Professional Documents
Culture Documents
M a n u e l S o m a r r i v a U.
A n t o n i o V o d a n o v i c Ii.
TRATADO
DÉLAS
OBLIGACIONE
Volumen I
DE LAS OBLIGACIONES EN GENERAL
Y S U S DIVERSAS C L A S E S
ACTUALIZADA
EDITORIAL
JURÍDICA
DE CHILE
ARTURO ALESSANDRI R.
MANUEL SOMARRIVA U.
ANTONIO VODANOVIC H.
¿OD í -
TRATADO DE
LAS OBLIGACIONES
VOLUMEN DE LAS OBLIGACIONES EN GENERAL
Y SUS DIVERSAS CLASES
CARACTERIZACIÓN DE LAS O B L I G A C I O N E S
E IMPORTANCIA DE ELLAS
1
Fernando Corripio, Diccionario Etimológico General de la Lengua Castellana, Barcelona,
1979, palabra obligar, p. 327.
7
TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
tro, el deudor, es la obligación es dar forma legal a la cooperación que los hombres se
eterminado com¬ prestan para satisfacer sus necesidades individuales y colectivas.
e realizar; b) los b) Importancia científica trascendente. Por su mismo interés práctico,
rales es el titular como que las obligaciones son la base de la vida jurídica cotidiana, es
1 prestación, y el natural que, desde los tiempos del Derecho Romano, los juristas se
nplimiento de la hayan afanado en pulir al máximo la técnica de ellas. Los conceptos
alquier actividad, fundamentales de las relaciones obligatorias, a través de los siglos, se
interés del acree- han ido plasmando con profundidad y finura y, en ciertos aspectos, con
la precisión de la ciencia matemática. Sus doctrinas han servido de
base o modelo a todas las ramas del Derecho, naturalmente con las
adaptaciones propias de las necesidades de estas últimas.
derecho real es una cosa y que este derecho puede hacerse valer, opo¬
nerse, contra cualquiera y no sólo contra determinada persona. Agrega
el Código que "son derechos reales el de dominio, el de herencia, los
de usufructo, uso o habitación, los de servidumbres activas, el de pren¬
da y el de hipoteca. De estos derechos nacen las acciones reales" (ar¬
tículo 577, inciso 2 ) .
o
16. COMPARACIÓN DE LOS CARACTERES DEL DERECHO REAL CON LOS DEL
DERECHO PERSONAL. El derecho real y el personal se diferencian en
cuanto a sus elementos constitutivos, al objeto, a la determinación de
este, al carácter absoluto del uno y relativo del otro, acciones a que dan
ir. TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
1
Véase en Alessandri, Somarriva y Vodanovic, Tratado de los derechos reales, tomo I, el
título "Derechos intelectuales o derechos sobre bienes inmateriales", números 30 a 35.
D I S I l\( ION I M R l I ( ) S 1)1- R I ( IIOS RI AI.ISV I O S l'I R S ( )\ \1 E S 17
1
R Janet, Tratado Elemental de Filosofía, traducción de la cuarta edición francesa, Méxi-
co, 1913, p. 4 8 8 ; Francisco Guerrero, Curso de Filosofía, t. II, Santiago, 1954, N" 18, p. 17.
21
22 TRATADO DE I AS OBLIGACIONES
pasivas y otras activas. Hay obligación solidaria pasiva cuando todos los
deudores se encuentran obligados a una misma prestación de modo
que cada uno puede ser constreñido al cumplimiento de la totalidad y
el cumplimiento por parte de uno de los deudores libera a los otros
frente al acreedor. Y hay obligación solidaria activa cuando cada uno
de los acreedores tiene el derecho de exigir el total y el cumplimiento
logrado por uno de ellos libera al deudor frente a todos los acreedores.
Pasemos, por fin, a la obligación indivisible. Esta se opone a la divisi¬
ble. Dice el Código que la obligación es divisible o indivisible según
tenga o no por objeto una cosa susceptible de división, sea física, sea
intelectual o de cuota. Así la obligación de conceder una servidumbre
de tránsito o la de hacer construir una casa son indivisibles; la de pagar
una suma de dinero, divisible (artículo 1 5 2 4 ) .
En la obligación indivisible lo que se opone al cumplimiento par¬
cial de la obligación es la naturaleza del objeto de la prestación debida,
y por eso cuando hay varios deudores o varios acreedores, cualquier
deudor está obligado al pago total de la prestación debida.
Hay una diferencia fundamental entre la solidaridad y la indivisibili¬
dad. En las obligaciones solidarias, el objeto de la prestación debida es
divisible, y es la voluntad de las partes o una disposición testamentaria
o de la ley, la que da derecho a exigir el total de la deuda por parte del
acreedor, o a pagar el deudor requerido ese total. En cambio, en la
obligación indivisible lo que se opone al cumplimiento parcial es la
naturaleza del objeto de la prestación debida, y es esta circunstancia
material, independiente, muchas veces, de la voluntad del hombre, la
que determina el derecho del acreedor de exigir el total, y la que
impone al deudor la necesidad de entregar el total.
Las obligaciones solidarias y las indivisibles se estudian extensamen¬
te en el capítulo denominado "Los sujetos de la obligación".
31. 3) O B L I G A C I O N E S ÚNICAS Y M Ú L T I P L E S U O B J E T I V A M E N T E C O M P L E J A S .
Según que el contenido de la prestación sea
O B L I G A C I Ó N ALTERNATIVA.
único o complejo, las obligaciones se clasifican en simples o únicas y en
de objeto múltiple u objetivamente complejas. En las primeras el obje¬
to de la prestación es uno solo; en las segundas son varios.
Las obligaciones de objeto múltiple o complejas pueden ser cumu-
lativas o alternativas.
Cumulativas o conjuntivas son las obligaciones en que la prestación
está formada por dos o más objetos, debiendo entregarse todos ellos
para que la obligación se estime cumplida. Si se deben tres caballos,
deben entregarse todos para extinguir la obligación.
Obligación alternativa -dice nuestro Código Civil- es aquella por la
cual se deben varias cosas, de tal manera que la ejecución de una de ellas
CLASIFICACIÓN DF. LAS OBLIGACIONES 25
A. CONCEPTO Y CLASIFICACIONES
ley, fue agregada después por los comentaristas del Derecho Romano.
Adviértase que en la clasificación tradicional la ley se mira como fuente
de las obligaciones en los casos en que hace derivar éstas, en forma
directa e inmediata, de su sola disposición de ciertos hechos o situacio¬
nes. Decimos en forma directa e inmediata, porque, en último térmi-
* Véase Victorio Pescio, Comentario acerca De las fuentes de las Obligaciones, de la voluntad
>•'••la teoría del contrato en el Derecho Civil chileno y comparado, Valparaíso, 1961.
/ Y
1
Instituciones, Libro III, título 13, párrafo 2, que dice textualmente: "Una división
obsecuente (De las fuentes de las Obligaciones) las distingue en cuatro especies, porque
•acen o de un contrato, o de un cuasicontrato, o de un delito o de un cuasidelito".
30 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
1. Hechos ilícitos *
* Bibliografía sobre los hechos ilícitos y la responsabilidad civil que engendran. Auto-
•s nacionales: A. Alessandri R., De la responsabilidad extracontractual en el Derecho Civil chileno,
Santiago. 1943; C. Ducci C, Responsabilidad civil extracontractual, Memoria de Licenciado,
S a a ñ a g o . 1936; P. Rodríguez G., Responsabilidad extracontractual, Santiago, 1999; O. Tapia S.,
Or Ib wsponsabilidad civil en general y de la responsabilidad delictual entre los contratantes, Memo-
m d c Licenciado, Concepción, 1941.
Autores extranjeros: A. De Cupis, Deifalli illecili, Bologna-Roma, 1971; H. Lalou, Traite
M N V de la responsabilité avile, 6 edición, París, 1962; Le Tourneau, La responsabilité avile, 2
a a
« É k x ó n . París, 1976; Henri y Léon Mazeaud y André Tune, Tratado teórico y práctico de la
mfmtmUidad civil delictual y contractual, traducción del francés, 2 tomos, Buenos Aires, 1961.
TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
ilícitos que generan daño y no están sancionados con una pena, son
hechos ilícitos puramente civiles. A la inversa, los hechos ilícitos que sólo
están sancionados con una pena y no causan daño son hechos ilícitos
puramente penales, como sucede con los llamados delitos de peligro,
que sólo exigen que se haya puesto en riesgo el bien jurídico protegido,
sin que éste se haya dañado. Comete, por ejemplo, un delito de peligro
el sujeto que es aprehendido con bombas explosivas o preparativos co¬
nocidamente dispuestos para incendiar... (Código Penal, artículo 4 8 1 ) .
Otros hechos ilícitos puramente penales son el delito frustrado y la ten¬
tativa de cometer un delito. Y ejemplo de delito puramente civil es la
ingratitud del donatario; dice al respecto el Código Civil: "la donación
entre vivos puede revocarse por ingratitud. Se tiene por acto de ingrati¬
tud cualquiera hecho ofensivo del donatario, que le hiciera indigno de
heredar al donante" (artículo 1 4 2 8 ) . Otro ejemplo de hechos ilícitos
puramente civiles es el de los daños causados culpablemente a las cosas,
ya que el Código Penal sólo castiga los cuasidelitos contra las personas.
A continuación nos ocuparemos sólo del hecho ilícito civil, el que
es fuente de obligaciones.
pagar al acreedor.
* Véase Adriano De Cupis, El daño, traducción del italiano, Barcelona, 1970. En 852
páginas el autor de este libro, a través del daño, expone la teoría general de la responsabili-
dad civil.
2
El embargo, en sentido estricto, "consiste en una aprehensión material o simbólica de
bienes determinados del deudor que, por mandato del tribunal, se entregan a un deposita¬
rio que toma su tenencia a fin de asegurar, con su realización, el pago de la deuda" (Corte
Suprema, 4 junio 1969, Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 6 6 , 2 parte, sección I , p. 65.
a A
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES 35
4
A. Alessandri R. y los tratadistas que cita en su obra De la responsabilidad extracontrac-
tualen el Derecho Civil chileno, Santiago, 1943, N° 3 9 3 , y nota 4, p. 4 7 5 .
3
En materia penal se discute si las personas jurídicas pueden ser sujetos pasivos del
delito de injuria, que consiste en "toda expresión proferida o acción ejecutada en deshon-
ra, descrédito o menosprecio de otra persona" (Código Penal, artículo 4 1 6 ) .
La doctrina alemana y la española estiman que las personas jurídicas pueden ser
••jetos pasivos del delito de injuria; pero buena parte de la doctrina de otros países
sostiene lo contrario, entre otras razones, porque las normas positivas parecen considerar
sólo el honor de las personas humanas. Entre nosotros sigue este último criterio Etchebe-
ny: Derecho Penal, t. III, Santiago, 1976, p. 111. Del Río piensa que también las personas
A
r í d i c a s pueden ser sujetos pasivos del delito de injuria: Derecho Penal, t. III, Santiago,
H 8 5 , p. 407.
38 T R A T A I X ) D F I AS ( > M . I ( . \( l< ) \ K S
6
Véanse los fallos citados en el Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas,Código
CivilyIjeyesComplementarias, tomo X , p. 3 4 , N° 92, en la edición de 1978, y p. 4 6 , N° 122, en
la edición de 1998.
7
Corte de Apelaciones de Santiago, 1 julio 1997, Revista de Derecho y Jurisprudencia,
t. 9 4 , 2 parte, sec. 2 , p. 79.
a a
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Casación fondo y forma, 28 de mayo de 1998, Fallos del Mes N° 4 7 4 , sentencia 13,
42 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
La ley citada dispone que "sin perjuicio de las sanciones que señale
la ley, todo el que culposa o dolosamente cause daño al medio ambien¬
te, estará obligado a repararlo materialmente, a su costo, si ello fuera
posible, e indemnizarlo en conformidad a la ley" (artículo 3 ) . o
9
Véanse Leslie Tomasello H., El daño moral en la responsabilidad contractual, Santiago,
1969, 493 páginas; Carmen Domínguez H., ob. cit., t. I, pp. 229 y siguientes.
10
Sentencias de 10 de enero de 1 9 6 8 y de 2 de diciembre de 1 9 6 9 , Códice Civile
Annotato con la Giurisprudenza..., artículo 2 0 5 9 , p. 2 0 1 2 .
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
La reparación del daño causado por un hecho ilícito debe ser com¬
pleta y, tradicionalmente, para fijar su monto no se toma en cuenta la
situación de las partes. Pero hoy este principio tiende a ser abandona¬
do y cuando el daño no ha sido causado dolosamente ni por grave
negligencia o imprudencia, las legislaciones más modernas establecen
que los j u e c e s , al fijar el monto de la indemnización, deben considerar
la respectiva situación económica de las partes y las consecuencias que
11
Corte de Santiago, I de julio de 1997, Revista de Derecho y Jurisprudencia,
o
t. 9 4 , sec. 2 ,
a
p. 79.
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES 45
2. El contrato *
trictivas. Por ejemplo, la ley autoriza a las personas que, en vida, donen
órganos, tejidos o partes de su cuerpo para el injerto o trasplante en
otras personas; la enajenación debe ser a título gratuito; la ley no permi¬
te la enajenación a título oneroso. También la ley, según veremos opor¬
tunamente, no permite, en las operaciones de crédito de dinero, pactar
un interés superior al que ella misma fija como máximo.
Consecuencia del principio de la autonomía de la voluntad imperante
en los contratos es que las disposiciones legales relativas a éstos son por lo
general supletorias de la voluntad de los contratantes, o sea, cuando ellos
han omitido regular alguna situación pertinente, el legislador llena el
vacío o laguna a través de disposiciones que presume que las partes ha¬
brían señalado si hubieran puesto atención en dichas situaciones.
6 5 . b) C O N T R A T O S GRATUITOS Y C O N T R A T O S O N E R O S O S . El contrato es
gratuito o de beneficencia cuando sólo tiene por objeto la utilidad de una
de las partes, sufriendo la otra el gravamen; y oneroso, cuando tiene por
objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose cada uno a bene¬
ficio del otro (artículo 1 4 4 0 ) .
Esta clasificación atiende a la utilidad que el contrato reporta a las
partes. Si ambas la obtienen, es oneroso, porque en tal caso ambas de-
50
I R \ I Al)() Di I AS O B I S
obsta a que produzcan los efectos que les son propios, salvo en cuan¬
to puedan importar una ratificación del mismo, en cuyo caso su cele¬
bración valida el contrato del cual dependen o al cual se hallan
subordinados.
so I ) . o 1 4
Véase Antonio Ortúzar S., El contrato de leasing, Santiago, 1990, 207 páginas; Ramón
14
Ramos A. y Gabriel Torres S., leasing operativo y financiero, Santiago, 1993, 153 pp.
51 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
74. g) C O N T R A T O S DE E J E C U C I Ó N INSTANTÁNEA Y DE T R A C T O S U C E S I V O .
Contratos de ejecución instantánea son aquellos en que las prestaciones
correspondientes a las partes se ejecutan en su totalidad de una sola
vez, en un instante. La venta de un cuerpo cierto al contado o a plazo,
pero cuyo precio se paga íntegramente en el plazo convenido, la fianza,
la permuta, son contratos de esta especie; las prestaciones a que dan
lugar se cumplen en un instante.
Contratos de tracto sucesivo, llamados también de ejecución continuada
o periódica, son aquellos en los cuales las partes o una de ellas se obli¬
gan, durante cierto espacio de tiempo, a prestaciones continuas o repe¬
tidas. Son de esta especie el arrendamiento y el contrato de trabajo; las
prestaciones del arrendador y del trabajador son continuas, repetidas
en el transcurso del tiempo.
3. El cuasicontrato
15
Trabucchi, htituzioni diDiritto Civile, Padova, 1995, N 74, p. 164.
Id BB véase Hernán Tuane, Clonación humana. Una perspectiva psicológica, Editorial An¬
drés Bello, Santiago, 2 0 0 0 . En este libro se enuncian algunos problemas jurídicos que
traería la persona originada por clonación.
:>(i TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
del contrato ni del delito: las lícitas nacen quasi ex contractu, como si de
un contrato; las ilícitas quasi ex delicio, como si de un delito (Libro 4 4 ,
título 7, ley 1, principium).
" En este sentido Guido Zanobini, Curso de Derecho Administrativo, traducción del italia-
am. vol. I, Buenos Aires, 1954, p. 304.
Messineo, Francisco, Manual de Derecho Civil y Comercial, traducción castellana de
o Sentis Melendo, tomo VI, Buenos Aires, 1955, párrafo 167, p. 4 3 9 .
TRATADO DE IAS OBLIGACIONES
4. La ley
* Véase Enrique Rodríguez R., El contrato unilateral de promesa y la promesa como declara-
oñi unilateral de voluntad, Memoria de Licenciado, Santiago, 1959; V. Pescio, Comentario
marra de lasfuentes de las obligaciones, de la voluntad unilateraly la teoría del contrato en el Derecho
Cc-i/ chileno y comparado, Valparaíso, 1961.
Manuel Borja Soriano, Teoría general de las obligaciones, t. I, México, 1939, p. 4 3 0 .
18
TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
* \ ease Waldo Figueroa V., La acción de enriquecimiento sin causa, Santiago, 1997, 194 pp.
ti'.' TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
C. PvESPONSABILIDAD OBJETIVA
EL VINCULO DE LA OBLIGACIÓN
A. CUESTIONES GENERALES
88. E L E M E N T O S D E L V Í N C U L O ; D É B I T O Y R E S P O N S A B I L I D A D . El vínculo de
la oóligación contiene dos elementos: la deuda o déóito y la responsa-
bilidad.
El débito es el deber de cumplir una determinada prestación. Es un
vínculo o relación entre personas. Si el deudor cumple exactamente, la
relación se acaóa y no va más allá; pero si el deudor no cumple, o no
cumple exactamente, se producen daños y perjuicios para el acreedor,
y entonces la relación se proyecta soóre los patrimonios, porque es
67
68 1 R A Í \I)<) 1)1- I AS O B L I G A C I O N E S
1
Instituciones, Libro II, párrafo 38.
72 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
94. V Í N C U L O S J U R Í D I C O S P E R F E C T O S Y VÍNCULOS J U R Í D I C O S I M P E R F E C T O S .
Hay autores que estiman que el vínculo jurídico que supone la obliga¬
ción puede ser perfecto o imperfecto: el primero ligaría al deudor en
forma tal que aseguraría al acreedor la plenitud de la protección jurídi¬
ca; el segundo, en cambio, sólo le daría alguna protección o una ate¬
nuada. Tipo de vínculo u obligación imperfecta sería la llamada
obligación natural; los vínculos jurídicos perfectos constituyen las obli¬
gaciones civiles.
