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CALIDAD HUMANA

Calidad humana es tener principios sólidos,


que se noten en el día a día, es tener
valores como la generosidad, la lealtad, la
alegría, el optimismo y sobre todo saber
dar a los demás, ya sea tiempo sin esperar
recompensa o paga alguna; tolerar a los
otros en sus creencias, luchas trabajos, no
estar pendiente de los errores y no juzgar,
aguantarnos las ganas, porque es muy fácil
juzgar sin estar en los zapatos del otro: a la
mejor si te los pusieras te quedarías
callado. Eso es calidad humana.

En estos momentos de nuestra vida, se


habla mucho de cosas que debemos
hacer, nos llenamos la cabeza de cómo tener calidad en nuestros productos, tener
calidad de servicios, de estar y ser los primeros en tecnología, de tener en nuestras
empresas los adelantos más modernos y sofisticados; todo es provechoso, todo nos
lleva al éxito, pero no hay que olvidarnos de nuestra calidad de vida, de la calidad
humana.

En tu vida personal no escatimes decirle a tu esposa, a tus hijos, lo mucho que los
quieres, la falta que te hacen, lo que significan para ti. A veces no valoramos lo que
tenemos porque creemos que así es, que siempre estarán, que siempre tendremos
salud, que siempre estarán nuestros hijos bajo nuestra protección. Pero pasa el tiempo
y casi sin darnos cuenta de que no es siempre como pensamos y queremos; y se nos
hizo tarde para disfrutar y vivir momentos importantes en nuestras vidas.

También nos toca conocer personas que, al verlas, transmiten y reflejan su calidad
humana, no sabemos ni en qué, puede ser en su mirada, en su trato, en cómo te
saludan. Pueden otras ser muy exitosas o no en sus negocios, o tener poder, dinero,
todo lo que desean; aunque eso no es lo que les da calidad humana, sino sus valores,
su estilo de vida, su manera de tratar a los demás, su sencillez.

El ser humano se ve sometido continuamente a numerosas influencias, presiones,


condicionamientos, etc., como consecuencia de su estado de salud, de sus
características físicas y psicológicas, de su talante, del desempeño de sus
responsabilidades profesionales, ciudadanas, familiares y de las organizaciones a las
que voluntariamente pueda pertenecer; como, también, de su grado de ambición y
autoexigencia, como de las demandas a sus semejantes, y del grado en que éstos la
satisfacen.
Por lo tanto, de cómo sea su forma de ser y de pensar, de sus conocimientos
profesionales y humanos, de su empatía, de la catadura de sus compañeros/as
laborales, como de la de los que comparten sus apellidos, de la de sus representantes
políticos y sindicales, como la de los equipos de lo que sea de los que forme parte;
influirá en su estado de ánimo, en su motivación en el desempeño de su puesto de
trabajo, en su participación en la vida pública, en sus atenciones a su parentela, en sus
relaciones con quiénes le "toque lidiar", etc.:, en resumen, en sus aportaciones a la
sociedad, que serán mejores en cantidad y calidad si sus congéneres se lo merecen por
tener un mínimo de educación, respeto, dignidad y sentido del agradecimiento, cuestión
de "bien paridos".

Cuando los entornos humanos son despreciables, provocan en las gentes decentes
preocupaciones, disfunciones, desconsideraciones, etc., que requieren para su solución
un tratamiento psicológico; especialmente, cuando las tareas y responsabilidades de
gestión son de índole universitaria, por su complejidad, concentración mental, y efectos
graves en los destinatarios de las mismas. Por ello, quiénes se dediquen a ellas
debieran tener también madurez personal, sentido del deber, discreción, prudencia,
bonhomía, "savoir faire", estilo, elegancia, distinción, saber estar, etc., bastante
escasos, por cierto, si a los hechos nos remitimos.

La calidad humana como el instrumento de mejora del trato al usuario del sector
público

La calidad humana es el conjunto


de atributos que generan un
comportamiento positivo en los
trabajadores del sector público, lo
cual aplicado al desarrollo de sus
actividades permitirá alcanzar una
mejora del trato, lo que redundará
en confianza y seguridad en el
usuario del sector público.

La calidad humana debe ser el instrumento facilitador de la mejora del trato al usuario
del sector público. El trabajador público, antes que competencias técnicas necesita estar
dotado de calidad humana para prestar sus servicios a los usuarios. De nada vale un
trabajador capacitado, entrenado, perfeccionado, si no tiene calidad humana. La calidad
humana se refleja en la persona. La calidad humana es lo que trasciende en las
personas. La calidad humana es lo que se evidencia en la relación de las gentes, por
tanto, todos debemos estar dotados de este importante instrumento del comportamiento
humano.

Es un hecho que la calidad humana será la solución a la relación entre usuarios y


trabajadores del sector público; pero también entre los propios trabajadores; y, desde
luego entre directivos-funcionarios y trabajadores; todos deben ser dotados de calidad
humana para disponer de mejora continua en el trato.
El trato al usuario es el resultado. Es lo que se refleja. Es lo que llega al usuario; por
tanto una mejora permanente en el mismo asegura la confianza del usuario; todo lo cual
es factible conseguirlo mediante la calidad humana, como virtud que se debe cultivar.

¿Cómo se mide tu valor?: no se mide por con quienes


andas, ni por el número de personas con quienes sales. No
se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes,
por la marca del coche que manejas, ni por el lugar donde
estudias y trabajas.

No se mide ni por lo guapo, ni por lo feo que eres; por la


marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo de
música que te gusta. Tu valor es simplemente otra cosa.

Tu valor se mide por el sabor de boca que dejas a los demás con
tu presencia y con tus comentarios. Se mide según a quien amas
y según a quien dañas. Se mide según la tristeza o la felicidad
que proporcionas a otros.

Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que


traicionas. Se trata de lo que se dice y lo que
se hace, y si esto es dañino o benéfico. Se
trata de a quien no le haces caso o ignoras intencionalmente.

Se trata de no hacer demasiado alarde de lo bueno que hagamos


cuando uno sabe su valor, pues a veces no es necesario decir
nada. Ni firmar todo lo que hacemos para que todos vean: "Mira yo
lo hice; mira, yo lo escribí". Basta con que Dios lo sepa.

Tu valor se mide por la capacidad que tengas de ser


compasivo y comprensivo con los demás. Por la capacidad
que tengas de ver más allá de las apariencias, de valorar a las
personas no por su aspecto o estatus. De ser sencillo a pesar
de tener todos los medios para poder ser altivo. De dar un
buen trato a todas las personas, aun a los más humildes, que
son quienes más necesitan una muestra de interés, cariño o
humanidad de quienes estamos en otro nivel.

La vida será contigo tan justa como lo eres con los demás. Esto es lo que le da un
verdadero valor a tu persona, esto se llama tener una verdadera calidad humana. Buen
día.

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