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Recuento de incertidumbres

Cultura y transición en El Salvador


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Horacio Castellanos Moya
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Recuento de
incertidumbres
ultura y transición en El Salvador

ediciones tendencias
Indice
,
l ' resentación 9
• ( /
uno
ul tura y transición 13

dos
La rueda de la bicicleta 39
Apuntes para una utopía 52
Los intelectuales y la transición 57
De his toria, ficción y lenguaje 63
Li teratura y transición 71
Consideraciones sobre educación,
c ultura e identidad 76

tres
Los escritores y la política 83
Encantamientos cotidianos 85
Hacia un periodismo investigativo 89
Las tentaciones de Concultura 90
El Pabellón de las Artes 94
Portada: Detalle de Homenaje a Apollinaire, La otra Luna 96
1991/1.2 de Marc Chagall. Una tumba para Roque Dalton 98
Oleo, oro y polvo de p lata sobre tela, 200X189.5 Encuentros y desencuentros 100
cms., Eindhaven, Stedelijk Van Abbemusewn Novedades de la vida cotidiana 102
Diseño de portada: Nora Huezo Soundy. El taiwancito de Centroamérica 109

cuatro
Primera edición, 1993. Adiós, poeta ... 113
© D . R ediciones tendencias El «Chejov americano» 115
Calle Mediterráneo 21, Col. Jardines de La ciudad enferma 117
Guadalupe, San Salvador, El Salvador. El oficio de esc...-ribir 119
Teléfono y fax: 24-0610
Ese maldito yo 121

7
El arte de la provocación 123
El viejo Onetti 125
Homenaje a Diderot 127
El escritor y sus fantasmas 129
Libro del desasosiego 131
Recuerdo de los decimonónicos 133
Presentación
La guerra de Galio 135
El tiempo de los asesinos 137
Aprendices atormentados 139 Finalizada la guerra civil, en el marco de una nueva
¿Retrato de Asturias? 141 institucionalidad a través de la cual el país busca transi-
El otro y el mismo amante 143 tar hacia la democracia, el mom.e nto de reflexionar so-
Ficción y realidad 145 bre la cultura nacional adquiere especial relevancia. Un
Intelectual fascista 147 esfuerzo de análisis y debate que permita profundizar
Mi hermana y yo 149 e n las diversas facetas de la salvadoreñidad resulta
impostergable, a fin de que los cambios en la insti-
tucionalidad política correspondan a una nueva
percepción del «ser nacional». Este libro no pretende
más que contribuir modestamente a tal esfuerzo. Se
trata, en todo caso, de aproximaciones, tanteos, ganas
de abordar una temática por momentos inasible.
Estos ensayos y artículos fueron escritos entre
principios de 1989 y mayo de 1993. El primer ensayo,
«Cultura y transición», fue publicado parcialmente en
la revista Tendencias No. 18, correspondiente a marzo de
1993. Los ensayos y artículos de las partes dos y tres
e stán ordenados cronológicamente y buscan presentar
una mínima panorámica de los cambios culturales que
v ivió el país al pasar de la guerra a la paz. Las breves
reseñas (casi solapas) de libros incluidas en la parte
cuatro fueron publicadas entre julio de 1991 y enero de
1992 en el suplemento cultural Tres mil del Diario Latino,
en una columna que aspiraba dar a conocer somera-
mente algunos autores contemporáneos desconocidos
por buena parte de los lectores locales, sobre todo en
momentos en que aún persistía la guerra y práctica-
8
9
C ultura y transición

La transición política salvadoreña es un proceso rela-


tivamente frágil, por lo mismo sujeto a presiones que
buscan su reversibilidad o desnaturalización, y de ca-
racterísticas inéditas si se le compara con procesos simi-
lares en otros países latinoamericanos. Si hablar de la
transición en el ámbito político implica un considerable
g rado de incertidumbre, el estudio de las relaciones que
tal dinámica tiene con la cultura puede parecer prema-
turo y hasta un tanto aventurado. El propósito de este
ensayo consiste precisamente en iniciar esa aventura, a
fin de tantear el terreno, delimitarlo y--en la medida de
lo posible- ·investigar sus componentes. No se trata,
pues, de una empresa en busca de conclusiones in-
v ulnerables, sino apenas de un conjunto de reflexiones
que parten de un hecho ~ntrínsecarnente coyuntural (la
tran sición política) para ubicar ciertas tendencias cul-
turales.
Una limitante nada despreciable para la realización
de esta tarea h a sido la ausencia de bibliografía sobre la
historia de la cultura y, en particular, sobre la historia
del desarrollo de las ideas en El Salvador. La cultura se
plantea así como un ámbito de estudio, si no virgen, al
rnénos poco explorado y sin mayores sistematizacion es.
No obstante, buena parte de las posibilidades de que la
transición culmine con la consolidación de un régimen
democrático, depende de la profundidad de las trans-
fo rmaciones que genere no sólo en lo que respecta

13
1

específicamente a la cultura polít!c'! del páís1 si.J;lo tam- ,. luyentes que se sustentan . en princ1p1os como la
1

bién a lqs pa~ones generales de conducta y de relaciones 11ll rnabilidad, la independencia de los poderes del Es-
d_~_Ja pobladón. Una e~itosa transición a la democracia t,1d o y la resolución de los conflictos políticos por vías
~in un cambiq c ultura_! se perfila poco probable, sobre l n titucionales. El telón de fondo de lasJransiciones h~
todo en un país q _u e recién sale de doce años de guerra ... ido la búsqueda de una paulatina reducción del poder
civil. m ilitar en la vida de la sociedad y su sujeción al poder
Y es que la cultura de la guerra que se expres ó tan civil. El grado de desarrollo de la transición democrática
drásticamente en El Salvador durante la década de los h a sido diferente en cada país latinoamericano, en rela-
80 no fue un accidente hi~tórlco. Sus cimientos se pue- ió n con sus tradiciones , s u cultura y sú particular entor-
den encontrar en una tradición de exclusión política, no político y económico. En e ste contexto, la transición
marginación s~cial y explotación económica que con-
1 s a lvadoreña tiene al menos seis particularidades que
formó a lo largo de las década~ una cultura de la in c idirán en el futuro perfil de la nación y que a con-
violencia. Si el objetivo de la trans ición ha sido des- t inuación apenas se enumeran.
montar la guerra y crear las condiciones para el funcio- l. La mayoría de procesos de ·transición en Lati-
namiento de un sis tema democrátic6 1 e ntonces tal pro- n oamérica parte del agotamiento de dictaduras milita-
ceso debería incluir y desarrollar aquellos elementos re s - instauradas luego de exte rmina r a movimientos
culturales . que garanticen la consolidación de la g uerrilleros izquierdistas- frente al embate de fuerz as
democracia. o ciales y políticas que demandan la apertura de-
Para lograr establecer las interconexiones entre el mocrática. El cas o salvadore ño es sustancialmente dis-
proceso de transición y los aspectos culturales, resulta tinto. Primer9, porque surge de una guerra civil en la
indispensable conocer las pax;ticularidades de tal pro- q ue se enfrentaban dos proyectos de nación radical-
ceso, s u influencia inmediata en la cultura política (tanto mente distintos y excluyentes. Seg undo, porque no hubo
de las élites como de la población en general), y consi- u n vencedor militar y ambas partes tuvieron que cede r
derar las posibilidades de que - a partir de esta di- p ara diseñar un tercer proyecto (entendido c omo un
n á mica- se produzcan mutaciones de fondo y largo nue vo marco institucional) al cual se llegará a travé s de
plazo en la cultura de la nación. la transición. El hecho de que el proces o s alvadoreño
s urja de una guerra civil tiene connotaciones ·de primer
Seis particularida<:fes de la transición salvadoreña orden en la esfera de lo cultural: la polarización política
y social, la práctica cotidiana del terror, la inexistencia
La transición salvadoreña se ubica dentro de una co- d e espacios neutrales, el fundamentalismo político e
rriente general imperante' ~ Latinoamé rica desde me- ideológico, la ausencia de iniciativas ciuqadanas o de la
diados de la década de lps 801 ·qiracterizada por el fin de sociedad civil que no estuvieran alineadas con una las
los régimenes autoritarios (dictaduras militares) y el partes.
surgimiento de sistemas democráticos pluralistas, con 2. La mayoría de transiciones en Latinoamé rica ha
gobiernos emanados de contiendas electorales no tenido como punto de partida un proceso electoral, a

14 15
través del cual se escoge al primer gobierno que impul- s m el proceso electoral y la profundización de las re-
sará la rutá hacia la democracia. Aquí también el caso lormas: sobre todo en el área de la desmilitariZación del
salvadoreño es sustanciálmente distinto. Nuestra tran- Estado; y la tercera, a partir del 1 de junio de 1994, con el
sición ~ene como fundamento un proceso de nego- i nido de la gestión del primer gobierno democrático
ciaciones entre los bandos en pugna, que se realiza nacional1.
paralelamente a la guerra civil. La cuJminación del pro- S. En algunol' países latinoamericanos, en especial en
ceso de negociaciones (la firma de .los Acuerdos de hile y Uruguay, la, transición hacia la democracia
Chapultepec) marcó el fin de la guerra y el inicio de la significó recuperar una institucionalidad que existi~
transición. Tal proceso evidenció que, pese a Ja guerra, previamente a la. instauración de las dictaduras mili-
se registrar.o n factores de coexistencia que, a su vez, ta res. En El Salvador no hubo una institucionalidad
dieron lugar a nuevas y más consistentes formas de democrática previa a la guerra civil, sino regím~nes de
convivencia. corte castrense que llegaron al poder ya fuera a través ·
3. A diferencia de la mayoría de transiciones lati- del golpe de Estado o de elecciones fraudulentas o ex-
noamericanas, la salvadoreña -por ser fruto de una cluyentes:
negociación de guerra- se rige por un documento pre- 6. A diferencia de los otros procesos en Latinoamérica,
ciso, en el cual se puntualizan los compromisos de la transición salvadoreña cuenta con una estricta y
..:
ambas partes: los Acuerdos de Chapultepec. Un do- determinante supervisión internacional, aceptada por
cumento síntesis del binomio guerra-negociación, que los dos bandos que protagonizarot). la guerra. Dicha
conlleva una reforma global .de las instituciones del s upervisión, ejercida por las Naciones Unidas (ONU),
Estado y en el que se incluyen las medidas necesarias tiene un solo precedente en el continente: Nicaragua,
para desmovilizar a una fuerza guerrillera (no de- donde las misiones ONUCA y ONUVEN verifica~0n la
rrotada militarmente) y convertirla ·en partido político desmovilización de la contra y el proceso electoral,
legal. La transición salvadoreña constituye, pues, la · respectivamente. No obstante, la misión en El Salvador,
creación de una nueva institucionalidad acordada entre ONUSAL, tiene diferencias cualitativas, por la pro-
el propio Estado y una fuerza insurgente. fundidad, la extensión ·y la temporalidad de su mandato.
4. En El Salvador, la transición tiene tiempos puntua- Probablemente, la presencia de ese contingente de
les, establecidos fundamentalmente en el calendario de mediación internacional no tenga mayores incidencias
ejecución de los Acuerdos de Chapultepec: comienza directas en los patrones culturales de la población, pero
con el cese de fuego, ~ene un punto culminante en las su influencia en las élites políticas y económicas resulta
elecciones generales de 1994 y se abre con la toma de incuestionable.
posesión del rtúevo gobierno. Un período que puede
subdividirse en tres fases: la primera, de enero a diciem-
bre de 1992, caracterizada por la desmovilización gue-
rrillera y la reforma institucional; la segunda, de enero 1Esta subdivisión en tres fases es tentativa y puede resultar arbitraria,
de 1993 a mayo de.1994, cuyos puntales programados pero se plantea como referente para deli.Jnitar el período.

16 17
Cambios en la cultura política 1u e go de una guerra civil, en la que cada bando se
a rrogaba el- derecho de nacionalidad y excluía termi-
En algún momento, mientras trabajaba en este ensayo, nantemente al bando enemigo,, el .concepto de nación
en un acceso de provocación, pensé titularlo "¿Les adquiere otra dimensión. Para la derecha extremista,
quebra~os el culo?". Una pregunta que, a mi parecer, xistían los "verdad~ros" salvadoreños, los "buenos"
expresaría ahora la posib~lidad de un cambio en los a lvadoreños, aquellos comprometidos con las posicio-
patrones de la cultura política nacional. Antes, al fragor nes anticomunistás y ultraconservadoras. Los otros, los
de la guerra, no era pregunta, sino afirmación, orden: d el otro bando, no eran "falsos" y "malos" salvadoreños,
"¡quebrémosles el culo, acabemos con ellqs, extermi- simplemente no lo eran. La patria es nuestra, de los que
némosios!". El crimen como conducta básicé!,ÓO sólo del pensamos lo mismo, _n o de ustedes, los abanderados
quehacet político, sino como reacción primaria ante la d e la agresión terrorista, de la "agresión externa", ·e ra la
disensión; la impunidad como certeza generalizada. consigna. La misma lógica, con algunos matices, ex-
Ahora, el mismo h~o de preguntarse, de dudar, de p resaba la otra parte: la patria, la nación, e.ra·patrimonio
interrogarse sobre la viabilidad del asesinato como d e los que luchaban pQr el socialismo, por la liberación,
solución a las .controversias políticas, manifestaría una y no de los títeres del imperialismo yanqui.
·n ueva·actitud,, una mutación. De ahí que un nuevo concepto de nación, integr~dor,
La transformación de la cultura política se daría a a unque no a partir de mpyores elaboraciones teóricas,
partir de tres ejes principales propios de la transición: la haya comenzado a perfilarse desde del inicio de l~
reforma de las prindpales instituciones del Estado, la transición. Reconocerse en la .mesa de negociaciones,
inserción del FMLN como partido político legal, y el aceptarse a la hora de firmar un acuerdo, significó
reacomodo de las demás fuerzas partidarias a la nueva comprender que la guerra -más allá de las dimensio-
situación. Las reformas abren los espacios para nuevos nes geoestratégicas adquiridas en el marco de la guerra
patrones de conducta política; el reto de los partidos, de fría- era un engendro nuestro, fruto de nuestras taras e
los movimientos sociales y .de la sociedad civil consiste imposibilidades, y que ~ólo noso~os podíamos llegar a
precisamente en ocupar y dinamizar esos espacios. un' acuerdo para ponerle fin y reconstruir la nación. El_
Pero es demasiado pronto para sacar terminantes abrazo del presidente Alfredo Cristiani con los co-
conclusiones optimistas al respecto. Lo que sí se puede mandantes insurgentes, en la ceremonia del Castillo de
hacer es examinar algunas de las tendencias de cambio Chapultepec, representó algo más que una expresión de
en la cultura política evidentes durante la primera fase sentimentalismo o una pose para la "historia", fue el
de la transición --con todo lo volátil que podría resultar reconocimiento de que la nación somos todos, los bandos
semejante ejercicio. ,que hicieron la guerra y los que apenas s_o brevivimos
1. El concepto de nación. como víctimas o testigos.
¿Quiénes somos los salvadoreños? ¿Quiénes perte- De igual manera, las concentraciones que tuvieron
necemos, constituimos, formamos· la nación? Parece un lugar en el centro de San Salvador, ese mismo 16 de
desafortunado lugar común, una pregúnta idiota. Pero enero --cuando -decenas de miles de personas per-
~

18 19
tenecientes a los dos bandos enemigos se reunieron de rie ntal y sobre todo la debacle de la ideología·marxista-
manera pacífica y ordenada, en sendas plazas, separa- 1 ·ninista obligaron ai movin:iiento exguerrillero (uno de
das por menos de un centenar de metros, con el objeto 1 s más radicales· a nivel latinoamericano en la primera
de celebrar la firma de la paz-, constituyeron un acto mitad de la dééada de los 80) a modificar su lenguaje, a
fundacional, un reconocimiento del otro, el des- b uscar nuevos asideros ideológi~os y políticos. Recurrir
cubrimiento de una nueva manera (intuida, no for- él cierto espectro conceptu~l de la democracia li~eral
mulada) de concebir la nación. Se trata de un cambio re sultó, entonces, natural. Más que una muestra de fle-
aún no digerido completamente: pasar de una guerra ibilidad, tal viraje fue necesidad de sobrevivencia y
que .transformó nuestra· nacionalidad a una paz L ctualización, sob~e todo para enfrentar un proceso que
democrática en construcción, de un modo de vida co- transformaría la naturaleza misma de la· izquierda ar-
nocido a otro incierto. mada. .
2.' Desideologización. La desideologización en las fuerzas de derecha ha
En Jos doce meses de paz armada que constituyeron sid~ un proceso me~os perceptible, me~os uniforme.
la primera fase de la transición, la desid~ologización de Un sector moderado y quizás minoritario, .cercano al
las posiciones de ambas partes fue una tendencia que, si presidente Cristiani y que se expresa regularmente a
bien apenas incipiente, puede señalarse como factor de través de los editoriales del diario lA Prensa Gráfica, ha
cambio en la cultura política nacional.- El origen de esta dado la pauta en el man~j9 de u.n discurso en el que --a
tendencia no corresponde exclusivamente 'aJ cese del partir de una moderna concepción .de la democracia
enfrentamiento armado, sino que responde también a pluralista y no excluyente- mantiene una visión de
una nueva situación mundial, a un "nuevo tiempo intereses nacionales y un lenguaje conciliador. No obs-
histórico", consecuencia del fin de la guerra fría y que tante, la mayoría de las fuerzas derechistas no variaron
algunos es~udiosos llaman "el tiempo de la incer- sustancialmente su posición ideológica: rabiosamente
tidumbre". Evidentemente la firma de Jos Acuerdos de anticomunista, extremista ha~ta amenazar con el
Chapultepec no hubiera sido posible sin una relativa terrorismo, basada en los postulados del Estado
desideologización de las partes; e~ tal sentido, la sus- c~ntrainsurgente y de seguridad nacional. Esta situa-
cripción de los acuerdos y el cumplimiento de la prime- ción obedece tanto a una tradición radical como a una
ra fase de Ja transición -más aJlá deJ ·nivel de presión • particular percepción del fin de la guerra fría: la derrota
internacional- fue una muestra de realismo de las éli- política e ideológica del modelo comunista reafirma la
tes políticas nacionales. v~lidez dé una visión de mundo ultraconservadora y de
Sin embargo, los ritmos y los grados de desideo- tirites fascistas.
logización evidenciados por Jas fuerzas p9líticas con- En este terreno, empero, algunas preguntas permane-
tendientes no han sido los mismos. La izquierda - y cen abiertas: ¿aparte de los fenómenos estrictamente
específicamente el FMLN- mostró a lo largo de 1992 políticos, qué modificaci~yes culturales propiciaron la
una mayor desideologización. La razón ..Puede parecer deside~logización?, ¿podJ-~ afirmarse que en la pobla-
sencilla: la caída de los regímenes comunistas de Europa ción; acicateada por la guerra y la sobrevivencia, se

20 21
produjeron cambios hacia una convivencia desideo- p a rte de los alineamientos de las fuerzas partidarias, así
logizada? t.:omo del surgimiento de nuevos protagonistas sociales
3. Despolari.zación. e iniciativas ciudadanas.
Desideologización y despolarización son procesos 4. Desmilitarización.
complementarios pero distintos, con tiempos propios. Como instrumento para finalizar la guerra civil y
En el caso salvadoreño, a lo largo de 1992, el man- rear las bases para un nuevo funcionamiento de-
tenimie~to de posiciones polarizadas fue una constante mocrático; los Acuerdos de Chapultepec pusieron espe-
de las fuerzas que anteriormente protagonizaron el d al énfasis en la desmilitarización, a través de la
enfrentamiento armado. Más allá de las modificaciones implem.e ntación de medidas puntua~s que llevaran a la
en la ·v i_s ión ideológica, la herencia de la guerra civil y desmovilización de la guerrilla y a úna reforma a fondo
l'?s intereses concretos políticos y económicos deter- de la Fuerza Armada. Tales ·medidas apuntan a la
minaron que las élites funcionaran bajo el mismo re ducción de la presencia núli tar en la sociedad y a la
esquema bipolar, intransigentes en la defensa de sus ~ujeción del poder castrense al poder civil. La disminu-
cuotas de poder. El hecho de que durante la primera ción y reubicación del componente militar dentro de la
fase ~e la transición no surgiera una . "tercera fuerza" ociedad y del Estado conlleva el cambio de mayor
nacional (ni como coalición de partidos, movimiento potencialidad y trascendencia e~ la cultura política del
social o iniciativa ciudadan~) incidió para que el proce- país.
so de despolarización ·avanzara muy poco. El papel de Un estudio de .. los efectos que produciría la des-
mediación, de fiel de la balanza o de desorganizador del militarización en todos los niveles de la cultura sal-
esquema bipolar, que podría haber jugado una «tercera vadoreña rebasa el propósito de este ensayo. Algunos
fuerza» nacional, correspondió a la ONUSAL, un factor hechos, enmarcados en la primera fase de la transición,
que en sí mismo evidencia la profundidad de la resultan incuestionables: la mantención del cese de fue-
polarización. . . ' g o, la desmovilización y destrucción del armamento del
La lógica amigo-enemigo se muestra r~acia a FMLN, y el inicio de la reforma, reducción y depuración
cambios inmediatos; también la actitud de «todo o de la Fuerza Armada. De ahí se desprende quizás el
nada» - · aUI)que la negociación haya sido precisamen- cambio más importante --como piedra fundacional-
te una negación de la m.iSma. Son actitudes-reflejo, en la cultura política del país: a lo largo de doce meses,
condicionadas por más de una década de guerra,.que se por primera vez en los últimos 20 años, las élites no
expresaron permanentemente a lo largo de la prúner,a recurrieron a la violencia para resolver sus divergencias.
fase de la transición en el cumplimiento del calendario" Nuevos valores, propios de la cultura democrática,
de los acuerdos, sobre todo en temas se~ibles como la comenzaron a tener vigencia, como la tolerancia, el
desmilitarización y el reparto agrario. En esta fase, pues, derecho a la disensión, la promoción del debate y la
la despolarización tuvo un ritmo ,más lento que la búsqueda del consenso.
desideologización. Lo que suceda en la segunda fase, El ingreso de la\~úpula del FMLN a la clase política
marcada por el proceso electoral, dependerá en buena nacional, con sus nµsmos derechos y obligaciones, bajo
1

22 23
nuevas reglas del juego definidas a través de las refor- h .,s ta que los ánimos estuvieron maduros para el i nicio
mas constitucionales, es un factor que tendría que , 1 • la conflagración armada. El tránsito que se dio
acentuar la tendencia hacia un cambio en la manera de ··nto nces, en el período 1979-1981, fue de.una cultura de
hacer política en el país. En igual sentido se inscriben las l.1 v io lencia acumulada a .una cultura de la guerra. Aho-
campañas de educación política que impulsaron duran- r.1, la transición iniciada en 1992 plantea el reto de un
te 1992, a través de los medios masivos de comunica- uucvo tr~ito: pasar de la cultura de la guerra a una
ción, distintas instituciones políticas, sociales y L'ultura democrática.
humanitarias. Se trataría de iruciar el tránsito de una ¿Estamos preparados? ¿Tenemos otras opciones?
cultura de guerra y violencia a una cultura democrática. Adivinar cuáles serían las caracterís ticas más des-
No obstante, un aspecto vital de la transición --el L.1cadas de esta cultura dem0Crática, incluso afirmar con
retiro de la Fuerza Armada de los distintos ámbitos de tota l certez a si dicho tránsito será posible, resulta tarea
la vida social y su reubicación como un componente del de taumaturgos Lo que sí puede resultar saludable es
Estado sujeto aJ poder civil- apenas comienza a llevar- '"aminar las grandes mutaciones culturales producidas
se a cabo, con lentitud y tropiezos, lo que deja abiertas por la guerra -más allá de las expresione s cotidianas
las puertas a la cautela, a cier to escepticismo, y a que un d e la violencia-, a fin de comenzar a visua lizar el nuevo
estancamiento o retroceso en este terreno podría des- perfil de la nación. \
baratar no sólo la te ndencia hacia una nueva cultura l. Transculturación Y· cosmopolitismo.
política nacional, sino el proceso de transición en su El.Salvador es un país cuya población ha manifestado
globalidad. f u e rtes tendencias migratorias a lo largo de las últimas
décadas. .La e s trechez del territorio nacional, y la ex-
Cultura para el nuevo milenio tre ma concentración de la tierra y la riqueza, podrían
ontarse entre las principales causas generadoras de
Los tiempos de la transición política no c.o inciden ne- e ste fenómeno. La guerra. civil no sólo profundizó esta
cesariamente con lps tiempos de los cambios culturales, co rriente migratoria,. sino que le imprimió nuevas ca-
ni siquiera con los que se refieren estrictamente ·a la racterísticas: la permanencia de alrededor de un 20 por
cultura política. El calendario de la transición es preciso, ciento de la población nacional en países como Estados
puntual; las mutaciones culturales tienen otra densi- Unidos, Canadá y Australia, posibilita el desarrollo de
dad, distinta temporalidad, en la mayoría de los casos un proceso de·transculturación de conside rables dimen-
muchos más lenta, por su profundidad. Los cambios siones y potencialidades.
culturales de fondo abarcan relevos. generacionales: por El éxodo producido por la guerra fue pluriclasista;
ejemplo, para que los salvadoreños asumiéramos a fectó a todos los niveles de la sociedad salvadoreña; Se
plenamente la cultura de la guerra se requirió de varias trató, por lo mismo, de un fenómeno de carácter na-
décadas de represión, intolerancia, marginación e cional. El hecho de que alrededor de un millón de sal-
injusticia, que fueron cambiando paulatinamente los v adoreños"-esidentes en Estados Unidos envíen anual-
patrones de conducta de las élites y de la población, mente al país remesas que en su conjunto superan el

24 25
total de las exportaciones nacionales, muestra la en- • t& ' : la importancia otorgada al conflicto por las su-
vergadura de este· desplazamiento poblacional, el cual I •t·rpotenci!1s en el marco de la guerra fría, los espe-
ya está siendo investigado por economistas y politólo- hl/.n a ntes crímenes, ·la virulencia de los combates y el
gos. Sin embargo, sus consecuencias culturales aún no 1'•'1 lcl jugado por la ONU en las negociaciones de paz,
han sido examinadas con detenimiento. Probablemente, l m•ro n algunos de los elementos que ubicaron a este
la incidencia en el ámbito de la cultura sea de mayor t }1.· ~ u eño país en el primer plano de la escena inte rnacio-
profundidad y largo plazo que en la economía, pues ll 1l l. Una vez finalizada la guerra, y con el país fuera de
cada remesa viene acompañada de un universo de la noticia (y de la agenda) internacional, fenómenos
valores que aceleran la transculturación. La población , " m10 la transculturación y el cosmopolitismo pueden
salvadoreña en Estados Unidos, además, no permanece 11 u dar a meter al mundo dentro de El Salvador, a darle
fija, alejada físicamente de su país natal; por el contra- 1tr.. perspectivas y contenidos a una nueva cultura
rio, el puente entre El Salvador y Estados Unidos , 1 •mocrática, a posibilitar el surgimiento de valores que
1
permanece abierto, con una fluidez intensa, en ambos t rt1 ciendan lo ñoño y provinciano, a abrir las puertas de
sentidos. Un puente por el que viajan nuevos gustos y l.1 n a ción a las principales corrientes de pensamiento y a.,
expecta'tivas de consumo, cotidianidades distintas, otro 11s R!eocupaciones imperantes en la contemporaneid~d.
sentido de la pertenencia y de las relaciones humanas; 2 . Recomposición interna.
un puente por el que también viajan valores sociales, ¿Cuántos somos? ¿Adónde .es~am9s? ¿A qué Ílos
políticos y econón;ticos que ya inciden en distintas esfe- d ·dicamos? La . guerra ~astocó Ja, nació!'l· l~to a la·
ras de la "vida naciónal. En síntesis, el puente de la Pmigración hubo grandes desplazamientos internos de
transculturación. Sin olvidar que este fenómeno en su t ,, lblación, modificaciones del mapa laboral y de la
as~o negativo significa Ja norteamericanización de t•::itru c tura de clases, adquisición de nuevos usos y
nuestra cultura, su desfiguración, la disforsión grotesca ~·ostumbres. DuFante dos décadas no se realizó un censo
del colonizado. · poblacional; fue hasta ahora, en la· primera fase de la
Paralelamente, la migración también p<;>sibilitó cier- t ransición, cuando se llevó a cabo esta tarea, que abre la .
tos niveles de cosmopolitismo en algunos sectores pro- posibilidad de reconocer el nuevo cuerpo nacional. Más
fesionales, técnicos, intelectuales y políticos que tuvie- .11lá de los resultados globales de este ·censo, (no se
ron que rehacer sus vidas en distintas metrópolis, fuera r quiere de la puntualidad científica para advertir ciertos
del área centroamericana, lo que les habría permitido a mbios que influirán en el perfil cultural del pais en el
una ampliación de horizontes, acceso a más y mej,o res largo plazo. Primero, el crecimiento demográfico se ha
fuentes dé informacióp y · una revalorización de la m antenido, en tanto que el t~rritorio nacional se reduj<>2,
nacionalidad. El everitual retomo de estos sectores al
país podría'tener una influencia po~itiva en el desarro- 1 En octubre de 1992, la Corte Internacional de La Haya emitió su
llo de las ideas, la ciencia y la tecnología en la cultµra de follo sobre.eNtiferendo fronterizo entre Honduras y El Salvador: La
post-guerra. , . mayoría de bo'lsones en disputa pasaron a ju~ccionalidad hon-
La confrontación bélica puso a ~J Salvador en el mun- du reña.

