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Sentencia Nro.

xx/2018 IUE 2-xx/2016

Montevideo, 30 de Agosto de 2018

VISTOS:

Para sentencia definitiva de primera instancia estos autos caratulados “G., S. y otro c/ A. M. P.
P. y otros. Daños y Perjuicios. IUE 2-xx/2016”.

RESULTANDO:

1) Que comparecieron S.G. y A. A. por sí y en representación de su menor hijo G. A. de fs. 119


a 130 vto., y con documentación integrada de fs. 1 a 118, deduciendo demanda por daños y
perjuicios derivados de bullying y acoso sexual contra la A. M. P. P., A. F., M. M. B. y N. S. y
R. F. por sí y en representación de su menor hijo F. S..

Expresaron en lo concreto que su hijo G. concurrió al Colegio P. P. desde el año 2007 al 2014.

Fue durante el año lectivo 2014 que sucedieron los gravísimos actos que motivan el presente.

Hechos que tuvieron su origen en el mencionado centro educativo.

Así, detallaron, que en oportunidad en que G. cursaba 2º año de liceo, fue expuesto por sus
compañeros y en especial, por F., a una serie de actos de discriminación y ofensas (aislamiento
del grupo, ser manoseado por F. por debajo del banco), que determinaron que fuera
gradualmente intimidado y hostigado.

2) Ello fue así hasta el día 28 de agosto de 2014, cuando ambos se reunieron para realizar un
trabajo de Inglés en equipo en la casa de G..

En dicha oportunidad, G., acosado por F., fue manoseado por éste y obligado a practicarle sexo
oral.

Al contar G. lo sucedió, indicaron, se presentaron ante el Colegio a poner en conocimiento del


Director y de la Coordinadora la situación.

Ello no fue considerado por las autoridades, quienes no brindaron apoyo, sino que por el
contrario, las notas de G. comenzaron a descender, al punto que fueron invitados por el Director
A. F. a retirarse del Colegio.

La situación de aislamiento y hostigamiento lejos de culminar con la denuncia, destacaron,


continuó también en las actividades deportivas dispuestas por el centro de estudios.
3) En su desarrollo, expresaron, que a causa de lo sucedido optaron por cambiar de colegio a G.,
presentar denuncia penal en los autos IUE x-xx/2014 y brindar apoyo psicológico al adolescente.

En los referidos autos, sostuvieron, se constató en informe de ETAD que G. presentó indicadores
de haber transitado por una experiencia sexual abusiva.

Al tiempo que en el mismo también se constató las diferentes personalidades de ambos


adolescentes.

Todo lo cual, sostuvieron, es coincidente con lo informado por la Psicóloga tratante de G., S. G..
Así como, con los informes efectuados tanto por el colegio actual de G., como por el Dr. G. S.
del Centro C. del S..

En su fundamentación, entendieron, que la situación de acoso sexual vivida por G., es violatoria
de las disposiciones normativas que prolijamente relevaron.

Por lo cual, reclamaron, los daños y perjuicios que en el capítulo respectivo detallaron para cada
uno de ellos.

Fundaron su derecho, ofrecieron prueba y solicitaron se condene a los co-demandados a abonar


la suma de U$S 105.000 por concepto de daño moral y daño emergente con más intereses legales
desde el mes de marzo de 2014, costas y costos.

4) Se confirió traslado de la demanda por el término legal.

El mismo fue evacuado en tiempo y forma de fs. 203 a 215, con documentación incorporada de
fs. 134 a 202, por la A. M. P. P. debidamente representada y por A. F. y M. M. B., oponiendo
éstos dos últimos excepción de falta de legitimación pasiva y de defecto en el modo de proponer
la demanda y contestando la demanda.

En lo que guarda relación con el fondo del asunto, expresaron en lo medular que G. desde su
ingreso al Colegio se presentó como un niño con problemas, que necesitó de ayuda
personalizada en sus estudios, por problemática de aprendizaje. Era un niño conflictivo, con
problemática en la convivencia y socialización con sus pares.

Todo ello, determinó, que el Colegio le brindara un tratamiento especial, con diversas
contemplaciones y apoyos.

