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FACULTAD DE CIENCIA MÉDICAS

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA

MONOGRAFIA:
SONDA NASOGASTRICA

AUTOR:
Rivas Cárdenas, José Luis

Docente:
DR. RENSON HIDALGO RAMOS

PIURA – PERÚ
2018
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN: ........................................................................................................................ 3

II. DEFINICIÓN. ............................................................................................................................... 4

2.1. USOS DE LA SONDA NASOGASTRICA ................................................................................ 4

2.2. TIPOS DE SONDAS NASOGÁSTRICAS:................................................................................ 5

2.3. TÉCNICA DE COLOCACIÓN DE SONDA ............................................................................... 6

2.4. INDICACIONES.................................................................................................................... 7

2.5. CONTRAINDICACIONES...................................................................................................... 8

III. CONCLUSIONES: ................................................................................................................... 10

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ....................................................................................................... 11

ANEXOS: ........................................................................................................................................... 12

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I. INTRODUCCIÓN:

La instalación de una sonda nasogástrica (sonda de Levin) es un procedimiento muy frecuente a


nivel hospitalario; por tal razón, debe ser una maniobra ampliamente conocida por todo médico
general o especialista. Además de desarrollar las habilidades y destrezas necesarias para su
instalación, es necesario identificar aquellas situaciones en las que está indicado y contraindicado
su empleo.

Un recurso auxiliar de suma efectividad e indispensable en medicina y cirugía consiste en controlar


por completo las variables circunstancias que ocurren en un sujeto enfermo o paciente quirúrgico.
Así se puede responder a preguntas como ¿cuántos líquidos han ingresado en el paciente en las
últimas 8, 16 o 24 horas?, ¿qué cantidad exacta de orina se ha producido, por hora, en las últimas
cuatro horas?

Pero es claro que cualquier procedimiento que le practiquemos debe ser explicado, con el objetivo
de disminuir el temor a lo desconocido, al dolor o a la incomodidad que le pueda causar.

El paso de una sonda produce dolor y molestia al deslizarse a través de cualquiera de los conductos
a utilizar, por ello debemos darle a conocer lo que puede sentir, y explicar de qué manera se pueden
minimizar estas molestias.

El presente trabajo es para dar a conocer los diferentes usos de la sonda Nasogástrica en la Práctica
médica, para lo cual se hará una revisión bibliográfica y de artículos relacionados, cabe recalcar que
una técnica y la práctica constante disminuyen el número de posibles complicaciones y siempre
teniendo en cuenta el bienestar del paciente.

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II. DEFINICIÓN.

Una sonda es un instrumento de forma tubular, por lo general blando de consistencia, flexible,
elaborado con materiales como plástico, caucho, látex o silicón, que puede ser introducido al
organismo a través de orificios naturales o artificiales, con el objetivo de extraer o introducir
materiales diversos, por lo habitual líquidos corporales como sangre, bilis, orina o jugo gástrico;
pero también gases o material sólido, como restos alimenticios (1).

La instalación de una sonda nasogástrica es un procedimiento médico—quirúrgico que consiste en


el paso de la sonda hasta el estómago, introducida por vía nasal.Este procedimiento se describió
desde el periodo grecorromano, pero fue 1617 el año en que Aquapendente usó un tubo hecho de
plata para alimentación nasogástrica.

El mayor trabajo con sondas de alimentación nasoentérica en el siglo XVIII fue hecho por John
Hunter, quien reportó la alimentación exitosa en dos pacientes.

El uso de tubos de hule suave para alimentación en pacientes pediátricos se describió por primera
vez en la segunda mitad del siglo XIX.

La sonda de Levin, llamada así porque fue diseñada por Abraham Louis Levin, médico de Nueva
Orleans (1880--1940), ha sido el tubo nasogástrico más comúnmente usado desde su introducción
en 1921.

La colocación de una sonda nasogástrica, tanto desde el punto de vista diagnóstico como desde el
terapéutico (tratamiento de las hemorragias del tracto gastrointestinal alto, vómitos severos, etc.)
y preventivo (dilatación gástrica posoperatoria y aspiración de secreciones en el posoperatorio
inmediato) es uno de los procedimientos de uso más frecuente en la práctica diaria. Todo médico
debe conocerse su técnica de realización, que queda perfectamente descrita en nuestras
ilustraciones.