26 27
' .
lo que hace pensar que la corriente de emigración se Jy,h·sias protestantes aumentaron quizás geométrica- ·
mantendrá en el futuro mediato, con todas sus secuelas t1U"nle durante la década, a tal grado que poseen su
cultUrales y económicas. Segundo, el carácter princi- I'' npi a universidad . y dos partidos políticos (el
palmente rural de la guerra obligó a un desplazamiento Movimiento de Solidaridad Nacional y el Movimiento
masivo de la población del campo a las ciudades, esto , 11· nidad); considerables sectores medios, poco prac-
es, a una ampliación del componente urbano y sub- t h .mtes antes del conflicto, se volcaron a las iglesias,
urbano que modifica conductas y genera necesidad de ¡ 1l'i n ipalrnente a las protestantes; la importancia política
servicios y expectativas de consumo. Tercero, la 11 • In je rarquía católica es de tal magnitud .que hasta el
emigración y la concentración urbana --en un marco de 1'M LN , que se se define como revolucionario, recurró a
guerr~ y alta tasa de desempleo-- afectaron el mapa 1·11.t para que juramentara (entiéndase, legitimara) a su
laboral y la estructura de clases, como lo evidencian el , l 1 r ·ctiva como nuevo partido político.
desmes~ado sector informal, las dificultades para· con- Una hipótesis plausible seria que la religiosidad se
seguir mano de o};>ra para la recolección de productos "' ~ rementó ante el vacío espiritual y la degradación de
agdcolfls de exportación y, en general, las nuevas acti- v.1lores que pr:oduce la guerra. Lo importante, sin em-.
tudes y costumbres imperantes en sectores subsidiados l 1,1rg 9, es que dicho incremento del fenómeno religio8o
por las remesas o por las prebendas de una millonaria pue de tener gran incidencia en la conformación. de la
l ultura de post-guerra, por 1as tendencias conserva-
institución castrense ramificada en todo,s los niveles de
la sociedad. ' lo ras - y en algunas .casos mojigatas- en que se sus-
3. El componente religioso. t ·11ta. Una cultura democrática, liberal y libertaria,
Simplistamente, un amigo académico extranjero me L' n contraría tremendas dificultades para surgir de
comentó que Ja guerra civil salvadoreña parecía tener s ·mejante conservadurismo religioso.
su origen en el enfrentamiento entre las dos únicas ins- 4. Debacle educativa.
tituciones que nos heredó la colonia española: la espada La guerra civil polariza, alinea; aterroriza a quienes
y la . cruz. Mi amigo, entusiasta buscador de corres- no toman parte activa en ella. El terror i_nhibe el
pondencias simbólicas, fue más explícito: la guerra ha- desarrollo del pensamiento, coarta las potencialicj.ades . . .
bría detonado con el asesinato de monseñor Osear d el espíritu. La realidad inmediata, la cotidianeidad, es
· R,omero y se habría extinguido --después de una dé- ta n terrible, tan desgarradora, que el ciudadano prefiere
cada- luego de la masacre de los seis sacerdotes jesui- no p~nsar en ella, evitar explicaciones que poqrían
tas. comprometerlo. Un mayoritario sector de la población
Lejos de estas divagaciones ·y de la fuerte tradición salvadoreña se habría a.costumbrado a no ejercer a ple-
católica nacional, el hecho es que la guerra produjo nituQ. stl capacidad de reflexión durante la d é cada de
modificaciones en el componente religioso, tanto en lo guerra.~a transición a una cultura democrática implica,
relativo a la presenci~ política de las iglesias, como en lo entre otras cosas, el desarrollo del «pensamiento pro-
referente .al crecimiento de diferentes expresiones de la pio», un nuevo aprend~zaje . Pero este despertar de las
religiosidad: aunque no se tengan cifras al respecto, las capacidades intelectuales requiere de un basamento

28 29
'.
educativo acorde a las necesidades democráticas.' Y ahí 1tt 1t hritarismo con sus secuelas atraviesa la familia, la
precisamente está el problema: la guerra desbarat6 el , •a l.a cla, la empresa y las distintas manifestaciones so-
sistema educativo salvadoreño. '1.,lc.•s. De ahí que el proceso de desmilitarización de la
La debacle en la educación tiene una primera ex- 11 u ·wdad salvadoreña sea lento, por su complejidad y

plicación presupuestal. La guerra consunúó la ~yoría ' ' " ll'11Sión.


de recursos del Estado, por lo que rubros ~orno edu- l .a transición tiene como objetivo desm.ilitarizar la
cación sufrieron recortes que impidieron cualquier tipo · ·~ l l'ra del Estado y de la sociedad política en el mediano
de crecimiento cuantitativo o cualitativo. No hubo in- pl.,zo. No obstante, la consolidación de un sistema de-
versión significativa en infraestructura, 'ni en c_apa- um -rático requiere que los esquemas de conducta pro-
citación, ni en investigación, ni .en mejores condiciones ' tu ' idos por la militarización a lo largo de varias dé-
· para los educadores. Al contrario, pilares del sistema , ·.1Jas sean transformados en todos los estratos de la
educativo fueron destruidos en el marco de la guerra, población. ,,
como la Universidad de El Salvador, la cual sufrió En términos estrictos, el militarismo no es una heren-
· bombardeos, intervenciones militares, saqueos, es- , .,,,de la guerra, sino un lastre histói:-ico, un componente
trangulación financiera, lo que conllevó una distorsión n .·ntral de la deformación nacional, que podrja explicar
de la educación superior en el país, a través de la (·n buena medida nuestra inviabilidad política y eco-
proliferación de universidad~s privadas (sólo en San 11ú mica. El desmontaje de este componente sería, en-
Salvador existen más de 30), muchas de ellas' d~ dud<¡>sa tonces, más.que un objetivo esencial de la transición: se
1 calidad profesional. ¡ rfila como un cambio fundamental en la historia de la
Al menos u~a generación de salvadoreños, entonces, n Rción, una condición sine qua non para poder enfrentar
sería víctima de una descualificación educativa con se- neativamente los retos del nuevo milenio.
rias consecuencias para el futuro de la nación, ya que 6. La degradación de los valores.
difícilmente se consolidaría un sistema democrático sin En su novela Huguenau o el realismo, el tercer volu-
la generación y difusión de nuevas ideas, sin el acceso a m en de la magistral trilogía Los somímbutos, el escritor
los avances técnicos que nos hagan partícipes de la a u s triaco Hermann Broch aborda la descomposición
'contemporanei~ad. moral que padece el ser humano en una situación de
5. Militarismo. g uerra. Intercalada con las distintas líneas narrativas,
El militarismo no es una ~ara partiqdar de la sociedad Broch desarrolla una reflexión titulada «Degradación
· salvadoreña; sus raíces, .en ' tér:minos latinoamericanos, de los valores», que si bien parte de las experiencias de
se ramifican en profundidad hasta el período de\!a la Primera Guerra Mundial, puede ser .aplicable de
colonia ~ Lo singular en nuestro caso es que con la guerra manera universal. El escritor se refiere a una «cultura de
el militarismo se desarrolló a niveles descomunales, la muerte», a esos períodos cuando "el patético gesto de
permeando prácticame'n te todos fos estratos de la socie- una gigantesca disposición a morir se resuelve en un
dad y de las relaciones humanas. Tal herencia, por lo encogimiento de hombros". Broch se pregunta:" ¿Cómo
mismo, rebasa el ámb'i to de las instituciones políticas: el puede el individuo cuya ideología estaría orientada e.n

30 31
I
otras circunstancias hacia otras cosas, comprender - y ,., .d d e la ONU, Boutros Ghali- una "paradoja m.ara-
conformarse con- Ja ideología y la realidad de la ·1llos a ' ' ,. revela una voluntad de «refundación» que si
muerte?". · hu ·n n o ha sido compartida por la totalidad de sectores
Después de doce años de guerra civil, el universo de pohticos y econóntlcos, se mostró dontlnante en la di- _ ,
valores de Ja población salvadoreña cambió. Fue pre- n.1mica política· nacional durante las primeras fases de Y'
, cisamente la cotidianeidad de la muerte, el menosprecio l.1 t r. nsición. / ~
·. al valor de la vida, un factor clave en la descomposición Pe ro si la práctica de la impunidad rebasa el ámbito
moral de la nación. Y uno de los pilares en que se de• lo político y se rantlfica en las distintas esferas de la
sustenta esta descomposición lo constituye la impuni- v11t.1 social, ¿por dónde empezar su contención y su
dad. · 1•v,.: ntual reversión?, ¿cómo cxear conciencia para que el
¿Es la impunidad una consecuencia de la guerra, o se , 1 uda dano advierta en su vida cqtidiana los patrones de

trata de una deformación más profunda, de carácter 1 1111ducta determinados por la impunidad? Desde el

histórico, que fue potenciada por el conflicto bélico? ¿Es , o nductor que no respeta la luz roja, pasando por el
la impunidad patrimonio exclusivo de las élites militares, m e dico que inventa enfermedades para estafar a su
políticas y económicas; o se trata de un patrón cultural ¡•.1cie nte, hasta el industrial que no respeta las núnimas
que permea los distintos niveles y actividades de la regla s de salubridad, la práctica de la impunidad se
sociedad? filtró en toda la sociedad, se convirtió en una tara po-
La impunidad se sustenta en la inexistenciá ·de un i •nciada por la guerra.
sistema judicial efectivo, en la ausencia de mecanismos Y es que resulta explicable que una población que
de control que garanticen la aplicación de la legalidad v ivió una guerra civil de doce años haya sufrido una
en los distintos ámbitos de la vida social. Los orígenes d escomposición en su código de valores., Pero si las
de esta ausencia tienen que ver con la formación his- ~ lites tuvieron · la voluntad de someter a examen su
tórica, pero fueron evidentemente potenciados por el ' jercicio de la impunidad a través de la Comisión de la
conflicto bélico. Si las leyes son letra muerta y el castigo Verdad, ¿por qué Ja mayoría de la población no ·tendrá
evitable, la impunidad se generaliza. ¿Puede funcionar las reservas de energía para iniciar una recomposición
así un estado de derecho? mor.al? Una vez más: ¿por dónde y cómo comenzar?
Los informes de las comisiones Ad-hoc y de la Ver- La renovación del sistema judicial, su conversión en
dad -integradas como parte de los Acuerdos de Paz- un aparato que garantice el funcionamiento de la le-
constituyeron un esfuerzo por acabar con la impuni- galidad,' se perfila corno el factor insti~ional más
dad, por !evertir esta tendencia autodestructiva, importante para acabar con la impunidad. Los esfuer-
trucidadora de las energías creativas de la nación. El zos para que esta renovación moral abarque a los dis-
hecho de que la misma clase política y militar que ejerció tintos gremios profesiOnales, asociaciones empresaria-
la impunidad con mayor profundidad y extensión haya les y productivas, y otras instituciones, serían otro fac-
acordado someter su actuáción a la lupa de la Comisión tor de primer orden. Es también responsabilidad del
de Ja Verdad es ~orno Jo describió el secretario gen- Estado el · 1anzamiento de campañas educativas que

32 33
inculquen a la población nuevos patrones de co~ducta d l'' tal complejidad y profundidad que seguirá gene-
ajenos a la impunidad. · 1'.indo extrema cautela hasta el fin del proceso.
Una vez terminada la guerra civil, y de cara a la 3. Durante la década de los 80, El Salvador experi-
éultura del nuevo milenio, el combate a la impunidad se mentó tremendas mutaciones culturales, cuy() estudio
convierte en condición indispensable para acabar con la '{t•rá la base no sólo para entender fas parti~ularidades
cultura de la muerte, con ese «encog.imi~to de hom- d e nuestra t:Ta~sición, sino también para hacer pro-
bros» al que se refiere Hermann Broch. Sólo así se po- puestas viables de cara al perfil cÚltural que requiere la
dría hablar de un verdadero estado de derecho;-signado . nñción para eJ huevo inilenio.
por el respeto a la legalidad y por una conciencia 4. La educación para la democ~acia se proyecta como
ciudadana más solidaria. 1·lcmento de primer orden para que la transición logre
·ulminar de manera exitosa. Tal educación entendida
Coda 1·omo un esfuerzo integral que pr:ovoque el cambio de
m entalidades y percepciones --con particular énfasis
El cambio cultural que sustente la transición a la e n las nuevas generaciones-, a partif ·del cual se pueda
democracia debed~ afectar, pues, casi todos los órde- h ablar de una «refundación» nacional.
nes de la vida nacional. La herencia de la guerra -.-Y
también de las.últimas cinco décadas-es una negación
de lo que po4ría llamarse una cultura democrática.
Una especie de resumen de los planteamientos a-
bordados en este ensayo incluye los siguientes puntos:
l. La transición a la democracia requiere de un
profundo cambio en la cultura política de la nación
(tanto de sus élites tomo de la población en general). De
no producirse este cambio, las posibilidades de que se
consolide un sistema democrático son menores, ya que
las 'tendencias desestabilizadoras y d~eversión conta-
rán con un terreno fértil.
2. En la primera fase d_e la transición (de la firma de
los Acuerdos de Paz a la incorporación de la exguerrilla
a la vida civil), los cambios en la cultura política dejaron
· un saldo positivo, ·sobre todo.en lo que respecta a con-
cepto de nación y desideologización. El proceso de des-
polarización avanzó con mayor lentitud y en la desmi-
litarización -factor clave para toda la transición- se
produjeron adelantos sensibles, aunque este campo es

34 35
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La rueda de la bicicléta
cul~ra
(Notas sobre
- y guerra en Centroamérica)
.

1
l Jc spués de una década de guerra, Centroamérica es
otra. Una región que había permanecido apagada, desa-
p •rcibida, fuera de la gran noticia, pasó de pronto a un
primer plano; de un aparente sueño letárgico a la
·o nvu.lsión, a la sangría permanente. Centroamérica es
otra porque el conflicto militar no sólo provocó con-
to rsiones políticas impredecibles hace una década, sino
ta mbién porque ha perfilado algo que podríamos lla-
m a r una «cultura de k guerra» . ·La d inámica del en-
fre ntamiento ar.(riado se convirtió en el eje de la vida
o tidiana en la mayoría de países del istmo.

2
Pero, antes, estas preguntas para un debate poco
a bordado: ¿existe, en realidad, una ·cultura centro-
\ a mericana?, ¿cuáles -son las diferencias entre esta
e specificidad centroamericana. y_ la latinoamericana?,
¿qué es Centroamérica: la antigua Capitanía General de
Guatemala o un isttno que incluye a Belice y Panamá?,
¿existe una sensación, una ~moción, un sentido de per-
- tenencia- a lo centroamericano o se trata nada más de
una abstracción histórica y geopolítica?, ¿lo regional
por encima de lo nacional o viceversa?

Publicado en la Revista lmaginaria, No. 1, enero de 1990, Tegucigalpa.

39
"Centroamericano es, por lo tanto, todo aquello que , , ,, u .· •n tración oligárquica abrumadoras. L~· dialéc!ica
como. actitud, objeto o manifestación cultural, por causa d1· t.1 violencia como alud incontenible. ,,..,.
de daño en la cuna, ceguera congénita, ánimo de conce- t .el militarización tiene su contraparte en la agudiza--
sión permanente· al medio, o mera pendejada consciente • 1t ;" de la pobreza, la ignoranda y la enfermedad.entre
o transmitida por la herencia provinciana, pierde la 11 1•1 pueblos centroamericanos. Los gobiernos de la re-
posibilidad de acceso o conexión con lo universal, y en y, 111n (otra vez con excepción de Costa Rica) gastan la
vez de reflejar en términos dialécticos cualquier ruptura 111.1 yor parte de sus,,resupuestos en los ministerio_s de
o avance, adelanto, descubrimiento, progreso, renova- 1 >.-ft-nsa y Seguridad Pública: en promedio, losmilitares
ción o innovación, se acomoda al giro vicioso de la , 1 ms umen el 50 por ciento de los recursos de las naciones.
rueda de la bicideta" 1• Lo dice Sergio Ramírez, el exvi- 1 ,, salud, la educación y la cultura no son prioritarias y
cepresidente del gobierno sandinista, de quien aJgunos 1•11 muchos casos se les destinan los sobrantes pre-
esperarían un mayor optimismo. m1puestales. Todos los esfuerzos se concentran en de-
' 1 ota r al enemigo.
3 Una cultura de la guerra, de la militarización, es
La primera característica de una cultura de la guerra es t.imbién una cultura de la ideologización extrema, de la
la militarizatj_ó:n de Ja sociedad civil. En la franja de p o la rización, en la que el centro estable es un espejismo,
territorio que- .va desde Gu~temala a Nicaragua, alre- una e stratagema o la sola buena intención.
dedor de 250 mil hombres se encuentran sobre las ar-
mas, en combate diario, sobre una población total de 4
unos 20 millones de personas. Y en lá última década, l .él muerte apretando, cerca, cerquísima, ha sido una de
por lo menos un miIJón de centroam.e ricanos ha vivido lns principales constantes en la cotidianeidad centro-
la experiencia militar directa. .:-i m ericana de los últimos tiempos. El asesinato, la masa-
La militarización significa que los ~squemas de c re, el genocidio, el despedazamiento de cuerpos, prác-
conducta y funcionamiento de las fuerzas ;lrmadas (más ticas que de una u otra manera .han tocado a todos los
allá de su signo político) perrnean los diferentes estratos ~ ectores, a todas las familias. Unps 250 mil muertos por.
y . grupos sociales. El v~rticalismo, el centralismo, la ra zones políticas, en los últim.os diez años, tan sólo en
i' intolerancia, la sumisi6n y el rechazo al debate se con- uatemala, El Salvador y Nicaragua, pueden parecer
vierten, entonces, en los patrones de conducta pre- una estadística fría, pero el terror ha sido inconmen-
dominantes. Este hecho, de por sí hijo y generador de surable. En el caso nicaragüense, una de cada 30 perso-
violencia, se profundiza en sociedades como las cen- _nas. muri<? durante la década.
troamericanas, que ya contaban -antes que se desatara Cultura de la muerte, del terror, de la saña, de la
el conflicto abierto-- con una presencia militar y una , paranoia absoluta.

1
RAMlREZ, Sergio: Estás m Nicaragua . Editorial Nueva Nicaragua, 5
Managua, 1986. 69 p. Pero también cultura de la audacia más increíble, del

40 41
valor a la máxima prueba. Tanto año de guerra generó 'I"'" Villalobos, de quien no se sospechaba que tuviera
una raza de guerreros eficaces. La anécdota de la osadía ,,,"oc upaciones culturale~, debió aceptar que si no se
como nueva narrativa popular: los sucesos más insólitos, luma e n cuenta el alto grado de norteamericanización
en medio de la mayor tragedia, estirados quizás por la de ·I pueblo salvadoreño resultaría difícil pensar en la
imaginación indispensable para resistir semejante pe- tc •i ntcgración de~país3•
sadilla. Y el humor, la carcajada, en el umbral de la En Honduras, la cultura de la intervención ha lle-
tristeza.~} chiste se ha reafirmado como esencial a la f',•H lo a los niveles más alarmante_s : la prostitución y el
cultura centroamericana; la guerra no logró acabarlo, n.1r otráfico, como consecuencia directa de los dólares,
sino todo lo contrario. Es, pues, un espacio de resisten- '"' intensificaron con la llegada de las trop~s estaduni-
cia-:¡ dc·nses. La foto de un niño hondureño chupando el
-La irreverencia no ha crecido con Ia guerra; el cinis- l 'l'ne de un soldado gringo, en la ribera de un río cerca-
mo, sí. Nunca antes la corrupción se había ejercido de "º a Comayagua, constituye el testimonio más dramá-
tal manera, con semejante cantidad de fondos. Sólo en t leo de esta situación. Una relación caracterizada his-
El Salvador, los estadunidenses gastaron un promedio 1, lricamente por la dependencia extrema tocó fondo a
de dos .millones de dólares diarios en los últimos cuatro principios de los 80. Ya en marzo de 1924, cuando 200
años, cuyos dividendos sirvieron para corromper, de la infantes de marina invadieron Tegucigalpa, el escritor
manera más fulminante, a la nueva clase política en que hondureño Froylán Turcios advertía --en su Boletín de
Washington quiso convertir al Partido Demócrata /11 Defensa Nacional- que "ningún centroamericano en
Cristiano (PDC). · que vibre la más insignificante emoción de patriotismo
Y esto empalma con la otra cuestión clave: culturas podrá reconocer jamás el menor derecho al gobierno de
de la guerra y de la intervención son sinónimas. No se los Estados Unidos para inmiscuirse en nuestros asuntos
trata ·únicamente de los núl 500 soldados estadunidenses internos"". Pero el servilismo de las élites dominantes
estacionados de manera pe~~ente en Honduras, ni c ntroamericanas ha sido tremendo. La imagen del ex-
de los otros miles que han pasado por esta nación durante presidente José Napoleón ·ouarte besando la bandera
las maniobras conjuntas - a fin de"aclimatados", según >stadunidense es otro ejemplo de esta execración.
el _Pentágono--, sino de la desfiguración cultural en La guerra y la intervención, por otra parte, han
todos los estratos urbanos. LA negación de la negación en la determinado que los aparatos ideológicos del estado se
cabeza de DickTracy/la alienación en la cabeza de Mandra/ce, utilicen como meros instrumentos de propaganda: la
como escribió Roque Dalton2• La debilidad de las ins- exaltación de las propias fuerzas y la denigración del
tituciones locales permitió, además, que la norte- enemigo son casi el único mensaje. Los medios de
arnericanización de los valores culturales en el istmo
alcanzara niveles grotescos. Hasta el comandélt_lte Joa- 3 VILLALOBOS, Joaquín: Perspectiva de victoria y proyecto revoludonario.
San Salvador, 1988.
2DALTON, Roque: Poesía escogida. Editorial Universitaria Cen- 4 TURCIOS, Froyl.in: Boletín de la Defensa Nacional. Editorial

troamericana (EDUCA). San José, Costa Ríe.a, 19~3. 391 p. Guaymuras, Tegucigalpa, Honduras, 1980. 3 p.

