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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CAMPECHE

FACULTAD DE DERECHO “DR. ALBERTO


TRUEBA URBINA”

ALUMNOS:
 BACAB MARTIN MARICRUZ
 CASTILLO UC JOHAN JARED
 CASTILLO CASTILLO CARLOS
 SOSA BLANQUETO MARIA FERNANDA
 XEQUEB CU VALERIA MARIA
5° SEMESTRE GRUPO “A”
DERECHO INDIVIDUAL DEL TRABAJO
ANÁLISIS “CERILLITOS ¿RELACIÓN LABORAL?
CERILLITOS ¿RELACIÓN LABORAL?

El artículo 20 de la Ley Federal del Trabajo, establece que por relación de trabajo
debe entenderse la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona
mediante el pago de un salario. Así pues, la relación laboral tiene como elemento
distintivo la subordinación jurídica entre patrón; que según el mismo ordenamiento
antes referido en su articulo 10 define como la persona física o moral que utilizará
los servicios de uno o varios trabajadores que a su vez reciben su connotación en
el articulo 8 siendo este la persona física que presta un trabajo personal
subordinado, en virtud de la cual el primero (patrón) se encuentra en todo momento
en posibilidad de disponer del trabajo del segundo (trabajador), quien a su vez tiene
la obligación correlativa de acatar al patrón.

En el caso de los menores empacadores y haciendo la correcta aplicación de los


términos empleados anteriormente con el caso concreto de “CERILLITO FT.
PATRON” se puede observar que existe la subordinación; es decir a disposición del
momento en que se le requiera, a un patrón quien goza de dichos servicios y la
prestación de un trabajo personal, con lo cual se abarcan dos de los tres elementos
necesarios para afirmar que existe una relación laboral; empero, en los hechos, esta
actividad no es asalariada; pues no existe propiamente un pago por parte del patrón,
lo cual desvirtúa la existencia de la relación laboral, que es en esencia un requisito
indispensable para que pueda ser considerado propiamente como tal.

Cabe mencionar que al no existir un salario, no se cubre el tercer elemento legal


para que la relación que existe entre las partes pueda ser considerada como una
relación laboral; así en este sentido encontramos que la cantidad monetaria que
reciben estos empleados es proporcionada por una tercera persona ajena a la
relación laboral.

Haciendo un análisis más completo del asunto también encontramos que


propiamente no se proporciona un servicio al “patrón” que consideramos de esta
forma, es decir al supermercado, pues el servicio es proporcionado a un tercer
agente y no a la empresa misma, podríamos llegar a decir que la empresa es solo
el intermediario entre el cerillito y el cliente.
Sin embargo, resulta contradictorio que en los supermercados traten como si fueran
trabajadores a los empacadores pues se le sigue haciendo obligatorio el
cumplimiento de múltiples reglas tal es el caso de cumplir con horarios laborales,
vestir uniforme, deben cumplir con obligaciones de diversa índole, y de igual forma
sigue gozando de ciertos derechos como a tener media hora de comida, descanso
obligatorio de un día por cada seis de trabajo, entre otros, y a pesar de ello no puede
hablarse propiamente de condiciones óptimas de trabajo pues el uniforme que se
les es proporcionado consiste únicamente en un mantel con el nombre de la
empresa y el resto debe ser cubierto por el empleado y de no ser cubierto tal cual
es solicitado corre el riesgo de ser mandado casa sin trabajar ese día, no tienen
derecho a trabajar horas extras, así también se le suelen encomendar tareas
diversas a la naturaleza por la cual “fueron contratados” como devolver los
productos a sus estanterías, acomodar carritos de supermercado, vocear a los
clientes, entre otros. Existiendo de esta forma una subordinación pasiva a la que se
someten los empacadores.

En contexto podemos afirmar que existen elementos suficientes para no dudar que
los empacadores son trabajadores, ya que cumplen y cubren perfectamente bien
los elementos indispensables en una relación obrero-patronal pero esta interacción
no surge de un contrato laboral sino de una autorización que deben firmar los padres
del trabajador para permitir que su hijo desarrolle actividades en la empresa. No
obstante, a todo lo expuesto, no existe alguna clase de protección en caso de
enfermedades o lesiones, y no gozan de los derechos que por ley corresponden a
un trabajador y ni de las garantías mínimas que señalan las disposiciones legales
en materia de trabajo. Explotando de esta forma libre su fuerza de trabajo, por lo
que comúnmente un empacador es mano de obra gratuita, lo más lamentable es
que de manera precisa por la falta del salario es que no se materializan
completamente los requisitos legales para considerar que la actividad que
desempeñan es una relación laboral.

Entonces ¿Cuál es el interés de los trabajadores por ejercer en un campo en el cual


no cuentan con las condiciones de trabajo exigibles y sin percibir un salario? La
respuesta a esto, consideramos, sería el hecho que los trabajadores lo ven como
una fuente de ingreso extra que les permite satisfacer sus necesidades y sus gustos,
y por otro lado la empresa los ve como una fuente satisfactoria de necesidades de
sus consumidores.

En este sentido, ante la observancia de una carencia de pago propiamente dicha,


la carencia de prestaciones de ley y de un contrato laboral, podemos concluir que
este desarrollo de labores que se les brinda no es más que un apoyo para su
formación como personas y permitirles obtener un ingreso para sus necesidades y
queda en claro que la empresa no protege a los menores por el hecho de ser
trabajadores sino que los protege por el hecho de ser niños, es decir, les
proporciona los estándares mínimos que requieren por ser un grupo vulnerable pero
nunca considerándolos como trabajadores pues no pueden disfrutar de los
derechos y prestaciones que la Ley Federal del Trabajo otorga a quienes si tienen
esa calidad.