2.1. USOS DE LA SONDA NASOGASTRICA

Una sonda nasogástrica se utiliza para la alimentación, eliminación de contenido gástrico o


administración de fármacos tales como el carbón activado. Las sustancias son administradas a
través de una jeringa en el tubo, usualmente se utiliza la gravedad para la alimentación o
administración de líquidos, si el líquido fuera muy espeso y necesitara ayuda lo inyectaríamos a una

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velocidad de 20cc por minuto. Durante todo el proceso es necesaria la supervisión del profesional
de enfermería o de una persona formada para este fin (pudiendo ser un familiar). También se pude
alimentar a través de un sistema de bombeo que puede controlar y medir la ingesta del paciente y
cualquier interrupción en la alimentación.

La aspiración nasogástrica (succión) es el proceso de drenar el contenido del estómago mediante


el tubo. La aspiración nasogástrica se utiliza principalmente para eliminar las secreciones gástricas
y aire tragado en pacientes con obstrucción gastrointestinal. La aspiración nasogástrica también
puede utilizarse en situaciones de intoxicación cuando se ingiere un líquido potencialmente tóxico,
para preparación antes de la cirugía bajo anestesia y para extraer muestras de líquido gástrico para
análisis. Si el tubo es para ser utilizado para el drenaje continuo, generalmente se anexa a una bolsa
colectora situada por debajo del nivel del estómago del paciente; la gravedad vacía el contenido
del estómago. También puede ser añadido a un sistema de aspiración, sin embargo, este método
se limita a menudo a situaciones de emergencia, ya que la succión constante fácilmente puede
dañar el revestimiento del estómago. En situaciones no emergentes, se puede aplicar la aspiración
intermitente dando los beneficios de la aspiración sin los efectos adversos del daño a la mucosa del
estómago.

El drenaje por succión se utiliza para los pacientes que han experimentado una neumonectomía
para prevenir vómitos relacionados con la anestesia y la posible aspiración de cualquier contenido
de estómago. Tal aspiración representaría un grave riesgo de complicaciones a los pacientes que
están recuperándose de la cirugía.

2.2. TIPOS DE SONDAS NASOGÁSTRICAS:

Catéter de Levine, que es una sonda nasogástrica de pequeño diámetro de un lumen. Es más
apropiado para la administración de medicamentos o de nutrición.

Catéter de Salem Sump, que es un tubo nasogástrico de gran diámetro con doble lumen. Esto sirve
para la aspiración en un lumen y ventilación en el otro para reducir presión negativa e impedir que
la mucosa gástrica sea atraída hacia el catéter.

Tubo de Dubhoff, que es una sonda nasogástrica de pequeño diámetro con un peso al final a fin de
que se estire durante la inserción debido a la gravedad.

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2.3. TÉCNICA DE COLOCACIÓN DE SONDA

Antes de que una sonda nasogástrica sea insertada, ésta se debe medir desde la punta de la nariz
del paciente, enlazarla alrededor de su oreja y luego hasta aproximadamente 5 cm por debajo de
la apófisis xifoides, el tubo es entonces marcado a este nivel para asegurar que ha sido insertado
lo suficiente en el estómago del paciente. Muchas sondas estomacales y duodenales disponibles
comercialmente tienen varias marcas de profundidad estándar, por ejemplo 18" (46 cm), 22" (56
cm), 26"(66 cm) y 30" (76 cm) del extremo distal; tubos de alimentación infantiles a menudo vienen
con marcas de 1 cm de profundidad. El extremo de un tubo de plástico debe ser lubricado, el gel
lubricante puede ser con o sin anestésico (con anestésico local puede disminuir las molestias del
paciente: gel de xilocaína al 2%, además puede usarse un aerosol anestésico y/o vasoconstrictor
nasal puede aplicarse antes de la inserción) y se introduce en una de las fosas nasales del paciente.
El tubo debe orientarse hacia la parte posterior del paciente mientras éste se mueve a través de la
cavidad nasal y por abajo de la garganta. Cuando el tubo entra en la orofaringe y se desliza hacia
abajo en la pared faríngea posterior, el paciente puede tratar de vomitar; en esta situación al
paciente, si está despierto y alerta, se le pide que imite tragar o se le da un poco de agua y al
momento de llegar a la orofaringe se le pide que trague mientras el tubo sigue insertándose
mientras el paciente traga. Una vez que el tubo está más allá de la faringe y entra en el esófago, se
inserta fácilmente hacia abajo en el estómago, una vez que hemos introducido la sonda hasta la
marca deberemos comprobar si ha llegado al estómago, esto se puede comprobar de barias
maneras.