42 43
'comunicación masiva, las manifestaciones de la cultura 1•n una tierra en la que el bienestar y la solución pacífica
popular, las expresiones artísticas, todo se pone en dt..• las controversias políticas sean la constante.
función de la guerra, del alineamiento forzoso. El ma- Cultura de la sobrevivencia, del presente inmediato,
niqueísmo, entonces, lubrica a esta maquinaria. Lo que del mañana inciertó y 2oco probable.

no encaje en los cánones de lo norteamericano huele, de
inmediato, a comunismo. "Ni en México, ni en la antigua 7
Colombia, ni en el Perú, ni en el Plata, la reacción colo- El desarraigo, las migraciones masivas, los despla-
nial ha sido más rematadamente ciega, más rema- '.l.a mientos de población, el exilio, pertenecen al ámbito
tadamente reaccionaria, más rematadamente anti- de la cultura de la guerra. M i les de campesinos cruza-
patriótica que en la América Central", decía hace un ron las fronteras ante las embestidas militares: los
siglo el intelectual hondureño Adolfo Zuñiga, ante el 1-)Uatemaltecos al sureste mexicano; los salvadoreños y
Congreso Nacional, con motivo del LIX aniversario de los nicaragüenses al interior de Honduras, a Costa Rica.
la independencia centroamericana5 • Palabras perfec- La vecindad, lo centroamericano, como último recurso
tamente aplicables a la actualidad. Otra vez «la rueda para la sobrevivencia. También son miles los desplaza-
de la bicicleta» a la que se refiere Sergio rarnírez. dos internos, quienes huyen de las zonas de guerra en
sus propios países. En todos la emoción de la no-
6 pertenencia, de lo efímero, del estar de paso. Nunca
Cansancio e indiferencia, expresiones de una emoción, como ahora el Poema de a.mor de Roque Dalton adqui-
de una actitud, parecidas. El alargamiento de la guerra, rió tal resonancia centroamericana, sobre todo en estos
la proximidad de la muerte, la certeza de que la vida versos: los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala,
pende de un hilo, ayudan a producir este compor- México, Honduras, Nicaragua/los siempre sospechosos de todo/
tamiento. Ciertos sectores meQ!!>s pauperizados por la los sembradores de maís en plena selva extranjera/los que
guerra manifiestan con más fuerza tal tendencia. nunca sabe nadie de dónde son/los que fueron cosidos a balazos
Cultura de la resignación, del castigo inevitable, de al cruz.ar la frontera/los que lloraron borrachos por el himno
la culpa cristiana potenciada al máximo. nacional bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte/los
"La gente se acostumbró a vivir con la guerra", eternos indocumentados/los hacelotodo, los vendelotodo, los
reconocen algunos políticos salvadoreños. Ya casi nada comelotodo6 •
sorprende: se sufrieron las peores crueldades; se des- Fuera del , istmo, las rutas migratorias de los cen-
moronaron las mejores esperanzas. Un considerable sec- troamericanos se han concentrado en cuatro países:
tor de las sociedades centroamericanas perdió la fe, no México, Estados Unidos, Canadá y Australia. Alrede-
manifiesta expectativas de que haya solución a la crisis, - dor del 20 por ciento de la población salvadoreña radica
de que estas naciones puedan convertirse en otra cosa, en Estados Unidos y envía anualmente a El Salvador

5
ZUÑIGA, Adolfo: El progreso democrático. Imprenta Soto, Hondu-
6DALTON, Roque: Las historias prohibidas del Pulgarcito. Editorial
ras, S.F. 119 p . Siglo XXI, México, 1974. 211 -212 pp.

44 45
suficientes dólares como para financiar el presupuesto " ' ª rueda de la bicicleta», pero sin olvidar que al híbrido
nacional; se trata, quizás, de la diáspora más impre- de fuera debe corresponder un semejante interno: "en-
sionante. 1re nosotros el anacronismo de las marúfestaciones de la
De nuevo se cruza la norteamericanización: "Las cultura tiene una fatal correspondencia con el ana-
generaciones revolucionarias de América Latina han cronismo de las estructuras sociales", estima Sergio
crecido bajo la influencia del rock, Hollywood, la salsa, Ramírez, al hablar sobre el creador artístico-cultural, y
el ro.m anticismo mexicano y el cristianis.m o que nos .1grega que "la cultura centroamericana a la que nos
dejó España. Existe un proceso de fusión cultural de ·stamos refiriendo, es una celebración de ese mismo
América Latina con Estados Unidos que, dado el de- pasado que los pudientes no quieren carnbiar"8 •
sarrollo social existente en todo el continente, se está La guerra engendra éxodo. Los efectos profundos de
convirtiendo en un importante polo de la cultura uni- este entrar a otros mundos se manifestarán a plenitud
versal de que somos parte"7 • Juicio de una moderación ta l vez con el cambio de milenio. Ahora apenas empieza
exagerada: la metrópoli produce una violación cultural a intuirse la mutación, el tu'brido. Don Luis Cardoza y
a sus satélites, antes de _cualquier dialéctica. Algo más Aragón lo plantea de la siguiente man~ra: "El prolon-
parecido a lo que nuestros pueblos llaman «la ley de a gado exilio es nacer de nuevo. Se pertenece al Tiempo,
huevo», de la imposición. Nuestro vestido, nuestra die- que no consigue aniquilar la infancia, y se pertenece
ta, nuestra manera de ver el mundo se van pareciendo asimismo a un pensamiento solidario con el pueblo que
cada vez más a los estadunidenses. El desequilibrio nos acoge"9 •
entre Estados Unidos y Centroamérica es tal en todos
los órdenes q~la "fusión" revela la desproporción de 8
recursos. Lo centroamericano puede también entenderse como lo
Entonces, hacia los demás países del istmo, des- mesoamericanu. La denominación de " repúblicas ba-
plazamiento de poblaciones que genera una nueva naneras" es otra falacia; somos la cultura del maíz. Esto
vivencia de lo centroamericano; hacia el norte in- es lo que aún nos hermana: el maíz, ciertos tejidos,
dustrializado, una diáspora hambrienta de ·dólares y climas compatibles, la manera de tomar agua, un
que no piensa volver a la misma pobreza, al temor mestizaje acelerado.
cotidiano. Esto ha impuesto la guerra a los pueblos Perp, además, somos la periferia de la periferia. El
centroamericanos. · poeta hondureño Roberto Sosa sostenía -sin que uno
Las mutaciones, sin embargo, pueden ser enrique- supiera hasta dónde estaba hablando en broma- que
cedoras. Esta podría ser una oportunidad para quebrar Honduras realizaba infructuosos esfuerzos por entrar al
lla mado tercer mundo; Centroamérica toda, diríamos.
7
Sería saludable que Joaquín ViUalobos aclarara cuál fue su
participación en el complot que culminó con la muerte del poeta RRAMIREZ, Sergio: ob. cit. 70-71 pp.
Roque Dalton, a fin de que sus opiniones culturales sean mejor •cARDOZA Y ARAGON, Luis: El río (Novelas de caballería). Fondo
valoradas. d e Cultura Económica, México, 1986. 707 p .

46 47

1
.,
La cultura de la guerra descama con mayor crudeza v,•n, ·--ntonces, los ejes de la literatlira centroamericana?
este carácter periférico, que significa extrema pobreza y /\ h ( están los salvadoreños Salarrué y Roque Dalton, los
marginación, voracidad de poder, indefensión ante los h tmdureños Juan Ramón Molina y Roberto Sosa, los
modelos de las metrópolis. , 11~ ta rricenses Carlos Luis Fallas y Joaquín Gutiérrez,
Lo centroamericano: la sudorosa mayoría mestiza de 1•ntrc otras voces de primer nivel en la producción re-
la franja del Pacífico, la tristeza y el mutismo del indí- ._-,lonal.
gena del altiplano guatemalteco, la algarabía de la ne- Literatura en la que se evidencia la explotación y -
gritud en la costa atlántica, incluso la presunción de d i~ riminación del campesino, del indio, del trabajador
aldea suiza que campea en la meseta central de Costa l 1,m anero. Las luchas contra las dictaduras militares son
Rica . otra constante, así como los rigores de la cárcel, las
. Cultura de aguardiente de caña, ron y cerveza; de i isitudes de la militancia, "el duro pan del exilio". Ya
marimbas lloronas y tambores desenfrenados. ,, fi nales de la década de los 30, el novelista salvadoreño
Siendo periféricos de la periferia, en esta época de Miguel Angel Espino hacía girar su obra Hombres contra
transnacionalización, en que se anuncia la "aldea pla- "'11erte en torno al debate vía pacífica versus lucha ar-
netaria", una cultura de lé:t guerra exige la urgente n-1ada como métodos para éambiar las obsoletas es-
búsqueda de lo centroamericano, de su particularidad y t.ructuras sociales. Los cuentos de Contra. Sandino en la
su inserción en lo universal, un reconocimiento del ros- 111ontaña, del exguardia Manolo Cuadra, constituyen otro
tro, una revaloración del maquillaje, de la flexibilidad t s timonio revelador de esa época. En seguida de la
necesaria para aceptar en la misma piel las arrugas del r volución cubana, poetas como Otto René Castillo, Ro-
pasado precolombino y los eczemas de la modernidad. '-lue Dalton y Leonel Rugama escribieron versos que
·xhudaban su radicalización política. "Siempre en el
9 p roceso formativo de la poesía centroamericana se
Pa.ra el caso, la literatura centroamericana ofrece terre- advertirán valores que anuncian lo nuevo, lo parti-
no donde escarbar. La tan manoseada identidad aquí se · ularrnente revolucionario y de avanzada, mezclados a
refleja con mayor fuerza; también la conexión con lo un sabio trabajo del verso, sin alejarse de la realidad"1º.
universal. Rubén.Darío y Miguel Angel Asturias no son Las novelas de Sergio Ranúrez y Manlio Argueta se
pilares aislados, fortuitos, sino grandes avanzados den- inscriben, de igual manera, en esta corriente contesta-
tro de una tradición que enriquecieron. Contar con poe- taria, combativa, entusiasta.
tas del calibre de José Coronel Urtecho, Pablo Antonio La preocupación por el lenguaje apunta a la cabeza
Cuadra, Carlos Martínez Rivas, Joaquín Pasos, Ernesto del ser centroamericano. El voceo como denominador
Mejía Sánchez y Ernesto Cardenal, no es común en las común a los cinco países del istmo frente al tuteo lati-
demás literaturas en lengua castellana; tampoco pue- noamericano que los circunda. La revelación de nuestra
den pasar desapercibidos narradores de la talla de Ma-
rio Montefo.rte Toledo y Augusto Monterroso. ¿La poe- 1
ºARMIJO, Roberto y PAREDES, Rigoberto: Poesía contemporánea. de
sía nicaragüense y la narrativa guatemaltecá constitu- p.
Centroamérica. Los libros de la frontera, Barcelona, Espafla, 1983. 21

48 49

1
habla, de nuestro expresar el mundo, persiste en las l.1 infraestructura de energía y transportes, etcétera),
obras de las últimas décadas. Y la transmutación del ~i no de las instituciones. La familia se hizo pedazos:
lenguaje es un reto permanente desde el virtuosismo de t rucidada por el filo de las ideologías, por las opciones
D~o. políticas, que condujeron a la muerte, al exilio, a la
Pero a la literatura centroamericana también per- fragmentación. El debilitamiento y la división de las
tenecen el cosmopolitismo de Cardoza y Aragón, el ins tituciones civiles han corrido paralelamente al for-
gesto suave y contenido de la poesía hondureña, los ta lecimiento de los cuerpos militares, a la consolidación
versos populacheros de José Roberto Cea, los cuentos de la cultura del gorilismo.
de ciencia ficción de Alvaro Menéndez Leal, el desgarre Para acabar con diez años de cultura de la guerra, los
interior en los poemas de Alfonso Quijada Urías. · ntroamericanos debemos desarrollar otra sensibilidad.
El rostro del centroamericano -reflejado en la ver- e trata de acabar con el conflicto armado, ciertamente
tiente dominante de su literatura- expresa miseria, " S lo primero, pero sin una transformación de las estruc-
opresión, voluntad de lucha. Por esto al escritor se le turas sociales y políticas,· sin una redistribución del in-
considera, en la mayoría de los casos, un subversivo g reso, la guerra encontrará nuevas manifestaciones.
irredento. La muerte de Otto René Castillo y Leonel Los esfuerzos desplegados por parte de las élites
Rugama, en combate contra fuerzas militares, delinea la políticas centroamericanas a través de los acuerdos Es-
punta del iceberg. Y el asesinato de Roque Dalton, a q uipulas II, la integración del Parlamento Centroa-
manos de sus propios camaradas guerrilleros, es la mericano, los paquetes de ayuda económica de la
ratificación trágica y grotesca del clima de violencia e comunidad internacional sujetos a la pacificación y la
intolerancia que caracteriza a las sociedades centroa- integración regional, constituyen avances considerables
mericanas. para desactivar el mecanismo de la guerra. Pero otra
Si tal ha sido el pasado, la historia, entonces la actual visión de mundo, más universal, menos autodestructi-
cultura de la guerra es la acumulación de la infamia, la va, resulta indispensable. Una desmilitarización del
onda expansiva de una bomba de tiempo que se fue istmo incidiría hasta en nuestra forma de caminar.
construyendo a través de más de siglo y medio, pieza a Este es el reto: convertir la cultura de la guerra en
pieza, y cuya detonación era lógica, inevitable. una cultura democrática, plural, de la tolerancia. Lo que
Otra cosa es que la guerra apenas esté comenzando a implica un fortalecimiento de las instituciones civiles, la
dar a luz su propia creación literaria. La historia y la a pertura de espacios para expresar disensión, el respeto
literatura se mueven con distinto ritmo. Esta última a la crítica, el silencio de la pólvora.
precisa de añejamiento, de panorámica, de medios (pu- Paz, transformación estructural, desarrollo y de-
blicación, difusión, crítica) qu~ la misma guerra coarta. mocracia son los ejes para acabar con una cultura de la
guerra que sólo ofrece un mayor abismo.
10
Cultura de la destnlcción, de la desintegración, no sólo
de la materialidad (la ecología, las plantas productivas,

50 51
··•tc uentros¡ conlleva la reflexión sobre una aventura
h istó rica en la que los latinoamericanos fuimos con-
finados al vagón de cola a punta de sable, iglesia e
H.lioma.
Apuntes para una utopía Para El Salvador, sin embargo, 1992 tendría que ser
motivo de otra agenda y otras celebraciones, no por
··spíritu aislacionista o por falta de entendimiento sobre
I,¡ dimensión continental de esa fecha, sino porque más
Una pregunta, quizás de horizonte estrecho, pero inevi-
de una década de guerra fraticida ha trastornado todo
table en esta "vuelta de tuerca" his tórica que zamarrea a
l'l basamento en que se sustentaba la nación. Y si no
la patria, se nos repite en tomo a la celebración del V
hubiera nación nada habría que celebrar.
Centenario de la llegada de Cristóbal Colón a tierras
Algunas ideas, pues, para la elaboración de esa otra
americanas: ¿Cómo será El Salvador, dentro de un año,
.1genda y para ayudar a configurar respuestas a la con-
cuand~ Iberoamérica vestida de galas inicie ese pa-
1umaz interrogante del principio:
rrandon cuya resaca acaso coincida con la angustia del
l. Todos los signos apuntan a que 1992 sea el año del
cambio de milenio? ¿Tendremos un país parecido,
i nido de la reconstrucción y reconciliación nacional. Tal
desgarrado, exhausto, descompuesto por la prolongada
p roceso necesita, en primer lugar, un mínimo común
carnicería, o más bien la perspectiva feliz de una nueva
d enominador sobre el concepto de nación . El consenso
energía creativa, conciliadora, motriz, generosa?
en torno a las nuevas reglas e instituciones que en-
1992 podría significar, para el mundo, la consolida-
marcarán el acontecer político y social se perfila como
ción de algunas tendencias que se han venido ma-
ese mínimo común denominador. Pero la nación es algo
nifestando desde finales de la d écada de los 80: el
más que reglas e instituciones políticas, a fin de cuentas
descalabro de las utopías, la crisis de los paradigmas, el
generalizadas en la mayoría de países de nuestro con-
entronizamiento de un pragmatismo rayano en el
torno. La singularidad de la nación procede d e su cul-
cm~s~~: la internacionalización de la "cultura" y Ja
~ra, de su idiosincrasia, de los hábitos y de las expre-
de.firuc1on de la competencia mundial a partir de Ja
s10nes de la materialidad y del espíritu de su población.
tecnología. Tal fecha también podría significar la
2. La finalización del conflicto armado no significa
consolidación de los esfuerzos integracionistas, que
un inmediato tránsito de una cultura de la guerra a una
buscan superar dinámicamente la dialéctica de Jo
cultura de la paz. Si desmbntar el enfrentamiento militar
nacional y lo regional.
ha resultado tan difícil, los grandes cambios culturales
Para Iberoamérica, y quizás para eso que se denomi-
probablemente tengan que ver con reemplazos
na "cultura occidental", 1992 implica la evaluación de
generacionales, con una conjunción de esfuerzos que
cinco siglos de mestizaje, violación, encuentros y des-
producirán frutos a largo plazo. En tal sentido, 1992 no
puede entenderse como la llegada de una cultura de la
Publicado en Tendencias No. 4, octubre de 1991, San Salvador.
paz a El Salvador. Se trataría, en todo caso, de dar los

52
53
prim.eros pasos para cambiar la sensibilidad de la na- l,1s instituciones de la sociedad política y de la sociedad
ción. ,·1vil. Y es que una nueva cultura nacional implica una
3. En las actuales condiciones, la construcción de una nueva cultura política, cuya mejor expresión quizás se-
nueva «identidad nacional» (aunque esta tenÍúnología r 1.1 la comprensión de las diferencias entre los intereses
ya resulte sospechosa de tanto ninguneo) sólo seria , le grupo y los intereses de la nación; y un entendimien-
posible a partir de un difícil ejercicio de reflexión y to, además, de que la sola preeminencia de los intereses
humildad, en que los distintos sectores del país asuman , l~ grupo llevaría una vez más a la desintegración de la
su responsabilidad en la matanza y la destrucción. Una nación.
nueva sensibilidad nacional, creadora y constructiva, 6. Una cultura de la paz como sinónimo de in-
no surgiría de un ambiente en que se siguieran pro- movilidad, de reverencia al status quo, resulta irreal en
fundizando la intolerancia, el dogmatismo, la in- las condiciones de El Salvador. En tal sentido, 1992
flexibilidad y el fanatismo como patrones de conducta lleberia señalar el fluir de una energía que conserve su
de la población. Una nueva salvadoreñidad tendría que ·spíritu de aventura, su capacidad de asombro, su vo-
rebasar valores acentuados por la guerra, como la dure- l untad de búsqueda. Sólo los trogloditas, los dueños de
za, la crueldad, la rigidez y el fomento del crimen. Otras la verdad, concebirían una nueva cultura como la ra-
cualidades, como la capacidad de supervivencia, el te- tificación de su fanática certeza. Un amplio y no exclu-
són, la audacia y la solidaridad servirían para trans- yente concepto de nación de ninguna manera significa
formar la cultura nacional. el fin de los conflictos sociales, la muerte de las
4. Para acabar con la cultura de la guerra se requiere contradicciones. Lo que se requiere es un cambio de
modificar y reducir el paradigma de lo militar, ubicarlo ó ptica, el placer del diálogo y la discusión, convertir al
en su específica dimensión dentro de la sociedad. El año enemigo en adversario.
1992, en tal caso, debería marcar el conúenzo de un 7. AJ igual que para toda Iberoam.érica, 1992 abre
florecimiento de la sociedad civil, no sólo en sus formas para El Salvador la posibilidad de revisar nuestra his-
de organización, sino en sus distintas expresiones in- toria. Una nueva cultura necesita de una relectura de
dividuales y colectivas, de producción material, in- nuestro pasado, con una actitud distinta, no excluyente,
telectual y artística. Una cultura de la civilidad debería sino integradora, an.ilnosa, en el entendido de que la
rebasar también los esquemas de la sociedad estric- nación es madre de mitos y héroes rivales. El ser nacio-
tamente política, sobre todo la estrechez de la lucha nal contiene la historia que yo reivindico y la historia
partidaria. que reivindica mi adversario.
5. El esfuerzo para revitalizar y transformar la cultu- 8. El pivote para transformar nuestra cultura no pue-
ra nacional compete, en distintos niveles, al Estado, a de ser otro que la educación. A El Salvador le sobran
las instituciones políticas, a las organizaciones sociales integrantes de la llamada «clase política», pero carece
y gremiales, y a cada uno de los individuos. Se trataría de una «clase intelectual». Un país sin editoriales, sin
de un esfuerzo colectivo de carácter nacional. Sin em- libros, sin suficientes instituciones dedicadas a fomen-
bargo, la responsabilidad mayor recae en el Estado y en tar el pensamiento, la reflexión y la creatividad, en los

54 55
distintos órdenes del saber humano, diñdlmente po-
dría generar una nueva cultura. La responsabilidad deJ
Estado, de las instituciones educativas y de los medios
de comunicación, en este terreno, es tremenda.
Entonces, 1992, más que la algarabía procedente de
Sevilla, podría ser para El Salvador el año fundacional 1 os intelectuales y la transición
del esfuerzo por construir una nueva cultura y, por
ende, un nuevo país, que posibilite nuestra inserción en
el mundo, no gracias a nuestra famosa criminalidad y " Lo que pasa es que vos no te querés ensuciar las ma-
violencia, sino a partir del desarrollo de Jas poten- nos'', me dijo una querida amiga, en medio de una
cialidades creativas de la nación. discusión achispada por. bebidas de centeno, después
que yo me jactara de ser el único comensal de esa mesa
que no militaba en ningún partido político. ¿Así que en
ste glamoroso fin de milenio -me pregunté--, cuando
·1 fantasma de la duda recorre el mundo, la m.ilitancia
política es sinónimo de ensuciarse las manos? Recordé a
Pierre Drieu La Rochelle, ese brillante escritor francés
que dirigió el periódico de los nazis en el París ocupado,
quien consideraba que con su colaboracionismo no se
había ensuciado las manos sino los pies. La militancia
política del intelectual es tema obsoleto en muchos
países, no así en El Salvador, donde más de una década
de guerra civil (con la consecuente polarización política
e ideológica) produjo vicios y taras que resultan con-
traproducentes en una etapa de transición hacia la
democracia. De ahí la necesidad de un debate abierto en
torno a las funciones de la intelectualidad en El Salva-
dor actual, un debate que parta de la herencia innegable
de la guerra y abra horizontes. Tal es el espíritu del que
surgen las siguientes propuestas.

l. La independencia de criterio.
Una función básica del intelectual es la crítica del poder.

Publicado en Tendencias No.12, julio 1992.

56 57
En la guerra civil, la existencia de dos poderes con- 1 8 relaciones entre militancia e independencia de
frontados impidió el ejercicio de esta función, pues no , 1 lh'rio , sin embargo, pueden ser menos mecánicas, más
existían los espacios ni los ánimos para la práctica y la • 1 un p le jas. Para el crecimiento de las institucio~es
tolerancia de la disensión. El alineamiento, el silencio o políticas, para el logro de su madurez democrática,
el exilio constituyeron las únicas opciones. La osadía de u "1ultaría beneficiosa la presencia de intelectuales que,
ejercer la crítica del poder desde posiciones no parti- ,,,.,..de su toma de posición y sus compromisos militan-
distas implicaba la muerte: el asesinato de los sacerdotes h'H, se esfuercen por impulsar una labor crítica, por
jesuitas, en noviembre de 1989, es un eje.mplo de esta 1kfc nder sus espacios de pensamiento, por romper los
situación extrema. 1m· anismos de sometimiento mental a las dirigencias,
En el nuevo contexto --caracterizado por la paz, la 1·11 fin, por defender el derecho a la disensión.
tendencia hacia el·pluralismo y la apertura de nuevos Lo importante para el intelectual, entonces,. no es
espacios--, el intelectual tendrá que asumir su función 1 >ptar o desechar una militancia partidaria. Lo unpor-
de crítico del poder. La independencia de criterio es una t.inte es defender y desarrollar su independencia de
condición sine qua non para el desarrollo de un pen- niterio, su pensamiento crítico, la especificidad de su
samiento crítico que permita diseccionar el poder en sus t rabajo. Se trata de pasar de propagandista de las ideas
distintas expresiones. La independencia de criterio es d , s u dirigencia política - labor inevitable en un contexto
en sí misma un ejercicio de libertad, una voluntad ma- , l e guerra civil- a generador de ideas cuestionadoras
nifiesta para acabar con el silencio y la sumisión im- d e l poder, incluido el poder de la institucionalidad a la
puestas por el terror de la guerra. La crítica del poder que pertenece.
implica que el intelectual recupere los espacios y fun-
ciones cedidos a, o arrebatos por, las dirigencias poüti-
2. El espíritu propositivo. . .
cas y núlitaces al calor de la guerra. Una crítica entendida,
En un país que recién sale de una guerra ovtl --con su
de manera sintética, como el ejercicio libre y sistemático secuela de destrucción física y moral-, en un país que
de la razón. e nfrenta una gigantesca tarea de reconstrucción en to-
Una primera idea -simplista quizás, pero con bas- dos los órdenes, la labor del intelectual sería trunca si se
tantes justificantes-- es que a mayores compromisos limitara únicamente al ámbito de la crítica del poder. La
partidarios, menores son las posibilidades de que el necesidad de un esfuerzo nacional para " refundar" la
intelectual ejerza su independencia de criterio y de- nación implica desafíos inusitados. El espíritu pro-
sarrolle un pensanúento crítico. Peor si depende eco- positivo indispensable para impulsa r las tareas de
nómicamente de su partido y si su función se ha cir- reconstrucción no compete únicamente a los intelec-
cunscrito a la defensa de las ideas de su respectiva tuales, sino que es una exigencia para e l conjunto ~e
dirigencia política. Su actitud dependiente y su visión fuerzas políticas, económicas, sociales y culturale~ . Sin
de "partido" le impedirían lograr una óptica global o
embargo, ''repensar" el país, participar en su redtseño
multifocal indispensable para el desarrollo del pen- significa un reto y una responsabilidad concreta para la
samiento que critique el poder del cual forma parte. intelectualidad; encomendar esta tarea exclusivamente

58 59
a los políticos conllevaría demasiados riesgos, sobre to- ~ln snot». Un par de años más tarde, con la debacle
do por la preeminencia de los intereses particulares de , ., •nnómica soviética, la mayoría de analistas reconoció
los partidos. 'I"~ la reestructuración de la economía (perestroika)
La independencia de criterio y el desarrollo de un h.1hía fracasado y que la mejor herencia de Gorbachov
pensamiento crítico posibilitan la solidez del espíritu •·r·,1 la transparencia (glasnot).
propositivo, su osadía, su actitud libertaria. Y es que La transición de regímenes autoritarios o totalita-
proponer por proponer sería pérdida de tiempo, cons- 11os a sistemas con ascendente democrático -en países
tatación de lo caduco. Sólo a partir de un nuevo co- 1•11mo España, los del Cono Sur o la ex Unión Soviéti-
nocimiento de realidad que rebase, complemente, ' ·n- fue acompañada por un "destape" nacional, cuyas
1 .1rncterísticas generales fueron la apertura del debate
cuestione, la propositividad del poder (en sus diversas
expresiones institucionales y organizativas), la in- pl1l ítico, el derribamiento de los muros ideológicos que
telectualidad puede aportar a la refundación nacional; 1n1pedían la libre circulación de ideas, la oxigenación de
lo otro sería seguir concibiéndose como eco, corifeo. 111 vida intelectual, a fin de generar y llenar nuevos
i·s pacios para un mayor e jercicio de liber tad y de
l En un reciente evento académico, luego de que varios

,
~
••
<
participantes coincidieran en señalar la escasez de
propuestas económicas alternativas al ajuste guber-
namental, un connotado investigador de la UCA plan-
creación. La transparencia en los ámbitos político e
intelectual destapó novedosas energías sociales sobre
las que se sustentan las transiciones hacia la democra-
•1 teó que el problema era que la mayoría de los centros de da.
"" investigación académica, en vez de tener una actitud La guerra civil salvadoreña conllevó patrones de