Una parte importante de la doctrina moderna estima inadmisible
reconocer existencia, dentro de las relaciones obligatorias, a los víncu¬
los imperfectos que no dan una seguridad jurídica completa al acree¬
dor. Un verdadero vínculo jurídico sólo se concebiría cuando la tutela
del interés del acreedor fuera total. Por tanto, las obligaciones imper¬
fectas no serían en realidad obligaciones, sino otra cosa, un hecho
jurídico o una causa de atribución patrimonial que el ordenamiento
jurídico justifica, así como, en otro campo, el simple ánimo de benefi¬
ciar o "animus donandi" justifica la donación. En el estudio de las
obligaciones naturales, que a continuación iniciaremos, el asunto será
analizado.
N 172, p. 313.
E
Iavolenus, en Digesto, Libro X X X V , título 1, ley 40, párrafo 3: "Ego puto, secundiun
4
* Ruggiero e Maroi, htituzioni di Diritto Civile, volume secondo, nona edizione ¡mera¬
mente riveduta dal Prof. Cario Maiorca, Milano, 1962, p. 9.
EL VINCULO DE LA OBLIGACIÓN
r a z ó n un texto legal. Y es lógico que así sea. Porque esa figura es una conce¬
sión del legislador, una excepción a la normalidad o estrictez de sus
principios, y toda excepción necesita mención expresa. Por cierto, lo
anterior no significa, en cada caso, la necesidad de un rótulo; las cosas
se reconocen más por sus caracteres propios que por el nombre.
Las obligaciones naturales forman, pues, un Derecho de excepción;
por ende, su interpretación es restrictiva y no admite la vía analógica.
La duda sobre si una obligación es civil o natural se presentará muy
difícilmente por los caracteres recios de la primera; pero en caso de que
ocurra, claro es que el entendimiento estará a favor de la obligación civil,
que representa el imperio de lo normal. Sin embargo, a principios de
siglo una sentencia hizo abstracción de ésta y otras consideraciones, tal
vez no por olvido, sino por un plausible afán de equidad; declaró: "Es
una obligación natural la impuesta al reo en el decreto de indulto de
constituir una renta vitalicia a favor de la viuda del occiso por un capital
determinado que debería pasar en propiedad absoluta a los herederos
de aquélla. Por consiguiente, el indultado no tiene derecho para repetir
las pensiones que ha pagado". ' En verdad, la obligación del reo era civil,
1
porque la viuda, conforme al decreto, tenía acción para exigir las presta¬
ciones. Por otra parte, dicha obligación era ilegal, porque el Presidente
de la República carecía de facultades para establecerla.
Más frecuente es la duda que ofrecen las leyes que se limitan a
establecer la irrepetibilidad de prestaciones; a veces no se sabe si hay
envuelta una obligación natural o una sanción de una conducta ilícita,
y las dos son figuras de derecho excepcional e interpretación restringi¬
da. En estas hipótesis no cabe sino el análisis de los fines y fundamen¬
tos de las normas legales que las contienen, y derivar de ahí el
diagnóstico diferencial para el caso clínico. Más adelante tendremos
ocasión de aplicar esta pauta.
103. L A S O B L I G A C I O N E S N A T U R A L E S D E L A R T Í C U L O 1470 D E L C Ó D I G O
CIVIL; CLASIFICACIÓN. La doctrina clasifica las obligaciones naturales enu¬
meradas en el artículo 1470 en dos grupos, uno constituido por las obli¬
gaciones civiles abortadas, que también se llaman nulas, rescindibles o
anulables, y otro formado por las obligaciones chiles degeneradas.
105. a) O B L I G A C I O N E S N U L A S C O N T R A Í D A S P O R C I E R T O S INCAPACES.
1. Enunciado. Constituyen obligaciones naturales "las contraídas por
personas que teniendo suficiente j u i c i o y discernimiento, son, sin em¬
bargo, incapaces de obligarse según las leyes, como los menores adul¬
tos" (N I del artículo 1470).
e a
II \INCU.O1)1- LA OBLIGACIÓN 83
8
Véanse Barbero, Sistema delDiritto Privato italiano, volumen I, Torino, 1965, N 8 1 , Q
p. 160; Betti, Teoría general del negocio jurídico, traducción española, Madrid, sin fecha, N 27, s
pp. 176 y 177; Carlos Ferrara, El negocio jurídico, traducción española, Madrid, 1956, N 132,
9
Y resulta que estos medios de validar una obligación civil nula y pura¬
mente natural sólo se conciben antes de la declaración de nulidad;
después ya no hay forma de sanar a la obligación enferma. En conse¬
cuencia, es el propio legislador el que da por supuesto que la obliga¬
ción existe como natural antes de la declaración judicial de nulidad del
acto o contrato de que ella emana.
Esta tesis ha sido acogida por la jurisprudencia. Las sentencias son
todas del siglo X I X . 9
tribunales. 11
9-11
Se inclinan a pensar que en el N 3 del artículo 1470 la palabra actos se refiere sólo
9 9
*- Corte de Santiago, 23 septiembre 1868, Gaceta de los Tribunales, año 1868, N 1879,
b 9
p. 815.
10
A. Alessandri R., Teoría de las Obligaciones, Santiago, 1988, pp. 46 a 4 9 ; Guillermo
Correa Fuenzalida, Las Obligaciones, edición mimeográfica, Santiago, 1933, p. 170; Somarri-
va, en el Curso de Derecho Civil, basado en las explicaciones de clases de él y de A. Alessandri
R., t. III, Santiago, 1941, NT 5 1 , p. 39; F. Fueyo L., De las Obligaciones, volumen I, Santiago,
1958, N 4 6 , p. 7 1 ; Abeliuk, Las Obligaciones, t. I, Santiago, 1933, N 3 2 3 , p. 2 6 9 .
9 9
11
Corte de Santiago, 27 octubre 1876, Gaceta de los Tribunales, 1876, N 2 2 8 5 , p. 1169; 9
Corte de Santiago, 23 septiembre 1868, Gaceta de los Tribunales, 1868, N 1879, p. 815.
12 s
En este sentido, L. Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil chilenoy comparado, t. 10,
13
N 3 4 , p. 50; R. Meza Barros, Manual de Derecho Civil, De las Obligaciones, Santiago, 1997,
e
N 6 1 , p . 43.
s
978 (cons. 3-, I instancia, p. 9 7 9 ) ; Corte de Santiago, 19 agosto 1887, misma Gaceta, 1887,
a
N 1953, p. 1182; Corte de Santiago, 2 agosto 1889, misma Gaceta, 1889, N 2 0 8 4 , p. 1383;
s s
Corte de Valparaíso, 11 septiembre 1897, misma Gaceta, 1897, t. II, N 2 7 0 6 , p. 369 (cons.
Q
r-, p. 372).
EL VINCULO DE LA OBLIGACIÓN 91
que haya transcurrido el plazo que señala la ley, sin que sea necesario
que se haya dictado la sentencia que declara la prescripción liberatoria,
porque esta prescripción, que extingue las acciones y derechos ajenos,
exige solamente cierto lapso de tiempo, durante el cual no se hayan ejercido
dichas acciones (artículo 2 5 1 4 , inciso l ) .
9
412' H e n r i L ó
e n et " Corte de Apelaciones de Santiago, 6 de mayo de 1881, Gaceta de los Tribunales, año
1881, N 528, p. 333.
2
'II, TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
2. Juegos de azar. La ley, haciéndose eco de tal vez del antiguo prover¬
bio según el cual "las cartas y los dados son los libros y los huesos del
diablo", declara ilícitos los juegos de azar, o sea, aquellos en que predo¬
mina la suerte sobre la inteligencia o destreza de los jugadores. De
acuerdo con el Código Civil, hay objeto ilícito en las deudas contraídas
en j u e g o s de azar; éstas son nulas y de ningún valor (artículos 2 2 5 9 ,
1466, 1682 y 1 0 ) . Su cumplimiento no puede exigirse por el victorioso.
Pero pagada la deuda de j u e g o de azar por el perdedor, éste no está
autorizado para pedir después la devolución, porque es irrepetible lo
dado o pagado por un objeto ilícito a sabiendas (artículo 1 4 6 8 ) .
Lejos del pensamiento debe estar que dicha irrepetibilidad configu¬
ra una obligación natural: el pago no responde a una causa lícita; la
ley, al impedir la devolución, sólo sanciona la conducta torpe del juga¬
dor, conforme se explicó en el párrafo de las características de las
obligaciones naturales (supra N 1 0 0 ) . e
expresa que "la clasificación que el Código Civil hace de los juegos
para determinar su licitud o ilicitud, según sean o no de azar,
lícitos e ilícitos rige igualmente para las apuestas. Son ilícitas las apues¬
tas a base del azar; así lo impone la filosofía de la ley y los fines de
conveniencia pública que ella tutela".
Las apuestas lícitas no producen acción, sino solamente excepción.
El que gana no puede exigir el pago. Pero si el que pierde paga, no
puede repetir lo pagado, a menos que se haya ganado con dolo (artícu¬
lo 2 2 6 0 ) . Hay dolo en el que hace la apuesta si sabe de cierto que se ha
de verificar o se ha verificado el hecho de que se trata (artículo 2 2 6 1 ) .
La irrepetibilidad supone que el pago se haya realizado por perso¬
nas que tienen la libre administración de sus bienes. Rige la misma
norma del artículo 2 2 6 2 transcrita poco más arriba.
No hay duda, pues, que las apuestas lícitas dan origen a obligacio¬
nes naturales.
En cuanto a las apuestas ilícitas, tienen objeto de esta naturaleza y,
por lo mismo, son absolutamente nulas (artículo 1 6 8 2 ) . No producen
obligaciones civiles ni naturales. Y si bien es cierto que no puede repe¬
tirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a
sabiendas (artículo 1 4 6 8 ) , la irrepetibilidad en este caso es una san¬
ción: la ley no permite al que pagó invocar su propia torpeza, según se
explicó oportunamente.
6. Apuestas y juegos de azar autorizados excepcionalmente por leyes. Por
excepción, algunas leyes autorizan juegos de azar y apuestas que, con¬
forme a la legislación común, tienen sanción penal y, desde el punto
de vista civil, adolecen de objeto ilícito. Es el caso de las leyes que
regulan la Lotería de Concepción, la llamada Polla Chilena de Benefi¬
cencia, el Casino de Viña del Mar y otros, los hipódromos establecidos
por autorización del Presidente de la República; estos últimos, cum¬
pliendo determinados requisitos, pueden organizar y mantener el siste¬
ma de apuestas mutuas, con arreglo a los reglamentos que se expidan
por dicho mandatario. Algunas de estas leyes, como las referentes al
22
Ley N 4 . 2 8 3 , de 16 de febrero de 1928, sobre el Casino de Viña del Mar (artículo 8 ) ;
2 9
por el Decreto con Fuerza de Ley N 3 5 2 , de 20 de mayo de 1931 y por la Ley N 5.055, de 12
2 2
Hay, además de los citados, varios otros cuerpos legales que se ocupan de casinos de
juegos, apuestas mutuas, rifas, sorteos y colectas.
23
En este sentido Arturo Alessandri Besa, La nulidad y la rescisión en el Derecho Civil
chileno, Memoria de Licenciado, Santiago, 1949, N 164, p. 145; en una edición posterior,
9
sin fecha, este N 164 figura en la página 145 del tomo primero. Sigue el mismo criterio de
2
Alessandri, Ramón Meza Barros, Manual de Derecho Civil, De las Fuentes de las Obligaciones,
tomo II, Santiago, 1975, N 3 5 2 , p. 2 3 6 .
2
24
En el mismo sentido Avelino León H., El objeto en los actosjurídicos, Santiago, 1958,
N 54, p. 95.
2
1111 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
A. CUESTIONES GENERALES
107
108 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
1
Véase Aberkane, "Essai d'une theorie genérale de l'obligation propter rem", en Droit
Positif franjáis, París, 1957; Balbi, 1,e obbligazioni propter rem, Turín, 1950.
LOS SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN 111
2
Véase Biondi, "Oneri reali (Cargas reales) ed obbligazioni propter rem", estudio
publicado en Foro padano, t. I, pp. 341 y siguientes.
I R . V I V I X ) 1)1 I V S O H I I C A C I O M S
B. OBLIGACIONES MANCOMUNADAS
O SIMPLEMENTE CONJUNTAS
nes separadas; su único lazo de unión es el título único que las genera.
Los autores italianos, seducidos por los romanistas, se refieren a obliga-
ciones parciarias, porque el derecho de los acreedores está limitado a
una parte (pro parte, pro rata) de la prestación total, así que en reali-
dad se tienen tantas obligaciones autónomas fraccionadas cuantos sean
los acreedores o los deudores, lo cual exige la divisibilidad de la presta-
ción. Por último, los alemanes llaman a las obligaciones mancomuna-
das parciales o divididas.
rio al señalar que "si hubiere dos o más fiadores de una misma deuda,
que no se hayan obligado solidariamente al pago, se entenderá dividi-
da la deuda entre ellos por partes iguales, y no podrá el acreedor exigir
a ninguno sino la cuota que le quepa" (artículo 2367, inciso l ) . e
' Desde muy antiguo suele llamarse parte virilXn parte o cuota que en un derecho o en
una deuda tiene un sujeto, y es igual a la de cada uno de los demás: viriles, id est, oequales.
LOS SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN 117
4
Corte de Apelaciones de Talca, sentencias de 11 de julio de 1896 (Gaceta de tos
Tribunales, 1896, tomo II, N 2.484, página 12) y de 9 de noviembre de 1907 (Gaceta citada,
e
1907, t. II, N 1.025, página 633); Corte Suprema, 16 de septiembre de 1960, Revista de
g
Derecho y Jurisprudencia, tomo 57, segunda parte, sección primera, página 253. En el mismo
sentido Arturo Alessandri R., De la compraventa y de la promesa de venta, t. II, Santiago, 1918,
N 1.748, páginas 781-790.
e
Jurisprudencia, tomo 11, segunda parte, sección primera, página 522, considerando 5 , P Q
instancia, página 524. En el mismo sentido Victorio Pescio, "La acción resolutoria ejercita-
da por uno de los herederos del vendedor", estudio publicado en la Revista de Derecho y
Jurisprudencia, tomo 49, sección Derecho, páginas 88 a 91; Luigi Mosco, La resolución de los
contratos por incumplimiento, traducción de la primera edición italiana, Barcelona s/f, N 75, Q
página 234. Observa este último autor que si todas las prestaciones son divisibles, "cada
uno de los acreedores podrá intentar la acción de resolución por su parte, aun cuando
alguno de ellos opte por el cumplimiento o por el resarcimiento de daños".
I O S SI )!• I O S 1)1- I \ ( ) l i l K.ACION 1 19
6
En este sentido Corte Suprema, 7 de agosto de 1907 (Revista de Derecho y Jurispruden-
cia, tomo 5, segunda parte, sección primera, página 282) y 23 de noviembre de 1917
(Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 15, segunda parte, sección primera, página 277);
Corte de Apelaciones de Talca, 3 de julio de 1912 (Gaceta 1912, tomo I, N 4 1 7 , pági- S
na 614) y 10 de julio de 1912 (Gaceta 1912, tomo I, N 481, página 749); Arturo Alessandri
8
R., en nota a una sentencia de la Corte Suprema (Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo
30, segunda parte, sección primera, página 4 2 5 ) .
120 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
C. OBLIGACIONES SOLIDARIAS*
7
En este sentido Corte Suprema, 4 de mayo de 1933., R., tomo 30, segunda parte,
sección primera, página 425; Luis Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil chileno y compara-
do, tomo VII, N 2.602, página 208; Gonzalo Barriga Errázuriz, nota a la sentencia aquí
2
citada. Los párrafos del texto entre comillas son de este último autor.
* Bibliografía. Amorth, G , L'obbligazione solídale, Milano, 1959; Contreras S., Leticia, De
las obligaciones solidarias, Memoria de Licenciado, Concepción, 1943; Derrida, Solidarité, en
Encyclopédie Dalloz; Huang-Hai, La solidarité passive, thése, París, 1934; Hernández Gil, La
solidaridad en las obligaciones, en Revista de Derecho Privado. Madrid. 1946, páginas 100 \
siguientes; Somarriva, Tratado de las Cauciones, Santiago, 1943, páginas 39 y siguientes; Ra-
mírez Frías, Tomás A., Ensayo sobre la solidaridad e indivisibilidad jurídicas, Memoria de grado
para optar a la licenciatura en Leyes y Ciencias Políticas, Santiago de Chile, Imprenta
Mejía, 1901 (121 páginas).
LOS SUJETOS DE IA OBLIGACIÓN 121
artículo 2 ) .
S
9
Rodolfo Sohm, Instituciones de Derecho Privado Romano, traducción del alemán de
Wenceslao Roces, México, 1951, página 200.
126 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
1. Solidaridad activa
1 0
Sentencia arbitral de don Raúl Várela Várela, 29 de octubre de 1957, Revista de
Derecho y Jurisprudencia, tomo 54, segunda parte, sección 2 , página 139.
a
11
Corte de Apelaciones de Santiago, 21 de agosto de 1959, Revista de Derecho y Jurispru-
dencia, tomo 56, sección 4 , página 181.
a
128 ¡K\l 1)1 1 \ s ( ) i ; i IONKS
ellas, por sí sola, puede presentarse al banco para abrirla, a menos que
se haya pactado que deben hacerlo conjuntamente.
1 2
Karl Larenz, Derecho de Obligaciones, versión española del alemán por Jaime Santos
Briz, tomo I, Madrid, 1958, página 497.
130 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
e) Teoría que acepta el Código Civil chileno. No hay duda de que nues-
tro Código acepta la teoría de la pluralidad de las obligaciones. Así se
explica que una obligación solidaria pueda deberse de diversos modos;
por ejemplo, pura y simplemente respecto de unos, bajo condición o a
plazo respeto de otros (artículo 1 5 1 2 ) .
Asimismo, por otro lado, acepta la concepción romana. Pone en
evidencia que considera que cada coacreedor solidario tiene un dere-
cho autónomo al prescribir que "el deudor puede hacer el pago a
cualquiera de los acreedores solidarios que elija, a menos que haya
sido demandado por uno de ellos, pues entonces deberá hacer el pago
al demandante. La condonación de la deuda, la compensación, la no-
vación que intervenga entre el deudor y uno cualquiera de los acreedo-
res solidarios, extingue la deuda con respecto a los otros, de la misma
manera que el pago lo haría; con tal que uno de éstos no haya deman-
dado ya al deudor" (artículo 1513).