Se debe tener mucho cuidado para asegurar que el tubo no ha pasado a través de la laringe hacia
la tráquea y hasta los bronquios. Para asegurar la colocación correcta es recomendado (aunque no
inequívocamente confirmado) inyectar aire en el tubo, si se escucha el aire en el estómago con un
estetoscopio, entonces el tubo está en la posición correcta. Otro método más fiable es aspirar el
líquido del tubo con una jeringa. Este líquido se prueba entonces con papel pH (no papel de
tornasol) para determinar la acidez del fluido. Si el pH es 5.5 o inferior el tubo está en la posición
correcta. Si esto no es posible la verificación correcta de la posición del tubo se obtiene con un rayo
X del tórax/abdomen. Este es el medio más confiable de asegurar la correcta colocación de la sonda
nasogástrica.

Futuras técnicas pueden incluir medir la concentración de enzimas como la tripsina, pepsina y
bilirrubina para confirmar la correcta colocación de la sonda nasogástrica. Conforme la prueba de

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enzimas se vuelve más práctica, permitiendo que las medidas se tomen en forma rápida y barata
en la cabecera de la cama, esta técnica puede utilizarse en combinación con la prueba de pH como
un reemplazo efectivo y menos dañino de la confirmación por rayos X5. Si el tubo debe permanecer
en el lugar entonces una revisión de la posición del tubo se recomienda antes de cada alimento y
al menos una vez al día. Una vez comprobado que la sonda se encuentra en el lugar correcto
procederemos a su fijación para evitar que se mueva, la fijación se realizara con un apósito de
esparadrapo, este se cambiara cada 24 horas o cuando se ensucie.

Sólo un diámetro más pequeño (12 Fr o menos en adultos) de tubos nasogástricos son apropiados
para la alimentación a largo plazo, para evitar la irritación y la erosión de la mucosa nasal. A
menudo, estos tubos tienen guías para facilitar la inserción. Si la alimentación es necesaria por un
largo periodo de tiempo, se deben considerar otras opciones, como la gastrostomía endoscópica
percutánea.

La alimentación por sonda enteral puede ser una fuente de malestar y renuencia por parte de los
pacientes. La autoinserción de una sonda nasogástrica para nutrición enteral casera puede ser
eficaz y bien tolerada en pacientes que reciben nutrición enteral para condiciones crónicas.

Tubo nasogástrico de poliuretano (Viasys Corflo), 8 Fr × 36 pulgadas (91 cm). Este tubo de calibre
fino es apropiado para un uso más largo (hasta 4 semanas).

2.4. INDICACIONES

Las utilidades del sondaje naso gástrico en atención primaria son las siguientes:

Nutrición enteral. Es la indicación principal en nuestro medio. Se emplea en aquellos pacientes


que conservan el persitaltismo intestinal pero que no son capaces de ingerir los alimentos
por vía oral.

Lavado gástrico. Es una indicación de uso restringido en atención primaria, de tal modo que
solo se debe de llevar a cabo en situación de aislamiento con respecto al hospital de referencia.
Se recurre a ella en casos de:

 Intoxicación oral de sustancias tóxicas o de fármacos.

 Sospecha de hemorragia digestiva alta.

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 Necesidad de obtener cultivos gástricos ante la sospecha de tuberculosis.

2.5. CONTRAINDICACIONES

El uso de la sonda nasogástrica está contraindicado en pacientes con fracturas de cráneo, fracturas
faciales graves especialmente con la nariz y el esófago obstruido, varices esofágicas, y/o
obstrucción de las vías aéreas, así como trastornos de la coagulación.

Complicaciones menores pueden incluir sangrado nasal, sinusitis y dolor de garganta.

A veces se producen complicaciones más significativas incluyendo erosión de la nariz donde está
anclado el tubo, perforación del esófago, aspiración pulmonar, colapso pulmonar o colocación
intracraneal del tubo.

Si la salida de la sonda nasogástrica parece ser excesiva, considere la posibilidad de que haya sido
colocada en el duodeno.

2.5.1. Contraindicaciones para la nutrición enteral:

 Presencia de vómitos persistentes. Hemorragia gastrointestinal aguda.

 Íleo o seudoobstrucción intestinal grave.

 Desproteinización visceral grave

2.5.2. Contraindicaciones para el lavado gástrico:

 Obstrucción nasofaríngea o esofágica.


 Traumatismo máxilofacial severo y/o sospecha de fractura de la base del cráneo.
 Sospecha o evidencia de perforación esofágica. Coagulopatía severa no controlada.
 No se realizará nunca en caso de ingestión de ácidos, álcalis, otras sustancias cáusticas
o derivados del petróleo.
 La presencia de varices esofágicas o de esofagitis severa no es una contraindicación
absoluta, pero exige valorar muy bien su indicación en el primer nivel de atención y
extremar las precauciones.