Idéntica situación de apoyo curricular se produjo al momento del ingreso de G. al liceo en el mes
de marzo del año 2013.
Asimismo, expresaron, que la familia de G., los hoy reclamantes, se presentaban en aquella
época como muy demandantes respecto a la situación de su hijo.

5) En su desarrollo, destacaron, que nunca en ningún momento fueron informados como


autoridades del Liceo, de actos de discriminación hacía G..

Pues, de haberlo sido, se hubiese actuado de acuerdo a lo sucedido con el caso de otro
adolescente que relataron.

El día 1º de setiembre de 2014, indicaron, que mantuvieron una reunión con los padres de G. en
la cual se les informó de lo sucedido entre aquél y F..

Ello determinó que se citará al adolescente involucrado y a sus padres al Colegio, oportunidad en
la cual, aquél tal cual aconteció en sede Penal, negó las imputaciones en su contra.

Asimismo, indicaron, que se conversó la situación con los docentes de las clases en donde se
alegó la problemática, manifestando aquellos, no haber observado nada de lo denunciado.

Al tiempo que la falta de prueba en Sede Penal impedía a la institución el tomar partido por
alguno de los adolescentes por lo sucedido.

Por lo cual, se decidió respetar la decisión de cada familia en cuanto a su permanencia en el


Colegio.

Ambos adolescentes al término del año lectivo 2014 fueron retirados del centro de enseñanza.

6) En su desarrollo, sostuvieron, que a despecho de lo expresado en la demanda, desde el


Colegio siempre se buscó contemplar la situación de G.. Así, fue que se coordinó para que
concurriera a dar los exámenes sin tener que concurrir a clase. Al tiempo que se optó por no
cambiarlo de clase a efectos de proteger aún más su posible eventual exposición frente a los
demás alumnos.

Asimismo, destacaron, que ningún hecho lesivo a G. ocurrió dentro del ámbito del Colegio. Al
tiempo que lo eventualmente sucedido en la casa de G. entre éste y F., no determina su
responsabilidad en tanto acaeció fuera de la vigilancia y custodia del centro de estudios.

Controvirtieron los daños y perjuicios reclamados tanto en su existencia como en su cuantía.

Ofrecieron prueba, fundaron su derecho y en definitiva solicitaron el rechazo integral de la


demanda instaurada a su respecto.

7) De fs. 228 a 235, comparecieron R. F. y N. S. por sí y en representación de su menor hijo F.


S., oponiendo excepción previa de falta de legitimación pasiva y contestando la demanda.
Expresaron en lo sintético que controvierten en su totalidad los hechos que se les pretenden
atribuir. Por cuanto, entendieron, que no es posible la ocurrencia de los manoseos alegados, en
tanto y en cuanto, G. se sentaba adelante del salón de clase mientras que F. lo hacía al fondo del
mismo.

En su desarrollo, expresaron, que de la trascripción de la conversación entre los adolescentes que


refirieron, surge que la realización del trabajo de inglés en forma conjunta no se debió a las
amenazas sufridas por G.. Sino que por el contrario fue éste quien insistió para juntarse.

Al tiempo que destacaron que de las actuaciones tramitadas ante la Sede de Adolescentes no
surgió evidencia de la existencia de material pornográfico en el celular de F..

Asimismo, controvirtieron las alegaciones referidas a la personalidad de F.. Destacando que el


mismo es muy querido por sus pares y docentes.

Lejos de la condición de abusivo y hostigador que se le pretende endilgar.

Fundaron su derecho, ofrecieron prueba y solicitaron en definitiva se disponga el rechazo in


totum de la demanda instaurada.

8) Corrido traslado del excepcionamiento opuesto, el mismo fue evacuado por la parte actora en
tiempo y forma de acuerdo a los términos que surge de la comparecencia obrante de fs. 237 a
240.

En lo medular, abogaron por la desestimatoria del mismo.

Se convocó a las partes a audiencia preliminar, la que se desarrolló en los términos que surgen
del acta resumida de audiencia agregada de fs. 249 a 253.