'..•
·~
t
:.
e
propositiva, enmarcan su trabajo en la defensa de las
líneas políticas de los partidos a Jos cuales pertenecen.
Juicio contundente, revelador de los límites de la
propositividad si la labor intelectual se mantiene dentro
·onducta a los que no fueron ajenos los intelectuales ni
las instituciones desde las que se "piensa" . La actitud
onspirativa, el clandestinaje, la doble vid a, la necesi-
d ad de p a sar desapercibido, de cobertura, contribuye-
de los parámetros establecidos por la guerra. El espíritu ron al establecimiento de una especie de "esquizofre-
propositivo, manifestación de una nueva actitud mental nia" corno componente de identidad nacional. "Yo ten-
y vital, debe entenderse como aventura del pensamien- go estas ideas, pe ro expreso estas otras para que no
to, no como reafirmación de lo esperado, de lo consabi- descubran lo que en realidad pienso", tal pudo haber
do, de lo "orientado". sido el razonamiento de la intelectualidad sin militancia
o de aquella que debía guardar las apariencias por
3. La transparencia. razones de seguridad. Esta mentalidad, explicable y
A principios de 1989, cuando Mijail Gorbachov se necesaria en medio de la guerra civil, resulta impropia
encontraba en Ja cúspide de su gestión, un colega pe- para tiempos de transición. La transparencia que ya
riodista estadunidense, de militancia troskista y gran impera en el debate político debe expresarse también en
cocinero, al calor de una discusión, enfatizaba que él el terreno intelectual. Nada más lamentable en esta épo-
estaba en contra de la «perestroika», pero a favor de la ca que la figura del intelectual vergonzante, solapado,

60 61
aquel que intenta vender ideas que responden a una
línea partidaria como si fueran de su propia cosecha;
nada más lamentable que instituciones de pensamiento
(centros de investigación, institutos académicos) que
quieren presentar su trabajo como expresión de in-
dependencia cuando su realidad es de servicio y su- 1 e historia, ficción y lenguaje
misión a una particular dirigencia partidaria. (A propósito de un prólogo reeditado)
Sólo a través de la transparencia se puede expresar la
independencia de criterio, el pensamiento crítico y el
espíritu propositivo que revienten las barreras de lJna relectura del prólogo de la nueva edición del libro
contención del pensamiento impuestas por la guerra. l .11s cárceles clandestinas (UCA Editores, San Salvador,
Sólo a través de la transparencia se puede propiciar la 1992), de la excomandante guerrillera Ana Guadalupe
creación de la attnósfera necesaria para el destape de las Martínez, me remontó a un viejo debate. El prólogo,
energías sociales que enriqueceñan una refundación de (irmado por René Cruz (seudónimo en aquel entonces
país. La mitad de la vida es el caraje/la otra mitad la táctica, - finales de la década de los 70- de Joaquín Villalobos),
decía Roque Dalton. Y la transparencia quizás sea nue- no tiene mayores novedades, sino más bien los lugares
va expresión de coraje, de osadía. Algunos dirán que ornunes del discurso antimperialista, anticapitalista y
proponer la transparencia para un período de transi- revolucionario. El último párrafo, no obstante, fue el
ción ~n el que aún no se definen totalmente las reglas que me hizo remontar a las viejas preocupaciones.
del juego y con la criminal tradición del poder estatal- Dice: "El presente libro es un documento de ina-
puede resultar más que peligroso, hasta suicida. Pero preciable valor para la lucha revolucionaria y contiene
una cosa es la transparencia y otra muy distinta la in- e xperiencias de todos los aspectos de la lucha: la tortura,
genuidad. e l funcionamiento de los cuerpos represivos, las
contradicciones interburguesas, la lucha armada, la cár-
cel, etc. Transmitir esto y denunciar a la dictadura son
sus objetivos fundamentales. Asimismo, es un esfuerzo
inicial para que la historia de nuestra revolución se
escriba desde las trincheras mismas del combate y no
desde el cómodo escritorio de los inconsecuentes; en
ese sentido, no vamos a encontrar en el texto pretensio-
nes literarias ni estilos rebuscados. Ya es tiempo para
que los revolucionarios transmitan su experiencia hacia
nuestros pueblos con su lenguaje, con la sencillez que el

Publicado en Diario l.Atino, 12 de septiembre de 1992.

62 63
pueblo la entiende y la ha vivido desde una pos ición producido una evolución en la comprensión del papel
consecuente. Hay mucha experiencia concreta que se ha que el trabajo intelectual juega en el desarrollo de las
perdido al no ser procesada y transmitida por los 1 n s tituciones y de la sociedad en general. No obstante,

militantes y otra buena parte ha sido deformada en su t ·iertos patrones de pensamiento deberían estar ya su-

esencia, al ser elaborada por los intermediarios in- 1>e rados: la prepotencia de la acción sobre la reflexión,
telectuales izquierdizantes, que la ajustan no a las por ejemplo. Parte de una lucha contra esos lastres del
necesidades de la revolución, sino a las de la ficción y p asado, las siguientes ideas deben entenderse apenas
la teorización pequeño-burguesa de la revolución (las co rno un esbozo de todo un trabajo por hacer.
negritas son mías)".
De antología, ¿no? l. ¿Quién escribe la historia?
En un sólo párrafo, «René Cruz» concentró su visión La pregunta, así de sopetón, puede parecer imbécil. El
de la historia, del papel de los intelectuales y del pue- per s onaje histórico del cual toma su nombre el FMLN,
blo. Semejante bodrio probable mente fue un desliz de d on Farabundo Martí, escribió -luego de haber com-
juventud; lo inexplicable, sin embargo, es que tal pró- batido en las filas del general Augusto César Sandino--
logo no haya sido modificado década y media después. una frase que, 40 años más tarde, se convirtió en consigna
¿Significa que esa visión de mundo permanece? ¿O se de las organizaciones que tomaron su nombre: "Cuando
trata de un error, de un descuido editorial? Eviden- la historia no se puede escribir con la pluma, debe
temente, la mayor parte de la retórica antimperialista de e scribirse con el fusil". Alrededor de cuatro siglos antes,
este desafortunado prólogo pertenece al pasado, sobre don Miguel de Cervantes Saavedra, tan hombre de
todo después de las cordiales relaciones establecidas a cción que perdió su brazo en una batalla y pasó largas
entre la dirigencia del FMLN y sectores del gobierno temporadas en la cárcel, puso en boca del célebre Don
estadunidense. De igual manera, la jerga anticapitalista Q uijote una frase quizás de menor contundencia, pero
ha sido superada, tal como se desprende de los escritos más inteligente: "que nunca la lanza embotó la pluma,
producidos en los últimos años por Joaquín Villalobos. ni la pluma la lanza".
Pero, y la mentalidad que trasluce ese último párrafo de Farabundo Martí era un hombre estrictamente de
marras, ¿será también del pasado? acción, un conspirador nato: nunca escribió un libro, no
El problema, en realidad, es que dicha visión no ha se le conocen artículos, apenas una media docena de
sido exclusiva de un solo líder, sino que a lo largo de las c artas, y tal vez una considerable cantidad de informes
últimas décadas fue expresada por altos dirigentes de que enviaba a Nueva York como agente de la Tercera
los grupos que conforman el FMLN. Comenzando por Internacional. Su rastro documentado es tan exiguo que
Cayetano Carpio, olvidado padre de una generación de su única biografía conocida, e scrita por Jorge Arias Gó-
revolucionarios, quien cada vez que quería denigrar a mez y publicada en San José de Costa Rica a mediados
alguien -recuerden las entrevistas hechas por Marta de los 70, es un libro en verdad leve, de pocas páginas y
Harneker- lo llamaba "intelectual" o "poeta". anécdotas. O Farabundo era un hombre de coyuntura,
Probablemente, en las altas esferas del FMLN se haya sin noción de futuro, concentrado en el presente, o hizo

64 65
todo lo posible por hacerle duro el trabajo a los his- 2. ¿Y para qué la ficción?
toriadores por venir. N i e l conspirador comunista, ni el contrincante que lo
El hecho e s que existe una continuidad entre la frase •terrotó, el dictador Maximiliano Hernández Martínez,
dicha por el máximo prócer del FMLN a principios de la d ·dicaron energías a la escritura. Otros dos hombres
década de los 30 y la expresión que «René Cruz» escri- 1¡ue marcaron la primera mitad de este siglo en El Salva-
bió casi 50 años después y que ahora se reedita: npara d o r lo hicieron precisamente por su capacidad de
que la historia de nuestra revolución se escriba des de pe nsamiento y fabulación: Alberto Masferrer y Sala-
las trincheras misn1.as del combate y no desde el cómodo rrué. El prestigio de una nación, la muestra de su
e scritorio de los inconsecuentes". La c ontinuidad radica m adurez, radica en buena medida en s u capacidad de
en la preeminencia de la acción, en el desprecio a la integrar su historia, de recuperar los distintos fenóme-
reflexión, al cultivo del pensamie nto. La diferencia es nos políticos, sociales y culturales con un espíritu
que, más allá de ese desafortunado prólogo, Joaquín mtegrador, no excluyente. Otro indicador de la vitali-
Villalobos sí ha escrito artículos y ensayos, difundidos d a d y madurez de las naciones es su capacidad de crea-
en prestigios os medios nacionales e internacionales. El ción . Un signo de desarrollo cultural sería precisamente
problema sería creer que los únicos que pueden escribir el hecho de que una nación haya recuperado y asumido
la historia desde un "cómodo escritorio" (ahora no de su historia a tal grado que a s us escritores les sirva para
los inconsecuentes) sean aquellos que e stuvieron en "las la ficción. Y es que un alto porcentaje de la imagen y la
trincheras mismas del combate". ¿Me explico? La par- conciencia de un país reside en la labor y proyección de
ticipación en el combate como único criterio legitima- s us creadores. Las obras de Salarrué y Roque Dalton,
dor de la verdad. para el caso, sirven mucho más para entender la
El dilema entre acción y pens amiento es universa], idiosincracia salvadoreña que las monsergas de políticos
constitutivo de la naturaleza humana. La evidente lógi- de dudosas credenciales.
ca de su complementariedad -tal como planteaba Don El desprecio a la ficción es consustancial a las
Quijote- se traduce en crisis y desgarramiento cuando mentalidades totalitarias y autoritarias. La ficción como
llega al ser humano concreto, bajo la presión de sus e jercicio de libertad, como práctica de invención, asusta
prioridades y con sus limitadas capacidades. El Salva- a quienes todo quieren controlarlo, a aquellos para
dor necesita un mayúsculo esfuerz o p a ra su recom- quienes la imaginación debe "ajustarse a las necesida-
posición moral e intelectual. El mantenimiento de una des de la revolución". Una izquierda que busque re-
actitud de desprecio al ejercicio del pensamiento y de la novarse, que se plantee como proyecto libertario, debe-
reflexión en las distintas áreas del conocimiento sería ría entender que la ficción es una rica fuente de cono-
suicida para la izquierda nac:ional. Nunca. como ahora cimiento y proyección nacional, y que --como sostiene
la frase de Farabundo Martí está fuera de época; nunca Mario Vargas Llosa- "la literatura no describe a los
como ahora el prólogo de Las cárceles clandestinas exuda países: los inventa".
caducidad -de ahí la extrañeza que haya sido publi- Un aspecto revelador del estancamiento que signi-
cado sin ninguna actualización. ficó la guerra es la ausencia de obras de ficción. El

66 67
terror, la desolación del panorama cultural, la ine-
~tcétera. La mentalidad cerrada, imperante desde la
xistencia de estímulos, la discontinuidad generacional,
década de los 70 en las organizaciones que luego in-
la dispersión, cercenaron las posibilidades de expresión
tegraron el FMLN, determinó que toda aquella labor
literaria, y en especial la elaboración y difusión de obras
teórica que no tuviera una aplicación práctica inmedia-
de ficción. Un deficiente sistema educativo en el que el
ta en la lucha armada se le calificara de "pequeño-
terreno cultural no ha sido prioritario y una situación
burguesa". Punto que enlaza con la concepción de la
económica en la que el mercado del libro resulta
producción intelectual únicamente como testimonio de
prácticamente inexistente, han incidido también en el
la acción y que, a esta altura del siglo y en las actuales
estancamiento de las ideas, en general; y de la literatura,
condiciones de El Salvador, ha perdido validez, más
~n _particular; existen, por supuesto, excepciones, pero
allá de su posible función de registro histórico.
umcamente para confirmar la regla.
La renovación del lenguaje no es un asunto sólo de
Lo que sí se dio en este período de guerra fue la
formas. La adopción de otro lenguaje, por parte de la
proliferación de libros testimoniales, de innegable
mayoría de dirigentes del FMLN, en el que predominan
importancia histórica, aunque de dudosa calidad li-
conceptos relativos a la democracia liberal (antes llama-
teraria, cuyo objetivo central ha sido ratificar la justeza
da "burguesa") debería sorprender por la flexibilidad
de la lucha, denunciar la crueldad del "enemigo" y
que revela, pero también debería preocupar por la
reivindicar la "verdad histórica" de las fuerzas políticas
facilidad con que se dio, sin que se hayan conocido (al
a las que pertenecían los autores de tales libros -libros
menos públicamente) los debates que llevaron a tal
como Las cárceles clandestinas y autores, en su mayoría,
mutación. La pregunta sería la siguiente: ¿la adopción
de izquierda. La proliferación de estos textos, natural en
de un lenguaje «democrático» compensa la orfandad
una situación de guerra, no compensa la generalizada
ideológica derivada del colapso del marxismo-leni-
ausencia de obras de ficción ni justifica la actitud de
nismo?, ¿se trata de una reconversión profunda o de un
desprecio al arte de ficcionar del desactualizado prólo-
...
1
go en cuestión.
juego de apariencias?
Abordar críticamente el reeditado y obsoleto prólogo
de Las cárceles clandestinas no tiene como objeto agitar
3. Teorización pequeño-burguesa o el n11evo lenguaje.
fantasmas, ver emboscados donde sólo hay sombras,
La renovación del lenguaje -entendido como visión de
sin~ que busca enfatizar la importancia del lenguaje,
mundo- constituye uno de los principales retos para la
revisar las taras que a hora se re-publican sin las a-
izquierda a nivel latinoamericano. Toda la jerga tomada
claraciones pertinentes. La validez del texto de Ana
de los manuales marxista-leninistas ha sido rebasada
Guadalupe Martínez, de su testimonio como prisionera-
por la dinámica histórica. Casi la totalidad del marco
d.esaparecida en las ergástulas de los militares salva-
conceptual de la izquierda tendría que ser sometido a
doreños, está fuera de duda. Su reedición tendría que
una intervención quirúrgica, empezando por el mismo
ser aplaudida, pues ayuda a que las nuevas generacio-
concepto de izquierda, pasando por el de revolución
nes comprendan algunas de las razones que llevaron a
hegemonía, lucha de clases, centralismo-democrático:
la guerra civil y, finalmente, a los Acuerdos de Paz. Pero

68

1
69
el prólogo de marras, y la mentalidad que expresa,
debieron haber sido tirados al sitio al que pertenecen, al
basurero de la historia.

Literatura y transición

1 esde hace algunos meses, varios escritores e inte-


1~ctuales salvadoreños comenzaron a preguntarse sobre
ltt situación de la literatura en la nueva etapa histórica
que vive la nación, luego del fin de la guerra civil. Las
preguntas han sido muchas y las respuestas aún incier-
tas. ¿Existe una literatura de la guerra, y de ser así,
cuáles serían sus características y sus principales ex-
ponentes? ¿Qué es una literatura de la guerra: la que se

- produjo durante la década del conflicto armado, sin


importar su contenido ni desde dónde haya sido escrita,
o aquella que se refiere específicamente a los aspectos
relativos a la guerra? ¿Se puede hablar de una literatura
de post-guerra o es demasiado pronto para ello? ¿Cuá-
les serían las características de tal literatura?
Evidentemente, el estudio de la literatura producida
durante la guerra civil que vivió El Salvador es una
tarea a la que se abocarán académicos y escritores ahora
que esa etapa al parecer ha sido cerrada. Es un trabajo
por hacer que inscribirá en la tradición literaria nacional
a las obras surgidas en esa particularísima decena de
años que recién finaliza.
El debate sobre la literatura de post-guerra es una
cuestión distinta y que puede resultar hasta sospechosa.
La tendencia a buscar definiciones sobre el arte y la

Ponencia presentada en el Festival Internacional de Cultura Paiz,


Antigua Guatemala, 8 de febrero de 1993.

71
literatura en una época que apenas comienza por lo l11r- intentos por definir una literatura de post-guerra en
general está acompañada del propósito (confeso o rn Salvador sean apenas la cobertura de una urgencia
vergonzante) de dictar reglas sobre el tipo de creación 11111cho mayor: la necesidad de encontrar nuevos aside-
literaria que «debe» surgir en dicha época. Se trata, por 11 lS frente al hecho descarnado de que la historia es
lo mismo, de una vocación propia de mentalidades 1111predecible y el futuro está contenido en este mismo
mesiánicas o policiacas, herencia del peor totalitarismo 111stante.
de izquierda y de derecha. Lo paradójico es que el terreno de lo incierto ha sido
A la creación literaria no se le pueden imponer reglas igoroso nutriente para buena parte de los grandes es-
a priori so pena de acabar con esa creación. La literatura •ritores a lo largo de los siglos. Por eso, el hecho de que
no puede responder a patrones históricos preesta- t•I fin de la guerra en nuestro país haya coincidido con el
blecidos, ni a recetas, ni a manuales. La condición de la Inicio de un nuevo tiempo histórico a nivel mundial
literatura es la libertad; y la libertad implica búsqueda e podría considerarse como una feliz coincidencia. Esta
incertidumbre. Si la post-guerra que ahora vivimos es ·ontemporaneidad, que algunos llaman post-moderna
un período caracterizado también por la incertidumbre, - pero que, como afirman Leszek Kolakowski y Octa-
mal haríamos los escritores en apegamos a lecturas vio Paz, aún no tiene nombre--, nos ubica de súbito en
dogmáticas de la historia para escribir nuestras obras, o el terreno de las preocupaciones y desafíos que conlleva
gastar nuestro tiempo en un debate sobre la literatura el cambio de milenio.

- que «debemos» escribir como si la creación literaria


fuese una planificación empresarial y no la expresión
esplendorosa de una individualidad.
¿Qué son tocamos los escritores de un minúsculo
país apenas conocido por sus crímenes en ese estre-
mecedor concierto de voces cotizadísimas en el plano
Pero probablemente la necesidad de definir una internacional por su universalidad, talento y virtuo-
literatura de post-guerra responde a motivaciones me- sismo? ¿Cómo podemos presumir de contemporanei-
nos truculentas que las mencionadas anteriormente. El dad los escritores de un país sin acceso a las principales
fin de la guerra en El Salvador coincidió con una mu- corrientes de pensamiento, apenas con un par de
tación de tremendas dimensiones a nivel mundial. Ya editoriales y librerías, casi sin revistas literarias ni
desde hacía algunos años se hablaba del final de las periódicos decentes? ¿Qué podemos aportar quienes
utopías, de la crisis de los paradigmas, pero el súbito y pertenecemos a un país que demuestra un absoluto
contundente desmoronamiento del comunismo signifi- desprecio por la esfera de lo cultural, que carece de
có la constatación de que el mismo concepto de la his- estímulos para sus escritores, que no muestra más
toria como redentora había finalizado. Esta pérdida del obsesión que autoafirmarse a partir de su rostro políti-
referente histórico produjo desconcierto en aquellos co? ¿Cuál contemporaneidad cuando ni siquiera hemos
escritores que habían depositado sus esperanzas encontrado los significados de la salvadoreñidad, cuan-
precisamente en la supuesta bondad de la historia, esa do aún hablamos de la búsqueda de nuestra identidad?
historia vista como una marcha que inexorablemente La buena literatura, aquella que se abre paso a través
nos conduciría a una etapa final de felicidad. De ahí que de los tiempos, no requiere para su existencia ni de una

72 73
guerra ni de una post-guerra; la buena literatura se El esfuerzo para que la post-guerra signifique un
impone a pesar de éstas. Los escritores que escriban esta 11:nacimiento de la cultura, un período de amplia di-
literatura lo harán desde la miseria y el esplendor lusión del arte y literatura, tiene que ser conjunto, plu-
humano que genera la guerra; o desde la cautelosa 1·,,1 y sostenido. En un reciente discurso, el escritor
esperanza de la transición que llamamos post-guerra. mexicano José Emilio Pacheco recordaba que la litera-
Y quizás aquí radica el enlace con la contempo- 1ura " no puede dar de comer al hambriento ni impedir
raneidad: estos nuevos tiempos que corren en El Salva- ('I estallido de las bombas. Sí es capaz, en cambio, de
dor carecen de ese entusiasmo que tan fácilmente transmitirnos la experiencia ajena, darnos conciencia de
degenera en fanatismo. La posibilidad de la democracia que el otro existe, y sobre todo preservar la memoria".
no produce semejantes ardores. Quisiera hablar de la Probablemente uno de los retos para la literatura en
edad de la madurez y de la razón, pero ya sabemos que la post-guerra sea inventar el rostro del "otro" salva-
hasta la peor carnicería tiene su impecable razón. Me doreño, ése que es algo más que guerrillero o soldado,
atrevo a llamarlo «el momento del sosiego»: la guerra ese ser envuelto en las pasiones y esperanzas que mol-
fue un esfuerzo agotador, inmenso; la sociedad quedó dean al ser humano desde siempre. Otro reto quizás sea
exhausta, harta. Y también «el momento de la creación»: ayudar a "preservar la memoria", a que la nación no
las energía dilapidadas durante tantos años en el cri- olvide sus taras, esa irracionalidad que nos condujo a la
men y la confrontación, en la autodestrucción, ahora conflagración.
buscan otras salidas. Descubriendo a la nación, ya sin El fin de la guerra y el inicio de la transición a la
las gafas de ideologías extremas, engarzamos con el democracia ha sido interpretado como una «refun-
mundo, con lo mejor de lo contemporáneo, lejos de dación» de país. La literatura que se produzca en esta
nacionalismos, racismos y tribalismos ahora tan en boga. nueva época, más allá de ser hija de la guerra,
Mal haríamos los escritores en desesperamos por permanecerá fiel a su papel a través de los siglos: regis-
encontrar una certeza histórica. Y si la transición nos trar las búsquedas y aventuras del espíritu humano.
ubica en el terreno de lo incierto, sólo nos queda vivir a
fondo este momento de sosiego y creación, con la
esperanza de que nuevos talentos y disciplinas escribi-
rán obras que ahora son un acertijo. Urge, eso sí, crear
los instrumentos para que la literatura cumpla su
función: llegar al público. Esto significa montar la
infraestructura que posibilite producir y distribuir libros,
infraestructura prácticamente inexistente a causa de la
guerra. Esta tarea compete tanto al Estado como a la
iniciativa privada. ¿Qué podemos hacer los escritores
en este ámbito, aparte de tratar de escribir lo mejor
posible?