Refuerza la conclusión una nota de don Andrés Bello al artículo co-
rrespondiente del Proyecto Inédito (artículo 1690), según la cual "el pro-
yecto se separa aquí del Derecho francés y sigue el Derecho romano".
14
Arturo Alessandri R., Teoría de las Obligaciones, versiones taquigráficas de sus clases
tomadas por Ramón Latorre Zúñiga, tercera edición, Santiago, 1939, página 231. En la
edición de 1988, la Teoría de las Obligaciones contiene las apuntaciones del propio señor
Alessandri para el desarrollo de sus clases; en esta edición la cita corresponde a la pági-
na 274 N 5 .
s S
L'.'J TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
David Stitchkin B., Derecho Civil, tomo I, Las Obligaciones, edición a mimeógrafo,
1 5
2. Solidaridad pasiva
'• 1 a litiscontestatio urA el acto solemne poi medio del cual las partes, obligándose como
por contrato, daban inicio al procedimiento in inrem, y tenía por efecto eliminar la relación
precedente entre las partes, sustituyendo a ella una nueva, a saber, el compromiso recípro-
co de aceptar la decisión del juez" (Barbero, ob. citada, tomo II, página 16, nota 4 ) .
18
Marty et Raynaud, obra citada, tomo II, volumen 1, página 788.
l:¡h TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
21 Proyecto 1841-1845, artículo 6 del título VIII de la parte relativa a los Contratos y
a
que el acto de uno produzca los mismos efectos que si hubiese sido
ejecutado personalmente por los otros. 23
Sin embargo, hay muchos profesores que están con la teoría roma-
n a , porque cada deudor es libre para extinguir la obligación por
24
go Civil, tomo IV, 2 edición, Santiago, 1969, artículo 1511, página 142, doctrina N 6; en la
a 9
Tomás A. Ramírez Frías, Las Obligaciones en el Derecho Civil chileno, Apuntes de Estudio
2 4
por Francisco de la Carrera, Santiago, 19-14, página 68, N 9; Alessandri, ob. cit., pági-
9
na 231; Guillermo Correa Fuenzalida, Teoría de las Obligaciones, versión taquigráfica, editada
a mimeógrafo, Santiago, 1933, páginas 279 a 281.
'-' Doménico Barbero, Sistema del Diritto Privato Italiano, tomo II, Torino, 1965, pági-
na 17, al final.
Claro Solar, siguiendo al belga Laurent, expresa que para explicar la relaciones exter-
nas de la solidaridad pasiva basta tener presente el principio de la unidad de la prestación
y la pluralidad de vínculos que suponen estas obligaciones (Explicaciones de Derecho Civil
Chileno y Comparado, tomo X, N 473, página 4 2 2 ) .
s
1> T R A T A D O D E I A S O B I . I G A t :l( > \ K S
26 Véanse distintos problemas relacionados con esta materia en las obras dedicadas al
estudio de las quiebras.
LOS SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN 1 :í'.l
los culpables son varios, pues entonces también cada uno es "exclusiva
y solidariamente responsable", por manera que destruida la cosa por
hecho o culpa de todos los codeudores solidarios, el acreedor puede
exigirle a cada uno o a todos la indemnización de perjuicios respectiva;
y c) porque la mora de uno de los codeudores afecta a los demás, y
desde ese momento, si la cosa debida es una cantidad de dinero, co-
mienzan a correr los intereses contra cada uno de ellos, y los intereses
constituyen una forma especial de indemnización de perjuicios; sería
absurdo, entonces, que en este extremo la responsabilidad de los co-
deudores fuera solidaria y no cuando proviniera de otra causa: donde 32
Aubry et Rau, Cours de Droit Civil Franjáis, 5 edición, tomo IV, página 46, nota 29;
3 4 a
Laurent, Principes de Droit Civil Francais, 3 edición, t. XVII, N 312, página 311.
a g
LOS SUJETOS DE IA OBLIGACIÓN 1 l.-i
creen que el acreedor puede pedir toda la pena al infractor; pero a los
demás codeudores sólo la cuota correspondiente. Así lo dice el Código
tratándose de la obligación de cosa indivisible (artículo 1540, incisos 2 e
tero del Código de Napoleón, procedió así para recalcar que en este
punto se apartaba del Derecho romano de los tiempos de Justiniano,
que introdujo el beneficium divisionis, según el cual el acreedor se veía
forzado al fraccionar su demanda y a no exigir de cada deudor sino
una parte de la deuda.
b) Regla general. "El deudor solidario demandado puede o p o n e r
a la demanda todas las excepciones que resulten de la naturaleza de
LOS SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN 147
Marty ct Raynaud, Droit Civil, tomo II, primer volumen, Les Obligations, París, 1962,
3 8
N 788, página 79Ó; Stitchkin, ob. cit., tomo I, N 404, página 323.
9 9
que es indudable que la relación jurídica que hace valer es conexa con
la judicialmente resuelta si la excepción que esgrimió el primer deudor
era real, común a todos los deudores. Consecuentemente, la sentencia
pronunciada entre el acreedor y uno de los deudores solidarios puede
oponerse por el resto de éstos a aquél si el fallo se basó sobre una
excepción real o común y no sobre una personal del deudor conten-
diente.
El derecho comparado nos ofrece soluciones expresas, de viejo y
nuevo cuño. Entre las primeras está la del Código Civil español,
que, al hablar de la presunción de cosa juzgada, dice: "Se entiende
que hay identidad de personas siempre que los litigantes del segun-
do pleito sean causahabientes de los que contendieron en el pleito
anterior o estén unidos a ellos por vínculos de solidaridad o por los
que establece la indivisibilidad de las prestaciones entre los que
tienen derecho a exigirlas u obligación de satisfacerlas" (artícu-
lo 1252, inciso final). La identidad de los codeudores solidarios ha
sido negada por una sentencia de nuestros t r i b u n a l e s . Por su par- 40
41
Corte Suprema, 19 de noviembre de 1934. R., tomo 32, segunda parte, sección
primera, página 155.
152 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
tre sí, el pago que se hizo al acreedor. Sin esta etapa final no se lograría
el equilibrio económico entre los deudores o los acreedores, según la
solidaridad sea pasiva o activa. Si un deudor pagó la deuda que era
solidariamente de todos, nada más lógico y justo que los codeudores le
reembolsen lo que a cada uno le corresponde.
propia cuota y uno por la parte proporcional que les corresponde por
el insolvente. Este último, la más de las veces, saldará su deuda de
dinero con una de gratitud...
deuda, y la razón está en que cada endosante es, respecto de los que le
siguen, garante del pago total y la deuda no se divide entre ellos. 43
Raúl Várela V , Derecho Comercial, tomo II, Santiago, 1966, N 422, páginas 140-141.
9
LOS SUJETOS DE I A OBLIGACIÓN I fifi
de García Goyena (comentario al artículo 1062) se resta la cuota del libertado a los que
continúan en solidaridad, aunque aquél no la cubra; basta la voluntad del acreedor de
descargar de la solidaridad a uno de los deudores.
IV, 1K.YI U ) < ) 1)1- I V S O B I l ( , \ ( I O M s
norma que son tres los requisitos que deben concurrir para que el acree-
dor renuncie a la solidaridad en forma tácita a favor de uno de los
deudores: a) es preciso que el acreedor haya exigido o reconocido a uno
de los deudores su parte o cuota en la deuda, como, por ejemplo, si uno
de los tres deudores le intenta pagar el total y el acreedor le pide y recibe
nada más que su parte; b) requiérase que en la demanda o en el recibo o
carta de pago se manifieste que la voluntad del acreedor es sólo exigir o
recibir la parte o cuota que compete al deudor; y c) es necesario, por
último, que el acreedor remache su intención liberatoria no haciendo
reserva especial de la solidaridad o reserva general de sus derechos.
La jurisprudencia ha subrayado que no hay renuncia tácita cuando
sólo consta que el acreedor, ejecutante en el juicio, ha aceptado los
"abonos" que uno y otro deudor han hecho al crédito; pero no que
haya recibido a cada uno su parte o cuota en la deuda. 45
Corte Suprema, 27 de abril de 1939, R., tomo 37, sección primera, página 18,
4 5
ser indemnizado totalmente. Por otro lado, es bien sabido que la soli-
daridad no se presume; sólo se aplica en los casos que la ley la permite.
En Francia, autores y tribunales comprobaron que, conforme al artícu-
lo 55 del Código Penal, las consecuencias dañosas de un delito penal
deben ser indemnizadas solidariamente por sus coautores; pero que,
en estricto derecho, la regla no puede ampliarse a los delitos y cuaside-
litos civiles, porque sólo está consagrada formalmente la solidaridad
para los hechos previstos y sancionados por la ley penal. La conclusión
se juzgó injusta y se admitió que los coautores de un hecho ilícito civil
están obligados por el todo. ¿Pero cómo fundar este aserto? En un
principio se dijo que esta hipótesis no constituía solidaridad perfecta,
que produce dos clases de efectos: uno principal, el de poder deman-
dar por el todo a cada uno de los deudores, y otros secundarios: inte-
rrupción de la prescripción, la constitución en mora, etcétera. Así,
pues, j u n t o a la solidaridad perfecta, habría una imperfecta, que no
sería sino una solidaridad pasiva desprovista de los efectos secundarios,
que son los que se explican por la representación mutua de los deudo-
res frente al acreedor. Tal representación es inverosímil entre personas
que no se conocen y menos han podido consentir, o es legalmente
inconcebible, porque sería nula por causa ilícita (caso de los coautores
de un mismo delito).
La teoría de la solidaridad imperfecta fue abandonada, porque es
muy dudoso que las obligaciones a las cuales pretendía aplicarse tuvie-
ran carácter solidario. Sin embargo, ellas renacieron con otro nombre
y configuración. La doctrina y la jurisprudencia de Francia hablan
ahora de obligaciones de responsabilidad colectiva o in solidum, dán-
dosele a esta última expresión un significado distinto del tradicional.
Obligaciones in solidum serían aquellas que tienen causas distintas y un
objeto idéntico que deben por el todo a un solo acreedor varios deudo-
res. Cada uno de los deudores debe el mismo objeto por el todo, es
decir, in solidum. Los deudores de las obligaciones solidarias lo son de
una obligación que presenta la misma causa, y los deudores de las
obligaciones in solidum lo son de varias de causas distintas. Serían
ejemplo de esta última especie las obligaciones que tienen varias perso-
nas frente a un mismo alimentario; todas ellas están obligadas a pro-
porcionar a éste lo necesario para vivir, pero sus obligaciones son
distintas, no solidarias. Lo mismo ocurre cuando una persona está ase-
gurada contra un accidente del tránsito: puede demandar por el todo
al autor del accidente o a la compañía aseguradora; no cabe duda que
las causas de la obligación de uno y otro deudor son diferentes.
El fundamento se buscó en el principio más amplio que impone al
responsable de un hecho pagar la integridad del perjuicio que ese
hecho causó, y si éste proviene de más de un sujeto, todos ellos tienen
LOS SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN 159
I A PRESTACIÓN
A. CUESTIONES GENERALES
1
Opinan que la prestación es objeto de la obligación: Ruggiero, Maroi e Maiorca,
Istituzioni di Diritto Civile, volumen II, Milano, 1962, N 126, página 12; Giorgio di Semo,
2
Elementi di Diritto Privato, Milano, 1960, página 336; F. Santoro Passarelli, Doctrinas Generales
del Derecho Civil, traducción española, Madrid, 1964, página 82; Henri, Léon et Jean Ma-
zeaud, I^cons de Droit Civil, tomo II, París, 1960, N" 231 y siguientes; Marty et Raynaud, ob.
s
Trabucchi, Instituciones de Derecho Civil, traducción española, tomo II, N 208, páginas 5-6;
2
174, páginas 315-316; Candían, Instituciones de Derecho Privado, traducción castellana del
italiano, México, 1961, páginas 214 y 253.
2
Ejemplo de un descuido terminológico encontramos en Mazeaud, ob. cit., tomo I,
París, 1959. En una línea habla de la prestación debida como objeto de la obligación y en
la siguiente refiere la cosa a ese objeto.
I A PRESTACIÓN 1 f,:¡
perseguida por las partes, que debe diferenciarse del objeto de las
obligaciones creadas, y que no es otro que la prestación. En general,
con referencia a actos jurídicos bilaterales, se estima que esta última
distinción es exacta en teoría; pero que aplicada a los contratos mira-
dos como generadores de obligaciones, se ve claro que la "operación
jurídica" proyectada por las partes se resuelve precisamente en una
creación de obligaciones y al fin es el objeto de éstas el que condiciona
la validez de los contratos. Por eso el objeto del contrato se identifica
4
Léon Julliot de la Morandiére, Précis de Droit Civil, tomo II, París, 1961, N 356,
3 B
página 186.
Marty et Raynaud, ob. cit., tomo II, volumen primero, París, 1962, N 164, pági-
4 Q
na 150.
De Semo, ob. cit., N 532, página 372.
5 E
lhl TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
6
Ludovico Barassi, La teoría genérale delle obbligazioni, volumen I, Milano, 1948, pági-
nas 149-150.
7
Sentencia de 31 de mayo de 1907, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 7, segunda
parte, sección primera, página 5.
1 (',{', TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
8
Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, tomo X, Santiago, 1936,
página 14; María Montenegro O., El concepto de obligación y su evolución, Memoria de Licen-
ciado, Santiago, 1953, N 29, páginas 18-20.
Q
9
Stitchkin, ob. cit., tomo I, Santiago, 1948, páginas 8-9.
168 T R A T A D O DK I A S OBLIGACIONES
contenido patrimonial, por lo que al regular sólo los efectos del incum-
plimiento de las obligaciones que produce perjuicios pecuniarios, dejó
la sanción de las otras a los principios de equidad, que también consti-
tuyen fuente de derecho (Código de Procedimiento Civil, artículo 170,
N 5 ) y que son los que pueden adaptarse en cada caso a la múltiple
B e
Véase Leslie Tomasello H., El daño moral en la responsabilidad contractual, Santiago, 1969.
12
pág. 182.
LA PRESTACIÓN ll.'i
que una y otra obligación son, en concepto del Código, dos cosas
distintas, porque el continente no puede ser igual al contenido.
2. Cuando la ley se refiere a las obligaciones que tienen por objeto
transferir el dominio, habla de dar y no de entregar. Así lo hace al
definir la compraventa como un contrato "en que una de las partes
(vendedor) se obliga a dar una cosa y la otra (comprador) a pagarla en
dinero" (artículo 1793). Empero no puede desconocerse que a menu-
do identifica dación y entrega, y así, por ejemplo, declara que las obli-
gaciones del vendedor se reducen en general a dos: la entrega o tradición,
y el saneamiento de la cosa vendida (artículo 1824). Los casos en que
la ley en vez de dar dice entregar constituyen, según algunos, lapsus
linguae, o sea, tropiezo o error de lengua. 14
En este sentido: Tomás A. Ramírez Frías, Las obligaciones en el Derecho Civil chileno.
1 4
Apuntes de clases tomados por Francisco de la Carrera, Santiago, 1914, páginas 19-20.
LA PRESTACIÓN 171
Este último argumento es de poca fuerza. Sólo significa que para los
efectos del cumplimiento ejecutivo no hay necesidad de distinguir, porque
son aplicables e idóneas las mismas reglas tratándose de obligaciones de
dar o de entregar. Por otro lado, ya se ha visto que no toda obligación de
entregar forma parte de una obligación de dar; las hay independientes.
En conclusión, la obligación de dar por su naturaleza es distinta de la
de entregar, pues va dirigida a la transferencia o enajenación de la cosa
que forma el contenido de la prestación, mientras que la segunda sólo
mira a la entrega de la tenencia o uso de esa cosa. Sin embargo, como
a una y otra son aplicables las mismas normas, salvo expresa disposi-
ción en contrario, desde un punto de vista de legislación positiva la
definición de la obligación de dar puede formularse en términos que
abarquen a ambas.
La jurisprudencia se ha inclinado por la interpretación amplia, se-
gún la cual el concepto de obligación de dar dentro de nuestra legisla-
1 5
Sesión 25. Véase Santiago Lazo, Los Códigos Chilenos Anotados, Código de Procedimiento
Civil. Orígenes, Concordancias, Jurisprudencia, Santiago, 1918, página 402.
172 TRATADO DE IAS OBLIGACIONES
1 6
Corte de Iquique, 30 octubre 1933, Gaceta de los Tribunales, año 1933, segundo
semestre, N" 81, página 263. En voto disidente, el Ministro don Urbano Marín se pronun-
cia por la concepción restringida de la obligación de dar; afirma que ésta es aquella en que
la prestación del deudor consiste en la transferencia del dominio o en la constitución de
un derecho real sobre una cosa a favor del acreedor.
17
Sostienen la concepción amplia: A. Alessandri R., Teoría de las obligaciones, Santiago,
1988, página 24; Manuel Somarriva U., Curso de Derecho Civil (basado en las explicaciones de
clases de A. Alessandri R. y M. Somarriva U.), tomo III, De las Obligaciones, Santiago, 1941,
N 37, página 27; Guillermo Correa Fuenzalida, Teoría de las obligaciones (versiones taquigráfi-
g
cas de clases), edición mimeográfica, Santiago, 1933, página 33; Fernando Fueyo L., De las
obligaciones, volumen I, Santiago, 1958, N 208, página 236; Rene Abeliuk M., Las obligaciones,
B
tomo I, Editorial Jurídica de Chile, impreso en Santa Fe de Bogotá, 1993, N 46, página 283.
9
1 8
Corte de Apelaciones de Temuco, 10 de septiembre de 1936, Revista de Derecho y
Jurisprudencia, tomo 39, segunda parte, sección segunda, página 37. El Ministro don Urba-
no Marín sostuvo la opinión contraria a la de la mayoría.
LA PRESTACIÓN I7;i
227. DISTINCIÓN E N T R E L A O B L I G A C I Ó N D E N O H A C E R Y L A S E R V I D U M B R E
NEGATIVA. Sabemos que servidumbre negativa es la que impone al due-
ño del predio sirviente la prohibición de hacer algo, que sin la servi-
dumbre le sería lícito, como la de no poder elevar sus paredes sino a
cierta altura (Código Civil, artículo 8 2 3 ) .
