You are on page 1of 5

¿Cuál es la diferencia entre la ventaja

competitiva y la ventaja comparativa?

La ventaja comparativa es aquella ventaja que


goza un pais o estado sobre otro, en cuanto al costo de producir algún producto. Por lo
general, es una ventaja natural del pais, es decir, no ha hecho nada en extraordinario
para obtener esta ventaja.
La ventaja comparativa se da cuando un pais o una organización produce, en
comparación con otro, mejor y con menor costo. Por ejemplo, el café que se produce en
Colombia se realiza a menor costo en comparación a que si se produciera en México
con la misma calidad de granos.
Por otra parte, la ventaja competitiva es cuando una compañía le “agrega valor” al
producto, lo que hace que tenga un plus en comparación a las demás compañías
competidoras. Esto se hace a través de un trabajo desarrollado para conseguir
esta ventaja competitiva.
La idea de una ventaja competitiva, para que sea efectiva debe ser difícil de igualar,
sostenida en el tiempo, única y superior a la competencia.
Las ventajas competitivas más conocidas son la diferenciación de los productos y la
de liderazgo en costos. El primero se trata de vender poco (productos exclusivos) y con
un alto precio, mientras que la segunda consta de vender más barato que la competencia
pero a grandes cantidades

La Ventaja Absoluta y las Ventajas


Comparativas y Competitivas
Las teorías del comercio internacional intentan explicar por qué los países
comercian entre sí, qué tipo de bienes intercambian y a qué precio. A
continuación vamos a resumir brevemente las principales teorías y su
adecuación a la economía actual.
A finales del siglo XVIII, Adam Smith, en su
obra La riqueza de las naciones, formuló la teoría de la Ventaja Absoluta,
que constituye la primera explicación teórica del comercio internacional. De
acuerdo con ella, si no hubiera barreras comerciales cada país se
especializaría en aquellos productos en que tuviera una ventaja absoluta en
relación a otros países. Al concentrar los recursos productivos, aparecerían
economías de escala y, en consecuencia, la especialización internacional
permitiría menores costos y mayor bienestar para todos los participantes en
el comercio.

Ejemplo: Si producir una unidad de alimentos cuesta 1 unidad de trabajo en


el país A y 2 unidades en el país B, y si producir una unidad de tela cuesta 4
unidades de trabajo en el país A y 3 en el país B, entonces ambos países
pueden ganar comerciando.

Alimentos Telas
País A 1 4
País B 2 3

Si los dos países intercambian los dos bienes en la relación de dos unidades
de alimento por una de tela, el país A podría obtener una unidad de tela por
dos de alimento en lugar de por cuatro. Y el país B obtendría, por cada unidad
de tela, dos unidades de alimento en vez de una y media sin comerciar.

Es claro que aún hoy en día esta teoría sigue siendo válida, ya que las
industrias serán eficientes en la medida en que los factores de producción
que utilizan se puedan obtener a bajo costo.
En 1817, David Ricardo, otro economista clásico inglés, en su obra The
Principles of Political Economy and Taxation, profundiza y completa la teoría
anterior en el sentido de que, incluso si un país tiene ventaja absoluta sobre
otro en la producción de dos bienes, pueden existir ventajas en la
especialización, ya que, en términos relativos, su ventaja puede ser mayor
en un bien que en el otro. Es la teoría de la ventaja comparativa, que nos
dice que cada país deberá especializarse en aquellos bienes en cuya
producción posea una ventaja relativa mayor.

Veamos la siguiente tabla como ejemplo:

Alimentos Telas
País A 1 2
País B 3 3

De este cuadro se desprende que el país A tiene ventaja absoluta en la


producción de ambos bienes. Pero los precios relativos son diferentes y esto
es lo que impulsará el comercio. Cuando no se produce intercambio, las telas
resultan relativamente más baratas en el país B, una (3/3) unidad de
alimento por cada unidad de tela, que en el país A, dos (2/1) unidades de
alimento por cada unidad de tela. Lo contrario ocurre con los alimentos. En
el país A el precio relativo es de media (½) unidad de tela por cada unidad
de alimento, mientras que en el país B el precio relativo es de una (3/3)
unidad de tela por cada unidad de alimento.

Al iniciarse el intercambio, los vendedores de alimentos en el país B


comenzarán a importar alimentos del país A, a cambio de manufacturas del
país B en las que estarán interesados los vendedores del país A al resultar
éstas relativamente más caras en este país. Para que este flujo tenga lugar
es preciso que se realice en unas condiciones que sean favorables para
ambos, es decir, a una relación de intercambio entre alimentos y telas
comprendida entre ½ y 1. Dicha relación deberá ser superior a ½ para que el
país A encuentre favorable el intercambio e inferior a 1 para que también lo
sea para el país B. Con un precio relativo situado entre ambos cada uno de
los países se especializará en aquel bien que produzca con mayor eficiencia,
e importará aquellos bienes que produzca de modo menos eficiente.
La teoría de la Ventaja Comparativa prueba que la libertad de comercio
mejora la asignación de recursos y conduce siempre a resultados más
eficientes y, en definitiva, a un mayor grado de bienestar. En este sentido, el
declive e incluso la desaparición de algunos sectores poco competitivos como
consecuencia de la liberación de las importaciones se justifica en muchas
ocasiones por un marco económico poco favorable (inflación, niveles
salariales altos, déficit público, etc.) o incluso por una mala gestión
empresarial.

La ventaja comparativa, a diferencia de la Ventaja Competitiva, se


encuentra entre los términos más antiguos dentro de los estudios
económicos. La importancia de tener claro lo que distingue a cada uno de
estos términos se hace patente cuando, por ejemplo, la "competitividad" se
usa de manera generalizada por los gobiernos para justificar en gran medida
sus políticas económicas sin reflejar a veces lo que el término en sí conlleva.

Michael E. Porter en su obra "Ventaja competitiva. Creación y sostenimiento


de un desempeño superior" nos define la Ventaja Competitiva como la
utilidad que una empresa es capaz de generar para sus clientes. Esto se
traduce en precios más bajos de producción obteniendo beneficios similares
a los de las empresas competidoras. Esta "utilidad se define como la cantidad
que los clientes están dispuestos a pagar por los productos de una empresa,
es decir, el "valor", siempre según Porter. Si este "valor" es superior a los
costes de producción, se dice que el producto es competitivo. Es decir, cuanto
mayor capacidad tenga una empresa de transformar en beneficios los costes
de inversión y la mano de obra, es decir, los insumos, la empresa será más
competitiva.
En nuestros tiempos se habla de que un país debería dejar de competir sobre
ventajas comparativas y competir sobre ventajas competitivas que surjan de
productos únicos. Se busca que haya un grado más alto de competitividad en
base a la especialización de la mano de obra y de los procesos de producción
que se basen en las nuevas tecnologías para aumentar la eficiencia de los
mismos. De esta manera se deja de depender de la mano de obra barata en
exceso y se potencia la optimización de recursos, generando productos de
mayor calidad e igualmente competitivos dentro de los mercados
internacionales e incentivando a su vez el desarrollo de innovaciones
tecnológicas.

A pesar de ello, los economistas aseguran que estos dos términos no son
independientes de ninguna manera y que están ligados el uno con el otro, ya
que en realidad la ventaja competitiva se construye sobre la ventaja
comparativa y los factores que la determinan, y a veces los costos de
producción son tan elevados que no es viable realizar proyectos que puedan
obtener a la vez una ventaja competitiva sobre la producción de dichos
productos en otro país.

You might also like