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Práctica Docente y Diversidad Sociocultural

Elena ACHILI

El desafío actual está dado por la complejidad que implica analizar procesos escolares
dialécticamente interconectados con profundas transformaciones políticas culturales, con
múltiples procesos de segmentación urbana en los cuales la movilidad de las poblaciones pobres
o marginales generan procesos de densa multiculturalidad en las ciudades, penetrando el espacio
escolar y constituyéndolo en un ámbito particular de prácticas interculturales.

La diversidad sociocultural  implica confrontarse con creencias, prácticas, saberes,


esquemas referenciales diferentes, que provienen de la pertenencia de los niños y sus familias a
distintas cosmovisiones sociales, religiosas o étnicas.

Un proyecto intercultural  supone el diálogo desarrollado a partir de la reflexión conjunta


en una práctica libre de dominación, subestimación, prejuicios y discriminación.

Achili plantea la escasa existencia de estudios que enfoquen los problemas de calidad y
eficiencia de la educación desde perspectivas críticas que consideren los contextos de
desigualdad, discriminación y exclusión en los que se insertan.

Es necesario entonces, profundizar la construcción de enfoques teóricos y metodológicos que


permitan explicar la complejidad de las “nuevas problemáticas socieducativas” que se están
generando:
1. con la segmentación cada vez mayor del sistema, con la contradictoria situación de elitización
por un lado, y exclusión cada vez mayor por el otro en relación al acceso a los diferentes
niveles de conocimiento, con la crítica desestructuración del sistema de enseñanza, etc.
2. por la inadecuación de los modelos uniformizadores de la escuela respecto a una sociedad
múltiple y diversificada  Escuela debe preparar mentes abiertas acordes con las
necesidades de una sociedad cambiante, multi y pluricultural.
Por lo tanto, se torna imprescindible:

• generar espacios que logren dar sentido y significación a propuestas socioeducativas


centradas en la equidad;
• construir proyectos sociopedagógicos y educativos integrales que, sustentados en el
reconocimiento y articulación de las diferencias, tiendan a una formación relevante y
significativa del niño socialmente desigual;
• trabajar en políticas educativas basadas en la diferencia, lo cual supone considerar a las
escuelas como esferas públicas democráticas, capaces de elaborar proyectos fundados en las
necesidades y los intereses de los niños social, cultural y étnicamente diferentes.

El objetivo es construir escuelas como espacios respetuosos de la diversidad sociocultural,


pero que al mismo tiempo, se constituyan en distribuidores de los saberes y destrezas relevantes
para este particular momento histórico.

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