74 75
11 >'.obie rno llenar espacios nacionales e internacionales,
,, ' ' c o mo capitalizar ayudas e interlocuciones.
2. Las organiz aciones opositoras, y las fuerzas de
1. q uierda en particular, adolecen de la propositividad
1u•c s aria en este campo. Más allá de que ciertos sectores
Consideraciones sobre educación, ' t >mprendan la importancia de la educación y la cultura
cultura e identidad 'orno factores determinantes en el diseño del nuevo
l 'l·rfil de nación, el orden de prioridades y la escasez de
• 1_•cursos de la izquierda explican su falta de dinamismo
La preocupación en torno a la educación y la c ultura 1•n este terreno.
parece ir adquiriendo mayor relie ve en la agenda 3. La iniciativa gubernamental no es un mérito espe-
nacional. Crecientes sectores perciben que el proces o de ,·s.1 l de la actual administración del partido ARENA,
transición a Ja democracia debe ser acompañado de un ..,, no que se explica como consecuencia natural de la
cambio cultural, el cual garantizaría Ja incidencia y r ' ponsabilidad del Estado como propulsor de la edu-
perdurabilidad de las transformaciones institucionales ·ación, y defensor y difusor del patrimonio nacional. Lo
generadas por los Acuerdos de Paz, y que tal cambio no .mteTior no obsta para reconocer que en la presente
sería posible sin una drástica reforma educativa en to- gestión de gobierno existen evidencias de apertura y
dos los órdenes. húsqueda en el área educativo-cultural. El lanzamiento
La realización del Foro Nacional de Reflexión sobre d e una reforma educativa, la elaboración de nuevos
Educación y Cultura de Paz, los días 28 y 29 de abril,. bajo textos sobre la historia nacional, las preocupaciones en
la convocatoria del Ministerio de Educación y de la torno a la identidad nacional, entre otros aspectos,
UNESCO, ilustra el estado actual del debate nacional en forman parte de tales evidencias.
este terreno, así como su interrelación con las pre- 4. Los recelos acerca de los contenidos y tintes
ocupaciones predominantes e n el m á ximo organismo ideológicos que el actual gobierno pueda dar a los
internacional. De ese evento, en el que participaron tan- cambios en la educación y la cultura, resultan ex-
to expertos internacionales como intelectuales y políti- plicables. Un partido gubernamental de génesis extre-
cos nacionales, se desprenden algunas consideraciones mista y de carácteT autoritario difícilm.ente podTÍa im-
que a continuación enumero, no necesariamente en or- pulsar un proyecto en este ámbito, donde se re quieren
den de importancia: mentalidades democráticas, voluntades no-excluyentes
l. La iniciativa en el ámbito de la educación y la y un nuevo concepto de nación y de identidad.
cultura está en manos del gobierno, en especial a través 5. Probablemente buena parte del interés que las
del Ministerio de Educación y el Consejo Nacional para autoridades gubernamentales muestran en la educación
la Cultura y el Arte (Concultura). Esta iniciativa permite y la cultura responda a la preocupación internacional en
este terreno. Resulta evidente que para las Naciones
Publicado en Tendencias No. 21, junio 1993. Unidas el fin de la guerra salvadoreña se ha convertido

76 77
en un «caso test». De ahí la decisión de la UNESCO de 11•1111 cionista; abarca a las mayorías y a las minorías.
acompañar el esfuerzo de pacificación y, sobre todo, de 4 . ldentidad es sinónimo de salvadoreñidad. Y ésta
promocionar la creación de los basamentos culturales • · producto de una acumulación histórica, que implica
que posibiliten una exitosa transición a la democracia. 1.1 .1ceptación de todas las expresiones de nuestra
Muestra de lo anterior es el documento Cultura de paz hlt;toria, de nuestros héroes antagónicos, de las inter-
para la reconstrucción y renovación social en El Salvador, 1•rdaciones contrarias de crisis y fracturas. Salvadore-
elaborado por la UNESCO como una contribución al 1\ 1ls fueron Gerardo Barrios y los ricos que lo fusilaron,
Foro antes mencionado. F,1rabundo Martí y el general Martínez, Cayetano Car-
6. Este evento sirvió también para evidenciar la pio y Roberto D' Aubuisson, para citar algunas antí-
miseria intelectual de la clase política local, la cual 1'odas.
mostró con toda crudeza su absoluta ignorancia en los 10. La identidad, a esta altura de) siglo, es lubrida,
terrenos de la educación y la cultura. Con las excep- producto de un entretejido de expresiones locales,
ciones de un dirigente socialdemócrata y otro social- n.1cionales y regionales. La salvadoreñidad como ma-
cristiano, las participaciones de los representantes de 11i fcstación «pura» no existe. Por lo mismo, un nacio-
los demás partidos políticos no podían causar menos na lismo trasnochado, retórico y hueco (por ejemplo,
que sonrojo. Una primera labor de las autoridades .aquello de «primero El Salvador, segundo El Salvador y
educativas y culturales debería ser el lanzamiento de un te rcero El Salvador») no puede ser punto de partida de
programa para sensibilizar y hacer co.mprender a esa ninguna reflexión seria sobre la cultura nacional. El
clase política (que al fin de cuentas aprueba leyes y hecho de que alrededor de un 20 por ciento de la
presupuestos) la importancia del factor cultural en la población viva fuera del territorio nacional (sobre todo
transición a la democracia. Se trataría, en crudo, de en Estados Unidos) ratifica el carácter híbrido de la
educar a nuestros políticos. identidad.
7. Resulta palpable la urgencia de un nuevo marco 11. La salvadoreñidad es un proceso abierto, di-
conceptual, a fin de que los esfuerzos para generar una námico. Se trata de un descubrimiento de nuestro
educación y una cultura democráticas tengan los pasado y presente, y de una creación de futuro. La
basamentos indispensables que garanticen su soste- identidad no puede definirse como una fotografía
nibilidad. La misma elaboración de ese marco concep- estática, sino que tendría que entenderse como
tual tendría que ser expresión de una nueva mentali- «movimiento perpetuo», parafraseando a Augusto
dad, abierta, receptiva, sintetizadora. Monterroso. De ahí que también sea un proceso
8. Ninguna reforma puede tener futuro en este país permanente de conocimiento y mutación.
si no parte de la comprensión de que la identidad La apertura del debate en tomo a la educación y la
nacional es suma de todas las expresiones de la na- cultura en las esferas políticas es una señal saludable.
cionalidad. La identidad no es propiedad de ningún Los cambios e iniciativas que el país requiere en este
gobierno, ni de niguna ideología, partido político o terreno rebasan las obsesiones coyunturales. El trabajo
movimiento social. La identidad es incluyente, no por hacer exige método, creatividad, visión de largo

78 79

1
plazo y espíritu democrático. Se trata realmente del
futuro de la nación, de la formación de nuevas gene·
raciones de salvadoreños que tornaran la estafeta para
el próximo milenio.

tres

80
Los escritores y la política

El hecho de que el escritor David Escobar Galindo for-


me parte de la comisión negociadora del gobierno del
presidente Alfredo Cristiani ha generado una discusión
aparentemente bizantina. Conceptos añejos, si no ob-
soletos --como el «compromiso del escritor»- , vuel-
ven a estar sobre la mesa. Tal debate, que en otro país
podría ser expresión de mentalidades arcaicas, en El
Salvador adquiere una especial relevancia, dada la
situación de guerra civil y una tradición de intolerancia
en la que un primer impulso apunta a acabar toda
discusión a balazos.
En las últimas semanas, Escobar Galindo ha sido
blanco de fuertes críticas tanto por su actividad política
como por su creación literaria. Nada más lejos cl.e mi
propósito que alinearme en la defensa de un escritor
con quien no comparto simpatías políticas, ni afinida-
des literarias, pero me parece pertinente hacer algunas
aclaraciones en torno a las relaciones entre la literatura
y el quehacer político.
En una sociedad tan polarizada como la salvadore-
ña, en la que el acceso a las manifestaciones literarias de
la cultura universal resulta difícil y escaso, existe una
marcada tendencia a la simplificación y a la conversión
de rivalidades políticas en dogmas literarios. La fórmu-
la es sencilla y maniqueísta: si un escritor pertenece a

Publicado en La Opinión, 11 de septiembre de 1990, Los Angeles.

83
nuestro partido o a nuestro bando político, entonces se
trata de un escritor importante y de grandes proyec-
ciones; en tanto que los escritores del bando enemigo
resultan superficiales, procaces e intrascendentes. Un
escritor que dice no alinearse con ningún bando es
sospechoso de colaborar --quizás involuntariamente Encantamientos cotidianos
con el enemigo.
Mi opinión es la siguiente: la calidad literaria de un
escritor no tiene nada que ver con su actividad o sus Vociferante, con dedo acusador, el hombre sentenció: el
simpatías políticas, o con la ausencia de éstas. La " imperialismo yanqui" está inmiscuyéndose en los a-
sumersión en la esencia humana y el manejo del oficio ~ untos internos de El Salvador. No se trataba, sin em-
son independientes al bando político al que se per- bargo, de un ultraizquierdista delirante, sino del alcalde
tenezca. A lo largo de Ja historia universal, grandes de San Salvador y presidente del gobernante partido
escritores han pertenecido a partidos o bandos enemi- Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Armando
gos en el terreno político: Defoe y Swift Malraux y Calderón Sol.
Drieu La Rochelle, Borges y Cortázar, Pablo Antonio La causa de la discordia fue una carta enviaqa al
Cuadra y Ernesto Cardcn.11, por mencionar algunos presidente Alfredo Cristiani por un grupo de congre-
casos. Y El Salvador no constituye una excepción: Es- sistas estadunidenses, en la que éstos criticaban la
cobar Galindo y Miguel Huezo Mixco son destacados medida gubernamental de cerrar el Instituto Regulador
escritores que trabajan para el gobierno de Cristiani y de Abastecimientos (IRA), organismo encargado de
para el FMLN, respectivamente. comercializar los granos básicos.
El compromiso del escritor es escribir lo mejor posi- Plena de paradojas, sorpresas y aparentes absurdos,
ble. Digo, su compromiso como creador de literatura. Y la dinámica política salvadoreña mantiene su ritmo
en este campo de muy poco le sirve que se adhiera a una acelerado, a pesar del impasse en las negociaciones en-
política o a una ideología, o que reniegue de ellas. Corno tre el gobierno y la insurgencia. En muchos casos, inclu-
reza el refrán popular: "Una cosa es una cosa y otra cosa so, la impresión es que tal dinámica se mueve con total
es otra cosa". independencia del proceso negociador.
La participación política del escritor es fruto de su A lo largo de este mes de agosto, para el caso, el
conciencia, voluntad y decisión personal. Las res- pulso político del país pareciera haber estado deter-
ponsabilidades y los juicios en este terreno son com- minado por la confrontación alrededor de la estrategia
pletamente extraliterarios. Es.propio de mentalidades económica gubernamental, básicamente en su aspecto
fascistas y totalitarias exigir una militancia política al privatizador, casi como si la guerra no existiese.
escritor o juzgar su obra a partir de tal militancia. Pero entre las seis y las siete de la mañana, un día sí y

Publicado en Tendencias No. 2, agosto de 1991, San Salvador.

84 85
un día no, las granadas y ráfagas de los comandos llls tribunales. Y no sólo ellos, sifü) también un coman-
urbanos de la guerrilla, en sus ataques a posiciones dante guerrillero, detenido en otro operativo, quien
gubernamentales, recuerdan que la guerra hace tiempo 1rente a las cámaras defendió su derecho a participar en
se hizo rutina. política y reconoció haber sido tratado correctamente
Una rutina que exije del ciudadano un máximo de por sus captores.
adaptabilidad o resignación. Por ejemplo: durante la ¿Algo se mueve? ¿Algo cambia?
última semana de agosto, San Salvador se convirtió en Uno de los primeros casos para la Misión de
algo así como un gigantesco monasterio o sitio de retiro, Observadores de las Naciones Unidas (ONUSAL) fue la
donde las luces se apagan a las diez de la noche y incursión del ejército, a mediados de agosto, en la
vuelven a encenderse a las cinco de la mañana, para que "Ciudad Segundo Montes", ubicada en el conflictivo
las almas reposen y eviten la tentación. departamento de Morazán, donde varios repatriados
Ninguna consideración ética o religiosa, sin embar- resultaron heridos y unas 500 gallinas murieron a
go, ha sido la culpable del racionamiento extremo de consecuencia de los gases lacrimógenos, los disparos y
energía eléctrica que vive el país. Las autoridades lo el susto.
achacan a la sequía, que ha reducido los embalses de las Hace diez años, a pocos kilómetros de ese lugar, en
presas hidroeléctricas, y a los sabotajes de la insurgencia. un cantón llamado El Mozote, el ejército habría dado
La oposición dice que no, que una pésima gestión ad- muerte a más de 500 campesinos, acusados de ser sim-
ministrativa es la principal causa de la crisis energética. patizantes de la guerrilla, según denuncias de orga-
El Frente Farabundo Martí para ' la Liberación nismos humanitarios.
Nacional (FMLN), como colaboración al debate, anunció ¿Qué es lo nuevo?
el inicio de una nueva campaña de sabotajes al tendido ¿La explosión de eventos académicos en los que se
eléctrico. exponen los probables escenarios que vivirá El Salvador
¿Quién entiende? luego de la finalización del conflicto armado? ¿La súbita
Y como telón de fondo los cuchicheos, los rumores, alza de precios en los hoteles donde se han instalado los
las denuncias gubernamentales, en el sentido de que la integrantes de ONUSAL?
guerrilla se apresta a lanzar una ofensiva militar para Ciertamente, los exabruptos del alcalde capitalino
"destrabar" el proceso negociador. contra Washington no son nuevos. Pero San Salvador
La cena noticiosa de la mayoría de televidentes, el 21 tiene la habilidad hipnótica de hacernos creer que su
de agosto, alentó tales versiones. Un gigantesco arsenal vida política se mueve a una velocidad tremenda, que
(que incluía seis sofisticados misiles antiaéreos, unos 40 quien no escucha o mira por lo menos un noticiero cada
fusiles y más de medio millón de cartuchos para fusilería) día queda fuera de la jugada.
fue descubierto por la Fuerza Armada en un céntrico
barrio de San Salvador.
Lo insólito, para algunos ciudadanos perspicaces, es
que la totalidad de los detenidos haya sido remitida a

1
86 87
de la oposición política existen, y que se les permite
l'Xpresarse sin una censura evidente, el reto de la prensa
en esta etapa debería plantearse en un marco mucho
más amplio que el referente a abrirse a los dirigentes del
FMLN que se incorporen a la vida política.
Hacia un periodismo investigativo La responsabilidad de la prensa apuntaría a inda-
gar en algo más que la coyuntura política. La inves-
tigación y revelación de las múltiples facetas de la
Las profundas transformaciones en la estructura polí- dinámica social compete a un nuevo concepto del pe-
tica de la nación, corno producto de las negociaciones riodismo, que trasluciría un nuevo rostro de los
entre el gobierno de Alfredo Cristiani y el Frente Fa salvadoreños. Tal concepto tendría que ser compartido
rabundo Martí para Ja Liberación Nacional (FMLN) por propietarios, editores, columnistas, reporteros; o al
deberían traducirse en la apertura de nuevos espacios menos por algunos de ellos.
para el ejercicio de la libertad de expresión y para la Ciertas búsquedas, sin embargo, comienzan a ma-
formación de una activa opinión pública nacional. terializarse. Una serie de reportajes en torno a la situa-
No obstante, a medida que avanzan los acuerdos ción imperante en el Centro Penal de Mariona, difun-
para reconstituir el Estado, los cambios en la situación didos recientemente por la televisión y la prensa escrita,
de la prensa parecen rrúnimos y sin corr~spondencia evidencian la voluntad de emprender nuevas rutas.
con las transformaciones políticas. La ausencia de un Un periodismo investigativo permitiría vislumbrar,
debate serio y sostenido en tomo al papel de Jos medios con imágenes y relatos que van más allá de Ja frialdad
de comunicación, en el marco de las negociaciones de de las cifras, la cara oculta de la realidad social. Po-
paz y de cara a la transición, explica en buena medida sibilitaría, además, forjar un más profundo conocimien-
tal situación. to de la situación real y de las expectativas de la po-
Un factor limitante en el desarrollo de la prensa blación.
nacional se desprende de la estructura de propiedad de En la actualidad, el pulso político de la nación se
la mayoría de los medios de comunicación, la cual po- expresa a través de Jos propios dirigentes. Se trata de un
dría caracterizarse de "oligopólica", cuando no de es- concepto estrictamente de élite: los protagonistas
trictamente familiar. evaluándose a sí mismos, enviándose mensajes cifrados
La ausencia de una sólida tradición profesional, y -aunque se invoque hasta el hartazgo al pueblo. Un
la persistencia de mecanismos de coacción y corrupción periodismo investigativo podría ayudar a romper este
por parte del Estado, impiden la existencia de un real círculo, abriría compuertas a corrientes insospechadas
"cuarto poder", que a través de la formación de opinión de opinión, daría otras perspectivas. El fin de la guerra
pública descubra, observe, difunda y analice el desarro- y del ejercicio de la violencia como principal instru-
llo de la sociedad. mento del quehacer po!ítico, podría abrir los espacios
No obstante que los espacios para los personeros para el desarrollo de un nuevo periodismo.

88 89
una función decisiva en la promoc1on y subsidio de
in tituciones culturales y de los servicios apropiados
para que los bienes de la cultura sean accesibles a los
más amplios sectores de la población".
Para el presidente, "el mayor dimensionamiento de
Las tentaciones de Concultura la cultura es una de tantas políticas de desarrollo", cuyo
objetivo sería "rescatar los valores morales y espiritua-
les para dar paso a la armonía y reconciliación de los
El ámbito de lo cultural, considerablemente olvidado en salvadoreños con base en un consenso de acción
el debate nacional a lo largo de la guerra, empieza a :-.olidaria". Una de las "grandes tareas" de Concultura
perfilarse como un terreno en el que distintos actores ilpuntaría al "rescate y fomento de la identidad nacio-
políticos y sociales buscan incidir, a fin de determinar nal", la cual luego de una década de conflicto se
políticas, capitalizar esfuerzos y, en general, difundir ncuentra en "crisis".
"su" imagen de la nación. En mon1entos en que el Pese a la amplitud conceptual y de propósitos del
silenciamiento de las armas estaría a punto de con- discurso del mandatario, lo cierto es que la instalación
cretarse, y cuando los nuevos términos de la lucha de Concultura ha despertado "recelo" en sectores ar-
política exigirán otras perspectivas a las fuerzas con- tísticos e intelectuales. Tal reacción resulta explicable en
tendientes, la cultura y el arte se proyectan como espa- una sociedad extremadamente polarizada y .en la que
cios en disputa. los gobiernos de las últimas décadas, más allá de sus
La administración de Alfredo Cristiani dio ya un discursos, no han emprendido acciones propulsoras del
primer paso en este sentido, al fundar el Consejo Na- á mbito cultural.
cional para la Cultura y el Arte (Concultura), el 15 de Un proyecto como Concultura, entonces, deberá
noviembre último, "como un renovado esfuerzo del s uperar viejas y nuevas tentaciones, a fin de materiali-
Estado para cumplir con una función promotora que no zar los objetivos expresados por Cristiani. Enumerar
pretende sustituir la libre iniciativa, sino propiciar algunas de esas tentaciones quizás pueda ayudar a
condiciones de Libertad cultural, tan indispensables pa- a frontarlas positivamente.
ra que los miembros de una sociedad manifiesten su l. Si bien el propio Cristiani reconoció que "las
poder creador", tal como lo expresó el mandatario al actuales estructuras gubernamentales que fomentan el
instalar la nueva entidad. quehacer cultural y artístico, son demasiado sensibles a
Cristiani aseguró que "el establecimiento de Con- los cambios ideológicos, políticos y a la lentitud bu-
cultura responde a la necesidad de un equilibrio en el rocrática", y se comprometió a "replantear tales es-
cual el Estado comprende que no puede ser el rector del tructuras gubernamentales en un modelo de operación
pensamiento y la creación, pero que debe desempeñar más notable y dinámico", la tentación de que Concultura
se convierta en un «elefante blanco» permanece vigente.
Publicado enTendencias No.5, noviembre-diciembre 1991. Cambiar la mentalidad de un aparato burocrático no es

90 91
asunto de decretos o buenas intenciones. La amplitud y s morumo de imposición. Concultura tiene ante sí un
el contenido de los programas a impulsar, la formación largo camino donde las retóricas se desmoronan y sólo
y capacitación de personal especializado y la producción hechos y productos marcan el avance.
artístico-cultural, serán algunos de los principales
parámetros para evaluar si se trata en realidad de un
nuevo modelo. El anunció de que las primeras acciones
de la entidad apuntan a restaurar el Teatro Nacional y
la Biblioteca Nacional, si bien señala necesidades im-
postergables, suena a discurso viejo, a horizonte estre-
cho.
2. La segunda tentación de Concultura, si no su
realidad, es convertirse en un aparato sectario, ex-
cluyente, casi partidario. Para que la nueva entidad sea
una iniciativa de dimensión nacional, como su nombre
lo propone, tiene que partir de la comprensión de que
hay varias concepciones de la salvadoreñidad, que la
nación es muchísimo más que el partido gobernante y
sus compañeros de viaje.
3. Otra tentación es buscar que Concultura sea el
canal que monopolice la cooperación externa en el cam-
po cultural. Evidentemente, con el fin del conflicto
armado y el inicio de la reconstrucción, varios países y
organismos internacionales podrían tener interés en
proporcionar mayor ayuda (fondos, becas, cursos,
etcétera) en el área cultural. La intención de copar el
espacio externo, a fin de "controlar" el espacio interno,
quizás sea consustancial a la nueva entidad. Pero, en
una sociedad tan polarizada como la salvadoreña, tal
actitud en poco colaboraría al objetivo de "dar paso a la
armonía y la reconciliación" planteado por Cristiani.
Si la lista de tentaciones podría seguir alargándose,
los retos de Concultura son inmensos: reconstruir la
esencialidad y el rostro de los salvadoreños implica un
ejercicio de pensamiento y acción basado en la flexi
bilidad y en el entendimiento que reconciliación no es

93
92
y, por lo mismo, tendrían que expresarse en el terreno
del arte, de la creatividad. Tercero: porque la amplitud
de la muestra presentada manifestó una voluntad
pluralista, lejos de los sectarismos exquisitos o pan-
fletarios. Y cuarto: porqt.te demostró que la iniciativa
El Pabellón de las Artes individual y de grupo, con el apoyo de la empresa
privada, es suficiente Para llenar espacios culturales
que la burocracia gubernamental busca acaparar con
No ruptura, sino mutación, reunión de fuerzas creati- discursos, elefantes blancos y sectarismo.
vas, comunión de locos para quienes el sentido de la El entusiasmo, sin embargo, no debería contraponer-
vida pasa por otras coordenadas, lejos de la perversión se a la lucidez mínima Para comprender las taras, las
autodestructiva que ha atormentado a la patria por más limitaciones, las alucinaciones. Lejos estamos de un
de una década. Evento sin paragón, destape de un ros- poderoso movimiento a:ttístico que proponga, desde la
tro de la salvadoreñidad que había permanecido oculto, especificidad de su producción, nuevos senderos. La
al menos disperso, o soterrado por la carnicería. Esto y polarización, el aislamiento y precisamente la falta de
más fue el Pabellón de las Artes, abierto del 4 al 21 de promoción cultural duran.te m ás de una década, han
noviembre, en las instalaciones de la Feria Internacional restringido horizontes, Perpetuado lenguajes caducos,
de San Salvador. cerrado oportunidades a probables talentos. En tal
Pintura, escultura, teatro, música, literatura, cerámi- sentido, enhorabuena si el Pabellón de las Artes ha
ca, folklore, danza: un espacio abigarrado de colores, servido para despertar el afán de búsqueda, para
una ruta para intuir lo que nos hemos negado, una redimensionar el arte corno componente básico del ser
aventura que sólo pudo ser expresión de esa nueva nacional.
sensibilidad que abrirá la post-guerra, una sensibilidad En momentos en que el fin de la guerra pareciera
que incluye, conjunta, imagina, crea. cercano, y cuando las fuerzas políticas y sociales re-
El Pabellón de las Artes podría entenderse también adecúan planes y lenguajes para la etapa post-bélica, el
como punto de partida, salto a lo probable, esfuerzo de ámbito cultural se potencia, exige reflexión, voluntad y
anticipación. Primero: porque implicó otro sentido de lo tesón. Francisco Hasbún, principal motor del Pabellón
popular, sin retórica patemalista, ni concesiones po- de las Artes, hizo posible una experiencia que, sin alar-
pulistas en la concepción artística, sino gracias a las más des triunfalistas, podría denominarse fundacional, re-
de 300 mil personas que recorrieron sus pasillos y ferente indispensable, parámetro de imaginación, en un
asistieron a sus espectáculos. Segundo: porque eviden- camino impredecible, pero que podría conducir a un
ció que las grandes transformaciones históricas que vi- florecimiento artístico que colabore a la creación de una
ve la nación tienen una inmediata repercusión cultural nueva cultural nacional.

PubUcado en Diario Latino, 23 de noviembre de 1991.

94 95
pusieron crear un espacio diferente, un ambiente
propicio para el desarrollo d e la imaginación, donde se
puedan conjugar las distintas manifestaciones del arte,
.1 través de exposiciones, espectáculos, talleres, recita-
les. Un espacio para que fluyan nuevas corrientes
La otra Luna c reativas, para que despie rte otra sensibilidad; también
una apu esta al futuro, sobre todo por medio de los
ta lleres artísticos para niños.
Hace unos días, una amiga académica extranjera, con Lunas veloces de frente obstinada, dice un viejo verso de
varias estadías de trabajo en nuestro país, luego de Octavio Paz. Y precisamente esa velocidad, que quisiera
enumerar las bondades y atrac tivos de estas tierras, se s inónimo de audacia, y esa " frente obstinada", enten-
refirió a las tres grandes ausencias que, según ella, le dida como voluntad de jalar hacia adelante, podrían
impedían sentirse completamente a gusto, fuera de los marcar el ritmo de crecimiento de esta iniciativa, de esta
rigores de la guerra. Primero, dijo, hace falta un a ventura, que trasluce los enredados tiempos actuales,
«periódico». Segundo, afirmó, hace falta una «librería», cuando lo apenas concebido se roza con lo vetusto.
en la cual una pueda surtirse de los libros de actualidad La Luna ya tuvo su primera experiencia en el Pabe-
en lengua castellana. Y tercero, agregó, hace falta un llón de las Artes, durante la primera quincena de
«café», un sitió donde, gracias al clima intelectual y noviembre pasado, donde se presentaron grupos musi-
artístico, el parroquiano pueda llegar a leer, escribir o cales y teatrales. Ahora, en su propio local, la " banda
pasar el rato, sin sufrir las chabacanerías de los antros lunática" enfrenta el reto de echar a andar una empresa
cerveceros o de las pastele rías para niñas ricas. cultural de nuevo tipo, cuya característica seé' un
Las opiniones de mi amiga académica, claro está, equilibrio dinámico entre los aspectos puramente em-
podrían resultar alevosamente provocadoras: San Sal- presariales, la promoción artística y el fomento de la
vador no es París, Nueva York ni M é xico. "Cada ciudad creación. Equilibrar negocios con honradez intelectual y
tiene los periódicos, las librerías y los cafés que se artística, ni más ni menos.
merece", diría un viejo rezongón, quien me odiaría de Quién sabe qué cosas ;/umina este rayo de luna/con esa Luz
por vida si sólo sugiriera sus iniciales. tan dulce, dice un poema de ese italiano melancólico
Estos prolegómenos, sin embargo, vienen a cuento llamado Cesare Pavese. Ojalá que este rayo de luna
no por ánimo de discutir las controvertidas opiniones ilumine otras zonas de la salvadoreñidad. O, corno diría
de mi amiga, sino para referirme a una idea, que luego un viejo fan de Pink Floyd, ojalá que el " lado oscuro de la
se hizo proyecto y ahora tiene nombre, Barca-Fé La Luna, luna" nos revele espacios insospechados, ánimos re-
y apellido, Casa y Arte. Un grupo de artistas, jóvenes la confortantes. Suerte en la travesía, lunáticas y lunáticos.
gran mayoría, con obra reconocida algunos, se pro-

Publicado en Diario lAt-ino, 7 de dicie mbre de 1991.

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neradores y divulgadores de ideas. Al grito d e ¡Muerte
a la inteligencia! elementos de la Fuerza Armada
acabaron con el grupo de pensamiento mas consistente
con que contaba el país (los sacerdotes jesuitas) en tanto
que el FMLN también respondió con el crimen a Jos
Un.a tumba para Roque Dalton ideólogos de la derecha. Las listas son demasiado lar
gas.
En un contexto de guerra civil, la natural toma de
Ya pasaron más de tres meses de cese de fuego y los posición de los intelectuales con uno u otro bando los
restos de Roque Dalton no aparecen. Ya pasaron 17 transformó de inmediato en objetivo militar. La
años del crimen y los restos siguen sin aparecer. Las singularidad del caso Dalton radica en que el crimen
promesas de altos dirigentes del Ejército Revoluciona- fuera cometido por s us mismos" compañeros de horda
rio del Pueblo (ERP), hechas a la familia del poeta, en el parafraseando su poema «Taberna»
sentido de que revelarían el lugar donde enterraron a Una tumba para Roque Dalton, ¿para qué? ¿Para
Dalton, no han sido cumplidas. Las justificaciones po- que los oportunistas se disputen sus restos? Quizás tan
drían ser muchas. sólo para concerderlc la huma nidad que merece, para
Ni modo. Para otra vez será. Los constructores de que la ingratitud deje d e ser el gesto natural de esta
monumentos, los organizadores de peregrinaciones, los dolorosa patria.
entusiastas de las ceremonias, aquellos a quienes el poe-
ta precisamente detestaría y de quienes tanto se burló
en sus poemas, por ahora no tendrán su día.
Lastima, no por ellos, sino porque el asesinato de
Dalton aún plantea demasiadas preguntas. El escla-
recimiento de su muerte sería más que saludable (Jos
mea culpa a esta altura resultan insuficientes), pues el
escritor no es pertenencia solamente de un grupo ni de
la izquierda en general, sino que constituye un valor
nacional. Por eso.
Y por otras cosas: el caso Dalton no es un hecho
aislado. Las relaciones de las dirigencias políticas y
militares con la intelectualidad nacional han sido más
que conflictivas. La polarización y la intolerencia ex-
tremas llevaron al asesinato sistemático de los ge-

Publicado en Tendendas No.10, mayo de 1992.