En la misma se dictó Sentencia Interlocutoria Nº xx/2017 (fs. 249 a 201), por la cual, se
desestimó la defensa de defecto en el modo de proponer la demanda, difiriéndose al dictado de
Sentencia Definitiva la dilucidación de la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por
los co-demandados A. F., M. B., K. F. y N. S..

Continuando con la audiencia se fijó el objeto del proceso, de la prueba y medios de prueba a
utilizar.

Se agregó la prueba ofrecida y se diligenció la restante peticionada por las partes.

Las partes formularon sus alegatos, convocándose para dictado de sentencia definitiva para el día
de la fecha en legal forma.
CONSIDERANDO:

1) Preliminarmente corresponde establecer, habida cuenta del objeto preciso de la controversia


delimitado por las intervenciones de los litigantes, rectamente interpretadas según el principio
del contradictorio de aplicación en la materia (Vescovi, D. Procesal Civil, T. IV p. 204 y ss.),
que el mismo quedó acotado a determinar si procede amparar la demanda movilizada, acogiendo
la pretensión de cobro de daños y perjuicios derivados de supuestos hechos lesivos (acoso
sexual-bullying) sufridos por el adolescente G. A. tanto en el centro de estudios (con
conocimiento de los co-demandados F. y B.), como en su domicilio, que se atribuyen en su
autoría al adolescente F. S.. Para lo cual, habrá de acreditarse la producción respecto de G. de los
actos discriminatorios alegados. Si éstos, de ser afirmativos, estaban en conocimiento de las
autoridades del Colegio (F. y B.) y si aquellos, fueron omisos en su accionar en relación a los
mismos. Asimismo, deberá acreditarse el comportamiento que se atribuye al adolescente F.. En
su caso y, de corresponder, existencia y monto de los daños y perjuicios pretendidos.

2) Sentadas las premisas antedichas, previo a abordar el examen de la causa que guarda relación
con la posibilidad de progreso de la pretensión movilizada por daños y perjuicios derivados del
supuesto acoso sexual denunciado y actos discriminatorios verificados respecto del adolescente
G. A., procede destacar por ser de previo pronunciamiento, que corresponde ingresar al análisis
de la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por los co-demandados F. (en tanto
Director del Colegio-Liceo P.), B. (en su calidad de Coordinadora de Secundaria del mismo) y
de F. y S. (en tanto padres del adolescente F. al cual se le atribuye la autoría de los hechos
denunciados).

La legitimación en la causa puede ser definida como la posición del sujeto que le permite obtener
una providencia eficaz sobre el proceso, se la reconoce también como presupuesto de la
sentencia de mérito y resulta de la identidad de la persona que hace o contra quien se hace valer
el derecho y a quienes la ley le atribuye ese derecho (Vescovi, Derecho Procesal Civil, T. II, pág.
296 y sgtes; 315 y sgtes; etc.; Vescovi y colaboradores, Código General del Proceso, T. I, pág.
224 y sgtes; 229 y sgtes; T. III, pág. 394 y sgtes.; Sentencias de TAC 4º Turno Nº 12, 227/02,
195/05, 185/2010).

3) Con tales entendimientos, cabe destacar lo siguiente.

De la valoración del material probatorio colectado en la instancia, sobre cuya habilidad en la


materia no puede discutirse, surgió plenamente acreditado al tiempo que tampoco fue hecho
controvertido, que los co-demandados F. y B. (se desempeñaban en las funciones relatadas en el
centro de estudios) así como que los co-demandados F. y S. (son los progenitores del adolescente
F., ver testimonio de partida adjunto a fs. 224).
Tratándose el presente de un reclamo por daños y perjuicios derivados de la actividad que se
imputa a los co-demandados mencionados (para el caso de F. y B. por su condición de Director y
de Coordinadora de Secundaria del Colegio-Liceo P., respectivamente, en supuesto de actitud
omisa frente al conocimiento de lo denunciado) y (para el caso de F. y de S. por su calidad de
padres del adolescente F.-a quién se le atribuyen los hechos lesivos supuestamente ocurridos),
debe necesariamente convenirse, que su legitimación pasiva en la causa deviene palmaria.

Debiéndose dilucidar según se analizará seguidamente lo atinente a la existencia de


responsabilidad en la persona de los co-demandados relacionados.