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 La disminución del nivel de conciencia es una contraindicación relativa por el
incremento del riesgo de aspiración. Si es necesario, se puede hacer con intubación
endotraqueal, lo que aconseja su derivación al medio hospitalario.

 Presencia de vómitos persistentes. Hemorragia gastrointestinal aguda.


 Íleo o seudoobstrucción intestinal grave. Desproteinización isceral grave.

2.5.3. Complicaciones:

Pueden ser las siguientes:

 Traumatismo y/o hemorragia nasal, faríngea o laríngea. Obstrucción o intubación


laringotraqueal.
 Aspiración del contenido gástrico.

 Traumatismo o perforación esofágica y gástrica. Complicaciones irritativas: rinitis,


faringitis, esofagitis o gastritis

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III. CONCLUSIONES:

La instalación de una sonda nasogástrica (sonda de Levin) es un procedimiento de rutina que todo
médico debe conocer. Se debe reconocer que este procedimiento representa riesgos importantes
para el paciente.

Es un procedimiento que, de ser posible, debe ser perfectamente explicado al paciente, y se debe
contar con su consentimiento.

Se debe realizar cuidadosamente, y debe ser poco traumático.

Se deberán tomar en cuenta los cuidados requeridos para prevenir las complicaciones.

Se requiere estar pendiente de las posibles complicaciones causadas por este procedimiento para
decidir su terapéutica a la brevedad posible.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Asociación Mexicana de Cirugía General. Tratado de Cirugía General. Tercera


ed. Morales DJL, editor. México: Manual Moderno; 2017.
2. Departamento de Cirugía UNAM. Manual de Prácticas Mexico: Universitaria;
2012.
3. Julio Tapia. MANUAL DE PROCEDIMIENTOS QUIRURGICOS PARA EL MEDICO
GENERAL Mexico: Alfil; 2009.
4. Nerea Larrañaga. Biblioteca Universidad de la Rioja. [Online].; 2016 [cited 2018
Julio 03. Available from: https://biblioteca.unirioja.es/tfe_e/TFE002075.pdf.
5. Facultad de Medicina y Nutrición. Facultad de Medicina Universidad de Juarez.
[Online].; 2015 [cited 2018 Julio 03. Available from:
http://famen.ujed.mx/doc/manual-de-practicas/b-2015/02_Prac_02.pdf.

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ANEXOS:

1.1 Sonda Naso gástrica

El sondeo naso gástrico consiste en la introducción de un catéter (sonda naso gástrica) a


través de uno de los orificios nasales hasta el estómago. Es realizado por un profesional
con la colaboración del técnico.

• Explicar al paciente la técnica que se va a realizar pidiéndole su colaboración.


• Reunir el material a
utilizar
• Hacer una medición superficial del trayecto previsto (recorrido desde la nariz,
parte posterior de la oreja y epigastrio), marcar éste punto con tela o con un lápiz.
• Situar al paciente en decúbito supino Fowler, incorporado a 45° y la cabeza
ligeramente inclinada hacia delante.
• Lavarse las manos y preparar los materiales que utilizará la enfermera, aplicar
suero a los 30 cms distales de la sonda.
• Colaborar en el procedimiento pidiéndole al paciente que trague saliva y
aprovechando estos momentos de deglución avanzará la sonda.
• Una vez alcanzado el punto previsto en la medición inicial, puede empezar a salir contenido
gástrico por la sonda; si esto no sucede, se aspirará con la jeringa, si se extrae contenido
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gástrico se confirmará su situación.

• Si aún no obtenemos contenido gástrico, se deberá introducir 20 cms. de aire con


la jeringa, al mismo tiempo que auscultamos el epigastrio, intentando oír un ruido de
burbujas en el estomago que indica la presencia de aire en la cavidad, o colocar el
extremo libre de la sonda en un recipiente con agua, si hay burbujas indica que
se encuentra en pulmones.
• Fijar la sonda con tela en la mejilla del paciente.
• Conectarse a vacío intermitente. No sobrepasar la presión negativa de 30
mm. de Hg (aspiración continua)

• Conectarse a un frasco o bolsa recolectora por debajo del nivel del estómago para facilitar la
salida de contenido gástrico por gravedad. (es lo más usado)

• En recién nacidos, se debe colocar de preferencia oro faríngea, por las


condiciones de respiración de éstos pacientes.

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