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"¿quiénes somos los salvadoreños?".
Insistieron, cada quien a su m a nera, en que el proce-
s o de paz parece irreversible, que la izquierda carece de
un proyecto cultural y los tiempos apremian. Se queja-
Enc!-1-entros y desencuentros ron de que la dirigcncia política continúe sin compren-
der las dimens iones d e lo cultural.
Lamentaron también que los jóvenes escritores de
izquierda, huérfanos en medio de la barbarie, no mo-
Algunos de los principales escritores de izquierda,
dernizaran su visión de mundo, su lenguaje . A la
aquel los compañeros de generación del controvertido
mayoría de los que se quedaron, la guerra los encerró,
poeta Roque Dalton, quienes desde hace miis de diez
los coartó, los mantuvo en una burbuja ajena a los
~fü~s permanecían en el exilio, h an regresado en las
trascendentales cambios mundia les de este fin de
ultimas semanas a la vieja p a tria.
milenio.
Amparados en e l nuevo clima político, un tanto
Pero tener fe es la mejor audacia, como escribió Roque
desconfiados, pero con e l inevitable asombro, estos
Dalton. Quizás por eso, sus compañeros de letras y de
escritores que a finales de los 60 y principios de los 70
luchas políticas manifestaron ahora la percepción de
confor,maron uno de los grupos literarios miis vigorosos
una novedosa energía nacional, aún difusa, pero funda-
del pa1s, ahora llegaron a reconocer el ros tro mutante de
mental para la creación de una nueva sensibilidad que
la nación.
se contraponga a la idiosincracia criminal de la guerra.
Alfonso Quijada Urías, Manlio Argueta, Roberto
Des pués de semanas de encuentros y desencuentros,
Armijo y José Rodríguez Ruíz coincidieron en s u
de asombros y decepciones, el poeta Quijada Urías
mome ntáneo r e torno, en sus dudas sobre la viabilidad
regresó a Vancouver, el novelista M a nlio Argueta a San
d e volver a radicarse en una tierra por tanto tiempo
José de Costa Rica, eJ poeta Armijo a s u cá tedra en Ja
inhóspita.
Universidad d e Nanterrc y el dramaturgo Rodríguez
Coincidieron también en su visión de los escombros,
Ruíz a la Universidad de Puebla.
en la urgencia de proponer nuevas pautas que permitan
Vinieron de visita con la temporada lJuviosa . Y se
superar la cultura de la guerra, de la violencia.
fueron con el propósito de regresar, lo más pronto
Dieron recitales, charlas sobre lite ratura v la vida
Argueta relató Jos avatares de su novela u,,; día en /~
posible, luego de preparar sus bártulos y cerrar
compromisos en las ciudades que Jos acogieron. En-
vida, tr~d ucida a más de una docena de idiomas; Armijo
horabuena si este grupo de escritores, en su plena
planteo su proyecto de escribir una historia de las ideas
madurez, retornan a la patria para trabajar en Ja
en El Salvador; Quijada Uría's leyó su poesía vital y
reconstrucción nacional.
desgarrada; Rodríguez Ruíz se preguntó una y otra vez

Nolimex, 21 de septiembre de 1992.

100
101
ambios a todos los niveles en el sistema político afectan
a l conjunto de la vida de la nación y por lo mismo,
implican una "refundación de país El problema sería
que la transición no tiene sentido épico, no tiene
heroismo. Es como un período gris, en lo que hace a las
Novedades de la vida cotidiana motivaciones heroicas y la generación de grandes di-
mas y emociones colectivas. El proceso de transición no
provoca euforia tal con"lo sostiene el politólogo chileno
Luego de ocho meses de paz, ¿qué ha cambiado en El Luis Maira en un reciente libro sobre las dificultades
Salvador? La pregunta puede parecer superflua: ya no para la izquierda latinoamericana en la actualidad.
hay guerra, el espectro ins titucional se ha ensanchado Más allá de este debate, empero, la vida en El Salva
con la incorporación del FMLN, el sistema político ex- dor no es la misma.
perime nta transformaciones que algunos consideran Por ejemplo a mediados de septiembre último, para
"revolucionarias e n fin, la desmilitarización y la sorpresa de muchos simpatizantes de izquierda, Joa-
trans ición a la democracia estarían en camino. Pero, y quín Villalobos el otrora comandante guerrillero, apa-
en la cotidiancidad, ¿cómo se manifies tan estos cam- reció apoyando una campaña vial del ultraderechista EL
bios?, ¿qué es en realidad lo nuevo? Diario de hoy periódico que en su editorial del 6 de
Para algunos analistas, lo verdaderamente nuevo es octubre aún sostenía que "el comunismo se derrumbó y
la participación legal y pacífica de la iz quierda en la no hay grupos políticos que se identifiquen con él, ex-
vida nacional, un hecho que en términos generales no ceptuando como es de esperarse, a Fidel Castro, el
afectaría el acontecer cotidiano .de la ciudadanía, sino FMLN y a Sendero Luminoso
que estaría constreñido al ámbito de la clase política. Y es que los gestos aquí significan mucho. Por de-
Esta visión implicaría que los cambios generados por el bilidad, por necesidad o por sabiduría, el debate se está
proceso de negociación apuntarían únicamente a una abriendo en la izquierda. Algo de aire comienza a circu-
modificación paulatina del acontecer político, y no tan- lar. El forcejeo en Radio Venceremos es un ejemplo de
to a profundas trans formaciones culturales. ello: más allá de la voluntad de las partes, la discusión
De tal manera que la novedad se restringiría a que, se hizo pública, sobre todo desde las páginas del Diario
gracias a las reformas institucionales, los líderes del Latino. Se trató del primer debate público de post-gue-
FMLN tienen una participación m ás activa en el queha- rra dentro de la izquierda ex-guerrillera. ¿Qué
cer político cotiadiano y, en general, a que la agrupación debatieron? Las relaciones de la radio con el partido la
exguerrillera cuenta con nuev<?s espacios, posibilidades línea informativa y los métodos de conducción cuando
y retos para su desarrollo. menos. Hubo definiciones y cinco despedidos.
Otros estudiosos sostienen, por el contrario, que los En un comunicado los cinco despedidos criticaron a
Villalobos por ordenar personalmente una purga en
Publicado en Pensamiento Propio, noviembre de 1992, Managua . un medio de comunicación lo que "pone en juego la

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credibilidad de todo el proceso de cambio democráti- para conseguir fondos de la solidaridad internacional
co". También arremetieron contra "la línea de estabili- durante la guerra .
dad social definida por Villalobos". Y explicaron que La novedad de estos lugares es la ruptura del es-
"el verdadero trasfondo" del problema es ''la intención quematismo, la mezcla, los asomos de despolarización:
del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de por ejemplo, el viernes 9 de octubre, mientras tocaba el
privatizar la radio", a fin de que pase a manos "de un g rupo de rock Vive, en una de las mesas de La Luna
grupo reducido de miembros de la dirección del ERP". disfrutaba sus whiskies el excomandante Facundo
La discusión de fondo, pues, se estaría dando entre Guardado, uno de los principales estrategas militares
quienes se aferran a una visión contestataria y quienes durante la ofensiva del FMLN en San Salvador en no-
tienen prisa por acomodarse en el nuevo status quo. Para viembre de 1989.
ciertos militantes izquierdistas, la dirección del FMLN El fenómeno de La Luna y El Quinto Sol ha des-
estaría derechizando algunas de sus posiciones. Otros se pertado incluso la curiosidad de la prensa internacio-
refieren a un "exceso de pragmatismo". El diputado nal. En una edición dominical de finales de septiembre,
social cristiano Jorge Villacorta lo explicó de otra n1ane- el periódico Los Angeles Times dedicó una plana entera a
ra: lo que se produce es un "movimiento natural" de un reportaje sobre la nueva vida nocturna de San Salva-
inserción. dor, en el que destacaba que en el mismo bar se podía
encontrar al hijo del presidente Alfredo Cristiani y a un
Nueva vida nocturna exguerrillero recién bajado de las montañas.
"Tener una doble moral es mejor que no ten'e r ningu-
na", dice un graffiti escrito en una pared del urinario del Delincuencia y desmilitarización
bar La Luna, un bar-café abierto hace casi un año, y en el San Salvador ha cambiado también en otros aspectos.
que se puede percibir el nuevo ambiente de recon- La militarización de las calles ha desaparecido. Sin cli-
ciliación que tiende a prevalecer en el país. ma de guerra, la violencia ahora se expresa a través del
Junto a «niños bien» procedentes de la exclusiva Zo- incremento desmesurado de la delincuencia. Diferentes
na Rosa, en este bar se encuentran con frecuencia encuestas de opinión difundidas por instituciones
dirigentes exguerrilleros recientemente desmovilizados. universitarias coinciden en señalar que la delincuencia
Una noche toca un grupo de rock favorito entre la y el alto costo de la vida constituyen los puntos de
juventud clasemediera y la siguiente noche es el turno mayor preocupación para la ciudadanía.
de Los Torogoces, un grupo formado por excombatientes Las bandas de delincuentes operan como comandos
que durante la guerra amenizaban las fiestas en los altamente especializados. Los atracos alcanzan linderos
campamentos guerrilleros del norte de Morazán. de audacia solamente explicables por la práctica de la
El fenómeno de La Luna no es único. Otro bar guerra. El acuartelamiento de las tropas guberna-
denominado El Quinto Sol también ha abierto sus mentales y la lentitud en el proceso de formación de la
puertas recientemente con una atracción principal, La nueva Policía Nacional Civil (PNC) ha creado un vacío
Banda Tepehuani, un grupo musical que sirvió al FMLN en términos de seguridad pública.

104 105
Para muestra un botón: en una de las principales (ONUSAL). Y a propósito de ONUSAL, los integrantes
pupuserías de San Salvador ubicada unas seis cuadras de este contingente ya forman parte del nuevo paisaje
al poniente del Hotel Camino Real, a la hora y el día de cotidiano y son llamados, con el típico humor sal-
mayor concurrencia, media docena de asaltantes ar- vadoreño, los de Vacaciones Unidas
mados con fusiles F AL y granadas de fragmentación, se
tomaron el tiempo para despojar de sus pertenencias a ¿Otra cultura?
cada uno de los más de 70 clientes. Este tipo de asalto " El Salvador vive una mutación cultural. El país se
masivo se repite con frecuencia en distintas zonas de Ja e ncuentra en un período trascendental de cambios que
capital. Las carreteras del interior del país también son ' Stán configurando su perfil para el próximo siglo. No
escenario diariamente de atracos perpetrados -según se trata de los resultados de una insurrección triunfante,
las denuncias- por bandas integradas por exsoldados ni de un golpe militar, ni de una invasión extranjera,
o exguerrilleros. cada uno de los cuales cambia abruptamente - a su
Más allá del incremento de la delincuencia, el hecho manera-, la arquitectura de un país. Se trata de una
es que la finalización de la guerra ha conllevado una mutación cultural, de una transformación muy rápida".
evidente desmilitarización no sólo de San Salvador, si- Este enfoque, extraído de un artículo de la académica
no de la mayor parte del territorio nacional. Este fe- Breny Cuenca publicado en el último número de la
nómeno, ya convertido en rutinario para la población revista Tendencias, no es compartido sin embargo por
local, llama la atención de observadores y estudiosos otros analistas, quienes sostienen que la ausencia de un
foráneos, algunos de los cuales se preguntan sobre el proyecto cultural de izquierda determina que la única
impacto que este proceso de desmilitarización podría mutación cultural real que se haya producido hasta
tener sobre la sociedad civil en el mediano y largo pla- ahora sea la adopción de los patrones culturales con-
zo. Se trataría de una probable mutación cultural que seivadores dominantes por parte de la izquierda.
incidiría tambien en el perfil de las instituciones políti- Significativamente, la mayoría de observadores y
cas. estudiosos centran su atención en las modificaciones
No obstante, en lo inmediato, una pregunta que pesa experimentadas por el FMLN luego del inicio del cese
en el ambiente es hasta dónde perderá sus privilegios la de fuego, en tanto que apenas se fijan en los cambios en
casta militar. Pese a que el informe confidencial de la la conducta de las fuerzas de derecha.
Comisión Ad-hoc --encargada de evaluar a la oficiali- El segundo fin de semana de octubre pasado fue
dad castrense- ya fue entregado al secretario general revelador de la nueva dinámica que vive El Salvador: el
de la ONU y al presidente Cristiani, quizás aún sea sábado 10, el FMLN hizo su primer esfuerzo de mo-
demasiado pronto para responder a tal interrogante. vilización a nivel nacional para conmemorar el 12
Muchos consideran que los militares aceptan los a- aniversario de su fundación; un día después, el do-
cuerdos y se contienen no por un cambio de mentali- mingo 11, la gubernamental Alianza Republicana Na-
dad sino por la presión internacional y la presencia de cionalista (Arena) realizó su Convención Nacional para
la Misión de Observadores de las Naciones Unidas celebrar sus 11 años de existencia.

106 107
Un proceso de cambio en la cultura política del país
resulta, pues, innegable. Las potencialidades de este
cambio, su irreversibilidad, su naturaleza, son motivo
de un debate que en eJ fondo apunta a Ja eventua]
construcción de una nueva nación.
El taiwancito de Centroamérica

"No le des más vueltas al asunto: Ja salvadoreña es una


cultura de comerciantes, de mercaderes, sin concepto
d e la historia ni preocupación por fas ideas; una cultura
ágrafa, sin vocación de registro, donde los políticos son
iletrados, sin preocupaciones intelectuales, y los ricos
son más mulas todavía", me dijo Pepe Pindonga, un
a migo de errancias, un escéptico con estudios de an-
tropología, quien pasó los últimos diez años de su vida
en la capital mexicana y ahora busca reinsertarse a sus
orígenes.
"Por eso no hay un solo periódico decente, ni libre-
rías, ni casas editoriales" , agregó. "Por eso los inte-
lectuales no tienen ningún peso en Ja vida del país: el
analfabetismo funcional de los ricos y de los políticos es
de antología. La televisión les parece lo máximo. A la
mayoría de ellos pedirles que lean un libro sería como
exigirles una misión imposible".
Yo intenté defender lo poco, hablar de tradiciones,
hurgar en la historia, recurrir a las excepciones. Pero
Pepe Pindonga arremetió con todo: " ¿Cuándo has oído
hablar de los grandes pensadores o de los escritores
universales de Taiwán, Hong Kong o Singapur? Esos
son países de fabricantes, de vendedores, de merca-
chifles. Igualito será El Salvador ahora que ha llegado la
paz. Vos sos de los ilusos que cree que habrá un re-

Publicado en Pensamiento Propio, n o viembre d e 1992, Managua.

108 109
nacimiento cultural, que la reconstrucción significar
algo así como una primavera del pensamiento y de la
artes. Puras fantasías. Unicamente florecerá la maquil
y el comercio. Y finalmente podremos convertirnos en
el taiwancito de Centroamérica
Pepe Pindonga es un provocador nato, un exper•·
mentado atleta de la crueldad mental. Una vez más nll'
dije que tomarlo en serio no es saludable sobre todo si
se padece del hígado.
Y eso no tiene nada que ver con la derecha o Ja
izquierda", insistió. "Es factor de idiosincracia nacional.
El desprecio de nuestra clase dirigente al mundo de las
cuatro
ideas es un reflejo de la mentalidad del comerciante.
Por ejemplo: decirte <•poeta» en Honduras o Nicaragua
es expresión de reconocimiento, en El Salvador es un
insulto".
Le dije que su visión era maniquea y su conocimiento
del país atrasado, congelado en el tiempo, que ahora las
cosas estaban cambiando, que no se amargara, a todos
nos ha costado el regreso y la readaptación. Pero la
necedad es otro atributo de Pepe Pindonga: "El sueño
de los ricos de convertinos en el «Japón de Centro-
américa», esa m_ayúscula estupidez ahora renace con e)
fin de Ja guerra. Nosotros somos comerciantes de
chucherías, de espejitos, sin nada que se parezca a la
tradición japonesa. Por eso te digo, convertimos en el
taiwancito de Centroamérica es a lo sumo que podemos
aspirar

110
Adiós, poeta...

"Yo, a su edad, era igual de flaco que usted. Pero era,


además, extremadamente lúgubre. Me vestía siempre
de murciélago... ", dice Jorge Edwards que alguna vez le
dijo Pablo Neruda. Edwards era entonces un muchacho
veinteañero, cuentista prometedoc y carne de diploma-
cia. Ahora, 40 años después de aquella primera con-
versación con el gran poeta, Edwards (Chile, 1931)
presenta este libro de revelaciones pcudentes, casi púdi-
cas, cuyo título, Adiós, poeta ... (Tusquets Editores, Bar-
celona, 1990, 323 pp.), expresa más que una despedida,
un recordatorio, la nostalgia motivada por uno de los
principales poetas en lengua castellana.
"Este es un libro de memorias muy personal en el
que el personaje pcincipal es Pablo Necuda", explicó el
autor luego de recibir el ID Premio Comillas. La amistad
de Edwards con Neruda se mantuvo a lo largo de los
años, hasta que el poeta murió en 1973, canceroso,
entristecido, dos semanas después del golpe perpetrado
por el general Augusto Pinochet, en su casa de Isla
Negra, frente al mar, en el mismo sitio que Edwards
recrea a través de diversas personalidades del mundo
literario chileno de los años 50 y 60. Las anécdotas sobre
las civalidades viscerales entre Neruda, Vicente Hui-
dobro, Pablo de Rokha y Nicanor Parra, por ejemplo,
son apenas un detalle de este espléndido retrato de
época.
Desde estas páginas el lector podría imaginarse a

113
Neruda como un gordo exótico, con movimientos y
presencia de tortuga marina, degustador de manjares y
buen vino, coleccionista empedernido, político lateral,
conocedor inquisitivo, autodidacta audaz.
La solapa del libro, sobre Edwards, dice: "Autor de
cuatro libros de cuentos, uno de escritos ensayísticos, El «Chejov americano»
cinco novelas y de la «novela poJítica sin ficción», Per-
sona non grata, testimonio revelador e incómodo sobn-
su experiencia en la Cuba de Fidel Castro, que suscitó Esa calurosa medianoche del 2 de julio de 1904, cuando
una polémica aún inacabada y que Adiós, poeta ... vol- el doctor Schwohrer llegó a la habitación de Anton Che-
verá sin duda a reavivar desde una reflexión menos jov, en un hotel del balneario de Bandeweiler, en la
mediatizada y más madura Selva Negra alemana, al escritor ruso --corroído por la
Vale la pena recordar este incidente: Edwards fue el tuberculosis- apenas le quedaban unas horas de vida.
primer jefe de misión diplomática que el gobierno Luego de examinar al paciente, el doctor manifestó su
socialista de Salvador Allende envió a La Habana, pero intención de traer oxígeno. "¿Para qué? Antes de que
el escritor cometió la imprudencia de establecer una llegue seré un cadáver", dijo Chejov. Entonces, en un
estrecha amist.a d con el poeta disidente Heberto Padilla gesto que lo haría pasar a la historia, el doctor Schwoh-
y de enemistarse con Fidel Castro, quien lo declaró rer hizo que el botones subiera tres copas y una botella
persona non grata. Neruda salió en ayuda de su amigo y de champaña. Chejov, su esposa Oiga y el médico brin-
se lo llevó como su secretario a la embajada en París. daron y bebieron hasta que el escritor expiró.
Eran los años del Neruda enfermo de la próstata, en- Sucintamente, la anterior reconstrucción imaginaria
vejecido, pero también del recibimiento del Premio constituye el argumento del relato Tres rosas amúrillas,
Nobel. que además de dar título al último libro del escritor
Escrito en una prosa sugestiva y elegante, el libro de estadunidense Raymond Carver (1939-1988), es una a-
Edwards se inscribe en una tradición narrativa que os- legoría del propio destino de Carver, quien falleció en
cila entre el virtuosismo de José Donoso y la simplici- pleno apogeo de su carrera a causa de un cáncer pul-
dad de Isabel Allende. Se trata de un daguerrotipo par- monar.
cial, delicado, casi íntimo, del poeta. Autor de cuatro libros de relatos -los otros son
Catedral, De qué hablamos cunndo hablamos de amor y¿ Quie-
res hacer el favor de callarte, por favor? (todos publicados
en versión castellana por la editorial Anagrama)-,
Carver ha sido considerado el cuentista estadunidense
más revelador de las últimas décadas, a tal grado que
algunos críticos lo han llamado precisamente el «Chejov
americano».

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Sus relatos son cuadros de una cotidianidad asfi-
xiante, donde los personajes se desgarran silenciosa-
mente, sin alternativas. ¿Sus personajes? En su mayoría
pr_c>eeden de la clase media baja norteamericana, per-
dedores esenciales, alcohólicos irredentos, obreros
embrutecidos, matrimonios hechos trizas. Y es que Car- La ciudad enferma
ver representa la antítesis del «sueño americano», no la
decadencia sino la miseria espiritual, la mezquindad.
El estilo de Carver es breve, conciso; su lenguaje Pocos escritores han detestado a su ciudad de origen
directo, sin rebuscamientos, apenas indispensable para con tal intensidad como lo hizo Thomas Bemhard (1931-
que s us criaturas mascullen sus angustias. El cuentista 1990). Pocos escritores han sido tan implacables, tan
no propone, ni busca denunciar, pero su retrato es cruel, desgarradoramente crueles, con sus conciudadanos y
profundo, demoledor. su cultura, como lo fue Thomas Bemard. Salzburgo, ese
De Carver, cuando aún estaba con vida, uno de sus jardín de músicos célebres, también formó a este es-
reseñistas escribió: "Ha vivido en docenas de lugares y pecimen solitario, misántropo y suicida, el más pro-
trabajado en incontables ocupaciones ocasionales y mal vocador e insólito escritor austriaco contemporáneo.
pagadas, debatiéndose en la más absoluta p0breza, con "Mi ciudad de origen es en realidad una enfermedad
un matrimonio des trozado y graves problemas de alco- mortal", dice Bernhard en su primera novela auto-
hol durante largos años. Tras haber enseñado literatura biográfica, llamada precisamente El origen (1975), y que
en varias universidades y haber obtenido numerosos junto a El sótano (1978), El aliento (1978), El frío (198~) y
galardones, actualmente puede dedicarse sólo a escribir, Un niño (1982) -publicadas en castellano por la Edito-
ya que la American Academy and lnstitut of Arts and Let- rial Anagrama- , constituyen lo que Bernhard deno-
ters le ha otorgado su beca más generosa". minaba el ciclo novelístico de su antieducación.
Perteneciente a una de las tradiciones cuentísticas "Todo en esa ciudad está en contra de lo creador, y
más sólidas de este siglo, Carver forma parte de esa aunque se afirme lo contrario cada vez más y con
zaga que, desde Faulkner y Hemingway, ha producido vehemencia cada vez mayor, la hipocresía es su fun-
maestros como J.D . Salinger, Carson McCullers y damento, y su mayor pasión la falta de espíritu, y donde
Truman Capote, entre otros. quiera que la fantasía se atreva a mostrarse siquiera en
ella, es extirpada", afirma el escritor que, además de sus
libros autobiográficos, publicó más de 30 novelas,
narraciones y obras de teatro.
"La ciudad es para quien la conoce y conoce a sus
habitantes, un cementerio en la superficie hermoso, pe-
ro bajo esa superficie en realidad horrible". Y es que
Salzburgo no es más que "un museo de la muerte, frío y

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expuesto a todas las enfermedades y vilezas". Una ciu-
dad que representa "no una desilusión sino un espan-
to".
Miguel Sáenz, quizás el principal traductor al espa-
ñol de Bemhard, se refiere así al virtuosismo verbal del
escritor: "Las repeticiones, las variaciones, las frases El oficio de escribir
meándricas y la utilización paranoica de algunas ex-
presiones están ampliamente representadas, como tam-
bién el seguro instinto musical de su autor". "Los escritores como clase me parecen hipersensibles y
En un libro que incluye discursos, entrevistas y ensa- subalimentados espiritualmente. Me repugna ese pe-
yos de y sobre Bernhard, titulado Tinieblas (Editorial queño destello en el fondo de sus ojos esperando el
Gedisa, Barcelona, 1987, 235 pp.), el crítico Jean Louis elogio del último libro o cuento", escribió Raymond
de Rambures afirma: "Un bloque errático erguido en Chandler a finales de 1948, en una carta dirigida a Leo-
medio del paisaje literario de nuestra segunda mitad nore Offord, crítica literaria del San Francisco Chronicle.
del siglo XX. Una marca verbal. Un discurso que se Duro, incisivo y casi arrogante --como su célebre
destruye a medida que se construye. Un universo don- detective Philip Marlowe-, Chandler (1888-1959) es de
de la muerte, la locura y el crimen constituyen los Icit- los pocos escritores de novela policiaca que ha re-
motivs obsesivos. Tal es la obra novelística de Thomas flexionado sobre el oficio de escribir, no sólo en ensayos
Bernhard". y artículos («Apuntes sobre la novela policial», quizás
En una reflexión sobre su escritura, Bernhard dijo: sea el más sobresaliente), sino también en su correspon-
"El problema es terminar con nuestro trabajo, y eso dencia dirigida a amigos, críticos y editores, publicada
significa con la repugnancia interior y la estupidez exte- bajo el título de Cartas y escritos inéditos (Ediciones de la
rior. Eso significa pasar por encima de mí mismo y(... ) Flor, Buenos Aires).
por encima de todo. Es una cuestión de constitución del "La gente a la que Dios o la naturaleza destinan a ser
espíritu y de concentración del espíritu y de aislamien- escritores encuentran sus propias respuestas, pero para
to, de distancia, de monotonía, de utopía, de idiotez". los que tienen que preguntar es imposible la ayuda. Son
Ese muchacho que a los 14 años deambulaba entre nada más que personas que quieren ser escritoras",
los cadáveres de sus compatriotas víctimas de los bom- expresó Chandler, quien se metió de lleno como escritor
bardeos aliados, se convirtió al paso de los años en el profesional a sus 40 años de edad, luego de trabajar
heredero de una tradición narrativa cuyos basamentos como alto ejecutivo de una compañía petrolera cali-
son Robert Musil y Hermann Broch. forniana.
"En el preciso instante en que un hombre empieza a
hablar de técnica, demuestra que se le han agotado las
ideas", agregó. "Pienso que algunos escritores están
constreñidos a escribir con frases rebuscadas a ma-

