerán
del mismo modo. Y aquellas dieciocho personas que quedaron aplastadas cuando la torre de
Siloé se derrumbó, ¿creen ustedes que eran más culpables que los demás habitantes de
Jerusalén? Yo les aseguro que no. Y si ustedes no renuncian a sus caminos, todos
perecerán de igual modo”. Jesús continuó con esta comparación: “Un hombre tenía una
higuera que crecía en medio de su viña. Fue a buscar higos, pero no los halló. Dijo entonces
al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar higos a esta higuera, pero nunca
encuentro nada. Córtala. ¿Para qué está consumiendo la tierra inútilmente?” E l viñador
contestó: “Señor, déjala un año más y mientras tanto cavaré alrededor y le echaré abono.
Puede ser que así dé fruto en adelante y, si no, la cortas”.
Palabra del Señor.
COMPROMISO: Durante mi oración le daré gracias a Dios por los dones que me regaló.
MENSAJE:
MENSAJE: El adulterio era castigado por la ley judía con la muerte. Pero esta ley había
caído en desuso. Los fariseos pretenden que Jesús se pronuncie ante esta pecadora. Ante la
insistencia judía, Jesús apela a la conciencia de los acusadores. Jesús no niega la culpa de
la mujer, la exhorta a no volver a pecar. Jesús lo que hace es comprometer a los hombres a
no erigirse en jueces del pecador, sino a considerar su propio y personal pecado, del que
nadie se ve libre. Jesús no condena, sino salva con un cambio de vida. Sólo Jesús no tiene
pecado y por ello puede juzgar, pero primero cuenta con la posibilidad de la conversión del
pecador.
COMPROMISO: En mi reflexión de hoy pensaré en las veces que juzgo a mis compañeros
sin razón.
MENSAJE: Jesús ha resucitado. El saludo de Jesús es “la paz esté con ustedes”. Jesús no
sólo habla de paz, muestra que está en paz: “les mostró sus manos y su costado”. El que
estaba muerto ha resucitado, las heridas siguen pero no sangran, no duelen. Son su trofeo
de la victoria, es el recuerdo de lo que pasó para salvarnos.
Después de encontrarse con Jesús, Tomás recibe un llamado de atención: “en adelante no
seas incrédulo, sino hombre de fe”. Tomás responde: Señor mío y Dios mío. Amo y Creador
de mi vida. Lo mismo que repetimos en las celebraciones eucarísticas. Al decir: ¡Felices los
que creen sin haber visto!, Jesús nos invita a ser bienaventurados, a vivir dichosos en
nuestra fe, llenos de paz, perdonándonos mutuamente e inclusive a nosotros mismos.
MÁXIMA: “AHORA CREES, TOMÁS, PORQUE ME HAS VISTO. ¡FELICES LOS QUE
CREEN SIN HABER VISTO!”
MENSAJE: En este pasaje del Evangelio de San Juan, los poderes transmitidos, se refieren
d manera más especial al PRIMADO DE PEDRO. El Primado conferido a Pedro es una
institución que significa el amor de Cristo por los hombres. El cargo de Pastor Supremo de la
iglesia le fue confiado a Pedro por medio de una investidura solemne, que siguió a las tres
En aquellos días Jesús les dijo: “Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas
me siguen, y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi
mano. Aquello que el Padre me ha dado es más fuerte que todo, y nadie puede arrebatarlo
de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos una sola cosa”.
Palabra del Señor.
MENSAJE: La parábola del Buen Pastor, presenta a Jesús como la puerta por la que
deben pasar las ovejas. Jesús da su vida por ellas. Describe la intimidad de las relaciones
existentes entre Jesús y sus discípulos en todos los tiempos. La fe lleva a una adhesión
plena del hombre a Jesús, a una mutua comunión de vida: Jesús comunica su propia vida, la
vida misma de Dios al creyente. Jesús defiende a los suyos contra el riesgo de la inseguridad
eterna.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Juan: Jn 13,31-3ª 34-35
En aquel tiempo, Jesús dijo: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es
glorificado en él. Por lo tanto, Dios lo va a introducir en su propia Gloria, y lo glorificará muy
pronto. Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo. Ustedes me van a
buscar…Les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: No podrán ir a donde yo voy.
Les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otros. ustedes se amarán
unos a otros como yo los he amado. Así reconocerán todos que ustedes son mis discípulos:
si se tienen amor unos a otros”.