4) Despejado lo relativo a la falta de legitimación opuesta por los co-demandados, cabe


destacarlo siguiente.

Rectamente interpretada la demanda promovida según criterios generales de aplicación en la


materia (Odriozola, en Judicatura, año I, Nro. 10, pág. 244 y sgtes.); puede validamente
convenirse en que se pretende reparación de los perjuicios sufridos por el adolescente G. A. a
consecuencia del acoso sexual-bullyng que se atribuye a la conducta del adolescente F. S., ya en
el ámbito educativo, ya en el ámbito extra educativo en oportunidad de la realización de un
trabajo en conjunto ordenado por aquél.

Procede por consiguiente el estudio del instituto del acoso sexual o bulling.

Desde que se adujo como causa esencial del reclamo formulado, la verificación del instituto de
referencia. En tanto, se alegaron hechos de discriminación sufridos por G., que determinaron y/o
supusieron que aquél fuera gradualmente intimidado y hostigado.

En tal sentido, siguiendo lo expresado por TAC 2º Turno en Sentencia Definitiva Nº 19/2012,
puede destacarse que: “…Como afirma Marcela Andrea Jefferson Cerda en su tesis sobre “El
Acoso Psicológico en el Trabajo. Su Trato y Reconocimiento por el Derecho Chileno:” En
términos simples, según la Real Academia de la Lengua Española, acoso significa “perseguir,
castigar, importunar a alguno con molestias y trabajos”, no obstante, el acoso Psicológico
involucra actitudes bastantes más perturbadoras, como las que expusimos, pues podrían
enmarcarse en una serie de trastornos físicos, psíquicos y sociales en quién los padece…”
(Universidad Católica de Temuco. Escuela de Derecho. El Acoso Psicológico en el Trabajo. Su
Trato y Reconocimiento por el Derecho Chileno. Profesor Guía: Luis Iván Díaz
García. Alumno: Marcela Andrea Jefferson Cerda, Fecha 2 de noviembre de 2004; TAT 1º,
Sentencia Nº 58/2007).

5) El estudio de la violencia no física o psicológica llevó a conceptuar el fenómeno denominado


acoso moral o acoso psicológico.
Marie France Irigoyen lo define así, “…el acoso moral es una conducta abusiva que se
manifiesta mediante comportamientos, palabras, actos, gestos o escritos que pueden atentar
contra la personalidad, dignidad o la integridad psíquica o física de una persona con el fin de
poner en peligro su empleo o degradar su ambiente de trabajo. Esta definición añade a la Ley
nuevas notas características: el acoso moral se define fundamentalmente como una conducta
abusiva “en la que una persona está haciendo un uso ilegítimo de sus atribuciones, o facultades.
Se hace hincapié en las formas múltiples en que se manifiestan comportamientos, palabras,
escritos, gestos, actos. El acoso moral atenta contra la “…dignidad de la persona…”, un
concepto que como vemos adquiere un claro significado jurídico, puesto que suele tratarse de un
derecho reconocido en la mayor parte de los ordenamientos jurídicos, aunque con frecuencia de
forma muy indeterminada. El enjuiciamiento de una conducta como acoso es independiente de
cuál sea, la real voluntad e intencionalidad del sujeto agresor. Para constituir acoso la conducta
del agresor se ha de considerar por el juzgador como arbitraria e injusta y no ha de responder a
las necesidades reales del proceso producido en la empresa ni tampoco a una situación
excepcional de fuerza mayor, estado de necesidad o defensa propia del presunto agresor (Manuel
Velásquez. El acoso en el trabajo)…”.

6) Los comportamientos abusivos son aquellos que se apartan de lo que se entiende por conducta
razonable e implican un uso inapropiado de la fuerza física o sicológica.