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nera de compensación por la ausencia de algún tipo de
emoción animal natural. No sienten nada, son eunucos
literarios, y por lo tanto, para probar su individualidad,
caen en una terminología oblicua". De igual manera,
"las ideas son veneno", pues "cuanto más se razona
menos es lo que se crea". Ese maldito yo
Para Chandler, "lo más perdurable de la literatura es
el estilo, y el estilo es la inversión más valiosa que un
escritor puede hacer de su tiempo". Porque "una buena "Las religiones, al igual que las ideologías, que han
novela no se la inventa, se la destila". heredado sus vicios, no son en el fondo más que cru-
Sobre su método de trabajo, el autor de El largo adiós zadas contra el humor", afirma E.M. Cioran, ese apá-
afirmó: "Leo constantemente cómo los autores dicen trida (nacido en Rumanía en 1911) maestro del aforis-
que jamás esperan que llegue la inspiración; lo que ellos mo, uno de los más desconcertantes filósofos contem-
hacen es sentarse a sus escritorios todas las mañanas a poráneos, heredero de los mejores escépticos y cínicos.
las ocho, con lluvia o sol, con los restos de una borra- "Romper con los dioses, con los antepasados, con la
chera, un brazo roto, o lo que sea, y vomitan su pequeña lengua y con el país propios, romper sin más, es cier-
cuota (...) Yo, en cambio, aguardo la inspiración, aun- tamente una experiencia terrible, pero también e-
que no la llame necesariamente con ese nombre. Estoy xaltadora, una experiencia que buscan ávidamente los
y
convencido de que todo lo que se escribe respira algo desertores y más aún los traidores", dice en su libro Ese
de vida está hecho con el plexo solar". maldito yo (Tusquets, Barcelona 1988), el filósofo resi-
Al editor de la revista Mystery Writers of America, dente en París desde 1937 y quien considera que "las
Chandler le confesó: "Para escribir me he impuesto a mí hazañas sólo son posibles en las épocas en que la auto-
mismo tres reglas que son absolutas: jamás aceptar ironía no ha hecho aún estragos''.
consejo; jamás mostrar o discutir un trabajo en marcha; Cioran asegura que "el hecho de que la vida no tenga
jamás contestarle a un crítico". ningún sentido es una razón para vivir, la única en
No obstante, Chandler reconoció que "ningún escri- realidad". Y agrega: "Los únicos acontecimientos im-
tor, en ninguna época, recibió jamás un cheque en blan- portantes de una vida son las rupturas. Ellas son tam-
co. Siempre tiene que aceptar algunas condiciones que bién lo último que se borra de nuestra memoria".
se le imponen desde afuera, respetar ciertos tabúes, tra- Autor de una decena de libros (entre los que desta-
tar de congraciarse con cierta gente ( ...) Si no acepta can Breviario de podredumbre, Silogismos de la amargura y
estas cosas, se rebela contra ellas. En ambos casos su Del inconveniente de haber nacido), el filósofo es maestro
trabajo está condicionado por ellas". de la ironía: "Fueron Schopenhauer y Nietzsche quienes
mejor hablaron en el siglo pasado del amor y de la
música. Sin embargo, los dos no frecuentaron más que
los burdeles y en cuestión de músicos, el primero adora-

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ba a Rossini y el segundo a Bizet".
Su visión de las mujeres también resulta provoca-
dora: "Si prefiero las mujeres a los hombres es porque
ellas tienen la ventaja de ser más desequilibradas, es
decir, más complicadas, más perspicaces y más cínicas,
por no hablar de esa misteriosa superioridad que confiere El arte de la provocación
una esclavitud milenaria
La herencia tampoco se salva: "La mayoría de nues-
tros achaques proceden de lejos, de alguno de nuestros "Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy
antepasados, echado a perder por sus excesos. Nosotros un genio. Claro que podría ser todas esas cosas dudosas
pagamos sus desenfrenos: no tenemos ninguna necesi- y, no obstante, ser un santo. Pero aún no soy un santo;
dad de beber, él habrá bebido ya por nosotros. Esa no, señor". Esta declaración pertenece a un enano in-
resaca que a veces nos sorprende tanto es el precio que solente, provocador, confidente de las estrellas de su
pagarnos por sus euforias". época, entrevistador de criminales, traidor del jetset
He aquí su descripción de un amigo: "Incorrecto newyorquino, uno de los más audaces y exitosos es-
hasta lo intolerable, mezquino, desastrado, insolente, critores estadunidenses, el controvertido Truman Capote
sutil, intrigante y calumniador, captaba los menores (1924-1984).
matices de todo, gritaba feliz ante una exageración o "Los escritores, cuando menos aquellos que corren
una broma ... Todo en él era atrayente y repulsivo. Un auténticos riesgos, que están dispuestos a jugarse el
,c analla al que se echa de menos". todo por el todo y llegar hasta el final, tienen mucho en
Cioran es un consumado escéptico: "Sobre un pla- común con otra casta de hombres solitarios: los in-
neta gangrenado deberíamos abstenernos de hacer pro- dividuos que se ganan la vida jugan9.o al billar y dando
yectos, pero seguimos haciéndolos, dado que el opti- cartas", confiesa Capote en el prefacio de su libro Música
mismo es, como se sabe, un tic de agonizante". para camaleones (Editorial Anagrama, Barcelona, 1988).
Y sobre el oficio de escribir comenta: "Es la humani- En este libro Capote incluye una desconcertante
dad tarada lo que constituye la materia de la literatura. autoentrevis ta, titulada «Vueltas nocturnas, o expe-
El escritor se felicita de la perversidad de Adán, y pros- riencias sexuales de dos gemelos siameses» en la que
pera únicamente en la medida en que cada uno de refiere anécdotas sobre su popularidad:
nosotros la asume y renueva". "La otra noche estaba sentado con unos amigos en
un bar atestado de gente en Key West. En una mesa
vecina, había una mujer medianamente bebida con su
marido, completamente borracho. Al poco, se me acercó
la mujer y me pidió que le firmara una servilleta de
papel. Al parecer, eso no gustó al marido; vino dando
bandazos a nuestra mesa y, después de abrirse la

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bragueta y sacar todo el aparato, dijo: «Ya que está
dando autógrafos, ¿por qué no me firma esto?». Las
mesas de alrededor se quedaron en silencio, así que
muchísima gente oyó mi respuesta, que fue: «No sé si
cabrá nú firma, pero quizá pueda ponerle mis inicia-
les»". El viejo Onetti
En ese mismo libro --en el que destaca un exquisito
retrato de su amiga Marilyn Monroe-, un personaje
afirma: "Hay dos cosas que me dan verdadero miedo. Ya cumplió 82 años. Vive encerrado, en su apartamento
Las serpientes y las mujeres. Tienen muchas cosas en de Madrid, metido en cama, bebiendo vino, fumando y
común. Una de ellas: lo último que se les muere es la leyendo novelas policiacas. A veces escribe, o todo el
parte de abajo". tiempo. Dice que ya vivió lo que le tocaba: el cansancio,
Autor de la célebre novela sin ficción A sangre fría y hermano. No quiere regresar a morir a su Montevideo
de varios hbros de cuentos y reportajes, Capote dejó natal. Se queja : la pereza de los aviones sobre el
inéditos los primeros capítulos de la novela que escribía Atlántico, la fatiga de un imbécil como compañero de
al morir. Titulada Plegarias atendidas (Editorial Anagra- asiento y la certeza de que la azafata le serviría los
ma, Barcelona, 1988), esta obra inconclusa relata la martinis exactamente como a él le disgustan; también
azarosa vida de P.B. Jones, un gigolo desenfadado y está el rencor contra quienes lo echaron al exilio, hace
arribista, aspirante a escritor, tan cínico y crudo como casi 20 años.
su creador, quien se autodefine así: "Yo sabía que era Pero no siempre fue así. Su primera novela corta, El
un hijo de puta, pero me perdonaba a nú mismo, ya que pozo (1939), la escribió mientras era el entusiasta jefe de
al fin y al cabo era un hijo de puta nato, un joven con redacción del semanario Marcha, recién fundado por el
talento que sólo estaba comprometido con su talento". maestro Carlos Quijano. Ese mismo cargo, décadas más
En otra escena, una amiga pregunta a P.B. Jones: tarde, lo ocuparían mozalbetes como Mario Benedetti y
"-Dígame, ¿qué espera usted de la vida? Aparte de Eduardo Galeano. Ninguno heredó, sin embargo, la
fama y dinero; eso ya lo doy por supuesto. pasión del viejo por los lupanares y el trago, ni su prosa
- No sé lo que espero - le dije-. Sé lo que me tremenda, seductora, de ritmo lento, para paladear.
gustaría; me gustaría ser un adulto. Las entrevistas con su compatriota y crítico Jorge
Colette levantó y bajó sus pintados párpados con el Rufinelli son las que revelan sus mejores facetas . Su
lento movimiento de alas de un águila azul: nostalgia precisa por la vida nocturna de aquel Buenos
-Ah, pero eso --dijo- es lo único que ninguno de Aires, sus años de publicista y corresponsal de Reuters
nosotros podremos ser nunca, personas adultas." frente a la desembocadura del Río La Plata, los boliches
donde se inventó a Larsen, a Díaz Grey, a Jorge Mala-
bia, al comisario Medina, a la Moncha lnsurralde, a
todos esos personajes que pueblan su Santa María, hija

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confesa de la Yoknapatawpha de Faulkner, menos a ·
greste, más sugestiva.
Se autodefinía como un perdedor profesional, hasta
que llegó el Premio Cervantes 1980, y las palabras de
agradecimiento del Rey Juan Carlos y de Iberoamérica
por su aporte a la lengua castellana, pero él ya tenía 71 Homenaje a Diderot
años, demasiado viejo para cambiar costumbres. Desde
entonces habrá decidido encerrarse.
Algunos prefieren sus novelas cortas: Los adioses Saber distinguir las grandes influencias, obsesionarse
(1954), Para una tumba sin nombre (1959), La novia robada con ellas, aceptarlas sobre todo. El escritor checo Milan
(1967). Otros, sus cuentos, como la colección El infierno Kundera (1929) disfruta con esto: hace de su deuda un
tan temido (1962). Sus obras de largo aliento son Tierra de placer; desnuda sus raíces sin pudor, más bien con cier-
nadie (1941), La vida breve (1950), ]untacadáveres (1965), El ta coquetería. Sin Kafka no hubiera podido comenzar El
astillero (1961) y Dejemos hablar al viento (1976). libro de la. risa y el olvido (Seix Barral, Barcelona, 1981),
Su último libro publicado, la novela corta Cuando quizás no hubiera habido buena parte de su obra.
entonces (Mondadori, Madrid, 1987), vuelve a situarse Hermann Broch se le impuso de otra manera, a través
en la Santa María que el comisario Medina había in- de Los sonámbulos, esas tres magistrales novelas a las
cendiado al final de Dejemos hablar al viento, la ciudad que Kundera dedica un sesudo ensayo en su libro El arte
mítica desde donde Lamas, director del periódico local, de la novela (Editorial Vuelta, México, 1989).
rememora la historia de Magdalena, puta de Buenos Pero las más queridas influencias de Kundera no son
Aires, amante de un agregado militar vecino, enamora- de este siglo, ni de su cultura nacional, al menos como
da, la pobre. Otra vez la nostalgia, la traidora piedad. novelista. El lo dice: viene del siglo XVIII, de Denis
Se le han pedido definiciones, sobre todo políticas, Diderot y Laurence Sterne, de f acques el Fatalista y de
pero Onetti las evita; sabe reconocer a los hijos de puta Tristam Shandy, de esa pasión por la libertad, el juego y
en el bando en que se encuentren. Además, repite el la risa; de esa mueca pícara que se repite a través de los
Eclesiastés, al mascullar: "Todo es vanidad". tiempos. Prefiere este veta a la otra inaugurada por
Harto de poses, lej<;-s del protagonismo, inmune a los Samuel Richardson, sentimental, que se regodea en el
revoloteos de la fama, antípoda de los escritores que hombre encerrado en sí mismo, angustiado en la pose
opinan sobre todo, el viejo Onetti se impone como uno de la emoción.
de los pilares de la narrativa iberoamericana de este "La verdad es que no amo tanto el siglo XVIII, amo a
siglo. Diderot. Y para ser aún más sincero: amo sus novelas. Y
todavía con mayor precisión: amo Jacques el Fatalista".
Tan es así que Kundera escribió una obra de teatro, un
«Homenaje a Denis Diderot» (así se subtitula), no una
adaptación, sino "mi propia obra concebida en un esta-

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do de admiración", titulada precisamente facques y su
amo (Tusquets Editores, Barcelona, 1986).
"La novela de Diderot es una exposición de im-
pertinente libertad sin autocensura y de erotismo sin
coartada sentimental", dice Kundera en la introducción
de su homenaje. "Diderot crea un espacio jamás visto El escritor y sus fantasmas
antes de él en la historia de la novela: es un escenario sin
decorado: ¿de dónde han venido? No se sabe. ¿Cómo se
llaman? No nos concierne. ¿Qué edad tienen? No, Dide- Ernesto Sabato (Argentina, 1911) es un escritor excep-
rot no hace nada para hacernos creer que sus personajes cional en el ámbito latinoamericano: su profundo espí-
existen realmente y en un momento determinado. En ritu creador y su rigurosa formación científica (trabajó
toda la historia de la novela mundial, facques el Fatalista como físico experto en radiaciones atómicas hasta que
es el rechazo más radical tanto de la ilusión realista abandonó la ciencia para dedicarse a la literatura) han
como de la estética de la novela llamada psicológica". producido una mente de singular lucidez, preocupada
Kundera describe así su comedia: "Esta variación- por las esencialidades del ser humano.
homenaje es un encuentro múltiple: el de dos escritores, "La literatura no es un pasatiempo ni una evasión,
pero también el de dos siglos. Y el de la novela y el sino una forma --quiza la más completa y profunda-
teatro. La forma de una obra dramática siempre fue de examinar la condición humana", dice Sabato en El
mucho más rígida y normativa que la de la novela. El escritor y sus fan.tamas (Sebe Barral, Barcelona, 1983). "Que
teatro jamás tuvo su Laurence Sterne. Escribí, pues, no yo sepa, escritores como Sófocles, Dante y Shakespeare
sólo un «.homenaje a Diderot», sino también un «ho- no se propusieron la belleza como fin, sino el exameTt de
menaje a la novela», procurando otorgar a mi comedia nuestra condición humana, la exploración de sus abis-
esa libertad formal que Diderot-novelista descubrió y mos y límites. Es claro que en este trabajo se encuentra
que Diderot-autor de teatro jamás conoció". la belleza, pero no aquella que se logra cuando se la
El trabajo de Kundera consiste, pues, en el desarrollo busca por sí misma, sino otra: grande y trágica, des-
de esas "inmensas posibilidades lúdicas de la novela" garrada por la disonancia y el horror".
que descubrió Sterne y que años después siguió Dide- Enemigo de subterfugios y mascaradas, Sabato
rot. Y es que "ninguna novela digna de ese nombre se propone una literatura de situaciones límites: "El hom-
toma el mundo en serio. Además, ¿qué quiere decir bre de hoy vive a alta presión, ante el peligro de la
«tomarse el mundo en serio»? Quiere seguramente de- aniquilación y de la muerte, de la tortura y de la sole-
cir: creer en lo q,ue el mundo quiere hacernos creer. dad. Es un hombre de situaciones extremas, ha llegado
Desde Don Quijote hasta Ulises, la novela cuestiona lo o está frente a los límites últimos de su existencia. La
que el mundo quiere hacernos creer". literatura que lo describe e indaga no puede ser, pues,
sino una literatura de situaciones excepcionales".
Para Sabato, "la inmensa mayoría escribe porque

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buscan fama y dinero, por distracción, porque mera-
mente tienen facilidad, porque no resisten la vanidad
de ·ver su nombre en letras de molde. Quedan entonces
los pocos que cuentan: aquellos que sienten la necesi-
dad oscura pero obsesiva de testimoniar su drama, su
desdicha, su soledad. Son los testigos de una época. Son Libro del desasosiego
hombres que no escriben con facilidad sino con des-
garramiento".
Sin embargo, "nada más equivocado que pedirle a "Hoy he llegado, de repente, a una sensación absurda y
la literatura el testimonio de lo social o lo político. Escri- justa. Me he dado cuenta, en un relámpago íntimo, de
bir en grande, simplemente es, sin más atributos. Pues que no soy nadie. Nadie, absolutamente nadie. Cuando
si es profundo, el artista inevitablemente está ofrecien- brilló el relámpago, aquello donde había supuesto una
do el testimonio de él, del mundo en que vive y de la ciudad era una llanura desierta; y la luz siniestra que
condición humana del hombre de su tiempo y circuns- me mostró a mí no reveló un cielo encima de ella. Me
tancia". han robado el poder de ser antes de que el mundo
Crítico de las relaciones del «Estado contra el fuese".
artista», desde -Confucio y Platón hasta la época actual, Fernando Pessoa (1888-1935), el más grande poeta
Sabato dice a propósito de la revolución francesa: "La portugués, astrólogo, médium, ensayista y traductor.
revolución arrasa con el arte y no produce ningún escri- Su vasta obra poética, firmada bajo su propio nombre o
tor de importancia, guillotinando al único poeta de su bajo el de sus heterónimos (Alberto Caeiro, Ricardo
tiempo". Y más adelante sostiene: "El escritor de ficcio- Reis y Alvaro de Campos), y en su mayor parte conoci-
nes profundas es en el fondo un antisocial, un rebelde, y da póstumamente, lo convierte en una figura capital de
por eso es a menudo compañero de ruta de los mo- la cultura de nuestro tiempo.
vimientos revolucionarios. Pero cuando las revolucio- "Soy los alrededores de una ciudad que no existe, el
nes triunfan, no es extraño que vuelva a ser un rebelde". comentario prolijo a un libro que no se ha escrito. No
Las reflexiones de El escritor y sus Jantamas no son soy nadie, nadie. No sé sentir, no sé pensar, no sé que-
"gratuitas o ingeniosas ideas o doctrinas, sino ca- rer. Soy una figura de novela por escribir, que pasa
vilaciones de un escritor que encontró su vocación aérea, y deshecha sin haber sido, entre los sueños de
duramente, a través de ásperas dificultades y peligrosas quien no supo contemplarme".
tentaciones, debiendo elegir su camino entre otros que El Libro del desasosiego (Seix barral, Barcelona, 1985,
se le ofrecían en una encrucijada, tal como en ciertos 399 pags.), al que pertenecen los párrafos citados, perma-
relatos infantiles, sabiendo que uno y sólo uno conducía neció inédito durante 40 años. Se trata de un mosaico de
a la princesa encantada". reflexión y creación, en el que se mezclan el diario ínti-
mo, el poema en prosa, el ensayo y la narración.
"Mi alma es un maelstrom negro, vasto vértigo al-

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rededor del vado, movimiento de un océano infinito en
torno a un agujero de nada, y en las aguas que son más
giro que aguas boyan todas las imágenes de lo que he
vi~to y oído en el mundo", dice Pessoa.
Y agrega: "Y yo, verdaderamente yo, soy el centro
que no existe en esto sino mediante una geometría del Recuerdo de los decimonónicos
abismo; soy la nada en torno a la cual gira este mo-
vimiento, sin que ese centro exista sino porque todo
círculo lo tiene. Yo, verdaderamente yo, soy el pozo sin "El otro día me preguntaba un amigo, sutil filósofo
muros, pero con la viscosidad de los muros, el centro de catalán: «Oye, ¿te acuerdas de los marxistas? ¿Qué ha-
todo con la nada alrededor". brá sido de ellos?» Y yo, en efecto, me acordé de los
Las muestras del desasosiego abundan: "Todo se me marxistas, pero no supe contestarle qué ha sido de ellos.
evapora. Mi vida entera, mis recuerdos, mi imaginación Tampoco voy a decir que los eche frenéticamente de
y lo que contiene, mi personalidad, todo se me evapora. menos. Ni los aborrezco retrospectivamente ni los año-
Continuamente siento que he sido otro, que he sentido ro: es decir, no soy un ex. Pero en cambio me fastidia de
otro, que he pensado otro. Aquello a lo que asisto es un modo positivo ver que los antimarxistas les han. so-
espectáculo con otro escenario. Y aquello a lo que asisto brevivido y aún están entre nosotros. Que los enemigos
soy yo". fanáticos de Marx hayan durado más que sus par-
Entonces, ansioso, el poeta se pregunta: "Dios mío, tidarios fanáticos, eso sin duda es un tanto que hay
Dios mío, ¿a quién asisto? ¿Cuántos soy? ¿Quién es yo? que apuntarle a Marx". Lo dice el filósofo e~pañol
¿Qué es este intervalo que hay entre mí y mí?". Fernando Savater, en el capítulo «Marx y los liberta-
De acuerdo con el renombrado crítico y académico rios», de su libro l.As razones del antimilitarismo (Editorial
Roman Jakobson, "el nombre de Fernando Pessoa exige Anagrama, Barcelona, 1984).
ser incluido en la lista de los grandes artistas mundiales "Como moderado filo-anarquista que soy, lo que más
nacidos en el curso de los años 80: Stravinsky, Picasso, me fastidia es ver como cierto antim.arxismo primario
Joyce, Braque, Khlebnikov, Le Corbusier. Todos los ras- (confundido las más de las veces con secundario an-
gos de este gran equipo de artistas aparecen conden- ticomunismo) prospera entre mis compañeros liber-
sados en el poeta portugués". tarios", se queja Savater, autor de numerosos libros co-
Escrito desde 1912 hasta el año de la muerte del mo Panfleto contra todo e Invitación a la ética. "Lo cu~oso
poeta, el Libro del desasosiego significa una aventura, un es que, en principio, Marx y los pensadores anarqwstas
buceo, el sumergimiento e!l uno de los espíritus tienen infinitamente más en común de lo que suele
creadores más lúcidos y enigmáticos de nuestro tiempo. suponerse. Para empezar, comparten el rechazo básico
del Estado como estructura oligárquica de poder
superpuesta a la efectiva vitalidad de lo soc_ial. ~~ién
coinciden en su ateísmo (es decir, su anticlancahsmo

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133
razonado a fondo, tan minimizado a veces, ay, en nues-
tros días), su antibelicismo y antimilitarismo, y su re-
chazo de los exclusiVismos nacionalistas. Tanto Marx
como Bakunin fueron explícitamente antiburocráticos,
aunque lo cierto es que el segundo tuvo la perspicacia
de adelantar proféticam.ente las probabilidades de escle- La guerra de Galio
rosis burocrática que auspiciaba la doctrina política del
primero".
Savater recuerda, sin embargo, la "profunda he- "Todos los personajes de esta novela, incluyendo los
terogeneidad de caracteres" entre ambos pensadores. reales, son imaginarios", advierte el escritor mexicano
Al respecto, cita una carta personal: "Nunca hubo Una Héctor Aguilar Camín al inicio de La guerra de Galio (Cal
intimidad franca entre nosotros -<:ontó luego Baku- y Arena Editores, México, 1991, 590 pp.), una obra que,
nin-. Nuestros temperamentos no lo permitían. El Ine tal como la describe el personaje al que se atribuye su
llamó idealista sentirnental y tenía razón; yo lo llamé construcción, "es algo menos y algo más que la historia
hombre vanidoso, pérfido y pícaro, también tuve ra- sentimental de una generación".
zón". Sin embargo, aclara Savater, " de lo que se trata, en Los azares, amores y muerte del brillante historiador
el fondo, es del enfrentamiento entre dos modelos utópi- y periodista Carlos García Vigil -gran bebedor, amante
cos". melancólico, conspirador y casi suicida- constituyen el
Para el filósofo español, "los marxistas reprocharon a eje alrededor del cual se teje la trama de esta obra que
los anarquistas su imposibilidad de institucionalizar la ofrece una rica panorámica del México de los años se-
coacción paca defender la abstracción revolucionaria, tenta: las sinuosidades políticas, el arrebato de una
tratando de sustituirla en ciertos casos por esporádicos juventud en la pendiente de la modernidad, el combate
arrebatos de violencia terrorista: tenían buena base para frontal entre el poder estatal y la prensa.
su crítica. Los anarquistas señalaron clarividentemente En su segunda novela - antes había publicado Morir
a qué deplorable dictadura policíaco-teocrática podía en el Golfo (1985) y el libro de cuentos La decadencia del
llevar la institucionalización de la coacción: a estas altu- dragón (1983)-, Aguilar Camín evidencia una sorpren-
ras del «socialismo real», nadie puede negarles el dente madurez narrativa, gracias a la cual puede plan-
acierto". tear controvertidas reflexiones sobre la historia y la
Y es que ''la utopía marxista es urbana, jacobina, política del México actual, sin dejar de profundizar en
centralista, enérgica, industrial, disciplinaria; la utopía sus personajes, ni perder su estilo ágil, envolvente.
ácrata prefirió lo rural, descentralizador, girondino, «Atento mensaje: A quien haya encontrado la Re-
perezoso, fraccionado, espontáneo. Entre las dos, suce- volución Mexicana, favor devolverla», se tituló el ensayo
siva, contradictoriamente, aportaron algunas de las que lanzó a Vigil a la fama y le abrió las puertas del
insuficiencias políticas de nuestro siglo, pero también principal periódico mexicano de esa época, cuyo direc-
todas sus esperanzas". tor, Octavio Sala (un personaje cortado a la medida de

