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13.2 CARGA REPETIDA.

FATIGA:

En las maquinas, la mayoría de los elementos están sometidos a esfuerzos variables,


producidos por cargas y descargas sucesivas y repetidas. Los elementos sujetos a este tipo de
esfuerzos se rompen o fallan, frecuentemente, para un valor de esfuerzo mucho menor que el
de ruptura correspondiente, determinado mediante el clásico ensayo de tensión. Este tipo de
falla se denomina ruptura por fatiga. Para el diseño correcto de elementos sometidos a
esfuerzos alternados, es necesario conocer el esfuerzo que puede aplicarse, sin que el
elementos se rompa, un número indefinido de veces, o el esfuerzo (algo más alto), que puede
quedar aplicado a un cierto número limitado de veces, caso que es importante ya que a veces
se diseñan maquinas o elementos que solo se utilizan ocasionalmente y pueden tener, por
tanto, una vida larga sin que el número de veces que se hayan aplicado las cargas sea
demasiado grande .

Fig. 1 Máquina rotativa del ensayo de fatiga

Fig. 2 Diagrama (𝜎 − 𝑁)

El ensayo para determinar estos valores se llama ensayo de fatiga. El procedimiento más
sencillo consiste en la flexión alternada, Una probeta de sección circular se monta sobre unos
cojinetes, como se muestra en la primera figura y su parte central queda sometida a un
momento flexionante puro bajo la acción de la carga W. Al girar la varilla mediante el motor M,
una fibra que inicialmente estuviera en la parte superior y, por tanto, comprimida, pasa a la
parte inferior y queda sometida a tensión, de nuevo a compresión y así sucesivamente, de
manera que en cada vuelta se produce una inversión completa de esfuerzos. Un contador de
revoluciones registre el número de vueltas hasta que tiene lugar la ruptura, y entonces para
automáticamente el motor. Para hacer un ensayo con un material dado, se preparan una
docena de probetas idénticas, y se ensaya cada una con cargas diferentes, hasta la ruptura o
hasta que haya sufrido cuatro o cinco millones de ciclos, en cuyo caso se supone que soportan
un número indefinido. En la segunda figura se ha representado un diagrama (𝜎 − 𝑁) típico,
obtenido mediante este procedimiento. Se ha empleado una escala horizontal
semilogaritmica. El punto en el que se aplana el diagrama se llama límite de resistencia a la
fatiga. Aunque no existe relación alguna definida entre este límite y el esfuerzo último,
obtenido en pruebas estáticas, la experiencia indica que, en la mayoría de los materiales, este
límite suele estar comprendido entre el 40 y el 50% del esfuerzo último.

Cuando una probeta de acero dúctil se somete a una carga gradualmente creciente, la fluencia
del material es considerable antes de la ruptura real. Pero una probeta del mismo material
sometida a esfuerzo alternado se rompe de repente, sin deformación plástica ni otro aviso. Así
pues, la ruptura por fatiga en un acero dúctil, con acusado punto de fluencia, es análoga a la
ruptura estática de un material frágil.

Se pensó en principio que las aplicaciones repetidas de la carga cambiaban la estructura micro
cristalina del material, pero ahora se sabe que esto no es cierto. La falla o ruptura por fatiga se
explica mediante la teoría de los esfuerzos localizados basada en la concentración de esfuerzos
que se produce, bien en el interior del material, debido a discontinuidades en su estructura
interna, bien en la superficie debido a cambios bruscos de sección. Estas concentraciones de
esfuerzo no son demasiado peligrosas cuando un material dúctil se somete a esfuerzos
estáticos, pero cuando la carga se aplica de forma alternada o repetida, se producen grietas
microscópicas que crecen a cada nueva aplicación hasta que la pieza se rompe bruscamente.

Por ejemplo, sometamos a tensión axial una barra plana de acero con un pequeño orificio
central. Como se verá en la sección siguiente, el esfuerzo en el borde del orificio llega a ser el
triple del esfuerzo medio en la sección sin orificio. Si la carga se aplica estáticamente, es decir
de una manera gradual, la carga de ruptura será prácticamente la misma que si no tuviera
orificio. Parece como si no influyera la concentración de esfuerzos, pero ello se debe a que,
aunque el material en estos puntos alcance la fluencia para un valor de la carga de un tercio
del necesario para que toda la barra alcance la cedencia, este esfuerzo, de momento, es
puramente local, y el material fluye lo suficiente en estos puntos para que el esfuerzo no siga
aumentando. Al aumentar la carga, es una zona algo mayor la que entra en fluencia, y,
permaneciendo constante en esta zona la tensión, junto con la parte de sección que todavía
no ha alcanzado este valor, soportan el total de la carga, sin que la deformación total aumente.
Finalmente la barra entera alcanza el esfuerzo de cedencia, por lo que la influencia del
pequeño orificio, en la resistencia de la barra es despreciable. Pero si dos barras, uno con
orificio y otra sin él, se someten a un ensayo de fatiga, o esfuerzo alternado, la carga de
ruptura de la barra con orificio se aproximara bastante a un tercio de la carga de ruptura en la
barra sin orificio

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