Cabría conceptuar al acoso moral como toda conducta reiterada en un período de tiempo más o
menos prolongado, efectuada por una o varias personas y dirigidas generalmente contra otra, que
tenga por finalidad o efecto un trato objetivamente degradante con la consiguiente lesión de la
integridad moral de la persona afectada. Aunque la intencionalidad de dañar a otro está presente
en el concepto clínico de acoso moral, desde una perspectiva jurídica se tiende mayoritariamente
a una objetivización de las conductas de acoso. La intencionalidad deriva de elementos objetivos
y no de un análisis psicologista de la conducta del acosador. La doctrina toma por tanto en
consideración la concurrencia de reiteradas conductas hostiles en un período de tiempo más o
menos largo, o lo que es lo mismo, la existencia de un plan sistemático, pues ello es revelador de
la voluntad de humillar o dañar al otro. Por otra parte, interesa precisar que las conductas de
acoso moral, además de ser reiterativas o sistemáticas a lo largo de un período de tiempo más o
menos largo, deben ser objetivamente graves, esto es, no toda forma de presión psicológica
puede considerarse acoso moral, sino sólo aquella que objetiva y efectivamente siguiendo el
parámetro del ciudadano medio, pueda herir la dignidad moral.

Por su parte, el concepto de bullying, deriva del verbo “to bully” que significa ofender
brutalmente, maltratar, una persona bully es alguien brutal y tiránico, que se ceba con los más
débiles.

Por lo cual, éste, resulta más amplio que el concepto de mobbing, ya que desde las burlas y las
marginación hasta conductas de acoso, con connotaciones sexuales y agresiones físicas,
tratándose de vejaciones o de violencia individual procedente de superiores jerárquicos, más que
de un fenómeno de grupo.

7) En el encuadre precedentemente expuesto, habrá de analizarse el presente reclamo derivado


de responsabilidad civil, ya de fuente contractual con fundamento en el art. 1342 del Código
Civil (como consecuencia de la imputación atribuida al Colegio y a sus dependientes) y/o
extracontractual con fundamento en el art. 1319 del citado cuerpo legal (como consecuencia de
la imputación atribuida a los padres del adolescente por la conducta de aquél).

Pues, cabe destacar, que en sede de responsabilidad reparatoria, se establece que todo daño
derivado de un obrar ilícito debe ser reparado.

Así las cosas para un correcto despeje del punto venido a decisión, se estima pertinente en
atención a la plataforma fáctica y jurídica invocada como fundamento del presente
accionamiento (ver escrito de demanda agregado de fs. 119 a 130 vto.), proceder a analizar por
separado la situación de acoso sexual denunciada dentro del centro educativo (concretizada en
manoseos en clase de idioma español), para luego analizar la conducta asumida por los
responsables del Colegio al tomar conocimiento de la denuncia formulada por los representantes
legales de G. y por último, analizar la situación de supuesto abuso sexual concretizada respecto
de G. por parte de F..

8) Con tales entendimientos, puede validamente estimarse que la parte actora logró cumplir con
el onus probandi que la gravaba (art. 137, 139 y conc. CGP, Couture “Fundamentos…”, 3ª. Ed.
Pág. 240 y siguientes), por cuanto, en aplicación de los medios probatorios a su alcance logró
acreditar puntualmente los hechos alegados en su demanda, con las particularidades que
seguidamente se detallarán.

Pues, ello es así, en tanto se efectúo un análisis racional de la probanza incorporada, de


conformidad con la sana crítica y de acuerdo a lo preceptuado por el art. 140 del CGP
(Marabotto, Curso sobre el CGP, pág. 14; Devis Echandía, Teoría General de la Prueba Judicial,
Tomo I, pág. 305).

De la situación de acoso denunciada como producida en el interior del Centro Educativo, cabe
decir lo siguiente.

De las declaraciones testimoniales recabadas en autos (específicamente testimonios de B. S., G.


D., H. C. y M. R. recabadas en Sistema AUDIRE en audiencia de fecha 2/10/217 cuya acta luce
de fs. 347 a 348), no surgió acreditado con la rigurosidad requerida a los efectos condenatorios
pretendidos, la existencia de un comportamiento agraviante y/o discriminatorio de parte de los
alumnos-compañeros de G. que tuvieran conexión causal con el acoso moral denunciado o que
supusieran un ambiente de estudio hostil con los lineamientos que vienen de referirse.
Al tiempo que de la prueba colectada ya referida, tampoco fue acreditada con la rigurosidad
requerida para supuestos del tipo que la conducta asumida por los responsables del Colegio al
momento de tomar conocimiento de la situación denunciada pueda ser catalogada de omisa.

