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LA FILOSOFÍA EDUCACIONAL DE ROUSSEAU

Rousseau aborda un sistema educativo basado en la naturaleza y la experiencia. El fundamento


pedagógico de Rousseau se resume en la educación para la vida, cuyos componentes más
importantes son la felicidad y la libertad. Los impulsos característicos del ser humano y su
necesidad de socialización deben armonizarse para educar al “yo común” que implica el papel
ciudadano, o lo que es lo mismo, la manifestación de su ser social. En síntesis es un proceso de
educación mutua. Rousseau, además habla en su libro de la formación del “hombre natural” que
requiere de un método que tome en cuenta el respeto a la infancia; que se constituya de manera
paulatina, nunca forzada, cuyas enseñanzas se desarrollen desde las sensaciones y experiencias que
generarán los conocimientos correspondientes en el encuentro con la realidad.

De acuerdo a esto Rousseau opina, que la destreza de “pensar” se desarrollará en la autosuficiencia


del placer sensitivo antes que en la memorización inútil. Esto permitirá incorporar las virtudes que
faciliten la realización personal y el encuentro social. Éstos postulados de la educación infantil irían
encaminados hacia el logro de cimentar adecuadamente los principios para la educación de la
posterior etapa o “edad de la razón”, que es el paso de la infancia a la pubertad, etapa determinante
en la formación del hombre como sujeto de la sociedad.

El proceso educativo debe partir del entendimiento de la naturaleza del niño, del conocimiento de
sus intereses y características particulares. Así debe reconocerse que e niño conoce el mundo
exterior de manera natural haciendo uso de sus sentidos, consecuentemente es erróneo hacerlo
conocer en esta etapa el mundo a través de explicaciones o libros.

APORTES DE LA PEDAGOGÍA CONTEMPORÁNEA

Rousseau influyó en la en la Escuela Nueva, un movimiento pedagógico del siglo del siglo XIX.
Este movimiento critica la escuela tradicional de entonces, dando énfasis a criticar el papel del
profesor, la falta de interactividad, el formalismo, la importancia de la memorización, la
competencia entre el alumnado y, sobre todo la importancia el autoritarismo del maestro. Proponía a
un alumnado activo que pudiese trabajar dentro del aula sus propios intereses como persona y como
niño.

Al igual que Aristóteles, Rousseau consideraba a la educación como el camino idóneo para formar
ciudadanos libres, conscientes de sus derechos y deberes en el mundo que se estaba gestando. Pero
el se dio cuenta que el sistema educativo imperante era incapaz de llevar a cabo esta labor.

En el Emilio, Rousseau establece las características de la educación para una sociedad integrada por
ciudadanos libres, que participan y deliberan sobre la organización de la comunidad y los asuntos
públicos. Uno de los principales aportes de Rousseau fue señalar que el niño es un ser
sustancialmente distinto al adulto y sujeto a sus propias leyes y evolución; el niño no es un animal
ni un hombre, es un niño. A partir de esta idea Rousseau señala la necesidad de replantear los
métodos de enseñanza imperantes que consideran al niño como si fuera un adulto más, asumiendo
con ello que comparten intereses habilidades, necesidades y capacidades.

Para Rousseau la educación debe adecuarse a cada una de las etapas de desarrollo del niño; los
contenidos y objetivos de la educación deben trazarse a partir de los intereses y motivaciones del
alumno acorde a su etapa de desarrollo. Esta postura conducirá a que el alumno sienta realmente
aprecio en interés por el proceso educativo al no ser este ajeno a su situación.

VIGENCIA QUE TENDRÍA EL PENSAMIENTO DE ROUSSEAU


Rousseau busca adoptar la educación a la condición humana en cuanto ésta es el fin de aquella y a
través de la educación se pretende enseñar al hombre a ser hombre, mediante el aprendizaje del
oficio de vivir. Las dos formas de la educación, la de la naturaleza y la de las cosas, preparan a
través de la función del maestro para la inserción en la sociedad.

Rousseau sentó las bases de la educación moderna; contribuyó a desarrollar una comprensión más
humanista de la infancia y destacó la relevancia que tiene la educación desde los primeros años de
vida de los niños.

Rousseau se mostró como un fuerte opositor de las prácticas tradicionales de la crianza de los niños,
que exigían el control de las relaciones afectivas para apresurar su proceso de desarrollo e
integración de la vida adulta. También criticó que la educación, bajo el dominio de la iglesia, se
diese.

De esta manera el pensamiento de Rousseau sigue vigente en el siglo XXI ya que en la actualidad,
se realizan proyectos educativos que mantienen la filosofía de Rousseau. Si bien estos proyectos
mantienes este pensamiento filosófico, también se van creando nuevas directrices que
complementan el proceso de Enseñanza – Aprendizaje.

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