134 135
don Julio Scherer, fundador y director de la revista Pro-
ceso) convierte a Vigil en su asistente y lo pone en el
centro de una vorágine de poder.
Y en este sentido, la novela de Aguilar Camín (naci-
do en Chetumal, en 1942) recrea un tema ya tratado en
la literatura mexicana: la conspiración del gobierno de El tiempo de los asesinos
Luis Echeverría para sacar a Julio Scherer y a su equipo
de la dirección del periódico Excelsior en 1976. Vicente
Leñero lo abordó con vastedad en su novela Los Pe- El afio que recién terminó, ese tumultuoso 1991, presa-
riodistas y el propio Scherer reveló intríngulis de ese gio de lo que será la última década de este milenio, se
complot en su libro autobiográfico Los presidentes. cumplió el primer centenario de dos efemérides quizás
No obstante ta.les antecedentes, Aguilar Canún se fortuitas: la muerte de Arthur Rimbaud y el nacimiento
arriesgó con L:1 guerra de Galio a proponer otro enfoque, de Henry Miller. Creadores que hicieron cimbrar su
rebasando el universo de lo político, sumergiéndose en tiempo, aventureros de siglos distintos, caracteres
los sótanos del mexicano y de su historia, sin subterfu- disímiles, pero acaso emparentados en el subsuelo del
gios, con una mirada crítica, demoledora: "El presi- espíritu, el poeta francés y el narrador estadunidense se
dencialismo es una costumbre de nuestra alma -dijo yerguen como faros de una voluntad libertaria, in-
Sala-. Llevamos ese sello de herrar en el.corazón, en la transigente, precipitada en profundas rupturas vitales.
sensibilidad. Peor aún: en la espina dorsal". La coincidencia de óbite y natalicio no pasó de-
Pero si los avatares de Vigil constituyen el eje de la sapercibida para quien podía hurgar en sus significa-
novela, Galio Bermúdez es el personaje más inquietante dos: El tiempo de los asesinos (Alianza Editorial, Madrid,
y sugerente, un cerebro cínico, lúcido y cautivante, una 1983, 121 pp.) es el título de un breve y maravilloso libro
especie de abogado defensor de la peculiaridad del sis- escrito por Miller, en el que aborda su relación con
tema mexicano: "Las miserias, las limitaciones horren- Rimbaud. Personal, anecdótico, reflexivo e irreverente
das que son nuestra verdad, no son cositas que puedan -como la totalidad de los libros de Miller-, el escritor
arreglarse con buena voluntad, con políticos serios o estad unidense no se propone un texto biográfico del
con periódicos deslenguados -dijo Galio-. Es como poeta francés, sino "una indagación más próxima a la
querer arreglar a un jorobado con buenos cirujanos y búsqueda de afinidades, analogías, correspondencias y
padres que vayan por la calle exhibiendo desnudo a su repercusiones". Se trata, en buena medida, de una
esperpento". profundización en la situación y el papel del poeta en su
Con La guerra de Galio, Aguilar Camín se ubica en la tiempo.
primera línea de un rico y fuerte movimiento narrativo "El estado y la condición del poeta - y empleo el
mexicano, en el que destacan autores como Sergio Pitol, término tanto en su sentido estricto como en el más
Juan García Ponce, David Martín del Campo, Héctor amplio- revela, sin lugar a dudas, el verdadero estado
Manjarrez y Paco Ignacio Taibo 11, entre otros. de la vitalidad de un pueblo", dice Miller. Y advierte

136 137
que "nunca como ahora estuvo tan amenazada la
existencia núsma del poeta", porque "si el poeta no
puede hablar ya en nombre de la sociedad, sino sólo en
el suyo propio, es que hemos quemado el último car-
tucho". El narrador estadunidense subraya: "Ser poeta
fue en un tiempo la vocación más alta, hoy es la más Aprendices atormentados
vana".
Inevitablemente, Miller se compara con el poeta
francés: "Rimbaud devolvió la literatura a la vida. Yo he El joven escritor, con su primer libro de relatos recién
tratado de devolver la vida a la literatura. En ambos es publicado, sufrió de repente las consecuencias de su
igualmente poderoso el impulso confesional e igualmen- irreverente talento: un par de anúgos prácticamente le
te potente la preocupación moral y espiritual". Más
adelante, afirma: "Como Rimbaud, yo odiaba el lugar
en que había nacido; y lo odiaré hasta el día de mi
muerte".
Miller también compara a Rimbaud con Van Gogh:
retiraron la palabra por considerar que el joven autor,
"oportunistamente", se había aprovechado de algunas
historias para sacarlos a ellos, ni más ni menos que a
ellos, como personajes de cierto relato.
Pero la cosa no quedó ahí.
!
1
"Nacido un año antes que Rimbaud, se suicida casi a la Una antigua novia del escritor, bella moza, se sintió
misma edad. Como Rimbaud, era también dueño de conmocionada cuando encontró que ella, con otro nom- 1
1
una firme voluntad, de un valor casi sobrehumano, de bre y ciertas variaciones, era un personaje ridiculizado
una energía y una perseverancia casi extraordinarias". en un relato que sólo podía caracterizarse de "sarcásti-
Agrega: "Los vagabundeos, los cambios de ocupación, co11. El actual novio de la belleza, enfurecido por la
las vicisitudes, las humillaciones y frustraciones, la nu- impudicia de ese mequetrefe autodenominado escritor,
be de anonimato que los envolvía, todos estos factores juró venganza.
comunes a las vidas de ambos, los hacen destacarse El joven autor, sin embargo, extasiado por esa cuo-
entre sus semejantes como desventurados gemelos". tita de dicha que significaba estar en la boca de sus
Para Miller, Rirnbaud era "un suicida viviente", al- diecinueve lectores, se dijo que ni modo, que él no lo
guien que "caricaturizó su propia grandeza de manera había hecho con mala intención, que en un tiempo les
que hiciera aún más denigrantes nuestros mezquinos pasaría la rabia y sin duda lo comprenderían.
esfuerzos", un hombre para quien "hacer del éxito un Pero el cuentista debutante tenía ambiciones políti-
fracaso tan amargo fue su triunfo". Y es que "él era un cas, le encantaba fantasear con una hembra de piel ca-
enigma tan grande para sí mismo como para los demás, nela llamada poder. Y, entonces, vino el acabóse. Por-
estaba tan azorado y confundido por sus expresiones que su amigo el poderoso, el que le facilitaría la escalera
como por su vida posterior. Buscaba el mundo exterior para que subiera apoteósicamente a las alturas nebu-
como un refugio. Un refugio ¿de qué? Quizás de los losas de la fama, consideró que las opiniones políticas
terrores de la lucidez". de un personaje eran suyas, pero de tal manera dis-

138 139
a

r torsionadas que resultaban ridículas. El amigo pode-


roso -histerizado en ese momento por una coyuntura
adversa- se comunicó con el joven escritor, lo insultó
hasta el hartazgo y lo amenazó.
Una noche así, generadora de tal depresión, de se-
mejante angustia, no se le desea a nadie, se lamentaba el
¿Retrato de Asturias?
cuentista. Entonces recurrió a su viejo maestro, ese
anónimo profesor que lo había animado a escribir, quien
Don Luis Cardoza y Aragón (1904) prometió hacer un
desempolvó un antiguo libro de entrevistas con Nor-
retrato personal de su compatriota, de su compañero de
man Mailer y leyó:
entusiasmos en los años mozos de París, de su colega
"Quienquiera que se preocupe por la posibilidad de
herir la sensibilidad de alguien con su obra, no es más generacional. Pero algo pasó. Y el resultado no fue un
retrato de Miguel Angel Asturias (1899-1974), sino la
escritor que el cirujano que se diga a sí mismo: «Con
frustante constatación de que Cardoza y Aragón quedó
esta incisión le voy a dejar una cicatriz en el vientre a
atrapado en sí mismo, casi paralizado, ante la mueca
esta joven, y quizá le perjudique la vida amorosa du-
rante los próximos treinta años». El cirujano dice, en sardónica del retratado.
Una de las primicias editoriales que circuló en el
realidad «bisturí, enfermera» y hace la incisión. Puede
mercado mexicano el pasado fin <le año, Miguel Angel
que se equivoque o no con la decisión de hacer la
operación, pero es relativamente insensible a los demás
Asturias/Casi novela (Ediciones ERA, México, 1991, 247
aspectos contextuales. Los escritores necesitan también pp.) promete el relato de una vida, pero apenas ofrece
cotidianeidad donde morder. No se trata, en rigor, de
su propio tipo de ceguera. No se pueden decir a sí
una biografía, sino más bien de un tímido y vergon-
mismos: «Este retrato de mi amigo le va a herir
profundamente». Si así sienten no podrán escribir. Van zante ajuste de cuentas.
a pensar entonces en todas las personas que pueden
El Asturias que nos cuenta cardoza y Aragón es el
de los trazos ya conocidos: el estudiante de derecho
afectar, en todas las que se volverán sus enemigos, en
combativo en el crepúsculo de la dictadura de Estrada
las venganzas que se pueden producir; y pensarán que
no vale la pena. Un joven o una joven que quiere escri- Cabrera; el infante terrible de los años parisinos; el os-
bir debe ser más que un poco maniático. Tiene que estar curo periodista y diputado colaborador de la dictadura
decidido a terminar su libro sin que importe la cantidad de Ubico; el diplomático en Argentina; el escritor en la
de cadáveres psíquicos que queden en el crunino, sin plenitud de su carrera hasta obtener el Premio· Nobel en
que importe, tampoco, qué va a ser de él en el futuro". 1967; el embajador en París del funesto régimen de Mén-
Para cuando el viejo maestro terminó de leer, la jo- dez Montenegro.
ven promesa ya había pensado: "no vale la pena "En Guatemala sólo se puede vivir bolo", dice Car-
doza que le repetía Asturias. Y entonces áquel re.fle-
xiona sobre las relaciones entre la bohemia y el trabajo

141
140
de escritura, pontifica a favor de la sobriedad, reitera
que Asturias realizó su obra en sus etapas de abstinen-
cia, pero no llega a contar lo que el lector quisiera
paladear: una borrachera con Asturias. De igual mane-
ra, Cardoza revela que guarda «unas» 14 cartas que le
envió Asturias entre 1949 y 1966. ¿Qué dirán esas car- El otro y el mismo amante
tas? No lo sabemos. Sólo se atreve a citar un breve
párrafo: "No hice el elogio de la ebriedad, pero tentado
estoy de hacer -ahora que me retiré de l'arma-, el ¿Recuerda usted, insaciable lector, esa joya de la lite-
elogio de la goma". ratura contemporánea titulada El amante (Tusquets
Cardoza y Aragón se pierde en su retórica, en su Editores, Barcelona, 1985), esa novela de Marguerite
ejercicio reflexivo. Ese estilo preciosista que culminó en Duras traducida a 29 idiomas, con la que ganó e l Premio
su monumental autobiografía El Río/Novelas de caballe- Goncourt, el más prestigioso de Francia? ¿Recuerda us-
ría (Fondo de Cultura Econónúca, México, 1988), ahora ted ese romance entre la niña francesa de 15 años y el
resulta anquilosado, una coartada para suavizar el he- acaudalado chino de 27 años, esa esplendida narración
cho contundente: al menos durante los últimos 10 años ubicada en el Vietnam ocupado por los colonialistas
de su vida, Asturias detestó o despreció a Cardoza. ¿Por franceses?
qué? Tenemos una versión llorona de la víctima, nada Ahora, esa núsma historia, cori los núsmos persona-
más. jes, posibilitó que Duras se aventurara en la empresa
Cardoza y Aragón quiso explicarnos a Asturias sin quizás más osada de su carrera literaria: la escritura de
primero contárnoslo. Peor aún: quiso explicarse a sí una novela sobre esa novela. El amante de la China del
mismo frente a Asturias. Y el resultado, este libro por Norte (Tusquets Editores, Barcelona, 1991, 207 pp.) fue
momentos farragoso, para algunos será patético: se el principal éxito editorial en Francia el pasado año y
percibe la imposibilidad de airear la pústula. Por eso evidenció que la maestría narrativa de esta señora de 78
hasta parece sospechosa la insistencia de Ca.rdoza por años de edad, y con más de 50 obras publicadas, está en
justificar, por hacer lógica y comprensible, la conducta su apogeo.
política de Asturias, ese compadre de especímenes co- No se trata simplemente de un ejercicio como aque-
mo los generales Ydígoras Fuentes y Peralta Azurdia. llos documentales que cuentan el proceso de filmación
Pese a la grandeza de la obra poética y ensayística de de una película. Duras nos ofrece una obra tan intensa,
Luis Cardoza y Aragón, pese al destacado lugar que tan acabada, como El amante. Entonces, en rigor, no
ocupa en la literatura de lengua castellana del presente sena una novela sobre la novela, sino otra novela sobre
siglo, su compatriota, el "bolo" Asturias, le quedó la núsma historia de amor, sobre el mismo despertar
grande. erótico, pasional, con igual crudeza autobiográfica.
La iniciación de una niña precoz y sorprendente : se
entrega con voluptuosidad al chino, mantiene relacio-

142 143
nes lésbicas con su compañera de internado, inicia en el
..>exo a su adorado hermano menor, desea la muerte de
su opiómano hermano mayor.
El retrato descarnado de una decadente familia colo-
nial francesa; el paisaje casi morbido de Indochina. Una
condensada educación sentimental que explicaría en Ficción y realidad
buena medida la vida turbulenta de la propia Duras.
La periodista Leslie Garis, en una larga entrevista
publicada por The New York Times Magazine del 20 de El libro comienza con una «Página preliminar» escrita
octubre último, la describe de la siguiente manera: por Jorge Luis Borges. Dice: "José Bianco es uno de los
"Novelista, dramaturga, cineasta, comunista, escanda- primeros escritores argentinos y uno de los menos
losa comentarista social, Marguerite Duras ha asom- famosos. La explicación es fácil. Bianco no cuidó su
brado y enloquecido al público francés por más de 40 fama, esa ruidosa cosa que Shakespeare equiparó a una
años. Considerando su infancia pobre en Vietnam, su burbuja y que ahora comparten las marcas de cigarrillos
participación en la resistencia francesa, su militancia y los políticos. Prefirió la lectura y la escritura de bue-
comunista y posterior distanciamiento del partido, sus nos libros, la reflexión, el ejercicio íntegro de la vida y la
dos matrimonios y múltiples aventuras, su difícil cura generosa amistad". Borges agrega: "Como el cristal o
del alcoholismo en 1982 y, especialmente, su milagrosa como el aire, el estilo de Bianco es invisible. Las pala-
recuperación de un estado de coma de' cinco meses bras, aunque armoniosas, no se interponen entre el au-
producido por complicaciones de un enfisema en 1988, tor y los lectores. Este es un modo de afirmar que su
considerando todo esto es razonable sugerir que Mar- estilo es clásico".
guerite Duras es una fuerza de la naturaleza". El libro se titula Ficción y reflexión (Fondo de Cultura
El amante de la China del Norte constata que esa «fuer- Económica, México, 1988, 423 pp.) y recoge lo mejor de
za de la naturaleza» se expresa sobre todo en estilo. Un la obra de José Bianco (1908-1986), quien fuera durante
estilo preciosista, por momentos casi fotográfico, que casi 25 años -de 1938 a 1961-jefe de redacción de la
concentra en cada frase la pasión, el placer y la intensi- revista Sur, una de las más prestigiosas del continente
dad de la historia. "Escribí este libro en la enloquecida americano en el presente siglo.
felicidad de escribirlo. Permanecí un año en esta novela, El libro sigue con un cuento extraído del volumen
encerrada en todo aquel año del amor entre el chino y la titulado LA pequeña Gyaros (1932), continúa con las no-
niña", confiesa la autora. velas cortas Sombras suele vestir (1941) y Las ratas (1943),
Indudablemente, Simone de Beauvoir, Marguerite y culmina con la introducción de la novela La pérdida del 1

Yourcenar y Marguerite Duras conforman el triángulo reino (1972). Esta es la ficción.


de escritoras que más han aportado a la literatura fran- Luego viene la reflexión: ensayos, artículos y cróni-
cesa del presente siglo. cas, muchos de los cuales fueron incluidos en su libro
Ficción y realidad (1977) y que en verdad proceden de la

144

1
145

ci ¡,
época de Sur. El libro termina con una recopilación de
entrevistas con Bianco.
Para el lector que ya conoce la "parca" -según
Borges- obra de ficción de Bianco (en la década de los
70 la editorial Siglo XXI reeditó sus novelas), este libro
antológico resultará fascinante sobre todo por el encan- Intelectual fascista
to y la lucidez de los ensayos, una prosa seductora por
su inte ligencia y su franqueza, una prosa alejada de la
mueca despampanante y la voltereta. Un hombre consecuente con sus ideas: cuando las tro-
Los autores queridos de Bianco aparecen una y otra pas aliadas entraron en París, y comenzó la caza de
vez a lo largo de ensayos y artículos: Voltaire, Casano- colaboracionistas, el prominente narrador y ensayista
va, Sarmiento, Marcel Proust, Julien Benda, Ezequiel Pierre Drieu la Rochelle (1893-1945), quien había dirigi-
Martínez Estrada y, claro, su amigo mayor, Jorge Luis do el periódico de los nazis en la capital francesa, se
Borges. suicidó.
Su preocupación por las distintas facetas del fenó- Las reflexiones de Drieu antes de suicidarse se en-
meno literario también es permanente: "¿No es un poco cuentran en sus diarios personales y en un «Exordio»,
absurdo oír hablar de «Un país de ensayistas», o d e «un destinado a justificar ante la opinión pública de Francia,
país de novelistas»? Si tiene ensayistas tendrá por fuer- las razones que le llevaron a prestar su apoyo a los
za novelistas. Y viceversa. Donde no hay teorizadores, nazis. Estos materiales están recopilados en el libro Re-
tampoco hay narradores, donde no hay pensamiento lato secreto (Alianza Editorial, Madrid, 1978, 109 pp.).
abstracto, tampoco hay mito, donde no hay crítica, no "El intelectual, el clérigo, el artista, no son ciudada-
hay ficción", afirma Bianco a propósito de un artículo nos como los demás. Tienen deberes y derechos su-
d e Alberto Moravia. En otro ensayo se preguntaba: periores a los de los demás", dice Drieu. "Está en el
"¿C ó mo puede haber crítica en un país donde no hay papel del intelectual, o al menos de algunos, estar por
revistas literarias?". encima de los acontecimientos, probar unas suertes que
Una muestra del carácte r de este escritor argentino son más bien riesgos, tantear los caminos de la Historia.
está en su artículo en torno a Albert Camus, en el que, Mala suerte si se equivocan en ese momento.. Ellos a-
luego de hablar sobre su amistad con el autor francés y seguran una misión necesaria, la de no estar donde
de contar que éste le ofreció para trabajar su escritorio están las masas. Por delante, por detrás, de lado, no
d e la editorial Gallimard, dice: "Yo era entonces lo que importa, pero donde ellas no están".
en cierta forma continúo siendo ahora: un escritor suda- Drieu se define: "Soy de esos intelectuales cuyo pa-
mericano que algunas personás conocen en su propio pel es estar en la minoría. No he querido ser un in-
país. Ca mus era un escritor famoso". telectual de los que miden prudentemente sus palabras.
Habría podido escribir en la clandestinidad (lo pensé),
escribir en zona neutral, en el extranjero. Pero, no. Hay

146 147
que tomar responsabilidades, entrar en grupos impu-
ros, admitir la ley política que es aceptar siempre alia-
dos despreciables u odiosos. Hay que ensuciarse al me-
nos los pies".
Dice a los seguidores de los aliados: "Sed fieles al
orgullo de la Resistencia como yo lo soy al orgullo de la Mi hermana y yo
Colaboración. No hagáis trampas igual que yo no las
hago. Condenadme a la pena capital. Nada de medias
tintas. El pensamiento se había vuelto fácil, ha vuelto a El libro estaba destinado a ser, desde un principio, mo-
ser difícil. No recaigáis en la facilidad". tivo de polémicas: se trata, según su editor, de la "au-
Drieu es directo, está lejos de la autocompasión: "Sí, tobiografía del alma" de uno de los pensadores más
soy un traidor. Sí, he estado en inteligencia con el enemi- lúcidos del siglo pasado. Su autor, Federico Nietzsche,
go. Yo aporté al enemigo la inteligencia francesa. Si ese lo escribió en su mayor parte cuando ya estaba inter-
enemigo no fue inteligente, no es culpa mía. Sí, yo no nado en un asilo para dementes, en Jena. Su primera
soy un patriota corriente, un nacionalista cerrado: soy edición, en 1951, se produjo medio siglo después de la
un internacionalista. No sólo soy francés, soy un euro- muerte del filósofo y, lo peor, en lengua inglesa,
peo. Vosotros también lo sois, lo sepáis o no. Pero he- traducida y prologada por el doctor Osear Levy, editor
mos jugado y he perdido yo. Reclamo la muerte". de las ohras completas del pensador prusiano.
Y se suicidó, el 15 de marzo de 1945. Se cree que Nietzsche escribió Mi hermana y yo (San-
Dos meses antes, luego de prever que los comunistas tiago Rueda Editor, Buenos Aires, 1969) "para vengarse
dominarían media Europa, en su diario había escrito: de sus familiares más cercanos que conspiraron para
"Me habría gustado formar parte de la cofradía de los impedir la publicación de Ecce Horno en vida de su
suicidas. Finalmente, es una noble cofradía". autor, porque su contenido espantó a su madre y a su
Y el 1 de febrero, consignó otra nostalgia: "Siempre hermana Elisabeth", dice en el prólogo de la obra el
lamentaré no haber ocupado estos últimos años el pues- editor bonaerense.
to que había quedado vacío: el puesto de dandy, de "La ocultación de Ecce Horno (publicada hasta ocho
hombre rigurosamente inconformista, que rechaza todas años después de la muerte del filósofo) por su hermana
las tonterías corrientes en un sentido o en otro y que Elisabeth y por su madre, fue un terrible golpe moral
manifiesta discreta pero firmemente una indiferencia para Nietzsche. Se supone que ésta ha sido la causa de
sacrílega". su locura o d e la simulación de ella, pues se cree que, al
decir en uno de sus libros que un filósofo puede reti-
rarse airosamente del mundo pretendiendo estar loco,
prededa, en suma, una línea de conducta que luego
adoptó", afirma el editor.
Mi hermana y yo "ha tenido que esperar mucho más

148 149
tiempo para ver la luz. No podía ser publicado mientras cota: "Si hubiera cedido a los llamados de mi naturaleza
vivieran algunas de las principales personas citadas en primaria que en todo hombre dama por paz con el
él. Cuando Nietzsche terminó de escribirlo, se hallaba status quo, hubiera podido ser tanto músico como teólo-
recluido en un asilo, y al no poder confiar el manuscrito go. Sin duda, habría llegado a ser una gran mediocri-
a su madre o a su hermana, se vio obligad.o a entregár- dad en cualquiera de los casos. Mi elección final, la de
selo a un compañero que iba a ser dado de alta". convertirme en filósofo, fue realmente un acto de
De ahí que el filósofo "nunca supo si su libro sería profunda cobardía. En primer lugar, tenía miedo de
publicado, y el destino de su manuscrito constituye una jamás alcanzar la grandeza de un Wagner; y, en segun-
triste aventura a través de la incomprensión y la estu- do lugar, no admitía ser el segundo violín de nadie, ni
pidez humanas", puntualiza el editor. siquiera de Dios".
El odio y el escándalo que desató la publicación de Por eso, agrega, "he sido un rebelde contra el univer-
Mi hermana y yo se deben, en buena llledida, a que so, y el universo ha cumplido su venganza sobre mí. La
Nietzsche acepta y relata las relaciones incestuosas con opinión de Tolstoi de que el «amor» está en el corazón
su hermana Elisabeth y ataca, con singular rigor, la del cosmos, siempre provocó en mí la risa más in-
institución fundamental de la civilización: Ja familia. contenible. Ahora, yo provoco risa".
Dice: "Sucedió por primera vez entre Elisabeth y yo, Y es que "en mi filosofía me he atrevido a rasgar
la noche en que nuestro hermano menor Josepl;t murió, todas las máscaras, toda simulación de la mente del
aunque no teníamos idea de que estuviera moribundo, «hombre», y hacerlo trotar en e) escenario de la vida en
cuando se deslizó en mi lecho quejándose de que hada su desnudo e impúdico esqueleto. Lo que me he atrevi-
frío ... " do a hacer con «todos los hombres», ¿evitaré hacerlo yo
Y luego reflexiona, inclemente: "El ainor de un.a mu- mismo? ¿Deberé descender enmascarado a la tumba,
jer es en verdad un bálsamo para el alma herida, pero el cobarde mortal e intelectual, yo, que he predicado el
incesto es un jardín cerrado, una fuente sellada, donde deber hacia la «verdad» por sobre todos Jos deberes?",
las aguas de la vida se secan y las flores recién abiertas se pregunta el filósofo.
se marchitan con sólo tocarlas". Y luego se lamenta: "Un hombre profundo debe te-
Con respecto a la familia, afirma: "Yo soy el filósofo ner amigos, si es que no tiene un Dios. ¡Pero yo ni tengo
con el martillo, un enemigo jurado de todos los cultos Dios, ni un solo amigo!".
de idolatría, aún el antiguo culto chino de venerar a la Porque la muerte, en el asilo, acecha: "A medida que
familia. ¡No hay nada sagrado para mí, ni siquiera mi las olas de la muerte se agrupan a mi alrededor, grito
propia madre y mi hermana!. .. " más que nunca contra la hipocresía del amor, la cual
Para Nietzsche, "un hombre solamente puede vivir constituye el látigo de la sociedad moderna que me
mientras esté ebrio, ebrio de vino, de Il'\ujeres, de ideas destruyó mediante la torpe castidad de mi madre".
o de pasión mesiánica. Y en mi sed dionisíaca me he La vida erótica del filósofo también se muestra sin
intoxicado con todo". subterfugios: "En total, ha habido cuatro mujeres en mi
La vocación del filósofo también es puesta en la pi- vida. Las dos únicas que me aportaron alguna felicidad

150 151
fueron prostitutas. Pero la felicidad que me trajeron fue
una dicha momentánea". De las otras dos, dice: "Elisa-
beth era lo suficientemente bella, pero era mi hermana",
en tanto que Lou Andreas Salomé, esa noble de origen
ruso que también cautivó a Sigmund Freud y al poeta
Rainer Maria Rilke, "era muy inteligente (demasiado
inteligente, a veces), pero rehusó casarse conmigo".
El resultado de tal situación fue "la paradoja de mi
existencia: he amado la vida apasionadamente pero nun-
ca me atreví a encauzar este amor en la dirección de una
experiencia erótica normal". Entonces, para Nietzsche,
la mujer fue ese "soleado y caluroso puerto hacia el que
gravita toda mi vida". Esta edición consta de 1,000
Pero Mi hermana y yo es mucho más que las revela- ejemplares y se terminó de
ciones sobre la vida privada del filósofo. Como toda imprimir en septiembre de 1993
autobiografía de un genio, esta obra constituye una en los talleres de Algier's Impre-
sores S.A. de C.V., en San Salva-
profunda reflexión sobre las cuestiones vitales de la
dor, El Salvador.
existencia y el universo, de la historia de la filosofía, de
la política y del arte.
"Soy un hombre de genio. Por lo tanto puedo per-
mitirme sonreír o escupirle a usted", dice Nitzsche. Y,
cabalmente, esta obra quizás contenga más de la escu-
pida del moribundo, de la mueca sardónica del a-
gonizante, que de la complaciente sonrisa de los au-
tosa tisfechos.

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