¿En qué se diferencia este derecho real de la simple obligación de
no hacer? La discriminación es de gran interés práctico. Porque la
servidumbre, como es inherente al predio sirviente, hace que si se
transfiere éste a otra persona, pasa al nuevo titular con la prohibición;
en cambio, si se trata de una simple obligación de no hacer establecida
en favor de determinada persona, el nuevo titular no tendrá por qué
respetar el pacto.
Resolver cuándo hay una obligación simplemente y cuándo una servi-
dumbre es cuestión de hecho; depende de la interpretación de la volun-
tad de las partes. Como pauta para la indagación se toma por base el
interés que viene a favorecer la abstención, si el del fundo dominante o
el personal y contingente del que suscribió el pacto a su favor.
229. SUBDIVISIÓN D E L A S O B L I G A C I O N E S D E H A C E R : D E M E D I O Y D E R E S U L -
231. CONCEPTO D E L A S O B L I G A C I O N E S E S P E C Í F I C A S Y D E L A S G E N É R I C A S ;
OBLIGACIONES D E C U E R P O C I E R T O . Obligación específica es aquella en
que el objeto debido se señala por sus caracteres individuales que lo
distinguen de todo otro, y obligación genérica es aquella en que el
objeto debido se determina sólo por los caracteres de la clase o género
determinado a que pertenece.
Esta clasificación se aplica a todas las obligaciones, sean de dar,
hacer o n o hacer. Ejemplos: entregar el caballo "Gitanillo" (obligación
17C, T R A T A D O DK [ A S O B L I G A C I O N E S
232. A. O B L I G A C I O N E S D E E S P E C I E O C U E R P O C I E R T O , a) Concepto. Un
cuerpo cierto es una cosa que está determinada no sólo por su especie,
sino por su individualidad, es decir, por caracteres que la distinguen de
todas las demás de su misma especie: el caballo "Split"; la máquina de
escribir marca tanto, tipo portátil, número 16381; la casa situada en
Morandé 80. Obligación de especie o cuerpo cierto es, pues, aquella
en que se debe un individuo determinado de una clase o género tam-
bién determinado; es aquella en que el objeto de la prestación es una
cosa determinada por sus caracteres propios que la distinguen de todas
las demás, incluso de las de su mismo género o especie.
b) Ausencia de reglamentación especial. El Código Civil no reglamenta
en forma especial o sistemática las obligaciones de especie o cuerpo
cierto; no les dedica ningún título o párrafo. Sin embargo, contiene
varias disposiciones en que las considera particularmente (artículos 1526,
N 2 , 1548, 1550, 1590, 1670 y siguientes).
s S
por hecho o culpa del deudor (artículos 1547, inciso 2 ; 1590, inciso l , y
9 e
1 9
Corte de Apelaciones de Santiago, 30 de junio de 1943, Revista de Derecho y Jurispru-
dencia, tomo 40, segunda parte, sección segunda, página 77.
ITs TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
1 ai e n / , o h . cit.. l o m o I. p á g i n a 1 lili.
180 TRATADO DF. LAS OBLIGACIONES
especie o cuerpo cierto y, por ende, los riesgos son de cargo del com-
prador. No ocurre lo mismo "si de las cosas que suelen venderse a peso,
cuenta o medida, sólo se vende una parte indeterminada, como diez
fanegas de trigo de las contenidas en cierto granero", pues entonces "la
pérdida, deterioro o mejora no pertenecerá al comprador, sino des-
pués de haberse ajustado el precio y de haberse pesado, contado o
medido dicha parte" (artículo 1821, inciso 2 ) . La jurisprudencia ha
e
aclarado que no hay parte indeterminada "si se vende la parte del trigo
que corresponde al vendedor en una sementera determinada". 21
año 1888, tomo II, N 1928, página 117 (considerando 9 de primera instancia, página 118).
e S
José Castán Tobeñas, Derecho Civil Español, Común y Foral, tomo III, Madrid, 1967,
2 2
página 127.
TRATADO DF. I A S OBLIGACIONES
234. PARALELO E N T R E L A S O B L I G A C I O N E S D E E S P E C I E O C U E R P O C I E R T O Y
arrendamiento.
En el año 2000, tomando en cuenta las repercusiones económicas
que en Chile tuvo la crisis asiática, algunas instituciones de crédito
acordaron voluntariamente con sus deudores repactar las deudas, con-
cediendo a estos últimos un mayor plazo para pagarlas. También el
Estado dispuso la reprogramación de ciertas deudas tributarias, conce-
diendo, entre otros beneficios, un mayor plazo para pagarlas.
1. Obligaciones cumulativas
2. Obligaciones alternativas
Ruggiero, Maroi e Maiorca, ob. cit., tomo II, página 17, texto y nota 1.
¡Mi TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
2 4 2 . C O N C E P T O ; T E O R Í A S S O B R E I A N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A . El Código da
una definición de obligación alternativa. Dice que es aquella por la
cual se deben varias cosas, de tal manera que la ejecución de una de
ellas exonera de la ejecución de las otras (artículo 1 4 9 9 ) . Suele citarse
en latín la frase "plures res sunt in obligatione, una autem in solutione":
varias cosas están en obligación, una sola en el pago.
Esta frase, como la definición de nuestro Código y las doctrinas de
algunos autores dan a entender que los objetos de la obligación alter-
nativa son dos o más; pero que uno sólo puede ser exigido. Y como la
determinación de la cosa sólo se hace al momento de la elección para
el pago, esta concepción se conoce con el nombre de teoría de la penden-
cia resolutoria.
Para otra teoría, la de la unidad del objeto, sólo se debe una cosa,
relativamente indeterminada dentro de los límites de la cláusula que la
establece, pero que más tarde se precisa. En resumen, la obligación
alternativa sería la que tiene un solo objeto, que es posible escoger de
entre los varios que la misma enuncia.
dades diferentes en la clase y forma del cumplimiento. Y agrega que no hay, por ejemplo,
obligación alternativa cuando al deudor se le ha dejado únicamente la elección entre el
pago en moneda metálica y la transferencia bancaria". (Obra citada, tomo I, página 167,
texto y nota 1.)
En el mismo sentido opinan los franceses Marty et Raynaud. Dicen: "La obligación
alternativa supone una elección entre dos prestaciones diferentes y no sólo una elección
entre dos modalidades de una misma prestación". (Obra citada, capítulo I I , volumen 1,
N 764, página 771.)
S
Estas obligaciones
2 4 4 . VENTAJA D E I A S O B L I G A C I O N E S A L T E R N A T I V A S .
dan al acreedor mayor certeza de ser pagado, pues si perece una de las
cosas queda la posibilidad de recibir la otra que está in obligatione. Por
otra parte, cuando la elección de la cosa n o es inmediata y se difiere,
permite consultar el interés del elector en ese momento.
3. Obligaciones facultativas
2 9
Candian, ob. cit., N 177, página 262.
fi
LA P R E S T A C I Ó N 191
256. COMPARACIÓN E N T R E L A S O B L I G A C I O N E S A I T E R N A T I V A S Y L A S F A C U L -
TATIVAS. En la obligación alternativa hay dos o más cosas igualmente
debidas; en la facultativa una sola cosa es la debida, y la otra, que
puede ser pagada en su lugar, n o es debida y está solamente en facul-
tad de solución. Y de tal circunstancia le viene el nombre con que la
bauli/ó el jurisconsullo Delvincourt.
De la diferencia fundamental señalada arrancan las consecuencias
siguientes:
1. Validez del objeto. Si una de las cosas, en una obligación alternativa,
no es susceptible de constituir el objeto de una obligación, la otra siem-
pre es debida y subsiste la obligación. Por el contrario, si la obligación es
facultativa y la cosa debida no puede ser objeto de ella, la obligación es
nula aunque la cosa de sustitución pueda servir de objeto válido.
2. Demanda judicial de la obligación. Cuando el acreedor de una obli-
gación alternativa demanda judicialmente al deudor, y a este último
corresponde la elección de la cosa, él debe demandar las dos cosas -pedir
que se le entregue la una o la otra- para que el demandado pueda
hacer la elección. En cambio, si la obligación es facultativa, el acreedor
sólo podrá solicitar la única cosa debida, y será al deudor, si no puede
cumplir con ésta, a quien corresponderá invocar su facultad de pagar
con otra cosa.
3. Determinación de la naturaleza mueble o inmueble de la obligación. La
naturaleza mueble o inmueble de la obligación depende, en la alterna-
tiva, de la prestación que ha sido elegida para la ejecución; por el
contrario, en la obligación facultativa hay que atenerse a la naturaleza
de la prestación debida; la que se concede como facultad en sustitu-
ción de aquélla no cuenta.
4. Riesgos de la cosa. En las obligaciones alternativas la pérdida de
una de las cosas por caso fortuito no libera al deudor de la prestación
de la otra. Pero en las obligaciones facultativas la pérdida fortuita del
objeto únicamente debido libera al deudor de todo vínculo, aunque
subsista el otro que facultativamente podía pagar.
sido considerado por las partes. Esta obligación sólo puede cumplirse
por entero.
El pago de una cantidad de dinero es ejemplo de una prestación
típicamente divisible; en cambio, la obligación de entregar un caballo
es ejemplo de una obligación indivisible, porque debe hacerse traspa-
sando el animal entero y de una sola vez.
En general, tanto cuando la obligación es simple, es decir, de un
solo acreedor y de un solo deudor, como cuando es plural, o sea, de
varios acreedores o varios deudores, puede decirse que es indivisible si
el objeto de la prestación (cosa o hecho) debe cumplirse por el todo y
no por partes, sea por la naturaleza misma del objeto, sea por el modo
que han tenido las partes para considerarlo.
3 2
Sentencia de 10 de julio de 1953, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 50, segunda
parte, sección primera, página 231.
Mili TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
1914, segundo semestre, N 507, página 1384 (considerando 4 , página 1387); Corte de
e S
272. 2 D E U D A D E U N A E S P E C I E O C U E R P O C I E R T O . Si la deuda es de
a
dores. Como n o hay norma especial para el caso, hay que recurrir a la
norma general, y lo es la obligación simplemente conjunta. En conse-
cuencia, se concluye, para devolver el cofre el hotelero debió exigir la
presencia de los dos pasajeros.
273. 3 Q
INDEMNIZACIÓN D E PERJUICIOS P O R INCUMPLIMIENTO DETERMI-
NADO P O R U N CODEUDOR. Aquel de los codeudores por cuyo hecho o
culpa se ha tornado imposible el cumplimiento de la obligación es
exclusiva y solidariamente responsable de todo perjuicio al acreedor
(artículo 1526, N 3 ) . Esta regla está repetida en otra disposición que
s
274. 4 Q
PAGO T O T A L I M P U E S T O A U N H E R E D E R O E I N D I V I S I B I L I D A D E S T I -
PULADA, a) Pago total de una deuda impuesta a un heredero. Cuando por
testamento o por convención entre los herederos, o por la partición de
la herencia, se ha impuesto a uno de los herederos la obligación de
pagar el total de una deuda, el acreedor podrá dirigirse o contra este
heredero por el total de la deuda, o contra cada uno de los herederos
por la parte que le corresponda a prorrata (artículo 1526, N 4 , inci- 2 Q
so 1 ) .
Q
mayor gravamen que el que los referidos actos les habían impuesto,
tienen derecho a ser indemnizados por sus coherederos (Código Civil,
artículos 1358 y 1359).
b) Indivisibilidad estipulada con el causante. Si expresamente se hubie-
re estipulado con el difunto que el pago n o pueda hacerse por partes,
ni aun por los herederos del deudor, cada u n o de éstos puede ser
obligado a entenderse con sus coherederos para pagar el total de la
deuda, o a pagarla él mismo, salva su acción de saneamiento (Código
Civil, artículo 1526, N 4 , inciso 2 ) , es decir, puede repetir contra los
a a e
275. INEXISTENCIA D E L A I N D I V I S I B I L I D A D D E P A G O A C T I V A ; L O S H E R E D E -
ROS DELACREEDOR DEBEN OBRAR DE CONSUNO PARA C O B R A R E L T O T A L
DE LA DEUDA. Expresamente declara la ley que "los herederos del acree-
dor, si no entablan conjuntamente su acción, no podrán exigir el pago
de la deuda, sino a prorrata de sus cuotas" (artículo 1526, N 4 , inci- Q a
so 3 ) . a
276. DERECHO D E L O S H E R E D E R O S D E D E M A N D A R S U P A R T E E N E L C R É D I -
TO MIENTRASD U R A I A I N D I V I S I Ó N , a) Conforme a una doctrina, los
herederos del acreedor no pueden demandar su cuota en el crédito
antes de realizarse la partición, antes de que en ésta se les haya adjudi-
cado el crédito o una parte del mismo. 38
Arguyese que los créditos, por el solo hecho de la muerte del acree-
dor, n o se dividen de pleno derecho entre los herederos de éste; si así
fuera, no podría producirse el efecto declarativo de la partición señala-
do en el artículo 1344 del Código Civil, que reputa a cada asignatario
haber sucedido inmediata y exclusivamente al difunto en todos los
efectos (cosas corporales e incorporales y, entre éstas, los créditos) que
le hubieren cabido, y no haber tenido jamás parte alguna en los otros
segunda parte, sección primera, página 282) y 23 de noviembre de 1917 (Revista de Derecho
y Jurisprudencia, tomo 15, segunda parte, sección primera, página 277. Don Arturo Alessan-
dri R . se pronuncia en el mismo sentido en una nota a la sentencia de la Corte Suprema,
de 4 de mayo de 1933, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 30, segunda parte, sección
primera, página 425.
LA PRESTACIÓN L'ii;,
5 9
Alessandri, nota citada, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 30, segunda parte,
sección primera, página 425.
4 0
ídem.
4 1
Corte Suprema, 4 de mayo de 1933, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 30,
segunda parte, sección primera, página 425. En el mismo sentido: Gonzalo Barriga E., en
• o t a a la sentencia citada; Luis Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado,
•orno XVII, página 204; Manuel Somarriva U., Indivisión y Partición, segunda edición, tomo I,
Santiago, 1956, N 27, páginas 66 a 70.
B
4 2
Corte de Talca, 17 de julio de 1924, Gaceta de los Tribunales, segundo semestre, N 98,
a
pagina 484.
L'IKi TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
277. 5 B
PAGO D E U N A C O S A I N D E T E R M I N A D A C U Y A D I V I S I Ó N O C A S I O N A R Í A
GRAVE PERJUICIO AL ACREEDOR. Si se debe un terreno, o cualquiera otra
cosa indeterminada, cuya división ocasionare grave perjuicio al acree-
dor, cada uno de los codeudores podrá ser obligado a entenderse con
los otros para el pago de la cosa entera, o a pagarla él mismo, salva su
acción para ser indemnizado por los otros (artículo 1526 N 5 ) . e S
se adeuda), son inaplicables a una obligación que tiene por objeto una
cosa incorporal, porque ellos, que se refieren a cosas corporales, con-
templan excepciones al principio de la divisibilidad de pago estableci-
do en el inciso l del mismo artículo, y como excepciones sólo admiten
9
nativa aquella obligación por la cual se deben varias cosas, de tal mane-
ra que la ejecución de una de ellas exonera de la ejecución de las otras
(Código Civil, artículo 1499).
Cuando la obligación es alternativa, si la elección es de los acreedo-
res, deben hacerla todos de consuno; y si la elección es de los deudo-
res, también deben hacerla de consuno todos éstos (Código Civil,
artículo 1526, N 6 ) . No podría uno elegir una cosa y otro una distin-
9 9
Don Luis Claro Solar es quien, entre nosotros, ha estudiado más latamente la relación
entre los artículos 1344 y 1526, N 4 . Véase la obra citada anteriormente, tomo XVII,
S 2
hay para la parte que no cumple una obligación alternativa, y que si los
acreedores son varios, la elección de la acción, la resolutoria o la de
cumplimiento, deben hacerla de consuno. Una parte de la doctrina
niega el aserto de la existencia de la obligación alternativa y de que la
elección de la acción es indivisible. Nosotros dilucidaremos el punto
45
4 4
Véanse en el Repertorio de Legislación y Jurisprudencia chilenas, Código Civil, los fallos
publicados relativos a los artículos 1489 y 1526.
Victorio Pescio, "La acción resolutoria ejercida por uno de los herederos del vende-
4 5
dor", estudio publicado en la Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 49, primera parte,
Derecho, páginas 88 a 9 1 ; sigue a este maestro Ramón Meza B., De las Obligaciones, Santia-
go, 1997, N 164, página 107.
s
208 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
' Foignet, Manuel étémentaire de droit civil, tomo II, París, 1921, página 200.
4(
Barassi, obra citada, tomo I I , página 26; Castán, obra citada, tomo I I I , página 136.
210 TRATADO DE 1AS OBLIGACIONES
5 2
Véase la jurisprudencia del artículo 438 del Código de Procedimiento Civil en la
obra citada en la nota anterior.
IA PRESTACIÓN •2\ 1
288. PRESTACIONES D E D I N E R O , D E I N T E R E S E S E I N D E M N I Z A T O R I A S . R E F E -
RENCIA. Ciertos autores finalizan el capítulo dedicado a la prestación
analizando especialmente las prestaciones de dinero, de intereses y las
indemnizaciones. Porque tales o b j e t o s de la prestación están s u b o r d i -
nados a un régimen peculiar, sea por su mayor frecuencia en las rela-
ciones obligatorias, sea por la función singular que cumplen.
Nosotros nos ocuparemos de las prestaciones de dinero y de intere-
ses al estudiar el pago o cumplimiento de las obligaciones.
En cuanto a las prestaciones indemnizatorias, ya hemos tocado el
punto al hablar de la reparación de los daños originados por los he-
chos ilícitos, y más adelante volveremos sobre el tema al tratar especial-
mente la responsabilidad contractual.
CAPITULO VIII
290. LAS M O D A L I D A D E S E N S E N T I D O A M P L I O ; O B L I G A C I O N E S C O M P L E J A S .
En sentido amplio, algunos autores suelen dar el nombre de modalidad
a cualquier elemento que altere la estructura simple de la obligación
en general o que modifique sus efectos habituales. Y desde este punto
de vista las modalidades se agrupan en diversas categorías: a) modali-
dades en sentido estricto, que son las que alteran el nacimiento, ad-
quisición, e x t i n c i ó n o e j e r c i c i o de la obligación (obligaciones
condicionales, a plazo y modales); b) modalidades que afectan al obje-
to de la obligación (conjuntivas, alternativas, facultativas, indivisibles),
haciéndolo plural o no susceptible de prestarse sino por el todo o
entero; c) modalidades que alteran el número de los sujetos de la
obligación (pluralidad de acreedores o de deudores), y d) modalida-
des que modifican la persona en quien se radican los efectos de las
obligaciones (obligaciones contraídas por representantes).