Si bien es cierto que en el área de los servicios que imparten los empacadores en
las tiendas comerciales en México, no es exclusivamente reservado a los niños
menores de edad, toda vez que igual se toman en cuenta a los adultos mayores,
cabe hacer hincapié en que los primeros son los más susceptibles de entrar a
trabajar o prestar sus servicios en esta modalidad. Es por ello la importancia de
enfocarse más en este sentido a las reglamentaciones que conciernen a los
mismos.
Es así como, en materia de Tratados Internacionales, se han establecido algunos
criterios para definir dicha labor, siendo así ejemplo, que el 2 de septiembre de 1990
en la Convención sobre los Derechos del Niño, se definió como trabajo infantil: “toda
actividad libre o forzosa de menores de edad para producir bienes o servicios, de
manera subordinada o no, en industria familiar o de terceros, remunerado o no.
Independientemente del tipo de remuneración en dinero o en especie que reciba
para sí o para terceros, aun cuando a la relación laboral se le denomine distinto, se
le asigne otra naturaleza o se disfrace con alguna otra figura jurídica.”
Sin embargo, en este ámbito del trabajo en tiendas departamentales, y a
comparación de otros trabajos infantiles, donde no siempre hay una parte a la que
se pueda obligar al reconocimiento y cumplimiento de sus derechos humanos, aquí
si existe una parte empleadora que conoce las normas, por lo cual se puede obligar
sin lugar a duda a reconocer los derechos laborales de los menores empacadores
y salvaguardar su libre desarrollo integral.
BIBLIOGRAFÍA

 De Buen Lozano Néstor. Derecho del Trabajo. Tomo II, México, Editorial
Porrúa, 2002.
 Época: Novena Época, Registro: 205158, Instancia: Tribunales Colegiados
de Circuito, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Tomo I, Mayo de 1995 Materia(s): Laboral Tesis:
IV.2º, J/1 Página: 289

RELACIÓN LABORAL. LA SUBORDINACIÓN ES EL ELEMENTO DISTINTIVO DE


LA. El artículo 20 de la Ley Federal del Trabajo, establece que por relación de
trabajo debe entenderse la prestación de un trabajo personal subordinado a una
persona mediante el pago de un salario. Así pues, la relación laboral tiene como
elemento distintivo la subordinación jurídica entre patrón y trabajador, en virtud de
la cual el primero se encuentra en todo momento en posibilidad de disponer del
trabajo del segundo, quien a su vez tiene la obligación correlativa de acatar al
patrón.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL CUARTO CIRCUITO.

Amparo directo 77/90. Justo Aguilar Martínez. 16 de abril de 1990. Unanimidad de votos. Ponente:
Ernesto Rosas Ruiz. Secretario: Jesús S. Fraustro Macareno. Amparo directo 820/93. Oscar Muñoz
Jiménez. 12 de enero de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Arizpe Narro. Secretario:
José Garza Muñiz. Amparo directo 453/94. Marcelino Pérez Rivas. 29 de junio de 1994. Unanimidad
de votos. Ponente: Leandro Fernández Castillo. Secretario: Juan Antonio Ramos Padilla. Amparo
directo 825/94. Dolores Martínez Alanís y coag. 23 de noviembre de 1994. Unanimidad de votos.
Ponente: Leandro Fernández Castillo. Secretario: Juan Manuel Rodríguez Gámez. Amparo directo
96/95. Zeferino Martínez Rivera. 15 de febrero de 1995. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique
Arizpe Narro. Secretario: Jesús S. Fraustro Macareno.

 Época: Décima Época, Registro: 2008096, Instancia: Primera Sala, Tipo de


Tesis: Aislada, Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro
13, Diciembre de 2014, Tomo I, Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a.
CDXXXIII/2014 (10a.), Página: 230
DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE EDAD EN EL ÁMBITO LABORAL. SU
PROHIBICIÓN NO SE CONTRAPONE A LA EXCLUSIÓN DEL TRABAJO
INFANTIL CONTENIDA EN EL ARTÍCULO 123, APARTADO A, FRACCIÓN III, DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

A consideración de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,


la prohibición de discriminación por razón de edad contenida en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no afecta a los límites
establecidos en el artículo 123, Apartado A, fracción III, del propio texto
constitucional y en la legislación laboral, respecto a la prohibición del trabajo infantil.
En estos casos, la fijación de cierta edad cercana a la vida adulta para incorporarse
a un trabajo está justificada porque el trabajo infantil tiene serias repercusiones en
la integridad física y el acceso a la educación de los menores de edad, el cual es
sumamente relevante para el desarrollo y el mejoramiento de las condiciones de
vida de las personas.

Amparo directo en revisión 992/2014. Rosario del Carmen Pacheco Mena y otros. 12 de noviembre
de 2014. Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío
Díaz, quien reservó su derecho para formular voto concurrente, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su
derecho para formular voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier
Mijangos y González.

Esta tesis se publicó el viernes 05 de diciembre de 2014 a las 10:05 horas en el Semanario Judicial
de la Federación.

 Bouza, Alfonso. “Necesitamos proteger los derechos laborales de los


Cerillitos”. Ponencia presentada en Ciudad Universitaria, Boletin UNAM-
DGCS-648, 1 noviembre 2011
 De Buen Lozano Nestor, Derecho del Trabajo. Too II, México, Editorial
Porrúa, 2002
 El Trabajo Infantil en México 1995-2002. México, Inegi, 2004

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