Por cuanto, a despecho de lo sostenido por la parte actora, fue acreditado que de parte de las
autoridades del Colegio se adoptó la decisión de mantener la situación en reserva en atención al
archivo de los autos seguidos en Sede de adolescentes (ver fs. 54 vto. del testimonio agregado al
presente). Asimismo, también fue acreditado que desde la Dirección del Colegio se adoptaron en
forma diligente por el mismo, conductas tendientes a preservar la integridad del adolescente, por
ejemplo, seguimiento especial, mesa de examen personal, no cómputo de faltas (ver en ese
sentido informe de ANEP agregado de fs. 304 a 330 y documentos obrantes de fs. 138 a 164).

9) Sin perjuicio de lo expresado precedentemente, a juicio del suscrito la situación de abuso


sexual denunciada como producida en el domicilio de G. A. y que se atribuye en su autoría a F.
S., fue acreditada de acuerdo a lo que se dirá seguidamente.

Ello fue fehacientemente probado con la prueba colectada tanto en Sede de Adolescentes (ver en
tal sentido testimonio de los autos IUE x-xx/2014 agregado de fs. 5 a 60, específicamente
declaración de G. A. luciente de fs. 14 a 21 y su ampliación de fs. 23, informe de ETAD obrante
de fs. 22 a 22 vto. y de fs. 32 a 33, declaración de F. S. incorporada de fs. 25 a 30 de aquellos,
informe de la Psicóloga S. G. luciente de fs. 62 a 63 y declaraciones recabadas en Sistema
AUDIRE de G. S., de G. A., de S. G. y declaración de ambos involucrados recabadas en
audiencia de obrados de fecha 12/04/2018 a fs. 376).

Por cuanto, del informe de ETAD relevado (ver testimonio de los autos IUE 437-115/2014
agregado de fs. 32 a 33) surgió acreditado que G., presentó indicadores de haber transitado una
experiencia sexual abusiva, dado por un relato verosímil, claro, consistente del vínculo con su
compañero de clase. La sintomatología presentó miedo, parálisis, el temor a la reacción social,
así como la evaluación errónea de su capacidad lo hacen especialmente frágil y esas
características personales no son compatibles con la fabulación o creación de un hecho que sólo
lo haría más vulnerable.

10) En el mismo sentido, a mayor abundamiento, se expidió la Psicóloga S. G. (informe


incorporado de fs. 62 a 63) al concluir que…presenta síndrome de estrés postraumático causado
por una acumulación de la violencia psicológica modal y verbal sistemática y repetitiva.
Bullying, pero además, una T por el trauma del abuso sexual…No presenta rasgos de
manipulación o mentira…no presenta patología psiquiátrica.

Todo lo cual, determinó que el mismo debiera ser tratado por estrés postraumático (ver
documentos agregados a fs. 67, de fs. 117 a 118 y declaración de G. S. recabada en Sistema
AUDIRE en audiencia de fecha 25/09/2017 a fs. 342).
Consecuentemente, de lo que viene de decirse, puede validamente concluirse con la rigurosidad
requerida para supuestos del tipo la configuración del abuso, acoso, denunciado, que conlleva a
un acogimiento de los perjuicios que se reclamaron en la pretensión movilizada.

Ya que era de cargo de la actora la aportación de la totalidad de medios probatorios hábiles que
estuvieran a su alcance y que llevaran al acogimiento de su pretensión.

Por lo expresado, se advierte ilicitud en el accionar del co-demandado F. S., habilitante de la


responsabilidad reclamada en relación a sus progenitores, tal cual se adelantara.

Pues, como se dijera, surgieron evidenciados actos que afectaron la dignidad, el honor y
cualquier otro derecho individual del adolescente G..

11) Corresponde en la instancia abordar lo atinente a la reclamación deducida por daños y


perjuicios.

En relación al rubro daño emergente (entendido como aquellos gastos derivados de consultas
médicas por tratamientos psicológicos, psiquiátricos de G. y de sus progenitores, así como
necesidad de contratación de clases particulares para el adolescente), cabe destacar lo siguiente.