Considerando en esta forma amplia las modalidades, una parte de
la doctrina llama obligaciones complejas a las que están afectadas de
cualquiera de las modalidades recién enunciadas, y obligaciones puras
y simples, a las que n o están sometidas a ninguna de ellas.
Nosotros sólo nos referiremos con la denominación de modalidades
a las que lo son en sentido estricto (condición, plazo, modo); las demás
* Bibliografía: Rene Lazo F., Ensayo de una teoría general de las modalidades en los actos
jurídicos, Memoria de Licenciado, Concepción, 1946.
213
214 T R A T A D O DE LAS O B L I G A C I O N E S
292. CARACTERES C O M U N E S D E L A S M O D A L I D A D E S E N S E N T I D O E S T R I C T O .
a) Inteligencia del carácter accidental. Las modalidades, llámense condi-
ción, plazo o modo, son elementos accidentales del acto o contrato.
Recuérdese que, conforme a la teoría tradicional que sigue nuestro
Código Civil, en todo contrato se distinguen los elementos que son de
su esencia, de su naturaleza y puramente accidentales. Son de la esencia
de un acto aquellos elementos sin los cuales o no produce efecto algu-
no, o degenera en otro acto jurídico diferente; son de la naturaleza de
un acto los que no siendo esenciales en él, se entienden pertenecerle,
sin necesidad de una cláusula especial; y son accidentales de un acto
aquellos que ni esencial ni naturalmente le pertenecen, y que se le
agregan por medio de cláusulas especiales (artículo 1444).
Las modalidades son elementos accidentales porque pueden formar
parte o no del acto. Para que sean parte integrante de éste es preciso que
se introduzcan por medio de una declaración especial de voluntad; de lo
contrario no existen y el acto es puro y simple y adquiere eficacia de
inmediato. Pero una vez incorporados al acto jurídico, son elementos
que adquieren trascendencia jurídica. Por e s o s e dice que l o s elementos
accidentales lo son en relación al negocio típico o abstracto considerado
por la ley; pero en el negocio concreto en que figuran son elementos
constituüvos y por tanto esenciales respecto del mismo, sin que puedan
separarse de ése. Un acto jurídico que contiene una obligación a plazo o
bajo condición es distinto de uno puro y simple. Claro que la modalidad
no afecta a la existencia del acto jurídico, sino a su eficacia, a la produc-
ción de sus efectos. Y desde este punto de vista no puede escindirse de la
obligación generada por el acto que contiene la condición, el plazo o el
modo. Si, por ejemplo, dono un cuadro famoso a un amigo, si se casa,
no adquirirá derecho a la cosa donada sino el día que cumpla la condi-
ción. Él amigo no podría pretender antes el objeto aduciendo que lo
importante es la obligación contraída, y que la condición es lo de menos;
216 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
único que ocurre es que la misma ley permite que un elemento esen-
cial que debería existir al formarse el acto jurídico, se integre después;
pero como tal fenómeno debe ocurrir siempre, pues no se concibe una
obligación cuya prestación no tiene objeto, incorrecto resulta hablar
de condición - h e c h o que puede suceder o n o - , a menos que, precisa-
mente, se trate de una simple manera de hablar.
También el Código Civil establece que el fideicomiso supone siem-
pre la condición expresa o tácita de existir el fideicomisario, o su susti-
tuto, a la época de la restitución (artículo 738, inciso l ) . Si se considera
e
que toda modalidad es, por definición, un elemento que puede concu-
rrir o no en un acto jurídico, habrá que aceptar que la llamada condi-
ción de existencia del fideicomisario no es propiamente una condición,
porque jamás, nunca, puede faltar en el fideicomiso. Trátase de presu-
puesto del acto jurídico, es decir, de un elemento que, aunque extrínse-
co a éste, lo integra y debe estar presente en el momento en que el
acto se cumple o tiene vigor; es indispensable para su validez (ejem-
plos: capacidad del sujeto, idoneidad del objeto).
Otro de los casos que se enuncian entre los de modalidad suben-
tendida por la ley, a falta de determinación de las partes, es el de la
disposición conforme a la cual "si no se hubiere fijado término para el
pago del mutuo, no habrá derecho de exigirlo dentro de los diez días
subsiguientes a la entrega" (artículo 2 2 0 0 ) . El plazo en el mutuo es una
exigencia perentoria impuesta en razón de la finalidad misma de este
contrato: proporcionar el goce de ciertas cosas fungibles, que se entre-
gan al mutuario con la obligación de restituir otras tantas del mismo
género y calidad. Se ha observado que admitir la restitución inmediata
de las cosas prestadas, si no se ha convenido un plazo, sería ir contra
esa finalidad de goce durante cierto tiempo; implicaría transformar el
mutuo en permuta, porque se produciría simplemente un cambio de
unas cosas por otras. De ahí que el legislador, reconociendo la finali-
dad de goce del contrato de mutuo, ha creído necesario suplir el silen-
cio de las partes estableciendo un plazo que ha juzgado prudencial. 1
número 31.
T R A T A D O DK I A S OBLIGACIONES
293. ESTUDIO P A R T I C U L A R D E L A S O B L I G A C I O N E S S U J E T A S A D I V E R S A S M O -
DALIDADES. Las obligaciones puras y simples representan el caso nor-
mal y corriente de las relaciones creditorias y, por lo mismo, no
requieren explicaciones mayores. Por el contrario, las obligaciones su-
jetas a modalidades deben analizarse especialmente y por separado,
según estén sometidas a condición, plazo o modo. En consecuencia,
dedicaremos sendos capítulos a las obligaciones condicionales, a plazo
y modales.
CAPITULO IX
OBLIGACIONES CONDICIONALES*
A. CUESTIONES GENERALES
2WI
220 T R A T A D O DE LAS O B L I G A C I O N E S
uno de estos significados está tomada al decirse que "son personas los
individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estir-
pe o condición" (artículo 55) y al disponerse, en los actos y declaracio-
nes de voluntad, que "la fuerza no vicia el consentimiento, sino cuando
es capaz de producir una impresión fuerte en una persona de sano
juicio, tomando en cuenta su edad, sexo y condición" (artículo 1456).
Pero la acepción técnica y precisa es la de un acontecimiento futuro e
incierto del cual depende la adquisición o extinción de un derecho
(artículos 1473 y 1479); en otros términos, desde el otro lado de la
medalla, la condición es un hecho futuro e incierto del cual depende la
existencia de la obligación, sea su adquisición, sea su resolución.
2 9 9 . a) E V E N T O N O F U T U R O U O B J E T I V A M E N T E N O I N C I E R T O . N O pueden
ser verdaderas condiciones, por faltar toda incertidumbre objetiva, los
hechos presentes o pasados; la existencia o no existencia de esos he-
chos sólo constituye una incertidumbre subjetiva. Esta situación pre-
senta dos variantes: o el hecho presente o pasado se considera en ese
presente o pasado, o el hecho pasado se pone como condición para
tiempo futuro.
1. Consideración del hecho presente o pasado en ese presente o pasado. Si el
hecho existe o ha existido, se mira como una condición no escrita, o sea,
no se suspende el cumplimiento de la obligación, porque ésta se reputa
pura y simple, como un vínculo perfecto y eficaz (Código Civil, artícu-
lo 1 0 7 1 , inciso l ) . Ejemplo de hecho presente (condicio in praesens): en
s
un día de lluvia, declaro darte un paraguas, si ese día se mojan las torres
y los prados; tu derecho y mi obligación nacen inmediatamente. Sucede
lo mismo si pongo como condición un hecho pasado {condicio in praeteri-
tum collata): "Te doy mil si alguien camina en la luna alguna vez".
Si el hecho presente o pasado en que consiste la condición aparen-
te o impropia no existe o no ha existido, la obligación no vale, la
relación jurídica no se forma (Código Civil, artículo 1 0 7 1 , inciso l ) . s
tiempo futuro en actos entre vivos se regiría por la norma del artícu-
lo 1480, que regula la condición imposible. Empero, otros no ven obs-
táculo, en general, para extender el precepto de las asignaciones
testamentarias a los actos entre vivos, porque una disposición expresa
(artículo 1493) declara que las reglas de aquéllas, en materia de condi-
ción, se aplican a las convenciones en lo que no pugne con las normas
particulares de estas últimas, y tal pugna no existe. 2
1
En este sentido: Luis Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado,
t. X, Santiago, 1936, N 65, pp. 77-78.
s
2
En este sentido: David Stitchkin B., ob. cit., 1.1, N 137, pp. 93-94.
s
Así, se habla de los presupuestos del negocio jurídico como circunstancias extrínsecas a
éste (en lo cual se distinguen de los elementos esenciales del mismo), indispensables para
que el negocio sea válido: la capacidad de las partes, la idoneidad del objeto, la legitima-
ción para el negocio. Y se llaman presupuestos porque son situaciones que preexisten al
acto jurídico.
OBLIGACIONES CONDICIONALES Ti:'.
can o no los efectos del acto o contrato. Claro que como no se trata de
un hecho futuro no hay estado de dependencia de aquellos efectos y
tampoco la retroactividad propia de la condición, según algunos.
4
El primero que escribió sobre la materia fue el pandectista alemán Windscheid; la
obra, publicada en 1850, se llama Die Vorausselzung (Del presupuestó).
Entre los partidarios de la presuposición cabe señalar al alemán Paul Oertmann, La
base del negocio, y al italiano Doménico Barbero, ob. cit., volumen I, pp. 443-445. Entre los
adversarios está el alemán Lenel y el italiano F. Santoro-Passarelli, Doctrinas Generales del
Derecho Civil, traducción castellana, Madrid, 1964, página 229.
224 TRATADO DE IAS OBLIGACIONES
5
Salvador Pugliatti, Introducción al Estudio del Derecho Civil, traducción de la 2 edición
a
B. CLASIFICACIONES
6
Corte de Apelaciones de Santiago, 3 septiembre 1930, Revista de Derecho y Jurispruden-
cia, t. 27, segunda parte, sección 2 , p. 49.
a
OBLIGACIONES CONDICIONALES 229
309. d) C O N D I C I O N E S P O T E S T A T I V A S , C A S U A L E S Y M I X T A S . Si se atiende a
la causa generadora del evento, las condiciones pueden ser potestati-
vas, casuales y mixtas (artículo 1477).
Potestativa se llama la condición que depende de la voluntad del
acreedor o del deudor. Ejemplos: te doy una colección de códigos, si
resuelves estudiar la carrera de leyes (potestativa del acreedor); te dejo
mi estudio de abogado, si decido marcharme a Suecia (potestativa del
deudor).
Casual es la condición que depende de la voluntad de un tercero o
de un acaso. Ejemplos: te daré mil si Darío escribe un libro (casual
dependiente de la voluntad de un tercero); si mañana llueve, no saldré
de caza; no venderé mis joyas, si obtengo un buen premio en el próxi-
mo sorteo de la lotería (condiciones casuales dependientes del acaso).
La condición casual se caracteriza porque no está en el poder de la
voluntad del acreedor o del deudor realizarla o no.
Mixta es la condición que en parte depende de la voluntad del
acreedor o del deudor y en parte de la voluntad de un tercero o de un
acaso. El Código olvidó mencionar al deudor, pero todos están de
acuerdo en que debe incluirse en la definición, porque una condición
TRATADO D E LAS O B L I G A C I O N E S
Las condiciones
3 1 0 . SUBDIVISIÓN D E L A S C O N D I C I O N E S P O T E S T A T I V A S .
potestativas se subdividen en meramente potestativas y simplemente
potestativas.
Meramente potestativas, llamadas también pura o rigurosamente potes-
tativas, son aquellas cuyo cumplimiento u omisión queda sujeto al mero
arbitrio de una de las partes. Trátase de un hecho que para la parte es
indiferente realizar o no, porque no hay motivos serios y apreciables
que la impulsen a actuar en un sentido u otro. Ejemplo: te daré ciento
si me place (meramente potestativa del deudor); te daré ciento si tú
quieres (meramente potestativa del acreedor).
Simplemente potestativas son las condiciones cuyo cumplimiento u
omisión si bien dependen de la pura voluntad de una de las partes, no
le es a ella indiferente realizar o no el evento, porque hay motivos o
intereses lo suficientemente apreciables para influir sobre su voluntad
y así determinarla en un sentido u otro. Ejemplos: compraré el libro de
Derecho Civil si me decido a dar el examen (simplemente potestativa
del deudor); le pagaré si usted hace el viaje a Concepción (simplemen-
te potestativa del acreedor).
la ley.
De más está expresar que lícita es la condición que consiste en un
hecho autorizado por las leyes, o es conforme a las buenas costumbres
o al orden público.
TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
C. ESTADOS DE LA CONDICIÓN
315. SANCIÓN D E I A S M A N I O B R A S I L Í C I T A S P A R A I M P E D I R E L C U M P L I M I E N -
T O DE I A CONDICIÓN. La sanción sólo cabe respecto de las condiciones
casuales o mixtas, y no de las potestativas. Estas, precisamente, depen-
den de la voluntad del acreedor o del deudor, y ellos son libres para
realizar o no el hecho en que la condición consiste.
Si el obligado se vale de medios ilícitos para que la condición no
pueda cumplirse, o para que la otra persona de cuya voluntad depende
en parte su cumplimiento no coopere a él, se tendrá por cumplida
(artículo 1481, inciso 2 ) . g
D. INTERPRETACIÓN Y CUMPLIMIENTO
DE LAS CONDICIONES
E. LA VALIDEZ DE LA CONDICIÓN
7
Sentencia de 7 de diciembre de 1967. Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 64,
segunda parte, sección I , página 386.
a
L'.'lh T R A T A D O DE LAS O B L I G A C I O N E S
9
H e n r i et Léon Mazeaud, en Revue Trimestrielle de Droit Civil, París, 1955, página 516.
240 T R A T A D O DE LAS O B L I G A C I O N E S
10
Manresa, Comentarios al Código Civil Español, tomo VIII, Madrid, 1907, página 131.
11
Marty et Raynaud, ob. cit., t. II, vol. I, página 762.
OBLIGACIONES CONDICIONALES Lili
1 2
Véase Repertorio de legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código Civil, tomo IV, 2a
edición, artículo 1478, doctrina N 1, página 107. En la 3 edición esta cita aparece en el
2 a
Andreas Von Tuhr, Derecho Civil, traducción del alemán, volumen 1, primera parte,
1 4
Jean Maurice Verdier, les droits eventuels, París, 1955; Mazeaud, ob. cit., t. II, París,
1 5
1956, números 1032 y 1033, páginas 850-851. Marty et Raynaud cree que el condicional es
un derecho, pero no eventual o un derecho eventual con rasgos peculiares (obra citada.
1.1, París, 1960, N 165, página 277, y t. II, París, 1961, N 754, página 763.
Q s
" El artículo 962 del Código Civil, después de establecer que, en general, para ser
capaz de suceder es necesario existir al tiempo de abrirse la sucesión y también en el
momento de cumplirse la condición, si la herencia o legado se deja bajo condición suspen-
siva, agrega: "Con todo, las asignaciones a personas que al tiempo de abrirse la sucesión no
existen, pero se espera que existan, no se invalidarán por esta causa si existieren dichas
personas antes de expirar los diez años subsiguientes a la apertura de la sucesión" (inci-
so 3 , modificado por el artículo l de la Ley N 16.952, vigente desde el 1° de octubre de
Q s 9
1969). "Valdrán con la misma limitación las asignaciones ofrecidas en premio a los que
presten un servicio importante, aunque el que lo presta no haya existido al momento de la
muerte del testador" (inciso 4 ) . Estas dos excepciones también lo son de la regla que
9
exige que si se dona bajo condición suspensiva, es menester que el donatario exista al
momento de la donación y al de cumplirse la condición (artículo 1390).
1 8
Sentencia de casación de 21 de enero de 1959 (Torrente e Pescatore, Códice Civile
annotato con la giurisprudenza delta Cassazione, Milano, 1963, artículo 646, página 388).
L'lb TRATADO DE IAS OBLIGACIONES
y no desde el 30 de octubre.
b) Principales consecuencias de la fuerza retroactiva de la condición suspen-
siva.
1. El período de pendencia de la condición queda borrado de golpe.
2. Los frutos y utilidades de la cosa transferida bajo condición co-
rresponden, durante el tiempo de pendencia, al adquirente condicio-
nal.
3. Los actos de disposición o enajenación realizados por el deudor
condicional estando pendiente la condición quedan desprovistos de
eficacia, caen, caducan; y los que anticipadamente hizo el acreedor
condicional, se confirman o consolidan.
4. Otorgada una hipoteca bajo condición suspensiva y debidamente
inscrita, no produce efectos hasta que no se cumpla la condición; pero
cumplida ésta, su fecha será la misma de la inscripción (Código Civil,
artículo 2 4 1 3 ) .
5. Una vez realizada la condición, el deudor no puede ya repetir lo
que anticipadamente haya pagado.
6. Las leyes nuevas que entran en vigor entre la fecha del contrato y
la del cumplimiento de la condición no se aplican a la obligación
condicional.
c) El principio en las diversas legislaciones.
1. En el Derecho Romano es discutido si los efectos del acto jurídico
nacen desde que se cumple la condición, como si el acto o contrato se
hubiera celebrado en ese momento, o si esos efectos jurídicos, hacién-
dolos retroceder, deben mirarse como producidos en el momento en
que se celebró el acto o contrato condicional. Nadie duda que en el
Derecho clásico la condición era irretroactiva: los efectos del acto se
producían, una vez cumplida la condición, para el futuro {ex nunc). En
el Derecho justinianeo el punto es objeto de controversia: para algunos
la condición tenía efecto retroactivo como regla general y hacía ope-
rante el acto desde el momento originario de su celebración (ex tune);
ajuicio de otros, la retroactividad se producía sólo en ciertos y determi-
nados casos, y, por fin, hay romanistas que consideran que no debe
19
1 9
Aceptan en un sentido u otro la retroactividad: Voci, Istituzioni di Diritto Romano,
Milano, 1949, página 139; Arangio-Ruiz, Instituciones de Derecho Romano, traducción del ita-
liano, Buenos Aires, 1952, página 100; Scherillo, Corso di Istituzioni di Diritto Romano, 2 a
edizione, Milano, 1962, página 441; Monier, Manuel de Droit Romain, les Obligalions, París,
1954, números 215 y 216, páginas 293-294; Betti, Istituzioni di Diritto Romano, Padova, 1947,
página 361; Sohn, Instituciones de Derecho Privado Romano, traducción del alemán, México,
1951, página 126.
TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
2 0
En este sentido: Girard, Manuel élémentaire de droit romain, 8 édition, París, 192&,
e
página 508; Longo, Corso di Diritto Romano, Milano, s/f, página 82.
21
Obligations; la versión castellana se titula Tratado de las Obligaciones, Buenos Airev
1961, N 220, página 128.
2
OBLIGACIONES CONDICIONALES 255
leggi e dei decretti del Regno d'Italia, anno 1942, volume I bis, fascicolo I, Códice Civik
párrafo 621, página 311.
Projet de Code franco-italien des obligations et des contrats (texto bilingüe, en italiano y a
2 3
francés), página99.
OBLIGACIONES CONDICIONALES 257
2 4
Ramírez Frías, ob. cit., Santiago, 1914, página 38.
2 5
ídem, página 39.
258 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
típico en este sentido es la norma sobre los derechos del que está por
nacer, que dice: "Los derechos que se deferirían a la criatura que está en
el vientre materno, si hubiese nacido y \i\iese, estarán suspensos hasta
que el nacimiento se efectúe. Y si el nacimiento constituye un principio
de existencia, entrará el recién nacido en el goce de dichos derechos,
como si hubiese nacido en el tiempo en que se defirieron" (artículo 77).
Nótese que a pesar de no ser condicional el derecho del que está por
nacer, hay retroactividad. Y también la hav en el otorgamiento de una
hipoteca desde cierto día, en cuanto a que su fecha no la marca la
llegada de éste, sino una anterior, la de la inscripción del contrato (ar-
tículo 2413). Y la línea se mantiene en el campo de la tradición: "Si el
tradente no es el verdadero dueño de la cosa que se entrega por él o a su
nombre, no se adquieren por medio de la tradición otros derechos que
los transmisibles del mismo tradente sobre la cosa entregada. Pero si el
tradente adquiere después el dominio, se entenderá haberse éste transfe-
rido desde el momento de la tradición" (artículo 682). También hay efecto
retroactivo en la venta y entrega a otro de una cosa ajena: si el vendedor
adquiere después el dominio de ella, se mira al comprador como verda-
dero dueño desde la fechade la tradición (artículo 1819, inciso l ) .
s
3. Hay antecedente escrito del autor del Código que revela el prin-
cipio por el cual se inclinó. "En las anotaciones de Bello, agrupadas
bajo el epígrafe de "Fuentes del Código Civil", al tratar del Título X X I I
del Libro II, se lee: "cumplida la condición tiene un efecto retroactivo,
y corre desde el día en que fue constituida". 27
El más brillante defensor de esta teoría ha sido el profesor Tomás Ramírez Frías, Las
2 8
Obligaciones en el Derecho Civil Chileno, Santiago, 1914, páginas 36 a 40; se insertan ahí partes
de un informe en Derecho presentado por el señor Ramírez y publicado en 1903, donde se
toca la cuestión. Siguen la misma orientación: Arturo Alessandri R., Teoría de las Obligacio-
nes, Santiago, 1988, páginas 188 a 191; Luis Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil Chileno
y Comparado, tomo X, Santiago, 1936, N 123 y siguientes; David Stitchkin B., obra citada,
os
tomo I, N 245 a 248, páginas 173 a 177; Ramón Meza Barros, Manual de Derecho Civil, De
os
En favor de esta teoría están: Guillermo Correa Fuenzalida, obra citada, páginas 209-
2 9
211; Manuel Somarriva Undurraga, en Curso de Derecho Civil, basado en las Explicaciones de
A. Alessandri R., y M. Somarriva U., t. III, Santiago, 1941, páginas 70-71; Rene Abeliuk, Las
Obligaciones, 1.1, Santiago, 1993, N 501, página 400.
Q
O B L I G A C I O N E S C O N D K :i( ) \ A I I S 21'. 1
3 0
Opina así Fernando Fueyo Laneri, Derecho Civil, tomo IV, De las Obligaciones, volumen
I, Santiago, 1958, N 80. página 100. En el mismo sentido Somarriva, según lo afirmado en
9
sus clases.
262 1 R \ I A l i o 1)1- l A s o i l l IONF.S
fue dueño no sólo Secundus sino tampoco Tertius. Todo esto sin per-
juicio de lo que se dirá más adelante respecto de la buena o mala fe de
los terceros adquirentes (Código Civil, artículos 1490 y 1491).
330. C O N C E P T O D E L A C O N D I C I Ó N R E S O L U T O R I A , a) Su distinción de la
suspensiva. Mientras la condición suspensiva subordina a su verificación
el nacimiento de un derecho o de una obligación, la condición resolu-
toria proyecta su incertidumbre, en tanto no se realiza, sobre la perdu-
ración o subsistencia de un derecho o de una obligación. Cuando un
acto jurídico está sujeto a un condición suspensiva, sus efectos jurídicos
no se producen hasta que el hecho incierto no acaezca; por el contra-
rio, cuando un acto jurídico está afecto a una condición resolutoria, los
efectos jurídicos surgen de inmediato, pero están expuestos a desapa-
recer si el hecho incierto ocurre. En resumen, como dice el Código,
llámase resolutoria la condición que por su cumplimiento extingue un
derecho (artículo 1479).
b) Reducción de la condición resolutoria a la suspensiva. Sin necesidad
de profundizar mucho, los autores observan que, en el fondo, la condi-
ción resolutoria es también suspensiva; no pasa de ser una especie de
modalidad de ésta, pues en vez de dejar en suspenso la adquisición del
derecho, el nacimiento de la obligación, deja en suspenso su fin_o
extinción. Por eso suele decirse que, prácticamente, la condición reso-
lutoria se traduce en una condición suspensiva impuesta a la resolu-
ción, es decir, ésta no opera, deja en la incertidumbre la extinción del
derecho hasta mientras no se verifique la condición.
Es útil no perder de vista la unidad conceptual de la condición,
porque de este modo se explica que las dos formas del hecho futuro e
incierto estén sometidas a unos mismos principios. Sin embargo, la
distinción resulta ventajosa, porque pone de relieve la diferencia de
efectos de las dos condiciones: cumplida, la suspensiva produce el naci-
miento del derecho, y su extinción la resolutoria.
332. D I S T I N C I Ó N D E L O S T R E S E S T A D O S D E L A C O N D I C I Ó N ; E F E C T O S . Para
determinar los efectos de la condición resolutoria ordinaria en la obli-
gación, necesario es considerar los tres estados o situaciones en que
puede encontrarse aquélla: pendiente, fallida o cumplida.
338. O R I G E N H I S T Ó R I C O D E I A C O N D I C I Ó N R E S O L U T O R I A T Á C I T A . El De-
recho Romano no contemplaba esta condición. Pero entre los roma-
nos surgió la práctica de estipular en la compraventa una cláusula
mediante la cual el vendedor se reservaba el derecho de resolver el
contrato si el comprador no pagaba el precio en determinado plazo. A
esta cláusula se le dio el nombre de lex commissoria. Expirado el plazo,
el vendedor podía, a su arbitrio, mantener el contrato o tenerlo por
resuelto.
El antiguo Derecho francés atribuyó a dicha cláusula, que era vo-
luntaria y expresa, el carácter de tácita, y el Código de Napoleón, por
último, la estableció en los siguientes términos:
OBLIGACIONES CONDICIONALES lítiü
A. Alessandri R., Teoría de las Obligaciones, Santiago, 1988, página 197; M . Somarriva
3 3
Fueyo, ob. cit., t. IV, De las obligaciones, volumen I, N 95, página 121; Abeliuk, ob. cit., t. I,
9
Opinan que la condición resolutoria tácita también cabe en los contratos unilaterales:
Guillermo Correa Fuenzalida, ob., cit., página 221; Leopoldo Urrutia, citado por Correa
Fuenzalida.
L'7'2 TRATADO D E LAS O B L I G A C I O N E S
345. c) INCUMPLIMIENTO P O R U N O D E L O S C O N T R A T A N T E S D E L O P A C T A -
D O . Este supuesto de la condición resolutoria tácita lo establece literal-
mente el artículo 1489 del Código Civil.
Este incumplimiento puede ser total o parcial, porque la mencionada
disposición no distingue, como tampoco lo hace el artículo 1873, que
dice: "Si el comprador estuviere constituido en mora de pagar el precio
en lugar y tiempo dichos, el vendedor tendrá derecho para exigir el
precio o la resolución de la venta, con resarcimiento de perjuicios".
Se ha fallado que como las disposiciones señaladas no establecen
distinción entre la inobservancia total o parcial del contrato, la resolu-
ción procede en ambos casos. 35
347. C A S O E N Q U E A M B A S P A R T E S N O C U M P L E N L O P A C T A D O . Si ninguna
de las partes de un contrato bilateral cumple lo pactado, ¿puede decla-
rarse judicialmente la resolución a petición de una de ellas en contra
de la otra?
No cabe duda que en este caso la resolución no puede apoyarse en
el artículo 1489, porque éste considera la hipótesis en que uno de los
contratantes no cumple lo pactado y no en que ambos caigan en el
incumplimiento. La última ocurrencia -aseveró la Corte Suprema en
una sentencia- constituye una laguna o vacío legal que, de acuerdo
con nuestro ordenamiento jurídico, debe ser llenado aplicando el prin-
cipio de la equidad natural (Código Civil, artículo 24, y Código de
Procedimiento Civil, artículo 170, N 5 ) , y nada más justo, según tal
s
página 400.
En este sentido: Corte Suprema, 29 de julio de 1931, Revista de Derecho y Jurispruden-
3 7
5 . Pacto comisorio
351. CONCEPTO Y C L A S E S D E P A C T O C O M I S O R I O : S I M P L E Y C A L I F I C A D O . En
general pacto comisorio es la estipulación en que las partes de un contra-
to convienen expresamente que éste se resolverá si una de ellas no
cumple sus obligaciones en el tiempo fijado. Si se estipula que dicha
resolución será ipso fació, el pacto recibe el nombre de calificado o con
resolución ipso fado. Ipso facto significa por el hecho mismo, inmediata-
mente, en el acto. Para que haya cláusula contractual de resolución ipso
facto no es necesario que las partes usen forzosamente la locución ipso
facto, ya que en nuestro derecho no hay fórmulas sacramentales; basta
que se empleen expresiones equivalentes que signifiquen lo mismo,
como "de pleno derecho", "en el acto", "sin más trámites", etc.
De todo lo manifestado anteriormente se desprende que hay dos
clases de pacto comisorio: uno que se estipula que la resolución del
contrato se producirá por el solo hecho de que una de las partes no
cumpla sus obligaciones, llamado por la doctrina pacto comisorio califi-
OBLIGACIONES CONDICIONALES ','77
3 9
En virtud de este pacto agregado a la constitución de una caución real, el acreedor
no pagado al vencimiento, de su crédito, pasa de pleno derecho a ser propietario de la
prenda o del objeto hipotecado, cuyo valor se considera como el equivalente del monto de
su crédito, o bien pasa a conservar definitivamente la cosa, previa transferencia de la
propiedad de ella acompañada de un pacto de fiducia (Raymond Monier, Vocabulaire de
Droit Romain, París, 1948, página 194).
278 TRATADO D E LAS O B L I G A C I O N E S
354. DEFINICIÓN D E L P A C T O C O M I S O R I O F O R M U I A D A E N E L T Í T U L O D E L A
COMPRAVENTA. "Por el pacto comisorio se estipula expresamente que, no
pagándose el precio al tiempo convenido, se resolverá el contrato de
venta.
Entiéndese siempre esta estipulación en el contrato de venta; y
cuando se expresa, toma el nombre de pacto comisorio, y produce los
efectos que van a indicarse" (artículo 1877).
355. PACTO C O M I S O R I O S I M P L E Y P A C T O C O M I S O R I O D E R E S O L U C I Ó N I P S O
FACTO EN LA COMPRAVENTA. De dos disposiciones del título de la com-
praventa se desprende que hay también dos clases de pacto comisorio
(artículos 1877 y 1879): uno en que se estipula la resolución ipso facto
del contrato de compraventa si n o se paga el precio al tiempo conveni-
do (artículo 1879), y otro en que tal estipulación no existe y se reduce
simplemente a estipular expresamente que, no pagándose el precio al
tiempo convenido, se resolverá el contrato de venta (artículo 1877). El
primero es el que se llama pacto comisorio calificado o de resolución ipso
facto; el segundo es el que recibe el nombre de pacto comisorio simple.
Uno y otro pacto son cláusulas accidentales del contrato.
Curso de Derecho Civil, tomo I I I , De las Obligaciones, Santiago, 1941, N 127, páginas 83-84; la
9
Stitchkin, ob. cit., t. I, N 222, página 153; Abeliuk, ob. cit., t. I, N 543, página 427;
4 3 s 2
362. E L P A C T O C O M I S O R I O E N L O S C O N T R A T O S U N I L A T E R A L E S . En virtud
del principio de la autonomía de la voluntad las partes pueden estipu-
lar el pacto comisorio en los contratos unilaterales, o sea, en aquellos
en que una de las partes se obliga para con otra que no contrae obliga-
ción alguna. Incluso en algunos de tales contratos el mismo legislador
ha otorgado expresamente la acción resolutoria al acreedor. Así, por
ejemplo, lo comprobamos en el comodato o préstamo de uso, que es
un contrato en que una de las partes entrega a la otra gratuitamente
una especie, mueble o raíz, para que haga uso de ella, y con cargo de
restituir la misma especie después de terminado el uso (artículo 2 1 7 4 ) .
Ahora bien, el Código preceptúa que "el comodatario no puede em-
plear la cosa sino en el uso convenido, o a falta de convención, en el
uso ordinario de las de su clase. En el caso de contravención, podrá el
comodante exigir la reparación de lodo peí juicio. \ la restitución inme-
diata, aunque para la restitución se haya estipulado plazo" (artícu-
lo 2 1 7 7 ) . O t r o e j e m p l o en el mismo sentido lo tenemos en la
constitución de renta vitalicia, que es "un contrato aleatorio en que
una persona se obliga, a título oneroso, a pagar a otra una renta o
4 5
Stitchkin, ob. cit., 1 . 1 , N 225, página 157.
g
4fi
ídem.
W 1 TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
363. D E R E C H O C O M P A R A D O R E S P E C T O A L O S P A C T O S C O M I S O R I O S . En el
Derecho italiano llaman pacto comisorio tácito, o cláusula resolutoria
tácita o resolución judicial por incumplimiento, a la resolución que
nuestro Código subentiende en los contratos bilaterales. En efecto el
Código Civil italiano de 1942 dice: "En los contratos con prestaciones
recíprocas, cuando uno de los contratantes no ejecuta sus obligaciones,
el otro puede a su elección demandar el cumplimiento o la resolución
del contrato, quedando a salvo, en todo caso, la indemnización de
perjuicios. La resolución puede ser demandada aun cuando el juicio
haya sido promovido para obtener el cumplimiento; pero no puede
solicitarse el cumplimiento después de haber sido demandada la reso-
lución. Desde la fecha de la demanda de resolución el incumplidor ya
no puede cumplir su propia obligación" (artículo 1453).
Como puede apreciarse, la disposición italiana transcrita presenta
gran semejanza con la llamada entre nosotros condición resolutoria táci-
ta del artículo 1489. El nombre que algunos dan a la resolución de que
hablamos de resolución judicial por incumplimiento se debe a que nece-
sita intervención judicial, en oposición a la del pacto comisorio expreso,
que no la requiere y opera de pleno derecho. El artículo 1456 del Códi-
go Civil italiano prescribe: "Los contratantes pueden convenir expresa-
mente que el contrato se resuelva en el caso que una determinada
obligación no sea cumplida segrín las modalidades estipuladas. En este
caso, la resolución se produce de derecho cuando la parte interesada
declara a la otra que intenta valerse de la cláusula resolutoria".
Por cierto, puede estipularse que la resolución se produzca no sólo
cuando una obligación no se cumpla, sino también cuando más de una
OKI K,A< IOXKNI < ) \ l ) l ( IONAI 1 S
6. Acción resolutoria
las de Arturo Alessandri R., t. III, De las Obligaciones, Santiago, 1941, página 84; Abeliuk,
ob. cit., t. I, página 429 al final y principio de la 430.
Andrea Torrente e Piero Schlesinger, ob. cit., página 492, al centro.
4 9
286 TRATADO D E LAS O B L I G A C I O N E S
365. D E F I N I C I Ó N Y C A R A C T E R Í S T I C A S D E L A A C C I Ó N R E S O L U T O R I A . La ac-
ción resolutoria es la que nace de la condición resolutoria tácita o del
pacto comisorio simple o calificado, en favor del acreedor que ha cum-
plido sus obligaciones o está llano a cumplirlas en la forma y tiempo
debidos, y se dirige a solicitar por este último que el juez declare la
resolución del contrato por no haber cumplido el otro contratante sus
propias obligaciones.
Son características de esta acción el ser personal, patrimonial, tras-
misible por sucesión por causa de muerte y transferible por acto entre
vivos, renunciable, indivisible, mueble o inmueble, según la naturaleza
de la cosa sobre que recae, prescriptible y, por último, tiene por titular
al contratante que ha cumplido sus obligaciones o está llano a cumplir-
las en la forma v tiempo debidos.
366. DIFERENCIA E N C U A N T O A L A A C C I Ó N A Q U E D A O R I G E N I A C O N D I -
CIÓN RESOLUTORIA ORDINARIA Y I A CONDICIÓN RESOLUTORIA TÁCITA Y E L
PACTO COMISORIO. Como la acción resolutoria ordinaria opera de ple-
no derecho, una vez cumplida el acreedor tiene derecho a deducir
inmediatamente acción de restitución (artículo 1487). Pero no sucede
lo mismo con la condición resolutoria tácita y el pacto comisorio, que
sólo dan lugar a la acción resolutoria; la restitución de la cosa no
puede pedirse sino después que el juez haya declarado la resolución
del contrato.
página 507.
Corte Suprema, 23 de agosto de 1930, Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 28, 2
5 1 a
página 616.
TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
370. LA R E S O L U T O R I A E S U N A A C C I Ó N T R A N S M I S I B L E Y T R A N S F E R I B L E . La
acción resolutoria, dado su carácter patrimonial, es, de acuerdo con las
reglas generales, transmisible por causa de muerte y transferible por
acto entre vivos. En consecuencia, están legitimados para deducirla los
herederos y cesionarios del acreedor y, como legitimados pasivos, debe-
rán soportarla los herederos del deudor. Y así, por ejemplo, si el com-
prador queda debiendo una parte del precio al vendedor y éste fallece,
sus herederos pueden demandar en contra del comprador la resolu-
ción de la compraventa por no pago del precio total.