Palabra del Señor.
MÁXIMA: LES DOY UN MANDAMIENTO NUEVO, QUE SE AMEN LOS UNOS A LOS
OTROS COMO YO LOS HE AMADO.
COMPROMISO: Hoy manifestaré más amor a mi familia y a mis amigos como me pide
Jesús.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Juan: Jn 14, 23-29
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguien me ama, guardará mis
palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él. El
que no me ama no guardará mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del
Padre que me ha enviado.
Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes. En adelante el Espíritu Santo, el
Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les
recordará todo lo que yo les he dicho. Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy
no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo. Saben que les
dije: me voy, pero volveré a ustedes. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre,
pues el Padre es más grande que yo.
Les he dicho estas cosas ahora, antes de que sucedan, para que cuando sucedan
ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, pues se está acercando el que
gobierna este mundo. En mí no encontrará nada suyo, pero con esto sabrá el mundo que yo
amo al Padre y que hago lo que el Padre me ha encomendado hacer.
Palabra del Señor.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Lucas: Lc 24, 46-53
En aquel tiempo, Jesús les dijo a sus discípulos: “Todo esto estaba escrito: los
padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día.
Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados,
comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se
conviertan. Ustedes son testigos de todo esto.
Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió: permanezcan pues, en
la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba”.
Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo, y
mientras los bendecía, se separó de ellos (y fue llevado al cielo. Ellos se postraron ante él).
Después volvieron llenos de gozo a Jerusalén, y continuamente estaban en el Templo
alabando a Dios.
Palabra del Señor.
MENSAJE: El Evangelio insiste tanto sobre la presencia física del Resucitado en medio de
los suyos, como su exaltación corporal. La Ascensión, pues, es no solo la inauguración de
una supervivencia espiritual o de un arrebatamiento corporal a la manera de Elías, sino que
es una nueva aplicación, a escala celestial y cósmica de la transfiguración de Cristo
resucitado.
Si Jesús regresa definitivamente al cielo, es para enviar su Espíritu, que en adelante le
reemplazará cerca de sus discípulos. Los cristianos deben prepararse para el retorno o
segunda venida de Cristo.
COMPROMISO: Hoy voy a ofrecer algún sacrificio por todas las personas que sufren y no
conocen a Jesús.
HECHOS: Lectura del santo Evangelio según san Juan: Jn 20, 19-23
COMPROMISO: Hoy intentaré ser menos egoísta, voy a olvidarme un poco de mí y pensaré
un poco más en los demás.
Tengo muchas cosas más qué decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Y
cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, los introducirá a la verdad total.
El no vendrá con un mensaje propio sino que les dirá lo que ha escuchado, y les
anunciará las cosas futuras. Me glorificará porque recibirá de lo mío para revelárselo a
ustedes. Todo lo que tiene el Padre también es mío. Por eso les he dicho que recibirá de lo
mío para anunciárselo”.
Palabra del Señor.
MENSAJE:
Ninguna inteligencia humana, incluso la más elevada y perfecta, puede conocer por sí
misma el misterio de la vida trinitaria. Ninguna filosofía puede desvelar por vía especulativa
que Dios es simultáneamente uno y trino. Ninguna religión puede descorrer el velo del
santuario en el que mora la realidad misma de Dios, Verdad, Amor y Vida. Lo que sabemos
del Dios vivo y verdadero nos viene por autor revelación. El texto evangélico nos enseña que
Jesucristo, en cuanto Hijo de Dios, nos ha revelado sobre todo la paternidad divina. El
Espíritu Santo, por su parte, nos llevará a la verdad completa, es decir, nos hará entender y
experimentar mejor y en mayor profundidad la realidad de la vida trinitaria y las
consecuencias de esa realidad para nuestra vida en este mundo: la paz con Dios Padre, el
estado de hijos de Dios en que nos hallamos por el bautismo, la posesión del amor de Dios
con el cual superar cualquier tribulación y vivir en la esperanza que no engaña. Dios no se
revela como un anciano solitario y justiciero, sino como un Padre con una intensa vida
familiar, sellada toda ella por la Verdad y por el Amor.
MÁXIMA. BENDITO SEA DIOS, PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO, PORQUE NOS HA
MOSTRADO UN AMOR INMENSO.