Si bien puede concluirse por sencilla aplicación de un principio de razonabilidad la verificación


de los mismos, la ausencia de prueba en el sentido de acreditar a cuanto ascendieron las
mencionadas erogaciones, por cuanto tiempo se extendieron, etc., su vinculación con los hechos
dados por probados en autos, determina que proceda frente a la inercia probatoria desplegada, el
rechazo integral del rubro en cuestión.

En lo que refiere al daño no patrimonial (daño moral) padecido por la reclamante S.G.
(consistente en angustia, ataques de pánico y ansiedad, necesidad de ingesta de medicamentos,
etc.); por el reclamante A. A. (consistente en impotencia, humillación y dolor por la situación
vivida) y por G. (en tanto destinatario de los actos discriminatorios alegados), cabe destacar lo
siguiente.

De acuerdo a lo establecido por doctrina y jurisprudencia, la obligación de quién lo ocasionó no


tiene carácter de resarcimiento del perjuicio, como en el daño material, sino de satisfacción o
reparación (Sents. Nros. 24/93; 33/97 de TAC 4to.).

La denominada pecunia doloris procura al sujeto lesionado una satisfacción, la cual, es un


subrogado que lo reintegra del daño mismo o lo distrae (Messineo, Manual de Derecho Civil y
Comercial, T. VI, p. 556).

En tal sentido, el daño no patrimonial debe ser acreditado por quien lo propone en su existencia y
monto de conformidad con los criterios generales (arts. 137, 139, 140 y conc del CGP), sin
perjuicio de la utilización de elementos presuncionales que deben ser calificados de iuris tantum
o presunciones simples por admitir prueba en contrario, sin que pueda disponerse limitación en
los medios probatorios a ser implementados.

Y, en el caso, el quebranto espiritual que el acoso moral, sexual, padecido por el adolescente
G. (hijo de los co-actores reclamantes) causa en un sujeto puede entenderse configurado.

Sin perjuicio de lo cual, cabe destacar, que de la prueba colectada (ver en tal sentido documentos
agregados de fs. 78 a 79, específicamente fs. 85 y declaraciones testimoniales de V. S., Y. C. y
R. G.) surgió que la actora S.G. estuvo certificada por ataques de pánico en el período 1/09 al
7/10/2014.

No habiéndose acreditado especiales afectaciones de la vida cotidiana y/o recreativa para el caso
del co-actor A. A..

En suma, cuando se participa del entendimiento de que el rubro debe ser cuantificado en el
momento de ocurrencia del hecho dañoso y en valores expresados en unidades monetarias
extranjeras, como forma de posible resguardo de fenómenos de desvalorización y con finalidad
de tratar de elaborar criterios jurisprudenciales comunes (ampliamente TAC 4to. 34/06, 369/09,
40/10 y otras en ellas citadas), se estima adecuado compulsando antecedentes similares al
examinado sub especie, en atención al principio de congruencia (art. 198 del CGP), situar la
suma de condena en US$ 4.000 (para S.G.), en US$ 2.500 (para Alejandro A.) y en la suma de
US$ 6.000 (para G. A.), con más los intereses legales desde la fecha del evento dañoso.

La actuación de las partes en el proceso no merece especial observación, razón por la cual no se
determinarán expresas condenaciones procesales en el grado (art. 688 C.C. y 56 del CGP).

Por los fundamentos expuestos, disposiciones enunciadas y concordantes FALLO:

Desestimando la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por los co-demandados A.


F., M. M. B., R. F. y N. S..

Desestimando integralmente la demanda formulada en autos respecto de la A. M. P. P., A. F.


y M. M. B..

En lo demás, acogiendo parcialmente la demanda y en su mérito condenando a R. K. F., N. S.


y F. S. a abonar a la parte actora en concepto de daño moral las sumas detalladas para cada
uno de ellos en el Considerando 11) con más intereses legales desde la fecha del evento
dañoso (agosto 2014).
Las costas y los costos en el orden causado.

Consentida o ejecutoriada, expídase testimonio y oportunamente, archívese.


Honorarios fictos para las partes $ 50.000.

_____________________________________
Dr. Federico Ruben TOBIA SILVEIRA
Juez Ldo.Capital

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