5 3
Somarriva, en el Curso de Derecho Civil, basado en la explicación de los profesores
Arturo Alessandri R. y Manuel Somarriva U., ya citado, t. III, De las Obligaciones, N 134,
s
página 89. Sigue la misma opinión Abeliuk, ob. cit., 1.1, N 553, página 434.
B
5 4
Stitchkin, ob. cit., 1.1, N 238, página 168. Este autor, pues, junto con Somarriva y
9
sólo una cosa, el pago del precio; no hay pluralidad de objetos y, por
ende, obligación alternativa. En seguida, el adversario de la doctrina
mayoritaria recalca que se suele decir que es absurdo que si son varios
los contratantes puedan optar unos por la resolución y otros por el
cumplimiento, con la consecuencia de que el contrato se cumpliría en
parte y se resolvería parcialmente. Reputando, señala que no hay in-
conveniente para que un contratante demande el cumplimiento de su
parte o cuota en el crédito, mientras otro inste por la resolución, por
lo que a él se refiere, para liberarse de sus obligaciones y obtener que
se le restituya lo que haya dado por su parte. La ley admite expresa-
menú- que un contrato sea válido para una de las parles, v nulo para la
otra, cuando son varios los que contratan (artículo 1690). El contrato,
pues, no será válido para el contratante que instó por la nulidad y
subsistirá con pleno valor para el contratante que no estimó del caso
deducir la acción. Por último -termina el autor de la opinión minorita-
ria- que, según la doctrina contraria, "sería forzoso concluir que los
varios acreedores deberían igualmente obrar de consuno para deman-
dar el cumplimiento del contrato, aunque el objeto de la prestación
fuera tan divisible como pagar el precio de una compraventa, y tal
conclusión es obviamente absurda". 53
nores; los dementes; los sordomudos; y todos los que estén bajo potes-
tad paterna, o bajo tutela o curaduría, y 2 ) la mujer casada en sociedad
S
375. IDENTIDAD D E L O S E F E C T O S D E L A S D I V E R S A S C L A S E S D E C O N D I C I Ó N
RESOLUTORIA. La condición resolutoria, sea ordinaria, tácita o pacto
comisorio, simple o calificado, una vez cumplida, produce los mismos
efectos. En general, estos efectos consisten en la destrucción retroacti-
va del contrato, el cual se considera como que nunca tuvo existencia,
salvas ciertas excepciones que oportunamente se mencionarán.
682, 1819, 2 4 1 3 ) .
O B L I G A C I O N E S C O N D I C K ) \ \I I s
bajo una condición suspensiva producen sus efectos a contar del mo-
mento en que se realiza la condición. Agrega que cuando un acto
jurídico está subordinado a una condición resolutoria, los efectos de
este acto cesan en el momento en que se realizan la condición; a este
momento, el estado de derecho anterior se restablece (artículo 158).
El Código suizo de las Obligaciones, de 30 de marzo de 1911, dispo-
ne que el contrato condicional no produce efectos sino a contar del
momento en que la condición se realiza, si las partes no han manifesta-
do una intención contraria (artículo 151).
El Código Civil peruano, vigente desde el 14 de noviembre de 1984,
rechaza lapidariamente, como principio, la retroactividad de la condi-
ción cumplida; dice: "la condición no opera retroactivamente, salvo
pacto en contrario" (artículo 177).
Por el contrario, el Código Civil italiano, en vigor desde el 21 de
abril de 1942, dispone: "Los efectos del cumplimiento de la condición
se retrotraen al tiempo en el cual fue celebrado el contrato, salvo que,
por voluntad de las partes o por la naturaleza de la relación, los efectos
del contrato o de la resolución deban ser llevados a un momento
diverso.
Sin embargo, si la condición resolutoria se establece en un contrato
de ejecución continuada o periódica, el cumplimiento de ella, a falta
de pacto en contrario, no tiene efecto respecto de las prestaciones ya
realizadas" (artículo 1 3 6 0 ) .
El Código Civil portugués, que entró en vigencia el l de j u n i o de 2
pendiente quedan a beneficio del acreedor sin que éste deba pagar un
mayor precio. Pero, como contrapartida, las disminuciones o deterio-
ros ha de soportarlos el acreedor, sin tener derecho a rebaja alguna,
salvo que el deterioro o disminución proceda de culpa del deudor
(artículo 1486, inciso 2 ) .
Q
1916, adoptan este criterio. Dice ese Código: "Resuelto el dominio por
el cumplimiento de la condición o por la llegada del plazo, se entien-
den también resueltos los derechos reales otorgados durante su pen-
dencia, y el propietario en cuyo favor se opera la resolución, podrá
reivindicar la cosa del poder de quien la detenta" (artículo 6 4 7 ) .
Nuestro Código Civil no sigue el mismo camino: protege a los terceros
adquirentes cuando concurren determinados supuestos, según veremos
luego. Al respecto distingue si la cosa enajenada o gravada por el que la
tenía bajo condición es de naturaleza mueble o inmueble. ¿Por qué? Por-
que los inmuebles, para los efectos de las enajenaciones y gravámenes, se
encuentran sujetos a un régimen disünto del de las cosas muebles.
385. R E I V I N D I C A C I Ó N D E IA C O S A M U E B L E ENAJENADA P O R E L Q U E LA T E -
El Código habla en el artículo 1490
NÍA B A J O C O N D I C I Ó N R E S O L U T O R I A .
del que debe una cosa mueble bajo condición resolutoria. En verdad no
se está en presencia de un deudor de la cosa, sino del dueño de ésta
expuesto a perder su dominio por el cumplimiento de la condición
resolutoria. Trátase del contratante que por habérsele transferido la cosa,
es dueño o poseedor de ella, pero que corre el riesgo de perderla en
caso de cumplirse la condición resolutoria. Ejemplo: Primus vende y
transfiere un piano a Secundus y éste queda adeudando una parte del
precio, la cual si no se paga determina la resolución del contrato; Secun-
dus se hizo dueño del piano porque su dominio le fue transferido y, por
ende, no lo debe: lo que debe es la parte del precio del instrumento
musical. Y si antes de cumplirse la condición Secundus enajenó el piano
a Tertius, Primus podría reivindicarlo de manos de éste en caso de que
sea un poseedor de mala fe. Así ocurre porque por la resolución del
contrato celebrado entre Primus y Secundus, la propiedad de la cosa
vuelve a aquél en virtud del efecto retroactivo de la condición cumplida
(el no pago del precio) y lo habilita para reivindicar.
Ha de recalcarse que el dueño de la cosa que la transfirió bajo
condición resolutoria puede reivindicarla del poder del tercero, no
porque a éste afecte o se extienda la resolución del contrato, sino en
razón de que el efecto retroactivo de la condición resolutoria cumplida
hizo volver la propiedad de la cosa al acreedor, estimándose como que
nunca hubiera salido de su patrimonio.
El tercero se califica de mala fe cuando al tiempo de contratar tenía
conocimiento de la condición resolutoria, por lo que si ese conocimiento
OBLIGACIONES CONDICIONALES •2W
5 6
En este sentido: Somarriva, cuya opinión aparece en el Curso de Derecho Civil citado,
tomo III, página 97 al final; Meza Barros, ob. cit., página 101, al principio; H. Rosende S.,
Derecho Civil, Obligaciones (versiones de clases), Santiago, 1953, página 101. Este último
300 TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
El defensor más conspicuo de la tesis según la cual no cabe hablar de que conste la
:>H
condición resolutoria tácita es el antiguo profesor de Derecho Civil don Ruperto Baha-
monde, citado en Alessandri v Somarriva, Curso de Derecho Civil, tomo III, De las Obligacio-
nes, Santiago, 1941, página 99.
OBLIGACIONES CONDICIONALES
El artículo 1491 dice que "si el que debe un inmueble bajo condi-
ción lo enajena, o lo grava con hipoteca, censo o servidumbre, no
podrá resolverse la enajenación o gravamen, sino cuando la condición
constaba en el título respectivo...".
El título respectivo en que debe aparecer la condición es el otorgado
por el acreedor al deudor, acto de donde arranca el dominio eventual
de este último. Por tanto, la resolución de la enajenación o gravamen
procederá, aun cuando no se mencione la condición en el título o
títulos posteriores conferidos por el deudor eventual a sus sucesores
en el dominio o titulares del gravamen. Ejemplo: Primus vende una
casa a Secundus en 80 millones de pesos, mitad al contado y mitad a
plazo. Secundus la vende a Tertius, éste a Quartus y éste a Quintus. Se
pide la resolución cuando la casa está en poder de Quintus. Pues
bien, en esta serie de ventas, el título respectivo inscrito es el primero
de ellos: la condición ha de constar en la venta hecha de Primus a
Secundus.
La jurisprudencia ha declarado que la acción resolutoria puede
dirigirse también contra el tercer comprador si está igualmente obliga-
do al pago de precio que se quedó debiendo al primer vendedor. 60
5 9
A. Alessandri R., Teoría de las Obligaciones, Santiago, 1988, página 222; Somarriva, en
el Curso de Derecho Civil, citado en la nota anterior, página 99; Stitchkin, ob. cit., t. I, pági-
na 194; Abeliuk, ob. cit., 1.1, N 566, página 444.
9
6 0
Corte Suprema, 29 de mayo de 1922, Gaceta de los Tribunales, 1922, 1 semestre,
e r
N 68, página 294 (cons. 7 , página 299); Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 21, sec. I ,
s 9 a
De acuerdo con el artículo 1491, sea que el título esté inscrito, sea que
esté únicamente otorgado por escritura pública, procede la acción del acree-
dor para reivindicar el inmueble o hacer caducar los gravámenes. A
primera vista parece extraño que basta que el título esté otorgado por
escritura pública, ya que como se trata del deudor que adquirió un
inmueble, el título deberá siempre inscribirse, pues, conforme a la
legislación actual, ningún dominio de inmuebles se adquiere sin la
inscripción conservatoria. Siendo así, la expresión "u otorgado por
escritura pública" estaría de más, puesto que el título siempre ha de
inscribirse. El hecho de que el Código se contente con que el título en
que consta la condición se haya otorgado por escritura pública se expli-
ca porque en el período que medió entre la promulgación del Código
Civil y la dictación del Reglamento del Registro Conservatorio de Bie-
nes Raíces, la propiedad de los inmuebles se transfería simplemente
por escritura pública (artículo 697, N 1). s
no se regirían por la disposición del artículo 1491, sino por los precep-
tos de otros títulos del Código Civil. Por el contrario, si la enumeración
se considera por vía de ejemplo, caducaría cualquier otro gravamen,
aun de los no mencionados en el artículo 1491, supuesto, naturalmen-
te, que los terceros estén de mala fe.
Algunos sostienen que la enumeración es taxativa. Se fundan en
que la retroactividad de la condición es un principio general en nues-
tro derecho, por lo que este artículo al no dar efectos retroactivos a la
condición en favor de terceros de buena fe sienta una excepción que,
como tal, debe interpretarse restrictivamente. Agregan que en el pro-
yecto de 1853 (artículo 1667) se dispone que "la resolución de que
hablan los dos artículos precedentes no dará derecho contra terceros
de buena fe, que hayan adquirido inmuebles que se debían condicio-
nalmente a otras personas, sino en el caso de haberse inscrito en el
Registro del Conservador de Bienes Raíces las escrituras de los respecti-
vos contratos condicionales. Lo mismo se aplica a los derechos de
censo, hipoteca y servidumbre, constituidos a terceros de buena fe,
sobre inmuebles que se debían condicionalmente a otras personas".
Como puede observarse, la alusión a los gravámenes se circunscribe
categóricamente sólo, al igual que en el Código, a los derechos de
censo, hipoteca y servidumbre. 62
6 2
En pro del carácter taxativo de la enumeración se pronuncian: González von Marees,
citado por Stitchkin, ob. cit., 1.1., N 273, página 199, y Meza Barros, ob. cit., página 102,
g
letra b ) .
O K I I I . \( :l( ) \ K S C . O N D K I O X A I . E S 309
3 9 1 . A C T O S Y C O N T R A T O S EN Q U E SE APLICAN L O S A R T Í C U L O S 1 4 9 0 Y
1 4 9 1 . Las disposiciones de estos dos artículos no tienen una aplicación
amplia, sino más bien restringida. Hay no pocos actos y contratos que
dan origen a la enajenación o gravamen no regulados por los artícu-
los 1 4 9 0 y 1 4 9 1 , sino por normas especiales o diferentes.
a) Los mencionados artículos no se aplican tratándose de la resolu-
ción de las donaciones, cuyos efectos respecto de terceros se rigen por
el artículo 1 4 3 2 .
b) Los artículos 1 4 9 0 y 1 4 9 1 no cabe aplicarlos al fideicomiso. Este
se rige por normas propias en cuanto a las enajenaciones y gravámenes
constituidos por el fiduciario, pendiente la restitución (artículos 7 5 1 y
757).
c) Los artículos 1 4 9 0 y 1 4 9 1 no tienen lugar en las transmisiones
hereditarias, por la simple razón de que no constituyen enajenaciones.
d) Esos mismos artículos no son aplicables a las adjudicaciones
efectuadas en los juicios de partición o hechas por voluntad de los
interesados, y es evidente: porque si las adjudicaciones no pueden re-
solverse, mal podrían surgir conflictos con terceros aun cuando en
ellas exista alguna condición.
e) Es claro que los artículos 1 4 9 0 y 1 4 9 1 no se aplican cuando el
que tiene la cosa bajo condición no es dueño, sino mero tenedor,
6 4
Casación de fondo, 15 de diciembre de 1947, Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 45,
sec. I , página 324.
A
TRATADO DE IAS OBLIGACIONES
del artículo 671 del Código Civil". Este inciso 3 determina que "en
65 Q
página 324.
Véase Carlos A. González Pacheco, Las subastas públicas en la legislación chilena, Santia-
6 6
392. R E S O L U C I Ó N Y R E S C I L I A C I Ó N O M U T U O D I S E N S O . La resolución es
una causa legal de extinción de las obligaciones, que se produce por el
cumplimiento de una condición prefijada por las partes o subentendi-
da por la ley. En este último caso especialmente, incluyendo el pacto
comisorio, la resolución opera cuando una de las partes no ha cumpli-
do las obligaciones contraídas.
El mutuo disenso, que los autores chilenos llaman también resci-
liación, es una causa voluntaria de extinción de obligaciones y consis-
te en el acuerdo que los mismos contratantes toman para dejar sin
efecto el contrato celebrado. Nuestro Código Civil se refiere al mutuo
disenso en dos disposiciones. En una de ellas dice que todo contrato
legalmente celebrado puede ser invalidado (dejado sin efecto) por el
consentimiento mutuo de los contratantes (artículo 1 5 4 5 ) ; en la otra
declara: "Toda obligación puede extinguirse por una convención en
que las partes interesadas, siendo capaces de disponer libremente de
lo suyo, consienten en darla por nula (dejarla sin e f e c t o ) " (artícu-
lo 1567, inciso l ) . 9
Boris Starck, Droit Civil, Obligations, París, 1972, N 2183, páginas 645 y 646; Alex
6 7 2
Weil et Francois Terré, Droit Civil, les Obligations, París; 1986, N 491, página 513.
Q
ídem.
6 8
ídem.
6 9
( ) U I . ! ( , A ( .!< S ( O M M C I O X A I .KS
revocación una sola de las partes deja sin efecto el contrato. La revoca-
ción "es una declaración de voluntad unilateral que consiste en la
retractación de un precedente acto o negocio jurídico, incluso bilate-
ral, permitido por la ley al autor de ella" (Messineo).
La revocación puede tener lugar en los actos jurídicos unilaterales y
en los bilaterales, como los contratos.
Ejemplo típico de acto jurídico unilateral revocable es el testamento;
dice el Código: "El testamento es un acto más o menos solemne, en que
una persona dispone del todo o de una parte de sus bienes para que
tenga pleno efecto después de sus días, conservando la facultad de revo-
carlas disposiciones contenidas en él, mientras viva" (artículo 9 9 9 ) . Ob-
servemos que si bien son revocables las disposiciones testamentarias, las
que señalan el destino de los bienes después de la muerte del testador,
no lo son las declaraciones hechas en el testamento, como, por ejemplo, el
reconocimiento por el testador de que una persona es hijo no matrimo-
nial suyo. En consecuencia, dicho reconocimiento queda inamovible, a
firme, aunque con posterioridad el testamento sea revocado.
La propuesta que una persona dirige a otra de celebrar un negocio
es un acto unilateral que el proponente puede revocar en el tiempo
medio entre el envío de la propuesta y la aceptación, salvo que al
hacerla se hubiere comprometido a esperar contestación o a no dispo-
ner del objeto del contrato, sino después de desechada o de transcurri-
do un determinado plazo (Código de Comercio, artículo 99, inciso l ) . e
OBLIGACIONES A PLAZO*
A. GENERALIDADES
397. D I S P O S I C I O N E S D E L C Ó D I G O C I V I L P O R L A S Q U E S E R I G E N LAS O B L I G A -
CIONES A PLAZO. Tales disposiciones se encuentran en el Título V del Libro
IV (artículos 1494 a 1498) y también en las que gobiernan las asignaciones
testamentarias a día (artículos 1080 a 1088), porque el legislador las hace
aplicables a las convenciones (artículo 1498). En reciprocidad, las asigna-
ciones a día se sujetan a las reglas dadas en el título "De las obligaciones a
plazo", con ciertas explicaciones que la ley señala (artículo 1080).
317
318 TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
1
Vocabulario Jurídico, redactado por profesores de derecho, magistrados y jurisconsultos
franceses, bajo la dirección de Henri Capitant, profesor de la Facultad de Derecho de
París. Traducción castellana de Aquiles Horacio Guaglianone, profesor de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Versión castellana
editada en Buenos Aires, 1961, página 506.
320 TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
abandonado cuando todas las partes que figuran en el juicio han cesa-
do en su prosecución durante seis meses, contados desde la fecha de la
última resolución recaída en alguna gestión útil para dar curso progre-
sivo a los autos".
página 55.
OBLIGACIONES A PLAZO :SL'I
1530, 2201 y 2 2 9 1 ) .
Los plazos convencionales, legales y judiciales en materia civil y en materia
procesal. La regla general, en materia civil, es que los plazos sean con-
vencionales, y la excepción, los plazos legales y judiciales. Lo contrario
sucede en el campo procesal, ya que los plazos son fijados por la ley o
el juez, pero no por las partes, excepto en los juicios seguidos ante
arbitros arbitradores, pues en este caso como las partes pueden fijar las
reglas de procedimiento, han de señalar también los plazos en que
deben llevar a cabo los trámites procesales (Código de Procedimiento
Civil, artículo 6 3 6 ) .
Código dispone que el deudor está en mora, entre otros casos, "cuan-
do la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto
espacio de tiempo, y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o ejecutar-
la" (artículo 1551, N 2 ) .e
Esperas son las convenciones por las cuales las partes fijan un plazo
para cumplir la obligación vencida o prorrogan el que se hubiere esti-
pulado.
El último precepto citado opone, como vemos, las esperas (que es
un plazo de derecho) al plazo de gracia, que, según expresamos, no
importa una obligación para el acreedor, a cuya conciencia queda en-
tregado el respetarlo o no.
4
Stitchkin, ob. cit., 1.1, N 291, página 215.
Q
326 [RAÍ ) 1)1- 1 A S < ( l i l l ( . \( :K >\'KS
5
Raymond Monier, Vocabulaire de Droit Romain, París, 1948, página 153.
OBLIGACIONES A PLAZO 327
415. R I E S G O D E L A C O S A D E B I D A ; P A R T E A C U Y O C A R G O E S T Á . Si se debe
un cuerpo cierto bajo condición suspensiva, el riesgo de dicha cosa es de
cargo del acreedor, porque el derecho sobre esa cosa le pertenece, sólo
que no puede exigir su entrega hasta el vencimiento del plazo. Tiene
aplicación el artículo 1550, que dice: "El riesgo del cuerpo cierto cuya
entrega se deba, es siempre a cargo del acreedor; salvo...".
Lo anterior significa que perdida fortuitamente la cosa antes del
vencimiento del plazo, se extingue para el deudor la obligación de
entregarla, pero subsiste para el acreedor la de pagar lo que prometió
OBLIGACIONES A PLAZO
página 816.
:;:;n TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
El Código Civil peruano de 1984 dispone que "el deudor que pagó
antes del vencimiento del plazo suspensivo no puede repetir lo pagado.
Pero, si pagó por ignorancia del plazo, tiene derecho a la repetición"
(artículo 180).
Sostiene esta interpretación David Stitchkin Branoven, ob. cit., t. I, N°301, pági-
8
na 225.
OBLIGACIONES A l'IAZO 331
" Corte de Iquique, 16 de noviembre de 1917, Gaceta de los Tribunales, año 1917, 2
8 b e
lado, salvo que la ley en casos especiales exija que se requiera al deudor
para constituirle en mora;
2 Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro
S
Corte Suprema, 5 de junio de 1939, Gaceta de los Tribunales, 1939, 1 " semestre, N 37,
1 0 E
432. a) C A D U C I D A D L E G A L ; C A U S A L E S : Q U I E B R A O N O T O R I A I N S O L V E N C I A
D E L D E U D O R Y E X T I N C I Ó N O DISMINUCIÓN DE LAS CAUCIONES O T O R G A D A S
POR ÉSTE. "El pago de la obligación -dispone el Código- no puede
exigirse antes de expirar el plazo, si no es:
l Al deudor constituido en quiebra o que se halla en notoria insol-
s
vencia;
2 Al deudor cuyas cauciones, por hecho o culpa suya, se han extin-
S
artículo 3 9 ) .
Para declarar la quieóra no se atiende, en términos generales, a la
insolvencia del deudor, aunque normalmente coincida con la quiebra,
sino puramente al incumplimiento de sus obligaciones.
página 122.
OBLIGACIONES A PIAZO XV.)
mismo juicio pueden entablarse dos o más acciones, con tal que no
sean incompatibles (Código de Procedimiento Civil, artículo 17), y es
claro que la acción de caducidad y la de pago son perfectamente com-
patibles y, más todavía, la segunda es consecuencia necesaria de la
primera.
Como el estado de notoria insolvencia no se presume, corresponde
al acreedor proóarlo dentro del juicio en que pide sea declarado.
La caducidad del plazo del deudor constituido en quieóra se dife-
rencia principalmente de la del deudor que se halla en notoria insol-
vencia en que la caducidad originada por la quiebra se produce de
pleno derecho y la causada por notoria insolvencia debe ser declarada
por sentencia firme y en que, además, la caducidad derivada de la
quiebra produce efectos restringidos, pues sólo autoriza para interve-
nir en la quieóra y percióir los dividendos, en tanto que la caducidad
generada por la notoria insolvencia produce efectos plenos: hace des-
aparecer el plazo y el acreedor puede exigir el pago total de su crédito
por medio de un juicio particular deducido contra el deudor.
Hay casos en que el simple pero fundado temor a la insolvencia del
deudor autoriza la caducidad del plazo a él otorgado. Así ocurre cuan-
do las facultades económicas del deudor antes de cumplirse el plazo
han disminuido consideraólemente. Pero en tales casos el deudor pue-
de impedir la caducidad asegurando el pago mediante cauciones. Vea-
mos un ejemplo. En la compraventa el vendedor es oóligado a entregar
la cosa vendida inmediatamente después del contrato o a la época
prefijada en él. Pero si después del contrato huóiere menguado consi-
deraólemente la fortuna del comprador, de modo que el vendedor se
halle en peligro inminente de perder el precio, no se podrá exigir la
entrega aunque se halle estipulado plazo para el pago del precio, sino
pagando, o asegurando el pago (artículo 1826, incisos l y final). Otro s
Tres son los requisitos para que proceda la caducidad por pérdida o
disminución de las cauciones.
O B L I G A C I O N E S A PI.AZO :; 11
437. b) C A D U C I D A D C O N V E N C I O N A L ; C L Á U S U L A D E A C E L E R A C I Ó N . NO hay
duda que, de acuerdo con el principio de la autonomía de la voluntad,
las partes de un contrato pueden estipular que el plazo otorgado al
deudor para el cumplimiento de la obligación se extinga antes de su
vencimiento si aquél incurre en alguna causal previamente señalada,
podiendo en tal caso exigir el acreedor se le satisfaga de inmediato su
crédito. Tal estipulación es llamada por nuestra doctrina cláusula de
aceleración. Ella, por lo demás, está reconocida en nuestro ordenamien-
to jurídico. Así aparece en la Ley de Compraventa de Cosas Mueóles a
plazo, cuya disposición pertinente citaremos en el último párrafo de
este número.
La cláusula de aceleración es frecuente en los contratos en que la
prestación total se divide en cuotas pagaderas en períodos sucesivos,
como ocurre en la compraventa de cosas mueóles a plazo y, a menudo,
en los contratos de mutuo. Y así, por ejemplo, se conviene que si el
deudor no paga una de las cuotas en que se dividió la prestación, ésta
podrá exigirse de inmediato por su monto total. En la práctica es
corriente encontrar en los contratos de compraventa de cosas mueóles
a plazo y de mutuo cláusulas semejantes a ésta: "En caso de mora o
simple retardo en el pago de todo o parte del capital y/o de los intere-
ses que estaólece este pagaré, el acreedor tendrá la facultad de hacer
exigióle el total de lo adeudado, el que en ese evento se considerará de
plazo vencido para todos los efectos legales".
La Corte Suprema ha declarado:
"Conforme al principio de la autonomía de la voluntad, las partes
pueden pactar una cláusula de aceleración. La doctrina nacional ha dado
este nomóre al pacto en virtud del cual las partes convienen anticipar
el cumplimiento de una oóligación que se ha diferido en el tiempo,
cuando el deudor incurre en alguna de las situaciones fácticas previa-
mente acordadas. El efecto que genera su ejercicio envuelve la caduci-
dad del plazo que el deudor tenía para satisfacer la deuda, lo que
significa que la oóligación en ese momento se hace exigible y, por lo
mismo, el acreedor está facultado para ejercer todas las acciones que el
ordenamiento jurídico le confiere tendientes a lograr el pago de su
acreencia".
"La voluntad del acreedor, dirigida a ejercer la cláusula de acelera-
ción, no es menester que se manifieste en términos formales y sacra-
mentales para que produzca el efecto propio que su ejercicio acarrea;
esto es, la caducidad del plazo que concedió a su deudor para satisfacer
la deuda, sino que es suficiente que exteriorice su intención de coórar-
la en forma íntegra".
"Si las partes acordaron que cualquier incumplimiento en que incu-
rriera el deudor, facultaba al acreedor para protestar y presentar a
OBLIGAC.IONKS A I'IAZO 343
del Código Civil, es desde ese momento que deóe computarse el térmi-
no necesario para que se declare que una deuda feneció por la pres-
cnpcion . l í
" Sentencia de 17 de enero del 2000, Gaceta Jurídica, N 235, página 86.
2
Casación de fondo, 7 de abril de 1998, Fallos del Mes, N 474, página 235.
1 4 2
3 11 TRATADO DE LAS O B L I G A C I O N E S
OBLIGACIONES MODALES*
:s I T
348 T R A T A D O DE LAS O B L I G A C I O N E S
En este sentido, por ejemplo, José Alberto Garrone, Diccionario Jurídico Abeledo-Perrot,
3
4
Sentencia de 7 de septiembre de 1992, N 10.281, citada por Pescatore C. Ruperto,
s
Códice Civile Annotato con la Giurisprudenza della Corte Costituzionale, della Corte di Cassazione e
delle Giurisdizioni Amministrative Superiori, t. I, Milano, 1997, página 701.
5
La libertad o autonomía contractual es, como dice el Código Civil italiano, aquel
principio por el cual las partes pueden libremente determinar el contenido del contrato
dentro de los límites impuestos por la ley y además pueden celebrar contratos que no
pertenecen a los tipos establecidos en una disciplina particular con tal que estén dirigidos
a realizar intereses merecedores de tutela según el ordenamiento jurídico (artículo 1322).
S50 T R A T A D O D E LAS O B L I G A C I O N E S
página 107.
del modo, estaría habilitado para demandar la resolución del contrato
por el no cumplimiento, a menos que al modo se le haya agregado una
cláusula resolutoria, caso en que el incumplimiento de la carga autori-
za al constituyente para solicitar la resolución del contrato.
Diferencia entre la condición suspensiva y el modo es tamóién la de
que la primera deóe cumplirse a la letra (artículo 1484); el segundo
puede cumplirse en una forma análoga o equivalente a la estaólecida
(artículo 1093, inciso 2 ) .e
advertir que esta norma tiene lugar aunque haya cláusula resolutoria,
es decir, la cláusula que impone la obligación de restituir la cosa y los
frutos, si no se cumple el modo. Y dicha norma tiene aplicación aun-
que exista esta cláusula, porque ella quedaría sin efecto en razón de
que la asignación pasa a ser pura y simple.
Si la imposióilidad sobreviniente se debe a hecho o culpa del deudor del
modo y no hay cláusula resolutoria y la carga es en beneficio exclusivo de dicho
deudor, el modo no impone obligación alguna (artículo 1092); si la
carga es en beneficio de un tercero, éste puede pedir el cumplimiento
lórzado o la indemnización de perjuicios, conforme a la regla general.
Si la imposióilidad soóreviniente se deóe a hecho o culpa del deu-
dor del modo y hay cláusula resolutoria, se producen los efectos de ésta:
hay obligación de restituir la cosa y los frutos (artículo 1090).
• A. Uessandri R.. 'leona d< las obligaciones, va citada, página 239; 1). Stitclikin B., ob.
cit., t. I, N 339, páginas 252-253; R. Meza B., ob. cit., N 192, páginas 124-125; M. Somarri-
s e
va U., en Curso de Derecho Civil, t. III, De las Obligaciones, Santiago, 1942, N 171, página 111;
2
F. Fueyo L., ob. cit., De las Obligaciones, vol. I, N 130, página 158.
2
8
Stitchkin, ob. cit., t. I, páginas 253-254.
TRATADO DE LAS OBLIGACIONES
toria para que ésta pueda existir. En otros términos, debe aplicarse
siempre el artículo 1090, inciso final, sin entrar a distinguir si se trata
de asignaciones testamentarias o contratos unilaterales o bilaterales". 9
9
Cita de Stitchkin, ob. cit., 1.1, página 253.
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
Las cifras c o r r e s p o n d e n a los n ú m e r o s de los títulos laterales de la obra.
Capítulo I
1. Etimología 7
2. Sentidos en que puede tomarse la palabra obligación 7
3. La obligación como relación jurídica total 7
4. La obligación en sus aspectos pasivo y activo 8
5. El deber jurídico y la obligación en sentido pasivo 9
6. Situaciones subjetivas que no constituyen obligación (
.l
7. a) El deber genérico de abstención 9
8. b) La sujeción correlativa del llamado derecho potestativo 9
9. c) La carga 11
10. Estructura de la obligación; elementos de ésta 11
11. Derecho de Obligaciones; su contenido 12
12. Importancia del Derecho de Obligaciones 12
13. Estabilidad y evolución del Derecho de Obligaciones 13
14. Tendencia hacia la unificación internacional del Derecho de Obligaciones .... 13
Capítulo II
359
360 1X1)1(1
Capítulo III
Capítulo TV
A. CONCEPTO Y CLASIFICACIONES
l. HECHOS ILÍCITOS
45. Distinción previa entre hechos ilícitos civiles y hechos ilícitos penales 33
46. Definición y caracteres del hecho ilícito civil. Concepto de daño en general . . . . 34
47. Clases de daño: patrimonial y no patrimonial; análisis del primero 35
48. Daño no patrimonial o extrapatrimonial 36
49. El daño no patrimonial y las personas jurídicas 37
50. ¿Es la indemnización del daño moral admisible por regla general o solamente
en los casos mencionados en forma expresa por la ley? 38
1X1 >l< I 361
2. E L CONTRATO
3. E L CUASICONTRATO
76. Definiciones 55
77. Diversos cuasicontratos 56
78. Sobre si los cuasicontratos son fuente de obligaciones 56
1. I . \ 1 1 Y
C. RESPONSABILIDAD OBJETIVA
84. Concepto 63
85. Responsabilidad subjetiva y objetiva 63
Capítulo V
EL VINCULO DE I A OBLIGACIÓN
A. CUESTIONES GENERALES
Capítulo VI
A. C U E S T I O N E S G E N E R A I . E S
141. Concepto
142. Caracteres de estas obligaciones
143. Ausencia de nombre y párrafo especial en el Código
144. Denominaciones en el derecho comparado
145. Mancomunidad activa, pasiva y mixta
146. La mancomunidad en nuestro ordenamiento jurídico es el derecho común de
las obligaciones plurales
147. Proporción en que se divide la obligación mancomunada; distinción
a) Obligación conjunta ab initio
b) Obligación conjunta que se forma por sucesión hereditaria
148. Consecuencia de la divisibilidad de la obligación
149. Ejercicio de la acción resolutoria del contrato bilateral de objeto único; discu-
sión
150. Obligación a la deuda y contribución a la deuda
151. La obligación y la contribución a la deuda en los créditos hereditarios
C. OBLIGACIONES SOLIDARIAS
152. Concepto
153. Clases de solidaridad: activa, pasiva y mixta
154. Comparación con las obligaciones mancomunadas; ventajas de las solidarias . .
155. Solidaridad pasiva y fianza
156. Ventajas de la solidaridad pasiva respecto de la fianza; combinación de ambas
instituciones; fianza solidaria
157. Intereses de la solidaridad activa; referencia
158. Fuentes de la solidaridad
159. Carácter excepcional de la solidaridad
160. Prohibición específica de ser garante solidario
161. Caracteres de la solidaridad
a) Pluralidad de sujetos
ÍNDICE S65
1. SOLIDARIDAD ACTIVA
2. SOLIDARIDAD PASIVA
Capítulo VII
I A PRESTACIÓN
A. C U E S T I O N E S G E N E R A I . E S
«•fe
ÍNDICE 367
1. OBLIGACIONES CUMULATIVAS
2. OBLIGACIONES ALTERNATIVAS
3. OBLIGACIONES FACULTATIVAS
al acreedor 206
278. 6° Elección en la obligación alternativa 206
Capítulo VIII
Capítulo IX
OBLIGACIONES CONDICIONALES
A. CUESTIONES GENERALES
B. CLASIFICACIONES
C. ESTADOS DE LA CONDICIÓN
316. La voluntad o intención de las partes prima sobre el tenor literal de las estipu-
laciones en que se instituyen las condiciones 233
E. LA VALIDEZ DE I A CONDICIÓN
5. PACTO COMISORIO
6. ACCIÓN RESOLUTORIA
364. Referencia previa al ejercicio del derecho del contratante diligente de optar
entre la resolución y el cumplimiento del contrato 285
365. Definición y características de la acción resolutoria 286
366. Diferencia en cuanto a la acción a que da origen la condición resolutoria
ordinaria y la condición resolutoria tácita y el pacto comisorio 286
367. Titular de la acción resolutoria 286
368. La resolutoria es una acción personal; deducción de ella y de la reivindicatoria
a que da lugar la resolución 287
369. La resolutoria es una acción patrimonial 288
370. La resolutoria es una acción transmisible y transferible 288
371. La resolutoria es una acción renunciable 288
372. ¿Es divisible o indivisible la acción resolutoria? 288
373. Carácter mueble o inmueble de la acción resolutoria 291
374. Prescripción de la acción resolutoria 291
375. Identidad de los efectos de las diversas clases de condición resolutoria 292
376. Retroactividad de la condición; principio y excepciones 292
377. La retroactividad de la condición en los Códigos del siglo X X 294
378. Efectos de la condición resolutoria cumplida 295
Capítulo X
OBLIGACIONES A PLAZO
A. GENERALIDADES
412. Distinciones que deben hacerse para el estudio de dichos efectos 327
413. El plazo suspensivo mientras está pendiente impide la exigibilidad del derecho 327
414. Improcedencia de la compensación mientras está pendiente el plazo 328
415. Riesgo de la cosa debida; parte a cuyo cargo está 328
416. Lo que se paga antes de cumplirse el plazo no está sujeto a restitución 329
417. ¿Puede repetirse el pago que, por error, se hace anticipadamente? 330
ÍNDICE 375
439. Ausencia de reglamentación general del plazo extintivo; efectos de éste 344
Capítulo XI
OBLIGACIONES MODALES
440. 347
441. Lugar en que nuestro Código Civil reglamenta las obligaciones modales; enun-
ciación de una de las formas del modo e indicación de otras 348
442. 349
443. 350
444. 351
445. 352
1 16. 352
447. 352
448. 35 1